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Saltos Saltos
1.4.1 Principios que deben tenerse en cuenta sobre las relaciones del
Ecuador con la Comunidad Internacional
La Constitución de la República (2008) contempla en el Título VIII
“RELACIONES INTERNACIONALES”, Capítulo primero: “Principios de
las relaciones internacionales”, lo siguiente:
Las relaciones del Ecuador con la comunidad internacional
responderán a los intereses del pueblo ecuatoriano, al que le rendirán
cuenta sus responsables y ejecutores, y, en consecuencia:
Con lo cual debemos admitir que hay otros tratados internacionales, cuya
materia específica no está señalada en esta disposición que no requieren de la
aprobación de la Asamblea Nacional para su ratificación o denuncia.
La facultad de la Asamblea Nacional está expresamente señalada en el
numeral 8 del artículo 120 de la Constitución de la República (2008) que dice:
“La Asamblea Nacional tendrá las siguientes atribuciones y deberes, además
de las que determine la ley: (…) 8. Aprobar o improbar los tratados
internacionales, en los casos que corresponda” (art. 120, num. 8).
Y los casos que le corresponde son aquellos que los hemos encontrado
señalados en el artículo 419 de la propia Ley Suprema.
Los tratados internacionales que vayan a ser ratificados por parte de la
Asamblea Nacional deberán contar con el dictamen previo y vinculante de la
Corte Constitucional, según lo dispuesto en el Artículo 438, numeral primero.
La Constitución de la República que entró en vigencia en octubre de 2008,
introdujo algunas innovaciones en esta materia, por ejemplo, volvió a
establecer disposiciones sobre la denuncia de un tratado internacional
aprobado, que le corresponde al Presidente de la República, pero debe contar,
además, con la aprobación previa de la Asamblea Nacional. Esta disposición
no constaba en las Constituciones de 1998, ni en la de 1946, aunque si en las
de 1967 y de 1945. Del mismo modo la denuncia de un tratado internacional
aprobado en referéndum requiere del mismo trámite que lo aprobó.
Otras innovaciones introducidas en la Constitución (2008) son las
contempladas en los artículos 420, 421 y 422, transcritos a continuación:
Art. 420.- La ratificación de tratados se podrá solicitar por
referéndum, por iniciativa ciudadana o por la Presidenta o Presidente
de la República.
Art. 421.- La aplicación de los instrumentos comerciales
internacionales no menoscabará, directa o indirectamente, el derecho a
la salud, el acceso a medicamentos, insumos, servicios, ni los avances
científicos y tecnológicos.
Art. 422.- No se podrá celebrar tratados o instrumentos
internacionales en los que el Estado ecuatoriano ceda jurisdicción
soberana a instancias de arbitraje internacional, en controversias
contractuales o de índole comercial, entre el Estado y personas
naturales o jurídicas privadas.
Se exceptúan los tratados e instrumentos internacionales que
establezcan la solución de controversias entre Estados y ciudadanos
en Latinoamérica por instancias arbitrales regionales o por órganos
jurisdiccionales de designación de los países signatarios. No podrán
intervenir jueces de los Estados que como tales o sus nacionales sean
parte de la controversia.
En el caso de controversias relacionadas con la deuda externa, el
Estado ecuatoriano promoverá soluciones arbitrales en función del
origen de la deuda y con sujeción a los principios de transparencia,
equidad y justicia internacional (Constitución de la República del
Ecuador, 2008).
1.4.3.1 Los tratados internacionales de derechos humanos
Desde hace varios años ya el derecho constitucional en varios países venía
reconociendo a los tratados internacionales de derechos humanos una
jerarquización a nivel de la propia Constitución, incluso y no muy pocos los
sitúan por encima de ella. Sin duda esta fue una conquista de quienes han
trabajado constantemente por la defensa y el desarrollo de los derechos
humanos en el mundo.
En el caso del Ecuador, en forma expresa, se encuentra señalada esta
disposición en el segundo inciso del artículo 424 que dice:
La Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por el Estado que reconozcan derechos más favorables a
los contenidos en la Constitución, prevalecerán sobre cualquier otra
norma jurídica o acto del poder público (Constitución de la República
del Ecuador, 2008, art. 424).
Por otro lado, es necesario dejar señalado que son de aplicación directa e
inmediata estas normas previstas en instrumentos internacionales de derechos
humanos, así lo dispone el artículo 426, la condición es, que dichas normas de
los tratados de derechos humanos sean más favorables a las establecidas en la
Constitución, y deben ser aplicadas, aun si las partes no las invocan
expresamente.
1.4.4 Preceptos sobre integración latinoamericana,
como objetivo estratégico del Estado
El Ecuador ha sido tradicionalmente un país integracionista, generalmente
ha estado dispuesto siempre a asociarse con otros Estados para formar
uniones políticas, económicas o sociales, regionales o subregionales e incluso
mundiales encaminadas a la armonización de políticas y normas comunes
tendientes a lograr el bien común de sus pobladores.
La Constitución del Ecuador coloca entre los objetivos estratégicos del
Estado a la integración y señala que en forma especial será considerada la
integración con los países de Latinoamérica.
En el artículo 423 de la Constitución se encuentran señalados los
compromisos del Estado ecuatoriano en esta materia:
La integración, en especial con los países de Latinoamérica y el
Caribe será un objetivo estratégico del Estado. En todas las instancias
y procesos de integración, el Estado ecuatoriano se comprometerá a:
Y señala que:
El fenómeno consuetudinario implica la reunión de dos elementos:
por una parte, un elemento de hecho (es decir la existencia de una
costumbre constante y general); y por otra, un elemento sicológico (es
decir la existencia de un elemento intelectual, la opinio juris, que
implica la aceptación del carácter obligatorio de la costumbre por los
sujetos mismos del derecho) (ROUSSEAU, Derecho Internacional
Público profundizado, 1966).
En este marco, casi todos los autores del derecho internacional público
coinciden en otorgar a la costumbre internacional estos dos elementos, como
condición inevitable para la existencia.
3.4.1 El elemento material
Este elemento consiste en la práctica general y uniforme de los actos u
omisiones a los cuales se les denomina precedentes. Estos actos u omisiones
deben ser probados.
ROUSSEAU, manifiesta que, para ser generador de costumbre, el
precedente debe revestir dos caracteres, ya que la costumbre se presenta como
un uso a la vez continuo y general.
En cuanto a la continuidad de aplicación en el tiempo, –dice–ROUSSEAU
(1966):
…en virtud de su definición, la costumbre aparece como la repetición
concordante de ciertos hechos. Para que una disposición
consuetudinaria adquiera valor obligatorio, es necesario que haya sido
constantemente aceptada por los Estados que se encontraron en
situación de tener que aplicarla.
En lo que se refiere a la generalidad en el espacio, “la costumbre no es
solamente el reflejo de una práctica continua, es también la expresión de una
práctica común” (ROUSSEAU, Derecho Internacional Público profundizado,
1966). El autor, señala la existencia de costumbres generales reconocidas por
el conjunto de Estados (costumbres universales) y de costumbres relativas
(costumbres regionales), limitadas a ciertos Estados determinados.
3.4.2 El elemento subjetivo o psicológico
El elemento material no sería suficiente por sí sólo para que una práctica
internacional pase a ser una norma consuetudinaria jurídicamente obligatoria,
es necesario que los sujetos del derecho internacional crean en dicha práctica
y la acepten. Esta “aceptación”, –dice ROUSSEAU (1966)–, “constituye la
opinio juris u opinio necessitatis[5], el elemento subjetivo, único criterio
válido de la costumbre en el orden jurídico” (pág. 131).
Este elemento que consiste en la convicción de que la costumbre resulta
jurídicamente obligatoria, es decir, se refiere a la conciencia que tienen los
Estados de actuar jurídicamente obligados y por lo tanto se debe adecuar su
conducta a la misma, caso contrario estaría violando dicha norma
consuetudinaria.
3.5 Los principios generales del derecho
Son aquellos conceptos fundamentales que aparecen como el conjunto de
ideas y creencias que forman el pensamiento jurídico de un pueblo y que
están formados por aquellos principios elementales de justicia y equidad que
tienen aplicación universal. Entre dichos conceptos están la libertad, igualdad,
justicia, seguridad jurídica, equidad, bien común.
Estos conceptos jurídicos fundamentales se han conservado a través del
tiempo y del espacio y que como sirven de base para la creación de la norma
jurídica, se han constituido en fuente del derecho internacional.
Pero, además, los principios generales del derecho no solo sirven para
crear y orientar normas de derecho, sino que complementan un ordenamiento
deficiente, fruto incompleto de la imaginación del legislador, lo cual
generalmente crea vacíos legales, los mismos que son completados por estos
principios.
Los principios del derecho están constituidos por normas en las que se
fundamenta su estructura, las cuales han sido partícipes en la historia del
derecho internacional público. Estas normas o principios son llamados Jus
Cogens, lo que FERMÍN TORO[6] las define como: “Normas Jurídicas
Internacionales admitidas universalmente e imperativas que se dirigen por el
alto grado de generalización de los preceptos expresados en ellos y son
fundamentales y rectores para todas las demás normas jurídicas
internacionales” (Toro, 1982). Es decir, son aquellas normas aceptadas y
reconocidas por la Comunidad Internacional de Estados en su conjunto como
norma que no admite acuerdo en contrario.
Algunos de los principios que forman el Jus Cogens, son los siguientes:
PARTE IV
LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Tratados Políticos.
Tratados Económicos.
Tratados sobre Asuntos Especiales.
La firma.
La firma AD REFERÉNDUM (o condicional).
La rúbrica.
La inclusión del texto del tratado en la resolución de la
organización internacional que la adopto.
4.11 La ratificación
La ratificación es la aprobación definitiva del tratado por el órgano
supremo del poder del Estado. Está contenida en dos instrumentos jurídicos
distintos en una disposición normativa interna (Ley, Decreto, etc.) y en un
documento internacional (Carta de Ratificación). El procedimiento de
ratificación es de la competencia interna del Estado. En unos países el Jefe de
Estado ratifica por sí mismo los tratados, en otros, lo hace con el acuerdo del
Parlamento.
De todas maneras, la ratificación se lo hace de acuerdo a la legislación
interna de cada país. Pero, son los poderes del Estado los que tienen la
facultad de aprobar o ratificar el instrumento. Depende también de las
circunstancias políticas de los Estados. Por ejemplo, en el caso de un
Gobierno dictatorial quien aprueba o ratifica será el Jefe Supremo o el
dictador. La ratificación se la hace en un solo acto.
El derecho internacional no establece qué tratados internacionales están
sujetos a ratificación. Esto se determina en cada caso por las condiciones del
tratado, ya que habrá instrumentos cuya aprobación del Estado pueda hacerse
de cualquier otra forma de las ya descritas anteriormente.
De ordinario, el derecho interno del Estado también contiene normas
sobre la ratificación de los tratados.
La Constitución del Ecuador (2008) reconoce a la acción de ratificación
de un tratado internacional como un acto único, dentro del cual se contempla
la aprobación de la Asamblea Nacional y la ratificación propiamente dicha
por parte del Presidente de la República.
En este ámbito, además, se señala que la suscripción o ratificación de los
tratados internacionales le corresponde al Presidente de la República, no
obstante, él mismo informará de manera inmediata a la Asamblea nacional
“de todos los tratados que suscriba, con indicación precisa de su carácter y
contenido” (art. 418).
Por lo demás, incluye este artículo que: “Un tratado solo podrá ser
ratificado, para su posterior canje o deposito, diez días después de que la
Asamblea haya sido notificada sobre el mismo” (art. 418), confirmando de
esta manera el íntegro conocimiento que debe tener el poder legislativo sobre
los compromisos internacionales que adopta el país.
La negativa a la ratificación no está considerada como una infracción del
derecho internacional. Sin embargo, se podría decir que, las numerosas
negativas a ratificar los tratados quebrantando la confianza en la firma del
Estado respectivo. El número de tratados no ratificados abundan en la
práctica[11].
El documento que confirma la ratificación en el plano internacional se
llama Carta o Instrumento de Ratificación. Al concluir los tratados bilaterales
se canjean estos instrumentos. Cuando los tratados son multilaterales las
Cartas se entregan a sus depositarios para que las guarden.
Por lo general la ratificación es incondicional, aunque se dan casos en que
se acuerda con alguna condición. Como ejemplos de este caso podríamos
nombrar: la ratificación por los Estados Unidos del Tratado de 1930 sobre la
Limitación y Reducción de Armamento Marítimo; la ratificación por algunos
Estados de las Convenciones de 1927 sobre la Prohibición de Importaciones y
Exportaciones y diversas Convenciones sobre Trabajo. En los dos últimos
casos, la ratificación de los tratados fue condicionada a la ratificación de ellos
por otros Estados. Esto significa que la acción de la ratificación queda en
suspenso hasta que se cumpla la condición prevista. Otro ejemplo es el de
Italia, que al firmar el 8 de enero de 1969 el Tratado de No Proliferación de
Armas Nucleares, subordinó su ratificación a la celebración de un Acuerdo
entre la Agencia Internacional de Energía Atómica y el EURATOM, sobre
Protección Nuclear.
Por lo anterior deducimos, que la ratificación tiene carácter discrecional.
De ello se derivan dos consecuencias: a) indeterminación del plazo para
ratificar. El Estado es libre para otorgar la ratificación cuando lo estime
oportuno; b) falta de obligatoriedad de la ratificación. Los Estados no están
obligados a ratificar un tratado y su negativa a hacerlo no compromete su
responsabilidad internacional.
4.11.1 Depósito del Instrumento de Ratificación
La figura del depósito apareció con los tratados multilaterales. Con
anterioridad al siglo XX, la mayoría de los tratados eran bilaterales, no se
hacía necesario un depositario pues, cuando se celebraba un tratado entre dos
Estados, éstos intercambiaban los instrumentos de ratificación, y se lo sigue
haciendo para ese tipo de tratados o convenios.
En el caso de los tratados multilaterales, es necesario el nombramiento de
un Estado, una organización internacional o un funcionario administrativo
principal de tal organización, para que se ocupe de recibir, salvaguardar y
comunicar a las partes involucradas sobre los instrumentos de ratificación.
Esta entidad o Estado es el “depositario” y su designación se hace por acuerdo
de las partes.
El depositario cumple una función internacional y debe actuar con
imparcialidad. Entre otras cosas, la circunstancia de que no reconozca a uno u
otro Estado no debe influir en el cumplimiento de sus deberes. En los últimos
años, a fin de superar las contradicciones políticas y asegurar la posibilidad de
la participación universal en los tratados se designa como depositarios a
varios Estados. Por ejemplo, el caso de la Convención Interamericana sobre el
Tráfico Internacional de Menores, se nombra depositario del mismo, al
Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, en
cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 29 de la Convención; o el caso del
Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, firmado en
Londres, Moscú y Washington, el 1 de julio de 1968, se dispuso que los
instrumentos de ratificación y los de adhesión serán entregados para su
depósito a los Gobiernos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, de los Estados Unidos de América y de la URSS, a quienes se les
designa como depositarios. En el caso de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, CONVEMAR, el depósito de los
instrumentos de ratificación y de confirmación formal, así como de adhesión
se hace ante el Secretario General de las Naciones Unidas, en concordancia
con los artículos 306 y 307 de la propia Convención.
En las últimas décadas ha sido una práctica casi común, que la Secretaría
General de las Naciones Unidas sea depositaria de los tratados internacionales
multilaterales.
4.11.2 El canje del Instrumento de Ratificación
Para que un tratado bilateral formal entre en vigor, se requiere la
ratificación de los Estados contratantes y el canje de los instrumentos de
ratificación. Los Estados, si así lo desean, pueden señalar una determinada
fecha para que el tratado entre en vigor, con posterioridad a dicho canje. De la
operación del canje se deja constancia en un acta.
La característica básica de este procedimiento es que las firmas de ambas
partes no aparecen en una carta o nota, sino en dos cartas o notas separadas.
Por lo tanto, el acuerdo reside en el canje de esas cartas o notas, reteniendo
cada una de las partes una carta o nota firmada por el representante de la otra
parte. En el tratado bilateral las partes indicarán mediante el canje de notas
que han completado todos los procedimientos internos necesarios para aplicar
el tratado.
4.12 El registro
El registro de los tratados internacionales se refiere a la función de la
Secretaría de las Naciones Unidas de efectuar la inscripción de los mismos,
según la disposición del artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas
(1945):
PARTE VI
LA NULIDAD Y LA TERMINACIÓN DE LOS TRATADOS
INTERNACIONALES
De estas tareas, sólo la primera tiene un carácter absoluto, las dos últimas
son relativas, ya que puede ocurrir que la competencia jurisdiccional se ejerza
en territorio extranjero, en cuyo supuesto se da un caso de prevalencia sobre
la competencia territorial del Estado.
Igual situación podría ocurrir en relación con la organización y
funcionamiento de los servicios públicos.
El único caso de exclusividad absoluta de la competencia del Estado, es el
relativo al ejercicio de la competencia coactiva.
El ejercicio, por un Estado, de cualquier competencia coactiva, en
territorio extranjero, está prohibido por el derecho internacional. En caso de
requerirse una acción de presión se deberá recurrir a la práctica diplomática, a
los tratados internacionales, a la práctica arbitral y a la jurisprudencia interna.
7.6.2 La autonomía
Un Estado independiente no solo actúa por sí mismo, sino que, para que
su independencia sea efectiva, debe ejercitarle, de acuerdo a sus propias
iniciativas y modelos, sin que tenga que admitir, las fórmulas, mandatos o
directrices de otros Estados o sujetos del derecho internacional, situación
propia de la política de intervención.
La autonomía es un aspecto positivo de la independencia. Implica la
existencia, para los órganos estatales, de una competencia discrecional; o
sea, del derecho que le asiste, con toda libertad, para tomar decisiones
oportunas, como lo considere adecuado.
A la competencia discrecional se opone la competencia reglada, por la
cual, el órgano estatal, no es árbitro de la oportunidad de su acción o de su
abstención, sino que, por el contrario, se halla jurídicamente obligado a
actuar, a no actuar, o a hacerlo en determinada forma o momento.
7.6.3 La plenitud de su ejercicio
Por definición, la competencia del Estado es una competencia plena. Así
como las competencias de las demás colectividades públicas son
competencias de atribución, necesariamente limitadas en cuanto al objeto, la
competencia estatal permanece indeterminada ratione materiae (competencia
por razón de la materia). Un Estado teocrático puede englobar en ella el
control de la vida espiritual y otro tipo de Estado puede extender su gestión a
la vida económica. Estas extensiones de la competencia pueden dar lugar al
ejercicio de la responsabilidad internacional del Estado, en el caso de que se
produzca un perjuicio al derecho de terceros Estados o de sus súbditos.
7.7 Colectividades estatales de estructura compleja
Lo que al derecho internacional le interesa es el análisis de la Unión de
Estados, pues éstas tienen un poder único y centralizado y una sola
personalidad internacional.
Las Uniones de Estados, en la actualidad, prácticamente han desaparecido,
aunque las formas clásicas más conocidas son la Uniones Personales, las
Uniones Reales y las Confederaciones.
7.7.1 Unión de Estados: Unión personal y real
La Unión Personal de los Estados aparece cuando, por razones
dinásticas, o históricas, dos o más Estados pasan a tener un solo Jefe de
Estado. Sin embargo, cada Estado mantiene su personalidad internacional y
su autonomía, no obstante que el Jefe de Estado actuaba a nombre de cada
uno de ellos en forma independiente. O sea si los órganos principales de
gobierno de Estados diferentes tienen un titular común. Cada Estado continúa
siendo sujeto de derecho internacional.
Como ejemplo de casos de uniones personales, señalaremos a Gran
Bretaña y Hannover (1714-1837), Holanda y Luxemburgo (1815- 1890),
Bélgica y el Congo (1885-1908). En los dos últimos ejemplos hay unión
personal por razones dinásticas.
El único caso que se considera unión personal, en la actualidad, es la
del Papa que es Jefe de la Santa Sede y del Estado de la ciudad del
Vaticano. Una Unión que pretendió ser Unión Personal fue la Ítalo-
albanesa (1939-1943), la que fue impuesta por la fuerza mediante la
ocupación de Albania por tropas italianas. La Unión Personal radicaba
en un solo Jefe de Estado: Víctor Manuel (Llanos Mansilla, Teoría y
Práctica del Derecho internacional público, 1980).
La Unión Real existió al unirse voluntariamente dos Estados bajo un solo
monarca, ello dio origen a una persona internacional, lo que le diferenció de
la Unión Personal en la que existieron varios sujetos de derecho internacional.
La unión real es diferente, no es el fruto de un acto casual sino de una
decisión deliberada y conscientemente adoptada. Se da siempre que dos o más
Estados se articulan entre sí con el propósito de cumplir determinadas
finalidades comunes, que ordinariamente se refieren a la defensa nacional y a
la gestión de los asuntos exteriores bajo la conducción de órganos de gobierno
compartidos.
La unión real no entraña el nacimiento de un nuevo Estado sino la
creación, a través de correspondientes reformas constitucionales, de ciertas
instituciones gubernativas comunes.
Los Estados por ella vinculados no pierden su soberanía por el hecho de la
coalición sino que la limitan en aquellos temas que, como el de la política
exterior u otros, han decidido manejarlos de común acuerdo y por medio de
órganos compartidos.
La característica de la Unión Real es la voluntariedad en su constitución,
sea interno o internacional, lo cual provenía de la existencia de una cierta
proximidad geográfica entre sus miembros. Cada Estado seguía siendo
soberano plenamente, excepto para los asuntos de defensa y de relaciones
exteriores.
Como ejemplo de las Uniones reales tenemos el caso de Holanda e
Indonesia, según los acuerdos de 1947 y de 1949. Una vez concluidas las
guerras entre Holanda e Indonesia, el 23 de agosto se inició en La Haya la
mesa redonda para discutir el futuro de Indonesia. El 2 de noviembre, se
alcanzó el Acuerdo de La Haya: la República de Indonesia formaría parta de
una mancomunidad (incluyendo además los Países Bajos, Surinam y las
Antillas Neerlandesas) con la reina Juliana como Jefe de Estado. La propia
Indonesia sería una federación de 16 estados. El 30 de diciembre se llevó a
cabo la transferencia de soberanía (Recuperado de http://historia-de-
holanda.blogspot.com/2013/04/reconstruccion-y-guerras-coloniales).
7.7.2 El Federalismo: la Confederación de Estados
y el Estado Federal
El federalismo es una asociación cerrada de varios Estados, que persiguen
ciertos objetivos comunes, existe una solidaridad de intereses entre todos los
Estados que forman la asociación.
El federalismo se ha manifestado en la Confederación de Estados y en el
Estado Federal.
La Confederación de Estados
Consiste en la unión de varios Estados independientes, mediante un
tratado, para realizar fines comunes, generalmente en materia de defensa,
comercio o para mantener la paz entre los asociados.
La asociación es voluntaria y cada Estado mantiene su soberanía propia y
personalidad internacional. Se establecen órganos comunes colegiados.
Algunos tienen un parlamento al cual asisten representaciones, en ellos se
votan por unanimidad o mayoría calificada. Los Estados se someten a ciertas
obligaciones, entre otras, aquellas que respetan la paz, y los principios del
derecho internacional, lo cual ha dado paso a la institución del arbitraje. Se
comprometen a no participar en alianzas antagónicas, etc.
Las Confederaciones de los Estados han dado lugar a la constitución de
Estados Federales.
El Estado Federal
Consiste en la unión permanente de varios Estados soberanos, que tienen
órganos propios con poder sobre los Estados miembros y sobre sus
ciudadanos. La soberanía se comparte entre el Estado Federal y los Estados
miembros, cada uno de los cuales tiene competencia para determinadas
materias, su competencia es independiente.
Precisamente, se caracteriza porque su competencia en asuntos internos,
de acuerdo a su Constitución, es compartida entre las autoridades federales y
los Estados miembros que la componen, mientras que los asuntos exteriores
solo son competencia de ellos.
Para el derecho internacional lo que existe es el Estado federal, no sus
Estados miembros. Solo el Estado federal podrá declarar la guerra, celebrar
tratados de alianza y políticos, enviar y recibir representantes diplomáticos,
tener responsabilidad internacional, participar en organismos internacionales,
en definitiva ser un Estado soberano ante el derecho internacional.
Algunas Constituciones permiten que los Estados celebren tratados y
participen en organismos internacionales, pero se considera que actúan a
nombre del Estado federal.
El caso de Estado federal más representativo, fue en su momento, la
Unión Soviética, cuya Constitución autorizaba a las Repúblicas federadas a
mantener relaciones diplomáticas, celebrar tratados internacionales e
intercambiar representantes diplomáticos y consulares (Ucrania y Bielorrusia
eran miembros de Naciones Unidas).
La Constitución Soviética describía al Estado como “Estado federal”,
compuesto de una República federal, 15 Repúblicas federadas, 16 Repúblicas
autónomas, 6 territorios administrativos y 134 regiones administrativas; y,
una organización integrada por un Poder Ejecutivo: el Presidium y el Consejo
de Ministros; el Poder Legislativo, con dos órganos: el Consejo de las
Nacionalidades y el Consejo de la Unión y el Poder Judicial. Establecía
además, que “cada República de la Unión ejerce independientemente la
autoridad estatal”. En 1944 se declaró que cada una de las Repúblicas de la
federación era independiente en la conducción de sus asuntos internos. De
acuerdo con el artículo 72 de la Constitución Soviética de 1977, cada
república mantenía el derecho a la secesión. Durante la crisis política de 1991
Rusia, Ucrania y Bielorrusia la utilizaron para disolver legalmente la Unión.
Actualmente hay varias federaciones, entre ellas se encuentran: Alemania,
Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, India, México, Rusia,
Suiza y Venezuela.
7.8 Colectividades no estatales
7.8.1 Estado Ciudad del Vaticano
Hasta 1870, los Estados Pontificios formaban parte de la Comunidad
internacional, al igual que otros Estados, con la sola diferencia de que su
Soberano era, al mismo tiempo, Jefe Supremo de la Iglesia Católica, lo cual le
otorgaba ciertas prerrogativas, que no tenían los demás jefes de Estado.
La unidad de Italia, producida en 1870, terminó con los Estados
Pontificios, reduciéndoles a los límites de la Ciudad del Vaticano. El Papa
protestó firmemente contra el despojo territorial del que había sido objeto, y
lo hicieron sus sucesores hasta conseguir la firma de los Acuerdos de Letrán.
En 1871 Italia otorgó a la Santa Sede la llamada “Ley de Garantías”, por la
cual reconocía el carácter especial del Papa y aseguraba su independencia
absoluta respeto al Jefe de Estado italiano. Esta ley no fue reconocida nunca
por los Papas, pero utilizaron los privilegios que allí se le otorgaban.
Considerar que la Ciudad del Vaticano es un Estado en sentido estricto de
la palabra no es tan real, en realidad posee los siguientes elementos
constitutivos de un Estado, pero en forma inexacta:
Los fideicomisos
Este sistema muy parecido al de los mandatos, en algunos casos lo
sustituyó, fue creado por la Carta de las Naciones Unidas, y ejerce bajo la
autoridad de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en virtud de
acuerdos especiales.
Se basa igualmente en el deseo que una potencia administradora ejerciera
su administración durante un cierto tiempo sobre un territorio llamado
fideicometido, hasta que éste estuviera en su total capacidad para poder
desenvolverse en la comunidad internacional como un miembro libre y
soberano.
Los territorios fideicometidos tienen capacidad jurídica, pero son
representados por la autoridad administradora frente a terceros Estados, la
única que puede ejercer el derecho de protección sobre los ciudadanos del
fideicometido. La protección fiduciaria se aplica sobre los siguientes
territorios:
1. La ocupación
Es el modo más común de los originarios, tomando posesión del mismo y
adquiriendo sobre él la competencia territorial. Para que la ocupación tenga
consecuencias internacionales es necesario que se den dos elementos: el
elemento psicológico o animus occupandi y el elemento material de la
efectividad de la ocupación.
2. La accesión
Consiste en extender la competencia a aquellas formaciones terrestres que
hayan acrecido al propio territorio del Estado, ya sea por causas naturales o
por la acción del hombre.
3. La cesión
Está basada en un acuerdo entre dos o más Estados para llevar a cabo una
transferencia territorial, la cesión se perfecciona jurídicamente cuando se
produce la ocupación efectiva del territorio y el ejercicio de las competencias
por el Estado beneficiario de la cesión.
Este modo, ha sido reprobado en los últimos años, debido a que era el
modo de transferir territorios del Estado vencido al vencedor de una guerra,
cuando ésta finalizaba, utilizando el uso de la fuerza y las conquistas de los
fuertes.
CHARLES ROUSSEAU reconoce competencias territoriales limitadas y las
categoriza bajo tres supuestos: El protectorado, el mandato y la tutela
(ROUSSEAU, Derecho internacional público profundizado, 1966, pág. 165).
El Protectorado: Cuya naturaleza jurídica fue muy discutida en doctrina.
En el territorio del protectorado se encuentra un territorio del Estado
protegido, sobre el cual el Estado protector ejerce ciertas competencias
limitadas. “La jurisprudencia francesa que calificaba hasta 1955 el territorio
tunecino como “territorio no integrado al territorio francés, sometido
simplemente a la protección de Francia, no contradice esta posición, que
excluye toda soberanía territorial del Estado protector” (ROUSSEAU, 1966,
pág. 166).
Territorios bajo Mandato: Respecto de los territorios que estaban a su
cargo, la potencia mandataria no poseía una competencia originaria e
incondicional, sino competencias territoriales limitadas. Esto es así tanto para
los mandatos C, como para los demás.
Como consecuencia los tratados celebrados por el Estado mandatario por
su propia cuenta no podían ser aplicados; la inaplicabilidad del derecho
interno del Estado mandatario, bajo reserva de la extensión de los principios
fundamentales del orden jurídico de la potencia mandataria y de la facultad
para esta última de administrar los territorios bajo mandato B y C como parte
integrante de su propio territorio; la obligación para el mandatario de respetar
la integridad del territorio bajo mandato, lo que implicaba la prohibición de
toda anexión por el Estado mandatario y la interdicción de toda cesión
territorial por este último a otros Estados (Analizados en el punto 7.10)
Territorios bajo Tutela: El mismo análisis cabe para los territorios que
fueron colocados bajo el régimen de tutela en 1945.
El régimen de tutela se ha aplicado a los territorios que se hallaban
bajo mandato todavía al final de la segunda guerra mundial y a
Somalia (separada de un Estado vencido en 1945) Todos los
territorios bajo tutela han pasado a ser Estados independientes, menos
las Islas del Pacífico (Carolinas, Marshall, Marianas) que están bajo la
tutela de Estados Unidos de Norteamérica (http://www.enciclopedia-
juridica.biz14.com/inicio-enciclopediajuridico.html 2014).
8.2.1 La Soberanía Territorial
Soberanía territorial es el poder exclusivo que ejerce un Estado sobre su
territorio, sin perjuicio de los límites que señala el derecho internacional.
La soberanía territorial concede a los Estados dos derechos: el dominio
internacional y la competencia territorial. El dominio internacional que es la
pertenencia de un territorio a un Estado determinado y la competencia o
supremacía territorial que es el ejercicio pleno y exclusivo de la autoridad o
poder público del Estado sobre las personas y bienes situados en su territorio.
JUAN ANTONIO CARRILLO SALCEDO manifiesta que:
Jurídicamente, la noción de soberanía expresa en derecho
internacional el conjunto de competencias y derechos de que cada
Estado independiente es titular en sus relaciones con otros Estados.
Así entendida, la soberanía se nos muestra como un principio
constitucional del derecho internacional, símbolo del hecho de que
este último opera sobre la base de la coordinación entre los Estados y
no de subordinación entre los mismos, y su esencia consiste en el
derecho a ejercer las funciones del Estado en un plano de
independencia e igualdad respecto de otros Estados (Carrillo Salcedo,
1969).
La competencia territorial exclusiva y plenaria, denominada soberanía
territorial, se ejerce esencialmente sobre el espacio terrestre nacional que
forma el territorio estatal, incluidos el mar territorial y el espacio aéreo.
Para ROUSSEAU la soberanía territorial tiene un doble aspecto: positivo
y negativo.
El aspecto positivo, es que la soberanía territorial se funda en dos ideas
esenciales: es un poder jurídico y es una noción funcional.
Un conjunto de poderes jurídicos reconocidos a un Estado para permitirle
ejercer las funciones estatales dentro de un espacio determinado, es decir,
cumplir los actos destinados a producir un efecto de derecho (actos
legislativos, administrativos y jurisdiccionales).
La soberanía territorial es, por otra parte, una noción funcional: positiva,
acorde con la noción misma del Estado, que solo existe para cumplir ciertas
funciones y realizar ciertas finalidades que le son exteriores ya que no existe
sino en interés de sus ciudadanos.
En el aspecto negativo, la soberanía territorial comporta, el exclusivismo,
es decir, la facultad de excluir toda competencia de otro Estado en el interior
del territorio sobre el cual se ejerce. Hemos visto que ese exclusivismo se
afirma sobre todo, en lo que concierne al monopolio de la obligación (poder
coercitivo), del ejercicio del poder jurisdiccional y de la organización de los
servicios públicos.
Otros autores, completan esta idea del aspecto negativo de la soberanía
territorial, analizando la igualdad jurídica de los Estados ante el derecho
internacional, y que, sus principios son el referente de las relaciones de
amistad y cooperación entre los ellos.
8.3 El reconocimiento de gobiernos: doctrinas
Cuando se produce un rompimiento del orden constitucional en el
gobierno de un Estado, éste no afecta su personalidad internacional, pero el
nuevo régimen o gobierno que nazca de esa transformación, necesita ser
reconocido por los gobiernos extranjeros, con la finalidad de que las
relaciones diplomáticas y de otro tipo, se mantengan y vuelvan a la
normalidad.
La necesidad de este procedimiento surge porque, se altera el sistema
político del Estado, debido a las acciones de hecho que se han producido y
queda en duda o espera, ante los demás Estados, la legitimidad o legalidad de
la autoridad efectiva y suprema en el Estado que surja de ese cambio violento,
pues es con esa autoridad con la cual habrá de mantener relaciones.
La práctica diplomática general ha sido la de proceder al reconocimiento
del nuevo gobierno. Ecuador no se ha inclinado por esta práctica sino ha
propugnado una automática continuación de relaciones diplomáticas.
El reconocimiento del nuevo gobierno no implica la aprobación de su
política o testimonio de su legalidad, es solamente la confirmación de un
hecho.
Quienes consideran necesario el reconocimiento del gobierno emergente,
lo consideran también como mecanismo de garantía del respeto de las
obligaciones internacionales por parte de éste. Pero quienes propugnan la
supresión del reconocimiento, lo hacen por el temor de que su aplicación
pueda conducir a casos de intervención foránea en los asuntos internos de un
Estado.
El reconocimiento de gobiernos puede ser expreso o tácito, ya sea que se
lo haga, a través de una declaración formal reconociendo al nuevo gobierno o
por actos internacionales dirigidos a admitir que el nuevo gobierno detenta el
poder interno y representa al Estado en lo internacional (por ejemplo la
celebración de un tratado internacional).
Puede también reconocerse “de jure” (de derecho) cuando el nuevo
gobierno se hubiere consolidado y se le reconoce sin reservas; o, “de facto”
(de hecho) cuando surgen dudas sobre la estabilidad del nuevo gobierno y se
espera para la reanudación de las relaciones diplomáticas. El reconocimiento
prematuro de un gobierno, se podría catalogar como una intervención ilícita
en asuntos internos del Estado.
Será indispensable para el reconocimiento que el nuevo gobierno
demuestre efectividad y responsabilidad, la primera, con el control del aparato
administrativo y la aceptación de la población; y la segunda, con la capacidad
y voluntad de cumplir las obligaciones internacionales.
No es requisito para el reconocimiento que el gobierno goce de
legitimidad, ésta podría ser posterior.
El reconocimiento es generalmente individual, es decir que cada Estado
reconoce al nuevo gobierno, pero también se han presentado ocasionalmente
otras formas de reconocimiento: el colectivo (realizan colectivamente varios
Estados), el consultado (procedimiento de llamar a consulta a varios países
para otorgar el reconocimiento), el concertado (nacido de un acuerdo), el
conjunto o simultáneo (realizado simultáneamente por varios países).
Doctrina Tobar: El 15 de marzo de 1907, el Canciller ecuatoriano Doctor
CARLOS R. TOBAR, propuso esta doctrina, con la finalidad de defender el
sistema democrático y los principios constitucionales en América Latina. La
doctrina propugna el “no reconocimiento de los gobiernos de hecho
surgidos de revoluciones contra la Constitución”. Como dicha actitud
implica injerencia en los asuntos internos de un Estado, el doctor TOBAR
sostenía que “una intervención convenida no es propiamente una
intervención”, sobre todo si “los autores mismos que no aceptan las
intervenciones aisladas las aceptan cuando son hechas por varios países
en colectividad (…)”. Esta doctrina fue aplicada especialmente por el
Presidente WILSON, de los Estados Unidos, en algunos casos como los
regímenes revolucionarios de los generales HUERTA en México y TINOCO
en Costa Rica. A esta doctrina se la conoce también como de la legitimidad
democrática.
Doctrina Estrada: Propuesta por el Ministro de Relaciones Exteriores de
México, señor GENARO ESTRADA, en 1930, según la cual el
reconocimiento constituye intromisión en los asuntos internos de otro Estado.
Por lo tanto, su país “no se pronuncia en sentido de otorgar
reconocimiento, sino que limitase a mantener o retirar, cuando lo crea
procedente, a sus agentes diplomáticos, y a continuar aceptando, cuando
también lo considere procedente, a similares agentes diplomáticos que las
naciones respectivas tengan acreditados en México”.
Doctrina Betancourt: El Presidente de Venezuela, RÓMULO
BETANCOURT, en 1963, proclamó que su país “(…) sostiene y practica la
tesis del no reconocimiento diplomático a los gobiernos de hecho cuando
resulten del derrocamiento de regímenes de legítimo origen comicial”.
Venezuela había adoptado la modalidad generada por la Doctrina TOBAR.
Tal posición sin embargo, fue gradualmente abandonada.
8.4 Principios que rigen el ejercicio de las competencias
Entre los principios que rigen el ejercicio de las competencias del Estado
se encuentran el principio de la independencia, con sus tres manifestaciones,
las mismas que las hemos analizado en páginas anteriores; el principio de la
igualdad de los Estados ante el derecho internacional, y el principio de la
abstención o de la no intervención.
8.4.1 Principio de la igualdad
Hemos afirmado repetidas veces que todos los Estados son jurídicamente
iguales y ese es un principio fundamental de las relaciones entre ellos.
La carta de las Naciones Unidas (1945), proclama este principio: “La
Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus
Miembros” (art. 2).
De igual manera, la Declaración de Principios Referentes a las Relaciones
Amistosas y a la Cooperación entre los Estados de Conformidad con la carta
de las N.U., dice: “Todos los Estados gozan de igualdad soberana. Tienen
iguales derechos e iguales deberes y son por igual miembros de la comunidad
internacional, pese a las diferencias de orden económico, social, político o de
otra índole”.
El artículo 10 de la Carta de la OEA, manifiesta:
Los Estados son jurídicamente iguales, disfrutan de iguales derechos e
igual capacidad para ejercerlos y tienen iguales deberes. Los derechos
de cada uno no dependen del poder de que disponga para asegurar su
ejercicio, sino del simple hecho de su existencia como persona de
derecho internacional.
Como vemos, es un principio reconocido y promocionado por las
organizaciones internacionales, principio del cual emana una serie de
derechos y obligaciones en el campo de las relaciones de los Estados y ante
los organismos internacionales, que se manifiesta en la práctica diaria de
dichas relaciones.
8.4.2 Principio de la abstención
Este principio rector de las relaciones internacionales denominado
abstención o de no intervención, tiene como fundamento que cada Estado
debe evitar inmiscuirse en los asuntos internos de los demás, pues tiene su
zona de competencia propia más allá de la cual ha de privarse de obrar, es un
deber que se le impone en el ejercicio de sus competencias.
Las grandes potencias emplearon el “derecho de intervención”, durante los
siglos XIX y comienzos del XX, alegando el derecho de la autodefensa, para
interferirse en los asuntos de otros Estados. Han utilizado argucias como los
“motivos humanitarios”, con la finalidad de proteger intereses de sus
nacionales o para mantener o implantar regímenes gubernativos, etc.
La intervención, ha merecido un rechazo general, en cualquiera de las
formas que la presenten, especialmente en nuestra región, la “no
intervención” es uno de los principios esenciales del sistema interamericano.
La Carta de las Naciones Unidas, en su artículo 2, numeral 7 manifiesta:
Ninguna disposición de esta Carta autoriza a las Naciones Unidas a
intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción
interna de los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos
asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta;
pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas
coercitivas prescritas en el capítulo VII.
La Carta de la OEA, tiene disposición similar, en su artículo 19:
Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir directa
o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o
externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente
la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de
tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos
políticos, económicos y culturales que los constituyen.
La Constitución de la República del Ecuador (2008), reconoce con
bastante amplitud los principios para el ejercicio de las competencias en la
convivencia con otros Estados:
Las relaciones del Ecuador con la comunidad internacional
responderán a los intereses del pueblo ecuatoriano, al que le rendirán
cuenta sus responsables y ejecutores y en consecuencia:
Misión de representación.
Misión de negociación.
Misión de observación e información.
Misión de protección.
Consulados generales;
Consulados;
Viceconsulados; y,
Agencias consulares.
1. La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin
litoral (…):
a. Libertad de navegación;
b. Libertad de sobrevuelo;
c. Libertad de tender cables y tuberías submarinos con
sujeción a las disposiciones de la Parte VI;
d. Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones
permitidas por el derecho internacional, con sujeción a las
disposiciones de la Parte VI;
e. Libertad de pesca, con sujeción a las condiciones
establecidas en la Sección 2;
f. La libertad de investigación científica, con sujeción a las
disposiciones de las Partes VI y XIII (…).
Estas disposiciones del artículo 86 y siguientes son muy importantes para
todo Estado ribereño ya que sus intereses pesqueros no terminan en las 200
millas, sino que van más allá, pues ciertas actividades de pesca realizadas
fuera del mar territorial pueden afectar la conservación y posterior
explotación de los recursos vivos dentro de las 200 millas, teniendo en cuenta
que los recursos vivos no son inmóviles y que más bien circulan por los
océanos, sin tener fronteras, en especial en el caso de ciertas especies.
La Convención establece normas para proteger a las especies
transfronterizas cuyos cardúmenes entran y salen de las 200 millas.
10.1.7 Régimen jurídico de la plataforma continental
La Parte VI de la Convención trata sobre la plataforma continental y al
respecto reconoce al Estado ribereño el derecho de soberanía no solo de 200
millas sino, en algunos casos específicos, hasta 350 millas marinas (artículo
76). Este derecho de soberanía es para los efectos de la exploración y
explotación de todos los recursos naturales que ahí se encuentran, incluyendo
dentro de éstos los recursos mineros, los hidrocarburos, otros recursos no
vivos del lecho del mar y su suelo, y los organismos vivos pertenecientes a
especies sedentarias.
El artículo 77 establece los derechos de soberanía del Estado ribereño
sobre la plataforma continental independientemente de su exploración o
explotación o de su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración
expresa. Igualmente dispone que nadie pueda emprender actividades de
exploración y explotación de los recursos naturales de ésta sin expreso
reconocimiento del Estado ribereño.
Y sobre la jurisdicción del Estado ribereño en relación a actividades en la
plataforma continental el artículo 81 dispone que: “El Estado ribereño tendrá
el derecho exclusivo a autorizar y regular las perforaciones que con cualquier
fin se realicen en la plataforma continental”.
10.1.8 La zona
La Parte XI de la Convención trata sobre La Zona y el artículo 133 dice:
“Por recursos se entiende todos los recursos mineros, sólidos, líquidos o
gaseosos in situ en la zona, situados en los fondos marinos o en su subsuelo
incluidos los nódulos polimetálicos”.
La Convención tiene el acierto de determinar en el artículo 136: “La Zona
y sus recursos son patrimonio común de la humanidad”.
Considerando que existe una gran riqueza en los fondos marinos más allá
de las 200 millas, en la Convención del Mar se declara que los fondos
marinos y sus recursos son patrimonio común de la humanidad. Bajo este
concepto se entiende que ningún Estado o persona natural o jurídica podrá
apropiarse de parte alguna de la Zona o de sus recursos (artículo 137). Se
entiende, que los derechos sobre los recursos de la Zona pertenecen a toda la
humanidad, en cuyo nombre actuará la Autoridad Internacional de los Fondos
Marinos que ha sido creada en la misma Convención (artículo 156). Estos
recursos son inalienables.
Es necesario anotar que sobre la aplicación de la Parte XI de la
Convención existe un Acuerdo que reglamenta su aplicación expedido por las
Naciones Unidas y que forma parte de la Convención como anexo.
10.2 La Declaración de Santiago de 1952 y la convemar
El artículo 15 de la CONVEMAR dice:
Delimitación del mar territorial entre Estados con costas adyacentes o
situadas frente a frente. Cuando las costas de dos Estados sean
adyacentes o se hallen situadas frente a frente, ninguno de dichos
Estados tendrá derecho, salvo acuerdo en contrario, a extender su mar
territorial más allá de una línea media cuyos puntos sean equidistantes
de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las cuales
se mide la anchura del mar territorial de cada uno de esos Estados. No
obstante, esta disposición no será aplicable cuando, por la existencia
de derechos históricos o por otras circunstancias especiales, sea
necesario delimitar el mar territorial de ambos Estados en otra forma.
Este artículo 15 que busca determinar la delimitación del mar territorial
entre Estados con costas adyacentes o situados frente a frente, concuerda con
el hecho de que el Ecuador posee acuerdo en contrario con las disposiciones
de la Declaración sobre Zona Marítima (Declaración de Santiago 1952) y un
Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima (Lima 1954) suscritos por
Chile, Ecuador y Perú, que son Acuerdos que recogen derechos históricos y
circunstancias especiales, que determinan el límite marítimo de los Estados
Partes.
La Declaración de Santiago de 1952 en su Parte IV dice:
En el caso de territorio insular la zona de 200 millas marinas se
aplicará en todo el contorno de la isla o grupo de islas. Si una isla o
grupo de islas pertenecientes a uno de los países declarantes estuviere
a menos de 200 millas marinas de la zona marítima general que
corresponde a otro de ellos, la zona marítima de esta isla o grupo de
islas quedará limitada por el paralelo del punto en que llega al mar la
frontera terrestre de los Estados respectivos.
La existencia de las islas de La Plata, Puná y Santa Clara conduce a
determinar el límite marítimo por el Paralelo del punto en que llega al mar la
frontera terrestre de los Estados correspondientes.
Igualmente, el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de
Lima 1954, en su disposición primera señala: “Establécese una zona especial
a partir de las 12 millas marinas de la costa, de 10 millas marinas de ancho a
cada lado del paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países”.
El artículo 74 de la Convención establece la delimitación de la zona
económica exclusiva entre Estados con costas adyacentes o situadas frente a
frente y en su numeral 4 dice: “Cuando exista un acuerdo en vigor entre los
Estados interesados, las cuestiones relativas a la delimitación de la zona
económica exclusiva se resolverán con las disposiciones de este acuerdo”.
De igual manera le artículo 83 de la Convención establece la delimitación
de la plataforma continental entre Estados con costas adyacentes o situados
frente a frente y en su numeral 4 dice: “Cuando exista un acuerdo en vigor
entre los Estados interesados, las cuestiones relativas a la delimitación de la
plataforma continentales determinarán de conformidad con las disposiciones
de ese acuerdo”.
Por lo tanto, al existir un acuerdo en vigor previo, es decir la Declaración
de Santiago de 1952 y el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima
de 1954, la delimitación del mar territorial, de la zona económica exclusiva y
de la plataforma continental está contemplada en dichos acuerdos y la
Convención expresamente reconoce dicha delimitación.
PARTE XI
EL DOMINIO AÉREO Y DEL ESPACIO EXTERIOR
Las dos primeras son libertades elementales, mientras que las otras tres
son libertades comerciales, sobre las cuales los Estados contratantes pueden
conceder alguna de las libertades y otras no, para lo cual requieren un acuerdo
de tráfico entre los interesados.
Existen otras libertades que han sido definidas por la doctrina:
Derecho a efectuar transportes entre dos Estados distintos de aquél en que
esté matriculada la aeronave, sobrevolando el territorio de este país.
Derecho para operar completamente fuera del Estado de matriculación y a
embarcar y desembarcar pasajeros, correo o carga provenientes de o con
destino a un Estado tercero, que no es el de matriculación.
Derecho a transportar pasajeros, correo o carga de un punto a otro del
mismo Estado, distinto a aquél en que está matriculada la aeronave.
Esta libertad, que habitualmente se denomina de “cabotaje”, constituye
fundamentalmente el objetivo que debe alcanzarse para realizar el mercado
interior del transporte aéreo, como ha venido haciendo la Unión Europea.
Del texto del Convenio se deriva que: “Las aeronaves tendrán la
nacionalidad del Estado en que están matriculadas”, y no pueden matricularse
en más de un Estado (art. 17).
Según el artículo 3, son aeronaves estatales las que se emplean para
servicios militares, aduaneros o policiales y todas las demás son civiles.
El Ecuador participó activamente en la Conferencia Internacional de
Aviación Civil y es parte del Convenio de Chicago.
El texto del Convenio de la OACI consta de un preámbulo y 96 artículos
divididos en cuatro partes:
Parte I: Navegación Aérea.
Parte II: Organismo Internacional de Aviación Civil (OACI).
Parte III: Transporte Aéreo Internacional.
Parte IV: Disposiciones Finales.
Comprende todos los aspectos de la Aviación Civil, establece obligaciones
y privilegios que han de observar los Estados contratantes. Establece las
normas y métodos internacionales recomendados, para regular los
procedimientos de operaciones aéreas, de navegación y cualquier otra
actividad aérea, instando a los Estados participantes a que adecuen las
instalaciones y servicios que posibiliten el mejor desarrollo del transporte
aéreo.
A parte de los 96 artículos que conforman el Convenio, este cuenta
además con 18 Anexos:
Anexo 1: Licencias al Personal.
Anexo 2: Reglamento del aire.
Anexo 3: Meteorología.
Anexo 4. Cartas aeronáuticas.
Anexo 5: Unidades de medida que se emplearán en las comunicaciones
aeroterrestres.
Anexo 6: Operación de aeronaves en el transporte aéreo comercial
internacional.
Anexo 7: Marcas de nacionalidad y de matrícula de las aeronaves.
Anexo 8: Aeronavegabilidad.
Anexo 9: Facilitación: son requisitos uniformes para la entrada y salida de
las aeronaves, la entrada y salida de personas y sus equipajes, la entrada y
salida de mercaderías y otros artículos, tráfico que atraviesa el territorio de un
Estado contratante, aeropuertos internacionales, instalaciones y servicios para
el tráfico, aterrizaje fuera del aeropuerto internacional y otras disposiciones.
Anexo 10: Telecomunicaciones aeronáuticas.
Anexo 11: Servicios de Tránsito Aéreo.
En el año de 1944, cuando se firmó el convenio, los servicios de tránsito
aéreo eran prácticamente desconocidos. Precisamente este anexo contiene las
normas y practicas recomendadas para posibilitar estos servicios con la
máxima seguridad.
Anexo 12: Búsqueda y Salvamento.
Detalla los procedimientos internacionales a seguir para rescatar a las
víctimas de un accidente aéreo o localizar lo más rápidamente posible a los
supervivientes a fin de prestarles, con la máxima urgencia, la ayuda necesaria.
Anexo 13: Investigación de Accidentes Aéreos.
Es necesario señalar que los procedimientos a seguir en una investigación
de accidentes en lo que a la OACI se refiere, es puramente técnica y no
jurídica, ya que el objetivo fundamental de una investigación es la prevención
de futuros, accidentes, pero de ninguna manera es de su competencia el
determinar las posibles culpas, errores o responsabilidades.
Anexo 14: Aeródromos.
Anexo 15: Servicios de información aeronáutica.
Anexo 16: Protección al medio ambiente.
Anexo 17: Seguridad. Protección de la Aviación Civil Internacional contra
los actos de interferencia ilícita.
Anexo 18: Transporte de mercaderías peligrosas. Los principios generales
aplicables en el transporte aéreo internacional sobre mercancías peligrosas.
El Convenio de Chicago creó la Organización de Aviación Civil
Internacional (OACI), con sede en Montreal, Canadá, con la finalidad de
promover los principios y técnicas de la navegación internacional. Para ello
establece normas internacionales y regulaciones necesarias para la seguridad,
la eficiencia y la regularidad del transporte aéreo.
La OACI es también un medio de cooperación en todos los campos de la
aviación civil entre los países socios, y proporciona asistencia técnica a los
países que necesitan ayuda para mantener instalaciones de aviación civil o
para alcanzar las normas establecidas por la OACI, la misma que también
realiza ediciones técnicas y estudios especiales. Su función es regularizar el
transporte aéreo internacional para hacerlo seguro, eficaz y económico.
En la OACI están representados 191 países que se reúnen una vez cada
tres años en una asamblea. Su órgano ejecutivo provisional es un consejo
constituido por 33 socios que son elegidos por la asamblea a partir de su
importancia relativa en el transporte aéreo internacional y su distribución
geográfica. La OACI tiene su propia secretaría, dirigida por un secretario
general designado por el consejo, y varios comités técnicos permanentes.
Los objetivos de la OACI, de conformidad con el Capítulo VII, Artículo
44, de su instrumento constitutivo son: desarrollar los principios y las técnicas
de la navegación aérea internacional y fomentar el establecimiento y
desenvolvimiento del transporte aéreo internacional, con el propósito de:
Así, también hace una serie de recomendaciones a los Estados, para que
actúen con equidad y responsabilidad en la utilización de ese espacio.
11.3 La órbita geoestacionaria
La órbita geoestacionaria es una órbita sincrónica con la rotación de la
Tierra, situada a 35.900 km., más o menos por encima de la línea ecuatorial.
A esa distancia, un objeto geoestacionario parece inmóvil por cuanto orbita
alrededor de la tierra en 24 horas, período que se le conoce como el día
sideral.
Esta órbita fue divulgada por el escritor de ciencia ficción ARTHUR C.
CLARKE, en 1945, como una órbita útil para quienes operan satélites
artificiales, incluyendo los de comunicaciones, televisión digital,
meteorológicos, etc.
La ocupación de este espacio ha sido total, de forma que comienza a ser
saturado por los satélites de comunicaciones especialmente.
Entre el 29 de noviembre y 3 de diciembre de 1976, Colombia, Ecuador,
Brasil, Gabón, Congo, Indonesia, Kenia, Somalia, Uganda y Zaire, países
ecuatoriales que gozan del privilegio de poseer una órbita geoestacionaria, se
reunieron en Bogotá con el objetivo de fijar los derechos a los que habría
lugar por la situación con respecto a la órbita geoestacionaria, que
corresponde a su territorio terrestre, marítimo e insular y los aspectos del
ejercicio de la soberanía de los Estados, con respecto a ella.
Entre las conclusiones a las que llegaron estos países en la reunión
podemos mencionar:
La órbita geoestacionaria constituye un hecho físico vinculado a la
realidad de nuestro planeta, por cuanto su existencia depende, en forma
exclusiva, de su relación con los fenómenos gravitacionales generados por la
tierra, de allí que sea parte del territorio, sobre el cual los Estados ejercen
soberanía nacional. Es por tanto un recurso natural.
Al ser un recurso natural, los Estados ecuatoriales reafirman “el derecho
de los pueblos y de las naciones a la soberanía permanente sobre sus riquezas
y recursos naturales, que deben ejercer, en interés de su desarrollo nacional y
del bienestar del pueblo” (Resolución de Naciones Unidas 2692 -XXV).
La existencia de derechos soberanos sobre los segmentos
de la órbita geoestacionaria
Los países ecuatoriales consideran que el régimen jurídico aplicable debe
estar encaminado a prestar beneficio a los pueblos y a la comunidad
internacional y no sólo a los países más desarrollados; debe ser considerado
patrimonio común de la humanidad; reconocen el libre tránsito orbital y el de
las comunicaciones, autorizadas en la Convención Internacional de
Telecomunicaciones; los artefactos que se pretendan ubicar fijamente sobre el
segmento de la órbita geoestacionaria de un Estado ecuatorial, requerirá la
autorización de ese Estado; la utilización de los segmentos para colocar
satélites no otorga ningún derecho de soberanía en dicho segmento.
Lamentablemente, esta declaración no pasó de ser aquello y en la
actualidad la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organización
del sistema de las Naciones Unidas, es el que se encarga de administrar y de
adjudicar las posiciones orbitales. Las grandes potencias, poseedoras de la
tecnología y recursos están obteniendo la capacidad de la órbita y dejando sin
espacios a los países en vías de desarrollo, que no cuentan con los recursos
para hacerlo[35].
En el marco del 44 Período de Sesiones de la Subcomisión de Asuntos
Científicos y Técnicos de la Comisión sobre Utilización del Espacio
Ultraterrestre con Fines Pacíficos, de las Naciones Unidas (COPUOS),
realizado en Viena, en febrero de 2007, la Delegación del Ecuador realizó una
declaración sobre la posición nacional en relación con la órbita
geoestacionaria.
Algunos de los puntos expresados en dicha declaración son los siguientes:
PARTE XII
ORGANISMOS INTERNACIONALES
PARTE XIII
LA ORGANIZACIÓN DE LAS
NACIONES UNIDAS
13.1 Antecedentes
Podemos mencionar que quizá el antecedente de las Naciones Unidas
constituyan los siguientes instrumentos: la Carta del Atlántico, suscrita el 14
de agosto de 1941; la Declaración de las Naciones Unidas, del 1 de enero de
1942; la Conferencia de Moscú, realizada entre el 19 y 30 de octubre de 1943.
Como resultado de esta última Conferencia, las cuatro potencias participantes
(Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña y China) publicaron el 1 de
noviembre de ese año la siguiente llamada Declaración de Moscú, en la que
se habla de la “necesidad de establecer en la fecha más temprana posible una
organización internacional general basada en la igualdad soberana de todos
los Estados amantes de la paz”.
Entre agosto y septiembre de 1944, en Dumbarton Oaks (Washington),
tuvo lugar las reuniones entre Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS, la
primera, y en la segunda la URSS fue sustituida por China. Fruto de estas
reuniones se emitió las llamadas Propuestas de Dumbarton Oaks, que
contenían los lineamientos generales de lo que sería la Organización de las
Naciones Unidas.
Posteriormente fue necesario concretar nuevas reuniones, en las que se
iban adoptando algunos aspectos como votaciones en el Consejo de Seguridad
y otros sobre la postguerra.
Finalmente, entre el 25 de abril al 26 de junio de 1945 se reúne en San
Francisco la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la organización
internacional, en la cual los 50 Estados participantes más Polonia,
suscribieron la Carta de las Naciones Unidas y el Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia, que sustituía a la Corte Permanente de Justicia
Internacional y que fue adoptada como anexo de la Carta.
La Carta entró en vigor el 24 de octubre de 1945. Algunos de sus artículos
han sido reformados, otros no se los ha aplicado nunca y algunos de ellos han
sido derogados de hecho, por su inaplicabilidad.
La enmienda al artículo 23 aumentó el número de miembros del Consejo
de Seguridad de once a quince. El artículo 27 enmendado estipula que las
decisiones del Consejo de Seguridad sobre cuestiones de procedimiento serán
tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros (anteriormente siete) y
sobre todas las demás cuestiones por el voto afirmativo de nueve miembros
(anteriormente siete) incluso los votos afirmativos de los cinco miembros
permanentes del Consejo de Seguridad.
La enmienda al artículo 61 que entró en vigor el 31 de agosto de 1965,
aumentó el número de miembros del Consejo Económico y Social de
dieciocho a veintisiete. Con la otra enmienda a dicho artículo, que entro en
vigor el 24 de septiembre de 1973, se volvió a aumentar el número de
miembros del Consejo de veintisiete a cincuenta y cuatro.
La enmienda al artículo 109, que corresponde al párrafo 1 de dicho
artículo, dispone que se podrá celebrar una Conferencia General de los
Estados Miembros con el propósito de revisar la Carta, en la fecha y lugar que
se determinen por el voto de las dos terceras partes de los Miembros de la
Asamblea General y por el voto de cualesquiera nueve miembros
(anteriormente siete) del Consejo de Seguridad. El párrafo 3 del mismo
artículo, que se refiere al examen de la cuestión de una posible conferencia de
revisión en el décimo período ordinario de sesiones de la Asamblea General,
ha sido conservado en su forma primitiva por lo que toca a una decisión de
“siete miembros cualesquiera del Consejo de Seguridad”, dado que en 1955 la
Asamblea General, en su décimo período ordinario de sesiones, y el Consejo
de Seguridad tomaron medidas acerca de dicho párrafo.
La sede permanente de la Organización se encuentra en Nueva York, por
resolución tomada por la Asamblea General, aprobada en diciembre de 1946;
y su Estatuto fue establecido mediante acuerdo entre la Organización y los
Estados Unidos, en junio de 1947.
13.2 Principios y finalidades
La Organización ha reconocido algunos principios que se encuentran en el
artículo 2 de la Carta, entre ellos:
1. Todos los miembros de las Naciones Unidas son ipso facto partes
en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, y
2. Un Estado que no sea miembro de las Naciones Unidas podrá
llegar a ser parte en el Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia de acuerdo con las condiciones que determina en cada
caso la Asamblea General a recomendación del Consejo de
Seguridad.
Trabajan con una amplia autonomía técnica pero están sujetos a las
recomendaciones que les hagan la Asamblea General y los Consejos. Se
relacionan con la OEA mediante acuerdos celebrados con la Secretaria
General, autorizados por la Asamblea.
14.3 El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
de Río de Janeiro (TIAR): antecedentes, finalidades
Al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) se le conoce
también como Tratado de Río, por haber sido suscrito en Río de Janeiro, el 2
de septiembre de 1947. Fue el primer instrumento que suscribieron los
Estados miembros de la OEA después que entró en vigencia la Carta de las
Naciones Unidas en 1945, puesto que resultaba inevitable y necesario que las
organizaciones regionales tuvieran que acogerse al nuevo sistema previsto en
esa Carta, para asegurar su supervivencia jurídica. El objetivo era constituirse
en un organismo regional, con el fin de garantizar el mantenimiento de la paz
y la seguridad internacional, susceptible de acción regional, siempre que
dichos acuerdos u organismos sean compatibles con los principios y
propósitos de las Naciones Unidas.
El Tratado entró en vigencia en 1948, no obstante que no todos los
Estados miembros de la OEA se han hecho parte de él.
El TIAR fue el primer Tratado con el que los Estados Americanos dieron
vida jurídica a un sistema de seguridad colectiva, que acogió lo dispuesto por
la Carta de las Naciones Unidas, por un lado y a la Resolución VIII de la
Conferencia Interamericana sobre problemas de la Guerra y de la Paz, reunida
en la ciudad de México en 1945, por otra.
Lamentablemente ha existido en función de las circunstancias políticas lo
que le ha tornado controvertido, no obstante lo cual es el instrumento al que
más han recurrido los Estados, especialmente latinoamericanos no solamente
para afianzar la seguridad sino además como medio para la solución pacífica
de sus controversias. De 1948 a 1978 se registraron 17 casos en los que los
Estados miembros de la OEA recurrieron al TIAR.
El Tratado tiene como finalidad asegurar la paz por todos los medios
posibles, proveer ayuda recíproca efectiva para hacer frente a los ataques
armados contra cualquier Estado Americano y conjurar las amenazas de
agresión contra cualquiera de ellos. Lamentablemente durante la guerra de las
Malvinas este tratado no fue aplicado ni cumplido, por lo que se le consideró
que perdió su efectividad en el sistema.
Ecuador suscribió este Tratado en 1949, el Presidente de la República
firmó el decreto confirmando la salida del mismo el 5 de junio de 2012, luego
de la aprobación parlamentaria y ratificó su retiro el 4 de febrero de 2014, por
considerarlo “anacrónico”.[41]
14.3.1 Amenazas de agresión a la paz, zona de seguridad
La OEA ha tratado el tema de la agresión en varias de sus conferencias, en
instrumentos multilaterales y en su propia Carta.
En la Primera Conferencia Latinoamericana celebrada en Washington en
1990 condenó a la agresión, mediante la resolución relacionada con el
“Derecho de Conquista” en virtud de la cual “el principio de conquista queda
eliminado del Derecho Público Americano” y son nulas las cesiones de
territorio efectuadas “bajo la amenaza de la guerra o la presión de las Fuerzas
Armadas”.
En el Acta de Chapultepec (México 1945), se manifiesta:
Que todo atentado de un Estado contra la integridad o la
inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o independencia
política de un Estado americano, será considerado como un acto de
agresión contra los demás Estados que la firme. En todo caso, se
considerará como acto de agresión la invasión por fuerzas armadas de
un Estado al territorio de otro, traspasando las fronteras establecidas
por tratados y demarcados de conformidad con ellos.
El TIAR es más explícito cuando define la agresión. En su artículo
primero la condena y luego pone de relieve las dos formas en que puede
producirse. “Los casos de ataque armado” (artículo 3) o “una agresión que no
sea ataque armado” (artículo 6).
La Carta de la OEA en el artículo 2 señala entre los propósitos esenciales
de la OEA: “d) Organizar la acción solidaria de los Estados miembros en caso
de agresión”.
El artículo 3 consigna los principios de la Organización y entre ellos
proclama que: “Los Estados americanos condenan la guerra de agresión, la
victoria no da derechos”, a la par que “la agresión a un Estado americano
constituye una agresión a todos los demás Estados americanos”. Por ello
advierte que “las controversias de carácter internacional que surgen entre dos
o más Estados americanos deben ser resueltos por medio de procedimientos
pacíficos”.
El artículo 21 de la Carta de la OEA, al hablar de la inviolabilidad del
territorio de los Estados miembros, expresa que: “(…) no se reconocerán las
adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan por la
fuerza o por cualquier otro medio de coacción”.
Con arreglo al artículo 22, los Estados americanos se obligan a no recurrir
al uso de la fuerza, salvo el caso de legítima defensa.
En el capítulo relativo a la seguridad colectiva, el artículo 28 de la Carta,
proclama que: “Toda agresión a un Estado contra la integridad o la
inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o la independencia política
de un Estado americano será considerado como un acto de agresión contra los
demás Estados americanos”.
En la primera Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones
Exteriores de las Repúblicas Americanas, (Panamá 1939) se adoptó la
“Declaración de Panamá”, orientada a obtener de los países beligerantes no
americanos involucrados en la Segunda Guerra Mundial, que eviten cometer
actos hostiles en las aguas adyacentes a sus costas, dentro de zona definida en
dicha declaración. Los gobiernos signatarios se esforzaron por tener el respeto
a esa zona de seguridad por parte de los beligerantes. Realizaban incluso
patrullajes dentro de la misma. A la larga los países beligerantes no aceptaron
la zona de seguridad, y en la práctica fue inaplicable.
Años más tarde el TIAR instituyó también una zona de seguridad, en la
cual opera un mecanismo inspirado en el principio de solidaridad continental,
en el cual un ataque armado a alguno de los países americanos será un ataque
contra todos.
14.3.2 Conflictos Interamericanos
A vísperas de la I Conferencia Internacional Americana (1889-1890), la
situación en Latinoamérica era preocupante: los conflictos interamericanos
amenazaban con romper el sueño de unión que se había venido fraguando
desde el Congreso de Panamá, convocado por Simón Bolívar. Europa,
además, ejercía una doble presencia en todo el continente por la amenaza de
que se vuelva a intentar una intervención militar o una reconquista.
Las relaciones interamericanas, hacia principios de 1880 atravesaban
momentos muy difíciles. Casi todos los países estaban involucrados en
conflictos de tipo diplomático o militar. Chile, Perú y Bolivia se encontraban
en guerra; Venezuela continuaba peleando con Gran Bretaña por el control
del Orinoco; Colombia y Costa Rica estaban envueltos en pleitos de carácter
limítrofe; México y Guatemala se encontraban al borde de la guerra por el
Soconusco, y el resto de los países, incluyendo Brasil, Argentina y Estados
Unidos estaban involucrados de una u otra manera con los países beligerantes,
ya fuera intentando una solución diplomática o como aliados. El Secretario de
Estado norteamericano Blaine, participaba fundamentalmente como árbitro en
el conflicto entre Chile y Perú, y en el de México con Guatemala.
En ese contexto el panamericanismo parecía ser un recurso diplomático
práctico para solucionar algunos de estos conflictos.
Durante el primer tercio del siglo XX, diversos Estados latinoamericanos
experimentaron un notable crecimiento económico, basado en las
exportaciones agrícolas y mineras, lo cual no modificó sustancialmente su
estructura social y política. Las dificultades de los años treinta dieron lugar a
que en varios países cobrara fuerza un nacionalismo económico, orientado a
reducir la dependencia del exterior. La creciente influencia de los Estados
Unidos originó sentimientos de rechazo tanto en sectores de derecha como de
izquierda.
Para los primeros años del siglo XX el trazado de las fronteras
latinoamericanas era casi idéntico al actual. El último cambio importante se
produjo en 1903, cuando Panamá se separó de Colombia. El conflicto acerca
de las antiguas provincias de Arica y Tacna, entre Perú y Chile, se había
resuelto pacíficamente en 1929 por el Tratado Rada-Figueroa, que atribuyó
Arica a Chile y Tacna a Perú. El conflicto entre Colombia y Perú por la
región de Leticia quedó resuelto por el Protocolo de Río de 1934 que le
atribuyó a Colombia. Mucho más grave fue el conflicto de El Chaco, que dio
lugar a una guerra entre Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935. El conflicto
entre Ecuador y Perú dio lugar a una guerra entre ambos países en 1941, pero
fue resuelto en desmedro de Ecuador, en la Conferencia de Río de Janeiro de
1942. Claro que comparación con los conflictos europeos, los interamericanos
eran mínimos.
Tras la Segunda Guerra Mundial hubo en América Latina un avance de la
democracia, que culminó hacia 1960, cuando sólo se mantenían cinco
dictaduras tradicionales, en la República Dominicana, Haití, El Salvador,
Nicaragua y Paraguay y una revolucionaria en Cuba. A partir de entonces, la
tendencia se invirtió y en la mayoría de países se establecieron dictaduras, que
a su vez desaparecerían entre 1979 (Ecuador) y 1990 (Chile).
El conflicto que se inició en Colombia en 1948 puede considerarse la
última guerra civil entre conservadores y liberales. Tras la revolución cubana,
los principales conflictos internos han enfrentado al ejército con guerrillas de
orientación marxista, con violentas ofensivas desencadenada por los
narcotraficantes colombianos como la acaecida en 1986.
En el presente siglo, el conflicto interno de Colombia ha continuado
causando graves estragos, la llamada narco guerrilla, agravó la situación, lo
cual obligó al gobierno colombiano a desarrollar el llamado Plan Colombia,
como una estrategia integrada para enfrentar los desafíos más apremiantes
que se le plantean actualmente: promover el proceso de paz, combatir la
industria del narcotráfico, revivir la economía colombiana y fortalecer los
pilares democráticos de la sociedad colombiana. Este Plan cuenta con la
asistencia económica y el respaldo del gobierno de los Estados Unidos de
América.
En las últimas décadas, América Latina ha presentado graves
imperfecciones en su desarrollo económico de mediano y largo plazo, en
comparación con otras regiones del mundo, bajo crecimiento y recursos mal
distribuidos. Se caracterizó por endeudamientos notables de algunos países,
golpeados por la caída del precio del petróleo y otros problemas económicos.
Se ha mantenido la pobreza, aunque algunos países disminuyeron la pobreza
extrema en un porcentaje importante. Surgieron nuevas amenazas,
degradación del medio ambiente, pandemias, aumento incontrolable del
narcotráfico. Por otro lado, ha crecido la cooperación internacional y se ha
manifestado de diferentes maneras, llegando a un mayor número de población
necesitada. Los habitantes de la región han ido incorporándose a la tecnología
cada vez más creciente y a la era digital más avanzada, acercando a los países
y regiones, de tal forma que las fronteras solo constituyen en la actualidad
solo un referente físico.
[1]JELLINEK, GEORG, (Leipzig, 1851-Heidelberg, 1911) Jurisconsulto alemán. Profesor en las
universidades de Basilea y de Heidelberg, publicó varias obras sobre filosofía del derecho y ciencia
jurídica, entre las que destaca Teoría General del Estado, donde sostiene que la soberanía recae en el
Estado y no en la nación, que es un simple órgano de aquel.
[2]Pacta sunt servanda es una locución latina, que se traduce como «lo pactado obliga» y debe ser
cumplido de buena fe.
[3] La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya (Países Bajos), es el principal órgano
judicial de las Naciones Unidas. La Corte resuelve controversias jurídicas entre los Estados partes y
emite opiniones consultivas para las Naciones Unidas y sus organismos especializados. Su Estatuto
forma parte de la Carta de las Naciones Unidas.
[4] Como amigable componedor (correcto y bueno).
[5] Deber jurídico.
[6] Humanista, político, diplomático y docente venezolano del siglo XIX.
[7] La Comisión de Derecho Internacional fue establecida por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1947 para promover el desarrollo progresivo del derecho internacional y su codificación. Está
compuesta por 34 miembros que son elegidos por la Asamblea General para cubrir un período de cinco
años. Fuente recuperada de: http://www.cinu.org.mx/onu/estructura/ag.html.
[8]Sobre estos acuerdos o tratados sobre protección de inversiones el Ecuador había suscrito alrededor
de 30 instrumentos de este tipo de los cuales 26 entraron en vigencia a partir 1990, su objetivo principal
consiste en ser “un mecanismo impulsado por los países exportadores de capital para proteger la
inversión extranjera de sus nacionales en un tercer Estado”. En el marco de estos tratados, el Ecuador ha
sido sometido 36 veces a procesos arbitrales, en la mayoría de casos el CIADI ha sido la instancia
encargada de resolver los conflictos. En el año 2009 se creó una Comisión internacional para auditar los
26 tratados. A partir de los cual el Gobierno solicitó a la Asamblea Nacional tramite la denuncia de
dichos tratados. El 3 de mayo de 2017, la Asamblea aprobó la denuncia de doce convenios para la
Promoción y Protección Recíproca de Inversiones con China, Chile, Venezuela, Países Bajos, Suiza,
Canadá, Argentina, Estados Unidos, España, Perú, Bolivia e Italia, según comunicado emitido por la
misma Asamblea Nacional. Recuperado de http://www.asambleanacional.gob.ec/es/noticia/48966-
pleno-aprobo-la-denuncia-de-12-tratados-de-inversion.
[9] Conclusión o celebración son términos equivalentes en la política internacional.
[10] Así se adoptó, por ejemplo, el Tratado de la Antártica, en la Conferencia de 1959 en la que
participaron 12 Estados.
[11] Por ejemplo, en el caso de los Estados Unidos de América, en el período transcurrido desde la
aprobación de su Constitución, hasta 1945 se negó la ratificación de más de 100 tratados y otro número
importantes ratificaciones fueron demoradas por tiempo indefinido. Entre otros, la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, firmó en julio de 1980, no lo ha
ratificado. Convención sobre los Derechos del Niño, firmó en febrero de 1995, no lo ha ratificado. Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, firmó en octubre de 1997, no lo ha
ratificado. Tratado de prohibición completa de Ensayos Nucleares, firmó en septiembre de 1996, no lo
ratificó. Entre otros muy importantes. Estos datos han sido recuperados de la web, principalmente de
www.mujereshoy.com, en la cual se menciona como fuente de este artículo www.wedo.org.
[12] La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático incorporó una línea muy
importante de uno de los tratados multilaterales sobre medio ambiente que más éxito han tenido en toda
la historia: el Protocolo de Montreal de 1987, en virtud de la cual los estados miembros están obligados
a actuar en interés de la seguridad humana incluso a falta de certeza científica. La Convención entró en
vigor el 21 de marzo de 1994. Hoy en día cuenta con un número de miembros que la hace casi
universal, son 197 Estados que la han ratificado. La decimoctava Conferencia de las Partes sobre
cambio climático ratificó el segundo periodo de vigencia del Protocolo de Kioto desde el 1 de enero de
2013. Durante la Vigésima Primera Conferencia sobre cambio climático en diciembre de 2015 fue
adoptado el Acuerdo de París, con la aprobación de 195 Estados, dentro del marco de la Convención,
que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Su
aplicabilidad sería para el año 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto y ya cumplió
con el número de Estados adherentes para su puesta en vigor.
EE.UU anunció el 1 de junio de 2017 su retiro del Acuerdo (http://www.bbc.com/mundo/noticias-
internacional-40124921).
[13]DUGUIT, LEÓN, célebre, y en su época controvertido jurista francés, autor de Las transformaciones
del derecho público, del cual llama la atención la actualidad de su obra, no obstante haya sido escrita en
1913. Critica duramente el concepto de soberanía y sostiene que ya cumplió la función para la cual fue
creada.
[14] Un tratado obliga a las partes y solas las partes, no crean obligaciones para un tercer Estado sin su
consentimiento.
[15] Este artículo constituye una verdadera disposición de Jus Cogens sobre la materia. El Pacto de la
Sociedad de las Naciones prohibió el recurso a la guerra antes de agotarse todos los medios pacíficos
sobre la materia. Luego el Pacto de París, de 1928, hizo que los Estados renunciaran a la guerra como
instrumento de su política nacional que se perdieron en la Segunda Guerra Mundial, los mismos que se
perfeccionaron en este artículo de la Carta de las Naciones Unidas.
[16] Otro ejemplo en el caso de error y fuerza en la firma de un tratado es la referente al Protocolo de
Río de Janeiro suscrito entre Ecuador y Perú, pues en 1960, el presidente ecuatoriano Dr. José María
Velasco Ibarra declaró, que dicho instrumento no sólo era inejecutable sino que era “nulo de nulidad
absoluta”, porque había sido impuesto bajo coerción y con presencia de fuerzas militares peruanas en
suelo ecuatoriano.
[17] La Constitución de la República del Ecuador de 2008, en su artículo 1, dice que el Ecuador “es un
Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario,
intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de República y se gobierna de manera
descentralizada. La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad y se
ejerce a través de los órganos del poder público y de las formas de participación directa previstas en la
Constitución. Los recursos naturales no renovables del territorio del Estado pertenecen a su patrimonio
inalienable, irrenunciable e imprescriptible”.
[18] “Cosa de nadie”. Dícese de todo lo que no pertenece a nadie en particular.
[19] Otro ejemplo importante de este caso es el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, las
políticas de GORBACHOV no siguieron el rumbo esperado y en 1991 la Unión Soviética se disolvió ante
la secesión de sus repúblicas. GORBACHOV, llegó a proponer la creación de un nuevo Tratado de la
Unión que dejaría al gobierno central sólo los asuntos de defensa y política exterior con tal de mantener
unidas a las repúblicas, pero no tuvo éxito ante la negativa de los gobiernos locales. Cada una de las
repúblicas se convirtió en estado independiente, aunque 12 de las 15 existentes al momento del
desmembramiento de la Unión conformaron la Comunidad de Estados Independientes.
[20] La Carta de la Organización de los Estados Americanos, en su artículo 13 manifiesta: “La
existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados. Aun antes
de ser reconocido, el Estado tiene el derecho de defender su integridad e independencia, proveer a su
conservación y prosperidad y, por consiguiente, de organizarse como mejor lo entendiere, legislar sobre
sus intereses, administrar sus servicios y determinar la jurisdicción y competencia de sus tribunales. El
ejercicio de estos derechos no tiene otros límites que el ejercicio de los derechos de otros Estados
conforme al derecho internacional”.
[21] Noción presentada por Podestá Costa y Ruda en su libro de Derecho internacional público, en el
que mencionan que la misma ha sido introducida en la filosofía política por JEAN BODÍN en 1577.
[22]Exequátur es la autorización que concede el Estado receptor a un agente consular extranjero para
que pueda ejercer funciones en su territorio.
[23] Concepto que todavía no ha sido desarrollado.
[24] Decreto Ejecutivo 106, de 11 de septiembre de 2013. Art. 1. Los siguientes artículos se refieren
más ampliamente a estas facultades.
[25] Locución latina que literalmente significa “para esto”, en derecho quiere decir “para un fin
específico”, es decir son agentes designados para que representen al gobierno en determinadas
reuniones o conferencias.
[26] Autorización que otorga el Estado receptor al agente consular extranjero para que pueda ejercer sus
funciones.
[27] Fue adoptada el 18 de abril de 1961 en Viena (Austria) y entró en vigor el 24 de abril de 1964.
Ecuador lo suscribe el 18 de abril de 1961 y ratifica el 21 de septiembre de 1964.
[28] El Ecuador otorga la ratificación mediante Decreto Supremo 2830, publicado en el Registro Oficial
472 de 05-abr-1965.
[29] Convención Interamericana Sobre Derechos Humanos, llamada también Pacto de San José, fue
suscrita en la Conferencia Especializada Interamericana Sobre Derechos Humanos en San José, Costa
Rica entre el 7 y el 22 de Noviembre de 1969.
[30] “El pedido de asilo a Ecuador del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se inscribe en una larga
tradición latinoamericana, con casos emblemáticos como el del político peruano Víctor Raúl Haya de la
Torre, quien vivió cinco años en la embajada de Colombia en Lima. Presidentes, dictadores, políticos y
guerrilleros han hallado amparo en este recurso que norma la Convención de Caracas de 1954, surgida a
raíz del episodio de Haya de la Torre, a quien Bogotá otorgó asilo en 1949.
Fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), el dirigente fue acusado de liderar
un fallido golpe de Estado contra la dictadura militar de Manuel Odría, que gobernó Perú entre 1948 y
1956.
Odría se negó a entregar un salvoconducto para que Haya de la Torre pudiera salir del país, por lo que la
embajada colombiana fue su hogar durante cinco años.
……………..
Assange, un ex hacker de 40 años, se refugió el martes en la embajada de Quito en Londres alegando
ser un perseguido político por la filtración de miles de documentos secretos de Estados Unidos, lo que
según él lo expone a la pena de muerte en ese país por espionaje.
En Ecuador la lista incluye a decenas de opositores de las dictaduras que gobernaron entre 1963 y 1966
y de 1972 a 1976, así como a los ex mandatarios José Velasco Ibarra, Gustavo Noboa, Abdalá Bucáram
y Lucio Gutiérrez, que se asilaron en Colombia, República Dominicana, Panamá y Brasil,
respectivamente” (Redacción El Comercio, 2012).
[31] Ecuador suscribió y ratificó todos estos instrumentos.
[32] Ecuador adhirió a la CONVEMAR el 24 de octubre de 2012, luego de que la Asamblea Nacional
aprobara dicha adhesión el 22 de mayo del mismo año.
[33] MERCHÁN, JAIME en su obra menciona a VERPLETSE, Derecho Internacional Aéreo y del Espacio,
pág. 29.
[34] Estos principios están resumidos en el libro de LLANOS MANSILLA, JORGE, op. cit., págs. 282 y 283.
[35] En 1972 en la Órbita Geoestacionaria se desplazaban el 7.5% de los aparatos espaciales, en 1993
ya alcazaba el 42% y hoy en día supera el 80%.
[36] Referido por JAIME MERCHÁN en Derecho Internacional del Espacio, op. cit., pág. 512.
[37] Artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas.
[38] El Pacto de Bogotá o Tratado Americano de Soluciones Pacíficas fue suscrito en Bogotá el 30 de
abril de 1948, durante la IX Conferencia Internacional Americana.
[39] Unión, asociación, integración de las naciones del continente americano, incluyendo las de origen
anglosajón.
[40] OEA, “Nuestra Estructura” Información recuperada de
http://www.oas.org/es/acerca/nuestra_estructura.asp.
[41] Dato recuperado de http://www.eluniverso.com/noticias/2014/02/05/nota/2141826/presidente-
correa-firmo-decreto-retiro-ecuador-tiar.
* “El 13 de agosto de 2017, la Armada del Ecuador realizó la captura del buque de bandera china Fu
Yuan Yu Long, el mismo que transitaba ilegalmente por aguas interiores y área de reserva marina de
Galápagos, al noreste del Puerto Baquerizo Moreno. En las bodegas del buque se encontró especies de
fauna marina vulnerables y protegida por el Estado ecuatoriano, entre ellos tiburones martillo y tiburón
silki. Los 20 tripulantes fueron judicializados y el barco incautado”. (Tomado del boletín de prensa
DIRNEA 054, de la Armada del Ecuador, del lunes 14 de agosto de 2017).
BIBLIOGRAFÍA