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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA GRAN CARACAS - UNEXCA
TRAYECTO 1: PNF ADMINISTRACIÓN
UNIDAD CURRICULAR: EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA

INFORME
EL LIBRO DE ANGEL
ROSENBLAT “BUENAS Y
MALAS PALABRAS”

Docente: Estudiantes:
Dora Maldonado Elvis Quintero - C.I. 29.565.863

Núcleo La Floresta/ Sección A10311- C1

Caracas, junio de 2022.


Introducción

Ángel Rosenblat, fue un filólogo, ensayista e hispanista judío venezolano de origen polaco,
que nació en Wengrow el 09 de diciembre de 1902, nacionalizado venezolano en 1950 y
murió en caracas el 11 de septiembre de 1984. A la edad de 6 años su familia se mudó a la
Argentina, donde estudio Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires, bajo la mirada tutelar de Amado Alonso, dio comienzo sus estudios e
investigaciones de entender la historia de la lengua española en América y en Venezuela.

En 1930, Rosenblat recibe una beca de la Universidad de Buenos Aires para completar sus
estudios en Alemania, y se inscribe en el Romanisches Seminar. En 1933 parte de Alemania
y se incorpora al Centro de Estudios Históricos de Madrid, cuyo director es Ramón
Menéndez Pidal, el máximo maestro de la filología española. Del año 1937 a 1938,
Rosenblat se encuentra en París para seguir sus estudios de fonética en el Instituto de
Etnología que dirige Paul Rivet. Luego viene el regreso a América, primero como profesor
de Filología en la Universidad de Quito por un corto período, y después la vuelta a Buenos
Aires. En 1946 recibe la invitación de Mariano Picón Salas para iniciar los estudios de
Filología en la recién fundada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de
Venezuela. El 16 de febrero de 1947 llega a Caracas, donde permanecerá hasta su muerte.

Estando en Caracas se incorpora al Instituto Pedagógico Nacional, donde tiene a su cargo la


cátedra de Fonética, así como la cátedra de Gramática Histórica por él creada. En la
Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela fundo el Instituto de
Filosofía "Andrés Bello", siendo su director hasta 1.977 y fundó otra rama de la escuela de
filología española. Así inicio el famoso fichero léxico de venezolanismos, en el que se han
venido recogiendo todas las particularidades del español hablado en Venezuela el cual se
nutría de los datos de la lengua escrita como la lengua oral. Rosenblat rastrea la historia de
cada palabra con datos, testimonios y rica documentación que había reunido por más de
dos años en sus artículos periodísticos, y desentraña la historia de cada palabra dentro del
mismo sistema de la lengua.

Este fichero fue la principal fuente que utilizo Rosenblat para escribir la columna que tenía
en el Papel Literario de El Nacional denominaba "Buenas y malas palabras" desde 1954 a
1956. En 1956 Rosenblat reúne todos los artículos publicados sobre las peculiaridades
léxicas del español de Venezuela y los publica en un copioso volumen con el mismo título:
Buenas y malas palabras (la 7ª edición es de 1987).

Rosenblat formó toda una generación de profesores en el campo de la lengua, tanto en el


Instituto Pedagógico como en la Universidad Central de Venezuela: Cabe mencionar entre
ellos a Aura Gómez, María Teresa Rojas, María Josefina Tejera, Luciana de Stéfano y Paola
Bentivoglio, quienes a su vez transmitieron dichas enseñanzas a otras generaciones.
Palabras Preliminares

Este capítulo habla de cómo Ángel Rosenblat, contribuyo gracias a sus publicaciones y sus
estudios sobre el habla venezolana, que sirvió de abreboca para al Diccionario de
venezolanismos, que preparó en conjunto con el Instituto de Filología “Andrés Bello” de la
Universidad Central de Venezuela.

Rosenblat a través de sus artículos independientes que, por el lapso de dos años
consecutivos, salió semanalmente en el Papel literario de El Nacional de Caracas y por
sugerencia de Mariano Picón Salas, publico el libro de Buenas y malas palabras, el cual se
convirtió en un clásico de la filosofía venezolana. La forma de artículos sueltos le daba la
libertad necesaria para hacer de cada tema una lección de filología en forma de divulgación
actualizada de problemas lingüísticos que interesaban a los lectores cultos.

Desde su mundo filosófico, el consideraba que no había malas palabras, ya que toda
palabra tiene un significado de dignidad e interés histórico y humano, el consideraba que lo
más importante era ver la vida actual de la lengua y el juego de valores de cada expresión
dentro del sistema general, descubriendo el origen y desarrollo de cada significado. Ya que
el filósofo debe ser sabio, intelectual, pensador, estudioso y también comprenden e
interpretan todo su entorno, sobre todo el lenguaje basados en sus conocimientos que
tienen sobre el habla de sus tierras y sus modalidades regionales y sociales.

Existen expresiones del habla popular, familiar y culta, cada pueblo tiene su manera de
hablar, se venezolano, colombiano, argentino, entre otros, sin dejar de resaltar que la lengua
se afina desde la escuela hasta la universidad, desde una carta, un periódico o de las
conferencias, ahí es donde entra el filósofo ya que para él no es indiferente el uso del
lenguaje o la educación del lenguaje, cada pueblo cada pueblo tiene su manera única de
hablar y en el venezolano su manera favorece la preservación. La lengua popular y familiar
corresponde al acto individual que tenemos de ser espontáneos y vivas al momento de
hablar, pero la lengua culta obedece a normas generales de la unidad hispánica. Con esto
quiere decir Rosenblat, que todas las lenguas no existe el divorcio entre estos tipos de
habla. Para él siempre fue fundamental utilizar en cada caso la solución de un problema
lexicológico ya que el siempre estudio el léxico o vocabulario desde una visión general,
siempre fue un filósofo de puertas abiertas, siempre trato las palabras venezolanas con
mucha simpatía.

Sus aportes a la lengua siempre fueron de inclusión el siempre siguió el movimiento


lingüístico y cultural de su tiempo, su punto de partida siempre fue un método siempre
lingüístico, tomando en cuanta siempre el uso de los venezolanos, el alma venezolana,
creadora y moldeadora de esos usos, ya que se encontraba atraído por la riqueza del
lenguaje venezolano, se dedicó pacientemente a registrar el origen de las voces y frases
más pintorescas que escuchó por estas tierras. Siempre detrás de cada palabra a veces
oculto o disimulado en ellas, está el hombre. El trato con esto de que algunos aspectos de la
historia y de la vida de Venezuela se reflejaran en las Buenas y Malas palabras.
Desde mi punto de vista en (buenas y malas palabras) el autor quiso plantear el tema de los
problemas léxico que se toman de la lengua hablada por el represor de los purista y desde
mi punto de vista no hay malas palabras solo malas interpretaciones, como el castellano
típico de Venezuela que tiene una profundad unidad con otros países hispánicos por su
fisonomía propia de otras como la fisonomía americana por sus estilo propio de la
pronunciación y el vocabulario con el habla venezolano es muy conservador.

Me agrada y parece muy informativo, sobre todo la forma en que se explica el origen y el
significado de muchas expresiones que son parte del habla del venezolano, por ejemplo:
loco o bola, no seas gafo, ando limpio, carga tremenda rasca, ojo carga tremenda pava,
etc.). Nunca creí que muchas de estas expresiones fueran tan largas y diferentes de otras
lenguas hispánicas.

Defensa del Habla Venezolana

Según Ángel Rosenblat, la lengua es para nuestro hablante un patrimonio propio y lo


acrecienta, enriquece y renueva de acuerdo con sus necesidades. Además, el vocabulario o
léxico de una comunidad se halla muy vinculado a su identidad, a la esencia de nosotros
mismos: aquello que nos distingue e individualiza frente al otro. Esta distinción natural
promueve la llamada diversidad cultural: elemento también esencial que favorece la
idiosincrasia de los pueblos. La manera de hablar de los venezolanos es un poco
menospreciada como vulgar sobre todo la caraqueña y la tachan casi siempre como
analfabetismo.

Como la lengua francesa que se aprecia justamente que era un idioma usado en la
aristocrática de la antigüedad que se usaba de modo monosilábica, el habla venezolana
tiene dos tendencias del habla que son generales en todo el país entre la gente: el seseo y
el yeísmo, donde el seseo se encuentra también en américa y en algunas regiones de
España y yeísmo de igual manera se encuentra en las américas.

Como el francés que su idioma es muy innovador y toma mucho en cuenta el yeísmo como
buena, no se puede tomar como un defecto y es más una virtud que no se puede explicar de
manera del analfabetismo.

Las trasformaciones del habla venezolana se han quedado en general con la gente de los
pueblos y el campo y aunque pueden coincidir con otros países hispánicos y hasta muchas
regiones en España no tienen la lengua culta que no han podido triunfar que podrían con los
siglos olvidarse y desaparecer por completo, pero hoy en día se puede considerar vulgar y
se corrigen en la escuela y sitios de educación por eso.

El habla popular de los venezolanos, el castellano que es popular tanto en Venezuela y en


varias partes de Hispanoamérica como en distintas de partes de España tienen viejas
tendencia relacionadas con el latín, también que Venezuela en muchos aspectos es la
región más conservadora de Hispanoamérica ya que hay apego con el siglo XVIII español y
que no se sabe si es bueno o malo ya que está alejado un poco del leguaje de las regiones
hispánicas actuales. En la actualidad en los campos de Venezuela se dice palabras como
haiga, truje, semos, vide, mesmo, asina, dende, manque, agora, cuasi, etc., perteneciente a
la buena literatura del siglo de oro

La identidad no es algo estático, sino que está sujeto a transformaciones; está en constante
construcción y reconstrucción: no tenemos ahora la misma identidad que hace un siglo. Por
consiguiente, el léxico al estar tan unido a la identidad es vulnerable a cambiar
constantemente, por ejemplo, cuando en una época se reafirman unos valores diferentes de
los de otra. Como cada pueblo tiene su propia identidad es natural que sus habitantes
tengan también una particular manera de hablar: reflejo de su modo de vida y de su cultura.
Las voces empleadas en Venezuela y en otras partes de América, responden a mecanismos
inherentes a las lenguas que favorecen la preservación de las mismas. Venezuela es una de
las regiones más conservadoras que existe en la utilización de muchas letras como por
ejemplo la h pronunciada como j, que en la actualidad se escuchan en las regiones del país.
Como ese existen muchos casos ya que el venezolano en su mayoría se mantiene fiel al
léxico colonial, a pesar que nuestra cultura nos impone una norma superior que se refiere a
la lengua general.
Conclusión

Cabe concluir que nuestra lengua española hablada en Venezuela está maravillosamente
poblada de palabras coloquiales, como la de cualquier país, pero estas tienen un valor
semántico especial para nosotros. Cuando se está lejos de la patria, decirlas nos rescata y
nos devuelve a un tiempo y espacio que nos configuraron como personas. Entonces
sabemos que la venezolanidad no es una palabra más: somos venezolanidad. Estas Buenas
y malas palabras ayudan a entender algunos aspectos de la historia y de la vida de
Venezuela. Rosenblat, fue un pionero del análisis del discurso histórico entendido como
fuente para el conocimiento lingüístico. Procedía, entonces, en doble dirección: el
conocimiento del léxico llevaría al conocimiento histórico y el conocimiento de la historia al
de la lengua.

Si bien el concepto de regionalismo, y en nuestro caso el de venezolanismo, no es más que


una construcción idealizada, una representación mental, en este caso no solamente de los
lingüistas, sino también de los hablantes que lo perciben como un rasgo ciertamente
diferenciador, dicha noción, sin embargo, es de gran importancia para el conocimiento y
comprensión de la lengua de una comunidad en lo que esta pueda tener de idiosincrásica.
Los dialectos no coinciden con las fronteras de los países, es evidente que muchas veces
prevalece el deseo de identificarse con un grupo humano en la elección muchas veces
inconsciente, que hacen los hablantes de ciertos rasgos lingüísticos.

Es importante destacar que Rosenblat fue uno de los mayores conocedores


contemporáneos de la dialectología hispanoamericana, destacó también por sus
investigaciones lexicológicas, que fraguaron en el Diccionario de venezolanismos y en su
exitoso Libro de Buenas y malas palabras. Este libro presta ayuda mucho a los lectores,
porque informa y orienta los problemas al entender algunos aspectos de lo histórico y de la
vida venezolana y profundizar gracias a los estudios y contribuciones de Rosenblat en el
habla venezolano.

Solo queda decir que el venezolano, con su modo de hablar, busca sorprender la
imaginación de su interlocutor, y dar así tanto muestras de su ingenio como de su buen
humor.
Referencias Bibliográficas

 Buenas y malas palabras, una selección, Fundación Editorial El perro y la rana, 2017
(digital), Ángel Rosenblat.

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