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Unidad 5 Derecho Agrario I

Funciones del Abogado del Estado ante la Jurisdicción Inmobiliaria

Definición del Abogado del Estado.

Es el funcionario público que representa al Estado y a la sociedad en todos los


procedimientos que se realicen por ante el Tribunal de Tierras, y que conforman a la
Ley 108-05 se requiera su presencia y dictamen. La Ley No. 108-05, de Registro
Inmobiliario dedica los Art 11 y 12 al Abogado del Estado. Estos textos legales fueron
modificados por el Art. 2 de la Ley No 51-07, del 23 de abril del año 2007.

Este funcionario actúa en todos aquellos casos en donde los intereses del Estado o la
sociedad lo requieran o que se trate de un procedimiento de orden público y de interés
social. Actúa como abogado cuando representa los intereses del Estado, ya sea como
propietario original o como garante del Certificado del Estado. Y se convierte en Fiscal
cuando representa a la sociedad en procedimiento de orden público, que regularmente
consiste en una impugnación a un saneamiento catastral, un recurso de revisión por
causa de fraude o un proceso en materia penal.

En cada departamento del Tribunal Superior de Tierras habrá un abogado del Estado. De
acuerdo a la Ley de la materia existen cinco Departamento del Tribunal de Superior de
Tierras, pero en la práctica actual no están funcionando todos.

Características de los Abogados del Estado


Los Abogados del Estado, desde su nombramiento y toma de posesión en el destino,
quedan habilitados para el ejercicio de todas las funciones y para el desempeño de todos
los servicios propios de su cargo.
Los puestos de trabajo de las Abogacías del Estado que tengan encomendado el
desempeño de las funciones anteriormente descritas, se adscribirán, con carácter
exclusivo, a los funcionarios del Cuerpo de Abogados del Estado, en el que se ingresará
mediante oposición libre entre los que ostenten la Licenciatura o Grado en Derecho.

Requisitos Exigida para ser Abogado del Estado.

Las condiciones para ser Abogado del Estado son las misma que se requieren para ser
Ministerio Público por ante la Corte de Apelación en la Jurisdicción Ordinaria. Así lo
establece el Art. 11.1 de la Ley de Registro Inmobiliario. Conforme a las disposiciones
de los Art. 157 y 188 de la Constitución, que son recogidos por el Estatuto del
Ministerio Público son los siguientes, a saber:

1.- Ser dominicano o dominicana.

2.- Hallarse en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos.

3.- Ser licenciado o doctor en derecho.


4.- Pertenecer a la carrera judicial y haberse desempeñado como juez de Primera
Instancia durante el tiempo que determina la ley. El Abogado del Estado titular se hará
representar, cuando lo considere necesario, por sus Abogados del Estado Adjunto. Estos
deberán con las condiciones establecidas anteriormente, porque son las mimas que se
requieren para el titular.

El Abogado del Estado y Fiscal ante la Jurisdicción Inmobiliaria es designado por


medio de decreto del Poder Judicial.

El Abogado del Estado es parte del Ministerio Público, y se debe a la Constitución, a la


Ley de Registro Inmobiliario y al estatuto que rige ese ministerio, el cual no forma parte
de la Jurisdicción Inmobiliaria.

Importancia del Abogado del Estado.

Este funcionario del Ministerio Público aparece en la Jurisdicción Inmobiliario en vista


de que el Sistema Torrens parte del principio de que el Estado es el propietario
originario del todas la tierras que conforman el territorio nacional. Es por ello que cada
persona que se crea con los derechos adquiridos sobre los terrenos no registrados, tiene
que aniquilar la presunción de que el Estado sigue siendo el dueño de estos terrenos. Y
para representar al Estado en todo el proceso de saneamiento surge el Abogado del
Estado.

Este funcionario vigilará que los procedimientos de gran interés social que conforman
el saneamiento sean cumplidos como establece la ley, y que los derechos inmobiliarios
se atribuyan a quienes corresponden. Basta con que los reclamantes en un proceso de
saneamiento hayan podido probar los justo títulos a la prescripción correspondiente en
que se basan sus reclamaciones para que el Abogado del Estado no se opongan a las
adjudicaciones de terrenos. Pero si existe alguna porción de terrenos en una parcela
sometida al proceso de saneamiento que no es reclamado por ninguna persona, entonces
el Abogado del Estado solicitará que se le adjudique al Estado.

En caso de que ese funcionario no esté presente en la audiencia que para tales fines
celebre el tribunal de tierras, o simplemente no solicite la adjudicación por
inobservancia, el tribunal hará la adjudicación al Estado Dominicano, por propia
iniciativa, es decir, de oficio, y por mandato de la Ley, también puede hacerlo a favor de
cualquier persona que a juicio del Tribunal tenga derechos adquiridos conforme a la
Ley. Con eso el juez hace valer su papel activo en el saneamiento, que no se limita sólo
a buscar las personas o indicios que le permitan formar su convicción, sino a tomar
todos los medios que considere necesario para el proceso.

La oficina del Abogado del Estado y Fiscal ante la Jurisdicción Inmobiliaria cumple
una función muy importante , ya que a través de ella se representa al Estado en el
proceso de saneamiento catastral, que busca cumplir con el objeto de la Ley de Registro
Inmobiliario: sanear, adjudicar e individualizar todos los derechos inmobiliarios.
Doble Función del Abogado del Estado.

El Abogado del Estado cumple dos funciones ante la Jurisdicción Inmobiliario, a saber:

Función de Abogado del Estado.- En esta función representa al Estado de forma


exclusiva en todos los procesos que se llevan a cabo ante el Tribunal de Tierras en que
el Estado tenga, aparente o pudiera tener algún interés. El Abogado del Estado se
convierte, si es menester, en un verdadero litigante judicial para salvaguardar los
intereses inmobiliarios del Estado. Pero regularmente sólo vigila que los derechos sobre
los inmuebles sean legalmente adjudicados a quienes verdaderamente pertenezcan.

Función de Fiscal o Ministerio Público.

El Abogado del Estado es también Fiscal o Ministerio Público ante el Tribunal de


Tierras cuando representa a la sociedad en los procedimientos penales o represivos que
se ventilan ante la Jurisdicción Inmobiliaria. Toda violación a la Ley 108-05, de
Registro Inmobiliario que conlleve sanciones penales, requerirá que se lleve el
procedimiento que determinará con la sentencia condenatoria. Toda audiencia penal en
la Jurisdicción Inmobiliaria debe tiene que celebrarse con la presencia del Abogado del
Estado, porque de no ser así, el tribunal no estará legal ni regularmente constituido.
Además, el expediente penal regularmente se canaliza por ante la oficina del Abogado
del Estado.

Los delitos que dan lugar a expedientes penales ante la Jurisdicción Inmobiliaria están
contemplados en los artículos 113 y 114 de la referida Ley de Registro Inmobiliario, los
cuales son los siguientes: 1) el delito de audiencia; 2) el perjurio; 3) la obstaculización
de los trabajos de mensura; 4) la obstaculización de medidas de publicidad y todas las
demás que están establecidas en el derecho común.
También el Abogado del Estado, en su rol o función de Fiscal o Ministerio Público,
cumplirá la misión de brazo ejecutor del Tribunal de Tierras. En efecto, a él le
corresponde ejecutar todas las sentencias que requieran su concurso, debido a que sea
necesaria la fuerza pública y la coacción, que se dicten en la Jurisdicción Inmobiliaria.
Esta obligación está estipulada en el artículo 10.3 de la ley antes mencionada.
Para sustanciar o instruir correctamente los procesos, el Abogado del Estado tendrá que
solicitar todos los mandamientos de conducencia, arresto o prisión que sean procedentes
de acuerdo con la ley de la materia. Este funcionario también deberá dictaminar sobre el
expediente penal. Sin dicho dictamen el tribunal de tierras no puede fallar su sentencia.
Asimismo, el Abogado del Estado tiene una participación activa en el procedimiento de
desalojo de lugares. Esta última función la contemplamos en el recurso de aprendizajes
número dos.

El Abogado del Estado como guardián del Certificado de Título.


El Abogado del Estado está en la obligación, de acuerdo a la Ley de Registro
Inmobiliario, de asistir al Estado en la obligación que éste tiene de garantizar el respeto
y la fuerza ejecutoria del Certificado de Título. En consecuencia, cualquier violación,
desconocimiento, alteración o falsificación de un Certificado de Título deberá ser
perseguido por el Abogado del Estado, y sometido a la acción de la justicia de la
Jurisdicción Inmobiliaria, para que se le aplica al sujeto infractor las sanciones penales
correspondientes. Esto es así, en virtud de que el Certificado de Título es expedido por
el Estado a través del Registrador de Títulos correspondiente, como consecuencia de la
sentencia que ordena su expedición. En ese sentido las sentencias del tribunal de tierras
dictadas a favor de la persona que tenga derecho al registro del terreno o parte del
mismo, sanearán el título relativo a dichos terrenos. Serán oponibles a toda persona,
incluyendo al propio Estado.
Procedimiento en desalojo por ante el Abogado del Estado.

El procedimiento es el que a continuación se explica: el propietario se proveerá de una


autorización emitida por el Abogado del Estado que será notificada al intruso u
ocupante ilegal por un acto de alguacil, notificado por un alguacil de la Jurisdicción
Inmobiliaria, intimándola para que en un plazo de 15 días a partir de la fecha de la
notificación, a los fines de que abandone voluntariamente el inmueble. En dicho acto se
hará mención de bajo qué título, quién es el titular. Es preferible que conjuntamente con
el acto de alguacil se le anexe copia del certificado de título duplicado del dueño, o
copia de la constancia anotada. Vencido este plazo, el Abogado del Estado mediante
oficio que será notificado mediante acto de alguacil concederá un último plazo de 15
días para que abandone el inmueble o deposite sus alegatos por ante dicha institución.
Es importante destacar que en la antigua Ley 1542 sólo le correspondía al Abogado del
Estado por ante el Tribunal de Tierras conocer de la solicitud de desalojo contra un
ocupante ilegal o intruso, y que los Tribunales de Tierras, por vía principal no conocían
de esta demanda, sino de forma accesoria a una litis sobre derechos registrado.

En ese sentido la Suprema Corte de Justicia ha establecido que “las disposiciones del
artículo 258 de la Ley de Registro de Tierras que se refieren al desalojo de terrenos
saneados, no dejan dudas de que para realizar este procedimiento es indispensable que
al Abogado del Estado, a quien corresponde ejecutarlo, se le provea del certificado de
título del terreno objeto del procedimiento en desalojo”1.

Una vez vencido el plazo de los 15 días, es una costumbre del Abogado del Estado citar
a las partes a los fines de que comparezcan, ya sea personalmente o mediante
representación de abogados; se examinan los documentos presentados por las partes y se
procede a determinar si la persona contra la cual se persigue el desalojo es intrusa pura y
simplemente, o si está en posesión de ese inmueble en virtud de algún derecho adquirido
o que ha sido otorgado por el persiguiente, u otro copropietario. En el caso que
comprueba que la persona es un ocupante ilegal o intruso, el Abogado del Estado
ordenará el desalojo, que deberá ser realizado por acto de alguacil mediante proceso

1 Cas. 14 de noviembre de 1984, B. J. 886, pág. 2381.


verbal de desalojo en un plazo no mayor de 30 días, según el párrafo II del artículo 48
de la Ley de Registro Inmobiliario.

La solicitud de desalojo contra un copropietario de un inmueble.


Los copropietarios son las personas titulares de un inmueble o de algún bien real
inmobiliario, el cual se encuentra registrado en comunidad, es decir, a nombre de dos o
más personas. El propietario de la constancia anotada en el certificado de título que
quiere hacer valer por ante el Abogado del Estado del departamento correspondiente, en
sus atribuciones de guardián del certificado de título. Éste al examinar los documentos y
comprobar que el inmueble que está siendo ocupado por el presunto intruso está en
copropiedad, no puede otorgar la fuerza pública hasta que se realice el deslinde
correspondiente de la porción de que alega ser propietario.

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