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Cuatro aspectos que los Millennials necesitan para navegar en la cuarta

revolución industrial
En un ensayo sobre la cuarta revolución industrial, Klaus Schwab escribe que las
innovaciones tecnológicas en curso “van a cambiar no solo lo que hacemos, si no también lo que
somos”, y que “la lista es interminable, ya que solo está limitada por nuestra imaginación”.

Sus ejemplos van desde aquellas que son muy pocas comprendidas (inteligencia artificial y
biotecnología) a las que ahora están presentes en todos lados (smartphones). Fundamentalmente,
sin embargo, en opinión del profesor Schwab, “la conexión constante nos puede privar de uno de
los activos más importantes de la vida: el
tiempo para hacer una pausa, reflexión y
participar en una conversación significativa”. Es
una observación refrescante --una no
generalmente captada por los entusiastas de la
tecnología de auto-profeso-- y es un tema que
vale la pena examinar, ya que la comunicación
se vuelve cada vez más instantánea. A pesar de
que la tecnología ofrece al mundo muchas
oportunidades, los Millennials deben navegar
por un mundo donde lo rápido y superficial
sustituye la consideración y la profundidad.

Ahora vivimos en un mundo en donde es prácticamente imposible desconectarse. Al viajar en los


trenes, por ejemplo, a menudo es difícil encontrar personas simplemente mirando fuera de una
ventana, observando los lugares por los que pasad, en lugar de estar revisando sus canales de
noticias, correos electrónicos. Ya sea en el metro de Londres, en un tren que pasa por el campo
británico en el camino a Edimburgo o en un viaje en autobús de tres horas de una ciudad
canadiense a otra –mi estado actual al momento de escribir esto—es más común encontrar
personas en sus teléfonos que encontrarlas sin ellos. Es un reto al que se enfrenta toda la
sociedad, aunque ciertamente es alta con los Millennials, en quienes la tecnología ha estado
durante gran parte de su crecimiento.

En el libro de Sara Maitland, How


to be alone (Cómo estar solo), ella
describe que la sociedad ahora
tiene “un grave problema social y
psicológico en torno a la
soledad”. Cuando se presenta la
oportunidad de no hacer nada,
muchos de nosotros sentimos que
tenemos que llenar el espacio
vacío –responder los mensajes de
texto, revisar el perfil de las redes sociales de un amigo, navegar por noticias locales y las
innumerables oportunidades a nuestro alcance. Del mismo modo, nos sentimos obligados a
responder a mensajes de correo electrónico en cuestión de horas, y los mensajes de texto en
cuestión de minutos--. Esta nueva realidad ha ayudado a volver a dibujar los limites empresariales,
ya que ahora se puede hacer negocios donde quiera que nos encontremos en el mundo, una
conversación con un colega del otro lado del Atlántico está a solo una llamada de Skype de
distancia. Pero espacios vacíos de tiempo están igualmente marcados con la culpa –al saber que
no estamos tomando ventaja de la información que el mundo ofrece.

Sin embargo, como Millennial preocupado, creo que hay que examinar críticamente lo que
estamos perdiendo a través de la instantaneidad y medios para conexión constante y auto-
difusión. Tanto en los negocios y el trabajo voluntario en los últimos años, me he dado cuenta de
varias tendencias inquietantes, que se basan en las compartidas por el profesor Schwab en su
ensayo. En la descripción de estas presiones y riesgos, enumero cuatro cualidades que siento que
los Millennials deben reflexionar a fin de vivir bien en nuestro mundo de ritmo rápido.

El desarrollo de la autonomía social

Nuestro mundo hiperconectado crea desafíos en torno a pensar por nosotros mismos, en espacios
de aislamiento temporal de la gente que nos rodea. Una de las más importantes --y desafiantes—
preguntas que haces en la vida es “¿Qué pienso de esto?” Vivimos en un mundo donde es más
fácil que nunca reconstruir argumentos basados e búsquedas rápidas de Google, y a través de
opiniones recogidas en las redes sociales. Sin embargo, para examinar críticamente algo por si
mismo requiere tiempo alejado de los demás. En un mundo conectado socialmente, debemos
dedicar un esfuerzo especial para distanciarnos de nuestros colegas, al menos temporalmente, de
modo que podamos desarrollar perspectivas que son verdaderamente nuestras. Esta autonomía
social es un desafío cuando la hiperconexion nos permite conectar con los amigos y los usuarios
que sienten que nos pueden dar consejos que valen la pena.

Toma de decisiones

En un segundo lugar, la demanda de instantaneidad nos impide tomar decisiones importantes. Un


consejo común en el mundo empresarial es alternar entre decisiones rápidas y pequeñas fallas. Sin
embargo, muchas veces es mejor tomar una decisión, diciendo a los demás “Regresaré a esto en
breve”, que dar una respuesta, ya que los demás esperan una rápida comunicación. Hacer esto en
respuesta a los mensajes en Facebook o Twitter puede ser un desafío, pero permite la
consideración genuina antes de tomar una decisión.

Enfocarse en la profundidad del estudio

Nuestro mundo de hiperenlace también conduce al agotamiento psicológico, transmitido a partir


del compromiso constante y sin embargo superficial con la información. En un mundo que
favorece el hacer, es común llegar a casa del trabajo después de haber hecho mucho y sin
embargo haber logrado muy poco. Esto es precisamente porque el trabajo significativo requiere la
inmersión en una actividad, a menudo durante horas, sin interrupción de las demandas de los
demás. El compromiso superficial, como lo entiendo, conduce a un cansancio sin recompensa -un
cansancio causado por consumir información, que los teléfonos inteligentes favorecen-. Es más
difícil llegar al conocimiento, precisamente porque se requiere un compromiso sostenido sobre un
tema, con poca interrupción.
Reflexionar sobre lo que debería ser privado

Por último, nos enfrentamos ahora a una crisis de privacidad; es decir, decidir que es lo que
debemos compartir en línea, y lo más importante, no compartir en línea, con los demás. Las
plataformas sociales en línea facilitan el intercambio abierto de información; sin embargo, algunos
detalles -como los pensamientos internos, las relaciones, éxitos y fracasos- a veces se mantienen
mejor dentro de uno mismo. Creyendo que deben crear “marcas personales”, los Millennials a
menudo presentan sus ideas y experiencias de vida sin haberlas definido totalmente. Esto impide
a uno dar sentido a un problema, y conduce más bien a la inseguridad en uno mismo, y a la
sensación de que uno debe esforzarse por hacer más. Cuando los Millennials se encuentran en un
intercambio a través de una plataforma social en línea, deben preguntarse: “¿Por qué estoy
haciendo esto?” y “¿Qué beneficios puedo lograr a través de esta actividad?”

De hecho, nuestro mundo está cambiando, como lo describe el profesor Schwab. La


instantaneidad de la comunicación y la interconexión del mundo imponen nuevas exigencias a los
Millennials en la forma en que viven sus vidas y cultivan un sentido de si mismo. El profesor
Schwab acierta al escribir que corremos el riesgo de perder la capacidad de hacer una pausa,
reflexionar y participar en una conversación significativa. Basándose en esto, veo el desarrollo de
la autonomía social, la paciencia en la toma de decisiones, la profundidad del estudio y el examen
cuidadoso de lo que debería ser en privado, como cualidades que vale la pena conseguir en un
mundo que “va a cambiar no solo lo que hacemos, si no también lo que somos”.

Tomado de https://goo.gl/ZjHLTx

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