PADRES PERSONAJES EN LA ETERNIDAD

Alfredo Sadel
Entrevista a su hijo Alfredo Sánchez
–¿Qué escenas mencionaría de prime-
ras evocando a Alfredo Sadel?
–Como cineasta soy incapaz de decirte
EL TENOR DE VENEZUELA FUE DE UNA INTENSIDAD Y BELLEZA QUE
una sola, me vienen muchas: por ejem- SU HUELLA REVIVE Y VA EN EL PECHO DE QUIENES LO CONOCIERON.
plo, mi papá vocalizando todos los días
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debajo del piano; o saliendo de viaje a
ENVOLVIÓ A VENEZUELA Y AL MUNDO CON LA PASIÓN Y LA CARICIA
Maracay en el Mercedes y parándonos DE SU VOZ IRREPETIBLE. LOS JÓVENES PODRÍAN DESCUBRIR
a comprar majarete criollo, su postre fa-
vorito, en la carretera; o papá viéndose OTRA DIMENSIÓN DE LA VIDA EN SUS CANCIONES. PARA SUS
las cuerdas vocales con un espejito de
odontólogo (casi ningún cantante pue- CONTEMPORÁNEOS Y LA GENERACIÓN SIGUIENTE, SABOREARLO ES
de hacerlo sin la ayuda del médico); o
jugando damas chinas con nosotros en EXPANDIRSE POR DENTRO PARA SOÑAR CON OTRO MUNDO
unos torneos domésticos inolvidables.
Siempre con mucho amor, mucho hu- POR MARÍA FERNANDA FUENTES
mor y un cariño inconmesurable.

–¿Cómo eran los momentos juntos que

más le gustaban?
–Papá era un ser mágico, como buen
pisciano. Profundo y sencillo a la vez.
Una noche nos pusimos él y yo a ver las
estrellas y a hablar sobre los enigmas del
universo. Yo tenía como 16 años y me
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Y él me decía que yo era “el intelectual”
de la familia porque formulaba pregun-
tas. Ahí nació mi vocación periodística.
Él y yo nos comunicábamos muy bien,
porque a él le gustaba la gente con cier-
ta velocidad mental y de alguna forma
nos crió así: obligándonos a “apretar”
cuando estábamos con él. Había que
estar “pilas”, porque cuando menos te
esperabas te lanzaba un vaso de vidrio
para que lo atajaras a tiempo. ¡Y ay de
aquel que lo dejara caer! Con él había
que estar despierto todo el tiempo, ser
sagaz, ir siempre un paso más adelante
que los demás.

–¿Y sus enseñanzas?

–La noción del trabajo, del esfuerzo
propio. La búsqueda de la excelencia,
era un ser incansable. Dormía poco, se
la pasaba estudiando, aprendiendo.
Batallaba con todas sus fuerzas por ser CON SUS HIJOS ALFREDO ANDRÉS Y ELVIA LUISA

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JUNIO 2013 43
siempre el mejor en todo lo que hacía.
Tenía una solidaridad “consciente”:
amaba ayudar a los más necesitados
pero nunca desde la lástima, sino tra-
3+& '# !#-&/%8+*"!#5%!*9+#+#:%-!&#"+#&!-
cesitara y sobre todo si estaba dispuesto
a superarse por sus propios medios. A
él no le gustaba ser “muleta” de nadie.
Era extraordinariamente solidario pero
al mismo tiempo un roble en lo impla-
(+4"!#('&3*+#"+#2!&3!#8';+#<#!&=- -'/+7#

–¿Qué recuerda de su infancia con él?

–Su abrazo protector, su calidez huma-
na. Cuando de niño sentía miedo por
algo me decía: “quédate tranquilo, mijo,
que mientras tú estés con tu padre no
te va a pasar nada”. Nunca fue sobre-
protector, al contrario. Me dejaba hacer
demasiadas locuras, pero nos brindaba
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los animales y eso nos unió muchísimo
a él, porque siempre nos permitió tener
todas las mascotas que quisimos.

–¿Y de la adolescencia y la adultez?

–Su carácter y personalidad. Su tempera-
mento. Su manera de entrar en la acción
con audacia. Él podía ser al mismo tiem-
po avasallante y muy sutil, dependía de
quién estuviese al frente. Era un hombre
inteligente y sagaz. Decía: “Yo sólo nece-
sito cinco segundos para conocer a una
persona”. Era psicólogo innato. Estudia-
ba los rasgos de personalidad de la gente
y como era muy intuitivo, podía aho-
rrarse el trecho de conocer a alguien bien
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Y aunque se llevó muchas decepciones,
era “amiguero”. Le encantaba reunirse
con Simón Díaz, con Graterolacho, con
Luis Pastori, con Jesús Soto y Carlos Cruz
FOTO VICENZO GRECCI

Diez a cantar y jugar dominó. Era amigo

de sus amigos hasta la muerte.

–¿Hace cuánto falleció? ALFREDO SÁNCHEZ, HIJO

–Buena pregunta. Hay cosas que no tie-
nen fecha. Creo que es la única pregunta
que no te puedo contestar con certeza.
Para mí fue una transacción de almas,
A SU HIJO MENOR, PERIODISTA Y CINEASTA, NO LE ALCANZARÁ LA
porque lo llevo en mi corazón. VIDA PARA HONRARLO Y DIVULGAR SU OBRA. CUENTA CON DETALLISMO
–¿Cómo era en familia con sus herma- PROFUNDO, MUCHO DE ESTE CANTOR DE CORAJE Y DIMENSIONES
nos y su mamá?
AB-#0+0C#3!&6+#%&#+$'*#-&1&-3'#0'*#$-# DESBORDADAS: UN PADRE AMADOR TAN ROBLE COMO SUTIL, HOMBRE
abuela Luisa. Su mamá era el alfa y el
omega de toda su existencia, y aunque no HONRADO, ARTISTA CABAL, CIUDADANO SOLIDARIO. UNA VERDADERA
pareciera, también lo fue mi abuelo Ma-
nuel (Sánchez Benítez). Aunque no estu- JOYA QUE SE FUE DEMASIADO TEMPRANO
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vo presente él como padre, papá siempre
lo consideró su guía, lo amó con toda su
alma y hasta le compuso canciones. Tam-
bién lo necesitó demasiado, pero gracias
a ese gran dolor fue que mi papá tuvo
coraje de echar hacia adelante en la vida.
Con él tuvo una relación tensa e intensa.
A sus hermanos también les dedicó su
vida. Pero como sucede casi siempre en
las familias, la relación entre hermanos
viene matizada por esos roces entre los
distintos caracteres, más aún en el caso
de mi papá que de por sí tenía un peso y
%&+#-&8%!&(-+#5%!*+# !#"+#5+$-"-+7

–¿Le hacía regalos el día del padre, o él

no le ponía atención a eso?
–Papá era extremadamente generoso.
No creía en eso de regalar cosas un solo
día porque él lo daba todo todo el tiem-
po. Era de los que le llevaba juguetes en
Navidad a los hijos de los exiliados en
Costa Rica, o de repente se quitaba un
pisacorbata de diamantes y se lo rega-
laba a Rómulo Betancourt para ayudar
a la causa democrática. Era totalmente
desprendido y sin apego por lo mate-
rial. Igual su entrega y disponibilidad
era total cuando creía en algo o en al-
2%-!&7# D&# !/!# /!&3- '.# !*+# -1(-"6/-$'#
regalarle. ¿Qué se le podía dar a una
persona que lo daba todo siempre?

–¿Qué canciones le cantaba y cuáles le

parecen más inolvidables?
FOTO ARMAND

–Él no era de andar por la casa cantando, a

menos que estuviera vocalizando o apren-
diéndose una ópera. Y cuando se le ocu-
rría una canción, mandaba a callar a todo
el mundo, cogía la melódica (ese pianito
que se toca soplando) o agarraba y silba-
ba la melodía hasta que podía tener a la
mano una grabadora y entonces la regis-
traba en un cassette. ¿Sus canciones más
inolvidables? Muchísimas. Todas las que
grabó con el maestro Terig Tucci (el arre-
glista de Carlos Gardel), o las que hizo con
Aldemaro Romero. Para mí hay algunas
especiales: “Flores negras”, “Playa”, “Cer-
ca de ti”, “Una noche contigo”, “Déjame”,
“Un mundo raro”, “Dí”, “Canción sere-
na”, y un larguísimo etcétera. Son más de
dos mil canciones. Imagínate.
–¿En qué sentido le cambió hábitos o
sentimientos a él y viceversa?
–Yo fui el último de sus hijos, de modo
que si alguno de nosotros cambió algo
en él ese fue mi hermano mayor, quien
lo convirtió en padre por primera vez. O
EN LA CUBA DE LOS AÑOS 50
tal vez mi hermana, que fue su primera
hija. Yo no creo haber cambiado nada en
él. En cambio él sí transformó mi vida
entera con sus enseñanzas.
–¿Cree que le faltó decirle algo antes
de partir?
–Si pienso en lo más importante, creo
que no: él se lo llevó todo en su cora-
zón, porque siempre supo que mi amor
5%!#-&('& -(-'&+"#!#-&1&-3'7#E!*'#0'*#/%-
puesto que me faltó toda una vida para
hablar con él. Cuando él murió yo ape-
nas tenía 25 años y él 59.
–¿Cuál es la mejor herencia que le
dejó?
–La honestidad como principio de vida.
Y la integridad de ser, sentir, pensar y
actuar congruentemente.
–¿Él supo que le preparaba una película?
–Sí y no. Porque yo acababa de terminar
mi tesis de grado para la Universidad
Católica, que era un guión cinemato-
2*C1('# 4+/+ '# !&# "+# F0!*+# Un ballo in
maschera de Verdi, ambientada en la Ve-
nezuela preindependentista, en la cual
él era el protagonista. Pero fue por esos
días que se enfermó y ya no pudimos
concretar el proyecto. De modo que la
primera película que hice, luego de es-
tudiar cine en Londres, después que él
murió fue el documental Alfredo Sadel:
Aquel Cantor, en el cual entrevisté a to-
dos aquellos que lo conocieron, desde
Plácido Domingo hasta Celia Cruz, una
-&1&- + # !#2!&3!#:%!#-&("%<!#,+/3+#/%/#
rivales artísticos como Lucho Gatica y
también a sus amigos como Armando
Manzanero, Simón Díaz, Carlos Andrés

JUNIO 2013 45
 NACIÓ EL 22 DE FEBRERO DE
1930, “UN PISCIS MÁGICO”,
LO DESCRIBE SU HIJO ALFREDO
ANDRÉS, DIRECTOR DE EL
DIARIO DE CARACAS ON LINE,
TAMBIÉN ESTUDIOSO DE LOS
ENIGMAS DEL ALMA Y LOS HILOS
DEL UNIVERSO. CARLOS ALFREDO
Y ELVIA LUISA SON LOS HIJOS
MAYORES DEL PROTAGONISTA
DE ÓPERAS, COMPOSITOR O
VOCALISTA DE MÁS DE DOS MIL
TEMAS Y CLÁSICOS ROMÁNTICOS
DE TODO GÉNERO
Pérez y Carlos Cruz Diez.
–¿Qué diferencia hizo en su vida tener
un padre de ese rango?
–Imagínate. Papá fue un ser excepcional
desde todo punto de vista, pero sobre
todo como ser humano. Todas las per-
sonas que lo conocieron saben de su di-
mensión humana.
–¿Quién fue él en su Constelación?
–¿Y cómo saberlo? ¿Y para qué? Basta
con saber que aún nos encontramos con
frecuencia. Creo que seguirá siendo así,
porque yo sé que existe el alma común de
la familia. Y si los cuerpos celestes gravi-
tan en órbitas más o menos descriptibles,
¿por qué no habríamos de hacerlo los
seres humanos? Dios tiene un espacito,
aunque sea así, chiquitico, para nosotros
en eso que llaman “la eternidad”.
–¿Quiere agregar algo más?
–Hay un poema de Rumi –el poeta más
grande que ha dado la humanidad– que
dice: “Nunca te lamentes, porque todo
lo que pierdas volverá a ti bajo cual-
quier otra forma”.
“AQUEL
Así se llama la película de su vida que
hizo su hijo cineasta y periodista. Un
documento imperdible para la vene-
zolanidad. Su primera presentación
con el Ave María en la Catedral de Ca-
racas le ganó mecenas para su forma-
ción en la Escuela Superior de Música y
continuó estudios y carrera fulgurante
a lo largo de su vida en México, Nueva
York, Buenos Aires, España, Salzburgo
y Milán. Pronto graba de su primer dis-
co con “Desesperación” y “El Diamante
Negro”. En 1947 fue cantante aficiona-
do en Radiodifusora Venezuela, y al
siguiente año con Discos Rex será su
segundo sencillo que vendió veinte
mil copias. En 1950 inicia carrera en
cine con A La Habana me voy y en 1951
protagoniza Flor del campo, con mú-
sica y argumento venezolanos. Actúa
en el Chateau Madrid de Nueva York,
con la orquesta de Aldemaro Romero
y en el Jefferson, donde adquiere gran
popularidad. Es el primer artista vene-
zolano en actuar en la tevé estadouni-
dense, contratado y presentado en los
programas exitosos del país. Siguen
en 1955 sus éxitos en La Habana y su
primer LP con la RCA Víctor. Colabo-
rador de la actividad sindical artística,
promueve en 1947 la fundación de la
Asociación Venezolana de Artistas de
la Escena.
En 1958 lo contrata la Metro-Gold-
wyn-Mayer, luego en México, cono-
cido por sus discos, participa en las
películas El Ratón, Tú y la mentira. En
1960 en Tres balas perdidas con Ja-
vier Solís, en El buena suerte, y en En
cada feria un amor. Su cinematografía
termina con Martín Santos, el llanero,
coproducción Méxicano-venezolana.
En 1961 se presenta Sadel en el can-
to lírico con la zarzuela Los gavilanes,
en el Teatro Nacional; va estudiar a
Milán, en el Carnegie Hall de Nueva
York estrenó óperas y emprendió
giras con Rigoleto, El barbero de
Sevilla, Carmen, Tosca, La Bohème,
Traviata, El buque fantasma, Don Pas-
cuale, L’amico Fritz, Don Carlo y otras,
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CANTOR”
por toda América. Luego Alemania,
Belgrado, Hungría, Suiza, España y la
Unión Soviética (1967 y 1968). Primer
cantante lírico venezolano en llegar a
Siberia y otras catorce naciones. En
Lima protagonizó las temporadas de
zarzuelas más exitosas de Perú.
En 1977, intenta institucionalizar la ópe-
ra en Venezuela, con una gran tempo-
rada en la UCV que extiende a otras
ciudades. El pueblo nunca lo olvidó y
sus versiones del género popular como
“Humanidad”, “Vereda tropical”, “Incerti-
dumbre”, “Dominó”, “Desvelo de amor”,
“Congoja”, “Granada”, “Aquellos ojos
verdes”, y sus versiones de “Ansiedad” y
“Madrigal”, son una amplia constelación
desde el bolero hasta lo tradicional y lo
clásico, que siguen escuchándose en
toda América. Volvió a Cuba a grabar
música popular, como con Los Panchos
y un tributo a Carlos Gardel.
Se radicó en Nueva York desde 1985 y
viajó bastante a Caracas y Colombia.
Cuando más feliz estaba para presen-
tarse en el Metropolitan Opera de Nue-
va York, su salud empezó a deteriorarse.
Viaja a Caracas en 1988 y en 1989 sus
conciertos en el Teresa Carreño con la
Sinfónica Venezuela marcaron su des-
pedida. Hizo dúos memorables, desta-
có como compositor de innumerables
piezas como “Yo no te engañé”, “Son
dos palabras”, “Otra rosa”, “El hombre de
hierro”, “Golondrinas del tiempo”, “Quie-
ro a Maracaibo”, “Razonando”.
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