América Latina a lo largo de su evolución y desarrollo atravesó intensas épocas llenas de

dominación, explotación y sometimiento. El descubrimiento, conquista y colonización de este

continente fue un proceso histórico en el que nuestras sociedades estaban controladas por la
Burguesía Española y Portugués. Durante años las sociedades coloniales establecieron
relaciones culturales a cambio de un supuesto “progreso” que terminó en un vil engaño y en
una sociedad dividida en razas.

Por otro lado, el afán y la búsqueda plena del oro se convirtieron en el propulsor principal
por parte de los Europeos para así llevar a cabo la colonización, dominación política y la
penetración cultural a nuestro territorio. En consecuencia a esto las colonias se vieron
envueltas por las metrópolis capitalistas, en donde el objetivo principal era el beneficio de la
metrópoli por encima de la colonia, que solo era la base para el nacimiento del Capitalismo
Europeo y la mono exportación de las materias primas. Este sistema globalizador implantado
por la Corona Española era un esquema desigual y esclavizante, que solo tenía por objeto
satisfacer las necesidades de los productos que España no producía; y a cambio mantener a las
a raya a las Colonias bajo amenazas e impuestos excesivos si se atrevían a comercializar sus
materias primas con otras Naciones.

Posterior a esto, se crearon nuevas concentraciones dedicadas a la mono producción para el

mercado exterior, lo que finalizó en un sistema capitalista dependiente en el que
inexorablemente hubo pérdidas consecutivas en el valor de los productos primarios de
exportación; lo que ocasiono una caída general del Producto Interno Bruto, ya que cada vez las
pérdidas eran mayores y las balanzas de pagos más desiguales. Este descenso de los precios y
sus crecientes saldos negativos disminuyeron los ingresos de la Nación lo que contrajo
pérdidas debido a que los productos de exportación cada vez valían menos y lo que
importaban valían mas.

Así mismo la dominación política por parte del Imperio Europeo fue ocasionando cada vez más
el atraso agrícola en nuestras Naciones, y frenó las posibilidades del desarrollo; y en resultado
a esto el Capital Monopólico Extranjero fue controlando cada vez más los ingresos
provenientes de las exportaciones. Más adelante nuestra economía se vería empujada a la
industrialización, lo que implicó un alto crecimiento en el sistema, pero que a su vez
incrementó la subordinación de la economía dado que las importaciones llegaron a su fin y
nuestra industria paso a estar bajo el yugo de la dependencia tecnológica externa.

Finalmente el estancamiento de estas naciones amplió el subdesarrollo, ya que la dependencia

implicaba que el continente americano quedara constantemente atrasado y sometido ante las
fuerzas “integradoras” del Capitalismo. La finalidad de los Imperios era crear una estructura
sólida basada en la esclavización de los países subordinados dado que al crear unilateralidad
de la producción esto obstaculizó y debilitó las posibilidades del desarrollo. Es por ello que fue
necesario explorar nuevos modelos de integración que favorecieran a ambas partes y que no
solo beneficiaran a los mercados capitalistas de los países centro, ya que la única forma de
romper con las divisiones y el subdesarrollo es buscando la oportunidad de obtener libre
economía, un desarrollo autónomo e integración equitativa.