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IMBESTIGANDO LO INUTIL

Entre las cosas extrañas que uno quiere hacer en la vida es inclinarse a buscar inútilmente la verdad en
los temas paranormales (al menos eso es lo que decía mi madre). Pero uno no cree que está iniciado en
el tema si no ha pisado nunca una casa que se dice encantada, un cementerio abandonado, pasar la
noche acampando al lado de un camino donde los pobladores locales aseguran que se aparece la llorona,
etc. Es decir, esos lugares donde las viejas chismosas del barrio dicen haber visto y oído cosas extrañas
después que terminó su telenovela.

Si uno es investigador (o cree serlo) lo tiene más fácil (imaginación no falta), pero si uno es un simple
curioso que le apetece sentir un poquito de miedo tras la envidia que devora tu interior, al ver como otros
gozan del privilegio de haber visitado un escenario repleto de voces invisibles, brisas misteriosas y
presencias extrañas, diré que es muy fácil habilitar una zona y etiquetarla de lugar encantado.

Pero, está la ética ante todo (esta frase cliché la bajé del discurso de un político). Si uno quiere jactarse
de ser investigador debe ser objetivo, imparcial, analítico y cuestionador. Estos parámetros limitan
considerablemente lo que en el fondo quiere uno que sea real, pero lamentablemente a veces me doy de
narices con la realidad y tener que admitir ante las pruebas contundentes que el caso de marras no tuvo
nada de paranormal. Pero no creo sentirme peor que un empleado del poder judicial. La verdad ante todo
(otra frase cliché de marras).

Muchas veces es doloroso tener que decirle a nuestros emocionados lectores que la foto que me enviaron
no es del fantasma de su abuela sino el reflejo del flash en un calzón del tendedero, que sus psicofonías
(grabación de voces del mas allá) del llanto de un bebé es el maullido de una gata en celo, que el video
del cumpleaños infantil que grabaron donde apareció una figura fantasmal es por culpa del cassette
reciclado, que los ruidos que provienen del sótano de una casa en invierno es por la contracción de la
madera, etc, etc. En estos casos uno tiene que fingir un rostro adusto antes de entregar los resultados
como si fuera a dar un pésame (pero a veces es inevitable soltar la carcajada). Pero es la realidad y
según los especialistas sólo el 5% de las pruebas paranormales son ciertas (esto lo leí en un artículo del
año 1965); aunque he comprobado que con la tecnología actual del photoshop y nuevas herramientas
para la animación del video este porcentaje de veracidad se reduce aún más.

¿Entonces para qué pierdes el tiempo buscando una verdad que tiene pocas probabilidades de
encontrarse?.
Me imagino que es la pregunta que me deben estar haciendo a estas alturas. Porque tengo en mis manos
evidencias que no fueron captadas por otras personas, que no fueron retocadas para sorprender incautos
o porque me las envió un entusiasta crédulo. Fueron captadas por mí mismo y sé perfectamente cuáles
fueron las condiciones exactas del momento de hacerlas. Traté de buscarles una explicación lógica y
racional dentro de toda esta experiencia pero mi austero cerebro no lo encuentra hasta la fecha. A esto se
suma una serie de acontecimientos extraños vividos en años anteriores y que atribuirlos a coincidencias
fortuitas sería postular al grado de Gran Necio. Con esto no pretendo insinuar que todo lo que no puedo
explicar demuestra fehacientemente la existencia de vida en el más allá, las visitas extraterrestres o las
especies criptológicas que habitan la tierra (Nessie, Ogopogo, el Chupacabras, los Kappas, el Yeti, Pie
Grande y demás personajes “legendarios”). Simplemente son hechos sin una explicación para nuestra
lógica y es mi casi obsesión pretender encontrarlas.

Dicen los autodenominados científicos escépticos, también parametrados por el rigor de su dogma, que
los eventos paranormales suelen ser alteraciones o lesiones en una parte del cerebro de las personas
que los presencian. Yo me pregunto si no es al contrario y son ellos los que poseen un candado mental
para no aceptar evidencias extrañas a su conocimiento. Por esta razón, antes firmaba con una frase
inventada por mí (creo): “LA CIENCIA CONSIDERA FALSO TODO LO QUE NO PUEDE EXPLICAR” .
Pero con los años reemplacé por otra del recordado Fox Mulder (X Files): “UNA VEZ VI LA CARA DE
ELVIS EN UNA PAPA FRITA”.

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