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Universidad Tecnológica de Pereira

Facultad de Bellas Artes y Humanidades

Cuarto semestre académico de 2020

Juan Alejandro Ochoa Montoya

Análisis del texto “la importancia de morir a tiempo” a los ojos de Erich
Fromm y “Ética y psicoanálisis”

Este texto al igual que el de Erich Fromm, tratará de dar cuenta del carácter humano en
relación a su psique, presentando 5 tipos de personalidades -a los cuales llama Fromm
caracteres- en los que se identifica el actuar de cada individuo.

Es así que ese actuar está precedido de emociones, momentos, personas y experiencias;
mayormente es durante la infancia la etapa en la que estos elementos cobran relevancia ya
que marcan el inconsciente. Debido a esto, se menciona que trabajar la psique es
remontarse a aquellas experiencias -en su mayoría traumáticas- que dejan una huella
imborrable, esta huella se representa a partir de los caracteres: receptivo, explotador,
acumulativo, mercantil y productivo; cada uno de estos caracteres tiene unos rasgos propios
de sí pero normalmente las personas tienen una mezcla de estos rasgos ya que no se da
exclusivamente uno solo.

Para entender mejor estos caracteres, se presentará una pequeña descripción de cada una de
ellas:

-Receptiva:

Estas personas tienen una necesidad constante de apoyo por parte de terceras personas, así
mismo la falta de confianza, se encuentra precedido de una figura o figuras autoritarias,
pues se le reprime creando la necesidad de ser asistido y en busca de una aprobación, eso
refleja en este carácter que cualquier tipo de ánimo o motivación está fuera de sí, en el
exterior.
Utilizan el abuso de la bebida y la comida como escape a la falta de afecto, debido a la
ausencia de un amor real recurren a elementos externos cuando no es un sujeto el que se lo
puede brindar y cuando sucede, suelen mostrarse leales ante los demás bajo la necesidad de
crear un supuesto vinculo en el que logren refugiarse.

-Explotador:

Se caracteriza por ser manipulador y engañoso para asegurar su beneficio, haciendo uso de
personas de carácter receptivo, aprovechándose de su falta de autoestima, asegurando
alguien bajo su mando, a menudo son el resultado de figuras permisivas, pues se alimenta
la manipulación y el ego; finalmente generando la búsqueda de alternativas al esfuerzo,
como el robar o utilizar a las personas.

Este tipo de carácter comúnmente tiene un temperamento frágil y se ve representado


cuando los engaños y manipulaciones no tienen resultado, llegando al punto de la agresión
o violencia; en cuanto amor y afecto se refiere, recurren a extraerlo de alguien más debido
que sólo en esas circunstancias se genera una atracción, entendiendo a las personas como
un objeto o propiedad que puede ser sustraída; este carácter al igual que el receptivo,
siempre van a buscar una fuente de afecto en el exterior pero intercambiando los roles.

-Acumulativa:

Este carácter difiere de los dos anteriores debido a que su necesidad no se encuentra en el
exterior sino dentro de sí y bajo aferrarse a los objetos y personas, llegando a ser
sumamente perfeccionistas, pues intentan preservar las cosas en su estado original, resulta
curioso que en este caso las figuras no sean o altamente sumisas o autoritarias sino
conservadoras en cuanto a su estilo de vida, con ello afectando su interacción social.

En cuanto al afecto, no buscan demostrarlo sino poseer al “amado” para asegurar que aquel
sentimiento expuesto se conserve dentro de sí, creando de esta manera una caja fuerte a sus
sentimientos, pensamientos y recuerdos; siendo rígidos en cuanto ideas ya que la
innovación o cambio representa un desgaste; con esto quiere decir que más que manipular
busca el dominio de todo a su alrededor evitando que algo lo saque de su zona de confort.
Ahora, parándonos directamente en el texto de Mario Mendoza y su relatos, el primero a
mencionar seria el síndrome de París en el cual se menciona esa necesidad de desplazarse
hacia allá por cómo se presenta, mejor dicho, su propaganda y finalmente la desilusión que
se llevan los viajeros al no encontrarse con dicha propaganda, esto es una muestra del
carácter receptivo en el que el sujeto se hace creer que está fuera de sí la tranquilidad o la
felicidad, como comúnmente se escucha “viajar resuelve los problemas”, la viva muestra de
una personalidad que está vacía y carente de afecto.

Siguiendo un orden ante los caracteres, sigue el explotador que viene acompañado del
relato desorden de identidad de la integridad corporal, en el que un sujeto recurre a la
amputación, mutilación o diversos métodos para deshacerse de partes de su cuerpo, pues
siente que la simetría de sí está con algo de más y sin importar el estado en el que se
encuentra, siendo saludable o no está decidido a no tenerlo, no confundirse con la necesidad
de atención como lo es otro síndrome, pues en muchas ocasiones llegan realizar estos
procedimientos por su propia mano teniendo todo resuelto para llegar a salvo a un hospital
o llamar a paramédicos en su auxilio; esta necesidad sin explicación de querer amputarse
una extremidad es una muestra del no estar en paz consigo mismo pero llevándose a un
extremo.

Hablando en el caso anterior de extremos, también el carácter acumulativo tiene un relato


que representa los extremos a los que se puede llegar por parte del carácter que se tenga y
sería la antropofobia, como su nombre lo dice, un temor o desagrado constante al contacto
humano o todo que lo relacione, siendo escalonada la forma en la que actúa, comenzando
por solo no poder ver a alguien en la calle o pasar a su lado, hasta quedarse en su habitación
sin ningún tipo de contacto con el exterior, lentamente también su estado psicológico se ve
alterado ya que el contacto humano o el intercambio de emociones, ideas o experiencias
nos mantienen en una cordura, es así como se expresa un carácter acumulativo llevado al
extremo en el que cualquier interacción se toma como desgaste.

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