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Nombre: Leisly Massiel Núñez Rivera

Apellido: 20-EPSS-6-131

Profesora: Deyanira carrasco

Sección:781

asignatura: sexualidad humana


Introducción:

Hablar de sexualidad es hablar del descubrimiento de nosotros mismos y de los demás a través de las interacciones sociales. Nos

relacionamos en totalidad, con cuerpo y espíritu. La relación corporal ha de ser una relación privilegiada y placentera. Pero la

sexualidad desborda la genitalidad hasta alcanzar las fantasías, la cercanía emocional, la comunión afectiva, la identidad de

género etc. Incide directamente en nuestro bienestar personal y social. El desarrollo científico de la sexología busca ilustrar los

instrumentos para comprender mejor las prácticas sexuales e impulsar la salud sexual como derecho humano básico y

fundamental.
La cultura y la sexualidad humana.

La sexualidad, como muchos otros aspectos de la experiencia humana, se muestra como una realidad muy compleja y diversa. De

este modo, a la hora de abordar la sexualidad se deben tener en cuenta dos grandes categorías:

La que hace referencia a la división orgánica entre hombres y mujeres, y a las cualidades que los diferencian.
La que hace referencia al comportamiento erótico y a determinados aspectos físicos o de personalidad, asociados o relacionados

con lo erótico.

No obstante, e independientemente del alcance del término sexo, lo cierto es que la sexualidad siempre adquiere significados

adicionales e implica algo más. En este sentido, diversos psicólogos han acotado la sexualidad como una fuerza primaria en la

vida de cada individuo. Dicha fuerza es penetrante e integral, implicando diversos procesos fisiológicos y psicológicos. Se trata, por

tanto, de un proceso activo, dinámico y orgánico, con una multiplicidad de variables interrelacionadas y cambiantes. En definitiva,

se trata de una dimensión que engloba aspectos como nuestra manera de pensar, sentir y expresarnos acerca de nuestro género,

nuestros órganos sexuales, nuestro cuerpo, nuestras imágenes mentales y nuestras elecciones y preferencias. De este modo se

hace patente la enorme complejidad de la sexualidad humana, hasta el punto de que puede resultar muy difícil distinguir entre los

aspectos sexuales y los no sexuales en la vida de una persona.

Por otra parte, la sexualidad humana está muy influida por los diversos contextos socioculturales, que modelan, estructuran y

controlan el desarrollo y la expresión de la sexualidad en todos sus miembros. Por tanto, a la hora de analizar la sexualidad, es

necesario tener en cuenta el lugar y el significado que la sexualidad ocupa en la vida social de una cultura o sociedad determinada.
Diversos estudios procedentes del ámbito de la psicología y de la antropología, y realizados desde una perspectiva transcultural,

obtuvieron los siguientes resultados:

Las culturas del sexo son extremadamente variables en términos de las ideologías y valores contenidos en ellas, y en las formas

en que dichas ideologías y valores se integran en el resto de la cultura de la que forman parte.

La cultura del sexo es uno de los entornos más inmediatos de la sexualidad de los individuos y los grupos.

La cultura del sexo ejerce una influencia importante y continua en las expresiones conductuales de la sexualidad.

En algunas culturas la sexualidad aparece como un componente esencial del ser humano y se asocia a sentimientos de placer y

bienestar, por lo que tiende a potenciarse su expresión y desarrollo. Sin embargo, en otras culturas ocurre todo lo contrario, y la

sexualidad aparece asociada a sentimientos negativos, o se circunscribe exclusivamente a su función reproductora.

De igual modo, las diferentes ideas y significados que tiene el hecho de ser hombre o mujer en diferentes culturas, y de los roles

que cada uno ha de desempeñar en ellas, condiciona la forma concreta de vivir la sexualidad de sus miembros. Ahora bien, la

forma concreta en que cada cultura o cada sociedad regula y controla la expresión sexual de sus miembros debe buscarse en el
tipo de normas concretas que emanan al amparo de las distintas instituciones sociales, tales como los gobiernos, los saberes

científicos, la economía, la religión, el matrimonio, etc. En efecto, estas normas en el terreno sexual van a dictaminar los siguientes

aspectos:

El tipo de conductas que son inapropiadas:

El tipo de conductas que son apropiadas, pero no necesarias o requeridas.

El tipo de conductas que se espera que lleven a cabo los miembros o determinados miembros de la sociedad.

Un aspecto fundamental con referencia al contexto sociocultural y su influencia sobre las conductas sexuales tiene que ver con el

hecho de que en cada sociedad y en cada cultura existen formas concretas de sancionar o recompensar a los individuos que

siguen las normas establecidas, y, por el contrario, formas de castigar a los individuos que se desvían o alejan de tales normas.

La cultura influye positiva o negativamente Positivamente, la cultura, ciertamente, establece unas pautas básicas de

comportamiento o protocolo social que, trasladadas a la sexualidad, instituyen determinados cánones, indudablemente necesarios,

en lo que a corrección o incorrección se refiere.


La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas,

emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera

decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.

La misma cultura determina que conductas son correctas o incorrectas en cuanto a

la sexualidad. Un de esos factores es la costumbre que impone la voluntad del hombre y la

satisfacción de sus necesidades sexuales sobre la decisión de la mujer de abstenerse a

satisfacerlas.

La sexualidad humana es la capacidad de sentir experiencias eróticas y de expresarse sexualmente. Esto involucra sentimientos y

comportamientos biológicos, eróticos, físicos, emocionales, sociales o espirituales. Los seres humanos realizan actividades

sexuales con diversos fines, ya sean reproductivos, para el mantenimiento de vínculos sociales, o para el goce y el placer tanto

propios como del otro. Los aspectos biológicos y físicos de la sexualidad corresponden en gran medida a las funciones

reproductivas humanas, incluyendo el ciclo de la respuesta sexual humana. En relación con la sexualidad humana, aquellos elementos

que definen la identidad sexual de un ser humano son el sexo biológico, la identidad de género, la expresión de género y la orientación sexual.
Los aspectos físicos y emocionales de la sexualidad incluyen lazos entre individuos que son expresados a través de sentimientos profundos o

manifestaciones físicas de amor, confianza, y cuidado. Los aspectos sociales tratan con los efectos de la sociedad humana en la sexualidad

del individuo, mientras que la espiritualidad corresponde a la conexión espiritual de un individuo con otros. La sexualidad también afecta y es

afectada por los aspectos de la vida culturales, políticos, legales, filosóficos, morales, éticos y religiosos.

Las perspectivas evolutivas sobre el acoplamiento humano, reproducción y estrategias reproductivas, y teoría del aprendizaje

social proporcionan más puntos de vista sobre la sexualidad. Los aspectos socioculturales de la sexualidad

incluyen acontecimientos históricos y creencias religiosas. Algunas culturas han sido descritas como represoras de la sexualidad.

El estudio de la sexualidad también incluye la identidad humana dentro de los grupos sociales, así como la salud sexual

y reproductiva.
Conclusión:

La sexualidad es parte fundamental para el desarrollo humano, fomenta una personalidad propia y la creatividad del individuo, la

sociedad impone normas morales que promueven o limitan este desarrollo, que impacta en el desarrollo de la comunidad.

Positivamente, la cultura, ciertamente, establece unas pautas básicas de comportamiento o protocolo social que, trasladadas a la

sexualidad, instituyen determinados cánones, indudablemente necesarios, en lo que a corrección o incorrección.

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