Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Estudio Biblico Primera Carta de Juan Capitulo 3
Estudio Biblico Primera Carta de Juan Capitulo 3
INTRODUCCION
Primeramente veamos cómo era nuestra identidad antes de conocer a Cristo como
nuestro salvador:
Pero veamos que nos dice la palabra de Dios en la primera carta de Juan capítulo
3, cual es nuestra identidad a partir del momento que recibimos a Cristo:
1. AHORA SOMOS HIJOS DE DIOS POR EL AMOR DEL PADRE HACIA
NOSOTROS (1 JUAN 3:1)
Nuestra nueva identidad es que somos Hijos de Dios, pero el versículo nos lo deja muy claro,
no por nuestros méritos, no porque hayamos hecho algo especial, o por ser buenos, sino
porque el padre nos amó y mando a su hijo para morir por nosotros en la cruz (Juan 3:16)
El mundo no nos conoce o no cree que seamos hijos de Dios, pues muchas personas en el
mundo rechazan a Cristo, rechazan su amor, rechazan su plan de salvación, nosotros somos
hijos de Dios porque hemos recibido el amor de Dios por medio de Cristo (Juan 1:11-12)
Y si somos hijos también somos herederos de Dios de la gloria celestial que él tiene preparada
para sus hijos (Romanos 8:16-18)
Aun no somos lo que vamos a llegar a ser, pero cada día el Señor nos va transformando, cada
día el Señor va trabajando en nuestra vida.
Tenemos que comprender que aunque somos hijos de Dios aun somos imperfectos, débiles
y propensos a pecar, pues nuestra vieja naturaleza aún está en nosotros. (Romanos 7:21-25)
Estos textos son un poco difíciles de comprender pues todos somos pecadores y cometemos
pecados a cada momento, pero la clave para comprenderlos está en el vs 9: Los hijos de Dios
no practican el pecado.
Una cosa es pecar y otra cosa es practicar el pecado o vivir en el pecado, los hijos de Dios no
podemos vivir en pecado porque tenemos una nueva naturaleza en nosotros, una naturaleza
de Dios, que no nos permite acomodarnos a vivir en pecado, sino que nos impulsa a
levantarnos y buscar a nuestro Dios con arrepentimiento como lo vemos en la historia del
hijo prodigo (Lucas 15:14-18)
Si una persona que dice ser cristiana está viviendo en pecado y no hay arrepentimiento en su
corazón puede ser por dos causas: