Lección de célula Nº4 de Abril:
“Renueva tu expectativa” Vemos en el evangelio de Marcos, que el
Texto: Marcos 2:1-12
Una de las cosas que siempre nos van a
mantener renovados espiritualmente, es la
expectativa en el Señor. La rutina y el sentirse
en familia, a veces puede llegar a ser un
peligro, porque apaga el interés.
La comodidad no siempre es buena
consejera
No es bueno acostumbrarse a los milagros.
Aunque estés en un lugar bendecido, si
pierdes el deseo por más, tu corazón puede
llegar a entibiarse. Tenemos que estar
atentos a lo que Dios quiera hacer en
nuestras vidas. ¡El Señor siempre puede
sorprenderte!
Cuando uno pierde la expectativa, comienza a
llegar a sus topes… pero si anhelas estar más
cerca del Señor, entonces esos límites se
correrán a un lado, para dejarte pasar hacia
nuevos desafíos. Cuando Dios quiere desatar
algo grande en tu vida, también vienen las
pruebas y los retos. Hay muchos testimonios
de gente que anhelaba más de Dios y eso fue
justamente lo que recibió. ¿Por qué no
pasaría lo mismo contigo?
Si buscas al Espíritu Santo, entonces
prepárate para las sorpresas. Dios es creativo.
En cada reunión tienes que ir dispuesto a
poder decir, como los que estaban en la casa
de Capernaúm: “Nunca hemos visto tal cosa”.
Deja que el Espíritu Santo obre en tu vida, sin
límites. Porque donde está el Espíritu de Dios,
hay libertad!
Una casa llena de expectativa
ministerio de Jesús recién estaba
comenzando. Pero las cosas que ocurrían
pasaban de boca en boca y generaban mucha
expectativa. La gente sabía que el Mesías
sanaba enfermos y los fariseos conocían que
enseñaba las Escrituras con autoridad y
milagros. El hambre era tal que cuando
supieron que estaría en una casa, la misma se
abarrotó de gente. Nadie podía entrar o salir.
Parecería estar viendo hoy las puertas
abiertas de un vagón de subterráneo, en una
hora pico. La pared humana que no deja ni
entrar ni salir a nadie. Así estaba la casa
donde enseñaba Jesús.
Un ruido en el techo
Su mensaje cautivaba a las personas. Les
anunciaba que el reino de Dios se había
acercado a sus vidas, que Él mismo había sido
enviado para sanar, libertar y transformar
corazones. Y la gente absorbía todo lo que
Jesús derramaba. Hasta que de repente, se
oyó un ruido en el techo.
Los techos de las casas eran planos y los
construían con arcilla y paja. En medio de la
prédica, el techo comenzó a abrirse y la arcilla
seca seguramente caía sobre Jesús y los que
con Él estaban.
¿Cuál fue la reacción del Maestro ante tal
interrupción? Él valoró la fe de ellos. Aunque
estaban interrumpiendo su enseñanza,
aunque caía tierra del techo; Jesús priorizó la
actitud de perseverancia y valentía. No se
habían resignado frente a la adversidad,
perseveraron y abrieron camino donde no lo
había. Sin duda, ellos marcaron la diferencia.
De la misma manera que hoy tú puedes
marcar la diferencia. En ese momento, los
amigos del paralítico, hicieron todo lo posible
por convencerlo, luego lo trasladaron a
cuestas hasta el lugar y fue allí cuando se
encontraron con que no podían avanzar más
allá de la puerta. Muchos de nosotros nos
hubiésemos enojado y tras patear alguna que
otra piedra, hubiéramos regresado
totalmente frustrados; otros con resignación
y tristeza hubieran esbozado un “lo intenté
todo, pero no me dejaron lograrlo…” Sin
embargo, estos amigos llegaron cansados del
camino, se encontraron con la pared humana
que los alejaba del milagro y entonces vieron
el techo. Fue allí donde sus fuerzas se
renovaron y, a pesar del dueño de casa,
decidieron lo que nadie se animaría a hacer:
abrieron una puerta donde no la había.
Antes de los milagros, siempre podremos
encontrarnos con un obstáculo. Si quieres
poder decir “Nunca hemos visto tal cosa”,
tienes que seguir adelante. Aunque venga la
oposición, Dios abrirá siempre una salida.
¡Para el Señor, todo es posible!
La verdadera necesidad
Y el paralítico finalmente quedó frente a
frente con Jesús. Visiblemente necesitaba un
milagro en su cuerpo y sin embargo, las
palabras del maestro fueron: “Hijo, tus
pecados te son perdonados”. El Señor conocía
su corazón y sabía que su mayor necesidad no
era el vigor en sus piernas sino el perdón de
sus pecados.
De igual manera, podemos enfocarnos en
nuestra necesidad física, sentimental o
material, cuando en realidad nuestra mayor
necesidad la tenemos en lo espiritual. No
dejes que los problemas te ahoguen porque
lo que te hará salir adelante no es conseguir
solamente el milagro sino aferrarte de la
mano de tu Señor. Y claro que luego,
todo se resuelve, de una u otra forma, ¡Dios
trae bendición a sus hijos! ¡Se fiel al Señor y
recibirás la corona de gloria! (1 Pedro 5:4).
La prioridad en el reino de los cielos no es la
física sino la espiritual. Dios quiere darte el
toque sanador a tu alma. Y luego, todo lo
demás vendrá como un regalo. ¡El único que
puede traer paz y alegría es el Señor! Solo Él
puede hacer que tus culpas y tu pasado
queden atrás. Todavía puedes comenzar de
nuevo. No es demasiado tarde!
Aunque estés en la iglesia hace mucho
tiempo, hoy puedes reenfocar tu vida a Jesús.
La necesidad numero uno está en tu corazón.
Si te abres a Dios, puedes ser purificado y
renovado para recibir la unción del Espíritu
Santo. Toma la decisión, confiesa y recibe el
perdón. Es hora de clamar por una
transformación y declarar que crees con toda
tu alma que Jesús es el Señor de tu vida!
¡Jesús es el Rey de Reyes y el Señor de
Señores! Toda maldición y cadena de angustia
se cortan delante de su presencia. ¡Declárate
libre para cumplir tu destino, por la Palabra
de Dios! ¡¡Hoy el Señor te renueva la
expectativa!!
Preguntas de reflexión
1. Ahora mismo, ¿crees que Dios puede hacer algo
que nunca hayas visto? ¿Qué nivel de expectativa
tienes?
2. ¿Puede la expectativa generar milagros?
3. ¿Por qué los amigos del paralítico marcaron la
diferencia?
4. ¿Sientes que hay alguna “pared humana” que te
impide avanzar? ¿Cuál es el consejo de Dios?
5. ¿Qué le dijo Jesús al paralítico? ¿Por qué?
6. ¿Cuál es tu verdadera necesidad? ¿Hay solución?
Año 2009
Iglesia “Rey de Reyes”
Pastores Claudio y Betty Freidzon