Está en la página 1de 6

¿Nos podrías contar qué es el mindfulness, cómo funciona,

y qué evidencias científicas tiene?


Sí, claro que sí, María. Lo que pasa es que lo voy a contar de una manera muy
visual,
porque creo que lo vamos a ver mejor.
Vamos a suponer que tú y yo estamos dando un paseo,
entramos en un parque y vemos un lago
no muy grande, pero un lago. Nos asomamos a ver qué hay en el fondo del
lago
y si el lago es profundo o no lo es, pero no podemos ver el fondo, ¿por qué no
lo vemos, María?
¿Porque está el agua turbia? Muy bien, una de ellas es que el agua esté turbia.
Si el agua está turbia, no podemos ver el fondo,
y si el agua no estuviera turbia, sino que fuera absolutamente cristalina,
¿por qué no vemos el fondo? Pues a lo mejor no lo vemos porque esa agua
está agitada.
Vamos a suponer que conseguimos que esa agua se serene, que esa agua se
tranquilice, podemos ver el fondo
que puede tener gran profundidad, ¿verdad? ¿Qué hay en el fondo? En el
fondo puede haber grandes tesoros, ¿no?
Me permito recordar que algunos de los mejores tratamientos oncológicos que
hay en la actualidad se han obtenido de esponjas marinas,
hay grandes tesoros, grandes oportunidades, y también podemos ver cosas
que no tendrían que estar ahí,
plásticos, basura en el fondo del mar que está haciendo daño a la naturaleza.

[“mi comentario :”Con el mindufles aclaras la mente ]


Eso es lo que hace el mindfulness.
Nuestra mente está agitada y, como está agitada,
no vemos nuestro potencial ni tampoco vemos aquello que nos está lastrando.
Cuando conseguimos que esa agua, esa mente se serene,
empezamos a ver cosas en nosotros y a experimentar sensaciones y a
experimentar, realmente,
descubrimientos, revelaciones, en el sentido de cosas que estaban veladas y
se ven,
que tienen un poder transformador en la vida, y también empiezas a ver
aquellas cosas que no habías visto de ti
y que realmente te están haciendo la vida difícil, y, a veces, para poder limpiar
un poco el agua,
hay que descubrir dónde está la suciedad. Esto lo permite el mindfullness, el
mindfulness es un ejercicio puro de la atención
para serenar esa mente que, por razones que todavía no conocemos,
está agitada, y como está agitada, no podemos reconectar
con nuestro potencial oculto ni sabemos por qué tantas cosas que son
pequeñas
nos alteran de una manera tan grande. El mindfulness ya está descrito en la
literatura india
desde el Bhagavad-Gita de hace 3500 años, cuando el krishna le dice al
príncipe Arjuna:
"La mente es difícil de manejar como el viento".
y cuando cerca del Nepal, el príncipe Gautama Siddhartha, Shakyamuni
Buddha, el primer buda, el primer despierto, según el lenguaje sánscrito,
descubre que el dolor es parte de la vida, pero el sufrimiento lo genera este
movimiento de la mente
y que la forma de combatir ese sufrimiento es estabilizar la atención
alejándola de esa narrativa, de esa rumiación constante,
de ese ruido que nos impide reconectar con lo que somos. ¿La evidencia
científica? Pues mira, es aplastante,
aplastante tanto en la neurociencia contemplativa, que es la que se dedica a
estudiar el efecto en el cerebro
de los Taos meditativos, como en la fisiología cardíaca, en la endocrinología,
en la neurología. Es que, fíjate, detrás de muchísimas enfermedades,
por no decir de todas, hay un factor que puede pesar más o menos y que es la
ansiedad.
La ansiedad es generada por el ruido mental. La Universidad de Harvard es
pionera en el mundo,
entre el 60 y el 90 % de las consultas a médicos generales tienen como uno de
los factores clave
emociones perturbadoras, vivir en la ansiedad, vivir en la desesperanza, todas
estas cosas.
Eso es lo que hace el mindfullness. A nivel de cerebro, pues, por ejemplo, a
nivel de cerebro, una cosa que hace es reducir el volumen de la amígdala.
La amígdala, que no son estas, está en el cerebro. La amígdala es un núcleo
que contiene
grupos de neuronas muy relacionadas con el miedo y con la ira. Se ha podido
observar con resonancia funcional magnética,
que es una técnica de imagen para ver las partes más activas, una reducción
en el volumen de la amígdala,
la persona que practica este ejercicio de atención plena
es menos propensa a vivir en miedo y en ira. Imaginemos lo que es esto para
la humanidad.
En segundo lugar, se ha visto un aumento del tamaño de la corteza prefrontal
del lado izquierdo
que es muy importante porque tiene un enorme impacto en el sistema de
defensa del cuerpo, el sistema inmune.
Otra cosas que se ha visto es que un sistema que se llama red neuronal por
defecto,
que es la que hace que estemos distraídos, empieza a amortiguarse, y otra red,
que se llama red ejecutiva central es mucho más activa.
Favorece a que te des cuenta de lo que pasa. Esto es importante, para reducir
la incidencia de accidentes.
Se han observado, por ejemplo, cambios en el sistema de defensa, en el
sistema inmune. Gente que ha practicado mindfulness sin tener experiencia
previa en absoluto
durante cinco días a la semana, a lo largo de dos meses, veinte minutos cada
día,
han tenido aumentos entre el 12 y el 20 % del sistema inmune. Alguien dirá:
"Eso no es mucho",
que te suban el sueldo un 12 o un 20 %, verás lo contento que te pones.
Claro, una subida de un 12 % o un 20 % del sistema inmune es que no te cojas
una gripe, o que no te cojas un catarro, o si estás lidiando con un tumor,
que tu cuerpo sea mucho más agresivo, mejoras en el tubo digestivo, te voy a
contar una cosa que es alucinante,
a mí me lo parece. El tubo digestivo controla el 80 % del sistema de defensa
del cuerpo,
está ahí, el tubo digestivo constituye otro cerebro complejísimo,
con 500 millones de neuronas. Cuando una persona está supertensa, cuando
está llena de ansiedad,
empieza a producirse el paso de sustancias feas, quiero decir nocivas,
desde la luz del intestino, del intestino delgado y, a veces, del colon,
a la sangre y pueden dar lugar a procesos inflamatorios generalizados
que ya se están empezando a relacionar como uno de los factores, uno solo,
que podría tener su conexión con el Alzheimer, por ejemplo,
hace más difícil el control de la glucosa, es alucinante, entonces, como el
mundo emocional,
perturbado por una mente agitada, acaba afectando todo el cuerpo.
Hay estudios, por ejemplo, la aplicación de mindfullness a personas que están
diagnosticadas de esclerosis múltiple,
que es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, y se reduce la
aparición de brotes, evoluciona por brotes,
son menos intensos... Se está aplicando a un montón de cosas, y además por
centros tremendamente serios
donde la investigación no es cuestionable ni andan buscando especiales
resultados,
sino que están muy bien controlados. Lo que pasa que esto que tiene 3500
años de antigüedad
solo le hemos dado una credibilidad cuando una serie de científicos
se ha decidido a estudiar qué ocurre en el cerebro y en el cuerpo cuando una
persona entra en estos estados
de enfocarse en el aquí y en el ahora, y nos ha ayudado a darnos cuenta de la
jaula de grillos que tenemos en la cabeza
y que es una cosa difícil de creer, que te pasa una cosa que te disgusta por la
mañana y te está rumiando hasta la noche, parece que somos vacas,
y que el simple hecho de parar eso hace que el organismo, que tiene una
capacidad natural de recuperación, pueda recuperarse.
No hay nada mágico aquí, bueno, sí hay mágico, que la vida es mágica. Eso es
lo que hay de mágico,
pero, a veces, estos diálogos que tenemos bloquean la magia, no porque no la
anulen, sino porque no la dejan florecer.
Te he oído decir que la mayoría de los seres humanos se mueren con la
música dentro sin haberla oído sonar.
¿Qué quieres decir exactamente con eso?, y, bueno, para los futuros padres,
¿qué podemos hacer para que a nuestros hijos no les pase eso?
Recuerdo una cosa que leí de Víctor Hugo que me impresionó mucho. Víctor
Hugo decía:
"El problema nuestro no es que nos vamos a morir, es que no sabemos cómo
vivir",
y había un filósofo danés, Soren Kierkegaard, que decía:
"La vida solo se puede vivir mirando hacia adelante y solo se puede entender
mirando hacia detrás",
los momentos donde ya esta existencia nuestra se acaba y una persona mira
hacia atrás,
y lo sabemos por los escritos de Elisabeth Kübler-Ross, que estuvo con
muchas personas en esa situación,
uno se da cuenta de la cantidad de cosas que podría haber hecho y no hizo.
Cuando yo hablo de la música, creo que todo ser humano tiene música, lo que
pasa es que está acostumbrado,
no a oír su música, sino a oír su ruido. No tienen nada que ver el ruido con la
música
y, si te das cuenta y ves una partitura, si todas las notas fueran pegadas una
tras otra, no tendríamos música,
tendríamos ruido. Lo que hace que tengamos música es que haya espacios de
silencio.
Son esos espacios donde no hay ninguna nota los que permiten que en vez de
ruido haya música.
¿Qué quiero decir? Quiero decir que esta vida, yo creo, que el tiempo que la
vivamos
es una vida para vivirla con intensidad, con dificultades, con desafíos, que nos
enfoquemos en lo que realmente es relevante,
que cuando llegue el final de nuestra vida, digamos, como Neruda: "Confieso
que he vivido",
que podamos decir: "Confieso que he vivido la vida
y no que la he visto pasar", y esa toma de conciencia,
esa reflexión es lo que creo que nos puede ayudar, sencillamente, a que la
música emerja, porque el ser humano está llamado a eso,
a hacer sonar su música, o sea, todos tenemos una música y es una música
preciosa, todas diferentes, todas complementarias.
Eso quiero decir, que no nos conformemos con vivir una vida de ruido, sino que
vayamos encontrando esa música
a base de enfocarnos en las prioridades,
para que al final de nuestra vida, podamos decir, como decía Neruda:
"Confieso que he vivido".
Hola, Mario. Soy Charo, y mi pregunta es: ¿Por qué los humanos tropezamos
cien veces con la misma piedra?
Bueno, me temo que en este caso la respuesta será de menor nivel que la
pregunta.
Yo creo que los seres humanos tropezamos
cien veces sobre la misma piedra por falta de humildad.
La humildad es, para mí, la virtud más grande que existe porque es para una
persona, probablemente,
la más difícil de vivir plenamente, que no es la modestia, no es el ser una
persona así apocada,
es la humildad de corazón. Cuando una persona es realmente humilde, y no lo
digo por mí,
porque desafortunadamente no lo soy, sí por personas con las que he estado,
grandísimos seres humanos
con una humildad aplastante, son personas que tienen mentalidad de
principiante,
es decir, puede ser un premio Nobel y te escucha como si fuera un alumno
tuyo, ¿yo que le puedo enseñar a este hombre?
Pero está plenamente ahí. Cuando comete un error, lo que más le interesa no
es buscar culpables, ni en él, ni en ella, ni en los demás,
sino averiguar qué es lo que ha pasado. Es una mentalidad mucho más
científica, interesada, curiosa,
que una mentalidad enjuiciadora, porque creo que cuando una persona es
humilde
y tropieza con una piedra, está dispuesta a reconocer que ha tropezado con
una piedra
y no a intentar ocultarse ante sí misma o ante los demás que ha sucedido.
Porque creo que cuando una persona es humilde y tropieza con una piedra, se
deja asesorar, pregunta, escucha,
pide ayuda y se deja ayudar. Creo que nuestra soberbia nos mata literalmente.
No queremos aceptar las cosas como son,
queremos que sean a nuestra medida, queremos que la vida se pliegue a
nuestros deseos,
por eso no fluimos con la vida. Cuando aparece algo que no nos gusta, nos
preguntamos por qué,
en lugar de para qué, y todo eso creo que es lo que hace que nos cueste
aprender.
Si yo lo llevara a una metáfora, creo que la vida se vive en plenitud cuando el
que pilota el coche es la conciencia
y en el copiloto va el ego, pero cuando el ego es el que pilota,
te puedes tropezar cien, mil, cien mil y nunca aprenderá.

Bueno, creo que ha llegado el momento ya de terminar,


aparte de expresaros mi profunda gratitud por las dimensiones tan amplias y
profundas de vuestras preguntas,
pues un poco resumir, tal vez desde otro ángulo, lo que hemos estado
hablando, que es que el ser humano es indivisible.
O sea, una persona puede tener un hígado, pero una persona es más que su
hígado. No somos casos clínicos interesantes, sino seres humanos completos,
y que la faceta física, el cuidado del cuerpo, de la nutrición,
el hacer ejercicio físico es muy importante, dormir bien, dormir suficiente es
importante,
es más importante dormir que comer fisiológicamente hablando, que la faceta
mental es clave, que tenemos que aprender todos
a gestionar mejor nuestra mente, a enfocarnos en lo esencial, a usar un
lenguaje que nos ayude, no que nos anule,
a interpretar las cosas de una forma que nos permita salir adelante, no
quedarnos atascados,
que el elemento afectivo es esencial, buscar lo positivo en las cosas, más que
los "porqués", los "para qués",
más que los "es ques", pues tal vez los "hay ques", a lo mejor más que "solo
me queda", los "aún me queda",
y que hay una dimensión espiritual en la existencia humana que es muy
importante y que nos abraza a todos,
que es la vida con propósito, que nuestro propósito no es solo experimentar la
felicidad,
sino ayudar a otros seres humanos, también, a ser felices. Decía Martin Buber,
un magnífico filósofo alemán,
decía que se puede vivir como si fueras el centro den una circunferencia o se
puede vivir como si fueras el centro de una elipse, qué bonito,
porque la elipse tiene dos centros, tú y yo, y así es como se construye el
nosotros.
Yo creo que todos, en la dimensión espiritual, lo que estamos llamados es a
construir un nosotros,
ayudarnos en este viaje fascinante que es la vida en nuestras distintas facetas,
y que la educación, se valore o no, es increíblemente valiosa.
¿Cuántas cosas no tendríamos que padecer si las hubiéramos aprendido a
edades más tempranas?
¿Cuántos conflictos no surgirían si los hubiéramos aprendido a resolver en un
entorno escolar
o cuando éramos más jovencitos? ¿Cuántos dones conoceríamos si los
hubiéramos descubierto?
Entonces, la educación es tarea de todos, y yo creo que nuestra
responsabilidad es,
cada uno en la medida de sus posibilidades, ayudar a valorar verdaderamente,
no solo la importancia de la educación,
sino la enorme importancia del maestro, la enorme importancia de la relación
con el estudiante,
valorar al estudiante porque es la persona que está
en el momento cumbre de la vida para aprender y descubrir y entender que
esto puede dar un gran sentido a nuestra vida,
porque no es solo lo que nosotros logremos, es también el legado que dejamos
y que puede afectar a muchas generaciones. Cambias un sistema educativo, lo
mejoras, y eso puede tener un impacto como al tirar una piedrecita en un
estanque
y las ondas se extienden por todas partes. Pues eso, os animo a que cada uno,
donde esté, como pueda,
de la manera en que vea, viva de acuerdo a unos principios que, en el fondo, lo
único que buscan es darle al ser humano
su verdadera dignidad y su grandeza. Gracias.

También podría gustarte