¿Reconoces esta historia?

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-"Sr. Gato, ¿Qué camino debo tomar?", pregunta Alicia ante la bifurcación en que se
encuentra.
-"¿A dónde quieres llegar?", pregunta el felino.
-"¡No lo sé!".
-"Entonces, si no sabes a dónde quieres ir, da igual qué camino tomes", responde el gato
con su peculiar sonrisa.
La conversación anterior pertenece a un pasaje del cuento Alicia en el País de las Maravillas
(parafraseado desde la escasa memoria que tengo de las palabras exactamente usadas por
Lewis Carroll).
Ahí se muestra uno de los principales desafíos que muchas personas viven hoy por hoy: no
tener dirección en su vida, ni saber si están progresando o no.
Progresando... ¿hacia dónde? Si no tienes claro a dónde quieres llegar, ¿cómo sabes si te
estás acercando? Como Alicia, ¿cómo sabes si tomar una decisión u otra?
La falta de claridad, se traduce en ausencia de foco. Y esto, lo que hace es perpetuar una
existencia reactiva en vez de proactiva. ¿Qué hacer para no caer ahí? O... ¿Qué hacer para
salir de ahí?
Para que mantengas el foco en tus objetivos y no te desvíes de ellos, te facilito algunas
claves que te ayuden a reflexionar y meditar al respecto, teniendo en cuenta que tener
claridad sobre nuestras metas y objetivos es el primer paso para llegar a conseguirlos.
Las METAS son, o deberían ser, un VEHÍCULO para experimentar satisfacción personal,
mediante la realización y el logro diario, semanal, mensual, etc. de objetivos específicos.
Son esas valiosas herramientas que nos permiten actuar de manera constante y coherente
con nuestra “Misión” de vida.
Debes saber que una META te permite tener la sensación de control en tu vida, porque te
enfoca en lo que realmente quieres, necesitas o deseas. Tus pensamientos empiezan a
concentrarse en el “cómo”, y a desarrollar planes de acción para cada uno de ellos buscando
en tu interior qué es lo que tienes que hacer, cambiar o modificar para que se lleven a cabo
tus planes. Claro está que debes partir de saber qué es lo que realmente deseas para
mejorar tu vida y lograr lo que deseas.
Para lo cual sería bueno que reflexiones sobre tres verbos de los que debes conocer su
significado y relación entre sí. Me explico.
Casi toda la gente cree que si tiene alguna cosa (más tiempo, dinero, amor o lo que sea),
puede finalmente hacer algo (escribir un libro, tener un hobby, ir de vacaciones, comprar
una casa, iniciar una relación), en la creencia de que eso le permitirá ser algo (feliz, pacífico,
contento, enamorado, etc.).

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En realidad están revirtiendo el paradigma Ser-Hacer-Tener. En el universo como en la
realidad “el tener” no produce “ser”, sino todo lo contrario. Primero eres algo llamado “feliz”
(o “conocedor” o “sabio” o “compasivo” o “valerosos”, o cualquier otra cosa), luego empiezas
a “hacer” las cosas desde ese punto de “ser” y pronto descubres que ese estar haciendo
termina proporcionándote las cosas que siempre deseaste “tener”.

En la vida, no tienes que hacer nada, todo es cuestión de lo que estás siendo… Y una vez
que establezcas una meta, tu mecanismo cibernético hará lo necesario para atraer lo que
sea necesario y conducirte hasta donde quieres ir. Pues de lo contrario, recuerda que si no
sabes a donde vas, cualquier camino te conduce allí, es decir, a ninguna parte.

¿Qué te parece? Te sugiero que trates de conectarte con tus verdaderos deseos y que te
respondas con total honestidad. De momento haz una lista sin preocuparte todavía del
orden. Simplemente te dejas soñar. Es muy importante que te enfoques en lo que quieres,
sin darle importancia a cómo lo vas a alcanzar. En este momento no importan los obstáculos
ni las limitaciones que tengas para alcanzar todo aquello que quieres.

¡Te deseo una fértil y productiva reflexión!

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