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MODULO: EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS DE APRENDIZAJES.

DOCENTE: OMAIRA BELLO SUAREZ.

Para comenzar a hablar de la evaluación debe quedar claro qué se entiende


desde la percepción tradicional contrastada con la visión constructivista.

En una concepción tradicional la evaluación se trataba del cierre de un proceso


en el cual se verificaba los resultados con los objetivos fijados por el maestro, y
pudiendo ser positivo o negativo pero siempre asociado a la cuantificación. Con
este antecedente queda claro que este modelo traía consigo una carga
emocional que ha marcado a muchos seres humanos durante sus procesos de
formación, desde una perspectiva educativa, social y hasta familiar.

Por su parte, en el modelo constructivista se entiende por evaluación a una


fase más del proceso de la actividad didáctica, planificada, desarrollada y
analizada, que busca que el docente tenga los criterios para realizar alguna
estrategia para lograr que los conocimientos sean representativos a través de
la aplicación de diversas metodologías pedagógicas.

Se entiende que la aplicación de esta fase al modelo de enseñanza exige un


mayor compromiso por parte del docente, ya que obligatoriamente va a tener
que prepararse y demostrar su preparación por el alto grado de complejidad
que trae el no tener exámenes estandarizados para todos los alumnos.

La modalidad de evaluación formativa no debe estar ligada al punto de


culminación de un ciclo, al contrario el docente la debe aplicar desde el primer
encuentro con los alumnos, como una herramienta continua, para saber sobre
qué terreno está, analizar los resultados y en caso de ser necesario reformular
las estrategias, y poder determinar desde dónde iniciará la construcción de los
nuevos saberes para que éstos sean representativos.

Una razón más para hacer de este modelo de evaluación una práctica cotidiana
en el ámbito pedagógico.

Para la aplicación y análisis de la evaluación formativa se pueden utilizar


algunas herramientas o actividades. La retroalimentación se la debe utilizar
para tener la visión de los alumnos sobre el proceso y determinar si debe haber
cambios, mejoras o profundización en algún tema que no esté claro. La
autoevaluación actúa como un proceso en el cual el alumno reflexiona sobre
sus logros académicos, pero para que esto pase también debe ser parte del
proceso de generación de los criterios de evaluación. La coevaluación implica
el procedimiento de trabajo con los compañeros mediante la puesta en común
entre éstos para valorar el error como un paso importante en el aprendizaje.

Con la reflexión de este marco y en comparación con la experiencia educativa


de la cual el estudiante ha sido parte, se puede entender el porqué de una
sociedad competitiva en búsqueda del individualismo, mientras que por otra
parte para buscar la cooperación entre los involucrados en el proceso se los
debe invitar a ser actores y no simples espectadores del proceso educativo.

Se considera que la práctica de esta modalidad no puede ser un hecho aislado


en la formación de los alumnos ya que la implementación de este recurso debe
formar parte de un todo; la sumatoria de las actividades que tenga el docente
dentro del aula tiene que responder a la no repetición de modelos, generando
un ambiente de crítica y autocrítica para el enriquecimiento de los saberes de
los estudiantes.

Además no se puede dejar de lado el rol que desempeñará dentro del proceso
de enseñanza/aprendizaje el docente como tutor y guía, quien buscará junto
con los alumnos las falencias que se puedan tener mediante la aplicación de la
evaluación durante todos los momentos de la clase.

Se considera que la evaluación está compuesta por una trilogía indisociable,


como sostiene Anijovich (2004), que consta de enseñanza, evaluación y
aprendizaje. Esto da el punto de partida para ver a la evaluación como una
actividad que no puede estar fuera del proceso enseñanza/aprendizaje, ya que
dentro de este están todos los presuntos actores que la conforman: alumnos,
docentes e instituciones.

Para que la evaluación sea representativa y pase a formar parte del proceso
cognitivo, el docente debe tener en cuenta algunas consideraciones, qué, cómo
y para qué se va a evaluar.

El alumno debe conocer los objetivos que se persiguen con este proceso, debe
existir una retroalimentación del alumno hacia el docente, se debe comunicar a
los alumnos los criterios a ser evaluados.

El para qué del proceso de evaluación es determinante, el docente debe tener


claro sus objetivos, hacia dónde va con cada evaluación para en base a este
criterio generar las estrategias para llegar al objetivo de la construcción de los
saberes.

En base a todo lo expuesto en los párrafos anteriores se puede concluir que el


tipo de evaluación que se utilice deberá obedecer al modelo educativo que el
docente practique, esto depende del nivel de compromiso que tenga con el
proceso de enseñanza/aprendizaje, puesto que en el modelo constructivista el
docente debe estar involucrado en todo el transcurso. Es decir, el educador
también forma parte y no es sólo un emisor de conocimientos con la facultad de
aprobar o desaprobar a un estudiante, por el contrario debe ser un tutor que en
un marco académico guíe al estudiante en la construcción significativa de su
conocimiento.

Resumen: La evaluación no debe ser utilizada como el punto de culminación de


un proceso ni mucho menos como un medidor cuantificador de saberes para
aprobar o desaprobar cualquier momento educativo. Al contrario, la evaluación
debe ser utilizada en cada uno de los momentos de enseñanza/ aprendizaje.
Como diagnóstica, para que el maestro tenga una idea de sobre qué
andamiajes se puede iniciar el proceso de construcción de los saberes, y de la
misma manera, en cada fase del proceso, para tener la retroalimentación de
cómo están los conocimientos de los estudiantes. Este modelo de evaluación
constructivista requiere de un mayor compromiso por parte del docente, para
que con la información que se logre relevar se puedan realizar cambios o no en
la metodología de la clase.

Palabras clave: pedagogía - constructivismo - educación - evaluación -


aprendizaje – enseñanza.

(*) Este texto fue elaborado en la asignatura Proyecto y Crítica II, de la


Licenciatura en Diseño de la Facultad de Diseño y Comunicación, dictada por
el profesor Carlos

Referencias bibliográficas

Anijovich, A., Malbergier, M. y Sigal, S. (2004). Una introducción a la enseñanza


para la diversidad. Buenos Aires:

Fondo de Cultura Económica de Argentina.

Tenutto, M., Brutti, C. y Algarañá, S. (2010). Planificar, enseñar, aprender y


evaluar por competencias: conceptos

y propuestas. Buenos Aires: Digital y Papel.

Medaura, J. (2007) Una didáctica para un profesor diferente. (2da ed.). Buenos
Aires: Lumen.

Gimeno, J. Pérez, A. (1998) Comprender y transformar la enseñanza. Madrid:


Ediciones Morata, S.L.

Pregunta 4 del parcial

Para que la evaluación sea representativa y pase a formar parte del proceso
cognitivo, el docente debe tener en cuenta algunas consideraciones, qué, cómo
y para qué se va a evaluar.

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