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MAESTRIA EN DERECHO PENAL Y PROCESAL PENAL

DOCENTE: DR. WILMER LINO PÉREZ GONZALES

TEMA: Informe sobre Recurso de Casación N° 864-2016-DEL


SANTA.

INTEGRANTES:
KAREN PALMA LANDIREZ
JULY PALMA LANDIREZ
MARCO AURELIO RIVERA PERALTA
VICTOR JOEL VIZCARRA CCAHUA

Junio 2022
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INDICE

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3

I. ANÁLISIS DE HECHOS DE SENTENCIA .................................................................. 4

MARCO JURÍDICO ............................................................................................................ 4

II. ANTECEDENTES PROCESALES ............................................................................... 5

III. ANÁLISIS DEL CASO JUZGADO ............................................................................. 6

IV. CONCLUSIONES ........................................................................................................ 12

Referencias ....................................................................................................................... 14
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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo analiza la Casación N° 864- 216 emitida por la Sala Penal
Permanente del Santa, en la que se dilucidó la vulneración del debido proceso, materializado
en la infracción a su derecho de defensa y de la debida motivación. Siendo el objeto
específico materia de casación, determinar si el Juez de Investigación Preparatoria incumplió
el deber de garantizar su derecho a la defensa al no controlar al abogado defensor quien no
ejerció una defensa eficaz generando indefensión al ahora sentenciado al no haber ofrecido
pruebas para el juicio, pese a haberla actuado en sede de investigación preparatoria

Dicho recurso fue interpuesto por el procesado Edward Martín Chanamé Marinos,
sentenciado a 15 años de pena privativa de la libertad por la comisión del delito de actos
contra el pudor en menor de edad, por la causa prevista en el inciso 1, del artículo 427 del
Código Procesal Penal, por vulneración de las garantías constitucionales de carácter procesal,
motivación de resoluciones judiciales.

El presente trabajo desarrolla cuatro aspectos importantes, iniciando por el análisis


del hecho y el marco normativo, luego exponemos los antecedentes procesales contextualizan
la decisión del fallo de la Corte Suprema. En la tercera parte presentamos el análisis sobre el
caso juzgado, en la que la Corte expone sus fundamentos jurídicos respaldados con doctrina
y jurisprudencia. Finalmente presentamos las conclusiones derivadas del análisis del caso.
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I. ANÁLISIS DE HECHOS DE SENTENCIA

La Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Nuevo Chimbote, Distrito Fiscal


del Santa imputó a Edward Martín Chanamé Marinos la comisión del delito de actos contra
el pudor en menor de edad, quien aprovechando su condición de docente en la Institución
Educativa Particular Galileo Galilei, condicionando en subirle las notas a las alumnas
menores agraviadas de iniciales Y.P.E y N.A.B.L. de 10 y 11 años de edad respectivamente,
las obligaba a cumplir algunos castigos como el beso en la boca (pico) y la nalgada (palmada
en los glúteos), estos actos contra el pudor se habrían producido desde el 2014 y se repetían
en el 2015, siendo la última vez ocurrió en el 16 de abril de 2015 en el segundo piso del
colegio, en el aula de quinto de secundaria a la primera agraviada y en el aula de primero de
secundaria a la segunda agraviada.

MARCO JURÍDICO

Artículo 176-A.- Actos contra el pudor de menores de 14 años. El que sin propósito
de tener acceso carnal regulado en el artículo 170, realiza sobre un menor de 14 años u obliga
a éste a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos
libidinosos contrarios al pudor, será reprimido con las siguientes penas privativas de la
libertad:

Si la víctima tiene diez a menos de catorce años, con pena no menor de cinco ni mayor
de ocho años.

Si la víctima se encuentra en algunas de las condiciones previstas en el último párrafo


del artículo 173 o el acto tiene un carácter degradante o produce grave daño de salud, física
o mental de la víctima que el agente pudo prever, la pena será no menor de diez ni mayor de
doce años de pena privativa de libertad.
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II. ANTECEDENTES PROCESALES

El encausado Edward Martin Chaname Mariños, fue investigado por la presunta


comisión del delito contra la indemnidad sexual-actos contra el pudor de menor, durante la
etapa de investigación preparatoria, el procesado refiere que ofreció diversos testigos de
descargo, entre ellos las de Julio Ausberto Paredes Tirado,

Una vez concluida la etapa de investigación preparatoria, la primera Fiscalía


Provincial Penal Corporativa efectuó su requerimiento de acusación, confiriendo traslado a
las partes. En tal razón el acusado absolvió la acusación formulando las siguientes
pretensiones: observaciones formales a la acusación, el sobreseimiento de la causa y el cese
de la prisión preventiva, en el mismo escrito en el que efectuó las pretensiones antes
indicadas, estableció un apartado específico en el que ofreció como medios probatorios las
testimoniales antes mencionadas

Durante la etapa de control de acusación, específicamente en el momento previsto


para el ofrecimiento de medios probatorios, la defensa propuso las declaraciones
testimoniales indicadas en su escrito absolutorio, pero el representante del ministerio público
se opuso argumentando que se trataban de medios probatorios ofrecidos para el
sobreseimiento y no para que actuadas en juicio oral.

Previo inicio al juicio oral el que ahora casacionista presentó un escrito ofreciendo
como pruebas nuevas las referidas mencionadas, indicando que si bien fue un error no haber
consignado en el escrito utilidad, dicha formalidad no podía transgredir ni limitar su derecho
a la defensa y que el día de la audiencia de control de acusación trato de sus tentar la
pertenencia conducencia y utilidad de los citados órganos de prueba, pero la juez de in
ventilación preparatoria no se permitió por oposición del Ministerio público.
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III. ANÁLISIS DEL CASO JUZGADO

La oportunidad de presentar prueba para actuar en juicio oral deberá ejercerse dentro
de los 10 días hábiles, contados a partir del día siguiente de que el imputado del delito sea
notificado por el del juzgado tanto de la investigación transitoria correspondiente con tanto
traslado de la fiscalía acusación. Este es el caso desde la perspectiva de un punto de vista
estrictamente formal socialmente construido. Es de conocimiento común que la acusación se
adjunta a la resolución, pero no se requiere que esté presente en todo momento un duplicado
de los anexos.

Lo anterior se deriva de la pretensión de lectura del artículo 350 inciso 1 inciso f del
Código Procesal Penal pero de la aplicación de las disposiciones de oficialidad, pues se
entiende que todo indicio de prueba obtenido durante la investigación preparatoria debe ser
cometido en la fiscalía. expediente. En otras palabras, esta información se obtiene de la
lectura del artículo. incluyen la liberación, de conformidad con los incisos primero y segundo
del artículo 61 del Código.

(Pilar 2018) menciona sobre este último punto en particular, actualmente se debate la
cuestión de si las partes con excepción del Ministerio Público pueden o no presentar pruebas
que no existen en el expediente económico a la fase intermedia. Será un desafío encontrar
una solución al problema. En un extremo, está el derecho básico incuestionable de juzgar el
caso en los tribunales (el derecho a juzgar). Por otro lado, hay cosas a tener en cuenta, como
el hecho de que la consulta tiene un plazo estricto y rápido. Una vez que se ha tomado la
decisión de cómo terminará la investigación, generalmente se acepta que la investigación se
cerrará definitivamente. En el caso de que la situación involucre la llamada igualdad de
armas, no sólo el Ministerio Público sino también las demás partes están impedidas de
realizar más investigaciones luego de la disposición de conclusión.

En esta circunstancia, consideramos que dentro del escenario ficticio de que el


imputado ha obtenido prueba extra en el período de agencia libre y requiere que ésta se
maneje, sólo podría ser reconocida públicamente respecto de prueba futura. Esto se debe a
que en el escenario ficticio de que el recurrente ha procurado pruebas adicionales en el
período de transferencia, se tomó el control. A pesar de que esta es nuestra posición, la Corte
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Suprema de Justicia del Perú, en su Casación 80-2010, Piura, resolvió que el ofrecimiento
directo de prueba ante un juez de control no está prohibido por la ley. En consecuencia, el
juez está facultado para determinar la procedencia o no de la prueba con base en los criterios
de trascendencia y legalidad, de conformidad con los requisitos del artículo 155 inciso 2 del
Código Procesal Penal (Roman 2017).

Por otro lado, pensamos que a esta postura le falta algo ya que la regla citada se refería
al acto de ofrecer, no al acto de ganar. No debe pasarse por alto que, en la clara oferta de
ambos acusados, las narraciones pueden no resultar de gran dificultad. Sin embargo, también
será importante crear claramente el régimen de los relatos y peritajes de primera mano, que
la naturaleza sigue operando de otra manera, porque tendrían que ser modestamente
practicados además de poder analizar su pertinencia, conducta y utilidad. Esto es algo que no
se debe olvidar. En el futuro, tendremos que esperar anuncios más específicos y completos
sobre este tema en particular.

En referencia al asunto que nos interesa, existen entonces dos plazos obligatorios: El
primero es que hay que atenerse al dictado que dice que la averiguación previa tiene que
terminar, lo que impide que se lleven a cabo más investigaciones. lugar. La segunda parte
tiene diez días hábiles para aportar la documentación escrita, así lo indicó en su momento la
Corte Suprema mediante Casación 53-2010 Piura. El presente caso, que si bien no se decidió
declarar doctrina constitucional, estableció en su fundamento decimocuarto esa misma
responsabilidad moral de todos los Tribunales de la República de practicar los criterios en él
establecidos respecto de la citada urgencia, en particular de formular anécdotas, pero
extensivo a todos los presupuestos del artículo 350 del Código Penal.

Además, la Corte Suprema indicó que la Casación 60-2009, La Libertad,


efectivamente se brindó respecto de la palabra para solicitar la expulsión de un requisito
acusatorio. Este establecía que sólo podía formularse en redacción y en el plazo de diez días.
En el mismo orden de ideas, anteriormente se dio esto respecto del plazo para solicitar la
recusación de un requisito acusatorio.

En este punto, se ha resuelto la cuestión de si se admite o no una prueba que se


presenta de manera improvisada en una audiencia de supervisión de acusación. Hay una
declaración definitiva al respecto de la Corte Suprema, como alguien ya ha señalado, y
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lugares contrarios en el poder judicial nacional bastante bajo, pero no es el caso de ambos la
ejecución que se analiza y posiblemente será el tema principal. de otro estudio en el futuro.
En caso de que un medio de prueba sea establecido por el imputado, aun dentro de los
legalmente válidos, existe pronunciamiento definitivo al respecto por parte del Tribunal
Supremo.

En cuanto a la casación en comentario, la demandada presentó pruebas y se


encontraban en el expediente fiscal, como era de esperar por la razón 5.8, dado que fueron
aportadas durante la averiguación previa. Específicamente, la prueba en cuestión era una
declaración de impuestos. El error cometido por la defensa, que fue reconocido por la propia
defensa, fue hacer referencia a ellos como documentación del sobreseimiento y al mismo
tiempo no comprometerlos específicamente como testimonio para el juicio.

La circunstancia no es de oportunidad en este momento; más bien, es uno de manera.


El imputado cooperó con la necesidad de presentar sus medios de información con el solo
objeto de dictar sentencia durante la instrucción preliminar, y posteriormente lo reflejó en su
participación activa cuando se trasladó el alegato fiscal.

Es fundamental hacer una revisión exhaustiva del procedimiento. Las fases no son
ocurrencias discretas una tras otra. La fiscalía construye su investigación con la intención de
demostrar su hipótesis condenatoria en audiencias orales, y cada una de las actividades
investigativas del fiscal se lleva a cabo en apoyo de tal hipótesis. La defensa hace lo mismo,
excepto que lo hacen en la otra dirección. Es posible que estos se planteen durante la propia
investigación con la esperanza de que el fiscal promueva un sobreseimiento o, en su defecto,
solicite exenciones o sobreseimientos específicos. Si la protección del imputado realiza una
actividad en favor de certificar determinados hechos en su favor de uno nuevo, la
investigación podrá airear estos hechos. sobre el papel en el paso cautelar, y por último, en
la sesión del juicio oral, presentar su defensa integral si todo lo anterior no prosperase.

Primero, un comentario entre paréntesis esencial antes de continuar. Si bien el artículo


61 del Código Procesal Penal establece la responsabilidad de informar objetivamente del
Ministerio Público, ello no debe significar que el fiscal esté obligado a ordenar actos de
investigación a favor del recurrente o a probar el ensayo de no responsabilidad de éste. Más
bien, esto simplemente significa que el fiscal no está obligado a ordenar actos exploratorios
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a favor del acusado. He aquí dos posibilidades distintas, la primera de las cuales resulta del
enunciado explícito de la norma, y la segunda de la aplicación del buen juicio y de los
principios:

a) La prueba de que el imputado no cometió la conducta imputada no es exigida por


el artículo 61 del Código Procesal Penal. Según el texto normativo, realizará actividades de
investigación que permitan investigar las condiciones que coadyuven a eximir o minimizar
la responsabilidad del imputado. Después de eso, no se ha propuesto una investigación del
hecho, sino de sus instancias, que, como todos sabemos, difieren de la idea predominante y
pueden ser precedentes, concomitantes y posteriores; ii) la exención pero en cambio la
atenuación de la responsabilidad penal sí están expresamente reguladas en el Código Penal,
incluso bajo cualquiera de sus denominaciones, en su Diario Primero, Título II, Capítulo III:
"Causas que así eximen o mitiguen la responsabilidad penal", y que comprende los artículos
20 a 22, cuyos supuestos propios son los

b) Si el actor ordena un acto de investigación delictivo con la intención de probar el


supuesto incriminatorio, luego lo practica y obtiene un resultado contrario a su premisa
subyacente, entonces el fiscal no puede ocultar el resultado, hacerlo desaparecer o ignorarlo.
. Esto se sigue lógicamente del punto anterior. Es necesario que mencione el resultado del
acto realizado en el expediente fiscal ya que es su responsabilidad mantener la legalidad y la
neutralidad. Las partes tomarán de ese lugar lo que más significativamente contribuya a sus
intereses, que es la recaudación tanto de la carpeta fiscal que se construya conforme al
concepto de oficialidad. La acusación no tiene la obligación de proporcionar ninguna prueba
incriminatoria en su caso contra el acusado.

Dicho esto, las pretensiones de ambas defensas son exhaustivas a lo largo de todo el
proceso. Esto es sin restricción al hecho de que se desarrollan en respuesta a la aparición de
nuevas pruebas de culpabilidad basadas en la naturaleza de la etapa investigativa. Por tanto,
no tiene mucho sentido suponer que la defensa dio o solicitó actividades de investigación sin
la intención de emplearlas en juicio. Esto se debe a que el objetivo de la investigación sería
reunir pruebas.

Además, no cabe duda de que, según los lineamientos del procedimiento, el


incumplimiento de las fechas obligatorias daría lugar a la imposición de una sanción procesal.
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Por lo tanto, a pesar de que el imputado dejó en claro desde el inicio de la causa que planeaba
construir una defensa activa, pierde su derecho a hacerlo por no presentar sus defensas dentro
del plazo fijado por el sistema judicial. Como es bien sabido que ningún derecho, ni siquiera
los más fundamentales, puede ejercerse sin limitación, el cliché trasnochado y sobreutilizado
de que "el privilegio de la defensa es ilimitado" no es exacto. En consecuencia, el derecho a
la defensa puede verse legítimamente coartado si la parte encargada del procedimiento opta
por ignorar o quebrantar deliberadamente los requisitos mínimos procesales. Por ejemplo,
este requisito se refleja en el derecho procesal contemporáneo a través del uso de las etapas
conocidas como "etapas preclusivas".

Por ello, el Tribunal Supremo creó un claro ejemplo en cuanto a la imposibilidad de


admitir a trámite lo que se aplicaba extemporáneamente, como hemos dicho antes. Esto se
hizo por la razón de que no podemos admitir para procesamiento lo que se usó
extemporáneamente.

En un escenario separado, se habría requerido a la defensa que presentara su evidencia


dentro del plazo asignado, pero podría haberlo hecho usando el membrete incorrecto, como
fue el caso aquí. Nótese que la lógica utilizada tanto por el tribunal de primera instancia como
por el tribunal de segunda instancia fue totalmente formal. Esta línea de razonamiento no
obliga a abandonar el concepto de igualdad de armas, como sugiere la decisión del máximo
tribunal; pero, sí creemos que la cuestión va más allá: El principio de igualdad de armas, o
por lo menos de igualdad de posibilidades procesales, tal como se establece en el párrafo 1
del artículo del Título Preliminar, se interpreta como la estricta observancia de la literalidad
del rito procesal. Esto es así porque así lo establece el párrafo 1 del artículo del Título
Preliminar. Por lo tanto, el único medio de prueba que se actuará en el Pleno es lo que allí
consta en el apartado y título de "medios de prueba para juicio" en el escrito correspondiente;
sólo se exceptúa de esta inhabilitación de la acción la prueba que lleve dicha carta de
presentación, aunque en el contenido del escrito se constituya una excepción con carácter de
sentencia firme.

Esto toma un giro inesperado para lo peor cuando un juez acepta una acusación como
legítima solo sobre la base de que comprende una lista numerada de componentes de la
condena sin ninguna elaboración adicional de esos factores. Formalmente se ha cumplido
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con los requisitos del artículo 349 del Código Procesal Penal, pero ello no incluye la
responsabilidad del motivo fiscal en dicho requisito, que se establece en el inciso 5 del
artículo 122.

Como puede verse, la cuestión surge de una interpretación excesivamente simplista


del requisito de igualdad procesal. Al final, esto se reduce a garantizar que todos tengan la
misma cantidad de tiempo para responder y la misma cantidad de tiempo para hablar. Como
se ha dicho anteriormente, existen extremos que son también limitaciones sumamente
marcadas: la finalidad del sistema, por un lado, y la legitimidad procesal por otro, ante el
desconocimiento ostensible de la parte legítima. Ambos extremos son bastante obvios.

Se produce un alter ego del partido si se investiga el principio del derecho de defensa
a la luz del proceso de investigación de la verdad únicamente. Ello porque, al final, en ese
esfuerzo -que a primera vista parece legítimo- las partes van a presentar prueba que fuera de
plazo, en audiencia de lo que simplemente no hacen en la solicitud, y que se les otorgue el
reconocimiento. a derechos que los que no anularon en tiempo y forma, entre otras cosas.
Esta suplantación de identidad de ambas partes se produce porque a las partes también se les
permitió. Esta técnica siempre tendrá un impacto negativo en la capacidad de la parte
consciente y vigilante que hizo todo lo posible por cumplir con las normas del proceso. Es
innegable que el mismo derecho que se suponía tutelado, el derecho a la defensa, se vulnera
cuando se producen hechos procesales imprevistos; sin embargo, el principio más
fundamental de la justicia.

El litigante conoce estas normas antes de que se inicie el proceso y participa


activamente en el procedimiento al aprobar su solicitud. Por tanto, es posible que el actor
tenga razón en todas sus objeciones; pero, si la solicitud se hace fuera del límite, la resolución,
aunque sea incorrecta, prevalecerá como resultado final. Si el juez estudiara la solicitud, le
parece que realmente tiene querellas válidas, y si a consecuencia de ello concediera un plazo
especial con el recurrente poco diligente, sería un total y absoluto pérdida de tiempo en
cuanto al procedimiento.

Casación 864-2016, En los fundamentos 5.14 a 5.16, Del Santa hace referencia a la
defensa efectiva, aludiendo a que el abogado defensor ni siquiera habría hecho una defensa
de nivel mínimo, pero también adecuado, sino que el Juez debió asegurarse de que la defensa
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procesal se mantuvo la unidad. En otras palabras, Del Santa está argumentando que el fiscal
no habría brindado un nivel mínimo y una defensa adecuada. En efecto, se indica que el
Ministerio Público emitió una alerta sobre la posibilidad de que esto ocurra.

En este sentido, es importante señalar que la regla habitual no permite al defensor la


posibilidad de subrogarse en acciones ineficaces o irregulares. Siguiendo modelos
adversarios extranjeros, se está discutiendo en los círculos académicos en la actualidad; sin
embargo, en el sistema nacional no existe ninguna disposición que permita la subrogación
por defensa insatisfactoria o irregular, como es el caso del fiscal de conformidad con el
artículo 62 del Código Procesal Penal. Actualmente, se está discutiendo en los círculos
académicos; sin embargo, siguiendo modelos adversarios extranjeros.

Sin embargo, el análisis no se completa en el ordenamiento jurídico interno; en


consecuencia, en la sentencia de 30 de mayo de 1999, caso "Petruzzi Vs. Estado Peruano",
la Corte Interamericana de Derechos Humanos señala, en el fundamento 141, que "En
consecuencia, la presencia y actuación de los defensores fue meramente formal".

El argumento de que la defensa no prosperó tiene que fundarse en el hecho de que


existen pruebas que demuestran una falta flagrante de la ley penal o del proceso. Por otro
lado, si se tuviera que calificar la forma en que se planteó la defensa, entonces se estaría
hablando de estrategia. Este último es evaluado por ambas partes, así como por el tribunal,
desde su propio punto de vista interno; más específicamente, se analiza en términos de cómo
debió ejercerse la defensa, y esto se hace de manera subjetiva.

IV. CONCLUSIONES

El Tribunal Supremo decidió que el recurso estaba fundado y revocó la sentencia de


audiencia. Además de esto, revocó todo lo ocurrido hasta el grado moderado y ordenó la
libertad del imputado. Una vez establecido esto, es necesario aclarar las ramificaciones
implícitas de ello: La falta de ejercicio de la discrecionalidad de los jueces de primera
instancia, que estaban a cargo de la investigación y el juzgamiento, así como de los jueces de
segunda instancia. en aras de proteger y proclamar el derecho del imputado a la estrategia
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defensiva después de haber sido vulnerado, se suma el error que cometió la acusación en la
imputación requerida, así como la oposición que fue completamente innecesaria al
ofrecimiento de prueba.

Todo ello, a su vez, introduce un proceso azaroso, sólo que con el costo que éste le
indica al Estado, luego al sistema procesal, e incluso a la libertad del presunto autor, que
puede tener dos lecturas completamente sensatas: la primera, relativa a la arbitrariedad
detención ilegal de un imputado por incompetencia del sistema, y la segunda lectura en lo
relativo a la pérdida de eficacia de la medida cautelar si fuere dictada, y en la proposición de
la posterior persecución personal de la destitución.

Resulta que este daño sustancial realmente se extiende a la parte más débil, que es el
procesamiento, y con frecuencia se vuelve irreparable. Errores de este tipo generan un daño
significativo al sistema porque violan uno de los pilares fundamentales del modelo existente:
las garantías procesales.

Por ello, es muy necesario argumentar que es necesario mejorar la forma en que se
presentan las demandas de cargos y la preservación de los derechos básicos, evitando la
excesiva formalidad procesal. Estas deficiencias siguen ahí, a pesar de que han pasado varios
años desde que se promulgó el cambio por primera vez. Pareciera que existe una creciente
necesidad de una modificación a la normativa que refleje el requisito de una audiencia para
mantener la gestión de cargos. Mientras tanto, es responsabilidad de la academia trabajar para
mejorar los estándares de imputación requeridos y asegurar que los acusados sean respetados
con las garantías básicas que les son aplicables.
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Referencias

Lopez, L. (2018). Pruebas penales. Obtenido de file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-


LaPruebaEnElProcesoPenal-1706461%20(1).pdf

Robles, J. (2019). la prueba en el proceso. Obtenido de


https://www.sijufor.org/uploads/1/2/0/5/120589378/03-la-prueba-y-su-valoracion-1-
1.pdf

Pilar, Susana. La prueba en materia penal. 2018 obtenido de


https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/977/1/T717-MDP-N%C3%A1jera-
La%20prueba%20en%20materia%20penal.pdf.

Roman, Luis. La prueba en el proceso penal. 2017 obtenido de


file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-LaPruebaEnElProcesoPenal-1706461.pdf.

Viteri, K. (2020). valoracion de la prueba. Obtenido de


https://www.redalyc.org/pdf/4275/427539902005.pdf

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