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Mateo 5:6
Introducción
Quiero empezar este tema con las palabras de Santiago en el capitulo 1:19-25:
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo
para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando
toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual
puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de
ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se
considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la
perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la
obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Espero pues que estemos más que oyendo estas clases para que logremos ser verdaderamente
bienaventurados, recordemos lo que el mismo Jesús Cristo dice en una parte del sermón del
monte que cualquier que oye estas palabras y las OBEDECE será un hombre sabio pero si no será
un hombre NECIO.
Entremos en materia analicemos un poco como esta bienaventuranza encaja con las otras que
hasta el momento hemos visto.
1- En contexto
- Bueno, note, en primer lugar, que en el versículo 3 dice “bienaventurados los pobres
en espíritu.” Hablamos del hecho de que eso significa moralmente en bancarrota.
Esto es el reconocimiento de que usted está privado de cualquier cosa justa. Esto es el
reconocimiento de que, ante Dios, usted está totalmente desnudo y vacío. Sin nada.
Este es el reconocimiento de que cuando usted ha sumado todo lo que tiene en su
vida, suma cero. Este es el reconocimiento que usted no puede ayudarse a sí mismo.
Usted no tiene esperanza. Usted es pecaminoso
- Y eso es seguido por la siguiente: “bienaventurados los que lloran.” Y esta es la
respuesta a ese reconocimiento.
Cuando usted se ve a sí mismo y está quebrantado en su espíritu, usted quiere llorar. Y
aquí está la tristeza que viene por la bancarrota moral. Y después, está la
mansedumbre.
- Y la mansedumbre dice: “mírame, en comparación a Dios, no soy nada.”
Y la mansedumbre es humildad y cuando usted ve su pecado y usted está
quebrantado y llora, usted va a adoptar un lugar de mansedumbre ante Dios. Y en su
mansedumbre ante Dios, reconoce que la única esperanza que usted tiene de jamás
conocer la justicia es buscarla de la mano de Él. Y entonces, usted llega a la cuarta
bienaventuranza. Usted tiene hambre y sed por lo que usted sabe que usted no tiene
por sí solo.
2- “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados.”
- Un deseo fuerte, una búsqueda motivadora una fuerza apasionada en nuestro interior,
una ambición por asi decirlo: Cuando hablamos de ambisión esta puede ser buena o
puede ser mala.
- Una ambición mala la que tuvo Lucifer el fue la creación mas gloriosa de Dios, lo mas
maravillosa que Dios jamás hizo.
- Isaías 14:13 nos dice cuál fue la pasión de Lucifer, “ascenderé al cielo y exaltaré mi
trono sobre las estrellas de Dios. Me sentaré también en el monte de la
congregación a los lados del Norte. Ascenderé por encima de las alturas de las
nubes, seré semejante al Altísimo.” Su ambición fue ser como Dios. Él tenía hambre.
Pero escuche, él tenía hambre de poder.
- Nabucodonosor, quien fue el rey de Babilonia, el más grande de todos los imperios del
mundo. Nabucodonosor, quien fue un monarca como ningún otro después de él.
Nabucodonosor, quien gobernó un gran dominio de los hombres. Nabucodonosor, el
rey más glorioso de la historia. Y Nabucodonosor tuvo un deseo fuerte. En Daniel,
capítulo 4, nos dice de su deseo en el versículo 30. “El rey habló y dijo: ¿no es esta
Babilonia la grande que yo he edificado para la casa del Reino por la fuerza de mi
poder?”Si Lucifer tuvo hambre de poder, entonces Nabucodonosor tuvo hambre de
alabanza
- Otro individuo lo encontramos en Lucas 12:17 Donde el hombre rico tuvo hambre
pero esta era por acumulación de posesiones.
- Como podemos ver ha habido muchas personas y hay ahorita y aun dentro de la
iglesia que tienen estos tipos de hambre o ambición, de Poder, de Alabanza, de
Posesiones.
- Y no digo que ambicionar estas cosas sea malo solo que cuando esta ambición se hace
objeto de nuestro culto que nos lleva a cometer todo tipo arbitrariedad o socaban
nuestra relación con Dios al punto de confiar mas en ellas es que este tipo de
ambición se vuelve dañina