Los profanos, parte V
Apóstol Sergio Enríquez O.
Es necesario que aprendamos los conceptos de la Biblia y el
trasfondo espiritual que el Señor nos quiere trasladar con cada uno
de estos; y en este sentido, continuaremos analizando el término
“profano”, que en el buen sentido de la palabra es alguien que quita
la santidad de algo que es santo. Un personaje profano fácilmente
podría ser Antíoco Epifanes, quien llega al santuario y mata un cerdo
en el lugar santísimo, y sin lugar a dudas, ninguno de nosotros quiere
ser profano, pero lo podríamos estar siendo por ignorancia, incluso
podríamos estar siendo infieles porque no proveemos para los
nuestros; por ello, tenemos que detenernos a analizar para saber si
estamos cayendo en los límites de ser profanos. En el pasaje de Heb
12:16 LBLA dice “que ninguno sea fornicario como Esaú”, no
obstante, también se refiere a Esaú como un hombre profano,
notemos entonces que se le califica como un hombre profano y
fornicario. Profano por haber vendido su progenitura y haber
preferido lo material antes que lo espiritual, y fornicario porque tuvo
varias mujeres y dentro de ellas, algunas eran hijas de un heteo.
Cuando analizamos la palabra “profano” de este versículo, nos
encontramos que se trata de la palabra griega G953 “bébelos” que
quiere decir saltar o atravesar, y es una palabra compuesta de la
base G939 que significa “umbral”, que nos lleva al significado de
“saltar el umbral”. También está el versículo de Sof 1:9 LBLA, que
refiere a la gran tribulación, donde se castigará a todos los que salten
el umbral, es decir, los profanos que se quedarán a la gran
tribulación, y en la versión RV77 este mismo pasaje dice “a todos los
que saltan por encima de la puerta” y sabemos que la puerta es
Cristo, y si evadimos la puerta estaremos evadiendo Sus estatutos
por lo que estaremos siendo profanos. Dice el pasaje de 1Cr 16:42
LBLA, que todos tenían un designo para el templo de Salomón, pero
nombró a los hijos de Jedutún para la puerta. Jedutún tenía 6 hijos
que eran: Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei, Hasabías y Matatías.
-Gedalías: dice una porción del versículo de 1Sam 25:25 LBLA
“porque conforme a su nombre, así es él”. Al respecto, vemos que en
la Biblia muchos personajes les fueron cambiados sus nombres
conforme a la voluntad y designios que el Señor tenía para cada uno
de ellos; de la misma manera, a nosotros se nos debe cambiar
nuestro nombre por medio de una ministración espiritual, para ello
debemos pasar por la puerta que es Cristo, y que nuestras orejas
sean horadadas para que quedemos señalados para siempre. Por
eso en Babilonia les quisieron cambiar el nombre a Daniel y a sus
tres amigos: Ananías, Misael, y Azarías por: Baltsasar, Sadrac,
Mesac y Abed-nego, respectivamente. (Dn 1:7 LBLA). El significado
del nombre “Gedalías” es: Dios es mi grandeza. Y el que evade esto
es profano, de tal manera que ésta debe ser nuestra grandeza,
porque el que se gloría, debe gloriarse en conocer al Señor, y que Él
sea nuestra grandeza y que nuestro nombre esté escrito en el libro
de la vida, y no ufanarnos de cualquier posesión material y terrenal.
Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
www.ebenezer.org.gt
Guatemala, 30 de Diciembre del Año de la Misericordia
-Zeri: Según el Diccionario Jones, es llamado así debido a una
falsa lectura, sin embargo su nombre debería ser llamado Jezer, que
significa “marco o forma”, que nos da a entender que hay límites que
dan la forma, y aunque hay libertad en Cristo Jesús, tienen que haber
límites o marcos, entonces los cristianos que saltan a Jezer se
convierten en profanos, es decir que si no aceptan límites, están
traspasando los linderos. Hay cosas que no podemos traspasar y
Jezer está en la puerta marcando límites, pero no refiriéndonos a
legalismos, sino a los límites con sentido común que nos son
marcados y a los que nos manda el Señor por medio de Su Palabra.
Al respecto la Biblia dice que el espíritu de los profetas está sujeto a
los profetas. Un versículo que nos habla de los límites dice “pon
chuchillo a tu garganta, si estás en compañía de príncipes y eres
hombre de mucho comer” (Pr 23:2)
-Jesaías: Su nombre significa “Salvación del Señor”. Entonces en
la puerta hay salvación del Señor, y eso es lo que estamos llamados
a hacer, predicar en la puerta la salvación que proviene de Dios, de
tal forma que estamos llamados a predicar y a fortalecer nuestra
enseñanza para que no seamos sorprendidos por sectas que solo
pretenden confundir nuestra doctrina.
-Simei: Su nombre significa “famoso”. Al llegar a la puerta nos
podremos encontrar con personajes famosos, y eso nos puede
convertir en profanos. En el Antiguo Testamento habían 11
personajes distintos identificados como Simei, pero en el pasaje de
2Cor 6:8 LBLA dice: “en buena fama y en mala fama, como
impostores pero veraces” aquí lo que nos expresa el Apóstol Pablo
es que nos encontraremos con buena fama pero también mala fama,
y los que se acercan a la puerta tendrán que tratar con esas dos
clases de fama, y si no lo hacen adecuadamente pueden ser
profanos. Esto significa que si nos encontramos en esta puerta con
alguien famoso dentro del ministerio, tendremos que discernir qué
hacer con este encuentro, es decir, si recibimos la bendición para
ser guiados al Lugar Santísimo como lo hacía David, o nos
enamoramos de su ministerio y les rendimos culto como persona. De
tal forma que lo que debemos pedir es el discernimiento de parte de
Dios, como lo manifiesta el pasaje de Mal 3:1 LBLA, para evitar caer
en lo adverso que solo nos conduciría a ser profanos.
Redactado por: Hna. María Eugenia Torres
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