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En este artículo, se desarrollaron diferentes técnicas de muestreo y análisis para la

evaluación de las emisiones de materiales de construcción y de las actividades


antropogénicas y biogénicas.
Primero, tenemos las cámaras de pruebas de emisión (etcs), las cuales se utilizan para
evaluar los niveles de emisión de componentes orgánicos volátiles de materiales de
construcción y muebles de interior. Estos pueden ser fabricados en laboratorios o
comerciales, y se construyen con materiales no reactivos como acero y vidrio. El tamaño de
las cámaras oscila entre 3 dm3 y 80000 dm3, clasificando en menor y mayor escala. Estos
dispositivos tienen ventajas y desventajas.
Ventajas: el uso de cámaras más grandes permite un análisis in situ sin realizar
modificaciones y la versatilidad del equipo permite calcular las concentraciones de la
cámara y índices de emisiones superficiales de los materiales.
Desventajas: el coste del análisis del aire interior es algo elevado en términos de obra y
tiempo. Además las cámaras de emisión a gran escala no son adecuadas para el muestreo
y análisis sobre el terreno.
El funcionamiento es básicamente, un flujo de aire purificado se introduce en la cámara en
condiciones controladas de temperatura y humedad relativa. Al mismo tiempo, los
compuestos liberados se recogen del flujo de aire de salida mediante una técnica de
muestreo activo.

Celdas de emisión de campo y laboratorio


Son dispositivos en forma de disco de acero inoxidable y podrían considerarse como una
versión miniaturizada de las etcs, tienen un rendimiento similar y los costes de
funcionamiento y adquisición reducidos, para ser utilizados en superficies fluidas. El aire
purificado se introduce en la cámara desde ambos lados del dispositivo y el gas de salida se
recoge mediante un muestreo activo desde el centro del dispositivo. Este dispositivo es de
particular interés en el análisis in situ ya que permite evaluar las emisiones de cov sin
interferir en las actividades del lugar de muestreo.

Muestreadores de flujo pasivos

son dispositivos de muestreo de campo miniaturizados que se basen en el flujo de emisión


de los analitos objetivo desde las superficies de los materiales de construcción y su
posterior recogida mediante un muestreador pasivo dentro del dispositivo. Para ello, los
analitos recogidos se puede hacer la desorción mediante extracción con disolventes o una
desorción térmica directa, se pueden usar también un disco de absorbente que se coloca
en la parte inferior del dispositivo apuntando en dirección contraria a la fuente de emisión y
cubierto por un filtro adecuado. Puede ser impregnado con algún reactivo de derivatización
para mejorar la recogida, separación y detección del analito. Para este tipo de dispositivos
hay poca investigación a pesar que son de tamaño pequeño, menor precio, simples y
permiten análisis in situ.

Cassettes de microvacio
Aunque es más común las técnicas que se basan en adsorción, existen técnicas de
muestreo superficial al vacío, que son mayormente utilizadas para la recogida de trazas de
hongos o metabolitos secundarios de muestras de polvo. Existen casetes de microvacio que
son diseñados para la recogida de esporas de amianto y hongos. Pueden estar provistos
que una boquilla de micro vacío y de filtros para la recogida de polvo sedimentado en las
superficies, proporcionando una tasa de muestreo relativamente alta.(10L/min). Sus
limitaciones son que solo se usan para identificación de especies fúngicas presentes en el
edificio. Las muestras recogidas se identifican mediante la espectrometría de masas de
cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC-MS)

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