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Consecuencias de la obesidad

Los principales problemas de salud asociados a la obesidad y el exceso de peso


son:

 Diabetes de tipo 2.
 Enfermedades cardiovasculares e hipertensión.
 Enfermedades respiratorias (síndrome de apnea del sueño).
 Algunos tipos de cáncer.
 Osteoartritis (lesiones degenerativas e inflamatorias articulares).
 Problemas psicológicos.
 Baja calidad de vida "La obesidad predispone a quien la padece, a varios
factores de riesgo cardiovascular, entre ellos la hipertensión, elevados
niveles de colesterol en sangre y triglicéridos".
 El grado de riesgo depende entre otras cosas de la cantidad relativa de
exceso de peso, la localización de la grasa corporal, cuánto se ha subido
de peso durante la edad adulta y la cantidad de actividad física. La
mayoría de estos problemas pueden mejorarse adelgazando un poco
(entre 10 y 15%), especialmente si también se aumenta la actividad
física.

Vamos a centrarnos en dos principales problemas:

Diabetes de tipo 2
De todas estas graves enfermedades es la diabetes de tipo 2 (que normalmente se
desarrolla en la edad adulta y está asociada al sobrepeso) o diabetes mellitus no
insulinodependiente, más ligada a la obesidad y el exceso de peso.

De hecho el riesgo de desarrollar una diabetes de tipo 2 aumenta con un IMC


que esté bastante por debajo del límite de la obesidad (IMC de 30), dentro de un
simple sobrepeso. La probabilidad de que las mujeres obesas desarrollen una
diabetes de tipo 2 es 12 veces mayor que en mujeres con un peso saludable.
El riesgo de padecer este tipo de diabetes aumenta conforme el IMC sea más
alto, especialmente en las personas con antecedentes familiares de diabetes, y
disminuye si se pierde peso.

Enfermedades cardiovasculares e hipertensión


Las enfermedades cardiovasculares incluyen las enfermedades coronarias, los
accidentes cerebrovasculares y la enfermedad vascular periférica, en piernas
fundamentalmente.

Estas enfermedades son las responsables de una gran incidencia de muertes (una
de cada tres) en los hombres y mujeres, en países industrializados y su
incidencia está viéndose incrementada también en los países en vías de
desarrollo.

La obesidad predispone a quien la padece, a varios factores de riesgo


cardiovascular, entre ellos la hipertensión, elevados niveles de colesterol en
sangre y triglicéridos. En las mujeres, la obesidad es el incidente más importante
dentro de las enfermedades cardiovasculares, después de la edad y la presión
sanguínea.

El riesgo de sufrir un infarto es unas tres veces mayor en una mujer obesa que en
una mujer delgada de la misma edad.

Las personas obesas son más propensas a tener altos niveles de triglicéridos en
sangre (grasa sanguínea), y colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad o
"colesterol malo") y bajos niveles de colesterol HDL (lipoproteínas de alta
densidad o "colesterol bueno ".

Es típico en personas obesas con acumulación de grasa intra-abdominal


("manzanas"), asociada a un mayor riesgo de padecer enfermedades coronarias.
Si se pierde peso, los niveles de grasa en sangre mejora. Si se pierden 10 kg, se
puede producir un descenso del 15% en los niveles de colesterol LDL y un
aumento de un 8% en los de colesterol HDL.

La relación entre la hipertensión (tensión arterial alta) y la obesidad está bien


documentada, y se calcula que la proporción de hipertensión atribuible a la
obesidad es del 30-65% en las poblaciones de Occidente.

De hecho, la presión arterial aumenta si se incrementa el IMC; Por cada 10 kg de


aumento de peso, la presión arterial sube 2 –3 puntos (2-3mm Hg). Por el
contrario, bajar de peso, disminuye la tensión arterial, y normalmente, por cada
1% de reducción de peso, la presión arterial disminuye 1-2 puntos (1-2mm Hg).

La incidencia de la hipertensión en adultos con sobrepeso es tres veces mayor


que en adultos sin sobrepeso, y el riesgo de hipertensión en personas con exceso
de peso entre 20-44 años es casi 6 veces mayor que en los adultos con peso
normal.
Un descenso del 10% del peso inicial libera el esfuerzo cardíaco en un 30% y la
sobrecarga articular y de columna en un 40%.

Fuente: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/dieta-alimentacion/peso-saludable/consecuencias-obesidad.html

Consecuencias de la obesidad y el sobrepeso

Enfermedad cardiovascular
Los pacientes con obesidad, es decir, con un IMC de 30 o mas, tienen un riesgo
aumentado de morir en comparación con sujetos cuyo índice de masa corporal
(en adelante, IMC) está comprendido entre 20 y 25. Se calcula que un obeso no
fumador vivirá, por término medio, 5.8 menos que un sujeto con peso normal,
siendo esta misma cifra en la mujer de 7.1 años menos que aquellas de peso
normal.
Aunque la mortalidad por diferentes motivos es mayor en las personas obesas, la
causa principal del fallecimiento es la enfermedad cardiovascular, cuyo riesgo
triplica en estos pacientes el de la población de peso normal.

La enfermedad cardiaca sucede en un primer momento a consecuencia de la


formación de la llamada placa de ateroma, una acumulación de materia grasa
adherida sobre la cara interna de las arterias coronarias, que son las que llevan el
oxígeno y los nutrientes al corazón.
El abultamiento que forman las placas de ateroma en el interior de las arterias
coronarias hace que su diametro interior se estreche, por lo que se reduce la
llegada de oxígeno y nutrientes a las células del corazón. En estas condiciones
aumenta la posibilidad de sufrir una falta crónica de oxígeno en este órgano
vital, que se pone de manifiesto cuando las circunstancias exigen un mayor
aporte de oxígeno. Así, en situaciones de esfuerzo surge el angor o angina de
esfuerzo, que pone en evidencia la dificultad de proporcionar oxígeno a un
corazón obligado a trabajar mas y –por lo tanto- a consumir una mayor cantidad
de oxígeno. La enfermedad se manifiesta por el típico dolor anginoso opresivo o
en garra en la zona del tórax que corresponde a la localización del corazón.

Un grado mayor de dificultad para el suministro de oxígeno se pone de


manifiesto a través de la angina o angor de pequeños esfuerzos y, en último
extremo, incluso sin esfuerzo alguno, cuando el estrechamiento de las arterias
coronarias ha alcanzado un punto crítico.

Sin embargo, la obstrucción de las arterias coronarias puede presentarse de


forma brusca, a causa de la oclusión completa de una rama arterial del sistema
coronario, bien por desprendimiento de la placa de ateroma que se desplaza
hasta enclavarse en una arteria de menor tamaño o por el crecimiento de la
propia placa de ateroma, que obstaculiza totalmente el paso de sangre a través de
la arteria coronaria, dando lugar a una lesión permanente del corazón, lo que
pone en serio peligro la vida del paciente. Es el infarto de miocardio. El paciente
tiene una mayor probabilidad de sufrir estos tipos de trastornos conforme
aumenta su índice de masa corporal, decir, su grado de sobrepeso u obesidad.

La obesidad puede desencadenar o empeorar la insuficiencia cardiaca


congestiva. Esta es una enfermedad en la que el corazón fracasa globalmente en
llevar a todo el organismo el oxígeno y los nutrientes necesarios para su
funcionamiento normal. Por así decirlo, su músculo se ve incapaz de hacer
circular la sangre en el volumen adecuado y a la velocidad adecuada. Cuando la
masa corporal aumenta, aumenta también el esfuerzo cardiaco necesario para
atender las necesidades del organismo, lo que empeora considerablemente la
insuficiencia cardiaca.

Hipertensión arterial
El paciente obeso o con sobrepeso tiene mayor probabilidad de sufrir
hipertensión arterial o de sufrirla en mayor grado que aquellas personas que
tienen peso normal. Aunque no está del todo esclarecida la relación entre
obesidad e hipertensión arterial, la evidencia científica mostrada por varios
estudios clínicos ha establecido que incluso una disminución de peso moderada
es muy beneficiosa para la reducción de la hipertensión arterial y del riesgo
cardiovascular.

Accidente cerebrovascular
Por las mismas razones que el paciente con exceso de peso tiene una mayor
probabilidad de sufrir la formación de ateromas en las arterias coronarias,
también puede desarrollar estas lesiones en las arterias cerebrales o próximas al
cerebro, que pueden desprenderse total o parcialmente y obstruir alguna arteria
cerebral, lo que puede dar lugar a lesiones cerebrales por falta de riego.
Conforme el exceso de peso aumenta, lo hace también la probabilidad de sufrir
un accidente cerebrovascular o ictus.

Diabetes Mellitus tipo 2


La diabetes tipo 2, también llamada diabetes del adulto o no insulindependiente,
es una enfermedad caracterizada por un aumento de la concentración de glucosa
en la sangre. Una de las razones de que se produzca este aumento de la glucosa
en la sangre es la falta de respuesta de las células del organismo a la insulina, lo
que se denomina resistencia a la insulina.

La insulina hace que la glucosa penetre en las células y pueda ser aprovechada
convenientemente, bajando de paso la concentración de glucosa en la sangre. Al
aumentar la resistencia a la insulina, la glucosa permanece en mayor
concentración en la sangre, por lo que puede aparecer la enfermedad.
Existe una estrecha relación entre diabetes tipo 2 y obesidad. De hecho, mas del
80 % de los diabéticos de esta clase tienen exceso de peso. Diversos estudios
clínicos han puesto de manifiesto que aquellas personas con un IMC de 32 o
superior tienen un riesgo triple de sufrir diabetes mellitus tipo 2 que las personas
con un IMC de 19 a 22.
Como se sabe, la diabetes es una causa frecuente de muerte prematura,
enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, fracaso renal o ceguera.

Hiperlipemia
El exceso de peso está causado por la grasa corporal acumulada en forma de
triglicéridos en el tejido adiposo. Frecuentemente, el paciente con sobrepeso u
obesidad sufre también una elevación de la concentración de grasas en la sangre.

Aunque la obesidad y la elevación del colesterol en sangre son factores de riesgo


independientes, el paciente obeso presenta muy a menudo elevación de
triglicéridos en sangre y disminución del colesterol “bueno”, lo que a su vez
aumenta el riesgo cardiovascular.

El síndrome metabólico
Así se definen un conjunto de factores de riesgo que están relacionados con el
sobrepeso y la obesidad y suelen presentarse conjuntamente. Se habla de
síndrome metabólico cuando un paciente presenta a la vez tres de los siguientes
factores de riesgo cardiovascular:

Diámetro abdominal aumentado (obesidad abdominal). Disponer de una


cantidad elevada de grasa abdominal es un importante factor de riesgo
cardiovascular, de mucho mayor valor predictivo que la acumulación de grasa en
cualquier otro lugar del organismo.
Hiperlipemia, incluyendo elevación de triglicéridos, elevación del colesterol
malo (LDL) y disminución del colesterol bueno (HDL).
Hipertensión arterial Elevación por encima de lo normal de las cifras de glucosa
en sangre en ayunas.

Distintos tipos de cáncer


La obesidad y el sobrepeso están relacionados con un aumento del riesgo de
sufrir distintos tipos de cáncer.

En pacientes con obesidad acentuada (IMC igual o superior a 40), un estudio de


mas de 16 años de duración ha puesto de manifiesto un mayor riesgo de padecer
cáncer de esófago, colon, recto, hígado, vesícula biliar, páncreas y riñón, mama
y útero (endometrio), así como enfermedades malignas como el mieloma
múltiple y el linfoma no hodgkiniano. Se calcula que el riesgo adicional de sufrir
este tipo de enfermedad es un 50% mayor que en personas de peso normal.

Aunque en el caso del cáncer de mama los datos pueden ser controvertidos, se
estima que una mujer obesa puede tener un riesgo triple de sufrir un cáncer de
útero que la población femenina de peso normal.
En el caso de los tumores del tubo digestivo, se ha indicado que la causa mas
verosímil del aumento del riesgo de cáncer de esófago es el reflujo de jugo
gástrico desde el estómago al esófago (reflujo gastroesofágico), que sucede
frecuentemente en las personas obesas y da lugar a ardores de mayor o menor
intensidad.
Artrosis/artropatía degenerativa
Se trata de enfermedades muy extendidas, afectando principalmente a las
rodillas, caderas y columna vertebral, especialmente la columna lumbar. En los
pacientes que sufren estas dolencias y son obesos o tienen sobrepeso, el aumento
de presión debido al exceso de peso es un factor primordial en la sobrecarga y
degeneración articular, provocando además un aumento extra del dolor en las
articulaciones.

Síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS)


Se trata de un trastorno que provoca paradas momentáneas de la respiración
(fase de apnea), que se producen de forma continuada durante el sueño. Por lo
general, las personas que sufren esta enfermedad sufren un agravamiento en caso
de sobrepeso u obesidad.

El síndrome de apnea obstructiva del sueño se origina por un bloqueo


momentáneo del paso del aire por la vía aérea superior, que se repite
sucesivamente. Aparte de otros factores que también intervienen en la
producción del SAOS, la obesidad hace que se rellene de grasa el tejido que
rodea la garganta, facilitando así la aparición o agravamiento del SAOS, al
estrechar el paso de aire por esta zona.

Infertilidad y embarazo
La obesidad puede causar alteración del ciclo menstrual y está relacionada con
infertilidad en la mujer. Una proporción de grasa modestamente elevada
(p.e.10%) puede colaborar a la infertilidad femenina. La obesidad también se ha
relacionado con una mayor incidencia de fibromas uterinos.

La obesidad es un riesgo sobreañadido al embarazo. De un lado, puede facilitar


la aparición de la diabetes gestacional; por otro, favorece la elevación de la
presión arterial. También se ha relacionado con una elevación de la tasa de
mortalidad fetal en fases avanzadas del embarazo y una mayor incidencia de
partos por cesárea.

Cálculos biliares
La obesidad y el sobrepeso se asocian con frecuencia a la aparición de cálculos
biliares y disfunción de la vesícula biliar.

Daño al hígado
Los pacientes obesos presentan con mayor frecuencia una degeneración grasa
del hígado, una enfermedad similar a la producida en las hepatitis tóxicas, que se
llama esteatosis hepática.

Depresión y otros trastornos psíquicos


Como consecuencia de la falta de aceptación social y la frecuencia con que son
excluidos, especialmente los jóvenes y los muy obesos, se presenta a menudo
una depresión que en muchos casos puede ser debido a un eventual rechazo
social a su condición física.

Esto es particularmente cierto en chicas jóvenes, en las que se ha podido


demostrar una relación directa entre grado de obesidad y depresión. Cuanto
mayor es el índice de masa corporal, tanto mayor es el grado de depresión. Por
el contrario, los jóvenes del sexo masculino no parecen estar afectados en el
mismo grado.
Derivado de esto, algunos indicadores sociales como el grado de escolarización
o el bienestar económico también se deterioran en el obeso, especialmente en la
mujer.

FUENTE: http://www.medizzine.com/pacientes/nutricion/consecuencias.php

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