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Ciudad Container Londres

Desde hace un tiempo diseño y


construcción se conjugan con el concepto
de sostenibilidad. La filosofía del diseño
sostenible es crear respetando los
principios de sostenibilidad tanto
económica, como social y ecológica.
Las viviendas ecológicas ahorran
energía, agua y recursos limitando la
contaminación tanto en el interior como en
el exterior. De forma similar, las viviendas
autosuficientes aprovechan recursos como
el agua de lluvia, la energía solar o la
eólica, para disminuir la dependencia de los
combustibles fósiles y fuentes intermedias
de energía.
Muchas veces se construyen partiendo de
materiales reciclados para reducir el
consumo de energía en la construcción. Nos ha llamado la atención Container City en
Londres, Inglaterra.
Es una ciudad construida a base de containers reciclados. Se construyó en tiempo
récord (5 meses) en el año 2001 por el estudio de Nicholas Lacey & partners. Este
proyecto se localiza en Trinity Buoy Wharf que antes de la construcción era un área
degradada desde el punto de vista arquitectónico y abandonada en el plano social.

La recuperación de los containers abandonados en los puertos industriales ha permitido


no sólo alargar la vida de estas construcciones, cuyos costes de eliminación habría
habido que pagar, sino también reemplazar las tradicionales materias primas.
El resultado es un sistema modular, organizado de modo flexible gracias a la
combinación de elementos de formas y dimensiones diferentes. Los contenedores tienen
puertas-ventanas corredizas con balcones (hechos también de contenedores), ventanas
circulares, pisos de madera flotante, baño, cocina, agua, electricidad y calefacción, entre
otras comodidades.
Container City I, se inauguró en mayo de 2001, comprendiendo 12 viviendas/locales.
Fue el primero de 14 edificios de contenedores que actualmente funcionan en Inglaterra.
En estos años ha ido sumando edificios, el más reciente el edificio Big Blue: el último
edificio en llegar y el más grande hasta ahora.
Si hablamos de beneficios en este tipo de construcción podemos decir que además
de ser muy rentable, respeta el medio ambiente, al ser una construcción creada a
partir de un 80% con material reciclado.
Y aunque destaquemos el reciclaje y sostenibilidad no debemos olvidarnos del aspecto.
Los containers se han revestido de materiales exteriores que han permitido cambiar su
apariencia dandoles una imagen muy fresca llena de colores vivos.

e trata de lo que fue un olvidado barrio de Londres en el que Eric Reynolds decidió
llevar a cabo un experimento construyendo en él una serie de edificios hechos a base
de módulos provenientes de contenedores de barco. Poco a poco sin darse cuenta, su
ilusión se ha convertido en una pequeña ciudad por la que se está incluso pagando hasta
la cifra de 1.800 € por un alquiler mensual. La Ciudad Container como se le conoce es
uno de los referentes de construcciones modulares en Europa y en el Mundo. Ha pasado
de ser una zona portuaria degradada a convertirse en un referente arquitectónico.

Urban Space Management (el estudio de Eric Reynolds) y Lacey & Partner han creado
la pequeña ciudad de la creatividad a base de viviendas en contenedores porque además,
cualquiera no puede vivir en ellas sino que además de esperar la larga lista de espera es
imprescindible cumplir con el requisito de estar relacionado con la creatividad y su
mundo. Una práctica ya más que habitual en determinadas ciudades. Reciclar
contenedores para viviendas u oficinas es mucho más que una moda.

Habitat 67 en Montreal

El edificio Habitat 67
de Montreal constituye la
tesis doctoral del gran
arquitecto Moshe
Safdie (1938) haciéndose
realidad posteriormente en la
Expo 67 sobre el Marc-Drouin
Quay (en el río San Lorenzo).
La gran oportunidad para el
joven arquitecto sin portafolio
ni experiencia que realmente
le cambió la vida
radicalmente. 354 bloques de
hormigón todos iguales (11.80 x 5.30 x 3.50) que se disponen de forma desordenada
pero dentro de una estructura más que calculada.

Su construcción fue un verdadero ejemplo de construcción modular. Se montó una


fábrica a pie de obra y se fueron ensamblando los módulos previamente realizados: se
fundía el módulo, se realizaba la conexión eléctrica, después se colocaban cocina –
baños y ventanas y para terminar, una grúa los ponía en su lugar. Toda una obra de
ensamble. Así hasta sumar 158 viviendas (aunque hoy son menos porque se han unido
ciertos módulos). Variedad de dimensiones y
capacidades (módulos de 1 a 4 habitaciones y
de 60 m2 hasta 460 m2) por vivienda. La idea
del creador era poder solucionar la necesidad
de viviendas sin tener que destruir tanto
terreno en la ciudad y las afueras.A pesar de
los recortes y las consideraciones, finalmente
se construyeron 10 pisos habitacionales
descartando los 22 pisos comerciales y el
equipamiento social lo que no impidió que la
obra se convirtiese en un referente de la
construcción modular.

Habitat 67 es un complejo de viviendas


situado en Montreal, diseñado por Moshe
Safdie. Fue concebido inicialmente en su tesis doctoral para la escuela de arquitectura
de la Universidad McGill y posteriormente fue construido para la Exposición Universal
que se celebro en esa ciudad durante 1967.
Moshe Safdie pretendía integrar los beneficios de las casas suburbanas, es decir,
jardines, aire fresco, privacidad y varias plantas, con los beneficios económicos y la
densidad de un edificio urbano moderno de apartamentos asequibles y para ello optó por
la tecnología de prefabricación. Diseñado como un sistema apilado y modular, las
unidades de vivienda con un tamaño de 11,7 x 5,3 x 3 metros, están conectadas en un
patrón libre, aparentemente al azar.
El diseño cuidadoso creó tres estructuras con forma piramidal con un núcleo de
comunicación vertical autónomo. Los pisos superiores están conectados a través de
circulaciones abiertas y puentes de acceso.
Las viviendas son unidades de dos, tres y cuatro habitaciones, la mayoría de ellas
dúplex con cubiertas ajardinadas. Las cocinas y cuartos de baño de los 15 diferentes
tipos de apartamentos están prefabricadas.
Aunque el proyecto fue criticado por su mala relación coste-eficacia, su trasfondo
ideológico-conceptual es de todos modos ejemplar.

Torre Nagakin Capsule


ARQUITECTO: KISHO KUROKAWA

AÑO:1972

UBICACIÓN: TOKIO, JAPÓN

La Nagakin Capsule Tower es el primer edificio construido, en 1972, basado en


la idea de los habitáculos cápsulas. Su arquitecto, Kisho Kurokawa, concibió
este proyecto como una megaestructura en la que se insertan los módulos
habitables prefabricados, mostrando a través de su diseño las ideas de
intercambiabilidad, reciclabilidad y sostenibilidad en las obras arquitectónicas.
Debido a su emplazamiento en uno de los barrios de más actividad económica
de la ciudad de Tokio, Japón, el edificio fue pensado especialmente para
aquellas personas que trabajaban en el centro de Tokio pero que vivían en los
suburbios, a distancias considerables, o incluso en otras ciudades, pero que
por negocios tenían que permanecer en el centro de Tokio. Por ello el proyecto
tenía la función de servir como hotel, edificio dormitorio o estudio.
ALZADOS

“…Los estudios en las torres se utilizan normalmente por compañías que


necesitan que sus empleados estén en Tokio. También se utilizan como
estudios de artistas u oficinas…” (Kisho Kurokawa)

El proyecto de la Nagakin Capsule Tower se compone de dos torres o núcleos


estructurales de once y trece pisos de altura que incorporan los servicios e
instalaciones; a los que se adosan 140 cápsulas de 8 tipologías diferentes. El
conjunto se completa con una planta baja que ubica una cafetería y una
primera planta donde se encuentran oficinas.

A diferencia de la arquitectura tradicional japonesa, la Nagakin Capsule Tower


no es una arquitectura acabada o completa, sino que se plantea como un
edificio cambiante en el tiempo. Pese a ello, no deja de lado completamente la
tradición, ya que en la pequeña escala del diseño de las cápsulas se encuentra
la proporción del tatami japonés.

A diferencia de la arquitectura tradicional japonesa, la Nagakin Capsule Tower


no es una arquitectura acabada o completa, sino que se plantea como un
edificio cambiante en el tiempo. Pese a ello, no deja de lado completamente la
tradición, ya que en la pequeña escala del diseño de las cápsulas se encuentra
la proporción del tatami japonés.
Concepto
A medida que el desarrollo económico y tecnológico va en aumento las
ciudades se enfrentan cada vez más a un crecimiento desmesurado de la
población que lleva a plantearse problemas relacionados con el territorio de
las ciudades. En respuesta a esta problemática, nace en los años cincuenta la
idea de megaestructura.

El concepto de “megaestructura” se da en la arquitectura de varios países


simultáneamente, y aunque se mantiene una idea común, cada autor la define
de una manera algo diferente.

Las cápsulas se idean como módulos que cubren las necesidades básicas de un
habitáculo. Son concebidas como una pieza económica que será construida en
fábrica y transportada al emplazamiento del edificio para ser insertada in situ,
por lo que deben ser fácilmente transportables y ligeras. Dado que se prevé
una duración aproximada de las cápsulas de veinte años como máximo, éstas
también deben ser fácilmente reemplazables.

Estas células prefabricadas tienen unas dimensiones de 4 x 2,5 m. Se proyectan


ocho tipologías de cápsulas en función de la posición de su ventana, la
disposición de la entrada, la colocación del mobiliario y los materiales de los
acabados. Como resultado de estas tipologías surgen cápsulas super-deluxe,
deluxe y estándar. El equipamiento de cada tipo de cápsula varía, pero siempre
se mantienen unos elementos básicos como la cama, los armarios para la ropa,
la mesa de trabajo, el baño completo, el teléfono, el aire acondicionado, el
televisor a color, equipo de audio, sabanas, mantas, cepillo de dientes y
utensilios que normalmente ofrecen los hoteles. Aunque se proyectó esta
variedad de cápsulas no todas de ellas llegaron a fabricarse.

Cápsulas

Las capsulas fueron pensadas como módulos prefabricados por lo que se


diseñó que todas contuvieran las mismas partes, ensambladas en fábrica, para
así poder trasladar las cápsulas acabadas a la obra para su colocación en el
edificio. Las cápsulas se adhieren a los núcleos mediante cuatro pernos de alta
resistencia. El proceso de construcción de éstas funciona de manera parecida a
los contenedores de barcos, donde existe una estructura en forma de caja de
acero, lo más ligera posible, a la que se sueldan todas las demás partes.

El exterior de las cápsulas está


compuesto por paneles de
acero galvanizado de 1 x 2 m o
de 2 x 3 m. Estas medidas se
deben al número de paneles
necesarios para la fabricación
de todas las cápsulas y al
tamaño reducido de las
fábricas donde éstas se
producían. Los paneles de
acero galvanizado recibían
también un tratamiento a base de pintura y de un spray brillante llamado
Kenitex para evitar la formación de moho y la corrosión.

Para la resistencia al fuego del edificio, los elementos estructurales fueron


recubiertos con una capa de spray de asbestos de unos 45 mm de grosor. Los
paneles exteriores, asimismo, se cubrieron con una capa de unos 30 mm de
grosor de la misma sustancia.

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