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Escribir es mentirse diciendo la verdad
Hay ciertos silencios con los que convivo y que pocas veces me dejan en paz
Hay cosas que uno espera, que mientras espera a que acontezcan, desaparecen
Cuánto más sé sobre el mundo, más me desconozco, cuánto más me conozco más sé que no sé
nada sobre el mundo
Solo hay una certeza que haya encontrado que duela más que una duda:
Que no aceptemos las cosas como nos son dadas es sólo la condición humana luchando contra
sí misma
El más inútil de los sin sentidos de una despedida es que no acabe nunca
Nunca tuve prisa con aquello que jamás fue para mí;
Si mi mente es un océano inexplorado, mi alma es una selva salvaje por la que transita mi
libertad; mi corazón une su profundidad y su llama
supongo que a eso a lo que llaman vida es lo que pasa entre ambos
El día en que fuiste todo creí que no era nada y eso sí que fue morir
Un día quise ser la llama de sus ojos y acabé siendo lágrima en su boca
Siempre creí que te conocía aquel que sabía mirarte a los ojos,
ahora sé bien que solo te llega a conocer aquel que te los abre
Quizás huya tanto de las cosas porque no las veo auténticas, y me da miedo las consecuencias
que puede tener que no lo sean, quizás
Hace muchos inviernos que no eres mi suerte y muchos veranos en que ya no muero por ti
Y para qué tantos “no era quien pensaba” si lo que era no dependía de lo que yo pensara
He visto por la calle a algunas de las personas más nobles que alguna vez haya conocido sin
nadie a quien abrazar
Para idearte y que te afecte tiene que conocerte como la palma de su mano
Siempre tuve unos ojos de mirada risueña y, en los labios, una dulzura nueva con cada nueva
risa; por suerte, aún sigo encontrándome entre los escombros
Aún tengo clavada entre las costillas la espina de aquello que no me perdono,
Puede que a eso a lo que llaman mañana solo sea otro cielo,
Tú me negaste tus ojos, pero yo mi voz, ¿quién dices que ganó la batalla perdida del amor?
Supe que no me conocía el día en que me habló de condescendencia cuando yo solo buscaba
comprensión; supe que no lo conocía el día en que me habló de risa cuando yo solo veía
intolerancia
Me has devuelto la ternura que había perdido cuidando de mí, cómo no voy a pensar en el
amor cuando les hablo de ti
Es mentira eso de: “vosotros la guerra, yo la paz”, pues aquellos que hacen la guerra jamás te
dejan en paz
El miedo que se esconde detrás de querer ser todo es el miedo a no ser nada
Darlo todo por algo muerto, eso sí que fue morir de pérdida
y hace ya tiempo que me prometí no dejar a un lado todo aquello que pudiera curarme
Cada vez que no recuerdo lo que merezco me acuerdo de lo que nunca mereciste
No es aquello por lo que morirías, sino por lo que aún decides vivir
Dejo que hurguen en mi herida, que es mi corazón, porque sé que nunca llegarán a él
Todo lo que suele acabar más lentamente de lo habitual a la larga acaba por generar más dolor