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Presentado a:
Pbro.: Joaquín Eduardo Cortez. PSS
Presentado por:
Robinson Herrera Malaver.
Derecho Canónico
Diócesis de Pereira
Nobsa
2020
1. Informe de lectura de las pp. 108-114 del libro: “derecho canónico: el derecho en la
misión de la Iglesia – los lugares y tiempos sagrados “. En su informe debe hacer
mención de cada uno de los subtítulos que aparecen mencionados en el libro.
R/
LOS LUGARES Y TIEMPOS SAGRADOS
1) El templo
Es un edificio sagrado destinado al culto divino mediante la dedicación o
bendición prescrita por los libros litúrgicos, es signo visible de la cercanía de
Dios e indicador.
Por tratarse de un lugar sagrado, sólo puede admitirse aquello que favorece el
ejercicio y el fomento del culto, de la piedad y de la religión.
Se prohíbe lo que no está en consonancia con la santidad del lugar.
Esto no obsta para que, excepcionalmente y con licencia del Ordinario,
pueda ser utilizado para otros usos que no vayan en desdoro del lugar
Actos académicos.
Conferencias de temas religiosos.
Conciertos de música religiosa, etc.
Nunca para usos contrarios a la santidad del lugar tales como:
Bailes.
Mercados.
Comicios políticos.
Conciertos de música profana, etc.
Pueden darse incluso lugares de culto interconfesional, previstos en el
directorio de colaboración ecuménico, por más que se trate siempre de
situaciones pastorales excepcionales (c 1210).
La limpieza y seguridad:
Se debe cultivar positivamente:
La limpieza.
La pulcritud.
El buen gusto.
Lo mismo se ha de decir en cuanto a las medidas de segundad cuya
necesidad confirma la experiencia diaria (c 1220).
El lugar así profanado no puede emplearse para el culto hasta que se repare la
injuria por el rito penitencial previsto en el Pontifical para lugares dedicados y
en el Ritual para lugares bendecidos (c 1211).
2) El altar
El altar ocupa una posición preeminente, pues ha de ser realmente el centro
hacia el que se dirija espontáneamente la atención de toda la asamblea de
fíeles.
El altar bloque de piedra, en el que, sin abandonar el esquema general de
mesa, se subraya más el aspecto de ara sacrificial y el altar-mesa, sobre varias
columnas o sobre un único tronco central, que acentúa el aspecto de mesa
convivía.
Conviene que en todas las iglesias haya un altar fijo de manera que no pueda
moverse.
Su construcción debe ser noble y hermosa.
Estos altares han de ser dedicados (c. 1235-1237).
Ni uno ni otro necesitan ya llevar el ara o piedra consagrada, antes habitual.
excluido absolutamente cualquier uso profano
Ni comodín.
Ni lugar para colocar papeles.
Vinajeras o cualquier otro objeto (c.1239).
En las nuevas iglesias conviene que se erija un solo altar, para que en la única
asamblea de fíeles signifique al único Salvador nuestro Jesucristo y la única
eucaristía de la Iglesia.
Un altar exento, en torno al cual pueda girar el sacerdote y celebrar la misa
cara al pueblo.
3) Los cementerios
Es el dormitorio donde descansan los fieles en espera de la resurrección y lugar
de oración de los fieles por los difuntos. (cf. c.1205).
Tres tipos de cementerios:
Persona jurídica eclesiástica de una parroquia, de un instituto de vida
consagrada.
Civiles donde haya un espacio destinado a los fieles católicos.
Civiles sin tal espacio, en el que es bendecida cada tumba
individualmente (C. 1240).
Se reitera la prohibición de sepultar en las iglesias con las excepciones en favor:
Romano Pontífice
En su propia iglesia.
Los cardenales
En su propia catedral.
Si son diocesanos o la de su título y obispos diocesanos, incluso eméritos
y de todos los equiparados en derecho a ellos (cf. c.381 § 2).
Pero no alcanza a los obispos coadjutores ni auxiliares (c.1242).
Será el obispo diocesano el que legisle sobre cementerios propio.
cementerios civiles, su competencia sólo afectará a la protección de su carácter
sagrado o la posibilidad de denuncia en caso de abusos como pastor de la
comunidad católica (c.1243).
4) Los tiempos sagrados
Para la parroquia, como para toda la comunidad cristiana, es un deber el
celebrar con sagrado recuerdo, a lo largo del año litúrgico:
Todo el misterio de Cristo, desde:
La Encarnación.
La Navidad.
La Ascensión
Pentecostés.
La expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor (SC
102),
Incluyendo también la especial veneración:
De la Virgen María.
El recuerdo de los santos.
El obispo diocesano, dentro de su jurisdicción, puede señalar especiales días de
fiesta o de penitencia, pero sólo a modo de acto, nunca de manera estable y
definitiva (c.1244; cf. c.1246 § 2; 1251).
El párroco puede dispensar o conmutar las obligaciones del día de fiesta o de
penitencia no sólo a feligreses individuales, sino también a grupos enteros, con
causa justa, según las prescripciones del obispo diocesano y en casos
particulares.
a) Días de fiesta
EL domingo, día del Señor, es el fundamento y núcleo de todo el año
litúrgico (SC 106) y tiene un valor primordial por celebrarse en él el
misterio pascual.
La legislación litúrgica afirma que el domingo tiene precedencia sobre otras
fiestas y celebraciones, salvo las solemnidades y las fiestas del Señor.
Los domingos de:
Adviento.
Cuaresma.
Pascua tienen prioridad absoluta.
Si coincide con ellos alguna solemnidad, ésta se anticipa al sábado para
que el domingo conserve su peculiar identidad (c.1246 § 1).
En estos días de fiesta existe la obligación de asistir a la misa, obligación
que se cumple asistiendo a la misa dondequiera que se celebre en un rito
católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde, y esto
entendido en sentido amplio, por lo que debe celebrarse la misa propia del
domingo, con la correspondiente:
Homilía.
Oración de los fieles, siempre que sea con asistencia de pueblo
(c.1248 § 1).
Los días de fiesta implican también abstenerse de aquellos trabajos y
actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día
del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente del cuerpo (c. 1247).
b) Días de penitencia
La verdadera penitencia no puede prescindir de una «ascesis» que incluya
la mortificación del cuerpo:
Todo nuestro ser.
Cuerpo y alma.
Debe participar activamente en este acto religioso, en el que la
criatura reconoce la santidad y majestad divina.
Los días penitenciales son aquellos en los que los fieles se dedican, por la
mortificación y el dominio de sí mismos, de una manera especial a la
oración y a las obras de piedad y caridad como medios importantes para
favorecer una auténtica vida cristiana.
Para la Iglesia universal:
Son días penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de
cuaresma (c.1250).
En la Iglesia particular
Determinados por el obispo diocesano, pero no de forma estable,
sino a modo de acto (c.1244 § 2).
En el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo se guardarán ayuno y
abstinencia, que significan muy adecuadamente el necesario dominio de la
voluntad sobre los deseos y necesidades y la asociación a la pasión de
Cristo, por lo que no se aplica a estos días la sustitución de la abstinencia
de carne por otras prácticas (c.1251).
El ayuno
Consiste en hacer una sola comida al día; pero no se prohíbe tomar
algo de alimento a la mañana y a la noche, guardando las legítimas
costumbre respecto a la cantidad y a la calidad de los alimentos.
Están obligados a la ley de la abstinencia
Los fíeles que han cumplido catorce años.
El ayuno
Todos los que ya cumplieron dieciocho años, hasta que hayan
cumplido cincuenta y nueve años.
Los pastores de almas y los padres
De que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia
quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al
ayuno y la abstinencia (c.1252).
Por ley divina
todos los fieles están obligados a hacer penitencia.
2. Debes de hacer una lectura de los apuntes aportados por el profesor de la clase
función de enseñar de la Iglesia del código de derecho canónico, contestar las
siguientes preguntas:
A. Al explicar qué nos señala el código de derecho canónico con relación a los lugares
sagrados, exponga todo lo referente al altar y a los cementerios.
R/
El Altar
Ocupa una posición preeminente, pues ha de ser realmente el centro hacia
el que se dirija espontáneamente la atención de toda la asamblea de los
fieles.
La dignidad del Altar estriba en que es el ara peculiar en la que se perpetúa
sacramentalmente el sacrificio de la Cruz y la mesa en torno a la cual son
congregados los hijos de Dios (Cf Can 1235; OGMR 261).
Estos altares deben ser dedicados (Cf Can 1235-1237).
En otros lugares de culto puede ponerse un altar móvil, fabricado de
cualquier materia sólida que esté en consonancia con el uso litúrgico y, al
menos, bendecido (Cf Can 1236,2; 1237,1).
No se pueden utilizar:
Ni comodín.
Ni lugar para colocar papeles, vinajeras o cualquier otro objeto (Cf
Can 1239).
Los Cementerios.
El cementerio es el lugar donde descansan los fieles en espera de la
resurrección y lugar de oración de los fieles por los difuntos (Cf Can 1205).
Existen tres tipos de cementerios:
Propios de una persona jurídica eclesiástica de una parroquia, de
un instituto de vida consagrada
Civiles donde haya un espacio destinado a los fieles católicos.
Civiles sin tal espacio, en el que es bendecida cada tumba
individualmente (Cf Can 1240).
Se reitera la prohibición de sepultar en las iglesias con las excepciones en
favor:
Del Romano Pontífice
En su propia iglesia
Los cardenales
En su propia catedral
Si son diocesanos o la de su título y obispos diocesanos, incluso
eméritos y de todos los equiparados en derecho a ellos (Cf Can
381,2).
Pero no alcanza a los obispos coadjutores ni auxiliares (Cf Can
1242).
Se confía al derecho particular dictar normas sobre el funcionamiento de
los cementerios, especialmente para proteger y resaltar su carácter
sagrado (Cf Can 1243
Será el obispo diocesano el que legisle sobre cementerios propios.
Si se trata de cementerios civiles, su competencia sólo afectaría a la
protección de su carácter sagrado o la posibilidad de denuncia en caso de
abusos como pastor de la comunidad católica (Cf Can 1243).
Tiempo Sagrado
El Obispo diocesano
Dentro de su jurisdicción, puede señalar especiales días de fiesta o
de penitencia, pero sólo a modo de acto, nunca de manera estable
y definitiva (Cf Can 1244; Can 1246,2;1251).
El párroco
Tiene la obligación de recordar a los fieles esta disciplina que en
gran medida se ha ido perdiendo en la conciencia y vida práctica de
éstos-, porque al conmemorar así los misterios de la redención, la
Iglesia abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor,
de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo
tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la gracia de
la salvación (Cf CIC 1163).
Puede dispensar de la obligación de guardar un día de fiesta o de
penitencia el obispo diocesano por derecho propio (Cf Can 87; Can 381,1;
CD 8b).
Los días de precepto en Colombia
El Papa Juan Pablo II, aprobó la solicitud de la Conferencia Episcopal en el
sentido de reducir, para Colombia, el número de fiestas de precepto que
ocurren dentro de la semana y pasar algunas de ellas al domingo. En
consecuencia, a partir del 14 de Julio de 1983, el calendario festivo
religioso en Colombia queda como se describe a continuación:
Días de precepto.
Con la obligación para los católicos de participar en la Santa
Misa y observar el descanso festivo:
Todos los Domingos del año.
El 1º de enero, solemnidad de Santa María, Madre de
Dios.
El 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Virgen María.
El 25 de diciembre, solemnidad de la Navidad del
Señor.
Se trasladan a Domingo
Las siguientes fiestas:
La solemnidad de la Epifanía del Señor, al Domingo
ocurrente entre el dos y el ocho de enero.
la solemnidad de la Ascensión del Señor, al Domingo
siguiente al jueves en que solía celebrarse.
La solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor
(Corpus), al Domingo siguiente al jueves en que solía
celebrarse.