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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DEL ESTADO MÉRIDA

“KLÉBER RAMÍREZ”.
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN HISTOCITOLOGÍA.
UNIDAD CURRICULAR: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN EN
SALUD.

ENSAYO
El PLAGIO EN LA REDACCIÓN ACADÉMICA DE LOS
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

Profesor:
Nelson Corredor Trejo
Autor:
María Alejandra Avila Araque
C.I.: 27.777.975
Sección: Única

Mérida, enero 2021


En la actualidad, el plagio en el ambiente académico, es un tema muy común, que
se ha convertido en una práctica desmedida. Cuando se realizan apropiaciones
indebidas de algún fragmento, párrafo, frase, cita, sección, sector, etc… de un
documento (introducción, resumen, Capitulo I, entre otros), obviando la autoría a quien
pertenece su propiedad, se conoce como PLAGIO, tal como lo afirma, el diccionario de
la Real Academia Española de la lengua “… copiar en lo sustancial obras ajenas
dándolas como propias” (RAE. 2014).

Así mismo, Leiner (2008) plantea “el plagio amenaza aspectos esenciales de la
formación del estudiante como son la innovación, el desarrollo del pensamiento crítico y
la adquisición de competencias”. (p.16), haciendo referencia a que el docente, debe
tener capacidad de motivación, para aplicar estrategias que formen en el estudiante,
actitudes y valores, que le permitan obtener habilidades, para desarrollar conocimientos
propios.

Vivimos en una sociedad, donde para comunicarnos es muy importante transmitir:


ideas ordenadas, entendibles y coherentes, al momento de expresar lo que deseamos;
bien sea de manera escrita ó verbal, tal como así lo expresa al respecto, Chiavenato
(2006) quien enuncia que la comunicación es “el intercambio de información entre
personas. Significa volver común un mensaje o una información. Constituye unos de
los procesos fundamentales de la experiencia humana y la organización social” (p.110)
y el no poder transmitir el mensaje, conlleva a cometer plagio, lo cual se presenta como
un problema.

Por otro lado, en los espacios universitarios, el plagio se puede presentar de un


estudiante a otro, con las investigaciones; es decir, al momento de realizar alguna
actividad individual, se pueden prestar los trabajos entre ellos, sin tomar en cuenta que
están incurriendo en una falta, tal como Chavarro y Olarte (2010) lo mencionan “la
utilización no autorizada de la obra ajena, en todo en parte, reproduciéndola de manera
literal, caso en el cual se denomina plagio servil” (p.537).

Aparte de esto, los avances tecnológicos, exigen el progreso de la sociedad y con


ellos emergen los computadores personales e Internet, ofreciendo alto contenido de
información y con ellos, surge una nueva forma de copia y pegue de trabajos
académicos, que son presentados como propios, incurriendo en el ciberplagio y al
respecto Comas y Sureda (2007) lo expresan como “Esto es, la localización, adopción
y presentación de ideas, teorías, hipótesis, resultados, textos, etc., ajenos como
propios en cualquier trabajo académico” (p.429), y desde entonces, la incorporación de
las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son motivo de preocupación,
en vista de que desmejoran la preparación académica.

Sin embargo, la cátedra de metodología de la investigación, ofrece las maneras de


obtener información, para realizar una investigación científica y subsanar problemas, y
así le expresa Tamayo (2004) “La investigación es un proceso que mediante la
aplicación del método científico, procura obtener información relevante y fidedigna,
para entender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento” (p.37), siempre en la
búsqueda de nuevos conocimientos, mediante la lectura y comprensión, sin caer en el
plagio reproduciendo información.

Por otro lado, en las investigaciones, se encuentran una serie de: documentos,
redacciones, historias, obras que pueden permitir caer en el plagio; es decir, el
estudiante al escribir debe tener la malicia, de las consecuencias que le acarrea tomar:
ciertas ideas, frases, párrafos de cualquier pagina en el internet, sin tomar en
consideración el derecho de autor, apropiándose de esta, tan como afirman Chavarro y
Olarte (ob. cit) “Los docentes cuentan con la posibilidad de usar aplicaciones
tecnológicas que determinan si un texto ha sido digitado por quien se dice su autor, por
el contrario, ha sido obtenido mediante copia de otro existente” (p.538), esto se enfoca
a que el docente recurra a medios, que le permitan probar con argumentos la falta y en
consecuencia la sanción, que sobre este recae.

Cuando el estudiante, conoce que el plagio es un delito y que provoca desconfianza


en futuros trabajos y análisis críticos, entre otros… lo sitúan en evidencia, bajo la lupa
de la observación profunda, para evitar reincidencias de lo que ha hecho, tal como
sostiene Leiner (ob. cit) “los métodos sofisticados de detección (software, buscadores)
como definiciones de lo que significa el plagio, los actores y cuáles serán las
consecuencias de este acto, siempre reprobable” (p.16), conlleva al docente a pensar
en los avances de las actividades que el estudiante debe desarrollar, para el
cumplimiento de los requerimientos que se pautan en las asignaciones de las mismas.

En el medio profesional y estudiantil, existe la posibilidad de caer en la duplicación


de textos para respaldar trabajos, incurriendo en el plagio y para identificarlo, existen
herramientas que son buenas opciones de software online gratis, que permiten
verificarlo y si estas herramientas se conocieran en gran medida, se lograría alcanzar
una producción de conocimiento altamente confiable, con sentido de autenticidad y
validez, para desarrollar investigaciones relevantes en el ámbito educativo.

El no saber argumentar, para producir conocimientos y dar respuestas acertadas a


formulaciones, puede atribuírsele a una precaria formación educativa del estudiante,
sin conocimientos básicos, carente de hábitos de escritura que no le permiten redactar
y poder lograr construir y transmitir sus propias ideas, en base a planteamientos. Viene
acompañado con la ausencia de ética y en la investigación, como así lo expresa, Freire
(1.992) “a cada ética le corresponde una estética” (p.393), se observa en la
metodología que se aplica y se aprecia en forma clara.

Como resultado a lo que refiere el plagio, por pequeña que sea la falta, lo formal
universitario reviste al aspecto intelectual con elementos como: creatividad, honestidad,
originalidad que concede el valioso aporte presentado por cualquier miembro de la
comunidad universitaria, en el caso de los estudiantes, le otorga una formación como
profesional sin señalamientos, al respecto Leiner (ob. Cit) propone “el educador, debe,
además, desarrollar en el estudiante habilidades que le permitan criticar, verificar y
cuestionar lo que se le presenta, basado en la evidencia”. (p.16), por lo que el
comportamiento ético del estudiante, en este caso debe asomar la intencionalidad de
sus pensamientos e ideas plasmadas en sus escritos.

En este sentido, hay que concientizar a la comunidad universitaria, en gran medida


a los estudiantes con respecto a la necesidad de respetar las autorías. Con la finalidad
de dar veracidad y sentido propio de lo expuesto, con correspondencia a su
autenticidad y formalidad; lo que se traduce en reducir las posibilidades de cometer
plagios y se daría paso a investigaciones productivas, que darían garantía de la autoría
del conocimiento expresado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Real Academia Española de la Lengua (RAE) (2014). Diccionario de la lengua


española, en: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae (consulta: 2021. Enero 04).

Leiner, M. (2008). La amenaza en el ámbito educativo. Revista Culcyt Plagio y


Educación. N° 25.

Chiavenato, I. (2006). Introducción a la Teoría General de la Administración. Editorial


McGraw-Hill Interamericana.

Chavarro, M. y Olarte, J. (2010). Plagio en el ámbito académico. Redaly.org. Rev. Col.


Anest. Noviembre 2010 – enero 2011. Vol.38 – No. 4:537-538. Colombia.

Comas, R. y Sureda, J. (2007). CiberPlagio Académico. Rev. Textos de la


CiberSociedad. N° 23.

Tamayo, (2004). Proceso de la Investigación Científica. Limusa. Noriega y Editores.


México.

Freire, P. (1992). Pedagogía de la esperanza. Editores SA de CV. México.

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