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Índice
1 Composición
2 Historia de su descubrimiento
3 Formación y destino
4 Características
4.1 Relación entre el radio y la masa. Límite de masa
4.2 Radiación y enfriamiento
4.3 Clasificación del espectro de las enanas blancas
4.4 Atmósfera
4.5 Campo magnético
5 Cristalización
6 Enanas blancas pulsantes
6.1 Estrellas ZZ Ceti o DAV
6.2 Estrellas DBV
6.3 Estrellas GW Vir
7 Tipos de enanas blancas en función de la masa inicial de la estrella
7.1 Estrellas de masa baja ( < 0,5 MSol): Enanas blancas de helio.
7.2 Estrellas de masa media (0,5 MSol < M < 8 MSol): Enanas blancas de carbono y
oxígeno
7.3 El límite entre estrellas de masa media y masa alta (8 MSol < M < 10 MSol):
¿Enanas blancas de oxígeno y neón?
7.4 Supernovas de tipo Ia: ¿enanas con núcleo de hierro?
8 Interacciones con el sistema estelar
8.1 Supernova tipo Ia
8.2 Estrellas variables cataclísmicas
9 Posible habitabilidad
10 Véase también
11 Notas
12 Referencias
13 Bibliografía
13.1 En español
13.2 En inglés
14 Enlaces externos
Composición
Las enanas blancas están compuestas por átomos en estado de plasma; como en su
núcleo ya no se producen reacciones termonucleares, la estrella no tiene ninguna
fuente de energía que equilibre el colapso gravitatorio, por lo que la enana blanca
se va comprimiendo sobre sí misma debido a su propio peso. La distancia entre los
átomos en el seno de la misma disminuye radicalmente, por lo que los electrones
tienen menos espacio para moverse (en otras palabras, la densidad aumenta mucho,
hasta órdenes de 106 g/cm³, una tonelada por centímetro cúbico y aún más). A estas
densidades entran en juego el principio de indeterminación de Heisenberg y el
principio de exclusión de Pauli para los electrones, los cuales se ven obligados a
moverse a muy altas velocidades, generando la llamada presión de degeneración
electrónica, que es la que efectivamente se opone al colapso de la estrella. Esta
presión de degeneración electrónica es un fenómeno radicalmente diferente de la
presión térmica, que es la que generalmente mantiene a las «estrellas normales».
Las densidades mencionadas son tan enormes que una masa similar a la del Sol cabría
en un volumen como el de la Tierra (lo que daría una densidad aproximada de 2
t/cm³), y solamente son superadas por las densidades de las estrellas de neutrones
y de los agujeros negros. Las enanas blancas emiten solamente energía térmica
almacenada, y por ello tienen luminosidades muy débiles.3
Las estrellas de masa baja con intensidad intermedia (masas menores que 1/8 - 1/10
masas solares), al acabar la fusión del hidrógeno durante su vida en la secuencia
principal, se expanden como gigantes rojas, y proceden a fusionar helio en carbono
y oxígeno en su núcleo. Si la gigante roja no posee suficiente temperatura como
para luego fusionar a su vez el carbono y el oxígeno, su núcleo se comprime por la
gravedad y su envoltura es expulsada en una serie de pulsos térmicos durante la
fase de gigante en la rama asintótica, produciendo así una nebulosa planetaria que
envuelve un remanente estelar: la enana blanca.4
El 99% de las enanas blancas está constituido básicamente por carbono y oxígeno,
que son los residuos de la fusión del helio. Sin embargo, sobre la superficie hay
una capa de hidrógeno y helio prensados y parcialmente degenerados, que forman la
atmósfera de la enana blanca. Solo unas pocas están formadas íntegramente por
helio56 al no haber llegado a quemarlo, o por oxígeno, neón y magnesio,7 productos
del quemado nuclear (fusión) del carbono.
Recién formadas, las enanas blancas poseen temperaturas muy altas, pero al no
producir energía, se van enfriando gradualmente. En teoría, las enanas blancas se
enfriarán con el tiempo hasta que ya no emitan radiación detectable, para entonces
convertirse en enanas negras.4 Sin embargo, el proceso de enfriamiento es tan lento
que la edad del universo desde el Big Bang es demasiado corta para albergar, en
este momento, a una de estas enanas negras. De hecho, las enanas blancas más frías
que se conocen poseen temperaturas de varios miles de K.83 El término enana blanca
fue acuñado por Willem Luyten en 1922,9 aunque el nombre más apropiado para objetos
de esta naturaleza es el de estrellas degeneradas.
Historia de su descubrimiento
El peculiar nombre de enana blanca se debe a que sus descubridores observaron que
tenían un espectro blanco, esto es, sus temperaturas superficiales eran cercanas a
los 10.000 K. Cuando realmente se conocieron las características de esos objetos,
se comprobó que las hay de varias temperaturas (es decir, no son todas blancas)
pero que las más comunes eran, en efecto, blancas. En realidad, pueden ir desde
colores muy azules (temperaturas superiores a los 20 000 K con máximo de intensidad
situado en longitudes de onda mucho más cortas que el visible) hasta muy rojos
(temperaturas inferiores a .000 K y máximo de intensidad a longitudes de onda
largas). Sin embargo, el primero en utilizar dicho término fue Willem Luyten,
cuando examinaba en 1922 esta clase de estrellas.919202122 El término fue
popularizado más tarde por Arthur Eddington.239
Las primeras enanas blancas descubiertas después de las tres clásicas lo fueron en
la década de 1930. En 1939 se descubrieron 18 enanas blancas.18, p. 3 Varios
científicos, entre ellos Luyten, siguieron buscando enanas blancas en los años
1940. En 1950, ya se conocían alrededor de cien enanas blancas,24 y en 1999, la
cifra ya rondaba las 2000.25 Desde entonces, el Sloan Digital Sky Survey ha
encontrado 9000 nuevas enanas blancas.26
Formación y destino
Características
Para que los electrones degenerados puedan sostener a la estrella, esta no debe
superar el límite de Chandrasekhar, que es de 1,44 masas solares.28 Se conocen
enanas blancas desde 0,1729 hasta 1,3330 masas solares, aunque la gran mayoría de
ellas se encuentra entre 0,5 y 0,7 masas solares.30 El radio estimado de las enanas
blancas observadas se sitúa entre 0,008 y 0,02 veces el radio del Sol,31 una cifra
muy cercana al radio terrestre (aproximadamente 0,009 radios solares). Así pues, en
las enanas blancas se comprime una masa similar a la del Sol en un volumen un
millón de veces más reducido, por lo que la densidad es aproximadamente un millón
de veces mayor que la del Sol (entre 106 y 107 g/cm³). Forman parte de las
estrellas compactas, pues son una de las formas de materia más densas conocidas,
solamente por detrás de las estrellas de neutrones, los agujeros negros, e,
hipotéticamente, las estrellas de quarks.32
Estas densidades son posibles debido a que la materia no está compuesta por átomos
normales que pueden formar enlaces químicos como estamos acostumbrados, sino que
está en estado de plasma, y los núcleos y electrones no están cohesionados. Por
tanto, en este estado no hay ningún obstáculo que impida que los átomos se acerquen
entre sí, de otro modo sería imposible irrumpir el espacio que normalmente ocupan
los orbitales atómicos de los electrones.23 Eddington se preguntó qué pasaría
cuando dicho plasma se enfriara y desapareciera la energía que mantiene ionizados a
los átomos.37 En 1926, R. H. Fowler resolvió esta paradoja mediante la aplicación
de la recién instaurada mecánica cuántica. Los electrones se acercan tanto unos a
otros que su posición se vuelve muy limitada, queriendo ocupar el mismo estado
cuántico, pero para cumplir el principio de exclusión de Pauli y obedecer la
estadística de Fermi-Dirac,nota 1 introducida en 1926 para determinar la
distribución estadística de partículas que cumplen el principio de exclusión de
Pauli,38 los electrones deberían moverse muy deprisa, presionándose unos a otros,
lo que forma una presión de degeneración que compensa la gravitatoria, deteniendo
así el colapso de la enana blanca. En el cero absoluto, todos los electrones no
pueden conservar el estado fundamental, por lo que algunos de ellos se excitan
hacia estados de energía más altos, dejando disponibles los estados más bajos de
energía, esto recibe el nombre de líquido de Fermi. Los electrones en este estado
reciben el nombre de electrones degenerados, y se traduce en que una enana blanca
puede enfriarse hasta alcanzar el cero absoluto y todavía contener energía. Otra
manera de llegar a esta conclusión es aplicando el principio de indeterminación: la
alta densidad de electrones en una enana blanca significa que sus posiciones están
muy restringidas, creando una incertidumbre en su dinámica. Esto deriva en que
algunos electrones deben de poseer una gran cantidad de movimiento, y por tanto,
tener una energía cinética muy elevada.3739
A medida que aumenta la compresión de una enana blanca, también lo hace el número
de electrones en un determinado volumen de la misma. Aplicando tanto el principio
de exclusión de Pauli como el principio de indeterminación, deducimos que aumenta
la energía cinética de los electrones, lo que causa presión.3740 Dicha presión de
degeneración de los electrones, que permite a la enana blanca resistir el colapso
gravitatorio, depende solamente de la densidad, sin importar la temperatura. La
densidad es tanto mayor cuanto más pesada sea la enana blanca, por lo tanto, la
masa es inversamente proporcional al radio: a mayor masa, menor radio.3
El hecho de que la masa de una enana blanca no pueda superar cierto límite es otra
consecuencia de la presión de degeneración de los electrones. Estos límites fueron
publicados primero en 1929 por Wilhelm Anderson41 y después en 1930 por Edmund C.
Stoner.42 El valor actual del límite se publicó por primera vez en 1931 por
Subrahmanyan Chandrasekhar.nota 34344 Como las enanas blancas de oxígeno-carbono
están compuestas principalmente por carbono-12 y oxígeno-16, los cuales tienen un
número atómico igual a la mitad de su masa molecular, la μe debe de ser igual a
2,39 lo que conduce a la cifra de 1,44 masas solares. Junto con William Alfred
Fowler, Chandrasekhar recibió el Premio Nobel de Física en 1983 por este trabajo,
entre otros.45 El límite recibe en la actualidad el nombre de límite de
Chandrasekhar.
Esto no impide que estrellas de masas iniciales mayores puedan finalizar su ciclo
como enanas blancas, ya que los intensos vientos estelares de las estrellas más
masivas y el desprendimiento final de la cubierta de gas rebajan en mucho la masa
inicial de la estrella hasta dejarla dentro de los límites de Chandrasekhar.
Las enanas blancas poseen una luminosidad muy baja, por lo que ocupan la última
franja del diagrama de Hertzsprung-Russell.nota 4
Este razonamiento incluye la fórmula p2/2m para la energía cinética, que se trata
de una fórmula no relativista. Si quisiéramos introducir cálculos relativistas para
cuando las velocidades de los electrones se acerquen a la velocidad de la luz, c,
deberíamos sustituir p2/2m por la aproximación relativista p c para la energía
cinética. Aplicando esta sustitución:
Los cálculos suponen que la enana blanca no posee rotación. Si tuviera rotación, la
ecuación del equilibrio hidrostático tendría que modificarse para incluir la fuerza
centrífuga tomando un sistema de referencia rotatorio,51 pues para una enana blanca
con rotación uniforme, el límite de masa aumenta muy ligeramente. Sin embargo, si
la rotación de la estrella no es uniforme, y no se toma en cuenta la viscosidad, no
habría límite de masa para un modelo de enana blanca en equilibrio estático, como
señaló Fred Hoyle en 1947.52 Aunque no todos estos modelos de estrellas en rotación
son dinámicamente estables.53
Radiación y enfriamiento
Las enanas blancas emiten un amplio espectro de radiación visible, que abarca desde
un azul intenso correspondiente a estrellas de tipo O de secuencia principal, hasta
las enanas rojas de tipo M.54
Con el tiempo, las enanas blancas se enfriarán hasta tal punto que dejarán de
irradiar y se convertirán en enanas negras, aproximándose a la temperatura del
entorno e igualándose con la radiación de fondo de microondas. Sin embargo, en la
actualidad, y debido a la corta edad del universo, no hay indicios de la existencia
de enanas negras.3
Una enana blanca que solo posea líneas de absorción del He I y una temperatura
efectiva de 15.000 K, corresponderá, según la notación, con DB3.
Una enana blanca que posea un campo magnético polarizado, una temperatura efectiva
de 17.000 K, y una línea de absorción en la que domina el He I pero que también
tiene H, se tratará de una DBAP3.
Si la clasificación no está del todo clara, se pueden utilizar ciertos símbolos,
como "?" o ":".5425
Atmósfera
Aunque la mayoría de las enanas blancas están compuestas por oxígeno y carbono, la
espectroscopia de la luz emitida revela que su atmósfera está compuesta casi en su
totalidad o bien de hidrógeno, o bien de helio, y este elemento dominante es unas
1000 veces más abundante en la atmósfera que los demás. La explicación de este
hecho la proporcionó Évry Schatzman en la década de 1940, quien expuso que la alta
gravedad superficial separaba los elementos, atrayendo más fuertemente los
elementos pesados hacia su centro, quedando los más ligeros en la superficie.6667
Las enanas blancas del tipo DA, que se caracterizan por tener atmósferas ricas en
hidrógeno, conforman el 80% de las enanas blancas analizadas
espectroscópicamente.56 La gran mayoría de los restantes tipos (DB, DC, DO, DZ)
poseen atmósferas ricas en helio. Solo una pequeña fracción de las enanas blancas,
aproximadamente el 0,1%, tienen atmósferas en las que el elemento principal es el
carbono (tipo DQ).69 Suponiendo que no hubiera carbono ni metales, el tipo
espectral depende exclusivamente de la temperatura efectiva. Aproximadamente entre
45 000 K y 100 000 K el espectro más abundante sería el DO, caracterizado por helio
ionizado. Entre 12 000 K y 30 000 K, destacarían las líneas de helio, y se
clasificaría como DB. Por debajo de los 12 000 K, el espectro es continuo y se
clasifica como DC.6856 No está claro el motivo por el cual escasean las enanas
blancas DB, con temperaturas efectivas entre 30 000 K y 45 000 K. Una hipótesis
sugiere que se debe a procesos de evolución atmosféricos, como la separación
gravitacional y la mezcla convectiva.56
Campo magnético
En 1947, P. M. S. Blackett predijo que las enanas blancas deberían poseer campos
magnéticos de una fuerza en su superficie de aproximadamente 1 millón de gauss (100
teslas), como consecuencia de una ley física que él mismo propuso, que afirmaba que
un cuerpo en rotación y sin carga debería generar un campo magnético proporcional a
su momento angular.70 Esta teoría recibe el nombre de magnetismo gravitacional,
conocida también como el efecto Blackett,71 el cual nunca ha sido observado ni
aceptado generalmente por la comunidad científica. Pocos años más tarde, en la
década de 1950, el efecto Blackett fue refutado.72, pp. 39-43
En la década de 1960, se propuso otra teoría que afirmaba que las enanas blancas
poseen tales campos magnéticos porque el flujo magnético de la superficie debía
conservarse durante la evolución de una estrella no degenerativa a una enana
blanca. Un campo magnético en la superficie de la estrella progenitora de 100 gauss
(0,01 tesla) se convertiría así en un campo de 100·1002 = 1 millón de gauss (100 T)
si el radio reduce en 100 veces su tamaño.67, §8;73, p. 484
Cristalización
En esa ecuación Z es el número atómico que para una enana blanca de carbono (Z=6) y
oxígeno (Z=8) será 7 suponiendo que haya un 50% de cada elemento; K es la constante
de Boltzmann; T la temperatura; y di es la distancia entre iones que está
relacionada con la densidad de la estrella por la ecuación (4/3)πdi³~1/ni=(μimH)/ρ,
donde ρ es la densidad, mH la masa del hidrógeno y μi el número másico medio que
viene a ser 14 para las enanas de carbono y oxígeno (12+16)/2.
Ocurre que el oxígeno cristaliza antes que el carbono por lo que en la enana blanca
empezará a diferenciarse un núcleo de oxígeno cristalizado rodeado por un fluido de
carbono cada vez más empobrecido en oxígeno. La emisión de radiación latente
contribuirá a frenar el enfriamiento y alargar la vida de las enanas blancas unas
decenas de millones de años.
Existen tres grandes grupos en los que se dividen las enanas blancas pulsantes: el
primer grupo posee atmósferas ricas en hidrógeno y son del tipo espectral DA, son
las llamadas estrellas DAV o ZZ Ceti.67 El segundo grupo posee atmósferas con helio
abundante, tienen el tipo espectral DB, y son conocidas como DBV o V777 Her.56 En
el último grupo la atmósfera está compuesta en su mayoría por helio, carbono y
oxígeno, son del tipo espectral PG 1159, y se denominan estrellas GW Virginis. A
veces, este último grupo se puede subdividir en los grupos de estrellas DOV y
PNNV.8385 Aunque a este grupo no se les puede considerar enanas blancas propiamente
dichas, ya que no han alcanzado la zona de las enanas blancas en el diagrama de
Hertzsprung-Russell, y por ello se las considera pre-enanas blancas.8386
Estrellas DBV
En 1982, D. E. Winget y sus compañeros de trabajo sugirieron que las estrellas DB
(enanas blancas con atmósferas compuestas fundamentalmente de helio) con
temperaturas superficiales próximas a los 19.000 K, deberían emitir pulsos.93
Winget buscó estrellas con estas características, y encontró la estrella variable
GD 358, una DBV, como él mismo predijo que sería.94 Esta fue la primera predicción
de una clase de estrella variable antes de su observación.68 En 1985, este tipo de
estrellas fueron denominadas V777 Her.9556 Estas estrellas poseen temperaturas
efectivas próximas a los 25 000 K.67
Estrellas GW Vir
Las estrellas GW Virginis son el tercer grupo de enanas blancas variables
pulsantes, a veces se subdividen en los grupos DOV y PNNV. PG 1159-035 es la
estrella prototipo.83 Las variaciones de esta estrella, que también es la estrella
prototipo de la clase PG 1159, fueron observadas por primera vez en 1979,96 y se le
designó con el nombre de GW Vir en 1985,95 dando su nombre a esta clase de
estrellas. Estas estrellas no llegan a ser enanas blancas literalmente, porque en
el diagrama de Hertzsprung-Russell ocupan una posición intermedia entre la región
de las enanas blancas y la zona de la rama asintótica gigante, y es por ello que se
les denomina pre-enanas blancas.8386
Estas estrellas están muy calientes, su temperatura efectiva se sitúa entre 75.000
K y 200.000 K, poseen atmósferas ricas en helio, carbono, y oxígeno, y la gravedad
en su superficie es relativamente baja (log g ≤ 6.5).83 Es posible que estas
estrellas se enfríen para dar lugar a enanas blancas de tipo espectral DO.83
Los períodos del modo normal de las estrellas de clase GW Vir comprenden desde los
300 hasta los 5.000 segundos.83
La excitación de las pulsaciones de las estrellas GW Vir fue estudiada, por primera
vez, en la década de 1980,97 pero continúa siendo todo un enigma veinte años
después.98 Desde el principio, se pensó que el mecanismo de excitación era causado
por el llamado mecanismo κ, asociado con el carbono y el oxígeno ionizados por
debajo de la superficie de la fotosfera, pero se pensó que este mecanismo no
funcionaría si hubiera helio en la superficie. Sin embargo, parece que puede
existir inestabilidad incluso en presencia de helio.99
Estrellas de masa media (0,5 MSol < M < 8 MSol): Enanas blancas de carbono y
oxígeno
La nebulosa Ojo de gato es una nebulosa planetaria que se formó tras la muerte de
una estrella de masa similar a la del Sol. El punto luminoso central señala la
ubicación del remanente estelar.
Nebulosa planetaria NGC 3132; en el centro puede observarse una enana blanca.
Si la masa de la estrella se sitúa entre 0,5 y 8MSol, al agotar todo el hidrógeno,
su núcleo posee una temperatura tal que permite la fusión de helio en carbono y
oxígeno mediante el proceso triple-alfa. Primero es consumido el helio del núcleo,
y, una vez agotado, comienza a consumirse el helio disponible en una capa situada a
su alrededor. Esto provoca que la estrella se expanda por última vez: comienza la
fase de la rama asintótica gigante. A medida que aumenta la cantidad de carbono
resultante de las reacciones triple alfa aumentan también las posibilidades de
formar oxígeno, pero se desconoce la proporción de carbono y oxígeno ya que sus
secciones eficaces no están bien definidas. Llegados a los momentos finales de la
estrella, esta intensificará cada vez más sus vientos estelares, expulsando
progresivamente su cubierta de hidrógeno hasta dejar un núcleo desnudo y degenerado
de carbono y oxígeno. Una estrella como el Sol expulsará en sus espasmos finales el
40% de su masa antes de finalizar sus días como una enana blanca. La nebulosa
resultante de la expulsión de las capas exteriores recibe el nombre de nebulosa
planetaria.
Los remanentes de las estrellas de masa comprendida entre 1,5 y 9 masas solares
podrían llegar a superar con mucho la masa de Chandrasekhar. Si todas ellas
evolucionaran para explotar como supernovas, como sería de suponer, se deberían
observar muchas más en el cielo. Además, la composición en metales del gas
interestelar debería ser más rica en hierro que en oxígeno, cosa que no ocurre.
Esto se explica por la gran cantidad de masa que expulsan los fuertes vientos de
estas estrellas, llegando hasta pérdidas de 8 masas solares a lo largo de su vida.
Estas pérdidas de masa van a ser tanto más acentuadas cuanto mayor sea la estrella,
así como mayor sea su metalicidad, la cual incrementa la opacidad. Por lo tanto,
las estrellas en este rango de masas también acaban su vida como una enana blanca
de carbono y oxígeno. Este tipo de enanas blancas son las más comunes que se
observan en el universo.101105106
El límite entre estrellas de masa media y masa alta (8 MSol < M < 10 MSol): ¿Enanas
blancas de oxígeno y neón?
Las estrellas de masa elevada alcanzan en su núcleo la temperatura necesaria para
fusionar el carbono en neón, y, seguidamente, el neón en hierro. Su destino final
no es una enana blanca, ya que superan la masa máxima permitida y la presión de
degeneración de los electrones no puede hacer frente a la gravedad, por lo que el
núcleo colapsa y la estrella explota en una supernova de tipo II, dejando como
remanente una estrella de neutrones, un agujero negro, o una forma exótica de
estrella compacta.100107 Sin embargo, algunas estrellas comprendidas entre 8 y 10
MSol pueden ser capaces de fusionar carbono para producir neón, pero no ser lo
suficientemente masivas para quemar neón. Si esto sucede, el núcleo no colapsa, y
la fusión no llega a ser demasiado violenta, daría lugar a una enana blanca
compuesta de oxígeno, neón, y magnesio.108109 Estas estrellas proceden de las
llamadas ONeMg o novas de neón, cuyo espectro muestra elevadas abundancias de neón
y magnesio.7110111El problema de determinar el rango de masas que da lugar a estos
objetos procede de las elevadas tasas de pérdida de masa al final de la vida de las
estrellas, lo que hace difícil de simular numéricamente con precisión qué estrellas
se detienen en el carbono, cuáles en el oxígeno-neón y cuales llegan hasta el
hierro. Así pues, es posible que el valor exacto dependa de la metalicidad de la
estrella.
Estas enanas blancas de núcleo de hierro serían más pequeñas que sus equivalentes
formadas de carbono y oxígeno y cristalizarían y enfriarían más rápido también.113
Ha habido también autores que han sugerido que las enanas blancas podrían estar
acompañadas por los restos de planetas de tipo terrestre, los cuales habrían
sobrevivido a la fase de gigante roja pero perdiendo sus capas exteriores y solo
quedando su núcleo;117 posteriores estudios de la abundancia en metales de las
atmósferas de las enanas blancas refuerzan esta idea y sugieren que al menos un 15%
de estos objetos pueden tener planetas y/o asteroides orbitándolas,118 o al menos
los mencionados restos de tales cuerpos, lo que también implica que al menos un
3,5% de las estrellas de espectro A y F pueden tener sistemas planetarios.119
Si una enana blanca se encuentra en un sistema binario con una compañera, pueden
ocurrir varios fenómenos:
Supernova tipo Ia
Artículo principal: Supernova de tipo Ia
La masa de una enana blanca aislada y sin rotación no puede sobrepasar el límite de
Chandrasekhar de 1,4 masas solares, aunque este límite aumenta ligeramente si la
enana blanca rota velozmente sobre su eje.120 Sin embargo, las enanas blancas que
forman parte de los sistemas binarios pueden acretar material de su compañera,
normalmente una gigante roja, aumentando así tanto en masa como en densidad. Una
vez que la masa ha alcanzado el límite de Chandrasekhar, los electrones ya no son
capaces de sostener la estrella, lo cual aumenta la presión, lo que dispara la
temperatura hasta iniciar una fusión en el núcleo de la enana que produzca una
ignición explosiva, o colapsa formando una estrella de neutrones.46 Según el modelo
más común de formación de las supernovas de tipo Ia, una enana blanca de carbono y
oxígeno acreta material de una compañera,47 aumentando así su masa y compactando su
núcleo. El calor del núcleo permite iniciar la reignición del carbono cuando la
masa supera el límite de Chandrasekhar.47 Las enanas blancas, como contrarrestan la
gravedad mediante la presión de degeneración en vez de la presión térmica, al
añadirles calor aumentan la temperatura pero no la presión, por lo que la enana
blanca no se expande. En lugar de eso, la temperatura acelera la velocidad de
fusión de la estrella. La llama termonuclear consume gran parte del carbono de la
enana blanca en escasos segundos, causando una explosión de supernova de tipo Ia
que acaba por destruir la estrella y expulsando su masa a velocidades cercanas a
los 10.000 km/s, disipando grandes cantidades de polvo y gas.347121 Pero este no es
el único mecanismo válido para la formación de las supernovas de tipo Ia, si dos
enanas blancas de carbono y oxígeno que conforman un sistema binario colisionan y
se fusionan, formando un cuerpo de masa superior al límite de Chandrasekhar, el
carbono puede iniciar su combustión, causando la explosión.47, p. 14.
Posible habitabilidad
En 2011 se sugirió que las enanas blancas de temperaturas superficiales inferiores
a 10.000 Kelvin podrían tener una zona habitable que se extendería entre 0,005 y
0,02 unidades astronómicas y cuya duración sería de 3000 millones de años,
proponiéndose buscar alrededor de enanas blancas planetas de tipo terrestre que
pudieran orbitar allí bien tras migrar desde órbitas exteriores, bien formándose
allí; debido a que las enanas blancas tienen tamaños similares a los de dichos
cuerpos, los tránsitos que pudieran producir tales hipotéticos planetas producirían
eclipses importantes;124 estudios posteriores, sin embargo, proponen que un planeta
orbitando una enana blanca a una distancia tan escasa estaría sujeto, entre otros
efectos, a fuerzas de marea causadas por su estrella, que podría producir en este
un efecto invernadero intenso volviéndole inhabitable y siendo más difícil que
fueran habitables.125 Otro problema con esta teoría es que, dejando aparte que un
planeta pudiera formarse en un disco de acreción alrededor de una enana blanca,
para llegar a una órbita tan cerrada solamente podría conseguirlo de dos maneras:
ser absorbido por su estrella durante la fase de gigante roja y sobrevivir a su
caída en espiral hacia el núcleo estelar (muy difícil para cuerpos de baja masa), o
siendo enviado a ella tras interacciones gravitatorias con otros cuerpos (en cuyo
caso se desprendería tal cantidad de energía orbital en calor que es muy posible
que el planeta acabara convertido en un rescoldo inhabitable)126