Dietética: disciplina que relaciona los alimentos con las necesidades
nutricionales.
Dietoterapia: el objetivo es tratar las necesidades alimentarias en caso de
enfermedad o trastornos relacionados con la alimentación. De esta forma, se modifican uno o más nutrientes en la misma.
Se basa en modificaciones de la alimentación habitual y responde a las
necesidades del paciente. Así, las estrategias apuntarán a la modificación de la posibilidad de alimentación para el tratamiento de ciertas patologías.
Objetivos:
• Satisfacer los requerimientos de macro y micronutrientes para el
mantenimiento del estado nutricional normal y la recuperación del individuo enfermo. • Satisfacer las preferencias alimentarias del paciente para lograr un mejor logro terapéutico, combinando la terapia con medicación o simplemente reeducando la conducta alimentaria. • Adecuar fisiológicamente los órganos afectados y el momento evolutivo de la enfermedad y del paciente. • Mantener la salud, mejorarla y prevenir la aparición de enfermedades. • Mejorar la calidad de vida del sujeto.
Características de las dietas o planes alimentarios adaptados
• No deben ser perjudiciales
• La modificación en los hábitos alimentarios debe ser prudente • Se deben evitar listado de prohibiciones (dieta positiva) con la consiguiente recomendación de ingestas adecuadas.
Características Físicas:
1. Consistencia: los planes alimentarios adaptados pueden ser
líquidos, semilíquidos, blandos, firmes, etc. 2. Contenido de residuos: sin residuos, con alta cantidad de residuos, con baja cantidad de residuos, con residuos modificados. 3. Volumen: normal, aumentado, disminuido, por g/cal. 4. Temperatura: fría, helada, caliente, templada 5. Fraccionamiento: a menor volumen, más ingestas
Dietas básicas (presentación en la clínica habitual)
1. Líquida: se trata de agua o infusiones no azucaradas.
Pequeñas porciones y cantidad creciente según tolerancia del paciente. Se utiliza en periodos limitados de tiempo. 2. Blanda: intermedia entre liquida y normal. Formada por alimentos semisólidos, de fácil digestión y pocos residuos. Se las llama “dietas de transición”. 3. Hiposódica: pobres en sodio. Administradas cuando el balance de sodio se vuelve positivo o el ingreso del catión es perjudicial. 4. Hiperproteica: aquella que proporciona más del 15% de proteínas del valor calórico normal. 5. Hipocalórica: aquella en que el aporte calórico será menor o inferior a los requerimientos básicos. 6. Gastroprotectora/ adecuada intestinal/ hepatoprotectora: de fácil digestión. Se administra en casos en que la mucosa gástrica esté alterada, aliviando, de esta forma, el trabajo gástrico y no generando estímulos gastrointestinales. Se evitan alimentos con: lactosa, fibra y otros productores de gases. 7. Astringente o sin residuos: indicada para cuadros diarreicos. Los alimentos indicados serán libres de celulosa, lactosa e irritantes. Se trata de favorecer la secreción/ absorción con el mínimo trabajo. 8. Para diabéticos: se trata de normalizar el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos, minimizando las fluctuaciones de la glucosa. Se evitan hidratos de carbono simples. 9. Licuada o procesada: indicada para sujetos sin dentadura, con trastornos deglutorios o en el sistema digestivo, emaciados o bien, pacientes con EPOC. Todos estos no pueden consumir un plan alimentario normal. 10. Hiperenergética: mayor aporte de calorías y proteínas por cuadro de desnutrición. 11. Enteral: pacientes con aparato digestivo funcionante pero no pueden alimentarse por si solos o por la presencia de trastornos deglutorios: ca. de piso de boca, ca. Faringe, ca. Esófago, coma, acalasias, etc. 12. Para celíacos: alimentos libres de gluten, evitar aquellos que contengan TACC (trigo, avena, centeno, cebada).