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Cultura wari

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Wari

Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 100-1200 d.C

Localización Parte central de los Andes centrales. En el


actual Perú.

[editar datos en Wikidata]

La cultura wari o huari fue una civilización andina que floreció en el centro de
los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el XIII d. C., llegando a
expandirse desde los actuales departamentos peruanos de Lambayeque por el
norte, Moquegua por el sur y hasta la selva del departamento del Cuzco por el
este.
La ciudad más grande asociada con esta cultura es Wari, que se encuentra
ubicada unos 20 kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta
ciudad fue centro de un imperio que cubría la mayor parte de la sierra y la costa
del Perú actual. El Imperio wari estableció centros arquitectónicos distintivos en
muchas de sus provincias, tales como Cajamarquilla o Piquillacta. Es, junto
al Imperio incaico, una de los dos únicas culturas consideradas «imperiales»
aparecidas en el hemisferio sur.
Su principal actividad era de carácter militar. Combatieron a lo largo y ancho
del territorio peruano, conquistando los diversos señoríos de su tiempo.
También tuvieron grandes centros religiosos como Pachacámac en Lima.

Índice

• 1Historia
o 1.1Periodificación de la cultura wari
▪ 1.1.1La etapa 1A
▪ 1.1.2La etapa 1B
▪ 1.1.3Las etapas 2A y 2B
▪ 1.1.4Etapas 3 y 4
• 2El Imperio wari (600 a 1200 d. C.)
o 2.1Influencia tiahuanaco
▪ 2.1.1Monolitos
o 2.2Expansión wari
▪ 2.2.1Presencia wari en el litoral
▪ 2.2.2Incursión wari en la selva
• 3Política y economía
• 4Arte
o 4.1Arquitectura
o 4.2Textilería
o 4.3Metalurgia
• 5La ciudad de Wari
o 5.1Sectores de la ciudad
▪ 5.1.1Monqachayoc
▪ 5.1.2Capillapata
▪ 5.1.3Turquesayoc
▪ 5.1.4La Casa de Blas
▪ 5.1.5Canterón
▪ 5.1.6Ushpa Qoto
▪ 5.1.7Robles Moqo
▪ 5.1.8Campanayoq
▪ 5.1.9Trankaqasa
▪ 5.1.10Ushpa
▪ 5.1.11Gálvezchayoq
▪ 5.1.12Churucana
• 6Sitios provinciales de la cultura wari
o 6.1Castillo de Huarmey
• 7El Señor de Wari
• 8Véase también
• 9Bibliografía
• 10Referencias
• 11Enlaces externos
Historia[editar]

Vasija wari pintada con forma de cabeza (Museo Walters de Arte).

La evidencia arqueológica apunta que los waris tomaron el control de una serie
de pequeños pueblos en el valle
de Ccarahuarazo en Ayacucho aproximadamente en el año 600 dC, durante la
expansión inicial del imperio. La incursión provocó el abandono de varias de las
aldeas existentes en el valle, y una fue parcialmente destruida para dar cabida
a un centro administrativo wari conocido como Jincamocco. Los wari
introdujeron la agricultura en terrazas en el área (andenes), cambiando los
cultivos básicos del valle de tubérculos y maíz. Se han encontrado estructuras
de almacenamiento wari en el área, aparentemente "emparejadas" con algunos
de los sitios agrícolas de las aldeas restantes; probablemente se usaron para
almacenar ambos cultivos básicos. La ocupación wari del valle de
Ccarahuarazo duró hasta aproximadamente el año 800 dC, lo que provocó el
abandono de la mayoría de los sitios del valle después de esa época.1
Al principio, los wari expandieron su territorio para incluir el antiguo oráculo
de Pachacámac, aunque parece haber permanecido en gran parte autónomo.
Más tarde, los wari se convirtieron dominantes en gran parte del territorio de las
culturas Moche, Recuay, Lima y Nazca. Se ha debatido el motivo de esta
expansión; se cree que fue impulsado por la conversión religiosa, la difusión del
conocimiento agrícola (específicamente la agricultura en terrazas), o conquista
militar. El militarismo y la amenaza/violencia asociada que lo acompaña han
desempeñado un papel constante en la expansión y el mantenimiento de los
imperios antiguos, y wari no es una excepción. La evidencia de la violencia
presente en la cultura wari es más visible en la ciudad de Conchopata.2
Como resultado de siglos de sequía, la cultura wari comenzó a deteriorarse
alrededor del año 800 d.C. Los arqueólogos han determinado que la ciudad
de Wari se despobló dramáticamente hacia el año 1000 d. C., aunque continuó
ocupada por un pequeño número de grupos descendientes. Los edificios en
Wari y en otros centros gubernamentales tenían puertas que fueron
bloqueadas deliberadamente, como si los wari tuvieran la intención de regresar,
algún día cuando regresaron las lluvias.3 Sin embargo, cuando esto sucedió,
los wari se habían desvanecido de la historia. Mientras tanto, los menguantes
residentes de las ciudades wari cesaron todas las construcciones importantes.
La evidencia arqueológica muestra niveles significativos de violencia
interpersonal, lo que sugiere que las guerras y las incursiones aumentaron
entre grupos rivales tras el colapso de la estructura del estado Wari.4
Periodificación de la cultura wari[editar]
La cultura wari fue una cultura política y social estatal que surge entre el
550 d. C. y el 900 d. C. (aunque existen discrepancias sobre los fechados entre
algunos investigadores). Dorothy Menzel dividió a la cultura wari en
seis etapas: 1A, 1B, 2A, 2B, 3 y 4.5
La etapa 1A[editar]

Huaco wari.

En la etapa 1A surge la ciudad capital denominada Wari, que dio el nombre a


esta cultura. En este periodo se nota una elevada influencia de la mitología
tiahuanacota deducida de las vasijas halladas en Conchopata (Ayacucho), en
donde se representa repetitivamente el tema plasmado en la Portada del
Sol de Tiahuanaco.5
Existen dos estilos alfareros waris representativos de este periodo,
denominados «qonchopata» y «chakipampa A». La influencia tiahuanacota se
evidencia también en el templete semisubterráneo encontrado en la ciudad de
Wari. También durante este periodo destacan enclaves en la costa
de Ica y Moquegua.
La etapa 1B[editar]
En esta etapa la característica principal son los grandes cambios en la
estructura sociopolítica wari. La ciudad de Wari crece debido a la migración
procedente de las zonas rurales. En el campo político, el Estado wari se
fortalece y se expande; se desarrollan los centros provinciales
de Honcopampa y Huilcahuaín, en el callejón de
Huaylas; Huiracochapampa y Marcahuamachuco en La
Libertad y Piquillacta en el Cuzco. Evidencias arqueológicas afirman el
posicionamiento wari en la costa central y sur; y algunas evidencias
arqueológicas en el valle del Santa.5
Asimismo se fundan sitios como Huarihuilca, Jincamoco y Waywaka, todos
estos sitios estuvieron interconectados por redes viales.
Los sitios al norte de Wari evidencian la adaptación de los estilos
arquitectónicos de los waris a los estilos locales, alterando algunos conceptos y
asimilando otros.
En la alfarería destacan los estilos denominados «Robles moqo»,
«Chakipampa B» y «Pacheco», este último asociado a un sitio arqueológico de
importancia en la zona de Nazca.5
Las etapas 2A y 2B[editar]
Durante la etapa 2A y 2B existen evidencias de una reestructuración política y
una última expansión; destacando por centralizar aún más el poder en la
ciudad de Wari. Esto origina que la ciudad alcance su máxima extensión y su
mayor índice demográfico, naciendo nuevas urbes periféricas como
Jargampata y Azángaro en San Miguel y Huanta respectivamente.5
Los estilos alfareros predominantes durante el periodo 2A fueron «viñaque»,
«atarque» y «pachacamac». Surgen además los sitios costeños de Socos (en
el valle del río Chillón) y Conoche (en Topará).
En la época 2B, la cultura wari se expande hasta la ciudad de Cajamarca, se
consolida en la serranía de La Libertad y Moquegua, y avanza hasta Sicuani.5
En cuanto a religión, el sitio de Pachacámac gana prestigio durante el periodo
2A, y para el periodo 2B propaga su influencia estilística hacia la zona
de Ica y Huancayo.5
Etapas 3 y 4[editar]
Estas son las etapas de la decadencia de la cultura wari. En la etapa 3 se inicia
la decadencia de la ciudad de Wari; sin embargo el sitio de Pachacámac
mantiene su prestigio religioso, además de surgir en Huarmey un sitio
influenciado en la arquitectura por los waris.5
En la etapa 4 se inicia un periodo de desecamiento de la sierra, un cambio
climático que perduraría por un largo espacio de tiempo y que posiblemente
sea la causa del colapso del Estado panandino wari.5

El Imperio wari (600 a 1200 d. C.)[editar]


Artículo principal: Imperio Wari
La expansión aproximada del Imperio Wari en América Latina ca. 800 dC

Jarrón antropomorfo. El jarrón representa a un guerrero con pinturas faciales, un tocado


semiesférico y una túnica elaborada.

La presencia del dios de los báculos en las vasijas rotas wari, que se asemeja
a una divinidad que aparece grabada en la «Puerta del Sol» de Tiahuanaco,
indicaría influencia cultural tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada en
unas grandes urnas ayacuchanas que se conocen como estilo conchopata,
pues este es el sitio donde se les encontró por primera vez. La influencia
de Tiahuanaco, así como la de Nazca sería crucial en la formación cultural y
religiosa de esta cultura.
En Ayacucho existió la cultura huarpa, que desarrolló importantes contactos
económicos con los nazcas, permitiendo que en Ayacucho se produjera un
notable desarrollo de la producción artesanal y cultural. Los huarpas
abandonaron sus pueblos para reunirse en la ciudad de Wari y otras cercanas.
Estos pobladores tenían una larga tradición militar debido a las constantes
luchas por los recursos en las montañas.
Estas son las condiciones que permiten el tránsito de huarpa a wari, entre los
años 560 a 600; se desarrolló una cerámica ceremonial conocida como «robles
moqo» que tiene un área mayor, que involucra al menos las regiones de
Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de
Huaylas.
En la ciudad de Wari se pueden observar edificaciones monumentales como
edificios públicos de varios tipos, mausoleos, templos y residencias, siendo las
más conocidas las del sector denominado Uspa Qoto, Capillayoq, en el sector
llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra muy bien labradas, son una
especie de mausoleos con varias cámaras; son subterráneos.
Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios
de la ciudad. Al pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de
canales para el abastecimiento del agua.
Cubre una extensión aproximada de 120 hectáreas en su parte más densa,
donde vivieron algunos miles de familias. La ciudad está construida con piedras
rústicas, con murallas muy altas hechas de piedra y barro, con terrazas y
plataformas hechas también con ese material.
En la ciudad de Wari se producía fina cerámica policroma, bellos tejidos
también polícromos, pequeñas esculturas de turquesa, joyas y otras
artesanías.
Influencia tiahuanaco[editar]

Monolitos waris, en Ayacucho (Perú).

La cultura tiahuanaco se desarrolló en el altiplano andino entre los años 1580


a.C.6
Influenció en los waris sobre todo en el aspecto religioso y cultural. En algunas
de sus cerámicas se aprecia la representación de divinidades con
rasgos antropomorfos y zoomorfos, similar a Wiracocha (dios de los báculos)
de los tiahuanacos. Esta divinidad se ve en las culturas posteriores
tiahuanacas, que aparece representado en la conocida Puerta del Sol, ubicada
en el complejo de Kalasasaya (en Bolivia).
Monolitos[editar]
Los monolitos waris tienen influencia tiahuanacota, sin embargo sus personajes
no muestran las posiciones severas que caracterizan a los monolitos de la
civilización del collao.7
A diferencia de los monolitos de Tiahuanaco, no portan cetros ni armas, y
además son robustos. La similitud con Tiahuanaco son los lagrimones en los
ojos (presentes también en los monolitos de Ponce y Bennet).7
Los monolitos waris descansan sobre un pedestal y se guardaban en una
antigua hacienda en Huacaurara hasta su traslado a la ciudad de Ayacucho, en
donde se conservan en la actualidad.7
Expansión wari[editar]

Arquero wari.

Dentro de las tres grandes épocas de los waris, la segunda época


(siglo VII a X) es de máximo apogeo y está representado por el estilo de
cerámica llamado propiamente wari, con sus variedades regionales:

• Viñaque,
• Atarco,
• Pachacámac,
• Qosqopo, y otros.
Esta es la época imperial wari, cuando su expansión
alcanza Lambayeque y Cajamarca (por el Norte) y llega
hasta Moquegua y Cuzco (por el Sur). Desde Cuzco hasta Chile y este de
Bolivia se extendía Tiahuanaco.
Los waris lucharon y conquistaron los pueblos cercanos mediante un ejército
cuyas principales armas fueron las hachas de piedra, porras de metal, arcos y
flechas. Los waris introducen una concepción nueva de la vida urbana,
implantando el modelo de gran centro urbano amurallado.
Las ciudades wari más conocidas son Piquillacta (en el Cuzco)
y Huiracochapampa (en Huamachuco), que a su vez son los territorios
extremos del imperio.
La ciudad de Wari basó principalmente su economía en la explotación imperial,
es decir en la explotación de las colonias que fue conquistando mediante la
guerra, tanto los tributos de las colonias como otros factores de dominación,
permitieron el mantenimiento de esta gran ciudad.
La tercera época es de declinación y descomposición política económica de los
waris, con el abandono de la ciudad y la pérdida de su control sobre las
antiguas colonias.
Después del siglo XI, los pueblos sometidos al Imperio wari retoman su camino
independiente de desarrollo, y Ayacucho ingresa a una etapa de franco
subdesarrollo con abandono del patrón de vida urbano y retorno a una reducida
población rural aldeana, similar a las tempranas fases de Huarpa.
Las diferentes regiones del imperio se fueron independizando del poder de la
capital y finalmente esta quedó abandonada y acabó siendo saqueada. Luego
de desaparecer el poder imperial las grandes ciudades fueron abandonadas y
en muchas regiones se regresó a la vida basada en aldeas poco desarrolladas.
Otras regiones, sin embargo se embarcaron en un nuevo florecimiento regional
fundándose de esta manera los reinos y señoríos del período Intermedio
Tardío tales como Lambayeque, Chimú, Chancay, Ichsma, Chincha o
el señorío inca, etc.
Sin embargo, los enfrentamientos entre estos grupos no acabaron y la
formación de ejércitos, batallas e intentos de conquista continuaron hasta el fin
del Imperio incaico.
Presencia wari en el litoral[editar]

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).

Gato andino en los Petroglifos de Toro Muerto.

La costa de las actuales regiones Ica y Arequipa muestran contactos con las
culturas de las serranías contiguas desde tiempos anteriores a los waris, y
durante el apogeo de los waris la presencia en esta zona es innegable, aunque
las evidencias manifiestan que luego del ocaso de los waris las sociedades de
esta zona cambiaron patrones culturales y reorientaron sus contactos hacia
otros centros costeros. En esta zona surge el estilo alfarero «atarco» de gran
influencia tiahuanacota y que es uno de los estilos característicos del periodo
«2A» de Wari.5
Pero si bien en la costa sur no se discute la presencia wari, el problema surge
al tratar de vincular la cultura wari con las sociedades de la costa central y
norte, correspondiente a los departamentos de Lima, Áncash, La
Libertad y Lambayeque. En esto existen desacuerdos entre los que investigan
estas zonas aunque entre los años 90s e inicios del primer decenio del
siglo XXI se han descubierto nuevas evidencias de la incursión wari en la costa
de la actual región Lima.
En la costa central del actual Perú floreció la cultura Lima y en la costa norte
la cultura Moche, que durante el periodo 1B, 2A y 2B de Wari se evidencian
cambios que probarían la injerencia wari a pesar de no encontrarse centros
urbanos con características arquitectónicas waris.
En la costa norte los estilos alfareros clásicos de wari están ausentes, aunque
se han encontrado cerámicas wari en tumbas moche, pero a manera de
ofrendas. Federico Kauffmann Doig sostiene que la presencia de los waris en el
territorio mochica aceleró el proceso de decadencia de esta última en tanto que
los mochicas ya se encontraban en un proceso de declive. Esto se evidenciaría
a partir de la cerámica moche correspondiente a esta época que deja de ser
bicolor y adopta patrones rojo-negro-blanco de wari. Además el rostro del dios
del agua moche tomó características tiahuanacoides traídas al norte por wari. Y
si bien es cierto que no se construyeron centros administrativos, bien pudieron
ser administrados desde el centro provincial de Huiracochapampa en
la provincia de Sánchez Carrión en las serranías de La Libertad.7 Aunque la
arquitectura wari no se impuso en el territorio moche, existen evidencias que
durante el periodo V de Moche (periodo que coincide con la expansión wari) los
patrones arquitectónicos de los moches cambiaron, como lo evidencian los
restos arqueológicos de «Pampa Grande» y «Galindo».
En el caso de la región Lambayeque, además de la influencia moche y wari,
convergen la cultura Cajamarca y otras formas locales, pero existen evidencias
de la presencia wari hasta el 850 d. C. aproximadamente, cuando florece en
esa zona la denominada cultura Lambayeque, a la que Shimada denomina
«Sicán». Esta cultura basa su religión en un dios denominado «Naylamp», que
no presenta rasgos ni influencias tiahuanacoides.
Fardo funerario wari.

Más al sur, en Pachacámac, su oráculo tomó importancia durante el periodo 2


de Wari. Según John Rowe, Pachacámac pudo haber nacido como una colonia
que mantuvo vínculos con Wari. Sin embargo no se ha encontrado en
Pachacámac la clásica arquitectura wari. Según algunos autores Pachacámac
toma independencia de Wari aunque otros asocian la presencia wari en la
representación de un ser mitológico denominado «El grifo de Pachacámac» de
características ornitomorfas; según las investigaciones de Menzel, los orígenes
de este personaje están en Conchopata, otros autores argumentan sus
vínculos iconográficos con Tiahuanaco. Luego del ocaso wari, el oráculo
de Pachacámac continúa vigente prevaleciendo incluso hasta el tiempo de
los incas, de la cual quedan los más evidentes restos arqueológicos en el sitio.5
Otro caso de incursión podría representar el sitio de Cajamarquilla, el cual
presenta evidencias de haber sido ocupado anteriormente por lo cual algunos
autores afirman que fue desocupado antes de los waris y reutilizado por estos;
otros autores niegan la incursión wari en Cajamarquilla.5
En agosto de 2008 se encontró un fardo funerario wari en la huaca Pucllana al
cual se le denominó «La Dama de la Máscara», lo que demostraría que
conquistaron a la cultura Lima en sus años de decadencia.[cita requerida]
Incursión wari en la selva[editar]
El interés de los waris por la selva está ligado al consumo y producción de
la hoja de coca. Existen evidencias del ingreso de la cultura wari por la cuenca
del río Apurímac; esta incursión se dio para el manejo de áreas de cultivo de
cocales, estos cultivos fueron manejados desde los sitios de «Vista Alegre» y
«Palestina», ambos investigados por S. Raymond.5
«Vista Alegre» y «Palestina» fueron dos centros construidos bajo los patrones
arquitectónicos clásicos de wari, que tuvieron una extensión entre 15 y
30 hectáreas y que a su vez articularon otros centros administrativos más
pequeños en la cuenca del río Apurímac. Estos dos centros distan 20 km el uno
del otro; «Vista Alegre» a la margen izquierda río abajo y «Palestina» en la
margen contraria; sus restos arqueológicos no se encuentran bien conservados
pero la cerámica hallada tiene similitud con la hallada en Jargampata y Wari;
por otra parte sus construcciones cuadrangulares y sus edificios ortogonales
son clásicos de la arquitectura wari.5
La colonización de la selva por parte de los waris fue una labor costosa por
tratarse de un territorio de difícil acceso, lo que manifiesta una administración
eficiente y un poder muy centralizado.5
Además de la hoja de coca, también se cree que los waris pudieron estar
interesados en los cultivos de algodón, plumas y aves exóticas, monos, plantas
alucinógenas y patas de tapir; esto se deduce debido a que estos elementos
estuvieron asociados al arte y la cultura en la ciudad de Wari.5

Política y economía[editar]
Máscaras funerarias wari en exposición en el Museo de Sitio Pachacámac.

Poco se sabe sobre los detalles de la estructura administrativa wari, ya que no


parecían utilizar una forma de registro escrito. En cambio, usaron una
herramienta llamada Quipu o "registro de nudos". A pesar de ser más conocido
por su uso en la contabilidad inca, muchos estudiosos creen que el primer uso
como herramienta de registro ocurrió en Wari.8 Los arqueólogos, sin embargo,
aún confían en una arquitectura administrativa homogénea y evidencia de una
estratificación social significativa para ayudar a comprender mejor la compleja
jerarquía sociopolítica de Wari.
El descubrimiento a principios de 2013 de una tumba real intacta, en el Castillo
de Huarmey, ofrece una nueva perspectiva de la influencia social y política de
los wari durante este período. La variedad y extensión de los artículos
funerarios que acompañan a las tres mujeres reales indican una cultura con
una riqueza material significativa y el poder de dominar una parte significativa
de la costa norte del Perú durante muchas décadas.9
Otro ejemplo de entierros que ayudan a establecer la estratificación social es
en la ciudad de Conchopata donde se han encontrado los restos de más de
200 individuos. Esta ciudad se encuentra a unos 10 km de la ciudad capital.
Antes de su excavación, se creía que la ciudad era de alfareros, pero los
entierros estudiados mostraron que había sirvientes, clase media, élite e
incluso quizás reyes o gobernadores bajos ocupando la ciudad.10
Investigaciones posteriores sobre una selección aleatoria de los entierros del
sitio han demostrado que el 26 por ciento de los cráneos adultos masculinos y
femeninos estudiados tenían al menos una herida posterior, mientras que solo
las mujeres habían sufrido heridas anteriores. Los diferentes niveles de
violencia basados en el sexo son evidencia de algún tipo de jerarquía
sistemática.
En el manejo económico la sociedad wari no tuvo posesión de la moneda ni el
mercado, el estado monopolizó el abastecimiento, producción y distribución de
los principales recursos. Además los waris utilizaron varias modalidades de
producción, tributación e intercambio, el control de la economía se logró a
través del establecimiento de centros administrativos provinciales.
Los waris implementaron el sistema de adjudicación de trabajo. Se piensa que
dio origen a la mita. Exigía tributos en trabajo (días de trabajo para el Estado),
en donde se repartían las horas y el trabajo a desarrollar, y se lo retribuía con
alimento y alojamiento. Esta forma de organización de trabajo luego fue
adoptada por los incas.11

Arte[editar]
Arquitectura[editar]

Centro administrativo de Piquillacta, construido por la cultura wari en el Cuzco.

Durante su período de expansión, el estado Wari estableció centros


administrativos arquitectónicamente distintivos en muchas de sus provincias,
pero a menudo no tenían una planificación formal como muchas otras ciudades
andinas. Estos centros son claramente diferentes a la arquitectura de
Tiahuanaco, que algunos académicos (como John W. Janusek) creen que fue
un estado más federalizado. La arquitectura wari estaba hecha con mayor
frecuencia de piedras de campo en bruto que habían sido recubiertas con yeso
blanco. Los recintos solían ser grandes y rectangulares sin ventanas, con solo
unas pocas entradas, y los sitios no tenían un lugar central para que la gente
se reuniera para los rituales o las ceremonias. Esto contrasta casi directamente
con Tiahuanaco, donde había un plan arquitectónico más abierto que
fácilmente podía acomodar a varias personas a la vez.
Una forma de arquitectura distintiva de los wari fue el uso de estructuras en
forma de D. Estas estructuras se usaban comúnmente para templos y eran
relativamente pequeñas con solo 10 metros.12 Usando centros administrativos
como sus templos, los wari influyeron mucho en el campo circundante.
A lo largo del Qhapaq Ñan, se encontraron varios sitios provinciales wari, lo
que sugiere que estos usaron una red vial similar. También crearon nuevos
campos con tecnología de campo en terrazas, en la que los incas también se
inspiraron.13
Textilería[editar]

Sombrero wari de cuatro puntas (Museo de Arte de Cleveland).

Los wari son particularmente conocidos por sus textiles, que estaban bien
conservados en los entierros del desierto. La estandarización de los motivos
textiles sirve como evidencia artística del control estatal sobre la producción de
arte de élite en el estado Wari.14 Los textiles sobrevivientes incluyen tapices,
sombreros y túnicas para funcionarios de alto rango. Hay entre seis y nueve
millas de hilo en cada túnica y, a menudo, presentan versiones muy abstractas
de motivos artísticos andinos típicos, como el dios de los báculos. Es posible
que estos diseños abstractos sirvieran de "un código misterioso o esotérico
para mantener alejados a los sujetos extranjeros no iniciados" y que las
distorsiones geométricas hicieran que el pecho del usuario pareciera más
grande para reflejar su alto rango.
Metalurgia[editar]
Existen vestigios de trabajos metalúrgicos wari en oro, cobre y bronce,
utilizando las técnicas del vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado.
Algunos autores sostienen que el trabajo metalúrgico en Wari tuvo
antecedentes tiahuanacotas, en cuanto a las técnicas utilizadas; otros
sostienen que la metalurgia en Wari tiene sus orígenes en Waywaka, un sitio
arqueológico ubicado en Andahuaylas e investigado por Grossman, en donde
se encontraron piezas de metal de mucha antigüedad.5
Algunos de los trabajos metalúrgicos más complejos de la cultura wari fueron
hallados en el sitio de Conchopata por Denise Pozzi-Escot15y analizados por
Ríos. Se trataría de un taller metalúrgico dedicado al trabajo del oro y el cobre,
cuyo principal producto fueron los «tupus» o «topos», la cantidad de estos
«tupus» es abundante en el sitio de Conchopata, pero estos tupus de similares
características también fueron encontrados en Huamachuco, Jargampata y
Azángaro, por lo cual se piensa que Conchopata fue un centro de producción a
gran escala de estos artefactos.5

La ciudad de Wari[editar]
Artículo principal: Complejo arqueológico Wari

Parte del complejo arqueológico Wari.


Losa de piedra wari que pudo haber sido utilizada como un lugar para sacrificar llamas o un espejo
de agua.

Momia wari en el Museo Antropológico.

La ciudad de Wari fue la capital del estado del mismo nombre. Se encuentra a
unos 15 km de la actual ciudad de Ayacucho. El núcleo urbano de Wari alcanzó
durante la «época 2» un área de ocupación de unas 2000 hectáreas (su mayor
expansión) de la cual quedan como vestigios arqueológicos varias callejuelas
con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y edificios de viviendas
de varios pisos5 que forman actualmente el complejo arqueológico Wari.
La mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso blanco, con lo cual la
ciudad resplandecía al sol de las montañas.
A medida que su población fue creciendo (algunos arqueólogos creen que llegó
a tener unos 70 000 habitantes),[cita requerida] también creció en importancia como
ciudad sede del poder político.
Inicialmente la ciudad debió reducirse a un centro administrativo con funciones
políticas y religiosas. Según la evidencia arqueología, la cultura wari declinó en
importancia hacia el 1000 d. C., desconociéndose a ciencia cierta cómo y por
qué fue finalmente abandonada.
Ante la baja productividad de la tierra se realizaron importantes obras
de canalización y drenaje y sobre todo se crearon terrazas agrícolas que
ampliaron notablemente la superficie cultivable. Estos andenes, construidos en
las laderas de los cerros, suelen ubicarse cerca de los complejos urbanos,
principales y secundarios, ya que satisfacían las necesidades de consumo de
estos.
Sectores de la ciudad[editar]
Varios de los investigadores que han estudiado la cultura wari han dividido la
zona central del asentamiento (que abarca 18 kilómetros cuadrados) en
12 diferentes sectores:
Monqachayoc[editar]
En este sector se encuentran las galerías subterráneas con techos formados
por grandes bloques de piedra de una sola pieza y paredes recubiertas con
lajas alargadas a manera de enchape, además de unos tubos labrados en
piedras que se sospecha fueron usados para el transporte de agua a la ciudad.
Era utilizado con fines funerarios ya que presenta mausoleos, galerías
subterráneas, un patio hundido y fosas. El principal hallazgo de este sector fue
un mausoleo construido con piedras finamente labradas que constituyen
compartimientos orientados hacia un espacio central a una profundidad de 8
metros dentro una estructura arquitectónica en forma de “D”.
Lamentablemente, ninguna de las tumbas develadas hasta el momento ha sido
encontrada intacta.16
Vegachayuq Mogo
Es una de las áreas ceremoniales más importantes de Wari. El hallazgo de una
arquitectura especial, sin precedentes en la zona a mediados de marzo de
2015, lleva a pensar en una probable capital de la cultura huarpa.16
Capillapata[editar]
Sector formado por grandes muros dobles de entre 8 y 12 metros de altura. En
la base tiene un ancho de 3 metros y en la cima entre 0,80 y 1,20 m,
alcanzando 400 m de largo. Estos muros forman grandes cercados o
'canchones'.
Turquesayoc[editar]
Llamado así por la presencia de restos de turquesa, sea en cuentas de collar o
pequeñas esculturas. Debido a la alta concentración de este material se cree
que en este sector estuvieron los talleres dedicados al trabajo de este material.
La Casa de Blas[editar]
Por toda el área se encuentran desperdigados abundantes restos de artefactos
líticos, como puntas de proyectil, punzones y pedernales. La principal materia
prima era la obsidiana, el pedernal y la pelvis de cuy.
Canterón[editar]
Llamado así porque se presume que este sector fue usado como cantera.
Ushpa Qoto[editar]
Edificios diversos cercanos a una plaza. Tres murallas grandes corren de forma
paralela, estructuras semicirculares y ambientes subterráneos.
Robles Moqo[editar]
Esta área presenta tiestos de cerámica y artefactos líticos fragmentados. Un
estilo de cerámica característico de wari toma el nombre de Robles Moqo, ya
que fue aislado tomando en cuenta los fragmentos hallados en este sector por
un guía local de apellido Robles.
Campanayoq[editar]
Recintos circulares y trapezoidales. Están en mal estado de conservación,
totalmente derruidos, solo se pueden identificar los cimientos.
Trankaqasa[editar]
16 petroglifos grabados en piedra. Se labraron surcos sobre superficies planas
que luego fueron ligeramente pulimentadas. Se representan líneas
concéntricas, volutas, serpientes, círculos y figuras geométricas.
Ushpa[editar]
En ese lugar se han encontrado figuras humanas moldeadas que delatarían
áreas específicas de servicios, talleres y almacenes.
Gálvezchayoq[editar]
Cavidad circular de 11 metros de diámetro y 10 de profundidad, excavada
intencionalmente. En el interior dos túneles cuidadosamente excavados tienen
orientación norte y sur respectivamente.
Churucana[editar]
Muros similares a los de Capillapata forman recintos trapezoidales y
rectangulares.

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