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YACIMIENTO, DEPÓSITO O RESERVORIO PETROLÍFERO

Es una acumulación natural hidrocarburos en el subsuelo, contenidos en rocas porosas o


fracturadas (roca almacén). Los hidrocarburos naturales, como el petróleo crudo y el gas
natural, son retenidos por formaciones de rocas suprayacentes con baja permeabilidad.

Yacimientos primarios

El yacimiento de petróleo puede ser primario, cuando se encuentra en la misma roca en la


que se ha formado, o bien ser un yacimiento secundario, cuando se formó en un sitio lejano
y ha ido fluyendo hasta el lugar en el que yace ahora, movimiento con el que cambiaron
algunas de sus propiedades.

Lo normal en un yacimiento primario es encontrar la siguiente disposición: una capa


superior de arcilla impermeable, por debajo de ella una capa de arenas impregnadas de gas
natural (hidrocarburos gaseosos), por debajo arenas impregnadas de petróleo (hidrocarburos
líquidos) y, por último, una capa inferior de arenas impregnadas de agua salada. Con esta
colocación, el estrato impermeable superior atrapa al petróleo en el mismo sitio donde se
formó y no deja que escape, sólo puede separarse siguiendo un gradiente de densidad del
agua salada que contenía (más densa) y del llamado gas natural (grupo de gases menos
densos que el petróleo).

Desde el punto de vista económico, los yacimientos primarios son de modesta rentabilidad,
pues la cantidad acumulada de reserva petrolífera es pequeña y además el petróleo no está
muy concentrado, por lo que su extracción es lenta.
Yacimientos secundarios

En un yacimiento secundario, la llegada continua de hidrocarburos hasta una trampa de


petróleo hace que se acumule en una cantidad y concentración lo suficientemente
importantes como para hacer muy rentable la extracción del crudo.

Rocas almacén

Afloramiento de calizas formadas por antiguos arrecifes de rudistas, mostrando la elevada


porosidad de estas facies.

Las rocas en las que se acumula el petróleo, rocas almacén, son porosas y permeables. La
porosidad puede ser debida a la propia naturaleza de la roca, siendo las más comunes las
areniscas —que representan el 59% de las rocas almacén—, algunas calizas —el 40%— o a
la fracturación de otras rocas —el 1% restante—.1

Algunas formaciones sedimentarias con bioconstrucciones fósiles como arrecifes coralinos


o de rudistas, con facies muy porosas, ofrecen buenos reservorios petrolíferos.1

Los yesos, margas y lutitas son en principio impermeables, si bien las lutitas pueden ser
rocas madre y contener altas concentraciones de hidrocarburos (lutitas bituminosas).

Trampas

Trampa petrolífera.
Trampa estructural: pliegue anticlinal.

Trampa estructural: falla geológica

Las trampas, última etapa de los procesos de formación de yacimientos, han sido
clasificadas por los geólogos del petróleo en dos tipos: estructurales y estratigráficas. Una
acumulación de petróleo puede estar causada por un solo tipo de trampa o la combinación
de ambas.

Trampas estructurales

Las trampas estructurales son formadas por estructuras geológicas que deforman el terreno
y condicionan la captura y retención de los hidrocarburos. Los pliegues son las estructuras
más comunes. Algunas características relacionadas con fallas también pueden ser
consideradas como trampas estructurales si se presenta un sellado de capas permeables. Las
trampas estructurales son relativamente abundantes y fáciles de localizar estudiando la
geología en superficie y, por métodos geofísicos, en el subsuelo y han recibido mucha más
atención en la búsqueda de petróleo que otros tipos de trampas. Un ejemplo de este tipo de
trampas son los diapiros salinos, que proceden de la deformación y movilización vertical de
importantes acumulaciones salinas, que ascienden en forma de domos o cilindros,
atravesando y deformando las capas superiores en las que, si hay porosidad, puede
acumularse el petróleo.

Trampas estratigráficas

Se forman cuando capas impermeables al petróleo sellan una capa porosa o cuando la
permeabilidad cambia dentro de una misma capa (cambio lateral de facies).

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