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Introducción
El texto aborda la problemática de la extracción de información lingüísticamente
relevante del habla a la cual se encuentran expuestas las criaturas pequeñas durante el
proceso de adquisición del lenguaje desde la perspectiva del modelo minimalista de la
lingüística generativa. → se intentará responder: qué es extraído del input lingüístico y cómo.
Se propone dar cuenta en especial del pasaje de la percepción de elementos de la clase
cerrada y de la limitación de elementos de la clase abierta a partir de mecanismos
cognitivos generales (estadísticos) hacia la representación de categorías funcionales y
léxicas en el léxico mental, de manera que sea posible un análisis sintáctico (parsing) del
input a partir de operaciones consideradas, en principio, como específicas del dominio
lingüístico (Corrêa, 2009).
---> 1-Retoma la idea de restricción impuesta a un sistema biológico por sistemas externos a
este, en la medida que el mecanismo de adquisición que extrae información específica del
input debe a su vez interactuar con el sistema que hará uso de esa información.
---> 2-Cuestión de cómo es extraída la información del habla por mecanismos generales
sobre la base de hipótesis psicolingüísticas y qué información necesaria para la
activación (bootstrapping) de la GU es extraída.
---> 3- plantea el problema de cómo es caracterizada la extracción de información
sintáctica del input a la luz de una concepción minimalista.
---> 4- Ilustración de una propuesta de convergencia a partir de un experimento cuyos
resultados sugieren la necesidad de recurrir a operaciones sintácticas específicas del
dominio lingüístico para la adquisición del género gramatical de nombres nuevos.
Los límites del sistema computacional
En la perspectiva biolingüística de Chomsky (2005a, b), hay tres factores que deben ser
considerados en el desarrollo del lenguaje de un individuo: I Dotación genética, II
Experiencia y III Principios no específicos de la Facultad del Lenguaje (FL).
--->El Factor I refiere al dominio de la Gramática Universal (GU) que permite interpretar
parte de los estímulos exteriores como lingüísticos;
---> El Factor II refiere a los datos externos (Lengua-E) que inicializan (configuran) la
GU durante el proceso de adquisición y conducen a la variación lingüística dentro de un
rango bastante estrecho,
---> El Factor III expresa las propiedades generales de los sistemas orgánicos que son el
resultado de restricciones físicas impuestas a su forma y a su desarrollo. Así, las
motivaciones para las propiedades que definen las formas de las gramáticas y su desarrollo se
encontrarían en los sistemas cognitivos que harán uso de las gramáticas al interactuar con la
GU, en la medida que esos otros sistemas deben interpretar semánticamente y también tener
acceso al material (sonido, u otras alternativas) en el que las expresiones lingüísticas
generadas son realizadas.
El Factor III,---> que conduce al minimalismo, señala un cambio respecto de modelos
previos ya que ofrece una explicación genuina (más allá de la adecuación explicativa) a
partir de las demandas de sistemas externos a la GU (por ejemplo: la memoria operativa,
sistemas articulatorios y perceptivos).--> se reconoce un desplazamiento de la carga
explicativa del Factor I al III: surge la necesidad de hacer que la GU sea lo más reducida y
simple posible en razón de no haber un tiempo suficiente para que tenga lugar la
evolución de un sistema tan altamente especificado dentro de un órgano mental humano
como la FL.
Factor III:--->Consideración de dos subcategorías (174)
a) principios de procesamiento (análisis) de datos que pueden ser usados durante el proceso
de adquisición del lenguaje y en otros dominios
b)principios que restringen la arquitectura, el desarrollo y la eficiencia de sistemas
computacionales como el del lenguaje humano (Chomsky 2005b: 6).
→ En ambos casos, entonces, se trata de principios generales, no específicos del dominio
lingüístico, → surge la pregunta de: cuáles son y cómo interactúan con la GU. Respecto de la
segunda subcategoría, las restricciones al desarrollo arquitectónico y computacional, una
vez que ya no es necesario que los medios para generar expresiones estructuradas estén
altamente articulados y sean específicos del lenguaje, es posible pensar que una solución
óptima provenga de la satisfacción de las condiciones de interfaz: las impuestas por los
sistemas sensorio-motrices o articulatorio-perceptivos (AP) y por los sistemas
conceptual-intencionales (CI). → a modo de ejemplo, Chomsky (2005b:11) señala que una
propiedad natural para una computación eficiente
(probablemente generalizable a sistemas no lingüísticos) es la de que operaciones que forman
expresiones complejas pueden consistir de no más que una reorganización (o
reacomodamiento) de los objetos a los que es aplicada, sin modificarlos internamente por
borrado o inserción de nuevos elementos. Esto reduce la carga computacional, ya que lo
que ha sido construido (ensamblado y reacomodado), puede ser olvidado una vez
computado para el caso de nuevas computaciones, ya que no sufrirá cambios. Esta
propiedad es ante todo una restricción de un sistema periférico, la memoria.
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En relación con la primera subcategoría, el procesamiento de datos lingüísticos, el
problema de la fijación de parámetros aparece como central, ya que se requiere establecer
el mecanismo que habilita dicha fijación.
----> La posición minimalista reduce los principios adjudicados a la GU, pero también los
parámetros: el grado de variación presente en las lenguas naturales ya no queda
determinada por la GU, sino que es atribuido al léxico.
---> En tal sentido, Chomsky (2001) expresa que la GU (Factor I) debe ser uniforme: se
debe asumir que las lenguas son uniformes, y que la variedad debe ser restringida por
propiedades fácilmente detectables en los enunciados.
En relación con la computación sintáctica y el proceso de adquisición→ se señala la
relevancia de las categorías funcionales para la determinación de los valores
paramétricos (Chomsky, 2001; Baker, 2008). → En otras palabras, durante la
adquisición de una lengua, el input (Factor II) actuaría como disparador (trigger) del
sistema computacional (Factor I) en la medida que el infante reconoce en el entorno
lingüístico, sobre todo en las categorías funcionales, y a partir de mecanismos generales
no–lingüísticos, los valores paramétricos a fijar.
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--> la segmentación de la onda sonora puede ser establecida a partir del denominado
cálculo de la probabilidad transicional entre sílabas. Se postula que los límites entre
palabras se dan en entornos locales mínimos, donde la probabilidad transicional es
menor que en los entornos vecinos. Es decir, como ejemplifica Yang (2004), si hay una
exposición suficiente al input del inglés, un niño puede establecer que en un enunciado de
cuatro sílabas como pretty baby, la probabilidad transicional entre pre y tty y entre ba y by es
mayor que entre tty y ba, por lo que un límite de palabras entre pretty y baby sería una
postulación correcta. Este es un logro que se ha observado en niños de 8 meses de vida
expuestos a una lengua artificial durante escasos dos minutos aún en ausencia de marcadores
prosódicos (Saffran, Aslin y Newport 1996) ---> Estos resultados sólo constituyen una
pequeña muestra de las evidencias aportadas por los investigadores respecto de las
habilidades
que los niños poseen a la hora de tener que atender, percibir y representar el habla que
los rodea.
Hay acuerdo en que estos factores, de manera aislada, no parecen alcanzar para que se
produzca un análisis perceptivo inicial del habla que conduzca a una segmentación pertinente,
sino que actuarían de manera integrada (Saffran et al., 1996).
---> Según la hipótesis ya mencionada del Trampolín Fonológico (Morgan y Demuth, 1996:
10), los niños actuarían perceptivamente «bajo la guía de ciertas restricciones
preprogramadas sobre [la base de] las características de la unidad que se busca». Como
señala Corrêa (comunicación personal), parecería haber restricciones al tipo de dato sobre el
cual incide el cálculo probabilístico (aquello que el bebé toma como relevante para ese
cálculo, lo que le resulta perceptivamente más relevante) que serían atribuibles a la FL.
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---> La noción de una especificidad de dominio de la FL en la aplicación de cálculos
estadísticos (mecanismos generales) permite pensar que se actúa sobre aspectos
específicos del input y que a la vez se extrae un tipo particular de información del
mismo, necesaria para poner en relación lo extraído con conocimientos ya existentes. De
alguna manera, el infante podrá ahora comenzar a hacer funcionar y desarrollar su
sistema lingüístico universal (GU-FL en sentido estricto).
--------*En cuanto a qué información extrae el niño del input, se puede decir que dentro de los
estudios psicolingüísticos, en el capítulo de la segmentación de la onda sonora en palabras,
tiene un lugar destacado el problema de la asignación de palabras a las categorías
principales: funcionales y léxicas.---> la destreza de poder categorizar es un mecanismo
potente que los aprendices en general emplean para representar e interactuar con el medio
ambiente.
● Las categorías son compactadores de información que reducen las demandas de la
memoria y permiten rápidas generalizaciones. Son siempre pocas y cada ítem dentro de
una dada categoría hereda las propiedades de esa categoría. Las propiedades definitorias
suelen estar basadas en similaridades perceptivas, semánticas o funcionales (por ejemplo,
cosas que son azules, cosas que queman, cosas que sirven para cortar).
→ En el dominio del lenguaje natural hay una relación mucho más laxa entre propiedades
perceptivas, semánticas o funcionales y categorías gramaticales. Un sustantivo no siempre
tiene, por ejemplo, el mismo sonido en el input percibido, o no siempre expresa
características semánticas uniformes dentro de los enunciados y puede incluso no portar el
mismo rol temático (Reeder, Newport y Aslin, 2013).
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→ Los rasgos superficiales que percibe el niño al escuchar el habla circundante no le brindan
directamente información acerca del tipo de categorías a las que las palabras pertenecen. --->
las categorías deben estar representadas en términos de contextos sintácticos permisibles para
las palabras correspondientes a cada categoría.
→ Este rol del contexto sintáctico (por ejemplo, definir qué posiciones puede ocupar una
categoría, y por ende una palabra de esa categoría) reenvía nuevamente a la hipótesis de
que los aprendices explotan, al menos en parte, la información distribucional del input
para descubrir una estructura categorial elemental de su lengua particular
IMPORTAAAANTE¡! (por ejemplo, Mintz, Newport y Bever, 1995, 2002; Redington,
Chater y Finch, 1998).
---> A una edad temprana los niños/as son sensibles a patrones denominados de
coocurrencia lexical, que guían al infante a pensar que son palabras que pertenecen a una
misma categoría (Mintz, 2002: 678).
→ Esto significa que los infantes logran diferenciar elementos de la clase cerrada y
abierta → Incluso a los 11 meses, evidencias neurofisiológicas sugieren que serían capaces
de distinguir palabras funcionales de lexicales al ser observados cambios en la actividad
cerebral frente a alteraciones en categorías funcionales (Shafer et al., 1998).
→ Estos resultados son compatibles con hallazgos previos que mostraron que bebés de 10 a
15 meses prestaron más atención a narraciones escuchadas con elementos funcionales
(determinantes, auxiliares) no alterados fónicamente que narraciones con alteraciones (Shady,
1996). En conjunto, la información obtenida a partir de mecanismos inductivos que
reconocen patrones rítmicos y distribucionales aplicados sobre secuencias lineales de
sonidos es de tipo estadístico e informa al niño qué elementos pertenecen a la clase
cerrada y cuáles a la abierta, y también, por ejemplo, qué probabilidades hay de que un
elemento núcleo aparezca antes o después que un complemento.
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Segunda pregunta planteada arriba: ¿a qué conduce la información así obtenida? ¿Con qué
otra información es relacionado lo que se obtuvo a partir del análisis perceptivo?
---> Entre un modelo psicolingüístico y un modelo lingüístico
La capacidad de procesar información de tipo fonológica (prosódica, morfológica y
distribucional) que conduce a información de tipo sintáctica ya es asumida, como queda
dicho, por estudios psicolingüísticos que hipotetizan un Trampolín Fonológico.-------> se
supone que la estructura interna de los enunciados lingüísticos del input es, al menos en
parte, perceptivamente accesible a los niños, lo que ha quedado demostrado en
investigaciones que apuntan, por ejemplo, a la sensibilidad de los bebés a palabras
funcionales como determinantes y afijos verbales, entorno al primer año de vida, cuando estos
elementos aún no son producidos (por ejemplo, Höhle y Weissenborn (2000) para el alemán y
Name y Corrêa (2003) para el portugués brasilero, demuestran experimentalmente que al usar
la forma de los determinantes como variable independiente se reduce significativamente la
comprensión de nombres conocidos por parte de las criaturas testeadas).
----> Resultados experimentales preliminares indican que niños/as de 18 meses usan
información categorial para realizar un análisis rudimentario del material lingüístico que
escuchan (Bagetti y
Corrêa, 2011). Cabe preguntarse por qué el hecho de que patrones rítmicos y distribucionales
sean reconocidos por los infantes puede resultar instrumental para un parsing rudimentario
del input. ---> Es decir, como señala Corrêa (2011: 219), habría un vacío conceptual en la
explicación acerca de la activación del procesamiento sintáctico en la Hipótesis Fonológica,
en la medida que allí se salta del procesamiento perceptivo directamente a un análisis
sintáctico de la señal acústica.
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La concepción generativista de lengua presentada en el Programa Minimalista
(Chomsky, 1995; 2007; Hauser, Chomsky y Fitch, 2002) es propuesta explícitamente en
trabajos contemporáneos como los de Corrêa (2002, 2007, 2009, 2011), Corrêa y Augusto
(2007), Augusto (2005, 2007a,b,c) dentro de una vertiente psicolingüística de adquisición
del lenguaje a modo de solución para salvar este salto conceptual, al permitir una
caracterización de la manera según la cual el infante procesa el material lingüístico del input
para poder identificar lo que hay en este de información lingüísticamente relevante.
---> La adquisición del lenguaje, en lo que atañe a la sintaxis, es vista ahora a la luz de
esta concepción de lengua, como identificación de rasgos formales del léxico y de sus
propiedades. ----> Los niños/as deben poder conformar tempranamente, guiados por un
sistema computacional universal, a partir de la inspección del habla circundante y de la
distinción entre elementos de clase abierta y cerrada, un léxico mínimo con rasgos
formales, con lo que inicialmente cada pieza léxica es marcada como categoría funcional
o léxica.
→ Interesa el pasaje de elementos de la clase cerrada y abierta a categorías funcionales y
léxicas en el léxico mental en formación de manera de posibilitar al infante el análisis
del input (volviendo instrumental ese mismo conocimiento formal).
Para Corrêa (por ejemplo, 2009), esto es posible sobre la base, precisamente, de los logros
perceptivos iniciales arriba mencionados en la inspección de la interfaz fonética por parte de
los infantes: la detección del orden núcleo-complemento sería representado por el niño/a por
medio de un rasgo formal pertinente, mientras que la distinción gramaticalmente relevante
entre categorías funcionales y léxicas implicaría también una distinción, —guiada por la
FL—, igualmente representada a partir de rasgos formales.
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El planteo se acomoda a la idea de que la FL (Factor I) debe ser uniforme y que la
variedad entre las lenguas debe ser restringida por propiedades fácilmente detectables
en los enunciados (Chomsky, 2001).
→ En relación con la computación sintáctica, las categorías funcionales (y, por ende, la
distinción entre categorías funcionales y léxicas) parecen ser relevantes para la
determinación de los valores paramétricos. → En otras palabras, el input (Factor II: por
ejemplo, patrones de orden de palabras, morfología flexiva, información visible en la
interfaz lengua-sistemas de
procesamiento) actuaría como disparador del sistema computacional (Factor I) en la
medida que el infante reconoce en el entorno lingüístico, sobre todo en las categorías
funcionales, y, a partir de mecanismos generales no-lingüísticos, los valores
paramétricos a fijar. En esta línea de investigación, en la que se integra una visión
generativista del lenguaje con aspectos psicolingüísticos del procesamiento lingüístico, han
sido desarrolladas investigaciones tendientes a dar cuenta en especial del pasaje de la
percepción de elementos de la clase cerrada y de la limitación de elementos de la clase
abierta hacia la representación de categorías funcionales y léxicas en el léxico mental,
por parte de infantes cercanos a los dos años de vida, en la medida que esto posibilita a
las criaturas el análisis sintáctico (parsing) del input lingüístico a partir de operaciones
consideradas, en principio, como específicas del dominio lingüístico (Corrêa, 2009).
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El caso de la adquisición del género gramatical. La instrumentalización de la distinción
entre categorías funcionales y léxicas: Abordaje de la adquisición del género gramatical en
el español rioplatense
Los infantes, al ser innatamente sensibles a variaciones morfofonológicas del input
lingüístico pueden desde muy temprana edad distinguir entre categorías funcionales y
categorías léxicas, a partir de unas capacidades estadístico/probabilísticas no
lingüísticas pero guiadas por un conocimiento lingüístico.
--> Dicha distinción entre clase funcional y léxica, parece ser un aspecto relevante para
que los infantes alcancen la ‘activación’ del sistema computacional, como viene siendo
propuesto en modelos que procuran una convergencia entre propuestas que estudian
capacidades perceptivas tempranas en criaturas pequeñas y el modelo de lengua que
proporciona el programa minimalista.
→ En una serie de experimentos (Corrêa y Name (2003); Corrêa, Augusto y Castro (2010);
Dotti, Corrêa, Augusto y Marcilese (2012)) llevados a cabo con niños/as de 3 y 4 años de
edad, siguiendo la propuesta original de Corrêa (2001a), se ha investigado la capacidad de
los infantes para adquirir el género gramatical de (pseudo)nombres inanimados (y
animados) en tres lenguas romances: portugués europeo, el portugués brasilero y el español
rioplatense.
---> Se argumenta que la adquisición del sistema de género es fundamentalmente
dependiente de operaciones computacionales. Se partió de la hipótesis de que los niños
identifican variaciones morfofonológicas pertenecientes al género dentro de la propia
clase de los determinantes (D), y que el parsing del sintagma determinante (SD)
presupone la operación gramatical concordancia (agreement), que en las lenguas bajo
estudio se manifiesta morfológicamente. Sobre la base de este presupuesto, un niño podría
asignar el género del D al nombre (N).
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La identificación del género de un N resultaría así del análisis del SD y del procesamiento de
la concordancia dentro del SD (Corrêa, 2001a).
--------> La formulación de la hipótesis de Corrêa (2001a, 2009) dentro del marco de la
gramática generativa (Programa Minimalista, Chomsky, 1995/2007), supone que los
niños hacen uso de la información de género expresada en la categoría funcional D para
asignar valor al rasgo de género intrínseco de N con rasgo inanimado, cuyo género se
presenta como arbitrario al hablante de una lengua. La atribución del valor al rasgo
pertinente de los N sería establecida por la identificación de la variación
morfofonológica en la categoría D, por la atribución de determinado valor a las
subclases identificadas en el interior de esa categoría y por la transferencia de ese valor
al N.
-----> De acuerdo con esta hipótesis, la adquisición del género gramatical por parte del niño
es entendida como un proceso dependiente del mecanismo sintáctico agreement,
puntualmente, la concordancia en un sintagma que tiene un D como núcleo y un N como
complemento. → Implica asumir que el niño a edad temprana debe poder segmentar el flujo
del habla, reconocer D y N relacionándolos en una unidad sintáctica, y que es sensible a las
variaciones morfofonológicas dentro de la categoría cerrada D, de modo de poder reconocer
la presencia del rasgo de género a ser representado en el léxico, y para poder, además,
transmitir los valores de dicho rasgo a los N, dentro del SD, vía concordancia sintáctica.
→ Hipótesis alternativas proponen que los mecanismos de selección perceptiva del 'sistema
que aprende la lengua' transforman el "ruido" ambiental en un conjunto de estímulos
ordenados (definidos) por el propio sistema que los codifica (input), coherentes con el
sistema que los procesa. Página | 187
Esta es una propiedad de un sistema autoformante, análoga a las que presenta un modelo
conexionista de la adquisición (López Ornat, 1999: 493). -----> En esta línea de
pensamiento, hay autores que han propuesto un aprendizaje de los sistemas de género que
dependería de estrategias cognitivas y se vería afectado por factores como frecuencia de
aparición de elementos marcados con género en el input, regularidad y transparencia del
sistema en cuanto a marcación de género. En particular, el trabajo de Pérez-Pereira (1991)
relacionado con la adquisición del género en criaturas de 4 a 11 años que adquieren español
sugiere que básicamente la pista más robusta que seguirían los infantes a la hora de asignar
género gramatical a un nombre (nuevo) sería la información morfofonológica del mismo:
nombres terminados en -a serían femeninos y nombres terminados en -o serían masculinos,
dado que esta correlación es la más frecuente en la lengua bajo estudio. Es decir, no habría
una guía preprogramada (operación sintáctica agreement), innata, que contribuya en la
asignación de valor de género dentro del SD.
Para verificar si hay una capacidad temprana de procesar género en sintagmas determinantes
con nombres inanimados (y animados) del español rioplatense (Dotti et al., 2012), lo que
favorecería la
idea de un conocimiento innato, se diseñaron experimentos para aplicar en dos grupos de
criaturas, uno con edades por debajo de los 3 años (promedio 2;5) y otro sobre los 3 años
(promedio 3;7). Como estímulo se emplearon 9 historias que introducen cada una un
pseudo–N. Se manipuló la variable género de suerte que el género del D fuera congruente,
incongruente o neutro respecto de la vocal final del pseudo-N,
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El procedimiento consistió en la presentación de imágenes en formato power-point en
pantalla de laptop. Una figura de objeto (o ser viviente inventado) con un pseudo–N y otra del
mismo tipo fueron presentadas sucesivamente, una tercera imagen de pantalla mostraba
ambas figuras participando de un evento. La figura final mostraba una sola de esas figuras y
se preguntaba al niño a cuál de los objetos (o seres vivientes) correspondía.
A continuación se ofrece un ejemplo del procedimiento:
«Ésta es una dabo blanca». (Imagen 1)
«Uh!, acá hay otra dabo». (Imagen 2)
«Las dabos están en el ropero». (Imagen 3)
«Uh! ¿Qué dabo quedó acá?». (Imagen 4)
La respuesta esperada es: «La dabo blanca» o «Esta/esa» (ver figura abajo).
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Interesante para el trabajo en curso fue que los resultados relacionados con la variable
correlación mostraron significativamente más aciertos en las condiciones neutro y congruente
y menos en la condición incongruente, ---> sugiere que los infantes son guiados
fundamentalmente por el género del D aunque también son sensibles a la presencia de la
vocal temática.
---> Estos resultados son compatibles con la caracterización del proceso de adquisición
propuesto en los trabajos de Corrêa. Sugieren que la información morfológica más
sistemática y fiable para identificar el género de N desconocidos proviene de la presencia
de la flexión de género en la clase cerrada de los D.
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Conclusión:
En estudios actuales acerca del procesamiento temprano de la señal acústica indica que existe
un cálculo probabilístico que actúa sobre determinados aspectos del input pero guiado por un
conocimiento interno, la gramática universal.En ese sentido, el programa minimalista
favorece dicha convergencia entre modelos formales y funcionales dadas las restricciones
impuestas por los sistemas de interfaz.