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Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.

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Escribir es mentirse diciendo la verdad

Hay ciertos silencios con los que convivo y que pocas veces me dejan en paz

Lo más honesto qué podría escribir no es un verso es una lágrima

No es que no quiera que nadie llegue después de esto,

es que soy yo la que es incapaz de llegar a ellos después de ti

Una de las paradojas más bellas de escribir es que escribir es escapar,

y es al mismo tiempo estar presente.

Hay silencios repletos de ego, y silencios que resuenan a grito

Hay cosas que uno espera, que mientras espera a que acontezcan, desaparecen

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


El amor murió de cinismo al intentar buscar fuera lo que se hallaba dentro de sí mismo

La perfección y la imperfección se parecen mucho, nunca están satisfechas

Cuánto más sé sobre el mundo, más me desconozco, cuánto más me conozco más sé que no sé
nada sobre el mundo

No voy a bloquear más esta sensación,

no voy a reprimir más la emoción de que aún sabiendo que no te quedarás,

te siga permitiendo que te quedes

Solo hay una certeza que haya encontrado que duela más que una duda:

tener la duda de no haber tenido jamás una sola certeza

Que no aceptemos las cosas como nos son dadas es sólo la condición humana luchando contra
sí misma

No nombrar el dolor lo nombra de otras formas

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

Si el amor es revolucionario dime que hiciste con tu revolución

el día que tuviste que quererme

En tu herida aún (me) duelo yo

El más inútil de los sin sentidos de una despedida es que no acabe nunca

Solo regresaría contigo si después de tanto tiempo perdiéndome,

volviese, no para quedarme contigo, sino para quedarme en mí

Nunca tuve prisa con aquello que jamás fue para mí;

a lo que fue, vine, para lo que nunca fui, nací

Del amor que yo amé hoy tengo una visión diferente;

al amor que una vez amé le denomino simple y llanamente:

ingenua ignorancia de amar sin conocerse

Mamá siempre quiso que yo fuera normal,

yo siempre quise que ella quisiera que yo fuera feliz

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


Fue como esa tibia sensación de la hoguera tras el fuego

Si mi mente es un océano inexplorado, mi alma es una selva salvaje por la que transita mi
libertad; mi corazón une su profundidad y su llama

Nunca se llora lo suficiente por la persona incorrecta,

Ni nunca se ríe lo justo con quien nunca te gustó de verdad

Gracias por haberte olvidado tan rápido de todo lo que fuimos,

me ha demostrado con creces todo lo que eres

Ya no puedo echarte de menos y no sé muy bien por qué,

si es por ti, o si es por lo mucho que yo ya me echaba de menos

Después de tanta búsqueda creo que por fin sé lo que es vivir:

hay ocasiones en las que no quiero continuar

y otras en las que solo sigo luchando,

supongo que a eso a lo que llaman vida es lo que pasa entre ambos

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

Encontré el camino de vuelta saliendo de un callejón sin salida

El día en que fuiste todo creí que no era nada y eso sí que fue morir

Un día quise ser la llama de sus ojos y acabé siendo lágrima en su boca

Herida es echar de menos lo que daña

Duele saberse dolor y ser duda

He dejado de preguntarme el porqué,

a fin de cuentas, hay una parte de mi que ya no va a volver

Siempre creí que te conocía aquel que sabía mirarte a los ojos,

ahora sé bien que solo te llega a conocer aquel que te los abre

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


Desde que supe que el amor que añoro no es él, sino mi idea de amor con él si hubiese hecho
que funcionase me siento un poco menos frágil

Quizás huya tanto de las cosas porque no las veo auténticas, y me da miedo las consecuencias
que puede tener que no lo sean, quizás

Llamo cárcel a no tener un lugar al que pertenecer

Quién ha mirado a su dolor de frente se reconoce

Siempre tarde, pero a tiempo, porque para lo importante siempre es el momento

La soledad no me entristece, me da pena no poder compartirla con quien pudiera entenderla

Olvidarme de mí sí que fue perder y no perderte

Cree conocerme, pero no sabe lo que me hace vivir, me desconoce

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

Hace muchos inviernos que no eres mi suerte y muchos veranos en que ya no muero por ti

Debo de ir por el camino equivocado si ningún camino me devuelve hasta a <<mí>>

Y para qué tantos “no era quien pensaba” si lo que era no dependía de lo que yo pensara

Lo que unos lloran a carcajadas, otros lo ríen por no llorar

He visto por la calle a algunas de las personas más nobles que alguna vez haya conocido sin
nadie a quien abrazar

Trato de perdonar la maldad para no convertirme en ella

Me quiero, no quiero a quien no me quiere

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


Aunque a algunos se les olvide:

Nuestra historia es nuestra, sí, pero mi historia no es de nadie más que de mí

La risa no tiene nada de burla, la burla tiene todo de ego

Casi todo sigue igual, pero ya nada es lo mismo

En ese “casi” aún me encuentro

Para que alguien te idee tiene que conocerte poco,

Para idearte y que te afecte tiene que conocerte como la palma de su mano

Siempre tuve unos ojos de mirada risueña y, en los labios, una dulzura nueva con cada nueva
risa; por suerte, aún sigo encontrándome entre los escombros

Me estoy reb(v)elando contra esas dudas que nunca fueron mías

Aún tengo clavada entre las costillas la espina de aquello que no me perdono,

en la cabeza, aún metida, la voz de lo que nunca perdonaré

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

Esa llama que no es capaz de helar hasta los huesos,

jamás calentará los recuerdos de ceniza

Había incendios que ya se hallaban dentro de la calma

Puede que a eso a lo que llaman mañana solo sea otro cielo,

un cielo donde valga la pena otro mañana

Un día me enamoré de quien no era para poder comprender lo que yo era

Tú me negaste tus ojos, pero yo mi voz, ¿quién dices que ganó la batalla perdida del amor?

Triste no es escribirle un poema a quien no se lo merece, triste es no escribir un poema a quien


una vez dijiste amar

Hoy he vuelto a soñar con sus ojos: epicentro de mi abismo

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

Supe que no me conocía el día en que me habló de condescendencia cuando yo solo buscaba
comprensión; supe que no lo conocía el día en que me habló de risa cuando yo solo veía
intolerancia

Odio hablar de amor y pensar en ti,

porque pensar en ti jamás podrá hablar de amor

La sensibilidad abriga, pero aún mancha

Me has devuelto la ternura que había perdido cuidando de mí, cómo no voy a pensar en el
amor cuando les hablo de ti

Es mentira eso de: “vosotros la guerra, yo la paz”, pues aquellos que hacen la guerra jamás te
dejan en paz

El miedo que se esconde detrás de querer ser todo es el miedo a no ser nada

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


*

No estaba más guapa, estaba más ciega

Darlo todo por algo muerto, eso sí que fue morir de pérdida

No querer escribirle sería como no querer escribir mi propio dolor

y hace ya tiempo que me prometí no dejar a un lado todo aquello que pudiera curarme

Cada vez que no recuerdo lo que merezco me acuerdo de lo que nunca mereciste

En un mundo ciego por primera vez nos miraríamos de verdad

No es aquello por lo que morirías, sino por lo que aún decides vivir

Como chilla la soledad cuando es llamada a la fuerza

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21


Me conocí a mí misma de verdad intentando ser otra

Quien no es capaz de valorar su experiencia a pesar de su dolor no merece su herida

No olvido porque no dejo que muera aquello que fui

Vivo queriéndome ir, pero siempre me quedo, aunque me vaya

Dejo que hurguen en mi herida, que es mi corazón, porque sé que nunca llegarán a él

Aquellas cosas que dije sin decir, dijeron mucho

Todo lo que suele acabar más lentamente de lo habitual a la larga acaba por generar más dolor

Quien no es capaz de valorar su experiencia a pesar de su dolor no merece su herida

Ana Isabel Mateo Rodríguez, 7.7.21

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