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Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez

El poder de Jesús sobre la muerte, 2ª Parte


Scripture: Mateo 9:23–26
Code: GAV-2266

Sería tan amable de abrir su Biblia en Mateo capítulo 9… Mateo capítulo 9. Continuamos con
nuestra investigación de los versículos 18 al 26. Mateo 9, versículos 18 al 26. Y hemos titulado a
esta sección: “El poder de Jesús sobre la muerte.” Nada es más maravilloso para nosotros que
saber que Cristo ha conquistado la muerte. El escritor de Hebreos nos dice que Jesús vino "para
destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a
todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”
Hebreos 2:14 y 15.

En otras palabras, el escritor dice que los hombres viven su vida entera sujetos a la esclavitud del
temor de la muerte; pero Cristo ha venido para librarlos de ese temor. La muerte es el espectro que
asusta la vida de toda persona. Entre más tiempo vives, de manera inevitable, está presente en el
futuro. Saber que Cristo ha conquistado eso es el gozo definitivo… Para la mayoría del mundo, ellos
no tienen dicho conocimiento y temen a la muerte.

Supongo que en mi vida, el hombre que pareció entenderlo mejor, el hombre que a lo largo del
espectro del estilo de vida del mundo, de la religión del mundo, a lo largo de toda la demostración de
popularidad y medios masivos de comunicación y todas esas cosas, el hombre que sobresale como
ese hombre, por lo menos durante mi vida, que el mundo pensó que tenía todo en su vida fue
Mahatma Gandhi… Parecía estar en paz. Parecía tener tranquilidad absoluta del alma. Parecía no
conocer el temor.

Quince años antes de la muerte de Gandhi, él escribió lo siguiente, y cito: “Debo decirles, en toda
humildad, que el hinduismo, tal como lo conozco, satisface completamente mi alma. Llena mi ser
entero y encuentro una frescura en el Bhagavad y en el Upanishad que uno extraña en el sermón
del monte.” Totalmente en paz, totalmente cómodo con el hinduismo. Pero justo antes de su muerte,
él escribió lo siguiente: “Mis días están contados. Probablemente no voy a vivir mucho más, quizás
un año, un poco más. Por primera vez en 50 años, me encuentro en el hoyo de la desesperanza.”

Como comentario al margen, fue interesante, probablemente debió haber estado leyendo El
progreso del peregrino. Y luego dice esto: “Todo en mí es oscuridad y desesperadamente estoy
orando por luz.” Inclusive Mahatma Gandhi, quien parecía tenerlo todo, conforme comenzó a
enfrentar la inevitabilidad de la muerte, vio que todo se desmoronaba.

Cuando la gente piensa en morir, hace cosas torpes debido a su temor. Un hombre del que leí, es
un relojero turco que decidió que él quería construirse una tumba especial con una ventana de ocho
pulgadas arriba. Y él planeaba instalar un botón, una alarma eléctrica con una campana eléctrica
dentro de la tumba porque si había sido sepultado vivo por error, podría apretar el botón; y entonces
de llamar al guardia del cementerio. También planeaba tener ahí un foco e instruyó a la gente que lo
sepultara que se aseguraran de dejar el foco prendido durante siete días y regresaran. Y si él estaba
muerto, entonces podían apagarlo.
En Brasil, un arquitecto ha diseñado un cementerio que es un rascacielos de 39 pisos. Hay muchos
rascacielos en Brasil. En la mayoría de ellos hay personas vivas, pero éste tendrá cadáveres en él;
una capacidad para 147,000 cadáveres. Tiene un helipuerto, para que los cuerpos sean llevados ahí
rápidamente. Habrá dos iglesias y 21 capillas y camas cómodas para los amigos que lloran.
También habrá un trasfondo de música que sonará permanentemente, sombría y relajante, a lo
largo de las 24 horas del día. Y todo esto para enfrentar el problema increíble de las sepulturas en
las porciones ya llenas de Brasil.

¿Sabía usted que Gran Bretaña es el primer país en el mundo que tiene más cremaciones que
sepulturas? Están enfrentando el hecho de que ya no hay lugar en donde poner sus cuerpos. En
Japón, las tumbas están tan llenas que sólo si usted está en la familia imperial se le puede
garantizar una tumba. Rusia tiene el cementerio más grande. Tiene un cementerio que contiene
500,000 cuerpos. Acaban de construir un mausoleo en San Diego. En ese mausoleo, hay lugar para
70,000 cuerpos; y junto a él hay un jardín.

Y en ese jardín encontramos una réplica de la tumba del huerto en Jerusalén de donde creen que
Jesús puede haber resucitado; y junto al mausoleo, estará esa réplica. Estará vacía y la puerta
siempre abierta para que se le notifique visualmente que la tumba de Jesús está vacía. Y el mensaje
parece ser que es que esas otras tumbas en donde se encuentran otros que le conocen serán
vaciadas algún día también.

Sin embargo, la tierra está marcada de tumbas. Van hacia abajo. Van hacia arriba. Están en todos
lados. La muerte está en el horizonte de la vida de todo individuo. ¡Qué maravilloso es entonces
entender que Jesús vino para conquistar la muerte! Si usted mira Juan capítulo 5, quizás sería un
buen lugar para enfocarnos en esto; aunque podríamos discutir muchos pasajes. Simplemente
escuche lo que dicen varios versículos de Juan capítulo 5.

Versículo 21: “Porque así como el Padre resucitó a los muertos y les dio vida, así también el Hijo da
vida a quien Él quiere.” Versículo 24: “De cierto, de cierto os digo que el que oye Mi Palabra y creen
al que me envió, tiene vida eterna.” Versículo 26: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así
también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo.” En el capítulo 11, Él dijo: “Yo soy la resurrección
y la vida. El que cree en mí, aunque estuviere muerto, vivirá; y el que viviere y creyere en Mí, nunca
morirá.” En otras palabras, Jesús dijo tener poder sobre la muerte. Él dijo: “El Padre tiene poder
sobre la muerte y me está dando poder sobre la muerte.” Y Él también dijo: “Porque Yo vivo,
vosotros también viviréis.”

Ahora, la obra del Mesías era conquistar la muerte, quitar el temor a la muerte, hacer, como dijo el
apóstol Pablo en 1 Corintios 15, quitar el aguijón de la muerte, tener victoria sobre la tumba. “En
últimas, el Mesías traería un estado eterno,” dice Apocalipsis 21:4, “donde no habrá más muerte.” El
Mesías conquistaría la muerte. Y si eso es verdad, entonces cualquier persona que dice ser el
mesías debe demostrar su poder sobre la muerte, ¿verdad?

Observe conmigo lo que dice Mateo 11, versículo 5. Juan el Bautista estaba preocupado por saber
si Jesús realmente era el Mesías, el hijo de David, el prometido; y entonces Juan envió un par de
sus discípulos para investigar. Y el versículo 3 de Mateo 11, los discípulos vinieron y dijeron: “¿Eres
Tú aquel que había de venir o esperaremos a otro? ¿Eres Tú el Mesías? ¿Eres Tú el prometido?
¿Eres aquel que Juan ha estado proclamando? Respondiendo, Jesús les dijo: “Id y haced saber a
Juan las cosas que oís y veis”… ¿Cuáles son? “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son
limpiados, los ojos oyen, los muertos son” ¿qué? resucitados.” Credenciales mesiánicas, así es
como sabemos que Él es el rey.

Ahora, Mateo quiere que entendamos esto. Y entonces, en el capítulo 8 y 9 ha presentado el poder
milagroso del Mesías. Él nos ha mostrado que Jesús tuvo poder sobre la enfermedad en el capítulo
8, versículos 1 al 17. Él nos ha mostrado que Él tuvo poder sobre los desórdenes físicos,
espirituales y morales en el capítulo 8, versículos 23 hasta el capítulo 9, versículo 17. Y ahora, en el
capítulo 9, versículo 18 hasta el versículo 35, Él nos muestra que tiene poder sobre la muerte. La
enfermedad, el desorden y la muerte. Él puede dar vista a los ciegos, oído a los sordos. Él puede
hacer que los que no hablan, hablen; y puede resucitar a los muertos. Y ahí yace la credencial del
Mesías. Él puede, a manera de adelanto, de probada, de muestra, lo que hará en Su Reino y por la
eternidad.

Ahora, nuestro texto, comenzando en el versículo 18, nos enfocamos en Su poder sobre la muerte,
el enemigo definitivo. Y aquí hay tres milagros. El primero es la resurrección de una niña muerta. El
segundo, es que da vida a ojos ciegos; y el tercero, da voz a uno que es mudo.

En un sentido, todos ilustran Su poder sobre la muerte. En un caso, da la capacidad de hablar a una
voz muerta. En otro, vista a ojos muertos. Y después, resumiendo todo, no sólo el poder de resucitar
las partes del cuerpo de la mortandad sino que el cuerpo entero de la mortandad conforma
resucitara a esta pequeña niña de los muertos.

Ahora, como dijimos hace dos semanas atrás, cuando comenzamos nuestro estudio de los
versículos 18 al 26, no sólo nos vamos a enfocar en el milagro en sí de la resurrección sino que
vamos a ver a Jesús porque queremos aprender aquí cómo Él trabajó con la gente. No sólo vemos
los factores involucrados en Su poder como Dios manifiestos, sino que también vemos la ternura de
como Él trata a la gente; y eso se vuelve abundantemente claro conforme vemos el pasaje.

Ahora, repasemos brevemente el patrón de Jesús al tratar con la gente. Y éste es el bosquejo que
vamos a seguir. En primer lugar, Jesús era accesible. Versículo 18, observe cómo comienza.
“Mientras Él les decía estas cosas.” Deténgase ahí. Usted recordará que en la última ocasión le
señalamos que Jesús estaba ocupado en una conversación con los fariseos, los seguidores de Juan
el Bautista. Adonde quiera que Él fuera, había una masa de personas, una multitud que lo rodeaba.
Siempre rodeado por gente. Vemos esto a lo largo del flujo del libro de Mateo.

Usted comienza, por ejemplo, en el capítulo 4, versículo 25 y dice: “Lo seguían grandes multitudes
de gente.” Y llega al capítulo 8, versículo 1 y dice: “Y cuando Él vino del monte, grandes multitudes
lo seguían.” Y el tercer al capítulo 12, versículo 15: “Y grandes multitudes lo seguían.” Y usted
puede llegar hasta el capítulo 19 y en el segundo versículo ahí dice: “Y grandes multitudes lo
seguían.” Y el capítulo 20, versículo 29: “Grandes multitudes lo seguían; y en el capítulo 21,
versículo 8: “Una gran multitud lo seguía.”

En otras palabras, Su vida entera estuvo accesible a la gente. Respondiendo preguntas.


Satisfaciendo necesidades. Predicando, enseñando, sanando, echando fuera demonios. Este es un
principio maravilloso. Dios es accesible. Está ahí. Puede ser encontrado. Puede ser buscado. Él no
es el Dios de los paganos. Él no es el Dios cuyo pueblo no lo puede encontrar y el Dios del pueblo
del Antiguo Testamento a quien el profeta dijo: ‘quizás está de vacaciones. Quizás está dormido.
Quizás deberían hablar más fuerte y despertarlo.’ Nuestro Dios no es así. Cuando Jesucristo vino al
mundo, Él era Dios encarnado, Dios se volvió accesible.

En segundo lugar, Él no sólo era accesible, sino que estaba disponible. Y pasamos de la multitud al
individuo en el versículo 18. Él dice: “Vino un hombre principal.” Un hombre de la multitud; y ahí en
el versículo 20, “y he aquí una mujer.” Y la masa de todo es el foco en un hombre y una mujer, un
individuo. Él no sólo es accesible. Eso quiere decir que usted no sólo puede ir a Sus reuniones, Sus
congregaciones. Él está disponible. Usted puede confrontarlo individualmente y puede entrar a Su
vida y Él en la suya. Él vino a gente individual. Él tocó a un leproso. Él fue a casa con un centurión
que tenía un siervo paralizado. Él tocó a una mujer con fiebre, enfrentó a un hombre poseído por
demonios. Él curó a un paralítico y aquí, Él conoce a un padre cuya hija estaba muriendo y a una
mujer con una hemorragia severa. Él siempre está disponible para el individuo; y aquí hay dos cosas
que se relacionan con esa disponibilidad. Una es la necesidad y la otra es la fe. Donde hay una
necesidad profunda, donde hay una fe profunda, Él está disponible.

Observe el versículo 18. Dice: “Vino un hombre principal,” y nos dicen los Evangelios que era el
gobernante de la sinagoga. Él era el epítome de la institución religiosa. Probablemente era el
ciudadano principal, el hombre más respetado y honorable y religioso. Él era parte de la institución
que normalmente estaba identificada en contra de Cristo; y sin embargo, en desesperación
absoluta, debido a que su hija estaba muerta, vino a Jesús. La primera vez, conforme vino, la hija
sólo estaba muriendo.

Pero para cuando Mateo retoma el relato, la hija ya está muerta. Y el hombre está desesperado. Y
él viene, por lo tanto, a partir de una profunda necesidad. Pero también expresa gran fe porque en el
versículo 18 dice: “Mi hija acaba de morir mas ven y pon Tu mano sobre ella y vivirá.” Esa es gran
fe. Gran fe.

Y él tuvo una profunda necesidad y gran fe; y ahí se encuentra la base necesaria para que un alma
se encuentre con Dios. Observe a la mitad del versículo 18. Se postró ante Él. Él adoró. Este
hombre tuvo la fe para ser salvo. La adoración es una de las palabras favoritas de Mateo. Puede ser
adoración falsa. Puede serlo. En el capítulo 18 del Evangelio de Mateo y el versículo 26, creo que
ahí hay una adoración falsa. Recuerde, Jesús estaba contando una historia acerca de un hombre
que debía tanto que no podía pagarlo. Y vino y adoró al amo y dijo que por favor lo perdonara. Que
por favor lo perdonara. Que lo pagaría todo. Y el hombre lo perdonó; y después, ese hombre volteó
la situación a un hombre que le debía poco, muy poco. Y lo arrojó a la prisión y no pagaría. El
hombre era un farsante. Era un hipócrita. Y versículo 26: “el siervo”… ese hombre… “Se postró y
adoró diciendo ‘Señor, ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ Y esa adoración era falsa.
Entonces, la adoración puede ser una farsa. Puede ser externa. Puede ser egoísta.

Encontramos también una adoración egoísta en Mateo 20, versículo 20, ahí en la madre de Jacobo
y de Juan. Jacobo y Juan decidieron que querían sentarse a la derecha y a la izquierda en el Reino,
querían ser elevados por encima de todos los discípulos. Y entonces, enviaron a la mamá y ella vino
a Jesús. Y dice que ella vino postrándose y deseando algo de Él. Ahora, esa era una adoración
egoísta. La adoración puede ser falsa o egoísta, pero también puede ser real y genuina. Y creo que
cuando este hombre vino, vino con una genuinidad de corazón.
Si usted ve, por ejemplo en Mateo 14, versículo 33, creo que vería una adoración genuina. Jesús
había caminado sobre el agua y cuando Él se subió al barco, dice que cuando estaba en el barco, la
gente que estaba ahí lo adoró diciendo: “verdaderamente eres el hijo de Dios.” Ahora, ahí está lo
verdadero. Verdadera adoración. Lo ve en el capítulo 15, ¿no es cierto? Capítulo 15, versículo 21:
“Jesús se va a la frontera de Tiro y Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella
región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente
atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose Sus
discípulos, le rogaron, diciendo: ‘Despídela, pues da voces tras nosotros.’ Él respondiendo, dijo: ‘No
soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.’”

Él estaba mostrándoles lo importante que era en primer lugar en todo Su ministerio, antes de que
fuera a los gentiles, ir a los judíos y ofrecerles el Reino a los judíos. Versículo 25: “Entonces ella vino
y se postró ante Él, diciendo: ¡Señor, socórreme!” Y creo que su adoración es real y genuina; y en
un sentido, al ignorarla a ella, muestra la realidad de su fe. “Respondiendo Él, dijo: ‘No está bien
tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.’ ¿Te debo algo? ¿Un gentil? “Y ella dijo: Sí,
Señor;” Tienes razón, no merezco nada.

Ahora, ahí hay un espíritu manso. No merezco nada, “pero aun los perrillos comen de las migajas
que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: ‘Oh mujer, grande es tu fe;
hágase contigo como quieres.’ Y su hija fue sanada desde aquella hora.” Ahora, esa es adoración
real. No egoísta. Ella sabía que no merecía nada más que las migajas. Entonces, la adoración
puede ser falsa, puede ser egoísta o puede ser real. Y ahora regrese a Mateo 9. Y creo que usted
aquí verá lo que es adoración real. Él se postró ante Él diciendo: “Más ven y pon Tu mano sobre ella
y vivirá.” Él realmente creía eso.

En Mateo capítulo 8, recuerdan el versículo 8, el centurión dijo ‘mi siervo está enfermo pero si Tú
sólo dices la palabra, él estará bien.’ Y Jesús dijo que esa era la fe más grande que jamás había
visto en Israel. Pero ese hombre sólo creyó que Jesús podía sanar. Este hombre cree que Jesús
puede resucitar a los muertos. Él debe creer que es, de hecho, el Cristo de Dios.

Por cierto, ésta es más fe de la que los discípulos mostraron en muchas ocasiones. ¿Se acuerdan?
Capítulo 8, las olas están meciendo el barco. Versículo 26: “¿por qué teméis, oh hombres de poca
fe?” Y se los volvió a decir una y otra vez. Capítulo 14, versículo 31, capítulo 16, versículo 8, les
dice: “Hombres de poca fe. Hombre de poca fe.” Capítulo 6, versículo 30: “Hombres de poca fe.”

Si los discípulos creyeron y tuvieron poca fe y este hombre tiene este tipo de fe, él debió haber
pasado el punto en el que su fe fue adecuada para la redención. Yo creo que el hombre realmente
creyó. Él tuvo una necesidad profunda. Él estaba desesperado y tuvo una gran fe. Y Jesús responde
a la gran fe. Versículo 19: “Se levantó Jesús y le siguió con Sus discípulos,” y los otros Evangelios
añaden también la multitud entera. Entonces, había un gran número de personas que va caminando
por esas pequeñas calles conforme van a la casa de este hombre. Jesús fue accesible y estaba
disponible. Él se aparta de la masa para seguir a este hombre que tenía una profunda necesidad.

Pero en tercer lugar, y me encanta esto, Jesús también era palpable. Se podía tocar. La multitud
había oído. El hombre individual había adorado y ahora conocemos a una mujer que tocó. Versículo
20: “Y he aquí una mujer enferma de un flujo de sangre desde hacia 12 años y se le acercó por
detrás”… Y literalmente… “Se aferró a la borla de Su manto.” Ella tenía un flujo de sangre, algún
tipo de hemorragia, algún problema único femenino; probablemente causado por un tumor fibroso.
Pudo haber sido carcinoma, pero es muy probable que si lo tuviera, ella no habría vivido por 12
años. La ley levítica decía que cuando una mujer tenía un flujo de sangre, cuando tenía este tipo de
problema, su ropa era inmunda, la cama en donde estaba era inmunda y cualquier cosa en donde
se sentaba era inmunda. Y cualquier cosa que tocaba era inmunda.

Ella habría sido sacada de la sinagoga, de su familia, fuera de una relación matrimonial. Ella había
sido aislada durante 12 años como una mujer inmunda, una condición desesperada. Alejada,
aislada de su familia, amigos, comunión, sinagoga; nadie podía tocarla sin ser contaminado, sin ser
inmundo. Pero ella había oído de Jesús y ella también tenía una necesidad desesperada. Y también
tenía fe. Y ella continuó diciéndose a sí misma en el versículo 21, dice en el griego que ella seguía
diciéndolo una y otra vez ‘si tan solo tocare el borde, si tan solo tocare Su manto, seré salva.’ El
hombre tiene tanto poder, que si tan sólo lo pudiera tocar.

Y un judío tenía cuatro borlas que colgaban de un elemento en su túnica hechas de color azul.
Simbolizaban, de acuerdo con Números 15 y Deuteronomio 22, simbolizaban la identificación con la
ley de Dios. Y marcaban a judío como judío. Y entonces, conforme Jesús se movía entre la multitud,
la pequeña borla se movía de adelante hacia atrás de Su ropa y ella estiró la mano y se aferró a
eso.

Versículo 22, ¿qué sucedió? “Y Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: ‘Ten ánimo, hija; tu fe te ha
salvado.’ Y la mujer fue salva desde aquella hora.” Él respondió a eso. Él era palpable. Él era
sensible y respondió.

Y ustedes saben, cuando Sir James Simpson, un gran santo, estaba muriendo, un amigo quería
confortarlo y le dijo: ‘bueno, James, pronto podrás descansar en el seno de Jesús. Y en su humildad
consumada, él dijo esto: “bueno, no sé si puedo hacer eso, pero creo que puedo aferrarme a Su
manto.” La mujer no quería ser exhibida en su vergüenza y su pena. Ella sólo quería alcanzar,
estirar la mano y tocar. Pero ella tenía la fe para creer. Y eso era todo lo que se necesitaba, había
tanto poder. El líder tuvo un motivo algo inadecuado. Él realmente quería que su niña estuviera viva.
Y la mujer, esta dama, tenía también en cierta manera una fe inadecuada. Era algo supersticiosa,
pero Jesús los tomó en donde estaban y los redimió a ambos.

Ahora, observe por un momento. Cuando dice el final del versículo 21 que ella pensó que podía
tocarlo, y después Jesús se volteó, algo sucedió ahí que Mateo no registra pero Lucas sí. Y quiero
que lo vean en Lucas capítulo 8. Hay mucha interacción que los Evangelios tocan que no podemos
cubrir. Pero al menos quiero mostrarle esto. Versículo 44 de Lucas 8 dice: “Se le acercó por detrás y
tocó el borde de Su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo:
¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: ‘Maestro, la
multitud te aprieta y oprime, y dices: ‘¿Quién es el que me ha tocado?’” Debes estar bromeando.
Está siendo tocado por todo el mundo en la calle y estás preguntando ¿quién me tocó?

Pero Jesús conocía la diferencia entre el empujar de una multitud tibia y un alma fiel que quería
agarrarse de Él. ¿Quién me tocó? Y me encanta esto, versículo 46: “Pero Jesús dijo: ‘Alguien me ha
tocado; porque Yo he conocido que ha salido poder de Mí.’” Esta es una declaración increíble.
¿Sabe lo que me dice? Que Jesús fue de tal manera el canal de la voluntad del Padre que el Padre
podía sanar a través de Él aun antes de que Él supiera quién estaba involucrado.
Cuando Él dijo: “Yo vine a hacer la voluntad del que me envió,” Él dijo esto de corazón. Él sintió el
poder salir, Él era palpable. Tan sensible al que lo tocó. Él conoce la diferencia entre alguien que
está cerca de Él y es curioso, alguien que es un buscador de emociones de alguien que se aferra a
Él en desesperación y fe. Él conoce el corazón con quien va a relacionarse. Él conoce a la persona
que sale de la multitud y le dice “Tú eres.”

Ahora, permítame llevarlo a un cuarto pensamiento. No sólo fue accesible, disponible y palpable
sino que fue imparcial. Él fue imparcial. Cuando Él se volteó para involucrarse con esta mujer, Él
mostró que era imparcial. Él pudo haber dicho: “Mire señora, ¿podría soltar Mi borla? Estoy tratando
de llegar a la casa del líder.” Como alguien dijo, no se burla de mi borla. ‘Si puedo hacer que este
hombre se convierta, este hombre está cargo de la sinagoga, podríamos tener un avivamiento en
esta ciudad. Por favor, déjeme ir. Estoy ocupado, esto es muy serio.’

No, como puede ver, Dios nunca ha buscado a las superestrellas y las luces brillantes y la gente
famosa. Él siempre ha estado contento con gente como nosotros. La Biblia dice que el profeta Isaías
predijo que cuando el Mesías viniera, predicaría el Evangelio ¿a quiénes? A los pobres. Y Pablo
dice que no hay muchos nobles, no muchos fuertes sino que ha escogido Dios lo bajo y lo débil y las
cosas insensatas. Realmente somos lo más bajo, ¿saben eso? En serio.

Esta semana estaba leyendo un libro muy interesante llamado Maravillosa y asombrosamente
hecho escrito por el doctor Paul Brand y Phil Yancey. Es un libro que usted debería leer. Tremendo.
En una sección, habla de cómo el pueblo de Dios es realmente la multitud única. Y él cita al
novelista Federico Bookner, quien dijo lo siguiente: “¿Quién hubiera podido predecir que Dios no
escogería a Esaú, al honesto y confiable sino a Jacob, al engañador? ¿Quién habría predicho que
Dios pondría su dedo en Noé, quien le pegó a la botella? O en Moisés, quien estaba tratando de
pegarle a un madianita por un hombre en Egipto. Y si no hubiera sido porque estaba buscando el
honor, habría dejado que Aarón regresara y enfrentara la música. ¿Quién habría predicho que Dios
escogería los profetas que eran la mayoría de ellos personas aisladas de la sociedad, consideradas
como locos?

Y después, Paul Brand añade: ‘la excepción parece ser la regla. Los primeros humanos que Dios
creó salieron e hicieron lo único que Dios les pidió que no hicieran. El hombre que escogió para
encabezar una nueva nación conocida como el Pueblo de Dios trató de encubrir a su esposa frente
a un faraón que no sospechaba, a faraón ingenuo; y la esposa misma cuando se le dijo a la edad de
91 años que Dios estaba listo para darle el hijo que le había prometido, empezó a reírse frente a
Dios. Rahab, una ramera, se volvió reverenciada por su gran fe y Salomón, el hombre más sabio
que jamás vivió, se desvió para romper todo proverbio que Él compuso de manera tan astuta.

Inclusive después de Jesús, el patrón continuó. Los dos discípulos que hicieron más por esparcir la
palabra de Dios después de Su partida, Juan y Pedro, fueron los dos a quienes Él reprendió con
mayor frecuencia por su densidad mental. Y el apóstol Pablo, quien escribió más libros que
cualquier otro escritor de la Biblia, fue escogido para la tarea mientras andaba de patadas contra los
remolinos de polvo de ciudad en ciudad buscando cristianos para torturar. Jesús se atrevió a
confiarle los ideales elevados y nobles del amor, la unidad y la comunión a este grupo. No es
sorprendente que los cínicos han visto a la Iglesia y han suspirado diciendo: “¡Oh, si ese grupo de
personas supuestamente representa a Dios, voy a votar rápidamente contra Él.” O como lo expresó
Nietzsche: “Sus discípulos tienen que verse más salvos si voy a creer en su Salvador.”
Somos una multitud de rechazados ¿no es cierto? Los débiles, los insensatos, los ignorantes. Todos
tenemos esto en común: tenemos un sentido de necesidad desesperada y tenemos fe para creer.
Entonces, Jesús es imparcial. “Dios no es, dice el apóstol, deudor de nadie.” Dios no respeta
persona alguna. No hay varón ni hembra ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, rico o pobre. Todos
uno.

Entonces Cristo detiene todo para tratar con la mujer rechazada y conforme Él trata con ella, no lo
hace desde una distancia. Observe lo que le dice. Versículo 22 de Mateo 9, pero Jesús volviéndose
y mirándola le dijo: ‘Ten ánimo hija. ¿Hija? Espera un momento, eso es tan íntimo. Eso es tan
personal. Eso es tan familiar. Eso es tan tierno. Tiene tanta calidez, tanto afecto. Hija, eso
simplemente lo atrae a ella. Ten ánimo, hija. ¡Qué ternura, qué imparcialidad!

Y luego le dice esto, me encanta esto: ‘Tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.’
Ahora, espere un momento, ella ya había sido sanada. Esto es además de eso. Ella ya había sido
sanada en el momento que lo tocó, pero cuando Él la sanó le dijo ‘hay algo más.’ Tu curación
realmente no tuvo nada que ver con tu fe, ese fue un acto soberano de Dios. Si usted estudia los
Evangelios y el registro de Cristo va a encontrar a multitudes de multitudes de personas que fueron
sanadas y no dice nada si creyeron o no. ¿Acaso la niña que fue resucitada de los muertos tuvo fe?
Me temo que no. Que tal el siervo paralizado del centurión que fue curado, ¿tuvo fe? No.

De hecho, usted puede ver los Evangelios y ver muchos, muchos lugares donde la gente fue curada
y no hay indicación de que tuvieron fe en particular. La sanidad fue un acto soberano por parte de
Dios conforme Jesús demostraba Su deidad. Y la sanidad, la curación todavía es un acto soberano
por parte de Dios. Pero además de la curación física, Él dijo: “Tu fe te ha,” y Él no utilizó la palabra
iahohmy que quiere decir ser restaurado físicamente. Él utilizó la palabra sodzo la cual es la palabra
en el Nuevo Testamento para ser salvo. Ella fue salva desde esa hora. Sí, hay un sentido en el cual
ella fue salvada de los horrores de la enfermedad, pero aquí también hay un asunto redentor. Ella
fue salva… Hay más que una curación física.

Observé Marcos 10. Permítame ver si puedo demostrarle esto. Esto para mí es una verdad
emocionante. Marcos 10:46, y vamos a unir esto. Marcos 10:46: “Entonces vinieron a Jericó; y al
salir de Jericó Él y Sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba
sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a
decir: ‘¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!’ Y muchos le reprendían para que callase, pero
él clamaba mucho más: ‘¡Hijo de David, ten misericordia de mí!’ Entonces Jesús, deteniéndose,
mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: ‘Ten confianza; levántate, te llama.’ Él entonces,
arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ‘¿Qué quieres que te
haga?’ Y el ciego le dijo: ‘Maestro, que recobre la vista.’ Y Jesús le dijo: ‘Vete, tu fe te ha salvado.’”
Él aquí utiliza sodzo. “Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

Y creo que en ese caso, la palabra sodzo es usada para indicar no sólo que el hombre fue curado
sino que también recibió salvación. Hubo un elemento salvador. Su alma. Si él tuvo ese tipo de fe
que fue suficiente para salvar su alma y creyó que éste era el Señor y éste era el hijo de David.

Ahora observe Lucas 7, versículo 44, un relato tremendo, emocionante. Y quiero mostrarle esto. Es
un paralelo muy importante. Lucas 7:44 hay una mujer y dice en el versículo 44: “Y vuelto a la mujer,
dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para Mis pies; mas ésta ha
regado Mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta,
desde que entré, no ha cesado de besar Mis pies. No ungiste Mi cabeza con aceite; mas ésta ha
ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados,
porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: ‘Tus pecados
te son perdonados.’”

Escuche, esta mujer demostró tanto amor, tanta adoración, tanto respeto hacia Cristo que fue
suficiente como para traerle redención. Él perdonó su pecado. “Y los que estaban juntamente
sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Pero Él dijo a la mujer: ‘Tu fe te ha salvado, ve en paz.’” No hay sanidad aquí. Sólo está el perdón
de pecado. Y esa frase, con la palabra sodzo en el griego, es usada para hablar de su salvación.
Esa es la razón por la que digo que tenemos ese aspecto cuando la frase usa la palabra sodzo.

Lucas 17, ¿se acuerda de la historia? Diez leprosos vinieron a Jesús. Él los vio y dijo: “Id, mostraos
a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.” Observe, quiénes vinieron,
quiénes fueron sanados, diez fueron limpiados. Eso es katharidzo, katharidzo, ser lavado, limpiado.
“Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se
postró rostro en tierra a Sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo:
¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y
diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: ‘Levántate, vete; tu fe te ha salvado.’”

Y vuelve a usar sodzo. Una cosa es ser katharidzo y otra es ser sodzo. Hay una limpieza de diez y
salvación de uno. De uno. Entonces, cuando la palabra es usada para salvar, es desafortunado que
la Biblia en español no haga esta distinción porque creo que implica un aspecto redentor. Y como
dije antes, la fe no es necesaria para curación. ¿Sabe que hay gente que tiene enfermedades que
se alivian y no son cristianos? Y hay cristianos que mueren. Eso es algo soberano. Algunas veces,
Dios honra nuestra fe en la curación, pero siempre honra nuestra fe en la salvación, al salvar.

Bueno, como puede ver, Jesús amaba la gente. Él era accesible. Ahora puede regresar a Mateo 9.
Él era accesible. Él estaba disponible. Él era palpable. Él era imparcial. Esta mujer despreciada era
tan importante para Él como el líder de la sinagoga. Dios nos libre de buscar caerle bien a la gente
prominente, ¿no es cierto? e ignorar a los necesitados.

El libro Una noche que recordar de Walter Lord relata acerca del hundimiento del Titanic en 1912. Y
creo que fue en el mes de abril; y cuando se publicó en el periódico de Nueva York El americano, el
titular decía: “John Jacob Astor, el millonario, se ahoga.” Y también se ahogaron otras personas,
pero así es la manera en la que es en el mundo. Sólo los ricos y los famosos reciben la atención.
Pero no es así con Cristo. Si usted aprende algo de esto, no solo aprenderá lo poderoso que es Él,
sino también aprenderá lo accesible, disponible, palpable e imparcial que Él es. Así es con Dios. Y
así debe ser con aquellos que lo representan.

Y quiero cerrar con esto. En quinto lugar, Él fue poderoso. Él fue poderoso. Podemos ver los
primeros cuatro, pero aquí se vuelve algo sensible. Puedo enfatizar contigo y estirar mi mano y darte
la mía, pero si estás enfermo no puedo sanarte. Y si estás muerto, no te puedo resucitar. Esto es lo
que lo aparta. Versículo 23, me encanta esto. “Al entrar Jesús en la casa del principal.” Ahora, el
interludio ha sido tan largo que la niña está muerta. “viendo a los que tocaban flautas, y la gente que
hacía alboroto…” Un momento, aquí hay una niña muerta. ¿Por qué hay tanto ruido?
Como ustedes saben, si usted ha ido alguna vez a una funeraria, hay alguien muerto y hay tanto
silencio… Todo el mundo camina por todos lados hablando en voz muy baja, usando trajes negros.
Y usted anda por ahí, por los pasillos y los lugares y ve los ataúdes en silencio, el órgano tocando
muy bajo. Y si a alguien se le cae algo, ¡ohhhhhh!… Nuestra cultura es que uno tiene que guardar
silencio. En la cultura de ellos, hacían mucho ruido. Mucho ruido. Por todos lados. La gente está
haciendo mucho ruido.

Permítame decirle lo que estaba sucediendo. Tres cosas básicas sucedían en un funeral judío. Por
cierto, la niña ha estado muerta lo suficiente como para que el funeral comience. Entonces, sabían
que ella estaba muy enferma y han estado listos para entrar. Y aquí tiene a los llorones
profesionales. Y gritaban y hacían ruido y demás. Pero permítame decirle tres cosas que formaban
parte. En primer lugar, se rompían las vestiduras. Supuestamente, uno tenía que romperse las
vestiduras, era símbolo de su tristeza. Y había 39 reglas diferentes y normas de cómo romper su
ropa. De acuerdo con el Talmud, usted tenía que hacerlo mientras estaba de pie. Y tenía que
hacerlo sobre su corazón o cerca de su corazón.

Si era una madre o un padre, tenía que hacerlo sobre su corazón. Si no era la madre o el padre,
podía ser cualquier lugar cerca del corazón. Y tenía que romperlo lo suficiente como para que ahí
pudiera meter su puño. Y después, tenía que dejar esa rotura durante siete días. Y durante los
siguientes 30, usted podía coserla con puntadas muy grandes; pero no podía coserla de manera
permanente para que la gente supiera que todavía usted se sentía mal. Y para que las mujeres no
se expusieran a sí mismas de una manera indiscreta al romper su ropa, rompían su ropa interior; y
después la usaban al revés. Y había 39 cosas diferentes.

Entonces, todo comienza aquí. Todos están rompiéndose la ropa y créanme que éste habrá sido un
funeral grande porque era un hombre muy importante. Y están todos ahí rompiéndose la ropa. Y en
segundo lugar era el lloro y las mujeres profesionales entraban y empezaban a hacer un escándalo.
Habrían sido pagadas y habrían aprendido la historia doméstica de la familia entera de tal manera
que hubieran estado pronunciando los nombres de todo el mundo que jamás se habían muerto en
esa familia y trayendo tristezas que habían sido sepultadas mucho tiempo atrás. “!Oh, recuerdo a
Alicia! ¡Oh, recuerdo a Carlitos!,” y esto continuaba y continuaba. Y ellos estaban gritando y llorando
y haciendo todo este escándalo. Tratando de tocar toda fibra sensible que podían tocar para toda
persona que jamás había muerto.

Y lo tercero que hacían, notarán en el versículo 23, los músicos. Los que tocaban flautas. Tenían
todo tipo de flautas, pero ellos venían y tocaba la flauta. El Talmud dice esto: “El marido tiene la
obligación de sepultar a su esposa muerta y hacer lamentaciones al llorar por ella de acuerdo con la
costumbre de todos los países; y también a los más pobres de los israelitas no se les debe permitir
menos que dos flautas y una mujer que llore.” Y digo, si usted estaba en una situación de pobreza
extrema, tenía que contratar a una mujer que llorara y dos flautas. Ahora, si era rico, el Talmud
decía que debía ser de acuerdo con su riqueza.

Entonces, aquí hay un hombre que probablemente tenía muchos medios; y el lugar estaba lleno de
flautas. Y podría imaginarse el desastre que era. Con gente rompiéndose la ropa, llorando y gritando
por todos lados. Los hombres tocando flautas. De hecho, hacían esto en el mundo romano también.
Y ellos dijeron, y Séneca escribió que había tantos flautistas y tanto grito en la muerte del
emperador Claudio, que sintieron que Claudio mismo probablemente lo oyó aunque estaba muerto.
Entonces, usted puede ver cómo era un funeral en ese entonces. Jesús vio a los músicos y a la
gente haciendo todo este ruido. Observe el versículo 24. “Les dijo: Apartaos.” Váyanse. El Príncipe
de Paz llega y dice que se vayan. “¿Por qué?, esto es apropiado. El Talmud requiere todo esto.
Estamos haciendo lo que se supone que debemos hacer.” “Váyanse.” ¿El motivo? “Porque la niña
no está muerta, sino duerme.” “¿Qué quieres decir?”

Observe lo que dice al final del versículo 24. “Y se burlaban de Él.” ¿Que está diciendo? La niña no
está muerta. ¿Qué, no sabe? Por supuesto que Él sabe que está muerta. Ya se le reportó que ya
estaba muerta y Él sabe que la levantará de entre los muertos. Por supuesto que Él sabe que está
muerta; pero lo que Él está diciendo es “no pueden tratar su muerte como muerte. Deben tratarla
como sueño, porque es temporal.” ¿Se da cuenta? Es lo que está diciendo. Tienen que tratarla
como si sólo estuviera dormida. Y la implicación es porque Yo la voy a resucitar de los muertos;” y
esa la razón por la que se rieron. Se rieron en Su cara. “¡La va a levantar!”

Eso les muestra algo del hecho de que eran los llorones pagados, ¿no es cierto? Cuando su lloro se
convirtió rápidamente en risa. Ellos podían llorar por esta niña y reírse de Jesús en un instante. Y
entonces, se burlaron en Su cara. De hecho, el verbo significa que se rieron fuerte. Realmente se
rieron. La risa burlona de un superior que se ríe de alguien que es torpe. Por cierto, ese verbo solo
es utilizado en esta historia. Y es utilizado en esta historia tres veces. Y es el tipo de risa burlona
reservada sólo para burlarse de un insensato. Sólo un insensato podía pensar que podía levantarla
de los muertos.

Y ellos habían visto otros milagros, como puede ver. Esta multitud en Capernaúm, pero todavía no
creían. Sólo lo que Jesús dijo: “Si no trenes Moisés y los profetas, no creerán en Uno aunque Uno
se levantare de los muertos.” Pero bueno, Él dijo: ‘Deténgase. Sálganse.’ Y se rieron en Su rostro.
Versículo 25: “Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña,…”
Y otro relato del Evangelio dice… “Toletha pumi.” ¿Sabe lo que eso significa? Pequeña niña,
levántate. Pequeña niña, levántate. “Y ella se levantó.”

¿Sabe lo que dice? Dice que “los padres” -en los otros evangelios- “estaban asombrados.” Y Jesús
les dijo a ellos que no le dijeran a nadie; pero no pudieron resistirle y simplemente pusieron más
presión sobre Él a medida que Sus enemigos acercaban.

Lucas 8:55 añade un comentario importante a esto. Dice: “y su espíritu regresó.” Esto significa que
ella realmente estaba muerta, “Entonces, su espíritu volvió e inmediatamente se levantó.” Usted
sabe, Jesús no tenía que tocar esa niña. No tuvo que estirar Su mano a ella. Pudo haber dicho la
palabra, pero esa es la manera en la que Dios mostró ternura. ¿Entiende usted eso? Es la manera
en la que Dios mostró gentileza. Es la manera en la que Dios mostró afecto y amor. Es la manera en
la que el pueblo de Dios se saluda entre sí con un ósculo santo como una extensión de su afecto
hacia ellos.

Y el versículo 26 dice: “Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.” ¿Sabe lo que decían
de Él? “Él tiene poder sobre la enfermedad. Él tiene poder sobre los desórdenes. Él tiene poder
sobre la muerte. Él puede redimir.” Entonces, Mateo alcanzó un pináculo en su presentación del
poder de Jesucristo. “Él es”… dijo Juan… “quien tiene las llaves del infierno y de la muerte.” ¡Gran
verdad!
Amados, no tenemos necesidad de temer a la muerte, en absoluto. El poeta lo dijo de esta manera.
Me encanta esto. “Ya no deben llorar los llorones ni llamar a los niños que partieron muertos.
Porque la muerte es transformada en sueño y toda tumba se vuelve una cama.” Cuando joven, D. L.
Moody fue llamado para predicar repentinamente un sermón en un funeral. Él decidió que buscaría
en los Evangelios para tratar de encontrar uno de los sermones de los funerales de Cristo. Pero él
buscó en vano. Él descubrió que cada vez que Cristo asistió a un funeral, lo que hizo fue resucitar a
la persona de los muertos. Y entonces, nunca dio un sermón en un funeral. Cuando los muertos
oyeron Su voz, inmediatamente volvieron a la vida.

Deberíamos regocijarnos en la muerte porque hemos conquistado la muerte. Él no dejará a Su


santo ver corrupción. Él nos mostrará el camino de la vida. En Su presencia, hay plenitud de gozo y
a Su diestra hay delicias para siempre. Creo que Arthur Brisbane capturó esto para mí cuando vi un
funeral. Arthur Brisbane quería demostrar cómo era un funeral; y entonces, él retrató a una multitud
de orugas que estaba llorando, todas con trajes negros. Y todas estas orugas están ahí
arrastrándose y llorando; y están cargando el cadáver de un capullo a su lugar final de descanso.
Las pobres orugas afligidas, llorando; y en frente y arriba de ellas está esta hermosa mariposa,
viéndolos hacia abajo sin poder creer. Cristo nos da esperanza.

Hace dos semanas, cuando prediqué la primera mitad de este sermón, tocó el corazón de alguien y
me escribieron esta carta. “Querido John, mi familia y yo hemos enfrentado una pérdida trágica. El
jueves a la tarde, le dispararon a mi hermano y lo mataron. Durante los últimos cuatro años él
recuperaba autos de manera profesional, primero trabajando en el valle y luego en Los Ángeles.
Había acabado de decidir cambiar su trabajo de regreso al valle ya que consideraba que el tipo de
trabajo que hacía en Los Ángeles no era tan seguro. Había estado trabajando en el valle desde la
semana pasada; y parecía sentirse mucho más seguro.

Y el jueves en la tarde, él y su socio fueron a una dirección en Burbank, la ciudad donde nuestra
familia ha vivido durante los últimos 14 años, a recuperar un auto que el dueño no estaba pagando.
El socio de mi hermano se acercó a la puerta donde el dueño del vehículo vivía para decirle al
hombre que su auto estaba siendo recobrado, a menos de que pagara ahí mismo. Y el hombre
supuestamente dijo llévense el auto. Y entonces, mi hermano y su socio procedieron a tomar el
vehículo, cuando de pronto el hombre salió de su departamento con un rifle. Y me hermano
inmediatamente le dijo al hombre que no habría problema. Que no se llevarían el auto. Y el hombre
disparó una vez el rifle, pegándole a mi hermano en el pecho y matándolo de manera instantánea.

Mi familia y yo estamos enfrentando un momento difícil con este incidente aunque todos sabemos
que hubo una razón por la que Jesús permitió que esto sucediera. Tu sermón hoy acerca del poder
de Jesús sobre la muerte fue tan apropiado y trajo gran consuelo a mí y a mis dos hermanas, ambas
son cristianas. Pero estábamos asistiendo a Grace hoy por primera vez. Mi hermano era un ser
humano maravilloso, cálido que ayudaba a cualquier persona, fuera extraño o amigo, en un tiempo
de necesidad. Él era una de esas personas que se detenía para ayudar a alguien a quien se le
había detenido el auto aunque quizás estaba camino a su trabajo.

Algunas veces, siento como si todo está bien y estoy en paz sabiendo que él está con el Señor.
Pero después, hay otros momentos en los que en lo único que puedo pensar es en mi hermano
yaciendo en la calle; y daría lo que fuera por tenerlo de regreso. Pero sé que él estará de regreso
cuando Jesús resucite a los muertos y tengo ese gozo de ver hacia delante. Te agradezco a ti y al
Señor por el mensaje de hoy y el conocimiento de que mi hermano está en paz. En el nombre de
Jesús.” Es una gran esperanza, ¿no es cierto? Y es lo único que puede sostener, saber que Él tiene
poder sobre la muerte. Oremos.

Gracias, Padre, por nuestro tiempo en esta mañana, por cómo nos has ministrado en la Palabra.
Satisfacerse toda necesidad en este lugar. Para aquellos que no te conocen, quizás éste sea el día
cuando abran su corazón para creer. Para aquellos que sí, que sea un día en el que profundicen su
compromiso. Para aquellos que estás llamando a unirse a Tu iglesia, que respondan hoy.

Mientras sus cabezas están inclinadas, sólo en un segundo final, si usted no conoce a Cristo, ahí
donde está, ábrale su corazón a Él. Arrepiéntase, crea, pídale que le perdone su pecado y
demuestre Su misericordia y salvación y le dé victoria sobre la muerte. Y Él lo hará.

Padre, trae a aquellos que Tú quieres que vengan y toca cada vida con la gran esperanza que es
nuestra porque Tú tienes el poder sobre la muerte. Tráenos de nuevo esta noche anhelando lo que
Tú nos vas a decir conforme abramos nuestro corazón para compartir las cosas que Tú has estado
obrando aquí. Gracias por este día y esta congregación. Te damos toda la gloria en el nombre de
Cristo. Amén.

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