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CULTURA AYMARA

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Los aymara son un pueblo que está enmarcado en una cultura milenaria estando asentados
principalmente en el Perú y Bolivia, aunque también tenían mucha presencia en el norte de
Argentina y Chile.

Una cultura sumamente rica con mucha historia y una gran variedad de textiles, gastronomías
y costumbres similares a otras culturas latinoamericanas como la maya en México.

La historia del grupo indígena aymara se ha caracterizado por presentar diversas presiones
por parte de los grupos dominantes. Antes de ser conquistados por los incas para el año 1430,
los aymara se encontraban divididos en varios estados independientes que se encontraban
asentados en el altiplano, zonas hoy conocidas como republicas de Perú y Bolivia.

Los pobladores de la tribu indígena aymara se relaciona como una civilización centrada en los
Tiahuanaco o también llamados Tiwanaku, aunque estos forman parte de una cultura que es
posterior a los Incas.
Según algunas evidencias lingüísticas se sugiere que los aymara provienen de una ubicación
más al norte, estando concentrados en la meseta del Titicaca una vez cayo la cultura
Tiahuanaco.
El territorio Tiahuanaco, se cree fue fundado alrededor del año 200 A.C. siendo al principio una
pequeña villa que llego a crecer con proporciones urbanas para los años que ocupan el
periodo entre el 300 y 500 A.C.  En estos años, se consiguió un importante poder regional
ubicado al sur de los Andes.

En su auge y máxima extensión, la ciudad llego a ocupar aproximadamente un espacio de 6


kilómetros cuadrados, llegando a tener una población máxima de unos 1000 habitantes más o
menos.

Su estilo en el arte de la alfarería se considera único y se diferencia de todos los que han sido
encontrados en Sudamérica hasta el año 2006.

Una de las características más relevantes consiste en las grandes piedras que se han
encontrado en este lugar, llegando a pesar hasta 10 toneladas y que eran cortados por los
indígenas para darle forma cuadrada o rectangular y después esculpir sus obras.

Repentinamente esta cultura colapso en el año 1200, la ciudad quedo abandonada y su estilo
artístico se perdió en el tiempo. Luego de la desaparición del Imperio Tiwanaku, la región se
fragmento y entraron en escena las etnias aymaras.

Los aymara eran famosos por sus necrópolis que se conformaban por tumbas con formas
variadas de torres-chullpas, existiendo además fortalezas denominadas pucaras.

Estas etnias seguían un modelo de verticalidad o control de los diferentes pisos ecológicos
que eran el sustento de su economía y por consecuente de su subsistencia.
Y es que no ha existido grupo humano que necesite tanto de sus relaciones con la costa y los
valles como los grupos indígenas aymara del altiplano, razón por la cual cada centro de puna
controlaba mediante la colonización de zonas periféricas que estaban situadas a diferentes
alturas y presentaban distintos climas.

Para la mitad del siglo XV, el reino Colla, con el cual se confunde normalmente las etnias
aymaras, conservaban un amplio terreno gracias a su capital Hatun-Colla. El indígena inca
Viracocha exploro la región, pero su hijo Pachacútec, noveno Inca, fue el que logro
conquistarla.

Al norte estaban los collas, al sur la Confederación Charca, la cual se dividía en dos, los
Carangas y los Quillacas, asentados en torno al lago Poopó. Por otro lado, estaban los Charcas
que estaban asentados al norte de Potosí y parte de Cochabamba.

Los grupos indígenas Charcas y collas se regían por el idioma aymara. La arquitectura de los
Carangas deja ver grandes necrópolis o chullpares, los cuales se conservan todavía con restos
de pinturas en los muros de la parte exterior.

Cuando los Carangas fueron conquistados por los Incas, el emperador Huayna Cápac los hizo
ir al valle de Cochabamba en carácter de mitimaes.

El gobierno Charca, según el cual se regían los Cara-caras, llego a ser conquistado por los
Incas bajo el imperio de Túpac Inca Yupanqui, para ser llevados a la conquista de Quito. Pero
los pueblos Cara-cara, eran tan rebeldes al igual que los Charca.

El Inca Lloque Yupanqui, comenzó su intento de conquista del territorio aymara para finales del
siglo XIII, y continúo por los sucesores de este hasta mediados del siglo XV, cuando
Pachacútec, logra derrotar definitivamente a Chuchi Kápak.

Se dice que la cultura Inca se vio grandemente influenciada por las tribus aymara en algún
tiempo, esto debido a que su arquitectura, por la que los incas son famosos se vio modificada
al estilo Tiwanaku, haciendo que los aymara conservaran un grado de autonomía aún bajo el
mandato del Imperio Inca.

Los aymara que estaban al sur del Titicaca se rebelaron y lograron rechazar el primer ataque
de Túpac Yupanqui, aunque este volvió con más tropas y logro someterlos.

Cuando se encontraban bajo el Imperio Inca, su población se estimaba entre 1 y 2 millones de


personas, siendo el principal pueblo de Collasuyo, y así ocupaban todo el oeste de Bolivia, Sur
de Perú, Norte de Chile y de Argentina.

Con la llegada de los españoles esta población se redujo en menos de un siglo, llegando a
conformarla 200.000 sobrevivientes, tal vez menos. Cuando se logró la independencia su
población comenzó a recuperarse.
Los aymara utilizaron un tipo de proto-khipus, el cual era un sistema nemotécnico que trataba
la contabilidad básica común en algunos pueblos precolombinos como los Caral-Supe y Wari.
No existen pruebas de que estos grupos hayan tenido un lenguaje escrito.

Características y ubicación de la cultura aymara.


Los aymara, o también llamados Aimará, son un pueblo originario de la América del Sur que
están asentados en la meseta andina del lago Titicaca, teniendo este lugar como su hogar
desde la época precolombina.

Su población se encuentra cubriendo el occidente de Bolivia, Sur de Perú y el norte de Chile.

Según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas, llevada a cabo entre los años 2004
y 2005 como información complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas de Argentina, se conoce que existen 4.104 personas que tienen una línea directa en
la descendencia del pueblo aymara.

Para el Censo Nacional de Población de 2010, se conoció que 20.822 personas se auto-
reconocieron como parte del grupo aymara, estando distribuidos por todo el país. De los
cuales 9.606 están en la ciudad de Buenos Aires, 6152 se encuentran en la provincia de
Buenos Aires, 773 se encuentran en Jujuy, 358 están en Neuquén y 326 en Tucumán.

Para el censo boliviano llevado a cabo en el año 2001, 1.277.881 se reconocieron como parte
del grupo aymara. A pesar de esto para el censo del 2012 esta cifra descendió a 1.191.352
personas.
Aimaras en Perú.
En Perú, una parte importante del segmento amerindio se conforma por los aymara. Para el
censo llevado a cabo en el año 2007 dio como resultado que una población de 443.248
personas habla idioma aymara.

Estos datos obtenidos con el censo afirman que la lengua aymara es la segunda más
difundida en Perú, siendo la región Puno la que tiene mayor personas de hablantes de idioma
aymara, estando está superada por los 300.000 personas en la región Tacna.

Las regiones de Moquegua, Lima y Arequipa, también concentran poblaciones de personas


que hablan esta lengua.

Generalmente se agrupa en un solo grupo etnolingüística a los aymara, pero en realidad se


pueden apreciar varios grupos como los Lupacas, Urus y Pacajes.

La etnia Uru o también llamada Uro, solía hablar la lengua Uruquilla, pero esta población se
considera extinta en Perú. Fueron los habitantes de gran parte del sur de Perú, Norte de Chile y
el occidente de Bolivia, siendo su origen étnico de épocas antes a los Incas.

Pero en el marco de las etnias aymaras habitantes del Perú, también se pueden incluir dos
etnias que están geográficamente aisladas de las demás y que tradicionalmente habitan los
alrededores de la meseta del Collao
Estas son Jaqarus, mientras que los Kawkis habitan en las sierras del distrito Tupe, Provincia
de Yauyos en la región Lima.

Se calcula que la población de la etnia Jaqaru, está alrededor de 2.300 habitantes teniendo
actualmente grandes esfuerzos por salvar el idioma de la extinción. Y es que las tradiciones
textiles, musicales y orales de sus pobladores son únicas, encontrándose únicamente en una
geografía reducida de Lima.

Por su parte, los kawki o cauqui se asientan en un espacio tan reducidos, estando reducidos a
algunos poblados de la provincia de Yauyos. Tienen una lengua casi extinta.

Organización política.
La política de los aymara se organiza en función de los centros urbanos localizados en las
cercanías del lago Titicaca como el Chucuito, Acora, Juli, entre otros.  El gobierno de estos
pueblos era guiado por dos líderes de nombre Cari y Cusi.

Como una figura más debajo de los reyes estaban un grupo reducido de señores que
pertenecían a la nobleza.

Para servir a la nobleza estaban los Mitani, estos eran obligados a trabajar cierta cantidad de
días al año y eran muy parecidos a los Mitayos Incas. Además tenían a los Yana que eran
servidores de por vida y los Uros, encontrándose por debajo de todas las demás clases
sociales.

Los reinos aymara mas importantes eran las Collas y los Lupaca, los primeros tenían a Hutun
Colla como capital, mientras que Chucuito era la capital de los Lupaca. Entre estos reinos
existía una fuerte rivalidad desde el principio de la cultura.

Organización social.
Aunque se desconoce quién fue el primer habitante de la región se conoce de la existencia de
tres grupos étnicos principales.

Los uros, estos estaban confinados a vivir en las islas y en las zonas alrededor del lago,
logrando desarrollar la cultura de la Totora. Aunque eran menospreciados por todos, lo más
probables es que haya conocidos tiempos más prósperos.

Los puquina, este era un grupo que según muchos historiadores fueron los encargados de
fundar Tiahuanaco, siendo realmente los aymara los destructores de esta cultura. Algunos
otros estudiosos vinculan a los puquina con la cultura Pukará, también como los médicos
callahuaya que hoy en día todavía recorren el Perú.

Se piensa que los puquina habían tenido una gran influencia estando su lengua muy extendida
en gran parte del extremo sur del Perú y a mediados del siglo XVI su idioma era considerado
como una lengua universal, razón por la era entendida por muchos habitantes que estaban
asentados en la región.

Es debido a esto que actualmente es posible ver en la iglesia de Andahuaylillas, en el Cuzco


como las oraciones de bautizo están pintadas en los cinco idiomas universales reconocidos
por los colonos españoles para finales del siglo XVI, el latín, español, quechua, aymara y
puquina.

Los aymara, eran el grupo con mayor dominio de la zona ya sea desde el punto de vista
político como demográfico. Los aymara para el siglo XVI representaban el 70% dela población
de Collao.

Las relaciones mantenida entre los grupos quechua y aymara siguen siendo motivo de estudio,
puesto que sus lenguas poseen elementos comunes que dejan ver vínculos de antiguos
contactos.
Variaciones de la lengua usada por los aymara han sido encontradas en varios lugares del
Perú y que están lejos del Collao. Existen unos vínculos no determinados entre los aymara y
las regiones que se encuentran al oriente de Bolivia y Paraguay.

Asentamiento Puquina en la actualidad.

Organización económica.
La economía de los grupos indígenas aymara estaba basada en la ganadería y en la
agricultura. Eran grandes cultivadores y consumidores de papa, de la que conocían unas 200
variedades, pero se enfocaban mayormente en la ganadería.

Eran grandes criadores de alpacas y llamas, especies que aprovechaban al máximo pues
usaban su lana para la confección de vestimenta, como alimento, trasporte y abono. Para
incrementar esta actividad aprovecharon la gran extensión de la meseta del Callao y los
pastos naturales que son comunes en la región.
Para la agricultura fueron capaces de dominar distintos pisos ecológicos y de esta manera
introducir el cultivo de varios tipos de productos como la coca, el ají, el algodón y otros tipos
de productos andinos.
Como abono natural usaron el guano para las plantas y usualmente condimentaban sus
comidas con sal y ají.
Organización cultural.
En la organización cultural de esta etnia se puede observar la cerámica, la cual tiene un
sentido y motivo utilitario, en donde predomina el uso del vaso decorado con el uso de 3
colores, como el horizonte tricolor del sur. Los huacos solían ser toscos y confeccionados por
los campesinos.

Los aymara también se destacaban por ser expertos en cuanto al trabajo de metalurgia se
refiere, por lo cual fueron capaces de hacer varios adornos.

Las ciudades construidas por los aymara se caracterizaban por ser pequeñas y solo eran
usadas como lugar de residencia para los jefes que reinaban, así como para sus artesanos y
sirvientes. El resto de los pobladores usaban como residencia casas hechas en los campos.

De estas ciudades hoy en día no quedan ruinas donde se aprecien las ciudades, pero si es
posible observar las chulpas o torres sepulcrales donde se enterraban a los muertos que
gozaban de un rito ceremonial.

Costumbres aymara.
Estas etnias originarias, presentan diversas tradiciones que se pueden remontar a los días de
la colonia y que han logrado sobrevivir a nuestros días.

Fiestas tradicionales llenas de color y hábitos cotidianos, son solo algunos de los elementos
que se pueden encontrar en las costumbre de los aymara, entre las que se destacan:

Uso de la hoja de coca.


Muchas personas de la etnia de los aymara acostumbran a masticar la hoja sagrada de coca.
Durante el imperio Inca, se consideraba esta hoja como sagrada, por lo que su uso estaba
limitado a los Inca, a los nobles y sacerdotes estando castigado con pena de muerte al que no
acatara las normas.

Además de masticarla, la hoja de coca tiene un amplio uso en la preparación de


medicamentos naturales y una parte importante en diversos rituales religiosos.

Durante el último siglo, las plantaciones de la hoja de coca han traído grandes conflictos con
las autoridades y las leyes locales como una medida preventiva a la creación de la droga
Cocaína.

A pesar de esto, la coca tiene una parte fundamental en la participación de religión de los
aymara, igual que antes con los Incas, convirtiéndose últimamente en un símbolo cultural de la
identidad.
Los cultos religiosas de Amaru, Mallku y Pachamama, son las celebraciones más antiguas que
los aymara realizan en nuestros días.

Año nuevo aymara.


Se cree que el año nuevo aymara era celebrado el día 21 de junio del calendario gregoriano,
aunque no existen fundamentos históricos fuertes que apoyen esta afirmación.

Según el calendario Aymara para el día 21 de junio del año 2017, sería realmente el inicio del
año 5525, fecha que coincide con el solsticio de invierno que antiguamente era celebrado por
el pueblo quechua con la fiesta del Inti Raymi.

Desde el año 2013, se decretó que el día 21 de junio es un día feriado nacional inamovible en
Bolivia.

Recibimiento del Sol.


Antes de que sea el día 21 de junio, en la población de Tiwanaku, los turistas y comuneros que
conocen y comparten esta milenaria tradición hacen una víspera que es presida al año nuevo
que se celebra normalmente y se trata en despedir al año viejo.

Entre las 6 y 7 de la mañana, se preparan los pobladores usando música folclórica tradicional
además de diversos rituales dirigidos para recibir el año nuevo frente a las puertas del Sol con
la llegada de los primeros rayos de sol, tradición parecida a la danza maya.
En esta fecha y celebración también se suele festejar la llegada del solsticio y la temporada de
invierno.
Creencias.
Según la tradición milenaria del año nuevo, y que se ha conservado en su cosmovisión
ancestral, se afirma que la llegada del año se refiere al bienestar y la buena fertilización que se
puede tener en la cosecha.

Esto es los mismo o en parte similar a la celebración del año nuevo tradicional, pues para los
creyentes el año nuevo siempre será de gran prosperidad a aquellos que lo deseen,

Los sacerdotes comuneros se concentran en ejecutar rituales religiosos en los cuales


agradecen a la Pachamama y además solicitan su bendición.

La creencia de esta tradición no tiene una forma exagerada de adoración de lo abstracto o


invisible, pues se basan en una religiosidad viviente, donde los vivos y muertos no pasan a un
plano en el que dejan de existir, solo cumplen un ciclo de vida para luego volver al principio
nuevamente.

Las divinidades o dioses son energías y son la parte fundamental de su sobrevivencia. Los
dioses Tata-Inti o Pachamama, dios del sol y de la tierra respectivamente, conforman los
puntos de partida de todo proceso.

Debido a esta creencia, cualquier tipo de celebración toma inicio mirando hacia la parte de
arriba, mirando hacia el sol.

Otros conceptos propios de esta cosmovisión, como es el caso de la suma qamaña, fueron
tomados en cuenta en la última reforma constitucional hecha en Bolivia. Esto como parte de la
política de estado ejecutada por el mandatario Evo Morales en busca de la dignificación de la
identidad indígena.

Actos funerales.
Los antiguos grupos sociales de aymara se caracterizaban por ser necro teísta, lo que significa
que cada muerto se convertía en un Dios, por lo que era necesario que tuviera su chullpa.

Los detalles y remates que tuviera la chullpa se hacía según el rango jerárquico que gozaba la
persona antes de morir. Mientras mayor rango jerárquico se tuviera en vida mejor elaborada
resultaba ser la chullpa.

Las estructuras construidas en Sillustani y Cutimbo, grandes ejemplos de los sepulcros que se
construían para la antigua elite que eran parte de los grupos de los Collas y los Lupaqas. Estas
ruinas son las que dejan ver y establecer una relación de como los aymara fueron capaces de
desarrollar la arquitectura de la piedra teniendo finos acabados y grandes tamaños.

Bandera aymara.
La Wiphala, es una bandera de forma cuadrangular compuesta por siete colores que es
utilizada como medio de identificación por algunas etnias de la cordillera de los Andes.

Existen algunas variantes de la wiphala, siendo la más extendida la utilizada actualmente por
el pueblo aymara como símbolo de su cultura, siendo esta reconocida como un símbolo de
Bolivia en la constitución del año 2008.

Esta wiphala generalmente se confunde con la bandera de colores de siete franjas


horizontales que presenta los colores del arcoíris y que actualmente se usa como un emblema
oficial de la ciudad de Cusco, en Perú, pero que erróneamente se vincula con el Impero Inca.

Se cree que la supuesta bandera Inca realmente no tiene ningún tipo de fundamento histórico,
pues su creación y aparición es un hecho relativamente reciente.

Se conoce que durante el año 1973, el ingeniero Raúl Montesinos Espejo, quiso celebra el
vigésimo quinto aniversario que cumplía su radioemisora radio Tahuantinsuyo, teniendo esta
su sede en Cusco.

Para esta celebración uso esta bandera que reunía los colores del arcoíris y su uso se hizo tan
popular en esta ciudad que en el año 1978 Gilberto Muñiz Caparó, en función de la alcaldía de
la municipalidad provincial del Cusco, la declaro como un emblema de la ciudad.
Pero con respecto a esto, la historiografía peruana se enfatizó en establecer que durante el
Imperio Inca nunca existió el concepto de bandera, por lo cual nunca tuvo una.

En ocasiones también es confundida con la bandera de colores que representa a la comunidad


de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, la cual fue creada por Gilbert Baker en el año
1978, en honor a la celebración de la libertad homosexual llevada a cabo en San Francisco.

Su creador tomo como base de su inspiración varias fuentes como la del movimiento hippie y
el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, haciendo que los colores se
muestren de manera en forma de líneas horizontales.

El color rojo se encuentra en la parte superior mientras que el color purpura está en la parte
inferior, representando la homosexualidad femenina y masculina con estos colores.

En ciertas ocasiones la banda purpura se encuentra reemplazad por una de color negro,
representando así la masculinidad o el orgullo que se siente por el fetichismo del cuero negro.
La wiphala se compone de 7 colores que se relaciones con los dioses y creencias de los
pueblos originarios donde el rojo representa al planeta tierra, llamado aka-pacha. Este color es
la expresión del hombre andino en su desarrollo intelectual, basándose en la filosofía cósmica
del pensamiento y conocimiento de los amawtas.

El color naranja es una representación de la sociedad y cultura. Es una expresión cultural de la


preservación y procreación de la especie humana y es tratada como la más importante riqueza
patrimonial de la nación. Se trata de la salud y la medicina, la formación y educación además
de la práctica cultural de la juventud.

El amarillo representa la energía y la fuerza, denominada como ch’ama-pacha y se basa en los


principios morales que componen la actitud del hombre andino. Se basa en la doctrina del
pacha-kama y pacha-mama, representando la dualidad

El blanco es una representación del tiempo y la dialéctica, llamado jaya-pacha. Expresa el


desarrollo y la transformación en la que se encuentra permanentemente el Sullana marca en
los Andes. Representa el desarrollo de la ciencia, la tecnología, el arte además del trabajo
intelectual y manual que forman parte del proceso de reciprocidad que se encuentra en la
estructura comunitaria.
En el verde se concentran la economía y producción andina, siendo este el símbolo de los
recursos naturales, tanto de la superficie como del subsuelo, representando la tierra además
de la producción agraria, la flora, fauna y demás recursos.

Para el azul se reserva el espacio cósmico e infinito, conocido como araxa-pacha y es la


expresión de los astros y los eventos naturales que se pueden sentir en la superficie de la
tierra. Es la astronomía, física, la organización socioeconómica, ley de gravedad y efectos
naturales.

Con el color violeta se representa la política y la ideología de la comunidad andina, siendo este
color la expresión de poder de los Andes. Estructura de poder, organizaciones, sociales,
económicas y culturales del pueblo y el país.

Cuando es tiempo de iza la wiphala, todos los ciudadanos deben estar en silencio y para el
final una persona debe tomar y dar la voz de victoria y recitar jallalla Sullana marca, jallalla
pusintsuyu o jallalla tahuantinsuyu.

Música e instrumentos aymara.


La riqueza cultural y musical de los pueblos andinos como los Aymara, presentan sus orígenes
en los primeros habitantes de esta tierra.

Teniendo una gran influencia por parte del folclor y música boliviana, donde se concentra la
mayor parte de aymara, se crearon nuevos instrumentos que enriquecieron y definieron un
sonido reconocible por todo el mundo.
De las grandes representaciones artísticas podemos señalar los bailes típicos que resulta una
parte indispensable de la idiosincrasia de la cultura.
Puedes disfrutar de la bella música aymara con este vídeo.

Entre los instrumentos más representativos están:

El charango:
Es un instrumento que consta de 5 pares de cuerdas, teniendo diferentes tamaños que se
encargan de definir el timbre que tiene el sonido. El más pequeño se caracteriza por ser el
chillador, nombre que adquiere por su sonido.

Anteriormente la caja se fabricaba a partir del caparazón del armadillo o quirquincho, una
costumbre con la triste consecuencia de llevar a la especie casi a la extinción. Actualmente se
construye de madera.

La quena:
Este representa uno de los instrumentos aerófonos con más popularidad de los pueblos
andinos y cuyo origen se puede encontrar en registros del Imperio Inca.

Su elaboración se hace a partir de un trozo de caña de bambú que mide entre 25 y 40


centímetros aproximadamente. Tiene entre 5 y 6 perforaciones en la parte superior y tiene una
muesca por la que se sopla.

La pusa, zampona o zika:


Este es un instrumento de viento que se elabora con cañas de bambú que son las encargadas
de generar los sonidos más característicos de los Andes. Las dimensiones que tienen las
cañas son las encargadas de otorgar sonidos más profundos o agudos.

El bombo o wankara:
Este pertenece a la familia de la percusión elaborándose con madera y cuero. Este
membranófonos tiene una base hueca, teniendo en la parte superior una tapa de cuero
tensado que es la que permite cambiar el tono del timbre.

Se cree que su origen se encuentra ligado a los esclavos africanos, siendo parte de los
elementos musicales traídos por ellos.

El queñacho:
Es similar a la quena pero teniendo mayor tamaño, lo que hace que tenga un sonido de registro
más bajo.
El rondador:
Este es un instrumento de viento, de cuyo origen no existen registros y que en apariencia se
asemeja mucho a la zampoña.
Religión aymara.
Como muchos de los grupos de indígenas colombianos y venezolanos, los aymara tenían una
creencia politeísta, basándose en la adoración de ciertos elementos naturales que los
rodeaban y les proporcionaban los elementos para su existencia.
Los pueblos aymara tenían diferentes dioses locales que se basaban en una religión agrícola
además de la adoración hacia los muertos.

El antiguo y principal dios era Thunupa, icono central de las esculturas elaboradas en función
de su adoración como la puerta de sol, viento, lluvia y granizo.

También se encontraba la Pachamama o madre tierra, esta era la productora de los alimentos
y pastizales así como la generadora de vida. Esta diosa exigía sacrificios para su adoración y
mantenerse feliz.
Los dioses locales los conforman los cerros protectores como el caso de Auki y Achachilla.
Los dioses del mal eran aquellos que están en el subsuelo y se conocían por el nombre de
Anchanchau o Saxra.

Después de la llegada de los españoles, estos buscaron imponer la religión católica mediante
la destrucción de la religión aymara, aunque este objetivo nunca fue logrado.

Con el objetivo de esparcir la fe cristiana, algunos sectores de la iglesia optaron por adaptar a
los antiguos dioses aymara a los santos del catolicismo. Es por esto que vemos como el dios
Thunupa, fue cambiado por Apu Sullana Awki o San Bartolomé. De igual manera, la
Pachamama fue sustituida por la Virgen Maria.

La religión aymara fue creada y desarrollada desde los tiempos pre inca, cuando se
encontraban asentados libremente en la zona circunlacustre del Titicaca.

Sus creencia y maneras de percibir el mundo divino se ha desarrollado en base al


desconocimiento de los acontecimientos sobrenaturales así como lo inexplicable que resulta
para ellos.
Es por esto que todo de lo que desconocían su origen como los rayos, truenos, animales
salvajes, eran asociados a un divinidad o se le vinculaba con un origen divino, siempre
teniendo fe de que un poder desconocido fue el encargado de crear el mundo y todo lo que en
él se encuentra.

Por tanto no se puede afirmar que la religiosidad y espiritualidad del pueblo aymara comienza
con la llegada de los españoles y el catolicismo que estos traen, más bien se debe afirmar que
estos grupos indígenas ya tenían establecidos sus propios ritos y maneras de cultos a sus
dioses.

Los aymara, fueron obligados a asumir a la fuerza la espiritualidad católica, así como el
monoteísmo y debieron cambiar sus símbolos para representar a un solo dios.

Pero a pesar de esta imposición, han logrado mantener con algunos de sus modos la
religiosidad que era practicada a escondida de la oficial, o incluso han juntado ambas
religiosidades para crear una nueva como el caso de color una cruz sobre un Apus, cerro
protector del pueblo.

Según la espiritualidad aymara las palabras “kamasa” o “ajayu”, significan espíritu y es la


representación de la fuerza de la vida en sí, la fuerza que otorga la vida, la fuerza que hace
posible la comunión, la fuerza del paciente que tiene fe, la fuerza de la vida eterna o ” wiñay
jacaña”.

Como resultado de la transculturización, los aymara hoy celebran y veneran a la Virgen Maria


de la Candelaria, la Virgen de Orcupiña y la Virgen del Socabon de Oruro.

Los espacios espirituales que existían en la religión aymara son cuatro, El Arajpacha, El
Akapacha, El Manquepacha y El Tinku.
El Arajpacha, es aquel espacio donde se simboliza la luz y la vida. Puede representarse como
el este u oriente y lo que esta adelante porque es el origen que tiene el agua, la vida, el sol y la
lluvia nacen en esta dirección.

También tiene como significado el dios cultivador y la mirada tiene que estar dirigida hacia él,
es por esto que todos los templos y casas deben estar apuntados a esta dirección.

El Akapacha, representa el centro siendo los valles y quebradas, simboliza lo que está más
cerca o acá, lugar donde habita el hombre aymara, además de ser el espacio que queda entre
el cielo y el infierno o lo que es lo mismo entre la vida y la muerte.

El Manquepacha, es un símbolo de la muerte y la oscuridad, representando al oeste. Es en este


lugar donde se pierden las aguas y se termina la vegetación. Es el desierto y la dirección que
toman las almas de los muertos.

En esta dirección se fue Viracocha, dios creador y cultivador de los Andes que partió hacia la
Gran Cocha, al océano Pacifico, tomando esta dirección después de terminar su trabajo en la
obra de la creación.

Por último El Tinku, representa el equilibrio y la reciprocidad que existe entre el, la comunidad y
estos diferentes espacios. Tinku proviene del verbo tincuy que significa emparejar, equilibrar y
adaptar.
El hombre aymara siempre está en la búsqueda del tinku entre el Arajpacha y el Manquepacha,
es decir, un equilibrio entre la vida y la muerte, entre la luz y la oscuridad. Siempre busca vivir
en armonía y ser sabio en el Akapacha, sin llegar a caer en los extremos.

Conoce más sobre el concepto de cosmovisión de los andes con este vídeo.

Alimentación aymara.
Como parte de la gastronomía de Bolivia se observa una gran influencia de los grupos
indígenas aymara, que basaban su alimentación de los productos que obtenían de la siembra
de diferentes rubros como maíz, papa, y quínoa.

Además de esto eran grandes pastores, por lo cual ingerían carne de alpaca y llamas.

La alimentación de los aymara se conforma por los productos obtenidos de los cultivos y los
animales de la actividad ganadera.

Dentro de sus cultivos podemos destacar tubérculos como papa y yuca, granos como maíz y
quínoa, leguminosas como poroto y habas además de una gran variedad de productos
cultivados como el ají, ajo, calabaza, pimentón y maní.

Son grandes consumidores de hierbas, muchas de ellas con múltiples propiedades


medicinales como la hoja de coca, que se usa para contra restar la puna o el mal de altura,
además de usarse para muchos ritos y ceremonias religiosas.
Además consumen algunos subproductos de los cultivos como el chuño, una elaboración a
partir de la papa que es deshidratada en función de aprovechar la condiciones climáticas
propias del altiplano.

La ganadería de animales camélidos es otra forma productiva que tienen los aymara para
obtener alimentos. Llamas y alpacas son cridas para su consumo inmediato, o consumirlas
como charqui, estos son delgados trozos de carne que son salados y puestos a secar al sol.

El charqui puede ser guardado por largo tiempo, siendo de mucha utilidad cuando se debe
viajar por su fácil transporte en los viajes transcordilleranos.

Su comida más tradicional es la Kalapurka, esta es una especie de cazuela o guiso siendo su
cocción hecha mediante la introducción de grandes piedras calientes en la olla. Estas son
calentadas para ampliar la superficie cultivable.

Los alimentos que más se destacan en la gastronomía boliviana son:


Ch’uqi (papa), un tubérculo cultivado desde hace muchos años y es la base para preparar
diferentes potajes como qhati, papa sancochada, waja, papa al horno, q’allu, papa tasajeada
para poner en la sopa o para freír, ñatjata, puré de papa

La qañiwa, es un cereal de granos pequeños, siendo la base para estos platos: p’asanqalla,
quínoa tostada, phiri, bollos de cañihua, jak’u, harina de cañihua, pitu, harina que es batida con
mate o leche.

Jiwra, es un grano parecido a la cañihua, pero un poco más grande y es la base para preparar
p’isqi, puré de quinua, juchha, mazamorra, thaxti, bollitos fritos de quinua, q’ispiñu, bollitos al
vapor, k’usa, jugo o chicha, chupi, sopa.
La isañu, es amarga y picante, se asolea por unos días para quitar este sabor y convertirla en
dulce y preparar qhati, chupi, thayacha, ulluku, chupi, luxru.

El tunqu es maíz, usado para preparar jamp’i, k’usa, mut’i.

Jawasa, son habas usadas para hacer jamp’i, thuxtu, mut’i, tarwi, xuq’ucha.

Los K’UCHUCHU, son pequeños tubérculos y se consume directamente cuando se extrae del
subsuelo.

Vestimenta aymara.
Los aymara se caracterizan por ser grandes artesanos textiles que explotan fácilmente
cualquier tejido que tienen a la mano.

Utilizan lanas provenientes de animales como llamas, alpacas y vicuñas que usan para
elaborar tejidos mediante la técnica de nudos, trenzados e hilados en telares heredados de
diferentes y antiguas culturas andinas, transmitiendo de manera oral su enseñanza de
generación en generación.

Las mujeres usan los telares para tejer diferentes tipos de telas y fibras para así crear
frazadas, alfombras, ponchos, gorros, faldas, sacos y fajas, siendo todos estas prendas parte
de la vestimenta diaria o usada en las tareas domésticas.

Los hombres aprendieron y explotaron el trenzado con cordeles, técnicas utilizadas para
trabajar en las tareas correspondientes al ganado y transporte de las mercancías.

La vestimenta de los hombres consistía en un pantalón y camisa tejida, atuendo que era
acompañado por un poncho de lana en color natural o marrón que le permite protegerse del
viento y la lluvia. Este vestuario es común también en algunos grupo de indígenas
venezolanos.
En la actualidad los hombre mantienen esta costumbre de usar un pantalón sencillo que se
sostiene mediante una faja que lleva por nombre wincha. Para la cabeza, usan gorros tejidos
en diferentes colores o con algunos motivos de animales. Sobre el pantalón llevan una camisa
tejida llamada unku.
Las mujeres se caracterizaban por usar un vestido largo de color oscuro, generalmente negro
o marrón que se llamaba asko. Igual que los hombres, esta prenda se ceñía a la cintura

mediante una wincha.

Para la cabeza usaban un sombrero de paja y se adornaban las orejas y el cuello con aros y
collares de perlas que consistían en muchos colores variados.

El cabello largo lo usaban trenzado en la parte trasera del cuerpo o con dos trenzas en la
espalda que se adornaban con bolitas de lana, una costumbre ancestral de origen
desconocido.

Si quieres conocer todos los secretos que encierra la vestimenta aymara no debes perderte
este vídeo.

Textiles aymara.
Los pueblos aymara contemporáneos que se encuentran en el norte de Chile se conserva muy
presente la tradición textil con raíces prehispánicas. Y es que la textileria se ha convertido
desde tiempos muy lejanos en la actividad artesanal con mayor relevancia en esta cultura.

Sus técnicas se transmiten de generación en generación por las mujeres, quienes desde que
son muy pequeñas comienza con el aprendizaje de la labor textil era y son capaces de crear
sus primeras piezas.

Para comenzar a aprender el oficio usan un telar de cintura y comienzan tejiendo fajas y
bolsos, para luego pasar a un nivel con más dificultad de un telar horizontal con cuatro
estacas.

Usando una cantidad mínima de herramientas, las artesanas aymara son capaces de crear
tejidos que se destinan para uso doméstico y laborar teniendo presente gran calidad y
prolijidad en los acabados.

Además de esto, los tejidos presentan motivos y diseños variables como franjas lisas y
verticales, grecas, figuras geométricas, animales como alpacas, llamas, flamencos y motivos
florales.

El proceso de confección se inicia con la materia prima, el vellón y se procede a elegir las
fibras que se usaran en el tejido. Se realiza un hilado usando un pequeño huso de madera y ya
preparada la lana se confecciona el tejido completo en el telar.
Dependiendo del tipo de confección y tejido que se quiera lograr existen varios tipos de telas
que se pueden usar como los de origen prehispánico que son los de cintura y fijación
horizontal además de un telar de lisos que fue introducido por los españoles.

Las lanas de alpaca y lama se usan de color natural, siendo la lana de oveja la que se tiñe con
diferentes tonos como azul, verde, naranja o fucsia.

Pero además de su uso práctico, los textiles representan un elemento importante en la


cosmovisión de los pueblos aymara. Y es que la iconografía que se forma en los tejidos así
como la combinación de formas y líneas de diferentes colores y el uso del espacio, forman
parte de un lenguaje visual usado para expresar mensajes y códigos naturales.
Aunque están a grandes distancias, los trajes típicos de Bolivia y la cultura de Perú resultan
muy similares en cuanto a confección, tejidos y motivos a los trajes típicos de Guatemala.

Vivienda aymaras.
La casa que habitan lleva por nombre Uta. Esta es construida sobre piedras y los muros son
hechos a partir de adobe con vigas que se sujetan con tiras fabricados de cuero. Para el techo,
suelen usar varias capas de barro y paja.
La uta no tiene ventanas siendo muy resistente para aguantar diferentes climas como nieve,
lluvia y calor.

Ya que está construida de barro, esta estructura forma parte de la Pachamama o Madre Tierra,
siendo esta la encargada de otorgar el abrigo y la protección.

Las casas se construyen como una labor comunitaria siendo participe del proyecto la familia
que en ella va a vivir y los vecinos del pueblo. Una vez lista es bautizada y adornada con
muchas flores de muchos colores.

Como último elemento se hacen unas cerca de pircas o pequeños muros de piedra.

También construían Chullpas, estas son llamativas torres con forma cilíndrica, aunque se
podían hacer cuadradas. Se construían a partir de grandes bloques de piedra que se labraban
hasta la perfección y se encajaban unos con otros.
Su construcción tenía como finalidad la de proteger los cuerpos sin vida de algunos de los
personajes más importantes de la aldea.

Lengua o idioma aymara.


Aymara es el principal idioma que pertenece a la familia lingüística del mismo nombre. Este
lenguaje se habla con varias variantes por el pueblo aymara que pertenecen a Bolivia, lugar
donde es una de las lenguas amerindias con mayor personas que la hablan. También se puede
apreciar en Perú, Argentina y Chile.

Tanto en Bolivia como en Perú, este idioma es cooficial con el español, siendo el lenguaje
nativo de un tercio de la cultura en Bolivia.
Para la UNESCO, este idioma se considera en una situación vulnerable de frente a la
supervivencia futura.

Los documentos que se recogen de la colonia no tienen un nombre específico para este
idioma y se refieren a él los cronistas Cieza de León y Pedro Pizarro con las denominaciones
de «lengua del Collao» y «lengua de los collas» respectivamente.

Para el año 1559 el licenciado Juan Polo de Ondegardo, siendo un corregidor en el Cusco
escribe De los errores y supersticiones de los indios, luego de hacer una junta reuniendo a los
indios más viejos que habían quedado y que hicieron el papel de informantes.

Gracias a esto Ondegardo conoció de un grupo de mitimaes, etnia desplazada que era
originaria de la zona Cusqueña y había adoptado el habla aimaraica del entorno nuevo que los
rodeaba.

Actualmente se conoce que muchas de las palabras aymaras son prestadas provenientes del
quechua o una mezcla compartida por ambas lenguas, siendo imposible conocer cuál de ellas
fue primero para señalar de quien fue el préstamo y quien tomo el idioma prestado.

Comprende un poco más sobre el idioma aymara con este vídeo explicativo.

Palabras aymara.
En el idioma aymara moderno hay un gran aporte del español, especialmente en la parte de los
animales que no eran originarios de América y fueron traídos por los europeos, así como
objetos de la cultura española y nombres propios.
Antaña ‘Antonio’

Arjintina o Arxintina ‘Argentina’

asnu ‘asno’

awtu ‘automóvil’

Istadus Unidus ‘Estados Unidos’

Juwan ‘Juan’

kamisa ‘camisa’

kawallu ‘caballo’

lapisa ‘lápiz’

liwru ‘libro’

Mariya ‘María’

Mijiku ‘México’

misa ‘mesa’

mula ‘mula’

pantaluna ‘pantalón’

phamilla ‘familia’

sapatu ‘zapato

siwära ‘cebada’

surmiru ‘sombrero’

tiriwu ‘trigo’

wak’a ‘faja’
wintana ‘ventana’

Wuliwiya ‘Bolivia’

Aymara en la actualidad.
Actualmente, la mayor parte de la comunidad aymara vive en la región del lago Titicaca,
estando concentrados mayormente al sur del lago. La capital o centro urbano de la región
aymara se encuentra en El Alto, ciudad que consta de 750.000 habitantes, además de La Paz.

Muchos de los indígenas aymara viven y trabajan en el oficio de campesino, estando ubicados
en los alrededores del Altiplano.

Aproximadamente 1.600.000 bolivianos hablan el idioma aymara y entre 300.000 y 500.000 de


los peruanos utilizan este mismo lenguaje en los departamentos de Puno, Tacna, Moquegua y
Arequipa.
En Chile se pueden contar con 48.000 aimaras que están distribuidos en las áreas de Arica,
Iquique y Antofagasta. Por último, un grupo menor está concentrado en las provincias
argentinas de Salta y Jujuy.

Con el siguiente vídeo despejaras cualquier duda que tengas de la cultura aymara.

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7 comentarios

1.
Bianca
Muy buen contenido, bastante agradable y ameno. Agradezco mucho la gran información y la
cultura 🙂
mayo 6, 2018

2.
nano
Esta muy bueno este sitio pero debería ser más resumido.
Yo le doy un like.
junio 6, 2018

3.
iver
Wauuuuuuuuuuu
septiembre 6, 2018

4.
Franklin Arauz
muy buen contenido me ayudo mucho en mi tarea le doy un buen like.
mayo 12, 2019

5.
Rosa Parra
Muy interesante me alludo en la tarea de mi niño
agosto 18, 2019

6.
Rosa Parra
Excelente informacion gracias
agosto 18, 2019

7.
Valentina
muy buena info, me sirvio de mucho
septiembre 16, 2019

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