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La Convención Americana sobre Derechos Humanos


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la convención americana

de Derechos Humanos

DERECHOS ESENCIALES

Thomas M. Antkowiak

AlejandraÿGonza

1
La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.
© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
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Oxford University Press es un departamento de la Universidad de Oxford. Promueve el objetivo de la Universidad de excelencia en
investigación, becas y educación mediante la publicación en todo el mundo. Oxford es una marca registrada de Oxford University Press
en el Reino Unido y otros países.

Publicado en los Estados Unidos de América por Oxford University Press


198 Madison Avenue, Nueva York, NY 10016, Estados Unidos de América.

© Prensa de la Universidad de Oxford 2017

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Datos de catalogación en publicación de la Biblioteca del Congreso

Nombres: Antkowiak, Thomas M., autor. | Gonza, Alejandra, autor.


Título: La Convención Americana sobre Derechos Humanos: derechos esenciales / Thomas M. Antkowiak,
Alejandra Gonza.
Descripción: Primera edición. | Nueva York: Oxford University Press, 2017. | Incluye referencias bibliográficas e indice.

Identificadores: LCCN 2016043883 | ISBN 9780199989683 (tapa dura: papel alcalino)


Temas: LCSH: Convención Americana sobre Derechos Humanos (22 de noviembre de 1969) | Derechos
humanos—América.
Clasificación: LCC KDZ574.A41969 A58 2017 | DDC 341.4/8097: registro dc23 LC disponible en https://lccn.loc.gov/
2016043883

987654321

Impreso por Edwards Brothers Malloy, Estados Unidos de América

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Esta publicación está diseñada para proporcionar información precisa y fidedigna con respecto al tema tratado. Se basa en fuentes que se
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cuando corresponda.

(Basado en la Declaración de Principios adoptada conjuntamente por un Comité de la


American Bar Association y un Comité de Editores y Asociaciones.)

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visitando el sitio web de Oxford University Press en www.oup.com.
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Para nuestros padres—Irene, Thomas, Lucía y Juan


Guillermo—y nuestros hijos, Matías y Thomasito
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Contenido

1. Introducción 1
I. Resumen del Libro 1
II. Impacto del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, Principales
Instituciones e Instrumentos Legales 2 A. Impacto e Importancia del Sistema
Interamericano 2 B. La Organización de los Estados Americanos, la Convención
Americana y Otros Instrumentos Críticos de Derechos Humanos 5 C. El
Comisión Interamericana de Derechos Humanos 8 D. La Corte
Interamericana de Derechos Humanos 11 1. Introducción 11

2. La Corte en Relación con la Comisión

y Ratione Loci Jurisdicción 14 4. Nota


sobre la valoración de la prueba y la carga de la prueba por parte de la Corte 17
tercero Principales desarrollos y críticas de la jurisprudencia interamericana 18
A. Introducción 18
B. Obligaciones amplias del Estado de respetar y garantizar los derechos
18 C. Artículo 63: Reparación 19 D. Artículo 24: Derecho a la igualdad 20
E. Artículo 4: Derecho a la vida 21 F. Artículo 5: Derecho a la integridad
personal 22 G. Artículo 7 : Derecho a la Libertad Personal 23 H. Derechos
al Debido Proceso y Protección Judicial 24 1. Artículo 8: Derecho a las
Garantías Judiciales 24 2. Artículo 25: Derecho a la Protección Judicial
25

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viii Contenido

I. Artículo 13: Libertad de Expresión 25 J.


Artículo 21: Derecho a la Propiedad 26 IV.
Estructura y metodología del libro 27

2. Igualdad 31
Artículo 24: Derecho a la Igual Protección 31
I. Introducción 32
II. Antecedentes 35
III. Alcance de la Protección 36
A. La relación del artículo 24 y el artículo 1 36 B. La
evaluación de la discriminación 40
1. Definiciones y Obligaciones del Estado 40
2. La Evolución de la Jurisprudencia de la Corte: Discriminación en Derecho y
en Hecho 43
a. Introducción 43b .
Oponentes políticos percibidos 44 c.
Colectivos Desfavorecidos 45 d. Síntesis
48
3. Atala Riffo y el enfoque actual de la Corte sobre la discriminación 49

3. Vida 55
Artículo 4: Derecho a la vida
55 I. Introducción 57
II. Antecedentes 59 III.
Amplias Obligaciones del Estado de Respetar y Garantizar el Derecho a la Vida 61
A. Introducción 61

B. Deber de Respetar 62
C. Deber de Asegurar (o “Proteger”) 65
1. Panorama
general 65 2. Deber de prevención a través de la
regulación legal 66 3. Deber de adoptar “medidas de prevención y protección”
en circunstancias de amenaza 67
4. Deber de Investigar y Sancionar 68 IV.
Alcance de la protección 72 A. Significado de “Toda
persona” y “En general, desde el momento de la concepción” 72 B.
Significado de “Nadie será privado arbitrariamente” de la vida 75 1. La
pena de muerte 76 a. Introducción 76 b. “Solo para los delitos más graves”
77 c. La pena de muerte “obligatoria” 77
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Contenido ix

D. Requisitos del debido proceso 78 e.


Derecho a solicitar el indulto, la amnistía o la conmutación 81
2. Uso de la fuerza letal en escenarios de aplicación de la ley 82
una. Introducción 82

B. Los Principios de Legalidad, Necesidad y Proporcionalidad 83 c. La


carga de la prueba 85 d. Deberes del Estado después del uso de la
fuerza 85 3. Uso de la fuerza letal en los conflictos armados 86 4.
Privación arbitraria de la vida de las personas privadas de libertad 89

una. Introducción 89 b.
Condiciones de detención y atención médica 90 c.
Operaciones de Seguridad en las Prisiones 91 5.
Desapariciones Forzadas de Personas 92 a.
Introducción y Definición 92 b. El derecho a la vida

y la jurisdicción ratione temporis 94 C. El concepto de Vida Digna


97

4. Trato humano 101

Artículo 5: Derecho a la Integridad Humana 101


I. Introducción 103

II. Antecedentes 105 III.


Ámbito de protección 106 A. Un
derecho amplio con parámetros inciertos 106 B.
Definiciones de tortura y la Convención Interamericana para Prevenir
y castigar la tortura 108
C. La Prueba Tripartita de la Tortura de la Corte Interamericana 110

D. Involucramiento de Actores Estatales: ¿Un Cuarto Requisito? 114


E. Consideraciones de evidencia y prueba 116

F. Castigo o trato cruel, inhumano o degradante 117


1. Introducción 117 2.

Violencia sexual y violencia contra la mujer 118 3. Castigo


sancionado por el Estado 120
una. Castigo Corporal 120 b. La
pena de muerte 120 c. Cadena
perpetua: niños 121 4. Condiciones y
prácticas de detención 122 5. Desaparición forzada

125 6. Amenazas de “lesiones físicas graves” 126


7. Tratamiento de los niños 127

G. Violaciones a la Integridad Personal por debajo del Umbral de


Artículo 5(2) 127
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Contenido x

H. Investigación y Prevención: Obligaciones del Estado de Garantizar los Derechos


del Artículo 5 130 I. Artículo 5(3): No Extensión de la Pena más allá del
Condenado
Individuo 132 J.

Artículo 5(4): Ubicación y tratamiento separados para personas no condenadas


detenidos 132 K.

Artículo 5(5): Procedimientos e Instalaciones Separadas para Niños en el


Sistema de Justicia Penal 134 L. Artículo 5(6): “Reforma y Readaptación
Social” de los Reclusos 135

5. Libertad Personal 139


Artículo 7: Derecho a la Libertad Personal 139
I. Introducción 141 II.

Antecedentes 142 III.


Alcance de la protección 143 A.
Resumen 143 1. Derecho a

la libertad física 143 2. Derecho a la


seguridad personal 146
B. Requisitos Generales para Privar de Libertad: Los Principios de Legalidad
y Arbitrariedad 148 1. El

Principio de Legalidad 148 a.


Restricción de la libertad siempre la excepción 148 b.
Ordenado por Autoridad Judicial Competente 150 i. Síntesis
150 ii. Detenciones sin Orden Judicial: Casos
Excepcionales 151 c. Obligación del Estado de Registrar las Detenciones
153 d. Plazos de detención y órdenes de libertad 154 e. La prisión preventiva
como detención ilegal 154 f. Creciente renuencia de la corte a encontrar

violaciones del artículo 7(2) 154

2. El principio de arbitrariedad 156 a.


Síntesis 156 b. Desapariciones
Forzadas 156 c. La prisión preventiva
como detención arbitraria 157
I. Evidencia Suficiente de Responsabilidad Penal 158 ii.
Riesgos del Proceso Penal 158 iii. Detención en procedimientos
de inmigración 159 iv. Prisión Preventiva de Sectores
Especiales de la Población 159 Vs. Plazos de la Prisión Preventiva 160

3. Problemas metodológicos: legalidad y arbitrariedad 160 C. Los


requisitos específicos de los párrafos 4, 5 y 6 del artículo 7 162
1. Artículo 7(4): Motivos de la detención y notificación de los cargos 162 a. Motivos
de la detención 162
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Contenido xi

B. Notificación de Cargos 163 2.


Artículo 7(5): Supervisión Judicial 164 a.
Presentado “ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley” 164 b. Derecho
a Juicio “Dentro de un Plazo Razonable” 166
3. Artículo 7(6): Derecho al Habeas Corpus 167 4. Artículo
7(7): “Nadie será detenido por deudas” 169

6. Debido Proceso y Protección Judicial 171 Artículo

8: Derecho a las Garantías Judiciales 171


I. Introducción 174

A. Muchas similitudes entre los principales tratados de derechos humanos 174


B. Variaciones entre los sistemas de derechos humanos 176 C. Antecedentes
177 II. Artículo 8(1) 178 A. Introducción y significado de “Derecho de audiencia”
178 B. Significado de “Con las debidas garantías” 181 C. Significado de “Dentro de

un plazo razonable” 183 D. Significado de “Competente, independiente y tribunal


imparcial,

Previamente Establecidos por Ley” 188 1.


“Tribunal” 188

2. “Competente” 188 3.
“Independiente” 190 4.
“Imparcial” 191 5.
“Previamente Establecido por Ley” 193
tercero Artículo 8(2) y el derecho a la presunción de inocencia 194
A. Artículo 8(2)(a): Derecho a ser asistido por un traductor o intérprete 196 B. Artículo 8(2)
(b): Notificación previa detallada de los cargos 197 C. Artículo 8(2)(c) : Tiempo y medios
adecuados para la preparación de la defensa 199 D. Artículo 8(2)(d): El derecho a defenderse
personalmente o a ser
asistido por un asesor legal y comunicarse libre y privadamente con un abogado
200

E. Artículo 8(2)(e): El derecho a ser asistido por un abogado proporcionado por


el estado 202

F. Artículo 8(2)(f ): Derecho de la defensa a presentar y examinar


Testigos 204

G. Artículo 8(2)(g) y Artículo 8(3): Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo;
Coacción y Confesiones 206 H. Artículo 8(2)(h): El Derecho a Apelar una Sentencia
ante un Tribunal Superior 208 I. El Derecho al Acceso Efectivo a la Asistencia Consular
210
IV. Artículo 8(4): Una persona absuelta no será sometida a un nuevo juicio
por la misma causa 211

V. Artículo 8(5): Proceso Penal Público 213


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Contenido xii

Artículo 25: Derecho a la Protección Judicial


215 I. Introducción y Antecedentes 216 II.
Artículo 25(1): Recursos “Simples, Rápidos y Efectivos” 218 A.
Recursos “Simples” y “Prontos” 218 B. Recursos “Efectivos” 220

tercero Artículo 25(2): Ejecución de Sentencias Nacionales 223


IV. Los límites de la “protección judicial” 224 A. El derecho de
acceso a la justicia 224 B. La combinación de los artículos
8 y 25: una crítica 225 C. La visión actual y más amplia de
la Corte sobre el artículo 25 227

7. Libertad de Expresión 229


Artículo 13: Libertad de Pensamiento y Expresión 229
I. Introducción 231 II. Antecedentes 234 III. Alcance
de la protección 235 A. Significado de “todas” 235 B.
Expresión protegida 237 C. Garantías para periodistas
239 D. Derecho de acceso a la información en
poder del Estado 241 IV. Limitaciones al artículo
13 243

A. Introducción 243 B.
Censura previa 244 1.
Resumen 244 2.
Prohibiciones contra contenido ofensivo 245
C. Imposición posterior de responsabilidad 247
1. Visión General y Requisitos Generales 247 2.
Responsabilidad Penal Posterior 249 a.
Introducción 249 b. El Honor y la Reputación
de las Fuerzas Armadas 252 c. El honor y la reputación de
los funcionarios públicos 253 3. Responsabilidad civil posterior
256
D. Restricciones “indirectas” 257
E. Casos de persecución que conducen a violaciones genéricas del artículo 13(1)
259 F. Incitaciones a la violencia: artículo 13(5) 260

8. Propiedad 263
Artículo 21: Derecho a la propiedad
263 I. Introducción 265 II. Fondo
267
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Contenido xiii

tercero Alcance de la protección


268 A. Muchas formas de propiedad reconocidas
268 B. Derechos a la propiedad comunal 271 IV.
Limitaciones al Derecho de Propiedad 273 A. Derecho
a la Propiedad No Absoluto 273 B. Significado de
“Justa Compensación” 275 C. Significado de
“Razones de Utilidad Pública o Interés Social” 276 D. Significado de
“En los Casos y Según las Formas Establecidas por la Ley” 278 E. Enfoques Específicos
de las Limitaciones 278 1. Restricciones Durante la Investigación Criminal y la
Actuación Policial 278 2. Marco de Protección de los Territorios Tradicionales 279

9. Reparaciones 285
Artículo 63 285
I. Introducción 287
II. Antecedentes 289
III. La “Parte Perjudicada” del Artículo 63(1) y Temas Relacionados
290 IV. Remedios Monetarios 292
A. Daños materiales 292 B.
Daños morales 296 1. En
general 296 2. Programas
de desarrollo comunitario 299 V. Reparaciones
no monetarias 300 A. Antecedentes 300 B. Restitución
301 C. Rehabilitación 303 D. Reconocimiento de
responsabilidad y disculpas 304 E. Memoriales y
Conmemoraciones 304 F. Reforma de Legislación y
Política, Programas de Capacitación 305

VI. Honorarios y Gastos Legales 307


VII. Supervisión y Cumplimiento de las Sentencias de la Corte 308 A.
Carácter vinculante y definitivo de las Sentencias 308 B.
Introducción a la Supervisión 310 C. Casos de Incumplimiento
311 D. Tasas de Cumplimiento 313 VIII. Medidas Provisionales
del Artículo 63(2) 314

Apéndice: Lista de Sentencias de la Corte Interamericana de Estados Unidos

Artículo de la Convención: artículos 2 a 26 317

Índice 405
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Introducción

I. Resumen del Libro

Nuestro libro busca ofrecer un análisis minucioso y crítico de derechos seleccionados de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. La Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos están encargadas de interpretar la Convención Americana. En
consecuencia, a lo largo de este volumen, examinaremos de cerca su evaluación de estos derechos,
con énfasis en las decisiones vinculantes de la Corte. Hemos escogido aquellos derechos de la
Convención Americana que han sido más desarrollados por la Corte y la Comisión, incluyendo los
derechos a la igualdad, a la vida, a la integridad personal, a la libertad personal, a la propiedad, al
debido proceso y a la protección judicial, así como a la libertad de expresión y reparación. ciones. De
esta manera, no sugerimos que otros derechos humanos sean de alguna manera “menos esenciales”;
por el contrario, apoyamos firmemente la opinión actual en el derecho internacional de los derechos
humanos de que los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales son todos fundamentales e indivisib

1 Véase, por ejemplo, Declaración y Programa de Acción de Viena, adoptados por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena el 25 de junio de 1993, párr.

5 (“Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes e interrelacionados); Suárez Peralta c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 261, párr. 131 (21 de mayo de 2013) (recordando “la interdependencia e indivisibilidad de los derechos civiles y políticos, y los derechos

económicos, sociales y culturales, porque deben entenderse integralmente como derechos humanos sin jerarquía específica entre ellos”); Airey c. Irlanda, Eur.

Connecticut. RRHH, aplicación. n.° 6289/73, párr.

26 (9 de octubre de 1979).

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
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2 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Examinamos la jurisprudencia de la Corte y la Comisión con una lente centrada en la víctima. La


Corte a menudo ha defendido una interpretación “pro homine” de la Convención; es decir, siempre
debe prevalecer la interpretación “más favorable” para la protección de los derechos humanos2. A
través de audaces sentencias, tanto la Corte como la Comisión han fortalecido los derechos
individuales y colectivos. Sus interpretaciones han favorecido a los peticionarios vulnerables sobre
los Estados poderosos en numerosos casos. La jurisprudencia también ha servido a innumerables
víctimas y posibles víctimas en todo el continente americano. Sin embargo, otras decisiones han
debilitado las protecciones del Convenio y distorsionado los conceptos legales. De hecho, hemos
encontrado una divergencia preocupante del principio pro homine en la jurisprudencia reciente.
Principalmente, la evaluación de la Corte sobre posibles violaciones de derechos y reparaciones se
ha vuelto menos transparente y rigurosa y, al mismo tiempo, más respetuosa con los Estados. A lo
largo del libro, discutimos estas áreas críticas que descuidan una perspectiva centrada en la víctima
o un desarrollo conceptual meticuloso, y proponemos enfoques alternativos.
Esta Introducción presenta brevemente el impacto del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos, los principales instrumentos jurídicos y sus dos instituciones clave, la Corte y la Comisión.
A continuación, sintetizamos desarrollos cruciales en la jurisprudencia del Sistema y nos referimos
brevemente a varias de nuestras críticas y propuestas conceptuales alternativas, todas las cuales
se desarrollan en los siguientes capítulos. Finalmente, esbozamos la estructura y la metodología de
los capítulos restantes del libro.

II. Impacto del Sistema Interamericano de Derechos Humanos,


Principales Instituciones e Instrumentos Legales
A. Impacto e Importancia del Sistema Interamericano

Durante décadas, la Comisión y la Corte Interamericanas han salvado vidas, asegurado reparación

para las víctimas de violaciones de derechos, fortalecido el estado de derecho y brindado una
oposición crítica a los regímenes despóticos en las Américas.3 Durante la década de 1980, la Comisión en

2
Ej., Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 21 (17 de septiembre de 2003); Colegiación Obligatoria Prescrita por la Ley para el Ejercicio del Periodismo

(arts. 13 y 29 Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-5/85, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 5, párr. 52 (13

de noviembre de 1985).
3
Véase, por ejemplo, Claudio Grossman, El Sistema Interamericano de Derechos Humanos: Desafíos para el Futuro, 83 Ind. LJ

1267, 1268 (2008) (destacando los logros del Sistema y explicando las tres fases de la región: dictaduras, transición a la democracia y la fase actual

particularmente marcada por la desigualdad y la pobreza); Larry Rohter, After Decades, Nations Focus on Rights Abuses, NY Times, 1 de septiembre

de 2005, http://www.

nytimes.com/2005/09/01/world/americas/after-decades-nations-focus-on-rights-abuses.html?_r=0 (que explica el papel fundamental del Sistema

Interamericano en el fomento de la rendición de cuentas por los derechos humanos). abusos de derechos). José

Miguel Vivanco, Director para las Américas de Human Rights Watch desde hace muchos años, ha declarado: “Todo lo que hemos logrado en materia

de derechos humanos en la región en los últimos 30 años es de alguna manera resultado del trabajo de la Comisión Interamericana de Derechos

Humanos”. Sistema]." Astillando los cimientos: el sistema de justicia regional es atacado por los países cuyos ciudadanos más lo necesitan, The

Economist, 9 de junio de 2012, http://www.economist.com/node/

21556599/impresión.
3

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Introducción 3
en particular, puso de relieve los abusos generalizados de las dictaduras latinoamericanas.
Posteriormente, durante la transición a la democracia en la región, la Comisión y la Corte
confrontaron el oscuro legado de estos regímenes. Al derogar las leyes de amnistía y restringir la
jurisdicción de los tribunales militares, ambas instituciones fomentaron la rendición de cuentas por
graves violaciones de derechos. Actualmente, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
ha agudizado su enfoque en los marginados de las Américas: comunidades indígenas, víctimas
de violencia de género y muchas otras que sufren discriminación. Sin duda, los logros del Sistema
han sido significativos a nivel individual, comunal y social.

A lo largo de los años, la Corte y la Comisión, como era de esperar, se han encontrado con
una feroz resistencia estatal a sus decisiones y posiciones legales. En 1998, Trinidad y Tobago
denunció la Convención Americana debido a disputas sobre la pena de muerte.4 Bajo la
presidencia de Hugo Chávez, Venezuela hizo lo mismo en 2012, argumentando que la Corte y la
Comisión lo habían tratado injustamente en diversas decisiones.5
El año anterior, un grupo de Estados inició un movimiento para “reformar” la Comisión
Interamericana, una iniciativa que muchos percibieron como un ataque a la independencia y
poderes de la institución.6 Tras los llamados de la Comisión para que Brasil detuviera la
construcción de un gran central eléctrica que pone en peligro a los grupos indígenas7, ese Estado retiró a su em

4
Véase Organización de los Estados Americanos, Denuncia: Trinidad y Tobago, disponible en http://www.oas.org/
dil/treaties_B-32_American_Convention_on_Human_Rights_sign.htm#Trinidad y Tobago (última visita el 21 de noviembre
de 2016). Véase también Laurence R. Helfer, Overlegalizing Human Rights: International Relations Theory and the
Commonwealth Caribbean Backlash Against Human Rights Regimes, 102 Colum. L. Rev. 1832 (2002). Además, el Perú
de Alberto Fujimori intentó retirarse de la jurisdicción de la Corte sin denunciar la Convención Americana. Véase Jo M.
Pasqualucci, La práctica y el procedimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 145 (2ª ed. 2013). El
Tribunal rechazó este intento y continuó considerando casos peruanos ante él. En 2001, luego de un cambio de gobierno,
Perú anunció que se consideraba plenamente sujeto a la jurisdicción de la Corte. Ver Pasqualucci, supra, en 145–46. De
manera similar, en 2014, la Corte Constitucional de la República Dominicana emitió una sentencia para retirarse de la
Corte Interamericana. Véase, p. ej., Amnistía Internacional, República Dominicana: La retirada de la máxima corte
regional de derechos humanos pondría en riesgo los derechos, 6 de noviembre de 2014, https://www.amnesty.org/en/
latest/news/2014/11/
la-retirada-de-la-república-dominicana-el-principal-tribunal-regional-de-derechos-humanos-pondría-en-riesgo-los-derechos.

5 Véase Organización de los Estados Americanos, Carta al Secretario General José Miguel Insulza del Ministro venezolano
Nicolás Maduro Moros, 6 de septiembre de 2012, disponible en http://www.oas.org/DIL/Nota_Rep%C3%BAblica_
Bolivariana_Venezuela_to_SG.English.pdf; Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH Profundamente
Preocupada por Resultado de la Denuncia de Venezuela a la Convención Americana, Comunicado de Prensa No. 64/13
(2013), http://www.oas.org/es/cidh/centro_de_prensa/Comunicados/ 2013/064.asp.
6
See, e.g., Claudia Martin & Diego Rodríguez Pinzón, Strengthening or Straining the Inter-American System on Human
Rights, inThe Inter-American Court of Human Rights:ÿTheory and Practice, Present and Future (Yves Haeck, Oswaldo
Ruiz-Chiriboga & Clara Burbano Herrera eds., 2015); Katya Salazar & Daniel Cerqueira, Las atribuciones de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, in Desafíos del sistema interamericano de derechos humanos (Dejusticia ed.,
2015); Chipping at the Foundations,
supra nota 3.
7 Inter-Am. Comm'n HR, Medidas Cautelares: Comunidades Indígenas de la Cuenca del Río Xingú, Pará, Brasil, MC
382/10 (1 de abril de 2011), disponible en http://www.oas.org/es/cidh/indigenas/ proteccion/
precautorio.asp.
4

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4 Convención Americana sobre Derechos Humanos

a la Organización de los Estados Americanos (OEA), la institución matriz de la Comisión, y dejó de pagar
cuotas a la OEA.8 No mucho tiempo después, el Consejo Permanente de la OEA emitió numerosas
recomendaciones, varias de las cuales apuntaban a restringir el mandato y las actividades de la

Comisión.9 Aunque la Comisión y la Corte han superado este tumultuoso período, y los cambios
resultantes en los procedimientos de la Comisión han debilitado, en algunos aspectos, su autoridad.10
Además, ambas instituciones siguen sufriendo escasez de apoyo financiero; Al momento de escribir este
artículo, los problemas presupuestarios de la Comisión se han acercado a niveles de crisis.11

El impacto del Sistema Interamericano ha variado a lo largo del hemisferio, debido a diversas
circunstancias nacionales. Los Estados generalmente se comprometen a seguir las sentencias de la
Corte en su contra, aunque las órdenes particularmente onerosas o políticamente sensibles provocan
resistencia y demora.12 Las interpretaciones de la Corte de la Convención y las normas de derechos
humanos han demostrado tener una influencia mucho más allá de los límites de un caso específico.13
Otras autoridades internacionales de derechos humanos siguen cada vez más su jurisprudencia,14 y algunos latinoameric

8
Véase, por ejemplo, Chipping at the Foundations, supra nota 3. Para obtener más información sobre la OEA, consulte la siguiente sección de esta Introducción.
9
Informe del Grupo de Trabajo Especial de Reflexión sobre el Funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos para el Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos para la consideración del Consejo
Permanente (13 de diciembre de 2011) GT/SIDH 13/ 11 rev. 2. Para críticas de estas recomendaciones, véase, por ejemplo,
Rodrigo Uprimny Yepes y Nelson Camilo Sanchez, Human Rights: New Threats in the Hemisphere, Americas Q., Fall 2012, http://
www.americas Quarterly.org/human-rights- nuevas-amenazas-en-el-hemisferio.
10
Una preocupación importante involucra modificaciones al procedimiento de la Comisión sobre medidas cautelares. Véase
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Reforma de las Reglas de Procedimiento, Políticas y Prácticas, Resolución
1/2013 (2013), disponible en https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/Resolución1-2013 .pdf. El proceso para obtener estas
medidas supuestamente expeditas es ahora más engorroso y ha comenzado a parecerse a un litigio sobre el fondo.

11
Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Grave crisis financiera de la CIDH conduce a suspensión de audiencias
e inminente despido de casi la mitad de su personal, Comunicado de Prensa No. 69/16 (2016), http://www.oas.org/
en/iachr/media_center/PReleases/2016/069.asp.
12
Véase, por ejemplo, el Capítulo 9 de este volumen, sobre reparaciones; Thomas M. Antkowiak, Un Mandato Emergente para las
Cortes Internacionales: Remedios Centrados en las Víctimas y Justicia Restaurativa, 47 Stan. J. Int'l L. 279, 292–316 (2011)
(evaluando el cumplimiento del Estado con varias órdenes correctivas de la Corte); Douglas Cassel, La expansión del alcance y
el impacto de las reparaciones otorgadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Out of the Ashes: Reparation for
Victims of Gross and Systematic Human Rights Violations 214 (Koen De Feyter ed., 2006).
13 Existe un vivo debate sobre hasta qué punto las autoridades nacionales deben aplicar directamente la Convención Americana y
la jurisprudencia de la Corte, concepto conocido como “control de convencionalidad”. Véase, por ejemplo, Sergio García Ramírez,
La relación entre la jurisdicción interamericana y los Estados (sistemas nacionales): algunas cuestiones pertinentes, 5 Notre
Dame J. Int'l Comp. L. 115, 137–48 (2015); Ariel E. Dulitzky, ¿Una Corte Constitucional Interamericana? La Invención del Control
de Convencionalidad por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 50 Tex. Int'l LJ 46 (2015); Eduardo Ferrer Mac-Gregor,
Reflexiones sobre el control difuso de convencionalidad a la luz del caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México, XLIV BMDC
917 (2011).
14
Véase, por ejemplo, Opuz c. Turquía, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.° 33401/02, párr. 83 (9 de junio de 2009); Centro
para el Desarrollo de los Derechos de las Minorías (Kenia) y Minority Rights Group International (en nombre del Consejo de
Bienestar de Endorois) c. Kenia, Com. N° 276/2003, Afr. Comisión de Derechos Humanos y de los Pueblos (4 de febrero de 2010), párrs.
233–38, 263–68, 294–98; Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales
de los indígenas, James Anaya, A/HRC/15/37 (2010), párr. 75. Ver también James L. Cavallaro & Stephanie Erin Brewer,
Reevaluating Regional Human Rights Litigation in the Twenty-First Century: The Case
5

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Introducción 5
Los Estados americanos permiten que la jurisprudencia de la Corte penetre profundamente en el derecho, las

instituciones y la política nacionales.15

Los lectores de naciones que aún no han aceptado la jurisdicción de la Corte, como Estados
Unidos, pueden cuestionar la relevancia de su jurisprudencia.16 Sin embargo, el Tribunal, a través de
su interpretación de la Convención, ha dado forma a principios cruciales en el derecho internacional
de los derechos humanos: compromisos aceptado por los Estados Partes en tratados ampliamente
ratificados, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. De hecho, muchos de estos
principios universales son aplicables a todos los Estados a través del derecho internacional
consuetudinario. Además, la jurisprudencia de la Corte impacta fuertemente a la Comisión
Interamericana. La Comisión, por su parte, ejerce jurisdicción sobre los Estados Miembros de la OEA
—los 35 Estados independientes de las Américas—en virtud de la Carta de la OEA.

B. La Organización de los Estados Americanos, la Organización Americana

Convención y otros instrumentos críticos de derechos humanos

En 1948, la Novena Conferencia Internacional de los Estados Americanos adoptó la Carta de la OEA
en Bogotá, Colombia. Como se señaló, los 35 Estados independientes de la región han ratificado la
Carta y se han unido a la OEA, la organización gubernamental regional más antigua del mundo, que
sirve como foro para asuntos políticos, legales y sociales. Si bien la Carta de la OEA llama a la
“consolidación … de un sistema de libertad individual y justicia social basado en el respeto a los
derechos esenciales del hombre”, no especifica estos “derechos fundamentales del individuo”17.

Durante la Conferencia de 1948, también se aprobó la Declaración Americana de los Derechos y


Deberes del Hombre, ocho meses antes de la celebrada Declaración Universal de los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.18 La pionera Declaración Americana proclamó numerosos
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. derechos. La Declaración se mantiene

de la Corte Interamericana, 102 Am. J. Int'l L. 768, 827 (2008) (el “modelo de litigación supranacional de la Corte ...
será cada vez más relevante en otras partes del mundo”).
15
Véase, por ejemplo, Alexandra Huneeus, Abogados Constitucionales y Autoridad Variada de la Corte
Interamericana, 79 Law & Contemp. problemas 179, 192 (2016) (con respecto a Colombia, “las sentencias [de la
Corte] se citan con frecuencia en litigios internos sobre derechos constitucionales, y continúan guiando y
restringiendo a los actores estatales mientras dan forma a los debates públicos sobre ciertos asuntos de política”);
Sergio García Ramírez, Prólogo, en La Corte Interamericana de Derechos Humanos: Un Cuarto de Siglo vii (2005), disponible en
www.corteidh.or.cr/docs/libros/cuarto%20de%20siglo.pdf (destaca la creciente incorporación de la jurisprudencia
de la Corte al derecho nacional latinoamericano).
16 Estados Unidos firmó la Convención Americana en 1977, pero aún no ha ratificado el tratado. Convención Americana
sobre Derechos Humanos, “Signatarios y Ratificaciones”, https://www.oas.org/dil/treaties_B-32_
American_Convention_on_Human_Rights_sign.htm (última visita el 21 de noviembre de 2016). Por otro lado,
Estados Unidos ha participado en el Sistema Interamericano de otras formas, como brindando apoyo financiero y
presentando candidatos a la Comisión Interamericana.
17 Carta de la Organización de los Estados Americanos, 119 UNTS 3, Preámbulo (1948).
18
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Rec. Oficial OEA, OEA/Ser.L./V./II.23, doc. 21
rev. 6 (1948).
6

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6 Convención Americana sobre Derechos Humanos

como un importante instrumento de derechos humanos y fuente de obligaciones legales.19 El Inter


Corte Americana ha afirmado que la Declaración Americana “contiene y define los

derechos humanos fundamentales a que se refiere la Carta [de la OEA].”20


Un tratado vinculante centrado en los derechos humanos, que también establecería la Corte
Interamericana para hacer cumplir sus disposiciones, tardó más en desarrollarse. En 1967, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos revisó un proyecto anterior preparado por el Consejo
Interamericano de Juristas.21 El proyecto de Convención Americana sobre Derechos Humanos de la

Comisión Interamericana sirvió de base para la Conferencia Especializada Interamericana sobre


Derechos Humanos. , celebrada en San José, Costa Rica, en noviembre de 1969. Delegados de dos
docenas de naciones asistieron a la Conferencia de San José, donde negociaron y adoptaron el texto
final de la Convención Americana. De los 35 Estados Miembros de la OEA, 22 se adhieren actualmente
a la Convención, que entró en vigor en 1978.22
En su primera Parte, la Convención Americana establece las obligaciones de los Estados de respetar
y garantizar los derechos del tratado sin discriminación. La Convención luego enumera esos derechos,
incluyendo los derechos a la vida, personalidad jurídica, trato humano, libertad personal, juicio justo,
compensación, privacidad, réplica, reunión, nombre, nacionalidad, propiedad, participación del gobierno,
igual protección y protección judicial. así como las libertades de conciencia, religión, pensamiento,
expresión, asociación, circulación y residencia.
La Convención también establece derechos para los niños y la familia, y establece prohibiciones contra
la discriminación, la esclavitud y las leyes ex post facto.23 Aunque la Convención se enfoca en los
derechos civiles y políticos, su Artículo 26 llama a los Estados Partes a “lograr ]
progresivamente … la plena realización de los derechos implícitos en las normas económicas, sociales,
educativas, científicas y culturales consagradas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos
reformada por el Protocolo de Buenos Aires.”24

19 Véase Douglass Cassel, Inter-American Human Rights Law, Soft and Hard, in Commitment and Compliance, The Role of Non-
Binding Norms in the International Legal System 394 (Dinah Shelton ed., 2000); Interpretación de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre en el Marco del Artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión
Consultiva OC-10/89, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 10, párrs. 42–43 (14 de julio de 1989).

20 id. pareja. 43.


21
Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “Introducción”, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/
mandato/Basics/intro.asp (que describe la historia de la Convención Americana) (última visita el 21 de noviembre de 2016).
22 Los Estados Partes de la Convención Americana son los siguientes: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa
Rica, Dominica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá ,
Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay. Convención Americana sobre Derechos Humanos, “Signatarios y Ratificaciones”, https://
www.oas.org/dil/treaties_B-32_American_
Convention_on_Human_Rights_sign.htm (última visita el 21 de noviembre de 2016).
23 El artículo 9 de la Convención Americana en realidad abarca mucho más que su título, Libertad de Leyes Ex Post Facto, indica:
“Nadie será condenado por acto u omisión que no constituya delito, conforme a la ley aplicable, en el momento fue cometido. No
se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del delito
la ley prevé la imposición de una pena más leve, el culpable se beneficiará de ella.”

24
Convención Americana, art. 26
7

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Introducción 7
En la Parte II de la Convención, “Medios de Protección”, el tratado crea la Corte Interamericana
de Derechos Humanos y detalla las funciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Estas instituciones de supervisión cruciales se explican con más detalle a continuación. La sección
final de la Convención, Parte III, contiene disposiciones sobre firma, ratificación, reservas,
enmiendas, protocolos y denuncia.
El texto de la Convención Americana se basó en la Declaración Americana y la

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que había sido adoptado en 1966.25
También influyó el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales, particularmente en lo que se refiere a los mecanismos de control establecidos.26
Sin embargo, los delegados a la Conferencia de San José también adaptaron su Convenio a la
realidad y prioridades de las Américas.27 Estos esfuerzos se reflejan en todos los artículos de la
Convención examinados en este libro, y en muchas otras disposiciones de la Convención. En cada
capítulo indicamos los términos distintivos que se encuentran en cada artículo; algunas de estas
formulaciones fueron posteriormente emuladas por otros instrumentos de derechos globales.
Dos décadas después, se adoptaron un par de protocolos a la Convención Americana: el primero
reconoce los derechos económicos, sociales y culturales; el segundo busca eliminar la pena de
muerte. El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, también conocido como “Protocolo de San Salvador”,
establece los derechos al trabajo, sindicatos, seguridad social, salud, “medio ambiente sano”.
miento”, alimentación, educación y “los beneficios de la cultura”, entre otros; el Protocolo también
incluye términos para proteger a las familias, los niños, los ancianos y los discapacitados.28 A la
fecha de este escrito, 16 Estados de las Américas han ratificado o se han adherido al Protocolo de
San Salvador; entró en vigor en noviembre de 1999.29 Trece Estados han ratificado o se han
adherido al Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Mu

25
See, e.g., Cecilia Medina, Los 40 años de la Convención Americana sobre Derechos Humanos a la luz de cierta jurisprudencia de la
Corte Interamericana, Anuario de Derechos Humanos 2009, at 16 (2009) [Los 40 años]; Dinah Shelton, Regional Protection of Human
Rights 102 (2008).

26 See Shelton, supra note 25, at 102; Héctor Gros Espiell, La Convención Americana y la Convención Europea de Derechos
Humanos:ÿ Análisis Comparativo (1991); Thomas Buergenthal, The American and European Conventions on Human

Rights:ÿSimilarities and Differences, 30 Am.


UL Rev. 155, 156 (1981).
27
Véase, por ejemplo, Actas de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969, pág. 160 (el delegado de Brasil enfatiza
que la Conferencia de San José no debe simplemente seguir el texto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos);
Minutas de la 11ª Sesión del Comité I, Doc 52, Rev. 1, 17 de noviembre de 1969, pp. 238–39 (varios representantes de los Estados
considerando los movimientos de reforma agraria en América Latina al formular el derecho a la propiedad); Informe de la Comisión I
“Protección”. Relator Juan Isaac Lovato, Doc. 60 (Revisado) 19 de noviembre de 1969, p. 296 (señalando que los debates de la
Conferencia sobre la pena de muerte respondieron a las tendencias encontradas en la región).
28 Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (“Protocolo de San Salvador”), Serie de Tratados de la OEA No. 69; 28 ILM 156 (1989), arts. 6–18, respectivamente.

29 Información General sobre el Tratado, Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, disponible en http://www.oas.org/juridico/english/sigs/a 52.html ( visitado por última
vez el 21 de noviembre de 2016).
8

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8 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que entra en vigor para un Estado tan pronto como deposita su instrumento de ratificación o
adhesión.30

Además, los Estados Miembros de la OEA han estado involucrados en un proceso


continuo para crear tratados especializados, construyendo un amplio marco interamericano
sobre derechos humanos: la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
(CIPTP);31 la Convención Interamericana sobre la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia contra la Mujer, también conocida como “Convención de Belém do Pará”32; la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (IACFDP);33 la
Convención Interamericana para la Eliminación de Formas de Discriminación contra las
Personas con Discapacidad;34 la Convención Interamericana contra el Racismo, la
Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia;35 y la Convención Interamericana
contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia,36 entre otros.37 De estos tratados, la
Convención de Belém do Pará cuenta actualmente con el mayor número de ratificaciones,
con 32 Estados.

C. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos

En 1959, 10 años antes de la adopción de la Convención Americana, la Quinta Reunión de


Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores estableció la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos.38 La Comisión, integrada por siete miembros y con sede en Washington,
DC, finalmente fue reconocida por tanto la Carta de la OEA (mediante reformas posteriores)
como la Convención Americana. En su fase inicial, la Comisión

30
Signatories and Ratifications, Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte,

disponible en http://www.oas.org/juridico/spanish/sigs/a-53.html (última visita el 21 de noviembre de 2016) .


31 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, Serie de Tratados de la OEA No. 67 (1985).
32 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, 33
ILM 1534 (1994).

33 Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, Serie de Tratados de la OEA No. 68, 33 ILM 1429
(1994).

34 Convención Interamericana sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Persona con
Discapacidades, AG/RES. 1608 (XXIX-1999).

35 Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia,

adoptado en 2013.
36 Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, adoptada en 2013.
37 También son de importancia en el Sistema Interamericano los siguientes instrumentos: Carta Democrática Interamericana,
adoptada en 2001; Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, adoptada en 2000; Principios y Buenas Prácticas
sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas, adoptado en 2008; y la recién adoptada Declaración
Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en 2016. Véase Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Documentos Básicos del Sistema Interamericano, disponible en http://

www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos_basicos.asp (última visita 21 de noviembre de 2016).


38 Para información más detallada sobre la Comisión Interamericana, ver Shelton, supra nota 25, en 497–526; Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, ¿Qué es la CIDH?, disponible en http://www.oas.org/en/

iachr/mandate/what.asp (última visita el 21 de noviembre de 2016).


9

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Introducción 9
promovió principalmente los derechos humanos en la región, investigó situaciones problemáticas dentro
de los Estados Miembros de la OEA y emitió informes de país o temáticos.
Luego de la entrada en vigor de la Convención Americana y el establecimiento de la Corte
Interamericana, la Comisión se involucró mucho más en la respuesta a peticiones individuales.39 En el
procedimiento de petición, la Comisión recibe denuncias que personas, grupos u organizaciones no
gubernamentales40 han presentado contra Estados (o peticiones interestatales).41 Si los asuntos no
llegan a arreglo, la Comisión evalúa la admisibilidad, establece los hechos y determina las violaciones de
los derechos humanos y los remedios, si corresponde.42 La Comisión también puede dictar “medidas
cautelares” para abordar “situaciones graves y urgentes que presenten un riesgo de daño irreparable”43.
Sus decisiones tienen fuerza de recomendaciones; aunque no son jurídicamente vinculantes, las
conclusiones pueden ser influyentes tanto para los Estados demandados como para la región en su
conjunto.
En sus informes y decisiones sobre peticiones individuales, la Comisión inicialmente determina si el
Estado ha ratificado la Convención Americana. De no ser así, para efectos del análisis de la Comisión, las
obligaciones generales del Estado en materia de derechos humanos se derivan de la Declaración
Americana, que se aplica a todos los Estados miembros de la OEA. Para ilustrar, la Comisión ha
encontrado a Estados Unidos, que aún no ha ratificado la Convención, responsable de numerosas
violaciones de derechos humanos bajo la Declaración Americana.44 Por otro lado, la Comisión emplea la
Convención Americana para evaluar las obligaciones de derechos humanos de los Estados partes de ese
tratado.

39 Actualmente, la Comisión tiene ante sí miles de peticiones. Solo en 2015 recibió 2.164 peticiones; ha habido una marcada
tendencia al alza en los últimos años. Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Estadísticas, disponible en
http://www.oas.org/es/cidh/multimedia/estadisticas/estadisticas.html (última visita el 21 de noviembre de 2016).

40
Si bien los derechos de las personas o entidades jurídicas no están protegidos por la Convención Americana, la Corte ha
señalado que “esto no significa que … un individuo no pueda acudir al sistema interamericano … para hacer efectivos sus
derechos fundamentales, aun cuando éstos sean englobados en una figura jurídica o ficción”. Perozo et al. c. Venezuela,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 195, párr.
399 (28 de enero de 2009).
41
Las disputas interestatales en el Sistema Interamericano son muy raras. Un ejemplo es la petición presentada por Nicaragua
contra Costa Rica en 2006. Informe N° 11/07, Caso Interestatal 01/06 Nicaragua Vs. Costa Rica, 8 de marzo de 2007.

42 El procedimiento de conciliación es una herramienta importante en el Sistema Interamericano para resolver un caso de
manera más expedita; tales acuerdos han incluido generosos paquetes de reparación para las víctimas de violaciones de
derechos humanos. Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Impacto del Procedimiento de Solución Amistosa, OEA/
Ser.L/V/II. Doc. 45/13 (2013), disponible en www.oas.org/es/cidh/acuerdos_amigable/docs/Informe-AcuerdoAmistoso.pdf;
Laparra Martínez y familia: México, Informe de Solución Amistosa, OEA/SER. L/V/II. 157 (2016).

43 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 25 (2013), disponible en http://


www.oas.org/es/cidh/mandato/Básicos/rulesiachr.asp.
44
Por ejemplo, Abdur' Rahman v. Estados Unidos, Caso 12.422, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 13/14, OEA/Ser.L/
V/II.150, doc. 17, párr. 94 (2014) (“Estados Unidos es responsable por la violación del derecho a las garantías judiciales
(artículo XVIII) y al debido proceso legal (artículo XXVI) garantizados en la Declaración Americana”); Lackey et al. v. Estados
Unidos, Casos 11.575, 12.333, 12.341, Inter-Am. Comisión DH, Informe No. 52/13, OEA/
Ser.L./V/II, doc. 50 correcciones 1, párr. 250 (2013) (encontrando múltiples violaciones a la Declaración Americana).
10

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10 Convención Americana sobre Derechos Humanos

En este punto, es importante recordar que la Comisión y la Corte Interamericana, como todos los
mecanismos internacionales de derechos humanos, juegan un papel subsidiario en la protección de
los derechos humanos. Esto significa que estas instituciones no pueden encontrar a un Estado
responsable por el incumplimiento de sus obligaciones legales internacionales hasta que primero
haya tenido una oportunidad justa de abordar y remediar la situación. En consecuencia, tanto la
Comisión como la Corte, con ciertas excepciones, requieren el agotamiento de los recursos internos
antes de que pueda activarse su jurisdicción. Además, como mecanismos de derechos humanos, la
Comisión y la Corte sólo establecen la responsabilidad del Estado por violaciones de derechos;
nunca determinan la responsabilidad penal de los individuos. Finalmente, la Comisión y la Corte no
están destinadas a funcionar como tribunales de apelación para revisar las sentencias de los
tribunales nacionales. Sin embargo, cuando se alegan violaciones al debido proceso, la Comisión y
la Corte examinarán con frecuencia procesos internos “para establecer su compatibilidad” con la
Convención Americana o la Declaración45.
Tanto la Comisión como los Estados pueden someter casos a la Corte Interamericana bajo

ciertas condiciones.46 Primero, el Estado demandado debe haber aceptado la jurisdicción de la


Corte; este es un paso adicional necesario a partir de la ratificación de la Convención Americana.47
En segundo lugar, la Comisión debe concluir que el Estado demandado no ha cumplido
suficientemente con las recomendaciones contenidas en su decisión. Si se cumplen estas dos
condiciones, la Comisión remitirá el caso a la Corte, a menos que una mayoría absoluta de los siete
Comisionados decida en contra de la remisión. Al tomar su decisión de someter el caso, los
Comisionados consideran los siguientes factores: “a) la posición del peticionario; b) la naturaleza y
gravedad de la infracción; c) la necesidad de desarrollar o aclarar la jurisprudencia del sistema; y d)
el efecto futuro de la decisión dentro de los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros.”48

La Comisión envía a la Corte, en promedio, alrededor de 14 casos por año,49 y está obligada a
comparecer en todos los casos ante el Tribunal.50 Sin embargo, la Comisión no es la parte
demandada o peticionaria de ninguna disputa. Se transforma de un órgano cuasijudicial que evalúa
cuestiones de hecho y de derecho a una parte “procesal” ante la Corte.51 La Comisión

45
Por ejemplo, Mohamed v. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 255, párr. 79 (23 de noviembre de 2012); Herrera Ulloa c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 107, párr. 146 (2 de julio de 2004).
46 Las referencias estatales, sin embargo, son casi inexistentes. Pero véase In the Matter of Viviana Gallardo et al., Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. A) No. 101 (15 de julio de 1981). En este caso, Costa Rica efectivamente solicitó a la Corte que estableciera si fue responsable

de violaciones a los derechos humanos, como resultado de la violencia letal en la prisión del Estado.

47 Los Estados pueden aceptar la jurisdicción de la Corte “incondicionalmente” o ad hoc: por un período determinado, para casos
específicos o por acuerdo especial. Convención Americana, art. 62(2).
48 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 45 (2013), disponible en http://
www.oas.org/es/cidh/mandato/Básicos/rulesiachr.asp.

49 Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Estadísticas, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/


multimedia/statistics/statistics.html (que describe los últimos 10 años) (última visita el 21 de noviembre de 2016).
50 Convención Americana art. 57.

51 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 2(23) (antiguo Reglamento, reformado en 2000), disponible en
http://www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/2000_eng.pdf.
11

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Introducción 11

El papel de “auxiliar del poder judicial” ha sido descrito como similar a un ministerio público
en los sistemas de justicia penal de América Latina . —o representante no deseado— ante
la Corte. Ahora, luego de las reformas de 2009 al Reglamento de la Corte, la Comisión ya
no puede presentar testigos de hecho ni declaraciones de víctimas; estos roles están
reservados para las víctimas y sus abogados.53 La Comisión solo puede ofrecer peritos
cuando “el orden público interamericano de derechos humanos se vea afectado de manera
significativa”.54 Más allá de la participación en los casos, la Comisión puede solicitar que el
La Corte emite opiniones consultivas o “medidas provisionales” vinculantes para evitar
daños irreparables en situaciones urgentes.55

D. La Corte Interamericana de Derechos Humanos

1. Introducción

En 1979, la Asamblea General de la OEA eligió a los primeros siete jueces de la Corte
Interamericana. Sin embargo, el Tribunal, ubicado en San José, Costa Rica, solo tuvo un
trabajo limitado hasta que un número sustancial de Estados aceptaron su jurisdicción y la
Comisión remitió casos con regularidad.56 Actualmente, 20 Estados de las Américas han
aceptado lo que se conoce como el Tribunal “jurisdicción contenciosa”: Argentina, Barbados,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay.57 En

52
Voto Razonado del Juez Rodolfo E. Piza E., párr. 4, Asunto de Viviana Gallardo y otros, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. A) No. 101 (15 de julio de 1981). Esta analogía enfatiza que la Comisión se esfuerza por defender el interés público,
al igual que la oficina del fiscal público pretende hacer.
53 Véase Exposición de Motivos de la Reforma del Reglamento (2009), disponible en http://www.corteidh.
o.cr/sitios/reglamento/nov_2009_motivos_esp.pdf.
54 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 35(1)(f ) (Reglamento actual, modificado en
2009), disponible en http://www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/nov_2009_ing. pdf. Además, la Comisión asumió
anteriormente la representación de los peticionarios ante la Corte sin abogados. Ahora, la Corte designará un
“defensor interamericano”, un abogado de los peticionarios sin representación legal, para que “las consideraciones
económicas ya no impidan el acceso” a la Corte. Exposición de Motivos de la Reforma del Reglamento (2009),
disponible en http://www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/nov_
2009_motivos_ing.pdf.
55 Convención Americana, art. 63(2); Corte Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 27(2)
(Reglamento actual, modificado en 2009) (“Respecto de los asuntos que aún no le hayan sido sometidos, la Corte
podrá actuar a solicitud de la Comisión”). .
56 En la primera década del Tribunal, las opiniones consultivas constituyeron una parte significativa de su trabajo; de
hecho, había emitido nueve de ellos antes de dictar su primera decisión de fondo en un caso contencioso. Debido a
la “rivalidad institucional”, entre otros factores, la Comisión Interamericana inicialmente se mostró renuente a remitir
los casos a la Corte. Thomas Buergenthal, Nueva carga: Recordando los primeros años de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, 37 NYUJ Int'l L. & Pol. 259, 269 (2005).
57 Convención Americana sobre Derechos Humanos, “Signatories and Ratifications”, https://www.oas.org/dil/treaties_
B-32_American_Convention_on_Human_Rights_sign.htm (última visita el 21 de noviembre de 2016).
12

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12 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Además de pronunciarse sobre casos contenciosos y supervisar el cumplimiento estatal de estas


sentencias, el Tribunal emite opiniones consultivas y medidas provisionales en situaciones de emergencia58.

Según la Corte, la Convención Americana “distingue muy claramente” entre el procedimiento


contencioso del Tribunal, regulado por los artículos 61 a 63 de la Convención, y su competencia consultiva
del artículo 6459. El caso contencioso es “una controversia que surge como consecuencia de una
demanda iniciada por un individuo o Estado Parte”, alegando violaciones a la Convención60 . En los
procesos contenciosos, la Corte interpreta “las normas aplicables”, valora la prueba presentada y determina
si un Estado ha violado la Convención61 . En caso afirmativo, requerirá al Estado a reparar las violaciones

conforme al artículo 63 de la Convención.62

Interpretando la Convención, el Tribunal ha afirmado que todas sus “decisiones”—


desde sentencias sobre el fondo hasta resoluciones sobre cumplimiento estatal y medidas provisionales—
son legalmente vinculantes.63 Ha insistido en que las obligaciones estatales resultantes no pueden ser
alteradas o mitigadas “invocando disposiciones o dificultades del derecho interno.”64 En cuanto al valor
precedente de sus decisiones, aunque el Tribunal carece de una regla formal sobre stare decisis ,
generalmente sigue su jurisprudencia establecida.65
En cuanto a las opiniones consultivas, el artículo 64 establece que los Estados miembros de la OEA o
las instituciones autorizadas, incluida la Comisión Interamericana, “podrán consultar a la Corte” sobre la
Convención Americana o sobre “otros tratados relativos a la protección de los derechos humanos en los
Estados americanos. ”66 Además, el Tribunal puede emitir “opiniones sobre la compatibilidad” de las leyes
nacionales con los tratados de derechos humanos.67 En los procedimientos consultivos, entonces, la
Corte se dedica principalmente al análisis e interpretación de los

58 Convención Americana, art. 63(2); Corte Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 27 (Reglamento actual,
modificado en 2009).

59 Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4(2) y 4(4) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Consejo Consultivo
Opinión OC-3/83, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 3, párr. 31 (8 de septiembre de 1983).

60 id. pareja. 33.


61 id. pareja. 32.
62 El artículo 63.1 de la Convención Americana establece: “Si la Corte determina que ha habido violación de un derecho o libertad

protegidos por la presente Convención, dispondrá que se garantice a la parte lesionada el goce de su derecho o libertad. que fue
violado. También dispondrá, en su caso, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que constituyó la vulneración de
tal derecho o libertad y que se pague una justa indemnización a la parte perjudicada.”

63 Baena Ricardo et al. v. Panamá, Competencia, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 104, párr. 61 (28 de noviembre de
2003) (donde se afirma que “la obligación de cumplir las disposiciones de las decisiones de la Corte corresponde a un principio básico
del derecho sobre la responsabilidad internacional del Estado”). Nótese también que la versión en español del artículo 68(1) de la
Convención se refiere a un término más amplio, la “decisión” de la Corte, en lugar de su “sentencia”.
Articleÿ68(1) in Spanish provides:ÿ“Los Estados Partes en la Convención se comprometen a cumplir la decisión de la Corte en todo caso
en que sean partes.”

64 id. pareja. 61.


65 Ver Pasqualucci, supra nota 4, en 48.
66
Convención Americana, art. 64.
67 id.
13

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Introducción 13
normas.68 Como resultado, el Tribunal ha concluido que los procedimientos consultivos y
contenciosos son “sistemas paralelos” y “métodos judiciales alternativos”.69 Otra distinción que se
hace a menudo es que las opiniones consultivas carecen de fuerza vinculante. Sin embargo,
algunos académicos han argumentado que, de hecho, son obligatorias para todos los Estados
Partes de la Convención.70 Como mínimo, las opiniones consultivas de la Corte constituyen
pronunciamientos legales autorizados y de gran alcance.71 Al citar su jurisprudencia, la Corte rara
vez distingue o prioriza entre sentencias de casos contenciosos y opiniones consultivas.72

2. La Corte en Relación con la Comisión

Como “último intérprete de la Convención Americana”, la Corte Interamericana no está obligada


por las decisiones de la Comisión Interamericana con respecto a ese tratado.73
La Comisión no es técnicamente un tribunal de primera instancia, por lo que la Corte Interamericana
no debe ser considerada su tribunal de apelaciones; más bien, la facultad de la Corte de “examinar
y revisar todas las acciones y decisiones de la Comisión deriva del carácter [de la Corte] como
único órgano judicial” de la Convención Americana74 . De esta manera, la Corte ha rechazado las
conclusiones y el análisis de la Comisión, y revisó supuestas irregularidades procesales ante la
Comisión.75 Incluso ha reevaluado el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad, como si los
peticionarios agotaron los recursos internos:
cuestiones a menudo decididas por la Comisión varios años antes. Este enfoque ha sido

68
Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4(2) y 4(4) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva
OC-3/83, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 3, párr. 32 (8 de septiembre de 1983).

69 id. pareja. 43.


70 Ver Héctor Faúndez Ledesma, El Sistema Interamericano para la Protección de los Derechos
Derechos: Aspectos Institucionales y Procesales 925 (3d ed. 2007).
71
Véase, por ejemplo, Thomas Buergenthal, La Práctica Consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 79 Am.
J. Int'l L. 1, 25–27 (1985); Laurence Burgorgue & Amaya Úbeda de Torres, La Corte Interamericana de Derechos Humanos
96 (2011).

72 Véase también Solicitud de Opinión Consultiva presentada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Resolución
de la Corte, Inter-Am. Connecticut. DH, párr. 13 (24 de junio de 2005) (explicando la importancia de las opiniones consultivas para
la interpretación de la Convención), disponible en http://www.corteidh.or.cr./docs/opiniones/res_cor_
24_06_05.pdf.
73
Ej., Artículo 55 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-20/09, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. A) No. 20, párr. 18 (29 de septiembre de 2009); Almonacid Arellano et al. v. Chile, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 154, párr. 124 (26 de septiembre de 2006).
74
19 Comerciantes c. Colombia, Excepción Preliminar, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 93, párr. 27 (12 de
junio de 2002); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 1, párr. 29 (26 de junio de 1987).

75 La Corte ha considerado supuestas irregularidades procesales ante la Comisión Interamericana, cuestión que constituyó la base
de la excepción preliminar de un Estado ante la Corte Interamericana. Velásquez Rodríguez c. Honduras. Excepciones
Preliminares, párrs. 31–34. Más recientemente, la Corte afirmó expresamente su autoridad para supervisar el debido proceso
legal en aquellos procedimientos de la Comisión relacionados con asuntos sometidos a la Corte.
Control de Legalidad en el Ejercicio de Autoridades de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Opinión Consultiva
OC-19/05, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 19, párr. 31 (28 de noviembre de 2005).
14

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14 Convención Americana sobre Derechos Humanos

criticado como una intrusión en el dominio de la Comisión.76 Sin embargo, la Corte a menudo estará de
acuerdo con las decisiones de la Comisión sobre admisibilidad, o dictaminará que los Estados renunciaron
tácitamente a sus objeciones al no responder de manera oportuna.77

3. Método material, temporal y personal del tribunal


y jurisdicción local

Al igual que la Corte Internacional de Justicia, la Corte Europea de Derechos Humanos y otros
tribunales, la Corte Interamericana ha afirmado “la autoridad inherente para determinar el
alcance de su propia competencia”78. El Tribunal ha invocado esta compétence de la compétence
principio para afirmar su jurisdicción frente a los desafíos vigorosos del Estado.79 La única forma en que
un Estado puede retirarse de la jurisdicción de la Corte es "denunciando la Convención en su conjunto",
de conformidad con la cláusula aplicable del tratado en el Artículo 78.80
La competencia material (ratione materiae) de la Corte se centra en la Convención
Americana, pero no se limita a ese tratado. Su competencia también está establecida en los
instrumentos jurídicos enumerados anteriormente, como el Protocolo de San Salvador, la
Convención de Belém do Pará, la IACPPT y la IACFDP. El Protocolo de San Salvador otorga
competencia a la Comisión Interamericana y a la Corte sobre peticiones en las que se aleguen
violaciones a los derechos a la sindicación y a la educación.81 La AICFDP también autoriza
explícitamente a la Comisión y a la Corte;82 en consecuencia, la Corte ha declarado violaciones del Estado d

76
Opinión Concurrente del Juez Cançado Trindade, Gangaram Panday v. Suriname, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 12, párr. 6 (4 de diciembre de 1991) (donde se establece que la Comisión y la Corte “tienen facultades definidas, estando atribuida

a la primera competencia para decidir sobre la admisibilidad de las demandas … a la segunda competencia (en casos contenciosos) para

determinar si ha habido una violación de la Convención”).

77
Por ejemplo, Moiwana Cmty. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 124, párrs. 37–69 (15 de junio de 2005); Mayagna (Sumo) Awas Tingni Cmty. v. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 66, párr. 56 (1 de febrero de 2000).


78
Por ejemplo, Benjamín et al. v. Trinidad & Tobago, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 81, párr. 69 (1 de septiembre de 2001); Ivcher Bronstein c. Perú, Competencia, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 54, párrs. 32–34 (24 de septiembre de 1999). Para la autoridad de la Corte Internacional de Justicia y la Corte Europea de Derechos Humanos

en este asunto, ver Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, Artículo 36(6); Convenio Europeo, Artículo 32(2). Curiosamente, el proyecto de

Convención Americana de la Comisión Interamericana establecía expresamente este principio, pero fue eliminado abruptamente durante la

conferencia de San José sin explicación. Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, art. 51, doc. 5

(inglés).

22 de septiembre de 1969.

79 En 2003, Panamá impugnó la competencia de la Corte para supervisar el cumplimiento de sentencia. Argumentó que dicha
supervisión es una “etapa posterior a la sentencia” que “no se encuentra comprendida en las normas que regulan la competencia
y el procedimiento de la Corte”. Baena Ricardo et al. v. Panamá, Competencia, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
N° 104, a. 53 (28 de noviembre de 2003).

80 Corte Constitucional Vs. Perú, Competencia, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 55, párr. 39 (24 de septiembre
de 1999) (rechazando el intento de Perú de retirarse inmediatamente de la jurisdicción contenciosa de la Corte); Ivcher
Bronstein c. Perú, Competencia, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 54, párr. 40 (24 de septiembre de 1999)
(igual).
81 Protocolo de San Salvador, art. 19(6).
82
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, art. XIII.
15

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Introducción 15
ese instrumento.83 En varias sentencias, el Tribunal también ha encontrado violaciones a la
IACPPT,84 ya que ese tratado otorga competencia a “los foros internacionales” reconocidos por el
Estado Parte demandado.85 Además, la Corte asumió agresivamente jurisdicción sobre la
Convención de Belém do Pará en González et al. Vs. México, sobre las excepciones detalladas del

Estado86.
Finalmente, la Corte se refiere con frecuencia a otros instrumentos jurídicos internacionales
para interpretar el alcance y contenido de los derechos de la Convención Americana. Lo hace en
reconocimiento de la disposición de interpretación progresiva de la Convención, el artículo 29,87 y
“la evolución de los derechos fundamentales de la persona humana en el derecho internacional
contemporáneo”.88 Por ejemplo, en numerosas ocasiones la Corte ha recabado orientación de la
Convención sobre los Derechos del Niño para definir los contornos del Artículo 19 (Derechos del
Niño) de la Convención Americana,89 y se ha referido al Convenio No. 169 de la OIT para evaluar
los derechos indígenas a la propiedad.90 Incluso ha empleado normas internacionales no
vinculantes instrumentos—tales como los Principios Básicos de la ONU sobre el Uso de la Fuerza
y Armas de Fuego por los Oficiales Encargados de Hacer Cumplir la Ley y los Principios Rectores
de la ONU sobre los Desplazamientos Internos—para interpretar la Convención.91 La tendencia distintiva de la C

83
Por ejemplo, Ticona Estrada et al. c. Bolivia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 191, párr. 70 (27 de noviembre de 2008); Molina Theissen c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

c) no 106, párr. 43 (4 de mayo de 2004).


84
Por ejemplo, Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 187, para. 94 (Oct. 30, 2008); Street Children (Villagrán Morales et al.) v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR

(ser. C) No. 63, para. 252 (Nov. 19, 1999).


85 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, art. XIII.

86 González et al. (“Campo Algodonero”) Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párrs. 35–77 (16 de noviembre de 2009).

87 El artículo 29 de la Convención dispone:

Ninguna disposición de esta Convención se interpretará como: a. permitir que cualquier Estado Parte, grupo o persona suprima el

goce o ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Convención o los restrinja en mayor medida de lo previsto en ella;

B. restringir el goce o ejercicio de cualquier derecho o libertad reconocidos en virtud de las leyes de cualquier Estado Parte o en virtud

de otra convención en la que uno de dichos Estados sea parte; C. excluyendo otros derechos o garantías inherentes a la personalidad

humana o derivados de la democracia representativa … ; o d. excluyendo o limitando los efectos que puedan tener la Declaración

Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.

88
Ej., Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 125, párr.

127 (17 de junio de 2005); Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 120 (17 de septiembre de 2003).


89
Por ejemplo, Chitay Nech et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 212, párr. 165 (25 de mayo de 2010); “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 63, párr. 194 (19 de noviembre de 1999).
90
Ej., Pueblo Saramaka c. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 172, párr. 92 (28 de noviembre de 2007); Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 125, párr. 127.


91
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 124 (citando los Principios Básicos de la ONU sobre el Uso de
dieciséis

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16 Convención Americana sobre Derechos Humanos

incorporar instrumentos jurídicos internacionales se ha considerado controvertido, en particular


cuando los instrumentos no han sido ratificados por el Estado demandado o carecen del consentimiento
regional.92 áreas como la libertad de expresión y los derechos de propiedad.93

El Tribunal ha explicado su jurisdicción ratione temporis (temporal), citando el principio de


irretroactividad de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados94. de reconocimiento de
la competencia del Tribunal y respecto de aquellas situaciones que no hayan dejado de existir a esa
fecha”95. Esto permite la jurisdicción sobre violaciones, tales como desapariciones forzadas o
desplazamientos, que hayan sido cometidos antes y continúen después de la aceptación del Estado.
Sin embargo, la Corte ha sostenido que la tortura no es una violación continua, ya que “cada acto de
tortura se consuma o termina en sí mismo, sin que su perpetración se prolongue en el tiempo”96.

La jurisdicción ratione personae, para la Corte Interamericana, incluye dos cuestiones: si un Estado
puede ser debidamente llevado ante la Corte como demandado, y si una parte tiene legitimación para
solicitar al Tribunal.97 En el primer punto, como se señaló, una El Estado no sólo debe ratificar la
Convención Americana, sino que también debe reconocer expresamente la competencia vinculante
del Tribunal. En cuanto a la legitimación, como se mencionó, “sólo los Estados Partes y la Comisión
tendrán derecho a someter un caso a la Corte”98.
Los individuos, grupos y organizaciones no gubernamentales no pueden iniciar un caso ante el
Tribunal Interamericano. Por el contrario, las víctimas pueden solicitar directamente a los tribunales
de derechos humanos europeos y africanos.99 No es sorprendente que los comentaristas hayan
criticado la falta de agencia de los peticionarios en este aspecto clave.100 Aún así, el papel del peticionario ante

Fuerza y Armas de Fuego); Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párr. 111 (15 de junio de 2005) (citando los Principios Rectores de los
Desplazamientos Internos de la ONU).
92 Ver Gerald L. Neuman, Importación, Exportación y Consentimiento Regional en la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
19 Eur. J. Internacional L. 101 (2008) (“la Corte ha llegado a subestimar el consentimiento de la comunidad de Estados pertinente
como factor en la interpretación de un tratado de derechos humanos”).
93 Véase el Capítulo 7 de este volumen, sobre la libertad de expresión, y el Capítulo 8, sobre el derecho a la propiedad.
94 Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados art. 28, 1155 UNTS 331, 8 ILM 679 (1969).
95
Por ejemplo, Moiwana Cmty. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párr. 70 (15 de junio de 2005); Hermanas Serrano Cruz c. El Salvador, Excepciones
Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 118, párr. 65 (23 de noviembre de 2004).
96
Campo Dodd c. México, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 113, párr. 78 (3 de
septiembre de 2004). Esta decisión impugnada excluyó la jurisdicción ratione temporis de la Corte sobre las violaciones alegadas
en el caso. Identificación. paraca. 85.
97
Pasqualucci, supra nota 4, en 130.
98 Convención Americana, art. 61(1).
99 Véase Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, 4 de noviembre de 1950, 213
UNTS 222, art. 34; Estatuto de la Corte Africana de Justicia y Derechos Humanos, art. 30; Protocolo a la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos sobre el Establecimiento de una Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, art. 5.
100
Antonio Cançado Trindade ha llamado a esto una importante falla del Sistema, “ya que no es razonable concebir derechos sin
capacidad procesal para reivindicarlos directamente”. Voto Razonado del Juez Cançado
17

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Introducción 17
la Corte Interamericana se ha expandido significativamente en las últimas dos décadas. En primer lugar, se
permitió al peticionario presentar pruebas y pretensiones de manera independiente en la etapa de
reparaciones101. Actualmente, con las reformas procesales del año 2000, también puede presentar sus
propios argumentos y pruebas jurídicas una vez que la Comisión remite el caso a la Corte102.
Finalmente, la competencia ratione loci requiere que la supuesta violación tenga lugar dentro de la
jurisdicción del Estado demandado. En el derecho internacional, esta jurisdicción no se limita a contemplar
límites territoriales formales; en cambio, la pregunta relevante es si el Estado ejerce “autoridad y control”
sobre el área.103 De esta manera, la Comisión Interamericana decidió que los detenidos en la Bahía de
Guantánamo, aunque no se encontraban dentro de las fronteras de los Estados Unidos, sin embargo
estaban bajo ese control. ratione loci del estado

jurisdicción.104

4. Nota sobre la valoración de la prueba y la carga de la prueba por parte de la Corte

En general, en el Sistema Interamericano la carga de la prueba corresponde a la parte que alega violaciones
de derechos. Sin embargo, hay situaciones en las que se desplaza esta carga, como cuando el Estado
demandado tiene un acceso superior a las pruebas y la información.105
La Corte Interamericana ha aplicado con frecuencia esta doctrina al evaluar supuestos malos tratos bajo
custodia del Estado o desapariciones forzadas106 . Además, cuando los Estados no refute o responda a
los alegatos del peticionario, la Corte puede presumir su validez, siempre que la prueba presentada sea
consistente. con esas alegaciones.107
La Corte ha empleado una variedad de otras presunciones en sus sentencias.108

Trindade, para. 14, Castillo Páez v. Peru, Preliminary Objections, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No.
24 (30 de enero de 1996).

101 Ver Corte Interamericana de Derechos Humanos, Reglamento, Artículo 23 (antiguo Reglamento, reformado en 1996),
disponible en http://www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/1996_eng.pdf.
102 Este cambio fue instituido por el artículo 23 del Reglamento de la Corte reformado en 2000. Corte Interamericana de
Derechos Humanos, Reglamento, artículo 23 (antiguo Reglamento, reformado en 2000), disponible en http://
www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/2000_eng.pdf.
103
Véase, por ejemplo, William A. Schabas, La Convención Europea de Derechos Humanos: un comentario
95 (2015); Pasqualucci, supra nota 4, en 147.

104 Sobre esta base, la Comisión Interamericana ordenó medidas cautelares por posibles violaciones a la Declaración Americana
y la Tercera Convención de Ginebra. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Medidas Cautelares con respecto a
los Estados Unidos y los Detenidos de la Bahía de Guantánamo (12 de marzo de 2002), párr. 80, disponible en http://
www.cidh.oas.org/medidas/2002.eng.htm.
105
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 275, párr. 306 (27 de noviembre de 2013); Velásquez Rodríguez v. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 4, párr. 135 (29 de julio de 1988).
106 id.
107
Por ejemplo, Vera Vera et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 226, párr. 24 (19 de mayo de 2011); “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 77, párr. 68 (26 de mayo de 2001).
108
Ver Pasqualucci, supra nota 4, en 169–71; Álvaro Paúl, En busca de los estándares de prueba aplicados por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, Revista IIDH (2012). Consideramos a lo largo de este volumen varias presunciones utilizadas por la Corte.
18

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18 Convención Americana sobre Derechos Humanos

No existe un estándar de prueba preciso para que la Corte declare a los Estados responsables
de violaciones de derechos humanos. De acuerdo con su jurisprudencia reiterada, el Tribunal no
necesita establecer la responsabilidad del Estado “más allá de toda duda razonable”, ni debe
determinar la responsabilidad penal individual109 . Ha indicado que, para los tribunales
internacionales, “los criterios para la valoración de la prueba son menos rígido” que en el ámbito
jurídico interno; De esta manera, la Corte acepta y evalúa “libremente” muchas formas de prueba y
testimonio.110 En resumen, el enfoque flexible, aunque algo oscuro, de la Corte exige que la
prueba sea “suficiente, confiable y pertinente para probar los hechos que son objeto del análisis.”111

tercero Principales desarrollos y críticas de la jurisprudencia interamericana


A. Introducción

La jurisprudencia interamericana ha demostrado ser distintiva en muchos aspectos. Ya señalamos


el entusiasmo de la Corte por incorporar otras fuentes del derecho internacional en su interpretación
de la Convención Americana, pues considera que los tratados de derechos humanos son
“instrumentos vivos cuya interpretación debe considerar los cambios en el tiempo y las condiciones
actuales”112 . La sección resume lo que consideramos desarrollos clave en relación con los
derechos a la igualdad, la vida, la integridad personal, la libertad personal, el debido proceso, la
libertad de expresión, la propiedad y las reparaciones. Al enfatizar una perspectiva centrada en la
víctima, también señalamos áreas críticas donde la jurisprudencia de la Corte carece de consistencia
y claridad, y mencionamos brevemente algunas de nuestras propuestas conceptuales alternativas.

B. Obligaciones amplias del Estado de respetar y garantizar los derechos

Para comenzar, la Corte da una lectura robusta al artículo 1.1, cláusula fundamental de la
Convención para “respetar y garantizar” los derechos contenidos en el tratado. Al igual que los
regímenes de derechos humanos de las Naciones Unidas, Europa y África, los Estados Partes de la Convención

109 Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 275, párr. 305 (27 de noviembre de 2013); Velásquez Rodríguez v. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 4, párrs. 127–28 (29 de julio de 1988).
110
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
305 (27 de noviembre de 2013).
111
Por ejemplo, Vélez Restrepo y Familia Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 248, párr. 174 (3 de septiembre de 2012); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 127 (29 de julio de 1988).
112
Ej., Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 125,
párr. 125 (17 de junio de 2005); Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido
Proceso Legal, Opinión Consultiva OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 114 (1 de octubre de 1999).
19

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Introducción 19
tienen obligaciones tanto negativas (“respetar”) como positivas (“garantizar”). En general, se entiende que las

obligaciones negativas requieren que los Estados no interfieran en el ejercicio de los derechos, mientras que las

obligaciones positivas obligan a los Estados a tomar medidas, medidas afirmativas para proteger los derechos.113

Las obligaciones positivas se han ampliado en la jurisprudencia internacional de derechos humanos, y el Sistema

Interamericano ha impulsado muchos de estos avances.114

Desde su primer caso contencioso, Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, la Corte Interamericana ha sostenido

que “garantizar” los derechos humanos exige el deber positivo del Estado “de organizar el aparato de gobierno

y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se ejerce el poder público”. ejercidos” a fin de

salvaguardar el “goce libre y pleno” de los derechos de la Convención.115 Para cumplir con esta obligación

general de “garantizar”, además, “los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los

derechos reconocidos por la Convención y … tratar de restablecer el derecho violado y proporcionar una

compensación según corresponda por los daños resultantes de la violación.”116 Bajo este marco, los Estados

pueden fácilmente ser encontrados responsables por la conducta de los actores no estatales, si los Estados no

protegen a las personas bajo su jurisdicción de acuerdo con un estándar de “razonabilidad”—la regla de la

debida diligencia.117

C. Artículo 63: Reparaciones

Las reparaciones extensivas de la Corte y la interpretación del artículo 63118 de la Convención son ampliamente

aclamadas como pioneras.119 Su enfoque reparador contemporáneo comprende medidas de restitución,

rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, junto con daños materiales e inmateriales. La Corte es

el único organismo internacional con jurisdicción vinculante que ha ordenado consistentemente esta gama

completa de reparaciones. Especialmente digno de mención es el enfoque del Tribunal en exigir reparaciones

no monetarias, en respuesta directa a las reiteradas peticiones de las víctimas.

113
Véase, por ejemplo, Dinah Shelton & Ariel Gould, Positive and Negative Obligations, en The Oxford Handbook of International
Human Rights Law 562–63 (Dinah Shelton ed. 2013); Manfred Nowak, ONU
Pacto de Derechos Civiles y Políticos: CCPR Commentary 123-124 (2d ed. 2005).
114
See id. at 563, 579; Medina, Los 40 años, supra note 25,ÿatÿ22.
115
Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 166 (29 de julio de
1988).
116 id.
117
Por ejemplo, Suárez Peralta c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 261, párr. 129 (21 de mayo de 2013); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia,
Inter Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 172 (29 de julio de 1988). Véase también Shelton & Gould, supra nota 113,
en 577 (la debida diligencia “generalmente se considera que significa: las medidas razonables de prevención que podría
esperarse que un gobierno bien administrado ejerza en circunstancias similares”).
118
Ver el Capítulo 9 de este volumen, sobre reparaciones, para una discusión completa.
119
Véase, por ejemplo, Sergio García Ramírez, supra nota 13, en 148–49; Burgorgue & Úbeda de Torres, supra nota 71, en
224; Thomas M. Antkowiak, Enfoques correctivos de las violaciones de los derechos humanos: La Corte Interamericana de
Derechos Humanos y más allá, 46 Colum. J. Transnat'l L. 351, 386 (2008).
20

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20 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Por supuesto, las reparaciones del Tribunal no carecen de fallas. En cuanto a los remedios no
monetarios, la Corte a veces podría requerir una participación más intensa de la víctima en el diseño
e implementación de las reparaciones. Aún así, las reparaciones no monetarias de la Corte
generalmente responden a las preferencias de restauración de las víctimas, e incluso contemplan las
realidades complejas de ciertas poblaciones marginadas. En contraste, las reparaciones monetarias
inconsistentes del Tribunal invitan al escrutinio. Particularmente en las sentencias que involucran a
grupos, como las comunidades indígenas, la Corte no siempre responde a demandas fundamentadas
de daños pecuniarios tanto de individuos como de colectividades. Si desatiende solicitudes fundadas
de compensación material o moral, la Corte comprometerá los derechos individuales y colectivos.

D. Artículo 24: Derecho a la Igualdad

El artículo 24120, a pesar de su título limitado, “Derecho a la igual protección”, de hecho establece
dos derechos fundamentales y autónomos: el derecho a la igualdad ante la ley y el derecho a la igual
protección de la ley. La jurisprudencia interamericana sobre igualdad ha sido dinámica durante la
última década, considerando variadas formas de discriminación con resultados tanto esclarecedores
como confusos. La Corte Interamericana ha declarado que la igualdad constituye un principio de jus
cogens, lo que la haría vinculante para todos los Estados, y amplió las obligaciones de los Estados en
esta área, superando con creces las limitadas intenciones de la delegación estadounidense durante
las negociaciones de la Convención. La Corte condena ampliamente la discriminación indirecta y
privada y promueve programas de acción afirmativa. Sin embargo, sus estándares de revisión e
incluso los estándares de prueba para el trato diferenciado siguen siendo inciertos.
La interpretación de la Corte del Artículo 24 y el Artículo 1, ambos como conceptos separados y en
relación entre sí, ha sido inconsistente y, más recientemente, problemática. El Tribunal ahora considera
que el alcance del Artículo 24 se limita a “la aplicación o interpretación de una ley interna específica”.
121 Tenemos objeciones al enfoque actual de la Corte, que enfatiza demasiado la disposición de no
discriminación del Artículo 1(1). El enfoque entra en conflicto con la jurisprudencia anterior del Tribunal,
que a su vez refleja la comprensión internacional de los principios de igualdad.

Además, una violación del Artículo 24 claramente condena la discriminación, poniendo a los
Estados sobre aviso y probablemente brindando más satisfacción a las víctimas. En cambio, en la
jurisprudencia de la Corte se produce una violación del artículo 1.1 siempre que se viola un derecho
sustantivo (la violación resulta necesariamente de la falta de respeto o garantía por parte del Estado
del derecho en cuestión). Simplemente encontrar otra violación del Artículo 1(1) por discriminación
oscurece la conclusión de la Corte y disminuye su impacto. Para ser claros, el Tribunal prohíbe totalmente

120
Ver el Capítulo 2 de este volumen, sobre el derecho a la igualdad, para una discusión completa.
121
Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 285 (28 de noviembre de 2012).


21

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Introducción 21

discriminación de hecho y de derecho; sin embargo, por estas y otras razones explicadas en el Capítulo
2, debe volver a su forma anterior de interpretar el Artículo 24.

E. Artículo 4: Derecho a la Vida

La Convención Americana es el único tratado de derechos humanos que determina expresamente el


punto a partir del cual debe protegerse el derecho a la vida122 : “en general, desde el momento de la
concepción”. La corte ha establecido una regla firme para cuando ocurre la “concepción”. Artavia Murillo
et al. v. Costa Rica, una sentencia de 2012, dejó poca discreción a las autoridades nacionales sobre
este asunto en disputa, en contraste con los enfoques deferentes de la Corte Europea de Derechos
Humanos y otros tribunales.124

La Corte ha encontrado privaciones arbitrarias de la vida en numerosos casos, como cuando la pena
de muerte se ha aplicado en circunstancias prohibidas. En esta área, el Sistema Interamericano ha
jugado un papel clave en la suspensión de ejecuciones y en la anulación de las leyes de pena de muerte
“obligatoria”.125 Por supuesto, el uso desproporcionado de la fuerza policial o militar por parte de un
Estado también pone en peligro el derecho a la vida. En este contexto, la jurisprudencia de la Corte ha
evolucionado, encontrando violaciones del artículo 4 incluso cuando las víctimas sobrevivieron a
situaciones que amenazaban sus vidas. Además, los conflictos armados internos en América Latina han
obligado al Tribunal a analizar los asesinatos múltiples en virtud del derecho internacional humanitario.
Sin embargo, no parece estar bien posicionado para evaluar los objetivos militares, las características
técnicas de las armas y la noción de bajas civiles “excesivas”.126

Como es bien sabido, la Corte ha sido pionera en el desarrollo conceptual del delito de desaparición
forzada. En 1988, año de su primera sentencia de fondo Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, había
escaso derecho internacional sobre desapariciones.127 La jurisprudencia interamericana ha establecido
el delito como una violación de los derechos a la integridad personal, la libertad personal y el derecho a
la vida ; más recientemente, la Corte también ha afirmado que la desaparición forzada vulnera el derecho
a la personalidad jurídica, artículo 3 de la Convención.

122
Ver el Capítulo 3 de este volumen, sobre el derecho a la vida, para una discusión completa.

123 Convención Americana, art. 4(1).


124
Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 257, párr. 189 (28 de noviembre de 2012).


125
Por ejemplo, DaCosta Cadogan v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 204,

párr. 53 (24 de septiembre de 2009); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr.

104 (21 de junio de 2002).

126 Comité Internacional de la Cruz Roja, Base de datos sobre derecho internacional humanitario consuetudinario, Regla 14: Proporcionalidad en el ataque,

disponible en https://www.icrc.org/customary-ihl/eng/docs/v1_cha_chapter4_

rule14 (última visita el 21 de noviembre de 2016).


127
Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4 (29 de julio de 1988).
22

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22 Convención Americana sobre Derechos Humanos

El derecho interamericano e internacional exige importantes obligaciones positivas de los Estados para
salvaguardar la vida. En ocasiones, las sentencias de la Corte desdibujan los deberes positivos y negativos
del Estado en esta materia. Aún así, su jurisprudencia claramente sostiene que los Estados deben adoptar
numerosas medidas positivas, incluyendo la acción legislativa, la prevención de la violencia y la investigación
y sanción del delito, todo de acuerdo con el estándar de debida diligencia. Finalmente, los organismos
internacionales de derechos humanos, principalmente la Corte Interamericana, han reconocido los derechos
a la salud, la educación, la cultura, la alimentación y el agua potable como componentes del derecho a la
vida. Queda mucho por desarrollar con respecto a esta relación clave entre la vida y los derechos sociales,
culturales y económicos, así como con respecto a otros asuntos complejos del artículo 4, como el aborto,
la ingeniería genética y la eutanasia.

F. Artículo 5: Derecho a la Integridad Humana

El artículo 5128 de la Convención Americana brindó una importante contribución al derecho internacional
de los derechos humanos. Mientras que otros tratados solo enumeraban formas de conducta prohibidas,
el artículo 5 fue innovador para los tratados generales de derechos humanos porque, además de sus otros
componentes, estableció un derecho autónomo: “Toda persona tiene derecho a que su integridad física,
psíquica y moral respetada la integridad.”129 Posteriormente, la Carta Africana de Derechos Humanos y
de los Pueblos y la Carta de la Unión Europea siguieron este ejemplo y declararon los derechos a la
integridad personal y la dignidad humana.130
El enfoque del Sistema Interamericano hacia la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes
a menudo ha seguido el de la Corte Europea de Derechos Humanos.
Quizás lo más importante es que los dos Tribunales comparten la opinión de que los estándares progresivos
para la protección de la integridad personal requieren salvaguardias más rigurosas por parte de los Estados
y una “mayor firmeza” de los tribunales para encontrar violaciones.131 Lo que puede considerarse un trato
inhumano hoy en día puede constituir tortura en el futuro cercano.
La jurisprudencia de derechos humanos, tanto a nivel regional como de las Naciones Unidas, ha
convergido significativamente en esta área. En primer lugar, la prohibición de la tortura y los tratos crueles,
inhumanos o degradantes es absoluta, incluso frente al terrorismo y las amenazas a la seguridad nacional.
En segundo lugar, han surgido importantes deberes positivos del Estado para proteger la integridad personal.

128 Ver el Capítulo 4 de este volumen, sobre el derecho a la integridad personal, para una discusión completa.
129 Convención Americana, art. 5. Véase Cecilia Medina, La Convención Americana sobre Derechos Humanos

Derechos: derechos cruciales y su teoría y práctica 89 (2014).


130 El artículo 4 de la Carta Africana establece, en parte: “Todo ser humano tiene derecho al respeto de su vida y de la integridad de su

persona. Nadie puede ser privado arbitrariamente de este derecho”; además, su artículo 5 dispone, en parte: “Toda persona tiene derecho

al respeto de la dignidad inherente a la persona humana y al reconocimiento de su personalidad jurídica”. Carta Africana de Derechos

Humanos y de los Pueblos, art. 4-5, 27 de junio de 1981, 1520 UNTS 217. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea

en su artículo 3.1 establece que “Toda persona tiene derecho al respeto de su integridad física y psíquica”. Carta de los Derechos

Fundamentales de la Unión Europea, art. 3(1), 2010 DO C 83/02.

131 Cantoral Benavides c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 69, párr. 99 (18 de agosto de

2000) (citando sentencias del Tribunal Europeo).


23

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Introducción 23
Tercero, las malas condiciones de detención violan la integridad personal, y el confinamiento solitario
prolongado es particularmente peligroso. Si bien ciertas sanciones oficiales son permisibles, ningún
castigo será “incompatible con el espíritu de la prohibición absoluta de la tortura y los tratos inhumanos
y degradantes”132.
En las últimas dos décadas, la Corte Interamericana —también a partir de la CIPTP, la Convención
de Belém do Pará y la jurisprudencia de la Comisión Interamericana— ha dictado una serie de

sentencias autorizadas, que han servido para ampliar las concepciones de tortura y malos tratos,
ampliar las obligaciones del Estado, condenar la violencia de género y reparar integralmente a las
víctimas. Sin embargo, la Corte no siempre ha sido consistente en sus enfoques del Artículo 5, y más
recientemente ha mostrado una preocupante renuencia a encontrar tortura y otras violaciones en
ciertos casos, como se explica en el Capítulo 4.

G. Artículo 7: Derecho a la Libertad Personal

Para la mayoría de los tratados de derechos humanos, una privación de libertad debe cumplir con dos
requisitos para ser permisible: sus procedimientos y motivos deben estar establecidos por ley, y la
detención o arresto no puede ser arbitrario. Asimismo, el artículo 7133 de la Convención Americana
establece el derecho general de toda persona a no ser privada ilegal o arbitrariamente de su libertad;
además, contiene protecciones específicas para las personas que han sido privadas de su libertad.
Estas garantías detalladas contemplaban principalmente procesos penales, pero la Corte Interamericana
ahora las ha extendido a privaciones administrativas de la libertad, como la detención migratoria.

Para activar las protecciones del artículo 7, la Corte no requiere una duración o lugar específico
para la detención. De esta manera, el Tribunal ha encontrado violaciones al artículo 7 en una amplia
gama de escenarios de detención y denuncia el abuso generalizado de la prisión preventiva en las
Américas. En particular, la Corte incluso ha superado las interpretaciones amplias de la Comisión al
reconocer las protecciones del artículo 7 en los casos en que las privaciones de libertad fueron
realizadas por actores no estatales, sin la orden o el control de las autoridades estatales.

Consideramos que el método actual del Tribunal para interpretar la legalidad y la arbitrariedad tiene
fallas en ciertos aspectos. Primero, cuando la Corte encuentra una detención ilegal, con frecuencia
considera innecesario examinar la arbitrariedad. Aunque tal enfoque puede apelar a las nociones de
economía procesal, no condena completamente las detenciones que son tanto ilegales como arbitrarias.
El Tribunal no puede descuidar su deber de analizar rigurosamente los hechos de un caso a la luz de
todas las disposiciones aplicables de la Convención. En segundo lugar, a diferencia de otros tribunales
internacionales de derechos humanos, la Corte a menudo considera solo el derecho interno pertinente,

132 Asociación para la Prevención de la Tortura y Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, Torture in

Derecho internacional: una guía de jurisprudencia 75 (2008).

133 Ver el Capítulo 5 de este volumen, sobre el derecho a la libertad personal, para una discusión completa.
24

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24 Convención Americana sobre Derechos Humanos

y no el derecho internacional, en su evaluación de la legalidad de una detención. Cuando la Corte limita


su investigación de legalidad a la letra de la ley nacional, los derechos humanos internacionales pueden
verse limitados o distorsionados, y la discreción del Estado para restringir la libertad puede aumentar.
Finalmente, la Corte parece cada vez más reticente a criticar las vagas leyes nacionales que regulan la
detención, incluso cuando los estatutos contravienen claramente el bien establecido principio de
seguridad jurídica.

H. Derechos al Debido Proceso y Protección Judicial

1. Artículo 8: Derecho a un juicio justo

El artículo 8.134 de la Convención, principal disposición del debido proceso, se denomina “Derecho a
las Garantías Judiciales”. Sin embargo, el artículo va mucho más allá de los juicios e incluso de los
asuntos judiciales, regulando los procedimientos de “cualquier autoridad pública, ya sea administrativa,
legislativa o judicial, que mediante sus decisiones determine derechos y obligaciones individuales”.135
Estas amplias protecciones se han vuelto aún más amplias . a través de numerosas sentencias de la
Corte Interamericana, en consonancia con su noción del “carácter evolutivo del proceso judicial”136.

Fuera de los casos penales, la Corte parece requerir toda la gama de garantías del debido proceso
penal en procedimientos administrativos que “implican una manifestación de los poderes punitivos del
Estado”, como el proceso para deportar o expulsar a un migrante.137 Además, el Tribunal ha establecido
encomiablemente que todo proceso que pueda resultar en la privación de la libertad o la deportación
de una persona requiere asistencia letrada gratuita, siempre que sea necesario, como “un imperativo
en interés de la justicia”138.
De la historia de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales de la región surge un sólido
conjunto de garantías para las víctimas y sus familiares. La Corte ha establecido el derecho general a
la “justicia”: a que se investiguen y juzguen efectivamente los delitos, a conocer la verdad sobre lo
ocurrido y a recibir reparación por los daños sufridos139 . Estos derechos tan amplios contrastan con
la discrecionalidad procesal y otras limitaciones encontradas en los sistemas de justicia penal de los
Estados Unidos y otros
naciones

134 Ver el Capítulo 6 de este volumen, sobre los derechos al debido proceso ya la protección judicial, para una discusión completa.

135 Corte Constitucional Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 71,
por. 71 (31 de enero de 2001).
136
Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva OC-16/99, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 117 (1 de octubre de 1999).


137
Voto Razonado del Juez Sergio García Ramírez, Claude Reyes y otros. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 151, párr. 8 (19 de septiembre de 2006).

138 Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Am. Ct. HR (ser. C) No. 272, párr. 132 (25 de noviembre de 2013).
139
Por ejemplo, Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párr. 188 (10 de octubre

de 2013); Blake c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 36, párr.

97 (24 de enero de 1998).


25

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Introducción 25
En los últimos años, la Corte ha pedido la exclusión de toda prueba producida bajo “cualquier
forma de coacción”, un avance crucial para las Américas, donde las confesiones forzadas y otras
declaraciones aún se aceptan como prueba válida.140 Aunque la Convención Americana no
aluden específicamente a la asistencia consular, la Corte ha desarrollado el “derecho al acceso
efectivo a la asistencia consular”, en reconocimiento de la vulnerabilidad de los ciudadanos
extranjeros detenidos y los desarrollos legales internacionales.141 Las decisiones contemporáneas
de la Corte también han condenado varias leyes de amnistía y elaborado excepciones a la la regla
del doble enjuiciamiento, en respuesta a la impunidad que disfrutan muchos violadores de
derechos en la región. Ahora, las absoluciones espurias se pueden ignorar y se puede permitir un
nuevo enjuiciamiento. Queda mucho por explicar a la Corte sobre sus requisitos para un abogado
“eficaz”, y los derechos a los traductores e intérpretes, entre otros temas esenciales.142

2. Artículo 25: Derecho a la Protección Judicial

El artículo 25 de la Convención, 143 Derecho a la Protección Judicial, se refería principalmente al


amparo, un recurso judicial “sencillo y rápido” de origen latinoamericano.144 El amparo está
diseñado para proteger “derechos fundamentales” reconocidos en el derecho estatal o en la
Convención Americana, e incluye el recurso de hábeas corpus.145 Sin embargo, la Corte ha
ampliado los recursos del artículo 25 más allá del amparo, y el contenido completo del artículo ha
quedado sin resolver. Esto se debe, al menos en parte, al método frecuente de la Corte de
combinar los artículos 8 y 25 en sus sentencias; la práctica ha impedido el desarrollo minucioso
de esta última disposición.

I. Artículo 13: Libertad de Expresión

La Convención Americana fue diseñada para brindar garantías vibrantes a la libertad de


pensamiento y expresión.146 Entre los tratados internacionales, contiene la única prohibición

140
Por ejemplo, García Cruz y Sánchez Silvestre c. México, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 273, párr. 58 (26 de noviembre de 2013); Cabrera García y Montiel Flores Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 220, párrs. 165–166 (26 de noviembre de 2010).

141
Por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párrs. 151, 160 (23 de noviembre de 2010); Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en

el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párrs. 84

y 124 (1 de octubre de 1999).


142
Véase DaCosta Cadogan v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 204, párr. 93 (24 de septiembre de 2009) (que comienza a establecer parámetros para un abogado “efectivo”).

143 Ver el Capítulo 6 de este volumen, sobre los derechos al debido proceso ya la protección judicial, para una discusión completa.

144 Hábeas Corpus en Situaciones de Emergencia (arts. 27(2), 25(1) y 7(6) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión

Consultiva OC-8/87, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 8, párr. 32 (30 de enero de 1987).
145 Convención Americana, art. 25(1).
146
Ver el Capítulo 7 de este volumen, sobre la libertad de expresión, para una discusión completa.
26

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26 Convención Americana sobre Derechos Humanos

contra la censura previa y presenta una disposición innovadora sobre restricciones “indirectas” a la
expresión.147 Al interpretar el artículo 13, la Corte Interamericana se convirtió en el primer tribunal
internacional de derechos humanos en establecer el derecho de todas las personas a acceder a la
información en poder del Estado, un derecho que fue reconocido posteriormente por otras autoridades de derechos humano
La Corte ha emitido varias decisiones que condenaron la censura y sanciones desproporcionadas a la
expresión, protegiendo los derechos del artículo 13 de los individuos y la sociedad en general. Estas
sentencias dieron lugar a reformas legislativas, la revocación de condenas penales y el levantamiento de
prohibiciones de películas y libros, entre otros éxitos.
Hasta 2008, la Corte concibió la libertad de expresión como un medio primordial para limitar el poder
del Estado y fomentar la democracia. Posteriormente, sin embargo, el Tribunal comenzó a permitir más
restricciones a la expresión ya exigir más responsabilidades a los oradores. Al hacerlo, a menudo ha citado
sentencias del Tribunal Europeo, que interpretan un tratado más restrictivo de la libertad de expresión. Por
ejemplo, contrariamente a la posición de la Comisión Interamericana, la Corte ha sostenido que las
sanciones penales a la expresión son un medio legítimo para proteger el honor y la reputación, y que los
Estados tienen la obligación de establecer dichas leyes. La Corte incluso aceptó que proteger el honor de
las fuerzas armadas de un Estado era un objetivo legítimo para sancionar penalmente la expresión.

En respuesta, argumentamos que las sanciones penales por expresión, para proteger el honor y la
reputación, siempre deben violar el Artículo 13. Entre otras razones, esto se debe a que el castigo penal
no cumple con el requisito de proporcionalidad del Artículo 13(2). En consecuencia, la Corte debe cambiar
su enfoque y prohibir el uso del derecho penal en estos casos.
En segundo lugar, de conformidad con la Convención, el Tribunal debe desarrollar definiciones y reglas
claras con respecto a cualquier sanción por expresión, con el objetivo de promover un debate público
vigoroso. De lo contrario, los gobiernos, los jueces nacionales y la Corte misma inevitablemente no
cumplirán con las generosas protecciones del Artículo 13. Por supuesto, los oradores y periodistas también
requieren estándares predecibles para evitar efectos negativos sobre la libertad de expresión. Sin embargo,
la jurisprudencia de la Corte aún permite, en circunstancias inciertas, sanciones civiles e incluso penales
por criticar a las instituciones del Estado y las figuras públicas.
También preocupante, desde 2006 la Corte comenzó a encontrar violaciones de la disposición general
del artículo 13(1), sin analizar los demás párrafos del artículo. Como se afirmó anteriormente, el Tribunal
no puede descuidar su obligación de analizar rigurosamente los hechos de un caso a la luz de los términos
y limitaciones expresos de la Convención. De lo contrario, su evaluación se vuelve opaca; nuevamente,
esto puede resultar en una mayor discrecionalidad para la Corte y los Estados en esta área crítica.

J. Artículo 21: Derecho a la Propiedad

Entre los tratados regionales, la Convención Americana brinda una fuerte formulación del derecho a la
propiedad,148 requiriendo, entre otras protecciones, una “justa compensación”

147 Convención Americana, art. 13(3).


148
Ver el Capítulo 8 de este volumen, sobre el derecho a la propiedad, para una discusión completa.
27

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Introducción 27
privación de propiedad.149 La Corte Interamericana ha elaborado una noción amplia de propiedad, que
incluye la propiedad tangible e intangible, así como la propiedad comunal y privada. La jurisprudencia de
propiedad de la Corte ha influido especialmente en la jurisprudencia internacional sobre derechos indígenas.

En 2001, la Corte decidió Mayagna (Sumo) Awas Tingni v. Nicaragua; este fallo sobre un derecho
indígena a la propiedad comunal fue el primero para una corte internacional de derechos humanos.150
Comenzando con Awas Tingni, la Corte ha reconocido “los lazos únicos y duraderos que unen a las
comunidades indígenas con su territorio ancestral.”151 En el Inter- Sistema Americano, incluso si las
comunidades no nativas han ocupado sus tierras “de acuerdo con las prácticas consuetudinarias”, pueden
tener derecho al reconocimiento oficial de sus derechos de propiedad.152 Sin embargo, al exigir a las
comunidades que sigan un “guión cultural”, los comentaristas Criticó acertadamente que el enfoque de la
Corte limita la autonomía de los pueblos indígenas y su capacidad de cambio.153

A lo largo de las Américas, Estados y empresas privadas han extraído recursos naturales y desarrollado
proyectos comerciales en tierras pertenecientes a pueblos indígenas y comunidades afrolatinas. En
respuesta, la Corte ha requerido que los Estados cumplan con “salvaguardias” específicas; con respecto a
los proyectos “grandes”, incluso deben asegurar el consentimiento libre, previo e informado de la
comunidad.154 Aunque este enfoque fue pionero para los tribunales internacionales, las protecciones de la
Corte son fácilmente evadidas. Para salvaguardar mejor las tierras y los recursos ancestrales vitales,
argumentamos que la Corte debe adoptar un enfoque sólido del derecho a la vida, en lugar de basarse en
el modesto derecho a la propiedad en estos casos.

IV. La estructura y metodología del libro

Los siguientes capítulos examinan cada uno de los derechos de la Convención mencionados anteriormente:
los derechos a la igualdad, la vida, la integridad personal, la libertad personal, la propiedad, el debido
proceso y la protección judicial, así como la libertad de expresión y las reparaciones. Si bien nos hemos
centrado en aquellos aspectos de la Convención que han sido más analizados hasta la fecha, aún existen
muchos vacíos en la jurisprudencia interamericana, casi cinco décadas después de la adopción de la Convención.

149 Convención Americana, art. 21(2).


150
Mayagna (Sumo) Awas Tingni Cmty. v. Nicaragua, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) no. 79 (31 de agosto de 2001).

151 id. pareja. 149.


152
Ej. Cmty Indígena Xákmok Kásek. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 214, párr. 93 (24 de agosto de 2010); Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párr. 131 (15 de junio de 2005).
153
Véase, por ejemplo, Karen Engle, La esquiva promesa del desarrollo indígena: derechos, cultura, estrategia 162–82 (2010); Ariel E. Dulitzky, Cuando

los afrodescendientes se convirtieron en “pueblos tribales”: el sistema interamericano de derechos humanos y las comunidades negras rurales, 15

UCLA J. Int'l L. & Foreign Aff. 29, 42 (2010).

154 Pueblo Saramaka c. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 172, párr. 134 (28 de noviembre de 2007).
28

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28 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Para 1996, por ejemplo, la Corte tenía menos de 10 fallos sobre el fondo. Además, sus juicios, aunque
extensos, frecuentemente carecen de un desarrollo conceptual profundo, una deficiencia que a menudo
ha limitado el análisis de este libro. Sin embargo, actualmente, con más de 300 sentencias sobre casos
contenciosos y más de 20 opiniones consultivas, el trabajo del Tribunal ha alcanzado una masa crítica.

Cada capítulo generalmente consta de lo siguiente: (1) una Introducción para comparar la formulación
del derecho con derechos equivalentes en otros tratados internacionales y regionales importantes; (2)
una sección de Antecedentes para considerar el historial de negociación del derecho; (3) una sección
de Alcance de la Protección para analizar las disposiciones del derecho, párrafo por párrafo o tema por
tema; y (4) una sección de Limitaciones, si corresponde, para estudiar cualquier limitación al derecho.
La evaluación se centra en las sentencias, opiniones consultivas y otras decisiones de la Corte
Interamericana, máxima autoridad en materia de la Convención Americana. También se consideran los
informes relevantes de la Comisión Interamericana, las decisiones publicadas y otros documentos,
especialmente en lo que se refiere a temas que no han sido abordados por la Corte. A veces, se hacen
referencias enfocadas a las decisiones de otras autoridades de derechos humanos influyentes, como

el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
para establecer comparaciones y contrastes significativos.
29

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Introducción 29

Una nota sobre las citaciones de sentencias

En sus sentencias, la Corte Interamericana repite con frecuencia ciertos principios y observaciones.
Debido a limitaciones de espacio, no podemos citar todos los juicios que establecen el punto repetido.
Como resultado, hemos decidido usar "eg" y luego enumerar dos sentencias judiciales pertinentes:
una decisión reciente y una anterior. “Por ejemplo” indica a los lectores que incluso más sentencias
de la Corte contienen el mismo punto.
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31

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Igualdad

Artículo 24: Derecho a la Igualdad de Protección

Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a
igual protección de la ley.

Capítulo 2 Contenido

I. Introducción 32 II.
Antecedentes 35 III.
Alcance de la protección 36 A.
La relación del artículo 24 y el artículo 1 36 B. La
evaluación de la discriminación 40
1. Definiciones y Obligaciones del Estado 40
2. La Progresión de la Jurisprudencia de la Corte: Discriminación en la Ley
y en el Hecho 43
a. Introducción 43 b.
Oponentes políticos percibidos 44 c.
Colectivos Desfavorecidos 45 d. Síntesis
48 3. Atala Riffo y el enfoque actual de la
Corte sobre la discriminación 49

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
32

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32 Convención Americana sobre Derechos Humanos

I. Introducción

La igualdad constituye un principio organizador de las sociedades; es la base sobre la cual se


construyen, o deberían construirse, los marcos jurídicos.1 Como consecuencia, tiene prioridad en el
derecho internacional. Los dos primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos están reservados a la igualdad y la no discriminación.2 La promoción de estos principios
se encuentra entre los objetivos primordiales de las Naciones Unidas, según su Carta.3 La Corte
Interamericana ha sostenido incluso que “ la igualdad ante la ley, la igual protección ante la ley y la
no discriminación pertenecen al jus cogens”, la clasificación más autorizada del derecho internacional.4
A pesar de su título limitado, “Derecho a la igualdad ante la ley”, el artículo 24 de la Convención
Americana establece de hecho dos derechos fundamentales: (1) el derecho duradero a la “igualdad
ante la ley”5 y (2) el derecho a la “igualdad ante la ley”5. de la ley”, una frase introducida por la
Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.6 Pero estos dos conceptos un
tanto abstractos, junto con la no discriminación y la igualdad en sí, han generado incertidumbre,
particularmente a nivel internacional. Se mantienen opiniones divergentes sobre sus definiciones
precisas; los conceptos incluso se usan indistintamente.7 En este capítulo, empleamos las definiciones compartidas

1
Ver Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.
H.R. (ser. A) No. 18, para. 101 (Sept. 17,ÿ2003).

2 El artículo 1 dispone: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y
deben comportarse unos con otros con espíritu de fraternidad”. El artículo 2 establece: “Toda persona tiene todos los derechos y

libertades enunciados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otro estado. Además, no se hará ninguna distinción sobre la base del estatus
político, jurisdiccional o internacional del país o territorio al que pertenece una persona, ya sea independiente, de confianza, no autónomo
o bajo cualquier otra limitación de soberanía”. Declaración Universal de los Derechos Humanos, AG

Res. 217A (III), Doc. ONU. A/810 en 71 (1948) [Declaración Universal].

3 De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, dos propósitos de la organización son “Desarrollar relaciones amistosas entre las
naciones basadas en el respeto por el principio de la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas
apropiadas para fortalecer la paz universal”; y “Lograr la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de
carácter económico, social, cultural o humanitario, y en la promoción y el fomento del respeto de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales de todos, sin distinción de raza, sexo, idioma, o religión.” Carta de la ONU art. 1.

4
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 197 (29 de mayo de 2014); Condición Jurídica y Derechos de los
Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
A) No. 18, para. 101 (Sept. 17,ÿ2003).
5
Véase, por ejemplo, Manfred Nowak, Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos: Comentario del CCPR
598 ((2d ed. 2005) (que establece que el principio se puede encontrar en muchas declaraciones de derechos nacionales desde la
Revolución Francesa).

6 La Sección I de la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos establece, en parte: “Ningún estado promulgará ni

hará cumplir ninguna ley que restrinja los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; ni ningún estado privará a
ninguna persona de la vida, la libertad o la propiedad, sin el debido proceso de ley; ni negar a persona alguna dentro de su jurisdicción la
igual protección de las leyes.” Constitución de EE.UU. enmendar. XIV, § 1.
7
Véase, por ejemplo, Dinah Shelton, Prohibited Discrimination in International Human Rights Law, en The Diversity of International Law
266–67 (Aristotle Constantinides & Nikos Zaikos eds., 2010); Polivios G.
33

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Igualdad 33
por una serie de autoridades legales globales.8 De acuerdo con estos puntos de vista establecidos, el
derecho a la igualdad ante la ley requiere la aplicación equitativa de la ley. Esto significa que los jueces y los
funcionarios del Estado no deben actuar de manera arbitraria al hacer cumplir las leyes. Por otra parte, el
derecho a la igual protección de la ley se centra en el contenido de la ley y ordena a los legisladores que
eviten toda discriminación al redactar y promulgar leyes.
Cuando una ley es formalmente igual, o neutral a primera vista, aparentemente trata a todos de manera
idéntica. Sin embargo, tal igualdad formal puede no resultar en una igualdad real o sustantiva, porque puede
ignorar las realidades sociales y en realidad poner en desventaja a individuos o grupos específicos.9
Los legisladores, los tribunales y los organismos de derechos humanos han considerado estos impactos
dispares y han desarrollado enfoques sobre el trato diferenciado, en busca de una protección verdaderamente
“igual” de la ley. Los marcos nacionales e internacionales, como resultado, han promulgado medidas

especiales, o acción afirmativa, para ciertos grupos vulnerables.10


De acuerdo con el texto del artículo 24, la igual protección de la ley —como lo indica el término “en
consecuencia”— resulta de la igualdad ante la ley. Tal formulación no se encuentra en el artículo 26 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que establece en parte: “Todas las personas
son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley. ”11 Durante las
negociaciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se debatió la relación entre los dos
principios, y los delegados, de manera acertada y abrumadora, optaron por presentarlos como
conceptualmente independientes entre sí.12
El artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos también difiere en que ilustra formas de discriminación: “la

La ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas una protección igual y efectiva contra
la discriminación por cualquier motivo, como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política
o de otra índole, el origen nacional o social, la posición económica, el nacimiento o cualquier otra condición”.

Polyviou, La Igual Protección de las Leyes 1–2 (1980); Anja Seibert-Fohr, El ascenso de la igualdad en el derecho
internacional y sus trampas: aprendizaje del derecho constitucional comparado, 35 Brook. J. Int'l L. 1, 22 (2010).

8
Véase, por ejemplo, Nowak, supra nota 5, en 604–608; Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General
No. 18: No discriminación (1989), párr. 12; Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU,
Observación General No. 16: Igual derecho de hombres y mujeres al disfrute de todos los derechos económicos, sociales
y culturales (2005), párr. 9: YATAMA c. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 127, párr. 186 (23 de junio de 2005); Comisión Africana de Derechos Humanos y
de los Pueblos 294/04: Abogados de Zimbabue por los Derechos Humanos e Instituto de Derechos Humanos y Desarrollo
en África (en nombre de Andrew Barclay Meldrum) c. Zimbabue (2009), párr. 96.
9
Véase, por ejemplo, Charles Lawrence, The Id, the Ego, and Equal Protection: Reckoning with Uncious Racism, 39 Stan.
L. Rev. 317, 330 (1987); Bruce Ackerman, Más allá de los productos de Carolene, 98 Harv. L. Rev. 713, 739 (1985);
John Hart Ely, Democracia y desconfianza (1980).
10 Dichos enfoques de acción afirmativa han buscado brindar “igualdad de oportunidades” para los miembros del grupo,
así como, en algunos casos, “igualdad de resultados”. El último enfoque, y su uso de cuotas para lograr resultados
específicos, ha demostrado ser más controvertido. Véase, por ejemplo, Richard Delgado, Affirmative Action as a
Majoritarian Device: Or, Do You Really Want to Be a Role Model?, 89 Mich. L. Rev. 1222, 1223–24 (1991); Kathleen
Sullivan, Pecados de discriminación: Casos de acción afirmativa del último término, 100 Harv. L. Rev. 78, 80–96 (1986).
11 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 16 de diciembre de 1966, S. Tratado Doc. n.º 95-20, 6 ILM 368
(1967), 999 UNTS 171., art. 26 [PIDCP].
12
Véase Nowak, supra nota 5, en 607.
34

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34 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Además, esta sentencia crea una obligación positiva para los Estados Partes de prevenir la discriminación mediante la

promulgación de leyes especiales y otras protecciones.13 Si bien el artículo 24 de la Convención Americana puede no

establecer claramente tal obligación positiva para los legisladores, la Corte Interamericana, como se indica más adelante,

la ha interpretado como tal.

Significativamente, el artículo 24 de la Convención Americana y el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos

Civiles y Políticos establecen derechos autónomos a la igualdad, al igual que las disposiciones de la Carta de los

Derechos Fundamentales de la Unión Europea (Carta de la UE), la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos

(Carta Africana ), la Carta Árabe de Derechos Humanos (Carta Árabe) y la Declaración Universal.14 Por el contrario, el

Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (Convenio Europeo)

solo prevé un derecho “accesorio”; su artículo 14 estipula:

El disfrute de los derechos y libertades enunciados en el presente Convenio se garantizará sin discriminación por

motivos de sexo, raza, color, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, asociación

con una minoría nacional, posición económica, nacimiento u otra condición.15

Tal cláusula prohíbe la discriminación, pero sólo con respecto a los derechos enumerados en el tratado. El artículo 1(1)

de la Convención Americana contiene una disposición similar.

Sin embargo, las garantías del artículo 24 de la Convención Americana, el artículo 26 del ICCPR, el título III de la

Carta de la UE, el artículo 11 de la Carta Árabe y el artículo 3 de la Carta Africana son independientes; es decir, de

acuerdo con estas disposiciones de igualdad, todos

los derechos y beneficios que se encuentran en la legislación nacional de un Estado Parte deben ser salvaguardados

sin discriminación. Esto es así incluso si el Estado no tiene la obligación de un tratado internacional de establecer el

derecho. Para ilustrar, el derecho a la seguridad social no se encuentra en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Sin embargo, el Comité de Derechos Humanos de la ONU concluyó que los Países Bajos, en violación del artículo 26,

habían establecido distinciones de género inadmisibles para recibir ciertos beneficios previstos en la legislación nacional.16

13 id. en 607–608; Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 18: No discriminación (10 de noviembre de
1989), párrs. 1, 12.
14 Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, 2000 DO (C 364), Título III [Carta de la UE]; Declaración Universal,
art. 7; Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, CAB/LEG/67/3 rev. 5, 21 ILM 58, art.
3 (1982) [Carta Africana]; Carta Árabe de Derechos Humanos, Consejo de la Liga de los Estados Árabes, art. 11
(2004), disponible en http://hrlibrary.umn.edu/instree/arabcharter2.html [Carta Árabe].
15 Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, 4 de noviembre de 1950, 213 UNTS
222, art. 14 [Convenio Europeo]. Curiosamente, el Tribunal Europeo ha reconocido que podría haber una violación del artículo
14 incluso si no hay violación de otro artículo de la Convención, a pesar del estado del artículo 14 como una disposición
accesoria. David Harris, Michael O'Boyle y Colin Warbrick, Ley del Convenio Europeo de Derechos Humanos 784 (3.ª ed. 2014).

dieciséis

SWM Broeks v. Países Bajos, Comunicación No. 172/1984, Doc. ONU. CCPR/C/OP/2 (1990), párrs.
12.4, 15; F. H. Zwaan-de Vries c. Países Bajos, Comunicación No. 182/1984, Doc. ONU. CCPR/C/OP/
2 (1990), párrs. 12.4, 15.
35

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Igualdad 35
En 2005 entró en vigor el Protocolo núm. 12, que añade una prohibición general de discriminación al
Convenio Europeo. Establece: “el goce de cualquier derecho establecido por la ley se asegurará sin
discriminación.”17 Sin embargo, el tratado europeo aún carece de reconocimientos expresos de igualdad
ante la ley e igual protección de la ley.18
Por su parte, la jurisprudencia interamericana en materia de igualdad ha sido dinámica durante la
última década, considerando variadas formas de discriminación con resultados tanto esclarecedores como
confusos. Debido a las interpretaciones de la Corte Interamericana de los artículos 24 y 1, las obligaciones
de los Estados se han ampliado, superando con creces las limitadas intenciones de la delegación de los
Estados Unidos durante las negociaciones de la Convención. Muchos temas complejos aún no se han
analizado completamente, incluida la discriminación indirecta y privada, así como la acción afirmativa.
Como se analiza más adelante, los estándares de revisión e incluso los estándares de prueba para el
trato diferenciado siguen siendo inciertos. Estos asuntos desafiantes, así como otros temas cruciales
como los derechos LGBT y el matrimonio entre personas del mismo sexo, serán desarrollados más por el
Sistema Interamericano en su próxima década de trabajo.

II. Fondo

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos preparó un proyecto de Convención Americana para


ser negociado por representantes del Estado en San José, Costa Rica, durante noviembre de 1969.19
Sorprendentemente, el proyecto de la Comisión Interamericana omitió la igual protección de la ley.
Dejando de lado esa evidente diferencia, la propuesta se parecía al artículo 26 del ICCPR:

Todas las personas son iguales ante la ley. La ley prohibirá la discriminación y garantizará a todas
las personas protección igual y efectiva contra toda discriminación por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, condición económica,
nacimiento o cualquier otro condiciones.20

La delegación de EE. UU. propuso eliminar toda la segunda oración porque “crea el peligro de una gran
divergencia de opiniones sobre lo que constituye el cumplimiento del artículo”. 21 El presidente del Comité
I designó un grupo de trabajo, que redactó el

17 Protocolo No. 12 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, 4 de noviembre de 2000, art.

1(1) (énfasis añadido).


18
Informe Explicativo, Protocolo No. 12 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, párr. 15.

Cabe señalar que, no obstante, el Preámbulo del Protocolo establece: “Habida cuenta del principio fundamental según el cual todas las

personas son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección de la ley”.

19 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, doc. 5 (inglés), 22 de septiembre de 1969.

20 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, doc. 5 (inglés), art. 22, 22 de septiembre de 1969.

21 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos y Observaciones y Comentarios de los Gobiernos

Americanos, Documento 13, art. 22, 22 de septiembre de 1969 (inglés).


36

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36 Convención Americana sobre Derechos Humanos

texto que fue aceptado por unanimidad y se convirtió en la versión final.22 Ni la afortunada inserción de “igual

protección de la ley”, ni su formulación como corolario de la igualdad ante la ley (utilizando el término “en

consecuencia”), fueron explicadas en el texto oficial. conferencia


registros.

Más tarde, el informe de la conferencia de la delegación de EE. UU. señaló que había objetado el borrador
de la Comisión Interamericana porque parecía prohibir la discriminación pública y privada.23 La delegación

consideró que la versión final era más limitada y, como resultado, más consistente con la Decimocuarta
Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.24

Aunque las objeciones de EE. UU. eliminaron la orientación del artículo 24 sobre las formas de discriminación,

la Corte Interamericana abordaría posteriormente esta omisión vinculando el artículo 24 a la cláusula de no


discriminación del artículo 1(1), como se explica a continuación.

tercero Alcance de la protección


A. La Relación del Artículo 24 y el Artículo 1

Como se señaló anteriormente, el artículo 24 de la Convención constituye un derecho autónomo a la igualdad.

En contraste, el artículo 1(1) es una disposición accesoria que, entre otras cosas, prohíbe la discriminación

con respecto a los derechos de la Convención Americana.25 Lamentablemente, la interpretación de la Corte


Interamericana de estos dos artículos —ambos como conceptos separados y entre sí— ha sido inconsistente

y, a veces, problemático.

En una de sus primeras opiniones consultivas, el Tribunal reconoció que los dos Artículos “son
conceptualmente no idénticos.”26 Continuó:

Al reconocer la igualdad ante la ley, [el artículo 24] prohíbe todo trato discriminatorio que tenga su

origen en una prescripción legal. La prohibición contra la discriminación tan ampliamente proclamada

en el artículo 1(1) con respecto a los derechos y garantías enumerados en la Convención se extiende
así al derecho interno de los Estados Partes….27

22
Ver pág. 259, Acta de la 13.ª sesión del Comité I, Doc 54 (Rev. 1), 18 de noviembre de 1969.
23
Informe de la Delegación de los Estados Unidos ante la Conferencia Interamericana sobre la Protección de los Derechos
Humanos, pág. 34, 1969.
24 id.

25 El artículo 1(1) de la Convención Americana dispone: “Los Estados Partes en la presente Convención se comprometen a
respetar los derechos y libertades en ella reconocidos y a asegurar a todas las personas sujetas a su jurisdicción el libre y
pleno ejercicio de esos derechos y libertades, sin cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de otra índole, origen nacional o social, situación económica, nacimiento o cualquier otra condición social”.

26
Proyecto de Reformas a las Disposiciones de Naturalización de la Constitución de Costa Rica, Opinión Consultiva OC-4/84,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 4, párr. 54 (19 de enero de 1984).
27 id.
37

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Igualdad 37
Aquí, a pesar de usar el término “igualdad ante la ley”, la Corte en realidad parece referirse a las propiedades

de igual protección del Artículo 24. Sostiene que la prohibición de discriminación del Artículo 1 debe extenderse

a la ley de los Estados Partes, vinculando el Artículo 1 y el 24.

En YATAMA c. Nicaragua, el Tribunal expuso una explicación más detallada de los dos Artículos:

El artículo 24 de la Convención Americana prohíbe cualquier tipo de discriminación, no sólo respecto de

los derechos consagrados en ella, sino respecto de todas las leyes que el Estado dicta y de su aplicación.

En otras palabras, este artículo no se limita a reiterar lo dispuesto en el artículo 1.1 de la Convención

relativo a la obligación de los Estados de respetar y garantizar, sin discriminación, los derechos en ella

reconocidos, sino que, además, establece un derecho que también implica obligaciones para el Estado

de respetar y garantizar el principio de igualdad y no discriminación en la salvaguardia de los demás

derechos y en todas las leyes internas que adopte28.

Por lo tanto, la Corte reconoce el artículo 24 como plenamente integrado por los derechos independientes a la

igualdad ante la ley y la igual protección de la ley. El artículo 24 prohíbe la discriminación en relación con todos

los derechos del Convenio. Además, el artículo 24 prohíbe a los Estados la discriminación en la promulgación y
aplicación de sus leyes. En resumen, el alcance del artículo 24 incluye la obligación contra la discriminación del

artículo 1(1) y la extiende más allá de la Convención hacia la ley y la práctica de los Estados.

Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte da un giro inesperado en Apitz Barbera et al. contra Venezuela. 29

En dicha sentencia de 2008, el Tribunal consideró que si el Estado discrimina respecto de los derechos

consagrados en la Convención, “se produciría una violación del artículo 1.1 y del derecho sustantivo

involucrado”30. Pero si la “discriminación se refiere a la protección desigual del derecho interno, se produciría

una violación del artículo 24.”31 En la decisión posterior Atala Riffo and Daughters c. también se refiere a su

aplicación equitativa.32 En otras palabras, la Corte ahora considera que el alcance del artículo 24 se limita a “la

aplicación o interpretación de una ley interna específica.”33

28 YATAMA v. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 127, párr. 186 (23 de junio de 2005).
29
Apitz Barberá et al. (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 182 (5 de agosto de 2008).

30 id. pareja. 209.


31 id.

32 Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
239, para. 82 (Feb. 24,ÿ2012).

33 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 285 (28 de noviembre de 2012). Véase también Duque v. Colombia,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 310, párr.
94 (26 de febrero de 2016) (haciendo una declaración similar).
38

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38 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Por lo tanto, las leyes estatales y las acciones judiciales discriminatorias han dado lugar a violaciones del artículo 24.34

Sin embargo, las detenciones y expulsiones por parte de funcionarios del Estado,35 o los
“actos discriminatorios basados en expresiones o declaraciones” de paramilitares, han sido
excluidos del ámbito del artículo 24.36 En Dominicanos y haitianos expulsados Vs. República
Dominicana, la Corte explicó que el carácter las detenciones y expulsiones afectaron los
“derechos sustantivos” de las víctimas, tales como el artículo 7 (Derecho a la Libertad Personal)
y el Artículo 22 (Libertad de Circulación y Residencia), junto con “la obligación establecida en el artículo 1(1) …
a respetar los derechos sin discriminación.”37 No sorprende que esta tenue distinción entre el
artículo 24 y el artículo 1(1) no siempre se haya mantenido, dado que los numerosos derechos
de la Convención están invariablemente entrelazados con las leyes estatales y su aplicación.38
La postura del Tribunal aquí dibuja una línea al azar en la arena.
Ciertamente hay una serie de objeciones al enfoque actual de la Corte, que pone gran
énfasis en la disposición accesoria de no discriminación del Artículo 1(1) a expensas del Artículo
24. Sobre todo, el enfoque es contrario a la jurisprudencia del Tribunal en YATAMA y otros
casos, que a su vez refleja la comprensión internacional de los principios de igualdad. Los
derechos a la igualdad ante la ley y a la igual protección de la ley se aplican a todos los
derechos, no simplemente a los asuntos que quedan fuera del alcance de la Convención.39
De esta manera, YATAMA encontró violaciones tanto al Artículo 24 como al Artículo 23
(Derechos Políticos) cuando una ley electoral tuvo un impacto discriminatorio sobre los derechos
de voto.40 La conexión establecida entre los dos derechos, que no implicaba que el Artículo 24 fuera

34 Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 228 (29 de mayo de 2014); Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 239, párr.
146 (24 de febrero de 2012).

35 Dominicanos y Haitianos Expulsados Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 404 (28 de agosto de 2014).
36 Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 270, párr.
335 (20 de noviembre de 2013).

37 Dominicanos y Haitianos Expulsados Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 404 (28 de agosto de 2014).
38 Véase Véliz Franco et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. DH (ser. C) No. 277 (19 de mayo de 2014) (al considerar una investigación penal defectuosa, la Corte evitó hacer la distinción y encontró una

violación del artículo 24 “en relación con la obligación de no discriminación contenida en el artículo 1( 1)”); Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa

Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257 (28 de noviembre de 2012) (donde se

determina que la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica no estaba relacionada “con la aplicación o interpretación de una ley interna específica

que regula [la fecundación in vitro]” ).

39
Por ejemplo, YATAMA c. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 127, párr. 186 (23 de junio de 2005) (“El artículo 24 de la Convención Americana prohíbe todo tipo de discriminación, no sólo

respecto de los derechos consagrados en ella, sino también respecto de todas las leyes que adopte el Estado y de su aplicación”); Nowak, supra nota 5, en

628.

40 id. pareja. 229.


39

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Igualdad 39
meramente accesoria del artículo 23, fue encomiada en votos razonados por los jueces Cançado Trindade
y García Sayán.41
De manera similar, cuando un reglamento penitenciario en López Álvarez c. Honduras restringió
indebidamente la libertad de expresión de los miembros de la comunidad garífuna, el Tribunal encontró
violaciones tanto del artículo 24 como del artículo 13 (Libertad de expresión) de la Convención.42 En Yean
y Bosico c. República Dominicana, las prácticas discriminatorias que privaron a dos niños de su nacionalidad
resultaron en violaciones a los artículos 24 y 20 (Derecho a la Nacionalidad).43 Así, en el enfoque anterior
de la Corte, si la discriminación resultó en la violación de un
derecho convencional, se encontró violado tanto el artículo 24 como el artículo adicional correspondiente. Si
no se violó un derecho adicional del Convenio, pero el Estado aún cometió discriminación, entonces el
artículo 24 fue violado por sí mismo.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU adopta una postura similar. Esto es instructivo porque, como
se señaló en la Introducción, el Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos presenta
derechos autónomos comparables a la igualdad ante la ley ya la igual protección de la ley. El artículo 26,
según el Comité de Derechos Humanos, “prohíbe la discriminación de hecho o de derecho en cualquier
ámbito regulado y protegido por las autoridades públicas”.44 Además, el artículo 2 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos tiene una disposición accesoria similar al artículo 1 de la Convención
Americana. ción resulta en la violación de los derechos del Pacto, el Comité de Derechos Humanos ha
encontrado violaciones de las disposiciones sustantivas relevantes del tratado junto con el artículo 26.45
Esto replica el enfoque anterior de la Corte Interamericana: se entiende que el artículo 26 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos incluye todos los derechos enumerados en su tratado.
Además, el cambio de dirección de la Corte Interamericana se desvía del camino pro-víctima del Tribunal
y de la interpretación pro homine de la Convención. El hecho de que el artículo 1(1) contenga una disposición
contra la discriminación con respecto a la Convención

41
Ver id., Voto Razonado del Juez Antônio Cançado Trindade, párr. 6, y Voto Razonado de Diego García-Sayán, párr. 31

42
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 174 (1 de febrero de

2006).

43 Yean y Bosico Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 130, párr. 174 (8 de septiembre de 2005).


44
Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 18: No discriminación (10 de noviembre de 1989), párr. 12. Véase también

Martínez de Irujo c. España, dictamen, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Comunicación No. 1008/2001, párr. 6.5, Doc. ONU. CCPR/C/

80/D/1008/2001 (15 de junio de 2004) (reitera que el artículo 26 “es una disposición independiente que prohíbe toda discriminación en cualquier

esfera regulada por un Estado parte en el Pacto”).


45
Por ejemplo, Umarova c. Uzbekistán, dictamen, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Comunicación No. 1449/2006, párr. 8.8, Doc. ONU.
CCPR/C/100/D/1449/2006 (19 de octubre de 2010) (“El Comité considera que el arresto, el juicio y la condena del Sr. Umarov tuvieron como

resultado que le impidieran expresar sus opiniones políticas.

En consecuencia, el Comité determina que el Estado parte violó los derechos del Sr. Umarov en virtud del artículo 19, párrafo 2, y el artículo 26

del Pacto”); Sudalenko c. Bielorrusia, dictamen, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Comunicación No. 1354/2005, párr. 6.7, Doc. ONU.

CCPR/C/100/D/1354/2005 (1 de noviembre de 2010) (“la negativa a registrar al autor como candidato para las elecciones de 2004… no se basó
en criterios objetivos y razonables y es, por lo tanto, incompatible
(b), leídocon
en las obligaciones
conjunto del Estado
con el artículo parte en
2, párrafo 1, virtud del artículo
y el artículo 26 del25, párrafos (a) y
Pacto.”).
40

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40 Convención Americana sobre Derechos Humanos

los derechos no deben sustraer esta cualidad del artículo 24.46 El artículo 24 abarca derechos amplios
y autónomos; su estatura es mayor y su alcance es más amplio que la prohibición de discriminación
accesoria del artículo 1(1).47
Una violación del Artículo 24 también condena claramente la discriminación, poniendo a los Estados
sobre aviso y probablemente brindando más satisfacción a las víctimas. En contraste, una violación del
Artículo 1(1) ya ocurre en la jurisprudencia de la Corte cada vez que se viola un derecho sustantivo, se
encuentre o no discriminación. Esto se debe a que una violación de los derechos humanos resulta
necesariamente de la falta de respeto o garantía por parte del Estado del derecho en cuestión, que son
obligaciones clave del artículo 1(1).48 Simplemente encontrar otra violación de las obligaciones del artículo 1(1):
incluso si se enfatiza el aspecto de la discriminación— oscurece la conclusión de la Corte y disminuye
su impacto. En resumen, es cierto que bajo el marco actual de Apitz Barbera, la Corte todavía prohíbe
completamente la discriminación de hecho y de derecho. Sin embargo, por las razones conceptuales y
prácticas descritas, el Tribunal debe volver a su manera anterior de interpretar el Artículo 24.49

B. La evaluación de la discriminación

1. Definiciones y Obligaciones del Estado

Para hacer cumplir los principios de igualdad, los grupos y las personas recurren a los tribunales
nacionales o internacionales y denuncian los casos de discriminación. Sin embargo, como ya se señaló,
el artículo 24 carece de una definición de este principio. Para muchos, la discriminación significa
distinciones odiosas basadas en raza, género, etnia, identidad sexual u otra condición. Sin embargo, la
discriminación también se refiere a muchas otras formas irrazonables de trato diferencial con respecto a
personas en situaciones similares.50 Por ejemplo, un Estado trató a algunas personas de manera
diferente a otras en la resolución de sus reclamaciones de compensación, aunque todas se encontraban
en situaciones comparables; esto condujo a la decisión de discriminación de la Corte Interamericana.51

46 An approach bolstering human rights would seek to accumulate the protections of the American Convention. Óscar Parra Vera,
Marianne González Le Saux y en la jurisprudencia de la Corte Interamericana
Concepciones
a propósito
y cláusulas
del Caso
de igualdad
Apitz, 47For
Revista
an opposing
IIDH 127
view,
(2008).
see

47 Véase Opinión Separada del Juez Rodolfo E. Piza, Propuesta de Reforma a las Disposiciones de Naturalización de
la Constitución de Costa Rica, Opinión Consultiva OC-4/84, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 4, párr. 9 (19 de
enero de 1984); Nowak, supra nota 5, en 604–605; Anne Bayefsky, El principio de igualdad o no discriminación en el
derecho internacional, 11 HRLJ 1, 3–4 (1990).
48
Ej., Corte Suprema de Justicia (Quintana Coello y otros) c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 266, párr. 183 (23 de agosto de 2013); Velásquez Rodríguez v. Honduras, 1988
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 162 (29 de julio de 1988).
49 Si la Corte vuelve a su enfoque anterior, también podría enfatizar la disposición de no discriminación del artículo 1(1)
siempre que se violen los derechos del Convenio.
50
Véase, por ejemplo, Shelton, supra nota 7, en 261–62; Bayefsky, supra nota 47, en 11–18.

51 Esta es una explicación simplificada de la sentencia Barbani Duarte et al. v.Uruguay. Véase Barbani Duarte et al. c.
Uruguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter. Soy. Connecticut. HR (ser. C) No. 234, párr. 185 (13 de
octubre de 2011) (“las víctimas [sufrieron] un trato arbitrario y discriminatorio, porque el Estado no garantizó una
41

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Igualdad 41
La Corte y la Comisión Interamericanas prohíben todas estas formas de discriminación. En
general, han seguido la jurisprudencia de la Corte Europea, también respaldada por el Comité de
Derechos Humanos de la ONU y otras autoridades, que define ampliamente la discriminación como
un trato diferencial que carece de una “justificación razonable y objetiva”. 52 De esta manera, la
jurisprudencia interamericana ha sostenido que tal trato solo es permisible si es “razonable, objetivo
y proporcionado y no viola los derechos humanos.”53
Además, el Sistema Interamericano condena enérgicamente la discriminación que perjudica a
los grupos sociales desfavorecidos. Como se señaló anteriormente, la Corte ha vinculado el artículo
1(1) al artículo 24. En consecuencia, el artículo 24 aplica los parámetros del artículo 1(1), que
prohíben la discriminación “por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, política o de otro tipo”.
opinión, origen nacional o social, condición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.”54
Como lo señala “cualquier otra condición social”, esta es una lista abierta de criterios, que permite
la progresión de la ley de derechos humanos. Al interpretar esta frase, la Corte ha afirmado que
“siempre es necesario optar por la alternativa más favorable a la protección de los derechos
consagrados en dicho tratado, con base en el principio de la regla más favorable al ser humano”55.
Siguiendo este principio, el Tribunal ha agregado la orientación sexual, el origen étnico, la
discapacidad y el estado serológico respecto del VIH a la lista de categorías prohibidas.56
Actualmente, la Corte también cita a la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación Racial y la Convención sobre la Eliminación de Todas las

adecuada motivación de las decisiones del Banco Central que resolvieron sus pretensiones … que permitiera verificar la aplicación objetiva

de los criterios utilizados para determinar el requisito de ausencia de consentimiento”).


52
Por ejemplo, caso lingüístico belga, Eur. Connecticut. HR (1968), párr. 10; Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General

No. 18: No discriminación (10 de noviembre de 1989), párr. 13 (“no toda diferenciación de trato constituirá discriminación, si los criterios para

tal diferenciación son razonables y objetivos y si el objetivo es lograr un fin que es legítimo en virtud del Pacto”).

53
Por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 248 (23 de noviembre de 2010); Proyecto de Reformas a las Disposiciones de Naturalización de la Constitución de

Costa Rica, Opinión Consultiva OC-4/84, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 4, párr. 56 (enero.

19, 1984). La Comisión Interamericana ha señalado que “una distinción basada en criterios razonables y objetivos (1) persigue un fin legítimo

y (2) emplea medios proporcionales al fin perseguido”. Morales de Sierra v. Guatemala, Caso 11.625, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No.

4/01, OEA/Ser. L./V/II.114, doc. 5 rev. (2002), párr. 31. Como se explica más adelante en este capítulo, la Corte ha incorporado cada vez

más una prueba analítica tan explícita en su jurisprudencia.

54 Convención Americana, art. 1(1).


55
Por ejemplo, Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 239, párr. 84 (24 de febrero de 2012); Colegiación Obligatoria Prescrita por la Ley para el Ejercicio del Periodismo (arts. 13 y 29

Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-5/85, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 5, párr. 52 (13 de

noviembre de 1985).

56 Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 239, párr. 93 (24 de febrero

de 2012) (añadiendo orientación sexual); Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párrs. 204–206 (29 de mayo de 2014) (origen

étnico); Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párr. 105 (4 de julio

de 2006) (invalidez); González Lluy et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. RRHH (ser.

c) no 298, párr. 255 (1 de septiembre de 2015) (estado de VIH).


42

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42 Convención Americana sobre Derechos Humanos

formas de discriminación contra la mujer al evaluar la discriminación.57 Estos tratados, según el


Tribunal,

llevar a la conclusión de que discriminación es toda distinción, exclusión, restricción o


preferencia basada en razones prohibidas que tenga por objeto o efecto anular o menoscabar
el reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de los derechos humanos y
las libertades fundamentales en el campo político, económico, social, cultural o cualquier
otro.58

Además, la Corte y la Comisión se han basado en instrumentos regionales especializados para


enfatizar la fuerte conexión entre la violencia contra las mujeres y la discriminación.59

En los últimos años, el Tribunal ha esbozado amplias obligaciones del Estado en el campo de la
ley de igualdad. Los Estados “deben abstenerse de realizar acciones que de cualquier manera
estén directa o indirectamente diseñadas para crear situaciones de discriminación de jure o de facto.”60
La Corte, entonces, prohíbe la “discriminación indirecta”, que ocurre cuando “leyes, acciones,
políticas u otras medidas”, a pesar de formulaciones aparentemente neutrales o generales, ejercen
un impacto desproporcionado sobre “ciertos grupos vulnerables”61.
Asimismo, los Estados “están obligados a adoptar medidas de acción afirmativa para revertir o
cambiar situaciones discriminatorias en sus sociedades que perjudiquen a un grupo específico de
personas”62. La Corte ha precisado que tales medidas deben contemplar “la situación de

57 Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, 660 UNTS 195, GA
Res. 2106 (XX), Anexo, 20 UN GAOR Supp. (No. 14) en 47, UN Doc. A/6014 (1966); Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, 1249 UNTS 13, GA Res. 34/180, 34 ONU
Suplemento GAOR (No. 46) en 193, UN Doc. A/34/46 (1980).

58 Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 198 (29 de mayo de 2014).
59
Por ejemplo, Véliz Franco et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 277, párr. 207 (19 de mayo de 2014) (citando, entre otros, la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer y el Convenio del Consejo de Europa para Prevenir y Combatir la
Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica); González et al.
(“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 394 (16 de noviembre de 2009); Lenahan et al. v. Estados Unidos, Caso 12.626, Inter-Am.
Comm'n HR, Informe No. 80/11, OEA/Ser.L/V/II, doc. 69, párr. 110 (2011).
60
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 201 (29 de mayo de 2014); Condición Jurídica y
Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.
H.R. (ser. A) No. 18, para. 103 (Sept. 17,ÿ2003).
61
Por ejemplo, dominicanos y haitianos expulsados c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 263 (28 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c.
República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párr.
235 (24 de octubre de 2012).
62
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 201 (29 de mayo de 2014);
43

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Igualdad 43
debilidad y miseria” de los miembros de estos grupos.63 Significativamente, el Tribunal también
ha interpretado el artículo 24 para prohibir la discriminación privada: el Estado tiene un “deber
especial de protección” contra las acciones privadas que “crean, mantienen o fomentan situaciones
discriminatorias” con la “tolerancia o aquiescencia” del Estado64.

2. La Progresión de la Jurisprudencia de la Corte: Discriminación de Derecho y de Hecho


una. Introducción

Desde la Opinión Consultiva No. 4 de 1984, el Tribunal Interamericano ha reconocido, al igual que
otros tribunales, que la determinación de distinciones “razonables y objetivas” requeriría una
prueba analítica.65 Consideró que no habría discriminación “cuando la clasificación
ciones seleccionadas se basan en diferencias fácticas sustanciales y existe un razonable

relación de proporcionalidad entre estas diferencias y los fines de la norma jurídica bajo revisión.”66
El propósito no puede ser “arbitrario, caprichoso, despótico o en conflicto con la unidad esencial y
la dignidad de la humanidad.”67 Es decir, debe estar plenamente alineado con los múltiples
derechos humanos y libertades establecidos en el derecho internacional.68
La Corte ofreció ejemplos de distinciones permisibles. “No puede considerarse discriminación
por razón de edad o condición social” cuando la ley limite “la capacidad jurídica de los menores o
incapaces mentales que carezcan de capacidad para proteger sus intereses”69. Mecanismos
estatales de control de entrada y salida de los migrantes son aceptables, siempre y cuando se
garantice el “debido proceso y la dignidad humana”.70

Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.

H.R. (ser. A) No. 18, para. 103 (Sept. 17,ÿ2003).


63
Chitay Nech et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 212, párr. 106 (25 de mayo de 2010).


64
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 201 (29 de mayo de 2014); Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes

Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.

H.R. (ser. A) No. 18, para. 104 (Sept. 17,ÿ2003).


sesenta y cinco

Proyecto de Reformas a las Disposiciones de Naturalización de la Constitución de Costa Rica, Opinión Consultiva OC-4/84, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. A) No. 4, párr. 57 (19 de enero de 1984). Gerald Torres ha observado que, durante el litigio de los primeros casos de

comunidades indígenas y afrolatinas de la Corte, las violaciones del artículo 24 no se denunciaron con mucha frecuencia, aunque la

discriminación fue un tema central. Gerald Torres, Pueblos Indígenas, Pueblos Indígenas Afro y Reparaciones, en Reparaciones a los Pueblos

Indígenas: Perspectivas Internacionales y Comparadas 138 (Federico Lenzerini ed., 2008).

66 id.

67 id.

68 See Rodrigo Uprimny Yepes & Luz María Sánchez Duque, Artículo 24:ÿ Igualdad ante la ley, in La Convención Americana Sobre Derechos
Humanos Comentada 594 (Christian Steiner & Patricia Uribe eds.,ÿ2014).

69
Proyecto de Reformas a las Disposiciones de Naturalización de la Constitución de Costa Rica, Opinión Consultiva OC-4/84, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. A) No. 4, párr. 56 (19 de enero de 1984).


70
Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.

H.R. (ser. A) No. 18, para. 119 (Sept. 17,ÿ2003).


44

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44 Convención Americana sobre Derechos Humanos

De esta forma, la Corte evaluaría si la distinción en cuestión persigue un propósito


gubernamental legítimo de manera proporcionada. Por supuesto, antes de que comience este
análisis, es necesario demostrar que realmente se ha producido un trato diferenciado. A menudo
es más difícil probar de manera concluyente el trato diferenciado en la práctica que cuando está
establecido por ley. Identificar la discriminación de facto puede ser un ejercicio complejo, intensivo
en hechos, una empresa especialmente desafiante para un tribunal internacional remoto con
recursos limitados.71 Debido a estos obstáculos prácticos, la Corte Interamericana ha encontrado
menos casos de discriminación de hecho.72

B. Oponentes políticos percibidos


Apitz Barberá et al. v. Venezuela involucraba a jueces que habían sido destituidos, supuestamente
“para allanar el camino a jueces favorables al gobierno y a la ideología política de [Chávez]
Gobierno.”73 Los peticionarios argumentaron que su apelación fue decidida mucho más
lentamente que una apelación presentada por otra persona. El Tribunal Interamericano finalmente
concluyó que el tribunal nacional no se involucró en un trato diferenciado: las dos apelaciones
eran de “naturaleza diferente”, ya que involucraban diferentes cuestiones y procedimientos de reparación.74
Sin embargo, la Corte aún encontró violaciones al debido proceso de los jueces y ordenó su
reposición75.

Dos sentencias más contra Venezuela, Perozo y otros. y Ríos et al., sobre la supuesta
discriminación contra periodistas en el acceso a la información.76 Los peticionarios habían
trabajado para estaciones de televisión a menudo críticas con el gobierno de Chávez.77 Afirmaron
que el gobierno de Chávez había bloqueado su cobertura de eventos oficiales, mientras que los
medios estatales se permitió el acceso a los puntos de venta78. En ninguno de los casos se
probaron las alegaciones a satisfacción de la Corte. En Perozo, la Corte observó que la única
prueba aportada por los peticionarios, un video, parecía mostrar que todos los periodistas que intentaron acceder

71 Véase De La Cruz Flores c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 115,
paraca. 115 (18 de noviembre de 2004) (que muestra moderación en esta área).

72 Miranda Cortés et al. v. El Salvador ofrece una interesante decisión sobre discriminación de facto de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos. Miranda Cortez et al. v. El Salvador, Caso 12.249, Inter-Am.
Comm'n HR, Informe No. 27/09, OEA/Serv.L/V/II, doc. 51 corrección 1, párrs. 68–75 (2009). El caso se refería a un paciente con VIH
que fue obligado por empleados de un hospital estatal a beber de un vaso con la etiqueta “XXX”. No se estableció un reglamento
hospitalario general que exigiera tales etiquetas para pacientes con VIH. La Comisión consideró que el trato discriminatorio es
“totalmente irrazonable y denigrante”, estigmatizando a la víctima; como resultado, El Salvador fue retenido en violación del Artículo
24. Id. paraca. 74.
73
Apitz Barberá et al. (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 182, párr. 4 (5 de agosto de 2008).
74 id. pareja. 215.
75 id. pareja. 267.
76 Perozo et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 195 (28 de enero de 2009); Ríos et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 194 (28 de enero de 2009).
77 Perozo etÿal. v.ÿVenezuela, para. 380; Ríos etÿal. v.ÿVenezuela, para.ÿ349.
78 Perozo etÿal. v.ÿVenezuela, para. 382; Ríos etÿal. v.ÿVenezuela, para.ÿ342.
45

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Igualdad 45
al Palacio Presidencial se les prohibió la entrada, no sólo a los peticionarios.79 El Tribunal enfatizó
que no se había presentado ninguna otra prueba que pudiera demostrar trato diferencial, como
declaraciones oficiales.80

En Ríos, una de las periodistas peticionarias, Anahís Cruz, denunció que una autoridad militar le
había impedido participar en una conferencia de prensa. Cruz había presentado pruebas en video que
mostraban una entrevista con un soldado de alto rango, en la que afirma que otro funcionario le pidió
a Cruz que abandonara la conferencia.81 El Estado cuestionó todas las acusaciones de discriminación.
En su sentencia, la Corte no estudió detenidamente el video ni explicó por qué no ofrecía prueba
suficiente de trato diferenciado. También resulta preocupante la conclusión de la Corte sobre este
punto: “no se probó en el presente caso la existencia de obstáculos sistemáticos al acceso a las
fuentes oficiales de información, ni un trato discriminatorio por parte de las autoridades estatales hacia
las presuntas víctimas”82 . Si es necesario demostrar los "obstáculos sistemáticos", esto claramente
implicaría una carga de la prueba inaceptablemente alta. Solo un acto de trato diferenciado debería ser
suficiente para un Artículo 24
evaluación.

C. Grupos desfavorecidos
A diferencia de los casos venezolanos, se probó discriminación de facto en Yean y Bosico 83 Los
República Dominicana. peticionarios intentaron inscribir sus nacimientos y convertirse en v.
nacionales de la República Dominicana. Ambos tenían menos de 13 años en ese momento y, a juicio
de la Corte, cumplían con los requisitos legales del Estado para esa categoría de edad.84 Sin embargo,
las autoridades dominicanas exigieron una documentación más extensa de los peticionarios, de
acuerdo con los requisitos de registro de un categoría de edad. El Tribunal concluyó que “las
circunstancias de los niños Yean y Bosico no diferían de las de otros niños dominicanos”.

niños menores de 13 años de una manera que podría justificar el aumento de los requisitos” para el
registro de nacimiento.85
En consecuencia, la Corte sostuvo que “el Estado actuó de manera arbitraria, sin utilizar criterios
razonables y objetivos”, lo que condujo a una violación del artículo 24, entre otros derechos86. La
Corte no consideró expresamente si se había articulado un propósito legítimo por parte del Enunciar o
realizar de otro modo una prueba analítica. No obstante, cabe señalar que el Tribunal observó

79 Perozo etÿal. v.ÿVenezuela, para.ÿ393.


80 id.

81 Ríos etÿal. v.ÿVenezuela, Preliminary Objections, Merits, Reparations, and Costs, Judgment, Inter-Am. Ct. H.R. (ser. C) No. 194, para.
231 ( Jan. 28, 2009)ÿ(in the original Spanish:ÿ“En el video presentado por los represent antes, se observa una entrevista a un militar de
alto rango, en la que éste se refiere a un incidente ocurrido entre la periodista Cruz y un oficial del Ejército y le solicita a la periodista
retirarse.”).
82 id. pareja. 351.

83 Yean y Bosico c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 130 (8 de septiembre de 2005).
84 id. mejor. 164–166.
85 id. pareja. 165.
86 id. pareja. 166.
46

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46 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que “el trato discriminatorio impuesto … a los niños” se “situó en el contexto de la situación de
vulnerabilidad de la población haitiana y dominicana de origen haitiano en la República
Dominicana, a la cual pertenecen las presuntas víctimas”87.
En López Álvarez v. Honduras, una prisión prohibía a los miembros de la cultura garífuna
hablar su idioma nativo dentro de sus límites.88 El Estado no ofreció ninguna defensa ni
justificación para el trato diferenciado. El Tribunal sostuvo

la observancia de las normas en el trato colectivo de los detenidos dentro de un crimi

centro nal no otorga al Estado … la potestad legal de limitar, de manera injustificada, la


libertad de las personas para expresarse por cualquier medio y en el idioma que elijan89.

Al determinar que “la prohibición adquiere una especial gravedad, ya que la lengua materna
representa un elemento de la identidad [del peticionario] … como garífuna”, dictaminó violaciones
tanto del artículo 24 como del artículo 13, Libertad de Expresión.90 ninguna prueba explícita
articulada para encontrar discriminación. Aún así, parecía implícito, ya que la Corte consideró si
el Estado tenía un propósito para la regulación, y luego consideró que la medida de prisión era
desproporcionada para los intereses públicos o de seguridad.
En otra sentencia que involucraba a poblaciones étnicas, YATAMA c. Nicaragua, una ley
electoral requería que los candidatos a elecciones municipales obtuvieran el patrocinio de
partidos políticos. El Tribunal consideró que la restricción “imponía a los candidatos de YATAMA
una forma de organización ajena a sus usos, costumbres y tradiciones como requisito para
ejercer el derecho a la participación política”91. Aunque el lenguaje de la ley no era tan
flagrantemente discriminatorio como la clasificación en López Álvarez, resultó en impactos
dispares, es decir, consecuencias negativas significativas para las comunidades indígenas.
En YATAMA, la Corte utilizó una prueba de ponderación más detallada, aunque el análisis se
simplificó porque el Estado, como en López Álvarez, no defendió la ley bajo
revisión. El Tribunal observó:

El Estado no ha justificado que esta restricción obedezca a un fin útil y oportuno, que la
haga necesaria para satisfacer un interés público urgente. Por el contrario, esta restricción
implicaba un impedimento al pleno ejercicio del derecho a ser elegido de los miembros de
las comunidades indígenas y étnicas….92

87 id. pareja. 168.


88
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141 (1 de febrero de
2006).
89 id. pareja. 168.
90 id. pareja. 169.
91 YATAMA v. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 127, párr. 218 (23 de junio de 2005).
92 id.
47

Machine Translated by Google

Igualdad 47
Aquí se sugieren varios criterios para un objetivo gubernamental legítimo, incluidos “útil”, “oportuno”
y “urgente”. Además, la clasificación legal aparentemente debería ser “necesaria” para satisfacer tal
interés. La Corte concluyó que debido a que los derechos políticos fueron limitados “más de lo
estrictamente necesario” por una “restricción desproporcionada”, el Estado violó tanto el artículo 23
(Derechos Políticos) como el artículo 24, entre otras disposiciones de la Convención93.

Aunque un caso posterior, González et al. (“Campo Algodonero”) v. México, no desarrolló más el
análisis y la terminología emergentes de YATAMA, proporcionó un fallo histórico sobre el femicidio
de Ciudad Juárez.94 Este impactante ciclo de violencia comenzó en la década de 1990 y dejó a
cientos de mujeres muertos durante más de una década.95 La Corte condenó la “ cultura de

discriminación contra las mujeres que influyó en los asesinatos” de México. crímenes y desencadenó
nuevos ataques contra las mujeres.97

Emitida después de Apitz Barbera (ver Sección III(A) supra), la sentencia no conceptualizó la
discriminación como una violación del artículo 24, sino como un incumplimiento de la “obligación de
no discriminar” de México contenida en el artículo 1(1) de la Convención, en relación con la obligación
de garantizar [los derechos a la vida, a la integridad personal, a la libertad y al acceso a la justicia]”98.

Fernández Ortega et al . y Rosendo Cantu et al. las sentencias también involucraron una violencia
escalofriante contra las mujeres en México.99 Ambos casos abordaron las violaciones perpetradas
por soldados mexicanos contra mujeres indígenas, así como la impunidad en curso por estos crímenes.
La Corte sostuvo que “para garantizar el acceso a la justicia de los miembros de las comunidades
indígenas”, los Estados deben “brindar una protección efectiva que tenga en cuenta sus
particularidades, características sociales y económicas, así como su situación de especial vulnerabilidad,

93 id. paraca. 220. Cabe señalar que la Corte observó que los candidatos se vieron afectados tanto por “discriminaciones legales como reales”.

ción.” Identificación. paraca. 224.

94 González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 205 (16 de noviembre de 2009).
95
La violencia de género rampante ha continuado en México. Véase, por ejemplo, Nina Lakhani, Estado mexicano conocido por problemas de

violencia de género Alerta de emergencia, The Guardian (29 de julio de 2015), http://www.theguardian.com/world/

2015/jul/29/mexico-género-mujeres-violencia-emergencia-alerta-edomex; Damien Cave, Ola de violencia se traga a más mujeres en Juárez,

NY Times (23 de junio de 2012), http://www.nytimes.com/2012/06/24/world/

americas/ola-de-violencia-se-traga-mas-mujeres-en-juarez-mexico.html?_r=0.

96 González et al. (“Campo Algodonero”) Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 399 (16 de noviembre de 2009).

97 id. párrs. 400–401. Ver también Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Acceso a la Justicia para Mujeres Víctimas de Violencia en

las Américas, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 68 (20 de enero de 2007), disponible en http://www.cidh.

org/women/Access07/tocaccess.htm (explicando, entre otros puntos, diversas fallas gubernamentales en la respuesta a casos de violencia

contra las mujeres).

98 id. pareja. 402.

99 Rosendo Cantú et al. v. México, 2010 Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 216 (Aug. 31, 2010); Fernández Ortega et al. v. México, 2010 Inter-Am.

Cto. HR (ser. C) No. 215 (Aug. 30, 2010).


48

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48 Convención Americana sobre Derechos Humanos

derecho consuetudinario, valores, costumbres y tradiciones”100. Las sentencias señalaron que las
víctimas, que no hablaban español, no habían podido presentar denuncias u obtener información
relevante en su idioma nativo101. Para el Tribunal, estos hechos “implicaron un trato que no
consideraron la situación de vulnerabilidad de [las víctimas] por razón de [su] lengua y etnia”, y fueron
suficientes para constituir discriminación102 . Al igual que González, las sentencias no citaron el
artículo 24, sino que encontraron violaciones a la “obligación” de México. ción para garantizar, sin
discriminación, el derecho de acceso a la justicia, de conformidad con los artículos 8.1 y 25 de la
Convención Americana, en relación con el artículo 1.1.”103
En Vélez Loor v. Panamá, los peticionarios alegaron una práctica “generalizada” de discriminación
contra migrantes en Panamá, además de discriminación específica contra Jesús Tranquilino Vélez
Loor, migrante indocumentado de Ecuador.104 La Corte concluyó que los peticionarios no presentaron
prueba suficiente para probar una práctica generalizada en la sociedad105. Los informes de la ONU
y otros documentos presentados sobre el tema no abordaron el reclamo con precisión, según la
sentencia. Por ejemplo, algunos documentos fueron elaborados con posterioridad a la época de los
hechos del caso, y otros se centraron únicamente en las personas refugiadas y migrantes de
Colombia. En cuanto a Vélez Loor en particular, la Corte consideró que se le había negado asistencia
consular y asesoría legal, entre otras garantías del debido proceso106. Sin mucho más, y a pesar de
las objeciones del Estado al respecto, la Corte sostuvo que el Estado incumplió con “su obligación de
garantizar, sin discriminación, [su] derecho de acceso a la justicia en los términos de los artículos 8.1
y 25 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1”107.

D. Síntesis
Vélez Loor, al igual que sentencias anteriores, tomó nota de la “situación de vulnerabilidad grave”
del peticionario como “migrante irregular” .108 López Álvarez, Yean and Bosico, YATAMA, González
et al., Fernández Ortega et al., y Rosendo Cantú también involucraron a miembros de grupos
vulnerables, y resultaron en fallos judiciales de discriminación. El Tribunal no articuló rigurosamente
ni aplicó una prueba analítica en estas decisiones, y sus discusiones fueron breves.
Sin embargo, los resultados parecen indicar un estándar más exigente de revisión judicial, recordando
el enfoque de la Corte Suprema de EE. UU. para las "clasificaciones sospechosas", como la raza. El

100 Rosendo Cantú et al. v. México, para. 184; Fernández Ortega et al. v. México, para. 200. See also Tiu Tojín v. Guatemala, Méritos,
Reparaciones, and Costes, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 190, para. 96 (Nov. 26, 2008).

101 Rosendo Cantu et al. v. México, párr. 185; Fernández Ortega et al. v. México, párr. 201.
102 id.
103 id.

104 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 218, párr. 246 (23 de noviembre de 2010).
105 id. pareja. 251.
106 id. mejor. 148, 160, 181.
107 id. pareja. 254.
108 id.
49

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Igualdad 49
La prueba de “escrutinio estricto” de la Corte Suprema requiere que dichas clasificaciones sean “estrictamente

adaptadas” para servir a un interés estatal “imperativo”.109

En los casos de Venezuela discutidos anteriormente, el Tribunal Interamericano reconoció


la posibilidad de discriminación estatal basada en la opinión política, otra categoría prohibida
enumerada en el artículo 1(1) .110 llegó a ese punto en su análisis, porque el trato diferencial
no había sido probado a su satisfacción. En general, la Corte debería haber ofrecido más
orientación en estos casos sobre cómo fundamentar el trato desigual.

3. Atala Riffo y el enfoque actual de la Corte sobre la discriminación

la sentencia de 2012 Atala Riffo e Hijas c. Chile, 111 la Corte adelantó su En

jurisprudencia sobre igualdad en dos aspectos: (1) aplicó una prueba analítica más transparente
y deliberada para evaluar la discriminación en general, y (2) avanzó más hacia los enfoques de
la Corte Suprema de EE. UU. y la Corte Europea en el caso de categorías sospechosas .112
Atala Riffo se refería, en parte, al trato discriminatorio e injerencia en la vida privada y familiar
que sufrió Karen Atala Riffo debido a su orientación sexual. Entre otros aspectos, el Tribunal
Interamericano consideró que, debido al trato discriminatorio de los tribunales chilenos, Atala
Riffo perdió la custodia de sus hijas y fue objeto de un proceso disciplinario que investigó su
idoneidad como juez penal113.

Luego de ciertas cuestiones preliminares, la Corte inició su análisis evaluando si se había


producido un trato diferenciado114. El Tribunal señaló que sería “suficiente para
constató que, en cierta medida, [su] orientación sexual fue tomada en cuenta, explícita o
implícitamente, en la adopción de una determinada decisión [judicial]”115 . Procedió a examinar
las decisiones de los tribunales chilenos, considerando sus “argumentos, ” así como “sus acciones,

109
Por ejemplo, Johnson v. California, 543 US 499, 505 (2005); Adarand Constructors, Inc. v. Peña, 515 US 200, 227 (1995).

110
Por ejemplo, Perozo et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 195, párr. 380 (28 de enero de 2009); Ríos et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 194, párr. 349 (28 de enero de 2009). Ver también

Granier et al. (Radio Caracas Televisión) vs Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 293, párr. 235 (2015) (declarando trato discriminatorio en el ejercicio de la libertad de expresión, con base en la opinión política de

los peticionarios).

111 Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 239 (24 de febrero de 2012).


112
Ver Uprimny Yepes & Sánchez Duque, supra nota 68, en 598 (que indica que la Corte utiliza una prueba más clara para la discriminación en Atala

Riffo).

113 Atala Riffo e Hijas Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

Bien. 239, párrs. 30–222 (24 de febrero de 2012).


114
En un asunto preliminar clave, como se señaló anteriormente, la Corte determinó que la orientación sexual debe agregarse a la lista de categorías

prohibidas del Artículo 1(1). Identificación. paraca. 93.

115 id. pareja. 94.


50

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50 Convención Americana sobre Derechos Humanos

el lenguaje utilizado y el contexto en el que se tomaron las decisiones judiciales”116. La Corte


consideró que “la Sra. La orientación sexual de Atala y los supuestos efectos que podría tener
sobre las tres niñas su convivencia con su pareja … fue central en la discusión entre las partes
y en las principales decisiones judiciales adoptadas”117. En consecuencia, concluyó que
“existía una diferencia en tratamiento basado en [orientación sexual].”118
Luego, el Tribunal consideró el propósito del Estado al aplicar un trato diferenciado.
Chile argumentó que era en el mejor interés de los niños; el Tribunal respondió que el interés
superior del niño era un “objetivo legítimo”119. Habiendo establecido un fin legítimo del gobierno
que era “concreto” y no “abstracto”120, la Corte luego examinó si la medida adoptada por los
tribunales chilenos, a saber, revocar La custodia de sus hijas por parte de Atala Riffo era
“adecuada” o “apropiada” para “cumplir con el propósito declarado”. 121 La Corte tomó la
medida inusual de revisar el razonamiento de los tribunales nacionales para sus decisiones de custodia.
Según el Tribunal, sus motivos incluían:

i) la alegada discriminación social sufrida por las tres niñas debido a la expresión de su
orientación sexual por parte de la señora Atala; ii) la alegada confusión de las niñas sobre
los roles sexuales como consecuencia de la convivencia de su madre con una pareja del
mismo sexo; iii) la supuesta prioridad que la señora Atala le dio a su vida personal sobre
los intereses de sus tres hijas, y iv) el derecho de las niñas a vivir en el seno de una
familia con padre y madre122.

La Corte Interamericana señaló que los daños alegados “deben estar sustentados en pruebas
técnicas e informes de expertos e investigadores a fin de arribar a conclusiones que no den
lugar a decisiones discriminatorias” y estereotipadas123 . Significativamente, señaló que “la
carga de la prueba aquí recae en el Estado, quien debe demostrar que la decisión judicial de
que se trata se ha basado en la existencia de un daño claro, concreto y real en el desarrollo de
los niños”124. Dado que la Corte consideró que dicho sustento probatorio carecía de las
sentencias internas, consideró desproporcionada la pérdida de la custodia y encontró a Chile
responsable por la violación de los artículos 24 y 1(1) de la Convención125.
La sentencia siguió un enfoque similar al examinar otros aspectos de la discriminación, como
la investigación disciplinaria contra Atala Riffo.

116 id. pareja. 95.

117 id. pareja. 96.

118 id. pareja. 98.

119 id. pareja. 110.

120 id. paraca. 221 (explicando estas características de objetivo legítimo en otra parte de la sentencia).

121 id. pareja. 114.

122 id. pareja. 113.

123 id. pareja. 124.

124 id. pareja. 125.

125 id. pareja. 146.


51

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Igualdad 51
De esta manera, la Corte procedió a través de una prueba analítica identificable para la
discriminación. Consideró el propósito del gobierno para la distinción y si la medida aplicada
era apropiada para promover ese propósito. Siguiendo la jurisprudencia europea, el Tribunal
subrayó que, una vez que el peticionario ha establecido la diferencia de trato, la carga de la
prueba pasa al Estado para demostrar un propósito legítimo y proporcionalidad.126

Sin embargo, el estándar de revisión del Tribunal para las clasificaciones de sospechosos
aún requiere aclaración. En un momento, afirmó que Chile “no cumplió con el requisito de aplicar
una prueba de escrutinio estricto”, sin explicar el origen de esa prueba o lo que exige
específicamente.127 En otra parte, la Corte pareció adoptar precedentes europeos para exigir
razones” para el trato diferencial que involucra categorías sospechosas.128 De hecho, el
Tribunal citó Karner c. Austria, donde la Corte Europea declaró:

cuando existe una diferencia de trato basada en el sexo o la orientación sexual, el


principio de proporcionalidad no exige simplemente que la medida elegida sea, en
principio, adecuada para realizar el fin perseguido. También debe demostrarse que era necesario
para lograr ese objetivo de excluir ciertas categorías de personas.129

Pero no queda claro si la Corte Interamericana incorpora este estándar de que la medida debe
ser “necesaria” para lograr el fin del Estado. Cuando se hacen alusiones tan breves a los
términos y normas legales, los Estados se quedan con poca orientación. No está claro si
deberían seguir la elaborada jurisprudencia de la Corte Suprema de EE. UU. sobre los niveles
de escrutinio o si deberían asimilar el enfoque de la Corte de Estrasburgo. La metodología
europea, aunque comparable en ciertos aspectos a la legislación estadounidense, ciertamente no es idéntica
Lamentablemente, las sentencias posteriores a Atala Riffo no han aclarado el estándar de
revisión de la Corte Interamericana para la clasificación de sospechosos. De hecho, la Corte
incluso ha eludido en alguna ocasión su prueba analítica. En Norín Catrimán et al. v. Chile,
representantes de la comunidad indígena Mapuche denunciaron varias violaciones, incluyendo
que sus derechos a la igualdad habían sido violados en condenas por terrorismo.130 El Tribunal señaló,

El derecho penal puede aplicarse de manera discriminatoria si el juez o tribunal condena


a una persona sobre la base de un razonamiento basado en estereotipos negativos

126 id. paraca. 125 (citando Caso DH y Otros Vs. República Checa del 13 de noviembre de 2007).

127 id. pareja. 131.

128 id. paraca. 124. La Comisión Interamericana también se ha referido al estándar de “razones de peso”. Morales de Sierra v. Guatemala,

Caso 11.625, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 4/01, OEA/Ser.L./V/II.114, doc. 5 rev. paraca. 36 (2002) (“'habría que alegar razones de

mucho peso' para justificar una distinción basada únicamente en el sexo”).

129 Karner c. Austria, 2003-IX Eur. Connecticut. DH 199, párr. 41 (énfasis añadido).

130 Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 222 (29 de mayo de 2014).
52

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52 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que vinculen a un grupo étnico con el terrorismo para determinar cualquier elemento de
responsabilidad penal131.

Al igual que en Atala Riffo, la Corte procedió a examinar el lenguaje de las sentencias internas y, sin
un análisis extenso, encontró que el “mero uso de [su] razonamiento, que revela estereotipos y sesgos
como fundamento de las sentencias” violó el artículo 24.132
Se utilizó el término “categoría sospechosa” en referencia a los mapuche, pero no se explicó ni su
definición ni su importancia.133
El Tribunal volvió a un uso más disciplinado de su prueba analítica para un aspecto de Expulsados
dominicanos y haitianos c. República Dominicana.134 Dirigió su atención a una sentencia de la Corte
Constitucional dominicana, que reconoció claramente el trato diferenciado entre personas nacidas en
el República Dominicana: (1) con padres indocumentados; y (2) con padres documentados. Habiendo
establecido este trato disparejo, que impactó los derechos a la nacionalidad así como otros derechos,
la Corte Interamericana buscó una “justificación razonable y objetiva” o un “fin legítimo”. 135 Encontró
que la sentencia dominicana no “explicó objetivo buscado por la distinción … por lo tanto [impidiendo]
una evaluación de si es razonable y proporcionado.”136 Esto condujo a una violación del artículo 24,
tanto con respecto a la sentencia como a una ley relacionada.

Aun así, como se vio en Norín Catrimán—e incluso en otras secciones de Dominicanos y haitianos
expulsados—la Corte no siempre aplica la prueba analítica definida por Atala Riffo para la
discriminación. En ocasiones, el Tribunal quizás omite la prueba cuando los hechos probados
difícilmente podrían conducir a otro resultado.137 Por ejemplo, las expulsiones violentas de migrantes
haitianos y dominicanos de origen haitiano por parte de la República Dominicana han sido demostradas
varias veces ante el Tribunal.138 De manera similar , investigaciones criminales profundamente defectuosas en casos

131 id. pareja. 223.


132 id. pareja. 228.
133 id. pareja. 226.
134
Dominicanos y Haitianos Expulsados Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 282 (28 de agosto de 2014).


135 id. pareja. 316.
136 id. pareja. 317.
137 Por supuesto, la prueba también se omitirá cuando el trato diferenciado no se pruebe desde el principio.
138
Por ejemplo, dominicanos y haitianos expulsados c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párrs. 403–407 (28 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c. República
Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párrs. 237–238 (24 de octubre de
2012). Sin embargo, la Corte ha mostrado renuencia a encontrar discriminación racial en los casos dominicanos, a pesar de los

argumentos y pruebas presentados por la Comisión Interamericana y los peticionarios. Identificación. párrs. 330, 333, 399 (refiriéndose
a estos argumentos de discriminación racial). En cambio, la Corte ha preferido caracterizar la discriminación como basada en el origen
nacional. Identificación. paraca. 404 (“Esto constituyó una acción discriminatoria en perjuicio de las víctimas por su condición de haitianos
y dominicanos de ascendencia haitiana”).
53

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Igualdad 53
violencia de género carecen de pretensiones de cualquier “finalidad legítima” o respuesta “proporcionada”
para su valoración por la Corte139.

Un hallazgo de discriminación, sin embargo, rara vez es una conclusión inevitable para la Corte. El
El Tribunal ha rechazado los reclamos de los peticionarios en este sentido varias veces desde Atala Riffo. 140
En muchas de estas sentencias ha concluido lacónicamente que no se presentaron pruebas suficientes.
Los peticionarios, según el Tribunal, simplemente no probaron “hechos específicos …
de los cuales se podrían derivar supuestos actos de discriminación”141 o explicar “las acciones específicas

que debió realizar el Estado para cumplir” con su “obligación de garantizar los derechos sin discriminación”142.
Como estos importantes casos llegan a San José año tras año , el análisis de discriminación del Tribunal
continúa siendo probado y refinado.

139 Para ejemplos de tales investigaciones defectuosas, véase, por ejemplo, Espinoza Gonzales c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párrs. 287–288 (20 de noviembre de 2014); Véliz Franco et

al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 277, párrs. 213–216 (19 de mayo de 2014).


140
Véase, por ejemplo, Pueblo Indígena Kuna de Madungandi y Pueblo Indígena Embera de Bayano y sus Miembros c. Panamá, Excepciones

Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 284, párr. 203 (14 de octubre de 2014)

(encontrar pruebas insuficientes de discriminación); Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación

Génesis) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No.

270, párr. 337 (20 de noviembre de 2013) (igual); Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) c. Ecuador, Excepciones Preliminares,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 268, párr. 241 (28 de agosto de 2013) (igual); Mémoli c.

Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 265, párr. 196 (22

de agosto de 2013) (igual).

141 Masacres de Río Negro Vs. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 250, párr. 232 (4 de septiembre de 2012). En Norín Catrimán, los peticionarios también alegaron que la ley antiterrorista había

sido aplicada selectivamente contra la comunidad mapuche. De 19 procesos judiciales basados en la ley, 12 se habían dirigido contra

miembros de la comunidad. No obstante, la Corte respondió que estos resultados, por sí solos, no demostraban una aplicación discriminatoria;

la Corte habría requerido información adicional sobre delitos “de similar naturaleza para la época de los hechos del presente caso” que

habrían sido perpetrados por personas no pertenecientes a la comunidad mapuche. Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del

Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.

Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 219 (29 de mayo de 2014).

142 Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 270, párr.
337 (20 de noviembre de 2013).
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3
Vida

Artículo 4: Derecho a la Vida

1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en
general, desde el momento de la concepción. Nadie será privado arbitrariamente de su vida.
2. En los países que no hayan abolido la pena de muerte, sólo podrá imponerse por los delitos más
graves y en virtud de sentencia firme dictada por tribunal competente y de conformidad con una ley
que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisión de la pena. crimen. La aplicación de
tal pena no se extenderá a los delitos a los que actualmente no se aplica.
3. La pena de muerte no se restablecerá en los Estados que la hayan abolido.
4. En ningún caso se impondrá la pena capital por delitos políticos o delitos comunes conexos.
5. No se impondrá la pena capital a las personas que, en el momento de la comisión del delito, fueran
menores de 18 años o mayores de 70 años; ni se aplicará a las mujeres embarazadas.
6. Toda persona condenada a muerte tendrá derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la conmutación
de la pena, que podrán concederse en todos los casos. No se impondrá la pena capital mientras

dicha petición esté pendiente de decisión de la autoridad competente.

Capítulo 3 Contenido

I. Introducción 57
II. Fondo 59

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
56

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56 Convención Americana sobre Derechos Humanos

tercero Amplias Obligaciones del Estado de Respetar y Garantizar el Derecho a la Vida 61


A. Introducción 61

B. Deber de Respetar 62 C.
Deber de Asegurar (o “Proteger”) 65 1.
Resumen 65 2. Deber de Prevenir por

Normativa 66 3. Deber de Adoptar “Medidas de Prevención


y Protección” en
Circunstancias de Amenaza 67 4.
Deber de Investigar y Sancionar 68 IV.
Alcance de la protección 72 A. Significado de “Toda
persona” y “En general, desde el momento de la concepción” 72 B. Significado
de “Nadie será privado arbitrariamente” de la vida 75 1. La pena de muerte
76 a. Introducción 76 b. “Solo para los delitos más graves” 77 c. La pena de
muerte “obligatoria” 77 d. Requisitos del debido proceso 78 e. Derecho a
solicitar el indulto, la amnistía o la conmutación 81

2. Uso de la fuerza letal en escenarios de aplicación de la ley 82


una. Introducción 82

B. Los Principios de Legalidad, Necesidad y Proporcionalidad 83 c. La


carga de la prueba 85 d. Deberes del Estado después del uso de la fuerza
85 3. Uso de la fuerza letal en los conflictos armados 86 4. Privación
arbitraria de la vida de las personas privadas de libertad 89

una. Introducción 89 b.
Condiciones de detención y atención médica 90 c.
Operaciones de Seguridad en las Prisiones 91 5.
Desapariciones Forzadas de Personas 92 a. Introducción
y Definición 92 b. El derecho a la vida y la jurisdicción
ratione temporis 94 C. El concepto de Vida Digna 97
57

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vida 57

I. Introducción

La vida, por supuesto, se erige como uno de los derechos humanos más fundamentales; sin ella, los demás
derechos pierden sentido.1 La vida está universalmente establecida en el derecho internacional como un
derecho inderogable: artículo 4 de la Convención Americana, artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, artículo 2 de la Convención Europea, artículo 2 de la Carta de la UE , el artículo 4 de la
Carta Africana, y el artículo 5 (y otros) de la Carta Árabe, entre otros tratados.2 Además, el derecho a la
vida forma parte del derecho internacional consuetudinario, alcanzando el rango de jus cogens.3
Las preguntas sobre el comienzo de la vida humana y el aborto han sido durante mucho tiempo divisivas
y controvertidas. La Convención Americana es el único tratado de derechos humanos que determina
expresamente el punto a partir del cual debe salvaguardarse el derecho a la vida: “Este derecho será
protegido … en general, desde
"sentencia el momento
de muerte ... node
se la concepción.”4
ejecutará Por su parte,
sobre mujeres el ICCPR dispone
embarazadas". 5 Por lo que una
tanto,
ambos tratados otorgan un nivel de protección al feto, aunque los redactores del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos rechazaron la frase propuesta "desde el momento de la concepción", debido a
conflictos leyes de los Estados Partes.6
Una sentencia reciente de la Corte Interamericana, Artavia Murillo et al. v. Costa Rica, examinó
directamente esta frase significativa.7 Sorprendentemente, la Corte decidió establecer una prueba de línea
clara para cuando ocurre la “concepción”. Artavia Murillo sostuvo que por “concepción” debe entenderse “a
partir del momento en que se produce la implantación [del embrión en el útero de la madre], y por lo tanto
… antes de este evento, no puede aplicarse el artículo 4 de la Convención Americana”8. La Corte , entonces,

parece dejar poca discreción a los Estados en este

1
Ver Informe del Comité I “Protección”. Relator Juan Isaac Lovato, Doc. 60 (Revisado) 19 de noviembre de 1969, p. 296 (que informa que la

mayor parte de la discusión del Artículo 4 enfatizó la importancia de este derecho para la humanidad); “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y

otros) c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 63, párr. 144 (19 de noviembre de 1999) (“El derecho a la vida

es un derecho humano fundamental, y el ejercicio de este derecho es esencial para el ejercicio de todos los demás derechos humanos. Si no

se respeta, todos los derechos carecen de sentido”). .


2
Convención Americana, art. 4; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6; Convenio Europeo, art. 2; Carta de la UE, art. 2;
Carta Africana, art. 4; Carta Árabe, arts. 5, 38, 40.
3
Véase, por ejemplo, Manfred Nowak, Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos: Comentario del CCPR

122 (2ª ed. 2005); Comité de Derechos Humanos, Observación general 24 (52), Observación general sobre cuestiones relacionadas con las

reservas formuladas en el momento de la ratificación o adhesión al Pacto o sus Protocolos facultativos, o en relación con las declaraciones en

virtud del artículo 41 del Pacto, UN Doc. CCPR/C/21/Rev.1/Add.6, párr.

10 (1994) (“Y algunos derechos inderogables, que en todo caso no pueden ser reservados por su condición de normas imperativas, son

también de este carácter –la prohibición de la tortura y la privación arbitraria de la vida son ejemplos”); Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 110, párr. 76 (8 de julio de 2004) (“ejecuciones extrajudiciales

… violan normas de jus cogens internacional”).


4
Convención Americana, art. 4(1).
5
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6(5).

6 Niels Petersen, “Life, Right to, International Protection”, Max Planck Encyclopedia of Public International Law, párr. 8 (2012).

7 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 257 (28 de noviembre de 2012).
8 id. pareja. 189.
58

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58 Convención Americana sobre Derechos Humanos

asunto altamente controvertido, en contraste con los enfoques deferentes del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos y otros tribunales.
A pesar de su elevado estatus, el derecho a la vida no es absoluto. La Convención Europea
establece una lista de posibles limitaciones:

La privación de la vida no se considerará infligida en contravención de este artículo cuando resulte


del uso de la fuerza que no sea más que absolutamente necesaria: a) en defensa de cualquier
persona contra la violencia ilícita; b) para efectuar un arresto legal o para impedir la fuga de una
persona legalmente detenida; c) en acciones tomadas legalmente con el fin de sofocar un motín o
una insurrección.9

Por el contrario, la Convención Americana, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Carta
Africana y la Carta Árabe adoptan un enfoque más flexible, prohibiendo las privaciones “arbitrarias” de la vida.
En el contexto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se ha considerado que “arbitrario”
significa “ilegalidad”, “injusticia”, “capricho” e “irrazonabilidad”10. La Corte Interamericana ha interpretado el
término de manera similar, sin llegar a una definición precisa . .11 Al no especificar limitaciones de manera
exhaustiva, estos tratados requieren un análisis caso por caso sobre la proporcionalidad de las medidas
estatales adoptadas.12
Las convenciones de derechos humanos permitieron inicialmente la pena capital. Sin embargo, como
queda claro en la Convención Americana, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Carta

Árabe, está reservado “solo para los delitos más graves” y “en virtud de una sentencia firme dictada por un
tribunal competente”. 13 Estos tratados también establecen otras restricciones —por ejemplo, la pena capital
no debe aplicarse a personas menores de 18 años ni a mujeres embarazadas.14 Actualmente, la tendencia
internacional apunta hacia la abolición.15 La Carta de la UE y el Protocolo n.º 13 del Convenio Europeo
prohíben totalmente la pena de muerte, dieciséis
mientras que el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos lo
permite solo “en tiempo de guerra en virtud de una condena por un delito muy grave de carácter militar
cometido durante la guerra”.17 Más de una docena de Estados de las Américas han ratificado o se han

adherido al Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos para Abolir la Pena de Muerte.18

9
Convenio Europeo, art. 2(2).
10
Nowak, supra nota 3, en 128.

11 La Corte ha encontrado privaciones arbitrarias de la vida en cinco situaciones generales. Véase la Sección IV(B), infra.
12
Véase Nowak, supra nota 3, en 129; Petersen, supra nota 6, párr. dieciséis.

13 Convención Americana, art. 4(2); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6(2); Carta Árabe, art. 6.
14
Convención Americana, art. 4(5); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6(5); Carta Árabe, art. 7.

15
Véase, por ejemplo, Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos para la Abolición de la Pena de Muerte (donde se
señala que “la tendencia entre los Estados americanos es estar a favor de la abolición de la pena de muerte”); Carta de la UE, art. 2(2);
Protocolo nº 13 del Convenio Europeo, art. 1; Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art.

2(1); Eduardo Ferrer Mac-Gregor & Pablo González Domínguez, Pena de muerte, leyes de amnistía y desapariciones forzadas: tres
temas principales del Corpus Juris Interamericano de Derecho Penal, 5 Notre Dame J. Int'l Comp. L. 1, 65, 83 (2015) (comentando la
“tendencia abolicionista” tanto dentro como fuera de las Américas).
dieciséis

Carta de la UE, art. 2(2); Protocolo nº 13 del Convenio Europeo, art. 1.

17 Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 2(1).
18
Véase Signatories and Ratifications, Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos para Abolir la Pena de Muerte,
disponible en http://www.oas.org/juridico/spanish/sigs/a-53.html (última visita el 21 de noviembre de 2016 ).
59

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vida 59
La propia Convención Americana limita la pena capital y prohíbe su restablecimiento en los Estados
que la hayan abolido; Como se ha señalado, la Convención también prohíbe las privaciones arbitrarias
de la vida y, en general, establece que “toda persona tiene derecho a que se respete su vida”. 19
Además, el derecho interamericano e internacional exige importantes obligaciones positivas de los
Estados para la protección de vida. La Convención Americana, la Convención Europea, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Carta Árabe exigen expresamente que los Estados
Partes protejan el derecho a la vida “por ley” . medidas sanitarias, la investigación exhaustiva de las
muertes y desapariciones, y la prevención de ciertas formas de violencia, incluidos los actos de actores
no estatales.21

De hecho, el derecho a la vida se ha ampliado sustancialmente en los últimos años. Los organismos
internacionales de derechos humanos, principalmente la Corte Interamericana, han reconocido, entre
otros, los derechos a la salud, la educación, la cultura, la alimentación y el agua potable como
componentes del derecho a la vida.22 Queda mucho por desarrollar al respecto . relación clave entre la
vida y los derechos sociales, culturales y económicos, así como con respecto a otros temas complejos
como el aborto, la ingeniería genética y la eutanasia. En la medida en que los organismos internacionales
de derechos humanos han considerado estos temas controvertidos, generalmente han procedido con
cautela; Debido a los enfoques nacionales divergentes, los tribunales internacionales a menudo han
dejado un margen de discrecionalidad a los Estados.23

II. Fondo

El proyecto de propuesta de la Comisión Interamericana sobre el derecho a la vida se basó en gran medida en el lenguaje y la

estructura del artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.24 Como se señaló anteriormente, la Convención Americana

19 Convención Americana, art. 4(1).

20 Convención Americana, art. 4(1); Convenio Europeo, art. 2(1); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6(1); Carta Árabe, art. 5(2).
21
Véase, por ejemplo, Nowak, supra nota 3, en 124; David Harris, Michael O'Boyle y Colin Warbrick, Ley del Convenio Europeo de Derechos

Humanos 203-234 (3.ª ed. 2014). Para casos de la Corte Interamericana, ver la siguiente discusión.

22
Ej., Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 125, párrs. 167, 176 (17 de junio de 2005) (donde se sostiene que se violó el derecho a la vida porque el Estado no tomó

suficientes “medidas respecto de las condiciones que afectaban su posibilidad de tener una vida digna”, tales como el acceso a la salud,

alimentación, y agua limpia). El Comité de Derechos Humanos ha señalado de manera similar que la falta de vivienda y los problemas de salud

comprometen los deberes de los Estados de garantizar el derecho a la vida. Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observaciones Finales

del Comité de Derechos Humanos, Canadá,

Doc. ONU CCPR/C/79/Add. 105 (7 de abril de 1999); Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No.

6: Artículo 6 (Derecho a la Vida), párr. 5 (30 de abril de 1982) en Recopilación de Comentarios Generales y Recomendaciones Generales

Adoptadas por los Órganos de Tratados de Derechos Humanos, UN Doc. HRI/GEN/1/Rev.9 (Vol. I), 176–

78 (27 de mayo de 2008).

23 Véase Petersen, supra nota 6, párr. 36; Walter Kälin & Jörg Künzli, The Law of International Human Rights Protection 274 (2009) (los organismos

internacionales de derechos humanos suelen dejar a los Estados “básicamente libres para resolver la cuestión por sí mismos”).

24
Véase Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, doc. 5 (inglés). 22 de septiembre de 1969, art. 3. Sin

embargo, los delegados rechazaron la propuesta colombiana de conservar el derecho “inherente” del ICCPR a
60

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60 Convención Americana sobre Derechos Humanos

no seguía el Convenio Europeo y establecía limitaciones específicas al derecho.


En cambio, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, simplemente establece: “Nadie será privado de la vida arbitrariamente”. 25

En última instancia, los delegados estatales que se reunieron en Costa Rica para negociar el
texto final de la Convención solo modificaron levemente el borrador de la Comisión sobre el derecho
a la vida. En general, los cambios aumentaron las restricciones sobre el uso de la pena capital. A
iniciativa del delegado uruguayo,26 los representantes del Estado prohibieron la extensión de la
pena de muerte a delitos adicionales e impidieron su restablecimiento “en los Estados que la han
abolido”.27 Si bien hubo esfuerzos sustanciales para prohibir completamente la pena capital,28
fueron derrotados debido a leyes que permitían la práctica en varios Estados.29

Como se señaló anteriormente, la Convención Americana establece de manera única que el


La vida inter “será protegida … derecho a la vida en general, desde el momento de la concepción.”30
El borrador de la Comisión Americana contenía esta formulación y fue debatido en la Conferencia

de San José. Aunque dos delegados propusieron su eliminación total, la frase recibió un fuerte
apoyo de otros representantes y se mantuvo sin cambios. En oposición, Brasil opinó que la frase
era vaga y no sería “efectiva para evitar que [los Estados] incluyan las más variadas razones para
abortar en sus leyes internas”31. Por su parte, Estados Unidos expresó su preferencia por el
lenguaje de el Artículo 6(1) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.32 Tanto Brasil
como Estados Unidos concluyeron que sería mejor dejar el asunto del aborto en manos de los
legisladores nacionales “a la luz del propio desarrollo social [de los Estados], experiencia y factores
similares.”33 En En contraste, el delegado de Venezuela declaró que un tratado

vida. Pág. 160, Acta de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969 (delegados de Uruguay y Panamá
considerando que el término “inherente” es “innecesario”).
25 Convención Americana, art. 4(1).
26
Pág. 161, Acta de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969.
27 Convención Americana, art. 4(2)–(3).
28
Pág. 162, Acta de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969 (delegado de Costa Rica instando a la
eliminación de la pena de muerte); pags. 166, Acta de la 3ra Sesión del Comité I, doc. 38 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969
(delegado de Uruguay instando a lo mismo); pags. 467, Acta de la Sesión Plenaria de Clausura, Doc 84, 22 de noviembre de
1969 (señalando que las delegaciones de Costa Rica, Uruguay, Colombia, Ecuador, El Salvador, Panamá, Honduras,
República Dominicana, Guatemala, México, Venezuela, Nicaragua, Argentina , y Paraguay expresaron su deseo de abolir la
pena de muerte y resolvieron establecer un protocolo a la Convención Americana para lograr ese objetivo); Informe de la
Delegación de los Estados Unidos ante la Conferencia Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos, pág.
19 (“En la Sesión Plenaria, varias delegaciones, encabezadas por Uruguay, intentaron hacer más amplio el artículo al prohibir
la aplicación de la pena de muerte por completo”).
29 Ver pág. 166, Acta de la 3ra Sesión del Comité I, doc. 38 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969 (delegado de Colombia solicita
que se retire la propuesta de abolición de la pena de muerte, por el conflicto que resultaría con las leyes nacionales).

30 Convención Americana, art. 4(1).


31 Enmiendas al Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos (Brasil), doc. 31 (inglés).
10 de noviembre de 1969. La delegación señaló que Brasil “protegió los derechos del feto desde el momento de la
concepción”, permitiendo el aborto sólo en casos de violación o para proteger la vida de la madre. Identificación.
32
Pág. 160, Acta de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969.
33
Informe de la Delegación de los Estados Unidos ante la Conferencia Interamericana sobre la Protección de los Derechos
Humanos, pág. 19
61

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vida 61
que no estableciera el principio “desde el momento de la
concepción ” sería “inaceptable”. .35

La disposición más discutida del Artículo 4 parecía ser su cuarto párrafo: “En ningún caso se
impondrá la pena capital por delitos políticos o delitos comunes conexos.”36 El delegado de
EE.UU. propuso la eliminación de esta sentencia; alternativamente, solicitó a los redactores una
definición precisa de los delitos, a fin de excluir delitos como la traición a la patria y el asesinato
político.37 El representante de Brasil sugirió nuevamente que el significado debe ser resuelto por
los legisladores nacionales.38 El Salvador propuso una definición de delitos políticos a considerar;
sin embargo, los diversos delegados no pudieron ponerse de acuerdo.39 Los redactores
finalmente solicitaron, mediante resolución, que la Comisión Interamericana estudiara más a fondo el tema.40

tercero Amplias Obligaciones del Estado de Respetar y Garantizar el Derecho a la Vida


A. Introducción

El artículo 4(1) establece que “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este
derecho estará protegido por la ley y, en general, desde el momento de la concepción. A
nadie se le privará de la vida arbitrariamente”41. Así, el propio texto plantea tanto lo negativo
(“el derecho a que se respete su vida”) como lo positivo (“Este derecho será protegido por la ley …”)
deberes del estado. Interpretando el artículo 4, en relación con el respeto y garantía del
artículo 1(1), la Corte Interamericana ha sostenido que “el cumplimiento del” derecho a la vida

no sólo supone que nadie debe ser privado de la vida arbitrariamente (obligación
negativa), sino que exige al Estado que adopte todas las medidas apropiadas para
proteger y preservar el derecho a la vida (obligación positiva), de conformidad con la
obligación de garantizar la libre y pleno ejercicio de los derechos de todos los sujetos a su jurisdicción.42

34
Pág. 160, Acta de la 2ª Sesión del Comité I, doc. 36, 11 de noviembre de 1969.

35 id. Véase también Informe de la Delegación de los Estados Unidos ante la Conferencia Interamericana sobre la Protección de

Derechos humanos, pág. 19


36 Convención Americana, art. 4(4).

37 P. 164, Acta de la 3ra Sesión del Comité I, doc. 38 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969; Informe de la Delegación de los Estados Unidos ante la Conferencia

Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos, pág. 18. Tenga en cuenta que el delegado de EE.UU. también intentó sin éxito eliminar la

proscripción de la pena capital para ciertos grupos de edad. Identificación.

38 id. en la pág. 165.

39 id. en las págs. 165–67.


40
Pág. 513, Acta Final, doc. 70 (Rev. 1), 22 de noviembre de 1969.
41
Convención Americana, art. 4(1).
42
Por ejemplo, Familia Barrios c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 237, párr. 48 (24 de

noviembre de 2011) (énfasis añadido); “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 63, párr. 139 (19 de noviembre de 1999).


62

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62 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Así, asegurar el derecho a la vida, según la Corte, requiere más que la mera protección “por la ley”; más
bien, se deben tomar “todas las medidas apropiadas” para “proteger y preservar el derecho”. Como resultado,

en los casos en que los Estados no han impedido o investigado las violaciones del derecho a la vida, incluso
por parte de actores no estatales, la Corte ha encontrado violaciones del artículo 4 por no garantizar el

derecho. Y claramente, cuando agentes oficiales están realmente involucrados en una muerte ilícita, esto
debería constituir una violación de la obligación negativa del Estado de respetar el derecho a la vida. La
jurisprudencia rica, aunque algo desordenada, de la Corte en esta área ha llevado a obligaciones radicales
para los Estados.

B. Deber de Respetar

El artículo 4 de la Convención prohíbe la privación arbitraria de la vida por “actos de agentes [del Estado]

realizados en el ejercicio de sus funciones oficiales y … sus omisiones, incluso si actúan fuera de los límites
de su esfera de competencia o en violación del derecho interno”. 43 De esta manera, el deber de respetar el

derecho a la vida “obliga a los Estados y a todos sus órganos a abstenerse de matar” a menos que las
circunstancias lo permitan la ley.44 La obligación se incumple cuando los agentes del Estado privan a las
personas de la vida mediante, por ejemplo, : uso ilegal de la fuerza y ejecuciones extrajudiciales,45
desapariciones forzadas,46 e imposición de la pena de muerte sin debido proceso y otras restricciones
cruciales.47
Además, la jurisprudencia de la Corte ha evolucionado: el deber de respetar ahora prohíbe acciones del
Estado que pongan vidas en grave riesgo. El Tribunal ha encontrado una violación del Artículo 4 en casos en

los que las víctimas sobrevivieron a situaciones que amenazaron sus vidas, como una masacre,48
desplazamiento forzado,49 nacimiento en cautiverio,50 o infección con una enfermedad mortal.51 Para

ilustrar, en Rochela Massacre v. Colombia crea una comisión que investigaba crímenes de las fuerzas de seguridad del Estado

43
Por ejemplo, Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 134, párr. 108 (15 de septiembre de 2005); Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 163, párr. 67 (11 de mayo de 2007).
44
Kälin & Künzli, supra nota 23, en 275.
45
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292 (17 abr. 2015); Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 281 (27 de agosto de 2014).
46
Por ejemplo, Gelman c. Uruguay, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 221 (24 de febrero de
2011); Bámaca Velásquez c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 70 (25 de noviembre de 2000).
47
Por ejemplo, DaCosta Cadogan v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 204, párrs. 55 y 85 (24 de septiembre de 2009); Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 169, párrs. 50 y 78 (20 de noviembre de 2007).
48 Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
163, párrs. 124 y 126 (11 de mayo de 2007).
49
Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 134, párr.
162 (15 de septiembre de 2005).
50 Gelman c. Uruguay, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 221 (24 feb. 2011).
51 Gonzáles Lluy et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. DH (ser. C) No. 298 (1 de septiembre de 2015).
63

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vida 63
fue brutalmente atacado; sólo sobrevivieron tres miembros de la comisión52. La Corte encontró
violaciones al derecho a la vida incluso respecto de los sobrevivientes, “tomando en cuenta la fuerza
empleada, la intención y el objetivo del uso de esta fuerza, y la situación en que se encontraban las
víctimas”. mismos.”53 Sin embargo, en Masacres de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, el
Tribunal no encontró violaciones al derecho a la vida de los sobrevivientes, a pesar de circunstancias
similares.54
Según la Corte, también podría darse una violación al deber de respetar la vida cuando las acciones
de actores no estatales pudieran asimilarse a actos oficiales, atribuibles directamente al Estado, porque:
(1) los actores privados estaban “facultados para actuar en calidad de Estado”, como en el caso de
ciertos proveedores de salud;55 o (2) sus acciones ilegales se llevaron a cabo con la “colaboración,
aquiescencia y tolerancia” de agentes del Estado.56 Así, en casos que involucran incluso a
establecimientos de salud privados , la Corte encontró el incumplimiento del deber de respetar el
derecho a la vida, entre otras violaciones. En Ximenes Lopes Vs. Brasil, el Tribunal consideró que la
salud constituye un interés público que debe ser activamente regulado por el Estado, especialmente en
un caso que involucra a pacientes con discapacidad.57 La sentencia concluyó que, debido al trato
inhumano y la muerte sufrida por un paciente en un centro psiquiátrico privado, Brasil incumplió con sus
“deberes de respeto, prevención y protección”58.
Del mismo modo, en Gonzales Lluy et al. v. Ecuador, el Estado no reguló y supervisó suficientemente
un servicio privado de salud; un banco de sangre de la Cruz Roja había proporcionado a una niña de
tres años sangre infectada con el virus del VIH.59 Esto resultó en una violación del artículo 4, entre
otros derechos, por los graves riesgos impuestos a su vida.
La Corte ha conocido una serie de casos relacionados con el conflicto armado en Colombia.
Los grupos paramilitares —con la “colaboración” o la “tolerancia” del Estado— perpetraron masacres,60

52 Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

163 (11 de mayo de 2007).

53 id. pareja. 124.

54 Masacres de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.

Connecticut. HR (ser. C) No. 252, párr. 201 (25 de octubre de 2012).

55 Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párr.

87 (4 de julio de 2006); González Lluy et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH

(ser. C) No. 298 (1 de septiembre de 2015). Ver también Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 163, párr. 102 (11 de mayo de 2007) (sobre personal encargado de hacer cumplir la ley).

56
Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 134, párr. 120 (15 de

septiembre de 2005).

57 Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párrs.

88–90 (4 de julio de 2006).

58 id. pareja. 150.

59 González Lluy et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 298, párrs. 189–91 (1 de septiembre de 2015).


60
Por ejemplo, Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

N° 163 (11 de mayo de 2007); Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.I. Connecticut. DH (ser. C) No.

134 (15 de septiembre de 2005).


64

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64 Convención Americana sobre Derechos Humanos

desapariciones forzadas61 y asesinatos de líderes políticos62. El Tribunal consideró el grado de


apoyo, “aquiescencia”, “colaboración” o “tolerancia” del ejército colombiano para establecer la
responsabilidad del Estado en estas muertes. Sin embargo, se olvidó de definir claramente estos
conceptos. En todo caso, la Corte ha requerido prueba sustancial del papel del Estado para declarar
una violación de la obligación de respetar el artículo 463. De lo contrario, puede encontrar una violación
del deber de garantizar el artículo 464 , o simplemente rechazar cualquier derecho a- violación de la vida.65
La Corte se muestra demasiado cautelosa aquí, determinando en ocasiones solo una violación del
deber de garantizar el derecho a la vida cuando se demostró la “colaboración” activa del Estado con
actores privados.66 Por ejemplo, Masacres de Ituango vs. Colombia examinó el asesinato de muchos
“ civiles indefensos” en 1996 y 199767. La Corte consideró que los soldados del ejército “no sólo se
allanaron a [estos] actos perpetrados por los grupos paramilitares, sino que en ocasiones colaboraron
y participaron directamente en ellos”68. Sin embargo, la sentencia concluyó que Colombia “no cumplió”
solo con su obligación de garantizar Artículo 4.69
Al evaluar estas situaciones complicadas que involucran a grupos paramilitares, corporaciones y
otros, la línea entre obligaciones negativas y positivas—la distinción entre respetar/garantizar—puede
volverse borrosa.70 Por ejemplo, en una parte de la sentencia Ximenes Lopes, la Corte consideró una
clínica psiquiátrica privada como representante del Estado en la

61
19 Comerciantes c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 109 (5 de julio de 2004).

62
Cepeda Vargas v. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

DH (ser. C.) No. 213 (26 de mayo de 2010).

63 Véase Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 134, párr. 116 (15 de septiembre de 2005) (revisando en detalle prueba de “apoyo logístico y colaboración, aquiescencia y omisiones”

por parte de agentes del Estado).

64 Masacre de Pueblo Bello v. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 140 ( Jan. 31,ÿ2006).

65 Castillo González et al. c. Venezuela, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 256, párrs. 113–116 (27 de noviembre de

2012) (donde se encontraron pruebas insuficientes de la responsabilidad del Estado con respecto a presuntas violaciones de los artículos 4,
5 y 19 de la Convención Americana).
66
Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 148, párr. 133 (1 de julio de 2006). En Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku v. Ecuador, una corporación

había colocado explosivos en el territorio ancestral de la comunidad con fines de exploración petrolera. Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku

Vs. Ecuador, Fondo y Reparaciones, Sentencia Inter.-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

245 (27 de junio de 2012). El Tribunal determinó que los explosivos fueron colocados allí “con la aquiescencia y protección del Estado”; en

consecuencia, Ecuador “creó una situación permanente de riesgo y amenaza a la vida e integridad física” de los comuneros. Identificación.

paraca. 248. A pesar del papel aparentemente activo del Estado en interferir con sus derechos, la Corte no encontró una clara violación de

la obligación de Ecuador de respetar el artículo 4. Id. párrs. 248–249.

67
Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 148, párr. 132 (1 de julio de 2006).

68 id. pareja. 133.

69 id. pareja. 138.

70 Ver Dinah Shelton & Ariel Gould, Positive and Negative Obligations, en The Oxford Handbook of International Human Rights Law 565 (2013)

(“Con el paso del tiempo, se ha reconocido cada vez más que las distinciones supuestamente claras entre 'positivo ' y las obligaciones

'negativas' no existen").
sesenta y cinco

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vida 65
provisión de servicios de salud esenciales.71 Alternativamente, dicha clínica puede concebirse como un actor

puramente no estatal que requiere una regulación gubernamental meticulosa conforme a las obligaciones positivas

del Estado de garantizar la vida y otros derechos.

El enfoque de la Corte en esta compleja área ha sido algo confuso e impreciso. De hecho, con algunas

sentencias del Artículo 4, ha fusionado obligaciones negativas y positivas bajo el deber de respetar.72 Varios de

estos casos presentan desafíos para un tribunal internacional distante con capacidades limitadas para determinar

los hechos. Aún así, la Corte debería esforzarse por una mayor claridad conceptual. En pocas palabras, si un

Estado ha apoyado o colaborado con actores privados en asesinatos ilegales, ha violado el deber negativo de

respetar el derecho a la vida. Por otro lado, si un Estado no ha tomado las medidas positivas apropiadas para

proteger la vida, entonces ha incumplido el deber de garantizar el artículo 4. En varios escenarios, de hecho,

ambos deberes pueden ser violados. Como se explica en la siguiente sección, la Corte ha vinculado muchas

obligaciones positivas del Estado al derecho a la vida.

C. Deber de Asegurar (o “Proteger”)


1. Información general

Como se indicó anteriormente, garantizar el Artículo 4 exige que se tomen “todas las medidas apropiadas” para

“proteger y preservar” el derecho a la vida. La Corte ha exigido varias “medidas” de este tipo con respecto al

artículo 4, incluidas las obligaciones positivas de prevenir, investigar y sancionar penalmente. El deber de

prevención del Estado aún requiere un desarrollo significativo por parte de la Corte, y en ocasiones se entrelaza

con el deber de investigar.73 La jurisprudencia interamericana también ha elaborado un deber expansivo de

reparar las violaciones a la vida y muchos otros derechos; ese importante aspecto de la jurisprudencia se examina

en el capítulo sobre reparaciones de este volumen.

Estas obligaciones positivas del Estado se encuentran reguladas por el principio de debida diligencia, que el

Sistema Interamericano ha desarrollado ampliamente74. Como señaló la Corte en su primer


caso contencioso,

el Estado tiene el deber jurídico de tomar medidas razonables para prevenir las violaciones de los derechos

humanos y de utilizar los medios a su alcance para llevar a cabo una investigación seria de las violaciones

71 Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párrs.

95–100 (4 de julio de 2006). Véase también Suárez Peralta c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 261, párr. 144 (21 de mayo de 2013).
72 El Tribunal ha sostenido que, en determinadas circunstancias, el deber negativo del Estado de respetar la vida se traduce en realidad
en una obligación positiva de tomar medidas para prevenir las amenazas y proteger la vida. Véase, por ejemplo, Gómez Paquiyauri
Brothers v. Peru, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 110, párrs. 124 y 171 (8 de julio de 2004).
73 See Cecilia Medina, Los 40 Años de la Convención Americana sobre Derechos Humanos a la Luz de Cierta
Jurisprudencia de la Corte Interamericana, Anuario de Derechos Humanos 15, 25 (2009).
74
Véase, por ejemplo, Shelton & Gould, supra nota 70, en 579 (“Desde la fundación del derecho moderno de los derechos
humanos, la Comisión y la Corte Interamericanas han sido llamadas más que otros órganos de derechos humanos a aplicar el
66

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66 Convención Americana sobre Derechos Humanos

cometidas dentro de su jurisdicción, identificar a los responsables, imponer la sanción


correspondiente y asegurar a la víctima una adecuada reparación75.

La Corte y la Comisión Interamericana han aplicado este estándar clave de “razonabilidad” a distintos
contextos; los parámetros del concepto han dependido de las circunstancias precisas. A continuación,
describimos lo que la diligencia debida ha requerido de los Estados para prevenir, investigar y sancionar
posibles violaciones al artículo 4.

2. Deber de Prevención a través de la Normativa Legal

El deber de prevención requiere “un marco normativo adecuado que disuada cualquier amenaza al
derecho a la vida y salvaguarde el derecho a acceder a condiciones que aseguren una vida digna”76.
Esta obligación se fundamenta en el artículo 4 y el artículo 1(1), así como en el artículo 2 (Efectos
jurídicos internos), por los cuales los Estados adoptarán “las medidas legislativas o de otro tipo que sean
necesarias para hacer efectivos” los derechos del Convenio.77 Específicamente, la Corte ha subrayado
reiteradamente que abusos como las desapariciones forzadas y la tortura deben estar estrictamente
prohibidos en el derecho penal interno y perseguidos por las autoridades estatales.78 Además, el Tribunal
requiere que la legislación nacional establezca limitaciones al uso de la fuerza por parte del Estado, 79
sistemas de supervisión de la fuerza letal,80 y programas de capacitación pertinentes para los agentes del orden.81
Sin embargo, en ocasiones, la Corte ha enviado mensajes incompletos o inconsistentes sobre la
obligación de largo alcance del Estado de proteger la vida “por ley”. Por ejemplo, ha conocido varios casos

estándar de debida diligencia para juzgar si un estado ha cumplido con sus obligaciones positivas en casos de derechos humanos”); Lenahan et al. v.

Estados Unidos, Caso 12.626, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 80/11, OEA/Ser.L/V/II, doc. 69, párr. 111 (2011) (“los sistemas internacional y regional

se han pronunciado sobre el fuerte vínculo entre discriminación, violencia y debida diligencia, enfatizando que la omisión de un Estado de actuar con la

debida diligencia para proteger a las mujeres de la violencia constituye una forma de discriminación y niega a las mujeres su derecho a la igualdad ante

la ley”).

75 Velasquez Rodriguez v. Honduras, Méritos, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 174 (29 de julio de
1988) (énfasis añadido).
76 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 172 (28 de noviembre de 2012).
77 Convención Americana, art. 2.
78
Por ejemplo, Contreras et. Alabama. v. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 232, párr. 128 (31

de agosto de 2011); Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 153, párr. 92 (22 de septiembre de 2006).


79
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 281, párr. 126 (27 de agosto de 2014) (y en referencia a los Principios básicos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza y de

armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el Código de conducta de las Naciones Unidas para los funcionarios

encargados de hacer cumplir la ley); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150, párr. 66 (5 de julio de 2006).

80 Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
166, párr. 86 (4 de julio de 2007).
81
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 281, párr. 129 (27 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párr. 82 (24 de octubre de 2012).


67

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vida 67
considerar leyes de amnistía y otras leyes que impidan el enjuiciamiento penal de violaciones
graves de derechos humanos, como ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. La
Corte ha sostenido que estas leyes violan los artículos 1, 2, 8 y 25 de la Convención, pero no
el artículo 4.82 En Radilla Pacheco c. México, el Tribunal concluyó que una ley mexicana no
tipificaba suficientemente el delito de desaparición forzada y declaró violación del artículo 2.83
Sin embargo, la sentencia no analizó el impacto específico de la ley defectuosa sobre el artículo
4, es decir, la falta del Estado de proteger el derecho a la vida a través de la legislación.
Entre otros temas cruciales, la Corte no ha desarrollado sustancialmente el deber del Estado
de proteger por ley los derechos a la vida de la mujer embarazada y del feto. Estos temas, y
sus casos asociados, se discuten más adelante en la Sección IV(A), infra.

3. Deber de Adoptar “Medidas de Prevención y Protección”


en circunstancias amenazantes

Para determinar si el Estado ha cumplido obligaciones positivas de adoptar “medidas de


prevención y protección” en escenarios de amenaza, la Corte analiza

si en el momento de los hechos existía una situación de peligro real o inminente para la
vida de una determinada persona o de un grupo de personas, si las autoridades tenían o
debían tener conocimiento de ello, y si se adoptaron las medidas necesarias dentro de el
alcance de su autoridad que podría esperarse razonablemente para prevenir o evitar tal
peligro.84

En Luna López c. Honduras, sentencia relativa a un defensor ambiental asesinado, el Tribunal


procedió con este análisis paso a paso85. En primer lugar, la Corte estableció “la existencia de
un peligro real e inminente” al observar que Carlos Luna López había sido “amenazado con un
arma en la cabeza y un tiro al aire” luego de sus denuncias sobre tala ilegal86 . En segundo
lugar, en cuanto a la conciencia del Estado sobre este peligro, la Corte observó cómo Luna
López había denunciado la así como otros posibles actos de robo y corrupción, a los fiscales,
tribunales y medios de comunicación.87

82
Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilla do Araguaia”) v. Brasil, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr. 172 (24 de noviembre de 2010); Barrios Altos v. Perú, Fondo, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 75, párrs. 41–44 (14 de marzo de 2001). Ver también Mac-Gregor & González Domínguez,
supra nota 15, en 85–87.
83 Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 209, párr. 324 (23 de noviembre de 2009).
84
Por ejemplo, Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párr.
124 (10 de octubre de 2013); Masacre de Pueblo Bello Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.I.
Connecticut. HR (ser. C) No. 140, párrs. 123–124 (31 de enero de 2006).
85 Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párr.
124 (10 de octubre de 2013).

86 id. pareja. 125.


87 id.
68

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68 Convención Americana sobre Derechos Humanos

En respuesta, el fiscal hondureño había convocado una reunión “informal” para mediar entre
Luna López y el hombre que lo había amenazado.88 La Corte sostuvo que la reunión estaba lejos
de ser una solución adecuada; en cambio, el Estado debería haber “maximizado sus esfuerzos y
utilizado todos sus recursos disponibles y relevantes para salvar su vida”89. Más

específicamente, Honduras debió haber adoptado prontamente “medidas de seguridad y protección


personal que le permitieran continuar con su trabajo, así como [adoptado] las diligencias necesarias
para investigar de manera inmediata y efectiva las demás amenazas recibidas”90 , porque el
Estado “no actuó con la debida diligencia requerida para contrarrestar la amenaza”, la Corte
concluyó que Honduras violó su deber de garantizar su derecho a la vida91.
Defensor de los Derechos Humanos et al. v. Guatemala, sobre el asesinato de un defensor de
derechos humanos en 2004, arrojó un resultado diferente92. Los peticionarios argumentaron que,
en ese momento en Guatemala, “los defensores de derechos humanos [enfrentaban] un contexto
de amenazas y ataques a su vida e integridad personal .”93 La Corte, al igual que en otras
sentencias, consideró relevante “examinar el marco contextual para facilitar una mejor comprensión
de la prueba y los argumentos a fin de evaluar la posible responsabilidad del Estado” en el caso94 .
haber establecido un “contexto de vulnerabilidad para las personas defensoras de derechos
humanos”; sin embargo, resolvió que faltaba prueba “para demostrar que el Estado conocía o debía
conocer una situación de peligro real e inmediato para la vida del señor AA antes de su muerte”95.
situación específica de peligro que enfrenta el señor AA”, no se encontró violado el artículo 496.

4. Deber de Investigar y Sancionar

El deber del Estado de garantizar el derecho a la vida incluye la obligación general de investigar
toda privación de la vida perpetrada por agentes del Estado o particulares97. Cuando los asesinatos
cometidos por agentes no estatales no se investigan, “en cierto sentido se ven favorecidos por la

88 id. pareja. 135.

89 id. pareja. 137.

90 id. Véase también Cepeda Vargas v. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C.) No. 213, párr. 101 (26 de mayo de 2010) (que exige “la actuación pronta e inmediata de las autoridades policiales, fiscales y

judiciales ordenando las medidas oportunas y necesarias para determinar los autores de las amenazas y los delitos cometidos en este
contexto”).

91 id. pareja. 139.

92 Defensor de los Derechos Humanos et al. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 283 (28 de agosto de 2014).

93 id. pareja. 78.

94 id. paraca. 73. Véase también Gudiel Álvarez et al. (“Diario Militar”) c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 253, párr. 52 (20 de noviembre de 2012); Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 153, párrs. 53, 63 (22 de septiembre de 2006).

95 id. pareja. 149.

96 id. Sin embargo, la Corte encontró varias otras violaciones de derechos en la sentencia. Identificación. paraca. 288.
97
Por ejemplo, Castillo González et al. c. Venezuela, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 256, párr. 122 (27 de noviembre

de 2012); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párrs.

166, 176 (29 de julio de 1988).


69

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vida 69
gobierno”, comprometiendo la responsabilidad del Estado.98 Por supuesto, la investigación criminal
está vinculada a las “medidas de prevención y protección” discutidas anteriormente para los individuos
amenazados: identificar y neutralizar la amenaza puede salvar una vida. Además, las investigaciones
y la responsabilidad penal ayudarán a prevenir la recurrencia del delito y probablemente proporcionarán
un grado de satisfacción a las víctimas o sus seres queridos.99
La obligación de investigar “adquiere especial importancia en relación con la gravedad de los delitos
cometidos y la naturaleza de los derechos lesionados”100. En los casos relativos a violaciones del
derecho a la vida y “otras violaciones graves a los derechos humanos”, el Estado tiene la obligación
“de iniciar, de oficio e inmediatamente, una investigación genuina, imparcial y efectiva”. 101 Los
objetivos clave incluyen el enjuiciamiento de todos aquellos con responsabilidad penal y el
esclarecimiento de la verdad . también debe observar estrictamente los requisitos del debido proceso
establecidos en el artículo 8 de la Convención Americana103 . Es importante señalar que el deber de
investigar y perseguir la responsabilidad penal no se viola simplemente porque el proceso “no produzca
un resultado satisfactorio”; las gestiones oficiales sólo deben concordar con la debida diligencia para
cumplir con la obligación del Estado.104

98
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 292, párr. 348 (17 de abril de 2015); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 4, párr. 177 (29 de julio de 1988).


99
Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilha do Araguaia”) c. Brasil, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr. 201 (24 de noviembre de 2010) (“el deber de investigar es una medida de reparación, dada la

necesidad de remediar la vulneración del derecho a conocer la verdad en el caso concreto”); Mack Chang c. Guatemala, Fondo, Reparaciones

y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 101, párr. 156 (25 de noviembre de 2003) (“En los casos de ejecuciones extrajudiciales, es fundamental que los Estados investiguen

efectivamente la privación del derecho a la vida y sancionen a todos los responsables, especialmente cuando estén involucrados agentes

estatales, por no haber cometido por lo que crearía, dentro del ambiente de impunidad, condiciones para que este tipo de hechos vuelvan a

ocurrir”).
100
Por ejemplo, Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 274, párr. 177 (26 de noviembre de 2013); Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 153, párr. 128 (22 de septiembre de 2006). Como se discutió en el Capítulo 4 de este volumen: La integridad

personal, la obligación de investigar tiene un contenido especializado en los casos de violencia de género.

101
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 292, párr. 348 (17 de abril de 2015); Masacre de Pueblo Bello Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 140, párr. 121 (31 de enero de 2006).

102 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 292, párr. 349 (17 de abril de 2015).


103
Por ejemplo, Guidel Álvarez et al. (“Diario Militar”) c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 253, párrs. 259–262 (20 de noviembre de 2012); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr.

14 (21 de junio de 2002).


104
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 292, párr. 422 (17 de abril de 2015); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 4, párr. 177 (29 de julio de 1988).


70

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70 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Citando un texto de las Naciones Unidas sobre el tema, la Corte ha establecido estándares básicos de debida

diligencia que los Estados deben observar al investigar una muerte.105 Como mínimo, la
las autoridades deben buscar:

(a) para identificar a la víctima; (b) recuperar y preservar el material probatorio relacionado con la muerte, a fin de

contribuir a una posible investigación penal de los responsables; c) identificar posibles testigos y obtener sus

declaraciones en relación con la muerte investigada; (d) determinar la causa, forma, lugar y momento de la

muerte, así como cualquier patrón o práctica que pueda haber resultado en la muerte, y (e) distinguir entre muerte

por causas naturales, muerte accidental, suicidio y asesinato . Además, la escena del crimen debe ser investigada

exhaustivamente, y las autopsias y análisis de restos humanos deben ser meticulosos y realizados por

profesionales competentes, utilizando los procedimientos más apropiados.106

Incluso durante conflictos armados y otras circunstancias “difíciles”, la Corte ha insistido en que los Estados tienen

“obligaciones de debida diligencia” en relación con la investigación de muertes sospechosas.107

En los casos potenciales de desapariciones forzadas, la Corte dispone que los operativos de búsqueda se inicien

inmediatamente después de la desaparición, bajo la presunción de que la víctima aún está viva108. Varias sentencias

han señalado que “es indispensable que las autoridades judiciales y fiscales actúen con prontitud e inmediatamente

ordenando las medidas oportunas y necesarias para determinar el paradero de la víctima”109. Estas medidas deben
incluir todas

“los recursos logísticos y científicos necesarios para recolectar y procesar las pruebas y, en particular, la facultad de

acceder a la documentación e información pertinente”110. En su caso, la recuperación del cadáver es claramente

“extremadamente importante” para los seres queridos, ya que

105 Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias y Sumarias,
UN Doc. E/ST/CSDHA/.12 (1991).
106
Por ejemplo, Familia Barrios c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
237, párr. 235 (24 de noviembre de 2011); Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 166, párr. 121 (4 de julio de 2007).
107
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 496 (14 de noviembre de 2014)
(considerando el derecho internacional humanitario); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 4, párr. 177 (29 de julio de 1988).
108
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 479 (nov.
14, 2014); González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 283 (16 de noviembre de 2009).
109
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 479 (nov.
14, 2014); Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 202, párr. 134 (22 de septiembre de 2009).
110 id. pareja. 487.
71

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vida 71
está conociendo toda la verdad sobre las circunstancias de la desaparición.111 Los restos
también son evidencia, por supuesto, y “pueden brindar información valiosa” a las autoridades
estatales sobre el crimen.112

Desde Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, el amplio alcance del deber de investigar ha sido
crucial para encontrar violaciones del artículo 4, particularmente en casos donde la participación
directa del Estado era difícil de probar.113 La Corte ha atribuido responsabilidad al Estado por
falta de protección . mujeres y niñas que enfrentan violencia de género114 y civiles en zonas de
conflicto,115 así como defensores de derechos humanos en peligro116 y líderes sindicales.117
En estas situaciones, los Estados eran conscientes del peligro reinante; sin embargo, se negaron
a realizar investigaciones serias y actuar adecuadamente para salvar la vida de las víctimas. En
consecuencia, la Corte encontró violaciones al deber de garantizar su derecho a la vida, entre
otras violaciones a la Convención118.

En muchas otras sentencias sobre ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, la


Corte ha encontrado investigaciones defectuosas; sin embargo, ha valorado la falta de debida
diligencia del Estado bajo los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial)—y no
bajo el artículo 4 y el deber de garantizar el derecho a la vida119 . Inexplicablemente, la Corte se
resiste a un enfoque consistente en esta área, como se encuentra en el sistema europeo de
derechos humanos.120 El Tribunal Europeo, si corresponde, fallará

111 id. mejor. 480–481.


112 id.
113
Véase, por ejemplo, González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párrs. 242–248 (16 de noviembre de 2009); Alban Cornejo et al. c. Ecuador, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 171, párrs. 42, 109 (22 de noviembre de 2007).

114
Por ejemplo, Véliz Franco et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 277, párrs. 151–158 (19 de mayo de 2014); González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párrs. 283–286 (16 de noviembre de 2009).

115 Masacre de Pueblo Bello v. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

Bien. 140, párrs. 126, 151 (31 de enero de 2006).


116
Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párrs. 138–139 (10 de

octubre de 2013).

117 Cantoral Huamaní y García-Santa Cruz c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 167, párrs. 100–106 (10 de julio de 2007).


118
Curiosamente, en Albán Cornejo et al. v. Ecuador, la Corte encontró una violación del artículo 4 respecto de los padres de la víctima

fallecida, debido a que el Estado no investigó adecuadamente el caso de negligencia médica. Alban Cornejo et al. c. Ecuador, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 171, párr. 109 (22 de noviembre de 2007).

119
Ej. Comunidad de Santa Bárbara Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 299, párr. 195 (1 de septiembre de 2015); Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones

y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 274, párr. 171 (26 de noviembre de 2013).

120 Hay otras sentencias interamericanas que adoptan un tercer enfoque: la investigación defectuosa se establece en el capítulo de los

artículos 8 y 25, pero luego la Corte se remite al derecho a la vida (y otros derechos sustantivos en lo aplicable, como como el derecho a

la libertad personal) para encontrar una violación del deber del Estado de
72

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72 Convención Americana sobre Derechos Humanos

dos violaciones al derecho a la vida: una por no respetar el derecho (por injerencia del Estado) y
otra por no garantizar el derecho (como por ejemplo por una investigación penal viciada)121.

IV. Alcance de la protección


A. Significado de “toda persona” y “en general, desde el momento
de Concepción”

El artículo 4(1) establece: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, desde el momento de la concepción”122. Recién en 2012
la Corte, en Artavia Murillo y otros c. v. Costa Rica, comenzó a interpretar varios términos clave de
esta disposición.123 El caso involucraba la prohibición de Costa Rica del tratamiento de fertilización
in vitro; la Corte Constitucional del Estado justificó la prohibición por la supuesta “alta pérdida de
embriones” en el procedimiento.124 La Convención Americana no hace alusión expresa a los
derechos reproductivos, pero según la Corte estos están tutelados en el artículo 11 (derecho a la
intimidad), 125 Artículo 17 (derecho a la familia), artículo 7 (derecho a la libertad personal) y
derecho a la salud del Protocolo de San Salvador.126

garantizar esos derechos. Por ejemplo, Gudiel Álvarez et al. (“Diario Militar”) c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 253, párr. 267 (20 de noviembre de 2012) (“el Estado ha violado su obligación
de garantizar los derechos establecidos en los artículos 7, 5.1, 5.2, 4.1 y 3 de la Convención mediante una investigación efectiva
de la desaparición forzada”); González Medina y Familia Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 240, párr. 265 (27 de febrero de 2012) (similar).

121
Por ejemplo, Mocanu y otros c. Rumania, Eur. Connecticut. DH, párrs. 317–353 (17 de septiembre de 2014) (donde se explica
que el deber general en virtud del artículo 1 de la Convención Europea y los artículos 2 (Derecho a la vida) y 3 (Prohibición de la
tortura) requieren “investigaciones oficiales efectivas” y se encuentran violaciones procesales de los artículos 2 y 3 debido a la
falta de tales investigaciones); Akdeniz c. Turquía, Eur. Connecticut. DH, párrs. 103–112 (31 de mayo de 2005) (similar). Véase
también “Combinación de los artículos 8 y 25: una crítica” en el Capítulo 6 de este libro: Debido proceso y procedimientos judiciales.
Proteccion.
122
Convención Americana, art. 4(1).
123 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 257 (28 de noviembre de 2012). Por supuesto, durante años la Corte ha afirmado que
“[c]ualquier enfoque restrictivo del [derecho a la vida] es … inadmisible”. Por ejemplo, Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 166, párr. 78 (4 de julio de 2007); “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala, Reparaciones y Costas, Sentencia, Interam. Connecticut. HR (ser. C) No. 77,
párr. 144 (26 de mayo de 2001).
124
Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 305 (28 de noviembre de 2012).

125 La Corte ha señalado que “el derecho a la vida privada se relaciona con: (i) la autonomía reproductiva, y (ii) el acceso a
los servicios de salud reproductiva, que incluye el derecho a tener acceso a la tecnología médica necesaria para ejercer
este derecho”. Identificación. paraca. 146.
126 id. paraca. 150. La Corte aún no ha vinculado explícitamente los derechos reproductivos con el derecho a la vida, aunque
ha reconocido la “conexión entre la autonomía personal, la libertad reproductiva y la integridad física y psíquica”.
Identificación. paraca. 147.
73

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vida 73
Artavia Murillo comenzó explicando que “toda persona”, para los efectos del artículo 4, se
refiere a “todo ser humano”, con base en el texto del artículo 1.2 de la Convención127.
A continuación, la Corte reconoció que “no existe una definición consensuada del comienzo de
la vida”, y que este asunto ha sido “valorado de diferentes maneras desde perspectivas
biológicas, médicas, éticas, morales, filosóficas y religiosas”128. Sin embargo, luego se dispuso
a establecer una prueba de línea clara para cuando ocurre la “concepción” humana, en los
términos del artículo 4.
Artavia Murillo sostuvo que por “concepción” debe entenderse “a partir del momento en que
se produce la implantación [del embrión en el útero de la madre], y por tanto …
antes de este evento, no se puede aplicar el artículo 4 de la Convención Americana”129. Costa
Rica había sostenido que la “concepción” ocurre antes, en la fecundación130; sin embargo,
según la Corte, el artículo 4 no protege a un óvulo fecundado que aún no ha sido implantado en
el útero.131 Por lo tanto, la Corte parece dejar poca discrecionalidad a los Estados sobre este
tema altamente controvertido, en contraste con la Corte Europea de Derechos Humanos y otros
tribunales.132 La reciente tendencia de la Corte, como se señaló en otra parte de este volumen,
a deferir a la ley estatal.
En cuanto a la frase “en general”, la Corte sostuvo que su “objeto y fin” es transmitir que el
derecho a la vida “no debe entenderse como un derecho absoluto, cuya alegada protección
puede justificar la negación total de otros derechos”. derechos.”133 El artículo 4 permite “según
corresponda, un equilibrio adecuado entre derechos e intereses contrapuestos.”134 De esta manera, el

127 id. mejor. 176, 219.


128 id. pareja. 185.
129 id. pareja. 189.
130 id. pareja. 167.
131
Curiosamente, la sentencia de la Corte incluye una extensa sección donde equilibra varios derechos—los “derechos a la integridad
personal, a la libertad personal, a la vida privada, a la intimidad, a la autonomía reproductiva, al acceso a los servicios de salud
reproductiva y a fundar una familia”—contra los “derechos ” del embrión no implantado, aunque en un principio nunca le concedió
derecho alguno a dicho embrión. Identificación. párrs. 314–315.
132 Ver Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 21, en 220 (discutiendo Vo v. France: “dada la ausencia de un consenso europeo legal,
médico, ético o religioso sobre cuándo comienza la vida, se aplica un margen de apreciación, incluso hasta el punto en que el Tribunal
dudó si era 'deseable, o incluso posible, tal como están las cosas, responder en abstracto a la pregunta de si el niño por nacer es una
persona a los efectos del artículo 2'”). En Evans c. Reino Unido, el Tribunal Europeo aplicó un enfoque de margen de apreciación
similar al de Vo c. Francia, respetando la ley estatal, con respecto a los embriones creados por FIV. Identificación. Para más críticas y
análisis de Artavia Murillo, desde varias perspectivas, ver Paolo Carozza, The Anglo-Latin Divide and the Future of the Inter-American
System of Human Rights, 5 Notre Dame J. Int'l Comp. L. 153 (2015); Ligia De Jesus, Una lectura proabortista de un tratado provida: La
interpretación distorsionada de la Convención Americana sobre Derechos Humanos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en Artavia v. Costa Rica, 32 Wis. Int'l LJ 223 ( 2014); Ciara O'Connell, La generación de derechos reproductivos en el sistema
interamericano, en Género, sexualidad y justicia social: ¿Qué tiene que ver el derecho con esto? (Kay Lalor, Elizabeth Mills, Arturo
Sánchez García & Polly Haste eds. 2016); Álvaro Paúl, Proceso de Toma de Decisiones de la Corte Interamericana: Un Análisis
Suscitado por el Caso “Fecundación In Vitro”, 21 ILSA J. Int'l & Comp. L. 87 (2014).

133 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 258 (28 de noviembre de 2012).
134 id. pareja. 263.
74

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74 Convención Americana sobre Derechos Humanos

La sentencia ciertamente deja abierta la posibilidad de equilibrar los derechos del niño por nacer
con los de la madre. El Tribunal sostuvo además que la protección del derecho a la vida en virtud
del Artículo 4 es “gradual e incremental de acuerdo con su desarrollo” . .

Tanto en Artavia Murillo como en otras sentencias, la Corte deja los derechos del niño por nacer
en un estado de gran incertidumbre.136 En Gelman Vs. Uruguay, María Claudia García
Iruretagoyena de Gelman (“María Claudia”), quien tenía siete meses de embarazo , había sido
detenido ilegalmente en instalaciones militares secretas; como resultado, su bebé, María Macarena,
nació en cautiverio137. La Corte reconoció que el trato “afectó severamente la integridad personal
de [la madre] … y le provocó … sufrimiento físico y psíquico”138 , aunque en una nota al pie la
Corte reconoció que tales condiciones también podrían afectar gravemente al niño que estaba
gestando, no encontró violaciones al derecho a la integridad personal de María Macarena139.
Luego del nacimiento de María Macarena, María Claudia fue ejecutada y la niña fue adoptada
ilegalmente por otra familia140. La Corte consideró que los hechos del caso constituyen dos
desapariciones forzadas —tanto de la madre como del niño— que generaron violaciones del
artículo 4, entre otros derechos141 . Sin embargo, en el caso de María Macarena, la Corte
consideró que las violaciones a los derechos humanos se produjeron a partir de su nacimiento—no
desde el punto anterior cuando su madre fue secuestrada.142

Aunque la Corte no se ha ocupado directamente del aborto en cuanto al fondo, la Inter


La Comisión Americana ha señalado que el derecho a la vida, bajo el derecho americano

135 id. pareja. 264.


136 Véase también Gelman c. Uruguay, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 221 (24 de febrero
de 2011) (ver discusión en el siguiente párrafo); Pueblo Indígena Xákmok Kásek. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 214, párr. 228 (24 de agosto de 2010) (“los representantes y la Comisión no han
presentado alegatos sobre la alegada violación del derecho a la vida del 'no nacido', por lo que, dada la ausencia de fundamento,
la Corte carece de hechos sobre los cuales formarse una opinión sobre la responsabilidad del Estado en estos casos”).

137 Gelman c. Uruguay, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 221, párr. 97 (feb.
24, 2011).

138 id. pareja. 98.


139 Véase id. nota 128 (“Evidencia científica demuestra que la dieta, el estrés, el estrés físico y psicológico experimentado por la madre
durante el embarazo tiene efectos sistémicos que afectan a los niños […] que incluso pueden alterar el desarrollo físico posterior
del niño”).
140 María Macarena, que aún vive, sólo años después supo el destino de sus padres (su padre biológico también había desaparecido).
Identificación. párrs. 112–113.
141 id. mejor. 101, 132.
142 id. paraca. 137 (“La Corte declara que el Estado es responsable por haber violado, desde el nacimiento de María Macarena Gelman
García hasta el momento en que recuperó su verdadera y legítima identidad, el derecho a la personalidad jurídica, a la vida, a la
integridad personal, a la libertad, a la familia, al nombre, a los derechos del niño y a la nacionalidad, reconocidos en los artículos 3,
4, 5, 7, 17, 18, 19 y 20.3 de la Convención, en relación con los artículos 1.1 de la misma, y I y XI de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas”).
75

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vida 75
Declaración, permite el aborto en algunas circunstancias.143 En cuanto a la Convención
Americana, la jurisprudencia de la Comisión sobre el aborto y los derechos del niño por nacer
es limitada.144 Aún así, durante el litigio Artavia Murillo, la Comisión afirmó que el artículo 4 “no
establece un derecho absoluto o categórico en relación con las etapas prenatales de la vida” y
que “existe un reconocimiento internacional y comparativo del concepto de protección gradual e
incremental de la vida en la etapa prenatal”145.
Asimismo, tanto la Corte como la Comisión han otorgado medidas provisionales y cautelares,
respectivamente, para proteger a las personas que buscan abortar cuando su salud corría
peligro146 . Sin embargo, las medidas provisionales y cautelares —dictadas con retrasos
significativos y que contenían instrucciones ambiguas— poner en duda la capacidad actual del
Sistema Interamericano para proporcionar remedios rápidos y efectivos en esta materia.

B. Significado de “Nadie será privado arbitrariamente” de la vida

La Corte ha encontrado privaciones arbitrarias de la vida en cinco situaciones generales. Estos


incluyen: (1) la aplicación de la pena de muerte bajo ciertas circunstancias, (2) el uso
desproporcionado de la fuerza en escenarios de aplicación de la ley, (3) el uso desproporcionado
de la fuerza durante conflictos armados, (4) las muertes de personas encarceladas , y (5) la
desaparición forzada de personas. La presente sección considera estas situaciones, que pueden
superponerse hasta cierto punto.

143 Ver Baby Boy v. Estados Unidos, Caso 2141, Inter-Am. Comm'n HR, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 18.
Sin embargo, la Comisión no explicó las circunstancias precisas; más bien, en respuesta a los argumentos de los
peticionarios, revisó la historia de negociación de la Declaración Americana y la Declaración Americana.
Convención.
144
En Baby Boy, la Comisión considera la historia de negociación de la Convención y concluye que “las implicaciones de la
cláusula 'en general, desde el momento de la concepción' son sustancialmente diferentes” de la frase más restrictiva
“desde el momento de la concepción” (énfasis añadido ). Identificación. paraca. 30. En 2007, la Comisión aprobó la
resolución de un caso de aborto contra México. Paulina del Carmen Ramírez Jacinto Vs. México, Caso 161-02, Corte
I.D.M. Com. HR, Informe No. 21/07, OEA/Ser.L/V/II.130, doc. 22, rev.1 (2007), disponible en https://www.cidh.oas.org/
annualrep/2007eng/Mexico161.02eng.htm. Si bien la Comisión no se pronunció sobre el fondo de la controversia, en
general exigió “el acceso de jure y de facto a recursos judiciales idóneos y efectivos … para la protección de todos los
derechos de las mujeres”, así como resaltó la “ obligación de actuar con la debida diligencia cuando ocurran violaciones
a sus derechos humanos”. Identificación. paraca. 26. Véase también Álvaro Paúl, Concepciones controvertidas: el no
nacido y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 9 Loy. U. Chi. Int'l L. Rev. 209 (2011) (“La Comisión parece
otorgar al no nacido personalidad jurídica para efectos jurisdiccionales, [y] también refrenda la capacidad del no nacido
de ser lesionado por terceros. Sin embargo, la Comisión parece otorgar a los Estados un amplio margen de apreciación
para determinar la protección otorgada al no nacido”).
145 Artavia Murillo et al. (Fecundación in vitro) c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 257, párr. 163 (28 de noviembre de 2012).
146
B. c. El Salvador, Medidas Provisionales, Resolución de la Corte, 2013 Inter-Am. Connecticut. RRHH (29 de mayo de
2013); Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Medidas Cautelares, MC 178/15, Mainumby v. Paraguay (8 de
junio de 2015), disponible en http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/2015/MC178- 15-ES.pdf (pedido completo en
español). En ambos casos, los Estados en cuestión prohibieron el aborto.
76

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76 Convención Americana sobre Derechos Humanos

1. La pena de muerte
una. Introducción

Casi dos tercios de todas las naciones ahora han abolido la pena de muerte en la ley o en la
práctica.147 Sin embargo, la Corte y la Comisión Interamericanas han enfrentado cuestiones de la
pena capital en varias ocasiones. El Sistema Interamericano ha desempeñado un papel clave en la
suspensión de las ejecuciones en los Estados del Caribe y en la anulación de los estatutos de pena
de muerte “obligatoria” en la región.148 La Comisión también ha intentado, con poco éxito,
suspender las ejecuciones en los Estados Unidos.149

El artículo 4 de la Convención dedica cinco párrafos a limitar la pena de muerte. Para aquellos
Estados que no permitieron la pena capital en el momento de la ratificación, la Convención “impone
una prohibición definitiva […] para todas las categorías de delitos en lo que se refiere al futuro.”150
La Corte aún no se ha ocupado de un caso en el que un Estado solicitó para restablecer la pena de
muerte, por lo que no ha encontrado una violación del artículo 4(3). Sin embargo, en Raxcacó
Reyes c. Guatemala, la Corte determinó que el Estado había extendido la pena capital al delito de
secuestro y, en consecuencia, declaró la violación del artículo 4(2)151.
Para los Estados retencionistas, la Convención “impone restricciones destinadas a delimitar
estrictamente su aplicación y alcance, a fin de reducir la aplicación de la pena para provocar su
desaparición gradual”. 152 La jurisprudencia del Tribunal sobre la pena capital se ha referido a
Barbados, Trinidad y Tobago. , y Guatemala.153 La jurisprudencia se puede organizar en torno a
cuatro temas principales: (1) el requisito de los “crímenes más graves”, (2) el rechazo de las leyes
de pena de muerte “obligatoria”, (3) los estándares del debido proceso, y (4 ) pleno acceso a
oportunidades de conmutación, amnistía o indulto.

147
Amnistía Internacional, “Death Penalty”, disponible en https://www.amnesty.org/en/what-we-do/deathpenty/ (última visita el 21
de noviembre de 2016); Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos: De las Restricciones a la Abolición, párrs. 23–38 (2011) (que resume “avances significativos en la región”).

148 Véase Brian D. Tittemore, La pena de muerte obligatoria en el Commonwealth del Caribe y el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos: una evolución en el desarrollo y la implementación de las protecciones internacionales de los derechos
humanos, 13 Wm. y María Bill Rts. J. 445, 484 (2004).
149 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: De
las Restricciones a la Abolición, párr. 49 (2011) (“En decenas de instancias la CIDH ha emitido medidas cautelares solicitando
que se suspenda la ejecución de condenados a muerte en Estados Unidos hasta que la Comisión haya emitido una determinación
sobre sus peticiones, y en decenas de instancias el Estado ha ejecutado los presos en violación de esas medidas.”).

150 Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4(2) y 4(4) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Consejo
Opinión OC-3/83, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 3, párrs. 56 y 68 (8 de septiembre de 1983).
151 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párr. 66
(15 de septiembre de 2005).
152
Por ejemplo, Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 99 (21 de junio de 2002); Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4(2) y 4(4) Convención
Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-3/83, Inter-Am. Connecticut.
H.R. (ser. A) No. 3, para. 57 (Sept. 8,ÿ1983).
153 En 1998, Trinidad y Tobago denunció la Convención Americana, principalmente por las intervenciones de
la Comisión y la Corte Interamericanas en esta materia.
77

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vida 77
B. “Solo para los delitos más graves”
La Corte ha reiterado las limitaciones sustantivas de la Convención de que la pena de muerte
solo puede aplicarse a “los delitos más graves”, y nunca a “delitos políticos o delitos comunes
conexos”.154 Sin embargo, el Tribunal no ha definido los delitos políticos, ni tampoco enumeró
“los delitos más graves”. Raxcacó Reyes se limitó a señalar que estos últimos “afectan con la
mayor severidad los más importantes derechos individuales y sociales y por lo tanto merecen
la más enérgica censura y la más severa sanción”155.
En Raxcacó, la Corte decidió que el “secuestro simple” no pertenecería a la categoría “más
grave” . la ley nacional debe otorgar a los tribunales “un margen de evaluación subjetiva”.157
Además, el Tribunal citó una declaración del Comité de Derechos Humanos de la ONU de
que los delitos “que no resulten en la pérdida de la vida” no pueden ser castigados con la
pena de muerte.158 Sin embargo, No está claro si la Corte ha adoptado completamente este
punto de vista, y si considera que la pena capital debería ser posible solo para ciertos tipos
de homicidios intencionales.

El Tribunal no ha decidido un caso en el que un presunto “delito político” condujera a la


pena de muerte. Por su parte, la Comisión Interamericana también ha evitado tipificar los
delitos políticos. Aun así, condenó la legislación cubana que permite la aplicación de la pena
capital a una amplia gama de delitos.159 Entre ellos, la Comisión criticó los “delitos contra la
seguridad del Estado” como una categoría de delitos particularmente “amplia y vaga” .160
también ha denunciado que disidentes políticos y “los que han intentado huir de la isla” han
sido condenados a muerte en Cuba.161

C. La pena de muerte “obligatoria”


La mayoría de los casos relevantes ante la Corte Interamericana se han relacionado con la
imposición de una pena de muerte “obligatoria”. En estas sentencias, comenzando con Hilarie,
Constantine et al c. Trinidad y Tobago, se trataba de “la imposición automática” de la pena de
muerte al ser condenado por asesinato, sin ninguna consideración de atenuantes.

154 Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4(2) y 4(4) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-3/83,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 3, párr. 54 (8 de septiembre de 1983). En una sentencia reciente sobre una posible extradición
de Perú a China, la Corte se mostró convencida de que China no aplicaría la pena de muerte por el delito de “contrabando de bienes
comunes”; por estas y otras razones, la sentencia no encontró una violación del artículo 4. Wong Ho Wing c. Perú, Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 297, párrs. 187–188 (30 de junio de
2015) (traducción de los autores).
155 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párr. 70 (15 de
septiembre de 2005).
156 id. pareja. 71.
157 id.

158 id. pareja. 69.


159 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe Anual 2014, párrs. 158–166.
160 id. pareja. 162.
161
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: De las
Restricciones a la Abolición, párr. 110, página 113 (2011) (en referencia a Copello Castillo y otros c. Cuba).
78

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78 Convención Americana sobre Derechos Humanos

circunstancias en el proceso de sentencia.162 El Tribunal concluyó que “la ley no distingue la


posibilidad de diferentes grados de culpabilidad del delincuente y no considera individualmente las
circunstancias particulares del delito.”163
Para la Corte, el “homicidio doloso o premeditado” debe ser abordado en el derecho penal “bajo
diversas categorías (clases penales) que se correspondan con la amplia gama de gravedad de los
hechos circundantes, teniendo en cuenta las distintas facetas que pueden entrar en juego”. 164
Como resultado, el Tribunal también encontró una violación del Artículo 2 en relación con el Artículo
4, y requirió varios cambios en la legislación interna, incluidas las disposiciones constitucionales.165
del [derecho] a la vida”166. En cumplimiento de las sentencias de la Corte, Barbados conmutó la
pena capital por cadena perpetua para los peticionarios; el Estado también expresó su compromiso
de abolir la pena de muerte obligatoria y enmendar las normas constitucionales problemáticas.167
Siguiendo las decisiones del Sistema Interamericano, la pena de muerte obligatoria ha sido
abandonada en varios Estados del Caribe como Santa Lucía, Dominica, Belice, las Bahamas , y
Granada.168

D. Requisitos del debido proceso


El artículo 4(2) contiene requisitos simples de debido proceso para la pena de muerte: solo puede
imponerse “en cumplimiento de una sentencia firme dictada por un tribunal competente y de
conformidad con una ley que establezca tal pena, promulgada antes de la comisión del delito .”169
La Corte ha aclarado, sin embargo, que toda la gama de garantías procesales de la Convención
debe aplicarse a los casos de pena capital:

Si el debido proceso legal, con todos sus derechos y garantías, debe ser respetado
cualesquiera que sean las circunstancias, entonces su observancia cobra mayor importancia cuando

162
Véase, por ejemplo, Tittemore, supra nota 148, en 446.
163
Por ejemplo, DaCosta Cadogan v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 204, párr. 53 (24 de septiembre de 2009); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr.

104 (21 de junio de 2002).

164 DaCosta Cadogan c. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 204, párr. 50 (24 de septiembre de 2009).


165
Por ejemplo, Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 169, párr. 79 (20 de noviembre de 2007); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 152(c) (21 de junio de 2002).

166
Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 169, párr. 79 (20 de noviembre de 2007).


167
Boyce et al. v. Barbados, Supervisión de Cumplimiento de Sentencia, Orden de la Corte, 2011 Inter-Am. Connecticut.

Recursos Humanos (21 de noviembre de 2011).

168
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: De las Restricciones a

la Abolición, párr. 27 (2011).

169 Convención Americana, art. 4(2).


79

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vida 79
está en juego ese derecho supremo que todo tratado y declaración de derechos humanos
reconoce y protege: la vida humana.170

De esta forma, la Corte y la Comisión han acudido a las disposiciones del debido proceso de la
Convención —artículos 8 y 25— en tanto buscan lograr la “más estricta y rigurosa aplicación de las
garantías judiciales” en este contexto171.
La primera decisión de la Corte sobre las garantías del debido proceso para la pena de muerte
fue la Opinión Consultiva No. 16, que trató específicamente sobre el derecho a la notificación y
asistencia consular. La Corte señaló claramente que la inobservancia del “derecho a la información
consular” de un extranjero detenido, definido en el artículo 36(1)(b) de la Convención de Viena
sobre Relaciones Consulares, viola el debido proceso legal; en tales circunstancias, la imposición
de la pena de muerte viola el derecho a no ser privado de la vida “arbitrariamente”172. De manera
similar, la Comisión Interamericana, en varios casos contra Estados Unidos, ha encontrado que la
falta de notificación consular viola el garantías de proceso.173

La Corte no suele discutir las violaciones del debido proceso en los casos de pena de muerte en
virtud del artículo 4, y prefiere reservarlas para el capítulo de la sentencia sobre los artículos 8 y 25.
En dos sentencias, Hilaire et al. v Trinidad y Tobago y Fermin Ramirez v. Guatemala, el Tribunal no
solo encontró violaciones a los artículos 8 o 25, sino que también ordenó un nuevo juicio para los
peticionarios.174 En Hilaire, la Corte encontró distintas violaciones procesales.
Por ejemplo, a los peticionarios se les negó “el acceso a asistencia legal adecuada para la
presentación efectiva de recursos constitucionales”, que eran engorrosos de presentar sin un
abogado;175 el Tribunal también concluyó que la legislación interna no reconocía el derecho a ser
juzgado “dentro de un plazo razonable”. de tiempo.”176 Sin embargo, debido a que la Corte
finalmente ordenó al Estado volver a juzgar a todos los peticionarios debido a la aplicación de la ley
de pena de muerte obligatoria, las violaciones específicas del debido proceso “tuvieron poco efecto
práctico en el resultado del caso.”177

170
Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva
OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 135 (1 de octubre de 1999).
171 id. paraca. 136; Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La pena de muerte en la Interamericana
Sistema de Derechos Humanos: De las Restricciones a la Abolición, párrs. 40–43 (2011).
172
Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva
OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 137 (1 de octubre de 1999).
173 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
Sistema: De las Restricciones a la Abolición, párr. 121 (2011).
174 Fermín Ramírez v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D. Connecticut. HR (ser. C) No. 126, párr. 138
(20 de junio de 2005); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 223 (21 de junio de 2002).
175 Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 152(b) (21 de junio de 2002).
176 Id. párr. 152(a).
177
Tittemore, supra nota 148, en 496.
80

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80 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Fermín Ramírez involucró a un peticionario que había sido condenado por asesinato y violación
agravada.178 La Corte sostuvo que Guatemala “violó las reglas procesales de estricto y
179
observancia necesaria en los casos de imposición de la pena de muerte”. que En concreto, se encontró
el peticionario no había sido notificado adecuadamente de los cargos penales, y que no se le había brindado
la oportunidad suficiente para preparar una defensa, en violación de los párrafos (b) y (c) del artículo 8(2) de
la Convención. Como se menciona más adelante, también se violó su derecho a solicitar amnistía, indulto o
conmutación de la pena conforme al artículo 4(6).
Curiosamente, la Corte no encontró una violación del artículo 4(1), argumentando que Fermín Ramírez no
había sido ejecutado.180 Sin embargo, una violación del artículo 4(6) debería llevar a la conclusión de que

no se respetó el derecho a la vida, vulnerando los términos del artículo 4(1).


DaCosta Cadogan v. Barbados, una sentencia posterior sobre una pena de muerte preceptiva, no llevó
a la Corte a ordenar un nuevo juicio, aunque se ordenó una audiencia en un tribunal nacional para determinar
una nueva sentencia.181 La Corte concluyó que el debido proceso estaba comprometido porque la la salud
mental del acusado en el momento de los hechos “nunca fue evaluada completamente …
en un caso donde la pena de muerte era la única pena posible”182. Consideró que debido
a que el abogado de DaCosta Cadogan fue designado por el Estado, “el presidente del tribunal tenía el
deber de adoptar un papel más activo para asegurar que se tomaran todas las medidas necesarias” . llevado
a cabo para garantizar un juicio justo.”183 Dado que el juez de primera instancia podría haber ordenado el
examen psicológico gratuito, pero optó por no hacerlo, se responsabilizó a Barbados por violaciones tanto
del Artículo 8(1)184 como de los párrafos (f ) y (c)185 del Artículo 8(2).186
En resumen, entonces, la Corte exige garantías rigurosas del debido proceso en casos de pena capital,
de conformidad con los artículos 8 y 25. En esta etapa del desarrollo de la jurisprudencia, sin embargo, no
está claro en qué medida las normas procesales son más estrictas que

178 Fermín Ramírez v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
126 (20 de junio de 2005).

179 id. párrafo 79.


180
En Boyce et al. v. Barbados, la Corte encontró una violación del artículo 4 y un trato cruel por “cualquier lectura de sentencias de muerte o

ejecución de una persona cuya petición se encuentra ante el Sistema Interamericano”. Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 169, párr. 114 (20 de noviembre de 2007). Por lo tanto, no fue necesaria una muerte real para encontrar que el Estado violó el
artículo 4.

181 DaCosta Cadogan c. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. DH (ser. C) No. 204 (24 sept. 2009).

182 id. pareja. 88.

183 id. pareja. 89.

184 El artículo 8.1 de la Convención dispone: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,

por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación de

carácter penal dictados contra él o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro

carácter”.

185 El artículo 8(2)(c) de la Convención establece “tiempo y medios adecuados para la preparación de su defensa”; El artículo 8(2)(f ) prevé “el

derecho de la defensa a interrogar a los testigos presentes en el tribunal y a obtener la comparecencia, como testigos, de peritos u otras

personas que puedan esclarecer los hechos”.


186
DaCosta Cadogan v. Barbados, párr. 90.
81

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vida 81
los de los procesos penales sin pena de muerte. Cuando los Estados no cumplen con las
garantías procesales, la Corte ha ordenado nuevos juicios o la conmutación de sentencias.187
De manera similar, la Comisión Interamericana ha pedido un “estándar de escrutinio estricto y
elevado” en los casos de pena capital.188 Ha condenado las prácticas de numerosos Estados—
entre los que destaca Estados Unidos—por un debido proceso insuficiente, la ejecución de
delincuentes juveniles y discriminación racial en juicios y sentencias capitales.189 Estados Unidos
se ha resistido a la dirección de la Comisión en esta área, para su “profunda preocupación”.190
De hecho, “en docenas de instancias” el Estado ha hecho caso omiso medidas que solicitaron la
suspensión de la ejecución.191

mi. Derecho a solicitar el indulto, la amnistía o la conmutación


El artículo 4(6) de la Convención establece el derecho de toda persona condenada a la pena de
muerte “a solicitar el indulto, la amnistía o la conmutación de la pena”; la ejecución no podrá
efectuarse “mientras tal petición se encuentre pendiente de decisión de la autoridad competente”.
La Corte consideró violada esta disposición en tres casos192. En la primera sentencia, Hilaire,
sostuvo que el artículo 4.6, “leído en conjunto con los artículos 8 y 1.1, impone al Estado la
obligación de garantizar que un delincuente sentenciado a muerte pueda ejercer efectivamente
este derecho.”193 En consecuencia, los Estados deben “implementar un procedimiento justo y
transparente mediante el cual un delincuente sentenciado a muerte pueda hacer uso de todas las
pruebas favorables que considere pertinentes para otorgar clemencia.”194 Tribunal encontrado

187
Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 169, párr. 127 (20 de noviembre de 2007) (el Estado debe “conmutar formalmente la pena de muerte del Sr.
abrazos”); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 214 (21 de junio de 2002) (ordenando un nuevo juicio). En Wong Ho Wing c. Perú, la Corte
consideró un procedimiento de extradición a China, que permite la pena de muerte. Wong Ho Wing Vs. Perú, Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
N° 297 (30 de junio de 2015). La Corte concluyó que el Artículo 4 no fue violado porque China le había dado a Perú suficientes
garantías de que no aplicaría la pena capital. Identificación. párrs. 151–152.
188 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
Sistema: De las Restricciones a la Abolición, párr. 13 (2011).
189 La Comisión Interamericana también otorgó medidas cautelares solicitando a Estados Unidos suspender la deportación de solicitantes
de asilo con el argumento de que sus vidas correrían grave peligro si regresaban a El Salvador. Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Asunto EGS y AESG respecto de los Estados Unidos de América, Medida Cautelar 297-16 (11 de mayo de 2016),
disponible en http://www.oas.org/es/
cidh/decisiones/pdf/2016/MC297-16-Es.pdf.
190 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
Sistema: De las Restricciones a la Abolición, párr. 49 (2011).
191 id.

192 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párr. 90 (15
de septiembre de 2005); Fermín Ramírez c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.
Connecticut. HR (ser. C) No. 126 (20 de junio de 2005), párr. 110; Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94 (21 de junio de 2002).
193 id. pareja. 188.
194 id.
82

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82 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que el procedimiento en Hilaire “se caracterizó por la falta de transparencia, falta de información disponible
y falta de participación de las víctimas”, violando el artículo 4(6).195 Tanto en Fermín Ramírez como en
Raxcacó Reyes, la Corte falló que Guatemala incumplió de la disposición por la que se eliminó, mediante
ley de 2001, la institución del Estado que resolvía las solicitudes de indulto196.

2. Uso de la fuerza letal en escenarios de aplicación de la ley


una. Introducción

El artículo 4 de la Convención Americana no regula explícitamente el uso de la fuerza por agentes del
Estado. Sin embargo, la Corte ha visto varios casos sobre el uso de la fuerza letal por parte de policías197
y soldados;198 reconoce que la fuerza se justifica ocasionalmente para mantener la seguridad pública. Sin
embargo, la fuerza letal debe ser excepcional y obedecer estrictamente los principios de legalidad,
necesidad y proporcionalidad.199 De lo contrario, cualquier privación de la vida resultante es arbitraria.200
En consecuencia, la Corte ha condenado el uso de la fuerza letal por parte de un Estado incluso en
situaciones muy peligrosas. contextos, como el terrorismo, el conflicto interno, la violencia de pandillas y el narcotráfico.201
Además, la Corte exige una “clara demarcación entre las funciones militares y policiales”202.
Es decir, los Estados “deben restringir al máximo el uso de las fuerzas armadas” fuera del conflicto armado,

porque “están entrenadas para luchar contra los enemigos y no para proteger y controlar a los civiles”203.
Aun así, la Corte ha dejado la puerta abierta . por la participación de

195 id. pareja. 189.


196 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párrs. 83–
86; Fermín Ramírez c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 126, párrs.
107–110.
197
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281 (27 de agosto de 2014); Uzcátegui et al. c. Venezuela, Fondo y Reparaciones, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 249 (3 de septiembre de 2012).
198
Por ejemplo, Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 166 (4 de julio de 2007); Caracazo c. Venezuela, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 58 (11 de noviembre
de 1999).
199
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 134 (27 de agosto de 2014); Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 166, párrs. 83–85 (4 de julio de 2007).
200
Por ejemplo, Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 166, párr. 84 (4 de julio de 2007); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150, párr. 68 (5 de julio de 2006).

201
Por ejemplo, Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) No. 166, párrs. 73–74, 110 (4 de julio de 2007) (1.200 agentes del Estado participaron en un operativo ilegal “para detener a
delincuentes, narcotraficantes y terroristas”); Servellón García et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 152, párrs. 79(1)–(4) (21 de septiembre de 2006) (considerando aspectos de la violencia pandillera
generalizada).
202 Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
166, párr. 51 (4 de julio de 2007).
203 id. En Caracazo Vs. Venezuela, la Corte comenzó a desarrollar su jurisprudencia en esta materia; allí, el Estado reconoció que 44
personas fueron asesinadas por el Ejército de Venezuela y que “existía un patrón común de conducta
83

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vida 83
fuerzas armadas en la aplicación de la ley. Cuando los soldados son empleados como un medio “para

controlar protestas sociales, disturbios domésticos, violencia interna, emergencias públicas y delincuencia
común”, deben cumplir con un deber de “cuidado extremo”. 204 El contenido de este deber sigue sin estar

claro. Además, si los Estados han justificado la fuerza militar al declarar el estado de emergencia, deben
cumplir cabalmente con los requisitos del artículo 27 de la Convención (“Suspensión de Garantías”).205

B. Los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad


El derecho internacional de los derechos humanos requiere al menos tres elementos interrelacionados para
el uso de la fuerza letal: legalidad, necesidad y proporcionalidad.206 Al evaluar los casos de uso de la fuerza,
la Corte ha aplicado los Principios Básicos sobre el Uso de la Fuerza y de las Naciones Unidas. Armas de
fuego por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el Código de conducta de los

funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.207 En su análisis, la Corte examina cada vez más tres
etapas de la situación específica: antes, durante y después del uso de la fuerza.208
Según la Corte, el principio de legalidad requiere que los Estados limiten por ley las situaciones en las
que las personas pueden ser privadas de la vida justificadamente. Los Estados deben tener “un marco legal

apropiado” que restrinja “el uso de armas letales que puedan causar lesiones o la muerte en la mayor medida
posible”. 209 Este marco legal debe limitar los propósitos legítimos del uso letal de la fuerza a

la legítima defensa o la defensa de otros contra la amenaza inminente de muerte o lesiones graves,
para impedir la perpetración de un delito particularmente grave que suponga una grave amenaza para
la vida, para detener a una persona que presente tal peligro y se resista a su autoridad, o para impedir
su o su escape, y sólo cuando los medios menos extremos son insuficientes para lograr estos objetivos.

En todo caso, el uso intencional letal de armas de fuego sólo podrá hacerse cuando sea estrictamente
inevitable para proteger la vida210.

caracterizado por el uso desproporcionado de las fuerzas armadas en los barrios residenciales más pobres”. Caracazo c. Venezuela, Fondo,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 58, párrs. 2(m), 37 (11 de noviembre de 1999).
204 id.

205 id. mejor. 42–71.

206 id. párrs. 82–90; Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 21, en 226–33; Informe del Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o

arbitrarias, Christof Heyns, UN A/HRC/26/36, párrs. 55–74 (2014).


207
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 124 (27 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párr. 78 (24 de octubre de 2012).

208 Landaeta Meijias Brothers et al. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 124 (27 de agosto de 2014).

209 id. pareja. 126.

210 id. paraca. 131 (donde se citan los Principios básicos sobre el uso de la fuerza y de armas de fuego por las fuerzas del orden de las Naciones Unidas).
funcionarios).
84

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84 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Además, las leyes estatales deben exigir una capacitación adecuada para los agentes estatales,211 y exigir
revisiones independientes del uso letal de la fuerza,212 entre otros elementos.
Landaeta Meijias Brothers et al. v. Venezuela se refería a una violación del principio de legalidad. La Corte
encontró violaciones de los artículos 4 y 2 porque Venezuela carecía de legislación que “estableciera
parámetros para el uso de la fuerza por parte de los agentes del Estado” y “no pudo probar” que había
brindado capacitación adecuada a sus agentes encargados de hacer cumplir la ley.213 El Tribunal llegó a una
conclusión conclusión similar en Nadege Dorzema et al. v. República Dominicana con respecto al ejército
dominicano.214
La Corte requiere “absoluta necesidad” para el uso de la fuerza letal.215 “Debe estar prohibido como

regla general” y solo debe emplearse en casos “extraordinarios” como medida de “último recurso” .216 En
Nadege Dorzema et al. , soldados dominicanos dispararon indiscriminadamente contra un camión que no se
detuvo en un puesto de control migratorio, matando a varias personas.217 La Corte consideró que no había
evidencia “de que los migrantes estuvieran armados o hubieran intentado algún tipo de acto violento contra
los agentes.”218 Sostuvo que “aun cuando la abstención del uso de la fuerza hubiera permitido a los
individuos … escapar, los agentes no debieron haber utilizado fuerza letal”, porque los migrantes “no
representaban una amenaza o un peligro real o inminente para los agentes o terceros”219. En consecuencia,
la Corte consideró que ello no constituía una situación de absoluta necesidad.

El último paso para evaluar el uso de la fuerza es la prueba de proporcionalidad. Refiriéndose a los
Principios Básicos sobre el Uso de la Fuerza de la ONU, la Corte ha señalado que “el nivel de fuerza utilizado

debe estar acorde con el nivel de resistencia ofrecido”220 .

211
Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 251, párr. 81 (24 de octubre de 2012).
212 Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
166, párr. 86 (4 de julio de 2007).
213 Landaeta Meijias Brothers et al. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párrs. 125, 129 (27 de agosto de 2014).
214
Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 251, párr. 82 (24 de octubre de 2012). En Zambrano Vélez, la Corte encontró que la ley de Ecuador que establece
un estado de emergencia no cumplió con los requisitos estrictos del artículo 27 de la Convención.
Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 166, párrs. 42-71
(4 de julio de 2007). Según el Tribunal, la ley carecía de “límites geográficos, temporales y materiales” para la suspensión de derechos,
y permitía la acción militar con vagos objetivos “para detener a delincuentes, narcotraficantes y terroristas”. Identificación. paraca. 96.

215
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 134 (27 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párr. 85 (24 de octubre de 2012).

216 Zambrano Vélez et al. c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
166, párr. 84 (4 de julio de 2007).
217
Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 251, párr. 83 (24 de octubre de 2012).
218 id.

219 id. pareja. 85.


220 id.
85

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vida 85
utilizar un “criterio de uso diferenciado y progresivo de la fuerza” y “emplear tácticas de negociación”
cuando sea posible.221 Por ejemplo, en Landaeta Meijias Brothers, detectives vestidos de civil
persiguieron a Igmar Landaeta.222 Cuando ya había caído, la policía le disparó , resultando en su
muerte. La Corte consideró que, dadas las circunstancias, el tiroteo fue claramente desproporcionado
para arrestar a Landaeta.223 En Nadege Dorzema, que involucró los asesinatos en el puesto de control
de inmigración, el Estado debería haber adoptado medidas proporcionadas como “controles de tráfico
con barricadas, topes de velocidad, dispositivos punzantes y/o cámaras.”224

C. La carga de la prueba
En casos de presunto uso de fuerza excesiva, la Corte transfiere la carga de la prueba al Estado, que
debe proporcionar “una explicación satisfactoria y convincente de los hechos y … refutar las alegaciones
de su responsabilidad”. 225 Los Estados no han cumplido con este estándar en varias ocasiones, lo
que resultó en violaciones del Artículo 4.226 El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha cambiado
la carga de la prueba en estas circunstancias y encontró violaciones del Artículo 6 cuando los Estados
no presentan pruebas suficientes.227 Sin embargo, la Corte Europea generalmente exige más de los
peticionarios para demostrar la responsabilidad del Estado por un asesinato.228

D. Deberes del Estado después del Uso de la Fuerza

En cuanto a las obligaciones del Estado después del uso de la fuerza, la Corte requiere que las fuerzas
del orden faciliten cualquier ayuda médica necesaria y notifiquen, “en el momento más temprano
posible”, a los miembros de la familia u otros contactos cercanos de la víctima.229 Los agentes estatales
deben informar el situación de revisión administrativa y judicial; una investigación debe “determinar el nivel y

221 id.

222 Landaeta Meijias Brothers et al. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párrs. 141–142 (27 de agosto de 2014).
223 id.
224
Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 251, párr. 88 (24 de octubre de 2012).
225
Por ejemplo, Uzcátegui et al. c. Venezuela, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 249, párr.
135 (3 de septiembre de 2012); Cabrera García y Montiel Flores Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 220, párr. 134 (26 de noviembre de 2010).
226
Por ejemplo, Gutiérrez y Familia Vs. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 271, párr. 141 (25 de noviembre de 2013); Uzcátegui et al. c. Venezuela, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 249, párrs. 135 y 141 (3 de septiembre de 2012).
227 Ver Nowak, supra nota 3, en 129–31.
228 Ver Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 21, en 222 (para la responsabilidad del Estado bajo el Artículo 2 “por el asesinato de
cualquier individuo, primero debe demostrarse más allá de toda duda razonable que el individuo fue asesinado por uno de sus
agentes ”, excepto cuando la víctima muere “en un área bajo el control exclusivo” de las autoridades oficiales).
229
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 143 (27 de agosto de 2014); Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párr. 100 (24 de octubre de 2012). En
Landaeta Meijias, la Corte reprendió a los agentes del Estado por dejar a la víctima ya fallecida en una sala de emergencia y no
identificarse. Identificación. paraca. 146.
86

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86 Convención Americana sobre Derechos Humanos

forma de participación de cada uno de los que intervinieron, directa o indirectamente, para que se
establezcan las responsabilidades correspondientes”230. Para más información sobre el deber del
Estado de investigar, véase la Sección III(C)(4), supra.

3. Uso de la Fuerza Letal en Conflictos Armados

La Corte ha conocido varios casos relativos al derecho a la vida en los conflictos armados internos de
Colombia, Perú, Guatemala y El Salvador. Algunos han implicado operaciones militares atroces que
provocaron “la destrucción masiva e indiscriminada de civiles” . .232

Tal como lo sostuvo la Corte Internacional de Justicia, “la prueba de lo que es una privación arbitraria
de la vida ... debe armados,
conflictos ser determinada por
que está la lex specialis
diseñado aplicable,
para regular a saber, eldederecho
la conducción aplicable.”233
las hostilidades en losDe

esta manera, las muertes durante conflictos armados que violan el derecho internacional humanitario
constituyen violaciones al derecho a la vida. La Corte ha analizado homicidios perpetrados durante las
hostilidades por agentes del Estado y soldados paramilitares; estos últimos a menudo han estado
vinculados al Estado.234

Desde una etapa temprana, la Comisión Interamericana abogó por que la Corte evaluara las
muertes durante los conflictos armados internos a la luz del derecho internacional humanitario.235
Sin embargo, el Tribunal se mostró reacio a hacerlo en Las Palmeras c. Colombia, una decisión de

2000.236 Sin embargo, solo unos meses después, el caso Bámaca Velázquez c. Guatemala

230
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 143 (27 de agosto de 2014); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción

Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150, párrs. 79–83 (5 de julio de 2006).

231 Masacres de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter

Soy. Connecticut. HR (ser. C) No. 252, párr. 208 (25 de octubre de 2012).

232 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 292, párr. 272 (17 de abril de 2015) (que afirma el derecho a la vida en los conflictos armados y cita decisiones similares de

la Corte Internacional de Justicia y la Corte Europea de Derechos Humanos).

233 Legalidad de la amenaza o el uso de armas nucleares, Opinión consultiva, CIJ, párr. 25 (1996).

234 La Corte a menudo ha encontrado a Estados responsables de asesinatos cometidos por grupos paramilitares. Véase, por ejemplo, Masacre

de Rochela v. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 163 (11 de mayo de 2007);

Masacre de Pueblo Bello Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 140 (31 de enero

de 2006); Masacre de Mapiripán Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. DH (ser. C) No. 134 (15

de septiembre de 2005).

235 Para un ejemplo temprano de cómo la Comisión Interamericana decidió “aplicar directamente las normas del derecho internacional humanitario

o informar sus interpretaciones de las disposiciones pertinentes de la Convención Americana por referencia a estas normas”, véase, por

ejemplo, Abella c. Argentina , Caso 11.137, Inter-Am. Comm'n HR, OEA/Ser.L/V/II.98 doc. 6 rev. 13, párr. 157 (1998).

236 La Corte admitió la excepción preliminar del Estado, argumentando que la Convención Americana “sólo ha atribuido a la Corte competencia

para determinar si los actos o las normas de los Estados son compatibles con
87

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vida 87
sentencia sostuvo que “las disposiciones pertinentes de los Convenios de Ginebra pueden ser
tomadas en consideración como elementos para la interpretación de la Convención Americana”237.
Actualmente, la Corte recurre a tres principios fundamentales del derecho internacional humanitario
para evaluar los asesinatos durante los conflictos armados.238 El principio de distinción establece
que las partes en un conflicto siempre deben distinguir entre civiles y combatientes.239 El principio
de proporcionalidad prohíbe “un ataque que pueda cabe esperar que cause incidentalmente pérdidas
de vidas civiles, lesiones a civiles, daños a bienes de carácter civil, o una combinación de ambos,
que sería excesivo en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista.”240 Finalmente, el
principio de precaución requiere que las partes en un conflicto “tomen todas las precauciones posibles
para proteger a la población civil y los bienes de carácter civil bajo su control contra los efectos de los
ataques”241.
En la Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, en “el contexto de enfrentamientos con la guerrilla
de las FARC”, la fuerza aérea colombiana lanzó una bomba de racimo sobre el caserío de Santo
Domingo, causando 17 muertos y numerosos heridos242. La Corte observó, entre otros puntos , que
se sabía que la bomba en particular utilizada era inexacta, y que la operación mal planificada tuvo
poco en cuenta a la población civil cercana. En consecuencia, consideró que el Estado violó el
principio de precaución en el ataque243.
En cuanto al principio de distinción, la Corte observó que las autoridades judiciales y
administrativas internas ya habían dictaminado que el Estado “incumplió” el principio244. Por lo
tanto, no consideró necesario profundizar en el análisis de la cuestión. Finalmente, la sentencia

la Convención misma, y no con las Convenciones de Ginebra de 1949”. Las Palmeras v. Colombia, Excepciones Preliminares,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 67, párr. 33 (4 de febrero de 2000).

237 Bámaca Velásquez v. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 70, párr. 208 (nov.
25, 2000).
238
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 273 (17 de abril de 2015); Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica
(Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut.
HR (ser. C) No. 270, párr. 222 (20 de noviembre de 2013).

239 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 276 (17 de abril de 2015); Comité Internacional de la Cruz Roja, Base de datos de derecho internacional
humanitario consuetudinario, Regla 1: El principio de distinción entre civiles y combatientes, disponible en https://www.icrc.org/
customary-ihl/eng/docs/v1_cha_chapter1_rule1 (última visita noviembre 21, 2016).

240 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, nota 343 (17 abr. 2015); Comité Internacional de la Cruz Roja, Base de datos sobre derecho internacional
humanitario consuetudinario, Regla 14: Proporcionalidad en el ataque, disponible en https://www.icrc.
org/customary-ihl/eng/docs/v1_cha_chapter4_rule14 (última visita el 21 de noviembre de 2016).
241
Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 292, nota 344 (17 abr. 2015); Comité Internacional de la Cruz Roja, Base de datos sobre derecho internacional humanitario
consuetudinario, Norma 22. Principio de las precauciones contra los efectos de los ataques, disponible en
https://www.icrc.org/customary-ihl/eng/docs/v1_cha_chapter6_rule22 (última visita el 21 de noviembre de 2016).
242
Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 259, párrs. 70, 213 (30 de noviembre de 2012).

243 id. pareja. 229.


244 id. pareja. 213.
88

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88 Convención Americana sobre Derechos Humanos

evitó un examen de la proporcionalidad del bombardeo, porque la Corte consideró inviable evaluar
“la ventaja militar específica y directa esperada si hubiera impactado en un objetivo militar, lo que
no ocurrió en las circunstancias del caso”245. En suma, la flagrante el bombardeo violó el Artículo
4, pero la Corte no parecía estar bien posicionada para un nuevo papel evaluando los planes y
objetivos militares, las características técnicas de las armas y la noción de bajas civiles “excesivas”.

En cambio, Colombia no fue declarada responsable de violar el artículo 4 durante otros


bombardeos conocidos como Operación Génesis.246 En Comunidades Afrodescendientes
Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica, la Corte aceptó las afirmaciones del Estado de que
los bombardeos no “afectaron directamente” a estas personas. comunidades, pues se produjeron
a “varios kilómetros” de distancia247 . Ni siquiera se “alegó o denunció que dichos bombardeos
provocaron directamente la muerte o lesiones” de miembros de las comunidades248. Por estas
razones, la Corte concluyó que el principio de distinción no respetado durante esta operación militar en particular.
En la más reciente sentencia Cruz Sánchez et al. v. Perú, la Corte examinó la notoria crisis de
los rehenes peruanos, cuando un grupo guerrillero detuvo a cientos de personas en la embajada
japonesa en 1996.249 Después de cuatro meses, el ejército peruano llevó a cabo una operación
que liberó a los rehenes restantes, al mismo tiempo que mató a los 14 participantes. miembros del
Movimiento para la Revolución Túpac Amaru (MRTA)250. En la sentencia, la Corte rápidamente
acordó que era necesario el uso de la fuerza para salvar la vida de los rehenes, dadas las
apremiantes circunstancias251.

Luego consideró si el plan de rescate de Perú había buscado minimizar la pérdida de vidas y
adoptar todas las precauciones posibles.252 El Tribunal se mostró satisfecho y señaló que primero
se prosiguieron las negociaciones, los militares peruanos garantizaron la seguridad de los rehenes
y, según diversas declaraciones, el plan “contemplaba” la captura de los emerretistas.253

245 id. pareja. 215.


246 Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones

Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 270 (20 de noviembre de 2013).

247 id. mejor. 237-238.


248 id. mejor. 238–39.

249 Cruz Sanchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 292 (17 abr. 2015).
250 id. pareja. 164.
251 id. párrs. 274–275. En situaciones de conflicto armado, el Tribunal ha citado el derecho internacional humanitario para exigir los
principios de necesidad militar y humanidad. En Zambrano Vélez, la Corte explicó que la necesidad militar “justifica únicamente aquellas

medidas de violencia militar que no están prohibidas por el derecho internacional y que son pertinentes y proporcionadas para asegurar

la pronta subyugación del enemigo con el menor costo humano y económico posible”. recursos." Zambrano Vélez et al. c. Ecuador,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 166, párr. 85 (4 de julio de 2007). Además, el principio

de humanidad “complementa e inherentemente limita el principio de necesidad al prohibir aquellas medidas de violencia que no son
necesarias … para lograr una ventaja militar definitiva”. Identificación.

252 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 283 (17 de abril de 2015).
253 id. mejor. 147–150, 286.
89

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vida 89
No obstante las objeciones de los peticionarios, la Corte decidió que los elementos de “necesidad,

proporcionalidad y precaución en el uso de la fuerza” ya no estaban cuestionados254.

El Tribunal determinó que casi todas las víctimas del MRTA eran combatientes que participaban activamente

en las hostilidades. Sin embargo, un miembro del MRTA, Eduardo Nicolás Cruz Sánchez, había sido detenido

en vida; poco después, murió de una herida de bala. La Corte determinó que Cruz Sánchez se encontraba en
una situación fuera de combate y, por lo tanto, tenía derecho a un trato humano en virtud del artículo 4,

“interpretado a la luz del artículo 3 común de los cuatro Convenios de Ginebra”. 255 El artículo 3 común
sostiene, en parte:

Las personas que no participen activamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas
armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad,

herida, detención o cualquier otra causa, serán tratadas humanamente en todas las circunstancias... .256

Debido a que los peticionarios alegaron que Cruz Sánchez murió ilegalmente bajo la custodia del Estado, Perú

tenía la carga de proporcionar una “explicación satisfactoria y convincente” de cómo fue asesinado.257 El
Estado no cumplió con este estándar, y la Corte concluyó que, con base en la evidencia disponible—Cruz

Sánchez probablemente fue ejecutado por soldados, en violación del Artículo 4.258

4. Privación arbitraria de la vida de personas privadas de libertad


una. Introducción

La Corte ha conocido varios casos en los que se vio comprometido el derecho a la vida de personas detenidas.

Un grupo de casos se relaciona con condiciones de detención angustiosas y otras condiciones estructurales.

254 id. pareja. 287.


255 id. paraca. 316. “Artículo 3 común” se refiere al artículo que es común a los cuatro Convenios de Ginebra. Ver
Convenio de Ginebra para mejorar la suerte de los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas en

el campo el arte. 3, 12 de agosto de 1949, 6 UST 3114, 75 UNTS 31; Convenio de Ginebra para mejorar la suerte de los heridos,
los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar art. 3, 12 de agosto de 1949, 6 UST
3217, 75 UNTS 85; Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra art.

3, 12 de agosto de 1949, 6 UST 3516, 75 UNTS 287; Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra art. 3,
12 de agosto de 1949, 6 UST 3316, 75 UNTS 135.
256 id.

257 Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 317 (17 de abril de 2015).
258 id. párrs. 318–319. En otro caso violento, donde guerrilleros del M-19 ocuparon el Palacio de Justicia en Bogotá, Colombia, la Corte
condenó aspectos de la respuesta del Estado. Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 287 (14 de noviembre
de 2014). La Corte consideró que “existía un modus operandi tendiente a la desaparición forzada de personas sospechosas de
haber participado en la toma del Palacio de Justicia o de colaborar con el M-19”; también concluyó que las autoridades estatales
“modificaron significativamente la escena del crimen y cometieron numerosas irregularidades en el levantamiento de los cadáveres”.
Identificación. paraca. 303.
90

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90 Convención Americana sobre Derechos Humanos

problemas dentro de los sistemas penitenciarios.259 Otro conjunto de casos se refiere a las ejecuciones

extrajudiciales de presos durante operaciones de seguridad del Estado.260

B. Condiciones de detención y atención médica

La Corte ha sostenido que el derecho a la vida “no puede ser restringido bajo ninguna circunstancia durante el

internamiento, y tal restricción está prohibida por el derecho internacional”261. Ha subrayado que el Estado “tiene

un papel especial que desempeñar como garante de los derechos de privados de su libertad, ya que las

autoridades penitenciarias ejercen un fuerte control o mando sobre las personas bajo su custodia”262. El derecho

a la vida también requiere “el derecho a vivir en condiciones carcelarias acordes con su dignidad como seres

humanos.”263

En Instituto de Reeducación del Menor Vs. Paraguay, la Corte afirmó por primera vez el derecho a una vida

“digna” de todos los detenidos.264 Encontró que el Estado expuso a “todos los internos del Centro a tratos

crueles, inhumanos y degradantes y a condiciones de vida inadecuadas”. que fueron perjudiciales para su

derecho a la vida, su crecimiento y desarrollo y sus proyectos de vida”265. En consecuencia, sostuvo que

Paraguay violó el artículo 4 con respecto a más de 3.000 detenidos, todos internos en el establecimiento durante

un período de cinco años.

La Corte también encontró una violación del artículo 4 con respecto a los detenidos que murieron en incendios

y episodios violentos ocurridos en la prisión. Los incendios fueron atribuidos a “negligencia grave por parte del

Estado”, ya que éste “no tomó las medidas preventivas suficientes para responder a la posibilidad de un incendio

en el Centro”266. La Corte resaltó que el Estado tiene la obligación “de diseñar y aplicar” políticas que prevengan

las crisis en las cárceles267. Paraguay también tenía el “deber de crear las condiciones necesarias para evitar,

en la medida de lo posible, las peleas entre internos”268.

259
Por ejemplo, Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) No. 241 (27 abr. 2012); “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112 (2 de septiembre de 2004).
260
Ej., Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 160 (25
de noviembre de 2006); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150 (5 de julio de 2006).
261
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte
I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 155 (2 de septiembre de 2004).
262 id. paraca. 152. La Corte aún no ha encontrado la privación del derecho a la vida en los centros de detención de inmigrantes. En
Gangaram Panday v. Surinam, que involucró a una víctima detenida en un lugar para deportados, la Corte decidió que no había
pruebas suficientes para vincular al Estado con su “suicidio”. Gangaram Panday c. Surinam, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 16, párr. 61 (21 de enero de 1994).
263
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte
I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 170 (2 de septiembre de 2004).
264 id. párrs. 151 y 155.
265 id. pareja. 176.
266 íd. mejor. 178-179.
267 id.

268 id. pareja. 184.


91

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vida 91
En Pacheco Teruel y otros c. Honduras, la Corte observó que el sistema penitenciario hondureño “sufrió

debilidades estructurales”, lo que generó “sobrepoblación, condiciones insalubres [y] conflictos”269. En el presente

caso, los funcionarios penitenciarios no respondieron a un gran incendio en el penal de San Pedro Sula que dejó

107 reclusos muertos. Honduras reconoció su responsabilidad por las muertes y llegó a un arreglo, mediante el

cual el Estado se comprometió, entre otras medidas, a “mejorar las condiciones físicas” de nueve prisiones

nacionales, “tomando en cuenta los estándares internacionales en la materia”270.

Asimismo, la Corte ha desarrollado el deber del Estado de brindar a las personas privadas de libertad un

seguimiento médico “regular”, así como “atención y tratamiento médico adecuado cuando así se requiera”271.

De esta forma, existe una estrecha relación entre los derechos a la vida ya la integridad personal, siguiendo la

jurisprudencia de la Corte Europea.272 En Vera Vera et al. v. Ecuador, los agentes de policía no obtuvieron

“tratamiento médico apropiado y oportuno” para una víctima herida, que estaba bajo su custodia.273 La Corte

sostuvo que la “negligencia médica” de Ecuador constituyó un trato inhumano y degradante en virtud del artículo

5(2), y también violó el derecho a la vida de Vera Vera274.

C. Operaciones de seguridad en prisiones

El segundo grupo de casos se refiere a las ejecuciones extrajudiciales de presos durante operaciones de

seguridad. En el caso Castro Castro Vs. Perú, policías y militares llevaron a cabo un operativo violento dentro del

penal, porque sospechaban que varios reclusos estaban organizando un motín.275 Agentes estatales mataron a

41 reclusos que habían sido acusados o condenados por delitos relacionados con el terrorismo.276 La Corte
consideró que “no existió motín de los internos, ni ninguna otra causa que pudiera determinar el uso legítimo de la

fuerza por parte de agentes estatales”277. En consecuencia, y luego de una aceptación parcial de responsabilidad

por parte del Perú, se determinó que el Estado han violado el artículo 4, entre otros derechos.278

269 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 241, párrs. 25, 29–35

(27 de abril de 2012).

270 id. pareja. 95.


271
Por ejemplo, Vera Vera et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 226, párr. 43 (19 de mayo de 2011); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción

Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150, párr.

102 (5 de julio de 2006).


272 Para obtener más información sobre cómo las condiciones de detención y la falta de acceso a la atención médica pueden constituir condiciones inhumanas y

trato degradante, véase el Capítulo 4 de este volumen: Trato humanitario.

273 Vera Vera et al. v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 226, párr. 78 (19 de mayo de 2011).

274 id. mejor. 78–79.


275
Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

N° 160, a. 213 (25 de noviembre de 2006).

276 íd. pareja. 197 (10).

277 id. pareja. 234.

278 id. mejor. 135–137, 258.


92

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92 Convención Americana sobre Derechos Humanos

En Neira Alegría et al. v. Perú, el ejército peruano demolió una sección de la Cárcel de San Juan
Bautista en respuesta a un motín de presos armados y “altamente peligrosos”279.
El operativo mató a numerosos internos, lo que resultó en un uso desproporcionado de la fuerza contra
personas que “eventualmente se habrían rendido”, según la Corte280.
Además, el Estado incurrió en una “negligencia grave” al no rescatar adecuadamente a los sobrevivientes
ni identificar los cadáveres281.
Montero Aranguren y otros Vs. Venezuela examinó el penal de Catia, que estaba plagado de una
“subcultura” muy violenta de pandillas y narcotráfico282 . La Corte subrayó que, en tales situaciones, el
Estado tiene el “deber de tomar medidas preventivas” para proteger a los detenidos y funcionarios
penitenciarios.283 Por el contrario, la sentencia determinó que el papel pasivo de Venezuela había
permitido la “creación” de las condiciones brutales de la prisión.284 Además, las fuerzas de seguridad del
Estado eventualmente actuaron con “fuerza extrema con consecuencias letales” durante numerosos
presos, tal como lo aceptó Venezuela durante el litigio, “lo que violó claramente el artículo 4” de la
Convención285. La Corte ordenó al Estado regular el uso de la fuerza letal y de armas de fuego por parte
de los agentes de seguridad, de conformidad con estándares internacionales como los Principios Básicos
de la ONU sobre el uso de la fuerza y armas de fuego por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.286

5. Desapariciones Forzadas de Personas


una. Introducción y Definición
Las desapariciones forzadas plagaron las Américas durante la era oscura de las dictaduras militares; aún
ahora, bajo varios gobiernos democráticos, el crimen continúa aquejando a la región.287 En respuesta, la
Corte Interamericana ha sido pionera en el desarrollo conceptual de este crimen. Su primera sentencia
contenciosa sobre el fondo, Velásquez Rodríguez c. Honduras de 1988, encontró una violación del
derecho a la vida de un estudiante por su desaparición, ocurrida solo días después de que Honduras
hubiera aceptado la jurisdicción de la Corte.288 En ese momento, había poca ley de forzoso

279 Neira Alegría et al. v. Peru, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 20, para. 74 ( Jan. 19, 1995).
280 id.

281 id. mejor. 71, 74.


282
Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 150, párr. 70 (5 de julio de 2006).


283 id.

284 id.

285 id. mejor. 73–74.

286 id. pareja. 75.

287 La Corte ha decidido casos de desaparición ocurridos durante gobiernos democráticos. Por ejemplo, Torres Millacura et al. c. Argentina, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 229 (26 de agosto de 2011). México, en particular, se ha visto abrumado por

las desapariciones forzadas. Para investigar el sonado caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el Grupo Interdisciplinario de Expertos

Independientes fue creado en 2014 por la Comisión Interamericana, el Estado mexicano y representantes de los estudiantes desaparecidos. Ver “Grupo

Interdisciplinario de Expertos Independientes”, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/

actividades/giei.asp (última visita el 21 de noviembre de 2016).


288
Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 194 (29 de julio de 1988).
93

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vida 93
desapariciones forzadas289; posteriormente, en 1992, las Naciones Unidas aprobaron su Declaración
sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, y dos años después
se adoptó la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas290.

A través de sus numerosas sentencias sobre desapariciones forzadas, la Corte ha incorporado


aspectos de estas definiciones jurídicas internacionales. Actualmente, los siguientes elementos
constituyen desaparición forzada para la Corte:

a) la privación de libertad; b) la intervención directa de agentes del Estado o su aquiescencia;


yc) la negativa a reconocer la detención y a revelar la suerte o el paradero del interesado291.

El delito de desaparición forzada viola normas de jus cogens292 y continúa “hasta que se conozca
el paradero de la persona desaparecida y se esclarezcan los hechos”293.
La jurisprudencia interamericana reconoce el delito como una violación de los derechos a la integridad
personal, la libertad personal y la vida. Más recientemente, la Corte ha afirmado que la desaparición
forzada también vulnera el derecho a la personalidad jurídica, artículo 3 de la Convención, luego de
que varias sentencias rechazaran argumentos sobre esta violación.294 El artículo 3 está implicado

289
Aunque en 1980, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU estableció el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o
Involuntarias. Ver Resolución 20 (XXXVI) del 29 de febrero de 1980, disponible en http://www.
ohchr.org/Documents/Issues/Disappearances/E-CN.4-RES-1980-20_XXXVI.pdf.
290 Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, AG res. 47/133, 47 ONU GAOR Supl.
(No. 49) en 207, UN Doc. A/47/49 (1992); Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, Serie de Tratados
de la OEA No. 68, 33 ILM 1429 (1994).
291
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 226 (nov.
14, 2014); Gómez Palomino c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 136, párr. 97 (22 de noviembre de 2005). Por su parte, la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas
contra las Desapariciones Forzadas define este delito como “el arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de
libertad” por parte de agentes o colaboradores del Estado, “seguido de la negativa a reconocer la privación de libertad o por el
ocultamiento de la suerte o paradero de la persona desaparecida, que la coloquen fuera de la protección de la ley”. Convención
Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, art. 2, A/RES/61/177, 14 IHRR 582
(2006).
292
Por ejemplo, Tiu Tojín c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 190, párr.
91 (26 de noviembre de 2008); Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 153, párr. 84 (22 de septiembre de 2006).
293
Por ejemplo, Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 209, párr. 140 (23 de noviembre de 2009); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Sentencia, 1987 Inter
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 1, párr. 153 (26 de junio de 1987). La desaparición forzada continúa hasta que los restos de la
víctima hayan sido identificados “con certeza”. Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilha do Araguaia”) c. Brasil, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr.
121 (24 de noviembre de 2010); Ibsen Cardenas e Ibsen Peña vs. Bolivia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.
Connecticut. HR (ser. C) No. 217, párr. 82 (1 de septiembre de 2010).
294
Por ejemplo, Gelman c. Uruguay, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 221, párr. 77 (24 de
febrero de 2011); Anzualdo Castro Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
94

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94 Convención Americana sobre Derechos Humanos

porque el delito “no sólo busca sacar a la persona del ordenamiento jurídico, sino también negar su
existencia … dejando a la persona en un estado de limbo jurídico”295.
Desde Velásquez Rodríguez, la Corte ha desarrollado presunciones clave cuando los detenidos
son sometidos a “órganos oficiales represivos, agentes del Estado o particulares que actúan bajo la
aquiescencia o tolerancia [del Estado], que impunemente realizan actos de tortura y asesinato”296 .
transcurrido un tiempo sin determinar la suerte corrida por el detenido, la Corte ha permitido una
“presunción razonable de muerte”297. Asimismo, las desapariciones rampantes y la impunidad
violan, entre otros derechos, el “deber del Estado de prevenir violaciones al derecho a la integridad
personal y derecho a la vida”, aun cuando los abusos no puedan demostrarse en el caso particular298.

B. El derecho a la vida y la jurisdicción ratione temporis


Los Estados demandados comenzaron a objetar enérgicamente la jurisdicción temporal de la Corte
sobre desapariciones forzadas. En 1996, con Blake v. Guatemala, la Corte entró en un período
prolongado de “fragmentación”, en el que rara vez encontraría una violación del artículo 4 cuando se
trataba de jurisdicción temporal.299 El juez Antonio Cançado Trindade, entre otros, criticó la Corte
por excluir las violaciones del derecho a la vida en varias sentencias, en lugar de tratar las
desapariciones forzadas como un conjunto inextricable de violaciones —del artículo 4 y otros
derechos— que continuaron en el tiempo.300 En Blake, Nicholas Blake, un periodista estadounidense,
había desaparecido durante el conflicto interno de Guatemala. El Tribunal concluyó que, según su
certificado de defunción, la ejecución de Blake se “completaba” en 1985.301
Debido a que Guatemala no aceptó la jurisdicción de la Corte hasta 1987, el Tribunal

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 202, párr. 63 (22 de septiembre de 2009). En Gelman, la Corte también reconoció que
“el secuestro y la supresión de la identidad [de niños] pueden ser calificados como una forma particular de desaparición
forzada de personas”. Identificación. paraca. 132.
295
Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilha do Araguaia”) c. Brasil, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr. 122 (24 de noviembre de 2010); Anzualdo Castro c. Perú,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 202, párr.
90 (22 de septiembre de 2009).
296
Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilha do Araguaia”) c. Brasil, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr. 122 (24 de noviembre de 2010) (citando a Velásquez Rodríguez
c. Honduras, Fondo, Sentencia, Corte IDH (ser. C) No. 4 (29 de julio de 1988)).
297 Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 188 (29 de julio de
1988). En casos de desaparición más recientes contra Rusia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos también ha estado
dispuesto a presumir la muerte de manera similar. Ver Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 21, en 224.
298
Por ejemplo, Gomes Lund et al. (“Guerrilha do Araguaia”) c. Brasil, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 219, párr. 122; Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 175 (29 de julio de 1988).
299 Blake c. Guatemala, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 48, párr. 36 (22 de enero de
1999) (opinión separada del juez Antonio Cançado Trindade).
300 id. Ver también Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, Comentario General sobre
Desapariciones Forzadas como un Crimen Continuo, A/HRC/16/48 (2010) (criticando este enfoque en general).
301 Blake v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 27, párr. 33 (julio
2, 1996).
95

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vida 95
decidió que carecía de jurisdicción sobre la muerte, a pesar de que el cuerpo de Blake no fue
encontrado hasta 1992.302
Serrano Cruz Sisters v. El Salvador examinó un tipo diferente de limitación temporal de las
desapariciones forzadas. A través de una declaración oficial realizada al aceptar la competencia
de la Corte, El Salvador intentó excluir la continuación de las violaciones limitando la competencia
del Tribunal a “hechos y actos jurídicos posteriores o hechos y actos jurídicos que comiencen con
posterioridad a la fecha” de aceptación303 . disidencia, la Corte aprobó la declaración del Estado
como una limitación válida “por un período determinado” conforme al artículo 62(2) de la
Convención.304 La violación en cuestión fue la desaparición forzada de dos niñas durante el
conflicto civil de El Salvador.
Cabría preguntarse con razón si el objeto y fin de la Convención permitiría a los Estados,
mediante declaración, excluir el gravísimo y continuado delito de desaparición forzada de la
competencia ratione temporis del Tribunal. La propia Corte ha calificado las desapariciones
forzadas como crímenes de lesa humanidad,305 y ha sostenido de manera célebre:

son inadmisibles todas las disposiciones de amnistía, las disposiciones sobre prescripción
y el establecimiento de medidas tendientes a eliminar la responsabilidad, porque tienen por
objeto impedir la investigación y sanción de los responsables de graves violaciones a los
derechos humanos tales como torturas, ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias
y desaparición forzada, todas ellas prohibidas por violar derechos inderogables reconocidos
por el derecho internacional de los derechos humanos306.

Esta jurisprudencia, avances jurídicos contemporáneos similares y el espíritu de la Convención


parecen contradecir la sentencia Serrano Cruz307.

302 id.

303 Hermanas Serrano Cruz v. El Salvador, Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 118, párr. 58
(23 de noviembre de 2004).
304 id. pareja. 73.
305
Por ejemplo, Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 153, párr.
82 (22 de septiembre de 2006); 19 Comerciantes c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 109, párr. 142 (5 de julio de 2004).
306
Por ejemplo, Almonacid Arellano et al. v. Chile, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 154, párr. 112 (26 de septiembre de 2006); Barrios Altos c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 75, párr. 41 (14 de marzo de 2001).
307 La Corte debería haber seguido Hilaire c. Trinidad y Tobago, una sentencia que rechazó el intento de restricción de la jurisdicción
del Tribunal por parte del Estado, porque era “incompatible con el objeto y fin de la Convención”. Hilaire v. Trinidad & Tobago,
Excepciones Preliminares, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 80, párr. 98 (1 de septiembre de 2001) (evaluando un tipo diferente de restricción estatal). Desde 2009, El Salvador
afortunadamente adoptó “una nueva visión estatal sobre las obligaciones internacionales de derechos humanos” y reconoció
expresamente que “en el contexto del conflicto armado … entre 1980 y 1991, hubo un patrón sistemático de desapariciones forzadas
de niños, niñas, y jóvenes, especialmente en las zonas más afectadas por enfrentamientos armados y operaciones militares”. Rochac
Hernández et al. c. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Interam. Connecticut. HR (ser. C) No. 285, párr. 18 (14
de octubre de 2014) (traducción de los autores).
96

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96 Convención Americana sobre Derechos Humanos

En Heliodoro Portugal c. Panamá, Heliodoro Portugal, líder estudiantil e integrante del


Movimiento de Unidad Revolucionaria, desapareció en 1970, dos décadas antes de que
Panamá aceptara la jurisdicción de la Corte en 1990.308 Cuando se descubrieron los restos
de Portugal en 2000, un examen forense concluyó que había muerto al menos 20 años
antes, es decir, casi una década antes de que la Corte ejerciera jurisdicción sobre Panamá.
En consecuencia, la Corte admitió la excepción ratione temporis del Estado respecto de las
alegadas violaciones a sus derechos a la vida e integridad personal. Por el contrario, el
Tribunal decidió, con pocas explicaciones, que la privación de libertad de Portugal era un
elemento continuo de su desaparición que caía dentro de su jurisdicción temporal.309

En el período de fragmentación iniciado por Blake, la Corte, ante limitaciones temporales,


encontró violaciones del artículo 4 solo cuando el Estado admitió su responsabilidad.310
En Radilla Pacheco vs. México, decidido un año después de Heliodoro Portugal,
el Tribunal finalmente pareció romper con la línea de casos Blake.311 México cuestionó la
jurisdicción temporal de la Corte sobre la desaparición de Rosendo Radilla Pacheco en
1974. Debido a que habían pasado más de 24 años antes de que México aceptara la
competencia de la Corte en 1998, el Estado invocó la doctrina de la “presunción razonable
de muerte” del Tribunal para argumentar que la muerte de Radilla Pacheco debería estar
fuera de su jurisdicción.312
La Corte rechazó justificadamente este argumento, reconociendo que la presunción fue
creada para nivelar el campo de juego en casos donde los Estados han “alegado control
sobre la persona detenida” y acceso a información relevante.313 Permitiendo al Estado
trasladar la carga de la prueba de nuevo al familia de la víctima en estas circunstancias
“invalida el sentido de existencia [de la presunción].”314 La Corte ha confirmado este
enfoque en González Medina y Familia Vs. República Dominicana . vida, libertad personal,
integridad personal y personalidad jurídica.316

308 Heliodoro Portugal c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (Ser. C) No. 186, par. 87 (12 de agosto de 2008).

309 id. pareja. 117.


310
Por ejemplo, Ticona Estrada et al. c. Bolivia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 191, párrs. 14, 188 (27 de noviembre de 2008); Trujillo Oroza c. Bolivia, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 64, párr. 109 (26 de enero de 2000).

311 Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 209 (23 de noviembre de 2009).

312 id. pareja. 44.

313 id. pareja. 47.

314 id. pareja. 48.

315 González Medina y Familia Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 240, párr. 51 (27 de febrero de 2012).

316 Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 209, párr. 159 (23 de noviembre de 2009).


97

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vida 97
De esta manera, se espera que la Corte ahora considere el crimen único de desaparición forzada
como un todo, un “acto consolidado” completo.317 Tal como lo sostuvo el Grupo de Trabajo de la
ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias en 2010:

cuando se reconoce a un Estado como responsable de haber cometido una desaparición


forzada que comenzó antes de la entrada en vigor del instrumento legal pertinente y que
continuó después de su entrada en vigor, el Estado debe ser considerado responsable de todas
las violaciones que resulten de la desaparición forzada , y no solo por violaciones ocurridas con
posterioridad a la entrada en vigor del instrumento.318

Esto significa que la Corte ya no debe “fragmentar” el crimen en sus violaciones componentes; no
puede admitir objeciones a la jurisdicción temporal para evitar la vulneración del derecho a la vida.

Finalmente, como se mencionó anteriormente, tanto la Corte como otras autoridades internacionales
han reconocido que las desapariciones forzadas, así como las ejecuciones extrajudiciales, constituyen
crímenes de lesa humanidad cuando se perpetran de manera generalizada o sistemática. De acuerdo
con el derecho penal internacional bien establecido y la propia jurisprudencia de la Corte, tales delitos
graves “no estarán sujetos a ningún plazo de prescripción” ni se beneficiarán de otras “medidas
destinadas a eliminar la responsabilidad”. la Convención, y los Estados Partes deben hacer todo lo
posible para poner fin a la impunidad de estos graves abusos.

C. El Concepto de Vida Digna

Desde 1999, la Corte ha desarrollado el concepto de vida digna, muchas veces traducido como “el
derecho a una vida digna” o “el derecho a una existencia digna”320. Este derecho, principalmente

317 Grupo de Trabajo de la ONU sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, Comentario General sobre Desapariciones Forzadas
como un Crimen Continuo, A/HRC/16/48, párr. 2 (2010).
318 id. pareja. 4.
319 Barrios Altos c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 75, párr. 41 (14 de marzo de 2001); Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional, art. 29, 17 de julio de 1998, 2187 UNTS 3. Ver también Conjunto actualizado de principios
para la protección y promoción de los derechos humanos a través de la acción para combatir la impunidad, Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, E/CN.4/2005/102/Add.1 (2005) (“Los Estados deben adoptar y hacer cumplir salvaguardias contra cualquier
abuso de normas tales como las relativas a la prescripción, la amnistía, el derecho de asilo, la denegación de extradición, non bis
in idem, la obediencia debida, las inmunidades oficiales, el arrepentimiento, la jurisdicción de tribunales militares y la inamovilidad
de los jueces que fomente o contribuya a la impunidad.”).
320 Ver en general Steven R. Keener & Javier Vasquez, A Life Worth Living: Enforcement of the Right to Health through the Right to
Life in the Inter-American Court of Human Rights, 40 Colum. Tararear. Rts. l rev.
595 (2009); Jo M. Pasqualucci, El Derecho a una Vida Digna (Vida Digna): La Integración de los Derechos Económicos y Sociales
con los Derechos Civiles y Políticos en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, 31 Hastings Int'l & Comp. L. Rev. 1
(2008). El principio de la dignidad humana se encuentra en muchas constituciones nacionales del hemisferio occidental. Véase
Christopher McCrudden, Human Dignity and Judicial Interpretation of Human Rights, 19 Eur. J. Int'l L. 655, 664 (2008).
98

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98 Convención Americana sobre Derechos Humanos

fundada en el artículo 4 de la Convención, apareció por primera vez en la seminal sentencia Villagrán Morales y otros.
contra Guatemala. 321 Villagrán Moralesguatemalteca.
implicó el asesinato de cinco
La Corte afirmó“niños deEstados
que los la calle”deben
a manos de la policía
procurar brindarnacional
a los

“niños en riesgo” las “condiciones mínimas para una vida digna”, promoviendo el “desarrollo pleno y armónico de su

personalidad”322. Esto incluye asegurar el pleno acceso a la educación y “asistencias especiales por los niños … que

son abandonados o explotados.”323

Cinco años después, Instituto de Reeducación del Menor Vs. Paraguay sostuvo que los Estados tienen el deber de
324
Asegurar que las personas encarceladas, tanto adultos como niños, aún puedan disfrutar de una vida digna.

Las condiciones de detención deben permitir “oportunidades de ejercicio o recreación”, educación y “atención médica,

odontológica y psicológica oportuna y adecuada”325. De esta forma, la Corte encuentra principalmente violaciones a

la vida digna cuando los peticionarios pertenecen a sectores marginados, tales como niños vulnerables y detenidos.

Las sentencias relativas a los grupos indígenas también han enfatizado la vida digna. En Yakye Axa v. Paraguay,

a una comunidad indígena se le negó la entrada a sus territorios tradicionales para la agricultura, la caza y la pesca.326

Las condiciones en el asentamiento temporal de la comunidad eran miserables. La Corte condenó la situación y

explicó con más detalle el contenido de vida digna:

La afectación especial del derecho a la salud, y muy ligada a ésta, la afectación del derecho a la alimentación

y al acceso al agua limpia, inciden de manera importante en el derecho a una existencia digna y en las

condiciones básicas para el ejercicio de otros derechos humanos, como el derecho a la educación o el derecho

a la identidad cultural.327

321
Villagrán Morales v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 63 (Nov. 19, 1999).
322 id. pareja. 191.
323 id. pareja. 196.
324
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.
Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 176 (2 de septiembre de 2004).
325 id. párrs. 164–166. Debido a que las condiciones eran seriamente deficientes en el Instituto de Reeducación Juvenil, la Corte encontró

que Paraguay violó los artículos 4 y 5 (Derecho a la Integridad Humana) con respecto a todos los reclusos: más de 3.000 niños y adultos
jóvenes. Aunque muchos de los detenidos eran adolescentes, las “condiciones de vida dignas” descritas son requeridas para todas las
personas privadas de libertad. Identificación. paraca. 164. De manera similar, el Comité de Derechos Humanos ha recurrido a la
disposición sobre el derecho a la vida del ICCPR para exigir un tratamiento médico y condiciones sanitarias adecuados para los
detenidos. Lantsova v. Russian Fed'n, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Commc'n No. 763/1997, UN Doc. CCPR/C/74/D/
763/1997 (26 de marzo de 2002). Ver también

Martin Scheinin, Comité de Derechos Humanos: No sólo un Comité de Derechos Civiles y Políticos, en Jurisprudencia de Derechos
Sociales: Tendencias Emergentes en Derecho Internacional y Comparado 540, 548 (2008).

326
Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) No. 125 (17 de junio de 2005).

327 id. pareja. 167.


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vida 99
Debido a que Paraguay no había tomado suficientes “medidas respecto de las condiciones que
afectaban su posibilidad de tener una vida digna”, el Tribunal sostuvo que se violó el artículo
4328. Hizo un pronunciamiento similar con respecto a la comunidad en Xákmok Kásek c.
329
Paraguay.
En este sentido, la Corte ha reconocido los derechos a la salud, la alimentación, el agua
limpia, la cultura y otros en el marco de la vida digna, y afirmó que se encuentran protegidos
por el artículo 4 y, en ocasiones, por el artículo 5 (Derecho a la Integridad Humana). ). Así,
considera la vida digna como un medio para proteger una serie de derechos, incluidos los de
carácter social, económico y cultural, en el marco del derecho a la vida. La Corte cuenta como
uno de los muchos tribunales internacionales y nacionales que han enfatizado el concepto de
dignidad humana; además, ciertamente no es el primero en vincular la dignidad con el derecho
a la vida.330

Los parámetros exactos de la derecha aún no están definidos. Aunque algunos pueden
considerar que la vida digna representa solo condiciones mínimas de vida, en la Comunidad
Indígena Sawhoyamaxa. v. Paraguay El juez García Ramírez resaltó que el derecho a la vida

es más que un derecho a la subsistencia, es un derecho al autodesarrollo, que requiere


condiciones adecuadas. En tal marco, se configura un único derecho con una doble
dimensión, como el dios bifronte Jano: por un lado, con una concepción jurídica de primera
generación del derecho a la vida; por otro lado, con el concepto de un requisito para
brindar condiciones para una existencia factible y plena.331

328 id. paraca. 176. El Comité de Derechos Humanos ha señalado de manera similar que la falta de vivienda y los problemas de salud comprometen

los deberes de los Estados de garantizar el derecho a la vida. Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observaciones Finales del Comité de

Derechos Humanos, Canadá, UN Doc CCPR/C/79/Add. 105 (7 de abril de 1999). Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

encontró un trato degradante y una violación del artículo 3 del Convenio Europeo cuando observó que las pésimas condiciones de vida tenían un

“efecto perjudicial en la salud y el bienestar de los solicitantes”. Moldovan c. Rumania (Nº 2), Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. 41138/98 y

64320/01, párr.

110 (12 de julio de 2005).

329 Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (Ser. C) No. 214, párr. 217 (24 de agosto de 2010).

330 Véase en general Erin Daly, Dignity Rights: Courts, Constitutions, and the Worth of the Human Person (2013) (que analiza cómo los tribunales de

todo el mundo interpretan la dignidad). Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, “la esencia misma del [sistema del Convenio Europeo],

como ha declarado a menudo el Tribunal, es el respeto por la dignidad humana”. Caso Vinter v. Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación.

66069/09 y 3896/10, párr. 113 (9 de julio de 2013). La Corte Suprema de la India interpretó que la garantía constitucional de la vida y la libertad

personal contiene “el derecho a vivir con dignidad humana y todo lo que conlleva”. McCrudden, supra nota 320, en 693 (citando Mullin v. The

Administrator, Union Territory of Delhi).

331 Comunidad Indígena Sawhoyamaxa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 146, párr. 18

(29 de marzo de 2006) (voto concurrente del juez García Ramírez).


100

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100 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Parecería, especialmente después de examinar varios de los fallos de la Corte sobre comunidades
indígenas,332 que el contenido del artículo 4 se ha expandido más allá de las protecciones básicas hacia los

requisitos para una “plena existencia”.333

Una objeción común a la vida digna se refiere a la dilución de las normas. Si el Artículo 4 de hecho protege

una gama de derechos asociados, la Corte encontrará más violaciones de la disposición, lo que posiblemente

diluya el significado del derecho a la vida.334 Sin embargo, algunos comentaristas han adoptado el uso de

vida digna para responsabilizar a los Estados por violaciones derechos sociales, económicos y culturales.335

Al menos por ahora, las violaciones del artículo 4 confieren seriedad adicional a las sentencias de la Corte.

Esto exige la atención de los Estados ofensores y los medios de comunicación, probablemente apoyando los

esfuerzos de las víctimas para obtener reparación.336

332 Al considerar “la protección especial requerida” para los pueblos indígenas, la sentencia Yakye Axa discutió “el deber de
desarrollo progresivo” del artículo 26; los derechos a la salud, “un medio ambiente sano”, alimentación, educación y “los beneficios
de la cultura” del Protocolo Adicional a la Convención Americana; y “disposiciones pertinentes” del Convenio No. 169 de la OIT.

Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 125,
párr. 163 (17 de junio de 2005).
333 Para más información sobre la vida digna y los derechos de las comunidades indígenas, consulte el Capítulo 8: Propiedad,
Sección IV(E)(2), “Marco de protección para los territorios tradicionales” de este volumen.

334 Ver Tara J. Melish, The Inter-American Court of Human Rights: Beyond Progressivity, in Social Rights Jurisprudence: Emerging
Trends in Comparative and International Law 372, 407 (Malcolm Langford ed. 2008) (discutiendo una “amenaza de dilución grave

de normas ” en referencia al artículo 4 de la Convención).


335 Ver James L. Cavallaro & Emily Schaffer, Dúplica: Justicia antes de justiciabilidad: Litigio interamericano y cambio social, 39 NYUJ
Int'l L. & Pol. 345, 382 (2006) (“La clave … es encontrar formas de utilizar este enfoque del derecho a la vida para promover otros
aspectos de las campañas de justicia social, incluidos los derechos ESC”); James L. Cavallaro & Emily J. Schaffer, Menos como
más: Repensar el litigio supranacional de derechos económicos y sociales en las Américas, 56 Hastings LJ 217, 272 (2004).

336 Véase Dúplica: Justicia antes de Justiciabilidad, supra nota 335 en 381–82.
101

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4
Trato humano

Artículo 5: Derecho a la Integridad Humana

1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.

2. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente a la persona

humana.

3. La pena no se extenderá a otra persona que no sea el delincuente.

4. Salvo en circunstancias excepcionales, las personas acusadas serán separadas de las personas condenadas

y estarán sujetas a un tratamiento separado adecuado a su condición de personas no condenadas.

5. Los menores sujetos a procesos penales serán separados de los adultos y llevados ante tribunales

especializados, con la mayor celeridad posible, para que puedan ser tratados de acuerdo con sus derechos.
condición de menores de edad.

6. Las penas privativas de libertad tendrán como fin esencial la reforma y

readaptación social de los presos.

Capítulo 4 Contenido

I. Introducción 103
II. Fondo 105

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
102

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102 Convención Americana sobre Derechos Humanos

tercero Ámbito de protección 106


A. Un derecho amplio con parámetros inciertos 106 B.
Definiciones de tortura y la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura 108
C. La Prueba Tripartita de la Tortura de la Corte Interamericana 110

D. Involucramiento de Actores Estatales: ¿Un Cuarto Requisito? 114


E. Consideraciones de evidencia y prueba 116

F. Castigo o trato cruel, inhumano o degradante 117


1. Introducción 117 2.
Violencia sexual y violencia contra la mujer 118 3. Castigo
sancionado por el Estado 120 a. Castigo Corporal 120 b. La
pena de muerte 120 c. Cadena perpetua: niños 121 4.
Condiciones y prácticas de detención 122 5. Desaparición
forzada 125 6. Amenazas de “lesiones físicas graves” 126
7. Tratamiento de los niños 127

G. Violaciones a la Integridad Personal por debajo del Umbral de


Artículo 5(2) 127
H. Investigación y Prevención: Obligaciones del Estado de Garantizar los Derechos
del artículo 5 130
I. Artículo 5(3): Prohibición de la extensión de la pena más allá de la persona
condenada 132 J. Artículo 5(4): Ubicación y tratamiento separados para
personas no condenadas en detención 132 K. Artículo 5(5): Procedimientos
separados y Facilidades para Niños en el Sistema de Justicia Penal 134
L. Artículo 5(6): “Reforma y Readaptación Social” de los Reclusos 135
103

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Trato humano 103

I. Introducción

El artículo 5 de la Convención Americana brindó una importante contribución al marco internacional


de protección de los derechos humanos. El artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, el artículo 3 de la Convención Europea y el artículo 8 de la Carta Árabe simplemente
enumeran formas prohibidas de conducta: tortura o tratos o penas crueles,1 inhumanos o
degradantes.2 Sin embargo, el artículo 5 fue innovador para los tratados generales de derechos
humanos porque, en Además de sus otros componentes, estableció un derecho autónomo: “Toda
persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.”3 La Carta Africana
de Derechos Humanos y de los Pueblos y la Carta de la UE siguieron el ejemplo y enumeraron
derechos a la integridad personal y a la dignidad humana.4
Ninguno de los tratados de derechos humanos citados define los tratos y castigos prohibidos.5
Para definiciones de tortura, uno puede acudir a la Convención Contra la Tortura (CAT) de las
Naciones Unidas, adoptada en 1984 y ampliamente ratificada, y la Convención Interamericana
para Prevenir y Sancionar la Tortura (IACPPT), entre otros instrumentos. El Comité contra la
Tortura de la ONU (Comité CAT) interpreta el CAT a través del examen de los informes de los
Estados y las comunicaciones individuales. La IACPPT, adoptada solo un año después del CAT e
influyente dentro del Sistema Interamericano, promueve una noción más amplia de tortura.6

El enfoque del Sistema Interamericano hacia la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y
degradantes a menudo ha seguido el de la Corte Europea de Derechos Humanos.
Desde los primeros casos del Tribunal Interamericano, ha citado e incorporado numerosos
aspectos de la jurisprudencia europea. Quizás lo más importante es que los Tribunales comparten
la opinión general de que los estándares progresivos para la protección de la integridad personal requieren

1 Para ser precisos, el artículo 3 de la Convención Europea prohíbe únicamente la tortura y los “tratos o penas inhumanos o
degradantes”, omitiendo el adjetivo “cruel”. Convenio Europeo, art. 3.
2 El artículo 8(1) de la Carta Árabe también prohíbe el trato “humillante”: “Nadie será sometido a tortura física o psicológica ni a
tratos crueles, degradantes, humillantes o inhumanos”. Carta Árabe de Derechos Humanos, art. 8(1).

3 Cecilia Medina, La Convención Americana sobre Derechos Humanos: Derechos Cruciales y su Teoría y Práctica 89 (2014).

4 El artículo 4 de la Carta Africana establece: “Los seres humanos son inviolables. Todo ser humano tiene derecho al respeto de
su vida y de la integridad de su persona. Nadie puede ser privado arbitrariamente de este derecho”; además, su artículo 5
establece: “Toda persona tiene derecho al respeto de la dignidad inherente a la persona humana y al reconocimiento de su
personalidad jurídica. Quedan prohibidas todas las formas de explotación y degradación del hombre, en particular la esclavitud,
la trata de esclavos, la tortura, las penas y los tratos crueles, inhumanos o degradantes.”
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, art. 4–5. En su artículo 3.1, la Carta de los Derechos Fundamentales
de la Unión Europea establece: “Toda persona tiene derecho al respeto de su integridad física y psíquica”. Carta de la UE,
art. 3(1).
5 El artículo 7 del ICCPR, sin embargo, contiene un elemento que no se encuentra en las Convenciones Americana y Europea:
“En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos”. Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, art. 7.
6
Para una consideración de algunas diferencias significativas entre los dos instrumentos, véase la Sección III(B), infra.
104

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104 Convención Americana sobre Derechos Humanos

salvaguardias más rigurosas de los Estados y “mayor firmeza” de los tribunales para encontrar violaciones.7
Lo que hoy puede considerarse un trato inhumano puede constituir tortura en un futuro próximo.

Aunque la Corte Interamericana, el Tribunal Europeo, el Comité de Derechos Humanos de la ONU y el


Comité CAT interpretan instrumentos separados y tienen jurisdicciones distintas, sus principios y
jurisprudencia sobre el tema han convergido sustancialmente.8 Para empezar, los cuatro órganos han
afirmado claramente que la prohibición de la tortura y
el trato cruel, inhumano o degradante es absoluto, incluso frente al terrorismo y las amenazas a la seguridad
nacional.9 En segundo lugar, han establecido deberes estatales similares para proteger la integridad
personal.10 En cuanto a las obligaciones positivas, los Estados deben proteger razonablemente a las
personas bajo su jurisdicción de las acciones de actores no estatales, y los Estados serán responsables de
las violaciones a la integridad personal si no responden adecuadamente a tales acciones, o si no toman
medidas suficientes para prevenirlas.11
En tercer lugar, las cuatro instituciones de derechos humanos han examinado varias condiciones de
detención deficientes y han determinado que constituyen violaciones de sus respectivos tratados.12 Han
expresado una desaprobación particular de ciertas prácticas, como el confinamiento solitario prolongado.13
Aunque ciertas sanciones oficiales están permitidas, ninguna los castigos serán

7 Cantoral Benavides c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 69, párr. 99 (18 de agosto de 2000) (citando sentencias

de la Corte Europea).

8 Por supuesto, sus respectivos tratados también tienen una serie de similitudes, lo que facilita una jurisprudencia comparable.
9
Véase, por ejemplo, Asociación para la Prevención de la Tortura y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, Torture in International
Law: A Guide to Jurisprudence 30, 72, 111 (2008); Nihal Jayawickrama, La aplicación judicial de las leyes de derechos humanos: jurisprudencia

nacional, regional e internacional 298 (2002).

10
En cuanto a las obligaciones del Estado de investigar, véase, por ejemplo, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No.

20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (artículo 7) (10 de marzo de 1992), párr. 14; Bayarri c.

Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 88 (30 de octubre

de 2008); Nechiporuk y Yonkalo c. Ucrania, Eur. Connecticut.

RRHH, aplicación. 42310/04, párr. 162 (21 de abril de 2011); Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o

Degradantes, 10 de diciembre de 1984, 1465 UNTS 85, art. 12 [GATO]. Sobre los deberes del Estado de legislar, ver, por ejemplo, Comité de

Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes

(artículo 7) (10 de marzo de 1992), párr. 13; Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 153, párr. 92 (22 de septiembre de 2006); MC c. Bulgaria, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º 39272/98, párr. 153 (4 de

diciembre de 2003); CAT, arte. 4. Sobre las obligaciones del Estado de proteger a las poblaciones vulnerables, ver, por ejemplo, Comité de

Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes

(artículo 7) (10 de marzo de 1992), paraca. 11; Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 207 (23 de noviembre de 2010); A v. Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º

35373/97, párr. 22 (17 de diciembre de 2002); Comité de la ONU contra la Tortura, Observación General No. 2: Implementación del Artículo 2

por los Estados Partes (24 de enero de 2008), párr. 21

11
Véase la Sección III(H), infra.
12 Asociación para la Prevención de la Tortura y Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, supra nota 9, en 30, 72, 111; Jayawickrama,

supra nota 9, en 298; véase también la Sección III(F)(4) sobre las condiciones de detención, infra.

13
Por ejemplo, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles,

inhumanos o degradantes (artículo 7) (10 de marzo de 1992), párr. 6; Comité de la ONU


105

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Trato humano 105


“inconsistente con el espíritu de la prohibición absoluta de la tortura, tratos inhumanos y degradantes.”14

Se ha producido una fertilización cruzada entre los tribunales de derechos humanos del mundo, lo que
ha llevado a protecciones cada vez más estrictas para la integridad personal en cada sistema.15 Durante
las últimas dos décadas, la Corte Interamericana, también basándose en la IACPPT, la Convención de
Belém do Pará , y la jurisprudencia de la Comisión Interamericana—
ha dictado una serie de sentencias autorizadas, que han servido para ampliar los conceptos de tortura y
malos tratos, ampliar las obligaciones del Estado, condenar la violencia de género y brindar una amplia
reparación a las víctimas. Aun así, la Corte no siempre ha sido consistente en sus enfoques del Artículo 5
y, más recientemente, ha mostrado una preocupante renuencia a encontrar tortura y otras violaciones en
ciertos casos.16

II. Fondo

Los delegados en San José ampliaron las dimensiones de este derecho autónomo a partir de la propuesta
preliminar de la Comisión Interamericana. El borrador proporcionaba solo el derecho a la “integridad
física”. 17 Sin embargo, la mayoría de los participantes de la conferencia se movieron para proteger la
“dualidad de la persona humana”, es decir, las facetas psicológicas y físicas de los seres humanos. 18

Por el contrario, hubo un movimiento para eliminar los párrafos 4 a 6, que en gran parte se tomaron
prestados del artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.19 El representante de
Chile, por ejemplo, afirmó que los requisitos eran demasiado detallados para un tratado sobre derechos
fundamentales y deberían dejarse a la discreción de las legislaturas nacionales.20 Otros delegados
mostraron su preocupación por la compatibilidad de las disposiciones con sus leyes nacionales,21 y el
representante de EE. UU. advirtió que las obligaciones para la rehabilitación social de los reclusos podrían
ser muy costosas para los gobiernos.22

contra la Tortura, Observaciones Finales sobre Japón, UN Doc. CAT/C/JPN/CO/1, párr. 18 (3 de agosto de 2007); Mathew
contra los Países Bajos, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 24919/03 (29 de septiembre de 2005); De La Cruz Flores c.
Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 115, párr. 128 (18 de noviembre de
2004).
14
Asociación para la Prevención de la Tortura y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, supra nota 9, en 75.

15 Véase id.; Jayawickrama, supra nota 9, en 298–352.

16 Véanse las Secciones III(C) y III(G), infra.

17 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, doc. 5 (inglés), art. 4(1), 22 de septiembre de 1969.
18
Informe de la Comisión I “Protección”. Relator Juan Isaac Lovato, Doc. 60 (Revisado) 19 de noviembre de 1969, pág. 296.

19 No se encuentran disposiciones similares en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y
Libertades fundamentales.
20
Pág. 442, Acta de la Segunda Sesión Plenaria, Doc 86, 22 de noviembre de 1969.

21 id. (indicando comentarios de las delegaciones de México y Estados Unidos).


22
P. 175, Minutas de la 4ª Sesión del Comité I, Doc 40 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.
106

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106 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Otros comentaristas también han expresado dudas de que los párrafos 4 a 6 tengan una
“conexión fundamental” con el derecho a la integridad personal.23 Sin embargo, enfatizar una
relación entre la integridad personal y la libertad personal puede, de hecho, constituir un importante
paso adelante para los derechos de las personas. detenidos, tanto adultos como niños.24 La Corte
Interamericana observaría más adelante que “una persona que es detenida ilegalmente se
encuentra en una situación exacerbada de vulnerabilidad creando un riesgo real de que sus otros
derechos, como el derecho a la integridad personal … violados.”25 Finalmente, los párrafos 4–6
fueron aprobados en la Conferencia de San José con solo cambios mínimos.26
El título del artículo 5 en español dice “Derecho a la integridad personal”, pero la versión en
inglés difiere: “Derecho a la integridad personal”.
Aunque este sentido de la palabra “integridad” puede haber sido menos común en inglés—
y EE.UU. recomendó “bienestar” para el texto del Artículo27 —el término “integridad” se mantuvo
en el primer párrafo de la versión en inglés. Sin embargo, el Comité de Estilo de la Convención
decidió cambiar la propuesta estadounidense para el título en inglés, “Freedom from Torture”, a la
forma actual.28 Aunque “Derecho a un trato humano” no es tan limitado como “Freedom from
Torture”, un título más inclusivo Hubiera sido preferible “Derecho al Bienestar Personal” o “Derecho
a la Integridad Personal”.

tercero Alcance de la protección


A. Una derecha amplia con parámetros inciertos

Como se dijo, el artículo 5 es notable porque prevé un derecho autónomo a la integridad personal.
Esto también sugiere que el Artículo 5(1) podría violarse en circunstancias que perturben la
“integridad física, mental y moral” sin alcanzar el umbral de los actos prohibidos en el Artículo 5(2).
De hecho, así lo ha interpretado la Corte Interamericana. Sin embargo, el Tribunal se ha resistido
a explicar por qué un acto puede violar únicamente el Artículo 5(1) y no el 5(2). Como se analiza a
continuación, los abusos más flagrantes a menudo son

23
Medina, supra nota 3, en 133.
24
Véase Manfred Nowak, Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos: CCPR Comentario 241–

42 (2.ª ed. 2005) (sobre el artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos).
25
Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 114, párr. 147 (7 de septiembre de 2004); Sánchez c. Honduras, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 99, párr. 96 (7 de junio de 2003).
26 Uno de los cambios más significativos se refería al artículo 5(5): “Los menores mientras estén sujetos a procesos penales serán separados de los adultos y llevados ante

tribunales especializados, tan pronto como sea posible, para que puedan ser tratados de acuerdo con su condición de menores. .” Esto reemplazó una frase aparentemente

más punitiva “llevado ante tribunales especiales tan pronto como sea posible para su adjudicación”. Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los

Derechos Humanos, doc. 5 (inglés). 22 de septiembre de 1969, art. 4(4)(b).

27 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos y Observaciones y Comentarios de la

Gobiernos Americanos, Documento 13, 22 de septiembre de 1969 (inglés).


28
Convención Americana sobre Derechos Humanos (versión final en inglés, revisada por la Comisión de Estilo), doc. 65 (Rev. 1),
7 de enero de 1970.
107

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Trato humano 107


clasificado como tortura, un término que ciertamente conlleva un estigma y un significado especial.29
Sin embargo, las distinciones entre las otras formas de malos tratos son a menudo ambiguas. Y el
límite entre “penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” y una “simple” violación del Artículo
5(1) por sí sola es aún más incierto. La Corte a menudo ha seguido un enfoque cauteloso, prefiriendo
una violación solo al párrafo 1. De hecho, sus sentencias recientes han mostrado una práctica
preocupante de rechazar las violaciones del Artículo 5 por completo.30
Significativamente, el artículo 27 de la Convención Americana establece que la totalidad del artículo
5 es inderogable. La Corte Interamericana ha reiterado que “el derecho a la integridad personal no
puede suspenderse bajo ninguna circunstancia”31. Asimismo, según el Tribunal, la prohibición de la
tortura y de las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes

es absoluta e inderogable, aun en las circunstancias más difíciles, tales como guerra, amenaza
de guerra, lucha contra el terrorismo y cualesquiera otros delitos, estados de emergencia o
conmoción o conflicto interno, suspensión de garantías constitucionales, inestabilidad u otras
emergencias públicas o catástrofes. Hoy en día, esta prohibición forma parte del jus cogens
32
internacional.

Una interpretación estricta de estas declaraciones conduce a consecuencias radicales: no se puede


tolerar ninguna intrusión en la “integridad física, mental y moral”. No obstante, al igual que otros
tribunales de derechos humanos, la Corte permite el “nivel inevitable de sufrimiento inherente a la
detención” y otras sanciones del Estado.33 Por supuesto, las sanciones del Estado en sí mismas
deben ser compatibles con el derecho internacional; como se analiza a continuación, el Tribunal ha

sostenido que ciertos castigos violan el artículo 5, independientemente de su estatus en el derecho interno.
El principio de no devolución o no devolución también forma una parte importante de las
protecciones del artículo 5. Según la Corte, los Estados Partes en la Convención no pueden “deportar,
devolver, expulsar, extraditar o remover de cualquier otra manera” personas bajo su jurisdicción,
“cuando existan motivos fundados para creer que correrían peligro de ser

29
Véase, por ejemplo, Irlanda contra el Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º 5310/71, párr. 167 (18 de enero de
1978) (“fue la intención de la Convención, con su distinción entre 'tortura' y 'trato inhumano o degradante', por el primero de estos
términos atribuir un estigma especial al trato inhumano deliberado que causa sufrimiento grave y cruel”).

30 Ver Sección III(G), infra.


31
Por ejemplo, Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149,
párr. 126 (4 de julio de 2006); “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 157 (2 de septiembre de 2004).
32
Eg, Ruano Torres et al. v. El Salvador, Méritos, Reparations and Costes, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C)
núm. 292, párr. 120 (5 de octubre de 2015); Caesar c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 123, párr. 100 (11 de marzo de 2005).
33
Por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 218, párr. 198 (23 de noviembre de 2010); Neptune c. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr. 130 (6 de mayo de 2008).
108

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108 Convención Americana sobre Derechos Humanos

sometido a tortura o trato cruel, inhumano o degradante.”34 Este principio ha llegado a ser tan
aceptado globalmente como la prohibición de la tortura misma.35

B. Definiciones de Tortura y la Convención Interamericana

para prevenir y sancionar la tortura

La Corte Interamericana de Derechos Humanos no califica con frecuencia los actos abusivos como
tortura, aunque encuentra violaciones del artículo 5 regularmente en sus sentencias. Para definir la
tortura, término que no se explica en el propio artículo 5, el Tribunal se ha referido con frecuencia al
artículo 2 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. El artículo 2 dispone, en parte:

Se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una
persona dolores o sufrimientos físicos o psíquicos con fines de investigación criminal, como
medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o para
cualquier otro propósito. También se entenderá por tortura la aplicación sobre una persona de
métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir sus capacidades físicas
o psíquicas, aunque no le causen dolor físico o angustia psíquica36.

La definición de la IACPPT es generalmente más amplia que la de la Convención contra la Tortura de


la ONU, ampliamente ratificada.
De hecho, hay algunas diferencias significativas entre los dos instrumentos. A modo de ilustración,
la IACPPT no exige un propósito específico para la tortura.37 Aunque la CAT establece numerosos
objetivos posibles para la tortura, existen límites: solo califican los propósitos que tienen “algo en
común con los propósitos expresamente enumerados”.38 Estos objetivos están generalmente
vinculados al trabajo de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y agentes estatales
comparables.39 En segundo lugar, para la IACPPT no es necesario que haya “dolor o sufrimiento

34
Wong Ho Wing Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 297, párr. 127 (30 de junio de 2015); Derechos y garantías de la niñez en el contexto de la migración y/o
o en necesidad de protección internacional, Opinión Consultiva OC-21/14, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr.
226 (19 de agosto de 2014).

35 David Kretzmer, Prohibición de la tortura, en Max Planck Encyclopedia of Public International

Ley párr. 35 (2010).


36 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, art. 2, Serie de Tratados de la OEA No. 67, reimpreso en

Documentos Básicos en Materia de Derechos Humanos en el Sistema Interamericano, OEA/Ser.LV/II.82 doc.6 rev.1 at
83 (1992) [IACPPT].
37 Véase id.

38 Herman Burgers y Hans Danelius, Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura: Manual sobre la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes 118 (1988).

39 id. en 119; Informe del Relator Especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, Manfred Nowak, “Study on the Phenomena of Torture, Cruel, Inhuman or Degrading
109

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Trato humano 109


ser “grave”, como lo requiere la CAT.40 Tercero, incluso si no hay “dolor físico o angustia mental”, de
conformidad con la IACPPT, la tortura aún puede ocurrir a través de otra modalidad: “el uso de
métodos sobre una persona con la intención de obliterarla”. la personalidad de la víctima o para
disminuir sus capacidades físicas o mentales”41.
La Corte Interamericana justifica su uso de la IACPPT a través de su lectura de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados: “la interpretación de un tratado debe tener en cuenta no sólo
los acuerdos e instrumentos relacionados con el tratado …, sino también los sistemas
parte”42.
del cualEste
forma
principio interpretativo, según la Corte, es “particularmente relevante” para el derecho internacional
de los derechos humanos, “que ha mostrado avances sustanciales a través de la evolución en la
interpretación de los [tratados] internacionales”43 . considerado a continuación, el Tribunal ha
incorporado ahora en gran medida la definición de tortura de la IACPPT en su propia jurisprudencia.

En particular, desde Paniagua Morales vs. Guatemala, la Corte ha declarado efectivamente


violaciones a la IACPPT, aunque dicho instrumento no le otorga expresamente competencia para hacerlo.44
El Tribunal explicó su práctica en Villagrán Morales c. Guatemala: la IACPPT dispone que, una vez
agotados los recursos internos, los casos pueden ser sometidos a “un órgano internacional, ya sea
una comisión, un comité, un tribunal existente o uno que se crearía en el futuro.”45 Debido a que
Guatemala había aceptado la jurisdicción de la Corte y ratificado la IACPPT, el Tribunal sensatamente
sostuvo que estaba justificado para encontrar violaciones del tratado.

Desde Paniagua Morales, cuando sea aplicable en sentencias contra Estados Partes de la CPIPT,
la Corte declarará violaciones a los artículos 1, 6 y 8.46 Estas disposiciones

trato o castigo en el mundo, incluida una evaluación de las condiciones de detención”, A/HRC/13/

39/Add.5, párr. 35 (5 de febrero de 2010).


40
CAT, arte. 1(1).
41 IACPPT, art. 2.
42
Ej., Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (Ser. C) No. 164, párr. 76 (11 de mayo de

2007); Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 148, párr. 156 (1 de julio de 2006). El Tribunal incluso recurrió a la definición de tortura de la IACPPT en Tibi v. Ecuador, donde la
IACPPT había entrado en vigor para el Estado más de tres años después de los hechos del caso (pero casi cuatro años antes de que la Corte

recibiera la petición). Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 114, párr. 145 (7 de septiembre de 2004). En cambio, en la sentencia Caesar c. Trinidad y Tobago de 2005, el Estado aún no se había

adherido a la IACPPT, y la Corte evitó mencionar el instrumento. Caesar v. Trinidad & Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 123 (11 de marzo de 2005).

43
Ej., Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (Ser. C) No. 164, párr. 76 (11 de mayo de

2007); Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 148, párr. 156 (1 de julio de 2006).


44
See “White Van” (Paniagua Morales et al.) v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 37, para. 136 (Mar. 8, 1998).

45
Villagrán Morales et al. v. Guatemala, Preliminary Objections, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 32, para. 248 (Sept. 11, 1997).

46
Por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 245 (23 de noviembre de 2010); Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo,
110

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110 Convención Americana sobre Derechos Humanos

involucran las obligaciones de un Estado de prevenir y sancionar la tortura. Aunque ciertamente


son posibles otras violaciones del instrumento, el Tribunal se ha centrado en estos aspectos de
la IACPPT.

C. La Prueba Tripartita de Tortura de la Corte Interamericana

La Corte ahora ha asimilado en gran medida la definición de tortura de la IACPPT en su propia


jurisprudencia. Aunque la Corte ha considerado algunos abusos como actos que intentaron
“borrar la personalidad” de una víctima,47 ahora se ha centrado principalmente en la investigación
de tres partes de la IACPPT para encontrar tortura. Como afirmó el Tribunal, la tortura es “(i)
intencional; (ii) cause sufrimiento físico o mental severo, y (iii) se cometa con un objetivo o
propósito.”48 La intencionalidad requiere que “los actos cometidos fueron infligidos
deliberadamente a la víctima y no como resultado de una conducta negligente, un accidente o
fuerza mayor.”49
Con frecuencia, el objetivo de la tortura ante la Corte es obtener una confesión o declaración
incriminatoria contra otra persona.50 El Tribunal también ha aceptado la intimidación y el castigo
como objetivos de la tortura.51 De hecho, la Corte ha dado todos los indicios de que ha
defendido la abierta requisito de finiquito de la IACPPT.52 En la sentencia Bayarri Vs. Argentina,
afirmó que la tortura se comete con “cualquier fin o propósito”53.
Si “cualquier objetivo” es permisible, entonces realmente no hay ningún requisito de propósito en absoluto. A diferencia de,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 94 (30 de octubre de 2008). En Tibi vs. Ecuador, los hechos del
caso ocurrieron antes de que la AICPPT entrara en vigor en Ecuador, pero la Corte sostuvo que

la obligación del Estado de prevenir y sancionar la tortura estaba vigente desde la entrada en vigor del tratado; por lo que se encontraron violados los

artículos 1, 6 y 8. Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114,

párr. 159 (7 de septiembre de 2004).

47 Maritza Urrutia v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 103, párr. 94 (27 de noviembre de

2003).
48
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 143 (20 de noviembre de 2014); Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (Ser. C) No. 164, párr. 79 (11 de mayo de 2007).

49 id. paraca. 81. Véase también Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 189 (20 de noviembre de 2014) (considerando la “naturaleza, repetición y duración en el tiempo” del abuso para establecer

la intencionalidad).
50
Por ejemplo, Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 187, párr. 81 (30 de octubre de 2008); Bámaca Velásquez c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 70, párr. 158 (25 de noviembre de 2000).


51
Ej., Hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 110, párr. 116 (8 de julio de 2004) (intimidación); Caesar v. Trinidad & Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 123, párr. 88 (11 de marzo de 2005) (castigo).


52
Por ejemplo, Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 187, párr. 81 (30 de octubre de 2008); Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 110, párr. 116 (8 de julio de 2004).

53 Id. para. 81. Note that the original Spanish is “se cometa con cualquier fin o propósito,” whereas the Court’s

La traducción al inglés, "con un propósito u objetivo", omitió "cualquiera" o "lo que sea". Identificación.
111

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Trato humano 111

la Corte Europea se adhiere al “elemento intencional de la tortura” del CAT.54 Como era de
esperar, el Comité del CAT también requiere prueba de los “fines inadmisibles” de ese tratado
para encontrar tortura.55
El tercer requisito de la Corte Interamericana para la tortura es “sufrimiento físico o mental
severo”. Como se señaló anteriormente, esta terminología favorece al CAT sobre el IACPPT,
ya que este último instrumento no usa el adjetivo “severo”. El Tribunal no ofrece una prueba de
línea clara para la severidad. Al evaluar el grado de sufrimiento, “debe tener en cuenta las
circunstancias específicas de cada caso, teniendo en cuenta factores objetivos y subjetivos”56.
Ha explicado que entre los aspectos objetivos se incluyen “las características del maltrato,
como la duración, la forma o la manera utilizada para infligir daño, y los efectos físicos y
psicológicos que tal daño puede causar.”57 Por otro lado, los factores “subjetivos” involucran
“las características del individuo que sufre maltrato, incluyendo edad, género, condición de
salud y cualquier otra circunstancia personal.”58 Estos factores personales podrían afectar la
forma en que las víctimas experimentan la terrible experiencia, y pueden “aumentar el
sufrimiento y el sentimiento de humillación cuando son sometidas a ciertos tratamientos.”59
Estos diversos elementos siguen la jurisprudencia europea.60
La Corte encontró circunstancias en la siguiente selección de casos que superan el umbral
de sufrimiento “grave” para constituir tortura.61 Se trata de golpizas, violación, tormento
psicológico o condiciones de detención deplorables, entre otros.62 En Espinoza Gonzáles c.
Perú, agentes policiales pateó y golpeó a cinco internos, entre ellos Gladys Carol Espinoza
Gonzáles; la policía también los golpeó con objetos contundentes

54
Por ejemplo, Nechiporuk y Yonkalo v. Ucrania, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 42310/04, párr. 149 (21 de abril de 2011); Talattin Akkoc v. Turquía,

Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 50037/99, párr. 115 (10 de noviembre de 2005).

55 Comité de la ONU contra la Tortura, Observación General No. 2: Implementación del Artículo 2 por los Estados Partes (Ene.
24, 2008), para.ÿ10.

56 Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (Ser. C) No. 164, párr. 83 (11
de mayo de 2007). Véase también Loayza Tamayo c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 33, párr.
57 (17 de septiembre de 1997).
57 Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (Ser. C) No. 164,
paraca. 83 (11 de mayo de 2007).
58 id.
59
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 142 (20 de noviembre de 2014); Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párr. 127 (4 de julio de 2006).


60
Véase, por ejemplo, Irlanda contra el Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º 5310/71, párr. 162 (18 de enero de 1978).
61 Cabe señalar que en algunos de los casos anteriores la Corte Interamericana aún no había consolidado una

forma, investigación de tres partes para encontrar la tortura.


62
Por su parte, la Comisión Interamericana ha criticado reiteradamente a Estados Unidos por su trato a los detenidos de la Bahía de Guantánamo, denunciando

diversos actos de tortura como el submarino y otras “técnicas brutales de interrogatorio”. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Hacia el Cierre

de Guantánamo, OEA/Ser.L/V/II., doc. 20/15, 3 de junio de 2015, párr. 108, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/

Hacia-El-Cierre-de-Guantanamo.pdf.
112

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112 Convención Americana sobre Derechos Humanos

y los expuso a un polvo utilizado para gases lacrimógenos63. Además, Espinoza Gonzáles fue “suspendida en

el aire” con varas de metal, lo que provocó su desmayo64.

En Bayarri v. Argentina, la víctima sufrió repetidas palizas por parte de la policía durante tres días, incluido

el uso de una picana y una bolsa de plástico en la cabeza. Asimismo, los captores de Juan Carlos Bayarri

amenazaron con hacerle daño a su padre, “con quien tenía una estrecha relación y cuyo paradero

desconocía”65. Mendoza y otros. v. Argentina involucró la práctica de la falanga, en la que se golpean las

plantas de los pies66. La Corte determinó que Claudio Núñez y Lucas Mendoza sufrieron “fuertes golpes” en

los pies y en otras partes del cuerpo mientras se encontraban recluidos en una prisión federal .67

En Bueno Alves c. Argentina, la víctima “fue golpeada en las orejas y en el estómago, insultada por su

nacionalidad” y privada de su medicamento para la úlcera mientras se encontraba bajo custodia policial68.

Tibi v. Ecuador involucró a una víctima que, en varias ocasiones, “sufrió puñetazos en el cuerpo y la cara,

quemaduras de cigarrillos en las piernas y descargas eléctricas en los testículos”69. Los guardias penitenciarios

también golpearon a Daniel Tibi con un objeto pesado y lo sumergieron su cabeza en un tanque de agua.

Sorprendentemente, sin embargo, el Tribunal no encontró tortura en un caso posterior en el que se obligaba

a los presos a caminar entre dos filas de guardias que los golpeaban con palos y porras de metal o de goma.

El perito de los peticionarios concluyó que la práctica, que trataba aún más brutalmente a las víctimas caídas,

equivalía a tortura.70 Sin mayor explicación, la Corte decidió que se trataba únicamente de un trato inhumano.71

De manera similar, en Rodríguez Vera et al. v. Colombia, el Tribunal no encontró tortura, aunque una víctima

fue “obligada a permanecer de pie con las manos en la cabeza durante varias horas, sometida a numerosos

interrogatorios durante los cuales fue presionada para que 'confesara' supuestos vínculos” con un grupo

guerrillero , y luego trasladado a una base militar donde fue interrogado nuevamente y retenido por varias

horas72.

La Corte consideró significativo —quizás demasiado— que la propia víctima afirmara

63
Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 210 (20 de noviembre de 2014).

64 id.
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 87 (30 de
sesenta y cinco

octubre de 2008).

66 Mendoza et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
(ser. C) no. 260, párr. 209 (14 de mayo de 2013).

67 id.
68
Bueno Alves c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (Ser. C) No. 164, párr. 74 (11 de mayo de 2007).

69 Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 114, párr. 148 (7 de septiembre de 2004).

70 Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
N° 160, a. 297 (25 de noviembre de 2006).

71 id. paraca. 300. Sin embargo, la sentencia calificó como tortura otros casos de abuso, los cuales se analizan a continuación.
72
Rodríguez Vera et al. c. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Interam. Connecticut. HR (ser. C) No.

287, párr. 423 (14 de noviembre de 2014).


113

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Trato humano 113


que “no hubo tortura” y caracterizó su trato como “degradante”73 . Aceptó esta descripción,
encontrando “trato cruel y degradante” en violación del artículo 5(2).74
Maritza Urrutia v. Guatemala se refirió específicamente a la tortura psicológica. En este caso,
Maritza Urrutia fue “detenida ilegal y arbitrariamente … [su] cabeza estaba cubierta por una
capucha, la mantuvieron esposada a una cama, en una habitación con la luz encendida y la radio
a todo volumen, lo que le impedía durmiendo”75. Además, los oficiales militares la interrogaron
por períodos prolongados; durante estas sesiones, los funcionarios le mostraban fotografías de
personas torturadas y asesinadas, y le informaban que correría la misma suerte. También
amenazaron con matar o torturar a sus familiares. Eventualmente, Urrutia se vio obligada a
grabar una declaración en contra de su voluntad; el video fue posteriormente transmitido por la televisión nacio
La Corte consideró que estos actos fueron “preparados e infligidos deliberadamente para borrar
la personalidad de la víctima y desmoralizarla” y constituyeron “tortura mental”76.
La tortura psicológica también fue constatada por la Corte en un caso posterior, Penal Miguel
Castro Castro. Entre otros abusos, este asunto se refería a una operación militar despiadada de
cuatro días contra reclusos en una prisión peruana. La Corte encontró que la operación fue un
“ataque” injustificado por parte de agentes del Estado que resultó en más de 40 muertos y
decenas de heridos.77 El asalto involucró bombas, granadas, rifles automáticos y otras armas.
El Tribunal consideró que “la totalidad de los actos de agresión y las condiciones [a] las cuales el
Estado deliberadamente [sometió] a los internos”—tanto a los muertos como a los sobrevivientes—
“les causó a todos un grave sufrimiento psíquico y emocional” equivalente a tortura psíquica78.

Los impactantes hechos del penal Miguel Castro Castro resultaron en dos hallazgos
adicionales de tortura. Uno se refería a la violación de una interna: Agentes estatales la
sometieron a la fuerza a una “revisión vaginal” con sus dedos.79 En el Penal Castro Castro y
sentencias posteriores, la Corte ha afirmado que “también debe entenderse por violación los
actos de violación vaginal o vaginal”. penetración anal usando otras partes del cuerpo del
perpetrador u objetos, así como penetración oral por el órgano masculino.”80 Citando la
jurisprudencia del derecho penal internacional, Espinoza Gonzáles v.

73 id. pareja. 428.


74 id.

75 Maritza Urrutia v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 103, párr. 85 (27
de noviembre de 2003).
76 id. pareja. 94.
77 Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 160, párrs. 242-243 (25 de noviembre de 2006).

78 id. pareja. 293.


79 id. pareja. 309.
80
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 192 (20 de noviembre de 2014); J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr. 359 (27 de noviembre de 2013).
114

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114 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que se produzca la penetración, por leve que ésta sea, en los términos antes descritos”81. Es muy posible
que el delito no deje ninguna “evidencia de daño físico”82.
El Tribunal Penal de Castro Castro observó que la violación sexual “de un detenido por un agente del

Estado es un acto especialmente grave y reprobable, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de la víctima y el


abuso de poder del agente”83. Desde esa sentencia, la Corte ha reconocido consistentemente que la violación
constituye tortura, ya que es “una experiencia extremadamente traumática” que deja a las víctimas con “gran
daño físico y psicológico”, así como sufrimiento emocional y estigma social.84 -La decisión pionera de la
Comisión Americana de 1996.85 En Martí

de Mejía c. Perú, la Comisión “se convirtió en el primero de los órganos regionales en reconocer explícitamente
que la violación podía constituir tortura”86.
El último hallazgo de tortura en el Penal Miguel Castro Castro se desencadenó por las condiciones de
detención sufridas por la población carcelaria tras la agresión. Los internos fueron trasladados a centros de
detención superpoblados “sin acceso a fuentes naturales o artificiales

iluminación”87. El Estado brindó alimentación y atención médica inadecuadas, a pesar de que varios internos
resultaron heridos o enfermos. Los guardias golpearon a varios detenidos y les aplicaron descargas eléctricas.

No se suministró ropa abrigada, a pesar del clima helado. El confinamiento solitario se ordenó con frecuencia.
Se ignoraron las “necesidades fisiológicas de las mujeres”, como “las necesidades de salud pre y post-natal”
y los insumos necesarios para la higiene personal.88 La suma de estas condiciones deplorables llevó a la
Corte a concluir que las internas habían sufrido “torturas físicas y psicológicas”. .”89

D. Involucramiento de Actores Estatales: ¿Un Cuarto Requisito?

En la mayoría de los casos de tortura ante la Corte, los agentes estatales han perpetrado directamente las
violaciones. Sin embargo, en González et al. c. México de 2009, el Tribunal concluyó que el papel de México en

81
Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 192 (20 de noviembre de 2014).

82 id. pareja. 193.


83
Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

N° 160, a. 311 (25 de noviembre de 2006).


84
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 289, párr. 193 (20 de noviembre de 2014); Rosendo Cantú et al. c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 216, párr. 114 (31 de agosto de 2010).

85 Martí de Mejía v. Peru, Case 10.970, Inter-Am. Comm'n HR, Report No. 5/96 (1996).

86 Asociación para la Prevención de la Tortura y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, supra nota 9, en 3. Al año siguiente, la Corte Europea

hizo lo mismo. Aydin c. Turquía, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación.

N° 23178/94 (25 de septiembre de 1997).


87
Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

N° 160, a. 319 (25 de noviembre de 2006).


88 id.

89 id. pareja. 333.


115

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Trato humano 115


tres asesinatos y agresiones sexuales no habían sido confirmados, dejando abierta la posibilidad de que
los actores no estatales fueran los únicos responsables.90 Como resultado, la Corte se abstuvo de definir
los actos brutales del caso como “tortura”, a pesar de que los tres aspectos de su prueba—
intencionalidad, severidad y propósito— aparentemente se habían cumplido.
En la sentencia más reciente Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río
Cacarica (Operación Génesis) vs. Colombia, la Corte encontró que miembros de un grupo paramilitar
ejecutaron a Marino López en “circunstancias particularmente crueles”: atacaron a su comunidad, abusaron
físicamente de él , y, finalmente, lo decapitó a machetazos.91 Los peticionarios y la Comisión
Interamericana, comprensiblemente, argumentaron a favor de la tortura. En respuesta, la Corte
responsabilizó a Colombia “por haber incumplido con su obligación de prevenir violaciones y de proteger
los derechos a la vida y a la integridad personal de Marino López”—debido a “la aquiescencia o
colaboración que … las Fuerzas Armadas brindaron a [los paramilitares], que … alentaron y permitieron
la perpetración de este tipo de hechos”92. Sin embargo, la Corte consideró que “militares colombianos no
estuvieron involucrados en los hechos que … resultaron en [su] muerte”93. En definitiva, entonces , el
Tribunal definió los actos únicamente como “crueles, inhumanos y degradantes”, y evitó discutir la CIPTP94.

De esta manera, la Corte puede buscar un cierto grado de participación del Estado para calificar una
violación del Artículo 5 como tortura. La IACPPT establece que la tortura puede ser cometida por un
empleado público o “una persona que a instigación de un servidor o empleado público…
ordena, instiga o induce al uso de la tortura, la comete directamente o es cómplice de ella”95. Por su
parte, el CAT define la tortura como un acto “infligido por, o por instigación, con el consentimiento o
aquiescencia de un funcionario público o otra persona que actúe en carácter oficial”96. En el caso de
López, es difícil concluir que la Corte exigió sufrimientos más severos para alcanzar el umbral de la tortura;
además, como se señaló anteriormente, su jurisprudencia es flexible con respecto a un requisito de
propósito. Finalmente, su destino fue obviamente intencional: los paramilitares lo atacaron y lo golpearon
al menos dos veces con el machete.97 Así, para establecer tortura, el Tribunal parece haber requerido
una mayor
papel directo del Estado en el calvario de la víctima.

90 González et al. (“Campo Algodonero”) Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 242 (16 de noviembre de 2009).

91 Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 270, párrs.

107–110, 476 (20 de noviembre de 2013).

92 id. pareja. 281.

93 id. pareja. 110.

94 id. mejor. 281–282.


95
IACPPT, art. 3.
96
CAT, arte. 1.

97 Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 270, párr.

108 (20 de noviembre de 2013).


116

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116 Convención Americana sobre Derechos Humanos

La jueza Cecilia Medina Quiroga, en su opinión separada en González, desaprobó el aparente


requerimiento de la Corte para la acción del Estado, y correctamente señaló que el Tribunal no
necesita seguir los términos de la IACPPT o el CAT. 98 Una serie de

Las autoridades legales, como la Corte Europea, el Comité de Derechos Humanos de la ONU y los
tribunales penales internacionales, ahora han reconocido que los actores privados pueden cometer
tortura, incluso cuando actúan independientemente de los funcionarios del Estado.99 Dados estos
importantes desarrollos globales, un requisito interamericano para la participación del Estado
representaría un revés jurisprudencial, así como una sombría decepción para las víctimas de la
tortura en las Américas.

E. Consideraciones de evidencia y prueba

Al evaluar la evidencia de posibles violaciones al artículo 5, la Corte ha observado que las víctimas
a menudo no presentan denuncias de malos tratos “por miedo”, particularmente cuando están
detenidas.100 “No es razonable” exigir a las víctimas, cada vez que una declaración a las
autoridades, para describir todos los abusos que han sufrido.101 El Tribunal ha reconocido
consistentemente que la falta de marcas visibles no es concluyente, “porque tales actos de violencia
contra el individuo con frecuencia no dejan marcas o cicatrices permanentes.”102
Las personas detenidas enfrentan grandes obstáculos para probar los malos tratos, especialmente
si no tienen acceso a exámenes médicos independientes y al apoyo de abogados y familiares.103
En esta situación, los jueces y otras autoridades deben garantizar que las personas detenidas
tengan la capacidad de documentar los abusos que sufren. , incluido el acceso a exámenes médicos
adecuados.104 Claramente, tales exámenes deben realizarse con prontitud; si se llevan a cabo

98
Voto concurrente del Juez Medina Quiroga, González y otros. (“Campo de algodón”) v. México, párrs. 5–20.
99
Por ejemplo, Opuz c. Turquía, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.° 33401/02, párr. 159 (9 de junio de 2009); Comité de
Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes (artículo 7) (10 de marzo de 1992), párr. 2; Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (Fiscal c. Kunarac,
párr. 148; Fiscal c. Krnojelac, párr. 187; Fiscal c. Kvoÿka, párr.
139); Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (Roma, 17 de julio de 1998) UN Doc. A/CONF.183/9 de 17 de julio de
1998, en vigor desde el 1 de julio de 2002, art. 7(2)(e).
100
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 275, párr. 337 (27 de noviembre de 2013); Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 92 (30 de octubre de 2008).
101
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275,
párr. 351 (27 de noviembre de 2013).

102 id. paraca. 329; Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros

tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, párr.

161, Doc. ONU. HR/P/PT/8/Rev.1 (9 de agosto de 1999), disponible en www.ohchr.org/Documents/Publications/


training8Rev1en.pdf [Protocolo de Estambul].

103 id. paraca. 333; Eldar Imanov y Azhdar Imanov v. Rusia, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 6887/02, párr. 113 (diciembre
16, 2010).
104
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275,
párr. 333 (27 de noviembre de 2013); Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 92 (30 de octubre de 2008). Véase también Protocolo de Estambul, párr. 77.
117

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Trato humano 117


demasiado tiempo después del incidente, o de manera inapropiada, sus resultados “no pueden
utilizarse para cuestionar la veracidad de las denuncias de malos tratos de la presunta víctima” .
corresponde al Estado “brindar una explicación satisfactoria y fehaciente de los hechos y desvirtuar
los hechos alegados en su contra mediante el adecuado ofrecimiento de prueba”106.

Así, en estas circunstancias, el Estado es el “garante” especial de estos derechos y existe una
“presunción de responsabilidad” en su contra107.
En cuanto a la violencia sexual en particular, debido a las características típicas de este tipo de
agresiones, generalmente es muy difícil obtener pruebas distintas a la declaración de la víctima108.
Al evaluar estas declaraciones, la Corte toma en cuenta que las víctimas generalmente no
denuncian el delito. de manera completa, debido al estrés postraumático y “al estigma que
frecuentemente genera este tipo de denuncias”109. También ha observado que los exámenes
médicos “no necesariamente revelarán la ocurrencia de violencia [sexual] o violación”110.

F. Castigo o trato cruel, inhumano o degradante

1. Introducción

Al igual que en el caso de la tortura, la Convención Americana no aclara qué actos constituyen
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. La Corte reconoce que estas violaciones
involucran “varias gradaciones … con diversos grados de efectos físicos y psicológicos … que
deben probarse en cada situación específica.”111 Sin embargo, rara vez interpreta o distingue
entre los términos “crueles, inhumanos o degradantes”. Esta es una reticencia comprensible,
compartida por autoridades como el Comité CAT y el Comité de Derechos Humanos de la ONU.112
Hacer distinciones finas en muchos casos demostraría

105
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
333 (27 de noviembre de 2013).
106
Por ejemplo, Baldeón García c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 147, párr.
120 (6 de abril de 2006); Sánchez c. Honduras, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 99, párr. 111 (7 de junio de 2003).
107 id.
108
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 275, párr. 323 (27 de noviembre de 2013); Fernández Ortega et al. c. México, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 215, párr. 100 (30 de agosto de 2010).
109
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 150 (20 de noviembre de 2014); Rosendo Cantú et al. c. México, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 216, párrs. 91-95 (31 de agosto de 2010).
110
Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 289, párr. 153 (20 de noviembre de 2014); J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr. 329 (27 de noviembre de 2013).
111
Loayza Tamayo v. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 33, párr. 57 (17 de septiembre de 1997).
112 El Comité CAT ha reconocido que “en la práctica, el umbral de definición entre [tales castigos y tratamientos] a menudo no está
claro”. Comité de la ONU contra la Tortura, Observación General No. 2: Implementación del Artículo 2 por los Estados Partes (24
de enero de 2008) párr. 3. El Comité de Derechos Humanos de la ONU no “considera
118

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118 Convención Americana sobre Derechos Humanos

difícil o incluso arbitrario, y también impediría que la jurisprudencia del Tribunal evolucionara en respuesta
a definiciones cada vez más amplias en este campo.113
Aún así, la Corte ha ofrecido algunas pautas básicas, frecuentemente tomando prestadas de la
jurisprudencia del Tribunal Europeo. El trato degradante puede “caracterizarse por el miedo, la angustia y
la inferioridad inducidos con el fin de humillar … a la víctima y quebrantar su resistencia física y moral”.
114 De esta forma, el término “degradante” enfatiza la humillación y el envilecimiento, mientras que el se
refiere más al sufrimiento físico o mental agudo, aunque estos conceptos sin duda se superponen.115 A
continuación se ofrece orientación adicional interamericana, organizada por categoría.

2. Violencia sexual y violencia contra la mujer

Como se discutió anteriormente, en el Penal Miguel Castro Castro la Corte sostuvo que agentes del
Estado cometieron tortura al violar a una reclusa. El Tribunal también encontró otros casos de violencia
sexual en el caso. “Siguiendo la línea de la jurisprudencia internacional”, como la sentencia Akayesu del
Tribunal Penal Internacional para Ruanda, y “teniendo en cuenta” la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (o la “Convención de Belém do Pará”),116

la Corte definió la violencia sexual como acciones de “carácter sexual cometidas con una persona sin su
consentimiento, que además de incluir la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos que no
impliquen penetración o incluso contacto físico alguno”117.

es necesario elaborar una lista de actos prohibidos o establecer distinciones nítidas entre los diferentes tipos de penas o tratos”. Comité

de Derechos Humanos de la ONU, Observación General No. 20: Prohibición de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o

degradantes (artículo 7) (10 de marzo de 1992), párr. 4. Como resultado, las decisiones del CDH a menudo se limitan a determinar si se
ha violado el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Asociación para la Prevención de la Tortura y el Centro por

la Justicia y el Derecho Internacional, supra nota 9, en 8.

113
Véase, por ejemplo, Cantoral Benavides c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 69, párr. 99 (18 de agosto de

2000) (que aprueba la observación de la Corte Europea de que “ciertos actos que fueron clasificados en el pasado como trato inhumano

o degradante, pero no como tortura, pueden ser clasificados de manera diferente en el futuro, es decir, como tortura, ya que la creciente

demanda de protección de los derechos y libertades fundamentales debe ir acompañada de una respuesta más enérgica frente a las

vulneraciones de los valores básicos de las sociedades democráticas”).


114
Por ejemplo, Caesar v. Trinidad & Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 123, párr. 69

(11 de marzo de 2005); Loayza Tamayo c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 33, párr. 57 (17 de septiembre

de 1997). Véase también Irlanda contra el Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º 5310/71, párr. 167 (18 de enero de 1978).
115 Ver David Harris, Michael O'Boyle & Colin Warbrick, Law of the European Convention on Human Rights 261 (3d ed. 2014) (refiriéndose a

los estándares de la Corte Europea que influyen en la jurisprudencia interamericana).

116 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, 33 ILM 1534, 1536 (1994).

117
Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 160, párr. 306 (25 de noviembre de 2006) (parafraseando la sentencia del TPIR). Véase también Espinoza Gonzáles c. Perú,

Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 191 (20 de

noviembre de 2014).
119

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Trato humano 119


En el penal Miguel Castro Castro, varias mujeres recluidas en un hospital de la policía fueron
obligadas a permanecer desnudas, excepto por la cobertura de una sábana, y se les impidió
atender su higiene personal básica. Incluso durante los viajes al baño, los guardias armados los
amenazaban constantemente y les negaban toda privacidad. En opinión del Tribunal, dicho trato
constituía violencia sexual. El Tribunal sostuvo que esta combinación de factores causó “graves
sufrimientos psicológicos y morales” y equivalía a un “trato cruel” en violación del artículo 5(2).118
En J. c. Perú, “Sra. J. fue objeto de tocamientos sexuales en el momento de su detención
por parte de un agente estatal masculino”119. La Corte concluyó que el “tocamiento
inapropiado” de su área genital, sin su consentimiento, constituyó un acto de violencia
sexual120 . declaraciones y otras pruebas, el Tribunal no pudo determinar si había ocurrido
violación en este caso.121 No obstante, sostuvo que el abuso fue “tanto física como
emocionalmente degradante y humillante” en violación del artículo 5(2).122
En diversas sentencias sobre violencia sexual, la Corte también ha encontrado violaciones
al artículo 11 (“Derecho a la Privacidad”)123. Tal fue el caso de J. Vs. Perú, donde sostuvo
que el abuso constituyó “injerencia en los aspectos íntimos de su vida privada” . violencia
contra la mujer y otros actos de tortura.125

Tanto la Corte como la Comisión Interamericana han subrayado la “inextri

cable” entre la violencia contra la mujer y la discriminación de género, y han denunciado


amplios patrones de abuso en varios casos.126 La Comisión ha establecido

118 id. pareja. 308.


119
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
360 (27 de noviembre de 2013).
120 id.

121 id. En la sentencia posterior que interpretó J. c. Perú, la Corte afirmó que las autoridades peruanas pueden llegar a concluir, en el
curso de sus investigaciones, que la violación de hecho ocurrió. J. c. Perú, Interpretación de la Sentencia sobre Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 291, párr. 21 (20 de noviembre de 2014).

122 id. pareja. 361.


123
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 197 (20 de noviembre de 2014); J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr. 368 (27 de noviembre de 2013).
124
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
367 (27 de noviembre de 2013).
125
Por ejemplo, id. paraca. 368; Rosendo Cantú et al. c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 216, párr. 121 (31 de agosto de 2010).
126 Lenahan et al. v. Estados Unidos, Caso 12.626, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 80/11, OEA/Ser.L/V/
II, doc. 69 (2011), párr. 131; Fernandes v. Brasil, Caso 12.051, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 54/
01, OEA/Ser.L./V/II.114, doc. 5 rev. (2002), párrs. 55–56; Inter-Am. Comm'n HR, Acceso a la Justicia para Mujeres Víctimas de
Violencia en las Américas, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 68 (20 de enero de 2007), disponible en

http://www.cidh.org/women/Access07/tocaccess.htm (explicando, entre otros puntos, diversas fallas gubernamentales en la


respuesta a casos de violencia contra las mujeres). En González y otros, la Corte condenó
120

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120 Convención Americana sobre Derechos Humanos

que los Estados tienen la obligación de investigar y sancionar a los perpetradores de violencia
doméstica, así como de otras formas de violencia de género, de conformidad con el principio de
debida diligencia.127 Ha interpretado este deber del Estado de manera amplia, “que , y la
sanción de estos actos, sino también la obligación de prevenir estas prácticas degradantes”128.
Esta tesis es congruente con las obligaciones de los artículos 5 y 1(1) de la Convención
Americana, el artículo 7 de la Convención de Belém do Pará, y otras instrumentos internacionales.

3. Castigo sancionado por el estado

La Corte ha expresado especial preocupación por los castigos corporales, la pena de muerte y
la cadena perpetua.129 Además, ha coincidido con el Tribunal Europeo en que cualquier castigo
severamente desproporcionado o “atroz” cae dentro de la prohibición contra la tortura y las
penas crueles, inhumanas y degradantes. tratamiento.130

una. El castigo corporal


Se ha señalado que el castigo corporal, “en cualquier circunstancia”, contraviene el artículo 5(2).
En Caesar c. Trinidad y Tobago, la Corte sostuvo que los Estados tienen la “obligación erga
omnes de abstenerse de imponer castigos corporales, así como de impedir su administración,
por constituir, en cualquier circunstancia, un trato cruel, inhumano o degradante”. o castigo”131.
En César, los funcionarios del Estado azotaron a la víctima con un “gato de nueve colas”132.
Luego de señalar las “severas circunstancias agravantes” que produjeron un “dolor físico y
psíquico” intenso, la Corte consideró que el castigo corporal se aplicaba en el caso en realidad
se elevó al nivel de tortura.133

B. La pena de muerte
En Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, la Corte observó que los
peticionarios, que habían sido condenados a muerte, “viven bajo la amenaza constante

la “cultura de discriminación contra la mujer” de México que condujo a numerosos asesinatos; la discriminación generalizada fomentó
la “inacción” y los “estereotipos de género” del Estado, lo que garantizó la impunidad de los delitos y desencadenó nuevos ataques
contra las mujeres. González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párrs. 399-401 (16 de noviembre de 2009).

127 Lenahan et al. v. Estados Unidos, Caso 12.626, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 80/11, OEA/Ser.L/V/II, doc. 69 (2011), párr. 131.

128 id.
129
El confinamiento solitario prolongado y otras condiciones de detención se analizan en una sección posterior a continuación.
130 Mendoza et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
260 (14 de mayo de 2013); Harkins y Edwards c. Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 9146/07 y No. 32650/07, párr.
132 (17 de enero de 2012).
131 Caesar v. Trinidad & Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 123,
paraca. 70 (11 de marzo de 2005) (énfasis añadido).
132 id. pareja. 72.
133 id. pareja. 87.
121

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Trato humano 121

para que puedan ser llevados a la horca en cualquier momento”134. Tal como lo afirma el testimonio
de un experto, “los procedimientos que conducen a la muerte por ahorcamiento … aterrorizan y deprimen
a los prisioneros; otros no pueden dormir debido a las pesadillas, y mucho menos comer”135.
Posteriormente, en Raxcacó Reyes v. Guatemala, el Tribunal reconoció explícitamente el “fenómeno del
corredor de la muerte” luego de considerar la jurisprudencia europea. Según la Corte, consiste en “un
período prolongado de detención en espera y anterior a la ejecución, durante el cual el condenado sufre
angustia psíquica y está sujeto a extrema tensión y trauma psíquico”136. Tanto Hilaire como Raxcacó
Reyes encontraron circunstancias agregadas de detención. equivalente a “tratos crueles, inhumanos y
degradantes”, aunque no queda claro si la Corte considera que el “fenómeno del corredor de la muerte”
por sí solo constituye tal trato137. Por su parte, la Comisión Interamericana ha afirmado que el “fenómeno
del corredor de la muerte” fenómeno” per se equivale a un “trato cruel, inhumano y degradante”138.

Dos años después, en Boyce et al. v. Barbados, el Tribunal consideró que leer las órdenes de
ejecución a los presos, mientras estaban pendientes sus recursos internos y peticiones ante el Sistema
Interamericano, constituía un “trato cruel”139. La Corte subrayó que era “fundamental” que todos los
recursos los litigios se completaron antes de que se leyeran dichas órdenes y, por supuesto, de que se
llevara a cabo cualquier ejecución.140 No explicaba por qué este trato era específicamente “cruel”, en
oposición a “inhumano” o “degradante”.

C. Cadena perpetua: niños


Mendoza et al. v. Argentina examinó el “impacto psicológico extremo” sobre cinco niños que habían
sido condenados a cadena perpetua.141 El sufrimiento que experimentaron llevó a la Corte a concluir
que el castigo constituía un trato cruel e inhumano.
Además, sostuvo que la cadena perpetua nunca es un castigo proporcionado para los niños. Las
implicaciones adicionales de la cadena perpetua para el Artículo 5 se discuten infra
en la sección sobre el artículo 5(6).

134 Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 168 (21 de junio de 2002).
135 id.

136 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párr. 97
(15 de septiembre de 2005).
137 id. paraca. 102; Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 169 (21 de junio de 2002).
138 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Pena de Muerte en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos:
De las Restricciones a la Abolición, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 68, 31 de diciembre de 2011, pág. 185, disponible en
https://www.oas.org/es/cidh/docs/pdf/penademuerte.pdf
139
Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 169, párr. 116 (20 de noviembre de 2007).
140 id.

141 Mendoza et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
(ser. C) no. 260, párr. 183 (14 de mayo de 2013).
122

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122 Convención Americana sobre Derechos Humanos

4. Condiciones y prácticas de detención

El artículo 5.2 de la Convención Americana establece, en su segunda oración, que “[t]oda


persona privada de libertad será tratada con el respeto a la dignidad inherente a la persona
humana”. Con este fin, la Corte ha enfatizado que los Estados deben “salvaguardar la salud
y el bienestar de las personas privadas de libertad, y … garantizar que la forma y el método
de privación de libertad no excedan el nivel inevitable de sufrimiento inherente a la detención”.
142 Los Estados “no pueden invocar dificultades económicas” para justificar condiciones
carcelarias deficientes.143 En consecuencia, el Tribunal ha afirmado que si “existe un
deterioro de [la] integridad física, [psicológica] y moral” de una persona debido a su o sus
condiciones de detención, encontrará, como mínimo, “castigo cruel” en violación del Artículo 5(2).144
La falta de atención médica “apropiada” para una persona detenida puede per se violar
el artículo 5(2) “dependiendo de las circunstancias particulares de la persona específica,
como su estado de salud o tipo de dolencia ... el tiempo que transcurre sin dicha cuidado, los
efectos físicos y psíquicos acumulados y, en algunos casos, el sexo y la edad de la persona
detenida”145. La Corte ha destacado el deber del Estado “de brindar a las personas privadas
de libertad controles médicos periódicos y atención y tratamiento adecuados cuando así lo
requieran”. 146 La atención médica debe ser gratuita y brindarse “lo antes posible” después
de la detención.147 La atención de médicos calificados e independientes “es una salvaguardia
importante contra la tortura y el maltrato físico o mental de los reclusos”. 148 En Espinoza
Gonzáles c. Perú, el La Corte observó que los dos exámenes médicos de la víctima detenida
demostraron “un progresivo deterioro de su salud”; además, el Estado no siguió la
recomendación del médico para una evaluación neurológica149. Por esta y otras razones, la Corte

142
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 198 (27 de agosto de 2014); “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 112, para. 159 (Sept. 2,ÿ2004).


143
Por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 198 (23 de noviembre de 2010); Montero Aranguren et al. (Det. Ctr. de Catia) c. Venezuela, Excepción Preliminar,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 150, párr.

85 (5 de julio de 2006).
144
Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)

N° 160, a. 314 (25 de noviembre de 2006).


145
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 289, párr. 206 (20 de noviembre de 2014); Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 220 (23 de noviembre de 2010).
146
Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 206 (20 de noviembre de 2014).


147
Ej., Díaz Peña c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 244, párr. 137 (26 de junio de 2012); Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 220 (23 de noviembre de 2010).

148 Díaz Peña c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 244, párr. 137 (26 de junio de 2012).


149
Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 208 (20 de noviembre de 2014).


123

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Trato humano 123


determinó que Espinoza Gonzáles “fue sometido a tratos crueles, inhumanos y
degradantes” en violación del artículo 5(2).150
Otras circunstancias deplorables, por sí mismas, pueden violar el artículo 5(2).
Las celdas que se asemejan a jaulas, con barrotes en lugar de paredes para eliminar
la privacidad, “no pueden sino vulnerar el derecho a ser tratada con humanidad”.
151 En la sentencia Loayza Tamayo v. la prensa como culpable de delitos graves —
actos de terrorismo por los que no había sido juzgada— también violó el artículo 5(2).152
Durante el truco publicitario del Estado, las autoridades la obligaron a usar el uniforme de una
prisionera.

La detención en régimen de incomunicación ha sido condenada con frecuencia por el Tribunal,


debido al “extremo sufrimiento psicológico y moral” que puede causar153 . En J. c. Perú, la víctima
detenida no tuvo contacto con su familia durante 17 días y solo se le concedió acceso limitado a
su abogado.154 La Corte consideró que el Estado no había probado que esta “medida excepcional
para salvaguardar los resultados de una investigación” fuera “esencial” en el caso; Perú tampoco
demostró que se implementara de acuerdo con la legislación nacional.155 Se deben “garantizar”
las visitas periódicas a los reclusos.156 Además, el confinamiento solitario prolongado está
“estrictamente prohibido”157 porque el detenido se encuentra en una “posición particularmente
vulnerable” y soporta severas consecuencias psicológicas.158
El hacinamiento comprende “en sí mismo una violación de la
integridad personal” .

150 id. Véase también Vera Vera et al. c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 226, párr. 75 (19 de mayo de 2011).
151
Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 169, párr. 97 (20 de noviembre de 2007).
152
Loayza Tamayo v. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 33, párr. 58 (17 de septiembre de 1997).
153
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 186 (20 de noviembre de 2014) (que conduce a una violación del artículo 5(2)); Suárez Rosero c. Ecuador,

Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 35, párr. 90 (12 de noviembre de 1997).
154
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr. 378

(27 de noviembre de 2013). Sin embargo, en esta sentencia en particular, sorprendentemente solo se encontró violado el artículo 5(1)
debido a la detención en régimen de incomunicación. Identificación.

155 id. (observando que la ley peruana permitía 10 días de comunicación restringida, previa aprobación judicial, siempre que

que el detenido tuvo acceso a su abogado).

156 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
241, párr. 67 (27 de abril de 2012).
157 id.

158 Bámaca Velásquez v. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 70, párr. 150 (25 de noviembre de 2000).

Véase también Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 289, párr. 186 (20 de noviembre de 2014) (“desde sus primeras sentencias, la Corte Interamericana ha considerado que

el aislamiento prolongado y la incomunicación [sic] representan, en sí mismas, formas de tratos crueles e inhumanos, lesivos para la

salud psíquica y moral integridad de la persona”).

159 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
241, párr. 67 (27 de abril de 2012).
124

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124 Convención Americana sobre Derechos Humanos

higiene.160 Además, el hacinamiento aumenta el riesgo de violencia y acelera el deterioro de las propias
instalaciones. En Vélez Loor Vs. Panamá, la Corte consideró que una “densidad poblacional” superior al

“120% sobre su capacidad habitacional oficialmente establecida …


alcanzó niveles peligrosos.”161
En Pacheco Teruel et al. v. Honduras, la Corte analizó las devastadoras consecuencias de un incendio
en un centro penitenciario superpoblado162. Exigió al Estado diseñar e implementar todos los protocolos
necesarios para la respuesta de emergencia en los centros de detención, así como instalar “todos los
mecanismos físicos que minimicen la riesgo de situaciones de emergencia o incendio.”163 Estos
mecanismos incluyen, entre otros, detectores de humo, alarmas y extintores de incendios adecuados.164
Otras condiciones de detención pueden violar el artículo 5, en parte porque “generan sentimientos de
humillación e inferioridad”. al aire libre.”166 Las letrinas deben estar limpias y ofrecer privacidad; los
reclusos deben tener acceso al agua para su higiene personal.167 Claramente, el acceso limitado al agua
potable constituye “un grave fracaso” por parte del Estado.168 La alimentación proporcionada en las
cárceles “debe ser de buena calidad y suficiente valor nutritivo.”169 Al estudiar aspectos de las condiciones
de vida de un detenido, la Corte se ha referido con frecuencia al Conjunto de Principios para la Protección
de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión de las Naciones Unidas, así
como a otras directrices de la ONU y de la Comisión Interamericana.170

160 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 204 (23 de noviembre de 2010). En cuanto a la higiene personal, en Vélez Loor el Tribunal subrayó que los reclusos

deben contar con “suficiente agua potable para las necesidades personales diarias, entre ellas, el consumo de agua potable cada vez que lo

requieran, así como para la higiene personal”. Identificación. paraca. 215.

161 id. pareja. 203.

162 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

241 (27 de abril de 2012).

163 id. pareja. 68.


164 id.

165
Ej., Díaz Peña c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 244, párr. 135 (26 de junio de 2012); Montero Aranguren et al. (Centro de Detención de Catia) Vs. Venezuela,

Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 150, párr. 97 (5 de julio de 2006).

166 Díaz Peña c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 244, párr. 136 (26 de junio de 2012).

167 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

241, párr. 67 (27 de abril de 2012).

168 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 216 (23 de noviembre de 2010).

169 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

241, párr. 67 (27 de abril de 2012).


170
Ej., Díaz Peña c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 244, párr. 137 (26 de junio de 2012) (citando el Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas

Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión); Pacheco Teruel et al. Honduras, Fondo,
125

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Trato humano 125


En sus evaluaciones del Artículo 5, la Corte generalmente considera las condiciones en
conjunto, tal como se encuentran en los centros de detención en litigio. Para ilustrar, en Boyce et al. v.
Barbados, la Corte examinó una prisión que usaba “baldes de decantación” en lugar de baños;
los detenidos sufrieron hacinamiento e iluminación y ventilación inadecuadas, así como
confinamiento en sus celdas durante 23 horas al día durante más de cuatro años.171 Estas
“condiciones combinadas” equivalían a “trato contrario a la dignidad de todo ser humano” y
violaban Artículo 5(2).172
En la misma sentencia, el Tribunal también consideró una instalación temporal en Barbados
con condiciones aún más terribles. Allí, las celdas “parecen jaulas”173. A los detenidos se les
permitía hacer ejercicio solo una vez por semana; estaban obligados a permanecer confinados
el resto del tiempo, excepto 15 minutos cada día cuando podían usar los baños y las duchas.174
Finalmente, solo se les permitía comunicarse con los visitantes a través de un sistema de
videoconferencia. El calvario duró más de dos años y medio para los peticionarios; teniendo en
cuenta estos diversos factores, la Corte concluyó que los detenidos fueron víctimas de “tratos
inhumanos y degradantes”175.

5. Desaparición Forzada

De manera similar a los instrumentos jurídicos internacionales sobre la materia, la Corte ha


definido la desaparición forzada como una privación de libertad con la participación —o
aquiescencia— de agentes estatales, seguida de “la negativa a reconocer la detención y a revelar
la suerte o el paradero de la persona afectada”176. La Corte ha sostenido que la desaparición
forzada constituye al menos un “trato cruel e inhumano”, por “el mero hecho de un aislamiento
prolongado e incomunicación coercitiva”177. Desde sus inicios, la Corte ha condenado
rotundamente esta práctica . como un abuso particularmente grave de los derechos humanos,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 241, nota 60 (citando lo mismo, así como las Reglas
Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de la ONU, las Reglas de la ONU para la Protección de los Menores Privados de Libertad

y los Principios de la Comisión Interamericana y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las
Américas, entre otros).
171
Boyce et al. v. Barbados, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 169, párr. 94 (20 de noviembre de 2007).
172 id.

173 id. pareja. 97.


174 id.

175 id. pareja. 102.


176
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 226 (nov.
14, 2014); Gómez Palomino c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 136, párr. 97 (22 de noviembre de 2005). Para una discusión extensa sobre la desaparición forzada, ver el Capítulo 3 de este
volumen sobre el derecho a la vida.
177
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 322 (nov.
14, 2014); Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 202, párr. 85 (22 de septiembre de 2009).
126

Machine Translated by Google

126 Convención Americana sobre Derechos Humanos

mediante la cual se “vulnera la integridad personal de la víctima en todas


sus dimensiones ” . derechos protegidos por la Convención”: artículos 5,
7 (Derecho a la Libertad Personal), 4 (Derecho a la Vida), y 3 (Derecho
a la Personalidad Jurídica)179.

6. Amenazas de “lesiones físicas graves”

Al igual que su contraparte europea, el Tribunal Interamericano ha


reconocido que amenazar de manera creíble a una persona con “lesiones
físicas graves” constituye un trato inhumano y puede alcanzar el nivel de
tortura psicológica.180 En la sentencia Masacres de Ituango c. Colombia,
se probado que las víctimas enfrentaron una terrible experiencia antes
de su muerte.181 Fueron testigos de una masacre brutal cometida contra
sus comunidades, y esperaban ser brutalmente asesinados en cualquier
momento. Según la Corte, esta anticipación y temor “constituían un trato
cruel e inhumano”. , tratos inhumanos o degradantes”, por todo lo vivido
“antes, durante y después” de las agresiones183.
Sin embargo, en circunstancias relacionadas, el Tribunal se ha limitado injustificadamente a
encontrar solo una violación del artículo 5(1).184 En Valle Jaramillo c. Colombia, los atacantes
mataron a una víctima en presencia de otras dos personas, que luego fueron y amenazados
con armas de fuego.185 La Corte determinó que la situación de los dos sobrevivientes era
“agonizante y amenazante”, pero no los clasificó entre los tratamientos prohibidos del artículo 5(2).186

178
Por ejemplo, Chitay Nech et al. v. Guatemala, 2010 Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 212, párr. 94 (25 de mayo de 2010); Ticona Estrada et al. c.

Bolivia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 191, párr. 58 (27 de noviembre de 2008).

179
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 324 (nov.

14, 2014); Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 202,

párrs. 89-103 (22 de septiembre de 2009).


180
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 185 (20 de noviembre de 2014); Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 192, párr. 108 (27 de noviembre de 2008). Véase también Campbell and Cosans v. UK, Eur. Connecticut. RRHH,

aplicación. 7511/76 y 7743/76, párr. 26 (25 de febrero de 1982).


181
Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Interam. Connecticut. DH (ser. C) No. 148 (1

de julio de 2006).

182 id. pareja. 256.

183 Masacre de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.

Connecticut. HR (ser. C) No. 252, párr. 174 (25 de octubre de 2012).

184 Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

192, párr. 110 (27 de noviembre de 2008).

185 id. pareja. 70.

186 id. pareja. 109.


127

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Trato humano 127


7. Tratamiento de los niños

La Corte ha escuchado casos trágicos relacionados con el abuso físico y psicológico de niños, incluida su
tortura y ejecución extrajudicial. La sentencia principal en esta área es la decisión de 1997 en Villagrán
Morales v. Guatemala, también conocido como el “caso de los niños de la calle”. 187 Asuntos relacionados
con la persecución de niños marginados y de jóvenes sospechosos 188 lealtades terroristas, han seguido
llegando a San José.

“el estándar aplicado para calificar tratos o penas como crueles, inhumanos o degradantes debe ser mayor
en el caso de los niños”189. Asimismo, cuando los jóvenes se encuentran detenidos, los Estados deben
ejercer “el máximo cuidado y responsabilidad, y deben tomar medidas especiales sobre el principio del interés
superior del niño”190. En la mayoría de las circunstancias, entonces, la Corte estará más inclinada a
encontrar una violación del artículo 5(2) de lo que lo haría bajo hechos similares relacionados con
adultos

G. Violaciones a la Integridad Personal por debajo del Umbral

del artículo 5, apartado 2

Como se indicó anteriormente, la Corte Interamericana a menudo se limitará a encontrar una violación del
Artículo 5(1) en lugar de una violación del Artículo 5(2). En ocasiones, la reticencia de la Corte en este caso

es decepcionante.191 En cualquier caso, hay varios escenarios en los que el Tribunal a menudo ha
encontrado, como mínimo, una violación del Artículo 5(1).

Para comenzar, la Corte ha señalado que si se ha producido una detención ilegal, aunque sea por un
“breve tiempo”, resultará en “una violación a la integridad psíquica y moral”192. En segundo lugar, un Estado
debe probar que su uso de la fuerza fue “estrictamente necesario” en las acciones de aplicación de la ley; de
lo contrario, el acto “constituye una afrenta a la dignidad humana” en violación del artículo 5.193 En tercer
lugar, los peticionarios ante la Corte a menudo se han enfrentado a una denegación de justicia de larga data en su

187
Villagrán Morales et al. v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 63 (Nov. 19, 1999).
188
Por ejemplo, Servellón García et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) No. 152 (21 de septiembre de 2006); Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 110 (8 de julio de 2004).
189
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte
I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 162 (2 de septiembre de 2004).
190
Por ejemplo, Mendoza et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 260, para. 191 (May 14, 2013); Villagrán Morales et al. v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter Am. Cto. HR (ser. C)
No. 63, paras. 146, 191 (Nov. 19, 1999).
191
Véase, por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 203 (27 de agosto de 2014) (destaca un sufrimiento significativo para el
joven víctima, así como varias circunstancias agravantes, pero solo encuentra una violación del artículo 5(1)).
192
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 187 (20 de noviembre de 2014); Sánchez c. Honduras, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 99, párr. 98 (26 de noviembre de 2003).
193
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 289, párr. 184 (20 de noviembre de 2014); Loayza Tamayo v. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
128

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128 Convención Americana sobre Derechos Humanos

casos, a pesar de los persistentes esfuerzos por obtener responsabilidad penal y reparaciones. Cuando se
determina que los Estados son responsables de estas obstrucciones o retrasos, las experiencias de
profunda frustración e “impotencia” de las víctimas se traducen en violaciones del artículo 5.194 En cuarto
lugar, la Corte ha sido testigo de un aumento preocupante de casos relacionados con la persecución de
comunidades étnicas. Cuando se responsabiliza a los Estados por el desplazamiento forzado de estas
poblaciones, entre otros abusos, es previsible que se produzcan violaciones del artículo 5.195
Otra situación comúnmente aplicable se refiere a los miembros de la familia. En casos de ejecuciones
extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, la Corte a menudo decidirá que la familia de una víctima
“principal” ha sufrido violaciones al derecho a la integridad psíquica y moral.196
En los últimos años, la Corte ha sostenido que existe una presunción refutable de violación del artículo 5(1)
respecto de los padres, hijos, cónyuges y compañeros permanentes, siempre que la víctima “principal”
haya sufrido uno de estos graves violaciones.197

Otros peticionarios—incluidos los hermanos con algunas excepciones198—deben presentar evidencia


que demuestre una relación cercana.199 La información relevante incluye: las características específicas
de la relación y el sufrimiento del peticionario; si el peticionario era

(ser. C) No. 33, párr. 57 (17 de septiembre de 1997). Véase también Tarazona Arrieta et al. v. Perú, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 286, párr. 169 (15 de octubre de 2014) (refiriéndose
a las obligaciones del Estado en el uso de la fuerza, que incluyen la precaución, la prevención y la asistencia a quienes hayan
resultado “heridos o afectados” por dicha fuerza).
194
Por ejemplo, Fernández Ortega et al. c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 215, párr. 137 (30 de agosto de 2010); Rosendo Cantú et al. c. México, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 216, párr. 131 (31 de agosto de 2010).

195
Ej., Comunidades Afrodescendientes Desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis) c. Colombia, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 270, párrs. 290, 324 (20 de noviembre de 2013) (donde también se indica la obligación del Estado de brindar protección a las
víctimas, luego de un desplazamiento); Comunidad Moiwana c. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párrs. 102–103 (15 de junio de 2005).
196
Ej., Hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D. Connecticut. HR (ser. C) No. 110,
párrs. 118-119 (8 de julio de 2004) (ejecuciones extrajudiciales); Sánchez c. Honduras, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 99, párrs. 101-103 (26 de noviembre de 2003) (desaparición
forzada); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 114, párrs. 160-162 (7 de septiembre de 2004) (tortura).
197
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 292, párr. 444 (17 de abril de 2015); Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 192, párr. 119 (27 de noviembre de 2008). En los demás casos que no impliquen
“violación grave de los derechos humanos en los términos de la jurisprudencia [de la Corte]”, deberá probarse este tipo de violación
del artículo 5.1. Suárez Peralta c. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 261, párr. 158 (21 de mayo de 2013) (responsabilidad del Estado por no prevenir la mala praxis médica).

198 Más recientemente, la Corte ha sostenido que una presunción refutable de una violación del artículo 5(1) también se aplica a los
hermanos de las víctimas desaparecidas, “a menos que las circunstancias específicas del caso revelen lo contrario”. P.ej,
Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 274, párr. 227 (26 de noviembre de 2013); Guidel Álvarez et al. (“Diario Militar”) c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 253, párr. 286 (20 de noviembre de 2012).
199
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 445 (17 de abril de 2015). En Mack Chang v. Guatemala, un primo de la víctima asesinada
129

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Trato humano 129


activamente involucrado en la búsqueda de justicia en el caso; si, por acción u omisión, el Estado
obstaculizó los esfuerzos del peticionario; y si se desconocía el paradero del ser querido, así como,
en caso de muerte, si el cadáver fue devuelto a la familia.200 Solo en circunstancias extremas el
Tribunal determinará que los miembros de la familia son víctimas del artículo 5(2) violaciones.201
Incluso ante las muertes violentas de las víctimas “principales” y la impunidad en curso, la Corte
tiende a encontrar solo violaciones del artículo 5(1) para familiares y seres queridos.202

Recientemente, la Corte ha mostrado una preocupante tendencia a ignorar por completo las
violaciones del artículo 5.203 A modo de ejemplo, en Dominicanos y haitianos expulsados c.
República Dominicana, estableció que varias víctimas habían sido detenidas ilegalmente, sin haber
sido informadas de los motivos de su arresto. , y luego arbitrariamente expulsados de su país de
origen.204 En algunos casos, agentes estatales separaron a sus familias y destruyeron sus
documentos de identidad, entre otros abusos.205 Sin embargo, la Corte afirmó que los hechos del
caso ya fueron “analizados” bajo otros derechos convencionales: como los derechos al debido
proceso y a la libertad personal, por lo que no encontró violaciones del artículo 5.206
En otras palabras, el Tribunal no concluyó que faltaran pruebas sobre cómo las víctimas
sufrieron abusos severos. Más bien, simplemente optó por evaluar las angustiosas experiencias
bajo otras disposiciones de la Convención Americana. No está claro por qué el Tribunal ha dudado
ocasionalmente en declarar una violación “autónoma” del Artículo 5 en este caso.

él mismo fue considerado víctima de una violación del Artículo 5(1). Mack Chang c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 101, párrs. 233, 244 (25 de noviembre de 2003).
200
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 292, párr. 445 (17 de abril de 2015); Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 192, párr. 119 (27 de noviembre de 2008).
201
Véase, por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 539 (nov.
14, 2014); González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 424 (16 de noviembre de 2009); Bámaca Velásquez c. Guatemala, Fondo, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 70, párr. 165 (25 de noviembre de 2000).
202
Véase, por ejemplo, Gutiérrez y Familia c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 271, párrs. 145–146 (25 de noviembre de 2013) (encontrando solo una violación del artículo 5(1) luego de observar
que “la ejecución extrajudicial de Jorge Omar Gutiérrez, atribuible al Estado, sin duda causó sufrimiento, dolor y angustia a sus
familiares , particularmente por la ausencia de una investigación seria y efectiva … a pesar de sus continuos esfuerzos por conocer
la verdad de lo sucedido y la actual impunidad en este caso”); Véliz Franco et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y
Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 277, párrs. 239, 242 (19 de mayo de 2014); Kawas Fernández c.
Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 196, párrs. 130-139 (3 de abril de 2009).

203
Por ejemplo, dominicanos y haitianos expulsados c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 438 (28 de agosto de 2014); Norín Catrimán et al.
(Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.
Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 400 (29 de mayo de 2014).
204 id.

205 id. mejor. 418–420, 438.


206 id. pareja. 438.
130

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130 Convención Americana sobre Derechos Humanos

manera.207 Si es por razones de eficiencia judicial, ciertamente no sería necesario un análisis extenso en
casos como el de los dominicanos y haitianos expulsados, que presentan pruebas claras de que la integridad
personal estuvo comprometida. Al negarse a reconocer esta violación fundamental de los derechos
humanos, la Corte priva a las víctimas de su debida reparación y descuida una evaluación y condena plenas
de las prácticas inaceptables del Estado. El enfoque también choca con la jurisprudencia bien establecida
mencionada anteriormente, que sostiene que cualquier detención arbitraria viola la “integridad mental y
moral”208.

H. Investigación y Prevención: Obligaciones del Estado de Garantizar

los derechos del artículo 5

La Corte ha señalado reiteradamente que para garantizar los derechos del artículo 5, los Estados tienen la
“obligación de investigar posibles actos de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes”209.
Aun cuando los hechos no hayan sido denunciados a las autoridades locales,

cuando existan indicios de que se han producido [dichas violaciones], el Estado debe iniciar, de oficio

y de inmediato, una investigación imparcial, independiente y minuciosa que permita determinar la


naturaleza y el origen de las lesiones observadas, identificar a los responsables, y su enjuiciamiento
para comenzar.210

Asimismo, la línea de casos de tortura de la Corte establece que las autoridades judiciales deben realizar
todos los esfuerzos para obtener prontamente las pruebas pertinentes y garantizar su autenticidad.211
El testimonio que ha sido coaccionado de cualquier manera no es válido.212 Con respecto a las
evaluaciones médicas, los Estados deben garantizar “la independencia del personal médico y de atención de la salud.

207 Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 400 (29 de mayo de 2014) (“La Corte entiende el daño que la
privación de libertad pudo haber causado a las presuntas víctimas, pero considera que no ha existido una violación autónoma
del artículo 5.1 de la Convención Americana”).
208
Por ejemplo, Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 187 (20 de noviembre de 2014); Sánchez c. Honduras, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 99, párr. 98 (26 de noviembre de 2003). En
cuanto al artículo 4, la Corte ha señalado que “la violación declarada del derecho a la vida comprende … como parte inherente
de la misma, las consecuencias que de ella se deriven, incluido el menosprecio a la integridad personal de la víctima”. Uzcátegui
et al. c. Venezuela, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 249, párr. 181 (3 de septiembre de 2012).
Según Uzcátegui, entonces, para encontrar una violación del Artículo 5 además de una violación del Artículo 4, debe haber
evidencia adicional de “miedo y angustia” sufrida por la víctima antes de la muerte. Identificación.
209
Por ejemplo, Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 187, párr. 88 (30 de octubre de 2008); Ximenes Lopes c. Brasil, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 149, párr. 147 (4 de julio de 2006).
210
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
187, párr. 92 (30 de octubre de 2008).
211 id.
212
Convención Americana, art. 8(2)–(3).
131

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Trato humano 131


responsable de examinar y brindar asistencia a [las víctimas]”213. En estas evaluaciones y procedimientos,
se deben seguir “las normas establecidas para el ejercicio de su profesión”, como el Protocolo de Estambul214.

Durante la última década, el Tribunal ha encontrado violaciones del Artículo 5 únicamente sobre la base de

que el Estado no ha garantizado el derecho a la integridad personal. Por ejemplo, la falta de investigación de
denuncias graves de malos tratos puede dar lugar a una infracción independiente del artículo 5:
lo que la Corte Europea ha llamado una violación “procesal” a la disposición correspondiente de la Convención
Europea.215 Por ejemplo, esto ocurrió en Bayarri, donde la Corte Interamericana declaró dos violaciones al
artículo 5: la primera por la tortura perpetrada contra la víctima , y el segundo por la deficiente investigación

penal argentina.216
La Corte ha sostenido que la obligación estatal de investigar se encuentra “reforzada” por los artículos 1,
6 y 8 de la CPIPT217. Estas tres disposiciones están en consonancia con la jurisprudencia de la Corte, ya

que requieren que los Estados “adopten medidas efectivas para prevenir y castigar” tanto la tortura como

“otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” . Como se señaló anteriormente, la Corte ha
encontrado con frecuencia violaciones de los artículos 1, 6 y 8 de la IACPPT, siempre que el Estado
demandado sea parte del tratado.

Más recientemente, la Corte ha afirmado su competencia para encontrar violaciones del artículo 7 de la
Convención de Belém do Pará con respecto a los Estados Partes del instrumento.219
La Comisión Interamericana ya había afirmado su competencia para interpretar y 220 determinar violaciones
a la Convención de Belém do Pará.
Como se mencionó

anteriormente, el artículo 7 del tratado busca “prevenir, sancionar y erradicar” todas las formas de violencia
contra las mujeres. De esta forma, sus obligaciones son claramente consistentes con los deberes de los
Estados de garantizar los derechos del artículo 5 de la Convención Americana.
Las obligaciones de los Estados de garantizar que el artículo 5 vaya más allá de la investigación y el enjuiciamiento

penales. Como se discutió en el capítulo de este volumen sobre el derecho a la vida, los Estados también deben proteger

213
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 92

(30 de octubre de 2008).

214 id. Véase también Protocolo de Estambul, párrs. 104–106.


215
Por ejemplo, Nechiporuk y Yonkalo v. Ucrania, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. No. 42310/04, párr. 165 (21 de abril de 2011).
216
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párrs.

87, 94 (30 de octubre de 2008).


217
Eg, id. para. 88; Gudiel Alvarez et al. (“Diario Militar”) v. Guatemala, Méritos, Reparaciones, and Costes, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser.

C) No. 253, para. 274 (Nov. 20, 2012).


218 IACPPT, art. 6.
219
Por ejemplo, González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 205, párr. 52 (16 de noviembre de 2009) (“La Corte considera que, contrariamente a lo alegado por México,

la Convención de Belém do Pará menciona la competencia de la Corte incluso de manera más explícita que la [CIEPPT], porque alude

expresamente a las disposiciones que permitir que la Comisión remita dichos casos a la Corte”); Cárcel Miguel Castro Castro Vs. Perú,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 160, párrs. 276, 470 (25 de noviembre de 2006).

220 Fernandes v. Brasil, Caso 12.051, Inter-Am. Comm'n HR, Informe No. 54/01, OEA/Ser.L./V/II.114, doc. 5 rev. (2002), párrs. 28, 60.
132

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132 Convención Americana sobre Derechos Humanos

los derechos a la vida e integridad personal a través de la legislación nacional y medidas urgentes para
las personas en peligro. Por ejemplo, la tortura debe estar estrictamente prohibida en el derecho penal
interno, y los Estados deben regular cuidadosamente el uso de la fuerza por parte de las fuerzas del orden.221
Para evaluar si el Estado tiene obligaciones positivas de adoptar “medidas de prevención
y protección” en circunstancias de amenaza, la Corte considera si “existía una situación de
peligro real o inminente” para una persona o grupo específico, si las autoridades estatales
eran “conscientes o deberían haber tenido conocimiento” de la situación, y si “se adoptaron
las medidas necesarias dentro del ámbito de su autoridad que razonablemente se podía
esperar para prevenir o evitar tal peligro”222.

I. Artículo 5(3): Prorroga del castigo más allá


el individuo condenado

La Corte Interamericana se ha resistido a la interpretación del artículo 5(3). Por ejemplo,


en la sentencia de 2005 García Asto y Ramírez Rojas c. Perú, se alegó una violación al
artículo 5(3).223 Los familiares enfrentaban duras restricciones cuando visitaban a su
pariente en prisión. Una vez allí, fueron sometidos a un “trato vejatorio”: fueron
“estigmatizados” por tener un familiar acusado de terrorismo, y una hermana de la víctima
fue obligada a “ser sometida a un registro personal que violó su intimidad”224 . Tribunal
decidió que estos hechos establecidos equivalían a una violación del artículo 5(1) con
respecto a los miembros de la familia, no abordó el artículo 5(3).225

J. Artículo 5(4): Ubicación y tratamiento separados


para personas no condenadas en detención

La Corte Interamericana ha encontrado una violación del artículo 5(4) en un puñado de


sentencias.226 Ha sostenido que la disposición impone a los Estados la obligación de
“establecer un sistema de clasificación de los internos, a fin de asegurar que quienes son

221
Por ejemplo, Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 126 (27 de agosto de 2014) (enfatizando que se debe adoptar una regulación estatal
adecuada sobre el uso de la fuerza); Goiburú et al. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 153, párr. 92 (22 de septiembre de 2006) (donde se afirma que la tortura debe estar totalmente prohibida por el derecho
penal interno).
222
Por ejemplo, Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párr.
124 (10 de octubre de 2013); Masacre de Pueblo Bello Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 140, párrs. 123–124 (31 de enero de 2006).
223 García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH
(ser. C) No. 137 (25 de noviembre de 2005).

224 id. pareja. 97 (133) - (135).


225 id. pareja. 235.
226
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 275, párr. 381 (27 de noviembre de 2013); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr. 158 (7 de septiembre de 2004).
133

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Trato humano 133


procesados estén separados de los condenados, y que los primeros reciban un trato adecuado a su
condición de personas [no condenadas]”227. El Tribunal explica que estos requisitos son compatibles
con el derecho del acusado a se presumirá su inocencia mientras no sea declarado culpable228. Así,
si el Estado no puede demostrar circunstancias excepcionales, debe demostrar “la existencia y
funcionamiento de un sistema de clasificación que respete [estas] garantías”229. La Corte no ha
aclarado qué puede constituir “ circunstancias excepcionales” al respecto.

En Yvon Neptune c. Haití, el Estado no cuestionó que la celda individual del peticionario estaba
ubicada cerca de presos condenados230. La Corte explicó que una celda separada no era suficiente
para una separación adecuada; las celdas de los no condenados deben estar “ubicadas en diferentes
secciones dentro de un centro de detención, o en diferentes instituciones si esto es posible”231. Por
lo tanto, en la sentencia se encontró violado el artículo 5(4).
En cuanto a la detención de migrantes, Vélez Loor c. Panamá se refería a la detención de un
inmigrante indocumentado en una prisión panameña.232 El Tribunal enfatizó que los Estados deben
proteger a los inmigrantes, quienes experimentan una vulnerabilidad significativa.
En particular, su detención “solo por su condición irregular sólo debe ser utilizada en la medida
necesaria y proporcionada en el caso concreto, sólo admisible por el menor tiempo posible y de
acuerdo con fines legales [definidos]”233. La Comisión Interamericana ha Asimismo, señaló que “solo
en los casos más extremos” podría justificarse la detención migratoria de menores no acompañados
y familias de migrantes234. Si se demuestra que la detención es necesaria y proporcionada, según
Vélez Loor, “los migrantes deben ser recluidos en instalaciones específicamente destinadas para ese
propósito”, y definitivamente no en prisiones “u otros lugares donde se coloquen junto con los
acusados o condenados [de] delitos”. 235 Ya sea que las instalaciones sean administradas pública o
privadamente,

227
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 275, párr. 380 (27 de noviembre de 2013); Neptune c. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 180, párr. 146 (6 de mayo de 2008).
228
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
380 (27 de noviembre de 2013).
229 id.

230 Yvon Neptune c. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 180 (mayo
6, 2008).

231 id. pareja. 147.


232 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 218 (23 de noviembre de 2010). La Corte finalmente encontró una violación del Artículo 5(2) con respecto a Vélez
Loor. Presuntamente, el artículo 5(4) no fue discutido porque la Corte no lo consideró una persona “acusada”, sino un inmigrante
indocumentado.
233 id. pareja. 208.
234 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre Inmigración en Estados Unidos: Detención y Debido Proceso, OEA/
Ser.L/V/II, doc. 78/10, 30 de diciembre de 2010, párrs. 51 y 368, disponible en http://www.
oas.org/en/cidh/migrants/docs/pdf/migrants2011.pdf.
235 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 218, párr. 208 (23 de noviembre de 2010). La Corte también sostuvo “en caso de privación de libertad de las personas
134

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134 Convención Americana sobre Derechos Humanos

el Estado tiene la “obligación esencial … de monitorear estos centros para asegurar una protección real de
los derechos humanos [de los detenidos]” y brindar todos los servicios necesarios sin discriminación236.

K. Artículo 5(5): Procedimientos y Facilidades Separadas


para niños en el sistema de justicia penal

Como se destaca en la Convención Americana, numerosas decisiones interamericanas y la influyente

Convención sobre los Derechos del Niño—que la Corte cita con frecuencia—
Los Estados deben a los niños medidas especiales de protección. En “Instituto de Reeducación del Menor”
c. Paraguay, el Tribunal recordó que una de estas medidas clave se encuentra en el artículo 5(5)237.
En ese caso, se demostró que los niños detenidos habían sido frecuentemente “trasladados a cárceles de
adultos ya sea como una forma de castigo o por hacinamiento en el [centro de detención juvenil], y que en
esas instituciones penales de adultos los niños compartían espacio físico con adultos .”238 La Corte afirmó
que tales prácticas someten a los niños “a condiciones altamente perjudiciales para su desarrollo y los
hacen vulnerables a otros que, como adultos, podrían abusar de ellos.”239

En todos los casos, el encarcelamiento de un niño “se utilizará únicamente como medida de último
recurso”; los niños privados de libertad deben estar uniformemente separados de los adultos “a menos que
se considere que no hacerlo en el interés superior del niño”240. En cuanto a los niños migrantes no
acompañados, requieren cuidados especiales por parte del Estado y “nunca deben ser alojados junto con adultos” . .”241
Si los niños migrantes se encuentran con sus familias, deberán permanecer con sus padres o tutores,
“evitando en lo posible la separación del núcleo familiar … salvo que el interés superior del niño aconseje lo
contrario”242.

para efectos migratorios, deberán ser alojados en centros específicamente diseñados para tal fin, que ofrezcan condiciones materiales y un

régimen adecuado a su situación jurídica y atendidos por personal debidamente calificado, evitando, en lo posible, la desintegración del grupo

familiar.” Identificación. paraca. 209. Véase también Derechos y garantías de los niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de

protección internacional, Opinión Consultiva OC-21/14, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr. 173 (19 de agosto de 2014).

236
Derechos y garantías de los niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección internacional, Opinión Consultiva OC-21/14,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr. 174 (19 de agosto de 2014).

237 “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 112 (2 de septiembre de 2004).

238 id. pareja. 175.

239 id. Curiosamente, la Corte omitió una violación del artículo 5(5) en Instituto de Reeducación del Menor Vs. Paraguay.
240
Convención sobre los Derechos del Niño art. 37, resolución AG. 44/25, anexo, 44 ONU GAOR Supp. (No. 49) en 167, UN Doc. A/44/49

(1989). Véase también Derechos y garantías de los niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección internacional, Opinión

Consultiva OC-21/14, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr. 176 (19 de agosto de 2014) (que sostiene, “con base en el artículo 5(5)

de la Convención Americana y el 37(c) de la Convención sobre los Derechos del Niño, que los niños deben estar separados de los adultos”).

241 id. pareja. 177.


242 id.
135

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Trato humano 135


Los niños sujetos a procesos penales no deben ser procesados a través del sistema de justicia penal
para adultos. Según la Corte, el sistema de la niñez requiere de distintas instituciones, jueces,
procedimientos y objetivos que busquen la rehabilitación243.
Los jueces que presiden deben tener capacitación en derechos del niño y psicología, entre otros
requisitos.244 De hecho, antes de utilizar los procedimientos judiciales, se deben emplear procedimientos
alternativos como la justicia restaurativa para los niños, siempre que los métodos “permitan llegar a
decisiones equitativas”. sin perjuicio de los derechos [del niño]”245.

L. Artículo 5(6): “Reforma y Readaptación Social” de los Reclusos

El Tribunal no se refiere muy a menudo al artículo 5, apartado 6. Incluso en la inusual ocasión en que cita
el Artículo 5(6) y determina expresamente que las condiciones de detención están en conflicto con esta
disposición, es posible que ni siquiera declare una violación. Además, cuando el Tribunal realmente
encuentra una violación al Artículo 5(6), las condiciones de detención no son necesariamente peores que
las de otros casos de prisión. Por lo tanto, las referencias al artículo 5(6) son poco frecuentes e
impredecibles, aunque se podría argumentar que su violación debería encontrarse en la mayoría de los
casos con condiciones inferiores de reclusión.246

La Corte ha reconocido que la sanción penal implica “una privación o alteración de los derechos de las
personas, como consecuencia de una conducta antijurídica”247. Sin embargo, como ya se señaló, la
sanción no puede someter al reo a “angustia o penuria de una intensidad excediendo el nivel inevitable de
sufrimiento inherente a la detención.”248 Es decir,

243
Ej., “Instituto de Reeducación del Menor” c. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párrs. 208-211 (2 de septiembre de 2004); Condición Jurídica y Derechos
Humanos del Niño, Opinión Consultiva OC-17/02, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 17, párr. 137(11) (28 de agosto de
2002).
244
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 211 (2 de septiembre de 2004).
245
Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, Opinión Consultiva OC-17/02, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
A) No. 17, para. 135 (Aug. 28,ÿ2002).

246 Véase “Instituto de Reeducación del Menor” c. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 112,

párr. 168 (2 de septiembre de 2004) (“las condiciones de detención infrahumanas y degradantes que todos los internos del Centro fueron obligados a soportar afectaron

inevitablemente su salud mental, con consecuencias adversas para el crecimiento psicológico y el desarrollo de sus vidas”).

247
Ej., García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 137, párr. 223 (25 de noviembre de 2005); Berenson Mejía c. Perú, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 119, párr. 101 (25 de noviembre de 2004).
248
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 159 (2 de septiembre de 2004) (citando la sentencia de la Corte Europea
Kudla v. Polonia). Véase también Espinoza Gonzáles c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párr. 206 (20 de noviembre de 2014) (El Estado debe “garantizar
que la forma y el método de privación de libertad no excedan el nivel inevitable de sufrimiento inherente a la detención”).
136

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136 Convención Americana sobre Derechos Humanos

a pesar de “las exigencias prácticas del encarcelamiento”, la “salud y el bienestar del recluso [deben] estar
adecuadamente garantizados” por los Estados.249
Aun así, la Corte no ha dado muchas instrucciones sobre la mejor manera en que los Estados pueden
llevar a cabo la “reforma y readaptación social” de los reclusos. En Pacheco Teruel et al. v. Honduras, el
Tribunal señaló que la educación y la recreación son “funciones esenciales de un centro penitenciario, y
deben brindarse a todos los privados de libertad a fin de promover la rehabilitación y el ajuste social de los
internos”250. De manera similar, en Raxcacó Reyes v. Guatemala, la Corte ordenó al Estado adoptar “las
medidas educativas, laborales y de otra índole necesarias para asegurar la readaptación social” del
peticionario privado de libertad, de conformidad con el artículo 5.6.251

Raros detalles se ofrecieron en “Instituto de Reeducación del Menor” c. Paraguay, que se refería tanto
a niños como a adultos que soportaban “condiciones inhumanas y degradantes” en “un ambiente de
violencia, peligro, abuso, corrupción, desconfianza y promiscuidad”252. La Corte determinó que “en lugar
de ser rehabilitados en el Centro para reinsertarse exitosamente en la sociedad, los internos … pasaron
por un proceso de aprendizaje brutal y contraproducente, lo que explica en parte la alta tasa de reincidencia
entre los internos”253. El Tribunal subrayó que las obligaciones del Estado incluyen “ brindándoles atención
médica y educación”,254 y citó la Regla 13(5) de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia de Menores:

Durante su detención, los menores recibirán atención, protección y toda la asistencia individual
necesaria —social, educativa, vocacional, psicológica, médica y física—
que puedan requerir en atención a su edad, sexo y personalidad255.

Como las condiciones de detención dentro del “Instituto de Reeducación” eran pésimas y su programa
educativo carecía de los recursos adecuados, se consideraron violados los párrafos 1, 2 y 6 del artículo 5,
entre otras disposiciones de la Convención.256 En particular, como medida radical de

249
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte
I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 159 (2 de septiembre de 2004) (citando la sentencia de la Corte Europea Kudla v.
Polonia).

250 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
241, párr. 67 (27 de abril de 2012).
251 Raxcacó Reyes v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 133, párr. 135 (15 de
septiembre de 2005).

252 “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 170 (2 de septiembre de 2004).
253 id. pareja. 134 (24).
254 id. pareja. 161.
255 id. pareja. 163.
256 id. pareja. 176.
137

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Trato humano 137


reparación, la Corte ordenó a Paraguay brindar “asistencia vocacional y un programa de
educación especial” a numerosos ex reclusos257.
En Mendoza et al. v. Argentina, la Corte examinó la cadena perpetua de los niños bajo
la lente del artículo 5(6).258 Como era de esperar, la sentencia se consideró incompatible
con la disposición del Convenio, porque la cadena perpetua implica la “exclusión máxima
del niño de la sociedad, por lo que que funciona en un sentido puramente retributivo,
porque las expectativas de resocialización quedan anuladas en su más alto grado”259.
Bajo esta lógica, considerando estos y muchos otros aspectos lesivos de tal pena, el
artículo 5(6) también debería prohibir cadena perpetua para adultos.260

257 id. pareja. 321.

258 Mendoza et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
(ser. C) no. 260, párr. 166 (14 de mayo de 2013).

259 id. Ver también Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Justicia Juvenil y Derechos Humanos en las Américas, OEA/Ser.L/V/
II. Doc. 78, 13 de julio de 2011, párr. 366, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/niños/docs/pdf/JusticiaJuvenil.pdf (visión similar con
respecto a la cadena perpetua).
260
Véase, por ejemplo, Rama de Prevención del Delito y Justicia Penal, Centro de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social
y Asuntos Humanitarios, Cadena perpetua (1994), disponible en http://www.penalreform.org/wp-content/
uploads/2013/06/UNODC-1994-Lifers.pdf.
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139

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5
Libertad personal

Artículo 7: Derecho a la Libertad Personal

1. Toda persona tiene derecho a la libertad ya la seguridad personales.

2. Nadie podrá ser privado de su libertad física sino por las causas y en las condiciones establecidas de antemano por

la constitución del Estado Parte interesado o por una ley dictada conforme a ella.

3. Nadie será objeto de detención o prisión arbitrarias.

4. Toda persona detenida deberá ser informada de los motivos de su detención y prontamente notificada del cargo o

cargos formulados contra él.

5. Toda persona detenida será llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer

funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada en un plazo razonable oa ser puesta en libertad sin perjuicio de

la continuación del procedimiento. Su libertad podrá estar sujeta a garantías para asegurar su comparecencia a

juicio.

6. Toda persona privada de su libertad tendrá derecho a recurrir ante un tribunal competente, a fin de que éste decida

sin demora sobre la legalidad de su arresto o prisión y ordene su libertad si el arresto o prisión es ilegal. En los

Estados Partes cuyas leyes prevean que toda persona que se crea amenazada de privación de su libertad tiene

derecho a recurrir a un tribunal competente para que decida sobre la legalidad de tal amenaza, este recurso no

podrá ser restringido o abolido. El interesado u otra persona en su nombre tiene derecho a solicitar estos recursos.

7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limitará las órdenes de un juez competente

autorización emitida por incumplimiento de deberes de alimentos.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
140

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140 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Capítulo 5 Contenido

I. Introducción 141 II.


Antecedentes 142 III.
Alcance de la protección 143 A.
Resumen 143
1. Derecho a la Libertad Física 143
2. Derecho a la Seguridad Personal 146
B. Requisitos Generales para Privar de Libertad: Los Principios de Legalidad
y Arbitrariedad 148 1. El
Principio de Legalidad 148 a.
Restricción de la libertad siempre la excepción 148 b.
Ordenado por Autoridad Judicial Competente 150 i.
Síntesis 150 ii. Detenciones sin Orden Judicial:
Casos Excepcionales 151 c. Obligación del Estado de Registrar las
Detenciones 153 d. Plazos de detención y órdenes de libertad 154 e. La
prisión preventiva como detención ilegal 154 f. La creciente renuencia de
la Corte a encontrar violaciones del artículo 7(2) 154 2. El principio de
arbitrariedad 156 a. Síntesis 156 b. Desapariciones Forzadas 156 c. La
prisión preventiva como detención arbitraria 157

I. Evidencia Suficiente de Responsabilidad Penal 158 ii.


Riesgos del Proceso Penal 158 iii. Detención en
procedimientos de inmigración 159 iv. Prisión Preventiva de
Sectores Especiales de la Población 159 Vs. Plazos de la Prisión
Preventiva 160

3. Problemas metodológicos: legalidad y arbitrariedad 160 C. Los


requisitos específicos de los párrafos 4, 5 y 6 del artículo 7 162 1. Artículo 7(4):
Motivos de la detención y notificación de los cargos 162 a. Motivos de la
detención 162 b. Notificación de Cargos 163 2. Artículo 7(5): Supervisión
Judicial 164 a. Presentado “ante un juez u otro funcionario autorizado

por la ley” 164 b. Derecho a Juicio “Dentro de un Plazo Razonable” 166

3. Artículo 7(6): Derecho al Habeas Corpus 167 4.


Artículo 7(7): “Nadie será detenido por deudas” 169
141

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Libertad personal 141

I. Introducción

La libertad se erige como el derecho por excelencia en la tradición filosófica liberal.1 En el derecho
internacional actual, sin embargo, el derecho se refiere específicamente a la libertad física, en lugar
de los conceptos más completos de autonomía individual y libertad humana.2 Todos los principales
tratados de derechos humanos reconocen el “derecho a la libertad y la seguridad de la persona”:
artículo 9 del ICCPR, artículo 5 de la Convención Europea, artículo 6 de la Carta Africana, artículo
14 de la Carta Árabe, artículo 6 de la Carta de la UE y artículo 7 de la Convención Americana.3
Aunque el derecho a la seguridad siempre acompaña al derecho a la libertad, las Cortes
Interamericana y Europea de Derechos Humanos no han enfatizado un significado independiente
para el primer concepto.4 Sin embargo, el Comité de Derechos Humanos, interpretando el ICCPR,
ha sostenido que el derecho a la seguridad obliga a los Estados a proteger a las personas contra
diversas injerencias de funcionarios gubernamentales y actores privados.5
Por supuesto, el derecho a la libertad física no es absoluto. Los Estados comúnmente detienen
y encarcelan a personas para contrarrestar diversas amenazas, reales o percibidas, a la seguridad.
Para la mayoría de los tratados generales de derechos humanos, una privación de libertad debe
cumplir con dos requisitos para ser permisible: (1) sus procedimientos y motivos deben estar
establecidos por ley, y (2) la detención o arresto no puede ser arbitrario. En contraste, el enfoque de
la Convención Europea es más limitado: enumera escenarios aceptables para la privación de libertad
y omite el principio abierto de arbitrariedad.6 Aunque muchos instrumentos de derechos humanos
hacen referencia específica a “arrestos” o “detenciones”, estos términos tienen ha sido interpretada
en sentido amplio, y ha quedado claro que las disposiciones se aplican a las diversas formas en que
una persona puede ser privada de su libertad física.7

1
Véase, por ejemplo, Cranston, Maurice, “Liberalism”, en The Encyclopedia of Philosophy 458–61 (Paul Edwards ed., 1967)
(“Por definición, un liberal es un hombre que cree en la libertad”); John Locke, El segundo tratado de gobierno en dos tratados
de gobierno 283–446 (Peter Laslett ed., 1960).
2
Véase, por ejemplo, Manfred Nowak, Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos: Comentario del CCPR
212 (2ª ed. 2005); David Harris, Michael O'Boyle & Colin Warbrick, Law of the European Convention on Human Rights 288
(3d ed. 2014).
3
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 9; Convenio Europeo, art. 5; Carta Africana, art. 6; Carta Árabe, art. 14; Carta de la
UE, art. 6; Convención Americana, art. 7.
4
Ver Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2, en 300. Para una discusión de la jurisprudencia de la Corte Interamericana,
ver más abajo.
5
Ver, por ejemplo, Delgado Páez v. Colombia, Comunicación No. 195/1985, UN Doc. CCPR/C/39/D/195/1985 (1990), párr. 5.6
(“Por consiguiente, si bien comprende plenamente la situación en Colombia, el Comité considera que el Estado parte no ha
tomado, o no ha podido tomar, las medidas apropiadas para garantizar el derecho del Sr. Delgado a la seguridad de su
persona en virtud del artículo 9, párrafo 1 ”).
6
Convenio Europeo, art. 5(1).
7
Véase, por ejemplo, Nowak, supra nota 2, en 220-21 (“la detención de menores, personas con enfermedades mentales,
adictos al alcohol o las drogas o vagabundos, así como la privación de libertad por parte de particulares, se entenderán como
arresto o detención"); Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2, en 288 (señalando que todo tipo de detención está controlado
por el Artículo 5, incluidos "asuntos tales como la detención de menores, personas con trastornos mentales y personas
deportadas o extraditadas"); Niels Petersen, “Libertad, derecho a la protección internacional”, en Max Planck Encyclopedia of
Public International Law, párr. 6 (2012).
142

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142 Convención Americana sobre Derechos Humanos

El artículo 7 de la Convención Americana establece el derecho general de toda persona a no ser


privada ilegal o arbitrariamente de su libertad; además, contiene protecciones específicas para las
personas que han sido privadas de su libertad.8 Estas garantías detalladas contemplaban principalmente
los procesos penales, pero ahora también se extienden a las privaciones administrativas de la libertad,
como la detención de migrantes o enfermos mentales.9
Los párrafos dos y tres del artículo 7, que se refieren a los principios de legalidad y arbitrariedad,
respectivamente, regulan todas las privaciones de libertad.10 La Corte Interamericana, al igual que sus
contrapartes internacionales, ha conocido numerosos casos relativos a la libertad personal, y ha
subrayado la importancia de este derecho para una sociedad democrática, el estado de derecho y la
protección de otros derechos. Aunque la Corte ha propuesto una variedad de garantías para la libertad
personal, consideramos que su método actual de interpretación de la legalidad y la arbitrariedad es
defectuoso, como se explica a continuación.11

II. Fondo

En algunos aspectos, el borrador preliminar de la Comisión Interamericana sobre el derecho a la


libertad personal se parecía al PIDCP y la Convención Europea.12 Sin embargo, ni el PIDCP ni la
Convención Europea se refieren a las detenciones por deudas. Ambos tratados también establecen un
“derecho exigible a compensación” para las víctimas de arresto o detención ilegal.13 En contraste, la
Convención Americana designó una disposición separada, el Artículo 10, para establecer un derecho
a compensación; sin embargo, el artículo 10 en última instancia abordó una situación distinta: cuando
un individuo “ha sido condenado por sentencia firme por error judicial”14.
Durante la Conferencia de San José, el representante de Ecuador añadió una de las primeras
revisiones significativas: “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personales”15.
Esta afirmación general de los dos derechos, aunque destacada en el Artículo 9 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y en el Artículo 5 de la Convención Europea, había sido omitida en la
propuesta inicial de la Comisión Interamericana.16 La Conferencia no discutió la seguridad personal
como un concepto separado de la seguridad personal. libertad.

8
Por ejemplo, Neptune v. Haiti, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr.
89 (6 de mayo de 2008); Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 51 (21 de noviembre de 2007).
9 Véase la discusión a continuación.

10 Véase Cecilia Medina, La Convención Americana sobre Derechos Humanos: Derechos Cruciales y

Su teoría y práctica 141 (2014).


11
Véase “Problemas metodológicos: legalidad y arbitrariedad” a continuación.
12 Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, art. 6, doc. 5 (inglés). 22 de septiembre de 1969.
13
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 9(5); Convenio Europeo, art. 5(5).
14
Convención Americana, art. 10
15
P. 180, Minutas de la 5ª Sesión del Comité I, Doc 43 (Rev. 1), 17 de noviembre de 1969.
dieciséis

Ver Informe del Comité I “Protección”. Relator Juan Isaac Lovato, Doc. 60 (Revisado) 19 de noviembre de 1969, p. 297 (donde
se afirma que la adición fue “inspirada” en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).
143

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Libertad personal 143

El delegado de Brasil prefirió especificar los escenarios permisibles para la detención, tal como lo
establece el Artículo 5 de la Convención Europea.17 Sin embargo, los esfuerzos de Brasil por agregar
una lista exhaustiva fueron frustrados. La versión final sigue la referencia del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos a la ley nacional, pero también agrega una alusión única a las constituciones
nacionales: “Nadie será privado de su libertad física excepto por las razones y en las condiciones
establecidas de antemano por la constitución del Estado Parte en cuestión o por una ley establecida en virtud de ella.”1
El borrador de la Comisión preveía la revisión judicial incluso para aquellos que se creían amenazados
con la privación de libertad.19 El delegado de EE. UU. objetó esta disposición por temor a que pudiera
impedir una investigación o proceso penal . el recurso judicial “no podrá ser restringido o abolido” en
aquellos Estados Partes cuya legislación permita esta posibilidad.21

El artículo 7(7), la disposición sobre la deuda, fue debatido extensamente debido a las diversas leyes
estatales en las Américas. Se formó un grupo de trabajo; el grupo ofreció una propuesta simple para
prohibir todas las privaciones de libertad por deudas.22 Sin embargo, algunos delegados respondieron
que esta propuesta podría evitar sentencias de prisión por falta de pago de manutención de hijos y
cónyuges.23 La versión final tomó en cuenta estas observaciones, estableciendo que “no será detenido
por deuda”, pero que “este principio no limitará las órdenes de autoridad judicial competente dictadas por
incumplimiento de deberes alimentarios”24.

tercero Alcance de la protección


A. Resumen

1. Derecho a la Libertad Física

La Corte Interamericana ha distinguido el derecho del artículo 7 de la noción expansiva de libertad “de
hacer o no hacer todo lo que está legalmente permitido”25. Si bien todo derecho humano “protege un
aspecto” de este concepto más amplio de libertad individual, la Corte sostiene que el artículo 7 “protege
exclusivamente el derecho a la libertad física”26. De esta forma, la disposición salvaguarda “las conductas
físicas que presuponen la presencia real del titular del derecho y que

17
Pág. 180, Acta de la 5ª Sesión del Comité I, Doc 43 (Rev. 1), 17 de noviembre de 1969. El delegado también notó la
mención única del proyecto de la Comisión Interamericana a las constituciones nacionales, término que eventualmente
se conservaría en la versión final del artículo 7(2). Identificación. en 184.
18 Convención Americana, art. 7(2) (énfasis añadido).

19 Véase Proyecto de Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos, art. 6(5) doc. 5 (inglés). 22 de septiembre,

1969 (énfasis añadido).


20
P. 182, Minutas de la 5ª Sesión del Comité I, Doc 43 (Rev. 1), 17 de noviembre de 1969.
21
Convención Americana, art. 7(6).
22
P. 188, Minutas de la 6ª Sesión del Comité I, Doc 44 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.
23 id.
24
Convención Americana, art. 7(7).
25
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 52 (21 de noviembre de 2007).
26 id.
144

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144 Convención Americana sobre Derechos Humanos

se expresan normalmente en el movimiento físico.”27 Esta definición ambigua no está


completamente separada de la libertad de movimiento, artículo 22 de la Convención.28 La
jurisprudencia del artículo 7 de la Corte incluye los conceptos técnicos de arresto y detención,
y abarca muchas otras formas de privación de libertad. Para la Corte, existe privación de
libertad cuando la persona “no puede salir o abandonar a voluntad el lugar o establecimiento
donde ha sido internada”29.
La Corte ha desarrollado que “toda privación de la libertad, por la presunta comisión de un
delito o por cualquier otro motivo, debe efectuarse con estricto cumplimiento de una serie de
garantías que aseguren la protección de este derecho fundamental”30. ha analizado el artículo
7 en muchos procesos penales, pero también en regímenes jurídicos especiales, como la
jurisdicción militar,31 contextos de inmigración,32 procesos de terrorismo ad hoc33 y procesos
que involucran a niños.34 El Tribunal también ha examinado con frecuencia el artículo 7 en su
vasta jurisprudencia sobre desapariciones forzadas35 y ejecuciones extrajudiciales.36
Por su parte, la Comisión Interamericana ha sostenido que el artículo 7 contempla,

Cualquier forma de detención, encarcelamiento, institucionalización o custodia de una


persona en una institución pública o privada de la que no se le permita salir a voluntad,
por orden o bajo el control de facto de una autoridad judicial, administrativa o de otro tipo.

27 id. pareja. 53.


28 See Jesús María Casal, Artículo 7:ÿDerecho a la Libertad Personal, in La Convención Americana Sobre

Derechos Humanos Comentada 183 (Christian Steiner & Patricia Uribe eds.,ÿ2014).
29
Derechos y Guar. de Niños en el Contexto de la Migración y/o en Necesidad de Prot. Internacional, Opinión Consultiva OC 21/14, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. A) No. 21, párr. 145 (19 de agosto de 2014).


30
Por ejemplo, íd.; Dominicanos y Haitianos Expulsados Vs. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 359 (28 de agosto de 2014).
31
Ej., Usón Ramírez c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 207, párr. 148 (20 de noviembre de 2009); Palamara Iribarne Vs. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Corte

I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párrs. 227–228 (22 de noviembre de 2005).
32
Por ejemplo, dominicanos y haitianos expulsados c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 359 (28 de agosto de 2014); Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr.

191 (23 de noviembre de 2010).

33 Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut. HORA

(ser. C) No. 301, párrs. 129–137 (2 de octubre de 2015).


34
Eg, Mendoza et al. v. Argentina, 2013 Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 260, paras. 161–164 (May 14, 2013); Uzcátegui et al. v. Venezuela, 2012 Inter-Am.

Cto. HR (ser. C) No. 249, paras. 152–159 (Sept. 3, 2012). See also

Derechos y Guar. de Niños en el Contexto de la Migración y/o en Necesidad de Prot. Internacional, Opinión Consultiva OC 21/14, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. A) No. 21, párr. 144 (19 de agosto de 2014).


35
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 226 (nov.

14, 2014); Gómez Palomino c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 136, párr. 97 (22 de noviembre de 2005).


36
Ej., Masacres de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, InterAm. Connecticut. HR (ser. C) No. 252,

párr. 203 (25 de octubre de 2012); Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

192, párrs. 105–106 (27 de noviembre de 2008).


145

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Libertad personal 145

autoridad, por razones de asistencia humanitaria, tratamiento, tutela, protección, o por delitos o
infracciones legales.37

En particular, la Corte incluso ha ido más allá de la interpretación amplia de la Comisión al reconocer
las protecciones del artículo 7 en los casos en que las privaciones de libertad fueron realizadas por
actores no estatales, sin la orden o el control de las autoridades estatales.38

Para activar las protecciones del artículo 7, la Corte Interamericana no exige una duración determinada
de la detención. De esta manera, la Corte ha encontrado violaciones al artículo 7 en una amplia gama
de escenarios de detención. Estos pueden comprender desde un “período breve” o un simple “retraso”
para la identificación,39 a una cuestión de días,40 y finalmente a largos períodos de prisión preventiva41
y encarcelamiento posterior a la condena.42
Algunos comentaristas consideran que el Artículo 7 se refiere principalmente al confinamiento en un
espacio reducido, como una celda de prisión.43 Sin embargo, la Corte ha encontrado violaciones por
privación de libertad en una amplia variedad de entornos más allá de la típica celda de prisión, que incluyen:

37 Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas (2008),
Disposición General, OEA/Ser.L/V/II.131 doc. 26, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/mandato/Fundamentos/
principiosprivados.asp. el artículo 7 establece que “toda persona” tiene derecho a la libertad ya la seguridad personales; Al respecto, la

Comisión Interamericana ha elaborado que “se incluye en esta categoría de personas no sólo a las privadas de su libertad por delitos o

infracciones o incumplimiento de la ley, ya sean imputados o condenados, sino también a aquellas personas que bajo la custodia y

supervisión de ciertas instituciones.” Identificación.

38 Masacre de Pueblo Bello v. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 140, párr. 151 (31 de enero de 2006). Pero véase Veliz Franco et al. v. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 277, párr. 144 (19 de mayo de 2014) (“no existe prueba concluyente de que [la víctima]

permaneciera privada de libertad con anterioridad al momento en que sufrió los hechos que causaron su muerte”).

39
Por ejemplo, Lysias Fleury et al. v. Haití, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 236 (23 de noviembre de

2011) (“la detención, ya sea por un período breve o un 'retraso', aunque sea con fines de identificación, es una forma de privación de la

libertad física de la individuo y, en consecuencia, como limitación de esta libertad, debe sujetarse estrictamente a las disposiciones pertinentes

de la Convención Americana y del derecho interno, siempre que éste sea compatible con la Convención”); Torres Millacura et al. c. Argentina,

Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 229, párr. 76 (26 de agosto de 2011) (similar).

40
Ej., Palamara Iribarne v. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr. 63 (22 de

noviembre de 2005) (4 días en un proceso y 10 días en el otro); Maritza Urrutia c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 103, párr. 58(5) (27 de noviembre de 2003) (ocho días).

41
En Bayarri, la víctima soportó 13 años de prisión preventiva. Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr. 71 (30 de octubre de 2008).

Para la detención durante los procedimientos de extradición, ver Wong Ho Wing c. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 297, párr. 235 (30 de junio de 2015).
42
Por ejemplo, Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129, párr. 50

(24 de junio de 2005) (seis años y ocho meses); De La Cruz Flores c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 115, párr. 73(53) (18 de noviembre de 2004) (aproximadamente ocho años).

43 Ver Medina, supra nota 10, en 138 (“se podría concluir que el derecho protegido en esta disposición es principalmente
el derecho a no estar confinado en un espacio relativamente pequeño”).
146

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146 Convención Americana sobre Derechos Humanos

base,44 una instalación aduanera,45 un centro de detención en el aeropuerto,46 un lugar secreto de detención militar,47

comisarías y vehículos policiales,48 oficinas administrativas de un organismo de inteligencia,49 y un hospital militar.50

También se han declarado infracciones al artículo 7 con respecto a internos desaparecidos en prisión.51 La Corte incluso

ha encontrado violaciones por detenciones en una iglesia, 52

en una mina,53 y “a lo largo de la vía pública” donde las personas eran obligadas a arrear ganado.54

Al igual que otros tribunales de derechos humanos,55 la Corte considera casos en los que las víctimas perseguidas han

huido a otros países para implicar el artículo 22 en lugar del artículo 7.56

2. Derecho a la Seguridad Personal

Durante muchos años, hubo poca discusión o jurisprudencia interamericana sobre el derecho potencialmente autónomo

a la seguridad personal. El Tribunal Europeo, por su parte, ha atribuido poco significado independiente a este derecho.57

Sin embargo, algunos han argumentado que el Artículo 7 aún representa los dos conceptos separados de seguridad y

libertad. Cecilia

44
Por ejemplo, Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 301, párr. 121 (2 de octubre de 2015); Cesti Hurtado c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 56,

párr. 76 (29 de septiembre de 1999).

45 Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 129,
paraca. 50.9 (24 de junio de 2005) (“bajo custodia de la Policía Militar Aduanera”).
46
Gangaram Panday c. Surinam, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 16, párr. 43 (21 de enero

de 1994).

47 Maritza Urrutia v. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 103, párr.
58(5) (27 de noviembre de 2003).
48
Ej., Hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 110, párr. 67 (8 de julio de 2004) (maletera de un coche patrulla); Suárez Rosero c. Ecuador, Fondo, Sentencia, Inter Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 35, párr. 46 (12 de noviembre de 1997) (comisaría).


49
Loayza Tamayo c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 33, párr. 46(c) (17 de septiembre de 1997).

50 Bámaca Velásquez v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 70, para. 121(l) (Nov. 25,
2000) (“la enfermería de una base militar”).

51 Neira Alegría et al. v. Peru, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 20, para. 91 ( Jan. 19, 1995).
52 Baldeón García c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 147, párrs.
2, 45 (6 de abril de 2006).

53 Comunidad Campesina de Santa Bárbara Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 299, párr. 168 (1 de septiembre de 2015).
54
Masacres de Ituango Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 148, párr. 150 (1 de julio de 2006).

55 Véase Nowak, supra nota 2, en 212 (que indica que el Comité de Derechos Humanos de la ONU considera que el exilio y la
expulsión del territorio del Estado caen dentro del ámbito de la libertad de movimiento y no del derecho a la libertad personal).

56
Por ejemplo, Vélez Restrepo y Familia Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 248, párr. 224 (3 de septiembre de 2012); Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párrs. 120–121 (15 de junio de 2005) (sobre víctimas

desplazadas internamente y exiliadas a otro país). En Gutiérrez Soler Vs. Colombia, la Corte encontró una violación del artículo 7, entre

otros derechos; sin embargo, esto fue una aceptación del reconocimiento de responsabilidad de Colombia, y no estuvo expresamente

vinculado al exilio de la víctima. Gutiérrez Soler c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 132, párr. 52 (12 de septiembre de 2005).


57
Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2; Nowak, supra nota 2, en 214.
147

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Libertad Personal 147

Medina afirma que el derecho a la seguridad personal se refiere específicamente al derecho a la


integridad física del detenido.58
Hasta la fecha, la Corte Interamericana no ha encontrado una violación separada del derecho a
la seguridad personal. Sin embargo, en Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, el Tribunal
centró su atención directa en el principio59. La Corte afirmó que la seguridad consiste en “la
ausencia de interferencias que restrinjan o limiten la libertad más allá de lo razonable”, y la
“protección contra toda injerencia ilícita o arbitraria en la libertad física”60. De esta forma, la Corte
vincula estrechamente los conceptos de libertad física y seguridad personal.
El Comité de Derechos Humanos tiene una visión distinta con amplias ramificaciones. Para el
Comité, el derecho a la seguridad de la persona también se aplica fuera del contexto de las
privaciones de libertad “formales”:

Una interpretación del artículo 9 que permitiera a un Estado Parte ignorar las amenazas a la
seguridad personal de personas no detenidas sujetas a su jurisdicción haría ineficaces las
garantías del Pacto. Además, los Estados partes tienen la obligación de tomar medidas
razonables y apropiadas para proteger a estas personas.61

Como resultado, el Comité ha aplicado el derecho a la seguridad personal a los casos en que
actores estatales o no estatales han atacado o amenazado a personas no detenidas62.

La Corte Interamericana no ha asumido expresamente esta interpretación de la seguridad personal,


aun cuando se presenten circunstancias similares . a

58
Medina, supra nota 10, en 139.
59
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 170 (21 de noviembre de 2007).

60 id. mejor. 52–53.


61
Comité de Derechos Humanos de la ONU, Comunicación No. 1560/2007, Marcellana and Gumanoy v. The Philippines,
Dictámenes adoptados el 30 de octubre de 2008, párr. 7.6. Véase también Comunicación No. 195/1985, Delgado Páez c.
Colombia, Dictamen adoptado el 12 de julio de 1990, párr. 5,5; Comunicación No. 711/1996, Dias c. Angola, Dictamen
adoptado el 20 de marzo de 2000, párr. 8,3; Comunicación No. 821/1998, Chongwe c. Zambia, Dictamen adoptado el 25
de octubre de 2000, párr. 5.3.

62 Ver Nowak, supra nota 2, en 215.


63
Véase, por ejemplo, Vélez Restrepo y Familia Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 248, párr. 175 (3 de septiembre de 2012) (concluyendo que “se puede
atribuir responsabilidad internacional al Estado por la participación de agentes estatales en las amenazas, hostigamientos
y tentativas arbitrarias de privación de la libertad perpetradas contra [las víctimas]”, pero omitiendo cualquier mención del
derecho a la seguridad personal). Aún así, ha habido un par de sentencias de la Corte que involucran amenazas y ataques
donde el Artículo 7 también parece abarcar el significado de seguridad personal. Véase, por ejemplo, Valle Jaramillo et al.
c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 192, párr. 105 (27 de
noviembre de 2008) (declarando una violación de la obligación de Colombia de “adoptar las medidas razonables necesarias
para garantizar de manera efectiva los derechos a la libertad personal, la integridad personal y la vida” de un defensor de
derechos humanos perseguido y finalmente ejecutado por agentes paramilitares ).
148

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148 Convención Americana sobre Derechos Humanos

ser amenazado con la privación de su libertad”, cuando tal recurso haya sido establecido en la
legislación interna64.

B. Requisitos Generales para Privar de Libertad: Los Principios


de Legalidad y Arbitrariedad

1. El principio de legalidad

El artículo 7(2) dispone: “nadie podrá ser privado de su libertad física sino por las causas y en las
condiciones establecidas de antemano por la constitución del Estado Parte interesado o por una ley
dictada conforme a ella”. Esta referencia al derecho interno sirve como alternativa a la enumeración de
escenarios permisibles para la privación de libertad, según lo dispuesto por el artículo 5 del Convenio
Europeo. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos también alude al derecho interno; sin
embargo, no es tan exigente como la Convención Americana, que exige que la ley pertinente forme
parte de la constitución del Estado o al menos se establezca conforme a los procedimientos
constitucionales. De esta manera, una detención podría ser considerada ilegal incluso si sigue un
estatuto interno, si el estatuto en sí fuera inconsistente con la del Estado.
constitución.

Algunos comentaristas han criticado la referencia de la Convención al derecho interno e insisten en

que la Corte no debe interpretar la legislación nacional excepto en casos excepcionales.65 Es cierto
que establecer parámetros y limitaciones específicos en el texto del Artículo 7 probablemente habría
resultado en una menor discreción para los Estados. En todo caso, la Corte Interamericana ha señalado
algunos elementos necesarios para las detenciones legales, especialmente en sus sentencias anteriores.
En la siguiente sección, consideramos situaciones en las que la Corte ha encontrado detenciones
ilegales y violaciones del artículo 7(2).

una. Restricción de la libertad siempre la excepción


El principio general en esta área es que “la libertad es siempre la regla, y su limitación o restricción
siempre la excepción.”66 Este requisito debe impregnar la legislación nacional y servir como principio
rector para un análisis de legalidad. Según la Convención y la Corte, la libertad personal sólo puede
ser privada de acuerdo con un estatuto legislativo o disposición constitucional.67 Además, las “razones”

64 Convención Americana, art. 7(6).


65 See Medina, supra note 10, at 142; Héctor Gros Espiell, La Convención Americana y la
Convención Europea de Derechos Humanos:ÿAnálisis Comparativo 89 (1991).
66
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 309 (29 de mayo de 2014);
Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 114, para. 106 (Sept. 7,ÿ2004).
67 Dichas leyes han sido explicadas por la Corte en una opinión consultiva: “la palabra 'leyes' en el artículo 30 de la
Convención significa una norma jurídica general ligada al bienestar general, aprobada por legisladores elegidos democráticamente
149

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Libertad Personal 149

y las “condiciones” que permitan tales limitaciones deben tener un fin legítimo y estar
previamente68 establecidas de manera expresa y detallada69. La Corte ha sostenido que
son, en principio, legítimos para la privación de libertad los siguientes fines: garantizar la
seguridad pública, 70 prevenir el delito,71 asegurar que “el imputado no impida” el proceso
penal,72 facilitar los procesos de extradición,73 y regular la migración.74

Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas privadas de libertad se encuentran


dentro del sistema de justicia penal, cabe destacar que la Corte condena “objetivos
preventivos generales o específicos” de la detención.75 Para que una ley interna sea
compatible con la Convención, debe exigir “ prueba suficiente” de la responsabilidad penal
y obedecen a un único objetivo: asegurar que el imputado “no impedirá la realización del
proceso ni eludirá la acción de la justicia”76. De esta forma, “las características personales
del presunto autor y la gravedad del delito” no son “justificación suficiente para la prisión
preventiva”.77 La legislación nacional debe prever medidas alternativas a la prisión
preventiva para garantizar la comparecencia ante el tribunal.78

órganos establecidos por la Constitución, y formulados de acuerdo con los procedimientos establecidos por las constituciones de
los Estados Partes para tal fin.” La Palabra “Leyes” en el artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión
Consultiva OC-6/86, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 6, párr. 38 (9 de mayo de 1986).
68
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 57 (21 de noviembre de 2007).
69 Canese c. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 111, párr. 117
(31 de agosto de 2004).

70 Servellón García et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
152, párr. 92 (21 de septiembre de 2006).
71
Por ejemplo, Torres Millacura et al. c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 229, párr. 69 (26 de agosto de 2011); Cabrera García y Montiel Flores Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 220 (26 de noviembre de 2010).
72
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. DH, (ser. C) No. 170, párr. 93 (21 de noviembre de 2007).
73
Wong Ho Wing Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 297, párr. 250 (30 de junio de 2015).
74
Eg, Nadege Dorzema et al. v. Dominicano Republic, 2012 Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 251, para. 124 (Oct.
24, 2012); Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 218, párr. 169 (23 de noviembre de 2010).
75
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 275, párr. 159 (27 de noviembre de 2013); Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 103 (21 de noviembre de 2007).
76
J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 275, párr.
159 (27 de noviembre de 2013).
77
Por ejemplo, íd.; López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 141, para. 69 (Feb. 1,ÿ2006).
78
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 275, párr. 157 (27 de noviembre de 2013); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr. 106 (7 de septiembre de 2004). Curiosamente, aunque todos estos son
elementos de legalidad, ya que Norín Catrimán et al. v. Chile la Corte los ha valorado bajo el concepto de arbitrariedad. Véase Norín
Catrimán et al. (Líderes, integrantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche)
150

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150 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Finalmente, la ley debe carecer de ambigüedad de modo que impida interpretaciones arbitrarias por
parte de las autoridades del Estado, lo cual es particularmente indeseable cuando se pueden cercenar
derechos fundamentales como la libertad personal.79 Este aspecto de la legalidad, más precisamente
llamado seguridad jurídica (nullum crimen, nulla poena sine lege certa ), ocupa un lugar importante en
la jurisprudencia de la Corte y en el artículo 9 de la Convención80. Como se explica más adelante y en
el capítulo sobre libertad de expresión, sin embargo, actualmente es poco común que la Corte encuentre
violaciones cuando la ley interna no cumple con el principio de seguridad jurídica.81

B. Ordenado por Autoridad Judicial Competente


I. Síntesis De acuerdo con el derecho interamericano y mundial de derechos humanos, una orden
escrita y motivada, emitida con anterioridad al arresto por un juez competente, es indispensable
para una detención legal.82 La excepción a esta regla es cuando la persona ha sido sorprendida
en un hecho delictivo, en flagrancia delicto.83 La orden judicial o mandato judicial proporciona
garantías fundamentales; el desconocimiento de una orden de arresto genera violaciones a los
derechos al debido proceso (artículo 8) y a la protección judicial (artículo 25), además de la
libertad personal84.
En numerosos casos la Corte ha encontrado una violación del artículo 7(2) por falta de órdenes
judiciales.85 Sin embargo, en ocasiones la Corte se salta un examen de la orden judicial y la base legal
de la detención, procediendo directamente a un análisis de arbitrariedad.86
Cabe señalar que los arrestos no son legales simplemente porque se llevaron a cabo en

v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párrs. 310–312 (29 de mayo de
2014).
79
Por ejemplo, Canese c. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 111, párr.
125 (31 de agosto de 2004); Cantoral Benavides c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 69, párr.
157 (18 de agosto de 2000).

80 See Thomas M. Antkowiak, Artículo 9:ÿ Principio de Legalidad y de Retroactividad, in La Convención Americana Sobre Derechos
Humanos Comentada 257–59 (Christian Steiner & Patricia Uribe eds.,ÿ2014).

81 Véase también el Capítulo 7 de este volumen: Libertad de expresión.


82
Ej., Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 68 (21 de noviembre de 2007) (“sería ilegal toda detención practicada sin orden judicial
escrita, salvo flagrante delito”); Inter-Am. Comm'n HR, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/II.116, doc. 5
rev. 1 corrección (22 de octubre de 2002), párr. 121 (similar), disponible en http://www.cidh.org/terrorism/eng/part.d.htm#_ftnref331.

83
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 68 (21 de noviembre de 2007).
84
Por ejemplo, Ticona Estrada et al. c. Bolivia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 191,
párr. 61 (27 de noviembre de 2008); Maritza Urrutia Vs. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.I.
Connecticut. HR (ser. C) No. 103, párr. 67 (27 de noviembre de 2003).
85
Por ejemplo, Familia Barrios c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 237,
párr. 65 (24 de noviembre de 2011); La Cantuta c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 162, párr. 109 (29 de noviembre de 2006).
86
Ver Cabrera García y Montiel Flores Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 220, párr. 102 (26 de noviembre de 2010).
151

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Libertad personal 151

junto con una orden judicial distinta, como una orden de allanamiento; los jueces deben emitir
órdenes de arresto específicas para que la privación de libertad sea permisible.87

ii. Detenciones sin Orden Judicial: Casos Excepcionales


La privación de libertad en flagrante delito constituye la excepción central del derecho
internacional al requisito de una orden judicial. En muchas sentencias la Corte ha
determinado que no se han acreditado autos judiciales y flagrante delito88.
Sin embargo, aún no ha explicado qué exige precisamente la Convención Americana para
calificar como legítima la detención en flagrancia. Normalmente, el delito flagrante exige
una estricta proximidad temporal y espacial al delito; es decir, cuando el imputado es
sorprendido en el acto de cometer un delito, o es perseguido y apresado inmediatamente
después de haberlo cometido89.
En dos de cuatro sentencias de la Corte en las que el Estado reclamó un arresto legal basado
en flagrante delito, el Tribunal se refirió al derecho interno y negó los argumentos.90 Ofreció
escasos argumentos para sus conclusiones, aunque en Paniagua Morales et al. v. Guatemala, el
Tribunal señaló que “el mero hecho de la absolución [de las víctimas] … demuestra que no fueron
sorprendidas in fraganti”91. En las otras dos sentencias, la Corte declaró que las detenciones eran
legales por flagrante delito92. Por ejemplo, en Acosta Calderón v. Ecuador, la policía aduanera
arrestó a Acosta Calderón al encontrarlo en posesión de una sustancia que parecía ser una droga
ilegal. La Corte ha enfatizado que debe haber una supervisión judicial “inmediata” de las detenciones
en flagrancia, a fin de cumplir con las protecciones del artículo 7 contra la arbitrariedad y la
ilegalidad93 . “Los procedimientos relativos a la verificación de los elementos del delito” deben, por
supuesto, seguir para justificar cualquier detención en curso y el inicio de un proceso penal contra
la persona acusada.94

87
Uzcátegui et al. v. Venezuela, Méritos y Reparaciones, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 249, paras.

149–154 (3 de septiembre de 2012).


88
Por ejemplo, Familia Barrios c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 237, párr. 65 (24

de noviembre de 2011); Lysias Fleury et al. v. Haití, Fondo y Reparaciones, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 236, párr. 56 (23 de noviembre de 2011).


89
Por ejemplo, Comité contra la Tortura, Informe sobre México elaborado por el Comité en virtud del artículo 20 de la Convención, y Respuesta del

Gobierno de México, CAT/C/75, párr. 177 (2003); Black's Law Dictionary (8ª ed. 2004).

90 “White Van” (Paniagua Morales et al.) v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 37, para. 111
(Mar. 8, 1998); Suárez Rosero v. Ecuador, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 35, paras.
34, 44 (12 de noviembre de 1997).

91 “White Van” (Paniagua Morales et al.) v. Guatemala, Méritos, Judgment, Inter-Am. Cto. HR (ser. C) No. 37,
por. 111 (8 de marzo de 1998).
92
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 65 (1 de febrero de

2006); Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 129, párr. 61 (24 de junio de 2005).


93
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 64 (1 de febrero de

2006).

94 Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129,
párr. 62 (24 de junio de 2005).
152

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152 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Durante muchos años la Corte ha analizado los límites de la potestad estatal para detener en
estados de emergencia, con el fin de mantener la seguridad nacional o la seguridad pública95.
Según la Convención Americana, el derecho a la libertad personal puede ser suspendido en
“tiempo de guerra”. , peligro público u otra emergencia que amenace la independencia o la
seguridad de un Estado Parte.”96 Estas circunstancias excepcionales, entonces, pueden relajar
los requisitos de la detención legal, por lo que normalmente se debe seguir la ley interna, emitir
una orden judicial y el arresto llevado a cabo principalmente por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Sin embargo, el Estado Parte nunca podrá suspender garantías judiciales esenciales como el
hábeas corpus.97
Para analizar la legalidad en estos casos, la Corte examina el decreto que declara el estado
de emergencia. De esta forma, la base legal para la detención cambia: la orden ejecutiva o
decreto reemplaza temporalmente el estatuto legislativo pertinente. En estas circunstancias, de
conformidad con el artículo 27 de la Convención Americana, el Estado debe “informar de
inmediato a los demás Estados Partes … las disposiciones … que haya suspendido, las razones
que dieron lugar a la suspensión y la fecha fijada para la terminación ”. de tal suspensión.” La
Corte ha sostenido reiteradamente que la suspensión “no debe exceder los límites estrictamente
exigidos”; además, “cualquier actuación por parte de las autoridades públicas que se exceda de
esos límites, que deberán ser especificados con precisión en el decreto”, será ilegal98.

En este contexto, la Corte ha concedido que las fuerzas armadas del Estado pueden tomar
medidas para restringir la libertad personal de civiles, siempre que los militares sigan “criterios
estrictos de excepcionalidad y debida diligencia” para respetar los derechos humanos, “teniendo
en cuenta que el régimen de las fuerzas militares no se ajusta a las funciones intrínsecas de las
autoridades civiles”99. En Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, la Corte consideró que la detención
inicial “se llevó a cabo conforme a las atribuciones de las fuerzas militares

95
Por ejemplo, Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 301, párr. 190 (2 de octubre de 2015); Castillo Páez c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 34, párr. 56 (3 de noviembre de 1997).
96 Convención Americana, art. 27(1).
97
Por ejemplo, Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 274, párr. 120 (26 de noviembre de 2013); Hábeas Corpus en Situaciones de Emergencia (Arts. 27(2),
25(1) y 7(6) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-8/87, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. A) No. 8, párr. 24 (30 de enero de 1987).
98
Por ejemplo, Castillo Petruzzi et al. c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 52,
párr. 109 (30 de mayo de 1999); Hábeas Corpus en Situaciones de Emergencia (Arts. 27(2), 25(1) y 7(6) Convención Americana
sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva OC-8/87, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 8, párr. 38 (30 de enero de 1987).

99 Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 274, párr. 122 (26 de noviembre de 2013); Cabrera García y Montiel Flores Vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 220, párr.
89 (26 de noviembre de 2010).
153

Machine Translated by Google

Libertad personal 153

durante el estado de emergencia” en la Provincia de Cajatambo100 . Sin embargo, observó que Osorio Rivera fue

luego trasladado a un cuartel militar sin ponerlo a disposición de la autoridad competente y registrar su detención.

Para el Tribunal, estas circunstancias equivalían a un “abuso de poder” y un ejercicio ilegítimo de la fuerza militar en

nombre de la seguridad nacional101.

Como se mencionó, las garantías judiciales críticas como el hábeas corpus aún deben estar disponibles en los

estados de emergencia. Cuando se omiten, ya sea en el decreto del Estado o en la práctica, se produce una violación

a la libertad personal. Según la Corte, el decreto ejecutivo, “cualquiera que sea su amplitud” o contexto, “no puede

implicar la supresión o ineficacia de las garantías judiciales que exige la Convención”102.

La Corte también se ha pronunciado sobre detenciones masivas e indiscriminadas practicadas por las fuerzas de

seguridad del Estado. Los estados han arrestado a muchas personas, a menudo jóvenes económicamente

desfavorecidos o inmigrantes, sospechosas de “representar un riesgo o peligro para la seguridad de los demás, sin
evidencia comprobada de que se haya cometido un delito”. 103 La Corte ha

Sostuvo que estas acciones violan derechos básicos, como el derecho a la presunción de inocencia, y eluden

protecciones fundamentales, como la orden judicial de arresto (excepto con arrestos en flagrante delito).104 Por lo

tanto, en ausencia de control judicial y “elementos para individualizar y separar las conductas de cada uno de los

detenidos”, estos operativos constituyen detenciones ilegales y arbitrarias105.

C. Obligación del Estado de Registrar las Detenciones

Para proteger contra injerencias en el derecho a la libertad personal, el Tribunal ha sostenido que toda detención

debe ser “debidamente registrada en el acta respectiva, indicando claramente, como mínimo, los motivos de la
detención, quién realizó la detención, el tiempo de el

100 Osorio Rivera y Familia Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter

Am. Ct. HR (ser. C) No. 274, párr. 167 (26 de noviembre de 2013).

101 identificación. El Tribunal declaró solo una violación genérica del Artículo 7 y, por lo tanto, no especificó que el Artículo 7(2) era
violado

102
Por ejemplo, Castillo Petruzzi et al. c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 52, párr. 186 (30 de mayo de 1999); Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27(2), 25 y 8 Convención Americana sobre Derechos

Humanos), Opinión Consultiva OC-9/87, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 9, párr. 25 (6 de octubre de 1987).

103
Por ejemplo, Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 241, párr. 108 (27 de abril de 2012); Servellón García et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 152, párr. 93 (21 de septiembre de 2006). Para una sentencia sobre inmigrantes, ver Expelled Dominicans and Haitians v. Dominican

Republic, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 348 (28 de agosto

de 2014).
104
Por ejemplo, Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 241, párr. 108 (27 de abril de 2012); Bulacio c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 100, párr. 137 (18 de septiembre de 2003).

105 Servellón García et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

Bien. 152, párrs. 92–93 (21 de septiembre de 2006).


154

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154 Convención Americana sobre Derechos Humanos

detención y el momento de la liberación.”106 También debe existir evidencia de que el juez con
competencia en el asunto ha sido informado.107 El incumplimiento de estos requisitos frecuentemente
ha violado los párrafos 1 y 2 del artículo 7.108

D. Plazos de detención y órdenes de liberación


Como era de esperar, la Corte ha encontrado una violación al Artículo 7(2) cuando la duración de la
detención excedió el límite especificado en la ley interna. En Chaparro Álvarez, por ejemplo, el Código
Procesal Penal de Ecuador estableció un período máximo de detención de 48 horas con “fines de
investigación” . 22 días más antes de que pudieran declarar ante un juez.110 En Cesti Hurtado Vs.
Perú, las autoridades militares se negaron a obedecer una orden judicial para la liberación de la
víctima.111 La Corte encontró que la detención continuada de Cesti Hurtado violó su derecho a la
libertad personal en los términos del artículo 7(2), entre otros.112

mi. La prisión preventiva como detención ilegal


En general, la Corte conceptualiza la prisión preventiva como una detención arbitraria en el marco del
artículo 7.3, como se examina a continuación. Aún así, hay sentencias del Tribunal que han declarado
ilegal la prisión preventiva. En Palamara Iribarne Vs. Chile, la Corte encontró una violación del artículo
7(2) junto con el artículo 8(2) de la Convención, que establece la presunción de inocencia, entre otras
garantías. El Tribunal concluyó que no existían pruebas suficientes para refutar la presunción de
inocencia y arrestar a Palamara Iribarne, por lo que su prisión preventiva fue contraria al derecho
interno y a la Convención Americana113.

F. Creciente renuencia de la corte a encontrar violaciones del artículo 7(2)


La Corte parece cada vez más reticente a encontrar violaciones del Artículo 7(2) y del principio de
legalidad, prefiriendo en cambio centrar su análisis en el Artículo 7(3). En un par de sentencias contra
Perú, el Tribunal concluyó que el principio de legalidad no fue violado por una

106 Guidel Alvarez et al. (“Diario Militar”) v. Guatemala, Méritos, Reparaciones, and Costes, Judgment, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 253, párr. 197 (20 de noviembre de 2012). Véase también Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares,

Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 301, párr. 194 (2 de octubre de 2015).

107 Guidel Alvarez et al. (“Diario Militar”) v. Guatemala, Méritos, Reparaciones, and Costes, Judgment, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 253, párr. 197 (20 de noviembre de 2012).
108 id.
109
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 170, párr. 82 (21 de noviembre de 2007).

110 id. pareja. 83.


111
Cesti Hurtado c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 56, párr. 143 (29 de septiembre de 1999).

112 id. (violando los párrafos 1, 2 y 3 del artículo 7).


113 Palamara Iribarne v. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr.
213 (22 de noviembre de 2005).
155

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Libertad personal 155

ley imprecisa que, según la opinión expresa de la jueza Cecilia Medina, “no distinguía las conductas
en ella descritas de otros delitos que conllevan una sanción penal menor”114. En Torres Millacura
y otros c. c. Argentina, el Tribunal únicamente basó la violación del artículo 7(2) en la falta de
registro de la detención; dejó para su análisis del Artículo 7(3) el hecho de que la ley interna no
establecía “razones concretas” para el arresto—y por lo tanto permitía que la policía actuara
arbitrariamente.115
Además, Pacheco Teruel et al. v. Honduras involucró un estatuto penal vago, “antipandillas” que
otorgó amplia discrecionalidad a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.116 Después
de evaluar el texto de la ley y la admisión de su ambigüedad por parte del propio Estado, la Corte
decidió que violaba el artículo 9 y el artículo 2 (Efectos Jurídicos Internos). Sin embargo, en lugar
de considerar los arrestos resultantes de esta ley como ilegales en violación del Artículo 7(2), el
Tribunal los encontró arbitrarios en violación del Artículo 7(3).117 Finalmente, en Norín Catrimán et al. v.
Chile, la Corte decidió no criticar una ley interna que permitía la prisión preventiva de personas
consideradas “peligrosas para la seguridad de la sociedad”118. La ley no fue declarada per se
incompatible con la Convención Americana porque sus términos “podrían interpretarse de manera
que era compatible con ella”119. La Corte concluyó que el artículo 7.3—no el artículo 7.2 ni el
artículo 2—fue violado, entre otras disposiciones de la Convención, debido a “la interpretación y
aplicación judicial de estas normas”120. En resumen, estas sentencias deberían haber encontrado
violaciones al artículo 7(2), entre otros términos de la Convención, porque las leyes internas en
cuestión violaban el principio de legalidad.121 Sin embargo, la Corte, probablemente para evitar el
asunto políticamente sensible de examinar la legislación nacional— ha preferido centrarse en la
aplicación de las leyes en virtud del artículo 7(3).

114
García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 137, párr. 4 (25 de noviembre de 2005) (opinión disidente del juez Medina Quiroga); Berenson Mejía c. Perú, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 119, párr. 3 (25 de noviembre de 2004) (opinión disidente
del juez Medina Quiroga). Véase también Espinoza Gonzales c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 289, párrs. 118 y 121 (20 de noviembre de 2014) (evitando también una evaluación
de legalidad de la ley peruana); Usón Ramírez c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte
I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 207, párr.
155 (20 de noviembre de 2009) (sin considerar el impacto sobre el artículo 7 del ambiguo delito de “insulto a las fuerzas armadas”).

115 Torres Millacura et al. c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 229, para. 80 (Aug. 26,ÿ2011).

116 Pacheco Teruel et al. c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
241, párr. 61 (27 de abril de 2012).
117 id.
118
Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 305 (29 de mayo de 2014).

119 id. pareja. 364.


120 id.
121
Ver también Cabrera García y Montiel Flores vs. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 220 (26 de noviembre de 2010) (evitando la oportunidad de encontrar una violación del artículo 7(2) y
confirmar la naturaleza ilegal de la mayoría de los arrestos militares en México).
156

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156 Convención Americana sobre Derechos Humanos

2. El principio de arbitrariedad
una. Síntesis
El artículo 7(3), en lugar de especificar escenarios permisibles de detención, simplemente establece
“Nadie será objeto de detención o prisión arbitrarias.”122 Al interpretar la disposición, la Corte
Interamericana ha sostenido reiteradamente que nadie puede ser arrestado o detenido

por razones y por métodos que, aun calificados de legales, podrían considerarse incompatibles
con el respeto de los derechos fundamentales de la persona por ser, entre otras cosas,
irrazonables, imprevisibles o desproporcionados123.

De manera similar, los redactores del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos consideraron
que la arbitrariedad “iba más allá de lo” ilegal y “contenía elementos de injusticia, imprevisibilidad,
irrazonabilidad, capricho y desproporcionalidad, así como el principio angloamericano del debido
proceso legal”. 124 La Corte ha encontrado muchas violaciones . al artículo 7(3), principalmente en
casos de prisión preventiva y desaparición forzada.

B. Desapariciones Forzadas
La Corte ha decidido decenas de casos relativos a la libertad personal de víctimas que fueron
detenidas y posteriormente desaparecidas. Su enfoque del artículo 7 ha variado en estas sentencias.
La tendencia más reciente consiste en encontrar una violación genérica del artículo 7 y omitir el
análisis de los distintos párrafos del artículo125. La Corte ha afirmado que cualquier tipo de detención
que inicie una desaparición forzada es contraria al artículo 7126.
El Sistema Interamericano típicamente considera que la desaparición forzada consiste en “actos
múltiples” que violan “simultáneamente” varios derechos de la Convención: Artículos 5 (Derecho

122 Convención Americana, art. 7(3).

123
Por ejemplo, Neptune v. Haiti, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr.

97 (6 de mayo de 2008); Gangaram Panday c. Surinam, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 16, párr. 47 (21 de enero de 1994). Más recientemente, la Corte ha considerado explícitamente el objeto y la proporcionalidad de la

restricción a la libertad. Véase Wong Ho Wing c. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 297, párr. 248 (30 de junio de 2015); Arguelles et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 288, párr. 120 (20 de noviembre de 2014).


124
Nowak, supra nota 2, en 225.
125
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones

y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 324 (nov.

14, 2014); La Cantuta c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 162, párr. 116 (29 de noviembre de

2006). En el caso de masacres, cuando las víctimas fueron detenidas brevemente antes de la ejecución, la tendencia de la Corte también es encontrar

una violación genérica del artículo 7. Ver Masacres de El Mozote y Lugares Aledaños Vs. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 252, párr. 158 (25 de octubre de 2012).

126
Por ejemplo, Bámaca Velásquez v. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 70, párr. 142 (nov.

25, 2000); Velásquez Rodríguez c. Honduras, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 4, párr. 186 (29 de julio de 1988).
157

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Libertad Personal 157

a la Integridad Humana), 7, 4 (Derecho a la Vida), y 3 (Derecho a la Personalidad Jurídica).127


Además, el Tribunal considera que la desaparición forzada es una violación que continúa en el
tiempo hasta que se recupera el cadáver128 . En consecuencia, si se prueba una desaparición
forzada, generalmente se responsabilizará a un Estado por todas las violaciones que la componen:
incluido el artículo 7—incluso si la detención ocurrió antes de que el Estado aceptara la competencia
de la Corte129.

C. La prisión preventiva como detención arbitraria


La Comisión Interamericana ha calificado “el uso excesivo de la prisión preventiva entre los
problemas más graves y generalizados” en las Américas.130 Define la prisión “preventiva” o
“preventiva” como “el período completo de privación de libertad de un presunto delincuente ordenado
por una autoridad judicial y previo a una sentencia firme.”131 Aunque la mayoría de los casos
interamericanos se refieren a la prisión preventiva en procesos penales ordinarios, también hay
casos de esta práctica ordenados por autoridades militares y migratorias.132
Como se señaló anteriormente, la prisión preventiva no siempre ha sido analizada en el marco
de la arbitrariedad, pero las sentencias más recientes de la Corte han aplicado el artículo 7.3, así
como el artículo 7.5, para examinar este fenómeno. La decisión de prisión preventiva debe ser
excepcional, mostrando tanto indicios suficientes de responsabilidad penal como riesgos
comprobados para el proceso penal133. También debe mantener la presunción de inocencia, como

127
Por ejemplo, Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párr. 321 (nov.

14, 2014); Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

202, párrs. 89–103 (22 de septiembre de 2009). Para más información sobre la desaparición forzada, véase el Capítulo 3 de este volumen, sobre el

derecho a la vida.
128
Rodríguez Vera et al. (Personas Desaparecidas del Palacio de Justicia) Vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 287, párrs. 321, 327 (14 de noviembre de 2014).
129 Véase, por ejemplo, Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 209, párrs. 150, 159 (23 de noviembre de 2009) (responsabiliza a México por desaparición forzada aunque la detención ocurrió antes de que

ratificara la Convención Americana y aceptara la jurisdicción de la Corte). Sin embargo, en la sentencia anterior Blake c. Guatemala, la Corte aún no

había desarrollado este enfoque. Blake c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 36, párr. 82 (24 de enero de 1998).

Para una discusión completa de estos asuntos, ver el Capítulo 3 de este volumen, sobre el derecho a la vida.

130 Inter-Am. Comm'n HR, Informe sobre el Uso de la Prisión Preventiva en las Américas, OEA/Ser.L/V/II., doc.

46/13 (30 de diciembre de 2013), párr. 1, disponible en www.oas.org/es/cidh/pdl/informes/pdfs/Informe-PD-2013-es.pdf.

131 id. pareja. 37.


132 Véase, por ejemplo, Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 169 (23 de noviembre de 2010) (sobre la detención de inmigrantes); Palamara Iribarne Vs. Chile, Fondo,

Reparaciones, Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. DH (ser. C) No. 135 (22 de noviembre de 2005) (sobre prisión preventiva en proceso

militar).
133
Por ejemplo, Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párrs. 310–312 (29 de mayo de 2014); J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y

Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 275, párr. 159 (27 de noviembre de 2013).


158

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158 Convención Americana sobre Derechos Humanos

así como los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad.134 Un juez debe revisar
periódicamente un caso de prisión preventiva continua.135

I. Prueba suficiente de responsabilidad penal Según la Corte, la prueba


suficiente debe permitir “la presunción razonable de que el individuo …
ha tomado parte en el hecho ilícito que se investiga”. un delito o cuando
se considere razonablemente necesario para evitar que cometa un
delito o huya después de haberlo cometido.”137 El Tribunal Europeo
interpreta “sospecha razonable” en este contexto como “la existencia
de hechos o información que satisfaría a un observador objetivo de
que la persona en cuestión puede haber cometido un delito.”138
La Corte Interamericana ha declarado que la prisión preventiva es arbitraria en los casos en
que no se han demostrado pruebas suficientes del delito.139 A modo de ejemplo, en Acosta
Calderón v. Ecuador, Acosta Calderón estuvo detenido durante más de cinco años en prisión
preventiva por presunta posesión de cocaína. 140 Sin embargo, el Estado nunca había cumplido
con sus propias leyes para demostrar, a través de análisis químicos, que la “sustancia en
cuestión” era en realidad cocaína.141 La única base probatoria ofrecida fue una declaración
policial; como resultado, la Corte consideró que la detención era arbitraria. En Norín Catrimán et
al. v. Chile, la Corte determinó que la prisión preventiva había sido ordenada con base en un
“testimonio confidencial” no corroborado, que la defensa no había podido impugnar142 . En
consecuencia, la prisión preventiva fue declarada arbitraria, en violación del artículo 7(3), entre otras disposicione

ii. Riesgos del proceso penal Aún cuando existan pruebas suficientes,
la prisión preventiva “sólo puede fundarse en un fin legítimo: garantizar
que el imputado no impedirá la realización del proceso ni eludirá la
acción de la justicia”143. Las características personales o la seriedad de la

134 Norín Catrimán et al. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

279, párr. 310 (29 de mayo de 2014).


135
Arguelles et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 288, párrs. 121–122 y 128 (20 de noviembre de 2014).

136 id. pareja. 311.


137
Convenio Europeo, art. 5(1)(c).
138
Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2, en 317.
139
Por ejemplo, Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 129, párr. 70 (24 de junio de 2005); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr. 107 (7 de septiembre de 2004).

140 Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129, párr. 70 (24 de junio de 2005).

141 id.
142
Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 334 (29 de mayo de 2014).
143
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 275, párr. 159 (27 de noviembre de 2013); Barreto Leiva c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 206, párr. 111 (17 de noviembre de 2009).


159

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Libertad Personal 159

los cargos penales “no son, por sí solos, justificación suficiente” para la prisión
preventiva.144 Los “riesgos procesales” no deben presumirse, “sino que deben verificarse
en cada caso, con base en las circunstancias reales y objetivas del caso específico.”145
La Corte ha encontrado violaciones al artículo 7(3) cuando estos requisitos son omitidos
en la decisión de detención o en la propia ley interna146.

iii. Detención en Procesos Migratorios Aunque la Comisión Interamericana afirma que la


prisión preventiva sólo es permisible en procesos penales, lamentablemente la Corte
Interamericana parece no estar de acuerdo. En Vélez Loor Vs. Panamá, el Tribunal indicó
que la práctica “puede ser adecuada para regular y controlar la inmigración irregular a fin
de asegurar que la persona comparezca ante el proceso migratorio” o para asegurar “la
aplicación de una orden de deportación”. 147 Sin embargo, determinó que Panamá no
perseguía esos “fines lícitos” al retener a Vélez Loor, sino que perseguía un objetivo
“punitivo”148. El Estado lo había encarcelado por reingresar al país sin documentos, luego
de haber sido deportado; en consecuencia, la detención se consideró arbitraria en violación
del artículo 7(3).
La Corte subrayó que los migrantes solo pueden ser retenidos “por el menor tiempo
posible” y que “la detención de personas por incumplimiento de las leyes migratorias nunca
debe tener fines punitivos”. 149 En cuanto a la detención de niños migrantes en particular ,
el Tribunal ha instado a “un principio general de no privación de libertad”150.

IV. Prisión Preventiva de Sectores Especiales de la Población

Instituto de Reeducación del Menor implicó la prisión preventiva de numerosos niños y


adultos en Paraguay. El Tribunal se negó a considerar una violación colectiva del artículo 7,

144
Por ejemplo, J. c. Perú, párr. 159; López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 141, párr. 69 (1 de febrero de 2006).
145
Por ejemplo, J. c. Perú, párr. 159; Barreto Leiva c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 206, párr. 115 (17 de noviembre de 2009).
146
Por ejemplo, Wong Ho Wing c. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 297, párr. 253 (30 de junio de 2015) (declarando arbitraria la prisión preventiva en violación del artículo
7(3), cuando se demostró que el tribunal interno no evaluó el riesgo procesal involucrado); Barreto Leiva c. Venezuela, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 206, párr. 116 (17 de noviembre de 2009) (encontrando
violaciones a los artículos 7(3) y 2, entre otros, debido a fallas en la legislación nacional pertinente). Pero véase Norín Catrimán et al.
(Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H.
Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 364 (29 de mayo de 2014) (donde se sostiene que la ley chilena que permitía la prisión
preventiva en casos de supuesto “peligro para la seguridad de la sociedad” no era “per se contraria a la Convención Americana,
porque podía interpretarse de manera que era compatible” con la Convención y “la evaluación de si existía un riesgo procesal”).

147 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 169 (23 de noviembre de 2010).


148 id. pareja. 172.
149 id. pareja. 171.
150
Derechos y Guar. de Niños en el Contexto de la Migración y/o en Necesidad de Prot. Internacional, Opinión Consultiva OC-21/14,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr. 163 (19 de agosto de 2014).
160

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160 Convención Americana sobre Derechos Humanos

ya que requería pruebas específicas sobre el caso de cada individuo.151 Aun así, citando la
Convención sobre los Derechos del Niño, la Corte enfatizó que la prisión preventiva de los
niños debe hacerse “solo como medida de último recurso y por el período más breve que
corresponda”. de tiempo.”152 En su opinión consultiva sobre los derechos del niño, la Corte
se pronunció de manera similar.153
En Norín Catrimán Vs. Chile, la Corte reconoció que la prisión preventiva “prolongada” “puede
tener diferentes efectos” en las personas indígenas “debido a sus características económicas, sociales
y culturales”154. En cuanto a los líderes indígenas, su detención “también puede tener consecuencias
negativas sobre los valores, usos y costumbres de la comunidad o comunidades en las que ejercen
su liderazgo”155. De esta manera, “al interpretar y aplicar sus leyes internas”, los Estados “deben
tomar en consideración” estas características distintivas para garantizar los derechos de los pueblos
indígenas a la libertad personal.156

v. Plazos para la detención preventiva En Wong Ho Wing c. Perú, el peticionario fue detenido
en espera de su extradición a China.157 Sin embargo, tal como lo acepta Perú, la legislación
interna pertinente no establecía un plazo para la detención en estas circunstancias. La Corte
sostuvo que los límites de tiempo para la prisión preventiva sirven como una “salvaguardia”
clave contra las detenciones arbitrarias.158 La ausencia de dicho límite condujo a la prisión
preventiva excesiva de Wong Ho Wing, y “constituyó un elemento adicional” en la arbitrariedad
de su detención, en violación del artículo 7(3).159

3. Problemas metodológicos: legalidad y arbitrariedad

El enfoque de la Corte sobre los principios de legalidad y arbitrariedad ha sido inconsistente a lo largo
de los años. Más recientemente, el Tribunal ha intentado establecer una clara distinción entre los dos
conceptos. Sin embargo, los principios están estrechamente relacionados: después de todo, muchos

151
“Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 233 (2 de septiembre de 2004).

152 id. paraca. 231 (donde se cita el artículo 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño).
153
Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño, Opinión Consultiva OC-17/02, Inter-Am. Connecticut. RR.HH. (ser. A)
No. 17, párr. 126 (28 de agosto de 2002) (citando las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores
Privados de Libertad).

154 Norín Catrimán et al. (Líderes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 357 (29 de mayo de 2014).
155 id.
156 id.
157
Wong Ho Wing Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
DH (ser. C) No. 297 (30 de junio de 2015).

158 id. pareja. 255.


159 Id. Véase también García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 137, párr. 143 (25 de noviembre de 2005) (declarando una violación del artículo 7.3), porque el tribunal
peruano, “después de más de catorce años [desde] la emisión de dicha medida cautelar, no presentó argumentos suficientes para
sostener a Urcesino Ramírez- detención de Rojas”).
161

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Libertad Personal 161

formas de detención están prohibidas en la legislación nacional precisamente porque son arbitrarias en
Algún sentido.

A menudo, cuando la Corte encuentra una detención ilegal, considera innecesario examinar la
arbitrariedad.160 En Bayarri c. Argentina, el Tribunal explicó que “la arbitrariedad mencionada en el
artículo 7(3) de la Convención tiene su propio contenido legal, que solo necesita ser analizado en el
caso de detenciones que se consideran legales.”161 Aunque tal enfoque puede apelar a nociones de
economía procesal, no condena completamente las detenciones que son tanto ilegales como arbitrarias.
Por ejemplo, la Corte enviaría un mensaje confuso si determinara que la prisión preventiva excesiva
es meramente ilegal —debido a la legislación nacional del Estado en particular— y no arbitraria, a
pesar de la tendencia de la Corte a dictaminar que la prisión preventiva prolongada viola el artículo
7(3). ). El Tribunal debe esforzarse por lograr una jurisprudencia clara y consistente, y no puede
descuidar su deber de analizar rigurosamente los hechos de un caso a la luz de todas las disposiciones
aplicables de la Convención.
Aún más preocupante es el enfoque reciente de la Corte para evaluar la legalidad en virtud del
artículo 7(2). Como se describió anteriormente, el Tribunal inicialmente se basó en los principios legales
internacionales y la jurisprudencia para establecer ciertos elementos centrales para una detención
legal. Estos incluyen certeza en la legislación nacional pertinente y requisitos para órdenes judiciales y
el registro oficial de todas las detenciones, entre otros.
Sin embargo, a diferencia de otros tribunales de derechos humanos, la Corte actualmente se enfoca
casi exclusivamente en el texto de la ley nacional para evaluar la legalidad de una detención.162 Lo
hace sin analizar críticamente la ley en vista del derecho internacional y su propia jurisprudencia sobre
el artículo 7. Siguiendo este enfoque, una detención problemática que todavía cumple con la ley
nacional deficiente de un Estado puede, no obstante, ser declarada “legal” y compatible con el artículo
7(2).163 Cuando la Corte Interamericana limita su investigación de legalidad a la letra

160
Pero véase Expulsados dominicanos y haitianos c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 368. (28 de agosto de 2014) (declaración de detenciones ilegales y
arbitrarias); Neptune c. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr. 100 (6 de mayo de 2008) (igual).
161
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187,
párr. 62 (30 de octubre de 2008). Véase también Wong Ho Wing c. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 297, párr. 238 (30 de junio de 2015).
162
En este contexto, tanto la Corte Europea como el Comité de Derechos Humanos exigen que la legislación interna cumpla con el
derecho internacional, especialmente con las protecciones establecidas en sus respectivos tratados. Ver Harris, O'Boyle & Warbrick,
supra nota 2, en 301 (donde se afirma que el concepto de “legalidad” requiere, entre otras cosas, “el cumplimiento de los principios
generales expresados o implícitos en la Convención [Europea]”); Nowak, nota 2 supra, en 224 (que describe casos en los que el
Comité de Derechos Humanos sostuvo que “la revisión judicial de la legalidad de la detención en virtud del artículo 9(4) también debe
incluir la compatibilidad con el derecho internacional, sobre todo el Pacto mismo”).

163 En Torres Millacura, la Corte reconoció que la legislación interna no establecía “razones concretas” para los arrestos—y por lo tanto
permitía que la policía actuara arbitrariamente—pero no encontró una violación del artículo 7(2) a este respecto.
Torres Millacura et al. c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
No. 229, para. 80 (Aug. 26,ÿ2011).
162

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162 Convención Americana sobre Derechos Humanos

del derecho nacional, los derechos humanos internacionales pueden ser limitados o distorsionados, y la

discrecionalidad del Estado para restringir la libertad puede aumentar.

C. Los Requisitos Específicos de los Párrafos 4, 5 y 6 del Artículo 7

La Corte ha sostenido que estas tres disposiciones establecen obligaciones positivas para los agentes estatales y

los particulares que actúen con “tolerancia o aquiescencia” del Estado y que sean responsables de la detención164.

1. Artículo 7(4): Motivos de la detención y notificación de los cargos

El artículo 7.4 establece: “Toda persona detenida será informada de los motivos de su detención y será prontamente

notificada del cargo o cargos formulados en su contra”165. La Corte ha precisado que esta disposición “implica dos

obligaciones: ) la necesidad de información escrita u oral sobre los motivos de la detención, y (b) la notificación,

por escrito, de los cargos”166. Así, el artículo 7(4) establece “un mecanismo para evitar conductas ilícitas o

arbitrarias” . ” desde el momento de la privación de libertad167 . Los detenidos y sus representantes, incluidas

aquellas personas que tengan la patria potestad sobre los detenidos, deben ser informados de esta información

para posibilitar una adecuada defensa jurídica.168

una. Razones para la detención

Este requisito básico se ha ampliado a lo largo de los años, siguiendo la Convención Europea,169 y ahora exige

que el agente detenedor, en el momento de la detención, explique “en un lenguaje sencillo, libre de términos

técnicos, … los fundamentos jurídicos esenciales y los hechos sobre en que se funda la detención”170. La Corte

ha señalado que este derecho se aplica a

164
Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114,

párr. 108 (7 de septiembre de 2004); Sánchez c. Honduras, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 99, párr. 81 (7 de junio de 2003).

165 Convención Americana, art. 7(4). Tenga en cuenta que la versión en español dice "detenido o retenido", aunque el

los registros de la Conferencia de San José no explican por qué se agregó “retenido”.
166
Por ejemplo, dominicanos y haitianos expulsados c. República Dominicana, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 282, párr. 369 (28 de agosto de 2014); Cabrera García y Montiel Flores v. México, 2010 Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 220, párr. 106 (26 de noviembre de 2010).


167 Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114,

párr. 109 (7 de septiembre de 2004); Bulacio c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 100,

párr. 128 (18 de septiembre de 2003).

168 Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 114, párr. 109 (7 de septiembre de 2004).

169 Véase Convenio Europeo, art. 5(2) (que establece que “Toda persona detenida será informada sin demora, en un lenguaje

idioma que entienda, de los motivos de su detención y de cualquier acusación formulada contra él”).
170
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 170, párr. 71 (21 de noviembre de 2007). Presuntamente, debería haber un intérprete disponible para asegurar una explicación “en un

idioma que [el individuo] entienda”. Convenio Europeo, art. 5(2).


163

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Libertad Personal 163

todas las formas de arresto, ya sea por orden judicial o en flagrancia171. Sin embargo, no
encontró una violación al artículo 7(4) en Acosta Calderón Vs. Ecuador, donde se “asumió
que el señor Acosta Calderón conocía el motivo de su arresto como narcotráfico.”172 Tales
suposiciones han dejado a las Cortes Interamericana y Europea abiertas a la crítica, ya que
sus respectivos tratados exigen incondicionalmente una explicación de los motivos de un
arresto.173 No se puede esperar que los acusados criminales deduzcan que información
clave solo sobre la base del interrogatorio o la situación general.
El artículo 7.4, según la Corte, también exige que el detenido sea informado del derecho
a establecer contacto con “otra persona” —como un abogado, un familiar o un funcionario
consular— antes de realizar su primera visita. declaración ante las autoridades174.
Esta notificación facilitará el acceso del imputado a “la asistencia y protección adecuadas”175.
En Vélez Loor Vs. Panamá, el Estado no informó oportunamente a Vélez Loor sobre su
derecho a la asistencia consular; en consecuencia, la Corte consideró que se vulneraron los
artículos 7.4 y 8 (Garantías Judiciales)176. La carga de la prueba en este punto recae sobre
el estado. Si el Estado no demuestra que sus autoridades informaron al detenido de esta
información, viola el Artículo 7(4).177

B. Notificación de Cargos
Otro elemento distintivo del Artículo 7(4) es el derecho a ser notificado sin demora de los
cargos. Para algunos, puede ser aceptable que esta notificación ocurra en una etapa
posterior al arresto inicial, debido a la naturaleza técnica y legal de los cargos. Sin embargo,
si un juez ha ordenado el arresto, como debería ser la situación en la mayoría de los casos,
es razonable proporcionar información sobre los cargos legales. Esto mejorará, desde el
principio, la capacidad de las personas acusadas para defenderse.

171
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 83 (1 de febrero de 2006).

172 Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129, párr.
73 (24 de junio de 2005).
173 Ver Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2, en 334.
174
Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr.

112 (7 de septiembre de 2004); Bulacio c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 100, párr.

130 (18 de septiembre de 2003).

175 Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 114, párr. 112 (7 de septiembre de 2004).

176 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 218, párr. 160 (23 de noviembre de 2010). Véase también Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párrs. 112–113 (7 de septiembre de 2004). El derecho al acceso efectivo a la asistencia

consular y otros derechos al debido proceso se examinan en el Capítulo 6 de este volumen.

177 Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 301, párr. 212 (2 de octubre de 2015); Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones

y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 73 (21 de noviembre de 2007). En Chaparro Álvarez, la Corte también encontró

una violación del artículo 7.2, porque los Estados deben proporcionar esta información conforme a la legislación interna. Identificación.
164

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164 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Asimismo, el artículo 8(2)(b) de la Convención garantiza “la notificación previa y detallada al


imputado de los cargos que se le imputan”178. Como se explica en el capítulo siguiente sobre el
artículo 8 y el debido proceso, la Corte ha sostenido que los Estados deben notificar las personas
por escrito de las acciones u omisiones que se les atribuyen, las razones y pruebas que dieron
lugar a la acusación y la tipificación legal del delito.179 Si el imputado no es notificado en tiempo
y forma, como antes a las autoridades, tanto el Artículo 7(4) como el Artículo 8(2)(b) pueden ser
violados.180

2. Artículo 7(5): Supervisión Judicial

En numerosas ocasiones, la Corte Interamericana ha afirmado que el control judicial “inmediato”


protege contra las detenciones arbitrarias o ilegales y defiende los derechos del detenido, incluida
la presunción de inocencia.181

una. Presentado “ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley”


En primer lugar, la Corte ha establecido que el juez “u otro funcionario autorizado por la ley” debe
cumplir con los requisitos previstos en el artículo 8.1 de la Convención, a saber, competencia,
independencia e imparcialidad182 . Así, para para examinar la legalidad y razonabilidad de la
detención, el funcionario judicial debe tener plena jurisdicción sobre el asunto y autoridad para
ordenar la liberación. De esta forma, el Tribunal Interamericano ha condenado las prácticas
estatales de poner a los detenidos ante fiscales y autoridades militares; estos métodos ponen en
peligro sus derechos a la libertad personal, la integridad personal y el debido proceso183.

178 Convención Americana, art. 8(2)(b).


179
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) No. 275, párrs. 198–199 (27 de noviembre de 2013); López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 149 (1 de febrero de 2006).

180 Véase Palamara Iribarne c. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr. 227 (22 de noviembre de 2005) (“el señor Palamara

Iribarne rindió su primera declaración sin haber sido informado previamente de los delitos que se le imputaban, por lo que el Estado violó los artículos 7.4 y 8.2)( b) del Convenio”).

181
Por ejemplo, Galindo Cárdenas et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 301, párr. 202 (2 de octubre de 2015); Neptune c. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr. 107 (6 de mayo de 2008).
182
Ej., Palamara Iribarne v. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr. 222
(22 de noviembre de 2005); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr. 119 (7 de septiembre de 2004).
183
Véase, por ejemplo, Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.
C) núm. 129, párr. 80 (24 de junio de 2005) (víctima presentada ante el fiscal); Palamara Iribarne Vs. Chile, Fondo, Reparaciones,
Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr. 223 (22 de noviembre de 2005) (“Considerando que fue
el Fiscal Naval quien ordenó la prisión preventiva del señor Palamara Iribarne en ambos casos, dicho oficial no puede revisar la
legalidad de sus propias órdenes”); Cantoral Benavides c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 69,
párr. 76 (18 de agosto de 2000) (declarando una violación del artículo 7(5) porque, entre otras razones, la víctima fue llevada
ante un juez militar en lugar de un juez civil).
165

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Libertad personal 165

En segundo lugar, el Tribunal ha sostenido que la supervisión judicial debe ser “efectiva” tanto
en el examen de las acciones de las autoridades que arrestaron como en el “restablecimiento” de
los derechos del detenido.184 En Bayarri, la Corte concluyó que el juez no revisó completamente
la detención. legalidad de la detención, omitió ordenar un examen médico a pesar de los signos
de abuso físico y requirió la detención sin seguir todos los aspectos del Código Procesal Penal
argentino.185 El Estado, entonces, no ejerció una supervisión judicial efectiva de la detención, en
violación de Artículo 7(5) y otras disposiciones del Convenio.
En tercer lugar, la Corte ha subrayado que el juez debe escuchar personalmente a los
detenidos y examinar toda la información que éstos le proporcionen, a fin de decidir sobre la
procedencia de la detención186 . En Chaparro Álvarez, el juez había estado presente durante las
detenciones; por lo que el Estado sostuvo que “no era necesario traer nuevamente a las víctimas ante ella”187.
El Tribunal Interamericano rechazó este argumento: si bien la presencia inicial del juez “podría
calificarse como una garantía adicional, no era, por sí misma, suficiente para satisfacer el requisito
del artículo 7(5) de ser 'llevado' ante un juez ” para “evaluar todas las explicaciones” del
detenido188.
En cuarto lugar, el artículo 7(5) contiene requisitos temporales exigentes. El texto en inglés
establece que “cualquier persona detenida deberá ser llevada sin demora ante un juez” . audiencia
“sin demora” (sin demora).190 Sin embargo, el Tribunal no ha especificado el plazo máximo
permisible en estas circunstancias, prefiriendo en cambio referirse a la ley nacional.191 Ha
condenado muchas demoras flagrantes;192 el período más breve viola el Artículo 7( 5) en la
jurisprudencia parece ser de 38 horas, tratándose de un niño detenido193.

184
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 187, párr. 67 (30 de octubre de 2008). Véase también Argüelles et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 288, párr. 133 (20 de noviembre de 2014).
185
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)
No. 187, párr. 67 (30 de octubre de 2008).

186 id. paraca. sesenta y cinco; Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 85 (21 de noviembre de 2007).
187
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-
Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 170, párr. 85 (21 de noviembre de 2007).
188 id.

189 Convención Americana, art. 7(5) (énfasis añadido).


190 Id. (providing, in Spanish:ÿ“Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario
autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales…”).
191 Ver Medina, supra nota 10, en 158–59.
192
Por ejemplo, Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.
129, párr. 79 (24 de junio de 2005) (“No consta en el expediente que el señor Acosta Calderón haya prestado declaración
alguna ante un juez hasta casi dos años después de su detención”); Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párrs. 117–121 (7 de septiembre de 2004).

193 Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 178 (27 de agosto de 2014). Véase también Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 187,
166

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166 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Solo en raras ocasiones, como en algunos casos peruanos flagrantes, el Tribunal ha encontrado
expresamente que el derecho interno contraviene este requisito.194 El enfoque de la Corte aquí es
demasiado deferente con los Estados; debe establecer una regla máxima como 48 horas. Cuando se

excede el límite, ya sea en la ley o en la práctica, debe resultar en una violación del Artículo 7(5).

B. Derecho a juicio “dentro de un tiempo razonable”


Estos términos se relacionan con el Artículo 7(3); Recientemente, la Corte también ha analizado el
artículo 7.5 en casos de prisión preventiva195. La disposición es clave porque sustenta la presunción de
inocencia y exige la liberación de un detenido si el juicio no ocurre después de un "razonable

hora." Quizás por esta importante consecuencia, la Corte no ha encontrado con frecuencia una violación
de esta disposición; aún menos común es una orden de libertad de un detenido.
Debe enfatizarse que, aun cuando existan razones para mantener a una persona detenida, si ha
vencido un “tiempo razonable”, esa persona debe ser liberada. Las autoridades estatales no deben
prolongar indebidamente una detención, según la Corte.196 Medina argumenta que el tiempo a medir
debe comenzar con el arresto o detención y continuar hasta que la condena sea firme, porque el
acusado tiene la presunción de inocencia hasta ese momento. momento.197 Sin embargo, como antes,
la Corte ha proporcionado poca orientación explícita para esta situación, y prefiere remitirse a la
legislación nacional. De hecho, el Tribunal en ocasiones duda en pronunciarse sobre este punto. En
Acosta Calderón, el Tribunal evitó examinar si la duración de la prisión preventiva era “razonable”,
considerándola suficiente para encontrar una violación del artículo 7(3)198.

La Corte ha establecido un límite temporal relevante: la prisión preventiva no puede alcanzar ni


exceder la pena del delito imputado al momento de la condena. De esta forma, el derecho de Suárez
Rosero a ser juzgado en un plazo razonable fue claramente violado en Suárez Rosero Vs. Ecuador,
cuando estuvo detenido por casi dos años más de la pena máxima por el delito en cuestión199.
Aún así, el estándar de la Corte no resulta muy útil, especialmente en los casos en que se acusa a un
detenido de un delito muy grave o múltiples delitos que conllevarían una sentencia significativa.

paraca. 66 (30 de octubre de 2008) (que describe un retraso de cinco a seis días). En cuanto a la Corte Europea, incluso en casos
de terrorismo potencial, “el concepto de prontitud no podría estirarse adecuadamente para permitir un retraso de cuatro días y seis
horas o más”. Harris, O'Boyle & Warbrick, supra nota 2, en 340.
194
Véase, por ejemplo, Castillo Petruzzi et al. c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)
núm. 52, párr. 110 (30 de mayo de 1999) (“aquellas leyes peruanas que permiten a las autoridades mantener en prisión preventiva
a una persona sospechosa del delito de traición a la patria por 15 días, con posibilidad de prórroga de 15 días, sin llevar a esa
persona ante un juez autoridad, son contrarios a la [Convención]”).
195 Norín Catrimán et al. (Líderes, militantes y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 279, párr. 310 (29 de mayo de 2014).
196 Sánchez v. Honduras, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
(ser. C) No. 99, párr. 84 (7 de junio de 2003).
197
Medina, supra nota 10, en 159–60.
198 Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129,
párr. 82 (24 de junio de 2005).
199 Suárez Rosero v.ÿEcuador, Merits, Judgment, Inter-Am. Ct. H.R. (ser. C) No. 35, paras. 74–75 (Nov. 12,ÿ1997).
167

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Libertad Personal 167

En Bayarri, como era de esperar, el Tribunal concluyó que 13 años de prisión preventiva
eran “claramente excesivos” en violación del artículo 7(5).200 El proceso interno había
terminado con la absolución de Bayarri. El Tribunal afirmó que una liberación ciertamente no
necesita esperar una absolución; más bien, los jueces deben “evaluar periódicamente” las
“razones”, la “necesidad” y la “proporcionalidad” de la detención, así como la razonabilidad de
su duración.201 Cuando la prisión preventiva “no cumple con estas condiciones, la liberación
del se ordene la detención de la persona detenida, sin perjuicio de la continuación del proceso respectivo”20
El Tribunal señaló en Bayarri que la legislación argentina permitía hasta 3 años de prisión
preventiva. Curiosamente, a pesar de examinar el texto de la ley, la Corte no criticó este plazo
excesivo ni lo encontró contrario a la Convención. Muy rara vez el Tribunal ha condenado el
derecho nacional en este contexto.203 En Suárez Rosero, el código penal del Estado establecía
límites para la prisión preventiva; sin embargo, los límites no se aplicaban a los acusados de
delitos relacionados con las drogas.204 La Corte consideró que la excepción de la ley “privaba
a una parte de la población carcelaria de un derecho fundamental.”205 Como resultado, la
disposición violaba tanto el artículo 7 (5) y el artículo 2, “fuera o no ejecutado en el presente
caso”206.

3. Artículo 7(6): El Derecho de Habeas Corpus

El artículo 7(6) contiene el derecho de hábeas corpus, que establece:

Toda persona privada de su libertad tendrá derecho a recurrir ante un tribunal competente,
a fin de que el tribunal decida sin demora sobre la legalidad de su arresto o detención y
ordene su libertad si el arresto o detención es ilegal.207

Para la Corte, el conocido recurso de hábeas corpus es un ejemplo de amparo, un recurso


judicial “sencillo y rápido” muy difundido en América Latina208 .

200
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187,
párr. 75 (30 de octubre de 2008).
201 id. pareja. 76.
202 id.

203 Véase Suárez Rosero c. Ecuador, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 35, párr. 98 (12 de noviembre de 1997)
(caso discutido en el texto); Hilaire, Constantine y Benjamin et al. c. Trinidad y Tobago, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 94, párr. 124 (21 de junio de 2002) (“Los retrasos causados por Trinidad y Tobago a lo largo
de los procesos judiciales de las veinticuatro víctimas mencionadas… constituyen una violación del derecho a un juicio dentro de un
plazo razonable, garantizado en los artículos 7(5) y 8 (1) de la Convención Americana, tales dilaciones violan igualmente el artículo
2, toda vez que el Estado no adoptó las medidas necesarias en su derecho interno para hacer efectivas las garantías protegidas en
dichas disposiciones.”).
204 Suárez Rosero v.ÿEcuador, Merits, Judgment, Inter-Am. Ct. H.R. (ser. C) No. 35, para. 95 (Nov. 12,ÿ1997).
205 id. pareja. 98.
206 id.

207 Convención Americana, art. 7(6).

208 Hábeas Corpus en Situaciones de Emergencia (Arts. 27(2), 25(1) y 7(6) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión
Consultiva OC-8/87, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 8, párr. 32 (30 de enero de 1987); Allan R. Cervecero
168

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168 Convención Americana sobre Derechos Humanos

El artículo 25 contiene “toda la serie de recursos” representados por el amparo, mientras que el recurso
específico de habeas corpus se encuentra en el artículo 7(6).209 La Corte ha sostenido que el amparo
y el habeas corpus se encuentran entre las “garantías judiciales” del artículo 27 (2) que no pueden
suspenderse en tiempos de emergencia.210 Son esenciales para proteger los derechos a la libertad
personal, a la vida y a la integridad personal, así como para prevenir las desapariciones forzadas.211
Cuando se deniega el hábeas corpus, la Corte puede encontrar violaciones de los artículos 7(6) y 25, o
simplemente del artículo 7(6).212
Un primer requisito para el derecho de hábeas corpus es que el tribunal sea competente. Solo el
poder judicial tiene competencia para estas peticiones, según la Corte Interamericana. Ha rechazado la
competencia de las autoridades militares y administrativas, así como de figuras políticas como un
alcalde, para decidir solicitudes de hábeas, incluso cuando la legislación interna les otorga esta
facultad.213 En segundo lugar, la solicitud de hábeas debe resolverse “sin demora”. Como se indicó
anteriormente, la Corte no ha establecido un límite de tiempo explícito, pero claramente “casi una
semana” viola el principio “sin demora” . como en otras situaciones, la Corte generalmente se refiere al
derecho interno como base para la comparación.215
Tercero, el examen judicial de la petición de hábeas debe ser “efectivo”. López Álvarez Vs. Honduras
sostuvo que un juez debe examinar integralmente las circunstancias del detenido y responder
expresamente, en autos, a los alegatos del peticionario216. En otras sentencias, la Corte resaltó que el
examen del juez debe ser “serio”, “independiente” y “imparcial.”217

Carías, La Protección Constitucional de los Derechos Humanos en América Latina: Estudio Comparativo de los Procesos de Amparo 163

(2009); Gros Espiell, supra nota 65, en 116.

209 Habeas Corpus en Situaciones de Emergencia (Arts. 27(2), 25(1) y 7(6) Convención Americana sobre Derechos Humanos),
Opinión Consultiva OC-8/87, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 8, párr. 34 (30 de enero de 1987).
210 id. pareja. 44.
211 id. paraca. 35. Véase también Galindo Cárdenas et al. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 301, párr. 44 (2 de octubre de 2015).
212
Por ejemplo, Cesti Hurtado c. Perú, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 56, párr. 133 (29 de septiembre de 1999)

(ambos artículos encontrados violados); Rochac Hernández et al. v. El Salvador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. DH (ser. C) No. 285 (14 oct. 2014) (único artículo 7(6)).

213 Véase Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 218, párr. 126 (23 de noviembre de 2010) (sobre un funcionario de inmigración); Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs.

Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 170, párr. 116 (21 de noviembre de 2007) (sobre un alcalde); Palamara Iribarne Vs. Chile, Fondo, Reparaciones, Costas,

Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 135, párr. 223 (22 de noviembre de 2005) (sobre autoridades militares).
214
Bayarri c. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 187, párr.

66 (30 de octubre de 2008).


215
Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C)

No. 114, párr. 134 (7 de septiembre de 2004); “Instituto de Reeducación del Menor” Vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.H. Connecticut. HR (ser. C) No. 112, párr. 250 (2 de septiembre de 2004).
216
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párrs. 96–98 (1 de

febrero de 2006). Véase también Wong Ho Wing c. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 297, párrs. 289–292 (30 de junio de 2015).


217
Ej., Comunidad Campesina de Santa Bárbara Vs. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 299, párr. 234 (1 de septiembre de 2015); Mack Chang c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-

Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 101, párr. 181 (25 de noviembre de 2003).
169

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Libertad Personal 169

La jurisprudencia constante del Tribunal sobre los recursos efectivos requiere


que proporcionen “resultados o respuestas a las violaciones” adecuados . .219 La
Corte Interamericana ha encontrado violaciones al artículo 7(6) cuando el derecho
quedó sin efecto en la ley o en la práctica.220

4. Artículo 7(7): “Nadie será detenido por deudas”

No parece que la Corte y la Comisión Interamericanas hayan discutido aún el artículo 7(7) en su
jurisprudencia. Para obtener más información sobre esta disposición, consulte la sección de este capítulo.
Introducción.

218
Ej., Usón Ramírez c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut.
HR (ser. C) No. 207, párr. 128 (20 de noviembre de 2009); Acevedo Buendía et al. (“Cesantes y Jubilados de la Contraloría”)
Vs. Perú, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 198, párr.
69 (1 de julio de 2009).
219
Por ejemplo, Neptune v. Haiti, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 180, párr.
114 (6 de mayo de 2008); López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR
(ser. C) No. 141, párrs. 97–98 (1 de febrero de 2006).
220
Por ejemplo, Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 202, párr. 76 (22 de setiembre de 2009) (que determina una restricción en una ley peruana para
impedir el ejercicio del derecho de hábeas corpus); Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129, párr. 97 (24 de junio de 2005) (“aún existiendo formalmente el [pedido de hábeas],
éste no fue efectivo en el presente caso, ya que no se cumplió con el objetivo de obtener, sin demora, una decisión sobre la
legalidad de el arresto o detención de la presunta víctima”).
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171

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6
Debido Proceso y Protección Judicial

Artículo 8: Derecho a un juicio justo

1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un tribunal

competente, independiente e imparcial, previamente establecido por la ley, en la sustanciación de cualquier

acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones de

orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otra naturaleza.

2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras su culpabilidad no

haya sido probada conforme a la ley. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las

garantías mínimas siguientes:

una. el derecho del imputado a ser asistido gratuitamente por un traductor o intérprete, si no

entiende o no habla el idioma del tribunal o tribunal;

B. notificación previa y detallada al imputado de los cargos que se le imputan;

C. tiempo y medios adecuados para la preparación de su defensa;

D. el derecho del acusado a defenderse personalmente o a ser asistido por su propio abogado

elegir, y comunicarse libre y privadamente con su abogado;

mi. el derecho inalienable a ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, retribuido o no según lo

disponga la legislación interna, si el imputado no se defiende personalmente o no contrata abogado propio

dentro del plazo establecido por la ley;

F. el derecho de la defensa a interrogar a los testigos presentes en el tribunal y a obtener la comparecencia,

como testigos, de peritos u otras personas que puedan esclarecer los hechos;

gramo. el derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable; y

H. el derecho a apelar la sentencia ante un tribunal superior.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos. Thomas M. Antkowiak y Alejandra Gonza.


© Oxford University Press 2017. Publicado en 2017 por Oxford University Press.
172

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172 Convención Americana sobre Derechos Humanos

3. La confesión de culpabilidad del acusado sólo será válida si se hace sin coacción de ningún tipo.
4. El imputado absuelto por sentencia firme no será sometido a nuevo juicio por
la misma causa.

5. El proceso penal será público, salvo en lo necesario para proteger los intereses de

justicia.

Capítulo 6 Contenido

I. Introducción 174
A. Muchas similitudes entre los principales tratados de derechos humanos 174
B. Variaciones entre los sistemas de derechos humanos 176
C. Antecedentes 177
II. Artículo 8 (1) 178
A. Introducción y significado del “derecho de audiencia” 178
B. Significado de “Con las Debidas Garantías” 181
C. Significado de “Dentro de un tiempo razonable” 183
D. Significado de “Tribunal competente, independiente e imparcial”,
Previamente Establecidos por la Ley” 188
1. “Tribunal” 188

2. “Competente” 188
3. “Independiente” 190
4. “Imparcial” 191
5. “Previamente Establecidos por Ley” 193
tercero Artículo 8(2) y el derecho a la presunción de inocencia 194
A. Artículo 8(2)(a): Derecho a ser asistido por un traductor o intérprete
196
B. Artículo 8(2)(b): Notificación Previa en Detalle de Cargos 197
C. Artículo 8(2)(c): Tiempo y medios adecuados para la preparación de
Defensa 199
D. Artículo 8(2)(d): Derecho a la defensa personal o a ser
asistido por un asesor legal y comunicarse libre y privadamente con un
abogado 200

E. Artículo 8(2)(e): El derecho a ser asistido por un abogado proporcionado por el


Estado 202

F. Artículo 8(2)(f ): Derecho de la defensa a presentar y examinar


Testigos 204
G. Artículo 8(2)(g) y Artículo 8(3): Derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo; Coacción y Confesiones 206
173

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Debido Proceso y Protección Judicial 173

H. Artículo 8(2)(h): El derecho a apelar una sentencia ante un tribunal superior


Corte 208
I. El Derecho al Acceso Efectivo a la Asistencia Consular 210
IV. Artículo 8(4): Una persona absuelta no será sometida a un nuevo juicio
por la misma causa 211

V. Artículo 8(5): Proceso Penal Público 213


174

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174 Convención Americana sobre Derechos Humanos

I. Introducción

El título del artículo 8, “Derecho a un juicio justo”, desmiente la amplitud de las protecciones del debido proceso.

El propósito de esta disposición, como lo explicó un ex presidente de la Corte Interamericana, es asegurar que

las autoridades estatales que determinen los derechos de una persona “lo hagan mediante un procedimiento

que proporcione los medios necesarios para defender [su] derecho intereses y obtener fallos debidamente

motivados”, a fin de que “esté protegido por la ley y resguardado de arbitrariedades”.1 Al igual que otros

tribunales de derechos humanos, la Corte ofrece una amplia jurisprudencia en esta materia. Aún así, queda

mucho por desarrollar por parte de la Corte, como los conceptos clave de un abogado “eficaz” y un acceso

lingüístico adecuado.

A. Muchas similitudes entre los principales tratados de derechos humanos

Los principales tratados regionales de derechos humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y

Políticos establecen una serie de garantías judiciales y protecciones del debido proceso. Aunque el lenguaje y

el grado de detalle varían de un tratado a otro, la mayoría requiere: un tribunal independiente e imparcial,2 un

tribunal establecido por ley,3 y audiencias penales públicas.4 Además, todas las personas acusadas de un

delito penal tienen los siguientes derechos : a gozar de la presunción de inocencia5, a ser informado de los

cargos en un idioma que entienda6, a disponer del tiempo y los recursos suficientes para preparar su defensa7,

a ser juzgado en un plazo razonable8, a defenderse personalmente o utilizar los servicios de un abogado de su

elección9, a utilizar los servicios de un intérprete si no entiende o no habla el idioma oficial10, a interrogar a los

testigos llamados

1
Voto Razonado del Juez García Ramírez, párr. 4, Claude Reyes et al. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

DH (ser. C) No. 151 (19 de septiembre de 2006).


2
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(1); Convenio Europeo, art. 6(1); Convención Americana, art. 8(1); Carta Africana, art. 7;

Carta Árabe, art. 13; Carta de la UE, art. 47.


3
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(1); Convenio Europeo, art. 6(1); Convención Americana, art. 8(1); Carta Árabe, art. 13;

Carta de la UE, art. 47.


4
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(1); Convenio Europeo, art. 6(1); Convención Americana, art. 8(5); Carta Árabe, art.

13; Carta de la UE, art. 47; Louise Doswald-Beck & Robert Kolb, Proceso Judicial y Derechos Humanos: Naciones Unidas, Sistemas Europeo,

Americano y Africano 122 (2004).


5
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(2); Convenio Europeo, art. 6(2); Convención Americana, art. 8(2); Carta Africana, art. 7;
Carta Árabe, art. dieciséis; Carta de la UE, art. 48.
6
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(a); Convenio Europeo, art. 6(3)(a); Convención Americana, art. 8(2)(a–b); Carta Árabe,
art. dieciséis.
7
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(b); Convenio Europeo, art. 6(3)(b); Convención Americana, art. 8(2)(d); carta árabe,
Arte. dieciséis.

8
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(c); Convenio Europeo, art. 6(1); Convención Americana, art. 8(1); Carta Africana, art.

7; Carta Árabe, art. 14; Carta de la UE, art. 47.


9
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(d); Convenio Europeo, art. 6(3)(c); Convención Americana, art. 8(2)(d); Carta Africana,

art. 7; Carta Árabe, art. dieciséis; Carta de la UE, art. 47.


10
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(f); Convenio Europeo, art. 6(3)(e); Convención Americana, art. 8(2)(a); carta árabe,
Arte. dieciséis.
175

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Debido Proceso y Protección Judicial 175

por la parte contraria y a presentar sus propios testigos,11 a apelar ante un tribunal superior,12
a no ser juzgado nuevamente por un delito después de la absolución definitiva13 y a no ser juzgado por un
delito que no era delictivo en el momento de su comisión14 .

Como en el caso de otros derechos donde la jurisprudencia europea está bien desarrollada, la Corte
Interamericana ha citado a menudo a su contraparte al considerar asuntos de debido proceso. En
consecuencia, la Corte Europea ha influido en las interpretaciones del Tribunal Interamericano de la
Convención Americana con respecto a la imparcialidad judicial15 y la independencia,16 su estándar de
“plazo razonable” para varios procedimientos,17 asistencia legal “efectiva”,18 y el interrogatorio de testigos,
19 entre otros. Además, en la sentencia Vélez Loor c. Panamá, la Corte Interamericana, citando a Benham
c. Estados Unidos 20 , sostuvo que las personas, incluidos los inmigrantes indocumentados, que no pueden
Reino,
proporcionar un abogado debe tener representación legal gratuita en los procedimientos donde está en
juego su libertad física.21
Las decisiones del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) y los principios de la
ONU también han sido persuasivos para la Corte Interamericana en el tema del debido proceso. Por
ejemplo, el importante caso Herrera Ulloa c. Costa Rica se basó en gran medida en la jurisprudencia del
CDH para desarrollar las características de una revisión adecuada por parte de un tribunal de apelaciones.22
El Tribunal Interamericano también se ha referido a los Comentarios Generales del CDH, 23

11
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(3)(e); Convenio Europeo, art. 6(3)(d); Convención Americana, art. 8(2)(f); carta árabe,
Arte. dieciséis.

12
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(5); Protocolo 7 del Convenio Europeo, art. 2; Convención Americana, art. 8(2)(h); Carta

Africana, art. 7; Carta Árabe, art. dieciséis.


13
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(7); Protocolo 7 del Convenio Europeo, art. 4; Convención Americana, art. 8(4); Carta

Árabe, art. 19; Carta de la UE, art. 50


14
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 15(1); Convenio Europeo, art. 7(1); Convención Americana, art. 9; Carta Árabe, art. 15; Carta

Africana, art. 7; Carta de la UE, art. 49; Doswald-Beck & Kolb, supra nota 4, en 122–23.
15
Apitz Barberá et al. (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) c. Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 182, párr. 56 (5 de agosto de 2008).


dieciséis

Reverón Trujillo c. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 197, párr. 70 (30 de junio de 2009).

17 Genie Lacayo c. Nicaragua, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 30,

por. 77 (29 de enero de 1997).


18
Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 170, párr. 159 (21 de noviembre de 2007).

19 Berenson Mejía c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 119, párr.

184 (25 de noviembre de 2004).

20 Benham contra el Reino Unido, Eur. Connecticut. RRHH, aplicación. n.º 19380/92, párr. 64 (10 de junio de 1996).

21 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 146 (23 de noviembre de 2010). Véase también Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión

Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 126 (17 de septiembre de 2003).
22
Herrera Ulloa c. Costa Rica, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 107, párr. 166 (2 de julio de 2004) (citando Comunicación HRC No 1007/2001: España. 19/09/

2003, CCPR/C/78/D/1007/2001).

23 Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 114, párr. 186 (7 de septiembre de 2004).


176

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176 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o

Prisión,24 y los Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura, entre otros.25

B. Variaciones entre los sistemas de derechos humanos

A pesar de las numerosas convergencias, todavía existen diferencias entre los sistemas. Para comenzar, el

artículo 8 prevé el derecho de audiencia “para la sustanciación de cualquier acusación de carácter penal … o para

la determinación de … derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”26 . en

los demás instrumentos muestra un derecho de audiencia más limitado. La Convención Europea se refiere

únicamente a “la determinación de … derechos y obligaciones civiles o de cualquier acusación penal” . obligaciones

en un pleito ”28— frase que, según el CDH, introduce incoherencia y complejidad.29 No obstante, el CDH ha

aceptado una serie de cuestiones como “derechos y obligaciones en un pleito”30 De manera similar, A lo largo de

los años, el Tribunal Europeo ha ampliado significativamente el alcance del derecho de audiencia del artículo 6,

cerrando la brecha entre el enfoque europeo y el de los otros dos sistemas.31

El Convenio Europeo, a diferencia de los otros dos tratados, no establece el derecho del acusado a no ser

obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable.

Además, esta exclusión fue ratificada por los Estados del Consejo de Europa durante la redacción del Séptimo

Protocolo de la Convención, que añadía otros derechos del imputado.32

Sin embargo, a través de sentencias como Saunders v. UK, la Corte Europea afortunadamente ha leído la libertad

de autoincriminación en el Artículo 6.33 Aunque esta libertad no es absoluta, muchas formas de “compulsión

indebida” están prohibidas.34

En algunos aspectos, la Convención Americana no es tan amplia como la Convención Europea y el Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El artículo 8 sólo exige que el proceso penal sea público, mientras que el

24
Acosta Calderón c. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 129, párr. 122 (24 de junio de

2005).

25 Reverón Trujillo v. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 197, párr. 70 (30 de junio de 2009).

26 Convención Americana, art. 8.


27
Convenio Europeo, art. 6(1).
28
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(1).

29 Observación General No. 32, Artículo 14: Derecho a la igualdad ante cortes y tribunales y a un juicio justo, CCPR/

C/GC/32, 23 de agosto de 2007, párr. dieciséis.


30 id.

31 Véase David Harris, Michael O'Boyle y Colin Warbrick, Law of the European Convention

sobre Derechos Humanos 409 (3d ed. 2014).

32 Véase id. en 422.

33 Véase id.

34 id.
177

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Debido Proceso y Protección Judicial 177

Los instrumentos europeos y de la ONU extienden esa obligación a las audiencias sobre otros asuntos.35
Además, el texto de la Convención Americana no garantiza la asistencia jurídica gratuita a los indigentes.
Sin embargo, como se ha señalado, la Corte ha emitido un fallo crítico al respecto. Vélez Loor sostuvo que
siempre que “puedan adoptarse decisiones mediante las cuales un imputado pueda ser deportado, expulsado
o privado de la libertad, es necesaria la prestación del servicio de asistencia letrada pública y gratuita para
evitar la vulneración del derecho al debido proceso”36.
Otra diferencia notable entre los tratados de derechos humanos se refiere al principio ne bis in idem. La
Convención Americana otorga una protección más robusta que sus instrumentos pares al prohibir otro juicio
basado en la misma “causa” o hechos, a diferencia del mismo “delito” o delito (“crimen”). Sin embargo, el
artículo 8 solo se refiere a las personas “absueltas por sentencia firme”. En cambio, el Protocolo 7 del
Convenio Europeo dispone: “Nadie podrá ser juzgado ni castigado nuevamente en un proceso penal…

por un delito por el cual ya ha sido absuelto o condenado de conformidad con la ley y el procedimiento penal
de ese Estado.”37 El texto del ICCPR es similar.38 De esta manera, la Convención Americana pasa por alto
los derechos de quienes pueden ser procesados . o castigados nuevamente por delitos por los que ya han
sido condenados.
Además, el artículo 8 de la Convención Americana no incluye la estipulación del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y la Convención Europea de que la condena o absolución se produzca “bajo la
jurisdicción del mismo Estado” o “de conformidad con la ley y el procedimiento penal de ese Estado”39. Así,
la Convención Americana podría obligar a un Estado Parte a respetar la sentencia condenatoria o absolutoria
definitiva dictada por tribunales de otro Estado soberano. Por el contrario, las disposiciones ne bis in idem de
la Convención Europea y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prohíben la doble incriminación
solo con respecto a delitos juzgados en el mismo Estado.

C Antecedentes

El borrador preliminar de la Comisión Interamericana se basó principalmente en el artículo 6 de la Convención


Europea y el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La Conferencia de San José
amplió algunos aspectos de la propuesta de la Comisión. En el párrafo 1, el derecho a una audiencia se
amplió ampliamente a asuntos “laborales, fiscales o de cualquier otra naturaleza”.40 Además, se elaboraron
con mayor detalle requisitos clave para las audiencias: deben

35
Compara el art. 8.5 de la Convención Americana con el art. 14(1) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el art. 6(1) de la Unión Europea
Convención.

36 Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 218, párr. 146 (23 de noviembre de 2010). Véase también Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión

Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 126 (17 de septiembre de 2003).

37 Protocolo 7 del Convenio Europeo, art. 4(1) (énfasis añadido).

38 Véase Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(7).

39
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14(7); Protocolo 7 del CEDH, art. 4(1).

40
Páginas. 194–95, Minutas de la 6.ª sesión del Comité I, Doc 44 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.
178

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178 Convención Americana sobre Derechos Humanos

“con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido previamente por la ley”41.
El párrafo 2 complementa el párrafo 1 y se refiere específicamente a los procesos penales.42 Aquí,
los delegados fortalecieron el texto de la Comisión al establecer que la asistencia de un traductor o
intérprete debe ser gratuita.43 Sin embargo, no pudieron aceptar exigir asesoría legal gratuita. para los
económicamente desfavorecidos, porque algunos Estados se opusieron a la carga financiera
consiguiente.44 Como resultado, el artículo 8(2)(e) establece “el derecho inalienable a ser asistido por
un abogado proporcionado por el Estado, retribuido o no como abogado interno”. establece la ley, si el
imputado no se defiende personalmente ni contrata abogado propio…”45.

También de gran preocupación, la Conferencia cambió “asesor legal” a “abogado” en esta disposición.
Aunque esto no parezca significativo en inglés, los términos en español revelan mejor las intenciones de
los delegados: eliminaron “attorney” (abogado) y lo reemplazaron con “defender” (defensor), que no es
necesariamente un abogado.46 Afortunadamente, el Posteriormente, la Corte Interamericana enfatizó
que los casos penales y cualquier proceso que pudiera resultar en privación de libertad o deportación
requieren los servicios de un abogado, pagado por el Estado cuando sea necesario, si el acusado no se
representa a sí mismo.47
Finalmente, el contenido de los párrafos 3, 4 y 5 del artículo 8 no se modificó en gran medida con
respecto a la propuesta inicial de la Comisión Interamericana.

II. Artículo 8 (1)


A. Introducción y Significado del “Derecho a una Audiencia”

El artículo 8(1) regula todos los procedimientos, ya se trate de acciones del Estado hacia el individuo o
de asuntos entre particulares.48 La materia posible es muy amplia: penal, civil o “de cualquier otra
naturaleza”. Aunque el artículo en su conjunto se denomina “Derecho a un juicio justo” en inglés y
“Garantías judiciales” en español, la disposición va más allá de los asuntos judiciales, abarcando
procedimientos de “cualquier autoridad pública, ya sea administrativa,

41 id. en págs. 191, 195.


42
Cecilia Medina, La Convención Americana:ÿTeoría y Jurisprudencia 267 (2003).
43
Páginas. 199–200, Minutas de la 6.ª sesión del Comité I, Doc 44 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.

44 id. en 202, 224.

45 Convención Americana, art. 8(2)(e).


46
Páginas. 200–01, Minutas de la 6.ª sesión del Comité I, Doc 44 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.
47
Por ejemplo, Argüelles et al. c. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 288, párr. 175 (20 de noviembre de 2014) (donde se afirma que el acusado debe tener acceso a
un abogado desde el momento en que se ordena una investigación penal); Vélez Loor c. Panamá, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 218, párr. 146 (23 de noviembre de 2010).
48
Ver Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 173(7) (17 de septiembre de 2003)(“El amplio alcance de la preservación del debido
proceso abarca todos los asuntos y todas las personas, sin discriminación alguna”, incluidos los migrantes indocumentados).
179

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Debido Proceso y Protección Judicial 179

legislativo o judicial, que mediante sus decisiones determina derechos y obligaciones individuales”49.

Estas amplias protecciones se han vuelto aún más expansivas a través de las interpretaciones
de la Corte Interamericana, consistentes con su noción de la “naturaleza evolutiva del proceso

judicial.”50 En Claude Reyes et al. v. Chile, los peticionarios solicitaron información al Estado y una
autoridad administrativa denegó la solicitud. La Corte decidió que esta solicitud constituía un
“procedimiento”, por lo que activó las protecciones del artículo 8.1: “las garantías establecidas en el
artículo 8.1 … también son aplicables cuando una autoridad pública adopte decisiones que
determinen tales derechos”. 51 En contraste, los dos jueces en disensión en Claude Reyes
argumentaron que la simple negativa de un funcionario a proporcionar información no equivale a
una determinación de los derechos del peticionario, y por lo tanto no es un asunto regulado por la
disposición.52
El derecho a una audiencia presupone que los Estados han establecido procedimientos
apropiados para los peticionarios. La Corte ha explicado que el Artículo 8(1) no siempre requiere
procedimientos orales, pero tales procedimientos son necesarios en varios contextos, especialmente
en asuntos penales.53 En Barbani Duarte et al. Vs. Uruguay, indicó que el derecho de audiencia
comprende dos elementos: un elemento “formal” o “procesal” que “garantiza el acceso al órgano
competente para determinar el derecho que se reclama”, y un “aspecto material”, por el cual el
Estado debe asegurar que la eventual decisión sea implementada.54
Si la participación en los procesos fuera demasiado costosa, esto constituiría una negación del
aspecto procesal del derecho a una audiencia.55 Asimismo, sectores vulnerables como los migrantes

49 Corte Constitucional Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 71, párr. 71
(31 de enero de 2001). Véase también Claude Reyes et al. c. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, InterAm.
Connecticut. HR (ser. C) No. 151, párr. 118 (19 de septiembre de 2006) (“Las garantías establecidas en esta disposición
deben observarse en los distintos procedimientos en que las entidades estatales adopten decisiones que determinen los
derechos de las personas, pues el Estado también tiene facultades administrativas, colegiadas y unipersonales autoridades
para adoptar decisiones que determinen derechos”).
50
Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión
Consultiva OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 117 (1 de octubre de 1999).
51 Claude Reyes et al. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 151, párr.
119 (19 de septiembre de 2006).
52 Id., Voto Disidente de los Jueces Alirio Abreu Burelli y Cecilia Medina Quiroga, párr. 3 (“La solicitud de acceso a la información
y la denegación de su otorgamiento no es una situación jurídica en la que un órgano estatal legalmente facultado determina
la aplicación del derecho en una situación determinada en la que la norma que consagra el derecho ha sido impugnada o
violada Por el contrario, el hecho de negar el acceso a la información crea la controversia y ello da lugar al derecho de los
afectados a acudir a un órgano que lo decida, que resuelva la controversia, con base en su jurisdicción y competencia.”) .

53 Véase Apitz Barberá et al. (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) c. Venezuela, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 182, párr. 75 (5 de agosto de 2008). Véase
también el siguiente análisis del Artículo 8(5).
54 Barbani Duarte et al. c. Uruguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter. Soy. Connecticut. HR (ser. C) No.
234, para. 122 (Oct. 13,ÿ2011).
55 Véase Cantos c. Argentina, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 97, párr.
55 (28 de noviembre de 2002).
180

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180 Convención Americana sobre Derechos Humanos

y los indígenas tienen otras desventajas que requieren “medidas compensatorias que ayuden a
reducir o eliminar los obstáculos y deficiencias que impiden o disminuyen la defensa efectiva de los
propios intereses”. 56 Sin tales medidas “en varias etapas del proceso, difícilmente podría decir que
quienes se encuentran en desventaja gocen de una verdadera oportunidad de justicia y del beneficio
del debido proceso legal”57. Así, los Estados “deben garantizar que el acceso a la justicia sea
genuino y no meramente formal”58.
En la experiencia interamericana ha habido muchas situaciones de obstrucción activa a la
justicia. Los agentes estatales y sus cómplices no solo han manipulado las pruebas, sino que
también han amenazado, matado u obligado a exiliarse a peticionarios, abogados, investigadores y
jueces que buscan hacer rendir cuentas a los violadores de derechos59 . Como era de esperar, tales
casos conducen a violaciones del artículo 8 , así como el artículo 25 (Derecho a la Protección Judicial) en algunos
instancias.

De la historia de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales de la región surge un


sólido conjunto de garantías para las víctimas y sus familiares. La Corte ha establecido los derechos
de los familiares a que se investiguen y juzguen efectivamente los delitos, a conocer la verdad sobre
lo sucedido y a recibir reparación por los daños sufridos60 . Tales derechos expansivos contrastan
marcadamente con la discrecionalidad procesal y otras limitaciones que se encuentran en la justicia
penal. sistemas de los Estados Unidos y otras naciones.61

En numerosas sentencias, la Corte denomina a esta constelación de garantías para víctimas y


familiares “derecho de acceso a la justicia”, y encuentra su fundamento en los artículos 8 y 25 de la
Convención Americana62 . disposiciones se encuentra en la sección siguiente sobre el Artículo 25.
Para los fines presentes, es suficiente decir que algunos se han opuesto a utilizar el Artículo 8 como
fuente para estas disposiciones.

56
Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión
Consultiva OC-16/99, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 16, párr. 119 (1 de octubre de 1999).
57 id.
58
Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC-18/03, Inter-Am. Connecticut.
H.R. (ser. A) No. 18, para. 126 (Sept. 17,ÿ2003).
59
Por ejemplo, Moiwana Cmty. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párrs. 139–167 (15 de junio de 2005); Mack Chang c. Guatemala, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 101, párrs. 165–218 (25 de noviembre de 2003).
60
Por ejemplo, Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269,
párr. 188 (10 de octubre de 2013); Blake c. Guatemala, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 36, párr. 97
(24 de enero de 1998).
61
Véase, por ejemplo, Allison Marston Danner, Mejora de la legitimidad y responsabilidad de la discrecionalidad procesal en la
Corte Penal Internacional, 97 Am. J. Int'l L. 510, 512–13 (2003) (donde se señala una serie de Estados en los que los fiscales
tienen un amplio grado de discrecionalidad sobre si se deben perseguir los delitos).
62
Por ejemplo, Cruz Sánchez et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones, Costas, Sentencia, Inter-Am.
Connecticut. HR (ser. C) No. 292, párr. 398 (17 de abril de 2015); Landaeta Meijias Brothers et al. c. Venezuela, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 281, párr. 265 (27 de agosto de
2014).
181

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Debido Proceso y Protección Judicial 181

amplios derechos. Se ha argumentado que el artículo 8 establece la manera de determinar los


derechos y obligaciones, sin crear realmente tales derechos.63

B.╇ Significado de “Con Debidas Garantías”

La Corte también ha interpretado en sentido amplio el término “debidas garantías” del artículo 8(1).
Interpretando esta frase indefinida64, el Tribunal ha sostenido:

si bien este artículo no establece garantías mínimas en materia que concierne a la


determinación de los derechos y obligaciones de carácter civil, laboral, fiscal o de cualquier
otra naturaleza, las garantías mínimas establecidas en el párrafo 2 del artículo también deben
aplicarse a esas categorías.65

Así, en los procesos no penales, la persona sigue teniendo derecho al debido proceso “en los
términos reconocidos en materia penal, en la medida en que resulte aplicable al respectivo
procedimiento”66.
Una conclusión tan amplia es ciertamente sorprendente, si no “excesiva” y “errónea”, como
argumenta Cecilia Medina.67 Sin embargo, en su jurisprudencia, la Corte parece requerir una
panoplia completa de garantías del debido proceso penal solo en procedimientos administrativos que
“ implican una manifestación de los poderes punitivos del Estado.”68 Un ejemplo común es el proceso
para deportar o expulsar a un migrante.69

63╛╛ Véase, por ejemplo, Medina, supra nota 42, en 281. Para una opinión contraria, véase Voto Concurrente del Juez Antonio Cançado Trindade,

López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter- Soy. Connecticut. RRHH (ser. C)

No. 141 (1 de febrero de 2006).

64╛╛ Durante los debates en San José, H. Robertson, Director del Departamento Jurídico de la Comisión Europea de Derechos Humanos, advirtió que

la frase “con las debidas garantías” era demasiado “general” y “vaga”, y recomendó que los delegados optaran por la redacción del Pacto Internacional

de Derechos Civiles y Políticos. P. 191, Minutas de la 6ª Sesión del Comité I, Doc 44 (Rev. 1), 16 de noviembre de 1969.

65╛╛ Por ej., Corte Constitucional c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 71, párr. 70 (31 de enero

de 2001); Ivcher Bronstein c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 74, párr. 103 (6 de febrero de 2001).

66╛╛ Ivcher Bronstein c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 74, párr.

103 (6 de febrero de 2001).

67╛╛ Medina, supra nota 42, en 291. En lugar de exigir las “garantías mínimas” del Artículo 8(2) en todos los procedimientos del Artículo 8(1), Medina

argumenta que la Corte debería desarrollar más el Artículo 8.1 concepto de “acusación de carácter penal”. Identificación. Afirma que las garantías

mínimas del artículo 8(2) pueden aplicarse de manera más sensata a ese subconjunto limitado de procedimientos.

68╛╛ Separate Opinion of Judge Sergio García Ramírez, para. 8, Claude Reyes etÿal. v.ÿChile, Merits, Reparations,

y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 151 (19 de septiembre de 2006).

69╛╛ Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

272, párr. 132 (25 de noviembre de 2013) (que exige garantías “sustancialmente iguales” a las establecidas en el artículo 8(2)).
182

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182 Convención Americana sobre Derechos Humanos

Según el Tribunal, estos procesos deben evaluar las circunstancias individuales de


cada persona y estar libres de toda discriminación.70 El migrante tiene derecho a ser
informado de los cargos, en su caso, y de las razones de la expulsión o deportación. 71
El Estado también debe proporcionar información sobre cómo impugnar la deportación,
y sobre cómo recibir representación legal, servicios de traducción e interpretación y
asistencia consular.72 El migrante tiene derecho a apelar una decisión desfavorable, y a
“comparecer o ser representados ante las autoridades competentes para tal fin”73.
La deportación “sólo podrá efectuarse previa decisión motivada, conforme a derecho,
debidamente notificada”74. Finalmente, cuando un migrante informe al Estado que
correría riesgo de sufrir un daño en caso de ser devuelto, las autoridades competentes
deberán hacer una evaluación; si se verifica el peligro, el migrante no puede ser devuelto
a esa nación.75 La Corte ha esbozado protecciones adicionales para los niños migrantes76 y así
buscadores de lum.77

70 id. paraca. 133. Ver también Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinión Consultiva OC

18/03, Interam. Connecticut. HR (ser. A) No. 18, párr. 173 (17 de septiembre de 2003).
71 id.

72 id. Véase también Nadege Dorzema et al. c. República Dominicana, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter

Soy. Connecticut. HR (ser. C) No. 251, párrs. 160–178 (24 de octubre de 2012).

73 Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Am. Ct. HR (ser. C) No. 272, párr. 133 (25 de noviembre de 2013).
74 id.

75 id. pareja. 136.

76 La Corte ha sostenido que las siguientes protecciones del debido proceso “deben regir todo proceso migratorio, ya sea administrativo o

judicial, que involucre a niños: el derecho a ser notificado de la existencia de un proceso y de la decisión adoptada en el marco del proceso

migratorio actas; el derecho a que los trámites migratorios sean conducidos por un funcionario o juez especializado; el derecho a ser oído

ya participar en las distintas etapas procesales; el derecho a ser asistido gratuitamente por un traductor y/o intérprete; acceso efectivo a la

comunicación con funcionarios consulares y asistencia consular; el derecho a ser asistido por un representante legal ya comunicarse

libremente con el representante; la obligación de nombrar tutor en el caso de los menores no acompañados o separados; el derecho a que

la decisión que se adopte tenga en cuenta el interés superior del niño y esté debidamente motivada; el derecho a apelar la decisión ante un

tribunal superior con efecto suspensivo, y un plazo razonable para la duración del proceso”. Derechos y Guar. de Niños en el Contexto de la

Migración y/o en Necesidad de Prot. Internacional, Opinión Consultiva OC-21/14, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 21, párr. 283(5) (19

de agosto de 2014). Ver también Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 272, párrs. 216–229 (25 de noviembre de 2013).

77 La Corte ha sostenido que los Estados tienen las siguientes obligaciones respecto de los solicitantes de asilo, de conformidad con la

Convención Americana y otros instrumentos internacionales: “a) Deben garantizar al solicitante las facilidades necesarias, incluyendo los

servicios de un intérprete competente, así como como, en su caso, acceso a asistencia letrada y representación, para presentar su solicitud

a las autoridades… b) La solicitud debe ser examinada, con objetividad, en el marco del procedimiento correspondiente, por una autoridad

competente y claramente identificada, y requiere una entrevista personal; c) Las decisiones que adopten los órganos competentes deberán

ser debida y expresamente fundadas; d) Para proteger los derechos de los solicitantes que puedan estar en peligro, todas las etapas del

procedimiento de asilo deben respetar la protección de la información personal del solicitante y de la solicitud, y el principio de confidencialidad;

e) Si al solicitante se le niega la condición de refugiado, se le debe proporcionar información sobre cómo interponer un recurso bajo el

sistema vigente y otorgarle un plazo razonable para ello, a fin de que se adopte formalmente la decisión adoptada, y f) El recurso de amparo

la revisión debe tener efectos suspensivos y debe permitir la permanencia del solicitante en el país hasta que la autoridad competente haya

adoptado las medidas requeridas.


183

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Debido Proceso y Protección Judicial 183

Más allá del contexto de inmigración, la Corte parece determinar qué protecciones del debido
proceso son necesarias caso por caso: “las circunstancias de un caso o procedimiento en
particular—su significado, su carácter legal y su contexto en un sistema legal en particular —se
encuentran entre los factores” a considerar78 . En Claude Reyes, las garantías mínimas
exigidas a la autoridad administrativa, que había recibido la solicitud de información, eran emitir
una “resolución escrita debidamente motivada”79 . información sobre las razones y normas en
que [el funcionario] basó su decisión de no divulgar … la información en [el] caso concreto”80.
Al no dar tal respuesta, la Corte determinó que la decisión fue arbitraria y violatoria de Artículo
8(1).
De esta manera, como una “debida garantía” esencial, el Tribunal ha requerido
consistentemente una motivación explícita de “las decisiones adoptadas por los órganos internos
de los Estados que puedan tener un impacto en los derechos humanos”81. La motivación de
una decisión “debe revelar los hechos, fundamentos y normas” que forman su fundamento, “de
modo que pueda excluirse cualquier signo de arbitrariedad”82. Debe quedar claro que las partes
han podido presentar todos sus argumentos y pruebas, y que estos debidamente evaluado.83

C. Significado de “Dentro de un tiempo razonable”

El estándar de “plazo razonable” considera la duración total del proceso, hasta que se dicte
“sentencia final y firme y por ello cese la competencia”84. La Corte ha señalado que
“particularmente en materia penal, dicho que puedan interponerse”85. El plazo comprende
también la ejecución de sentencias civiles por daños y perjuicios que se

decisión." Familia Pacheco Tineo Vs. Bolivia, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

272, párr. 159 (25 de noviembre de 2013).


78
Excepciones al Agotamiento de los Recursos Internos (Arts. 46(1), 46(2)(a) y 46(2)(b) Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión

Consultiva OC-11/90, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. A) No. 11, párr. 28 (10 de agosto de 1990).

79 Claude Reyes et al. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 151, párr.
122 (19 de septiembre de 2006).
80 id.
81
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 275, párr. 224 (27 de noviembre de 2013); YATAMA c. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 127, párr. 125 (23 de junio de 2005).


82
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 275, párr. 224 (27 de noviembre de 2013); Claudio Reyes et al. v. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR

(ser. C) No. 151, párr. 122 (19 de septiembre de 2006).


83
Por ejemplo, J. c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 275, párr. 224 (27 de noviembre de 2013); López Mendoza. c. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser.

C) No. 233, párr. 141 (1 de septiembre de 2011).


84
Por ejemplo, Tarazona Arrieta et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

286, párr. 98 (15 de octubre de 2014); Suárez Rosero c. Ecuador, Fondo, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 35, párr. 71 (12 de noviembre de 1997).

85 Suárez Rosero v.ÿEcuador, Merits, Judgment, Inter-Am. Ct. H.R. (ser. C) No. 35, para. 71 (Nov. 12,ÿ1997).
184

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184 Convención Americana sobre Derechos Humanos

supeditado a un proceso penal.86 Con respecto a los procesos penales, el reloj se inicia “cuando se
produce el primer acto procesal” contra un sospechoso.87
Antes de López Álvarez vs. Honduras, el período comenzaba ya sea en el momento del arresto o
detención, o, en su defecto, cuando “la autoridad judicial toma conocimiento del caso”88. Pero López
Álvarez reconoció que muchas más acciones del Estado pueden vulnerar los derechos de una persona
sospechosa de un delito, lo que lleva a una “ampliación sustancial” del plazo.89 Como resultado, cualquier
acción inicial del fiscal u otras autoridades que restrinja los derechos del sospechoso puede considerarse
como la “primera acto procesal.”90
En cambio, cuando la Corte está evaluando la debida diligencia de un Estado en la investigación de
delitos, comienza a contar el tiempo desde el momento en que ocurrieron los delitos.91 En los
procedimientos administrativos, el cómputo comienza con la presentación de una demanda o,
nuevamente, el “primer acto dural.”92

Desde Genie Lacayo c. Nicaragua, la Corte ha considerado tres elementos, tomados de la


jurisprudencia europea, para determinar si la duración es razonable: (1) la complejidad del asunto, (2) la
conducta de las autoridades judiciales, y (3) la actividad procesal del interesado.93 Valle Jaramillo et al.
v. Colombia introdujo un cuarto elemento: el “efecto sobre la persona involucrada en el procedimiento”94.
Estos cuatro criterios se han aplicado tanto a procedimientos penales como administrativos, y han llevado
a la Corte a encontrar muchas violaciones del artículo 8 a lo largo de los años. .

El Tribunal ha reconocido una serie de situaciones que contienen “complejidad”: enjuiciamiento de


grupos armados (como insurgentes o paramilitares), soldados o policías;95

86 Tarazona Arrieta et al. v. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 286, párr. 98 (15 de octubre de 2014); Furlan y Familia Vs. Argentina, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 246, párr. 151 (31 de agosto de 2012).
87
López Álvarez c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 141, párr. 129 (1 de febrero de 2006).

88
Por ejemplo, Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 114, párr. 168 (7

de septiembre de 2004); Suárez Rosero c. Ecuador, Fondo, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 35, párr. 70 (12 de noviembre de 1997).

89
Voto Razonado del Juez Sergio García Ramírez, párr. 43, López Álvarez vs. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Corte I.D.M. Connecticut.

HR (ser. C) No. 141 (1 de febrero de 2006).


90 id.

91
Por ejemplo, González et al. (“Campo Algodonero”) c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 205, párrs. 290, 294 (16 de noviembre de 2009); Anzualdo Castro c. Perú, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 202, párr.

131 (22 de septiembre de 2009).

92 Tibi v. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser.

C) núm. 114, párr. 168 (7 de septiembre de 2004).

93 Genie Lacayo c. Nicaragua, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. DH (ser. C) No. 30,

por. 77 (29 de enero de 1997).

94 Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No.

192, párr. 155 (27 de noviembre de 2008).


95
Por ejemplo, id. paraca. 156; Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 124, párr. 162 (15 de junio de 2005).


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Debido Proceso y Protección Judicial 185

investigar múltiples crímenes y/o perpetradores;96 no localizar a los sospechosos, testigos y otras
pruebas;97 restaurar extensos territorios indígenas;98 navegar por varias jurisdicciones y
recursos;99 e investigar crímenes del pasado remoto,100 entre otros. Aún así, cuando se comparan
con las otras circunstancias, estas situaciones rara vez persuaden a la Corte a concluir que la
demora del Estado fue razonable.101
El Tribunal a menudo señala la conducta de los jueces y otras autoridades como la principal
explicación de la duración irrazonable de los procedimientos. En la Masacre de Las Dos Erres vs.
Guatemala, lamentó el “patrón de demora judicial en Guatemala en las investigaciones de graves
violaciones de derechos humanos”102. La Corte citó media docena de casos ante ella que
demostraron “la falta de voluntad e interés” de funcionarios del Estado para juzgar estos graves
delitos, lo que ha llevado a la paralización de los procesos y al aumento de la impunidad en Guatemala.103
El Tribunal también se ha ocupado de procedimientos administrativos mal gestionados. Una
trilogía de casos contra Paraguay buscó la restitución de tierras ancestrales.104 Se produjeron
demoras en todo momento; los procedimientos de recuperación habían tomado 11 años en el caso
más corto. Al encontrar violaciones al artículo 8 en la última sentencia, Comunidad Indígena
Xákmok Kásek, el Tribunal reprendió a Paraguay por su “pasividad, inactividad, poca diligencia y
falta de capacidad de respuesta”105.

96
Por ejemplo, Masacre de Rochela Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 163, párr. 158 (11 de mayo de 2007); Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párr. 162 (15 de junio de 2005).
97
Por ejemplo, Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. RRHH (ser. C)

núm. 192, párr. 156 (27 de noviembre de 2008); Ciudad de Moiwana. v. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,

Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 124, párr. 162 (15 de junio de 2005).
98
Ej. Cmty Indígena Xákmok Kásek. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 214, párr. 134 (24 de agosto de 2010); Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,

Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 125, párr. 87 (17 de junio de 2005).


99
Por ejemplo, Luna López c. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 269, párr. 190 (10

de octubre de 2013); La Cantuta c. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut.

HR (ser. C) No. 162, párrs. 159–160 (29 de noviembre de 2006).


100
Por ejemplo, Radilla Pacheco c. México, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 209, párr. 245 (23 de noviembre de 2009); Heliodoro Portugal c. Panamá, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 186, párr. 150 (12 de agosto de 2008).
101
Véase, por ejemplo, Valle Jaramillo et al. c. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 192,

párr. 159 (27 de noviembre de 2008); Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am.

Connecticut. HR (ser. C) No. 125, párr. 98 (17 de junio de 2005).

102 Masacre de “Las Dos Erres” Vs. Guatemala, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia,
Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 211, párr. 134 (24 de noviembre de 2009).

103 id. pareja. 135.

104 Cmty Indígena Xákmok Kásek. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 214, párr. 137 (24 de agosto de 2010);

Comunidad Indígena Sawhoyamaxa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 146, párr. 97 (29 de marzo de

2006); Cmty Indígena Yakye Axa. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HR (ser. C) No. 125, párr. 98 (17 de junio de 2005).

105 Xákmok Kásek Cmty Indígena. v. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia, Inter-Am. Connecticut. HORA
(ser. C) No. 214, párr. 134 (24 de agosto de 2010).

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