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La historia de La Hiena de Querétaro, mujer que asesinó a sus tres hijos hace 30 años

Claudia Mijangos, mejor conocida como “La Hiena de Querétaro”, asesinó a sangre fría a
sus tres hijos en abril de 1989; este es uno de los asesinatos más impactantes ocurridos en
dicha ciudad.

Un mujer triste, en su vida nunca le faltó nada, se dice que cuando murieron sus padres
ella recibió una cuantiosa fortuna, razón por la cual decidió cambiar su lugar de residencia.

Estudió la carrera de comercio; en su adolescencia fue elegida como reina de belleza


en Mazatlán, Sinaloa, lugar donde nació un 25 de mayo en 1956.

Al poco tiempo de morir sus padres, ella decidió casarse en 1972 con Alfredo Castaños
Gutiérrez, quien era empleado bancario; después se trasladaron a la Ciudad de Querétaro.
De este matrimonio nacieron sus tres hijos: Claudia María, Ana Belén y Alfredo.

Era una familia bastante conservadora y muy allegada a la religión católica (Claudia daba
clases de catecismo), sin embargo, se dice que Alfredo era de un carácter posesivo y
dominante, razón por la cual, comenzaron a surgir demasiados problemas aunados a los
problemas psicológicos que comenzó a sufrir Claudia.

Se comentaba que los ataques psicóticos eran demasiado fuertes y frecuentes, ella
aseguraba que veía ángeles, demonios y que escuchaba voces; poco tiempo después se
divorció y se obsesionó con el padre Ramón, quien daba clases en donde sus hijos
estudiaban.

Tras una discusión con Alfredo, ocurrida el 24 de abril de 1989, se dice que Claudia tuvo
un ataque severo de psicosis, fue a la cocina y tomó tres cuchillos.

Su primer víctima fue su hijo Alfredo de 6 años de edad, a quien le cortó casi por completo
la mano izquierda, por los gritos, las hermanas del pequeño despertaron y pidieron a su
madre que se detuviera, pero ésta tomó otro cuchillo y apuñaló seis veces a la hija mayor.
Sin embargo, ella logró salir del cuarto para pedir ayuda, los gritos alertaron a los vecinos.

Finalmente, apuñaló en el corazón a su hija Ana Belén, de 9 años.


Claudia, ha pedido a su hermana Jessica y a su abogado, que le ayuden a recuperar la casa
(valuada en 2.5 millones de pesos) en donde cometió los crímenes ya que desea pasar ahí
sus últimos días de vida, o bien, vender la casa e irse a otra colonia.

Después de los asesinatos, la casa quedó completamente abandonada, se dice que fue
utilizada para ritos satánicos y servía como refugio para los pandilleros; fue entonces
cuando el gobierno decidió bardearla para dejarla sin acceso a vecinos y visitantes.

Hoy día, Claudia asegura no estar loca y desea vivir sus últimos días en la llamada “casa
del terror”.

Por este crimen, su esposo nunca fue investigado, actualmente tiene 70 años y se dice,
regresó a vivir a Sinaloa.

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LEYENDAS MEXICANAS DE TERROR: LA MONJA DE DURANGO

En México las leyendas son parte de nuestra cultura y nuestras tradiciones, no sólo por
las historias que cuentan sino porque también son un atractivo para aquellos que
disfrutan de buscar los lugares en donde sucedieron estos hechos. Con motivo del Día de
Muertos 2021, te invitamos a leer nuestro especial “Leyendas de terror mexicanas” en el
que estaremos publicando las historias más aterradoras de los distintos Estados de
nuestro País.

La monja de la catedral de Durango, la leyenda un amor imposible

Durante el siglo XIX, aproximadamente en los años 50 en la ciudad de Durango nació


una historia de amor entre un soldado francés y una monja, quienes a pesar de que
sabían que lo suyo era imposible, ellos lucharon por estar juntos, sin embargo el destino
les tenía deparado un trágico final.
Beatriz era una hermosa joven de cabello rubio y ojos azules, que había decidido ser
monja para entregar su vida en cuerpo y alma a Dios. Un día desde su dormitorio,
Beatriz vio a un apuesto soldado francésllamado Fernando quien caminaba frente a su
convento y en cuanto sus ojos se cruzaron se enamoraron a primera vista. Desde ese
momento y sin nunca haber cruzado una palabra, ellos tenían una cita todos los días a la
misma hora; él pasaba frente al monasterio para admirar la belleza de Beatriz aunque
sea solo unos segundos mientras ella lo miraba desde su ventana.Por azares del
destino, una madrugada tocaban la puerta del convento insistentemente, cuando Beatriz
apareció en la entrada, encontró a Fernando bañado en sangre, el soldado de quien
estaba profundamente enamorada. Le dio alojamiento y curó sus heridas con gran
delicadeza, pero temía que si salía a las calles lo matarían, así que lo escondió en su
cuarto por unos días mientras recuperaba sus fuerzas.

Durante ese tiempo los enamorados vivieron plenamente el amor, a tal grado que
Beatriz estaba dispuesta a dejarlo todo por él pero aún no era el momento, pues la
intervención francesa había terminado y Fernando tenía que irse, no sin antes prometer
que el regresaría por ella.

Dicen que el espíritu de la monja aún se ve en los balcones y campanarios de la catedral.


Pero desafortunadamente Fernando nunca iba regresar… ¿Por qué? Pues
porque después de partir fue fusilado junto a su tropa por el ejército mexicano y Beatriz
nunca se enteró; ella todos los días le pedía a Dios que Fernando regresara, pero eso
simplemente nunca pasó y aún así ella no se cansó de esperar. La monja subía por las
noches al campanario de la catedral para ver si llegaba su amor.

Sin embargo la espera no duraría para siempre, pues una mañana Beatriz fue encontrada
muerta en el piso de la catedral. Se dice que la noche anterior la monja se suicidó
arrojándose desde el campanario.

La leyenda cuenta que el alma de Beatriz aún deambula en la catedral y en las noches se
puede ver la silueta de una monja vestida de blanco, quien desde el campanario mira
hacia el horizonte, esperando reunirse con su amor.

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