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Código: 20171010022
Gerolamo Saccheri en 1733 resultó ser el pionero de lo que se convertiría en la búsqueda por
alternativas a la Geometría Euclidiana; aceptando los primeros cuatro postulados de la
geometría euclídea. Afirmando que, para la primera geometría alternativa, no existen líneas
paralelas, por lo que cualquier línea trazada cerca a una recta se encontraría en algún
momento a lo largo del trazo con dicha recta, por lo que dicho postulado se asociaría más
adelante con la Geometría Esférica; esta primera geometría se consideraría contradictoria
dado este último postulado. Sin embargo, para la segunda geometría (alterna), se definía la
existencia de varias líneas que atraviesan un punto que nunca cruzan con una recta próxima,
siendo más resistente este postulado. Sin embargo seguían existiendo contradicciones en
estas hipótesis, dado el trabajo de János Bolyai quien trabajó en estos postulados buscando
demostrar la posibilidad de una segunda geometría lógicamente posible, junto con Nikolai
Lobachevsky, estando separados al otro extremo del globo, de manera simultánea
descubrieron una geometría tridimensional definida por un plano, un punto y una línea, punto
mediante por el cual pasan infinidad de líneas que nunca tocan la línea, llamadas asintóticas
paralelas, demostrando que no era una verdad absoluta la geometría Euclidiana. Aquel que
buscó fortalecer la alternativa a la geometría euclidiana fue Friedrich Riemann afirmando
que se podría hacer geometría en cualquier superficie, mediante la medición de longitud, es
decir, línea recta entre dos puntos será la curva de menor largo en la superficie entre dos
puntos y desarrollando así la geometría elíptica, que acobijaba a todas las demás geometrías,
y consolidando la idea de la Geometría no euclídea (aquella que difiere de lo postulado
paralelo de Euclídes). Esto se refuerza con la incertidumbre que se generaba al proyectar
modelos de superficies en las que se elaboraban los triángulos cuyos ángulos internos eran
inferiores a 180°, así nace la solución de Eugenio Beltrami plasmando distancias sobre la
esfera y consolidando la idea de la geometría hiperbólica.