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crisis mundial del

capitalismo y
perspectivas
históricas

ganzl912

LUIS R. DELGADO J.
ganzl912

Crisis Mundial del


CAPITALISMO
y Perspectivas
Históricas

Luis R. Delgado J.

Centro de Estudios Socialista “Jorge Rodríguez”


Título: Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas
Autor: Luis R. Delgado J.
Primera edición, 2012.

Jorge Rodrigue1
©Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez

ISBN: 978-980-12-6173-5
Derechos reservados: lf 04120123304167
Hecho el Depósito de Ley

Diseño de tapa: Ganzl912


Diseño de Cubierta: Orlando Acosta
Diagramación: Orlando Zabaleta

Revisión de texto: Orlando Zabaleta


Impresión. Cosmográfica, C.A., Valencia, Edo. Carabobo.
Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
Agradecimientos

Quiero agradecer en mi primer lugar a mi familia por su apoyo


incondicional en todo momento y circunstancia.
Doy gracias a los camaradas José Miguel Casado, Ricardo
Adrián, Luis Delgado Natera, Willey Peñuela y Abraham Carrillo, por
sus aportes en la revisión del texto a lo largo de su redacción, por sus
valiosas contribuciones para perfeccionar la forma y el contenido de
este ensayo.
De igualforma, quiero agradecer a Rebeca Madriz por su especial
compañía, por su estímulo permanente y porque también dio impor­
tantes aportes a la corrección y perfeccionamiento del documento.
Finalmente quiero dar las gracias a las compañeras y compañeros
del Centro Estudios Socialistas “Jorge Rodríguez”, y en especial al
camarada Roger Jiménez por su iniciativa de publicar este trabajo
de investigación en pro de fortalecer la lucha teórica y la formación
política de la militancia bolivariana y socialista.
Índice

Presentación......................................................................................... 9

A modo de introducción..................................................................... 13

I. El Capital es enemigo de la Hum anidad.................................. 15

II. La Crisis Estructural del Capital............................................... 23

III. La Actual Crisis Cíclica del Capitalismo................................. 41

IV. El Imperialismo contra los Pueblos (Agudización Mundial de


la Lucha de Clases) ..................................................................... 59
A) Agresión política-militar del Im perialism o....................... 63
B) Agresión económica del Im perialism o............................... 72
C) Agresión político-institucional del Im perialism o............. 77
D) Agresión cultural-simbólica del Im perialism o.................. 84

V. Los Pueblos del Mundo resisten la Arremetida del


Imperialismo................................................................................ 91

VI. ALBA, Integración Latinoamericana-Caribeña y Revolución


Continental.................................................................................... 97

VII. La Unidad Mundial de la Clase Trabajadora y el Socialismo


como Alternativa.......................................................................... 105
Una Nueva Política..................................................................... 117
Una Nueva Econom ía................................................................. 122
Una Nueva C ultura..................................................................... 127

Bibliografía.......................................................................................... 135
Presentación

Con enormes esfuerzos, pero con igual alegría, entregamos este inte­
resante estudio investigativo: CRISIS MUNDIAL DEL CAPITALISMO
Y PERSPECTIVAS HISTÓRICAS, de nuestro querido y muy aprecia­
do camarada Luis Delgado Jaramillo, joven militante de la Revolución
Bolivariana que dio sus primeros y muy importantes pasos en el Partido
Comunista de Venezuela, y luego continúa en el Partido Socialista Unido
de Venezuela.
Este docente de profesión en las áreas de las ciencias sociales y con
estudios de post-grado en historia de Venezuela, en la Universidad de
Carabobo, forma parte también del Centro de Estudios Socialista “Jor­
ge Rodríguez”, lo que lo ha llevado a diferentes escenarios: Misiones,
Batallones del PSUV, Consejos Comunales, Empresas del Estado, por
todo el país, a cumplir la tarea de la formación política de los hombres y
mujeres de la patria de Bolívar, para avanzar decididamente a construir
el socialismo del siglo XXI.
El texto que tienen en sus manos es un trabajo acucioso, de búsqueda
de la fuente del conocimiento para poder interpretar lo que ocurre en este
mundo en profunda crisis. Se trata de una investigación fundamentada en
los clásicos del socialismo científico y en nuevas investigaciones sobre
el tema.
En primer lugar esta investigación nos invita a no confundir los da­
ños causados por el capitalismo a la sociedad humana con la crisis de su
funcionamiento sistémico: “Ha quedado clara la enseñanza de la teoría
revolucionaria. Fenómenos como la miseria, el desempleo, las guerras, la
destrucción del medio ambiente... entre otros elementos, son consustan­
ciales del desarrollo capitalista, no son accidentales, no son problemas
que al capital le interesa superar, por el contrario, son parte de la esencia
misma de un sistema que es explotador y opresor hasta la médula”.
Luis Delgado no pretende maquillar su discurso, muy al contrario,

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Luis R. Delgado J.

es claro en tomo a la definición de crisis capitalista mundial: “Producto


del desarrollo de la lucha de clases a lo largo del siglo XX y al desa­
rrollo de las fuerzas productivas por medio de la revolución científico-
tecnológica actualmente vivimos en medio de la crisis estructural del
capital”. No forma parte de quienes abandonaron las categorías de la
teoría revolucionaria por allá a finales de la década de los 80 e inicios
del 90, por lo cual a lo largo del texto ratifica la lucha de clases como
la fuerza motora de la historia, como a mediados del siglo XIX nos lo
enseñaran Marx y Engels.
Y para quienes la actual crisis del Capital es pasajera nos dice: “La
actual crisis coyuntural que el capitalismo hoy sufre es parte del desen­
volvimiento de la crisis estructural, es consustancial con su lógica de
acumulación y expansión”, y más adelante afirma: “ ...más allá de las
buenas intenciones de algunos, el neoliberalismo no pierde utilidad para
la gran burguesía transnacional, porque el capitalismo contemporáneo
no tiene modelo alterno de gestión que no sea el neoliberalismo, por
más que trate de aplicar una que otra medida neokeynesiana que suavice
algunas situaciones”.
Este ensayo nos muestra lo importante de manejar las categorías his­
tóricas, pues ello nos permite no tener dudas en el camino de la estrategia
y la táctica política.
De igual forma, para nadie es un secreto que la lucha por un mundo
mejor ha adquirido una dimensión global, frente a esto las grandes cor­
poraciones mediáticas se unen para tratar de frenar el avance de los pue­
blos. Luis nos expresa: “El terrorismo mediático oculta las verdaderas
intenciones del imperialismo, por medio de la mentira y la apología, las
víctimas son transformadas en victimarios, creándose todo un esquema
maniqueo donde se enfrentan las fuerzas del “Bien” y del “Mal”, he aquí
una de las facetas de la enajenación ideológica”. Es en este contexto
donde debemos entender el grave daño que causa Globovisión y todos
los medios de la burguesía. Ser ingenuos en este caso nos puede llevar a
la conciliación. Así de sencillo.
En otro orden, la dialéctica marxista es muy clara, nada es eterno,
todo se transforma, y esta crisis capitalista puede tener una salida revo­
lucionaria, la fe y confianza en los pueblos explotados del mundo queda
sintetizada de esta manera: “Frente a la agresión imperialista, frente a ese

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Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

proceso salvaje de acumulación capitalista por desposesión, los pueblos


del mundo no se han quedado de brazos cruzados, combinan todas las
formas de luchan para resistir y vencer”.
Tenemos décadas afirmando que el capitalismo tiene tarde o tem­
prano que desaparecer de la faz de la tierra, y que debe darle paso a una
nueva sociedad: el socialismo. Que no hay salida en el marco del capital,
es por ello que compartimos estas afirmaciones: “El socialismo es im­
prescindible para liberar la humanidad de las consecuencias nefastas del
capitalismo, del desenvolvimiento del capital, no se trata de caprichos o
deseos de trasnocho, es una realidad histórica”... “El socialismo es fac­
tible y necesario”.
Estamos de acuerdo en que: “Los trabajadores y trabajadoras deben
apropiarse críticamente del conocimiento de esta realidad para elevar sus
niveles de conciencia, para asumir de forma organizada y combativa su
papel de actores protagónicos de la revolución. La clase trabajadora debe
asumir... la ofensiva revolucionaria que apuntale la construcción de una
nueva hegemonía, un nuevo poder, el socialismo auténtico”.
He aquí las reflexiones y análisis de un complejo mundo capitalista
en crisis que debemos estudiar. Hoy especialmente es vital elevar los
niveles de conciencia de los pueblos del mundo para enterrar definiti­
vamente una sociedad explotadora y construir la tan anhelada y soñada
sociedad de iguales. En este sentido, desde nuestro país debemos seguir
haciendo esfuerzos sustanciales para avanzar en la construcción del So­
cialismo Bolivariano del siglo XXI.
Con mucho orgullo, podemos decir que el Centro de Estudios So­
cialista “Jorge Rodríguez” tiene en sus filas a un joven militante de los
sueños a favor de los explotados de la talla del camarada Luis Delgado,
por lo cual es para nosotros satisfactorio entregar este modesto pero sig­
nificativo esfuerzo, para continuar el debate y profundizar en la forma­
ción de los y las militantes de la Revolución Bolivariana liderizada por
nuestro Comandante Hugo Chávez.

Centro de Estudios Socialista “Jorge Rodríguez”


Valencia, Estado Carabobo, Venezuela. Noviembre 2012

n
A modo de introducción

Para las fuerzas revolucionarias de cualquier país es imprescindible


conocer las principales contradicciones sociales, políticas, económicas
y culturales que se desarrollan a nivel mundial, para así comprender
con mayor profundidad la situación nacional y local donde se desen­
vuelve su lucha. De igual manera, la ciudadanía para jugar un papel
más activo en los procesos políticos, debe estar más y mejor infor­
mada del acontecer histórico internacional. El capitalismo como siste­
ma, como metabolismo social, se encuentra internacionalizado desde
su propio origen (Amin, 1999; Wallerstein, 2007), más aun desde que
ha entrado en su fase imperialista. Es imposible, en este sentido com­
prender cualquier realidad nacional, regional y local, si no se toma en
consideración la situación internacional.
Creemos, tal como lo plantea Boron (2004), que:
... solo un diagnóstico preciso sobre la estructura y funcio­
namiento del sistema imperialista internacional permitirá
a los movimientos sociales, partidos, sindicatos y organi­
zaciones populares de todo tipo que luchan por su derro­
camiento encarar las nuevas jomadas de lucha con alguna
posibilidad de éxito. No hay lucha emancipatoria posible si
no se dispone de una adecuada cartografía social del terreno
donde habrán de librarse las batallas. De nada sirve proyec­
tar con esmero los rasgos de una nueva sociedad si no se co­
noce, de manera realista, la fisonomía de la sociedad actual
y lam ía por la cual habrá de transitarse... (p. 152).
De esta manera, por medio de este ensayo pretendemos hacer una
humilde contribución a la caracterización de los principales problemas
que viene arrastrando la humanidad en los últimos tiempos. Obvia­
mente se trata de una síntesis que seguramente no podrá abarcar a pro-

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Luis R. Delgado J.

fimdidad todos los problemas, ya que cada uno por separado pudiese
ser desarrollado en cientos de páginas, sin embargo, creemos que por
lo menos logramos ilustrar los elementos más esenciales del tema.
Este documento se divide en siete segmentos: 1) En primer lugar se
exponen las consecuencias más dramáticas de la reproducción amplia­
da del capital a escala mundial. 2) En segundo lugar se trata de realizar
una explicación resumida del fenómeno que ha sido definido por algu­
nos autores como la Crisis Estructural del Capital, ciertamente en este
tema se registran muchas polémicas porque algunos autores niegan el
desarrollo de ese proceso. 3) Por otro lado, desarrollaremos un análisis
sucinto sobre la más reciente crisis cíclica del capitalismo iniciada en
2007-2008 y que aún hoy está en pleno desarrollo. 4) Posteriormente
abordaremos de manera concisa las principales iniciativas políticas,
militares, económicas y culturales que viene impulsando el Imperia­
lismo para salir lo más pronto posible de la crisis cíclica y postergar
los impactos de la crisis estructural. 5) Luego haremos mención de las
principales luchas que vienen emprendiendo los pueblos del mundo
contra la ofensiva imperialista. 6) Haremos énfasis en el proceso que a
nivel continental realizan las fuerzas progresistas y revolucionarias, es­
pecialmente en el seno del ALBA TCP, en respuesta a las pretensiones
del imperialismo, fundamentalmente estadounidense. 7) Finalmente se
plantean los rasgos esenciales para construir una alternativa histórica
al dominio del capital, por medio de la unidad mundial de la clase tra­
bajadora y la construcción del socialismo.
Esperamos con este ensayo contribuir en la formación política del
pueblo y en específico de la militancia revolucionaria. Dejando claro
que se trata de una aproximación, la cual debe ser alimentada perma­
nentemente por nuevos análisis y síntesis.

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I. El Capital es enemigo de la Humanidad

A poco más de 200 años de las primeras grandes revoluciones bur­


guesas (Revolución Industrial inglesa, Independencia de los Estados
Unidos y la Revolución Francesa), es obvio que las promesas de liber­
tad, igualdad y fraternidad constituían pura ideología para desmontar
el orden social feudal, falsas promesas para movilizar a las masas ex­
plotadas contra la nobleza. Una vez que la burguesía se hizo del poder
político, construyó una nueva forma de dominación y explotación mu­
cho más sofisticada, que si bien es cierto brindó mejores condiciones
de vida a millones, no liberó ni igualó a la humanidad, por el contrario,
no ha dejado de ensancharse la brecha entre ricos y pobres, entre nacio­
nes metropolitanas y naciones periféricas.
La promesa del progreso continuo fue una forma ideológica para en­
cubrir el fin de impulsar una acumulación del capital a escala planetaria,
con dramáticas consecuencias sociales y ambientales. No se construyó
una sociedad basada en la razón, sino bajo la irracional lógica del capital,
que coloca en primer término la satisfacción de necesidades mercantiles
de ganancia, sobre la satisfacción de las necesidades de la población hu­
mana presente y futura. En este orden de ideas, el investigador español
Manuel Martín Serrano (2008) nos ofrece la siguiente reflexión:
El capitalismo industrial concluye sin haber cumplido con
la utopía que le dio a las revoluciones burguesas su valor
ético y empuje histórico; que era el empeño de instaurar
una y la misma racionalidad para entender y explotar la na­
turaleza, para organizar y dirigir a las sociedades. En los
términos que lo proponía el Iluminismo quedaba por con­
seguir que la difusión y aplicación del conocimiento (“las
Luces”) sirviesen al tiempo para liberar de la necesidad, de
la opresión y de la infelicidad. Escribía Marx un siglo des­
pués de las Luces que, muy por el contrario, las victorias

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Luis R. Delgado J.

de la ciencia se estaban pagando con una pérdida de huma­


nidad. Y los autores de la Escuela de Francfort, al tiempo
iluministas y marxistas, mostraban que cada vez la razón
estaba más disociada entre una racionalidad instrumental
que servía para dominar a la naturaleza y los hombres y otro
raciocinio humanista, que seguía reclamando esa promesa
incumplida de liberación (p. 17).
En este sentido, el capital no es reformable en su esencia, es un
sistema económico de destrucción insostenible que no se puede huma­
nizar, esta enseñanza de la historia ha sido sufrida por la clase traba­
jadora y los pueblos del mundo. El siglo XX demostró que el capital
solo cede ante determinadas correlaciones de fuerza y para entregar
un derecho parcial éste debe conquistarse con lucha. En esta línea de
pensamiento Chomsky (2004) nos explica que:
En el transcurso de la historia moderna ha habido logros
significativos en los derechos humanos y el control demo­
crático de algunos sectores de la vida. Estos rara vez han
sido obsequio de líderes ilustrados. Por lo común han sido
impuestos a los Estados y otros centros de poder a través de
la lucha popular (p. 334).
Ha quedado clara una enseñanza de la teoría revolucionaria: fenó­
menos como la miseria, el desempleo, las guerras, la destrucción del
medio ambiente, el subdesarrollo producto de la dependencia, entre
otros elementos, son consustanciales al desarrollo capitalista, no son
accidentes, no son problemas que al capital le interesa superar, por el
contrario, son parte de la esencia misma de un sistema que es explota­
dor y opresor hasta la médula.
Esta afirmación hay que tomarla en cuenta, porque en muchos ca­
sos se pretenden presentar estos fenómenos que sufre la humanidad
como procesos aislados que tienen que ver con la naturaleza o con
el azar, la burguesía siempre hace esfuerzos para justificar ideológi­
camente y a través de sus medios de comunicación estos problemas,
propiciando que se desvíe la atención de los pueblos, para que estos
acepten de buena manera las principales problemáticas que padecen,
para que estos no luchen y subviertan el statu quo.

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Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Hoy las contradicciones sociales fundamentales son la amenaza


de la supervivencia de la vida en el planeta producto de la naturaleza
eco-depredadora del capitalismo, y por otro lado la misma descrita
hace 160 años por Marx y Engels, la contradicción Capital-Trabajo,
que se traduce en la socialización creciente de la producción de la ri­
queza frente a la apropiación privada de la misma, a su vez al interior
de esta contradicción se da una más específica que es la que enfrenta
al sistema imperialista mundial contra los pueblos oprimidos, la con­
tradicción Imperio-Nación. Esta última se manifiesta de la siguiente
manera; mientras la distribución de la población indica que en el mal
llamado Tercer Mundo o naciones dependientes vive el 80% de la
población mundial y en las naciones altamente industrializadas vive
el 14% de la población humana, en la escala de distribución de la
producción de riqueza esta relación se invierte, mientras a los países
periféricos le corresponde el 20%, a las naciones imperialistas les co­
rresponde el 78% de la distribución y consumo de la riqueza produci­
da (Bauman, 1999).
Otras estadísticas (Boron, 2002; Boron, 2004; Boron, 2010; Giri-
bets, 2011; Millet, Toussaint, 2005; Toussaint, 2011; Ramos, 2009; Sei-
bert, 2009; The economic collapse, 2010; Vega Cantor, 2005), algunas
ya envejecidas, nos revelan la ignominiosa situación que vive nuestro
mundo producto de las desigualdades y las asimetrías: Hoy en día:
• El ingreso anual del 1% más rico de la población mundial equi­
vale al del 57% más pobre del planeta. Se calcula que 1.200
millones de personas sobreviven con menos de 1 dólar por día.
Las 238 personas más ricas del mundo concentran una riqueza
superior a los ingresos de las 2.300 millones de personas más
pobres del planeta.
• De acuerdo a cifras dadas por la OCDE, el 60% de la población
activa mundial (900 millones de trabajadores y trabajadoras), rea­
liza su actividad sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales.
• Bill Gates tiene un patrimonio neto de cerca de 50.000 millo­
nes de dólares. Eso significa que hay aproximadamente 140
naciones diferentes con un PIB anual que es menor que la can­
tidad de dinero que posee Gates.

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Luis R. Delgado J.

En Francia los gastos anuales para el mantenimiento de 67 mi­


llones de mascotas (perros y gatos) alcanza los 4.500 millones
de dólares, mientras en la República Democrática del Congo
habitada por 65 millones de personas, el presupuesto anual del
Estado apenas alcanza 3.900 millones de dólares.
Un estudio del Instituto Mundial de Investigación de la Eco­
nomía del Desarrollo estableció que la mitad inferior de la po­
blación del mundo posee aproximadamente un 1% de toda la
riqueza global. En Alfica el consumo per cápita se ha reducido
en un 20% con relación a 1980.
El 70% de las inversiones a escala global y el comercio mundial
son controlados por las 200 compañías transnacionales más pode­
rosas.
Las doscientas megacorporaciones más grandes del planeta re­
gistran anualmente por concepto de ventas, cifras superiores
a los ingresos combinados de todos los países del mundo, ex­
cepto las nueve economías nacionales más ricas. Sin embargo,
estas corporaciones emplean a menos del 1% de la población
mundial.
En los espacios de la antigua Unión Soviética y Europa Orien­
tal, producto de la restauración del capitalismo, la pobreza se
ha multiplicado por 25, es decir, 2500%.
Unas 1.020 millones de personas sobreviven en la hambruna
crónica (una de cada 7 personas); cada 3 segundos muere una
persona de hambre; el 70% de los hambrientos en el mundo son
mujeres y niñas.
Actualmente hay unos 250 millones de hambrientos más que
hace tres años, repartidos en 80 países. Los que están en peor
situación son: Burkina Faso, Malí, Mauritania, Níger, Senegal,
Chad y Haití.
La FAO estimó que las pérdidas y el desperdicio de alimentos
asciende a mil 300 millones de toneladas al año, equivalentes
a una tercera parte de la producción mundial para consumo hu­
mano.
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Diariamente mueren en el mundo 30 mil niños por enfermeda­


des curables; anualmente mueren 18 millones de personas con
enfermedades curables.
En el Tercer Mundo uno de cada cuatro niños no recibe las va­
cunas básicas, es por eso que 1 de cada 6 niños muere antes de
los 5 años de edad.
Por causa de las hambrunas y enfermedades curables mueren
40 millones de personas en el mundo, sobre todo niños y niñas.
Es decir, las inequidades del capitalismo liquidan anualmente
un equivalente al 70% de las víctimas totales de la II Guerra
Mundial, conflicto que duró más de 5 años.
Anualmente mueren más de 350.000 mujeres en el mundo por
complicaciones relacionadas al embarazo o al parto. El 99%
son mujeres de los países pobres.
En África Subsahariana el riesgo de mortalidad materna es de
1 a 30, mientras que en los países prósperos es de 1 a 5.600.
218 millones de niños y niñas, entre 5 y 17 años, trabajan a
menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o
humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agri­
cultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eli­
minación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance,
2006).
Más de 2 mil millones de personas no tienen acceso a la elec­
tricidad (2 personas de cada 7).
924 millones “sin techo” o en viviendas precarias (UNHabitat
2003).
35% de la población mundial no posee condiciones sanitarias
básicas; sin sistemas de drenajes o cloacas (OMS/UNICEF
2008).
1.100 millones de personas no tienen fuentes seguras de agua
potable (1 persona de cada 7); mientras en Estados Unidos se
consumen 400 litros diarios per cápita y en Europa Occidental
200 .
Producto de las asimetrías del capitalismo, mientras en los 31

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Luis R. Delgado J.

países más ricos la esperanza de vida ha aumentado en las últi­


mas décadas, en el mismo período ha disminuido en 18 países:
10 africanos y 8 antiguas repúblicas soviéticas. Países como
Botsuana, Zimbabwe o Zambia tienen en promedio una espe­
ranza de vida de sus habitantes inferior a los 47 años.
• Finalmente existen tragedias sociales tales como la existencia
de 854 millones de analfabetas, de los cuales 554 millones son
mujeres, además que el 60% de los menores no escolarizados
son niñas, lo que demuestra que la realidad de las mujeres si­
gue siendo más desfavorable que la de los hombres. Se habla
de un proceso de feminización de la pobreza.
Toda esta realidad es más que lamentable, trágica y tremendamente
injusta, si consideramos que el comandante Fidel Castro ha expresado
que con sólo 10 mil millones de dólares sería suficiente para reducir
a prácticamente cero el analfabetismo a nivel mundial; considerando
esta cifra, comparémosla con el grosero presupuesto militar anual de
los EEUU que supera los 600 mil millones de dólares, es decir, con
menos del 2% de ese presupuesto cerca de mil millones de personas
pudiesen aprender a leer y escribir.
A lo largo de su historia, el capitalismo ha demostrado de forma
contundente su terrible capacidad destructiva de las dos principales
fuentes de riquezas: la naturaleza y la humanidad. La economía mo­
derna es totalitaria... Esgrime una pretensión total sobre el mundo
natural y social (Kurz, 2002).
Por un lado se encuentra en peligro la supervivencia de los diversos
ecosistemas y la vida humana en el planeta producto de la lógica eco-
depredadora del Capital, obtención de ganancias aquí y ahora, sin pen­
sar en el futuro. Algunos incluso consideran que hoy la contradicción
principal es Vida-Muerte (Rauber, 2006). Ya que para el capitalismo
imperialista: La premisa básica es que la hegemonía importa más que
la supervivencia (Chomsky, 2004; p. 328). Al respecto el economista
argentino Jorge Beinstein (2010) nos expresa lo siguiente:
... el desarrollo de la civilización burguesa durante los dos
últimos siglos (con raíces en un pasado occidental mucho
más prolongado) ha terminado por engendrar un proceso

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Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

irreversible de decadencia, la depredación ambiental y la


expansión parasitaria, estrechamente interrelacionadas, es­
tán en la base del fenómeno. La dinámica del desarrollo
económico del capitalismo marcada por una sucesión de
crisis de sobreproducción constituye el motor del proceso
depredador-parasitario que conduce inevitablemente a una
crisis prolongada de subproducción (el capitalismo obliga­
do a crecer-depredar indefinidamente para no perecer ter­
mina por destruir su base material). Existe una interrelación
dialéctica perversa entre la expansión de la masa global de
ganancias, su velocidad creciente, la multiplicación de las
estructuras burocráticas civiles y militares de control social,
la concentración mundial de ingresos, el ascenso de la ma­
rea parasitaria y la depredación del ecosistema.
Esto significa que la superación necesaria del capitalismo
no aparece como el paso indispensable para proseguir “la
marcha del progreso” sino en primer lugar como tentativa
de supervivencia humana y de su contexto ambiental.
Por otro lado la humanidad sigue sometida a la más cmel explota­
ción producto de la contradicción Capital-Trabajo; a la opresión siste­
mática de los Estados gendarmes y policías del Capital; a la opresión
patriarcal que condena a las mujeres a una terrible explotación, opre­
sión y subordinación; a la opresión adulto-céntrica que condena a las
y los jóvenes a un segundo plano frente a la sociedad adulta; al etno-
centrismo occidental que arrolla a las culturas originarias y milenarias
de los cinco continentes, por medio de la exportación del pensamiento
único, la colonialidad del poder, procesos criminales de etnocidio y
memoricidio (Báez 2008); y, en fin, a la ignominiosa exclusión que
invisibiliza a millones de personas, a las cuales se les expulsa de los
derechos humanos básicos como son los servicios sociales fundamen­
tales: la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, entre otros.
Con respecto a este último planteamiento, Vega Cantor (2005) nos
explica que:
... el perpetuo no-reconocimiento de derechos por parte
del capitalismo de todos aquellos que no son solventes en
términos mercantiles conduce a identificar como sujetos de

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Luis R. Delgado J.

derecho solamente a quienes están en capacidad de partici­


par directa o indirectamente en el proceso de valorización
del capital. Y quienes no lo están, pasan a ser desechos, obs­
táculos colaterales, que no pueden ser considerados como
sujetos de derecho (p. 43).
Es decir, para el capitalismo los derechos humanos no son uni­
versales como hipócritamente lo sostiene; estos derechos, en el mejor
de los casos, son exclusivos de un sector de la sociedad que tal vez
involucre a un 60 o 70% de la población planetaria, el resto no reúne
para la burguesía mundial la dignidad como seres humanos, ya que no
existen para el mercado mundial, no son consumidores. Productor o
consumidor, he aquí el destino del ser humano a escala mundial hoy
día. Los que no entran en tales estatus devienen multitudes inútiles
(Houtart, 2007; p. 17). Tan dramática es la situación que hoy para las
potencias imperialistas:
... el aumento de la pauperización, la privación de derechos
y la violencia extrema son conscientemente aceptados por­
que se trata cada vez menos de eliminar en forma planifi­
cada el “subdesarrollo”, sino principalmente del control de
una población “excedente”, a la cual el sistema mundial ya
no tiene qué ofrecerle (Seibert, 2009; p. 23).
Por todo lo anterior, el capital es enemigo de la humanidad, en tanto
su expansión pone en peligro la supervivencia de la vida humana en el
planeta, pone en peligro la sostenibilidad de los ecosistemas naturales,
amenazando el mantenimiento de los recursos bióticos y abióticos.
Pese a que el capitalismo en un momento dado pudo jugar un papel
progresivo, cada vez más implica un sistema societal caduco que sólo
genera explotación y sufrimiento de las amplias mayorías.

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II. La Crisis Estructural del Capital

La tempestad no es sinónimo
inmediato de revolución, sino solamen­
te portadora potencial de avanzadas
revolucionarias.
SamirAmin

Producto del desarrollo de la lucha de clases a lo largo del siglo


XX y al desarrollo de las fuerzas productivas por medio de la Revo­
lución Científico-Tecnológica (también llamada Tercera Revolución
Industrial), actualmente vivimos en medio de la Crisis Estructural
del Capital. Algunos autores como Mészáros (2001, 2009) advierten
que esta crisis se inicia a comienzos de los años 70 del siglo pasado,
momento en el cual se activan los límites absolutos del capital: a) se
agudizan las contradicciones entre el desarrollo del capital transnacio­
nal y la prevalencia de los Estados nacionales; b) se agrava la destruc­
ción de las condiciones de la reproducción metabólica social, es decir,
la lógica del capital es absolutamente antagónica con el mantenimiento
sostenible de los recursos naturales (bióticos y abióticos); c) la incor­
poración plena de la mujer en igualdad de condiciones con el hombre
encuentra límites insuperables en el marco de las relaciones sociales
de producción patriarcales inherentes al capital; d) el capital no puede
incorporar a toda la humanidad a la actividad productiva, por lo tanto,
el desempleo crónico reproduce una masa de desocupados (miseria)
que cada vez más amenazan la estabilidad sistémica.
Gracias al fortalecimiento de la clase trabajadora durante la posgue­
rra (1945-1970) tanto en Europa como en Estados Unidos, que se tra­
ducía en un auge del programa histórico socialdemócrata, es decir, pro­
gramas de asistencia social (Estado de Bienestar) y salarios altos; de la
expansión del Sistema Socialista y de las luchas de Liberación Nacional

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Luis R. Delgado J.

en los países periféricos, la tasa de ganancia empieza a disminuir a par­


tir de comienzos de los años 70, momento en el cual está en desarrollo la
Revolución Científico-Técnica, ya que resultaba muy costoso para los
capitalistas pagar altos salarios, invertir al mismo tiempo en tecnología
de punta, y a su vez perder el control de las fuentes de materias primas
del mundo producto del auge de proyectos de independencia nacional.
Frente a esto, se desarrolla una gran reestructuración productiva
del capital a nivel global, un reajuste espacio-temporal del sistema,
para frenar la caída tendencial de la tasa de ganancia y evitar la des-
valorización masiva. La crisis capitalista nunca es otra cosa que esto:
la ruptura de un patrón de dominación de clase relativamente estable
(Holloway, 2005; p. 25). Se trató de una contrarrevolución encabezada
por los monopolios transnacionales, por los gobiernos de Ronald Re­
agan y Margaret Thatcher, por el FMI, el Banco Mundial y la OMC.
De esta forma, se abrió paso una nueva fase del imperialismo, la me­
tamorfosis del capitalismo monopolista de estado en capitalismo mo­
nopolista transnacional (Cervantes, Gil, 2002; pág. 59) o lo que Amin
denomina el capitalismo de oligopolios financiados.
Al respecto, Engel (2004) señala que:
La organización internacional de la producción que no se
detiene ante ninguna frontera nacional significa un salto
cualitativo en el desarrollo del imperialismo: Rompe la
producción organizada antes principalmente de modo esta-
tal-nacional y la sustituye paso a paso por nuevas relacio­
nes de producción a escala internacional (p. 278).
En este nuevo contexto histórico del Imperialismo, los Estados-
Nacionales son cada vez más subordinados por los monopolios inter­
nacionales, lo que no implica que el Estado haya prácticamente des­
aparecido como afirman algunos apologistas de la Globalización. Lo
que se viene dando en todo caso, son redefiniciones sustanciales de
las tareas del Estado burgués contemporáneo. En este orden de ideas
Engel (op. cit.) expresa que:
... el rol tradicional del Estado burgués, como regulador
central de la economía nacional, cede cada vez más frente a
un sistema de la competencia mundial entre los Estados

24
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

nacionales por prestar los mejores servicios a los mono­


polios internacionales, para la óptima valorización de sus
capitales y condiciones políticas favorables.
El núcleo de la nueva organización de la producción in­
ternacional es la tendencia a la disolución relativa de la
organización estatal-nacional de las relaciones de pro­
ducción y de intercambio. En su lugar se establece un en­
trelazamiento, que abarca a varios países, de los modos de
producción y de intercambio más avanzados bajo el domi­
nio del capital financiero internacional (p. 15).
Lo anterior tiene que ver con el hecho de que el capital en los úl­
timos tiempos ha alcanzado niveles tan grandes de concentración y
centralización, que ya el marco de los Estados nacionales le queda es­
trecho, tal como sucedió en la transición histórica de la organización
territorial feudal a la organización estatal-nacional creada por la bur­
guesía y las monarquías europeas entre los siglos XVI-XIX.
En relación a la época actual, Samir Amin (2011) nos informa:
La financialización ha transferido la responsabilidad prin­
cipal en el control de la reproducción del sistema de acu­
mulación a 30 grandes bancos que son parte de la Triada
(.Estados Unidos, Europa y Japón). Los eufemísticamente
llamados “mercados” no son otra cosa más que los lugares
donde son desplegadas las estrategias de los actores que do­
minan la escena económica.
Es decir, los Estados nacionales cada vez son más incapaces de ser
el órgano por excelencia para controlar el metabolismo del mercado
capitalista, sus dimensiones en muchos casos son inferiores al poderío
financiero de las grandes corporaciones transnacionales, las cuales en
conjunto a los pocos Estados imperialistas establecen y tratan de impo­
ner las reglas funcionales de la economía mundial.
Para el economista argentino Claudio Katz (2011), la contradicción
contemporánea entre los Estados nacionales y la mundialización del
capital es sensible debido a que:
El avance de la intemacionalización económica no tiene co-

25
Luis R. Delgado J.

rrespondencia directa en el plano estatal. El soporte de este


proceso son los viejos estados nacionales, puesto que nin­
guna entidad global cuenta con sistemas legales, tradiciones
sociales y legitimidad política suficiente, para asegurar la
reproducción del capital. Esta contradicción genera múlti­
ples desequilibrios.
El surgimiento del capitalismo se sostuvo en el estado bur­
gués nacional y no es fácil reemplazarlo por otro organis­
mo, más adaptado a la intemacionalización. Esta falta de
sincronía genera permanentes tensiones en la coordinación
económica, la asociación política y la coerción militar del
imperialismo colectivo.
Por lo tanto, tal como se expresó en líneas anteriores, se agudi­
zan las contradicciones entre el desarrollo del capital transnacional y
la prevalencia de los Estados nacionales, no se vislumbra en el corto
plazo la emergencia de un Estado mundial plenamente estructurado,
aunque pueden percibirse algunos síntomas o tendencias, tales como
la expansión de la OTAN, la instrumentalización de la ONU o el uso
discrecional de las Cortes Penales internacionales por parte del Impe­
rialismo.
Estos rasgos del capitalismo mundial se han desarrollado bajo el
influjo ideológico neoliberal. El neoliberalismo ha sido el planteamien­
to construido para apuntalar la ofensiva mundial de los monopolios
contra la clase trabajadora y los pueblos del mundo, para recuperar y
aumentar la tasa de ganancia, para promover la expansión geográfica y
sectorial del capitalismo... la globalización es en realidad una guerra
librada desde los centros imperiales contra los trabajadores, campesi­
nos y pobres del mundo (Vega Cantor, 2005; p. 35). Al respecto Harvey
(2008) nos expresa que:
Podemos... examinar la historia del neoliberalismo sea
como un proyecto utopista que provee un patrón teórico
para la reorganización del capitalismo internacional o como
un ardid político que apunta a restablecer las condiciones
para la acumulación de capital y la restauración del poder
de clase.

26
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Por lo tanto, la era neoliberal ha sido un mecanismo que utilizó el


capitalismo mundial para gestionar su crisis sistémica y para iniciar
una nueva fase histórica, se trata, en definitiva, de la liberación (del
capitalismo) respecto de los corsés del trabajo y el Estado tal y como
han existido en los siglos X I X y X X (Beck, 1998; p. 16).
Veamos algunos aspectos de este proceso:
El capitalismo persiste mediante la acumulación constante y am­
pliada de capitales, para que esto suceda debe maximizar permanente­
mente su tasa de ganancia mediante la explotación creciente de los tra­
bajadores y las trabajadoras, en un ambiente competitivo que lo obliga
a innovar constantemente la tecnología... La burguesía no puede exis­
tir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos
de producción (Marx, Engels 2009, p. 31). Entre otros factores, la tec­
nología de punta permite al capitalista hacer más productivo el trabajo,
por lo tanto puede maximizar la ganancia, derrotando a su vez a otros
capitalistas, lo cual se traduce en la capacidad de ir conquistando mer­
cados y convertirse en monopolio.
Pero la inversión en tecnología de punta tiene sus consecuencias,
por un lado desplaza al trabajador asalariado, fuente única de la plusva­
lía y por otro lado el coste de su reposición es costoso, es decir, cuesta
mucho dinero mantener la innovación tecnológica a un ritmo acele­
rado, por lo cual empieza a reducirse progresivamente la demanda de
medios de producción.
Si los costos para la innovación tecnológica crecen con la mis­
ma velocidad que la reducción del costo por concepto de salario, por
el incremento de la productividad del trabajo, el resultado final es un
aparente estancamiento de la productividad. Pero si el costo de la in­
novación tecnológica va aun más rápido, la tasa de beneficio o ganan­
cia tiende de manera definitiva a la baja, perdiendo atracción para el
capital invertir en el sector productivo (Tablada, Dierckxsens, 2006).
Esta situación es peor para los capitalistas, si la clase trabajadora esta
férreamente organizada en sindicatos y partidos políticos que luchan
por mejorar de manera sostenida las condiciones de vida.
He aquí el punto del cual parte la caída tendencia! de la tasa de
ganancia, a mayor inversión en tecnología de punta, el capitalista se

27
Luis R. Delgado J.

ahorra capitales por concepto de pago de salarios, aumentando a su vez


la productividad del trabajo y la explotación a razón de una creciente
apropiación de plusvalía relativa. Pero hay un límite, en la medida que
más se invierte en tecnología y se prescinde de trabajo asalariado, la
tasa de ganancia baja, porque como ya dijimos el trabajo asalariado es
la fuente exclusiva de plusvalía. En este sentido, Mészáros (2001) nos
expone que:
... para zafarse de las dificultades de la expansión y acumu­
lación rentables, el capital en competencia global tiende a
reducir el “tiempo de trabajo necesario” (o el “costo laboral
de la producción”) a un mínimo rentable, con lo que a su vez
tiende inevitablemente a transformar a los trabajadores en
una fuerza de trabajo cada vez más superflua. Pero al hacerlo
así el capital socava simultáneamente también las condicio­
nes vitales de su propia reproducción ampliada (p. 173).
De esta forma, desde finales de los años 60 y comienzos de los 70
del siglo pasado, el capital mundial cada vez más ha perdido interés en
la inversión productiva, a favor de la inversión en el ámbito especulati­
vo, financiero, redistributivo e improductivo, desarrollando una nueva
organización de la producción internacional. Es así como buena parte
de la acumulación del capital ya no se realiza por el desarrollo de las
fuerzas productivas, de la productividad del trabajo, el capital especu­
lativo no promueve la producción de nueva ganancia, sino que parasita
sobre la ganancia y el capital existente (Cervantes, Gil 2002, p. 209).
El capitalismo de los monopolios generalizados y globa-
lizados es un sistema que garantiza que estos monopolios
graven impuestos sobre la masa de plusvalía (transformada
en ganancias) que el capital extrae de la explotación del tra­
bajo. En la medida en que estos monopolios están operando
en las periferias del sistema global, la renta monopólica es
renta imperialista. El proceso de acumulación capitalista
-que define el capitalismo en todas sus sucesivas formas
históricas- está determinado por la maximización de la ren­
ta monopólica/imperialista que persigue.
Este desplazamiento del centro de gravedad de la acumu-

28
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

lación del capital es la fuente de la continua concentración


del ingreso y la riqueza en beneficio de los monopolios, am­
pliamente controlada por las oligarquías (plutocracias) que
gobiernan los grupos oligopólicos a expensas de la remune­
ración del trabajo e incluso de la remuneración del capital
no monopólico (Amin, 2011).
Lo anterior no significa que la contradicción capital-trabajo haya
desaparecido, sino que los capitales especulativos, para reproducirse,
explotan al trabajo asalariado de forma mediatizada por el capital pro­
ductivo. El capital especulativo parasita sobre el trabajo asalariado y el
capital productivo. En este orden de ideas:
Los datos muestran que por cada dólar invertido en la pro­
ducción, entre 20 y 50 dólares se invierten en el dominio de
las “finanzas puras”.
La regla consiste en asegurar todos los beneficios de estos
20 o 50 dólares para esta economía productiva en la cual so­
lamente se ha invertido solamente un dólar, y garantizar el
crecimiento del capital financiero parasitario como usurpa­
dor de la industria, de la agricultura y de toda la sociedad...
(CIPOML 2007, pp. 64-65).

Uno de los elementos que ha utilizado el capital financiero para


subordinar al capital productivo es convertir el crédito de estímulo para
la producción en instrumento de extorsión de riqueza ya producida.
Esta situación en la cual la mayoría de la inversión social de capi­
tales se destina a la especulación de valores y no a la producción de
plusvalía, implica una crisis de la ley fundam ental del capitalismo,
la ley de la plusvalía, lo cual abre las puertas a la crisis estructural,
ya que el capital financiero entorpece la reproducción ampliada del
capital, estrangulando la producción en favor de la especulación.
Para que la burguesía transnacional vuelva a interesarse en la in­
versión productiva, esta última debe generarle rentabilidad, por lo cual,
sin un incremento de la tasa de ganancia en el ámbito productivo, es
improbable que se invierta en creación de nueva riqueza. La burguesía
mundial está de alguna manera entrampada por la propia lógica del

29
Luis R. Delgado J.

sistema. Este modelo parasitario conlleva necesariamente a una con­


tracción de la riqueza existente.
Frente a esto, los capitalistas y sus Estados hacen esfuerzos por
incrementar la tasa de explotación (aumentando la apropiación de plus­
valía absoluta y relativa) de varias maneras: a) precarizan las condicio­
nes de trabajo para de esta forma socializar los costos de la innovación
tecnológica; b) prolongan la vida media de la tecnología, represando
las innovaciones por medio del uso de patentes; c) prolongan continua­
mente el tiempo de trabajo pese a que la tecnología puede permitir más
tiempo de ocio creativo; d) promueven la inversión financiera global;
e) utilizan en los países periféricos tecnologías obsoletas; f) relocalizan
las industrias que se encontraban en los países imperialistas, a los paí­
ses periféricos donde la mano de obra es mucho más barata; g) abaratan
los costos por concepto de salarios en los Estados metropolitanos, fe-
minizando la fuerza de trabajo; h) de igual forma se han abaratado los
costos de la reproducción de nuevos asalariados, porque estos nacen,
son criados y educados en países dependientes, para luego ser impor­
tados de manera controlada por los países ricos vía migración selectiva
o la fuga de cerebros; i) sin embargo, pese a que la globalización ha
impulsado el libre flujo de mercancías y capitales, no ha liberalizado el
flujo de personas, porque precisamente al dejarlas atadas a sus Estados
nacionales mantiene nichos de mercados laborales baratos para el capi­
tal; j) se estimula la inversión extranjera en los países pobres por medio
de la disminución significativa de impuestos; k) finalmente, abaratan
los costos de las materias primas.
Lo cierto es que al final de este proceso estamos frente a una crisis
de superproducción y subconsumo, crisis de realización a causa de una
demanda efectiva insuficiente, ya que existe una tasa decreciente de los
salarios, un aumento de desempleo que se toma crónico y la creciente
producción de mercancías no se consume... superabundancia, aquí de
medios de producción y de productos, y allá de obreros sin trabajo y
sin medios de vida (Engels, 2006; p. 87).
En este orden de ideas, Robert Kurz (2003) explica lo siguiente:
Al mismo tiempo que la crisis estructural crea desempleo
en masa y/o grandes sectores de bajos salarios, desmantela

30
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

el Estado social, se desvanece el poder de compra en los


mercados internos nacionales y el capital está obligado a
expandirse de forma empresarial en el mercado mundial,
con una dinámica inaudita, para optimizar la caída de los
costos y, por otro lado, atraer el poder de compra hacia sí
mismo, en cualquier parte del mundo donde todavía exista.
El neoliberalismo (sobre todo bajo el influjo del imperialismo nor­
teamericano) en las últimas décadas logró atenuar los efectos de la
caída tendencial de la tasa de ganancia en los países imperialistas, por
medio de un gigantesco aumento de la explotación de los trabajadores
y las trabajadoras del mundo. En este orden de ideas, Caputo (2010),
gracias a una serie de investigaciones, concluye:
El incremento de la tasa de explotación, junto a la disminu­
ción del valor de la maquinaria y equipo de alta tecnología
-disminución del valor del capital constante fijo- y de la
apropiación de parte significativa de la renta de recursos na­
turales, ha significado en las últimas décadas un incremento
de las ganancias globales y de la tasa de ganancia. En estas
categorías económicas se expresa en forma concentrada el
éxito del capitalismo con la implementación del neolibera­
lismo y de la globalización en las últimas décadas.
De igual forma, el neoliberalismo se ha valido de políticas tales
como: la liberalización de los mercados financieros; la desvinculación
del dólar con el oro; el inicio de las fluctuaciones de las tasas de cam­
bio de las monedas de circulación internacional (Dos Santos, 2006). Así
como también de otras medidas para disminuir las trabas que impidan el
despliegue global del capital: reducción mundial de barreras institucio­
nales a la circulación internacional de mercancías y capitales; promoción
de la libre competencia; cambios en la legislación internacional y nacio­
nal previamente existente sobre la inversión extranjera; el otorgamiento
de “trato nacional” a la inversión extranjera, entre otros (Estay, 2001).
Samir Amin (2001) nos explica que:
Detrás del discurso neoliberal mundializado se esconden,
pues, políticas perfectamente coherentes de gestión de la

31
Luis R. Delgado J.

crisis cuyo único objetivo es el de crear salidas financieras


al surplus de capitales, como manera de evitar lo que más
teme el capital: la desvalorización masiva. La “financiari-
zación” es la expresión de esta gestión, tanto a nivel nacio­
nal como a escala mundial. Las elevadas tasas de interés,
los cambios fluctuantes y la libertad para realizar transfe­
rencias especulativas, las privatizaciones, al igual que el
déficit de la balanza de pagos de los Estados Unidos y la
deuda externa de los países del Sur y del Este, cumplen
estas funciones.
Todo lo anterior, propiciando una creciente transferencia de va­
lores de los países pobres a los países ricos, a través de mecanismos
tales como: el pago de la deuda extema, la dependencia tecnológica
y la liberalización de los débiles mercados (financieros, monetarios,
mercancías, laborales, etc.) del Tercer Mundo, se ha tratado de un
proceso de transnacionalización desnacionalizadora del capitalismo
monopolista.
El geógrafo David Harvey (2004) afirma que la expansión con­
tinuada de la reproducción ha sido compensada con un incremento
de los intentos de acumular mediante la desposesión. Al respecto Isa
Conde (2012) agrega que el despojo, el crimen, el saqueo -propios
del periodo de la acumulación originaria reaparecen en dimensiones
colosales y con nuevas modalidades (p. 12).
De los 70 a los 90 del siglo pasado la transferencia de riqueza de
los países dependientes a los países imperialistas, sólo por concepto de
pago de intereses de la deuda extema, ascendió a 4.5 billones de dóla­
res, por cada dólar adeudado en 1980, los Países Pobres han reembol­
sado 7,5 dólares y deben aun 4 dólares (Millet, Toussaint, 2005).
A esto se le agrega lo siguiente: mientras que a comienzo de los
años sesenta la distancia que separaba el 20% más rico del 20% más
pobre era de 30 a 1, esta relación pasó a ser de 75 a 1 a finales del siglo
XX (Boron, 2002). A su vez, en el interior de los países imperialis­
tas también se ha dado una redistribución concentrada del ingreso,
es decir, cada día los pobres son más pobres y los ricos más ricos. Por
ejemplo, en los Estados Unidos el 10% de los más pobres vio retroceder

32
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

sus ingresos en un 40%, mientras que el 10% más rico aumentó sus
ingresos en un 25%, esto en el transcurso de 20 años -1973/1993- (Ta­
blada, Dierckxsens, 2006). Por lo cual, la mayor libertad de acción del
capital global ha implicado un aumento de la polarización económica y
social, tanto a nivel internacional como en el interior de la mayoría de
los países, lo que niega de manera absoluta uno de los argumentos fun­
damentales de la apologética neoliberal sintetizada en la tesis del goteo.
Lo cierto es que la pobreza se elevó de 1.183 millones personas en 1987
a casi 3 mil millones de personas en el año 2005 (Pérez García, 2007).
Estos datos que nos brinda Beck (1998), plasmados en una inves­
tigación publicada a finales del siglo XX, son muy ilustrativos de la
profunda ofensiva que desató la burguesía contra los trabajadores y las
trabajadoras:
En Alemania, los beneficios de las empresas han aumenta­
do desde 1979 en un 90%, mientras que los salarios sólo lo
han hecho en un 6%. Pero los ingresos fiscales procedentes
de los salarios se han duplicado en los últimos diez años,
mientras que los ingresos fiscales por actividades empresa­
riales se han reducido a la mitad: solo representan un 13%
de los ingresos fiscales globales. En 1980 representaban
aún el 25%; en 1960, hasta el 35% (p. 21).
Ahora bien, un mecanismo relevante usado en los últimos 70 años
por el capital mundial, es el estado permanente de guerra, ya que por
medio de éste se mantiene un dinamismo perpetuo del Complejo
Militar Industrial, el cual es un sector económico vital para los países
imperialistas. Sin embargo, Beinstein (2011) explícalos límites econó­
micos e históricos de este mecanismo:
Actualmente el Complejo Militar-Industrial norteamerica­
no (en tomo del cual se reproducen los de sus socios de
la OTAN) gasta en términos reales más de un billón (un
millón de millones) de dólares, contribuye de manera cre­
ciente al déficit fiscal y por consiguiente al endeudamiento
del Imperio (y a la prosperidad de los negocios financieros
beneficiarios de dicho déficit). Su eficacia militar es decli­
nante pero su burocracia es cada vez mayor, la corrupción

33
Luis R. Delgado J.

ha penetrado en todas sus actividades, ya no es el gran gene­


rador de empleos como en otras épocas, el desarrollo de la
tecnología industrial-militar ha reducido significativamente
esa función. La época del keynesianismo militar como efi­
caz estrategia anti-crisis pertenece al pasado (p. 34).
Otro de los mecanismos más importantes que viene utilizando el
capital en las últimas décadas para impulsar su proceso de acumulación,
es la tendencia decreciente del valor de uso, la cual acorta la vida útil
de las mercancías, aumentando los ciclos de valorización del capital.
Hay que advertir que esta aberración que subordina la satisfacción de
las necesidades humanas a la satisfacción del ansia creciente de ganan­
cia está causando un proceso creciente de precarización estructural del
trabajo y la destrucción creciente de la naturaleza, producto de la explo­
tación abusiva de sus recursos. De hecho esta tendencia es uno de los
principales fenómenos que demuestra que es improbable la aparición de
un capitalismo verde o ecológico, si la humanidad asumiese el modelo
consumista estadounidense se necesitarían varios planetas Tierra.
En este sentido, Wim Dierckxsens (2011) nos explica lo siguiente:
Al acortar la vida útil de todo, el capital fomenta la capa­
cidad de reemplazo en vez de garantizar la reproducción.
El capital al agotar un recurso natural lo sustituye por otro
en vez de garantizar la sostenibilidad de los mismos a tra­
vés de las generaciones. El capital procura acortar la vida
útil de la fuerza de trabajo desgastada o más cara por otra
nueva y más barata antes de garantizar la reproducción de
la misma durante la vida de los trabajadores y a través de
las generaciones. El capital acorta la vida media útil de los
productos que se hacen cada vez más desechables y declara
de esta manera la muerte prematura a todo lo que se produ­
ce y declara con ello la muerte a los recursos naturales y el
medio ambiente.
Vemos entonces que el capital atenta contra la preservación del
planeta y por ende de la humanidad, ya que afecta profündamente el
metabolismo de la naturaleza que ha venido evolucionando a los largo
de millones de años. Esto último lo realiza malgastando recursos na-

34
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

turales (renovables y no renovables) y contaminando de manera per­


manente diversos espacios del planeta (océanos, mares, ríos, campos,
bosques, atmósfera, entre otros). De igual manera, el capital cuando
promueve la disminución de la vida útil de la fuerza de trabajo más
costosa, amenaza la capacidad de reemplazo generacional porque las
personas adultas en edad reproductiva están teniendo pocos hijos, bien
sea por el costo de su manutención o bien sea por falta de tiempo, este
hecho implica que algunas sociedades (europeas, norteamericanas, al­
gunas asiáticas sobre todo las más desarrolladas) están envejeciendo,
sus tasas de mortalidad superarán las tasas de natalidad, y la migración
no puede contener este proceso, sólo lo atenúa, lo cual amenazará a la
larga la supervivencia de dichas sociedades.
Por si esto fuera poco, la ofensiva neoliberal ha tenido consecuen­
cias políticas profundas, ya que a mayor concentración del poder eco­
nómico mundial y nacional, existe una mayor concentración del poder
político de la burguesía transnacionalizada. Las democracias en este
sentido, cada vez son más tuteladas y restringidas por el poder burgués
internacional imperialista. Chomsky (2004) explica que:
En cuanto a las consecuencias económicas de las medidas
neoliberales ... es claro que estas medidas socavan la demo­
cracia. Esencialmente, la hacen imposible... hay una muy
buena motivación política: la privatización reduce la arena
pública por definición y transfiere decisiones de la arena pú­
blica a las manos de tiranías privadas que no rinden cuenta a
nadie. Las corporaciones no son otra cosa (p. 23).
Es así como el capital, al encontrarse en medio de su crisis estruc­
tural, ha venido desarrollando un conjunto de estrategias apuntaladas
por el neoliberalismo para frenar los impactos de dicha crisis. El au­
mento de la tasa de explotación de los trabajadores y las trabajadoras,
la explotación intensiva de los recursos naturales, las privatizaciones,
el estado de guerra permanente, la flexibilización de los mercados fi­
nancieros, el acortamiento de la vida útil de las mercancías y la fuerza
de trabajo, la destrucción de derechos democráticos, entre otros, han
sido buena parte de las medidas que ha tomado el sistema imperialista
mundial para tratar de superar su crisis.

35
Luis R. Delgado J.

Una buena síntesis de las ideas que venimos desarrollando hasta el


momento nos la ofrece Kurz (2002) con esta reflexión:
En esencia, se trata de una crisis del propio capital, que,
bajo las condiciones de la tercera revolución industrial, tro­
pieza con los límites absolutos del proceso real de valori­
zación. Aunque tenga que expandirse eternamente, por su
propia lógica, se encuentra cada vez menos en condiciones
para ello, sobre sus propias bases. De ahí resulta un doble
acto de desesperación, una fuga hacia adelante: por un lado,
surge una presión aterradora para ocupar todavía los últi­
mos recursos gratuitos de la naturaleza, de hacer incluso
de la “naturaleza interna” del ser humano, de su alma, de
su sexualidad, de su sueño, el terreno directo de la valori­
zación del capital y, con ello, de la propiedad privada. Por
otro, las infraestructuras públicas administradas por el Es­
tado deben ser administradas, también a vida o muerte, por
sectores del capitalismo privado.
Hace más de 90 años, Lenin (2011) afirmaba que con la aparición
del Imperialismo (1880-1900) se iniciaba la fase superior del capitalis­
mo (Al Imperialismo, hay que calificarlo de capitalismo de transición
o, más propiamente agonizante/capitalismo parasitario o en estado de
descomposición) en tanto las contradicciones inherentes a este sistema
se mundializaban y agudizaban cada vez más.
Debemos tener presente que cuando nos referimos a crisis estructu­
ral del capital, definimos una situación histórica en la cual este sistema
ya ha demostrado de forma fehaciente que no es capaz de superar sus
contradicciones inherentes. Lo anterior tiene que ver con este fenóme­
no descrito por Mészáros (2001) de la siguiente manera:
... la fase progresista de la ascensión histórica del capital
llega a su conclusión precisamente porque el sistema del
capital global en sí alcanza los límites absolutos más allá de
los cuales la ley del valor ya no puede ser alojada dentro de
sus confines estructurales (p. 173).
Hoy las enormes asimetrías existentes entre la economía financie­

36
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

ra especulativa y la economía productiva, el desarrollo de tendencias


de endeudamiento, sobreconsumo y parasitismo, dificultan cada vez
más las condiciones propicias para valorizar y acumular capital (Pérez
García, 2010).
A diferencia de las crisis cíclicas que afectan particularidades del
sistema como la esfera financiera, comercial o a un determinado ramo
de la producción (los hidrocarburos, la agricultura, etc.), la crisis es­
tructural es universal, es multidimensional, es decir, afecta todos los
ámbitos del sistema.
En otro orden, mientras que las crisis cíclicas han afectado a lo
largo de la historia un conjunto parcial de países o de regiones cada vez
más extensas, la crisis estructural tiene un impacto global que abarca
los diversos rincones del planeta inmersos en el sistema del capital.
Por otro lado, la escala temporal de la crisis estructural en las últi­
mas décadas ha demostrado ser continua, permanente, a diferencia de
las crisis que por su duración parcial se han denominado cíclicas. En
este orden, la crisis estructural implica que las crisis cíclicas se harán
más frecuentes y aunque se superen momentáneamente mediante re­
formas superficiales y medidas remediales, la crisis estructural estará
ahí minando la estabilidad del sistema. Mészáros (2009) afirma que
la crisis estructural está marcada por un continuum depresivo. En esta
línea Stefan Engel (2009) nos expresa que en las últimas décadas se
ha incrementado la tendencia al acortamiento del ciclo de crisis y a la
prolongación de las mismas.
La crisis estructural afecta íntegramente la totalidad de fenómenos
y procesos de un sistema social, mientras las crisis cíclicas, al afectar
algunas partes del sistema, no ponen en peligro la supervivencia del
mismo, tan sólo bastan algunas maniobras intemas para que se supere
la situación crítica. En contraste, la crisis estructural pone en cuestión
la supervivencia del sistema, y por más maniobras que se apliquen,
lo que se logra es ganar tiempo, pero no se frena el desarrollo de esta
situación crítica. De esta forma:
El capitalismo ya casi no tiene horizonte positivo de refe­
rencia, su “futuro” visible se retrae a una velocidad inespe­
rada, la crisis psicológica de sus élites centrales aumenta

37
Luis R. Delgado J.

en progresión geométrica (y también su peligrosidad, su


irracionalidad). Si llevamos hasta las últimas consecuencias
las tendencias decisivas del sistema (destrucción ambiental,
concentración de ingresos, militarización, parasitismo, etc.)
su posible supervivencia aparece bajo la forma de escena­
rios monstruosos marcados por grandes genocidios y de­
sastres ecológicos cuya magnitud no tiene precedentes en la
historia humana (Beinstein, 2011; p. 13).
Por otro lado, las dos experiencias más importantes de aplicación
de sistemas estatales de control y regulación del capital, como lo fue­
ron el keynesianismo y la experiencia soviética, fracasaron en el siglo
XX, demostrando que el metabolismo del capital es incontrolable, por
lo cual para superar las crisis del capital debe construirse una alterna­
tiva radical al sistema imperante, es decir, el capital debe ser superado
por un nuevo metabolismo social.
Debemos dejar claro que hablar de crisis estructural del capital no
es afirmar que éste se encuentra a punto de desaparecer, que le faltan
pocos años para desmoronarse, ya que parece que muchos intelectuales
y políticos han caído en conclusiones economicistas, deterministas y
apocalípticas. Pareciera que olvidaran que la Revolución Socialista no
es un destino manifiesto, predeterminado, al cual podemos esperar sen­
tados en un sofá, se trata de una opción histórica que debe ser elegida y
construida por millones de hombres y mujeres, el dilema “Socialismo
o Barbarie” sintetiza este problema civilizatorio.
¿Cuál es el límite, entonces, que hace finito al capital? No
es el que el capital se canse o se ponga senil, que llegue a
cierto punto en el que sea incapaz de sobrepasar más ba­
rreras. La respuesta que a lo largo de sus vidas ofrecieron
Marx y Engels fue coherente: el límite del capital es la clase
obrera... los trabajadores ponen el punto final a la historia
del capital. (Lebowitz, 2006; p. 69)
Frente a esta realidad histórica, lamentablemente algunos secto­
res dogmáticos del movimiento socialista y comunista tienen más de
100 años pronosticando el inminente fin del capitalismo, lo cual ha
llenado de esperanza y frustración a muchas personas. Se ha olvidado

38
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

muchas veces una enseñanza fundamental de los teóricos y principales


dirigentes revolucionarios (Marx, Engels, Lenin, Gramsci, Fidel, Mao,
etc.): para que el capitalismo se caiga hay que tumbarlo y enterrarlo
(Chávez dixit), es decir, debe darse una revolución que transforme los
fundamentos estructurales de la sociedad existente, en el plano políti­
co, económico, cultural, moral, etc. Lenin, el gran revolucionario ruso,
dijo que el capitalismo nunca estará en una situación absolutamente
desesperada mientras las personas trabajadoras le permitan sobrevi­
vir (Callinicos, 2011). Este régimen social está afectado por crecientes
contradicciones y no por un destino de desplome terminal. No se disol­
verá por envejecimiento y su erradicación depende de la construcción
de una alternativa socialista (Katz, 2011).
En este orden, de acuerdo al contexto actual, la crisis no desenca­
denará revoluciones profundas en lo inmediato, porque todo indica que
no hay una situación revolucionaria en los países imperialistas. Para
que se diese una revolución socialista de impacto mundial sería nece­
sario una subversión del orden en países metropolitanos como Estados
Unidos, Alemania y Japón, sin embargo, no se avizora en estos países
una crisis política y social, una situación de insurrección contra el or­
den estatal, y, peor aún, no existen fuerzas sociales capaces de ponerse
al frente de una revolución en esas zonas del planeta.
Finalmente debemos distinguir lo siguiente, una cosa es la crisis
estructural del capital y otra cosa es la crisis humanitaria producto
del orden metabólico del capital. Como dijimos en líneas anteriores,
el capitalismo funciona bien con millones de desempleados, millones
de hambrientos, enfermos, destrucción ambiental o guerras, estos fe­
nómenos son inherentes a su sano desenvolvimiento sistémico. Por lo
tanto, que un gran segmento de la humanidad sufra una crisis perma­
nente no implica que el capitalismo no esté funcionando, precisamente
es todo lo contrario, los problemas que sufren buena parte de los seres
humanos es consecuencia de la acumulación ampliada del capital a
escala mundial. Sin embargo, esta crisis ambiental y humanitaria pre­
siona sobre la permanencia del orden metabólico del capital, porque
por un lado afecta las condiciones necesarias para la reproducción am­
pliada sistémica y por otro lado cada día lo deslegitima más.

39
III. La Actual Crisis Cíclica del Capitalismo

Ahora bien, con respecto a las más recientes manifestaciones del


fenómeno, o lo que pudiésemos denominar como lo coyuntural, la crisis
mundial del capitalismo ha mostrado sus primeros síntomas en las eco­
nomías de los centros del imperialismo. De acuerdo a Katz (2010):
La crisis actual irrumpió en la órbita financiera estado­
unidense a mitad del 2007, cuando se verificaron grandes
dificultades de pago de los créditos subprime. Los présta­
mos otorgados a los deudores poco solventes engrosaron
primero la lista de operaciones de alto riesgo y desataron
posteriormente una bola de nieve de alta morosidad. Los
agujeros que aparecieron en los pequeños bancos norteame­
ricanos pasaron a las grandes entidades y finalmente hicie­
ron temblar a todo el sistema internacional.
La crisis financiera tuvo su precedente inmediato en la crisis in­
mobiliaria estadounidense de 2007, crisis que fue preparada con las
políticas destinadas a reactivar la economía norteamericana luego de la
crisis de 2000-2002, y que tuvo entre sus consecuencias que un millón
de familias perdieran sus viviendas, cinco millones de familias no pu­
dieron pagar créditos, por lo cual en 2008 la venta de viviendas sufrió
una caída del 65% con respecto al año 2005, quedando más de cinco
millones de viviendas sin vender.
Esta crisis inmobiliaria cada vez más fue acompañada por una cri­
sis del crédito, que repercutió sin lugar a dudas en las esferas producti­
vas del capitalismo. En este sentido, los 500 supermonopolios interna­
cionales han sido golpeados de forma contundente y unos, que incluso
constituían modelos del capitalismo monopolista transnacionalizado,
han caído espectacularmente. General Motors es el caso más dramáti­
co porque era considerada la joya de la industria automovilística nor­

41
Luis R. Delgado J.

teamericana. De igual forma, Citigroup (para 2007 entonces la mayor


corporación bancaria del mundo) y el Bank o f America tuvieron que
recibir, para ser rescatados, una inyección directa de 45 mil millones
de dólares y 20 mil millones de dólares respectivamente, con unas
garantías estatales para respaldo de activos de casi 400 mil millones
de dólares.
Las crisis crediticias afectan la esfera de la producción capitalista
porque, además de golpear la inversión productiva estimulada por el
crédito, golpea también el consumo masivo de mercancías, es decir,
contrae el mercado. Esta coyuntura pone en cuestión la cultura de las
tarjetas de crédito, esencial para el modo de vida americano. Y dado
que el consumo privado implica más del 70% de la demanda agregada
de Estados Unidos, la caída en el gasto doméstico agrava la recesión
económica (Cobarrubia, James, Tablada, 2009).
En términos generales, deben resaltarse algunas estadísticas (En-
gel, 2009), tan sólo en el último trimestre de 2008 cayó en un 20% el
comercio y la producción industrial mundial. La producción de acero
cayó más de 50%. La producción de automóviles en 2009 descendió
un 23,3%. La navegación comercial bajó en más de un 50%, y registró
luego una lenta recuperación, lo que ha implicado la mayor caída del
comercio mundial en los últimos 80 años.
La OIT estima que para 2009 la cifra del desempleo se elevó en más
de 50 millones personas, y considera optimistamente que con un reim­
pulso de la producción a nivel mundial el desempleo podrá disminuir a
partir de 2013 .En 2009 la economía mundial se contrajo por primera
vez desde la Segunda Guerra Mundial (Callinicos, 2011). Es así como
Mészáros (2009) ha expresado que la crisis se volverá -en su debido
momento- más profunda, en el sentido de invadir no sólo el mundo de
las más o menos parasitarias finanzas globales sino cada una de las
esferas de nuestra vida social, económica y cultural (p. 23).
Está claro para muchos que la crisis actual del capitalismo no tiene
precedentes, ya que afecta de forma simultánea diversos aspectos; a
la profunda crisis financiera se le suman crisis energéticas, alimenta­
rias y, la más grave, una crisis ambiental creciente. Eso sin contar el
conjunto de crisis y contradicciones políticas, sociales, urbanísticas,

42
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

humanitarias que afectan a diversos pueblos: agresiones imperialis­


tas, los genocidios, las guerras civiles, el narcotráfico, el comercio
sexual, son sólo algunos de los fenómenos degradantes inherentes al
capitalismo existente. El presidente Hugo Chávez ha hablado en este
sentido de una profunda crisis moral, e Isa Conde (2012) nos expresa
que estamos presenciando el desarrollo de una multi-crisis crónica del
capitalismo mundial.
La crisis coyuntural que el capitalismo hoy sufre es parte del des­
envolvimiento de su crisis estructural, es consustancial con su lógi­
ca de acumulación y expansión. Muestra las fragilidades de la etapa
más avanzada de la mundialización de las relaciones de explotación
capitalista, caracterizadas por un predominio del capital financiero es­
peculativo sobre los capitales productivos, lo que se denomina como
economía de casino es lo que ha provocado el descalabro financiero
internacional.
Los sectores especulativos financieros han crecido cinco veces más
rápido que el sector productivo, es de destacar que para 2007 el volu­
men del capital financiero mundial ascendía a 2.300 billones de dóla­
res, el equivalente a 65 veces el producto bruto mundial. En realidad
nos encontramos ante una sobreacumulación de capitales que no se
han traducido en aumento de la productividad social. Esto debe tenerse
claro para no caer en el simplismo de echarle la culpa sólo a un grupo
de banqueros o políticos mafiosos, la causa de la crisis es la lógica de
funcionamiento del capitalismo. Miguel Giribets (2011) nos brinda es­
tos datos reveladores del predominio de la especulación financiera:
Mientras que el PIB mundial es de 70 billones de dólares,
el mercado de obligaciones es de 95.000 billones de dóla­
res (más de 1.000 veces más), las bolsas “valen” 50.000
billones de dólares (casi 1.000 veces más) y los derivados
“valen” 466.000 billones de dólares (más de 6.500 veces).
Una situación insostenible. Lo que hay detrás de las cifras
de obligaciones, valores de bolsa y derivados es un capital
especulativo que es varios miles de veces superior a la eco­
nomía real. Ante esta masa de capitales, la tasa de beneficio
tiende a cero de forma imparable, pues los beneficios salen
-a fin de cuentas- de la economía real. El sistema capitalista

43
Luis R. Delgado J.

va hacia el colapso. Cada 2,4 horas se mueve un monto de


dinero en el mundo ¡equivalente a todo el PIB de un año!
En este contexto destaca el papel que juegan las bolsas de valores,
ya que son estas los espacios de lucha del capital financiero y espe­
culativo, el terreno donde se expresan sus contradicciones, Alvarado
Santana (2008) define las bolsas de valores de la siguiente manera:
... son, en esencia, mercados a través de los cuales opera
el proceso de sustracción de fortunas, el arruinamiento de
unos cuantos, el crecimiento fraudulento y especulativo de
los capitales de unos pocos, este también es un mecanismo
para el impulsar el proceso de concentración y acumulación
de capitales y la riqueza en manos de la oligarquía financie­
ra internacional (p. 24).
Hoy se expresa de forma aguda la profunda contradicción entre el
desarrollo de las fuerzas productivas, sorprendentes en la actualidad y
que servirían para satisfacer las necesidades básicas humanas en todo
el planeta, con las relaciones de producción que hoy impiden que la
riqueza sea equitativamente repartida porque la apropiación de la pro­
ducción es privada. El capitalismo no logra superar la anarquía de la
economía privada, con todo el avanzado proceso de monopolización
hoy presente. El proceso de acumulación competitiva es responsable
de la tendencia crónica del capitalismo a desembocar en crisis de so­
breinversión y rendimiento: la especulación alimenta esta tendencia
pero no es su causa primaria (Callinicos, 2003; p. 84).
No olvidemos que las crisis cíclicas se originan por el fenómeno de
la superproducción de mercancías, como mecanismo errático que utili­
za el capitalismo para frenar la caída tendencial de la tasa de ganancia,
pero producto de la financiarización de la economía cada vez más las
crisis son financieras, son crisis de superespeculación.
La crisis es... una racionalización irracional de un sistema
irracional. La irracionalidad del sistema queda perfecta­
mente clara hoy: masas de capital y trabajo inutilizadas, de
costa a costa, en el centro de un mundo pleno de necesi­
dades insatisfechas. ¿Acaso esto no es una estupidez? La

44
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

racionalización que el capital desea tiene por objeto resta­


blecer las condiciones de extracción de plusvalía, restaurar
los beneficios. El medio irracional de lograr este objetivo
consiste en suprimir trabajo y capital, condenando inevita­
blemente al fracaso la racionalización buscada. He aquí lo
que entiendo por racionalización irracional de un sistema
irracional (Harvey, 2010).
Sin embargo, hay que ser cautos con las evaluaciones que se hagan
al respecto, ya Marx hace más de 150 años nos precavía que las crisis
coyunturales o cíclicas que sufre el capitalismo sirven para sofisticarlo
y reiniciar un nuevo ciclo expansivo, las crisis destruyen los capitales
individuales más débiles, lo cual acentúa la concentración y la mono­
polización de capitales. Un ejemplo de ello es que entre 2008 y 2010,
el número de nuevos multimillonarios (con más de 1.000 millones de
dólares) pasó de 793 a 1210; otro dato es que el patrimonio acumulado
de los multimillonarios se incrementó en un 18,9% en el momento más
agudo de la crisis.
En el caso de la clase trabajadora, es ésta la que paga los platos
rotos con mayor intensidad, porque las crisis económicas generan des­
empleo, deterioro de las condiciones de trabajo, baja abrupta del poder
adquisitivo, eso sin contar que buscan destruir con represión la volun­
tad de lucha de los trabajadores y las trabajadoras, entre otros efectos
perniciosos.
Por otro lado, el Estado Capitalista cumple durante las crisis un
papel preponderante en el auxilio a los sectores burgueses económicos
afectados, no olvidemos que el Estado junto al Mercado son institucio­
nes históricas al servicio del buen funcionamiento sistémico... la fo r­
ma moderna “Estado ” representa solamente el reverso, la condición
estructural y la garantía de lo “privado ” capitalista (Kurz 2002). El
Estado burgués condensa las relaciones de producción capitalista. El
Estado es una forma del capital (Holloway, 2005). El capitalismo pri-
vatiza la riqueza y socializa las pérdidas, los Estados burgueses lo que
están haciendo es nacionalizar la bancarrota capitalista.
Hasta ahora (en 4 años aproximadamente) los Estados capitalistas
han entregado más de 23 billones de dólares para tratar de salvar al

45
Luis R. Delgado J.

sistema bancario e industrial, mucho más que el costo de las guerras


de Irak y Afganistán juntas. Debe tomarse en cuenta que con tan sólo
una inversión anual de cien mil millones de dólares (menos del 2% de
lo que han gastado los Estados para salvar a la burguesía financiera
mundial) se pudiese superar la pobreza a nivel mundial.
Por lo tanto, es risible observar cómo algunos consideran las na­
cionalizaciones que se están llevando en las principales economías ca­
pitalistas del mundo como concesiones al Socialismo, nada más desca­
bellado. El Estado capitalista con su naturaleza de clase siempre está
presto para mantener a flote a las burguesías a costa de los sectores
trabajadores y pequeños burgueses, olvidar esto es considerar al Estado
como una institución neutra que expresa los intereses de la sociedad en
general, cuando históricamente está confirmado que el gobierno del
Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios
comunes de toda la clase burguesa (Marx, Engels, 2009; p. 30).
Un elemento a destacar es que esta política de salvataje, de estí­
mulos a las instituciones financieras ha creado un nivel inaudito de
endeudamiento de los Estados de las principales potencias capitalistas,
es decir, los ha aproximado más a una bancarrota generalizada. En este
sentido, Beinstein (2010) nos señala que:
... la relación entre deuda pública y Producto Bruto Interno
pasará en Alemania del 64% al 84%, en Francia del 64% al
94%, en los Estados Unidos del 63% al 100%, en Inglaterra
de 44% al 90%...
Sus deudas públicas y privadas han venido creciendo hasta
acercarse ahora a su punto de saturación, en 1990 las deu­
das totales del G7 (públicas + privadas) representaban cerca
del 160% de la suma de sus Productos Brutos Internos, en el
2000 habían subido al 180% y en el 2010 superarán el 380
% (110% las deudas públicas y 270% las deudas privadas).
En relación a estas escandalosas cifras de endeudamiento por parte
de los principales estados imperiales, el hecho más relevante es que
la economía estadounidense estuvo a punto de declararse en default
a principios del mes de agosto de 2011, debido a que ya en mayo de
este año el país había superado el techo del endeudamiento federal,

46
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

pautado en 14,3 billones de dólares. Después de intensos debates en


las cámaras del congreso norteamericano, se decidió elevar el techo de
la deuda en 2,3 billones de dólares, estableciendo el límite de endeuda­
miento público en 16,7 billones de dólares. Debe resaltarse que estas
decisiones pudieron tomarse en cuenta en perjuicio de los derechos de
los pensionados y los programas de salud, ya que presupuestos como
el militar quedaron intactos.
En otro orden de ideas, un elemento actual de suma importancia
es que las nacionalizaciones e intervenciones estatales llevadas a cabo
en los últimos tiempos tanto en EEUU como en Europa, desmontan de
forma estrepitosa el mito neoliberal de la no intervención del Estado
en cuestiones económicas. De acuerdo a algunos autores (Ramonet,
2008) esta crisis desacredita sustancialmente al paradigma monetarista
dominante durante las últimas tres décadas, planteamiento que fúe im­
pulsado tanto por liberales como por socialdemócratas.
Empero, hay que aclarar que dicho dogma de la cartilla neoliberal
nunca se aplicó hasta sus últimas consecuencias en los países metro­
politanos (cosa distinta ocurrió en algunos países dependientes donde
el neoliberalismo se aplicó de forma ortodoxa, con las conocidas con­
secuencias patéticas), basta tan sólo recordar los subsidios que los Es­
tados de los países desarrollados dan a sus productores agropecuarios
o la importancia de mecanismos extraeconómicos como las guerras
de invasión, para asegurar los mercados de materias primas, fuentes
de energía, entre otros. En tomo a esto, son muy esclarecedores los
siguientes planteamientos de Dos Santos (2006):
Desde 1960 hasta nuestros días, el gasto público de varios
Estados nacionales aumentó grandemente de 20 o 30 por
ciento a 40 por ciento del Producto Interno Bruto, particu­
larmente al amparo del neoliberalismo de Thatcher, Rea­
gan, etc...
Así pues, se trata del neoliberalismo, del capitalismo mo­
nopolista de Estado, que consiste en aumentar la interven­
ción estatal para garantizar la permanencia del capital, so­
bre todo del capital de los grandes monopolios y del capital
financiero. Cuando se trata de defender esos intereses, la

47
Luis R. Delgado J.

economía de mercado queda olvidada, pues no es compati­


ble con el mundo de los monopolios, oligopolios y corpora­
ciones multinacionales que dominan la vida económica de
nuestros días (pp. 168-169).
De esta manera, hay que ser cuidadosos con tomar al pie de la letra
la prédica neoliberal del achicamiento del Estado, o de su progresiva
extinción a favor de un Nuevo Orden Mundial, una Aldea Global, en la
cual la política iba a estar dirigida por espacios multilaterales, que co­
ordinan la voluntad de la comunidad internacional, lo que se ha dado
es un proceso de desmontaje de la soberanía de los Estados periféricos
a favor de las corporaciones internacionales, pero los Estados imperia­
listas han reforzado su dominio como nunca antes. Esta reflexión de
Héctor Castaño Salas (2006) es sumamente pertinente:
No hay que confundir, por tanto, la retirada del estado neo­
liberal de sus funciones del bienestar y redistribuidor social,
de las funciones socio-políticas, administrativas y coerciti­
vas que sostienen al sistema de propiedad y ofrecen el tipo
de regularidad y orden legal requerido por las condiciones
básicas de acumulación del capital. Resultando que la for­
ma política de la globalización no es un estado global, su
esencia es una economía global administrada por un sis­
tema global de múltiples estados dentro de una compleja
relación de dominio y subordinación, lo que ha requerido
en última instancia la hegemonía de un solo poder hege-
mónico, en donde adquiere un papel específico el uso de la
fuerza militar bajo el marco de una ideología sistemática de
guerra sin fin.
En otro orden, pudiésemos encontramos en el campo de la teoría
económica burguesa, o bien en el reacomodo de tesis neo-keynesianas
(mezcladas con neoliberalismo) o en la estructuración de tesis neo-fas­
cistas, que pretenden reestructurar la acumulación capitalista a escala
global. Por un lado, los neoliberales afirman que la crisis no es más
que un accidente pasajero, y siendo las instituciones financieras sumi­
nistradoras de dinero a la sociedad es menester que sean preservadas
por fondos públicos. Por otro lado, los keynesianos argumentan que la

48
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

crisis es responsabilidad de unos especuladores inescrupulosos, por lo


cual son necesarios más estrictos controles para contrarrestar la impru­
dencia de los financistas. En esta línea argumentativa Stiglitz (2002)
viene insistiendo, desde hace más de 10 años, que la globalización tal
cual como la vienen impulsando los neoliberales ortodoxos, no fun­
ciona, por lo cual es menester reformar las instituciones económicas
internacionales tales como la OMC, el FMI y el BM, para que se dé un
rediseño de la globalización, que debería tener un rostro más humano.
Sin embargo, más allá de las buenas intenciones de algunos, el
neoliberalismo no pierde utilidad para la gran burguesía transnacional,
porque el capitalismo contemporáneo no tiene modelo alterno de ges­
tión que no sea el neoliberalismo, por más que trate de aplicar una que
otra medida neo-keynesiana que suavice algunas situaciones.
En este sentido, es relevante la activación del G20, que agrupa los
principales países industriales que generan el 90% del producto mun­
dial bruto, como espacio para buscar salidas consensúales a la crisis. En
estos foros se ha defendido la perfectibilidad del capitalismo, el uso de
controles para poner coto a la especulación financiera, la participación
oportuna de los Estados burgueses para salvar al sistema, entre otras
excrecencias que no desmontan el programa neoliberal sino tan sólo
lo matizan. Hay que estar alertas y combatir a aquellos planteamientos
que pretenden afirmar que el capitalismo funciona de maravilla para
todos, que solo hay que hacer unos retoques y maniobras para que el
sistema supere los actuales “contratiempos”.
Frente a esto, es importante los nuevos debates que en materia eco­
nómica se han venido dando desde la izquierda revolucionaria, Katz
(2010) expresa que en los últimos años:
Resurgen las lecturas de “El Capital” y reaparecen los se­
guidores contemporáneos de ese texto. Si esta tendencia
prospera, la concepción marxista recuperará autoridad polí­
tica e intelectual. Esa recomposición es indispensable para
desafiar la hegemonía intelectual que comparten los neoli­
berales con los keynesianos.
Otro elemento importante es la discusión sobre el alcance de la cri­
sis. Para la mayoría no hay duda que la presente crisis tendrá un impacto

49
Luis R. Delgado J.

global, pero lo que se discute es el grado de intensidad del impacto en


las economías periféricas, para algunos será catastrófico y para otros
será leve, sobre todo para aquellos que hablan del desenganche o des­
acople de las economías emergentes del sistema financiero internacio­
nal. Ciertamente aquellos países que hayan ganado mayores niveles de
independencia económica serán los menos afectados por la crisis, sin
embargo, no dejarán de ser afectados, porque hoy la economía capitalis­
ta global se encuentra interconectada de forma profunda, tan sólo basta
recordar el impacto que tuvo a nivel mundial en los años precedentes las
crisis que afectaron las economías del Sudeste Asiático, Rusia o Brasil.
Si estas economías afectaron el desenvolvimiento económico interna­
cional, es obvio que un descalabro de la principal economía del Sistema
Capitalista Mundial tendrá unos efectos impredecibles. En el caso de
nuestro continente, Claudio Katz (2010) exprésalo siguiente: El impac­
to de la eclosión global en América Latina ha sido inferior a los países
desarrollados y más agudo que en las economías ascendentes de Asia.
Afectó en mayor grado a Centroamérica que al hemisferio sur.
Un aspecto que debe destacarse es que esta crisis acelera la des­
composición del papel dirigente de los Estados Unidos en la cadena
imperialista (sin obviar que aun hoy es el factor central que garantiza la
reproducción global del capital), el cual se sostiene fundamentalmente
gracias al poderío militar. Dato importante es que este país pasó de ser
el mayor acreedor mundial ha convertirse en el mayor deudor, y en vez
de descollar como productor cada vez resalta más como consumidor.
De igual manera, actualmente las familias estadounidenses por
concepto de taijetas de crédito tienen una deuda superior al millón de
millones de dólares, a la cual se le suma una deuda de 10,5 millones de
millones de dólares debido a los créditos hipotecarios, esta dramática
situación va a impactar la capacidad de consumo del pueblo estado­
unidense. Uno de los fenómenos más perversos de la crisis en Estados
Unidos es que, aunque se han observado ciertos síntomas de recupera­
ción económica en los últimos dos años, no se ha registrado un proceso
paralelo de creación de empleo (Goldstein, 2011).
Para pensadores como Dos Santos (2006), EEUU está confrontado
el hecho de su transformación en una potencia regional (p. 291). En
este sentido, Sención Villalona (2010) explica que:

50
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

La economía de Estados Unidos pierde competitividad a


escala planetaria y tiene crisis de sobreproducción cada vez
más frecuentes. Retrocede en el PIB y el comercio mundial,
su moneda tiende a ser desplazada por otras divisas fuertes,
se le cierran los mercados y carece de las materias primas
estratégicas, cuyo agotamiento se acelera por el crecimiento
de otras economías y por la propia acumulación de capital a
escala mundial (p. 179).
De igual forma Europa hoy está sufriendo los embates de la cri­
sis (quiebra de los Estados más débiles, debilitamiento del euro, etc.)
amenazando la integridad de la Eurozona y la Unión Europea, en este
sentido, las posibilidades de resquebrajamiento de este espacio de inte­
gración capitalista son factibles.
En particular la economía de la eurozona atraviesa un mo­
mento histórico sin precedentes, marcado por la primera
caída de su crecimiento desde que la Unión Monetaria nació
en 1999. Esta rompió, en agosto de 2008, con nueve años de
tasas de crecimiento positivas. La crisis financiera interna­
cional avanza a tal velocidad que ha puesto al desnudo los
problemas económicos, sociales y políticos internos de la
Unión Europea (Cobarrubia, James, Tablada, 2009; p. 7).
Hoy resulta interesante observar y analizar los acontecimientos que
se vienen desarrollando en los últimos años en algunos países de la
Unión Europea como Grecia, España, Portugal, Irlanda, Letonia, entre
otros países. Acontecimientos que expresan dramáticos efectos de la
actual crisis cíclica internacional del Capitalismo en las economías
más débiles de la Eurozona. Muchas de estas naciones que se asumían
del Primer Mundo están hoy sufriendo una serie de estragos que las
coloca hoy al borde de la quiebra.
En la actual coyuntura de la crisis, han empezado aflorar una serie
de contradicciones inherentes a la composición de la Unión Eu­
ropea, el desarrollo desigual salta a la vista y se devela el carácter
imperialista de este organismo de integración supranacional. Hoy está
en clara evidencia que a lo interno de este organismo prevalece la he­
gemonía de los capitales norteamericanos, alemanes, franceses e ingle­

si
Luis R. Delgado J.

ses, estos capitales subordinan al resto de los componentes de la Unión,


por lo cual países como Portugal, República Checa, España, los países
bálticos y balcánicos, antiguas repúblicas soviéticas, entre otros, no
son más que neocolonias que participan como socios subalternos en
el reparto de la riqueza planetaria, son naciones dependientes del gran
capital financiero e industrial mundial.
Los capitales financieros globales, con el pretexto de reducir las deu­
das públicas y el déficit de las naciones más débiles de Europa, están exi­
giendo que estas apliquen medidas de liberalización de sus economías,
de reducción del gasto público, y de los derechos sociales-laborales de
la clase trabajadora, nada más y nada menos que una ofensiva neoliberal
sin precedentes en la región. Con respecto al tema del endeudamiento
público veamos estas ciñas dadas por Hedelberto López Blanch (2010):
... en 2010, la deuda pública de Grecia se ciña en 125 %;
Portugal, 85%; Irlanda, 83%, y España, 66%. No obstante,
las potencias pueden darse el lujo de tener ciñas rojas pa­
recidas como las de Estados Unidos, 85 %; Francia, 76 %;
Reino Unido, 75%; sin que nadie las obligue a tomar medi­
das extremas de austeridad.
Este sobreendeudamiento representa un grave problema
para cualquier nación pues al no cumplir con los pagos, el
Estado no recauda, las personas se limitan en sus gastos
en una sociedad puramente de consumo, las producciones
bajan, el desempleo crece.
En primer lugar, revisemos el caso de Grecia que ocupó en su mo­
mento una amplia cobertura mediática. De acuerdo a algunas opinio­
nes, las potencias capitalistas, fundamentalmente Alemania y los Esta­
dos Unidos, plantean que la economía helena pase a control del Fondo
Monetario Internacional y de gobiernos como el de la propia Alemania
y Francia, para que los inversionistas y los acreedores ganen mayor
confianza, se trata de una maniobra colonial. Un dato interesante es
que el endeudamiento (330 mil millones de euros, 125% de su PIB)
y el déficit (40 mil millones de dólares) de la economía griega es pro­
ducto de su desproporcionado gasto militar anual (4,5%) con respecto
a su PIB, mientras que países como Alemania y Reino Unido gastan

52
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

1,5% y 2,6% respectivamente. Más del 50% del gasto militar griego va
dirigido a la compra de equipamientos del complejo militar industrial
franco-alemán, precisamente los países que exigen políticas de ajuste
estructural, de austeridad extrema. La UE exigió a Grecia que en 2010
redujera el déficit cuatro puntos porcentuales, del 12,75% del PBI has­
ta el 8,7%, y situarlo por debajo del 3% como muy tarde en 2012.
Es decir, estamos en presencia de toda una política antipopular que
ha calentado las calles de las principales ciudades helénicas, donde
cada vez más trabajadores y trabajadoras se han movilizado, por lo
cual se han iniciado huelgas generales y paros. Y cuyo último hecho
revelador han sido las elecciones durante el primer semestre de 2012,
que implicó la ruptura del bipartidismo Nueva Democracia o PASOK,
y la irrupción de SYRIZA como fuerza alternativa.
En este contexto, también destacó el triunfo de Franyois Hollande
en respuesta a los desmanes antipopulares del gobierno Sarkozy, lo
cual coloca a Francia ante el reto de frenar la ofensiva neoliberal o por
lo menos matizarla. Lamentablemente hasta ahora este gobierno so-
cialdemócrata no ha sido lo suficientemente consecuente en su gestión
por frenar las políticas ultra-liberales.
Otro caso importante son las manifestaciones de la crisis en Es­
paña, este país sufre hoy un desempleo masivo que supera el 20%, y
un desempleo juvenil que ronda en un 50%. A partir de diciembre de
2007 la crisis de la economía española ha quebrado un total de 125.421
empresas, es decir, el 10% del tejido empresarial ha desaparecido. Por
otro lado, el 32% de las empresas españolas sufrió un descenso de sus
beneficios en 2009, frente al 28% de las empresas del resto del mundo
y, en la misma línea, el 28% de ellas tuvo una reducción en sus in­
gresos, frente a la media mundial del 26%. Frente a esto el gobierno
burgués de Zapatero se planteó la aplicación de una serie de políticas
antipopulares entre las que destacan: disminución del gasto social, dis­
minución de salarios, desmejoramiento de las pensiones, entre otros,
políticas que han sido profundizadas por el gobierno del PP. Es tan
grave la situación que se han convocado huelgas generales que han
paralizado a más de 10 millones de trabajadores y trabajadoras en todo
el país, a lo cual se le suma el movimiento de los indignados que ha
movilizado cientos de miles de jóvenes en ese país.

53
Luis R. Delgado J.

Otro caso patético, es la dura situación por la cual está atrave­


sando Letonia. En menos de dos años su PIB se derrumbó en un 30%
de acuerdo a estimaciones del FMI. Actualmente el déficit de este país
supera los 5 mil millones de euros (más del 9% del PIB), un exabrupto
teniendo en cuenta el tamaño de su economía. En menos de dos años ha
acumulado una deuda pública que asciende al 74% del PIB, que en el
mejor de los casos se incrementará en un 89% en los próximos cuatro
años, estos altos niveles de la deuda pública impiden que Letonia pueda
ingresar a la Eurozona. Un último dato a destacar es que la producción
industrial letona registró una caída del 38% durante el último trimestre
del año 2009. La grave crisis que vive este país lo está despoblando, la
juventud está emigrando de forma masiva a otros países en busca de
oportunidades.
Debe destacarse que todo este panorama ha venido debilitando en
estos últimos tiempos la posición del euro frente al dólar. Los capita­
les financieros especulativos, atemorizados por síntomas de una insol­
vencia de pago generalizada, están buscando refugio en la golpeada
economía estadounidense. Esta crisis puede resquebrajar a la Unión
Europea, producto de las asimetrías y la actitud mafiosa de las princi­
pales potencias.
Igualmente hay que resaltar que la crisis profunda de estos países
europeos abren las puertas a un escenario de aguda lucha de clases
en esta parte del planeta. Los sectores trabajadores tendrán que com­
batir férreamente para no dejarse arrebatar los derechos conquistados
en más de un siglo de intensa lucha social y política. Por ejemplo, en
Europa el desempleo juvenil es del 21%... Se habla de una generación
“ni-ni ” (jóvenes que ni estudian ni trabajan), a la que la O ITy el FMI
han calificado como una “generaciónperdida” (Giribets, 2011).
También es grotesco el hecho que:
En Europa el poder de los “bancos de negocio” se ha sentido
con tal fuerza, que siendo la firma Goldman Sachs causan­
te y beneficiaría de la crisis griega, portuguesa, italiana...
tecnócratas de esa firma encabezan ahora dos gobiernos
(Grecia e Italia) y el Banco Central Europeo, después de
las recientes destituciones en medio de sucesivas crisis de

54
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

gobemabilidad acompañadas de movilizaciones populares


multitudinarias (Isa Conde, 2012; p. 15).
De esta forma, la crisis económica en Estados Unidos y Europa es
muy significativa, si tomamos en consideración los datos de que ambas
regiones aportan más del 50% de PIB mundial, concentran casi el 60%
del comercio mundial, generan más del 75% de las inversiones directas
extranjeras globales y poseen las dos principales monedas de reservas
internacionales (Cobarrubia, James, Tablada, 2009).
Es en este contexto de deterioro de la situación económica de Es­
tados Unidos y Europa, en el cual se están abriendo perspectivas en
las próximas décadas a la emergencia de China como potencia en la
disputa por la supremacía mundial.
En este sentido, ya en 2006 China y el Medio Oriente financiaron el
86% del déficit de los países industrializados. Para nadie es un secreto
que el dólar en los últimos años ha retrocedido en fortaleza producto
del debilitamiento de la economía estadounidense; países como China
y Rusia, además del ALBA, plantean la creación de nuevas monedas
para las transacciones comerciales internacionales; algunos países es­
tán convirtiendo sus reservas internacionales en otras monedas; se han
creado monedas como el ACU, el SUCRE o la que están conformando
los países de la península arábiga, aunque todavía las distintas mone­
das (incluyendo el euro) están lejos de la preponderancia del dólar. Con
respecto al gigante asiático, Giribets (2011) expresa que:
China tenía una reserva en divisas de 3.197 billones de dólares
en junio de 2011. Los chinos utilizan sus dólares para comprar
empresas occidentales o penetrar en los mercados africanos
y latinoamericanos. En estos momentos se están planteando
comprar deuda pública europea y norteamericana, con lo cual
la dependencia de las economías de los países capitalistas más
desarrollados respecto a la de China sería muy alta.
Hay que recalcar que los países que más crecen en todo el
mundo, China e India, no siguen los dictados del FMI. Chi­
na tiene el 44% de sus empresas nacionalizadas (en los sec­
tores con un valor estratégico el porcentaje llega al 100%).
El crédito pertenece en un 100% al Estado.

55
Luis R. Delgado J.

En el año 2009 China se convirtió en el líder mundial en produc­


ción de automóviles. De igual forma el gigante asiático es el principal
receptor de inversión extranjera directa tanto en Asia como a nivel de
los países periféricos. China superó a Alemania en 2009 al convertirse
en el primer exportador mundial, tuvo ventas por 1,07 billones de dó­
lares, mientras que las de Alemania, hasta ahora campeón exportador,
sumaron 1,05 billones de dólares. En los últimos cinco años China
logró superar a Alemania y a Japón, convirtiéndose en la segunda eco­
nomía del mundo. Esta información es muy ilustrativa:
La producción industrial de China representó 19,8% de la
producción manufacturera mundial en 2010, mientras que la
parte de Estados Unidos se situó en 19,4%, lo cual se tra­
duce en que el valor agregado de la producción industrial
china alcanzó 1,995 billones (millón de millones) de dólares
(corrientes) en 2010, contra 1,952 billones de dólares para
Estados Unidos, sin embargo, la productividad sigue siendo
netamente superior en Estados Unidos: “con 11,5 millones de
asalariados, el sector manufacturero estadounidense produce
casi el mismo valor que produce el sector industrial chino
con 100 millones de trabajadores” (El Tiempo, 2011).
Datos como este indican que el centro de gravedad de la economía
mundial pudiese estarse desplazando de Occidente al continente asiáti­
co. En esta línea de ideas, Petras (2010) afirma que:
Los países de Asia, encabezados por China, están alcan­
zando el estatus de potencias mundiales, a base de gran­
des inversiones nacionales y extranjeras en la industria
manufacturera, el transporte, la tecnología, la minería y el
procesamiento de minerales. En contraste, EE.UU. es una
potencia mundial en declive, con un deterioro de la socie­
dad resultado de su construcción del imperio por medios
militares y de su economía financiera especulativa.
Para concluir este segmento del análisis de la actual crisis cíclica
del capitalismo, dejamos al lector este fragmento del Manifiesto del
Partido Comunista (Marx, Engels, 2009), que pese haber sido redacta­
do hace más de 160 años no pierde vigencia en esta época:

56
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

¿Cómo vence esta crisis la burguesía? De una parte, por la


destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas;
de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explo­
tación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace,
pues? Preparando crisis más extensas y más violentas y dis­
minuyendo los medios de prevenirlas (p. 34).

57
IV. El Imperialismo contra los Pueblos
(Agudización Mundial de la Lucha de Clases)

La crisis actual del capitalismo, que de lejos será la más grave de


su existencia, sigue confirmando que las supuestas teorías del fin de la
historia o del estadio permanente neoliberal fueron unas de las muchas
patrañas que ha inventado la burguesía durante siglos para eternizar su
supremacía sobre el resto de la sociedad, sobre los trabajadores y las
trabajadoras. Lo que se conoce como globalización es la intemaciona-
lización agresiva y sin precedentes del capital, no hay país del mundo
que se encuentre hoy aislado de esta realidad que beneficia a los capita­
les presentes en unas pocas naciones súper-industrializadas y condena
a otras a la dependencia, el atraso y la miseria.
De acuerdo a Samir Amin (2001):
... las tendencias de la evolución del capitalismo contem­
poráneo se articulan en tomo al refuerzo de lo que he llama­
do los “cinco monopolios” que caracterizan a la mundiali-
zación polarizante del imperialismo contemporáneo: (i) el
monopolio de las nuevas tecnologías; (ii) el del control de
los flujos financieros a escala mundial; (iii) el control del
acceso a los recursos naturales del planeta; (iv) el control de
los medios de comunicación; (v) el monopolio de las armas
de destrucción masiva.
El Imperialismo para mantener su supremacía sobre los pueblos,
sobre la clase trabajadora, debe asegurar los cinco monopolios antes
nombrados. Mantener el control de estos recursos económicos, políti­
cos, militares y culturales, permite al imperialismo reproducir de ma­
nera ampliada y permanente la dominación, la explotación, la opresión
y la subordinación, sobre los países dependientes, sobre los trabaja­
dores y trabajadoras de todo el planeta. El término globalización ha

59
Luis R. Delgado J.

sido acuñado para encubrir la universalización del poder totalitario


del capital, cuya dialéctica imbrica necesariamente crisis económica
y guerra, como tendencias inherentes a su propia naturaleza (Camilo
Valqui Cachi y otros, 2002).
Para salir lo más pronto posible de la crisis cíclica y postergar los
impactos de la crisis estructural, el Imperialismo intensifica sus agre­
siones a los pueblos del mundo, a la clase trabajadora, a las vanguar­
dias revolucionarias, se trata de mantener un nivel de acumulación de
capitales “óptimo” sin importar las dramáticas consecuencias sociales
que ello acarree.
En este sentido, el Imperialismo se vale de múltiples tácticas o for­
mas de lucha para acentuar la explotación y el sometimiento, las cuales
incluyen guerras de agresión, despliegue de bases militares, instiga­
ción de guerras civiles, separatismo, terrorismo, asesinatos selectivos
a dirigentes y figuras relevantes, golpes de Estado, bloqueos económi­
cos, embargos, cobro de la deuda extema, promoción del oportunismo,
destrucción por varias vías de los aparatos productivos de las naciones
dependientes, privatizaciones, expoliación de los recursos naturales,
alienación ideológica, entre otras medidas. El capitalismo contempo­
ráneo, manejado por mega-capitales de alcance planetario, se ase­
meja más a una estructura mafiosa, corrupta y delincuencial que al
espíritu empresarial que lo puso en marcha hace ya algunos siglos
(Colussi, 2012).
En este orden de ideas, Harvey (2005) ha explicado que el proceso
histórico que Marx denominó acumulación primitiva no se trata de un
proceso primigenio del capital desarrollado hace siglos, sino que se
trata de una parte de su funcionamiento permanente, por lo cual, en vez
de hablar de acumulación primitiva u originaria es más correcto hablar
de acumulación por desposesión, que consiste en el desarrollo de una
amplia gama de procesos que:
... incluyen la mercantilización y privatización de la tierra
y la expulsión por la fuerza de las poblaciones campesinas,
la conversión de varias formas de derechos de propiedad
(común, colectiva, estatal) exclusivamente en propiedad
privada, la supresión del derecho a usar los bienes comu­

60
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

nes, la mercantilización de la fuerza de trabajo y la elimi­


nación de formas alternativas (indígenas) de producción y
consumo, formas coloniales, neo-coloniales e imperialistas
de apropiación de activos (incluyendo recursos naturales),
la monetarización de los intercambios y de la fiscalización
(especialmente de la tierra), la usura, la deuda nacional y,
por último, el sistema crediticio, como formas radicales de
acumulación.
Este proceso de acumulación por desposesión, de acumulación
permanente por vías violentas o no-económicas, se ha desarrollado de
manera más intensa desde los años 70 del siglo XX, momento en el
cual se empieza a desarrollar la crisis estructural del capital.
Por esta razón hoy el capitalismo, en esta nueva crisis, se muestra
amenazante y agresivo ante los pueblos, ante la clase obrera, los cam­
pesinos, la pequeña burguesía, las mujeres, los jóvenes, las minorías,
los pueblos originarios; ya que para los burgueses son los de abajo los
que deben pagar los costos. Se trata socializar las pérdidas y privatizar
las ganancias. La burguesía mundial está presta a avanzar contra las
conquistas de los trabajadores y las trabajadoras para restituir sus tasas
de ganancia.
La burguesía mundial está decidida a utilizar las guerras como me­
canismo para reflotar sus economías activando sus complejos milita-
res-industriales, y para conquistar nuevos territorios destinados a la
explotación capitalista. Para el Imperialismo, la agenda neoliberal no
es negociable, y a los pueblos trabajadores, incluyendo sectores no mo-
nopólicos de la burguesía, se les exige una rendición incondicional.
El Imperialismo, en su insaciable búsqueda de control geopolítico,
de materias primas (sobre todo recursos energéticos), mercados para la
venta de sus mercancías y mercados de mano de obra barata, cada día
procura controlar con mayor efectividad e intensidad diversas zonas del
planeta. Este proceso se ha agudizado especialmente luego de la implo­
sión de la URSS, estado que significó un muro de contención contra las
pretensiones del imperialismo durante buena parte del siglo XX.
Para 1992, una comisión asesora del gobierno de Bush padre, re­
dactó el Proyecto para un nuevo siglo americano que:

61
Luis R. Delgado J.

... define los ámbitos fundamentales de la supremacía im­


perial estadounidense en los siguientes tópicos: a) un poder
militar de alcance global; b) ser la locomotora del creci­
miento global; c) tener el liderazgo tecnológico y de innova­
ción en áreas centrales del desarrollo militar; y d) significar
un telos normativo para las diversas sociedades del sistema
histórico capitalista (Conteras Natera, 2011; p. 245).
A partir de los años 90 del siglo pasado, el Imperialismo ha in­
sistido en crear una dominación de espectro total, un Nuevo Orden
Mundial, en el cual la hegemonía estadounidense no esté en discu­
sión, mediante el recurso de la fuerza dondequiera que sea necesario
(Chomsky, 2004). En este sentido, el unilateralismo norteamericano
se ha convertido en la cuestión predominante de la política mundial
(Callinicos, 2002). Se trata de afianzar un modelo unipolar de domina­
ción planetaria, de cumplir ese planteamiento de la postguerra mundial
de extender en todo el mundo la Doctrina Monroe (Amin, 1999), que
garantice la expansión de la acumulación del capital a nivel universal.
En este orden de ideas, Roberto Regalado (2008) señala:
El fin de la bipolaridad dejaba el terreno libre al imperia­
lismo, en particular, al imperialismo norteamericano, para
ampliar y profundizar su dominación hasta los más remotos
confines del planeta. El capitalismo proyectaba de sí una
imagen omnipotente, engalanada con toda una mitología
construida en tomo a la “globalización” y a la “Revolución
Científico-Técnica”. La globalización, supuestamente, era
una fuerza incontrolable que obligaba a la humanidad a su­
bordinarse a un “Nuevo Orden Mundial” regido por el neo-
liberalismo. Como complemento a esa seudo teoría, se le
atribuía a la llamada Revolución Científico-Técnica el don
de garantizarle al capitalismo vida y prosperidad eternas en
el Norte y, quizás, también en aquellos países del Sur que
cumplieran, a cabalidad y con premura, el recetario neoli­
beral (p. 26).
Por otro lado, refiriéndose al contexto postsoviético, el historiador
Perry Anderson (2004) nos explica lo siguiente:

62
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

... se puede decir que en el campo de las ideas la nueva


hegemonía mundial está basada en dos transformaciones
fundamentales respecto del discurso dominante durante la
Guerra Fría: a) la autoafirmación del capitalismo, declarado
como tal y no simplemente como un mero sistema socioeco­
nómico preferible al socialismo, sino como el único modo
de organizar la vida moderna concebible para la humanidad
de aquí a la eternidad; b) la abierta anulación de la soberanía
nacional como clave de las relaciones internacionales entre
los estados en nombre de los derechos humanos (p. 40).

A) Agresión política-militar del Imperialismo


La guerra permanente ha sido una de las principales medidas que
ha tomado el capitalismo imperialista en los últimos 70 años para tratar
de mantener su reproducción por medio del dinamismo de sus comple­
jos militares industriales, se ha tratado de un keynesianismo militar,
por el cual los Estados imperiales pretenden generar ganancias dura­
deras y fuentes de empleo permanente. En este orden, debe recordarse
que el reimpulso que saca al capitalismo de la profunda crisis de los
años 30 del siglo XX no fue el New Deal impulsado por Roosevelt sino
la II Guerra Mundial.
Por otro lado, el analista Thomas Seibert (2009) nos recuerda que:
Ya Marx hacía referencia al hecho de que la función de la
guerra en el capitalismo no sólo se reduce a la conquista o a
la usurpación de territorios extranjeros y de sus mercados,
sus materias primas y su fuerza laboral, sino también a la
destrucción sistémica y a menudo involuntaria de capital,
con la cual de hecho se resolvieron las crisis de sobrepro­
ducción (p. 13).
En las últimas décadas, la Guerra Fría ha sido sustituida por la
Guerra contra el Terrorismo, esta es la nueva excusa para justificar el
militarismo y las agresiones a los pueblos, a la clase trabajadora mun­
dial, e incluso contra los monopolios capitalistas de potencias menores
(China, Rusia, entre otras), que se han posicionado en algunos espacios

63
Luis R. Delgado J.

apetecibles por los monopolios occidentales (estadounidenses, ingle­


ses, franceses, entre otros), se trata de guerras de ordenamiento mun­
dial (Kurz 2003).
Con respecto a los sucesos del 11 de septiembre de 2001, Engel
(2005) afirma que:
Por primera vez, todos los Estados imperialistas acordaron
una “política interior mundial” conjunta. Pero en realidad
aquello no fue una reacción al atentado del 11 de septiem­
bre, sino una estrategia preparada con mucha antelación
para organizar la contrarrevolución internacional contra
todas las aspiraciones a liberarse de la explotación y opre­
sión. Las masas deben apoyar, o por lo menos aceptar, el
recurso abierto a la violencia estatal. Por esta razón, los do­
minantes pasan al desmontaje de los derechos y libertades
democrático-burgueses, a la fascistización del aparato de
Estado y la represión abierta como “legítima defensa” con­
tra el “terrorismo internacional” (p. 555).
Evidentemente, la Lucha de Clases no se detuvo, de hecho en mu­
chas partes se ha agudizado. La oligarquía mundial arreció su ataque
sobre los pueblos con la excusa de llevar a cabo misiones civilizato-
rias, democráticas, profundamente defensoras de los derechos huma­
nos, portadoras de un supuesto “Progreso”. En los últimos años con
el aval de la lucha contra el ‘Terrorismo” y el “Narcotráfico”. No es
la primera vez que esto sucede, siempre los poderosos buscan razo­
nes éticas para justificar sus atropellos a los explotados y oprimidos.
Y cuentan con instituciones que dan un marco de legitimidad a sus
agresiones, por ejemplo, Naciones Unidas proveen una superestruc­
tura imprescindible de las nuevas formas de dominación que impulsa
el imperialismo.
En este orden de ideas el intelectual y político venezolano Luis Bi-
gott (2010) nos explica que la más reciente doctrina de política exterior
de los Estados Unidos comprende los siguientes principios:
... (a) la elección popular no constituye la base de legiti­
mación de un gobierno, sino sus acciones en el ejercicio
del poder. La declaratoria o calificación de gobierno demo-

64
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

crético es de la exclusividad del Departamento de Estado


(este concepto constituye la puesta en práctica del compo­
nente político en la conformación de la hegemonía); (b) en
el desarrollo de una estructura socio-política pueden surgir
golpes constitucionales, golpes “benévolos” o golpes de­
mocráticos (el caso de Honduras sería uno de ellos); y (c)
la política correcta es la aplicación de la combinatoria del
poder duro (hard power) con el poder suave (soft power);
esa capacidad de combinar ambos poderes (la fuerza militar
y la diplomacia) es lo que vendría a constituir el poder inte­
ligente (smart power) (p. 19).
Históricamente el Imperialismo nunca descarta medidas de
fuerza, como las intervenciones armadas a países que sean rebeldes
a sus dictámenes y busquen la construcción de un proyecto soberano,
más aún cuando el Complejo Militar Industrial a partir de la II Guerra
Mundial se ha convertido en una pieza clave para el funcionamiento,
reproducción y expansión del capitalismo.
Muchas de estas intervenciones armadas, que pueden ser el finan-
ciamiento de grupos paramilitares intemos o incluso una invasión di­
recta, se hacen entonces bajo el pretexto de la defensa de los derechos
humanos y la democracia, sin embargo, son muchos los casos en las
cuales fuertes gobiernos despóticos y dictatoriales, sumamente opresi­
vos, son aliados de los Estados imperialistas. En este sentido, el Impe­
rialismo esencialmente desde los 90 con la agresión a Yugoslavia, ha
apelado a las intervenciones humanitarias (Chomsky, 2004; Contreras
Natera, 2011), al humanismo militar (Anderson, 2004), que no es otra
cosa que acciones de violación de las soberanías nacionales de los paí­
ses periféricos con el pretexto de la defensa de los DDHH.
En este contexto, González Casanova (2011) advierte que cuando
no se logre una cobertura con Naciones Unidas:
Se violarán cada vez que sea necesario tanto el orden jurí­
dico mundial y los acuerdos que tome el Consejo de Segu­
ridad, así como la legislación constitucional y el derecho
positivo de cada país, hechos que abrirán el paso a la toma
de decisiones que quedará al arbitrio de los más fuertes.

65
Luis R. Delgado J.

Por otro lado, entre el accionar del Imperialismo, debemos también


destacar el despliegue militar planetario de los Estados Unidos a través de
comandos estratégicos, al respecto Sención Villalona (2010) explica que:
Las fuerzas militares de Estados Unidos responden a cinco
Comandos Estratégicos a través de los cuales vigila a todos
los países del mundo: el Comando Central en Medio Orien­
te; el Comando Europeo en Alemania; el Comando Pacífico
en Hawai; el Comando Sur situado en Miami; el Coman­
do Norte, que vigila el propio territorio nacional. También
cuenta con cuatro comandos de combate sin ubicaciones
específicas (p. 129).
Además de las propias fuerzas armadas estadounidenses, el Impe­
rialismo cuenta con las fuerzas de la OTAN, organización que nace en
el marco de la Guerra Fría para enfrentar una hipotética agresión del
campo socialista a Europa Occidental. Pero una vez que se ha derrum­
bado la URSS, la OTAN (liderada por Estados Unidos) ha redefinido
sus objetivos y se ha convertido en un instrumento más para que el im­
perialismo agreda a cualquier país del mundo. La antigua Yugoslavia,
Afganistán y Libia han sido las primeras víctimas de esta organización
multilateral de los imperialismos europeos y norteamericanos.
Otra acción que ha llevado a cabo el Imperialismo es la ubicación
de bases militares (4.500 en territorio estadounidense y más de ocho­
cientas fuera de él), bien sean de la OTAN o de EEUU, en más de 100
países del mundo: en América Latina y el Caribe, África, en Asia Cen­
tral, en Oceanía o en Europa. En esta última, han sido escandalosos los
casos de las cárceles clandestinas de la CIA o los vuelos secretos que
ésta ha realizado en los últimos años. Las bases militares norteame­
ricanas constituyen la infraestructura estratégica fundamental de la
potencia hegemónica (Anderson, 2004; p. 50).
Hoy, una de las bases militares más cuestionadas es la que está
ubicada en Guantánamo, Cuba, donde hay múltiples presos de diversas
nacionalidades, a los cuales se les aplican torturas y otros procedimien­
tos inhumanos. También destacan las bases militares que el imperialis­
mo está instalando en Colombia, sin lugar a dudas, para el control de
Suramérica y la agresión a los avances populares en la región.

66
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Actualmente las agresiones más importantes que en el plano mi­


litar está ejecutando el Imperialismo, fundamentalmente norteameri­
cano, son la agresión a Irak, Afganistán-Pakistán, Libia y Siria, bajo
el pretexto de la lucha infinita contra el terrorismo y la defensa de la
democracia, de los Derechos Humanos. En realidad, la ofensiva en
Medio Oriente y Asia Central tiene entre sus fines el control del 70%
de las fuentes planetarias de hidrocarburos y el cerco geopolítico a
potencias emergentes como Rusia y China, rivales estratégicos para
el imperialismo anglo-estadounidense, debe tenerse presente que de
acuerdo a los ideólogos geopolíticos McKinder y Brzezinski el control
de Eurasia garantiza el control mundial. Nos explica Dierckxsens que:
La proyección china de un oleoducto de Asia Central hacia
el Océano índico atravesaría Afganistán o, en su defecto,
Irán. Las invasiones en Afganistán, Irak y posiblemente en
Irán adquieren con ello un significado geopolítico. EE UU,
procura controlar los corredores energéticos que abastece­
rían a China. Otros megaproyectos estadounidenses buscan
trazar un camino de transporte de petróleo desde las anti­
guas repúblicas soviéticas hacia el Sur para así romper el
monopolio ruso sobre dichas fuentes a favor de intereses
estadounidenses (Tablada, Hernández, 2004; pp. 18-19).
Estas guerras más recientes en Medio Oriente y Asia Central han
costado la destrucción de cuatro países, más de dos millones de muer­
tos, fundamentalmente civiles, más de dos billones de dólares en gas­
tos militares e inestabilidad en toda la región. En estos días se están
preparando acciones más directas contra Siria e Irán para acentuar la
estrategia de dominación global en esa zona del planeta.
Otras zonas siguen siendo agredidas bajo el consentimiento y fi-
nanciamiento del Imperialismo, tales como Palestina por las políticas
genocidas del sionismo, las cuales han implementado un verdadero
apartheid. El sionismo con su arsenal nuclear funge como gendarme
del capital global en la región, amenazando permanentemente a sus
vecinos, principalmente Siria, Líbano e Irán. El control de fuentes
energéticas y las rutas de comercialización de las mismas tienen impli­
caciones en el accionar del Estado terrorista de Israel.

67
Luis R. Delgado J.

En América Latina, una zona muy golpeada es Colombia, con la


implementación del Plan Patriota bajo el pretexto de la lucha contra el
narcotráfico, lo cual ha originado numerosas pérdidas humanas y millo­
nes de desplazados por una guerra intema que ya lleva más de 50 años.
Hay que destacar que el Plan Colombia, ahora Plan Patriota, la Seguri­
dad Democrática, tiene entre sus fines garantizar al Imperialismo norte­
americano el control geopolítico del norte de Suramérica (la Amazonia
y el Arco Andino) rico en recursos minerales, energéticos, hídricos y
biológicos, lo cual amenaza la estabilidad de procesos de cambio como
los que se vienen desarrollando en Ecuador y Venezuela.
El Imperialismo, a su vez, financia movimientos separatistas y
guerras civiles en diversos países de Europa Oriental, América La­
tina, África y Asia. En África, ha sido devastador lo ocurrido, basta
recordar la guerra civil en el Congo, que ha liquidado en los últimos
años a más de 4 millones de personas por la disputa de corporaciones
transnacionales interesadas en controlar recursos como el coltan o los
diamantes; o también masacres como la de Ruanda o las matanzas en
Darfur-Sudan, con respecto a este último país el imperialismo logró la
separación de la parte sur de Sudan. A esto se le suman los sangrientos
conflictos en Somalia y Burundi.
También destaca una práctica subversiva reciente, lo que se conoce
como golpes suaves o subversión política no violenta impulsada por el
Pentágono para el derrocamiento de gobiernos “insubordinados”. Tales
experiencias se han llevado a cabo exitosamente en Serbia, Kiiguistán,
Georgia y Ucrania, fallando a su vez en Bielorrusia y Venezuela. La mo­
dalidad del Golpe Militar no ha perdido actualidad, basta ver lo ocurri­
do en junio de 2009 en Honduras, golpe por lo demás dirigido a socavar
el avance del ALBA-TCP en la región; el caso de Paraguay también es
destacado porque implicó una modalidad de golpe usando mecanismos
institucionales (mayoría parlamentaria) de manera fraudulenta.
Por otro lado, la militarización del espacio sobre todo por parte
de los Estados Unidos, como continuidad del proyecto Guerra de las
Galaxias, es uno de los temas que más preocupa a los gobiernos del
mundo, ya que a través de esta proyección de su poderío, Estados Uni­
dos estaría en capacidad de atacar a partir de 2020 a cualquier punto del
planeta en cuestión de pocos minutos.

68
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

En este orden, destaca la problemática de la actual propuesta de


escudo anti-misilístico estadounidense ubicado en países de la Europa
Oriental, que ponen en riesgo la soberanía de Rusia. Hay que aclarar
que este sistema “defensivo” está destinado a frenar un supuesto (muy
improbable) ataque de Irán o Corea del Norte, sin embargo, analis­
tas geopolíticos tienen claro que los escudos antimisiles son también
sistemas ofensivos que amenazan países como Rusia y China funda­
mentalmente. Debe resaltarse que hoy ocho Estados poseen un arsenal
superior a las 23.000 armas nucleares, la mayoría concentradas por
EEUU y Rusia.
La inestabilidad en el mar Meridional de China también abre un
escenario de tensión en el sudeste asiático impredecible. Poco a poco
se ha venido tejiendo un cerco militar contra China, por medio del li­
derazgo estadounidense con la presencia de países como Japón, Corea
del Sur, Australia, Filipinas, etc.
También debemos resaltar un fenómeno que se viene desarrollando
aceleradamente en los últimos años, producto de la mercantilización
creciente que ha impulsado la gestión neoliberal del capitalismo. Di­
cho fenómeno implica lo siguiente:
Las formas de conducción de las guerras están cambian­
do. Al lado de los ejércitos estatales surgen cada vez más
compañías militares privadas (CMP), compañías de seguri­
dad privadas (CSP), paramilitares, “Señores de la Guerra”,
ejércitos privados y mercenarios como nuevos actores de
guerra. Actualmente, las guerras se llevan a cabo con menor
frecuencia entre estados nacionales, y con mayor frecuencia
en el interior de estos entre tropas regulares e irregulares
y, en todos los casos, contra la población civil (Azzelini,
2009; p. 1).
Con todo lo anteriormente expuesto, podemos decir que las di­
versas agresiones militares y bases desplegadas por los Estados Uni­
dos pretenden controlar lo que se conoce como los comunes globales
(Contreras Natera, 2011), espacios que no pertenecen a ningún Esta­
do, donde destacan los mares, espacios aéreos y el espacio ultraterres­
tre, para proyectar el poderío estadounidense en cualquier lugar del

69
Luis R. Delgado J.

planeta. La agresión y expansión militar, tienen entre sus objetivos los


siguientes (Ceceña, 2005):
1) Proteger la soberanía (para el imperialismo global), el territorio
y la población de los EEUU y demás potencias imperiales.
2) Prevenir la emergencia de nuevas potencias o de coaliciones
regionales hostiles a los designios del imperialismo.
3) Asegurar el acceso incondicional a los mercados decisivos, a los
suministros de energía y a los recursos estratégicos.
4) Disuadir y, si es necesario, derrotar cualquier agresión contra los
planes de los EEUU o sus aliados.
5) Garantizar la libertad de los mares, de las vías de tráfico aéreo y
espacial, y la seguridad de las líneas vitales de comunicación.
En el 2008 algunas cifras muestran que el gasto m ilitar de los
EEUU supera al gasto en conjunto de los 20 países con más inversión en
el sector militar, todo un monopolio destructivo. De las diez principales
corporaciones productoras de armamento, seis son estadounidenses.
Se estima que el gasto militar global en 2008 totalizó 1.46
billones de dólares. Esto representa un incremento del 4 por
ciento en términos reales a comparación de 2007, y del 45
por ciento desde 1999. El gasto militar representó aproxi­
madamente el 2.4 por ciento del producto interno bruto
(PIB) global en 2008 (www.sipri.org).
Posteriormente en 2011 el gasto militar planetario se elevó a 1,73
billones dólares, representando el 2,5% del PIB planetario. EEUU hoy
es el gendarme que garantiza las relaciones internacionales que mantie­
ne el Imperialismo a través de sus centros de poder para el sometimien­
to y explotación de los países pobres. EEUU es responsable del 41% del
gasto militar mundial, es decir, más de 711 mil millones de dólares. Esto
se demuestra en las recientes agresiones imperialistas y en los escena­
rios de conflictos donde, en su mayoría, los gringos están profundamen­
te comprometidos. Katz (2011) nos explica al respecto que:
El imperialismo contemporáneo se sostiene en la protec­
ción internacional que brinda el gendarme norteamericano

70
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

a todas las clases dominantes. Estados Unidos actúa como


un sheriff global para confrontar con la insurgencia popular
y la inestabilidad geopolítica. Como la primera potencia ga­
rantiza la reproducción mundial del capital, obtiene un gran
financiamiento externo acumulando desequilibrios, que se­
rían inadmisibles para cualquier otro país. La supremacía
del Pentágono determina la gravitación de Wall Street, el
dólar y los Bonos del Tesoro.
Ahora bien, un proceso que debemos destacar, es el siguien­
te: desde 2008 el imperialismo norteamericano ha desplegado una
contraofensiva en el continente latinoamericano y caribeño para
frenar el movimiento popular que ha dado golpes contundentes duran­
te la última década contra el neoliberalismo, contra las pretensiones
del imperialismo sintetizadas en propuestas recolonizadoras como el
ALCA. Este movimiento popular, que en algunos países se constituyó
en gobiernos que avanzan en la construcción de espacios integradores
como el ALBA-TCP, sufrió un duro revés con el Golpe de Estado al
gobierno democrático de Honduras en junio del 2009.
Este Golpe de Estado, el ataque por parte del estado terrorista colom­
biano a territorio ecuatoriano, el asesinato de algunos comandantes del
secretariado de las FARC-EP; la destitución de la senadora Piedad Cór­
doba; la reactivación de la IV Flota (despliegue naval y aéreo estratégico
con capacidad nuclear); la ocupación militar a Haití (20 mil soldados);
la presencia de una flota en Costa Rica (46 buques de guerra de la Ar­
mada de los Estados Unidos, 200 helicópteros y aviones de combate, y
7.000 marines)', el intento de Golpe de Estado al gobierno ecuatoriano;
las victorias electorales en Chile, Costa Rica y Panamá, la creación de la
Alianza del Pacífico, la destitución del presidente paraguayo Femando
Lugo, son las acciones más relevantes de la contraofensiva imperialista
en la región. Se trata sin duda de un despliegue de fuerzas para contener
el avance de la revolución en el continente, para cercar los procesos de
Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua fundamentalmente.
Bajo la excusa de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo,
el imperialismo norteamericano se presta a agredir los pueblos lati­
noamericanos y caribeños; se prepara a dar al traste con los gobiernos

71
Luis R. Delgado J.

revolucionarios, progresistas y democráticos de la región para restituir


el proyecto del ALCA y perpetuar su dominación en lo que ellos deno­
minan su patio trasero; se trata de un capítulo más en la lucha de clases
mundial que enfrenta a la burguesía monopólica contra los trabajado­
res y trabajadoras de todo el planeta.
Los imperialistas impulsados por la lógica de acumulación del ca­
pital no toleran ningún rastro de soberanía nacional, no aceptan la auto­
determinación de los pueblos porque esta va en contra de los intereses
de los monopolios; es decir, que la tendencia del imperialismo en su
actual estado de crisis es a la desnacionalización forzosa, aunque estos
gobiernos independientes sean de derecha. Ya lo viene advirtiendo el
Comandante Hugo Chávez (2011):
Hay un plan, una verdadera estrategia continental de la de­
recha y la extrema derecha para tratar de frenar por todas
las vías posibles esta corriente revolucionaria, socialista,
popular, que se desató en América Latina y que nos ha con­
vertido en el epicentro de los grandes cambios que están
ocurriendo en el mundo (p. 15).

B) Agresión económica del Imperialismo


¿Hasta dónde deberá llegar
la eliminación de rigideces para que el
capital se sienta satisfecho?
Osvaldo Martínez

El Imperialismo, en su lógica de impulsar cada vez más a escala


planetaria la producción y reproducción ampliada del capital, se apoya
en la instrumentalización de una serie de armas económicas de des­
trucción masiva (Vega Cantor, 2005), entre las cuales podemos desta­
car las siguientes:
La Deuda Externa es otro mecanismo más que utiliza el Imperia­
lismo para perpetuar el sometimiento de los países pobres y maximizar
el grado de plusvalía que fluye de estas naciones a los centros del poder
económico mundial.

72
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Actualmente, el monto de la Deuda Extema del Tercer Mundo se


eleva por encima de los 2,5 billones de dólares, habiéndose multipli­
cado por 50 en los últimos 40 años (la deuda total en 1968 era 50.000
millones dólares), y por 4 en los últimos 28 años (la deuda en 1980
ascendió a 600.000 millones de dólares). Esta deuda grotesca se divide
en una fracción con bancos privados (62 %), otra con organismos mul­
tilaterales como el FMI y el Banco Mundial (20%), y con otros Estados
fündamentalmente potencias imperiales (18%).
Hay que resaltar que mientras los países endeudados enfrentan sus
pagos de forma individual y aislada, ya que nunca se han logrado or­
ganizar en un frente de deudores (planteamiento promovido por Fidel
Castro en los años 80), los acreedores actúan muy coordinadamente.
Por un lado las instituciones de Bretton Woods (Fondo Monetario In­
ternacional y Banco Mundial), por el otro el Club de París (que agrupa
a los Estados Acreedores) y el Club de Londres (que reúne a los prin­
cipales bancos privados acreedores), de esta forma se desarrolla una
lucha desigual en la cual los países pobres tienen todas las de perder,
debido a su dispersión y descoordinación en sus negociaciones.
El mecanismo de la Deuda es verdaderamente perverso, porque ha
permitido, al FMI fundamentalmente, implementar los Programas de
Ajuste Estructural (PAE), punta de lanza de las políticas neoliberales
en los pueblos periféricos, todo con el fin de que los países del Tercer
Mundo reúnan las divisas necesarias para el cumplimiento exhaustivo
de sus pagos a los acreedores.
En un primer momento los PAE impulsaron unas políticas de cho­
que a los países pobres como: el abandono de las subvenciones a los
productos y servicios de primera necesidad; una reducción drástica del
gasto público a fin de alcanzar el equilibrio presupuestario; la deva­
luación de la moneda; tipos de interés elevados para atraer capitales
extranjeros con una alta remuneración (Millet, Toussaint, 2005).
Todas estas medidas de choque afectan en primer lugar, y enorme­
mente, a los sectores más empobrecidos, ya que el poder adquisitivo
disminuye mientras aumentan los precios de los alimentos, la vivienda,
el combustible, la energía eléctrica, etc. Implican la privatización de la
salud y la educación, despidos del sector público, aumento desmedido

73
Luis R. Delgado J.

de las exportaciones, con lo cual se contrae la diversificación econó­


mica, en este sentido es ridículo pensar que en un país en crisis van
invertir los grandes capitales productivos, en tal caso se acercarán los
capitales especulativos (llamados golondrinas) para desangrar al país
en crisis y luego irse. De hecho, el 70% de la inversión de los grandes
capitales mundiales en los países dependientes, se destina sólo a China
y un pequeño grupo de naciones de sudeste asiático, mientras que Afri­
ca solo capta entre 2% y 4% de la inversión de estos monopolios.
Luego, se aplican las políticas estructurales del PAE, que son: el
desarrollo de las exportaciones principalmente de materias primas; la
apertura total de los mercados por la supresión de las barreras adua­
neras; supresión del control de cambio y movimiento de capitales; in­
cremento de los impuestos internos y preservación de los beneficios
del capital; privatizaciones masivas de las empresas públicas (Millet,
Toussaint, 2005).
Estás políticas, sin lugar a dudas, han agravado más la situación de
los países del Tercer Mundo. Por ejemplo, con el aumento irracional
de las exportaciones lo que ha ocurrido es que además de obviarse
la necesaria diversificación económica, condición sine qua non para
el desarrollo, como todos los países pobres han aplicado esta políti­
ca simultáneamente, se han inundado los mercados internacionales de
materias primas, lo cual ha provocado el desplome de los precios de
las mismas. El remedio es peor que la enfermedad, y, de paso, por el
desespero de aumentar las exportaciones para pagar la deuda, se ex­
plotan con más intensidad ecosistemas vírgenes, lo que crea un grave
problema ecológico que puede llegar a ser irreparable.
Por otro lado el Libre Comercio, el cual es una ficción en la era
del Capitalismo Monopolista Transnacionalizado, profundiza la des­
trucción de los aparatos productivos del Tercer Mundo, demoliendo
indiscriminadamente la pequeña y la mediana producción (producto
de la competencia desigual y desleal), lo cual redunda en más desem­
pleo, eso sin contar con que las transnacionales no respetan el medio
ambiente donde anidan. Beck (1998) nos expresa que:
Mientras que las multinacionales pueden eludir al fisco del
Estado nacional, las pequeñas y medianas empresas, que

74
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

son las que generan la mayor parte de los puestos de traba­


jo, se ven atosigadas y asfixiadas por las infinitas trabas y
gravámenes de la burocracia fiscal (pp. 21-22).
El libre comercio es una falacia, cuando las principales potencias
económicas subvencionan a sus productores, cuando las potencias
económicas aplican políticas proteccionistas estrictas. La política co­
mercial de las potencias imperialistas se sintetiza en proteccionismo
a lo interno y promoción del libre comercio a lo externo. Aunado a
lo anterior, existen dos organismos internacionales, como son el AMI
(Acuerdo Multilateral de Inversiones) y el MIGA (Agencia Multilate­
ral de Garantías para las Inversiones), que obligan a las naciones que
se adhieren a tratados de libre comercio a someterse a tribunales inter­
nacionales en igualdad de condiciones con las corporaciones transna­
cionales.
Martínez Peinado (2001) nos señala lo siguiente en relación al
Acuerdo Multilateral de Inversiones:
... si lo que se discutía en los años sesenta era la necesidad
de exigir que la inversión extranjera fuera útil o beneficiosa
para la economía nacional, ahora, en el AMI, lo que se dise­
ña es la inversa: cómo la economía nacional puede ser útil a
la inversión extranjera (Caputo y otros, 2001).
En otro orden, la supresión de los controles de cambio y movi­
mientos de capitales lo que ha creado es un clima donde se profundiza
día a día la fuga de capitales debido a que las economías nacionales
periféricas obviamente se encuentran en crisis permanente, producto
de lo explicado anteriormente.
Por último, la privatización de importantes empresas estatales para
el pago de la deuda ha implicado el abandono de importantes fuentes
de recursos que pudiesen ser utilizados para solventar la situación eco­
nómica. La entrada de recursos al país por vía de las privatizaciones
tiene una vida limitada, ya que en buena medida el dinero resultante
se gasta y no se invierte productivamente. Esta política de desnaciona­
lización constituye una pesada carga sobre los países que no pueden
controlar ni siquiera sus principales recursos.

75
Luis R. Delgado J.

La política neoliberal organizó la transición del control


indirecto al control directo de las materias primas por
los monopolios internacionales. Estos ya no se contenta­
ron con el control de los mercados, sino que tomaron la
producción y el comercio de las materias primas en sus pro­
pias manos. Esto significó en cierta manera un regreso al
antiguo método del colonialismo - pero sobre una base
nueva. El poder de disposición sobre las fuentes de mate­
rias primas y sitios de producción está directamente en las
manos de los poderes imperialistas y de sus monopolios.
Lo nuevo sólo es que las neocolonias tienen independen­
cia política, por lo menos formalmente. Hacia fuera los go­
biernos asumen la responsabilidad política; detrás de esta
fachada, sin embargo, dominan los monopolios internacio­
nales. Es decir, lo nuevo es un amplio sistema de engaño
y de manipulación. Se está ocultando el hecho de que, en
realidad, los monopolios internacionales determinan la po­
lítica de los países neocoloniales a fin de esquivar una con­
frontación abierta con la clase obrera y las amplias masas y
obstaculizar la lucha de liberación antiimperialista. (Engel,
2004; pp. 412-413).
En otro orden, hay que resaltar que la Deuda Extema ya ha sido
pagada por el Tercer Mundo, ya que por cada dólar adeudado en 1980,
los Países Pobres han rembolsado 7,5 dólares y deben aun 4 dólares
(Millet, Toussaint, 2005). En este sentido, la deuda actual sobrepasa los
2,5 billones de dólares, sin embargo, en los últimos 28 años los Países
Explotados han reembolsado más de 4,5 billones de dólares, toda una
verdadera sangría. Eso sin contar que los ricos del Tercer Mundo tienen
depósitos en los bancos del norte que sobrepasan 1,3 billones de dóla­
res, dinero que luego estos bancos prestan a los países pobres.
Un hecho lamentable es que muchos de los préstamos que da el
FMI y el BM sólo se utilizan para el pago de la Deuda Extema con los
bancos privados y no se invierten en ningún plan productivo o servicio
social, es decir, la Burguesía Transnacional se paga y se da el vuelto.
Mientras otros préstamos los dilapidan y se los roban muchas veces las
oligarquías locales, para su enriquecimiento.

76
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Otro hecho no menos dramático es que los pueblos del Tercer Mundo
pagan anualmente más de 350.000 millones de dólares en concepto de
pago de intereses de la Deuda Extema, mientras organismos de la ONU
han evaluado que con tan sólo 80.000 millones de dólares de inversión
social anual eficiente, pudiesen satisfacerse las necesidades básicas de la
población pobre del planeta. En este sentido, países del África Subsaha­
riana gastan entre 35% y 45% de su PIB en el pago de la Deuda, mientras
invierten menos del 5% de su PIB en servicios sociales básicos. Frente a
esto, los países industrializados donan a través de la Ayuda Oficial al De­
sarrollo (AOD), una suma ridicula de 50.000 millones de dólares anuales
(poco menos del 0,3% de su PIB cuando la cifra estipulada es del 0,7 %
del PIB) que se dilapidan en gastos burocráticos e indirectos con lo cual
la suma real dada directamente a los pobres es más ínfima.
En fin, la deuda externa puede considerarse como una estrategia
de la guerra de baja intensidad que el imperialismo contemporáneo, a
la cabeza del cual se encuentran los Estados Unidos, libra de manera
criminal contra los pobres del mundo (Vega Cantor, 2005; p. 63).

C) Agresión político-institucional del Imperialismo


Pretenden, en definitiva,
desmantelar el aparato y las tareas
estatales con vistas a la realización de
la utopia del anarquismo mercantil del
Pistado mínimo.
Ulrich Beck

En el orden político e institucional, el proceso más relevante que ha ca­


racterizado la ofensiva capitalista en las últimas décadas son las redefinicio­
nes que ha venido sufriendo el Estado. Al igual que el conjunto del sistema
capitalista, el Estado burgués ha entrado en una nueva fase, funcional a las
nuevas formas de acumulación del capital, a las directrices neoliberales.
Lo anterior es pertinente decirlo porque muchos estudiosos han
exagerado la profundidad de tendencias como el desmoronamiento de
los Estados-Nacionales, cuando lo que se han dado es reestructuracio­
nes en su funcionamiento.

77
Luis R. Delgado J.

Veamos algunos elementos: el Estado, en tanto estructura clasista


destinada a proteger e impulsar la reproducción ampliada del capital,
se mantiene incólume. Procesos como la mundialización sin preceden­
tes de capitales no se han hecho contra los estados, por el contrario,
dicha intemacionalización ha sido apuntalada por los estados, sobre
todo por los estados imperialistas. En este orden de ideas, Vasapollo...
(2004) nos explica lo siguiente:
El poder del Estado imperial se extiende a las Instituciones
Financieras Internacionales (IFI), como el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial (WB), el Banco Asiá­
tico (AB), la Organización Mundial del Comercio (WTO),
etc. Los Estados imperiales proveen la mayoría de los fondos,
nombran a los líderes de las IFI, y les consideran responsables
para promover acciones políticas que favorezcan a las em­
presas multinacionales (MNC) de sus respectivos países. Los
defensores de la tesis de un mundo sin naciones, o los teóricos
de la globalización (GT), no llegan a comprender que las IFI
no son una nueva o más alta forma de gobierno superadora del
Estado-nación, no comprenden que ellas son instituciones que
obtienen su poder de los Estados imperiales (p. 24).
El Estado sigue siendo un actor económico esencial, ya que
interviene para afianzar el sano desenvolvimiento del capitalismo, a
través de: a) políticas fiscales y presupuestarias; b) políticas comercia­
les; c) intervenciones militares; d) financiamiento de buena parte de la
investigación científica y la innovación tecnológica; e) la formación
académica de la fuerza laboral; entre otras acciones.
Por otro lado, el profundo retroceso de los derechos sociales y
políticos que han sido dirigidos por las políticas neoliberales en buena
parte de los países del mundo ha sido ejecutado por los estados. En este
sentido, el Estado sigue siendo el aparato represivo por excelencia
de las clases dominantes, ya que estos derechos han mermado en la
medida que la clase trabajadora y su vanguardia han sido derrotadas
por medio del uso de la represión sistemática.
Un hecho histórico muy ilustrativo es que la dictadura chilena en­
cabezada por Pinochet fue la que implemento por primera vez a nivel

78
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

mundial el recetario neoliberal, y esto lo hizo a costa del exterminio y


encarcelamiento de la dirigencia y buena parte de la militancia de la
Unidad Popular (socialistas, comunistas, etc.). Por lo tanto, y esto vale
para todos los países donde se ha aplicado plenamente el paquete del
FMI y el Banco Mundial, quien habla de un régimen neoliberal habla
de un Estado poderoso que imponey pone en acto sus propias políticas
(Vasapollo..., 2004; p. 53).
Otro elemento importante en la reestructuración de los estados
es que el fenómeno de la disminución del gasto social no es igual a un
retroceso del gasto público. Por ejemplo, cada vez los estados gastan
más dinero en potenciar las policías y otras políticas de control social.
De hecho, el gasto público se ha incrementado en las últimas décadas,
lo que sucedió es que la parte del gasto público que se transformaba en
salario social (gasto social) ha sido desmontada, progresivamente en
algunos casos y absolutamente en otros, por las políticas neoliberales.
Hoy son tan importantes las inversiones públicas que hacen los
Estados para fortalecer sus aparatos coercitivos y de control social,
bajo el pretexto de lucha contra el terrorismo o contra el narcotráfico,
que se viene hablando en las últimas décadas de la consolidación de un
Estado policía o gendarme, como cancerbero de las inversiones de las
corporaciones transnacionales y por consiguiente de la acumulación
ampliada de capitales.
La ofensiva neoliberal se ha dirigido con mucha fuerza a transfor­
mar uno de los papeles esenciales del Estado, la regulación económica;
se ha tratado de todo un rediseño de las políticas económicas como:
la reglamentación del comercio internacional, la política monetaria,
a flexibilización del mercado laboral, eliminación de los controles de
precios y cambio, entre otras (Vidal Villa, 2001).
En todo caso, la tesis de la extinción de los Estados-nacionales ha
sido una treta usada por los Estados más poderosos para atacar y dis­
gregar la soberanía nacional de los Estado débiles, para invitarlos a su­
bordinarse a las Instituciones Financieras Internacionales, desmontar
sus barreras arancelarias, privatizar sus empresas y recursos naturales,
desmontar sus ejércitos, entre otros. La fragmentación de algunos Esta­
dos contemporáneos, como Yugoslavia o la Unión Soviética, ha tenido

79
Luis R. Delgado J.

como fin crear pequeños estados, muy debilitados, que facilitan el flujo
de capitales y permiten el asentamiento de bases del imperialismo.
En todo caso para el sistema el problema principal no es
dominar con partidos o sin partidos. El problema es que
los gobiernos obedezcan los dictados del Banco Mundial,
del Fondo Monetario Internacional, y de las organizaciones
regionales de la banca y las corporaciones (González Casa-
nova, 2011).
Con respecto al ataque sistemático del imperialismo a los Esta­
dos insubordinados a la mundialización del capital, a la globalización
neoliberal, es interesante esta información que nos brinda Contreras
Natera (2011):
Los analistas del Institute for National Strategic Studies,
dependiente del Pentágono, clasifican los Estados según su
grado de aproximación a una tipología creada por el ins­
tituto. Estos son: Estados de núcleo (core States), Estados
en vías de transición (transition estafes), Estados canallas
(;rouge States), y Estados fracasados (failed States). La cla­
sificación y calificación varía en función de las afinidades
que presenten los Estados con respecto al modelo de Was­
hington (p. 262).
Para el imperialismo tanto los “Estados Canallas” (Irak, Siria, etc.)
como los “Estados Fallidos” (Haití, algunos países del África subsa­
hariana, etc.), son susceptibles de ser intervenidos militarmente para
“proteger los derechos humanos”, “constituir regímenes democráti­
cos”. Es decir, esta tipología se ha convertido en un argumento más
para justificar la agresión a los pueblos. Hay en particular una política
que da un marco legal a las “intervenciones humanitarias”: en estos
momentos crece la monstruosa institucionalización de un tribunal po­
lítico internacional comandado por el imperialismo para juzgar y con­
denar hasta a prisión perpetua a destacados defensores de sus pueblos
y países (Cunhal, 2006; p. 63).
Otro fenómeno que han instrumentalizado los Estados imperialis­
tas son las justas luchas por su reconocimiento de las cientos de etnias,

80
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

pueblos y naciones contra los Estados Nacionales, que han negado la


pluriculturalidad de sus poblaciones. El imperialismo, para afianzar
áreas de influencia y desplazar obstáculos, se ha valido de esas contra­
dicciones para fragmentar países enteros en función de la mundializa-
ción capitalista.
Por lo tanto, si un Estado ha entrado en crisis, no es el Estado como
tal, sino los Estados de bienestar, los Estados nacionalistas-desarrollis-
tas, los Estados centralistas-monoculturales, los Estados que intentaron
construir socialismo durante el siglo XX, en fin, los Estados periféricos
que ven cercenada cada vez más su soberanía.
Estas redefiniciones del Estado han tenido entre sus objetivos fun­
damentales la ruptura del bloque social gobernante durante buena parte
del siglo pasado, la destrucción de las alianzas clasistas y en particular
del poder social construido y conquistado por la clase trabajadora. Por
esta razón, algunos sectores burgueses y pequeñoburgueses locales,
pero más aun la clase asalariada y el campesinado, han sido atacados
de manera radical por el poder del capital apuntalado por las políticas
neoliberales.
En el caso de la clase trabajadora, la política de desregularización
laboral ha significado la persecución y destrucción parcial, y total en
algunos casos, de los derechos sindicales, del sindicalismo como forma
organizativa. Ni hablar de los partidos clasistas del trabajo (socialistas
o comunistas), los cuales vienen siendo ilegalizados en muchos países
bajo el pretexto de la lucha antiterrorista, estamos hablando incluso de
partidos cuya forma de lucha es exclusivamente electoral. Por ejem­
plo, en Europa Oriental es alarmante el nivel de criminalización del
movimiento comunista, llegando incluso al extremo de equiparar los
regímenes criminales nazi-fascistas con los gobiernos populares de la
postguerra que reconstruyeron estos países de la ruina.
Hoy Estados burgueses tanto metropolitanos como periféricos,
también han aplicado en menor o mayor medida -como resultado de
campañas agresivas de criminalización de la lucha popular-, acciones
de encarcelamiento y exterminio de la militancia anticapitalista. Los
casos de Colombia y Filipinas son ejemplares por el grado de violencia
que ha alcanzado el accionar de sus estados (patrocinados por las po­

81
Luis R. Delgado J.

tencias), tienen record en asesinatos de dirigentes sindicales y políticos


del movimiento obrero y campesino.
La Guerra contra el Terrorismo es hoy el pretexto más usado para
deslegitimar la lucha nacionalista y revolucionaria de los pueblos. No
hay pueblo en el mundo que resista los embates del Imperialismo y de
las políticas neoliberales que no sea tildado de terrorista, aunque su
forma de lucha sea pacífica.
Aunado a lo anterior, el contexto histórico que surge tras la contra­
rrevolución en la URSS fue de desconcierto y desorientación en buena
parte de las fuerzas de izquierda a nivel mundial. De hecho, muchas de
estas fuerzas claudicaron y se pasaron al campo de la socialdemocra-
cia, algunas incluso al campo de la derecha. Esta situación, sin duda,
marcó un reflujo de las luchas populares en un primer momento, sobre
todo en buena parte de la década de los 90.
En medio de este escenario, el pensamiento conservador, el pos-
modernismo, el nuevo programa socialdemócrata y planteamientos
como la Tercera Vía, todos matizados por la impronta neoliberal,
tuvieron las condiciones para expandirse como discursos legítimos,
como argumentos irrefutables para la promoción de las tesis del Pen­
samiento Unico o del Fin de la Historia. La Izquierda en muchos
países se desarmó teóricamente y no pudo dar respuesta a las nuevas
circunstancias planteadas. Solo a partir de finales de los años 90 em­
piezan a registrarse signos de recuperación del pensamiento progre­
sista y revolucionario.
Sin duda lo anterior facilitó la política neoliberal de desmontaje
sistemático de las organizaciones del movimiento popular, sindicatos,
partidos, movimiento estudiantil, movimiento feminista, entre otros.
La ONGización fue un proceso (un intento) de cooptación de los par­
tidos y movimientos sociales, en función de intentar domesticarlos y
hacerlos más inocuos e inofensivos frente al statu quo.
Uno de los elementos más perniciosos de la ofensiva neoliberal
ha sido la profunda campaña de despolitización de las masas que ha
implicado un progresivo aumento de la apatía y de fenómenos como el
abstencionismo, la tendencia de los ciudadanos a retirarse de la vida
política... es una de las tendencias más perturbadoras de las demo-

82
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

eradas liberales contemporáneas (Callinicos, 2003, p. 156). Esto es


producto de que las democracias restringidas (burguesas) brindan poco
espacio de participación a la ciudadanía, de hecho se está desarrollando
en los últimos años un proceso de erosión de los cimientos democráti­
cos conquistados por las luchas populares durante los siglos XIX y XX
(Berman, 2007).
El ataque a la democracia es una de las premisas más importantes
de la ofensiva imperialista. Cada vez la democracia tiene menos con­
tenido y es más formal. La democracia está sufriendo un proceso de
mercantilización tan aguda que se han creado disciplinas tales como el
marketing político.
Cada vez se desnacionalizan más las decisiones políticas que mar­
can el rumbo de los Estados, recayendo la soberanía más en el sistema
financiero mundial que en los pueblos. De ahí que el concepto de go-
bemancia o gobemanza (categoría tecnócrata) sea hoy más defendido
por los poderes fácticos que el concepto de gobemabilidad (categoría
más política). En este sentido, Houtart (2007) nos informa que: el es­
tadio en el que las ETN (empresas transnacionales) desembocan hoy
día es el de una burocrada privada globalizada que trasciende todo
control democrático, y ejerce un poder de dedsión que afecta a todas
las regiones del planeta (p. 95).
Estos procesos ponen en cuestión la legitimidad de las formas
más preponderantes de dominación del capital en los últimos 150
años, ya que el vaciamiento de las instituciones democráticas implica
una decadencia de este modelo político, hasta ahora el más hege-
mónico. Hay un deterioro del sistema de partidos políticos en buena
parte del mundo.

83
Luis R. Delgado J.

D) Agresión cultural-simbólica del Imperialismo


... gigantesca desigualdad
existente entre las aspiraciones crea­
das en la mente de la mayor parte del
pueblo (clases medias y bajas) y su
nivel real de posibilidades materiales...
los medios de comunicación, y particu­
larmente la televisión, son actualmente
la expresión más intensa de alienación
ideológica...
Ludovico Silva

El capitalismo en su última y actual etapa imperialista ha perfec­


cionado, como nunca antes lo hizo ningún otro sistema de explotación
y dominación, su capacidad de enajenación cultural e ideológica,
utilizando las más eficaces herramientas tecnológicas de la comuni­
cación (sistemas satelitales, fibra óptica, desarrollo de la electrónica,
entre otros), y una inversión anual en publicidad que supera los 500 mil
millones de dólares, ha logrado una suerte de vaciado de la subjetivi­
dad de los dominados, debido a que además de facilitar la dominación,
la destrucción moral de la clase obrera y de los pueblos representa
un “sector de inversiones rentable” (CIPOML, 2007, p. 139), lo cual
es un gran desafío para todos los revolucionarios y revolucionarias,
quienes pretenden transformar radicalmente el mundo sacándolo de la
barbarie que implica el capitalismo.
Nunca debemos olvidar el siguiente planteamiento expresado por
Marx y Engels (1982) en su obra La ideología alemana:
Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en
cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el
poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiem­
po, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su
disposición los medios para la producción material dispone
con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción
espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo,
por término medio, las ideas de quienes carecen de los me­
dios necesarios para producir espiritualmente (pp. 48-49).

84
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

En varias ocasiones uno ha leído o escuchado que los medios de


comunicación privados son instrumentos o responden a los intereses
del Imperialismo, pero lo cierto es que esta parte fundamental de la
industria cultural capitalista no es títere ni instrumento, es parte misma
del actual orden capitalista mundial.
Si entendemos al Imperialismo como un sistema mundial carac­
terizado por la monopolización transnacionalizada de capitales, nos
damos cuenta de que la industria mediática mundial no escapa de esta
realidad. CNN o FOX son monopolios capitalistas de las mismas pro­
porciones que una Nestlé, General Motors o Microsoft.
Esto es bueno tenerlo presente para no caer en el error de considerar
la industria mediática como un conglomerado empresarial de segunda,
ubicado por detrás de los complejos industriales, bancarios, energéti­
cos, alimentarios, tecnológicos, armamentistas o farmacéuticos. No es
así, la burguesía dueña de los medios de comunicación es tan poderosa
como las otras fracciones burguesas transnacionales (comerciales, ban-
carias, financieras, industriales, etc.), y comparten con ellas la mayoría
de los intereses globales burgueses, por lo cual está muy bien alineada
en el campo de la lucha de clases mundial.
Los grandes medios de comunicación privados son, sin lugar a du­
das, expresiones del poder dellimperialismo, utilizando el concepto de
Althusser (1974), son los principales aparatos ideológicos del sistema,
imprescindibles para su reproducción ampliada, para imponer la cos-
movisión, el marco axiológico de las clases dominantes en el seno de
las subjetividades de los explotados y las explotadas.
La producción industrial de pensamiento sistémico, la in­
dustrialización de la ideología y la enajenación mediática
han definido un complejo industrial-ideológico-político im­
perialista que produce y desarrolla falsa conciencia en co­
rrespondencia con los cambiantes patrones de acumulación,
crisis cíclicas y las nuevas formas de seguridad y dominio
imperialista (Valqui Cachi - Pastor Bazán, 2009, p. 20).
Los principales medios corporativos de comunicación en las últi­
mas décadas son instrumentos y parte consustancial del Imperialismo.
Su papel esencial en la producción capitalista es apuntalar la producción

85
Luis R. Delgado J.

y reproducción de las relaciones de producción capitalista, mediante la


industrialización ideológica (promoción en masa de falsa conciencia)
y la enajenación mediática, al servicio de la explotación y la domina­
ción del capital trasnacional. Por esta razón, es un lugar común insistir
hoy en la importancia estratégica que tienen los medios de comunica­
ción. El desarrollo de estos últimos en la historia reciente demuestra su
profunda incidencia en el desarrollo de las contradicciones sociales y
políticas, no sólo culturales. El orden burgués hoy se sostiene en buena
medida por el control que este ejerce sobre las industrias culturales,
porque estas últimas juegan un papel fúndamental en la producción y
reproducción ideológica que sostiene la dominación del capital.
En este sentido Stefan Engel (2005) afirma que: Para organizar la
base social de la dictadura de los monopolios, amortiguar las contra­
dicciones de clase y descomponer la conciencia de clase proletaria es
preciso manipular todos los aspectos de la opinión pública (p. 59). Y
más adelante agrega lo siguiente: la esencia de la manipulación de la
opinión pública es: ¡el enraizamiento sistemático del modo de pensar
pequeñoburgués en el seno de las masas! (p. 72).
El imperialismo, sobre todo a partir de la Guerra Fría, viene perfec­
cionando mecanismos propagandísticos, cuya efectividad viene dada
porque son imperceptibles ante las masas. Los dominantes tienen claro
que la manera de lograr una eficiente labor de propaganda, es que
parezca que no hay labor de propaganda alguna (Stonor Saunders,
2006, p. 42). Por lo cual, en las últimas décadas vienen logrando que
los individuos cada vez más actúen en función de los intereses de los
poderosos creyendo que actúan en función de sus propios intereses.
Entre los elementos fundamentales que caracterizan la ideologización
capitalista se encuentran la naturalización de las relaciones sociales e his­
tóricas de explotación, es decir, presentar la lucha de clases, la presencia
de ricos y pobres, la opresión a la mujer, al joven, al “diferente” o la ex­
tracción de plusvalía (trabajo cristalizado no retribuido) como elementos
naturales, eternos, siempre existentes y presentes a lo largo de la historia
de la humanidad, elementos inherentes a nuestra especie. No debe olvidar­
se que para los poderosos: La destrucción de la esperanza es un proyecto
de importancia crucial (Chomsky, 2004, p. 20). Lo anterior es evidente
tan solo prestando un poco de atención a los diversos contenidos, inclu­

86
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

so los aparentemente “inocentes” de las industrias culturales (televisión,


cine, radio, editoriales, etc ). Esto es preocupante si tenemos en cuenta que
la industria cultural estadounidense goza de una hegemonía apabullante.
Houtart (2001) nos indica que:
La ola neoliberal que prevalece actualmente tiene por efec­
to no solamente la acentuación de las diferencias sociales,
tanto dentro de las sociedades como entre el Norte y el Sur,
sino también una serie de consecuencias socioculturales. En
el universo entero, las nuevas situaciones creadas provocan
un repliegue sobre sí mismo, una necesidad de responder
a los problemas inmediatos y cotidianos, un individualis­
mo promovido como valor fundamental de una sociedad o
como obligación de supervivencia. El resultado es cierto
cinismo con respecto a las solidaridades (p. 149).
En este sentido, Amin (2012) agrega:
El virus liberal ejerce sus efectos devastadores. Produjo un
“ajuste ideológico” que se ajusta perfectamente a la prose­
cución de la expansión capitalista, que a su vez lleva cada
vez más hacia la barbarie. Convenció a grandes mayorías
-incluyendo a las jóvenes generaciones- que es necesario
contentarse con “vivir el presente”, tomar lo que se les ofre­
ce en el instante, olvidar el pasado, no preocuparse por el
futuro, bajo el pretexto de que la imaginación utópica puede
producir monstruos. Llegó a convencer que el sistema ac­
tual era compatible con el “florecimiento del individuo” (lo
que no es realmente cierto).
La ofensiva imperialista se ha abocado a promover el individua­
lismo egoísta y la carencia del compromiso social y político de las
personas, como rasgos dominantes de la cultura neoliberal (Anaya
Gutiérrez, 2004). De esta forma, ha promovido el conformismo, la
desesperanza, la despolitización, la idiotización de sectores sociales
que se caracterizaron en el pasado como combativos, nos referimos
fundamentalmente a los jóvenes, los estudiantes, las mujeres, la clase
trabajadora en general.

87
Luis R. Delgado J.

Por si fuera poco, algunos críticos culturales como Berman (2007)


observan que en algunos ámbitos occidentales se está dando el triunfo
de la religión sobre la razón; la atrofia de la educación y del pensa­
miento crítico (p. 14)... la Ilustración está siendo minada de manera
constante (p. 17). Las religiones al servicio de los dominantes propa­
gan el fanatismo y el fundamentalismo como herramientas para alienar
a las masas y direccionarlas en función de intereses ajenos a ellas. Las
religiones promueven la resignación como valor fundamental, como
contención de las aspiraciones de los oprimidos ofreciéndoles bienes­
tar en el más allá.
En síntesis, compartimos el planteamiento de Ricardo Adrián
(2009):
El imperialismo ha socializado la información pero a su vez
reproduce ignorancia, pudiera resultar polémica o contra­
dictoria esta afirmación, sin embargo, los potentes medios y
la política comunicacional del imperialismo ha masificado
una política de distracción que conduce a las sociedades a
la ignorancia, a la desorganización, a ser presas de un con­
sumo movido por los instintos animales, por el desplaza­
miento de la razón como posibilidad argumentativa; esa es
la visión capitalista del uso de las tecnologías de la infor­
mación: para sustentar la superproducción es necesario es­
timular un superconsumo, para sostener el orden capitalista
mundial es necesario educar a la humanidad bajo las ideas
de la burguesía.
En este contexto destaca el accionar del Terrorismo Mediático,
el cual es la primera fase de agresión en las denominadas Guerras
de IV Generación. Por ejemplo, antes de darse las invasiones tanto a
Afganistán como a Irak, o la reciente agresión a Libia, fue desatada
toda una campaña de desinformación, mentiras y calumnias para crear
miedo en la opinión internacional, que posteriormente avalase la in­
tervención bélica a estos pueblos. Esta campaña de desinformación
y manipulación es impulsada por el imperialismo contra todo factor
social que se oponga a sus intereses. En este orden, Adrián (Op. Cit.)
nos advierte que:

88
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

En los últimos años es perceptible las formas insurrecciona­


les que ha tomado el imperialismo contra gobiernos progre­
sistas en el mundo, en la mayoría de estas conspiraciones
se han utilizado los medios de manera similar (Golpe de
Estado y sabotaje petrolero en Venezuela, 2002-2003, Es­
trategia de la media luna en Bolivia 2008, Desestabilización
post-electoral en Irán 2009, Golpe de estado en Honduras
2009). Por simple observación podemos deducir la hipó­
tesis de la existencia de un programa y un Estado Mayor
mundial para las comunicaciones; y que tal organismo es,
además, como capital concentrado a escala internacional,
parte integrante del imperialismo.
El Terrorismo Mediático oculta los verdaderos intereses del Im­
perialismo, por medio de la mentira y la apología, las víctimas son
transformadas en victimarios, creándose todo un esquema maniqueo
donde se enfrentan las fuerzas del “Bien” y del “Mal”, he aquí una de
las facetas de la enajenación ideológica.
Ciertamente, esta forma de terrorismo no es novedosa, desde hace
siglos las ideologías y otras expresiones culturales se han usado para el
mantenimiento de una Sociedad Opresora. Sin embargo, la expansión
inusitada de los Medios de Información burgueses es un hecho bastante
reciente, gracias a la aparición del satélite y la fibra óptica.
Fidel Castro (2004) hace unos años expresó esta reflexión:
En la época de las tribus la gente pensaba, aunque sabía
muy poco; hoy la gente es sometida a niveles de propagan­
da que anulan el pensamiento. ¿Para qué si no se gastan
un millón de millones de dólares en publicidad comercial?
¡Vean que civilización tan democrática!, ¡vean que libertad
tan absoluta! Se suprime el ejercicio de la inteligencia, por­
que pueden dominar por la ignorancia (p. 181).
Que 1.200 millones de personas se informen diariamente por me­
dio de los servicios de CNN y 800 millones se informen gracias a la ca­
dena FOX, nos indica que estamos en presencia de una férrea dictadura
mediática imperial, capaz de hacer muchísimo daño en perjuicio de los
pueblos. En este sentido, para Stolowicz (2009), si bien el capitalismo

89
Luis R. Delgado J.

tiene poco margen para reformas que absorban las contradicciones


que genera, todavía conserva una desproporcionada capacidad de di­
rección ideológica (p. 97).
Camilo Valqui Cachi y Cutberto Pastor Bazán (2009) nos indican
que:
Desde esta racionalidad sistémica, los medios corporativos
de comunicación masiva son instrumentos claves del capi­
tal transnacional para explotar, dominar, silenciar, ocultar,
caricaturizar, mistificar, deificar, domesticar, manipular, en­
gañar, desinformar, frivolizar, trivializar, asimilar, fanatizar,
“civilizar”, colonizar, dividir, aterrorizar, torturar, violentar,
envilecer, estupidizar, criminalizar, corromper, cosificar,
destruir, matar, fomentar y justificar el genocidio, el etnoci-
dio y el ecocidio sistémicos (p. 22).

90
V. Los Pueblos del Mundo resisten la Arremetida
del Imperialismo

Por “suerte ” la indignación


está en marcha y habrá de estallar en
mayores dimensiones.
Narciso Isa Conde

Afortunadamente en las últimas décadas, frente a la agresión im­


perialista, frente a ese proceso salvaje de acumulación capitalista por
desposesión, los pueblos no se han quedado con los brazos cruzados,
combinan todas las formas de lucha para resistir y vencer. En Irak,
Afganistán, Pakistán, Palestina, Colombia, Libia, Siria y algunas partes
del África combaten las agresiones militares. En Asia luchan por cons­
truir sociedades prósperas e independientes. En buena parte de África
se lucha por sobrevivir y construir un futuro mejor. En los centros del
Capitalismo Mundial, los trabajadores y las trabajadoras luchan por
la defensa de sus conquistas logradas en décadas de combate (resal­
tan las acciones en Islandia y Grecia). En América Latina y el Caribe,
los pueblos están empeñados en construir una alternativa viable a la
sociedad capitalista, buscan romper las cadenas del imperialismo nor­
teamericano. En todo el planeta se lucha porque otro mundo es posible
y necesario.
Pese a la enorme superioridad tecnológica-militar del imperialismo
frente a los pueblos del mundo, que le permite destruir las infraes­
tructuras de cualquier país, los últimos conflictos demuestran que esta
superioridad bélica no logra someter la voluntad de los pueblos a ser
libres, no logra el control territorial y la “normalización” de la socie­
dad derrotada, lo que al fin y cabo determina si una guerra fue ganada
o no (Boron, 2004). Podrá destruir buena parte de las infraestructuras
e instituciones, pero el imperialismo no es capaz de doblegar la moral

91
Luis R. Delgado J.

de lucha de los agredidos. La dignidad de los pueblos de Irak, Afganis­


tán, Palestina y Colombia son una prueba de ello. El comandante Fidel
Castro (2004) ha dicho al respecto lo siguiente, cuando se habla de
tecnología militar, la gran potencia cuenta con una tecnología inmen­
samente superior. Cuando llega, invade y conquista el territorio. Pero
no puede administrarlo (p. 182).
Por otro lado, esta superioridad militar no logra contener el declive
de los Estados Unidos como potencia mundial. La política agresiva del
imperialismo en todas sus dimensiones lo han venido deslegitiman­
do cada vez más. Pese a la industria cultural monopólica, los pueblos
creen menos en la “bondad” de los gobiernos de las potencias imperia­
les, e incluso (en algunos casos) en el capitalismo como sistema social.
Hoy el imperialismo domina sin lugar a dudas, pero su hegemonía se
está resquebrajando, cada vez más tiene que valerse de acciones uni­
laterales y de fuerza, su capacidad de crear consenso está cuestionada.
Con respecto a lo anterior, Katz (2011) no expresa:
La efectividad de la superioridad militar estadounidense es
dudosa. Existen crecientes contradicciones entre la volun­
tad, la tentación y la capacidad hegemónica, en un contexto
de segmentación económica y fractura social. Cada acción
desestabiliza, además, las relaciones de competencia y co­
operación con los socios. El imperialismo contemporáneo
afronta fuertes desfasajes. La superioridad militar coexiste
con gran diversidad de competidores económicos y crecien­
te dispersión del poder político.
En el seno de los países industrializados, sobre todo europeos (In­
glaterra, España, Grecia, Italia, Islandia, etc.), se está desarrollando
una creciente movilización popular, donde destaca la combatividad
de la clase trabajadora y el ímpetu de la juventud. Lo anterior se ha
traducido en un número importante de huelgas generales, grandes mo­
vilizaciones y concentraciones de indignados (as), luchas callejeras,
entre otros. Sin bien es cierto que muchas de estas acciones son para
mantener los derechos consagrados por los Estados de bienestar, son
luchas que atacan la ofensiva neoliberal del capitalismo, agudizando su
crisis, deslegitimándolo cada vez más.

92
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Mención especial queremos hacer sobre la situación de las movi­


lizaciones populares en el Norte de Africa y Medio Oriente, espe­
cíficamente de las movilizaciones multitudinarias contra los gobiernos
despóticos de Túnez, Egipto, Yemen y Libia, acciones que han contado
con el apoyo de los pueblos de la región y buena parte de la opinión
pública mundial.
Debe resaltarse que aunque todavía no están muy claro los resulta­
dos históricos de estos acontecimientos, ya destacan algunos aspectos:
el presidente tunecino Ben Alí, huyó; se consumó la caída de Mubarak
en Egipto; en Jordania hubo un cambio de Primer Ministro; el dictador
yemení se ha comprometido a abandonar el gobierno en las próximas
elecciones; en Marruecos se está planteando un cambio de Constitu­
ción; y finalmente tanto Libia como Siria se encuentran sufriendo una
guerra civil y la intervención imperialista.
Lo más resaltante en la percepción de muchos medios informativos
es que afirman que se trata de una crisis de la región en su conjunto,
invisibilizando que el contexto de la crisis mundial del capitalismo es
el factor externo que ha causado el malestar social general en esa zona
del planeta. Este descontento popular es producto del aumento del des­
empleo, de la baja creciente del poder adquisitivo, del deterioro de la
seguridad social, en síntesis, del empobrecimiento acelerado de estas
sociedades como consecuencia del impacto de la crisis capitalista y las
políticas estatales antipopulares para enfrentarla, esto último, detonan­
te fundamental de las revueltas.
Para enfrentar los efectos de la crisis, la burguesía mundial hace
recaer sobre el pueblo trabajador los costos de la misma, en cada país
donde esta clase social domina, aplica medidas antipopulares para así
socializar los efectos de su bancarrota. En el caso de estos países ára­
bes, a lo anterior se le suma que han sido gobernados durante décadas
por gobiernos antidemocráticos, despóticos, corruptos, en la mayoría
de los casos aliados del imperialismo norteamericano y el sionismo,
por lo cual, su legitimidad en el seno de las masas se ha desmoronado
en el transcurso de años, es decir, estos estallidos sociales de ninguna
manera eran inesperados, sólo era cuestión de tiempo que estos pue­
blos empezasen a movilizarse.

93
Luis R. Delgado J.

Rasgo común de Egipto, Túnez y Yemen es que han sido gober­


nadas por militares derechistas que accedieron al poder por la vía de
Golpes de Estado y luego se han mantenido en el poder gracias a la
celebración de elecciones fraudulentas. Abdulá Saleh gobierna Yemen
desde 1978, Hosni Mubarak gobernó Egipto a partir de 1981 hasta
2011 y Ben Alí gobernó Túnez desde 1987 hasta enero de 2011. Es
repugnante la hipocresía del Imperialismo, quien definía hasta hace
poco a estos gobiernos como moderados (por ser sus aliados) y ahora
los califica de dictaduras, término sólo reservado a sus adversarios en
la región cómo los regímenes de Siria e Irán.
En el caso de Libia, Muamar Gadafi gobierna desde 1969. Hasta
finales de los 80 el proceso libio era una referencia en las luchas an­
tiimperialistas, sin embargo, a finales de los 90 el régimen de Gadafi
cada vez mantuvo posiciones más alineadas con el imperialismo.
Otro aspecto que comparten los procesos desarrollados en la región
es el carácter masivo y espontáneo de las movilizaciones populares,
también ha sido evidente la participación de organismos infiltrados por
el imperialismo (el caso sirio es más particular porque se ha tratado sin
duda de la agresión de bandas terroristas armadas por el imperialismo).
Estas manifestaciones populares han dado muestras valiosas de deter­
minación y coraje en la lucha por sus objetivos. Esta espontaneidad ha
sido una fortaleza pero también una debilidad, porque las fuerzas del
orden siendo minoritarias, al contar con mayor organización y arma­
mento, han logrado contener el avance popular.
En este orden, se destaca que la ausencia de una potente vanguar­
dia revolucionaria, de una sólida organización popular, son debilidades
determinantes en el empuje de la movilización social. De hecho, lo más
probable es que esta debilidad permita a las clases dominantes restituir
el orden a través de algunas reformas, que en algunos casos constitui­
rán un avance y en otros un retroceso (la islamización e imposición de
la Sharia al Islamiya), pero no se lograrán los objetivos de una trans­
formación profunda de esas sociedades.
El imperialismo, fundamentalmente norteamericano, y el sionismo
buscan aprovechar esa situación para contener el avance popular, que
pudiese traducirse en un retroceso en la geopolítica de Washington,
París, Londres, Berlín y Tel Aviv.

94
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Sin embargo, prevalece en las aspiraciones de las masas (en Egip­


to, Túnez, Yemen y Bahrein) una intención de impulsar transformacio­
nes que, sin ser anticapitalistas (aunque debe resaltarse que en el caso
de Túnez se están desarrollando prácticas de Poder Popular y Control
de los Trabajadores en algunos lugares), apuntan a construir un orden
democrático, con una ampliación de los derechos ciudadanos, y aboca­
do a destruir la condición neocolonial de esas sociedades, esto último
de suma importancia, porque implicaría todo un cambio geopolítico de
repercusiones mundiales (hidrocarburos, redes comerciales, cuestión
Palestina, entre otros), siendo este cambio lo que más temen potencias
como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Israel.
El caso particular de Libia es más dramático porque se está consu­
mando una agresión por parte de la OTAN para asegurar el control de
los recursos petroleros e hidrológicos de la zona.
Lo cierto es que estos eventos están impactando a toda la región,
sobre todo a aquellos gobiernos corruptos más alineados al imperialis­
mo. Analistas estiman que esta crisis está afectando la estabilidad en
Marruecos, Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Jordania y Sudán (en este
caso el imperialismo ha logrado fracturar este país en dos partes).
Una observación que creemos pertinente para concluir este aparta­
do es que muchas de estas luchas, más que anticapitalistas, son luchas
justas antineoliberales, luchas nacionales y étnicas, que debe recono­
cerse que en algunos países (Siria y Libia) están siendo instrumentali-
zadas por el Imperialismo, el cual se vale de organizaciones terroristas
vinculadas a las estructuras de Al Qaeda, la intervención directa de
fuerzas, entre otras.
Concluimos este apartado con esta interesante síntesis hecha por Ja­
mes Petras (2012) sobre la situación en el Magreb y el Medio Oriente:
En la primera fase, Washington y sus aliados de la UE fue­
ron tomados por sorpresa y seriamente desafiados por los
movimientos populares pro democratización que derro­
caron o amenazaron a sus gobernantes clientes en Túnez,
Egipto, Somalia, Yemen, Bahrein y otros lugares; lo que se
denominó como “Primavera Árabe”.
La segunda fase fue la reacción occidental para contraor-

95
Luis R. Delgado J.

denar, detener y revertir el movimiento popular pro-de-


mocratizador a través de alianzas con dirigentes islamistas
maleables (Egipto, Túnez y Yemen) y el lanzamiento y la
intensificación de la lucha armada con extremistas islamis­
tas en Libia y Siria. También reforzó a los despóticos regí­
menes monárquicos del Golfo.
Apenas unos meses más tarde, los clientes neo-coloniales
impuestos por estadounidenses y europeos, han dejado ver
sus frágiles cimientos: las fraudulentas “transiciones” han
producido gobernantes serviles, incapaces y sin voluntad
para hacer frente a las reivindicaciones socio-económicas
de los movimientos pro-democratizadores.
En la actualidad, la tercera fase de la lucha enfrenta un es­
cenario más complejo que el anterior “conflicto binario” de
dictadura versus democracia. Hoy en día somos testigos de
conflictos entre islamistas neo-liberales en el poder contra
sindicalistas laicos y musulmanes; musulmanes fundamen-
talistas empobrecidos combatiendo por Estados Unidos (en
Siria) y en su contra (en Libia), mientras regímenes laicos
(Siria) e islamistas (Irán) unen sus fuerzas para hacer frente
a mercenarios islamistas respaldados por Occidente y a las
amenazas israelíes con armas nucleares.

96
VI. ALBA, Integración Latinoamericana-
Caribeña y Revolución Continental

Lo que ha pasado en América


Latina es la invasión, la emergencia,
desde abajo, desde lo popular, desde
lo plebeyo, desde lo indígena, desde
lo campesino, desde lo barrial, que
rebasa, toma y transforma...
Alvaro García Linera

Debemos insistir que el capitalismo histórico o realmente existen­


te, el imperialismo, no lo van a destruir las crisis económicas o ener­
géticas o financieras, sólo lo pueden derribar revoluciones socialistas
profundas, estructurales, políticas, económicas, culturales; que afecten
las relaciones de explotación, de propiedad, que rompan toda forma de
fetichismo y enajenación.
Estas revoluciones, sin embargo, no pueden circunscribirse sola­
mente a los espacios nacionales, ya el Comandante Raúl Castro ha in­
sistido en que si bien es cierto que un pueblo aislado no puede cambiar
todo un sistema económico de carácter internacional, la unidad de mu­
chos pueblos, como en el caso del ALBA TCP, puede abrir perspecti­
vas para profundizar cambios estructurales.
El ALBA TCP es de alguna forma la cristalización de un nuevo
proyecto estratégico alternativo para Latinoamérica y el Caribe. Es el
resultado de la recomposición del campo popular derrotado a finales de
los 80, producto del avance agresivo del neoliberalismo, del Consenso
de Washington. Esta ofensiva popular fue una respuesta al deterioro
de las condiciones económicas, políticas y sociales que sufrieron los
países de la región. Por ejemplo, en los años noventa el PIBper cápita
real se mantuvo bien por debajo de lo que la región alcanzó durante

97
Luis R. Delgado J.

las décadas de 1960 y 1970 (Martínez, 2008; p. 234).


Este avance del campo popular se ha traducido en grandes movi­
mientos de masas, estallidos insurreccionales (Figueroa, 2011) y en la
emergencia de diversos gobiernos en la región, cuyo rasgo esencial fue
la promoción de un programa democrático y antineoliberal.
Entre los rasgos generales que han caracterizados estos procesos
progresistas y revolucionarios en el continente destacan: a) desarrollo
de nuevos ordenamientos jurídicos o procesos constituyentes para re­
formular la política y el Estado en función de desmontar las líneas polí­
ticas neoliberales; b) formulación soberana de las principales políticas
macroeconómicas; c) freno a la transnacionalización de la economía
en función de procesos de desarrollo endógeno; d) distribución de la
riqueza de manera más equitativa; e) expansión del gasto social para
paliar las profundas asimetrías sociales; f) perfeccionamiento de las
instituciones democráticas, emergencia de la democracia participati-
va como nuevo modelo político, se ha dado la democratización de lo
político, democratización de lo social, democratización de las decisio­
nes.. . (García Linera, 2012, p. 46); g) diversificación de las relaciones
internacionales en función de la promoción de un mundo multipolar,
más allá del Consenso de Washington y su pretensión de construir un
Nuevo Orden Mundial (Pérez García, 2007).
En este sentido, el primer gobierno en asumir en esta línea fue el
gobierno de Hugo Chávez en Venezuela a partir de 1998, a este go­
bierno se han sumado las victorias electorales en Bolivia, Nicaragua y
Ecuador fundamentalmente, y la permanencia de la Revolución Cuba­
na, también destaca una nueva orientación de los gobiernos de Brasil,
Argentina y Uruguay. Debe destacarse que esta nueva correlación de
fuerzas en la región, tuvo como logro cumbre la derrota de la aplica­
ción del plan neocolonial del ALCA (Área de Libre Comercio para las
Américas).
El ALBA TCP tiene por objetivo la transformación de las socieda­
des latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, par-
ticipativas y solidarias; y por tanto está concebida como un proceso
integral destinado a asegurar la eliminación de las desigualdades so­
ciales y fomentar la calidad de vida y una participación efectiva de los

98
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

pueblos en la conformación de su propio destino. Este proceso pasa por


ser en primer lugar una integración de gobierno y pueblos, más allá de
una simple integración de capitales. La Alternativa Bolivariana para
las Américas responde a la concepción integracionista que promueve
un nuevo orden internacional basado en la multipolaridad, impulsa el
diálogo Sur-Sur y se expresa en una dimensión política, económica,
cultural y militar (Bigott, 2010; p. 25). Es, por lo tanto, un proceso de
integración que trasciende lo económico y lo comercial, lo cual ha sido
el eje central en procesos anteriores.
Para alcanzar estos objetivos, el Alba se guía por los siguientes
principios y bases cardinales de acuerdo a sus documentos programáti­
cos (http://www.pdvsa.com):
1. El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino
instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues
la verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser
hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para
ampliar los mercados extemos o estimular el comercio. Para lo­
grarlo se requiere una efectiva participación del Estado como
regulador y coordinador de la actividad económica.
2. Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de
desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus econo­
mías, y que garantice el acceso de todas las naciones que parti­
cipen en los beneficios derivados del proceso de integración.
3. La complementariedad económica y la cooperación entre los
países participantes y no la competencia entre países y pro­
ducciones, de tal modo que se promueva una especialización
productiva, eficiente y competitiva que sea compatible con el
desarrollo económico equilibrado de cada país, con las estra­
tegias de lucha contra la pobreza y con la preservación de la
identidad cultural de los pueblos.
4. Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales
para los países menos desarrollados en la región, que incluya
un Plan Continental contra el Analfabetismo, utilizando mo­
dernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un
plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciuda­

99
Luis R. Delgado J.

danos que carecen de tales servicios y un plan de becas de ca­


rácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo
económico y social.
5. Creación del Fondo de Emergencia Social y el Banco del
ALBA.
6. Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte
entre los países latinoamericanos y caribeños, que incluya pla­
nes conjuntos de carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y
aéreas, telecomunicaciones y otras.
7. Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo me­
diante normas que protejan el medio ambiente, estimulen un
uso racional de los recursos e impidan la proliferación de patro­
nes de consumo derrochador y ajeno a las realidades de nues­
tros pueblos.
8. Integración energética entre los países de la región, que asegure
el suministro estable de productos energéticos en beneficio de las
sociedades latinoamericanas y caribeñas, como promueve la Re­
pública Bolivariana de Venezuela con la creación de Petrocaribe.
9. Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la
propia América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir
la dependencia de los países de la región de los inversionistas
foráneos. Para ello se crearían, entre otros, un Fondo Latino­
americano de Inversiones, un Banco de Desarrollo del Sur, y la
Sociedad de Garantías Recíprocas Latinoamericanas.
10. Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la iden­
tidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fo­
mento de las culturas autóctonas e indígenas. Creación de la
Televisora del Sur (TELESUR) como instrumento alternativo
al servicio de la difusión de nuestras realidades.
11. Medidas para que las normas de propiedad intelectual, al tiem­
po que protejan el patrimonio de los países latinoamericanos y
caribeños frente a la voracidad de las empresas transnaciona­
les, no se conviertan en un freno a la necesaria cooperación en
todos los terrenos entre nuestros países.

too
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

12. Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los


procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de
otras regiones, incluida la lucha por la democratización y la
transparencia en los organismos internacionales, particular­
mente en las Naciones Unidas y sus órganos.
Actualmente, debe resaltarse la importancia estratégica de la in­
corporación de Ecuador y los países caribeños de San Vicente y Las
Granadinas, y de Antigua y Barbuda, al ALBA TCP, que pasa de ser
Alternativa para convertirse en Alianza Bolivariana para las Américas.
Esta incorporación de nuevos países eleva la cifra de gobiernos alinea­
dos a 9 (hoy Honduras producto del golpe militar, se ha desincorporado
de la Alianza) y le da mayor profundidad al accionar de este espacio
de integración, con la creación de una coordinación política, una coor­
dinación social y una coordinación económica. Por otro lado el Sucre,
un sistema de compensación monetaria alternativo, cada día está más
cerca de entrar en acción, a lo cual debemos agregar el arranque del
Banco del ALBA.
... si el ALBA y el TCP continúan consolidándose estaríamos
asistiendo... al inicio de un proceso cuyo desenlace, siempre
pendiente de la forma como se cristalicen determinadas co­
rrelaciones de fuerzas, podría abrir las puertas para la cons­
trucción del socialismo en la región (Boron, 2008, p. 130).
De esta manera... aquí y solamente aquí, encontramos coaliciones
de gobiernos y de movimientos en un frente de resistencia a la nueva
hegemonía mundial (Anderson, 2004; pp. 45-46).
De igual forma, estamos de acuerdo con Pérez García (2007) cuan­
do afirma que:
No hay dudas de que en Latinoamérica es donde más se ha
desarrollado la lucha contra el neoliberalismo en los últi­
mos años y que es hoy la región del mundo que está alcan­
zando resultados destacados en el combate a la hegemonía
del imperialismo (p. 47).
Hoy, además del ALBA TCP, se han desarrollado una serie de ins­
tancias que, sin ser revolucionarias, están jugando un papel esencial

101
Luis R. Delgado J.

para profundizar la integración de los gobiernos y los pueblos de esta


parte del planeta. Nos referimos principalmente a MERCOSUR, que
pese a su origen neoliberal, producto del cambio de correlación de
fuerzas en el continente, se ha hecho más integracionista, tendencia
que se profundizará con el ingreso de Venezuela a este espacio; UNA-
SUR como proyecto para la unidad suramericana y la CELAC como
instancia para la integración de todos los países de América Latina y
el Caribe. El Imperialismo estadounidense ve en estas tres instancias
un estorbo para la expansión de su dominación continental, por lo cual
hace todos los esfuerzos para fracturarlas.
Empero, no debemos ser ingenuos, la orientación política de las
instituciones supranacionales viene dada por las correlaciones de fuer­
zas políticas, militares y económicas que se expresan en un momento
dado, estas instancias tienen un contenido de clase. Lo cierto es que el
carácter progresivo de estas instancias de articulación regional vendrá
dado por la cantidad de países de la región que sean gobernados por
fuerzas antiimperialistas y de izquierda, vendrá dado por el desarrollo
continental del Proceso Bolivariano, y la actitud que asuman gobiernos
de grandes países como Brasil y Argentina.
De lo contrario, si lo que impera en la CELAC, MERCOSUR O
UNASUR son gobiernos de derecha, este organismo se convertirá ple­
namente en un órgano político instrumentalizado por el Imperialismo
para agredir a gobiernos que luchan por la liberación nacional y el
socialismo. La Liga Árabe nos muestra el papel que pueden jugar estas
organizaciones cuando las fuerzas contrarrevolucionarias son plena­
mente hegemónicas.
Por esta razón, estamos de acuerdo con Arruda Sampaio Jr. (2008)
cuando plantea que:
... el proceso de integración latinoamericana supone no
solo una ruptura radical con el imperialismo -la naciona­
lización de la economía y la superación de todos los lazos
de dependencia externa-, sino también el enfrentamiento
del poder oligárquico regional que le da sustentación, e im­
plica cambios de gran envergadura que abarquen todas las
dimensiones de la sociedad -reforma agraria, reforma ur-

102
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

baña, reforma educacional, garantías de empleo, etc. Hay,


por tanto, una necesaria primacía de los condicionantes po­
líticos, sociales y culturales, sobre los condicionantes ad­
ministrativos, institucionales y económicos como resortes
propulsores del proceso de integración (pp. 41-42).
Por otro lado, en el resto de los países del continente donde la iz­
quierda no es gobierno, la misma combate contra el Estado burgués
por diversas vías, algunas organizaciones combinando todas las formas
de lucha, otras por vías electorales, otras por la lucha clandestina y
armada. Lo cierto es que el torrente de todas estas luchas se configura
con las distintas manifestaciones revolucionarias en nuestro continente
(partidos políticos, organizaciones guerrilleras, movimientos sociales),
las cuales no están exentas de contradicciones intemas, como definir
bien la disyuntiva de reforma-revolución, la construcción de una estra­
tegia para el nuevo poder, definición de las alianzas, entre otras.
Como movimientos que, no siendo gobiernos, están jugando un
papel destacado en la lucha antiimperialista a nivel continental, des­
tacamos el movimiento político y social que se encuentra en lucha en
Colombia contra el terrorismo de Estado, contra la ofensiva del capital,
por la construcción de la paz con justicia social. De igual forma resal­
tamos las luchas que están librando en Chile el movimiento estudiantil,
la clase trabajadora y los mapuches. Otra lucha que también nos parece
estelar es la que libran las fuerzas sociales y políticas progresistas y
revolucionarias en México contra la guerra interna, las privatizaciones
y en favor de los Derechos Humanos. Mención especial hacemos del
combate que libra el Movimiento de los Sin Tierra del Brasil contra el
latifundio, contra la destrucción del medio ambiente, sin duda, este es
uno de los movimientos políticos más ejemplares no sólo del continen­
te si no del mundo, por su lucha contra la lógica del capital.
En este sentido, la revolución en el continente se está adelantando,
desde el gobierno y fuera de él, desde el Estado y fuera de éste. La
impulsan diversos actores sociales e institucionales: movimientos so­
ciales (sindicatos, estudiantes, mujeres, indígenas, campesinos, etc.);
partidos políticos; gobiernos nacionales, regionales y locales; grupos
parlamentarios; organizaciones clandestinas; organizaciones guerrille­

103
Luis R. Delgado J.

ras; intelectuales. Esto no debe olvidarse, para no pensar que los cam­
bios históricos sólo se impulsan desde el Estado y menos aun desde
un gobierno.
Con lo anterior queda claro que el ALBA TCP se constituye a ni­
vel continental en la principal arma organizativa que se han dado los
gobiernos populares y revolucionarios para superar la crisis del ca­
pitalismo. El ALBA TCP pasó a ser, en poco tiempo, de una retórica
alternativa al neoliberalismo, a una alianza política sobre principios
revolucionarios. Sin embargo, faltan por avanzar los espacios de inte­
gración de los distintos movimientos sociales, porque a pesar de que es
importante la unidad de gobiernos de avanzada, también es cierto que
sin una sólida unidad nacional e internacional, orgánica y programática
de los trabajadores y las trabajadoras, superar la crisis del capitalismo,
y más aun quebrar el metabolismo del capital, se toma una tarea im­
posible.
Ciertamente existe un Consejo de Movimientos Sociales del ALBA
TCP, pero consideramos que le hace falta mayor organicidad, mayor
capacidad de coordinación de acciones que den respuestas a los re­
tos que se le plantean a los pueblos, a los trabajadores y trabajadoras
del continente. Este consejo no debería ir a la cola de los gobiernos,
por el contrario, debería orientar las acciones de dichos gobiernos, si
realmente estamos convencidos de que los pueblos trabajadores son el
sujeto histórico.
Por otro lado, es menester que los gobiernos de izquierda definan
con más claridad sus proyectos estratégicos, para que logren trascender
el neodesarrollismo, la redistribución progresiva del ingreso, y ciertos
controles a las formas de gestión neoliberal, planteándose de esa mane­
ra un proyecto más sólido de reforma y transformación social. En este
sentido, es imprescindible el desarrollo de una teoría revolucionaria
adecuada para impulsar la praxis transformadora en la América Latina
y el Caribe del siglo XXI (Regalado, 2012).

104
VIL La Unidad Mundial de la Clase Trabajadora
y el Socialismo como Alternativa

Hablando de las utopias,


recordemos que no se trata de una
ilusión, sino de un proyecto moviliza-
dor. Este último no puede ser una pura
construcción del espíritu; debe estar
enraizado en lo real, a sabiendas de
que este último se inscribe en un espa­
cio y en un tiempo que forman una red
de condicionamientos para los actores
sociales que lo ponen en marcha.
Frangois Houtart

No podemos crear un mundo


mejor a través de las formas capita­
listas. Estas son formas que han sido
desarrolladas a lo largo de siglos y que
son recreadas cada día como medio de
reconciliación de la humanidad con su
propia destrucción.
John Holloway

La realidad dantesca que provoca la expansión del capital a nivel


mundial nos coloca en el dilema planteado por Marx y popularizado
por Rosa Luxemburgo de Socialismo o Barbarie. Es decir, frente al ca­
pital que ha mostrado su característica per se bárbara y mortal (explo­
tadora, opresiva, alienante, fetichista) debemos oponer la construcción
del Socialismo en estos nuevos tiempos, el socialismo para este siglo
XXI, teniendo siempre presente las nuevas condiciones históricas y
valorando en todo momento las enseñanzas (positivas y negativas) del

105
Luis R. Delgado J.

pasado. Para Regalado (2009): . . . l a izquierda latinoamericana tiene


que desentrañar la nueva relación dialéctica entre reforma y revolu­
ción, encontrar los medios y métodos adecuados para emprender la
transformación social revolucionaria y construir los paradigmas del
socialismo latinoamericano del siglo XX I (p. 36).
La izquierda, en este sentido, debe definir correctamente sus objeti­
vos: o sujeta a la hegemonía neoliberal o construyendo una contra-he­
gemonía popular; o posneoliberalismo o anticapitalismo consecuente;
o se plantea sustituir un sistema por otro más justo o administra un sis­
tema en crisis. La izquierda, si quiere ser consecuente, debe plantearse
la superación del capitalismo y esto sólo es posible con una revolución
de carácter socialista. Si las fuerzas revolucionarias solo se plantean
medidas defensivas o reformistas, renuncian a lo estratégico y conde­
nan a los pueblos a seguir sufriendo las explotaciones y opresiones de
la expansión capitalista.
El socialismo es imprescindible para liberar a la humanidad de las
consecuencias nefastas del capitalismo, del desenvolvimiento de la
lógica del capital; no se trata de caprichos o deseos de trasnocho, es
una necesidad histórica, millones de personas, culturas y ecosistemas
tienen su existencia amenazada de no transformarse de forma radical y
oportuna la situación presente.
El socialismo es factible y necesario, porque en el seno del capita­
lismo se desarrollan dos tendencias complementarias y contradictorias,
por un lado el poder social del trabajo está desarrollándose permanen­
temente, porque cada vez más sectores sociales son proletarizados o
por lo menos explotados en diversas formas (la producción cada vez
más es social); y por otro lado, el capitalismo no puede satisfacer las
necesidades básicas de todo el conjunto de la sociedad, reproduciendo
la miseria de manera constante (la apropiación de la riqueza social es
cada vez más privada). Esta contradicción estructural, por un lado so­
cava la capacidad de apropiación burguesa de los beneficios de la pro­
ducción y por otro lado socava la legitimidad del orden burgués, en un
contexto en el cual las masas oprimidas cuentan con una acumulación
de experiencias democráticas sin precedentes en la historia.
El marxista italiano Lucio Colletti (1975) afirmaba que:

106
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

... con el capitalismo se preparan, según Marx, las condi­


ciones de la liberación del hombre: aumento gigantesco de
la productividad del trabajo (aunque sea en la forma de la
“intensificación” de la explotación de la fuerza de trabajo);
destrucción de los límites localistas y nacionales, y unifi­
cación del mundo (aunque sea en la forma del “mercado”
mundial); socialización del hombre, o sea, su unificación
con el género (aunque sea a través de la formación del pro­
letariado industrial) (p. 197).
En este sentido, los trabajadores y las trabajadoras deben apropiar­
se críticamente del conocimiento de esta realidad para elevar sus ni­
veles de conciencia, para asumir de forma organizada y combativa su
papel de actores protagónicos de la revolución. La clase trabajadora
debe asumir que es ella quien mueve el mundo contemporáneo. Ab­
solutamente todo lo que vemos, todo lo que nos rodea es producto del
trabajo colectivo o de la naturaleza. La clase obrera debe fortalecer su
conciencia y su organización para aplicar la mejor defensa contra las
oligarquías, la ofensiva revolucionaria que apuntale la construcción de
una nueva hegemonía, un nuevo poder, el socialismo auténtico.
Apostamos entonces por la más amplia unidad que agrupe a
los trabajadores y las trabajadoras a nivel nacional, continental
y mundial, ya que es la competencia entre los miembros individuales
de la clase trabajadora, la que asegura y facilita que los beneficios de
la producción social sean apropiados por la burguesía. Realmente es
lamentable que en el momento histórico en el cual el capitalismo se ha
mundializado como nunca antes, hoy en esta coyuntura de profunda
crisis estructural del status quo, no exista una potente internacional
obrera, como las que jugaron un papel importante en la segunda mitad
del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX.
En este orden, Orlando Caputo (2010) identifica que esta crisis se
da en condiciones de una gran debilidad de las organizaciones sindi­
cales y de los movimientos sociales, y sobre ellos recae fundamental­
mente el peso de la crisis actual. Por esta razón, Samir Amin plantea
que es menester la reinvención por los trabajadores de organizaciones
apropiadas que hagan posible la construcción de su unidad, con el fin

107
Luis R. Delgado J.

de trascender su dispersión asociada a las formas de explotación vi­


gente (paro laboral, precariedad e informalidad) (Cobarrubia, James,
Tablada, 2009; pp. 314-315).
Es por ello, que hoy se hace muy pertinente que la propuesta de
constituir una Nueva Internacional no se quede en retórica o en un
aparato disfuncional. Esta debe agrupar a la mayor cantidad de organi­
zaciones revolucionarias del mundo, para poder unir y coordinar cada
vez más las luchas contra el capital. La nueva Internacional debe ser
revolucionaria, debe agrupar a todas las formas de lucha que hoy se
expresan contra el Imperialismo. Debe consolidar la unidad del pueblo
trabajador en el mundo, organizado en partido para el socialismo, en
poder para los trabajadores y las trabajadoras. Debe evitar los atajos del
reformismo, que al fin y al cabo lo que hacen es correr la arruga pero no
dan solución definitiva a las contradicciones inherentes al capitalismo.
¡No debe repetirse una vez más que las fuerzas revolucionarias, las
insurrecciones revolucionarias y los movimientos de liberación heroi­
cos pueden ser ahogados debido a su aislamiento nacional, a la falta
de la solidaridad internacional y una contrarrevolución internacional!
(ICOR, 2010).
Para Samir Amin (2012) esta coordinación de luchas internacio­
nales de los trabajadores y las trabajadoras tiene que cumplir con una
tarea política muy importante, amplitud y diversidad, tal como fue de
alguna forma la experiencia de la I Internacional, donde participaron
diversas corrientes socialistas y diversas formas organizativas de los
trabajadores y las trabajadoras:
La Quinta Internacional deberá hacer de la diversidad su
ventaja. Me imagino que no puede “eliminar”, pero debe
reunir: los marxistas, ellos mismos de distintas escuelas
(incluso algunas pasablemente “dogmáticas”), los auténti­
cos reformadores radicales que sin embargo prefieren ha­
cer hincapié en los objetivos posibles más cercanos antes
que sobre las perspectivas más alejadas, los teólogos de
la liberación, los pensadores y militantes que se proponen
inscribir los renacimientos nacionales que promueven en la
perspectiva de la emancipación universal, las feministas y
los ecologistas quienes también se inscriben en esta pern­

io s
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

pectiva. La condición fundamental que permite a esta re­


agrupación de combatientes trabajar realmente en la misma
causa es la toma de conciencia lúcida del carácter impe­
rialista del sistema existente. La 5a Internacional no puede
ser sino claramente antiimperialista. No puede satisfacerse
sobre este plan de las intervenciones “humanitarias” con las
que los poderes dominantes quieren substituir a la solida­
ridad y al apoyo de luchas de liberación de los pueblos, de
las naciones y Estados de la periferia. Más allá incluso de
esta reagrupación, alianzas amplias deben buscarse con to­
das las fuerzas y los movimientos democráticos que luchan
contra las desviaciones de la farsa democrática.
En otro orden, la nueva Internacional es importante que integre en
su seno, en diversos niveles de articulación, tanto a partidos políticos
como organizaciones sociales. Es necesario que esta articulación se
haga bajo principios democráticos que propendan a la construcción de
amplios consensos por la transformación social, que globalice las re­
sistencias y construya alternativas.
El internacionalismo se hará fuerte allá donde los movi­
mientos políticos nacionales sean poderosos, donde las
clases oprimidas conquisten el poder del estado y puedan
intervenir para apoyar a sus camaradas en el extranjero.
Movimientos nacionales fuertes construyen una solidaridad
internacional poderosa (Petras, 2001).
De igual forma, el internacionalismo debe contemplar un programa
mínimo, factible en el corto plazo, que implique e imponga con la fuer­
za de los sectores populares organizados, un conjunto de regulaciones
al capitalismo, al respecto Houtart (2007) señala algunas propuestas de
carácter internacional surgidas al calor de las luchas de los pueblos:
• Regulaciones económicas: tasación de las operaciones financie­
ras internacionales (tasa Tobin), fiscalidad regional e interna­
cional, supresión de los paraísos fiscales, anulación de la deuda
extema de los países pobres, reagrupamientos regionales bajo la
forma de mercados comunes o de zonas de cooperación econó­
mica, reestructuración de las instituciones financieras, etc.

109
Luis R. Delgado J.

• Regulaciones ecológicas: protección de los recursos no renova­


bles, protección de las riquezas biológicas, establecimiento de
reglas internacionales sobre la contaminación ambiental, apli­
cación efectiva de la Agenda 21, el Protocolo de Kyoto, etc.
• Regulaciones sociales: legislación internacional del trabajo,
código de conducta de las inversiones internacionales, partici­
pación de los organismos representativos de los trabajadores en
las instancias regionales e internacionales, etcétera.
• Regulaciones políticas: constitución de poderes regionales con
competencia reguladora en materias económicas y sociales, re­
organización de los órganos de la ONU, gestión mundial del
patrimonio ecológico y cultural, parlamento mundial, etc.
• Regulaciones culturales: protección de las producciones cultu­
rales nacionales y locales (p. 182).
Sin embargo, debemos dejar claro que estas medidas tendrán una
estabilidad precaria si no se avanza en la construcción de un mundo
más allá del capital. Por esta razón, reafirmamos lo siguiente: al capita­
lismo no lo van a liquidar las crisis financieras, bancarias, industriales
o de cualquier tipo, estas crisis sólo abren las posibilidades concretas
para iniciar una potente movilización de las masas explotadas y opri­
midas descontentas, que pueden desencadenar revoluciones. El capita­
lismo no se morirá de un infarto, al capitalismo hay que liquidarlo de
forma consciente para sustituirlo por la nueva sociedad socialista.
Para llevar a feliz término esta lucha, es imprescindible la construc­
ción de espacios de integración internacional como el ALBA TCP, una
nueva Internacional y otras iniciativas que agrupen de manera efectiva
a los trabajadores y trabajadoras de los diversos pueblos del mundo.
No perdamos de vista que a un sistema de carácter internacional, de­
bemos oponerle un nuevo sistema de relaciones sociales de produc­
ción que trasciendan las fronteras nacionales, lo otro es condenamos
al aislamiento, a la derrota y al retroceso. Si la consigna del imperio es
dividir para vencer, la consigna de los pueblos debe ser unidad para la
victoria, para la liberación.
De esta manera, en un mundo amenazado cada vez más por de­
sastres humanitarios y naturales, donde la principal responsable es la

no
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

mundialización del modelo de explotación capitalista, que se ha exa­


cerbado en los últimos años bajo el influjo de la implosión de los dis­
tintos experimentos de construcción socialista en Europa Oriental y la
URSS, se plantea la necesidad de construcción de una alternativa real al
capitalismo, y más aun del capital como sistema metabólico social pre­
dominante. La pertinencia del socialismo en el siglo XXI parte de los
agudos problemas que ha conllevado la última fase del capitalismo y de
la autocrítica superadora de los errores del socialismo en el siglo XX.
En este orden, la renovación y reactualización del debate sobre el
socialismo, pasa por una valoración histórica crítica de las diversas ex­
periencias concretas desarrolladas durante el siglo XX, unas fallidas y
otras hoy existentes (con lo problemático y polémico que esto implica).
Por otro lado, debe profundizarse el estudio de diversos autores con­
temporáneos, que han teorizado sobre el socialismo desde una óptica
revolucionaria.
De esta forma, compartimos el siguiente planteamiento de Rauber
( 2010):

El socialismo que se busca construir en el siglo XXI no


renuncia a la recuperación crítica de los valores y aportes
positivos de las experiencias socialistas del siglo XX, pero
hay que buscar alternativas concretas para superar sus de­
ficiencias en el terreno de la democracia revolucionaria,
de participación social e individual, abriendo siempre las
compuertas del pensamiento y la acción y creación de los
pueblos, a su diversidad de cosmovisiones, identidades y
propuestas (pp. 32-33).
Cuatro enseñanzas sobre los errores de las experiencias pasadas
nos parecen de suma importancia estratégica:
1) El socialismo sin democracia, a largo término no puede man­
tenerse (Houtart 2001, p. 104). Por el contrario, el socialismo debe
profundizar la democracia en todos los sentidos (en lo económico, lo
político, lo cultural, etc.), Lenin decía que el socialismo es más demo­
cracia para los trabajadores y las trabajadoras, para las mayorías, por
esta razón es menester la construcción de poder político cultural po­
pular desde abajo. Marx y Engels (2009) nos explican que: Todos los

n i
Luis R. Delgado J.

movimientos han sido hasta ahora realizados por minorías o en prove­


cho de minorías. El movimiento proletario es un movimiento propio de
la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría (p. 39). Para
el académico Roberto Regalado (2006):
... no hay socialismo sin democracia socialista, entendida
como sistema político que no copie o trasplante de la demo­
cracia burguesa, sino basado en mecanismos de participa­
ción y representación popular, capaces de conformar con­
sensos que garanticen la unidad de pensamiento y acción
en los puntos cardinales de la edificación socialista, y de
retroalimentar esa unidad mediante el flujo libre y construc­
tivo de todas las ideas y propuestas que reflejen la diversi­
dad de intereses de los grupos humanos para cuyo beneficio
se construye (p. 214).
2) El desarrollo del socialismo no debe ser contradictorio con la
protección del Medio Ambiente, premisa necesaria para la existencia
de la vida, por lo cual, la propuesta socialista debe ser sostenible en el
tiempo, debe ser un modo de producción, reproducción y acumulación
que procure equilibrios para la vida entre la sociedad y la naturaleza.
El proceso de metabolismo con la naturaleza tiene que ser organizado
de una manera cualitativamente diferente, asegurando el acceso de los
recursos naturales esenciales a las generaciones futuras. No es solo
socializar las fuerzas productivas, se trata de crear nuevas fuerzas pro­
ductivas más amigables con el medio ambiente.
3) Las revoluciones actuales, deben cuidarse de construir socialis­
mo sólo desde el Estado. Los proyectos anticapitalistas tempranos, por
estar impregnados ideológicamente de modernidad burguesa, sufrieron
por ello deformaciones burocráticas y autoritarias. Por lo tanto, es ne­
cesario romper con toda forma de Estadolatría, de fetichización de las
instituciones y aparatos partidarios (Beinstein, 2011; Dussel, 2011). El
socialismo ha sido pisoteado, tanto por los que han querido imponerlo
desde arriba, como por los que lo han diluido en el mercado capitalis­
ta (Houtart, 2007; p. 221).
4) El socialismo no puede construirse de manera dogmática, copiando
recetas, ni por medio de decretos o voluntarismos, la experiencia teórico-

112
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

práctica del siglo XX nos enseña que la nueva sociedad debe constituirse
tomando en consideración las condiciones históricas, étnicas y políticas de
los pueblos, asumiendo la máxima leninista análisis concreto de la realidad
concreta. Siendo entonces el socialismo, creación heroica tal como expre­
só Mariátegui. Coincidimos con López Castellano (2012) cuando señala:
Pueden existir ideologías comunes, estructuras organiza­
tivas y actores semejantes, pero habrá que hablar de los
socialismos, porque necesariamente serán diferentes, in­
dependientes y parte necesaria de un sistema mundial que
garantice la continuidad de la vida (p. 108).
Ahora bien, para desarrollar el tema del socialismo, deben definirse
a su vez ciertos puntos:
En primer lugar, el tema del socialismo debe abordarse diferencian­
do dos procesos distintos pero íntimamente relacionados como son: la
transición hacia el socialismo y el socialismo como transición hacia
la sociedad sin clases (Katz, 2006; Isa Conde, 2006). La revolución
proletaria es a la vez constitución del proletariado en clase dominante
y revolución que busca abolir todas las formas de sometimiento de
clase, y por lo tanto, la supresión de todo Estado (Balibar, 1976; p.
25). La no distinción de estos dos momentos o procesos que deben
desarrollarse simultáneamente trae como consecuencia errores graves
en la táctica y la estrategia de la revolución.
En segundo lugar, el socialismo es una nueva sociedad que cons­
truye la humanidad de forma consciente, es decir, no es producto de
ningún determinismo o mecanicismo histórico, no es un destino manifies­
to. Hombres y mujeres del pueblo pasan de ser sujetos pasivos y dirigidos
a convertirse en sujetos transformadores y constructores de la historia.
No hay socialismo si los pueblos no luchan por construirlo, no habrá so­
cialismo si la clase trabajadora no asume consciente y organizadamente
su construcción. Al respecto Acanda (2008) afirma lo siguiente:
Para los fundadores del marxismo, la superación de las rela­
ciones capitalistas de producción no sería el resultado auto­
mático de transformaciones ocurridas en la economía, sino
el resultado de la lucha de clases manifestada en todas las
esferas de la vida social.

113
Luis R. Delgado J.

A lo cual el comandante Hugo Chávez (2006) agrega lo siguiente:


El socialismo no será un estadio superior y futuro al que lle­
garemos (siempre lo he dicho) algún día, en el futuro, como
por arte de magia. No, el socialismo tenemos que construir­
lo todos los días en espacios concretos, en [el] territorio,
con gente de carne y hueso, en la praxis... (pp. 20-21).
En tercer lugar, deben identificarse el sujeto o los sujetos histó­
ricos que pueden acometer la tarea titánica de construcción del so­
cialismo, ya que el problema de la revolución no es sólo un tema de
vanguardias esclarecidas y liderazgos mesiánicos, sino que compete a
enormes sectores de la sociedad; la Revolución Socialista no es, pa­
rafraseando a Rosa Luxemburgo, un problema de cuchillo y tenedor,
sino que implica ante todo un radical (de raíz, y la raíz del hombre es
el hombre mismo, nos recordará Marx) cambio de civilización, se trata
de crear un nuevo modo de vida.
Lo que la teoría revolucionaria definió como la Clase Obrera, junto
a las demás clases y sectores trabajadores (Campesinos, Empleados,
Profesionales y Técnicos, Militares Patriotas, Artistas, etc.) siguen
siendo el sujeto histórico fundamental de transformación, pero ade­
más se le suman factores sociales transversales tales como: las mujeres
oprimidas y doblemente explotadas por el capitalismo y el patriarcado,
los jóvenes marginados por la sociedad adulto-céntrica, las minorías
étnicas subordinadas a las culturas oficiales fundamentalmente pro­
occidentales, los defensores consecuentes del medio ambiente, los ex­
cluidos y marginados, entre otros actores sociales.
En cuarto lugar, en el caso de los países periféricos debe tomar­
se en consideración las necesarias luchas de liberación nacional para
avanzar en la construcción socialista. Al respecto Amin (2001) nos
brinda la siguiente reflexión:
El rattrapage [recuperación] de los atrasos requiere siempre
la implementación de políticas voluntaristas que entran en
conflicto con las lógicas unilaterales de la expansión capita­
lista; políticas que, en función de esto, deben ser calificadas
de “políticas antisistémicas de desconexión”. Este último
término que he propuesto no es sinónimo de autarquía o un

114
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

absurdo intento de “salir de la historia”. Desconectar significa


someter los vínculos con el exterior a las prioridades del de­
sarrollo intemo. Por lo tanto, este concepto es antagónico al
que es preconizado y que llama a “ajustarse” a las tendencias
mundialmente dominantes, ya que este ajuste unilateral se
traduce para los más débiles en una acentuación de su “peri-
ferización”. Desconectar significa transformarse en un agente
activo que contribuye a moldear la mundialización, obligando
a ésta a ajustarse a las exigencias del desarrollo propio.
Para el caso de las luchas latinoamericanas y caribeñas, el camara­
da Amílcar Figueroa (2011) nos brinda este aporte a la discusión:
Es evidente entonces que en la actual etapa histórica de de­
cadencia del sistema capitalista global, cuando la humani­
dad no conseguirá salida con el “modo de vida imperante”,
la propuesta de unidad continental de Bolívar amerita estar
ligada indisolublemente a la lucha por la instauración de
una sociedad post capitalista; que las tareas antiimperialis­
tas no pueden verse separadas de las tareas socialistas y que
por tanto, las burguesías no pueden acaudillar el proceso de
unidad del continente, máxime luego de haberse operado el
proceso de transnacionalización del capital. Sólo la unidad
construida desde la perspectiva del mundo del trabajo se
enfrentaría con éxito a un imperialismo que, atendiendo a
las dificultades por las cuales atraviesa, se tomará cada vez
más agresivo y violento (p. 13).
Este proceso descrito en la cita anterior es de suma importancia,
ya que trae a colación el debate intenso que se ha dado en el seno de
la izquierda en tomo a las relaciones entre las luchas de liberación
nacional y las luchas por el socialismo. Después de un siglo de lucha
revolucionaria, está claro que no hay socialismo sin liberación nacio­
nal, pero de igual manera no es posible alcanzar la liberación nacional
sin socialismo. No se trata de dos etapas, sino de dos procesos que de
manera simultánea deben desarrollarse en los países dependientes.
En quinto lugar, este debate debe definir y delinear algunas pro­
puestas programáticas en los distintos planos donde se desarrolla de

115
Luis R. Delgado J.

forma desigual y combinada la Lucha de Clases; el plano económico,


político, cultural y moral, todos necesarios para la construcción del so­
cialismo para este nuevo siglo. Deben definirse, un conjunto de cambios
estructurales en la tecnología, la relación con la naturaleza, las relacio­
nes sociales y las representaciones mentales (Harvey, 2010). Se trata de
otro modo de producir la vida material y espiritual de la gente.
El Socialismo es ante todo una asociación en que el libre desarro­
llo de cada uno será la condición del libre desarrollo de todos (Marx,
Engels, 2009; p. 50). Para Callinicos (2003) la igualdad no es sim­
plemente un principio normativo que toda sociedad socialista deba
intentar poner en práctica sino un requisito funcional de esa sociedad
(p. 154). El socialismo e.s' el salto de la humanidad del reino de la
necesidad al reino de la libertad (Engels, 2006; p. 86). Al respecto,
también compartimos el planteamiento del dirigente sandinista Carlos
Fonseca (2009):
Las tres que podrían considerarse como características defi-
nitorias del socialismo como sistema, son: la socialización
de la propiedad, el poder en manos de las clases populares
y la despatriarcalización social como condiciones indispen­
sables -aunque no suficientes-para considerar que el socia­
lismo está instaurado (pp. 106-107).
El debate del Socialismo es por tanto complejo, ya que requiere la
atención de diversos puntos de interés, por esto, la temática no debe ser
abordada con una óptica unilateral y reduccionista.

116
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Una Nueva Política


Acá Marx resalta dos de los
desafíos fundamentales de cualquier
proceso revolucionario: 1. El forta­
lecimiento de la potencia del pueblo
mediante su movilización y organiza­
ción políticas; y 2. la transformación
de las estructuras del Estado, para
que sea un verdadero potenciador del
poder popular.
Juan Barreto

Entre los aspectos políticos en la construcción del socialismo, re­


saltaremos sintéticamente un conjunto de ellos (sin pretender abarcarlo
todo, ni agotar la discusión):
Toda revolución es un proceso de agudización de la Lucha de Cla­
ses, que se desarrolla simultáneamente pero con desigualdad de ritmos
en el plano político, económico y cultural. La lucha de clases en las
puertas del socialismo, en su clímax, es una guerra entre una clase do­
minante y explotadora que arrastra otros sectores privilegiados, contra
las clases trabajadoras que buscan erradicar toda forma de explotación,
dominación y subordinación.
En un primer momento las fuerzas revolucionarias y populares de­
ben convertirse en un Contra-Poder, y simultáneamente trabajar por
conquistar el Poder del viejo Estado, para iniciar su proceso de extin­
ción (desmontaje de la vieja burocracia y los viejos aparatos coerciti­
vos) y transformación en uno nuevo. Debe quedar claro que la lucha de
clases no desaparece bajo la construcción socialista de manera automá­
tica, lo único que hace es adoptar otras formas. Para que esta lucha cese
deben desaparecer las clases, objetivo último del socialismo.
Dichas fuerzas revolucionarias, que conforman al sujeto o los suje­
tos históricos que pueden acometer la tarea de construcción del socia­
lismo, deben organizarse en tomo a un partido o partidos políticos que
expresen sus intereses de clase y sectoriales, a su vez deben estar or­
ganizadas en poderosos movimientos sociales sectoriales (femeninos,
estudiantiles, juveniles, obreros, campesinos, indígenas, etc.). Se trata

117
Luis R. Delgado J.

de la necesaria existencia de una vanguardia organizada no desligada


de las masas, un estado mayor que dirija las acciones revolucionarias,
una dirección colectiva del proceso de transformación social. Recorde­
mos que Lenin afirmaba que la principal arm a de los explotados y
explotadas es la organización.
En relación al tema de la vanguardia revolucionaria, Isa Conde
(2012) se refiere a:
... una fuerza conductora que les imprima cohesión, sen­
tido político y vocación de construcción de poder a los
movimientos y a las luchas de las clases explotadas, secto­
res oprimidos, fuerzas sociales excluidas, discriminadas,
pueblo empobrecido y a otros sectores sociales dominados
(p. 30).
Y más adelante agrega lo siguiente:
... como se trata de una vanguardia que debe contribuir
a establecer una nueva democracia, protagonizada por el
pueblo, participativa, económica, política, social, multi­
cultural, de género, multi-étnica... debe ser una vanguardia
profundamente democrática, regida por una democracia in­
terna que prefigure el nuevo régimen democrático (p. 33).
La discusión sobre la vanguardia revolucionaria debe contemplar
el debate y la vigilancia de fenómenos tales como el culto a la persona­
lidad o el caudillismo, el tema del sistema unipartidista y la identidad
del partido con el Estado. Cada uno son temas polémicos que deben ser
abordados de manera creativa y crítica por los movimientos revolucio­
narios para no repetir errores del pasado.
Una vez que se conquista no solo el Gobierno sino también el Po­
der del Estado, es decir, que se ha iniciado el proceso de destrucción de
la máquina burocrático-militar del Estado burgués, es imprescindible
seguir desarrollando la Democracia Participativa Revolucionaria y la
construcción del Poder Popular, proceso que debe partir de la propia
lucha de los pueblos aun antes de la toma del Estado burgués.
El poder popular busca fundamentalmente acercar y fusionar de
nuevo la esfera social de la esfera política, lo anterior se traduce en que

118
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

el pueblo que ha sido oprimido, asuma el poder de decisión y el poder


de control en la ejecución de las decisiones o ejercicio directo de la
gestión. Se trata, de acuerdo a Lenin (2009), de un proceso en el cual:
... la democracia, llevada a la práctica del modo más com­
pleto y consecuente que puede concebirse, se convierte de
democracia burguesa en democracia proletaria, de un Esta­
do (fuerza especial de represión de una determinada clase)
en algo que ya no es un Estado propiamente dicho (p. 65).
En este sentido, desde un primer momento de construcción del
poder popular, se debe combatir de forma especial y contundente la
corrupción, el burocratismo, el nepotismo, el clientelismo, vicios pe­
ligrosos incrustados en las entrañas de la burocracia de los Estados
capitalistas, responsables del desangramiento de recursos necesarios
para erigir la nueva sociedad, de la desorganización y desmoralización
de las masas populares. Sobre lo anterior, es pertinente esta reflexión
de Guanche (2008):
La burocracia es la detentadora de esa libertad del Estado,
el caballo de batalla del programa de la perpetuación -del
fortalecimiento centralizado- del Estado. Aunque el Socia­
lismo de Estado no planifique su existencia, e incluso orga­
nice cruzadas contra ella, la burocracia es su “baluarte y su
ejército más firme”. Es la serpiente de las siete cabezas, la
condición de su existencia.
Es recurrente que la burocracia degenere en burocratismo, ya que
ella en muchos casos asume intereses propios. Sin ser una clase social
propiamente dicha cuenta con intereses particulares que se oponen al
colectivo. Esto explica por qué muchas veces la burocracia en vez de
actuar como personal técnico al servicio de la sociedad, se convierte
en un sector que actúa en función de sí mismo, convirtiéndose de esta
forma en un estamento, cuyos intereses están alejados del resto de la
sociedad.
En otro orden, el poder popular tiene a su vez entre sus principales
objetivos reconstruir la geografía intema con el fin de adaptarla a las
nuevas realidades socio-políticas, en este sentido, debe desarrollar un

119
Luis R. Delgado J.

plan de disminución de las asimetrías del Campo y la Ciudad, elemento


que contribuye a disminuir las diferencias producidas por la División
Social del Trabajo. Otro elemento importante en el caso de los países
periféricos es la erradicación progresiva de los cinturones de miserias,
sustituyéndolas por urbanismos acordes al desarrollo pleno del ser hu­
mano y el medio ambiente. Una profunda transformación social siem­
pre implica una profunda transformación del espacio.
Este poder popular debe garantizar en todo momento de manera
eficiente los servicios básicos (Salud, Educación, Seguridad, Vivienda,
etc.) necesarios para el desarrollo de la sociedad en general, ya que en
la medida que se desarrolla el tránsito al Socialismo la sociedad poco a
poco va aumentando sus niveles de auto-administración y autogestión
de sus propios recursos. Hay que aclarar que la gratuidad (absoluta­
mente necesaria) de estos servicios básicos no es garantía de existencia
del Socialismo, porque muchos Estados capitalistas han facilitado di­
chos servicios, el socialismo requiere una profunda transformación de
las relaciones de producción y jerárquicas de la sociedad.
Por otro lado, el poder popular debe desarrollar una nueva doctrina
militar que se basa fundamentalmente en el concepto del Pueblo en
Armas, como máxima garantía del mantenimiento de la revolución y la
protección de las conquistas sociales alcanzadas. Esto se debe a que los
ejércitos profesionales son propensos a convertirse en élites y al mo­
nopolizar el poder de la violencia de una sociedad pueden en cualquier
momento erigirse sobre ella.
El Pueblo en Armas, como sostén de la defensa integral de la pa­
tria socialista, debe proteger a la revolución tanto de los enemigos
intemos, es decir, la oligarquía o gran burguesía local y todos los sec­
tores sociales que la siguen, como de los enemigos extemos, expre­
sados fundamentalmente en los Estados imperialistas (sostenedores y
sostenidos por las Corporaciones Transnacionales) y en los Estados
títeres en la región.
Por otro lado, la construcción del nuevo poder debe tener entre sus
tareas esenciales incorporar de manera masiva a las mujeres en la ac­
tividad política, en las actividades legislativas, ejecutivas y judiciales.
No se trata solamente de lograr la igualdad formal entre los géneros,

120
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

sino la igualdad real, en el acceso de los bienes materiales y espiritua­


les. En este sentido, deben subvertirse las estructuras de dominación
patriarcal, la división interesada, entre la esfera pública y privada. Las
mujeres deben convertirse en sujetos políticos transformadores, por­
que estamos hablando de la mitad de los miembros de la sociedad,
sería hipócrita hablar de democratización de la vida de una sociedad,
si esta no incorpora a las mujeres. De ahí parte la necesidad de que
el socialismo sea feminista, deben corregirse esos errores históricos
de la izquierda, en la cual se posponían la conquista de los derechos
de las mujeres, porque estos se darían de manera “automática” con el
“progreso” de la historia.
El poder popular, para desarrollarse, debe estar presente en to­
dos los ámbitos de la sociedad, en las comunidades, en los centros
de trabajo, en los espacios culturales, en los centros de estudio, en
los medios de comunicación, en las instituciones, en el campo y en la
ciudad, es el poder de la sociedad para organizarse a sí misma, es la
nueva hegemonía.
El Estado socialista debe ser de nuevo tipo, porque por primera vez
en la historia va a estar en favor de las grandes mayorías, debe ser flexi­
ble y abierto a la participación social para no perder su carácter provisio­
nal, recordemos que el socialismo tiene como objetivo estratégico la des­
aparición del Estado, como institución histórica que se encuentra sobre
la sociedad, que la controla y organiza desde “arriba”. Engels (2006) nos
explica que: Cuando el Estado se convierta finalmente en representante
efectivo de toda la sociedad será por sí mismo superfluo (p. 82), y más
adelante agrega que: El gobierno sobre las personas es sustituido por la
administración de las cosas y por la dirección de los procesos de pro­
ducción. El Estado no es “abolido”; se extingue (p. 83).
En este orden de ideas, para Guanche (2008):
El Estado proletario “abóle” al Estado burgués, cuando en­
cama en formas que adoptan los explotados-representados-
organizados a través de su organización autónoma. El per­
fil de una revolución socialista no se define siquiera por la
politización de “abajo hacia arriba”, sino por la forma en
que la política es construida en términos de igualdad polí­

121
Luis R. Delgado J.

tica entre los actores sociales. Su intensidad se localiza en


la explosión de la asociatividad que es capaz de potenciar,
integrar y articular.

Una Nueva Economía


Por otro lado, entre los aspectos económicos en la construcción
del socialismo destaca lo siguiente:
El desarrollo del socialismo debe partir de un proceso continuo
de socialización de los medios de producción, este hecho histórico
es la premisa para el reencuentro de los productores directos con los
instrumentos de producción y es la base de la democracia económica
entendida esta como la participación de todos en la producción social
y el disfrute de todos de la riqueza socialmente producida... la sociali­
zación equivale a construir desde la organización obrera en cada ins­
tancia productiva la imposibilidad de la explotación (Guanche 2008).
La socialización pasa por el ejercicio de la acción directa de la clase
trabajadora en posesión de la propiedad, del control y decisión sobre
la producción. Con respecto a este proceso, Engels (2006) explica que
con la socialización se:
... redime los medios de producción de la condición de
capital que hasta allí tenían y da a su carácter social plena
libertad para imponerse. A partir de ahora es ya posible
una producción social con arreglo a un plan trazado de
antemano (p. 88).
Este hecho jurídico-político que transforma las relaciones sociales
de propiedad legitima una transformación profunda de las relaciones
sociales de producción presentes en el capitalismo, tiende a la aboli­
ción de fenómenos tales como la extracción de plusvalía, la mercanti-
lización del hombre y la mujer, el mercado y toda forma de fetichismo
mercantil, sin embargo, este es un proceso paulatino en el cual no se
pueden dar saltos inconscientes, ya que estamos en presencia de ins­
tituciones históricas que no son abolidas por decreto sino que se ex­
tinguen con el surgimiento de la nueva sociedad. La distinción entre

122
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

Capital y Capitalismo es bastante esclarecedora (Mészáros 2001) para


tener presente la complejidad de la trasformación histórica que carac­
teriza el socialismo.
En este contexto reafirmamos lo propuesto por el Comandante
Hugo Chávez, sobre todo para los países periféricos: la transición al
socialismo puede albergar en su seno diversas formas de propiedad
(Estatal, Socialista, Cooperativa, pequeña-privada agraria e industrial,
etc.) por un lapso histórico determinado, sin embargo, no debe darse
cabida a los monopolios privados en el control de los sectores econó­
micos estratégicos (recursos naturales, gestión monetaria, tecnologías
modernas, entre otros).
Pero en este orden de ideas, debemos hacer mención de esta acla­
ratoria que nos brinda Acanda (2008), para no caer en la tentación de
impulsar de manera inconsciente y descontrolada un capitalismo de
Estado o un socialismo con deformaciones burocráticas:
... la estatalización de la propiedad no implica la superación
de las condiciones de existencia de la clase obrera, sino su
perpetuación. Se extiende y perpetúa la condición del pro­
letariado a toda la sociedad, cuando el objetivo establecido
por los fundadores del marxismo no es la universalización
de esa condición, sino la superación de la misma, la eli­
minación de todas las clases. La clase obrera es la única
que quiere alcanzar el poder no para mantener y extender
a toda la sociedad sus condiciones de existencia, sino para
eliminarlas. Para eliminarse como clase, a la vez que elimi­
na toda diferenciación de clases. Ello solo es posible si los
sectores productivos de la sociedad establecen otra relación
con los medios de producción a través de la socialización
real y efectiva de la propiedad.
De igual forma, uno de los rasgos que debe caracterizar la econo­
mía socialista es que está basada en el principio de la planificación, a
diferencia de la anarquía que genera el interés privado capitalista. Pero
no se trata de impulsar una planificación centralizada burocrática, sino
una planificación centralizada democrática, en la cual participen todos
los sectores de la clase trabajadora que se embarcan en la construcción

123
Luis R. Delgado J.

del socialismo. La esperanza de una alternativa viable al capitalismo


reside en una economía planificada basada, no en las imposiciones
verticales del centro, sino en relaciones descentralizadas y horizonta­
les entre productores y consumidores (Callinicos, 2003; pp. 150-151).
Se trata de una planificación que atiende a la satisfacción de las
necesidades humanas y al respeto de las fragilidades del medio am­
biente. Grosso modo esta planificación a nivel macro deberá atender
las siguientes áreas: La planificación de la estructura industrial; con­
sideraciones ambientales; la planificación de inversión y el dimensio-
namiento del tiempo de producción; la planificación de la forma de
distribución de bienes y servicios; la planificación de la producción
agrícola; entre otras áreas fundamentales.
... la planificación centralizada es el modo de ser de la so­
ciedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que
la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y di­
rigir la economía hacia su meta, la plena liberación del ser
humano... (Guevara, 1964).
Con respecto al tema de la sostenibilidad ambiental que deberá
prever las nuevas formas de planificación de la producción social, Ca-
llinicos (2003) hace mención a un conjunto de condiciones estableci­
das por el investigador John Bellamy Foster:
... (1) la tasa de utilización de los recursos renovables debe
deducirse hasta igualar su tasa de regeneración; (2) la tasa
de utilización de los recursos no renovables no puede supe­
rar la tasa de desarrollo de recursos sostenibles alternativos;
y (3) la contaminación y las destrucción de hábitats no pue­
den superar la “capacidad asimiladora del ambiente” (pp.
134-135).
En el caso de los países más industrializados, se habla incluso del
impulso de propuestas de decrecimiento, ya que en esas economías hay
un excesivo despilfarro de recursos humanos y naturales.
Es así como deben combinarse diversas líneas estratégicas tales
como el desarrollo de la agroecología, fuentes alternativas de energía
limpia, el reciclaje a gran escala, usos de nuevos componentes quí­

124
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

micos menos dañinos, sostenibilidad de la biodiversidad, entre otros,


pero lo más importante y esencial es superar al capital, al capitalismo,
porque su lógica productivista es ecodepredadora.
Otro punto que debemos destacar es el siguiente: la unidad de la
clase trabajadora más que una consigna es una necesidad estratégica
para el triunfo de la revolución socialista, en otras palabras, la uni­
dad de los trabajadores y las trabajadoras es la premisa histórica para
la construcción de la sociedad de los productores directos libremente
asociados. Sin unidad de los trabajadores y las trabajadoras en su lucha
contra el capitalismo, no hay transformaciones estructurales profun­
das, porque la separación de los mismos genera la necesidad de media­
dores sociales llámense capitalistas o burocracia estatal. En cualquier
sociedad la separación y división en relaciones sociales entre los pro­
ductores permite que quienes median entre los productores se apropien
de la cooperación productiva (Lebowitz, 2006; p. 164).
Otro elemento que es importante destacar en el período de transi­
ción en un país dependiente es la necesaria diversificación económica,
o lo que algunos especialistas denominan el desarrollo vertical y hori­
zontal del aparato productivo, que no es otra cosa que la capacidad de
producir desde una zanahoria hasta un ferrocarril de alta velocidad y a
su vez con un desarrollo equilibrado a lo largo y ancho de un territorio
determinado.
Esto es una premisa para la concreción de la Liberación Nacional
y la construcción del Socialismo, la cual es la ruptura con la división
internacional del trabajo impuesta por el imperialismo condenando
a los pueblos dependientes a la monoproducción de materias primas
para abastecer las necesidades de las naciones imperialistas industria­
lizadas. El desarrollo diversificado de la economía es lo que permite
acelerar los procesos de socialización, porque en las economías perifé­
ricas es difícil prescindir del mercado si contamos con una deficitaria
producción de riqueza social, no se olvide que el Mercado en general,
no solo circunscrito al capitalismo, es una institución para administrar
la escasez relativa, es decir, estamos al frente de la tarea histórica de
desarrollar de forma acelerada las fuerzas productivas.
Nunca debemos olvidar que:

125
Luis R. Delgado J.

... el mercado es un mecanismo económico que está lejos


de ser indiferente a los objetivos sociales; constituye un sis­
tema particular de relaciones sociales en mucho contrario a
los valores socialistas (la competencia, el aislamiento y la
“privatización” del hombre, el fetichismo de la mercancía
y del dinero, la diferenciación social, etc.) y en sí mismo
orgánicamente, debido a sus leyes internas, generador de
capitalismo (Buzgalin, 2000).
Es así cómo progresivamente la nueva economía debe producir
más valores de uso y menos mercancías. No se hará de la noche a la
mañana, pero romper con el fetichismo mercantil es un requisito fun­
damental para la emancipación humana.
Por otro lado, las nuevas relaciones económicas socialistas pasan
por incorporar masivamente a las mujeres al mundo del trabajo. En las
primeras etapas debe regir el principio según el cual las mujeres deben
recibir igual salario por igual trabajo. Y progresivamente, deben irse
socializando las labores domésticas (cocina, limpieza, entre otros) y de
cuidado (crianza, atención a las y los enfermos y ancianos, entre otros),
única forma para liberar a las mujeres de la doble explotación a la cual
la ha condenado el capitalismo y el patriarcado.
Durante la construcción socialista una de las prácticas que deben
promoverse con fuerza es el ejercicio del Trabajo Voluntario, como
nueva forma de concebir el esfuerzo de creación colectiva totalmente
opuesto a la mercantilización, en el cual el trabajador se sienta iden­
tificado con su creación. El trabajo voluntario es una experiencia que
aumenta el sentido de pertenencia de las masas hacia la Revolución,
siendo a su vez una medida antiburocrática para movilizar espontánea­
mente las fuerzas creativas del pueblo.
En fin, la construcción socialista debe pasar del principio de cada
cual según sus capacidades, a cada cual según su trabajo, en una
primera etapa histórica, al principio de una sociedad sin explotación,
donde, de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus
necesidades (Marx, 2008). El proceso de transición al Socialismo debe
sentar las bases jurídicas, políticas, técnicas y socio-culturales de una
economía socialista o lo que algunos denominan la economía del tra­

126
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

bajo, entendida ésta como un sistema de producción, transformación y


circulación de bienes y servicios dirigidos a satisfacer las necesidades
humanas (frente a la economía capitalista que satisface necesidades de
mercado y tiene ansias de ganancia), caracterizado por ser socialmen­
te justo en sus relaciones de producción y de intercambio, económica­
mente eficiente en el uso de los recursos, ecológicamente sustentable y
respetuosa de la diversidad cultural (papeles de trabajo de la Campaña
Juvenil-Estudiantil Bolivariana por el Socialismo, 2007).

Una Nueva Cultura


El trabajo es arduo, enorme.
Es transformar toda una cultura que
lleva hoy un peso ancestral en sus
espaldas con una importancia defini-
toria, y que con las nuevas tecnologías
que generó el capitalismo (léase: gue­
rra psicológico-mediática, guerra de
cuarta generación, como la llamaron
los estrategas militares estadouniden­
ses) se impuso por todo el globo, y en
muchos casos, haciéndose atractiva.
Marcelo Colussi

Pues la verdad es que las


llamadas “condiciones subjetivas ”,
esto es, la ideología de la gente, son
condiciones realmente objetivas, obstá­
culos efectivos y concretos con que se
tropiezan los revolucionarios.
Ludovico Silva

En otro orden de ideas, deben tomarse en consideración algunos


aspectos culturales en la construcción del socialismo. Una de las
dimensiones fundamentales que debemos transformar radicalmente es
la subjetividad de los pueblos y fundamentalmente de las clases ex­
plotadas. No hay que olvidar que para diversos autores, la dominación

127
Luis R. Delgado J.

capitalista la ejerce la burguesía no sólo a través de la violencia mono­


polizada del Estado, sino también gracias a la dominación ideológica
de las conciencias (incluyendo el inconsciente; Silva, 2008). Las ideas
de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época (Marx-
Engels, 1982).
En este sentido, Gramsci explicaba que la sola coacción violenta
era insuficiente para garantizar la dominación, por lo cual las clases
dominantes también utilizaban los consensos por medio del ejercicio
de su hegemonía, concepto que para el comunista italiano era predomi­
nantemente cultural (Hegemoníaes = consenso acorazado de coerción).
Recordemos a Bolívar: “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de
su propia destrucción”, a lo cual pudiésemos agregar: dominación o
explotación. Es decir, además de aparatos coercitivos las burguesías
ejercen su dominación por medio del uso de aparatos ideológicos, pro­
ductores en gran escala de falsa conciencia, de alienación espiritual
que desmoviliza los impulsos libertarios presentes en las masas explo­
tadas y oprimidas.
De acuerdo a esto, es imprescindible que las clases dominadas ade­
más de tomar el viejo Estado y destruirlo para formar uno nuevo pro­
visional, o de socializar la propiedad de los medios de producción y el
uso del excedente, deba ante todo construir una contra-cultura que se
vuelva hegemónica, es decir, a la hegemonía burguesa se le debe com­
batir construyendo una nueva hegemonía. Que tenga como resultado
la formación de un nuevo sujeto histórico, el hombre nuevo y la mujer
nueva que tanto nos remachaba el Che, frente a esos paradigmas mer­
cantiles que pretendían reconciliar planteamientos consumistas con la
construcción del socialismo. No es posible avanzar en la construcción
de una sociedad más allá del capital si los sectores populares no están
convencidos de la pertinencia de la revolución social, si los sectores
históricamente explotados no empiezan a construir nuevas relaciones
sociales aquí y ahora, una nueva cultura.
Acanda (2008) nos explica que:
A diferencia de las formaciones hegemónicas anteriores,
la transición socialista ha de aspirar a liberar las capacida­
des creadoras contenidas en los grupos sociales hasta ahora

128
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

mantenidos en la explotación y a los que se les negaba la


posibilidad de constituirse como sujetos. La desaparición
de los elementos enajenantes de la vieja sociedad y la cons­
trucción ininterrumpida de un sistema de relaciones eman­
cipadoras, implican la construcción de una hegemonía de
tipo inédito, que abra cauces que permitan a esos grupos
construirse su propia subjetividad desalienante, para que la
hegemonía pueda afianzarse. La nueva hegemonía libera­
dora ha de tener pues como objetivo potenciar una sociedad
civil que sea escenario de la acción creadora de los sujetos
que la componen.
Para acometer este difícil cambio histórico es imprescindible la
Revolución Cultural, que en todo momento debe ser acompañada de
la Revolución Política y la Revolución Económica, hay que decirlo
de forma reiterada, todas estas transformaciones se entrecruzan e inte­
rrelacionan, en un juego dialéctico lleno de contradicciones, donde se
expresa claramente la ley del desarrollo desigual y combinado, algunas
veces los logros económicos pueden llevar la delantera y la conciencia
social estar rezagada o viceversa, lo cierto es que ninguna de estas di­
mensiones debe ser descuidada ni subestimada. Recordemos, que mu­
chos procesos retrogradaron porque, entre otros factores, no superaron
diversas formas de alienación ideológica.
La Revolución Cultural pasa por el combate encarnizado contra la
ideología liberal, ideología propia del orden del capital que ha sido he-
gemónica a lo largo del siglo XX y lo que va del XXL En este sentido,
debe impulsarse la transformación de la moralidad burguesa de la socie­
dad, entendida esta como el conjunto de usos y costumbres que regulan
la vida colectiva de los seres humanos en el marco del capitalismo. Por
esto, son imprescindibles cambios en el accionar de la familia, el siste­
ma educativo, los medios de comunicación y la sociedad en general.
Entre los cambios morales que debe registrar la sociedad socialista
se encuentra el modificar el marco axiológico que orienta la praxis so­
cial en general. Al individualismo, el egocentrismo y la competitividad
exacerbada que promueve el liberalismo, deben oponerse valores que
reivindiquen la solidaridad, la cooperación, la inclusión y el respeto a
la dignidad del Otro.

129
Luis R. Delgado J.

Para Cario Frabetti (2008):


A la vieja moral cristiano-burguesa adoptada (y adaptada)
por el capitalismo, basada en la sumisión, la esperanza en
otra vida y la aceptación de la jerarquía social, el marxismo
opone una nueva moral basada en la solidaridad, la resisten­
cia, el cuestionamiento de lo establecido, la confianza en las
propias fuerzas, la decisión de cambiar la sociedad.
Lo anterior implica que debe promoverse una concepción mate­
rialista-humanista que trascienda todo idealismo abstracto, todo feti­
chismo que frene las aspiraciones emancipatorias. A la moral sumisa
debe oponerse el desarrollo de una moral crítica y transformadora, que
rompa el miedo mitológico a la autoridad, a las estructuras jerárquicas
opresivas.
Por otro lado, la sociedad socialista debe potenciar la igualdad y
equidad de género, la participación y respeto a las mujeres en todos
los ámbitos, el Socialismo con patriarcado es un proyecto incompleto.
Por lo tanto, la misoginia, el lenguaje sexista, la publicidad sexista, las
distintas formas de violencia simbólica contra las mujeres, es decir,
las diversas expresiones ideológicas machistas justificadoras del orden
patriarcal, deben ser superadas por nuevas relaciones sociales, por nue­
vas formas de conciencia social. De acuerdo a lo anterior, para Carosio
(2011), el socialismo feminista:
... perfila una sociedad en la cual no haya más categorías
sociales definidas por el sexo; esto es, que nadie pueda ser
incorporado o excluido, que nadie sea sometido a sistema
alguno de clasificación vital por su sexo, que este no sea
más impedimento o privilegio, que nadie esté obligado a
pensar, a sentir, a hacer, o a dejar de hacer, en una palabra a
vivir, de forma estereotipada por ser mujer o por ser hom­
bre (p. 92).
En la sociedad socialista no debe haber ningún signo de discrimina­
ción por el origen étnico, racial, la orientación sexual, por discapacidad
física, entre otros. Las discriminaciones y clasificaciones son formas de
cómo el orden del capital jerarquiza la sociedad y administra diversas

130
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

formas de opresión, por lo tanto, las luchas contra el racismo, el patriar­


cado, son también parte de las luchas por la emancipación social.
Tal como plantea Houtart (Cobarrubia, James, Tablada, 2009), la
nueva sociedad debe reconocer lamulticulturalidad:
... con el fin de darle posibilidad a todos los saberes, a todas
las culturas, a todas las tradiciones filosóficas y religiosas
de participar en la definición del Bien común de la humani­
dad y en la elaboración de su ética (p. XI).
El socialismo no debe imponer el Pensamiento Unico, no debe co­
meter actos etnocidas, en todo caso dando prioridad a los derechos hu­
manos, debe respetar las diversas expresiones culturales que no atenten
contra la vida de las personas. Imponer la occidentalización es un pro­
yecto ajeno a la liberación de los pueblos oprimidos, obviamente, sin
caer tampoco en desviaciones autárquicas.
Otro aspecto imprescindible en la revolución cultural es la trans­
formación profunda del sistema educativo (sus contenidos curricula-
res, filosóficos, epistemológicos, unir el estudio y el trabajo, etc.), y la
democratización plena al acceso a todos los niveles educativos, desde
la educación inicial hasta la educación universitaria. Esto a su vez debe
venir acompañado de un acceso democrático al aprendizaje de las cien­
cias y las artes. Solo así se logra una independencia plena del espíritu,
y se construye al ser humano plenamente desarrollado, un ser humano
que vaya superando la división del trabajo intelectual y manual.
En este sentido, el revolucionario vasco Iñaki Gil de San Vicente
(2010) afirma que es necesario construir una nueva pedagogía, la cual
tenga las siguientes características:
Primero: una pedagogía basada en la comunidad, en lo co­
mún y lo colectivo, lo horizontal, abierto y consejista, que
muestre lo inhumano en todos los sentidos de la propiedad
privada de las fúerzas productivas, de las grandes fábricas
y bancos, de las extensas tierras, de lo vertical, cerrado y
burocrático, etc. Segundo, una pedagogía que no anule las
diferencias enriquecedoras y las aportaciones de la creativi­
dad individual, sino que las potencie desde una perspectiva

131
Luis R. Delgado J.

opuesta al egoísta individualismo burgués y que, por tanto,


no quede encadenada a las modas de consumo ideológico
individualista que lanza la industria burguesa al mercado de
la alienación de masas. Tercero, una pedagogía que contex-
tualice, enmarque y explique históricamente las causas y el
devenir de los problemas sociales, de la explotación, de las
luchas en su pasado y su presente, enseñando una realidad
ausente en la “comunicación” burguesa pero sin la cual no
se comprende nada de lo que sucede en el presente y de lo
que puede suceder en el futuro. Cuarto, una pedagogía que
busque el debate colectivo, la reflexión abierta y amplia ba­
sada en el contraste riguroso de las interpretaciones de los
hechos históricos, que no admite el secretismo burocrático-
estatal ni empresarial, que rechace el secreto de Estado y que
imponga la transparencia de y en la vida socioeconómica.
Y quinto, una pedagogía que acabe con la pasiva y miedo­
sa obediencia fetichista al poder caprichoso de dios-dinero
facilitando la (re)construcción de la independencia creativa
humana dentro de la colectividad social que le encuadra, de
modo que el libre desarrollo de cada cual sea el requisito
para el libre desarrollo de toda la comunidad.
Finalmente, en la actual era de la información, es imprescindible
la socialización de la propiedad de los medios de comunicación, ya
que es una falacia la afirmación de que los medios de comunicación
privados actuales reflejan la opinión pública, los mass media, por el
contrario, son los que prefiguran la opinión pública. Frente a esto, la
sociedad en general debe tener acceso al uso y disfrute de los medios
de comunicación como medida para erradicar la enajenación cultural.
Las fuerzas revolucionarias han insistido en la construcción de sus pro­
pios aparatos ideológicos y específicamente sus propios medios de co­
municación, para vencer en la lucha de clases cultural-ideológica, para
construir una nueva hegemonía.
Así como Althusser (1974) distinguía unos aparatos ideológicos de
Estado, que no formaban parte de la institucionalidad estatal en sentido
estricto, también podemos hablar de la necesidad de construir unos apara­
tos ideológicos del Poder Popular, que no sean estrictamente partidarios o

132
Crisis Mundial del Capitalismo y Perspectivas Históricas

estatales, pero que sí estén a tono con las aspiraciones de las clases explo­
tadas en sus luchas por el socialismo y contra el imperialismo. La lógica
fetichista y embrutecedora de los grandes monopolios privados mediáti­
cos, es decir, toda forma de terrorismo mediático, se erradicará cuando los
pueblos, los trabajadores y las trabajadoras, se adueñen de la propiedad
de los medios de comunicación, solo así estos responderán a los intereses
colectivos y pasarán de ser herramientas para la opresión a constituirse en
instrumentos para la liberación, la emancipación plena de la Humanidad.

Ahora bien, aun cuando hemos delineado algunos rasgos que debe­
rán tomarse en consideración en el proceso de erigir la nueva sociedad
socialista, lo cierto es que estos rasgos y caracteres vendrán dadas las
circunstancias históricas concretas, dadas las formas en que se cons­
truirá el nuevo poder. Por esto compartimos el planteamiento de Rega­
lado (2006), para quien:
No basta con afirmar el compromiso de construir un pro­
yecto socialista que, además de erradicar la dominación y
la explotación clasista, se caracterice por la sustentabilidad
ecológica, el enfoque de género, el respeto a la preferen­
cia sexual de cada ser humano, el aprovechamiento de la
diversidad cultural de todos los pueblos y otros problemas
teóricos y prácticos incorporados al marxismo contempo­
ráneo. No basta porque el cumplimiento de los objetivos
de la construcción socialista, tanto los objetivos conside­
rados “clásicos” como los recientemente asumidos, está
determinado por dónde, cuándo, cómo y en qué condicio­
nes se produzca la conquista del poder político, factor que
constituye su premisa indispensable. Esas son interrogan­
tes aun no resueltas en las condiciones del mundo unipolar
(pp. 214-215).
Finalmente, concluimos este ensayo con dos reflexiones de los fun­
dadores del socialismo científico:
... la revolución no solo es necesaria porque la clase domi­
nante no puede ser derrocada de otro modo, sino también
porque únicamente por medio de una revolución logrará la

133
Luis R. Delgado J.

clase que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse


capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases (Marx, En-
gels, 1982; p. 78).
En la construcción socialista:
... se da de un modo efectivo, la posibilidad de asegurar
a todos los miembros de la sociedad, por medio de un sis­
tema de producción social, una existencia que, además de
satisfacer plenamente y cada día con mayor holgura sus
necesidades materiales, les garantiza el libre y completo
desarrollo y ejercicio de sus capacidades físicas y espiri­
tuales (Engels, 2006; p. 85).
En fin, la discusión sobre el Socialismo debe seguirse profundizan­
do, pero debe tenerse cuidado con la charlatanería socialdemócrata y
utopista porque puede desviar la atención de los más agudos problemas
que debe resolver la Humanidad para salir del bárbaro mundo donde
impera la lógica del capital.

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