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Estaban en Big Girl, su hamburguesería preferida. Hide nos deleita con las virtudes de sus
hamburguesas y lo guapas que son las chicas que atienden ahí.
− La tierra prometida de Canaan –le recordó, como lo hacía cada vez que venían aquí.
Hide dijo que lo recordaría la próxima vez, pero eso era algo que Kaneki dudaba.
Estaban comiendo y hablando de chicas, como solían hacerlo, cuando escucharon a otro
cliente hablando de ghouls. Hide dice que el sería feliz saliendo con una chica, aunque ella
fuera un ghoul. Kaneki le dice que no tiene por qué llegar tan lejos.
Segunda parte.
Hide esperaba escuchar acerca de la excitante cita de Kaneki, pero en su lugar supo de un
accidente en que se había visto envuelto. Desde ese día cosas raras comenzaron a
ocurrir, especialmente el hecho de que Kaneki ya no soportaba las hamburguesas que
tanto amaba.
Dos investigadores del CCG habían sido asesinados en el distrito 20. Y ahora visitaba a
Kaneki en Anteiku. Había notado que Kaneki, que no se veía bien desde la cirugía, parecía
estar mejorando ahora que trabajaba en la cafetería. Él le agradecía a Anteiku, y
especialmente a Touka, por encargarse de ellos luego del accidente automovilístico, a
pesar de que no lo recordara con claridad.
− Qué?
Kaneki tartamudeó una excusa acerca de que el café de Anteiku era demasiado caro. Hide
acabó aceptando, pero le dijo que lo empleados no deberían ahuyentar a la clientela y
ordenó un cappuccino.
Algunos días después volvió a la cafetería, Kaneki mantenía la mirada baja. Le dijo que no
debía volver más allí, porque ha habido gente sospechosa en el área. Para consternación
de Kaneki, el desestimó la advertencia luego de que éste admitiera que en realidad nada
había pasado aún. Hide se preguntaba si había algo que Kaneki no fuera capaz de decirle.
Hide siguió meditando acerca de lo que había pasado al día siguiente. Ellos se conocían
desde hace mucho tiempo y estaba convencido de que Kaneki en realidad estaba
protegiéndolo. Aun así, se preguntaba quiénes eran las personas sospechosas. Ni siquiera
había notado que la clase había terminado hasta que se le acercaron unos chicos, eran
miembros del Club Escolar de Investigaciones Sobrenaturales, se presentaron como
Kiyama, el presidente, y Sanko, la nuevo miembro.
− Tiene Kaneki-kun signos de ser un ghoul?
Ambos eran parte de una comunidad online de investigación paranormal que se reunía
periódicamente, y el tema de la siguiente reunión eran los ghouls. Hide les explica que no
hay forma en que Kaneki sea un ghoul, pues se conocen desde la primaria. Entonces,
Sanko le muestra una enorme lista de personas que ellos consideran sospechosos.
Hide dijo que había leído eso en el nuevo Libro para desenmascarar ghouls de Mr. Ogura.
Ogura era una autoridad en temas relativos a ghouls, y siempre aparece en la TV cuando
ocurre algún incidente relacionado con ghouls. Kiyama se sorprende del interés que
muestra Hide por los ghouls y le comenta que están investigando a los estudiantes que no
han comido en el campus dentro del último mes. Hide señala que hay muchos estudiantes
que no lo hacen, pero Kiyama dice que es por eso que están investigando a cada
sospechoso en particular.
− Entonces, dentro de este último mes, has visto a Kaneki-kun comer algo?
Hide les cuenta que acostumbraban comer juntos todo el tiempo, pero a ellos les
interesaban solo los eventos ocurridos el último mes. Así que acordaron dejar a Kaneki en
la lista por el momento, mientras investigaban a los demás sospechosos.
−Esperen, esperen un poco… ya sé! –dijo− Por favor, permítanme ayudarles con su
investigación!
Tercera parte.
El club tomaba sus investigaciones muy seriamente. Investigaban a los sospechosos fuera
del contexto estudiantil e incluso tenían detalles acerca de las rutas de patrullaje de los
investigadores ghoul del distrito. Un tiempo después, Hide les preguntó si no era ya hora
de quitar a Kaneki de la lista, pero ellos dijeron que la reunión se acercaba y se vería mal
si tuvieran muy pocos sospechosos, incluso si veían a Kaneki comer. Hide se dio cuenta de
que en realidad nadie de la lista parecía ser un ghoul.
− Todos pueden asistir a las reuniones! Es el corazón de la investigación ghoul, tienes que
venir!
− Si ese es el caso, supongo que iré a echar un vistazo! –dijo, intentando parecer alegre.
El tema de la siguiente reunión sería anunciado dentro de poco y el asunto sobre los
ghouls va a ser dado de baja. Por lo que Hide suspiró aliviado.
− Ah, pero ustedes son las estrellas del día, presentaron un estudio muy interesante −dijo
Cain− Estoy muy interesado en el caso que mencionaron. El del joven que hasta hace unos
meces comía abiertamente con sus amigos, pero al que no se le ha visto comer en el
último mes.
− Oh, ese tipo es completamente normal! −dijo riendo y agitando sus manos.
− Kaneki Ken
− Ya veo, ese nombre en realidad parece muy normal… −dijo Caín− pero has considerado
que… una persona podría ser convertida en ghoul?
− Convertirse en un ghoul? Que concepto tan innovador −dijo Kiyama con interés.
Hide agitaba sus manos en rechazo, a lo que Caín responde con un suspiro.
− Que poco romántico. Hacer uso de la imaginación para contemplar cada una de las
posibles respuestas es el encanto de la investigación sobrenatural. Bueno, entiendo que
no te agrade que tu amigo sea llamado ghoul. En ese caso, no crees que lo mejor sería
hacer una investigación a fondo para probar que tu amigo no está relacionado en absoluto
con ghouls?
Tanto Kiyama como Sanko estaban de acuerdo y emocionados por trabajar con Caín, por
lo que Hide no tuvo más elección que continuar con esto.
Cuarta parte.
Se reunieron al día siguiente en el barrio en que vivía Kaneki a las 7 de la mañana. Hide
intenta ahogar un bostezo y le pregunta a Caín por qué está tan entusiasmado con esto.
Caín le contesta apasionadamente que es porque ama la sensación que se produce cuando
todas las piezas del puzzle encajan. Al terminar de decir eso Kaneki sale por la puerta de
su casa.
− Claro que sí
Hide se preguntó si las personas sospechosas de las que hablaba Kaneki en realidad eran
Kiyama y Sanko.
− Enserio no parece estar comiendo nada, podrían ser ciertas nuestras sospechas? −se
preguntó Cain.
− Estuvo hospitalizado hace poco, aún no se recupera del todo −explica Hide,
persistentemente.
− Cálmate, es imposible para mí monitorearlo cada momento del día, debo haberme
perdido de algo. Sobre todo porque se sabe que los ghouls son más activos por la noche,
mi investigación aún no está completa.
− Mañana va a trabajar hasta tarde, intentemos esperarlo cerca, quizás seamos capaces
de presenciar el momento clave de la investigación.
− Esto puede ser peligroso −dijo Cain con preocupación, pero ninguno de los dos titubeó.
Salió de su casa un poco más temprano. Recordaba las luces de los fuegos artificiales de
aquella noche de verano, luego de que publicaron sus calificaciones, y el regaño que se
llevaron de una ancianita por eso. También recordaba las hamburguesas que comieron
para celebrar su ingreso a la universidad. Todas sus memorias tenían la sombra de Kaneki
en ellas. Pensaba que seguramente era lo mismo para Kaneki.
Era una noche fría, Hide se congelaba. Miró las bebidas calientes de una máquina
expendedora, tenían el café negro sin azúcar al que Kaneki se había vuelto tan aficionado
últimamente. No estaba acostumbrado a las cosas amargas, pero de igual forma compró
una y la puso en el bolsillo interior de su chaqueta para sentir su calor.
Estaba deambulando frente a la estación de trenes, cuando escuchó una alegre voz. Era un
artista callejero que parecía ser un poco mayor que él. Cantaba muy bien, pero nadie se
detenía a escucharlo. Hide se dio cuenta de que aún restaban dos horas para la reunión,
por lo que fue a sentarse a su lado. El artista le sonrió al verlo, y alzó la voz.
− Hay algo que te preocupe? –le preguntó el artista, sacándolo de sus pensamientos,
parece que ya había acabado su canción.
Hide alabó su canto y su forma de tocar, pero él seguía interesado lo que le preocupaba,
así que confesó.
− Cómo decirlo… mi mejor amigo parece estar en problemas, pero no hay nada que
pueda hacer… desearía que Dios me ayudara.
El cantante le dijo que era bueno ayudar a otros, pero que en ocasiones permanecer
juntos era suficiente para ser feliz. En definitiva, existía algo mejor que tener amigos a tu
lado con los que estar a gusto?
Hide se sintió mejor tras hablar con él, y se dio cuenta por su acento que no era originario
de Tokyo. Trató de darle dinero pero lo rechazó, así que le dio la lata de café como
agradecimiento. Cuando la vio sus ojos se iluminaron, dijo que no había comido en días.
Hide se rio y le dijo que no era necesario exagerar tanto.
Tras dejar al artista callejero se acordó del tiempo en que encendió fuegos artificiales
junto a Kaneki, los había comprado en una tienda de descuento junto con un encendedor.
Fue a un almacén cercano, allí se encontró con Kiyama, que estaba haciendo tiempo hasta
que llegara la hora de la reunión. Hide tomó algunas bolas de arroz y pasó por otros
estantes.
Había una gran cantidad de callejones vacíos alrededor de Anteiku, que se veía
especialmente ominoso por la noche.
− Señor Caín, c-creo que hay algo aquí –dice Kiyama, fácilmente intimidado.
− Sí, he investigado este lugar muchas veces con anterioridad y definitivamente hay algo
inquietante este día, quizás no debimos llegar tan lejos −susurró Caín.
Pero solo era Hide, que había abierto el envoltorio de las bolas de arroz.
− Hahaha creo que soy muy valiente –contestó, dándole un mordisco a la bola de arroz−
Después de todo, no puedo luchar con el estómago vacío. Em… señor Caín, no
deberíamos ir tan lejos, sería problemático que un ghoul nos atacara de verdad.
− Ah, de hecho sí, incluso para la gente de por aquí es fácil perderse entre tanto callejón.
− Entiendo, entonces deberíamos volver por donde vinimos –dijo Caín, para alivio de
todos.
Sin embargo, ya se habían metido demasiado profundo en los callejones, por lo que
terminaron perdiéndose.
Quizás fue esa frase la que lo inició todo. A Hide se le puso la piel de gallina, y comenzó a
sentir una presión sofocante. Quizás…
Una voz retumbó en el callejón sin salida. En un instante, Kiyama fue arrojado contra la
muralla que se encontraba detrás de ellos. Al voltearse, Hide ya sabía lo que pasaba.
− Kiyama-kun! –gritó Sanko, corriendo hacia Kiyama, que había perdido el conocimiento.
Fue ahí donde Hide las vio, ese par de pupilas rojas.
− Este es el puzzle que he armado pieza por pieza! Mi cena por fin está lista!
Caín estaba de pie con una gran sonrisa, tenía algo como una cola que se agitaba de un
lado a otro.
− Hide-kun, yo también soy un ghoul! Puedes ver estos ardientes ojos? Disfruta de tus
últimos momentos en este mundo!
La cola rozó la mejilla de Hide e hizo un enorme agujero en la muralla. Trozos de concreto
volaron por todas partes, y Sanko se desmayó sobre el cuerpo de Kiyama.
Alzó su cola para atacar otra vez, pero Hide ya había comenzado a correr a toda prisa en
otra dirección. No había tiempo para preocuparse por Sanko y Kiyama.
− Enserio eres así, Hide-kun? Eres de los que abandona a los demás?
Cuando Sanko dijo que Kaneki trabajaba en Anteiku, cómo sabía Caín que era una
cafetería? Qué hace a un hombre tan valiente como para entrar a todo tipo de lugares
aterradores y a la vez no ser atacado por un ghoul durante la noche, momento en que
ellos están más activos? Habían varias cosas que se habían ido amontonando en la mente
de Hide.
− …Me das mucho crédito, corrí porque estaba asustado, aún no puedo creer que esto
esté pasando…
Era cierto, incluso en este momento, el deseaba que esto no fuera más que un mal sueño.
− Gracias a que saliste corriendo he perdido una valiosa cantidad de tiempo. Me los iba a
comer lentamente, pero ahora… sería complicado que descubrieran a un ghoul que no es
de este distrito cazando en el territorio de otro.
Caín planea dejar a los demás para otro momento, solo se comería a Hide en esta ocasión.
Caín se ríe y le dice que es interesante, pero que esto era un adiós y comienza a acercarse
con la boca abierta. Hide piensa que mucha gente debe haber encontrado su fin de esta
forma. Rápidamente mete la mano en el bolsillo de su chaqueta, saca algo y se lo mete
por la boca a Caín.
− Qu…!!
Con sus dedos, Caín saca lo que tenía en la boca. Era la bola de arroz que Hide había
comprado en el almacén.
− Los ghouls no pueden ingerir comida humana, cierto? He escuchado eso mucho
últimamente! –dice Hide, alejándose a dos metros de Caín y sacando los fuegos artificiales
y un encendedor de su bolsillo− Y ahora… es tiempo para esto!
Hide enciende los fuegos artificiales. Caín es deslumbrado durante una fracción de
segundo por los fuegos artificiales y la explosión, tiempo que Hide ocupa para correr tan
rápido como puede. Revisa su chaqueta y encuentra lo que había comprado en el almacén.
Otra vez, Hide empujó algo en la boca de Caín con toda su fuerza.
− Sabe bien verdad? −preguntó Hide, que sujetaba con fuerza el empaque en la boca de
Caín.
Hide lo mira con el empaque vacío. Es salsa para carne, hecha con los ingredientes más
frescos. A diferencia de las bolas de arroz, esto no era fácil de escupir. Caín se lleva las
manos a la garganta, su kagune comienza a desvanecerse y solo sus ojos se mantienen de
un rojo brillante.
Dos hombres se acercan a ellos, Caín palidece. Llevan maletas en las manos.
Hide le dice que se encuentran en medio de una ruta de patrullaje de los investigadores
del CGG, la que conocía gracias a Kiyama y Sanko. Y que cuando lo estaba persiguiendo
corrió deliberadamente por esa ruta, y encendió los fuegos artificiales para llamar su
atención.
− Es un ghoul!
− N-no… NO!!
En un segundo, algo salió de la maleta y atravesó el cuerpo de Caín, que comenzó a gritar
agónico y cayó al suelo, inmóvil. Los investigadores comentan entre ellos que se trataba
de un ghoul bastante débil. No esperaban encontrar un ghoul tan rápido en su asignación
temporal al vigésimo distrito.
− Oye, tú…
Hide huyó tan pronto como los investigadores aparecieron. De pronto, la figura de Kaneki
pasó por su mente. Cuando salió del hospital fueron juntos a Big Girl a celebrar, en esa
ocasión Kaneki había vomitado las hamburguesas que siempre había amado. Las figuras
de Caín y Kaneki se superpusieron. Hide quería parar de pensar en eso, cuando notó que
lo envolvía una sombra. Miró hacia el cielo.
− …!!
Una figura humana caía del cielo pero, antes de poder estar seguro de ello, algo golpeó su
cabeza.
− …Nagachika-kun, Nagachika-kun!
Miró a su alrededor, estaban sobre el césped y las construcciones del lugar se le hacían
conocidas.
− Tampoco sabemos dónde está el señor Caín, al parecer se fue sin decir nada.
Al oír ese nombre Hide se estremeció. Kiyama aparentemente no recordaba y Sanko miró a
otro lado, sin decir nada, es que acaso no quiere que Kiyama se entere o lo habrá olvidado
todo a causa del shock?
Quinta parte.
− …Creo que un montón de cosas pueden pasar en esta vida −dijo Hide, mientras
caminaba con Kaneki luego de la clase de historia japonesa.
− A que te refieres?
− No es nada.
Decidió tomar el incidente como un sueño. Ya casi era hora de almuerzo y estaba
hambriento. Lo mejor para reponerse era ir a comer a Big Girl, después de todo, ese lugar
era su…
Ca- algo. El repitió “Ca” en voz alta, mientras Kaneki lo miraba con cara de “lo olvidaste
otra vez”.
Esta experiencia era aún muy clara como para pensar que se había tratado de un sueño.
Antes, los ghouls parecían un peligro distante, pero acabaron por aparecer justo frente a
sus ojos. En lugar de corregirlo, Kaneki se quedó mirándolo.
Kaneki le cuenta que Caín fue el hijo de Adán y Eva, que fue exiliado por Dios al oriente
del Jardín del Edén, por haber asesinado a su amado hermano menor Abel por celos. Al
terminar Kaneki se quedó callado…
− Kaneki?
− …Yo… solía creer que Caín era un pecador. No, incluso ahora creo que es culpable. Pero
a los ojos de Caín esa era la única forma en que podía seguir viviendo. No puedo dejar de
pensar en eso… –dijo Kaneki, como pensando en voz alta
− Pero incluso entendiendo su motivación, eso no tenía justificación ante los ojos de Dios.
− No hay necesidad de ser tímido! Rápido, pon esto en tu mochila! Podrás comerlos
cuando tengas ganas!
Pero sigue empujándolo hasta que salen del salón de clases, y en el momento en que Hide
quita sus manos la mochila de Kaneki, que había quedado mal cerrada, se abre, cayendo
al suelo sus útiles, libros y los bocadillos que Hide había metido ahí.
− Ah! Lo siento, lo siento! –dijo Hide, mientras él y un exasperado Kaneki recogen y ponen
todo de vuelta en la mochila.
− Qué?
− Nada! Vámonos!
− Oh, así que Kaneki-kun sí está comiendo después de todo −señala Kiyama, que había
visto la gran cantidad de bocadillos que cayeron de la mochila de Kaneki.
Sanko asiente
− Bueno, en realidad nunca creí que Kaneki fuera un ghoul! No hay forma de que esa clase
de monstruos asistan a la universidad Kamii!
Sanko asiente otra vez. Abriendo su libreta y tarjando el último nombre escrito ahí, “Ken
Kaneki”.
Primera parte.
Touka había oído de Yoshimura, el gerente de Anteiku, que ha habido gente sospechosa
rondando por los alrededores no mucho después de su batalla contra los investigadores.
Ella paró de hacer lo que estaba haciendo y preguntó:
Yoshimura le responde que no está seguro, que solo era capaz de sentir una extraña
mirada de manera constante y que lo tuviera presente.
−Gente sospechosa… debería decirle a Hide que no viniera por aquí en un tiempo?
Kaneki también se había enterado y parecía muy preocupado por las frecuentes visitas de
su mejor amigo.
Por otro lado, ese amigo probablemente era muy importante para él. Otra persona se
cruzó por su mente.
−…La tienda siempre es así. Solo dile que se mantenga al margen por un tiempo –dijo ella
rápidamente, sin mirar de frente a Kaneki.
−Huh?
−Dile que esto ocurre de vez en cuando, nuestra tienda siempre ha tenido gente
sospechosa rondando, el sector es bastante inestable o algo así. Dile que lo tenga
presente, sería problemático que algo le ocurriera. Será suficiente con que sea cuidadoso
–dijo Touka, volviendo a sus labores.
Kaneki se quedó inmóvil, aparentemente reflexionando acerca de lo que había dicho ella.
−Ah! Lo siento!
Touka atiende a un cliente, pone su sonrisa de trabajo y se prepara para seguir con su
turno. Sin embargo, esa sombra permanece y, mientras sirve una taza de café, recuerdos
vienen a su mente.
−Hacer eso no me hará sentir mejor! –le había gritado su amiga, con los ojos llenos de
lágrimas.
Segunda parte.
Todo comenzó hace una semana.
La preocupación de Yoriko comenzó cuando empezó el asunto con Mado. Aunque para ser
precisos, fue Touka quien inició todo eso. Esa clase de bastardos no merecía vivir. De
todas formas, cada vez que pensaba en eso recordaba el anillo que ese tipo llevaba en el
dedo, ese anillo suavemente desgastado. Acaso también habrá tenido una familia?
−…entonces qué te parece, quieres ir a divertirte a algún lado? –dijo Yoriko, subiendo la
voz.
−Eh?
−No hay ningún lugar al que te gustaría ir? Como al acuario o al parque de diversiones,
ese tipo de cosas.
Ella agachó la cabeza ante las preguntas de su amiga, acaso sus pensamientos se veían
reflejados en su rostro otra vez?
−Ah… −exclamó Yoriko, como si estuviera pensando en algo− Acaso tienes una cita este
fin de semana?
Parece que había asumido por error que ella y Kaneki estaban saliendo.
−Qué? Nada de eso! –dijo Touka, poniéndose de pie y golpeando la mesa con las manos−
No tengo esa clase de relación con ese tipo!! Oh, ya sé, salgamos a alguna parte!
−Pero…
Touka se pasó la mano por el pelo irritada y, tras mirar a su alrededor, se fijó en el
carismático adorno del conejo de la serie Zakka-c que colgaba de su celular.
−…el zoológico
−Qué?
−Suena bien!
−Tú crees?
−Sí! Quizás podamos ver animales bebés! Y seguro hay áreas en las que podamos comer!
−Uh…
Yoriko de pronto estaba llena de entusiasmo, mientras que la cara de Touka empezaba a
palidecer… tendría que saber de antemano en donde se encontraban los baños.
−Conoceremos la estación de trenes! A qué hora deberíamos ir? Oh, y cuál era el precio de
los boletos…?
Al día siguiente en la escuela, Yoriko le mostró un mapa del zoológico que había sacado
de internet.
−Mira mira!
Había estado investigando las características de cada atracción, qué animales eran más
jóvenes y qué lugares estaban cerrados temporalmente por reparaciones, e informó de
todo a Touka.
Parece que Yoriko que había dicho a su familia acerca de su ida al zoológico.
−Mamá me dijo que no debía causarle problemas a Touka-chan y que no tenía que hacer
tanto bento, pero me gustaría seguir con el menú que tenía planeado, pensaba hacer
suficiente como para cinco personas…
−Cinco…
−Ah, sí.
Yoriko era muy tímida en frente de los estudiantes varones, por lo que asentía en silencio
con la cabeza.
−Kosaka es una increíble cocinera, ya he probado de su cocina antes! –agregó uno de los
chicos, que había sido compañero de ella en la escuela media y había probado uno de sus
platos en la clase de cocina− Tiene una gran técnica, todos en la clase solían pedirle que
les diera de su comida cuando acababa, verdad?
Para recibir esa clase de cumplidos, ella debe ser realmente talentosa. Touka nunca podría
saberlo por sí misma, pero estaba encantada de que su amiga se sintiera orgullosa.
−Sin duda, después de todo quiere ser cocinera –dijo Touka, en lugar de la actualmente
incoherente Yoriko.
−Enserio me pone nerviosa estar frente a tanta gente… pero Touka-chan puede hablar
con tanta confianza sin importar frente a quien se encuentre, me pone tan celosa.
−Es porque solo son nuestros compañeros de clases, no hay nada por lo que preocuparse.
Ella solo decía lo que pensaba, no era nada especial. Sin poder comprender, lo único que
pudo hacer fue apuntar hacia el mapa del zoológico para cambiar de tema.
Yoriko recuperó su alegría, y comenzó a deslizar su dedo a través de las fotos de los
animales. En ese mismo momento, no eran conscientes de la maliciosa mirada que se
posaba sobre ellas.
Ese mismo día durante la hora de almuerzo ellas juntaron sus mesas para comer, como de
costumbre. Uno de los chicos que les había hablado en la mañana se les acercó otra vez.
−Oyee, tú misma hiciste este bento Kosaka?
Yoriko estaba inmóvil, como si la hubieran clavado al asiento, por lo que Touka tuvo que
responder por ella.
−Wow, es increíble. Em, uh… podría tener el privilegio de probar un poco? Solo será un
bocado –pidió formalmente el chico, juntando las palmas de sus manos.
Yoriko parecía completamente sorprendida y se giró hacia Touka como pidiendo ayuda.
Al escuchar eso, Yoriko se apresura y le da un trozo de pollo frito al chico, que se lo come
de un solo bocado. Sus ojos brillaron.
−Wow, esto es tan bueno! Es increíblemente sabroso! –dijo él, haciendo una expresión
que Touka definitivamente nunca podría hacer.
Mientras espantaba a los chicos, Touka pensó en lo feliz que debe hacer a Yoriko ver a la
gente poniendo esa cara al probar de su comida. Sin embargo, ella se veía pálida y tenía la
mirada baja.
Al seguir la voz, vio a tres compañeras cerca de ellas. Parecía un cumplido, pero sus
palabras tenían un tono sarcástico que molestaba a Touka. Las chicas evitaban verla a los
ojos.
−Ellos no tienen ningún tipo de relación con nosotras, vinieron por su cuenta –les explicó
Touka con franqueza, pero Yoriko ni siquiera se atrevió a apoyarla.
Luego de almorzar, tuvo que ir al baño para vomitar a solas y tomar un poco de agua.
−…?
La mayoría de estudiantes pasaban la hora de almuerzo fuera del salón de clases, pero al
volver Touka notó que el grupo de chicas de hace un rato estaban rodeando a Yoriko.
−Te gusta que te alaben, cierto? Por eso les muestras a todos tu cocina.
−Tu sabes que a Mayuhara le gusta Yamamoto-kun, verdad? Entonces por qué lo haces, te
burlas de ella?
Mayuhara debía ser la chica con la expresión más maliciosa, mientras que Yamamoto
seguramente era el chico que le había pedido un poco de pollo frito a Yoriko.
−Qué es lo que haces? –preguntó Touka en tono inflexible, dirigiéndose a Mayuhara, que
parecía ser la líder del grupo.
Las demás chicas retrocedieron ante su llegada, solo Mayuhara sonrió, manteniendo firme
su mirada.
−Qué hago? Solo estamos hablando, eso es todo –dice Mayuhara, pretendiendo
descaradamente no saber a lo que se refiere, haciendo que la expresión de Touka se
ensombrezca más.
−Oh, si escuchaste todo entonces por qué te molestas en preguntar? –se burló ella, ante
la creciente furia de Touka.
−Qué miedo! Oye, Kosaka, Kirishima está enfadada, por qué no le dices algo?
Yoriko temblaba ante el repentino regaño. Mayuhara le sonríe a Touka, con una mirada
examinadora.
−Eh?
−Tu naturaleza es distinta a la de Kosaka, es normal que pasar tiempo junto a ella sea una
molestia para ti.
−Cierra la…
−Qué?
Un golpe en un lugar inesperado, Touka titubea por un segundo. Hubiera querido decir
que era porque no podía ingerir comida humana, pero no podía.
−Kirishima siempre es tan independiente, pero siempre tiene que pasar su tiempo
acompañando a Kosaka. Lo mismo que con lo del zoológico, es obvio lo ve como algo
infantil, pero no tiene elección. No hay forma de que te guste hacer ese tipo de cosas,
cierto?
Ante las palabras de Mayuhara el rostro de Yoriko se puso increíblemente pálido. Sin decir
una sola palabra más, Touka agarró a la chica por la camisa y las chicas que las rodeaban
comenzaron a chillar.
−Cómo te atreves!
Las palabras de Mayuhara la ponían de los nervios, pero no podía refutarlas con
confianza.
Mayuhara mira con arrogancia a Yoriko, que está como petrificada y con los ojos llenos de
lágrimas. El agarre de Touka se vuelve más fuerte, y pone el puño contra el estómago de
Mayuhara.
Mayuhara es la primera en reaccionar, dejándose caer al suelo, para luego llevarse las
manos al estómago y toser violentamente.
−Ah, no, Touka-chan estaba… −comienza a decir Yoriko tratando de explicar, pero
Mayuhara se pone a llorar escandalosamente en el suelo.
Las amigas de Mayuhara la levantan, uniéndose a la actuación, como las profesionales del
engaño que son.
El profesor la saca afuera del salón por el brazo, pasando por el lado de Mayuhara.
−Eres muy graciosa –le susurra Mayuhara, para que solo ella pudiera escuchar.
Luego de ser regañada Touka camina de regreso al pasillo y se da cuenta de que Yoriko la
ha seguido y ahora se acerca tímidamente.
−No, no es tu culpa –dice Touka secamente, regresando al salón, pero Yoriko se queda de
pie, inmóvil.
−…?
−Ya te lo dije, no es tu culpa. La culpable de todo es Mayuhara, y sin importar qué, esta
vez la haré llorar de verdad.
No le gustaba dejar las cosas a medias, y si no se controlaba a este tipo de personas quien
sabe cuántas veces Yoriko sería acosada de la misma forma. Aún quedaba un rato antes
del término de la hora de almuerzo. Touka comenzó a caminar
−De qué hablas? Luego de que se burlaran de esa forma, acaso no estás molesta?
Lo que Yoriko decía era lo mismo que defender a Mayuhara. El ánimo de Touka empeoró.
Hablar sin actuar no tenía sentido. Pero Yoriko intentaba detenerla otra vez.
−…Yoriko, es necesario darle a ese tipo de escoria una lección! Si las dejas que se salgan
con la suya, esto comenzará a ser habitual! No lo entiendes?
−Y-yo…
Yoriko hablaba con voz entrecortada, como si intentara contener algo. Un momento
después sus ojos comenzaron a brillar. Oh no. Cuando Touka se dio cuenta, ya era
demasiado tarde. Su enojo se esfumó tan pronto como las lágrimas comenzaron a escurrir
de los ojos de Yoriko.
Era demasiado tarde para contener sus lágrimas, por lo que Yoriko solo podía hablar entre
sollozos ahogados.
−Pero… pero…
Cada una de sus palabras perforaba su cuerpo. Estaba congelada por las palabras de esta
chica humana. Su llanto le había recordado lo que le había dicho Hinami durante su
batalla con Mado.
Desde ese día la actitud de Yoriko cambió. No es que ella evitara directamente charlar, es
solo que ya no lo hacía alegremente, como había sido siempre, parecía aprehensiva al
respecto, como había sido ella misma en el pasado. Aunque para Touka las cosas también
habían cambiado, mientras antes había un tono gentil y confidente entre ellas, ahora
había una extraña distancia separándolas. Touka no entendía.
−Ah, trajiste pan?
−Sí
A la hora de almuerzo, mientras Touka rompía el sello del pan que había comprado en el
almacén, Yoriko la saluda con una especie de expresión forzada en el rostro. Su
conversación terminó rápidamente y Yoriko comenzó a comer tranquilamente su bento
hecho en casa. En el pasado, ella le hubiera dicho que necesitaba comer más y habría
dividido su almuerzo. Pero así es como debe ser, como ghoul no podía digerir comida
humana, este era una buena noticia para su cuerpo, pero era todo lo contrario para su
espíritu.
Por otro lado, Mayuhara actuaba como si nada hubiera pasado y charlaba ruidosamente
con sus amigas, como siempre. Parece que estaba satisfecha mientras el chico que le
gustaba se mantuviera alejado de ellas. Claramente ella era había causado todo esto, pero
estaba riendo como si nada. A Touka le daban ganas de matarla cada vez que la veía.
−Maldición.
Tenía que hacer algo al respecto, pero no sabía qué. Y así fue, día tras día.
Tercera parte.
Touka le ordena a Kaneki que vierta el café por ella mientras va a buscar un trapo. Dicen
que el tiempo diluye todo, pero ya ha esperado una semana y las cosas no iban como
esperaba. Su relación con Yoriko solo se volvía más y más rara.
−Oh, es primera vez que te veo, debes ser nuevo, cuál es tu nombre?
−Kaneki Ken.
Él la hace recordar, sonriendo a pesar del trato frío de ella. Touka se preguntaba si el se
estaría volviendo más resiliente. Ella lo mira y, como advirtiendo el peligro, termina
rápidamente con el tema.
−Huh?
−Ya te lo he dicho, la cafetería recibe a un gran número de ghouls que intentan recolectar
información relativa a los humanos. Como ese tipo –dice ella, indicando al cliente que
Kaneki acababa de atender− él acostumbra llevar humanos a lugares desolados para
comérselos, parece que los encuentra online. Y existen ghouls como él en todas partes, si
enserio te preocupa tu amigo entonces deberías mantenerlo lo más lejos que puedas de
los ghouls.
Luego de oír eso, Kaneki contuvo el aliento y bajó la mirada. Parece que había exagerado,
se sentía un poco insegura respecto de lo que debía hacer.
−Pero hasta ahora siempre hemos estado juntos… quizás suene un poco dramático, pero
para mí su existencia es algo de lo que dependo tanto como de mi corazón… si el llegara
a desaparecer, no tendría lugar al que pertenecer.
Ella solo pretendía que Nagashika dejara de venir a Anteiku, pero al parecer Kaneki
entendió que le estaba diciendo que corte todo lazo con él. Como haya sido, ella comenzó
a sentir un repentino miedo. Sin darse cuenta Kaneki había dado con el punto del asunto.
Si proteger a tus amigos significa mantenerlos lejos de los ghouls, entonces eso aplicaba a
ella más que a nada. De ser así, que pasaría con ella y Yoriko?
−Estoy bien.
−Pero no pareces estar muy bien estos días.
Mientras caminaba a casa, luego de su turno en Anteiku, sacó el mapa del zoológico que
le dio Yoriko. Aún quedaban un par de días hasta su visita, seguramente volverían a la
normalidad. Incluso si no pasaba enseguida, al final Yoriko terminaría riendo felizmente
como siempre lo hace cuando ya estuvieran en el zoológico. Intentaba pensar
positivamente, así que plegó el mapa con cuidado y lo puso en su bolso.
Sin embargo, entre más altas son las expectativas, más grande es la decepción.
Cuarta parte.
−Qué?
Cuando Yoriko se acercó para hablar con ella en el receso, Touka pensó que las cosas por
fin volverían a la normalidad. Nunca pensó que cancelaría los planes.
Pero incluso si Yoriko decía eso, para Touka sonaba más como si fuera a haber una
próxima vez.
−No… yo fui, yo fui la que decidió esto −la detuvo Yoriko rápidamente− iremos la
próxima vez, te lo aseguro!
Ver a una paciente y servicial Yoriko le hizo sentir un punzante dolor, siempre da a todos
una dulce sonrisa.
−…Yoriko.
Las cosas no podían seguir de esa forma, pero no podía encontrar el modo de expresarse.
La clase se reanuda antes de que pueda decir algo.
Después de clases ese día, Yoriko se fue primero porque tenía asuntos que atender,
dejando a Touka sola, parada frente al grupo de Mayuhara, que había estado hasta ese
momento viendo a Yamamoto, que estaba haciendo ejercicio afuera, a través de la
ventana.
−Oh, irás a casa con Kosaka hoy? –le pregunta disimuladamente, al percatarse la
presencia de Touka.
−Lo que te pregunté, qué le has estado diciendo a Yoriko en este tiempo −dijo Touka,
bajando la voz con intención asesina.
−No mucho, solo le recordé amablemente el hecho de que no querías ir al zoológico con
ella, es todo. Al fin y al cabo, si en realidad hubieras querido ir, se lo habrías dicho
inmediatamente a pesar de lo que ella te dijo durante el receso –dijo Mayuhara, mirando a
sus amigas.
−Lo mismo que con el bento de Kosaka, hay muchas cosas que claramente odias. Todas
podemos notarlo! Si no quieres que otras personas empiecen a hablar, deberías intentar
cambiar tu actitud un poco en lugar de siempre ponerle mala cara a la gen—
BANG! El puño de Touka pasó por el lado de la cara de Mayuhara y dio en el marco de la
ventana. La chica inmediatamente se quedó muda de miedo y las personas a su alrededor
comenzaron a jadear también.
−Qué sabes tú!? −gritó Touka en su corazón.
Ser incapaz de comer comida humana, estar siempre en peligro de ser asesinada, todo por
ser un ghoul. Por ser un ghoul! Porque soy un ghoul! Soy un ghoul! Con una muralla que
ella no puede superar sin importar lo mucho que lo intente y una felicidad que no puede
alcanzar sin importar que tan lejos busque, ella ha sobrevivido hasta el día de hoy.
−Quien sigue?
Cuando Yoriko dijo que ella no iba, no había sentido el derecho de decir que ella quería ir.
−Ah, Touka-chan! Trabajando duro! –la saluda Kaneki cuando llega a Anteiku.
−…
Los clientes de la tienda comenzaron a mirarla y un silencio tan denso como el agua
envolvió Anteiku.
−Mírate al espejo.
Yoshimura niega suavemente con la cabeza, es difícil de explicar, es un movimiento
calmo, pero que no da lugar a negativas. Atrapado en medio, los ojos de Kaneki van de
Yoshimura a Touka una y otra vez.
El gerente le da una mirada perspicaz, como queriendo decir que no deseaba regañarla,
pero que casi había perdido el control hace un momento.
Sin importar que ella lo considere molesto, Kaneki viene cargando una bandeja. Él le dice
que ayudó en la preparación de ese café y va a sentarse en el sofá.
−…
−E-enserio? Pero hablar sobre lo que te pasa puede hacerte sentir un poco mejor, por qué
no lo intentamos?
Ahora era el turno de ella para estar nerviosa.
−…qué molesto.
−…Ah, entonces eso fue lo que pasó… es un asunto complicado −murmura Kaneki.
−Enserio?
Será por eso que él le había sugerido que se apresurara el otro día?
−Qué?
−Con respecto a que Yoriko divida su comida contigo y el asunto del zoológico, qué
piensas acerca de eso?
Cuando probaba su comida era imposible para ella sentir placer, y sobre el zoológico…
como Mayuhara dijo, ella solo iba porque Yoriko la había invitado, eso era todo.
−No lo sé…
−Entonces es así… −dijo Kaneki− mira, es solo mi opinión, pero Touka-chan es la clase
de personas que actúan siempre con mucha decisión, para que te afecte de esta forma,
Yoriko debe ocupar un lugar sumamente importante en tu corazón.
−…
−Creo que lo mejor sería resolver esto pronto, ir al zoológico sería una buena idea. Si no
fueras acabarías arrepintiéndote, no es así?
−Planeábamos ir al zoológico mañana, pero ella dijo que no iría…
−Oh… ya veo…
Kaneki parecía estar decidido a preocuparse por ella, que persona más excesivamente
gentil. En su primer encuentro, cuando encaró su lado ghoul, era solo un mocoso llorón.
Pero sin darse cuenta, desde que admitió su propia tragedia, fue adentrándose paso a
paso en este lado del mundo.
Kaneki junta las manos, como si hubiera dado con una buena idea.
−Sí, pienso que por lo que la gente a su alrededor le ha estado diciendo Yoriko-chan debe
haber perdido la confianza en sí misma.
Kaneki dice que si ella puede transmitirle sus sentimientos a Yoriko entonces todo se
resolverá rápidamente. Sonaba simple, pero obviamente no era su fuerte.
−Um… por ejemplo, algo como darle un presente o escribir una carta sincera.
Touka tomó un sorbo del delicado sabor de ese café. Algo que alegre a Yoriko…
Capítulo III
Primera parte.
Pero ahora, ese hombre ya no tenía piernas con las que correr.
Aún podía verlo, el momento en que su presa se percató de que era seguido
por alguien sospechoso y cuando intentó huir desesperadamente… fue
espléndido, pero para un ghoul como Tsukiyama era como perseguir a un
bebé.
−Esas piernas que antes corrían sobre el pavimento… sin rastro alguno de
indeseados músculos. Estoy muy agradecido por su existencia. Han estado
corriendo toda su vida por este preciso momento ¡por el privilegio de ser
digeridos por mí!
−No te preocupes, claro que eres el plato principal. Fuiste muy considerado
al hacer los arreglos preliminares. Bien ¡empezaré a comer tu carne antes
de que se estropee! −dijo Tsukiyama, mientras una expresión de éxtasis
aparecía en su rostro.
−¡¿…?!
Tsukiyama tiró la pierna del hombre y pateó el suelo. El impacto fue tan
grande que se formó un agujero. Avanzó directamente hacia la chica
enseñando los dientes con la intención de extinguir su vida. En algunos
segundos el número de cuerpos aumentaría… o eso era lo que se suponía.
−¡Whoa!
Pero no olía como un ghoul, y no parecía portar una quinque. Ella tenía una
esencia absolutamente normal, podía encontrarse en cualquier lugar.
Debía conocer muy bien los alrededores, pues salió corriendo del centro sin
vacilar. Además, parecía ser mucho más rápida que el hombre que había
elegido para la cena. Corrió por una calle estrecha y con calma cruzó por
entre unas casas, fue hacia adelante, hacia atrás, hacia la derecha y hacia la
izquierda, realizando hábiles maniobras.
Saltó suavemente desde lo alto del tejado y aterrizó cerca de ella. La chica
se encontraba de espaldas a él y se sentó, su cuerpo temblaba. Se preguntó
si ella temblaba de miedo.
Una vez más observó la figura de la chica. Era pequeña, con el pelo negro
cortado de manera casual. Quizás fue porque estaba sentada, pero
realmente parecía un hámster.
Su cuerpo era tan aburrido que estaba impresionado de que alguien fuera
tan poco atractivo. De todos modos, perturbar la cena de Tsukiyama Shuu
era un grave crimen y, mientras pensaba en cómo debía ventilar su ira,
comenzó a caminar hacia la chica.
−Sí, puedes llamarme Hori Chie –dijo, cerrando la identificación con una
sonrisa despreocupada– Estoy cansada de tanto correr ¡invítame a algo
dulce!
————————————————————————————————————
——–
−¿No puedes comer de una forma más elegante, pequeño y sucio ratoncito?
−No soy una dama de todas formas –mencionó ella, aparentemente harta
de su taza de café.
Una primicia. Entonces ese era el caso, ella intentará vender esta
información a alguien o quizás tratará de amenazarlo.
−Por esto fingí durante tanto tiempo –dijo, tomando con suavidad su
cámara– Y ¡bingo! ya estoy completamente satisfecha.
−¿Pardon me?
−No puede ser ¡no hay forma de conseguir una primicia de alguien tan
magnifico como yo solo por hobby!
De todas formas ¿cómo podía estar tan tranquila? Estaba frente a un ghoul
que hace apenas unas horas estaba a punto de devorar las piernas de un
hombre. Además, era insólito que un ser humano pudiera capturar una
escena tan atroz con tanta calma como ella. ¿Qué la hacía ser así? Quizás,
como aquél proverbio sobre las habilidades del halcón, era un humano
anormalmente perceptivo. Fue capaz de fotografiar ese crucial momento sin
que él se diera cuenta, claramente ese era el caso.
−Entonces ¿esa fotografía era tan importante para ti? ¿habrías muerto por
ella? –preguntó Tsukiyama, tratando de cambiar de tema.
−¿Hm?
La chica tenía una mirada ausente y se quedó en silencio por un rato. Pero
estaba bien, él podía esperar a que respondiera. Por triviales que fueran sus
palabras, inconscientemente estas revelarían algo de su verdadera
naturaleza. Sin embargo, su respuesta estuvo muy por debajo de esperado.
Hori Chie dejó escapar un bostezo maleducado, frotó sus ojos y se levantó.
−Ah, realmente no estoy interesada en mostrarle la foto a cualquiera.
Aprecio mi vida, y todo eso. Gracias por el parfait, nos vemos –dijo,
poniéndose la mochila y caminando relajadamente.
−Espera ¡ratoncito!
Hundido en sus pensamientos, podía escuchar una suave voz que desde el
fondo de su mente le decía “Tsukiyama-kun, debe ser un poco más
cuidadoso.”
Era la voz del dueño del Café Anteiku, Yoshimura, quien le había dado ese
consejo el otro día, cuando hizo una parada ahí. En ese momento
Tsukiyama le había dicho que tenía todo bajo control, que no había
necesidad de preocuparse, pero… ¿ahora?
−Señor Yoshimura ¿te habrás referido a este ratoncito? Por cosas como ésta
es que no se te puede tomar a la ligera.
Segunda parte:
−Encantadoras…?
−¡Buenos días!
Y tras decir esto entró rápidamente al salón de clases. Quizás era tal como
la chica había dicho la noche anterior, ya había conseguido lo que buscaba,
por lo que no tenía intención de involucrarse con él nunca más. Pero no, era
muy pronto para relajarse, ella había descubierto su secreto. Desde ese día,
Tsukiyama iba a observarla cuidadosamente.
Mientras escuchaba los susurros de los demás, Tsukiyama oyó los pasos de
Chie acercándose. Sus pasos resonaban en un constante staccato. ¿Qué tan
enérgica era ella?
−Matsumae… estoy feliz de que estés dispuesta a ir así de lejos, pero este
es mi problema. Además, si soy capaz de vencer este problema, tengo la
sensación de que podría superarme a mí mismo nuevamente. Debo limpiar
por mí mismo después de todo.
Parecía que a ella no le apasionaba estudiar. Si ese era el caso ¿por qué
elegiría ella esta escuela?
−Al parecer la razón para entrar en esta escuela fue que “era la más cercana
a su casa”. Luego de eso, ella mejoró sus calificaciones hasta un nivel en
que pudiera conservar la beca pero, como usted probablemente sabrá, lo
único que la apasiona es la fotografía.
Parece que no participa de las actividades del club, al hablar con el asesor
del club de fotografía él me dijo que había tenido oportunidad de ver sus
capturas y que algunas habían sido tomadas con tanta torpeza que lo
habían dejado preguntándose si eran obra de un niño. Por otro lado,
también dijo haber evaluado algunas tan excelentes que ningún aficionado
podría haberlas tomado.
Tal vez ella era tan inconsistente en la fotografía como lo era en sus
estudios; como un conejillo de indias moviéndose sin propósito alguno.
−Como guste.
−¿Pasa algo?
Ella tenía una hermosa y sedosa cabellera negra, y una mirada intelectual. A
pesar de lo que trataba de aparentar, un brillo de entusiasmo podía verse
en sus ojos.
Oír sus voces susurrantes en el pasillo de la sala de clases, que había sido
inundado por el ruido durante la hora de descanso, era una hazaña de la
cual ningún humano ordinario era capaz. Sin embargo, era una historia
diferente para ghouls. Ellos generalmente se ocultaban, pero esta chica era
uno de esos asombrosos ghouls que intentaban mezclarse en la sociedad
humana. Su gran esfuerzo y actitud eran algo sorprendente.
−¡…no es cierto!
En ese momento, Chie pasó corriendo por el pasillo. Sus ojos la siguieron.
−Hablando de ser famoso, tú también eres como una celebridad por aquí,
después de todo eres el heredero de la distinguida familia Tsukiyama. Tu
familia tiene profundas conexiones e influencias en el mundo de la política
y los negocios. Si no mal recuerdo, tu familia amasó una gran fortuna
durante la generación de tu abuelo.
Una vez más, Chie corrió por el pasillo colindante a ellos. La conversación
se interrumpió cuando voltearon a mirarla por segunda vez.
−¿No es raro que nunca la notaras a pesar de ser tan ruidosa? Ya veo lo
exigente que eres en cuanto a tu “selección”.
Quizás no se dio cuenta debido a ese insípido olor que tenía, ella no
lograba estimular su apetito en lo absoluto. Tampoco podía sentir atracción
alguna hacia su cuerpo de niño. Debe haber sido por eso que no apareció
en su radar. Inconscientemente la excluyó, ya que no era un objetivo
gourmet.
−Es extraño que tenga una cámara con un lente tan extraordinario como
ese, más cuando ella parece no contar con los medios económicos para
adquirirla. Es un modelo de gama alta de Canon.
−Catálogo?
−Sí, y ella recibe una paga cuando sus imágenes son usadas
comercialmente. De algún modo, esos archivos pueden alcanzar un muy
buen precio.
Luego de que las clases de ese día terminaran, se encontró con la pequeña
niña arrastrándose por el césped en una esquina del edificio de la escuela y
se acercó a ella. Intentó seguir su línea de visión, esperando descubrir lo
que estuviera viendo, pero no había nada, solo césped. A pesar de eso,
podía oír continuamente el sonido del obturador.
Que ella, que había tomado impactantes fotografías del festín de un ghoul,
haya elegido a una aburrida hierba como tema… la diferencia era
demasiado grande. Pero Chie estaba satisfecha. Quizás había usado las
palabras equivocadas. No podía arriesgar su oportunidad ofendiéndola
ahora.
−No… viéndolo de más de cerca, no está nada mal. Cada brizna de hierba
forma un prisma y juntas brillan como esmeraldas… es muy interesante.
−La verdad es que hay un sitio al que quisiera ir contigo. Claro, no tengo
intención de dañarte –dijo cortezmente.
Era una captura difícil, pero tenía que caer con esto.
−Bien.
Antes de que pudiera poner el cebo ella había aceptado de buena gana su
invitación. Esto desconcertó a Tsukiyama por un segundo.
Tercera parte:
–No, no me refiero solo a ese aspecto. Los seres humanos están prosperado
en esta tierra a pesar de no tener garras o colmillos para sobrevivir en la
naturaleza. Me pregunto ¿qué los moverá? ¿cuál será su verdadera esencia?
–Oh, Tsukiyama-kun ¿otra vez por aquí? ¿Y quién es ella? …oh, ¿no es el
uniforme de Seinan?
–¡E-espere, Tsukiyama-kun!
–¿Eh…?
–Ese anciano padece una enfermedad al corazón, por esto está aquí. A
veces se le puede ver vagando por ahí, acosando sexualmente a las jóvenes
enfermeras. También olvida de inmediato lo que hace, por lo que no siente
culpa alguna.
–Parece ser mucho más influyente que los médicos del hospital, nadie
puede decirle nada.
Este fue el cebo. Quería que su imaginación volara, y dejar que su pequeño
corazón se acelere. Tsukiyama estaba esperando una respuesta.
–Esta será una cena divertida –pensó Tsukiyama, mientras sus labios se
curvaban en una sonrisa.
Cuarta parte:
Ya había oscurecido a las siete treinta, cuando Hori Chie llegó sola al
hospital universitario. Hoy era el día en que había acordado reunirse con
Tsukiyama.
Había una razón para llegar tan temprano. Si lo piensas bien, colarse en el
hospital durante la noche hubiera sido mucho más difícil. Probablemente
todas las puertas estarían cerradas, y tendría que burlar a los guardias de
seguridad. Por eso decidió entrar haciéndose pasar por un visitante.
Fue hacia el patio del hospital. El camino estaba bordeado por azaleas.
Tratando de no llamar la atención, metió la mochila en lo profundo de los
arbustos, donde la luz no llegaba. Luego caminó un rato por los
alrededores, cerciorándose de que estuviera completamente oculta.
–Ah.
*Ding-dong*
El horario de visita se extendía hasta las 21 horas. Luego del aviso, los
visitantes comenzaron a abandonar el hospital uno tras otro. Muchos
pacientes se acercaron a la entrada para despedirlos.
–Veamos…
Había llegado al salón principal del octavo piso. Todo sería más difícil a
partir de ahora.
Una vez más, Chie se metió al baño para no ser vista por la enfermera que
tenía el turno de noche. Cerró la tapa del inodoro, se sentó y esperó un
rato. Aún había ruido en el salón principal, podía sentir pasos yendo y
viniendo de un lado a otro. De vez en cuando entraba un paciente al baño,
pero ya que había varios cubículos nadie se preocupó de que uno estuviera
ocupado por tanto tiempo.
Comenzó a jugar con su cámara y pasó el rato viendo las fotos que había
tomado. No solo las que había tomado del hospital ayer, sino también la de
Tsukiyama devorando a ese hombre.
–…Oh.
Tras casi una hora, música clásica comenzó a sonar en el salón. Chie
levantó la cabeza.
Chie permaneció allí un buen rato, y solo luego de media hora salió del
baño. Con suaves pasos se asomó al pasillo, no parecía haber nadie. Sin
embargo, pequeños rayos luz venían de un par de habitaciones, supuso que
algunos pacientes aún estaban despiertos. Para no hacer ruido, se quitó los
zapatos, los tomó en sus manos y continuó caminando.
–Aquí estamos.
El lugar al que finalmente había llegado no era un gran salón para eventos,
sino una habitación ubicada en una equina de la planta. Era la habitación
del anciano que había conocido ayer. Ella puso su oreja en la puerta y oyó
unos fuertes ronquidos que venían del otro lado. Chie deslizó suavemente
la puerta abierta.
–¿…?
Al hacerlo, un olor suave y dulce vino a ella. No, era una fuerte fragancia. Se
preguntó si sería algún perfume el que olía así, notó que las luces estaban
apagadas. Era difícil ver, por lo que fue cuidadosa al entrar a la habitación.
Junto a la ventana se hallaba una gran cama. Las cortinas estaban cerradas,
pero podía distinguir al viejo que había acosado ayer a la enfermera. Agitó
su mano delante de él, pero no reaccionó.
–…él no despierta.
–¡Wooow!
¿Enserio podía decirse que esto era una habitación de hospital? Era muy
amplia y no solo contaba con su propio baño, sino también con una ducha.
Además había un sofá, una mesa y una nevera. Incluso lucía mejor que un
cuarto en un hotel comercial.
–Hm…
–¿…?
–…los dulces.
Era una voz fría. Las bofetadas comenzaron a sonar otra vez.
–Uuuugh… –gimió el anciano, lo que no evitó que la enfermera siguiera
golpeándolo.
–Qué ¿está vivo después de todo? Qué asco. No tiene sentido que alguien
como usted siga con vida. Solo debería morirse. Todos creen lo mismo,
debería estar muerto. ¿Por qué está aún con vida? ¿Acaso es idiota?
¡Simplemente muera! ¡Háganos un favor y muera! –gritó, mientras abusaba
violentamente del anciano.
Pero lo que había llamado la atención de Chie no fue la atroz golpiza que el
anciano estaba recibiendo, sino la voz del autor de la misma. Estaba segura
de haber escuchado esa voz antes.
Chie, todavía bajo la cama, podía ver su rostro. Era la enfermera de ayer.
–Perdón por romper la ventana. Solicité que fuera dejada abierta, pero
parece que cierto ratoncito es un poco caprichoso.
–T-tú eres la que estaba con Tsukiyama-kun ayer… ¡¿qué está pasando?!
¡¿qué hacen aquí?!
–Así como él olvida lo que le hace a los demás, también olvida lo que los
demás le hacen a él. No entiende por qué le haces daño, ni siquiera lo
recuerda. Por eso es que los demás creen que él mismo se provoca las
lesiones. Y así termina la historia. ¿No es un maravilloso argumento? Es
perfecto ¡bravo!
Entre sus dedos, Tsukiyama sostuvo el trozo de piel que le había arrancado
al anciano.
Extendió los brazos y se inclinó hacia atrás como mirando al cielo, sus ojos
se habían teñido de un rojo profundo.
Su kakugan brillaba.
–¡!Gwaaaaaaaaaaaaahhh!!
–Su piel se funde en la lengua como una fina capa reseca ¡como si fuera
polvo! ¡Qué delicia!
–Ah, yo soy “el gourmet”, quien solo elije a las presas más refinadas.
–¡A-ayúdeme, ayúdeme!
La piel de la mano que extendió el anciano había sido removida, por lo que
su carne era visible.
–¡Ayúdeme, haré lo que sea! ¡Le daré lo que sea, dinero, inmuebles! Se lo
ruego, por favor…
Los brazos del hombre eran tan delgados como la madera seca, y sus ojos
estaban inundados de lágrimas. Pedía ayuda. Sus dedos estaban extendidos
frente a los ojos de la enfermera.
Tsukiyama sonrío.
–¡¿…?!
Incluso en el último instante, con la muerte frente a ella, se las arregló para
tomar una fotografía tal y como lo hacía siempre. Esto hizo que a
Tsukiyama se le pusiera la piel de gallina.
Ella no era un fracaso como persona para pensar que a ella no le importaba
sacrificar todo. No, para ella, cada ser vivo existía en el mismo plano. Era un
sistema de valores que superaba la ética, hacía que ella viera a todos por
igual. Sin fronteras entre humanos y ghouls, perros y gatos, o cualquier ave
o pez, todo era lo mismo. Esto hacía que ella aceptara las cosas tal y como
eran, dejando que su curiosidad la lleve a donde sea y tomando fotos que la
motiven. Era una pureza sin límites, no había forma de vivir más instintiva
que ésta.
–¡Uf!
–Ya veo ¡ahora lo entiendo! ¡eres una mascota! –dijo felizmente, había
encontrado su respuesta.
–Um, no.
–¿Es este el agrado que sienten algunos humanos por los gatos que no
quieren estar cerca de ellos? ¡Qué fascinante!
Era esa imagen brutal en donde podía verse a simple vista que él era un
ghoul. Así que ella había planeado subirlo a internet. A pesar de eso, no
parecía tener intención de amenazarlo.
–¡¿Hm?!
Tsukiyama agarró a Chie y la puso bajo su brazo, luego puso un pie sobre
el borde de la ventana. Al otro lado de la habitación el anciano lloraba
profusamente, la enfermera se encogió y contuvo el aliento cuando él le
devolvió la mirada. Su mirada la hizo temblar de miedo.
–Creo que nosotros tres podemos llegar a ser buenos amigos –dijo
Tsukiyama, sonriendo.
–¡Ay, owww!
–¡Lo expondré todo! ¡Dejaste que me hicieran esto! ¡No puedes cuidar
adecuadamente a un paciente, maldita mujer!
Ella pasó por su lado y, de uno de los bolsillos de su blanco uniforme, sacó
aquellos guantes que siempre llevaba consigo. Se detuvo frente a la fruta
que había en el estante y tomó algo en completo silencio.
–Q-qué…
Quinta parte:
Ya habían pasado algunas semanas desde el incidente en el hospital
universitario. Un día luego de la escuela, Tsukiyama bebía café en una
cafetería cercana. Frente a él estaba sentada Hori Chie, que engullía una
crêpe.
Para la enfermera ella era la chica que le había tomado una foto en medio
de una situación crítica. Dependiendo del caso, ella podría haberla
perjudicado pero, como de costumbre, Chie había atravesado
tranquilamente un peligroso puente.
−¿Ah, sí?
−Sí, gracias a eso ella finalmente fue capaz de empezar a salir con el
médico del que había estado enamorada. Está agradecida de ti, Tsukiyama-
kun. Dice que eres como un dios.
−No hay nada más poderoso que la reina de la tragedia… −dijo Tsukiyama,
lamiendo los restos de café que habían quedado en sus labios− esperaré el
momento en que esté flambeada en felicidad.
FIN