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La Teoría de la Relatividad General es una teoría del campo gravitatorio publicada por Albert Einstein

entre 1915 y 1916. Es decir, es una teoría (que puede desmentirse en un futuro) que describe, entre
muchas otras cosas, la naturaleza elemental de la gravedad.

Antes de que se publicara esta teoría, creíamos que la gravedad, de acuerdo a la teoría de Newton,
surgía como consecuencia de fuerzas que se transmitían a distancia. Pues bien, Einstein rompe
totalmente con esto y dice que la atracción gravitatoria no se debe a fuerzas a distancia, sino a una
curvatura del espacio-tiempo. 

La piedra angular de la Relatividad General es la luz. Einstein afirmó que un rayo de luz no puede estar
parado. Y si esto nos parece obvio ahora es porque esta teoría ha calado muy hondo en nuestra
conciencia, pero antes de Einstein, esto no era ninguna obviedad. El pilar de su teoría es que la luz
siempre viaja a la velocidad de la luz: 300.000 kilómetros por segundo.

Y es precisamente esta velocidad de la luz lo único constante en el Universo. La luz siempre se mueve
(en el vacío) a 300.000 km/s. Esto es innegociable. Todo lo demás es relativo y depende de cómo lo
observemos y desde qué perspectiva lo hagamos.

Y aquí entra en juego otra de las claves. Si lo único constante en el Universo es la velocidad de la luz,
consecuentemente, el espacio y el tiempo son relativos. Y es precisamente esta la gran (o una de las)
revolución de la teoría de la relatividad. Por cierto, ahora ya vamos entendiendo de dónde viene lo de
“relatividad”. Todo es relativo menos la velocidad de la luz.

Con esta teoría, Einstein estaba afirmando algo increíble: el tiempo no es absoluto. Siempre habíamos
pensado en el tiempo como algo universal. Pero no. Es algo individual que fluye de una manera única
para cada uno de nosotros. Realmente, fluye de manera única para cada una de nuestras partículas.
Pero quedémonos con que es individual.

El tiempo es algo relativo que fluye de una manera u otra dependiendo de la velocidad a la que te
muevas y a la intensidad del campo gravitatorio al que estás sometido. Este fenómeno, conocido como
dilatación temporal, explica que, a más velocidad de movimiento, más lento pasa el tiempo; y que a más
atracción gravitatoria que incide sobre nosotros, más lento pasa. Einstein abría así la puerta a los viajes
en el tiempo. Hacia el futuro, eso sí. Hacia el pasado es imposible.

Para saber más: “¿Sería posible viajar en el tiempo?”

Pero, ¿en qué afecta esta concepción del tiempo como algo relativo a la visión del Universo? En
muchísimas cosas. Y una de las más importantes es que no solo es que el espacio y el tiempo sean
relativos, sino que forman un único conjunto: el espacio-tiempo.

Antes de la formulación de esta teoría, creíamos que vivíamos en un Universo de únicamente tres
dimensiones espaciales (profundidad, altura y anchura) en el que el tiempo fluía de forma universal para
todos y cada uno de los componentes del Cosmos. Pero, si el tiempo es relativo y nos podemos mover
por él de formas diferentes, significa que el tiempo debe ser una dimensión más.

Y aquí llega la gran revolución. No vivimos en un Universo de tres dimensiones. Vivimos en un Universo
de cuatro dimensiones: tres espaciales y una temporal. Y estas cuatro dimensiones forman un único
tejido: el espacio-tiempo. Espacio y tiempo son relativos, pero forman un único tejido universal.
Y este tejido espacio-tiempo es deformado por los cuerpos con masa. Y es precisamente esta
deformación lo que explica la existencia elemental de la gravedad. La curvatura del espacio-tiempo es lo
que hace que los cuerpos con masa atraigan gravitatoriamente a otros. Esto explica también que, como
consecuencia de la presencia de un campo gravitatorio, el espacio-tiempo se contraiga. Ya hemos dicho
que el tiempo pasa más lento cuanto mayor es la gravedad. Y aquí se entiende el porqué.

Experimentos mentales

(***) Experimento 4 Simulando la deformación del espacio-tiempo con una tela elástica y una masa.

Pero ¡ojo!, Einstein habla de la deformación del espacio-tiempo. ¿Quiere decir que el tiempo también se
"deforma" en presencia de una masa? Sí. ¿Dice Einstein que el tiempo que mide nuestro reloj es
diferente si estamos cerca o lejos de una masa? Sí, y esto se ha medido en un experimento muy directo:
comparar cómo marca los segundos un reloj muy preciso situado a ras de tierra con lo que marca otro
situado a gran altura (por ejemplo en la azotea de un rascacielos o en un satélite en órbita a la Tierra). El
reloj del suelo va más despacio que el reloj a gran altura (ya que la fuerza de la gravedad es mayor en el
suelo; recordar que disminuye con el cuadrado de la distancia al centro de la Tierra). O sea, el tiempo
también se curva en presencia de una masa, y esto es otra prueba más de la realidad del espacio-tiempo
y de que las dimensiones temporales y la espacial tienen la misma naturaleza.

Sin embargo, es importante darse cuenta de que las teorías de Newton y de Einstein dan prácticamente
los mismos resultados en la inmensa mayoría de las observaciones astronómicas y experimentos de
laboratorio. De hecho, los resultados son, a todos los efectos, iguales en todos los fenómenos donde
hay gravedad débil (o sea, donde no hay gran concentración de masa). Incluso el Sol, con su masa de
2×1027 (un dos seguido de ventisiete ceros) toneladas no es muy masivo en el universo y, por tanto, no
deforma mucho el espacio-tiempo a su alrededor. Sólo produce ligeros efectos en la órbita de Mercurio
porque es el planeta más cercano al Sol y el que tiene la órbita más excéntrica (menos circular). Pero son
estos "ligeros efectos" relativistas los que finalmente permitieron explicar la diferencia de 0.43 segundos
de arco entre la posición predicha para el planeta y la observada.

Las fórmulas de Newton son más fáciles de resolver que las de Einstein por eso se siguen utilizando en
los casos de gravedad débil.

Experimento hecho en la vida real para comprobar esto

El primer gran experimento que sirvió para confirmar la validez de los planteamientos de la Relatividad
General fue el dirigido por el astrónomo británico Arthur Eddington en 1919. Durante un eclipse solar,
observó que tal y como predecía la teoría, la masa del Sol hacía que la luz procedente de las estrellas
que se encontraban detrás de la estrella se curvase. Se probaba así que un gran objeto era capaz de
deformar el espacio-tiempo y que incluso la luz debía desviarse para seguir la nueva geometría. Justo un
año después de la gran guerra, un científico del bando vencedor había dado la gloria con su esfuerzo a
otro nacido en el país derrotado. A partir de ese momento de alto valor científico y simbólico, el creador
de las teorías relativistas se convirtió para siempre en el científico más reconocible del mundo.

Historia

Poco después de la formulación de la teoría de la relatividad especial en 1905, Albert Einstein comenzó a
elucubrar cómo describir los fenómenos gravitatorios con ayuda de la nueva mecánica. En 1907 se
embarcó en la búsqueda de una nueva teoría relativista de la gravedad que duraría ocho años. Después
de numerosos desvíos y falsos comienzos, su trabajo culminó el 25 de noviembre de 1915 con la
presentación a la Academia Prusiana de las Ciencias de su artículo, que contenía las que hoy son
conocidas como "Ecuaciones de Campo de Einstein". Estas ecuaciones forman el núcleo de la teoría y
especifican cómo la densidad local de materia y energía determina la geometría del espacio-tiempo.

Las ecuaciones de campo de Einstein son no lineales y muy difíciles de resolver. Einstein utilizó los
métodos de aproximación en la elaboración de las predicciones iniciales de la teoría. Pero ya en 1916, el
astrofísico Karl Schwarzschild encontró la primera solución exacta no trivial de las Ecuaciones de Campo
de Einstein, la llamada Métrica de Schwarzschild. Esta solución sentó las bases para la descripción de las
etapas finales de un colapso gravitacional, y los objetos que hoy conocemos como agujeros negros. En el
mismo año, se iniciaron los primeros pasos hacia la generalización de la solución de Schwarzschild a los
objetos con carga eléctrica, obteniéndose así la solución de Reissner-Nordström, ahora asociada con la
carga eléctrica de los agujeros negros.

En 1917, Einstein aplicó su teoría al universo en su conjunto, iniciando el campo de la cosmología


relativista. En línea con el pensamiento contemporáneo, en el que se suponía que el universo era
estático, agregó a sus ecuaciones una constante cosmológica para reproducir esa "observación". En
1929, sin embargo, el trabajo de Hubble y otros demostraron que nuestro universo se está expandiendo.
Esto es fácilmente descrito por las soluciones encontradas por Friedmann en 1922 para la expansión
cosmológica, que no requieren de una constante cosmológica. Lemaître utilizó estas soluciones para
formular la primera versión de los modelos del Big Bang, en la que nuestro universo ha evolucionado
desde un estado anterior extremadamente caliente y denso. Einstein declaró más tarde que agregar esa
constante cosmológica a sus ecuaciones fue el mayor error de su vida.

Durante ese período, la relatividad general se mantuvo como una especie de curiosidad entre las teorías
físicas. Fue claramente superior a la gravedad newtoniana, siendo consistente con la relatividad
especial y contestaba varios efectos no explicados por la teoría newtoniana. El mismo Einstein había
demostrado en 1915 cómo su teoría lograba explicar el avance del perihelio anómalo del
planeta Mercurio sin ningún parámetro arbitrario. Del mismo modo, en una expedición de 1919 liderada
por Eddington confirmaron la predicción de la relatividad general para la desviación de la luz estelar por
el Sol durante el eclipse total de Sol del 29 de mayo de 1919, haciendo famoso a Einstein
instantáneamente. Sin embargo, esta teoría ha entrado en la corriente de la física teórica y
la astrofísica desarrolladas aproximadamente entre 1960 y 1975, ahora conocido como la edad de oro
de la relatividad general. Los físicos empezaron a comprender el concepto de agujero negro, y a
identificar la manifestación de objetos astrofísicos como los cuásares. Cada vez más precisas, las pruebas
del sistema solar confirmaron el poder predictivo de la teoría, y la cosmología relativista, también se
volvió susceptible a encaminar pruebas observacionales.

Principios

Las características esenciales de la teoría de la relatividad general son las siguientes:

El principio general de covariancia: las leyes de la Física deben tomar la misma forma matemática en


todos los sistemas de coordenadas.
El principio de equivalencia o de invariancia local de Lorentz: las leyes de la relatividad especial (espacio
plano de Minkowski) se aplican localmente para todos los observadores inerciales.

La curvatura del espacio-tiempo es lo que observamos como un campo gravitatorio, en presencia de


materia la geometría del espacio-tiempo no es plana sino curva, una partícula en movimiento libre
inercial en el seno de un campo gravitatorio sigue una trayectoria geodésica.

Ideas adicionales

¿Einstein presentó ese mismo día la ecuación que hoy se conoce?

En realidad es un sistema de diez ecuaciones, pero se pueden escribir de manera unificada, utilizando
una sola vez el signo “=”, y resumirlas en una sola: Rμν -1/2 gμν R = 8πG Tμν. En la forma original en la
que la escribió Einstein en su artículo, la notación (por ejemplo usaba índices latinos en lugar de griegos)
y la distribución de los términos era ligeramente distinta, pero aún así, es totalmente equivalente a esta.

¿Y qué significa Rμν -1/2 gμν R = 8πG Tμν en un lenguaje que todos podamos comprender?

En lenguaje común, la nueva ecuación de Einstein relaciona dos aspectos: curvatura del espacio-tiempo
↔ Masa (energía). Por ponerlo en contexto, anteriormente la teoría de la gravedad de Newton, el
mayor éxito de la revolución científica del siglo XVII, aportaba dos leyes que podemos visualizar así:

Masa → Gravedad; y

Fuerza de gravedad → Movimiento de cuerpos masivos,

donde “→” podemos leerlo como “crea”.

Es decir, una masa –por ejemplo, la Tierra– crea un campo gravitatorio, que a su vez ejerce una fuerza
que controla el movimiento de otras masas, como una manzana o la Luna. Con la aportación de Einstein,
la teoría de Newton se veía ahora desbancada por otra que la incluía como una aproximación solo válida
para masas y velocidades relativamente pequeñas. Pero la teoría de Einstein era mucho más que un
refinamiento de la de Newton: cambiaba completamente el concepto de qué es y cómo actúa la
gravedad.

¿Qué diferencias hay entre la visión clásica del mundo de Newton y la relativista de Einstein?

“La eliminación de la gravedad como una fuerza ‘real’ es el elemento más revolucionario de la
relatividad general”

Hay dos esenciales. Por una parte, en la formulación de Einstein desaparece la noción de gravedad, que
ha sido sustituida por algo más misterioso y sugerente: la curvatura del espacio-tiempo. Y, por otra,
unifica en una sola ecuación las dos leyes básicas de la teoría newtoniana. Es decir, ambas “→” quedan
aunadas en una sola “↔”. Sin duda alguna, la eliminación de la gravedad como una fuerza ‘real’ y su
interpretación como un ‘efecto aparente’ de la curvatura del espacio-tiempo es el elemento más
revolucionario de la teoría. De esta manera, Einstein explicaba con una simplicidad pasmosa la
observación de Galileo de que, en ausencia de fricción, todos los cuerpos caen al mismo ritmo: los
objetos se mueven en un mismo espacio-tiempo que, al estar curvado, produce la impresión de
movimiento bajo una fuerza que actúe sobre ellos.

¿Podemos visualizar el concepto de la curvatura del espacio-tiempo?

Es habitual representar sus efectos como el movimiento de canicas en una cama elástica deformada por
el peso de una masa mayor. Aunque ilustrativa, esta analogía no consigue transmitir el hecho esencial
de que la curvatura del espacio-tiempo apenas afecta las direcciones espaciales de la cama elástica, sino
que se produce mayoritariamente en la dirección del tiempo. La teoría es demasiado rica y sutil como
para dejarse capturar completamente por analogías e imágenes simplificadas.

Entonces, ¿no hay forma de representar con una imagen sencilla la teoría de la relatividad?

Habría que utilizar distintas imágenes para ilustrar diferentes aspectos de la teoría, pero no hay una que
lo capture todo correctamente. Lo de la cama elástica está bien, pero tiene limitaciones serias. Por
ejemplo, no sirve para ilustrar ni medianamente bien lo que es un agujero negro, y da lugar a
confusiones: ¿Cómo es que decimos que la curvatura es tan pequeña que no la notamos habitualmente
y, sin embargo, es suficientemente grande como para que un proyectil, o la Luna, sigan una trayectoria
curva en lugar de recta? Habría que explayarse mucho para explicar que nos movemos mucho más en el
tiempo que en el espacio, y lo que eso conlleva.

Consecuencias

Las primeras consecuencias asombrosas de las teorías de Einstein llegaron pronto. Pocas semanas
después de su presentación en Berlín, Karl Schwarzschild, otro investigador alejado de las instituciones
académicas, escribió a Einstein mostrándole sus cálculos sobre cómo se comportaría el campo
gravitatorio alrededor de una estrella de acuerdo con la relatividad general. Schwarzschild, un físico
reputado, había llegado a su conclusión calculando en sus ratos libres mientras trabajaba como artillero
en el frente ruso durante la Primera Guerra Mundial. Además de mostrar la eficacia de las ecuaciones de
Einstein para describir el mundo real, los resultados de Schwarzschild sugerían la existencia de objetos
cósmicos inesperados. Al calcular los efectos de la curvatura del espacio-tiempo dentro y fuera de una
estrella, observó que, si la masa de la estrella se comprimiese en un espacio lo bastante pequeño, el
tejido espaciotemporal parecía venirse abajo. Era la predicción inverosímil de los agujeros negros, unos
objetos a cuya atracción gravitatoria no puede escapar ni la luz y que ni siquiera Einstein consideró
posibles.
Los relojes en los satélites GPS requieren una sincronización con los situados en tierra para lo que
hay que tener en cuenta la teoría general de la relatividad y la teoría especial de la relatividad. Si no
se tuviese en cuenta el efecto que sobre el tiempo tiene la velocidad del satélite y su gravedad
respecto a un observador en tierra, se produciría un adelanto de 38 microsegundos por día en el
reloj del satélite (sin corrección, su reloj retrasaría al día 7 microsegundos como consecuencia de la
velocidad y adelantaría 45 microsegundos por efecto de la gravedad), que a su vez provocarían
errores de varios kilómetros en la determinación de la posición. 20 Puede considerarse otra
comprobación de ambas teorías.

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