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TELÓN DE FONDO

El S. XV, el llamado Otoño de la Edad Media, es una época en que desaparecen unas formas de
vida y nacen otras. En 1453 los turcos invaden Constantinopla, ciudad que había seguido la
tradición cultural grecolatina. Los sabios, que huyen, se refugian en distintos lugares de Europa
que se benefician con su cultura; se inicia, con ellos, el Renacimiento. En España, los reinos de
Castilla y Aragón siguieron sus luchas internas. El reinado de Enrique IV es de ruina y de miseria
para el pueblo. La unión de Castilla y Aragón con el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II
de Aragón (1479-1516) inicia una etapa de estabilidad. Destacan dos hechos: el final de la
Reconquista con la toma de Granada y el descubrimiento de América, ambos en 1492. Habría que
añadir la expulsión de los judíos y la edición de la primera gramática española, la de Nebrija.
En cuanto a la sociedad, los nobles viven una época de pujanza (los castillos se transforman y en
ellos se celebran torneos, hay danzas, música.... El marqués de Santillana y Jorge Manrique son
dos representantes de este periodo, al lado de don Álvaro de Luna, por supuesto). El pueblo
empieza a intervenir en la vida pública (los campesinos se rebelaron contra los nobles, el pueblo
también inicia –apoyado por la Iglesia- las persecuciones contra los judíos, que darán lugar a la
Inquisición).

EL ROMANCERO
Mientras la poesía culta continuaba las corrientes del periodo anterior (poesía cortesana,
doctrinal, alegórica...) empiezan a ponerse de moda los romances y villancicos que se habían
despreciado por ser poesía menor. Músicos, poetas, aristócratas y humanistas empiezan a
interesarse por la poesía tradicional que hasta entonces se había conservado por transmisión oral
anónima o en los cantos y bailes del pueblo. En España, este fenómeno se dará en dos campos:
poesía narrativa con el romance y la canción lírica.
DEFINICIÓN Y ORÍGENES
.El término romance tiene dos significados: el poema propiamente dicho la lengua románica inicial
(el romance castellano, por ejemplo.
.El término “romancero” designa todo el conjunto de los romances.
.Sobre su origen se han sostenido dos tesis fundamentales:
-la teoría aceptada hoy es la de Milá y Fontanals, Menéndez y Pelayo y Menéndez Pidal,
según la cual los romances proceden de los antiguos cantares de gesta medievales. Según
Menéndez Pidal, el romance se inicia en la segunda mitad del S. XIII y tiene su época de actividad
desde la segunda mitad del XIV, aunque como género literario se define en la época de los Reyes
Católicos (S. XV). En este momento el término romance adquiere su significado actual.
Los juglares popularizaron los fragmentos de los antiguos cantares épicos que más
interesarían al pueblo. Esos fragmentos se convirtieron en lo que llamamos romances viejos o
tradicionales que se distinguen de los romances nuevos o artísticos que fueron compuestos por
poetas cultos a partir del S. XVI.
Los fragmentos que el pueblo aprendía y popularizaba eran sometidos a una continua
transformación (los romances pueden ofrecer distintas versiones).

1.2. MÉTRICA.
Un romance es un poema de extensión libre formado por versos de 8 sílabas que mantienen una
misma rima asonante en los pares y que carece de rima en los impares. En su origen debía ser el
verso asonantado de 16 sílabas, dividido en dos hemistiquios. Es una composición de carácter
épico o épico-lírico, compuesta para ser cantada al son de un instrumento o recitada con el
acompañamiento de éste.
.Posee libre extensión. Llamamos “tirada” a la serie indeterminada de versos sin división en
estrofas característica de los romances.
.Es poesía de transmisión oral y presenta variantes. En este proceso de transmisión oral se
acortaron los romances más largos para destacar lo esencial de la historia. A esta característica se
le llama “fragmentarismo” (El Romance del Conde Arnaldos, por ejemplo).
.El romance se compone de versos octosílabos, tipo de verso que se adapta muy bien al tono del
habla del castellano.
.Los músicos cortesanos del . XV añadían un estribillo al romance cada cierto número de versos
para adaptarlo a la melodía musical.
.Tenemos dos formas especiales de romance:
-romancillo: 4, 6 o 7 sílabas (si es de 7 se llama romance endecha)
-romance heroico: versos de 11 sílabas, rima asonante en los pares y extensión libre.
IMPORTANCIA Y DIFUSIÓN
-La transmisión reelaborada del romance continuó durante varias generaciones. Con la invención
de la imprenta los romances se difundieron. A partir del S. VI comenzaron a editarse en
colecciones. Al principio se publicaron en hojas sueltas dobladas, que tuvieron mucho éxito (son
los pliegues de cordel o de caña poco conservados).
-Zaragoza, Sevilla y Burgos, entre otras, publicaron romances. En el S. V fueron recogidos en el
Cancionero General de Hernando del Castillo. El impulso más importante se debe al Cancionero de
romances, del editor de Amberes, Martín Nucio (entre 1547 y 1549).
-Avanzado el S. XVI siguieron reimprimiéndose pliegos sueltos de romances, mezclándose cada vez
más los romances viejos con los de nueva creación (el Romanero Nuevo). Con Cervantes, Góngora
o Lope de Vega se acentuó el éxito editorial de los romances nuevos con los que se inicia una
nueva etapa de la historia de este género que no perdió popularidad y difusión.
-Tras el gran florecimiento de los S. XVI y XVI, el interés por el romance decae hasta el
Romanticismo, aunque el S. XVIII también lo cultivó (Meléndez Valdés, Nicolás F. De Moratín).
-Desde el extranjero se prestó atención a nuestro romancero, tanta que ha favorecido su
permanencia. Podemos hablar de Inglaterra, allí el helenista escocés Thomas Blackwell destacó los
romances moriscos españoles. También los apreciaron Walter Scott y lord Byron. En Alemania
Goethe y J. Grimm escribieron elogios sobre el romancero. Y en Francia lo hizo Víctor Hugo.

Juglares del siglo XX.


El rescate que intelectuales y dramaturgos europeos y americanos del siglo XX hicieron del teatro
popular, llevó a la recuperación de prácticas y recursos escénicos ancestrales, y la búsqueda de
públicos marginales (y marginados) en entornos ajenos a los circuitos teatrales. Los nuevos
juglares, auténticos reyes del teatro de calle, pusieron de nuevo en juego un teatro no literario,
satírico-político muy a menudo, y siempre divertido y popular. Los Tabarin y Montdor que
montaban sus "fantasías tabarínicas" entre 1619 y 1625, se habían reencarnado en los  Dario Fo y
los Enrique Buenaventura de la segunda mitad del siglo XX.

Juglaresca hispano-americana
El peculiar marco socio-político en buena parte de Iberoamérica generó, ya en pleno siglo XX,
diversos modelos que podrían considerarse continuadores o reflejo de la juglaresca medieval
europea y el folk-singer de América del Norte. Modernos trovadores (así conocidos en varios
países del Nuevo Mundo) y troveros, con el título de payadores en el Cono Sur, pueden ser
considerados, en diferentes niveles de compromiso y personalidad: Atahualpa Yupanqui, Victor
Jara, Pablo Milanés, Jacinto Palacios o Jorge Cafrune, por citar tan sólo a los más conocidos en el
plano internacional.10 También pueden ser considerada dentro de la juglaría de instrumentos a la
agrupación callejera chilena, integrada por un organillero y dos chinchineros o percusionistas
bailarines. Esta tradicional tripleta es, por lo demás, extensión de la tradición organillera alemana,
desaparecida ya en la primera mitad del siglo XX.

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