Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En este horizonte líquido, ¿qué papel pueden desempeñar los estados en la articulación de un
nuevo relato de unidad e identidad nacional?
Los estados-nación han sido el objeto de estudio de los historiadores desde el siglo XIX. Este
modelo de administración política y territorial propia del continente europeo se extendió a todos
los rincones del mundo por invasión, aculturación o simple reiteración en un proceso de
nacionalización que comenzó apoyado en una burocracia centralizada y en una profunda campaña
de nacionalización en la escuela, ejército, arte, prensa; espacios donde se fomentó el culto a los
símbolos y valores patrios y a la homogeneización de la lengua nacional como representativas de
la identidad.
En el tradicional enfoque de Estado-Nación las nociones de Dios, patria, bandera, familia eran
sustantivas para mantener una identidad nacional y sostener la defensa de un espacio territorial.
La narrativa del historiador era la gesta del líder y del pueblo como protagonista abnegado. Eso ha
cambiado.
Estamos ante un nuevo horizonte líquido. El “pueblo” ha perdido su centralidad en las narraciones
del pasado, sustituido por la consideración de individuos plenamente atomizados y capacitados
para actuar con autonomía, articulados por las redes sociales.
Estos nuevos términos apenas si comienzan a ser percibidos y entendidos por una clase política
que no tiene ya reflejos ni la capacidad de reacción ante los súbitos cambios en la ciudadanía.
Chile es el ejemplo más clamoroso. La gente se comunica instantáneamente, coordina, toma
posiciones y logra consensos sin pasar por líderes visibles, prensa tradicional ni autoridades que
pueden perder legitimidad súbitamente.
Ante este nuevo horizonte líquido lo que tiene que cambiar es la idea de representatividad como
algo fijo y estático. Lograr consensos sociales nunca ha sido tan viable. Ya existe toda la tecnología
que puede hacerla posible e instalarse de plano en el imaginario y el quehacer ciudadano.
Hoy se pide la cabeza de Piñera en Chile. Ayer era el Congreso de Perú. El nuevo gran protagonista
es el "pueblo" y las leyes tienen que adaptarse a la nueva forma de democracia líquida.
¿Un congresista debe quedarse cinco años pagado por la nación, sin demostrar para qué fue
elegido? O debe ser rotado por tercios en periodos más cortos para impulsar el cambio que el país
espera.
Bajo el paradigma de los consensos sociales será la comunidad la que plantee, priorice y vote por
los proyectos que espera ver realizados. El candidato de turno exitoso será aquel que convenza a
la mayoría que será capaz de conducir y plasmar el consenso social de la voluntad popular
expresada con el voto ciudadano.
--------------------
(1) RINA SIMÓN, César, “De la Historia sólida a las historias líquidas. Los condicionantes tecnológicos y
neoliberales del oficio”, Diacronie. Studi di Storia Contemporanea, 12/4, 2012.