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Antropólogo
Ewilberth Guzmán Sarmiento
OCTUBRE, 2019
Informe Final Autorización de intervención Arqueológica 8184
TABLA DE CONTENIDO
5.2.1 Limpieza 39
5.2.2 Análisis macroscópico 40
5.3 CLASIFICACIÓN CERÁMICA 55
5.3.1 Tipología cerámica para la Hoya del Sinú 57
5.3.2 Tipologías cerámicas para el área cercana al Parque Planeta Rica 63
5.3.3 Tipología cerámica para el Parque Planeta Rica 65
6 CONCLUSIONES 66
7 BIBLIOGRAFÍA 68
8 ANEXOS 74
8.1 AUTORIZACIÓN DE INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA 8184 74
8.2 COORDENADAS DE PROSPECCIÒN DE POZOS Y BARRENOS 75
8.3 ARQUEOLOGÍA PÚBLICA Y DIVULGACIÒN 75
8.4 PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO 76
8.5 FICHAS DE PROSPECCIÓN 80
8.6 CARTOGRAFÍA 81
8.7 BASE DE DATOS CARACTERIZACIÓN CERÁMICA 81
ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE FIGURAS
(Langebaek C. H., 2005). El periodo Formativo se asoció con el inicio de prácticas agrícolas
incipientes y los periodos Subandino y el Floreciente Regional e Invasionista, que
posteriormente se redefiniría como de Desarrollos Regionales, con la existencia de cacicazgos
caracterizados por la jerarquización, la producción de excedentes y, por lo tanto, la agricultura.
A partir de esta periodización, se han realizado variaciones que, en el presente, permiten
proponer tres ocupaciones prehispánicas para ésta extensa región estudiada desde la
arqueología como la región de la Costa Atlántica: Pre cerámica, Formativa y Tardía.
Para esta zona de la cuenca media del Río Sinú, “(…) la primera ocupación puede remontarse
desde el milenio II a.C., esta pudo estar relacionada con la ocupación más temprana de Momil
y posteriormente se presenta una segunda ocupación que podría corresponder al siglo I al IX
d.C. y está directamente relacionada con el complejo Ciénaga de Oro, de acuerdo con lo
descrito por Reichel-Dolmatoff (1957) y Foster y Lathrap (1973), de los sitios arqueológicos
excavados en Momil y Ciénaga de Oro; desde luego con los cambios propios de la distancia y
la particularidad local del sitio, este complejo puede asociarse con los antecesores de los Zenú
y ha sido identificada en el bajo San Jorge con la tradición cerámica Granulosa Incisa, la cual
presenta una marcada similitud con la cerámica de Momil y Ciénaga de Oro” (Plazas et al.
1993, 11), (Nivia , 2019).
Uno de los principales debates arqueológicos para esta región del territorio colombiano, tiene
que ver con la manera en que se dio el cambio social. La institucionalización del poder político
y la aparición de la jerarquía son preguntas recurrentes en estudios arqueológicos, que han
sido respondidas tradicionalmente desde esquemas evolucionistas, como el propuesto por
Dolmatoff, mencionado anteriormente (1957). Sin embargo, estos esquemas implican la
búsqueda de cuál fue el motor de cambio que llevó a estas transformaciones y es allí donde
han surgido explicaciones como la del propio Dolmatoff para la Costa Atlántica, que consideró
el cultivo del maíz como el detonante de dicha transformación. Este tipo de esquemas han sido
ampliamente discutidos y “(…) varios autores han resaltado las limitaciones de estas
interpretaciones y la necesidad de abrir el enfoque teórico para poder dar cuenta de la
diversidad presente en las sociedades” (Flannery,1983; Leach,1973; Marcus,1983; Trigger,
1992) (Citados en (Fajardo Bernal, 2011)) De esta manera, la mejor forma de abordar el origen
de estas transformaciones es a partir de “(…) un conjunto de variables y estrategias que crean
liderazgos exitosos y funcionan dentro de la lógica de cada sociedad” (Díaz, 2014). Desde este
punto de vista el análisis del registro arqueológico de unidades domésticas consideradas como
la unidad básica de la sociedad, ha permitido proponer modelos comparativos que permiten
evidenciar diferencias económicas y de estatus que reflejan procesos sociales más amplios.
Para la zona de estudio, una investigación reciente realizada con datos obtenidos a partir de
los resultados de un proyecto de arqueología preventiva (Nivia et al, 2018) en el que se
encontraron vestigios de nueve unidades domésticas emplazadas en la cuenca media del río
Sinú y ubicadas cronológicamente, entre el siglo II a.C Y el siglo IX d.C, buscó determinar sus
características económicas y logró identificar el posible inicio de una diferenciación social a
nivel familiar a partir de la presencia de objetos más elaborados y de difícil acceso, en este
caso, cerámica Tierralta, en una de las unidades domésticas. De acuerdo con la autora: “(…)
las relaciones sociales pueden ser la base de la consolidación del prestigio de una familia a
través del tiempo y que se manifiesta con la obtención de bienes diferenciales que implican un
conocimiento selectivo y una red de intercambio consolidada. Probablemente, este tipo de
manifestaciones sociales al interior de una comunidad fueron el primer paso hacia la
consolidación de una clase política dominante, que generalmente no se presenta en la figura
de un solo individuo sino de toda una familia que hereda el poder y que interfiere en los
diferentes aspectos de la sociedad, desde la economía hasta la ideología” (Nivia , 2019).
Otra problemática importante tiene que ver con los patrones de asentamiento, entendidos
como la manera en que un grupo humano se organiza en el espacio físico. Willey (1953), los
definió como: “el modo en que el hombre se dispuso a sí mismo en el paisaje en el cual él
vivió”. De acuerdo con la revisión de antecedentes realizada para este proyecto, la cual se
presenta de manea ampliada en el siguiente numeral, en la región, la ubicación de los sitios
de asentamiento prehispánico hallados, muestra preferencia por lugares altos cercanos a
fuentes de agua como ríos o ciénagas y, las unidades de vivienda, al parecer se encontraban
dispersas. Sin embargo, es importante anotar que, la ausencia de estudios sistemáticos de
carácter regional, impide proponer hipótesis sobre factores como la densidad poblacional,
presencia de aldeas nucleadas y su extensión, así como la posible relación entre su ubicación
y la preferencia por suelos fértiles, por lugares aptos para la defensa o alejados de
inundaciones.
Teniendo en cuenta todo lo anterior y la revisión de antecedentes arqueológicos realizada, las
preguntas de investigación que guiaron este trabajo fueron: ¿Qué evidencias sobre el uso
del espacio en época prehispánica se pueden inferir a partir del análisis de los
resultados obtenidos de la prospección arqueológica realizada en la zona de estudio?
Y, en caso de encontrar vestigios asociados tradicionalmente a ocupaciones
sedentarias o semi - sedentarias, como fragmentos cerámicos o artefactos líticos, ¿Es
posible considerar que se trató de unidades de vivienda? ¿El material arqueológico
hallado puede dar cuenta de la organización social de tipo igualitaria, jerarquizada o en
transición, como la hallada en el estudio realizado en Montería por (Nivia L, 2019)?
Para lograr lo anterior, se propuso como metodología de campo el reconocimiento sistemático,
hecho a partir de la prospección subsuperficial del terreno, por medio de un muestreo realizado
con pozos de sondeo y pruebas de barreno, cuya finalidad fue caracterizar arqueológicamente
el área que será intervenida por el parque solar Planeta Rica y, asimismo, dar respuesta a las
preguntas de investigación planteadas, con el firme propósito de aportar al conocimiento
arqueológico de esta región del territorio colombiano. Adicionalmente, la información obtenida
mediante el desarrollo de este trabajo, permitió formular un Plan de Manejo Arqueológico que
deberá ser implementado por los responsables de la construcción y el desarrollo del proyecto
Parque Solar Planeta Rica.
Características principales
Potencia pico total instalada 25,8 MW
Potencia unitaria 2200 W
Puestos
Número de inversores 9
inversores
Potencia total de inyección a la red 19,8 MW
Red interna Cables subterráneos de 34,5kV
Una subestación para
Subestación del promotor
recolectar la energía producida
Conexión
Subestación Planeta Rica de
eléctrica Subestación del operador de red
Electricaribe
Aproximadamente 4,86km en
Distancia a la subestación
vuelo de pájaro
Estimación Recurso solar estimado a partir del software
1860 kWh/m²
recurso solar de simulación Solargis
Estimación
producción de A partir de la simulación PV Syst 45,1 GWh
energía anual
Equivalente en
Utilizando un consumo mensual para una
consumo 24.725 hogares
familia de 4 personas de 152kWh
(casas)
Se trata de geoformas que han sido influenciadas severamente por factores meteorológicos,
caracterizados por fuertes variaciones y por los sistemas orogénicos existentes, como el Istmo
de Panamá y el sistema cordillerano de los Andes Colombianos, y el proceso de levantamiento
actual (Ahnert, 1970). En este sentido, se trata de georformas originadas por procesos de
meteorización y denudación, al igual que por la acumulación de sedimentos generados por los
procesos erosivos y morfodinámicos asociados a estos.
Generalmente, las geoformas de origen denudacional se encuentran enmascarando o
borrando totalmente los rasgos estructurales del relieve característico del Cinturón Plegado de
San Jacinto.
Por su parte, aquellas geoformas de carácter estructural de menor predominancia en el área
de estudio están dominadas por eventos tectogenéticos. Especialmente, aquel conocido como
Cinturón Plegado Sinú–San Jacinto, se encuentra acrecionado a la parte Noroccidental de
Colombia por la convergencia entre las placas Caribe y Suramérica, donde una espesa
secuencia de rocas sedimentarias se encuentra afectada por procesos estructurales y
tectónicos, desarrollan amplios sinclinales delimitados por fallas inversas, de dirección NNE–
SSW y vergencia al Oeste, anticlinales estrechos y fallas de rumbo destrales y sinestrales con
dirección perpendicular u oblicua a las fallas inversas. (Toto & Kellogg, 1992; Marín et al. 2010;
INGEOMINAS, 2003)
o Geomorfología local
Geoformas del ambiente Denudacional
Como se mencionó anteriormente, el ambiente morfodinámico de tipo denudacional,
corresponde al tipo de unidad más predominante en el área de estudio. De hecho, este tipo de
formación impide observar de manera clara aquellas geoformas estructurales que pueden
estar presentes en la región. De manera particular, para el área de estudio, la unidad
predominante corresponde a Montículos y ondulaciones denudacionales (Dmo).
Esta unidad está caracterizada por un conjunto de montículos con morfología colinada, suave,
con altura relativa entre 5 y 20 m, topes amplios redondeados y laderas asimétricas, cortas,
rectas a cóncavas, con pendientes inclinadas (alrededor de 10°); el patrón de drenaje es
divergente y presenta un grado de incisión moderado, conforma pequeños valles internos, en
forma de “U”. Como se mencionó anteriormente, el origen está relacionado con procesos de
meteorización y erosión intensa sobre rocas blandas y sedimentos no consolidados.
En la siguiente fotografía se puede observar un ejemplo de la unidad.
En el área de estudio se puede observar una unidad fluvial de Plano o llanura de inundación
(Fpi), que tiene influencia principalmente del Arroyo Carolina. Es importante mencionar, que el
área de intervención del proyecto, es decir, aquel lugar en donde se ha pensado establecer
las construcciones del Parque Solar, fue diseñado para estar por fuera de dicha zona, y de
esta manera evitar cualquier riesgo asociado.
Se trata de una superficie de terreno con morfología plana a suavemente ondulada, que
bordea el cauce fluvial del Arroyo Carolina, eventualmente inundable y limitada localmente,
por escarpes de terrazas aluviales.
2.2.1.3 Suelos
o Clasificación del suelo
A continuación, se describen los suelos presentes en el área de estudio, que corresponden a
la Asociación LWG y LWC.
o Asociación LWG
Geomorfológicamente, la unidad pertenece a los vallecitos del paisaje de lomerío fluviolomerío
fluviogravitacional con pendientes que varían de 0 a 7%, en relieve plano a ligeramente
inclinado. El drenaje natural varía de moderado a pobre.
Los suelos se han originado de sedimentos aluviales finos heterogéneos; son superficiales y
profundos, pobre a moderadamente bien drenados, de texturas moderadamente finas y finas;
fertilidad moderada a alta.
La asociación está compuesta por los suelos Aquertic Haplustepts (25%), Vertic Endoaquepts
(20%), Aquertic Haplustolls (20%), Oxyaquic Ustifl uvents (15%), Vertic Fluvaquents (10%),
Fluventic Haplustolls (5%) y Oxyaquic Ustorthents (5%).
o Asociación LWC
Los suelos se encuentran a una altura aproximada de 50 msnm. Geomorfológicamente, la
unidad corresponde al paisaje de lomerío erosional estructural y al tipo de relieve de lomas y
colinas, con pendientes entre 3 y 50%, en relieve ligeramente ondulado a fuertemente
quebrado con intensa disección; afectados por erosión ligera a severa.
Los suelos se derivan de arcillolitas y areniscas con intercalaciones de gravillas y sustrato
arcilloso altamente intemperizado; son superficiales a moderadamente profundos, limitados en
su profundidad efectiva por horizontes arcillosos endurecidos y arenas compactadas. El
drenaje natural es moderado a bueno.
La asociación está compuesta por los suelos Oxic Haplustepts (40%), Typic Haplustepts (40%)
y Typic Ustipsamments (20%).
Dentro de la asociación, existen diferentes fases, que están separadas por pendiente y
erosión. Dentro del área de estudio se pueden encontrar las fases LWCc y LWCd,
correspondientes a fase moderadamente ondulada y moderadamente quebrada y erosionada,
respectivamente.
2.2.1.4 Hidrología
El municipio de Planeta Rica se estructura a partir de las cuencas de los ríos Sinú y San Jorge.
El Sistema hídrico está constituido por pequeños arroyos, quebradas y caños junto con una
importante reserva de aguas-subterráneas.
Con relación al Río Sinú, Planeta Rica pertenece a su cuenca media en donde se destacan
los arroyos de las Flores, El Tigre, Los Cacaos, La Viveza, El Golero, El Arroyón, El Arenosito,
y las Quebradas de los Popales, Seca, El Mulo, Severinera, Canine, Oscurana, El Toto, El
Sabroso, La Rusia, El Limón, así como el Caño Costa Rica, siendo todos estos tributarios de
la Ciénaga de Betancí.
Por su parte el río San Jorge nace en el Parque Nacional Natural Paramillo (en el municipio
de Ituango, Antioquia) y discurre entre las serranías de San Jerónimo y Ayapel, antes de
desembocar en el río Magdalena. Este río transita en su mayoría por el Departamento de
Córdoba. En el área de estudio se destacan los Arroyos La Esmeralda, San Juan y El Perro,
todos ellos tributarios de la fuente superficial de mayor relevancia de la zona, conocida como
Arroyo Carolina, principal tributario en el Municipio de Planeta Rica del Río San Jorge. Existen,
además, pequeños drenajes transitorios, todos ellos tributarios del mencionado Arroyo
Carolina, el cual nace en cercanía del poblado de su nombre y se une aguas abajo con el
Arroyo Arena.
La Microcuenca del Arroyo Carolina, involucra tres municipios del departamento de Córdoba.
La mayoría de su área se encuentra en jurisdicción del municipio de Planeta Rica, seguida por
San Carlos (Municipio en el que nace el arroyo) y finalmente Pueblo Nuevo, donde el Arroyo
Carolina desemboca en el Arroyo Arena, que a su vez desemboca en el Arroyo Carate. Esta
Microcuenca tiene una forma alargada en sentido norte-sur, con una longitud de cauce de
48,09 kilómetros, cubriendo un área total de 16.684,3 ha.
Cabe mencionar que el Arroyo Carolina es uno de los principales arroyos con que cuenta el
municipio de Planeta Rica, el cual solo es utilizable en épocas de invierno, ya que en épocas
de verano su cauce tiende a disminuir considerablemente su caudal, hasta llegar incluso a
secarse. Asimismo, cabe destacar que este arroyo es abastecedor del acueducto municipal y
es además el sitio en el cual desemboca la mayor cantidad de aguas residuales del casco
urbano de Planeta Rica.
2.2.1.5 Atmósfera
o Clima
La zona de estudio se encuentra en un ambiente Cálido (0- 800 msnm) > 24 ºC, y presenta
una precipitación entre (1000 – 2000 mm/año), el clima para la zona de estudio es Cálido –
Seco.
o Precipitación
El área de estudio se caracteriza por una precipitación en promedio de aproximadamente 1500
mm/año, presentándose dos períodos bien definidos. El primero, un periodo seco a partir de
los primeros días de diciembre hasta mediados o finales de abril y el segundo, un período
húmedo que comienza en abril y finaliza a principios de diciembre, con tendencia a disminuir
en intensidad en los meses de julio y agosto, presentándose los mayores valores en agosto y
septiembre. Las lluvias se manifiestan en precipitaciones torrenciales, de corta duración.
De acuerdo con los datos de la estación del IDEAM (Planeta Rica 25025190) consultada, la
distribución de la precipitación presenta un régimen bimodal presentándose verano entre los
meses de diciembre a marzo y un veranillo entre los meses de junio y julio.
Por otro lado, la información de la estación permite establecer, que en la zona se han
presentado precipitaciones máximas de 423.8 mm, lo cual indica una precipitación de
aproximadamente 1/3 del valor anual, en un solo mes.
o Temperatura
El mes con mayor temperatura corresponde al mes de marzo, siendo el mes de octubre
relativamente más frio. En particular, existe una variación de dos momentos en el año, entre
enero – mayo (mayor temperatura) y entre junio – diciembre (menor temperatura). Las
temperaturas máximas registradas han llegado a 38.8 º C y las mínimas de 31.5 ° C.
2.2.2 Medio Biótico
El área de estudio del Parque Solar Planeta Rica se encuentra ubicada dentro del Gran Bioma
del bosque seco tropical, de acuerdo con la clasificación del IDEAM (2007), ya que presenta
una distribución altitudinal menor a los 800 msnm y una precipitación entre 1.000 – 2.000 mm
y se encuentra en un clima de tipo Cálido Seco.
Las coberturas de la tierra del proyecto están dominadas por una cobertura de Plantación
Forestal. De manera específica, se trata de una Plantación Forestal que se encuentra
registrada ante el ICA en la categoría de Registro de cultivos forestales y sistemas
agroforestales con fines comerciales. Las plantaciones con fines comerciales son aquellas en
donde se realiza el cultivo de especímenes arbóreos de cualquier tamaño originado con la
intervención directa del hombre con fines comerciales y que está en condiciones de producir
madera y subproductos. Dicha plantación presenta predominantemente individuos de la
especie Eucalyptus tereticornis, los cuales fueron sembrados en el año 2006. En el área del
proyecto también existe una cobertura de pastos limpios, los cuales son utilizados para
desarrollar actividades de ganadería extensiva.
3 ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
Modos de Producción y Modos de Vida. De esta manera propuso como etapas: Modo de Vida
de los Cazadores Recolectores Antiguos; Modo de Vida Recolector Básicamente Marino;
Modo de Producción Tribal Productor y Modo de Vida Aldeano Cacical. (Angulo Valdés, 1995)
El esquema propuesto por Dolmatoff, influenciado por la corriente norteamericana, es el que
ha servido como base, en gran medida, de las investigaciones realizadas en esta región. Una
síntesis del mismo, se expone a continuación.
3.1 PALEOINDIO
Los artefactos asociados a esta primera ocupación humana carecen de contexto estratigráfico
y cultural, sin embargo, Dolmatoff basándose en la comparación de estos elementos con los
encontrados para las mismas etapas en otros sitios, tanto de Colombia como de otras partes
del continente americano, sugirió su asociación con una fase temprana que conocemos como
Paleoindia, situando en este contexto, varias puntas de proyectil descubiertas en Santa Marta,
Mahates, Laguna de Betancí, Golfo de Urabá, Bajo Río Sinú y en el Canal del Dique, e indicó
que “(…) estas industrias líticas tienen algunos rasgos en común: todas se hallaron sobre
lomas o colinas erosionadas, sobre antiguas terrazas aluviales o en estratos de cascajo
acarreado por una corriente de agua.”… “En ningún caso se observaron asociaciones con
cerámica y estaban notoriamente ausentes los artefactos de piedra pulida o amolada. La
naturaleza de los utensilios, así como el medio ambiente lacustre o ribereño sugieren la
existencia de bandas que en buena parte derivaban su subsistencia de la recolección, pesca
y caza” (Reichel Dolmatoff G. , 1986).
Adicionalmente, la investigación llevada a cabo por Correal (1977), la cual involucró los
departamentos de Córdoba, Guajira, Bolívar y Cesar, permitió la identificación de algunas
estaciones temporales con acumulación de elementos líticos y un abrigo rocoso, que permiten
sugerir su asociación con grupos de periodo Paleoindio. En cuanto a pautas de asentamiento,
el autor sugiere que: “Los densos tropicales debieron ser pródigos en recursos de cacería y la
vecindad al río en las estaciones allí localizadas debió influir en un aprovechamiento de los
recursos fluviales; a esta condición ecológica se adapta una serie de elementos culturales; el
registro de raspadores (laterales, terminales y triangulares) se relaciona con actividades de
cacería, mientras una serie de lascas concoidales con huellas de utilización y navajas
triangulares pequeñas presentes en esta serie debieron ser útiles en la preparación de los
productos de pesca (corte, incisión y desescamado).” (Correal, 1977)
3.2 FORMATIVO
“Hacia 4.000 antes de Cristo, ya aparecen en la Costa Caribe de Colombia varias pautas bien
definidas de asentamientos humanos. Dichos asentamientos se distinguen por estar ubicados
en situaciones que permitían el acceso a una variedad de recursos alimenticios, es decir, se
encuentran cerca del litoral, en la vecindad de lagunas, de pequeños ríos y de bosques
interrumpidos por sabanas. Designamos el conjunto de estas culturas como Etapa Formativa”
(Reichel Dolmatoff G. , 1986).
Esta etapa, propuesta por Dolmatoff, se ha considerado la más importante para la costa Caribe
y se asocia a un término que define contextos culturales en los que, la agricultura u otro
desarrollo comparable, llevan a la vida aldeana sedentaria. (Langebaek & Dever, 2001).
Dolmatoff la describió como: “aquella etapa de desarrollo cultural que se caracteriza por la
integración y el aumento de la vida aldeana sedentaria basada sobre una economía agrícola
alimenticia estable” (Reichel 1956; citado en Langebaek & Dever, 2001), y lo dividió para la
costa Caribe en Temprano, Medio y Tardío. El primero asociado al inicio de la vida aldeana,
de la alfarería y de la dependencia de la agricultura; el segundo, asociado a la dependencia
del cultivo de yuca y, el tercero, a la adopción del cultivo de maíz, cada uno caracterizado por
determinadas “implicaciones en términos de organización social, demografía y patrones de
asentamiento derivados del cultivo de esas dos plantas (Reichel- Dolmatoff 1986; citado en
Langebaek & Dever, 2001)
variante el modo de vida “Recolector Marino”, descrito por Angulo (1995), quien las señala
como poblaciones adaptadas al ambiente litoral y lacustre, evidenciadas en los concheros de
Puerto hormiga, Canapote, Rotinet y Barlovento: “corresponden a los primeros ensayos de la
vida aldeana del norte de Colombia” (Angulo Valdés, 1995) El sitio más representativo es
Puerto Hormiga, descrito antes y cuya alfarería se caracteriza por el uso de fibras vegetales
como desgrasante. Gracias a esta característica en la cerámica, ha sido posible relacionarlo
con otros sitios que no corresponden a concheros y se encuentran distantes del litoral, cuya
ubicación también está directamente relacionada con fuentes de agua. El primero es San
Jacinto, un montículo sepultado por arcillas y limos durante los desbordamientos de una
quebrada cercana. Otros sitios son: El Ponzón, ubicado en el borde occidental de la Depresión
Momposina y Bucarelia, ubicado sobre la margen izquierda del Río Magdalena (Angulo
Valdés, 1995).
Angulo Valdés (1988, 1995), a partir de la excavación sobre un grupo de concheros ubicados
sobre la Ciénaga de Guajaro, denominados como periodo Rotinet y cuyo tipo de cerámica, no
corresponde con el característico de Puerto Hormiga; propone que, “el inventario de los
artefactos rescatados en las excavaciones de las orillas de la ciénaga de Guajaro, revelan una
estrecha dependencia al Modo de Vida Recolector- Cazador; cuyos antecedentes parecen
remontarse a las comunidades de recolectores marinos de Monsú y Puerto Hormiga”.
La aparición de budares durante todo el periodo, así como la interrupción en la ocupación del
sitio le permiten proponer al autor que: “El Modo de Vida Recolector Cazador, fue reemplazado
en el área de la Ciénaga de Guajaro por el Modo de Vida Aldeano. Este tránsito, inducido por
un mejoramiento en los modos de trabajo, no tuvo origen, al parecer, en el área de la Ciénaga;
las condiciones para los cambios observados durante el resto de la historia del sitio se dieron,
de acuerdo con los detalles que hemos discutido arriba, posiblemente en el curso bajo del rio
Magdalena”. Esto explicaría el periodo de abandono del sitio y además permite concluir “(…)
es posible que aquí encontremos una de las explicaciones al porque las comunidades que
reocuparon el área de Guajaro hacia mediados del primer milenio D.de C. practicaban ya el
cultivo de la yuca” (Angulo Valdes, 1988).
Con respecto a esta etapa, las principales críticas se direccionan a la asociación que se hace
entre agricultura, sedentarismo y alfarería: “En las propuestas sobre inicios de la agricultura
se han hecho inferencias a partir de asociaciones entre aspectos que pueden o no estar
relacionados. En primer lugar, la presencia de cerámica se ha tomado como evidencia de
sedentarismo; en segundo lugar, como prueba de una tecnología transformadora de alimentos
vinculada con la agricultura. Como señala Hoppes (1988, 1995), ha existido la tendencia a
considerar que cerámica, sedentarismo y agricultura son procesos relacionados y
concomitantes. Muchas veces, cualquiera de estas características se infiere a partir de la
presencia de cualquiera de las otras” (Langebaek & Dever, 2001). Así, evidencias como las
halladas en San Jacinto I, basadas en el desgrasante de fibras vegetales utilizado en la
fabricación de la cerámica y la falta de asociación de la misma con procesos de cocción, han
llevado a proponer que “la cerámica de San Jacinto I parece relacionarse más con necesidades
sociales y procesos de competencia social, que con sedentarismo y agricultura” (Pratt, 1999)
citado en (Langebaek & Dever, 2001). Esta hipótesis, aunque con deficiencias en sus
argumentos, ha contribuido a cuestionar la asociación inequívoca de la cerámica con la
transformación de alimentos y la agricultura.
Otro problema enunciado también por Langebaek (2001) para el formativo temprano, tiene que
ver con que, la información recabada, proviene de la excavación de sitios y no de trabajos
realizados a nivel regional que permitan “hacerse una idea de la frecuencia, tamaño y
El formativo medio se asocia con esa etapa en la cual ya ha sido adoptada la agricultura. Para
la costa Atlántica, esta etapa está representada por el sitio Malambo, que se ubica sobre una
ciénaga del bajo río Magdalena y en él se hallaron depósitos formados por basura, desechos
como fragmentos cerámicos, restos de fauna y entierros. Entre los fragmentos cerámicos se
destaca lo que parece corresponder a budares que podrían estar relacionados con el cultivo
de yuca. (Reichel Dolmatoff G. , 1986) La cerámica de Malambo es más elaborada que la de
Monsú y Puerto Hormiga (más formas y más técnicas decorativas): “La principal diferencia,
por cierto, entre Malambo y los complejos culturales anteriores, yace en su base económica.
La abundancia de fragmentos de budares en la Fase Malambo, indican el uso común de la
yuca en forma de mañoco y cazabe, mientras que la ausencia de conchas de moluscos podría
sugerir la poca importancia de este recurso” (Reichel Dolmatoff G. , 1986). “Esta utilización de
la yuca habría implicado un aumento de población y cierto desarrollo en la división del trabajo”
(Angulo 1963)
La importancia de Malambo ha sido recalcada por otros arqueólogos como Reichel (1965:65)
que lo consideró el lugar de adopción del cultivo intensivo de yuca y una muestra del cambio
del patrón de recolección de moluscos y vegetales al cultivo de raíces, tesis compartida por
Sajona y Vargas (1979:51) (Langebaek & Dever, Arqueologia en el Bajo Magdalena: un
modelo de poblamiento para los primeros agricultores del Caribe colombiano, 2001).
Adicionalmente, se ha recalcado la importancia de este sitio en relación con otros de
Suramérica en los que se presentaría simultáneamente el mismo fenómeno, tal es el caso de
Las sociedades del formativo tardío, que corresponderían a sociedades complejas basadas
en el cultivo del maíz, serían las características de éste periodo y estarían representadas en
el sitio Momil, el cual, corresponde a una aldea ubicada en una planada entre el borde de la
laguna y unas colinas bajas. (Reichel Dolmatoff G. , 1991) Entre los objetos excavados se
encuentran miles de fragmentos cerámicos, líticos, objetos de hueso y concha, y restos de
fauna: “Tanto la superposición física como la variación en la distribución vertical de los
despojos culturales indican una secuencia evolutiva continua, con una interrupción
aproximadamente a la mitad del depósito. Con base en ciertas características del material, así
como de la distribución cuantitativa y cualitativa de tipos cerámicos, técnicas decorativas y
otros criterios, el total del contenido cultural se divide en dos grandes períodos que hemos
designado como Momil I y Momil II”. Lo más representativo de este sitio es que al parecer
evidencia lo que el autor denomina “una secuencia en el desarrollo de los recursos económicos
básicos”. (Reichel Dolmatoff G. , 1986). En Momil I, no hay evidencia de cultivo por medio de
semillas; metates y manos de moler solo aparecen hasta Momil II. Sin embargo, en Momil I
aparecen budares al parecer relacionados con el cultivo de raíces. Todo esto parece implicar
que: “el sitio de Momil sea representativo de una transición del cultivo por medio de tallos, al
cultivo por semillas” (Reichel Dolmatoff G. , 1986) De otro lado, los indicios de especialización
artesanal pueden indicar que se trató de una sociedad de rango y algunos artefactos como
las figurinas y minúsculos recipientes probablemente se relacionan con prácticas
chamanísticas.
Dolmatoff atribuye el cambio a la agricultura del maíz, al crecimiento poblacional y a un cambio
climático que dio lugar a un periodo de mayor humedad y precipitación. Momil llegó a
considerarse a nivel suramericano como “el primer sitio verdaderamente “formativo” en el
sentido de presencia de agricultura y sedentarismo en Colombia” (Langebaek & Dever, 2001).
Interpretaciones similares que consideraron la introducción del cultivo del maíz como señal del
desarrollo de cacicazgos se dieron en otras partes de Suramérica como el Orinoco medio y
Panamá. Para el bajo Magdalena, en Guajaro (Angulo Valdes, 1988) y el Valle de Santiago
(Angulo Valdés, 1983), encontró evidencias del cultivo de maíz y de yuca (Angulo Valdes,
1988). Una discusión en torno a que la presencia del maíz sería indicativa de crecimiento
poblacional y complejidad social se presenta en Langebaek y Dever, donde manifiesta que es
necesario anotar que muchos de los planteamientos sobre el paso a la vida estable en aldeas
y el surgimiento de cacicazgos como resultado de la introducción del maíz son problemáticos.
En cuanto a las excavaciones de Momil (Reichel Dolmatoff & Dussan , 1956), la crítica va a la
manera de interpretar el registro arqueológico, no puede asumirse que la presencia de manos
de moler y metates inequívocamente indique la producción y consumo de maíz, estos
artefactos pueden también ser utilizados para procesar gramíneas silvestres. Además, existen
otras maneras de consumir el maíz que no implican el uso de estos elementos. Tampoco la
presencia de objetos asociados con la existencia de especialistas religiosos es
inequívocamente señal de mayor complejidad social. “(…) las propuestas sobre la adopción
del cultivo intensivo del maíz para el Formativo Tardío son difíciles de sustentar con la
evidencia disponible. De nuevo la mayoría de las investigaciones se han centrado en la
excavación de un pequeño número de sitios y, en el caso de Momil, muchas interpretaciones
se basan en dudosas analogías etnográficas sobre el carácter de elite de ciertas clases de
objetos” (Langebaek & Dever, 2001, pág. 20).
De otro lado, las conclusiones del estudio realizado en Tubará por Sonia Archila y Elizabeth
Ramos (Ramos & Archila , 2008), apoyan la discusión de Langebaek sobre el papel
determinante del cultivo intensivo del maíz en el crecimiento poblacional y la complejización
social. De acuerdo con los resultados de este trabajo, en efecto, para la etapa del Formativo
se encuentran indicios de vida sedentaria y alta densidad poblacional, sin embargo los estudios
de restos de fauna permiten evidenciar la gran importancia de la caza y la pesca como
actividades de subsistencia: “…creemos necesario reconsiderar el papel que la caza y la pesca
cumplieron en la subsistencia de estas poblaciones, pues se afirma que la agricultura del maíz
fue la base de la subsistencia, pero en nuestro concepto, la explotación de recursos faunísticos
pudo tener en algunos momentos igual o mayor importancia como estrategia económica en
estas poblaciones” (Ramos & Archila , 2008, pág. 142) .
La región arqueológica del Alto Sinú se encuentra ubicada en el noroccidente de la costa Norte,
específicamente en los municipios de Tierralta y Valencia, en el departamento Córdoba. Los
estudios arqueológicos realizados en esta zona relacionan una serie de ocupaciones pre
cerámicas, hasta el periodo agro-alfarero o cerámico, para el cual, se relaciona evidencia de
actividades de recolección, pesca, caza, hilado y la elaboración de tejido. Durante la etapa pre
cerámica, Según Correa (1990) se referencia un patrón de poblamiento estacional disperso,
de pequeños grupos ubicados en las orillas de los ríos y quebradas, en ocupaciones a cielo
abierto (Groot, 1989, pág. 26). Los sitios excavados por G. Reichel Dolmatoff hacia 1957,
correspondientes a La Angostura, Frasquillo, Caimanera y Purísima, ubicados en el municipio
de Tierralta, permitieron definir el complejo Tierralta, caracterizado por una economía agrícola
(cultivo de maíz), así como por la presencia de entierros secundarios en urnas y orfebrería
(Groot, 1989, pág. 27) con una subsistencia centrada en la caza y en la pesca (Correal, 1977,
pág. 37), elementos que identifican los grupos post-formativo para la costa norte.
El trabajo realizado por G. Casabuenas y A. Espinoza en 1983, centrado en la comparación
de la formas cerámicas halladas en el Frasquillo, junto a las de las áreas arqueológicas
cercanas, definió una ubicación cronológica del complejo Tierralta hacia la última década del
siglo IV d.C. (Groot, 1989, pág. 28) evidenciando un desarrollo posterior a excavaciones como
Momil (Reichel Dolmatoff G. , 1956), sin embargo, con esta comparación se observó una
estrecha relación con la cerámica del sitio El Estorbo (Groot, 1989, pág. 28) de la zona del
Urabá. El grueso de las evidencias que fueron relacionadas con asentamientos, se vinculan a
tradiciones agroalfareras, que eventualmente basaban su subsistencia en la recolección,
pesca, caza, agricultura, así como el manejo de técnicas para elaborar herramientas y
utensilios en chert y areniscas.
En 1987, el ICANH realizó un estudio preventivo para el proyecto del embalse de Urrá I, a
cargo de A. Botiva, para el que se excavaron los sitios El Cabrero, Frasquillo y el Gallo (Groot,
1989, pág. 28). La información recabada permitió delimitar espacial y temporalmente al
complejo Tierralta, proponiendo una paulatina migración que del Bajo y Medio Sinú va
colonizando las partes altas del río, dejando huellas de casas aisladas y caseríos dispersos y
que se extiende a la región del Golfo de Urabá (Groot, 1989, pág. 28).
A. Botiva, reporta para el trabajo preventivo de arqueología de la Línea de transmisión eléctrica
Cerromatoso- Urabá 230KV (ICANH, 1992) una serie de sitios relacionados con el grupo Zenú
en los municipios de Buenavista, Montelíbano, Planeta Rica y Sahagún. Asociado a los
vestigios cerámicos, fueron hallados artefactos tallados en chert y liditas como lascas,
cuchillas, raederas, punzones, puntas de proyectil y hachas, así como instrumentos tallados
en areniscas como pulidores y otros, asociados a labores de molienda como metates, manos
de moler y golpeadores (Botiva, 1994).
A nivel del área de estudio también se reportan evidencias culturales atribuidas a la tradición
Zenú, esta se define como una tradición caracterizada por el desarrollo de una serie de
prácticas y manejos del espacio y el ambiente, realizados principalmente sobre las zonas
inundables para su aprovechamiento agrícola, y consistentes en la conformación de sistemas
de camellones artificiales para manejo hidráulico, ubicados principalmente, hacia la parte sur
del departamento (Plazas & Falchetti, El legendario Zenú, 1981) (Plazas & Falchetti, 1990).
Con este sistema estas poblaciones lograban el manejo de los ciclos anuales de inundación.
Es característica para estos grupos, una tradición cerámica representada por figuras
antropomorfas, principalmente femeninas relacionadas con sitios de tumbas, así como el
manejo de una técnica orfebre muy elaborada conocida como filigrana fundida y lograda
mediante la técnica de la cera perdida.
Las crónicas de la conquista hablan de cacicazgos zenúes, los asentamientos de estas
comunidades que los conquistadores hallaron en las hoyas del Sinú y el San Jorge estaban
habitados por los descendientes de las poblaciones que habían transformado las llanuras
durante más de dos mil años (Falchetti, El oro del gran Zenú. Metalurgia prehispánica en las
llanuras del gran Caribe colombiano, 1995, pág. 18). Se menciona, además, que sería el
saqueo y despojo hispánico la causa principal de la decadencia de la población Zenú que vivió
la época de la conquista.
En la actualidad, para el área de estudio, se referencia el hallazgo ocasional y la guaquería de
sitios principalmente en los municipios Chimá en vereda la Carolina, y en el municipio de
Ciénaga de Oro, en el corregimiento de Punta de Yáñez. En la ciudad de Montería también se
tiene el registro de esta práctica, incluso de la venta ilegal de piezas arqueológicas.
cambio social desde la época prehispánica en el departamento de Córdoba. Entre los que más
han aportado al conocimiento arqueológico de la región se destacan tres estudios realizados
en el área de impacto del proyecto hidroeléctrico Urra I, el cual implicó la inundación de
500.000 hectáreas, extensión que permite que los resultados se consideren de escala macro
o regional.
El primero de estos estudios, realizado por Casasbuenas y Espinoza (1983) en Frasquillo y
Quebrada de Mulas, proporcionó las primeras dataciones para la región, que mostraron dos
fechas, una para el siglo IV d.C y otra para el siglo IX d. C, asociadas a cerámica del complejo
Tierralta y a cerámica del complejo Urabá. Estas fechas mostraron la contemporaneidad del
complejo Tierralta y el Complejo Ciénaga de Oro, que Reichel (1956), propuso como posterior
al primero. Un segundo trabajo, realizado por Botiva (1991), comprobó, a partir de siete fechas
de radiocarbono, la cronología para la cerámica hallada en esta zona entre los siglos III d. C y
XI d. C. Este complejo se renombro como Urabá-Tierralta. La similitud en las pautas de
asentamiento de este grupo cultural con los de la región de Urabá llevó a proponer una
asociación cultural entre el Alto Sinú y el bajo Atrato. Un tercer estudio realizado por Braida
Enciso (1995), corroboró la misma ocupación a partir del hallazgo de algunos nuevos
yacimientos.
Otro trabajo de arqueología preventiva realizado por Espinosa y Nieto, contribuyó a la
cronología regional y a la distribución espacial de los grupos prehispánicos de esta amplia
región, encontrando evidencias de los complejos Momil, Urabá, Tierralta y de la tradición
Modelada Pintada el Bajo San Jorge. Por otro lado, la fase de prospección de la línea
Cerromatoso – Urrá I, permitió el hallazgo de varios sitios considerados pre cerámicos,
obteniendo, en uno de ellos una fecha de 7040 +/- 60 AP. La mayoría de estos yacimientos se
ubicaron en colinas medias y bajas, en áreas aledañas a los ríos o antiguas lagunas. El
material hallado es de manufactura, simple elaborado sobre chert y cuarzo y, al parecer,
asociado al aprovechamiento de recursos lacustres. En este mismo estudio se hallaron
yacimientos cerámicos, localizados en colinas y sierras medias a bajas, sobre la margen del
río San Jorge, seis asociados a la tradición Modelada Pintada, 30 al complejo Urabá-Tierralta
y uno con el complejo Momil y Ciénaga de Oro (Santos , Quintero , & Vergara, Rescate y
monitoreo arqueológico línea de trasmisión a 230 kV. Cerromatoo - Urrá, 2001).
Específicamente, para el municipio de Planeta Rica se han llevado a cabo tres estudios de
arqueología preventiva de acuerdo con lo hallado en la biblioteca del ICANH. El primero de
ellos titulado: “Reconocimiento y prospección arqueológica para el mejoramiento de 60.4 Km
de vía; adecuación de zodmes y construcción y ampliación de los peajes que conectan a los
municipios de Caucasia en el departamento de Antioquia y La Apartada, Buenavista y Planeta
Rica en el departamento de Córdoba”, no dio cuenta de sitios o material arqueológico alguno.
De acuerdo a la autora: “La prospección arqueológica realizada para el proyecto vial definido
como Unidad Funcional Integral 1 (UFI1) de la Concesión Vial Ruta al Mar, que se desarrollará
en jurisdicción del municipio de Caucasia en el departamento de Antioquia, y en los municipios
de La Apartada, Buenavista y Planeta Rica en el departamento Córdoba, no identificó ningún
yacimiento arqueológico debido a que no fue posible hallar evidencias materiales o
ambientales que pudieran reconocer la presencia de ocupaciones humanas prehispánicas en
la zona de influencia directa del proyecto vial (Restrepo Garcia , 2016).”
Un segundo estudio fue realizado en el año 2016 por Juan Carlos Rubiano (Rubiano Carvajal,
2016), el cual se tituló: “Unidad funcional integral 3, programa de arqueología preventiva, para
las variantes Planeta Rica, San Carlos y Cereté: departamento de Córdoba, fase de
prospección y plan de manejo arqueológico”. Este trabajo tampoco permitió ningún aporte al
conocimiento arqueológico de la región de estudio al no obtener evidencias.
Por último, en el año 2017, Javier Gutiérrez, realizó un estudio titulado “Programa de
arqueología preventiva zonificación arqueológica preliminar del área de perforación
exploratoria (APE) VIM-8, municipios de pueblo nuevo y Planeta Rica, departamento de
Córdoba, Colombia”. Dicho trabajo, a partir de la revisión de antecedentes regionales y de una
visita al área propone que: “En el área de influencia directa del proyecto fueron observadas
varias tendencias de aparición o recurrencia de vestigios arqueológicos. La primera de ellas
permite reconocer que una buena cantidad de posibles sitios tanto de vivienda, como
enterramiento, se ubican en las cimas o en altura media de las diversas lomas y colinas de la
región (Gutiérrez Olano , 2017).” Se debe aclarar que, la contribución de este último trabajo,
llega hasta lo que permite su objetivo, ya que no se trata de la fase de prospección
arqueológica ni de una fase de rescate o monitoreo, sino que es un diagnóstico de la zona que
hace una lectura de la geomorfología y la contrasta con pautas de asentamiento regionales lo
que permite proponer como hipótesis la ocupación preferente de sitios altos por parte de las
sociedades prehispánicas.
Para las poblaciones del departamento de Córdoba relacionadas con este estudio se registran
los siguientes sitios arqueológicos (Ver Tabla 3).
Tabla 3. Sitios arqueológicos área de estudio
Tipo de sitio
Departamento Municipio Nombre del sitio
arqueológico
Córdoba Buenavista El Consuelo (39) Túmulos funerarios
Los Milagros (40), Altos del
Córdoba Buenavista Rosario (40a), Aguas Vivas Túmulos funerarios
(41), Playa Rica (42)
Nicaragua (43), El Hato (44),
Córdoba Buenavista Túmulos funerarios
La Coqueta (45)
Córdoba Buenavista El Consuelo (39) Túmulos funerarios
Córdoba Montelíbano Cholos Túmulo funerario
Córdoba Montelíbano Villa Fátima Túmulo funerario
Córdoba Montelíbano Yucatán 1, 2 Túmulo funerario
Córdoba Montelíbano Anclar 1 Túmulo funerario
Córdoba Montelíbano Anclar 2 Túmulo funerario
Córdoba Montelíbano Cholos 2,3,4,5,6,7,9,14, 15. Túmulos funerarios
Guaira - Pueblo Chino. Sa
Córdoba Montelíbano Vivienda
023
Córdoba Montelíbano Mogambo. Sa 101,102 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Pelotera. Sa 103 Vivienda
Córdoba Montelíbano El Cerro. Sa 104 Vivienda
Córdoba Montelíbano El Tesoro. Sa 105 Vivienda
Tipo de sitio
Departamento Municipio Nombre del sitio
arqueológico
Córdoba Montelíbano Barrio Negro. Sa 106 Vivienda
Córdoba Montelíbano Cancha de Fútbol. Sa 107 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Siberia. Sa 112,113 Vivienda
Córdoba Montelíbano Changoná. Sa 114,115,116 Vivienda
Córdoba Montelíbano El Cacique. Sa 117 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Esperanza. Sa 118 Vivienda
Córdoba Montelíbano Q. Peñón. Sa 119 Vivienda
Córdoba Montelíbano Peralonso. Sa 120 Vivienda
Córdoba Montelíbano Guadalajara. Sa 121, 122. Vivienda
Córdoba Montelíbano Pueblo Flecha. Sa 124 Vivienda
Córdoba Montelíbano Piragua. Sa 125 Vivienda
Córdoba Montelíbano Las Palmeras. Sa 126 Vivienda
Córdoba Montelíbano Can. Sa 127,128 Vivienda
Vivienda. Montículos.
Córdoba Montelíbano El Delirio. Sa 130, 131
Tumba
Córdoba Montelíbano El Faro. Sa 132 Vivienda
San Juan. Sa 133, 134,135,
Córdoba Montelíbano Vivienda
137
Córdoba Montelíbano Alto del Oso. Sa 136 Vivienda
Vivienda. Montículos
Córdoba Montelíbano La Novia. Sa 140
funerarios
Córdoba Montelíbano La Fortuna. Sa 146 Vivienda
Taller lítico.
Córdoba Montelíbano Ingal. Escuela. Sa 148
Campamento de caza
Córdoba Montelíbano La Chilita. Sa 149 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Dorada. Sa 150 Vivienda
Córdoba Montelíbano Los Placeres. Sa 171 Vivienda
Puerto Colombia. Sa 172,
Córdoba Montelíbano Vivienda. Fogón
173, 176
Córdoba Montelíbano Hacienda La Fe. Sa 174 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Mireya. Sa 175 Vivienda. Basurero
Córdoba Montelíbano Los Clavos. Sa 177 Vivienda
Taller lítico.
Córdoba Montelíbano Gasoducto. Sa 178
Campamento de caza
Córdoba Montelíbano Quinterón. Sa 280 Vivienda
Córdoba Montelíbano La Luna. Yacimiento 25 Yacimientos. Montículo
Bocas de Uré. Yacimientos
Córdoba Montelíbano Yacimientos. Montículo
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Tipo de sitio
Departamento Municipio Nombre del sitio
arqueológico
Bocas de San Pedro.
Córdoba Montelíbano Yacimiento
Yacimientos 10, 11, 12, 13
Túmulos Funerarios.
Córdoba Montelíbano Los Cholos - Cuba
Plataformas de vivienda
Córdoba Montelíbano Cerro Matoso Indeterminado
Córdoba Planeta Rica Las Marías (49) Indeterminado
Córdoba Planeta Rica La Rochela (50) Túmulo funerario
Córdoba Planeta Rica Providencia ( 51) Túmulo funerario
Camellones para
Córdoba Planeta Rica Santa Rita (51a)
cultivos. Túmulos
Nueva Esperanza (52), La
Córdoba Planeta Rica Basurero. Vivienda
Granjita (53)
Córdoba Planeta Rica La Marquesa (54) Túmulo funerario
Córdoba Planeta Rica La Victoria. Sa 227 Vivienda
Córdoba Planeta Rica La Victoria. Sa 228 Vivienda
Córdoba Planeta Rica Los Ángeles, Piñalito. Sa 279 Vivienda
Córdoba Planeta Rica Galilea. Sa 226 Vivienda
Córdoba Planeta Rica Los Cacaos. Sa 251 Vivienda
Córdoba Planeta Rica Los Cacaitos. Sa 276 Vivienda
Centro Alegre - Santa Ana
Córdoba Planeta Rica Vivienda
Sa 277
Centro Alegre - Villa Isabel
Córdoba Planeta Rica Vivienda
Sa 278
La Victoria (55), La Piscina
Pueblo (56), Los Almendros (57), La
Córdoba Basurero
Nuevo Magdalena (58), Villa Lina
(59), La Ceibita (60).
Camellones para
Pueblo cultivos. Canales.
Córdoba Ciénaga El Arcial
Nuevo Túmulos para viviendas
y tumbas
4 METODOLOGÍA
La fase o etapa de reconocimiento en campo inició con una exploración inicial del terreno que
permitió observar, de forma directa, sus características en cuanto a fisiografía, coberturas,
visibilidad y accesos. Esta actividad permitió comprobar que, la zona de estudio, tal como
describen los estudios geomorfológicos, corresponde a lomeríos y laderas estructurales
cubiertos por arbustales densos.
5 RESULTADOS
5.1 HALLAZGOS
TOTAL 47
Fuente: Consultora Endémica S.A.S, 2019
5.2.1 Limpieza
Los fragmentos fueron limpiados con cepillo de dientes y agua y puestos a secar. Se pegaron
los que correspondieron a un mismo cuerpo y a continuación se realizó su conteo y se
marcaron con un código que permite su identificación ya que indica el nombre del proyecto; el
sitio de muestreo, el número del sondeo y el número del fragmento cerámico dentro del lote
(se consideró un lote al grupo de evidencias encontradas en un mismo pozo de sondeo).
5.2.2.1 Pasta
La pasta está compuesta por una matriz de minerales de arcilla combinada con inclusiones. El
objetivo del análisis es determinar sus características a partir de la evaluación de tres atributos
1) la temperatura y condiciones de cocción; 2) el desgrasante utilizado y 3) el tipo de arcilla
empleado. Este análisis permite obtener datos sobre el proceso de fabricación de la pieza, sus
características físicas y su procedencia (Orton, Tyers, & Vince, La cerámica en arqueología,
1997).
Método de manufactura:
Evalúa la manera en que la arcilla ya preparada, es transformada en una vasija. Este trabajo
se completa en tres pasos: en el primero, llamado modelado primario, la masa de arcilla es
convertida a la forma de la vasija; En el segundo, o modelado secundario, se define y completa
la forma, esto se hace cuando la arcilla ya está algo seca y en el tercero o modelado terciario,
se modifica la superficie de la vasija con fines estéticos (Argüello, 2004).
Modelado directo 0
Moldeado 0
Sin identificar 0
Arena de río 47
Roca Triturada 0
Tiesto Molido 0
Concha Molida 0
Arena y Fibras Vegetales 0
Cuarzo 0
No Identificado 0
Compacta 0
Granular 47
Laminar 0
Porosa 0
estas son dispuestas sobre y entre el mismo. Esta técnica implica que, el control de la
temperatura no es tan eficiente cola temperatura que se puede lograr por la cocción en horno
cerrado, por otro lado, tampoco se logra una posición equidistante de todas las piezas o de
todas las partes de una pieza con respecto a la fuente de calor y por lo tanto las huellas de
este proceso se evidencian en el núcleo de la cerámica.
De esta manera, la observación del núcleo permite determinar las condiciones de combustión.
Cuando el proceso permite la circulación de aire, hablamos de una atmosfera oxidante, en la
cual el proceso de cocción gracias a un mayor tiempo y un mejor control, hace que la cerámica
presente un color uniforme y la ausencia de núcleo. De otro lado cuando el proceso de cocción
no permite la circulación de aire y aumentan los niveles de hidrogeno y carbono, hablamos de
una atmosfera reducida o reductora. La cerámica cocida en este tipo de ambiente siempre
presenta un núcleo que se puede ver al hacer un corte transversal a un tiesto y que varía de
acuerdo a la manera en que se combinen la atmosfera oxidante y la atmosfera reductora (ver
la siguiente Ilustración) (Argüello, 2004).
Atmosfera oxidante 27
Atmosfera incompletamente oxidada 17
Atmosfera reductora 3
Fuente: Consultora Endémica S.A.S, 2019
5.2.2.2 Superficie
Además del análisis de la pasta se debe llevar a cabo el análisis de la superficie cerámica lo
que evalúa variables que dan información sobre el tratamiento dado a la superficie de la vasija
como el color y la decoración empleados.
Color:
Esta variable evalúa la coloración de la superficie de la pieza que puede ser dada por la simple
cocción de la arcilla plástica o que puede responder a un evento intencional (Argüello, 2004).
Para esta investigación los colores fueron descritos con base en la tabla Munsell de suelos y
se distinguió entre el color interno y el color externo de la pieza.
Tabla 15. Color de la superficie de los fragmentos hallados
Consecutivo del fragmento cerámico Color interno según tabla Color externo según tabla
Munsell Munsell
PSOLPR-S116-01 7.5YR7/6 7.5YR6/8
PSOLPR-S116-02 7.5 YR 6/8 7.5 YR 6/6
PSOLPR-S116-03 7.5YR6/6 7.5 YR 6/6
PSOLPR-S116-04 7.5YR6/4 7.5 YR 6/8
PSOLPR-S116-01 7.5YR6/6 7.5YR6/6
PSOLPR-S116-02 7.5YR6/6 7.5YR6/6
PSOLPR-S116-03 7.5 YR 6/8 7.5 YR 6/8
PSOLPR-S116-04 7.5 YR 5/6 7.5 YR 6/8
PSOLPR-S116-01 7.5 YR 6/8 7.5 YR 6/8
PSOLPR-S116-02 7.5 YR 6/8 7.5 YR 6/6
PSOLPR-S116-03 7.5 YR 5/8 7.5 YR 6/8
PSOLPR-S116-04 7.5 YR 6/6 7.5 YR 5/4
PSOLPR-S116-01 7.5 YR 6/6 7.5 YR 6/4
PSOLPR-S116-02 7.5 YR 6/6 7.5 YR 6/4
PSOLPR-S116-03 7.5 YR 6/4 7.5 YR 6/6
PSOLPR-S116-04 5 YR 6/6 5 YR 6/6
PSOLPR-S116-01 5 YR 6/6 5 YR 6/6
PSOLPR-S116-02 5 YR 6/6 10 YR 6/8
PSOLPR-S116-03 10 YR 6/8 7.5 YR 6/4
PSOLPR-S116-04 7.5 YR 6/4 7.5 YR 6/4
PSOLPR-S116-01 7.5 YR 6/6 7.5 YR 5/4
PSOLPR-S116-02 7.5 YR 6/8 7.5 YR 6/6
PSOLPR-S116-03 7.5 YR 6/8 7.5 YR 4/6
PSOLPR-S116-04 7.5 YR 6/6 7.5 YR 6/8
Es posible que el alfarero decida agregar una capa de pintura a la pieza antes o después de
su cocción de tal manera que esta variable distingue el tipo de tratamiento dado a la pieza.
Para este estudio se distingue entre baño cuando dicha capa consiste en aplicar una capa del
mismo color de la arcilla a la superficie de toda la vasija, se denomina engobe. Es posible que
este tratamiento se haga antes o después de la cocción y se realiza por medio de la inmersión
de la pieza en el colorante o aplicándolo directamente sobre esta (Argüello, 2004).
Tabla 16. Tratamiento dado a la superficie para cada fragmento
Tipo Cantidad de fragmentos
Baño 0
Engobe 0
Ninguno 47
5.2.2.3 Forma
vasija, su posible uso y así, se distinguió entre: jarra, cuenco, olla, plato, bandeja, copa y figura
antropomorfa o zoomorfa (Argüello, 2004).
Tabla 18. Parte de la pieza a la que corresponde el fragmento
Tipo Cantidad de fragmentos
Base 0
Cuerpo 0
Cuello 0
Borde 2
Asa 0
Agarradera 0
Labio 2
Sin identificar 43
5.2.2.4 Decoración
Para esta variable se distinguió entre las técnicas decorativas más comunes de la cerámica
prehispánica de nuestro país y se consideró además el motivo de la decoración. Las técnicas
decorativas consideradas fueron:
Incisión: Técnica decorativa consistente en trazar diseños mediante cortes, líneas o
rayas, en la superficie de un recipiente, previamente a la cocción, mediante la
aplicación de un instrumento cortante de punta angosta o fina. Los aparatos utilizados
para llevar a cabo esta labor de incisión definen las distintas variedades de la misma
(Heras & Martínez, 1992).
Excisión: Técnica decorativa consistente en excavar determinadas partes de la
superficie de una vasija, cuando la arcilla está aún maleable, para obtener un diseño
plano contrastado, no procediéndose al modelado de los contornos del diseño (Heras
& Martínez, 1992).
Achurado: Líneas paralelas transversales u oblicuas realizadas mediante incisión o
pintura, llenando una determinada zona de la pieza, en forma ordenada o desordenada.
Incisión 1
Excisión 0
Achurado 0
Pintura 0
Esgrafiado 0
Modelado 0
Impresión o repujado 0
Digitación 0
Sin decoración 46
Geométrico 1
Zoomorfo 0
Antropomorfo 0
Puntos 0
Líneas paralelas 0
Ninguno 46
La cerámica arqueológica, por ser uno de los materiales que más perduran en el tiempo, es
una gran fuente de información sobre el pasado. Para este trabajo fue el único material
encontrado de tal manera que la fase de laboratorio se centró en la caracterización de los
fragmentos hallados en la prospección.
Para la labor de caracterización y clasificación, se tuvieron en cuenta criterios expuestos por
(Orton, Tyers, & Vince, 1997), por (Meggers & Evans, 1969) y por (Argüello, 2004), así mismo
las preguntas de investigación propuestas: ¿Qué evidencias sobre el uso del espacio en
época prehispánica se pueden inferir a partir del análisis de los resultados obtenidos
de la prospección arqueológica realizada en la zona de estudio? En caso de encontrar
vestigios asociados tradicionalmente a ocupaciones sedentarias o semisedentarias,
como fragmentos cerámicos o artefactos líticos, ¿Es posible considerar que se trató de
unidades de vivienda? ¿El material arqueológico hallado puede dar cuenta de la
organización social de tipo igualitaria, jerarquizada o en transición, como la hallada en
el estudio realizado en Montería por (Nivia L, 2019)?
Tradicionalmente los análisis cerámicos realizados en nuestro país se han centrado en la
caracterización de la cerámica con el fin de definir unas tipologías; ejercicio que se instauró
como parte de los estudios realizados desde mediados del siglo pasado desde la perspectiva
histórico – cultural, cuya finalidad se encamino a “utilizar la tipología como medio para resolver
problemáticas relacionadas con el uso de los artefactos como marcadores espacio -
temporales (Argüello, 2004, pág. 9)”. A pesar de las amplias críticas a este esquema
emanadas tanto desde el procesualismo como desde el postprocesualismo, la manera en la
que se analiza el material cerámico hasta la actualidad, sigue esos mismos criterios, ahora
desde otras perspectivas teóricas (Argüello, 2004). Esto se debe a que es posible aplicar las
técnicas de caracterización propuestas por la arqueología histórico-cultural, aprovechando su
estandarización y su valor como una técnica para describir la cerámica; pero teniendo en
cuenta que la clasificación va a depender de la pregunta de investigación y del marco teórico
desde el cual esta se aborde (Argüello, 2004),:
“Si se entiende clasificación como el procedimiento mediante el cual un conjunto de objetos es
ordenado conforme a un criterio determinado se deduce, por tanto, que los criterios estarán
irremediablemente atados a las preguntas, objetivos y teorías que guíen una investigación
concreta (Chippindale, 2000). Lo que significa que es el arqueólogo quien define cuál de los
rasgos y porqué es el que se constituye en el núcleo de su ordenación, en caso que ella sea
necesaria. Esto simplemente significa que no existen mejores o peores formas de clasificar
cerámica sino procedimientos que se ajustan bien o mal a problemáticas de investigación
concretas (Argüello, 2004, pág. 11).”
Teniendo en cuenta todo lo anterior y siguiendo la pregunta de investigación, el análisis,
realizado buscó:
1. Hacer una caracterización de los fragmentos hallados con el fin de asociarlos con una
tipología cerámica, que permita una datación relativa y una asociación cultural. Esto se
realizó a partir de los trabajos de seriación cerámica existentes para la región de
estudio y partiendo de dos criterios: primero, que. “En cualquier yacimiento, las vasijas
varían a lo largo del tiempo, según el proceso de trabajo que tuvo lugar en su
fabricación, la materia de la que estaban hechas, para qué fueron utilizadas, dónde
fueron hechas y por quién fueron producidas (Orton, Tyers, & Vince, 1997, pág. 38)” y
segundo, que “.el reconocimiento de los patrones de cambio de popularidad de los
diferentes tipos cerámicos, provee las bases para la construcción de una escala de
tiempo relativa que pueda ser usada para establecer la relación cronológica de
cualquier sitio con otros que posean el mismo conjunto de tipos cerámicos” (Meggers
& Evans, 1969, pág. 9).
2. Considerar la cerámica como una evidencia de la función del sitio arqueológico,
teniendo en cuenta que “Establecer la función de una vasija en particular puede
conducir a ideas sobre la función o funciones de un yacimiento o de las diferentes
partes del mismo, aunque naturalmente también se deberán tomar en cuenta otras
evidencias (por ejemplo estructuras y otra clase de hallazgos) (Orton, Tyers, & Vince,
1997, pág. 43).”.
3. Considerar la cerámica como una evidencia de estatus y por lo tanto de diferenciación
social, asumiendo que como dicen (Orton, Tyers, & Vince, 1997, pág. 40)“las vasijas
también se mueven” y siguiendo la premisa de investigación de (Nivia , 2019) que parte
de que los recurso foráneos conseguidos a través del intercambio se pueden interpretar
como indicadores de prestigio.
De acuerdo con los datos recabados para la cuenca del río Sinú, la primera clasificación
cerámica realizada desde el marco teórico histórico cultural, fue propuesta por Reichel
Dolmatoff a partir de las excavaciones realizadas en el sitio Momil (Reichel Dolmatoff G. ,
1956) y en la hoya del río Sinú (Reichel-Dolmatoff & Dussan, 1958). Esta fue la primera
investigación de carácter regional y sentó las bases de la arqueología de esta zona a pesar de
que muchos de sus supuestos han sido revaluados. Investigaciones más recientes han logrado
comprobar la estrecha relación cultural entre los antiguos habitantes de la cuenca del río Sinú
y los habitantes de la cuenca del San Jorge. De igual manera se ha establecido relación entre
estos grupos y los antiguos ocupantes del Golfo de Urabá. Todas estas conexiones se han
determinado gracias al estudio de la cerámica hallada en las diferentes investigaciones de esta
amplia región del norte colombiano.
Reichel planteo que la cerámica asociada a la cultura Momil mostraba relaciones con la
encontrada en la hoya del río San Jorge y a hallada en las riberas del Magdalena: “la cultura
de Momil no es pues de ningún modo, un fenómeno limitado a la hoya del Sinú, sino se trata
evidentemente de un horizonte muy amplio, en el cual se combinan ciertas características
estilísticas de la cerámica con una situación ecológica persistentemente igual (Reichel
Dolmatoff G. , 1956, pág. 127).”
Relacionó culturalmente a partir de los rasgos de la cerámica, el complejo Ciénaga de Oro con
el complejo Momil, considerando a este último, posterior y derivado de la ocupación Momil II.
Por su parte, al complejo Betancí lo identificó con lo que él había definido como el complejo
intruso de Momil y lo consideró más reciente que este y perteneciente a los grupos que
habitaban el bajo Sinú a la llegada de los españoles. Este grupo, caracterizados por la
construcción de túmulos funerarios y entierros primarios, se encontraban presentes tanto en
la hoya del Rio San Jorge como en el Sinú y el Magdalena. Por su parte, el complejo Tierra
Alta también fue considerado por Reichel como tardío y derivado del complejo Ciénaga de Oro,
con un largo periodo de transición y una interrelación con el complejo Betancí posiblemente
derivada de grupos foráneos llegados del sur de esta región.
Esta relación ente los grupos de la cuenca del río Sinú, los de la cuenca del río San Jorge y
los de la región del Golfo de Urabá, ha sido documentada por estudios recientes entre los que
se destacan dos investigaciones académicas realizadas a partir de datos recabados por
trabajos de arqueología preventiva en Montería (Nivia , 2019) y Pueblo Nuevo (Quiceno , 2016)
en el departamento de Córdoba cerca al área de este estudio y cuya pregunta de investigación
se enfocó en la temática de unidades domésticas.
La comparación realizada entre el material cerámico hallado en la prospección realizada en el
Parque Solar Planeta Rica evidencia relación tanto con el material descrito para la cuenca del
Sinú como con el asociado con la cuenca del San Jorge, por lo que a continuación, se
describirán los complejos descritos para estas dos Áreas, especificando los tipos asociados a
esta investigación (Ver Anexo 8.7 Base de datos caracterización cerámica).
Complejo Momil
Momil fue un asentamiento excavado por Reichel en la década del 50 del siglo pasado. Se
trata de un poblado permanente de gran extensión ubicado en zona cercana a una laguna y al
río Sinú en un lugar alto, protegido de las inundaciones. La clasificación cerámica propuesta
por Dolmatoff incluye varios tipos que fueron clasificados con base en las características del
material, pero sobretodo en la decoración. Así propuso varios tipos pertenecientes a cinco
categorías: roja, gris, negra, bañada y pintada (Reichel Dolmatoff G. , 1956, pág. 129 y 130):
De los tipos descritos por Reichel (Reichel Dolmatoff G. , 1956) la cerámica Momil Roja
Sencilla, asociada a las dos ocupaciones propuestas (Momil I y II) y de la cual se hallaron
38.676 fragmentos, se asemeja por sus características con el material hallado en este trabajo
y por lo tanto a continuación se transcriben sus rasgos distintivos.
Momil Roja Sencilla (Reichel Dolmatoff G. , 1956)
PASTA
Color: 13, A-2 (PIPING ROCK, Grey Stone)
Inclusiones: esparcidas y medianas partículas de cuarzo blanco y opaco;
Textura: granulosa friable;
Fragmentación: irregular, las caras fracturadas son granulosas
Cocción: en atmosfera oxidante mal controlada. Frecuente núcleo carbonizado central.
TRATAMIENTO DE LA SUPERFICIE:
Ninguno de estos tipos responde a las características de la muestra hallada para este trabajo.
Sin embargo, una muestra de 2 fragmentos encontrada en el sitio Zurrón a orillas del río
Canalete, sobre la cima de una loma de acuerdo a la descripción parece concordar con la
mayor parte de la muestra objeto de este estudio: “Se trata de 52 fragmentos de cerámica roja
burda, con abundante desgrasante de arena fina cuarzosa; algunas piezas muestran un fuerte
núcleo gris-negruzco carbonizado. La superficie es más bien lisa y bien acabada, pero
ocasionalmente penetran granos gruesos del desgrasante y le dan una textura áspera. Sólo
cuatro fragmentos tienen decoración y se trata de bordes gruesos evertidos, con un labio algo
adelgazado, sobre cuya parte exterior se imprimieron una serie de muescas grandes. Tanto el
tipo general de la cerámica como también esta decoración de bordes sugieren relaciones con
Tierra Alta, pero la escasez del material naturalmente hace cualquier comparación muy
especulativa (Reichel-Dolmatoff & Dussan, 1958, pág. 104 y 105).”
Tipo ojo de Agua
Para el bajo Sinú el material hallado en los sitios excavados, en la zona del delta del río cerca
de su desembocadura en el mar caribe, llevó a proponer los siguientes tipos (Reichel-Dolmatoff
& Dussan, 1958):
Ojo de Agua Tosca
Ojo de Agua Aplicad
Ojo de Agua Incisa
Ojo de agua Rosa Tosca
De estos tipos el último tiene características similares a la muestra cerámica hallada en el
Yacimiento 1 del Parque Solar Planeta Rica por lo que se describe a continuación:
Ojo de Agua Roja Tosca (Reichel Dolmatoff G. , 1956)
PASTA
Color: 5, E-5;
Inclusiones: moderadas cantidades de granos gruesos de arena cuarzosa, redondeados y
multicolores;
Textura: muy granulosa y friable;
Fragmentación: irregular las caras fragmentadas son granulosas y se desmoronan;
Cocción: en atmósfera oxidante mal controlada. En las piezas mejor oxidadas no se observa
núcleo y el color es rojo en toda la extensión de la pasta en otras (aproximadamente el 60%)
se nota un núcleo más o menos grueso de un color gris obscuro.
TRATAMIENTO DE LA SUPERFICIE
Color: 6, A-10 (Army Br., Rosario +), 7, C-9 (Chicle, Sarouk +);
Dureza: 2.5 a 3;
Regularidad: irregular; abrasiones ~· manchas, grandes estrías;
Textura: muy áspera;
Brillo: ausente;
Baño: ausente;
Defectos: gruesos granos del desgrasante penetran a la superficie; frecuentes fisuras,
cavidades y otras irregularidades.
Estructura: En técnica de espirales observables a la vista, por el tacto y por la fragmentación.
Tipología cerámica para la cuenca del río San Jorge
Para la cuenca del San Jorge, la primera ocupación está representada por la Tradición
Granulosa Incisa (s. II a IX d. C) caracterizada por su apariencia granulosa y su decoración
incisa con motivos compuestos por líneas finas y diseños geométricos. Se trata de un
desarrollo alfarero local propuesto inicialmente para la región momposina pero que muestra
relación con los complejos cerámicos de Momil y Ciénaga de Oro. También se han descubierto
relaciones culturales con el Bajo Cauca y el Magdalena Al parecer esta tradición aparece en
el siglo II a. C. cuando es preponderante y “A lo largo del tiempo se manifiesta de manera
variable en distintas zonas en cuanto a sus proporciones de aparición y aun en el siglo X d. C
existe con una mínima frecuencia (Plazas C. , Falchetti , Saenz Samper, & Archila, 1993)”.
Contemporáneo a este Complejo aparece el Complejo Rabón de la Tradición Modelada
Pintada (S III a IX d.C), este es muy diferente del Granuloso Inciso y muestra la posible
introducción de una influencia cultural externa.
Se caracteriza por el predominante color crema, las superficies alisadas y las decoraciones de
líneas o figuras geométricas en pintura roja. Otros complejos asociados a esta tradición son:
Rabón Carate Pajaral, Negritos y Montelíbano; el segundo ha sido asociado con el complejo
Betancí descrito por Reichel (Reichel Dolmatoff G. , 1956) y el Complejo Carate Pajaral,
presente entre los siglos III y IX d.C; tiene mayor variedad de formas y se asocia a los túmulos
funerarios. También hace presencia un tipo cerámico llamado Rabón Modelado Inciso (s. IV
d.C) que guarda relación con el Granuloso Inciso y con el Modelado Pintado; al parecer este
tipo tan homogéneo se asocia, con alguna actividad doméstica puntual (Plazas C. , Falchetti ,
Saenz Samper, & Archila, 1993).
La última ocupación para esta región está representada por la Tradición Incisa Alisada (s. IX
a XVII d. C) que ha sido asociada con los grupos Malibú encontrados por los españoles en la
Depresión Momposina y el Bajo Magdalena. Esta cerámica constituye el complejo Las Palmas,
formado por cuatro tipos: Las Palmas Inciso Fino; Las Palmas Alisado Sencillo; Las Palmas
Achurado y Las Palmas Rojo Bañado. Toda la cerámica de este Complejo tiene gran calidad
técnica y es muy homogénea lo que denota especialización en su producción. Este complejo
guarda relación con el Complejo Plato Zambrano descrito por Reichel Dolmatoff (Reichel
Dolmatoff G. , 1991) (Plazas C. , Falchetti , Saenz Samper, & Archila, 1993). Una síntesis de
la tipología cerámica del Bajo san Jorge se presenta a continuación.
Cerca al área de estudio, en el municipio de Pueblo Nuevo, ubicado en límites de las cuencas
del Sinú y el San Jorge, se realizó una investigación por parte de (Quiceno , 2016), cuyo
enfoque se centró en el análisis de algunas unidades de vivienda halladas en el marco de un
proyecto de arqueología preventiva partiendo de la hipótesis de que el patrón de poblamiento
disperso característico de esta comunidades responde a un fuerte grado de independencia de
las mismas (Quiceno , 2016).
Este sitio arqueológico se denominó La Granjita y en el mismo se recuperó material cerámico
asociado a las ocupaciones descritas por (Plazas C. , Falchetti , Saenz Samper, & Archila,
1993) para el Bajo San Jorge. La Granjita según las fechas obtenidos estuvo ocupado entre
los siglos XI y XIII d. C; por sociedades Zenú portadoras de la tradición Modelada Pintada y
sociedades pertenecientes a la etnia Malibú, asociadas la tradición cerámica Incisa Alisada. A
pesar de que la autora argumenta que la ubicación de estas dos Tradiciones en un mismo
periodo y área contradice la periodización establecida para la región, también llama la atención
sobre posibles problemas en la clasificación cerámica o en la recolección de las muestras
datadas. Al parecer se trató de un sitio con un patrón disperso que agrupaba varios grupos
domésticos que tenían una fuerte interacción y compartían actividades como la producción
alfarera a nivel doméstico (Quiceno , 2016).
En este contexto, se halló un borde que fue clasificado dentro de la Tradición Granulosa Incisa
por características como la decoración, el color y la textura de la pasta. La autora opina que
es posible la existencia de un mayor número de fragmentos de este tipo que pudieron no ser
identificados durante la clasificación, debido al tamaño reducido y a la escasez de elementos
diagnósticos. Del tipo Rabón Modelado Inciso se encontraron 9 fragmentos clasificados de
acuerdo a características de la pasta y al tratamiento de la superficie (Quiceno , 2016).
De la Tradición Modelada Pintada, se encontraron 31 fragmentos que al parecer hacían parte
de posibles basureros de vivienda, de acuerdo a su tamaño y distribución estratigráfica. Para
el Complejo Carate Pajaral, el más abundante de la muestra colectada, se recogieron 156
fragmentos que fueron clasificados de acuerdo a las características de la pasta. Pertenecientes
al Complejo Montelíbano fueron identificados 36 fragmentos y además se identificó cerámica
del tipo Las Palmas Incisa Fina y una muestra significativa del tipo Las Palmas Alisado
Sencillo: estos dos tipos se encontraron mezclados. Las ocupaciones con mayor
representación en el sitio La Granjita, fueron las asociadas a la Tradición Incisa Alisada y a la
Tradición Modelada Pintada, evidenciada en su complejo Carate Pajaral (Quiceno , 2016).
Otra investigación realizada con los datos de un proyecto de arqueología preventiva, en
jurisdicción de Montería y que también enfoco la investigación sobre las unidades domesticas
encontró que la cerámica hallada guarda relación con las tradiciones Granulosa incisa;
Modelada Pintada y con la Incisa Alisada además de con el complejo Tierra Alta. El análisis
de láminas delgadas realizado a algunos de los elementos hallados mostró cambios locales
de acceso a materias primas, pero coincidencia en las características formales y tecnológicas.
La siguiente ilustración muestra los hallazgos por tipo cerámico en dicha investigación.
firme friable
Tamaño del grano: Mediano Mediano ------ 0,5 y 1 mm
Frecuencia de las Esparcidas
inclusiones: Esparcidas y a veces Moderada Abundante Moderado
densas
Ordenación de las Esparcidas
Granos
inclusiones: y gran
Esparcidas gruesos ------- -----
cantidad de
esparcidos
tamaños
Color: 7 C-9 y 9C- Tonos rojizos
11,A-8 5E5 -------
11 y gris claro
Dureza: 3.5 a 4 3 2.5 a 3 ------- ------
Color: Rojizo Rojizo Rojizo Rojizo ------
Tratamiento: Algunas
veces trazas
Ausente Ausente Ausente -------
de baño
rojizo
Acabado: Ásperas por
Liso y en erosión y
SUPERFICIE
El ejercicio anterior, que tuvo en cuenta las descripciones cerámicas realizadas por (Reichel
Dolmatoff G. , 1956) (Reichel Dolmatoff G. , 1991) y (Plazas C. , Falchetti , Saenz Samper, &
Archila, 1993), mostró que 45 fragmentos de los encontrados en el pozo de sondeo 116 y en
los pozos de sondeo satélites a éste, están relacionados con la Tradición Granulosa Incisa.
Por otro lado, los dos fragmentos encontrados en el pozo de sondeo 294 no pudieron ser
clasificados debido a su tamaño reducido, la alta erosión que presentan y la falta de
características diagnósticas.
La clasificación de la cerámica del pozo de sondeo 116 dentro de este tipo implica que la
ocupación de este sitio, corresponde a un solo evento que se sitúa entre el Siglo II y el siglo
IX d. C y coincide con lo encontrado por (Nivia , 2019) en cuanto a la prevalencia de este tipo
cerámico y el hecho de que pudo tratarse de un sitio de habitación. Sin embargo, será
necesario esperar los resultados de la fase de rescate arqueológico con el fin de comprobar si
es posible obtener mayor información del yacimiento ya que durante esta etapa y con una
muestra tan pequeña no es posible hacer ninguna afirmación definitiva. En cuanto a la
cerámica es importante que a través de un análisis de láminas delgadas se compruebe o
descarte la clasificación dentro de la tipología acá propuesta ya que el ejercicio realizado se
limitó a la observación macroscópica de los fragmentos.
6 CONCLUSIONES
aprovechamiento de los diques del río para la ubicación de las viviendas (Plazas C. ,
Falchetti , Saenz Samper, & Archila, 1993).
Al finalizar las actividades de campo se llevó a cabo una charla con la comunidad
aledaña al terreno de estudio en la que se trataron temas como la importancia de la
salvaguarda del patrimonio arqueológico, la legislación en torno a su protección, la
labor de la arqueología y el protocolo de hallazgos fortuitos.
De acuerdo a los resultados del trabajo de campo se hizo necesario formular como
medida de protección el rescate arqueológico de los sitios: Pozos de sondeo 116 y 194.
Para lo anterior es indispensable realizar actividades enfocadas a la delimitación de los
yacimientos y a su salvamento. Así, para el sitio pozo de sondeo 116 se debe excavar
un corte en área de 10 m x 10 m controlando la estratigrafía y para el sitio Pozo de
sondeo 294 es necesario realizar una prospección intensiva cada 2 metros sobre toda
la cima de la colina donde se ubica dicho yacimiento. Con esto se pretende
salvaguardar la información arqueológica y contribuir al conocimiento del cambio social
de esta región de Colombia.
Teniendo en cuenta que el muestreo realizado, a pesar de ser sistemático, no puede
asegurar totalmente la inexistencia de otros yacimientos arqueológicos en el terreno de
estudio y considerando, el potencial arqueológico de la zona, definido por estudios
arqueológicos previos, es necesario realizar el monitoreo arqueológico de todas las
obras asociadas a la construcción del parque solar Planeta Rica y llevar a cabo charlas
y capacitaciones a todo el personal que haga parte de la obra constructiva con el fin de
concientizarlos sobre la salvaguarda e importancia del patrimonio arqueológico y darles
a conocer el protocolo de hallazgos fortuitos que se debe implementar en caso de una
ocurrencia de este tipo.
7 BIBLIOGRAFÍA
Angulo Valdés, C. (1983). Arqueologia del Valle de Santiago, Norte de Colombia. Bogotá:
Fundación de Investigaciones Arqueológicas del Banco de la República (FIAN).
Angulo Valdes, C. (1988). Guajaro en la arqueología del norte de Colombia. Bogotá:
Fundaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República (FIAN).
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Barranquilla: CERES: Universidad del Norte.
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Argüello, P. (2004). Manual de procedimientos para la caracrización cerámica en laboratorio.
Manizalez: Laboratorio de arqueología, Departamento de Antropología y Sociología
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Barraclough, A. (1992). Quaternary sediment analysis: a deductive approach at A-level.
Teaching Geography, 17, 15 - 18.
Bischof, H. (1966). Canapote - An early Ceramic Site in Northern Colombia. Preliminary report.
Sevilla: Actas del XXXVI Congreso Internacional de Americanistas, 483 - 91.
8 ANEXOS
Como anexo 2 del presente informe se presenta la tabla consolidada con la totalidad de
coordenadas asociada a cada punto de prospección con pozo de sondeo o barreno. Las
coordenadas están dadas en sistema Magna Sirgas origen Oeste.
OBJETIVOS Y METAS
PRE-OPERATIVA X CONSTRUCCION X
ETAPA
OPERACIÓN DESMANTELAMIENTO
Tipo
IMPACTO AMBIENTAL de Impacto Afectación Medida de Manejo
Tabla 25. Coordenadas que delimitan el área del proyecto y por lo tanto el área de monitoreo
arqueológico.
Punto Coordenada en X Coordenada en Y
1 1161480.774 1424841.039
2 1161554.053 1424871.345
3 1161614.594 1424864.554
4 1161724.142 1424894.962
5 1161837.367 1425019.807
6 1161981.254 1425063.603
7 1162205.613 1424991.142
8 1162481.296 1425155.932
9 1162772.261 1425364.848
10 1163030.928 1425512.362
11 1163162.647 1425441.198
12 1163036.039 1425084.942
13 1162474.468 1424822.488
14 1162495.715 1424743.385
15 1162411.445 1424699.696
16 1162200.613 1424592.625
17 1162238.902 1424472.419
18 1161970.582 1424473.092
19 1161850.575 1424616.951
20 1161821.2 1424713.926
21 1161646.716 1424703.898
22 1161580.861 1424723
Fuente: Consultora Endémica S.A.S, 2019
Coordenadas en sistema Magna Sirgas con Origen Oeste
TECNICAS A UTILIZAR
La metodología a implementar, para el desarrollo del programa de RESCATE y MONITOREO
ARQUEOLÓGICO, será definida por el grupo de arqueólogos encargado para tales labores
basándose en los principios del quehacer arqueológico y de la legislación vigente y previo visto
bueno del ICANH.
Durante el desarrollo de los procedimientos de ARQUEOLOGÍA PREVENTIVA se debe
contemplar la implementación de medidas de encerramientos para evitar el saqueo y alteración
de los contextos arqueológicos.
CRONOGRAMA
Las labores de rescate y de prospección intensiva, cuyos lugares de ejecución ya fueron definidos
en este plan de manejo arqueológico, deberán realizarse de manera previa a la iniciación de las
obras, por lo menos con tres meses de antelación, teniendo en cuenta que es posible, de acuerdo
a los posibles hallazgos, que las mismas se extiendan en el tiempo y con el fin de que no retrase
la iniciación de las obras asociadas al proyecto. Las labores de monitoreo arqueológico dependerá
de la duración de las actividades de construcción y adecuación de la obra. En caso de ser
necesario un nuevo rescate se deberán ajustar los tiempos de acuerdo con las labores a
desarrollar.
LUGAR DE APLICACIÓN
El rescate y monitoreo arqueológico se realizará en las áreas de influencia directa del proyecto
exploratorio, pero también serán tenidas en cuenta áreas aledañas que serán definidas de
acuerdo al criterio del arqueólogo con el fin de contextualizar los hallazgos.
RESPONSABLE DE LA EJECUCIÓN
La empresa responsable del proyecto PARQUE SOLAR PLANETA RICA (60 HA), será quien se
responsabilice del cumplimento de este Plan de Manejo Arqueológico, para lo que es necesario
que designe un equipo de profesionales que lo implementen. El equipo de Arqueología contratado,
PERSONAL REQUERIDO
SEGUIMIENTO Y MONITOREO
REGISTRO
Como anexo 5 se presentan las correspondientes fichas de prospección, para los pozos de
sondeo realizados, así como para las pruebas de barreno, debidamente diligenciadas, con la
información referida en el presente informe final, así como las respectivas fotografías de cada
prospección.
Esta información se presenta solo en formato digital debido a su extensión, por tratarse de
más de 900 fichas diligenciadas.
8.6 CARTOGRAFÍA
Se hace entrega de la cartografía empleada como anexo 6 del presente informe, tanto en
formato físico como digital.