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María Alejandra Contreras Cesarino. C.I. 18.177.

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Deily Yuraima Ruiz Quintana. C.I. 7.926.598

La Política Pública orientada a la migración venezolana dentro de las tipologías


establecidas por Theodore J. Lowi.

De la revisión a las lecturas relativas al análisis del sistema de clasificación de


Políticas Públicas propuesto por Theodore J. Lowi, (i.e. Políticas Distributivas,
Redistributivas, Regulativas, y Constituyentes), y de la observación al tratamiento que se
le da actualmente a la migración por parte de las autoridades administrativas en
Venezuela, y demás factores de naturaleza política, pueden sacarse las siguientes
conclusiones:
Que actualmente el tratamiento a la Migración Venezolana se encuentra orientado
por el paradigma político establecido a partir de la Constitución de 1999. Asimismo, esto
se ve desarrollado en el siguiente marco normativo: en la Ley de Migración y Extranjería
(2004), la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía (2004), y la Ley Orgánica sobre Refugiados y
Refugiadas, Asilados y Asiladas (2001) y su respectivo Reglamento. Sobre las primeras
dos leyes, no hay Reglamentación. También encontramos disposiciones regulatorias
relacionadas a la migración dentro de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras, la Ley Orgánica de Procesos Electorales del año (2009), y la Ley Orgánica
de Registro Civil (2009). Este marco jurídico sólo aborda lo relativo a la regulación de los
inmigrantes en Venezuela.

Que en el plano institucional, los organismos con competencias en materia de


migración son el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores,
específicamente a través del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y
Extranjería (SAIME), y del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, sin
embargo los Ministerios del Poder Popular para la Defensa; Trabajo; Educación; Cultura y
Deporte; Comunicación e Información; el Consejo Nacional Electoral, a través de la Oficina
Nacional de Registro Civil; el Instituto Nacional de Estadísticas (INE); y la Comisión
Nacional para los Refugiados (CONARE), también tienen algunas competencias de
manera tangencial.

Que, conforme al artículo 28 de la Ley de Migración y Extranjería del 2004, el Poder


Legislativo ordenó la creación de la Comisión Nacional de Migración con el objeto de
asesorar al Ejecutivo Nacional, sin embargo esta aún no ha sido materializada.
Que actualmente podemos observar una situación de crisis política, económica y
social en Venezuela que se manifiesta, entre otras cosas, en la pérdida del poder
adquisitivo y de acceso a bienes de consumo y servicios por parte de la ciudadanía, en un
contexto de marcada polarización política y pugnas de poder. De este modo, vemos que,
aunque sin datos oficiales internos, ha ocurrido un importante auge de movimientos
migratorios de venezolanos hacia el exterior. Con información proveniente de la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se ha venido denunciando el fenómeno
ante organismos internacionales, principalmente por los países de destino escogidos por
estos migrantes en virtud de los efectos que esto les produce. Sin embargo, no se
observa que las autoridades políticas nacionales hagan declaraciones oficiales que
reconozcan tales denuncias, ni que planteen soluciones estructurales al problema.

Sin embargo, recientemente, el Gobierno Nacional promovió un plan al que llamó


“Vuelta a la Patria” en “respuesta a la situación de vulnerabilidad de miles de
connacionales, atrapados en países donde migraron, en los que no consiguieron
oportunidades de vida, y donde, por el contrario, son agredidos, explotados y
criminalizados.” (http://mppre.gob.ve/temas/vuelta-a-la-patria/). Esta acción consiste en
establecer un puente aéreo y terrestre para el retorno de los migrantes venezolanos que
carezcan de medios propios para el regreso. Dicha medida reconoce implícitamente la
problemática de la emigración reciente de venezolanos, sin embargo no le da el
reconocimiento a la magnitud de migraciones de venezolanos, ni plantea soluciones
estructurales que fomenten el retorno voluntario de estos por causas distintas al
asentamiento no exitoso en otros países.

De esta manera, se observa que en Venezuela la acción política respecto a la


migración es completamente abstracta. El Estado no define un objetivo marco del cual
desarrollar su Política Pública en esta materia, sino que el contenido de las regulaciones y
acciones, que surgen producto de las exigencias del contexto, definen la acción política.
Entonces, respecto de la pregunta sobre en qué categoría cabe la orientación de la
Política Pública sobre migración en Venezuela, entre las propuestas por Theodore J. Lowi,
considero que a la que más se acerca la realidad política descrita es al tipo de Política
Pública Constitutiva o Constituyente. ¿Por qué? Porque: el tema trata de ser
replanteado bajo un nuevo paradigma “revolucionario” a partir de la Constitución de 1999;
Se crea un nuevo marco jurídico y un nuevo esquema institucional; También porque su
aplicabilidad de coerción y sus costes son difusos, afectan a todos de manera
indeterminada, sin embargo sus beneficios y la probabilidad de la coerción son
concentrados en la población de migrantes en específico. Es decir, por ejemplo, cuando
se le otorga la nacionalidad por nacimiento por el Ius Soli al hijo de inmigrantes, la emisión
de sus documentos de identidad corren por cuenta del presupuesto público, lo mismo que
el proceso de naturalización de inmigrantes, o cuando se le permite a un extranjero
participar en un proceso electoral, sin embargo quienes terminan beneficiados es la
población de inmigrantes solamente. Así mismo, hay que decir que el interés político se ha
enfocado más en la inmigración, es decir, en la regularización de los extranjeros en
Venezuela, lo que no puede traducirse en exista una política de fomento de la inmigración.

Sin embargo, en lo relativo a la problemática que se experimenta actualmente de


los emigrantes venezolanos, se siente que ha sido silenciada por parte de las fuentes
oficiales, por lo que resulta difícil entender la razón y el objetivo de medidas como el “Plan
Vuelta a la Patria”, ni mucho menos poder medir el impacto de estas en la vida diaria de
los ciudadanos.

Es importante articular las propuestas expuestas anteriormente con las


recomendaciones y acuerdos internacionales que se han gestado a nivel de los foros
sociales mundiales de migración, que reiteran la necesidad de establecer políticas
públicas con una perspectiva de desarrollo y migración con énfasis en los derechos
humanos. Con base en estos ejes se ratifica el compromiso de responder a las
oportunidades y desafíos que plantea la migración para los países de origen, tránsito y
destino, lo cual exige la colaboración internacional para transitar de la migración irregular a
una migración segura, ordenada y garante de los derechos humanos.

Previamente, en el Diálogo Internacional sobre la Migración 2013 (OIM, 2013b) se


trabajó un enfoque que permita involucrar, facultar y habilitar a la diáspora migrante para
facilitar la identificación de políticas públicas y programas que promuevan el desarrollo en
las comunidades de origen, es decir, se busca proporcionar los canales para potenciar los
beneficios de su contribución.

Finalmente, siendo la migración un fenómeno multidimensional, se requiere un


tratamiento multidisciplinario e interestatal, lo que ratifica la necesidad de nuevas
metodologías, instrumentos e institucionalidad para diseñar estratégicamente políticas
públicas activas con enfoque transversal que articulen diferentes organismos públicos,
niveles de gobierno y los diversos actores sociales nacionales e internacionales en el
proceso migratorio.

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