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RESUMEN
El tema de los acuerdos reparatorios es de reciente data en Venezuela. La
revisión bibliográfica hecha en este trabajo indica que en ese país existe
poca investigación sobre este tópico; de hecho, desde la perspectiva
criminológica de sentido humanista no existen producciones registradas
sobre este tema. Probablemente, el presente es pues uno de los primeros
trabajos que, desde esta visión de la criminología, se presenta en el
contexto venezolano. Para desarrollar el mismo se construyó un marco
teórico en el que se tocaron temas referidos a: la libertad y la tarea de
la criminología humanista; algunas de las características de los acuerdos
reparatorios en Venezuela y sobre los Procesos Alternativos de Resolución
de Conflictos. Los Objetivos Generales del trabajo fueron: describir las
características extrajurídicas dadas en la aplicación de los acuerdos
reparatorios, sucedidos entre los años 2002 y 2004, así como realizar una
serie de sugerencias para mejorar la aplicación de esta fórmula procesal.
Para estudiar el fenómeno se eligió una región del país, específicamente
el Estado Aragua, por razones de viabilidad. Se presentaron así las
estadísticas delictivas de Venezuela y del Estado Aragua, llevadas por el
ABSTRACT
execution of the reparatory agreements, such as: the aggressor’s age, the
geographical vicinity of the penal couple –the victim and his aggressor–,
and the fact that the crime be committed without physical violence. It is
suggested, at the end of the work, the needing for proposing over again
ways for the execution of the agreements, like clarifying the “special
audiences” phenomenon, so as the reflection on certain juridical outlines
that establish limits on the application of this measure, resulting alternative
to the privative penalty of this individual value that generates so many
controversies: freedom.
PALABRAS CLAVE
Proceso penal; acuerdos reparatorios; libertad; criminología humanista.
SUMARIO
A. Introducción
Aniyar de Castro”, escrito por Han Chen, Párraga y Giulia (2000: 21- 36)
quienes asomaron algunos aspectos positivos de los acuerdos reparatorios,
entre otras cosas. Puntualmente, estos autores señalaban, por ejemplo, que
la práctica de esta institución podría incidir en una justicia más expedita en
el país, apunte éste interesante si se toma en cuenta que una de las falencias
de nuestro actual sistema de administración de justicia penal es el retardo
procesal.
Un segundo trabajo que podría consultarse es el realizado por Saím
(2001: 343-371) quien tocó el tema críticamente, afirmando, entre otras
cosas, que la fórmula adoptada por el COPP da lugar a que se apliquen tales
medidas en delitos en los que se lesionan o se ponen en peligro otros bienes
jurídicos valiosos para la sociedad y que por ende no deberían proceder.
Es así que en el delito de robo, por ejemplo, donde cabe la posibilidad
de celebrar un acuerdo reparatorio, se ponen en riesgo valores como la
vida, pues cuando sucede este tipo de hechos, explica el autor, se lesiona
intencionalmente el patrimonio de una persona pero además se le causa un
daño físico a la víctima colocando así en peligro la integridad del sujeto. Por
tal razón, y a juicio del autor, el acuerdo reparatorio no debería celebrarse
en estos casos.
Finalmente, un tercer trabajo a leer puede ser el de Pérez Sarmiento
(2003: 56-60), quien haciendo un análisis de los acuerdos reparatorios en
el proceso penal venezolano formula algunas críticas importantes y señala,
entre otros, tres aspectos de interés. El primero de ellos referido al acuerdo
reparatorio que, tal y como esta planteado en el COPP, no es un contrato
civil, advierte el autor, ya que no se constriñe a una de las partes para que
firme y cumpla; el segundo punto señalado, es que el juez es quien decide si
debe aplicar el acuerdo o no y, tercero, existen algunos términos dentro de
la ley que son difíciles de aclarar y que dan lugar a dudas como es el caso
de “bienes jurídicos de carácter patrimonial”.
Ahora, como se observa, los trabajos realizados son escritos desde
una perspectiva jurídica, no obstante no existe en el país un trabajo de
investigación sobre el tema en cuestión desde la perspectiva criminológica
y menos desde la visión humanista planteada aquí. Por tal motivo el
presente podría suponer uno de los pioneros que de este tipo se hiciera en
Venezuela. Ello supone que se estarían realizando, humildemente, aportes
de tipo metodológico, teórico y práctico al área de la criminología y al
sistema que le es común, el de las ciencias penales.
podría decir que los acuerdos reparatorios son una medida alternativa a la
pena privativa de libertad; parafraseando a Zaffaroni (2004), toda sanción
impuesta, diferente a la cárcel, es a su vez una alternativa a la misma.
En este punto se debe entrar ya en la consideración del tercer aspecto
teórico de la investigación y que está referido al tema de los procesos
alternativos de resolución de conflictos, conocidos también por sus siglas
como PARC. Se entiende aquí que los PARC son estrategias a través de las
cuales se pretende neutralizar, manejar y/o suprimir un conflicto existente
entre dos o más partes con la intención final de establecer la paz en un
lugar y momento determinados.
Josco (199?: 22-28) refiere que las tres estrategias más conocidas y
practicadas son: la mediación, el arbitraje y la negociación. Cada una de
ellas posee características bien específicas, que pueden ser resumidas de la
siguiente manera: en lo que se refiere a la mediación, ésta es una estrategia
que se practica cuando las partes en conflicto ubican a un tercero (mediador),
generalmente neutral al problema, y éste, escuchando a las partes, propone
una salida sui generis al conflicto, la cual no están obligados a acatar o
seguir. Bajo esta experiencia ambas partes ganan y/o ambas partes pierden
de manera que siempre están en igualdad de condiciones.
En lo que se refiere al arbitraje, ésta es una medida que se aprecia
cuando las partes en conflicto buscan a un tercero (llamado árbitro),
igual, neutral ante el problema, y éste, escuchando a las partes, propone
una salida. Pero la salida planteada por el árbitro ya se encuentra pre-
establecida en una regla, en un código, en una norma o una ley. Al igual
que en el caso anterior las partes, habiendo escuchado la salida planteada
pueden decidir acogerse a ello o no.
Luego, la negociación es una estrategia en la que las partes conflictuadas
ubican a un tercero, que es generalmente neutral ante el problema. Este
negociador actúa siguiendo unas reglas pre – establecidas así como aque
llas que se pueden generar de la misma dinámica del conflicto, que son
también sui generis. Bajo esta medida las partes, moral o éticamente, están
obligadas a seguir la salida planteada, solo que una de ellas se sentirá como
vencedora. Esta alternativa al conflicto se da, casi siempre, cuando existen
grandes intereses económicos de por medio.
Si ello es así, ¿Qué estrategia se asemeja a la práctica de los acuerdos
reparatorios? La respuesta a esta pregunta es medianamente clara; la
práctica de los acuerdos reparatorios se asemeja al arbitraje, ya que partes
C. Metodología aplicada
La metodología planteada en esta investigación fue evaluativa, en el
sentido que señala Balestrini (2001: 6-7), es decir, ella “... tiene por objeto
medir los efectos de un programa por comparación con las metas que se
propuso alcanzar, a fin de contribuir a la toma de decisiones subsiguientes
acerca de un programa y para mejorar la programación futura.”
Parados sobre este camino se siguieron los siguientes pasos: primero,
se describió cómo se comportaba el fenómeno delictivo relacionado con
el objeto de estudio, esto es, se describió cuantitativamente el fenómeno
de los delitos contra los bienes y los delitos culposos denunciados en
Venezuela; segundo, se hizo lo propio pero en el Estado Aragua; tercero,
se describió el lugar donde son tramitados y practicados los acuerdos
reparatorios en el Estado Aragua, es decir, los tribunales de control, de
aquí se tomó una muestra de tribunales donde se indagó acerca de las
características de los acuerdos reparatorios; cuarto, de éstos se eligió una
muestra estadísticamente representativa, de expedientes tramitados en los
tribunales de control seleccionados anteriormente, a los cuales se les aplicó
un instrumento de recopilación de datos, previamente validado para este
caso, y que recogía datos cuantitativos sobre cuatro aspectos: las víctimas,
los victimarios, los hechos, y datos cualitativos de casos llamativos donde
se hubieran practicado o no acuerdos reparatorios. Finalmente, con todos
estos datos recopilados se exponen los análisis y las conclusiones de la
investigación.
D. Datos obtenidos
1. Cifra de delitos conocidos en Venezuela denunciados ante el
CICPC
En Venezuela existe un registro de datos medianamente confiable a
través del cual se puede conocer el comportamiento del fenómeno delictivo
del país. Este registro no es otro que la base de datos de delitos que maneja
el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, también
conocido por sus siglas como CICPC.
Este registro agrupa todas las denuncias que son interpuestas ante los
entes de control social formal (Ministerio Público, Guardia Nacional, DISIP,
Policía, etc.). Ahora, el que un delito haya sido denunciado ante un ente de
control social formal no significa que el mismo haya existido en realidad
o que todos lleguen hasta la instancia del juicio o sentencia. No obstante,
este es un registro que le ofrece al investigador una idea somera del
comportamiento delictivo sucedido en un momento y lugar determinados
en el cual uno se puede apoyar pero críticamente.
En este sentido se tiene que el registro de datos del CICPC del que se
dispone, solamente ofrece datos llevados hasta el año 2002 debido a que
sólo esta permitido, por órdenes del Ministro del Interior y Justicia, ofrecer
estos datos a ciertos entes. Sin embargo esta información conseguida ha
sido utilizada para tener, por lo menos, una idea del fenómeno delictivo
relacionado con el objeto de estudio de esta investigación.
Según el CICPC para el año 2002 se colocaron un total de 262.608
denuncias, ante los entes de control social formal, sobre supuestos delitos
cometidos en todo el país. De ellos, 172.002 denuncias fueron hechas sobre
supuestos delitos contra la propiedad, lo que traduce que del total de delitos
denunciados, un 65,50% se corresponden con la modalidad de delitos
contra la propiedad: robo, en todas sus modalidades; hurto, en todas sus
modalidades; estafa, secuestro, apropiación indebida y extorsión.
Luego, en lo que se refiere a los delitos culposos se tiene que, como era
de esperar, de ellos no existe ningún registro en el CICPC, debido a que
la modalidad culposa del delito es una condición que se establece durante
la imputación o la fase del juicio y no cuando se formula una denuncia.
No cabe duda que muchos de los delitos denunciados pueden entrar en
este rubro pero es la autoridad competente (el juez) el que determina esta
condición, y por ende no existen datos numéricos sobre esta situación en
los registros de los entes de control social formal.
supuestos delitos ante los entes de control social formal. De ellos 11.015 se
correspondían con denuncias sobre delitos contra la propiedad, es decir que
del total de delitos denunciados un 59,33% eran delitos que pertenecían a
este rubro. De igual manera no existen datos sobre delitos culposos por lo
ya expuesto en líneas anteriores.
Datos Sí No
28,57% tenían entre 10–16 40% tenían entre
años y 38 – 44 años. 38 – 44 años.
71,42% eran hombres 70% eran hombres
Las víctimas
100% Provenían del 100% provenían del
Edo. Aragua Edo. Aragua
85,71% Hubo una víctima 70% Hubo otras víctimas
57,14% utilizaron 50% utilizaron defensa
defensa privada Priv.-publica
57,14% actuaron 60% actuaron varios
varios victimarios victimarios
Los victimarios 40% tenían una edad 30% tenían una edad
entre 24–30 años entre 24-39 o +45 edad
90% eran de sexo masculino 90% eran de sexo masculino
100% Provenían del 80% Provenían del
Edo. Aragua Estado Aragua
57,14% fueron delitos 80% fueron delitos
contra la propiedad contra la propiedad
57,14% no usaron armas 60% no usaron armas
100% no hubo violencia física 50% si hubo violencia física
Los hechos 100% sucedió en el Estado 100% sucedió en el Estado
71,42% denunció
90% denunció inmediatamente
inmediatamente
71,42% la denuncia la 60% la denuncia la
recibió la policía recibió la policía
80% estaban las partes
71,42% lo propuso la fiscalía
en desacuerdo
Tribunales
28,57% tardó la fiscalía entre 40% tardó la fiscalía entre
y fiscalías
2-5 o +6 meses, en llevar el más de 6 meses en llevar el
caso a primera instancia caso a primera instancia
F. Conclusiones
Ya en este punto se recopilan algunas de las cosas más importantes
dichas anteriormente: primero, que las características más llamativas de
la celebración de los acuerdos reparatorios es que las víctimas, de sexo
masculino, parecieran haber tenido menos problemas para celebrar un
acuerdo reparatorio. Luego, que la proximidad de la pareja penal pareciera
que es un factor importante sobre todo a la hora de plantear el cumplimiento
de este tipo de acuerdo.
Asimismo, resultó mucho más fácil el llegar a un acuerdo reparatorio
cuando existía una sola víctima, probablemente porque allí el arbitraje
no era muy dificultoso y resultaba efectivo. Otro aspecto que pudo haber
ayudado en el arbitraje es el hecho de que el delito, sea cual fuere, se
hubiera cometido sin violencia, esto es, sin la utilización de ningún tipo
de arma o de coacción hacia la victima. De igual manera se registraron
algunos casos de robo donde se celebraron acuerdos reparatorios lo que
deja entrever la intención, por parte de algunos operadores de justicia, de
aplicar una política criminal al servicio de los derechos humanos que se
ajusta a cada caso en su justa dimensión.
Segundo, a pesar de lo dicho anteriormente resulta necesario recalcar
la idea de que es fundamental seguir preparando a los operadores de justicia
y evaluarlos en la práctica de estos conocimientos impartidos. Ello con la
intención de ver si de verdad nos acercamos, o por lo menos rozamos, un
sistema de administración de justicia penal verdaderamente humanitario.
Tercero, se cree que los acuerdos reparatorios apuntan a la libertad
positiva. El hecho de que muchos de los sujetos hayan cumplido al repararle
a la víctima el daño hecho, aún prorrogando el lapso legal para lograr
esta meta, pareciera que apunta sobre la verdadera concientización del
victimario, quien, utilizando su libertad lo hace para resarcir el daño causado
y para, probablemente, no repetir el acto delictivo en otra oportunidad.
Finalmente habría que decir que hace falta ahondar en la problemática
de los acuerdos reparatorios insistiendo en tocar aspectos tales como: que
se trabaje con una muestra más representativa de casos a analizar; que se
establezca la relación estadística de cada una de las variables intervinientes
en los acuerdos reparatorios así como observar y estudiar el comportamiento
del objeto de estudio en otras partes del país y/o de Latinoamérica.
Bibliografía