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revolución industrial
En un ensayo sobre la cuarta revolución industrial, Klaus Schwab escribe que las
innovaciones tecnológicas en curso “van a cambiar no solo lo que hacemos, si no también lo que
somos”, y que “la lista es interminable, ya que solo está limitada por nuestra imaginación”.
Sus ejemplos van desde aquellas que son muy pocas comprendidas (inteligencia artificial y
biotecnología) a las que ahora están presentes en todos lados (smartphones). Fundamentalmente,
sin embargo, en opinión del profesor Schwab, “la conexión constante nos puede privar de uno de
los activos más importantes de la vida: el
tiempo para hacer una pausa, reflexión y
participar en una conversación significativa”. Es
una observación refrescante --una no
generalmente captada por los entusiastas de la
tecnología de auto-profeso-- y es un tema que
vale la pena examinar, ya que la comunicación
se vuelve cada vez más instantánea. A pesar de
que la tecnología ofrece al mundo muchas
oportunidades, los Millennials deben navegar
por un mundo donde lo rápido y superficial
sustituye la consideración y la profundidad.
Sin embargo, como Millennial preocupado, creo que hay que examinar críticamente lo que
estamos perdiendo a través de la instantaneidad y medios para conexión constante y auto-
difusión. Tanto en los negocios y el trabajo voluntario en los últimos años, me he dado cuenta de
varias tendencias inquietantes, que se basan en las compartidas por el profesor Schwab en su
ensayo. En la descripción de estas presiones y riesgos, enumero cuatro cualidades que siento que
los Millennials deben reflexionar a fin de vivir bien en nuestro mundo de ritmo rápido.
Nuestro mundo hiperconectado crea desafíos en torno a pensar por nosotros mismos, en espacios
de aislamiento temporal de la gente que nos rodea. Una de las más importantes --y desafiantes—
preguntas que haces en la vida es “¿Qué pienso de esto?” Vivimos en un mundo donde es más
fácil que nunca reconstruir argumentos basados e búsquedas rápidas de Google, y a través de
opiniones recogidas en las redes sociales. Sin embargo, para examinar críticamente algo por si
mismo requiere tiempo alejado de los demás. En un mundo conectado socialmente, debemos
dedicar un esfuerzo especial para distanciarnos de nuestros colegas, al menos temporalmente, de
modo que podamos desarrollar perspectivas que son verdaderamente nuestras. Esta autonomía
social es un desafío cuando la hiperconexion nos permite conectar con los amigos y los usuarios
que sienten que nos pueden dar consejos que valen la pena.
Toma de decisiones
Por último, nos enfrentamos ahora a una crisis de privacidad; es decir, decidir que es lo que
debemos compartir en línea, y lo más importante, no compartir en línea, con los demás. Las
plataformas sociales en línea facilitan el intercambio abierto de información; sin embargo, algunos
detalles -como los pensamientos internos, las relaciones, éxitos y fracasos- a veces se mantienen
mejor dentro de uno mismo. Creyendo que deben crear “marcas personales”, los Millennials a
menudo presentan sus ideas y experiencias de vida sin haberlas definido totalmente. Esto impide
a uno dar sentido a un problema, y conduce más bien a la inseguridad en uno mismo, y a la
sensación de que uno debe esforzarse por hacer más. Cuando los Millennials se encuentran en un
intercambio a través de una plataforma social en línea, deben preguntarse: “¿Por qué estoy
haciendo esto?” y “¿Qué beneficios puedo lograr a través de esta actividad?”
Tomado de https://goo.gl/ZjHLTx