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Mes de Elul (Ani le dodi ve dodi li)

Si tuvieras una importante cita en un juzgado —una que determinará tu futuro


financiero, o incluso tu propia vida— te asegurarías de estar preparado varias
semanas antes.

En Rosh HaShaná, cada persona es juzgada por el mérito de sus acciones. Si


pasará el año con vida o no. Si tendrá éxito financiero o la ruina. Si estará sano o
enfermo. Todas estas cosas se determinan en Rosh HaShaná.

Elul, el mes previo a Rosh HaShaná, da comienzo a un período de intensa


introspección, de clarificar los objetivos de la vida, y de acercarse a Dios. Es un
tiempo para entender cuál es el propósito de la vida, en vez de avanzar
superficialmente a través de ella acumulando dinero y buscando gratificaciones.
Es un momento en el que damos un paso atrás y nos miramos a nosotros crítica y
honestamente, como lo han hecho los judíos desde tiempos inmemoriales, con la
intención de mejorar.

Las cuatro letras hebreas de la palabra Elul (alef, lamed, vav, lamed) son las
primeras letras de las cuatro palabras Ani le dodí ve dodí li, 'yo soy para mi amado
y mi amado es para mí' (Cantar de los cantares 6:3). Estas palabras resumen la
relación entre Dios y su pueblo.

En otras palabras, el mes anterior a Rosh HaShaná es un momento en el cual


Dios se acerca a nosotros, en un esfuerzo por crear una atmósfera más espiritual
e inspiradora, una atmósfera que estimule laTeshuvá.

Un período de 40 días

Rebobinemos 3.000 años hacia el desierto del Sinai. Dios ha dicho los Diez
Mandamientos, y los judíos han construido el becerro de oro. Moisés
desesperadamente suplica a Dios para que perdone a la nación.

En el primer día de Elul, Moisés sube al Monte Sinai, y 40 días después —en Iom
Kipur— regresa al pueblo, con un nuevo par de tablas en la mano.

Para nosotros también, el mes de Elul comienza un período de 40 días que


culmina en el día más sagrado del año, Iom Kipur.
¿Por qué 40 días? Cuarenta es un número de limpieza y purificación. Las lluvias
del diluvio de Noaj se prolongaron durante 40 días, y la mikve, el baño ritual de
purificación, contiene 40 medidas de agua.

Elul es una oportunidad enorme. Durante este tiempo, muchas personas


aumentan su estudio de Torá y realizan buenas acciones. Y muchos también
hacen un jeshvón diario; una contabilidad espiritual de pérdidas y ganancias.

Adiciones a los servicios

Comenzando el segundo día de Rosh Jodesh Elul, es la costumbre ashkenazí


tocar el Shofar cada mañana después de las plegarias matutinas, con el fin de
despertarnos para el Día del Juicio que se aproxima. El sonido del Shofar nos
inspira a aprovechar la oportunidad de Elul al máximo.

También a partir de Elul, nosotros decimos el Salmo 27 en los servicios de la


mañana y la noche. En este Salmo, el rey David exclama: "Una cosa pido... habitar
en la casa de Dios todos los días de mi vida". Nos centramos en la fuerza
unificadora de Dios en nuestras vidas, y nos esforzamos por aumentar nuestra
conexión con la dimensión trascendente del infinito.

Selijot

Comenzando el sábado por la noche antes de Rosh HaShaná, recitamos Selijot,


una serie especial de oraciones que invocan la misericordia de Dios. Si Rosh
HaShaná cae al comienzo de la semana, entonces Selijot comenzará el sábado
por la noche de la semana anterior. (Los sefaradim comienzan diciendo Selijot en
Rosh Jodesh Elul).

Tras el pecado del becerro de oro, Moisés le pidió a Dios que le explicara el
sistema a través del cual se relaciona con el mundo. La respuesta de Dios,
conocida como "los 13 atributos de misericordia", constituyen la esencia de las
oraciones de Selijot. "Los 13 atributos" hablan de "la paciencia de Dios". El mismo
Dios que nos creó sin antecedentes y en un mundo de oportunidades, nos da otra
oportunidad si es que hemos abusado de la primera.
Las Selijot deben decirse con minián. Si esto no es posible, entonces las Selijot se
recitan de manera individual, omitiendo las partes en arameo y "los 13 atributos de
misericordia".

Finalmente, el aspecto más importante de Elul es hacer un plan para la vida.


Porque cuando llegue el gran día, y cada individuo se para ante Dios para pedir
por un año más, ¡querremos saber qué es lo que estamos pidiendo!

Elul: El mes para agradecerle a Dios


Gracias por mis pies, por mis manos y por el accidente que nunca ocurrió.
por Sara Debbie Gutfreund

F a c e b o o k 3.4KGmailTwitterMás...445

Estoy parada al borde del bote, con un pesado tanque de aire colgando en mi
espalda. El océano refleja el sol del atardecer como si fuese un espejo de fuego.
Pensé que estaba lista, pero ahora ya no estoy segura de estarlo. Aprendí cómo
debo respirar, cómo comunicarme con mis manos, cómo mantenerme en calma
mientras desciendo hacia el fondo del océano, pero ahora en todo lo que puedo
pensar es en cuán pesado es el tanque y en cuán indefensa estaré bajo su peso.

El instructor nos dice a gritos, y su voz es amortiguada por el viento: "Ahora


déjense caer de espaldas al agua". Yo titubeo. ¿Cuán hondo voy a hundirme? Las
desconocidas profundidades me son invisibles cuando miro por un instante la
agitada superficie que choca contra el bote y salpica mis pies con agua congelada.
Pero no quiero retrasar al grupo. No quiero ser la única que no puede simplemente
darse vuelta y dejarse llevar. Así que lo hago.

Caigo de espaldas desde el borde del bote, y me hundo cada vez más hondo en
dirección hacia el fondo del océano. Recuerdo cómo respirar. Miro a los otros
buzos nadando a mi alrededor como elegantes sombras. Veo arrecifes de coral
con miles de peces multicolores nadando entre ellos. Veo una gigantesca tortuga
marina nadando lentamente. Y sobre mí, veo danzar por sobre la superficie un
rayo de luz que pareciera provenir de otro mundo. Aquel mundo que hay por sobre
nuestro parece estar tan lejano ahora. Aquí, en el fondo del océano, hay tanta
calma que puedo escuchar el latido de mi propio corazón. No puedo creer que
ayer no sabía que la vida era tan profunda. No puedo creer que casi me rehusé a
dejarme llevar, a caer de espaldas, a confiar en que recordaría cómo respirar.
Cuando llega el mes hebreo de elul, me siento como me sentí en aquel momento,
parada al borde del bote de buceo. Porque cada día de este mes, Dios se acerca
más a nosotros. Nos hace señas para que miremos bajo la superficie y nos
dejemos caer de espaldas en sus brazos. Soy para mi amado como mi amado es
para mí. Él quiere que nos dejemos llevar y que confiemos en Él. Que usemos el
poder de su amor para crecer y cambiar. ¿Pero dónde debemos comenzar?

Yo solía creer que el cambio comienza con fortalecer la voluntad. Pero la voluntad
puede ir y venir, dependiendo de cuán cansados, hambrientos o solitarios nos
sintamos. ¿Quizás el cambio comienza con cambiar un pequeño hábito? He hecho
eso, y es verdad que en un mes la mayoría de nosotros podemos exitosamente
cambiar un pequeño hábito, pero elul puede ser tanto más que eso. Dios nos está
dando en este mes una oportunidad para ver todo un mundo nuevo. Un lugar
mágico, cálido y hermoso que durante todo el año estuvo bajo la superficie de
nuestras vidas cotidianas. Él quiere que sintamos cuánto nos ama. Quiere que nos
demos cuenta del milagro que es cada respiro que damos. Quiere que prestemos
atención a la belleza de la luz del atardecer cuando danza por sobre la superficie.
Quiere que oigamos el latido de nuestro propio corazón.

Entonces, ¿cómo podemos acceder a aquel lugar bajo la superficie? Rav Nóaj
Weinberg zt'l solía hacer una simple pero fascinante pregunta: Si pones un sobre
con un millón de dólares en la casa de una persona pobre, pero esa persona no se
da cuenta que el sobre está allí, ¿él es rico o pobre? Si tienes miles de regalos en
tu vida pero estás demasiado distraído o deprimido como para verlos, ¿realmente
tienes esos regalos? Técnicamente, la persona pobre que tiene el sobre del millón
de dólares es rica. Y tú tienes los miles de regalos incluso si no los ves. Pero si no
miras en el interior del sobre, no puedes usar lo que tienes. Y quizás este es el
lugar por el que debemos comenzar. Probablemente el mayor secreto para
cambiar es la gratitud.

Porque cuando estamos agradecidos, nos sentimos conectados. Este es el mes


de construir conexiones. Con Dios. Con nuestro prójimo. Con la vida. Y cuando
estamos agradecidos, sabemos lo que tenemos. Y nos damos cuenta de todos los
regalos que tenemos en nuestras vidas, y podemos utilizarlos para crecer.

Así que este es el mes para decir gracias. Por el primer respiro que das cuando te
despiertas por la mañana. Por tus piernas. Por tus brazos. Por tus ojos. Por tus
oídos. Por tu vida. Por la luz del sol al amanecer y por los cientos de actos de
bondad que Él realiza por nosotros sin que ni siquiera sepamos. Por el accidente
de tránsito que no ocurrió porque llegaste cinco minutos tarde. Por la enfermedad
mortal que resultó ser benigna. Por el juguete que tu bebé no se tragó. Por el
horrible decreto que fue transformado en una serie de pequeños inconvenientes y
congestiones vehiculares. Gracias Dios por toda la bondad y la compasión que
has puesto en mi vida.

Gracias por los océanos y por las montañas. Por los árboles y por el pasto, y por
el color del cielo veraniego al atardecer. Gracias por los amigos, por la familia, y
por el amable extraño que recogió las llaves que se me habían caído. Gracias por
darme esperanza y potencial y nuevos comienzos. Gracias por este mes de
cercanía y luz. Por enseñarnos cómo caer de espaldas en tus brazos, dejar ir
nuestros miedos, respirar en medio de la oscuridad.

No puedo creer que ayer no sabía que este mundo existía. Ni siquiera había visto
lo que está dentro del envoltorio. Ni siquiera sabía cuánto me amas. Ahora lo sé. Y
eso lo cambia todo

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