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DEVOCIONAL 20 DIAS CON DIOS

NO ES VIVIR UNA RELIGION, EL TE ESPERA PARA QUE VIVAS UNA RELACION


VERDADERA...

Día 1: ¿Cómo le hago para querer orar todos los días? Parte I

Humildad
El principio de una vida de oración es la humildad. Si creo que puedo manejar mi vida sin Dios,
enfrentarme a cada día sin declararle que lo necesito desesperadamente, si creo que algo puede
funcionar bien sin Él, entonces nunca tendré la verdadera necesidad de orar. Una reconocida
mujer de Dios dijo una vez: “A veces me siento tan desesperada y débil. Creo que por eso me usa
Dios. Porque no dependo de mi propia fuerza”. La oración diaria comienza con una pregunta:
¿Qué tanto considero que necesito a Dios el día de hoy? ¿Podría ser que la falta de oración fuera
un reflejo del orgullo en nuestro corazón?

Necesitas ponerte metas más grandes.


Hemos entregado nuestra vida a una rutina, a un trabajo “fácil de hacer” a un conjunto de pasos y
procesos que seguimos en automático. No aspiramos a mucho más, estamos satisfechos como
estamos, tanto que realmente no ocupamos tanta oración para mantener las cosas como hasta
ahora. Nuestra falta de oración podría también ser un reflejo de una vida llena de bajas
expectativas, muy pocos “Señor ayúdame” salen de nuestro corazón porque estamos
simplemente siguiendo una vida, manteniéndonos vivos, sobreviviendo, sin aspirar a una vida
abundante. Querer orar mucho es el resultado de creer firmemente que la oración es necesaria en
toda ocasión. No orar es lo opuesto, considerar que no es necesario en toda situación, sólo en
algunas. ¿Es necesario o no?, ¿qué tanto crees que necesitas a Dios hoy?

No veas la oración como un deber, como lo correcto que tienes que hacer.
No queremos orar porque lo vemos como una obligación, como lo que todo cristiano debe hacer
para ser “buen cristiano” por lo tanto cada vez que nos equivocamos o pecamos, nos sentimos
tan malos como cristianos que lo menos que queremos hacer es orar, porque nos sentiremos tan
falsos al hacerlo. Pero olvidamos que la oración es el poder y la potencia que necesitamos para
dejar de pecar y dejar de equivocarnos como cristianos. Es como si un enfermo rechazara la
medicina pensando que “ya para qué si ya me enfermé” siendo que es para dejar de estar
enfermo. Uno ora no sólo porque necesita sino porque la oración es lo único que puede hacer la
diferencia y generar la victoria que tanto anhelamos.

Convicción + Expectativas
Jesús siempre vivía con una fuerte convicción y expectativa de que su Padre siempre estaba
trabajando, “Señor gracias porque me escuchas” (Fragmento tomado de Juan 11 cuando oró por
Lázaro). El verdadero trabajo del reino que hacía Jesús no era la liberación de los endemoniados
o la sanidad de los paralíticos, era la oración que hacía todo esto posible cuando se presentaba.
Oramos para que cuando algo se presente en el día tengamos la fuerza, la fe, la convicción y la
autoridad para enfrentarlo y resolverlo. Si viéramos la oración como el poder para ver los
milagros, orar por enfermos y ver sanidades, vencer nuestros hábitos y adicciones ¿no oraríamos
más? El asunto es que consideramos el orar como un deber, no como un Poder.
Conclusiones
¡Debemos entender que orar afecta el futuro! John Wesley decía: “Nada sucede hasta que oramos
por ello”. La oración del justo puede mucho, no dice debe, parece, aparenta o se siente mucho,
dice puede mucho.

Ideas para tu Oración de Hoy:


Hoy o mañana temprano que ores responde en una libre las siguientes preguntas:
1. ¿Cómo describirías la vida que llevas de oración?
2. ¿Cuáles son los retos más grandes que enfrentes al querer hacer un tiempo diario para
realmente conectarte con Dios?
3. Invierte un poco de tiempo diciéndole a Dios como te sientes respecto a estas dos
preguntas.

Día 2: ¿Cómo le hago para querer orar todos los días? Parte II

Motivación y Conciencia
Lo que necesitas saber para comenzar tu oración diaria con Dios

1) Se necesita Amor y el amor empieza a crecer cuando uno encuentra placer por estar en
compañía de alguien, es decir, en su Presencia. La relación de Jesús con su padre era una
relación de amor, habían estado juntos desde antes de la creación del mundo. Apenas se iba a
dormir o se alejaba de las multitudes lo primero que quería hacer era pasar tiempo con su
padre. Una característica de alguien que ama es que no puede esperar para pasar tiempo con
su amado. Cuando hay amor de por medio nadie necesita recordarte que pases tiempo con la
persona que amas. Cuando se le preguntó a la Madre Teresa cual era el secreto de su
devoción a Dios, ella contestó: “Mi secreto es simple: Oro. A través de la oración me hago
una con Cristo. He encontrado que orar con Él es amarlo a Él”.
¿Si pudieras regresarte en el tiempo y pasar una hora con cualquier personaje de la historia con
quién la pasarías? ¡La mayoría sino es que todos diríamos que a Jesús!

La realidad es que ¡podemos pasar una hora con Él cuando queramos! Pero no lo hacemos.
Nadie nos conoce mejor que Él, y aún así nos ama a pesar de nuestras debilidades, fracasos,
egoísmo e inconsistencias. Tú y yo podemos lograr querer estar con Dios por amor a Él. Su amor
puede capturar nuestro cariño. Nuestro amor por Dios puede llegar a ser tan tangible e intenso
que prefiramos estar con Él que en la mejor fiesta o el mejor concierto de la ciudad. La oración
fue creada originalmente para ser disfrutada. No hay nada como experimentar su amor,
seguridad, sanidad y fortaleza.

Para saber qué tanto te tiene motivado su amor responde a lo siguiente:


a) ¿Cuándo tiempo inviertes buscando la presencia de Dios cuando tienes un rato libre en el
día?
b) Cuando no tienes presiones ¿Separas conscientemente más tiempo para pasar el rato con
Dios?
c) ¿Qué tanto lo buscas cuando estás de vacaciones?

¿Puedes imaginar un modo de vivir en el cual:


a) Prefirieras orar que ver la televisión, comer o ir a ver una película en el cine?
b) Orar fuera tan divertido que oraras hasta “a escondidas” en cada rincón?
c) Estuvieras tan feliz en la presencia de Dios que no pudieras encontrar placer ni deleite en
las vacías y absurdas adicciones que te tienen controlado?

El amor es una decisión


Invertir tiempo con Dios es amor. Jesús dijo: “Si me amas, guarda mis mandamientos.
Permanece en mí, permanece en mi amor”. El amor es el resultado de la decisión de dos que
decidieron pagar un precio por estar y conocer al otro desinteresadamente. ¿Amas a Dios?
¿Quieres amarlo? Necesitas tomar una decisión, necesitas comenzar a llevar tu amor de palabras
a un amor de acciones. ¿Qué hiciste ayer para crecer en tu amor con Dios? ¿Le dedicaste tiempo?
¿Qué puedes hacer hoy?

2) Necesitas estar consciente de lo muchísimo que Dios disfruta estar en tu presencia.


Dios disfruta estar contigo porque te ama, te creó, te conoce y tiene grandes planes para ti. La
Biblia dice en el libro del profeta Sofonías que Dios se alegra tanto contigo que ¡canta de alegría
cuando estás con Él! El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. Nosotros
podemos amarle cuando entendemos que Él nos amó primero. Así como un padre disfruta ver
que vuelven a casa de visita sus hijos que ya han crecido, y quiere saber todo sobre cómo están y
disfrutar sus alegrías, llorar con sus tristezas y aconsejar sus aflicciones, así lo quiere hacer Dios
con nosotros.

Conclusiones
Por increíble que parezca, Dios está ansioso por encontrarse contigo y escucharte cada mañana
cuando te levantas más temprano para estar con Él. Imagínatelo esperando, a un lado de tu cama,
pensando en el momento en que abrirás los ojos. Él tiene tanto amor que compartir contigo. Está
esperando para escucharte, para escuchar tus problemas, alegrías, temores y tristezas. Está
esperando para hablarte, reconfortarte, consolarte, decirte todo lo que siente por ti. Está
esperando para conectarse con tu corazón. Dios está totalmente interesado en atraerte a una
relación de amor con Él.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Cuando tienes tiempo a solas ¿tratas de pasar más tiempo con Dios? ¿Por qué sí o por qué
no?
2. ¿Cuál es tu mayor motivación para querer orar más?
3. Pídele a Dios una nueva revelación de su amor hacia ti el día de hoy.

Día 3: Disciplina, El Secreto de la Oración

Haciendo Tiempo para Orar


Disciplina: El Secreto de una Vida de Oración

Describe tu tiempo Devocional contestando estas preguntas:


1. ¿Cuántos días a la semana haces un tiempo para conectarte con Dios orando
intencionalmente?
2. Cuando oras, ¿cuánto tiempo oras en promedio?
3. En una escala del 1 al 10 ¿qué tanto disfrutas, sientes propósito y qué tanto te llenas de
vida en esos tiempos de oración?

Algunos estudios han revelado que cerca del 85% de los cristianos oran menos de 5 días a la
semana mientras que casi el 90% cuando ora, ora menos de 30 minutos. Estas encuestas se han
hecho a cristianos que tienen al menos ¡5 años de ser cristianos! El promedio de satisfacción de
su tiempo de oración entre estos cristianos es de 5 en una escala del 1 al 10 donde el 10 es lo más
satisfactorio y 1 lo menos satisfactorio.

La mayoría de nosotros tenemos el deseo de pasar más tiempo con Dios a pesar de que no lo
hemos logrado aún. Nuestros espíritus anhelan estar con Jesús pero nuestro cuerpo no tiene la
más mínima intención de dejarnos salir de la cama para encontrarnos con Él. Pero necesitas saber
que: sí es posible disfrutar tanto pasar tiempo con Dios que se vuelva parte de tu estilo de vida.
El secreto está en tener la motivación correcta y decidir firmemente ser DISCIPLINADO.

La mayoría odiamos esta última parte pero dentro de nosotros sabemos que no hay otra manera
de lograrlo. Nuestra única esperanza y el único camino para entrar a una relación diaria con Dios,
amarlo, conocerlo y disfrutarlo es decidir a cualquier costo ser disciplinados en nuestra relación
con Él.

DESEO llevado a través de la DISCIPLINA genera el DELEITE.

¿Quieres disfrutar tu tiempo con Dios?


¿Quieres conocerlo?
¿Quieres enamorarte de la Biblia?

No hay otro camino, no hay otra manera: Necesitas disciplinarte. Mientras no decidamos hacer
espacio en nuestra agenda para buscarlo, esto por sí solo nunca sucederá. Será solamente un
anhelo, un buen deseo y nada más. Una reconocida mujer de Dios decía “Si realmente deseamos
orar y queremos orar, tenemos que estar listos para hacerlo ahora mismo… pero si nunca damos
este primer paso con determinación nunca alcanzaremos el último paso: la presencia de Dios”.

Algunos quisieran mejor orar por unos minutos un par de veces durante el día, como para decir
que oran sin cesar, pues fijar un tiempo suena muy rígido, muy estricto, muy legalista. Pero
podemos orar mejor y mantener todo nuestro enfoque en Él cuando fijamos un espacio para estar
a su lado sin distracciones. John Dalrymple decía. “La verdad es que uno no aprende a orar todo
el día hasta que decide primero orar siempre algo del día”. No es tan complicado. Lo agendas, lo
haces. Si no lo puedes hacer, pide ayuda.

Agendándolo
Busca el mejor tiempo del día para conectarte con Dios. Algunos usan la mañana levantándose
más temprano, otros su hora de receso, otros en la noche cuando el día y las responsabilidades
terminaron. Pero recuerda esto: Si no estableces una hora determinada, nunca lo harás. Es como
cuando le dices a un amigo: “A ver si comemos un día de estos…” y nunca lo hacen. Puedes
seguir diciendo lo mismo y teniendo la misma buena intención durante 10 años. Hasta que no
defines el día, la hora, el lugar, nunca se hace real.
¿Cuánto debo orar?
La mejor respuesta es “suficiente”. Ora hasta que sientas paz y libertad en tu corazón del estrés y
las angustias, hasta que hayas dicho las aflicciones que traes en el corazón, hasta que hayas
derramado la gratitud, el llanto, la alegría que te provoca el día con día. Ora hasta que confieses
tus pecados, hasta que aceptes su perdón, hasta que estés en condición de escuchar todo lo que Él
vaya a decir en ese momento o el resto del día a través de lo que suceda. ¿Cuánto tiempo es eso?
Pueden ser 15 minutos, generalmente te tomará 30 minutos diarios al menos. Sin embargo, lo
importante no es completar una cantidad de tiempo, sino es abrir el corazón, confesar, aceptar la
libertad, hablar, ser uno mismo sin reservas. El tiempo variará y generalmente tiende a ir
aumentando con el tiempo pero no es una regla.

¿Qué pasa si no tengo ninguna sensación o emoción en mi tiempo de oración?


¿Qué hay de aquellos tiempos de sequía en nuestras vidas? Tú sabes, esos días que pareciera que
Dios está lejos y que las oraciones apenas salen de nuestra boca y caen pesadamente al suelo.
Todos hemos tenido esas temporadas. Pero cuando uno busca dentro de su corazón y expresa
cómo se siente, aun decirle a Dios que se siente distante, seco o lejos causa algo dentro de
nosotros que nos acerca hacia Él. Es como si un pequeño rayo de luz entrara, una pequeña planta
de alegría comenzara a crecer. Cuando te sientas así, no hay otra opción, no hay otra solución,
sólo hazlo. Ora. No hay otro remedio para la sequía y la distancia que sentimos que orar. El
pastor Dante Gebel dijo una vez: “Orar es como sentarse a comer a la mesa con mi padre, no
importa lo que haya sucedido en el día, siempre tengo derecho a hacerlo, siempre necesito
hacerlo, es parte de mi vida, de mi crecimiento, de mi salud, de mi convivencia con Él”.

Hay mucha gente que ha tratado de establecer un tiempo con Dios y ha fracasado. La
culpabilidad y la frustración parecieran apoderarse de uno en tal grado que ni siquiera
quisiéramos intentarlo otra vez, nos sentimos avergonzados, malos cristianos fracasando vez tras
vez. El secreto de ser consistente es la perseverancia. No alcanza aquel que deja de intentar, sino
aquel que no deja de persistir. Obtiene la victoria el que intenta, el que sigue esforzándose, el que
no se rinde, el que está dispuesto a intentar hasta que alcance lo que persigue.

Necesitas aprender a volver a empezar cada vez que sea necesario. Si fallé el Lunes, vuelvo a
empezar el Martes, o el Miércoles. Lograr conectarme con Dios 2 ó 3 días a la semana es mucho
mejor que nunca hacerlo. Los nuevos inicios eventualmente se convertirán en un hábito. En un
estilo de vida.

“Pero yo no soy una persona disciplinada…”


La mayoría no lo somos, es ahí donde necesitamos el Espíritu de Dios. Necesitamos pedirle que
motive nuestros corazones. Una difícil decisión, una aflicción, un evento importante, una
experiencia en su presencia. Todas son buenas motivaciones para volver a empezar. Recordarnos
continuamente que no podemos hacer algo sin él, que decidir orar es decidir amarlo, recordarnos
que la oración es poder y no deber y mantener expectativas altas nos ayudará a mantenernos
necesitados de orar.

Pide ayuda si la necesitas


La mayoría necesitamos rendir cuenta hasta que se convierte en un estilo de vida, hasta que la
oración se convierte en un DELEITE. Un grupo de amigos que se pregunten entre sí
continuamente “¿cómo vas?” ayuda mucho. No hay mejor amigo que aquel que entiende que el
mayor amor y bien que puede hacerle a su amigo es motivarlo y empujarlo a mantener una
relación diaria con Dios. Hay mucha ayuda en una comunidad cristiana. Ponte de acuerdo con
otros de orar a la misma hora y llámense para asegurarse que lo están haciendo. Busca a alguien
a quien enseñar a orar para afirmar los principios y el compromiso.

¿Alguna vez será fácil orar diariamente?


El pastor Dante Gebel contó en una ocasión lo siguiente: “El inicio de nuestro ministerio (de su
esposa y suyo) fue el obligarnos cada día a ponernos de rodillas juntos y buscar a Dios. No llega
el día en que a uno le encanta levantarse temprano, la carne no se rendirá…” Fred Stoeker y
Steve Anterburn, dos escritores reconocidos afirman que “La obediencia es la única esperanza,
Dios está buscando hombres que quieran precisamente eso, portarse como Hombres cuando se
trata de buscarlo a Él”.

La primera sensación cuando suena el despertador para orar siempre será querer dormir más. Es
como diría alguien: “Algunas mañanas puedo tomar el elevador al Cielo para encontrarme con
Dios, pero la mayoría de ellas tengo que subir por las escaleras.”. ¿Batallas para levantarte?
¡Comienza a dormirte más temprano! Es tan simple como una decisión. apagar el televisor o el
videojuego más temprano o desvelarme, platicar una hora más en el restaurante o irte a la cama
más temprano. Es una decisión. A veces la disciplina que nos falta no es la de poner la alarma
temprano y apagarla cuando suene. Es la de irnos a dormir más temprano.

Conclusiones
No hay nada que merezca más nuestra energía y nuestro enfoque que pasar tiempo con Dios,
porque Él es vida para nuestra alma. Siempre hacemos lo que creemos que es más importante
para nosotros. Uno no empieza a hacer ejercicio cada día hasta que le dicen que tiene problemas
de colesterol o del corazón, porque su vida depende de su ejercicio diario. ¡Tu vida cristiana y tu
relación con Dios dependen de tu oración diaria! Ora como si tu vida dependiera de la oración,
porque la verdad es que sí depende de ella.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. ¿Cuál es el mejor tiempo en tu día para separar un momento para orar? Encuéntralo y
¡Sepáralo!
2. Agenda un tiempo específico para orar mañana. Hoy es un buen día para comenzar una
rutina nueva.

Día 4: Descubre tu Estilo de Oración

Descubre tu Estilo de Oración


La mejor manera de acercarte a Dios

Nuestras preferencias para acercarnos a Dios pueden variar tanto como nuestras personalidades y
rasgos. Encontrar el mejor modo y lugar para ti para orar te ayudará a con tu decisión de orar
cada día.
Encuentra un lugar para orar a solas
Es verdad que para muchos es más fácil orar en grupos y también que hay más fluidez y voluntad
interior al orar en compañía de otros creyentes; incluso es necesario que un esposo ore con su
esposa, con sus hijos; que una iglesia ore junta, que se junten amigos a orar, etc. Todo esto es
muy bueno, pero recordemos que Jesús dijo que “cuando ores, cierra la puerta y ora a tu padre
que está en lo secreto. Entonces tu Padre, que ve lo que haces en lo secreto te recompensará…”.
Jesús solía separarse a lugares solitarios para orar. Necesitas alejarte del radio, de la televisión,
de los niños, los compañeros de cuarto, de los teléfonos sonando. Henri Nourwen dijo: Sin
soledad es prácticamente imposible vivir una vida espiritual. Hay personas que el único a lugar a
solas que encontrarán en sus casas serán un baño o un clóset. ¡Está bien! Todo lugar es bueno
para orar. Puede ser un balcón, el patio, un pasillo, etc. Solamente asegúrate que el lugar que
selecciones esté en o cerca de tu hogar y que puedas entrar y estar en él todos los días a la misma
hora.

En todo lugar
Podemos aprender a orar en cualquier lugar. A veces, en vacaciones o viajes, encontraremos
algún lugar en el auto, los aviones, trenes, autobuses. Lo más importante es saber que
necesitamos un lugar fijo para la rutina diaria, un lugar donde sin importar que sintamos o no a
Dios, Él sepa que estamos ahí para encontrarnos con Él.

Intenta orando en voz fuerte


Esta es una de las razones de orar a solas, que puedas orar en voz alta. Esto puede sonar extraño
para ti. Pero de todas las oraciones que encuentras en la Biblia ¿cuántas fueron oradas en el
pensamiento? La oración es articulada, hablada, mencionada. El silencio es para la meditación.
Orar en voz alta ayuda a que te mantengas enfocado en tu oración, a que no te quedes dormido, a
que no te distraiga un pensamiento sobre qué comerás, qué tareas o pendientes tienes, cómo va tu
equipo de fútbol, sexo, qué te pondrás hoy, etc. El pastor Ron Parrish comenta que “Cuando voy
manejando y quiero orar sin parecer un extraño hablando conmigo mismo, me pongo el “manos
libres”, así no me molesta la mirada de curiosos ni le doy importancia a lo que pueda decir la
gente. Si tienes suficiente valor puedes incluso intentarlo ¡cuando vas de compras!”

Importante: Obviamente puedes orar sin que sea una oración audible. Lo haces todo el tiempo,
antes de una reunión importante, cuando quieres que todo vaya bien con alguien, cuando
tenemos miedo, etc. Siempre habrá momentos cuando la oración pensada será mucho más
apropiada. Pero el punto es este: orar en voz alta es la norma, especialmente si quieres una
extensa y bien enfocada conversación con Dios.

Encuentra tu mejor postura


A algunas personas les gusta orar de rodillas, a otros puestos de pie, sentados o arrodillados. Hay
quienes incluso lo hacen caminando de un lado a otro. Encuentra una postura en la cual no te
gane el dolor ni el sueño. La llave es encontrar tu propio estilo, el que te funcione y ayude a
enfocarte. Casi cada postura de oración tiene un respaldo bíblico. ¿Por qué no tratar varias y ves
cuál funciona mejor para ti?

Ideas para tu Oración de Hoy


1. ¿Cuál es el mejor lugar en o cerca de donde vives donde puedas encontrarte con Dios?
Encuéntrate con Él ahí la siguiente vez que ores.
2. Si orar en voz alta es algo nuevo para ti, ¡inténtalo! Empieza leyendo un salmo, luego
exprésale a Dios algunas cosas que haya en tu corazón.
3. Intenta nuevas posturas de oración. Observa cómo se sienten.

Día 5: Lleva un Diario de Oración

Lleva un Diario de Oración


Las oraciones que escribimos y llegan a ser contestadas se convierten en fuertes generadores de
fe. En los tiempos en que sentimos que Dios no nos escucha o no nos contesta, podemos regresar
hojas atrás para repasar cada petición que Dios contestó, podemos recordar cada milagro, cada
fuente de provisión, cada desenlace de las historias y decisiones que enfrentábamos y afirmarnos
en la fidelidad y provisión que Él siempre nos mostró en el pasado para enfrentar así, nuestro
presente y futuro.

Hay personas que se expresan mejor escribiendo, o bien, habrá momentos en los que una oración
escrita será muy oportuna. Alguien dijo una vez: “Los pensamientos intangibles tienen sentido
una vez que se mueven a través de los labios que hay en nuestras huellas digitales”.

¿Qué debo escribir?


Escribe cómo te sientes en la situación en la que estás, escribe tu necesidad, anota lo que batallas
para reconocer y expresar, deja que tu corazón encuentre una primera vía de escape y desahogo.
Una vez escrito todo lo anterior léeselo en voz fuerte a Dios. Sé completamente honesto con Él,
escribe tus luchas, emociones negativas, peticiones y temores.

Agrega tu lectura diaria


Mantener una lectura diaria de la Biblia te ayudará a muchas veces a encontrar la respuesta a tus
oraciones. Por ejemplo, si estamos pasando por tiempos de tristeza podemos buscar en una
concordancia algunos pasajes que hablen sobre el amor de Dios, sobre su compañía, sobre que Él
tiene el control y anotarlo como refuerzo a lo que oramos.

Beneficios
Hay al menos 4 beneficios de escribir lo que oramos:
a) Llevo un historial de mis oraciones, las contestadas y las que están por contestar. Con el
paso de los años la fe es reforzada al leer todas las veces que necesitamos a Dios y Él
contestó.
b) Puedo ver el camino por el cual Dios me ha llevado. Una de las mejores maneras de saber
hacia donde nos está llevando Dios es voltear hacia atrás y ver por dónde nos ha traído.
Entre más anotemos más nos daremos cuenta que cada vez que Dios contestó una
oración, en realidad escribió una parte de la historia de nuestra vida, nos dio dirección,
confirmó o corrigió nuestro rumbo, cambio nuestros pensamientos, nos sanó, nos liberó.
Al alinear cada oración contestada podemos voltear hacia enfrente y saber hacia donde
nos lleva Dios.
c) Puedo expresar mi corazón más fácilmente. Llevar un miedo, confesar un pecado o
expresar una emoción es mucho más fácil si lo escribimos antes de hablarlo. Escribirlo
crea un puente que nos lleva de lo más secreto de nuestra alma hasta la confesión hablada
de nuestro ser delante de Dios.
d) Puedo platicar con más facilidad sobre mi relación con Dios a otros. Podemos compartir
nuestros escritos con amigos, líderes y familia para orar más específicamente por nuestras
necesidades.

Escribir facilita la comunicación


Es importante que no veas el escribir como una atadura, una obligación o un requisito para pasar
un tiempo con Dios. Necesitas verlo como una herramienta, no es para llenar libretas ni sentirme
mejor, es para mejorar mi comunicación con Dios y expresarle más profundamente mi corazón.
Si quieres puedes usar diferentes símbolos para marcar diferentes escritos en tu Diario. Por
ejemplo yo marco con un signo de admiración algo que quiero volver a leer cada vez que pase
por esa página, alguna verdad que me sorprendió. Utilizo una flecha para remarcar principios que
no quiero olvidar, corchetes para párrafos completos, tintas de otro color para los versículos, etc.
Esto me ayuda a encontrar más rápido lo que estoy buscando y resaltar lo que no quiero olvidar.

Conclusiones
Finalmente, no es recomendable utilizar una agenda con los días de la semana porque puede
desanimarte al principio cuando veas todos los días en los que no has podido escribir. A veces al
escribir ni siquiera llenarás una página, pero el objetivo no es la cantidad de lo que escribes sino
el propósito de hacerlo. Después de escribir léelo en voz fuerte, exponle a Dios tu corazón. La
disciplina de escribir trae mucha fuerza, entusiasmo y mejoría a los tiempos con Dios. ¡Al menos
inténtalo! Puede revolucionar tu caminar diario a su lado.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Escríbele una carta a Dios. Exprésale las cosas por las que estás agradecido. Escribe
algunos de tus secretos y sentimientos más profundos de tu corazón.
2. Después de que termines, léelo en voz alta y elabora algunas peticiones de oración y
expónselas.

Día 6: Todo tipo de Oraciones

No tiene que ser aburrido


Debemos admitir algo que no suele decirse en público, orar puede llegar a ser aburrido.
Batallamos para mantener una vida de oración significativa porque se nos acaban las cosas que
decir. Cuando uno recién comienza su oración diaria, ora por todo lo que se le ocurre ¡en 10
minutos!

Al principio todo es una oración de una sola dirección, nosotros diciéndole a Dios todo lo que
necesitamos: “Señor, bendice a mi tía Rita”, “Ayúdame a salir bien en el examen”, “Que gane mi
equipo de fútbol este fin de semana”, etc. Y cuando terminamos nos sentimos culpables de no
haber orado más tiempo.

Las buenas noticias son que nuestra relación con Dios puede ser mucho más variada, existen más
maneras de comunicarnos con Él. Es como dos personas que se aman, entre más se conocen más
maneras de comunicarse encuentran, no solamente físicas sino que llegan a compartir
pasatiempos, dirigir negocios, ordenar una casa, escuchar música, ir al cine, viajar juntos,
estudiar juntos.

¿Te imaginas que tu comunicación con tus amigos o con las personas que amas fuera únicamente
cumplir con una lista de “todo lo que quiero que sepa que necesito”? Así es como está ahora
nuestra relación con Dios. Únicamente le leemos una lista de peticiones y necesidades, ¡por eso
es tan aburrido!

Entre mayor comunicación exista, más grande será el nivel de intimidad en una relación.
Necesitas comenzar a tratar a Dios como algo más que al genio de la lámpara de Aladino que
vive en el Cielo. Deja que tu amor sea capturado y cautivado por el conocimiento quién
verdaderamente es Él.

Podemos aprender a decir oraciones de agradecimiento, oraciones de adoración, oraciones de


arrepentimiento y confesión, oraciones de sumisión y rendición. Algunas veces incluso podemos
orar haciendo guerra. “Dios te pido que los enemigos de depresión de mi amigo sean vencidos,
ayúdalo a salir de este problema”.

Podemos también hacer oraciones específicas y claras sobre los problemas de otros: “Señor te
pido que ayudes a Juan ahora que sus padres se divorciaron, sé tu su ejemplo, dale fuerzas,
rodéalo de amigos que lo animen, enséñale que Tú eres un padre bueno y fiel, sé tu el consuelo y
la sanidad que tanto necesita su corazón”.

Puedes orar con pasajes de la Biblia: “Señor gracias porque yo sé que cumplirás tu propósito en
mí, gracias porque tu suplirás mis necesidades de acuerdo a tus riquezas en gloria y porque
ningún arma forjada contra mí prosperará”. Orar utilizando versículos ayudan a orar de acuerdo a
las verdades de Dios, te ayudan a conocer su carácter, a aprender más de la Biblia y a reforzar tus
convicciones.

Puedes orar sobre lo que leíste el día de hoy en la Biblia, pedir específicamente por lo que
aprendiste y recibiste en una predicación, grupo de jóvenes o en la célula a la que vayas. Puedes
incluso tomar un pasaje de la escritura y hacer muchas oraciones diferentes con él.

¿Por qué hacer tan variada la oración? Porque nos ayuda a crecer en nuestra relación con Dios,
Nos ayudan a conocerlo más, a mejorar nuestras pláticas, cuando menos nos demos cuenta
habremos pasado mucho más tiempo del que esperábamos platicando con Él.

Patrones de Oración
La mayoría de la gente que ora constantemente tiene una rutina o un patrón que sigue. A
continuación aparecen algunos que puedes usar como ejemplo en tu oración diaria para hacerla
diferente, variada y aprender más sobre la oración.

a) Lista de oración: Pon un enfoque diferente en tu oración de día de la semana:


Lunes: Familia
Martes: Autoridades del gobierno.
Miércoles: Amigos y familiares que no conocen a Cristo.
Jueves: Tus amigos cristianos y la gente cristiana a tu alrededor.
Viernes: Misioneros y personas no alcanzadas.
Sábado: Necesidades personales.
Domingo: Tu iglesia y tus pastores.

b) Hechos: Ora utilizando los siguientes puntos:


Adoración: Empieza con oraciones de alabanza y adoración exaltando la grandeza de Dios.
Confesión: Busca en tu corazón y confiesa tus pecados.
Agradecimiento: Agrádecele a Dios por cosas específicas que haya hecho en ti.
Súplica: Trae tus peticiones y necesidades delante de Dios.

c) El orden del Padre Nuestro: Ora utilizando el orden de la oración que enseñó Jesús.
Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre: Adora los atributos, cualidades
y carácter de Dios.

Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo: Invita a Dios a
reinar en tu vida, tu familia, en el día de hoy, en tu trabajo, tu iglesia, tu ciudad, tu nación, tus
amigos, etc.

Danos hoy el Pan de cada día. Dile tus necesidades, pídele que te hable que te enseñe de Él.

Perdona nuestras deudas, así como también perdonamos a nuestros deudores: Confiesa tus
pecados y arrepiéntete, ora por tus relaciones interpersonales que estén en conflicto, perdona a
quienes te han ofendido y analiza si has ofendido a alguien que necesites pedirle perdón.

No nos metas en la tentación, mas líbranos de todo mal: Ora por cada área en la que eres
tentado y pídele su protección sobre ti y sobre los que amas.

Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos: Termina adorando y
agradeciéndole a Dios todo lo que hace por ti.

Conclusiones
Si estás batallando con orar constantemente, ¡necesitas comenzar a usar alguno de estos patrones
lo antes posible! Úsalos como el entrenamiento diario en tu camino de oración con Dios.
Necesitas poner en práctica todo lo que estás aprendiendo sobre la oración, solamente leerlo y
tener buenas intenciones no generará ningún cambio en tu vida ni te acercará más a Dios.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Escoge uno de los tres patrones de oración y úsalo por un par de días, analiza qué tanto te
ha servido, trata con los demás y encuentra el que te sirva más y ¡úsalo más seguido!

Día 7: Tipo de Oraciones: Gratitud y Agradecimiento

Sin importar lo que suceda, siempre sé agradecido, porque esta es la voluntad de Dios para los
que pertenecen a Cristo Jesús (1ª Tes. 5:18 NLT) …continúa viviendo en Él, plantado y
edificado en Él, fortalecido en la fe al ser enseñado, desbordando agradecimiento… (Colosenses
2:7) …Pero en toda, oración y petición, presenta todas tus necesidades a Dios con
agradecimiento… (Filipenses 4:6)

Tener un corazón que se desborda de agradecimiento no es algo que surge con naturaleza. La
mayoría de nosotros raramente nos despertamos agradecidos y alegres. Es mucho más fácil
quejarse y criticar, para la mayoría de nosotros nuestro estado automático es la murmuración.
Tenemos que empezar a trabajar en una actitud de gratitud, escojamos ser agradecidos, y con el
tiempo nuestras emociones nos seguirán. Las emociones siguen a nuestras acciones y no al revés.

Algunas mañanas sabemos que nos esperan días con tanto por hacer y tan poco tiempo, y los
pensamientos de “tengo que” sustituyen a los de “disfruto mucho”; tanto en el trabajo, en la
familia como en nuestra relación con Dios. Esos días más que nunca, en lugar de insistir en esos
pensamientos, necesitamos empezar a dar gracias, enfocarnos en lo bueno y fiel que siempre ha
sido Dios y veremos que toda nuestra actitud e inicio del día comenzará a cambiar.

Procura empezar tu diario de oración con una lista por la cual estás realmente agradecido, si al
principio no se te ocurre nada, insiste, busca en tus memorias y verás que la gratitud comenzará a
fluir.

Algunas razones para estar agradecidos


a) Porque estuviste sano durante el día de ayer.
b) Por oraciones que hiciste y Dios te contestó.
c) Por personas que conociste o amigos que tuvieron tiempo de estar contigo en estos días.
d) Por las experiencias que estás teniendo en la vida que te están enseñando más de Él, o
simplemente están haciéndote madurar.
e) Por la salvación y el perdón tan grande que siguen vigentes el día de hoy.
f) Porque esta mañana sus misericordias son nuevas.
g) Por las promesas, esperanza y bendiciones que leíste en tu lectura diaria.
h) Porque estás confiado en que Él escucha tus oraciones y Él las contestará con lo mejor
para ti, en el momento y modo perfectos.

Una vez que hiciste tu lista, léela en voz fuerte, puede ser que no sientas todo pero sí puedes
estar seguro que son agradecimientos sinceros de tu corazón.

La Biblia como herramienta de gratitud


Puedes utilizar pasajes de la Biblia como oraciones de gratitud también, por ejemplo si uno
tomara Efesios 1 podría orar algo así: “Señor gracias por cada bendición espiritual en tu hijo
Jesús, gracias porque me escogiste para tener una relación conmigo ¡desde antes de la creación
del mundo! Gracias porque quieres hacerme santo y sin culpa, me has adoptado en tu familia y
soy LIBRE a través de la sangre de tu hijo Jesús”.

Entremos ante su presencia con gratitud


Nada nos ayuda a tener una mejor actitud en su Presencia que la gratitud. Entra por sus puertas
con acción de gracias. Nada puede cambiar mejor la atmósfera y los pensamientos de para qué
me levanté tan temprano hoy que la gratitud. La pasión y el anhelo por pasar tiempos con Él
necesariamente tienen que surgir de un corazón agradecido y asombrado por lo que Dios ha
hecho en él. Dios es tan digno de nuestra gratitud, ¡es lo mínimo que podemos hacer en respuesta
a tantísimo amor, fidelidad, perdón y a tan grande salvación! No es algo que sintamos, es algo
que merece, no es algo que podamos pagar, pero sí podemos al menos hacerle saber a Dios lo
mucho que ha significado para nosotros todo lo que ha hecho en nuestras vidas.

Ideas para tu oración de hoy


Haz una lista de agradecimientos para Dios.
1. Ahora, ora tu lista, léesela en voz fuerte a Dios.
Mi lista de agradecimientos (Ejemplo de una lista)
 Por tu amor perfecto, eterno y siempre constante en mi vida.
 Por tu salvación y redención.
 Por dejar tu lugar de gloria, exaltación, poder y autoridad para convertirte en un siervo y
aún morir por mí sin ningún reconocimiento ni gratitud de por medio. Todo lo hiciste
creyendo e imaginando lo que vendría, todo lo hiciste por amor, por que un día me
alcanzarían tu perdón y salvación.
 Por la familia tan increíble que tengo, mis padres que tanto amo y admiro y mis hermanos
(y sus familias) que tanto disfruto.
 Por mi prometida tan buena, bonita, apasionada y lista para quererme siempre.
 Porque ¡me voy a casar!
 Por todas tus provisiones, porque no pago servicios, tengo carro aquí y en mi ciudad, vivo
cómodo, no me falta nada, tengo celular, radio, computadora, ropa, libros y todo lo que
necesito.
 Por mis amigos que siguen siendo míos con el paso de los años.
 Por la oportunidad de servir.
 Por las palabras de afirmación, aprobación y libertad de mis líderes.
 Por la iglesia en la que estoy.
 Porque puedo viajar cada fin de semana a ver a mi prometida, mi familia y mis amigos.
 Porque tengo salud.
 Por mi trabajo, el puesto que tengo, los proyectos y lo mucho que he aprendido.
 Por la bendición tan grande que representan mis hermanos en esta etapa de mi vida.
 Por la paz y seguridad que vienen de ti e inundan mi corazón.
 Por tu perdón, fortaleza y ayuda en mis tentaciones.
 Por la voluntad que has sembrado en mí de orar cada mañana y leer cada día más de ti.
 Por el futuro prometedor que tienes para mí.
 Por tu eterno, incomprensible, supremo, extenso, abundante, perfecto, perseverante,
consistente, persistente y tangible amor por mí.

Día 8: Tipos de Oraciones: Adoración y Alabanza

Intenta esto la siguiente vez que ores. Durante los primeros 10 minutos no le pidas nada a Dios,
en lugar de eso, ora expresiones de amor y adoración a Él. Enfócate en sus cualidades,
concéntrate en que Él es digno. ¿Sabes qué sucederá? Comenzarás a pedir cosas a Dios antes de
que pasen 10 minutos.

Hacer este tipo de oraciones es todo un reto porque:


a) Se nos acaban las cosas qué decir.
b) A veces, sientes que no eres sincero, que sólo dices cosas por decir.
c) Hemos asociado la oración con petición de cosas.
d) Somos más auto-concentrados que Dios-concentrados (difícil de admitir pero verdadero).
La oración que hacemos ¡tiene que ver más con nosotros y nuestras necesidades!

Adoración y Alabanza
Las oraciones de adoración y alabanza son oraciones en las cuales exaltamos la grandeza de
Dios, es decir, reconocemos por encima de cualquier necesidad, emoción, idea o preocupación,
lo grande que es Él. Dicho de otro modo, decidimos enfocarnos en Él por encima de cualquier
cosa que estemos pasando, para adorarlo y expresarle nuestro amor.

La mayoría de las oraciones que encontramos en la Biblia comienzan expresando un profundo


conocimiento de Dios, inician con reconocimiento y adoración. Oh Señor, Dios de nuestros
padres, ¿No eres tú el Dios que está en el Cielo? Tú gobiernas sobre todos los reinos de las
naciones. Poder y fuerza están en tu mano, y nadie puede resistirte. Oh Dios nuestro, ¿No
dirigiste tú la tierra inhabitada antes de que se la dieras a tu pueblo Israel y los descendientes de
Abraham tu amigo? El Rey Josafat hizo esta oración cuando enfrentó las fuerzas de Amón y
Moab.

Nuestra tendencia, sin embargo, es a brincarnos inmediatamente a las peticiones, si fuéramos el


Rey Josafat diríamos: “¡Señor ayúdanos a vencer a los amonitas y moabitas!”. Pero notemos que
este rey comenzó reconociendo quién era Dios. Incluso el Padre Nuestro de Jesús comienza
diciendo: Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”, ¡Las peticiones
llegan mucho después!

La adoración nos ubica


No solamente debemos empezar adorando porque Él sea completamente digno de ello, sino
porque algo sucede en nosotros cuando oramos así. Nos convertimos en lo que realmente
debemos ser, colocamos nuestras almas bajo su señorío y autoridad, obtenemos el punto de vista
correcto, nuestra fe se levanta, empezamos a ver a Dios como realmente es y a nuestras
necesidades del tamaño que en verdad son.

Dios es todo lo que necesitamos, redentor, sanador, pastor, proveedor, consuelo, protección,
amigo, es incluso ¡mucho más de lo que podemos darnos cuenta! La realidad de quién es Dios
mueve nuestros pensamientos y nuestro corazón, nos damos cuenta de que Él es nuestro
redentor, nuestro proveedor, nuestro sanador, etc. Nos ayuda a despertar a la realidad al declarar
verbalmente su carácter.

Ideas para ayudarte a entrar en un tiempo de adoración


Utiliza canciones de alabanza y adoración. Puedes empezar tocando algo o poniendo alguna de
tus canciones favoritas que hablan de Dios y su carácter, ¿cuántas? Las que tu alma quiera adorar
hasta antes de distraerse o perder el enfoque.

Enlista los nombres de Dios y Jesús encontrados en la Biblia. Una vez hecha la lista ora de
acuerdo a ella: “Dios tu eres Jehová Jireh (mi proveedor), tú eres mi pastor, tu eres mi pan de
vida, el camino, mi verdad…”. Te ayuda a crecer en tu devoción hacia Dios.
Busca vocabulario nuevo para describir el carácter de Dios. Estamos tan acostumbrados a
decirle. “Te exalto, te alabo, eres digno, te adoro, eres omnisciente, omnipotente, santo cordero,
etc.”. ¡Muchas cosas que ni siquiera sabemos que significan! En lugar de esto busca palabras del
diccionario que conozcas y lo describan y utilízalas: Asombroso, auténtico, agresivo, por
siempre, bello, bondadoso, bendito, brillante, cuidador, campeón, comunicativo, profundo, un
deleite, querido, dinámico, eterno, edificante, eminente, entronado, perdonador, fiel, haces lo que
dices, firme, caballero, gentil, santo, sanador, alto, ayudador, atractivo, ideal, inmenso, alegre,
celoso, jovial, bueno, rey, protector, amante, sufrido, extenso, señor. ¿Entendiste el punto? Busca
ahora tu diccionario e ¡Inténtalo!

Comunica tu amor y afecto


Hay una libertad indescriptible cuando le declaramos nuestro amor verbalmente a Dios. Habrá
veces que le adorarás y abrirás tanto el corazón que te gastarás todo el tiempo en adoración sin
orar ninguna otra cosa más. Nada satisface más nuestra alma que amarlo y adorarlo ¡para esto
fuimos creados! Nada toca, alegra y enternece más el corazón de un padre que las palabras de
amor y honor que sus hijos le dicen con un corazón libre y agradecido.

Ideas para tu Oración de Hoy


En tu siguiente tiempo de oración, usa los primeros 15 minutos para expresarle a Dios lo bueno
que Él es y lo mucho que lo amas. Resiste la tentación de comenzar a pedir cosas. Solamente
disfruta las cualidades, atributos y características de Dios.
1. Si ya no sabes que decir, canta algunas adoraciones.
2. Usa los nombres de Dios y Jesús para adorarlo.
3. Usa un diccionario y haz una pequeña lista de las maneras en que Dios mismo se ha
mostrado a sí mismo en tu vida.

Día 9: Tipos de Oración: Confesión y Arrepentimiento

El pastor Ron Parish comenta en su libro: “Jamás olvidaré la primera vez que pude ser
completamente honesto y abrí mi corazón confesando todos mis pecados con algunos amigos.
Éramos un grupo de alumnos en la carrera que tratábamos de seguir a Jesús. Uno de mis amigos
fue el primero al confesar su adicción a la marihuana y de allí, cada uno fuimos confesando
nuestras mentiras, lujuria, hipocresía y más. Lágrimas de vergüenza brotaron de nosotros, pero la
sensación de alegría, perdón y libertad que experimentamos al final de esa noche es algo que
nunca olvidaremos”. Existe una verdad extremadamente importante que debes saber y recordar
siempre: La confesión y el arrepentimiento son el único camino a una vida de libertad del poder
del pecado.

Entre más invertimos en la presencia de Dios adorando y dando gracias, nuestros corazones se
hacen más sensibles a nuestro pecado. Nos duele darnos cuenta de nuestros pensamientos,
actitudes y adicciones que han desagradado a Dios. Podemos ver claramente la brecha que nos
separa.

Expón tu corazón delante de Dios


Delante de Dios no hay excusas, no hay posiciones, no hay necesidad de impresionarlo con
nuestra piedad y bondad. Él nos ve como realmente somos y él desea honestidad de nuestro
corazón. Hay una libertad al exponer nuestras almas delante de Dios. Una de las tareas del
Espíritu Santo es traernos convicción de pecado y cumple con esta tarea a la perfección ¿no es
cierto? Podemos orar como decía el salmista en la Biblia: Examíname Dios y conoce mi corazón,
prueba mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos, señala todo lo que haya en mí que te
ofenda.

Convicción de Pecado
Cuando Dios nos convence de pecado, podemos escoger humillarnos y confesar. La palabra
griega de la que se traduce confesión es homologeo, que significa homo=mismo y logeo=hablar;
es decir confesión significa hablar lo mismo. Confesión es simplemente estar de acuerdo con el
Espíritu Santo cuando nos dice: “Esa actitud no estuvo bien”, “Paga ese dinero que debes” o
“pídele perdón a aquella persona que ofendiste”. No hay necesidad de debatir, discutir o
excusarnos, simplemente nos toca aceptarlo. “Tienes razón, estoy mal en lo que dices…, lo
siento, no debí hacerlo, perdóname y limpia mi corazón Señor…”. Muchas veces he utilizado el
Salmo 51 como mi oración: Ten misericordia de mí Dios de acuerdo a tu perfecto amor;
conforme a tu gran compasión borra mis transgresiones. Lava mi iniquidad y límpiame de mi
pecado.

Importante: La oración de confesión debe incluir la aceptación del perdón, cientos de veces he
orado después de confesar mis pecados: “Tu Palabra dice que si confieso mis pecados, Tú eres
fiel y justo para perdonarme y limpiarme de toda maldad, así que creo y acepto esta promesa,
acepto tu perdón pues cumplí con mi parte de confesarlo y sé que eres fiel para cumplir con tu
perdón”.

El arrepentimiento es mucho más que sólo admitir que estamos mal.


Arrepentirse viene de la palabra metanoia que significa “cambiar de dirección” o “cambiar tu
forma de pensar”. Requiere que dejemos de hacer lo que nos lleva a pecar y comencemos a hacer
lo que nos lleva hacia Dios. Si pequé contra alguien debo ir y pedir perdón, arrepentimiento
muchas veces conllevará pasar por conversaciones difíciles para arreglar problemas, restituir
daños, confesar faltas. Significa cambio. Después de confesar delante de Dios algún pecado
como la lujuria o la pornografía ¿qué haces?, ¿qué cambias de tu vida?, ¿cómo previenes que
vuelva a pasar? Arrepentirse necesariamente implica ver cómo pequé y cómo hacerle para no
volver a pecar. Implica poner atención a las personas, acciones o circunstancias que me llevaron
a pecar y decidir cambiar todo lo necesario para dejar de pecar.

Cuando cultivamos una vida de oración diaria con Dios mantenemos nuestras cuentas cortas. El
pecado no tiene oportunidad de ganar terreno ni desanimar nuestro corazón, no dejamos espacio
para un sentimiento continuo de derrota y condenación pues diariamente estamos descubriendo
nuestra alma delante de Dios y orando por nuestras fallas cuando van ocurriendo.
Importantísimo: Sin importar si pequé o no el día de ayer, sin importar qué tan grosero fue mi
pecado del día de ayer, HOY necesito pasar tiempo con Dios, confesar mis pecados y recibir el
perdón. De lo contrario crecerá mi sentimiento de derrota, mi peso de condenación, mis
pensamientos de fracaso, mis actitudes que me alejan de la presencia de Dios. ¡Cada día
necesitamos confesar nuestros pecados para dejarlos atrás!
¿Cómo distinguir entre la convicción de pecado del Espíritu Santo y las mentiras de
condenación del diablo?
Dios siempre señalará nuestro pecado, el comportamiento específico o la actitud equivocada que
tenemos que cambiar. El diablo, en cambio, siempre tratará de aplastarte y derribar tu carácter.
El Espíritu Santo revela nuestro pecado para restaurarnos, el enemigo lo usa para sentirnos
desesperados e indignos. La sincera confesión y el cambio de dirección hacia Dios nos traen
libertad.

¿Debes confesar tu pecado y arrepentirte diariamente?


Habrá ocasiones en las que sentirás que te arrepientes no solamente a diario sino ¡varias veces en
el mismo día! ¿Por qué? Porque estaremos más conscientes de lo mucho que necesitamos la
misericordia y gracia de nuestro Señor para cubrir nuestro pecado. Otros días, sin embargo, no
sentirás específicas maneras en las que hayas entristecido a Dios. En ambos casos necesitamos
orar, poner atención a lo que hiciste en el día y exponerte para ser limpio de todo pecado. No
todos los días sentirás la necesidad de confesarte y arrepentirte. Dios sabe cuándo necesitamos
hacerlo. Lo importante aquí es mantener nuestro corazón sensible y abierto para que podamos
escuchar y darnos cuenta cuando Dios nos hable fuerte o simplemente nos susurre.

Ideas para tu Oración de Hoy:


Toma unos minutos e invita al Espíritu Santo a que te muestre pensamientos, actitudes o
acciones que tengas y desagraden a Dios.
1. Escríbelas específicamente en tu diario de oración.
2. Haz tu oración el Salmo 51 leyéndolo en voz alta como tu oración de confesión. Después
lee 1ª Juan: 8-9. Óralo y créelo como una promesa para tu vida.
3. Escribe maneras específicas en las que necesitas arrepentirte. ¿Qué tienes que hacer o
dejar de hacer?, ¿Qué cosas tienes que cortar de tu vida?

Día 10: Tipos de Oración: Sumisión y Rendición

“El mundo aún no ha visto lo que Dios puede hacer por y a través de cualquier hombre que se
consagre completamente a Él”. -D. L. Moody

Un joven llamado Henry Parsons escuchó a Moody decir esto mientras compartía en una iglesia
en Chicago en 1873 e inmediatamente se puso de pie y le rindió su vida a Cristo. Cuando creció
fue conocido como el inventor de la avena y el fundador y presidente de la compañía Quaker
Oats. Mucha gente en Chicago lo conoció como un gran ejemplo de un hombre de negocios
cristiano. Llevó mucha gente a conocer a Cristo y por más de 50 años dio más del 70% de sus
ingresos para construir iglesias, fundar ministerios y alimentar a los pobres de su ciudad. Él vivió
una vida de rendición a Cristo.

La relación con Dios comienza con la sumisión


Todos algunas vez hemos hecho oraciones de sumisión o rendición. En la sumisión es donde
nuestra relación con Dios comienza, justo en el instante en el que decidimos entregarnos a Él.
Pero podemos hacer este tipo de oración cada día. Es como la arcilla colocándose a sí misma otra
vez en la rueda del alfarero; nos colocamos bajo sus reglas al orar de este modo. Para vivir en
intimidad con Dios necesitamos mantener una postura de sumisión. Sin embargo la sociedad hoy
en día enseña que “la sumisión es para los débiles”, para los que se dejan, para los que no son
capaces de dirigirse y controlarse a sí mismos. Es fácil hacernos creer a nosotros mismos que
estamos sometidos a Dios cuando en realidad no lo estamos. Por eso estas oraciones son tan
importantes y no deben ser oradas con ligereza.

No es nuestra voluntad sino la de Él


Jesús dijo varias ocasiones cuando oraba: “No se haga mi voluntad sino la tuya…”, “Yo he
venido del Cielo para hacer la voluntad de Dios que me envió, no para hacer lo que yo quiera…”.
Si Jesús necesitó someter su voluntad al Padre, cuánto más nosotros necesitamos ofrecer nuestros
cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Sólo piensa esto: Jesús pudo haber hecho
cualquier cosa que Él quisiera, pudo haber vivido en un gran palacio, gobernar a la gente con Su
poder, pudo destruir a sus enemigos con una sola palabra de su boca pero escogió someterse.
Escogió hacer lo que debía hacer sobre lo que quería hacer y aún más, sobre lo que podía hacer.
Jesús sudó gotas de sangre al enfrentar su agonía en el jardín de Getsemaní unas horas antes de ir
a la cruz, ¿no podrá esto significar que es una batalla someter nuestra vida realmente a Dios?
¿Estás dispuesto a hacer lo que sea, donde sea y cuando sea para Jesús?, ¿realmente lo estás? No
contestes tan rápido, imagina las posibilidades primero.

Una oración de sumisión o rendición no es resignarse pasivamente a algo o alguien.


Es un acto completamente consciente de “poner en manos de Dios” cada parte de nuestras vidas.
Es decirle a Dios que Él es el dueño de nuestra vida, es aceptar que tu vida no es realmente tuya
sino que fuiste comprado por un precio. Una oración de sumisión y rendición es una consciente
transferencia de propiedad, es declarar que ya no te perteneces, que no tienes control sobre ti,
que no eres tuyo, que vives para hacer lo que alguien más quiera y diga; ese alguien es Dios.

Una oración así incluye lo siguiente: “Señor Jesús, yo decido ofrecerte:


a) Mi día (tareas, juntas, planes, agenda, etc.)
b) Mis relaciones interpersonales.
c) Mi salud, recursos y posesiones.
d) Mis dones y talentos.
e) Mis necesidades, anhelos, sueños y deseos.
f) Mi trabajo y carrera.
g) Mis derechos.
h) Mi vida.
i) Todo lo demás que se te ocurra…

¡No hagas este tipo de oraciones a la ligera! Algunas veces estas oraciones involucrarán luchas
interiores cuando Dios nos muestre lo que quiere que hagamos, necesitará que muramos a
nosotros mismos. Otras veces, habrá dolor en lo que ofrecemos, “Señor enséñame a perder mi
vida por tu causa hoy para así poder ganarla”. Es un sacrificio. En la Biblia algo muere cuando
un sacrificio es ofrecido.

Alegría en la rendición
Pero esta es la paradoja, lo inexplicable: No existe alegría más grande que una rendición total. La
definición de libertad es un corazón ¡totalmente entregado a Él! Es un intercambio en el cual
obtenemos la mejor parte. Le damos a Dios lo que tenemos (lo cual, si somos honestos, no es tan
impresionante) a cambio de experimentar una verdadera vida. Una reconocida mujer de fe lo dijo
así: “El premio con el cual Dios recompensa el hecho de morir a nosotros mismos es Él mismo”.

Conclusiones
La grandeza del poder de un hombre se mide en su capacidad de rendirse. Entre más nos
rindamos, más poder de Dios podrá trabajar a través de nosotros. Este tipo de oraciones
seguramente nos costarán mucho, pero traerán muchísima intimidad con Dios y Dios podrá
cambiar más de lo que pensamos en nosotros y alrededor de nosotros cuando nos sometamos y
rindamos por completo a Él.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Toma tiempo para hacer oraciones de rendimiento y sumisión. Algo simple como “Señor
te entrego con alegría ________”. Llena en el espacio en blanco todo lo que el Espíritu
Santo te traiga a la mente.
2. Pregunta: “Dios ¿Hay algo, alguna área en mi vida que he estado reclamando como si
fuera mía?” Si te muestra algo, entrégasela en oración.

Día 11: Tipos de Oración: Petición y Solicitud

La mayoría de nosotros cuando pensamos en oración pensamos en pedir algo. Necesitamos hacer
todo tipo de oraciones, y las peticiones son una parte importante de lo que hablamos al orar.
Pedirle a Dios lo que sea que necesitamos (o a veces no necesitamos sólo lo queremos) no es
algo egoísta ni malo. Hemos escuchado que oremos algo como: Oren en el Espíritu en toda
ocasión con todo tipo de oraciones y peticiones. Oren por todo, dile a Dios lo que necesitas.

Petición Importuna
Jesús enseñó no solamente a pedir, si no a ser importunos en nuestra oración. En Lucas 11
enseña un bosquejo de cómo puede ser nuestra oración (el Padre Nuestro), y luego Él nos dice
qué actitud debemos tener cuando oramos contando una historia acerca de un joven que tenía un
huésped y necesitaba alimentarlo. El hombre no tenía pan así que fue con el vecino a despertarlo
y pedirle tres rebanadas de pan. Su petición fue contestada, pero no se levantó por su amistad con
el vecino. Jesús dijo: por la petición importuna él se levantará y le dará lo que necesite.

La palabra que provoca la acción es importunar que viene de una palabra griega que es todo un
reto traducir porque esa palabra no es vuelta a usar ninguna vez en el Nuevo Testamento. Sin
embargo, el opuesto de esta palabra (antónimo) es usado por Pablo cuando describe cómo debe
portarse una mujer santa, con propiedad y educación. La palabra griega anaidian en Lucas 11
utiliza un prefijo griego negativo ana. Literalmente significa ser incorrecto o mal educado.
Podríamos usar la palabra tercos. Así es como debemos orar ¡siendo tercos!

Orar siendo terco significa:


a) Pedir aún cuando no lo merecemos (él no se levantó por su amistad con el vecino).
b) Pedir específicamente (3 rebanadas de pan).
c) No importarnos mucho las ganas o deseos de aquel a quien le pedimos (Era media noche
y sus hijos estaban durmiendo).
La fobia a la voluntad de Dios
Tendemos a ser renuentes para pedirle a Dios lo que realmente necesitamos temiendo que
algunas de nuestras oraciones sean contrarias a la voluntad de Dios. Así que mejor oramos por
cosas que obviamente Dios si quiere y no por cosas simples o sin sentido que nos están pasando
pero que realmente son las cosas que más anhelamos que Dios escuche y conteste. El hombre
que levantó a su vecino para pedirle pan no estaba pensando si eso sería la voluntad de su amigo,
no le dijo “Si pudieras darme, te gustaría darme…” solamente fue y pidió. De todas las oraciones
que hizo Jesús solamente en una dijo “si es tu voluntad…”. Podrás decir: “Claro, Él era el Hijo
de Dios y ya sabía la voluntad de Dios”. Si nos decimos cristianos y sabemos un poco de Biblia,
tenemos una buena idea de cual es la voluntad de Dios.

¿Cuál de las siguientes peticiones sería probablemente la voluntad de Dios?


1. Dios por favor salva a mi sobrino Juan.
2. Dios por favor ayúdame a ser un buen padre.
3. Dios por favor dame provisión financiera para salir de las deudas.
4. Dios por favor dame un nuevo automóvil marca Mercedes Benz.

La mayoría de nosotros nos sentiríamos confiados en hacer las primeras tres peticiones pues
serían la voluntad de Dios. La cuarta oración podría caer en la categoría de motivos incorrectos
de oración.

¿Qué si al pedir un nuevo Mercedes estemos siendo algo egoístas o pidiendo algo que no sea
para “nuestro bien”?, ¿acaso no es capaz Dios de detener algo que le pidas que te haga mal o de
mostrarte que hay egoísmo en tu corazón al orar?

Él es un padre perfecto, haz tu petición, cualquiera que tengas y confía en que te responderá o
mostrará lo que hay en tu corazón. Siendo un padre imperfecto sé que no le daré a mis hijos
pequeños nieve antes de dormir aunque me lo pidan con todas sus fuerzas. Sin embargo, entre
más van creciendo, me piden menos nieve antes de dormir porque empiezan a entender mi
voluntad.

Pero también estoy seguro que mis hijos han recibido muchas cosas de mí solamente porque lo
pidieron. Seguramente hubieran recibido más cosas si me hubieran sido más tercos al pedir.

Jesús también enseñó a orar repetidamente


En Lucas 18 encontramos otra parábola de Jesús sobre la oración. La viuda persistente que
obtiene lo que pide por fastidiar al juez injusto. “…porque esta viuda sigue molestándome, haré
que reciba justicia, para que no sea que eventualmente me saque de quicio…”. La enseñanza de
esta historia no es sutil. Empieza diciendo: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos una parábola
para mostrarles que deben orar siempre sin rendirse…” Que no te de pena pedirle a Dios hasta
que responda (puede responder que No). Pide (sigue pidiendo) y se te dará; busca (sigue
buscando) y encontrarás; toca (sigue tocando) y se te abrirá.

¿Por qué tengo que pedir? ¿Qué no sabe Dios ya lo que necesito?
Hay fe en el pedir. Jesús muchas veces hizo cosas extrañas cuando encontraba gente en
necesidad. Les preguntaba qué era lo que querían aunque fuera obvio. Imagina tener el poder de
sanar y preguntarle a un ciego “¿Qué quieres que te haga?”, por alguna razón era importante para
el ciego decir: “Maestro quiero ver”. Aunque no hay una clara explicación, es necesario que los
hombres le pidamos a Dios lo que queremos. Hay fe en el pedir.

¿Te imaginas llegar al Cielo y que Dios te dijera: “No puedo creer que me hayas pedido tantas
cosas cuando estabas en la Tierra, realmente me molestabas al pedirme que salvara gente, que te
sanara, que bendijera personas. ¡Qué terco! Me cansaba tanto escuchar tus peticiones por tus
hijos, amigos, iglesia0, y escucharte decir que bendijera a tu esposa”? Lo dudo. Lo que es más
probable que escuchemos sea: “Tuviste tantos privilegios, tanta autoridad y muchas
oportunidades de glorificarme pidiendo por las necesidades de otros ¿Por qué no te atreviste a
pedir más?”. Prefiero que me conozcan en el Cielo como un terco que como alguien que “no
tuvo porque no pidió”.

Conclusiones
Haz oraciones grandes, ora cosas que no puede sanar cualquier doctor, peticiones que requieran
necesariamente la intervención de Dios. Pat Morgan decía: “Intenta algo tan grande que a menos
que Dios intervenga sea un rotundo fracaso”. Ora en grande, cree en grande, y espera milagros
grandes.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Haz una lista de peticiones a Dios. Escríbelas en tu diario de oración.
2. Pídele a Dios por aquellas cosas que has escrito.

Día 12: Oraciones de Lamento: Cuando Dios no contesta

¿Qué hacemos cuando oramos y nada sucede? Cuando oramos por sanidad y no sanamos,
cuando pedimos por un amigo o familiar para que conozca a Cristo y pareciera que cada vez está
más lejos, cuando pedimos por algún matrimonio en crisis y se divorcia. Cuando anhelamos y
soñamos con una respuesta de oración y esta simplemente no llega. Estas experiencias
decepcionantes causan en nosotros el lamento.

Si lo que le has pedido a Dios no ha sucedido, estás bien acompañado. La oración de Jesús de ser
librado de la cruz fue negada. Un poco antes de esto expresó un profundo anhelo para que
Jerusalén lo aceptara a Él y a su mensaje. Pero no sucedió. ¿Qué hacemos con la decepción de
las oraciones no contestadas?

Debemos aprender a lamentarnos en la presencia del Padre


David era un experto “lamentador”: “¿Hasta cuándo Dios? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Cuánto
más esconderás tu rostro de mí? ¿Cuánto más tengo que pelear con mis pensamientos y cada día
sufrir en mi corazón? Jesús citó esta oración de lamento de David: Dios mío, Dios mío ¿por qué
me has abandonado? ¿Por qué está tan lejos tu salvación y tus palabras tan lejanas de mi gemir?
Dios mío, clamo a ti todo el día, pero no me contestas, durante la noche no estoy en silencio”.
(Salmo 22) Así es como funciona: Traemos delante de Dios los anhelos de nuestro corazón. Si
parece que no sucede nada, no nos rendimos. Seguimos pidiendo. Entonces escuchamos un “no”,
o aún más decepcionante, ni siquiera recibimos respuesta. Empieza a parecer cada vez más fuerte
que no va a suceder. El día en que teníamos que hacer el pago pasó, el enfermo de cáncer por el
que estábamos orando fallece. El día de la decisión llegó, pero todavía no hay ninguna sensación
de la dirección de Dios. Es aquí donde aprendemos a venir con un coraje honesto delante de
Dios.

En este tipo de oración podemos muy fácilmente expresar:


Nuestras preguntas… aflicción… tristeza… decepción… ¡y hasta nuestro enojo con Dios! David
dijo: “he derramado mis quejas delante de Dios y le he dicho todas mis molestias”. Nuestra
relación con Dios va a un nivel completamente nuevo cuando aprendemos a lamentarnos delante
de Él. Dios se encuentra con nosotros en nuestras tristezas y decepciones. Observa el patrón de
las oraciones de David en los Salmos: Se lamenta y entonces hay gozo, verdad y victoria en su
corazón. Un buen ejemplo es el Salmo 74: ¿Oh Dios nos has rechazado para siempre?… no
vemos señales milagrosas como evidencia de que nos salvarás (¡11 versículos de quejas y
lamentos¡) Y entonces el tono cambia: Tú Dios, eres mi rey desde la antigüedad, tu abres el mar
con tu fuerza y quebrantas la cabeza de los monstruos marinos. Llegamos a un lugar en el cual
Dios nos consuela y restaura nuestra confianza en Él. Pero debemos hablar todo con Él en el
proceso, empezando por ser honestos en nuestro corazón con Él.

Dios se aparece en nuestras decepciones, aún cuando las cosas no suceden como
esperábamos.
Las oraciones de lamento suenan muy parecido a la queja y los lloriqueos. Pero es mucho más
apropiado (y efectivo) quejarse y lloriquear con Dios que con la gente. Debemos hacerlo
respetuosamente, con sumisión a Él como el que conoce todo y el completamente sabio Dios. Sin
embargo, Él no parece molestarse con sus hijos que no toman sus “no” tan fácilmente. Él no
tiene problema cuando le preguntamos ¿por qué no?

Este es un buen ejemplo de un lamentador:


“En aquellos días Ezequiel se enfermó y estaba a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amós
fue a él y dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te
recuperarás”. Ezequiel volteó su cara contra la pared y oró al Señor: “Acuérdate Señor, como he
caminado fielmente delante de ti con una devoción de todo corazón y he hecho lo bueno delante
de tus ojos”. Y entonces lloró amargamente. Antes de que Isaías dejara la corte, Dios le habló
una vez más: “Regrésate y dile a Ezequiel, el líder de mi pueblo ‘esto es lo que dice el Señor: he
escuchado tu oración y visto tus lágrimas; te sanaré. Al tercer día te levantarás e irás al templo
del Señor. Te agregaré 15 años a tu vida y te liberaré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de
Asiria. Defenderé esta ciudad por mi causa y por causa de David mi siervo”.

No todas las oraciones de lamento tienen un final feliz, he sido decepcionado en mi caminar con
Dios muchas veces, pero la confianza y la intimidad con Él se restauran cuando le expreso
honestamente el coraje y molestia de mi corazón. “Tú que me has hecho ver muchas angustias y
males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás
mi grandeza, y volverás a consolarme…” Salmo 71. Hay una clase de intimidad que nace cuando
encontramos esperanza en Él en medio de nuestras angustias y males. Una nueva confianza, una
nueva fuerza, una nueva fe. Es una verdad irrefutable que, a pesar de lo que estamos pasando, Él
volverá a darnos vida y de nuevo nos levantará.
Ideas para tu Oración de Hoy
1. ¿Hay cosas que has estado pidiéndole a Dios que no han sucedido o que aparentemente
no sucederán?
2. ¿Hay maneras en las que has sido lastimado, decepcionado o incluso te has enojado con
Dios?
3. Cuéntaselo todo a Él. Se honesto con Él. Puedes ser tu mismo con respeto y reverencia
delante de Él.

Día 13: Oraciones de Confianza

Orando las Promesas de Dios

Orar las promesas de Dios que encontramos en la Palabra no se trata de convencer a Dios de
hacer algo porque ya lo dijo, se trata de orar declarando sus promesas para que crezca nuestra fe
al orar de este modo. La fe para creerle a Dios en aquello que estamos pidiendo es reforzada con
las expresiones de verdad y confianza que decimos al recordar y repetir sus promesas y su
carácter.

Escritores de la Biblia expresaban continuamente su confianza en Dios orando promesas sobre su


carácter: Clamo al Dios Exaltado, Dios cumplirá su propósito en mí. Él mandará ayuda del cielo
para salvarme. Mi Dios enviará amor y fidelidad que nunca fallan. Confío en Dios, ¿por qué
estaré angustiado? Expresar confianza en Dios y Sus promesas no sólo fortalece nuestra fe,
también aumenta nuestra intimidad con Él. Puede ser que ahora misma sientas una profunda
confianza en Dios pero esa verdad necesita ser expresada y comunicada. Hay algo que nos
afirma y nos une profundamente con alguien cuando le expresamos nuestra confianza. Cuando
alguien nos expresa su total confianza nos sentimos amados y apreciados profundamente.

¿Quién es Dios?
¿Qué crees acerca de Dios? ¿Por qué no tratas de escribirlo?
Yo creo que Dios:
a) Me ama y tiene cuidado de mí.
b) Cumplirá su propósito en mí.
c) Me tiene esculpido en su mano y nunca me olvidará.
d) Es infinitamente fiel y misericordioso.
e) Es la respuesta para todas mis preguntas, la libertad para todas mis ataduras, la paz en
todas mis aflicciones, la calma de todas mis tormentas, el consuelo en todas mis tristezas,
el amor en cada instante de mi vida, el perfecto amor.

¡Podría llenar varias hojas de lo que creo de Dios! ¿Qué crees tú de Él? La próxima vez que
necesites la ayuda de Dios para algo detente un poco a declarar a Dios como tu Refugio,
Consuelo y Guía. Busca versículos con promesas de dirección y úsalos como oraciones de
confianza. Tú fe se ensanchará. Entre más conocemos a Dios, más declaraciones de confianza
comenzamos a hacer para cada área de nuestra vida.

¿Quién eres Tú?


¿Qué dice Dios sobre ti en la Biblia? ¿Confías en lo que Él dice de ti? ¿Lo crees? ¿Quién
eres tú? ¿Qué dice tu Padre de ti?
No hay mayor fuerza para enfrentar una batalla que la que se obtiene de saber quién es uno y
quién está con Él. Sabes que Dios está contigo pero, ¿sabes quién eres en Él o lo que Él dice que
puedes hacer? A continuación una pequeña lista de “Quién dice Dios que yo soy”, da clic a la
liga al final de cada declaración para que la leas directamente de la Biblia:
1. Bendecido con toda bendición espiritual en Cristo Jesús (Efesios 1:3)
2. Escogido en Él antes de la creación del mundo (Efesios 1:4; 1ª Pedro 2:9)
3. Santificado en Jesucristo. (1ª Corintios 1:2)
4. Un hijo de Dios (Romanos 8:15)
5. Un esclavo de justicia (Romanos 6:18)
6. Libre del poder y control del pecado (Romanos 6:6-7)
7. Obra de Dios, Su obra maestra (Efesios 2:10)
8. Destinado a hacer buenas obras que Dios ha preparado para mí (Efesios 2:10)
9. Cercano a Dios, por la sangre de Cristo (Efesios 2:13)
10. Posesión de Dios, pertenezco a Él (2ª Cor. 5:14-15; 1ª Timoteo 6:11)
11. Una nueva persona/criatura (2ª Corintios 5:17)
12. Muerto a la carne (el antiguo patrón de vida) (Romanos 6:3,7)
13. Más que vencedores a través de aquel que me amó (Romanos 8:37)
14. Testigo de Dios, hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8)
15. Amigo de Dios (Juan 15:15-16)
16. Capaz de hacer todas las cosas en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13)
17. Amado por Dios, objeto de Su compasión (Juan 16:27)
18. Justo, en el lugar correcto con Dios (Romanos 5:19)
19. No de este mundo, un foráneo y extranjero (1ª Pedro 1:17)
20. Sacerdote (1ª Pedro 2:9)
21. Un miembro de su familia (1ª Pedro 2:9-10)
22. La sal de la tierra (Mateo 5:13)
23. La luz del mundo (Mateo 5:14)
24. Completo, tengo todo lo que necesito para vivir una vida santa (2ª Pedro 1:3)
25. Capaz de decir “no” a la tentación, lo impuro y las malas pasiones (1ª Corintios 10:13;
Tito 2:12)
26. Un vencedor, porque mayor es el que está en mí que el que está en el mundo (1ª Juan 4:4;
5:4)
27. Un pescador de hombres (Mateo 4:19)
28. Miembro del cuerpo de Cristo (1ª Corintios 12:13,27)
29. Esclavo de Cristo (Judas 1:1)
30. Embajador de Cristo (2ª Corintios 5:20)
31. Vivo con vida verdadera (Romanos 6:11; Efesios 2:4-5)
32. Sentado con Cristo en lugares celestiales (Efesios 2:6)
33. Tengo un nuevo corazón, un buen y noble corazón (Ezequiel 36:26; Lucas 8:15)
Estas no son promesas para un grupo élite de cristianos espirituales que viven vidas súper
consagradas. Estas son las promesas de Dios para el cada día que hemos recibido por la fe al ser
salvos. Pon atención a las promesas de Dios, úsalas contra las mentiras del diablo, úsalas en los
días difíciles, planta tus pies en tu verdadera identidad, deja que tu corazón sea llevado a una
mayor intimidad al saber lo que Dios dice de quién eres en Él.
Ideas para tu Oración de Hoy
1. Piensa en promesas que recuerdes de la Biblia (Si no te acuerdas de ninguna, empieza
con la lista de arriba). Exprésale a Dios tu confianza en que cumplirá estas promesas en
ti.
2. Empieza tu propia lista de “Lo que Dios dice sobre mí” conforme vas haciendo tu lectura
diaria.

Día 14: Oraciones de Guerra

Oraciones de Guerra
Este no es el tipo de oración que uno experimenta cuando es nuevo en la iglesia y la vida
cristiana. Para muchos todo lo que tenga que ver con la iglesia, especialmente la oración, tiene
que ver con todo menos con guerra. El Jesús sobre el que aprendemos en la escuela dominical se
parece más a un pastor que a William Wallace (el personaje de la película Braveheart). Incluso
algunos piensan que la oración es para las mujeres, los niños o los hombres calmados. La oración
pareciera inclinarse más a la rendición que a la batalla y aunque muchos hemos escuchado de la
guerra espiritual muy pocos realmente hemos hecho conscientemente este tipo de oraciones.
¿Funcionan en realidad?

Hay autoridad en una oración de guerra


Hemos aprendido a decir la parte del Padre nuestro que dice: “Venga a nosotros tu reino, hágase
tu voluntad…” como si recitáramos algo, como una mera repetición. Sin embargo, en el lenguaje
original de la Biblia, esta frase es una orden que debería traducirse algo así como: “¡Reino de
Dios ven!, ¡Voluntad de Dios, se hecha!”. Esta oración se debe decir conscientes de que estamos
en el centro de la existencia del Reino de Dios. Este tipo de oración es pelear la batalla de la fe
hasta que la voluntad de Dios se haga realidad. Es importante entender que no estamos usando
nuestra autoridad, ni siquiera tomamos autoridad al orar. Lo que hacemos es ejercer, hacer
nuestra, utilizar como propia la autoridad de Jesucristo. Jesús nos ha dado autoridad como un
derecho recibido al decidir establecer una relación con Él. En cierto modo, al orar estamos
uniéndonos a Jesús en Su batalla contra Satanás atando en la tierra como si atáramos en el cielo y
desatando en la tierra como si desatáramos en el cielo.

La oración de guerra es agresiva y combativa


A veces la oración es como un duelo en una pelea. Pues nuestra batalla no es contra carne ni
sangre, sino contra principados, contra autoridades, contra poderes de las tinieblas y contra
fuerzas espirituales del enemigo en los reinos celestiales. El apóstol Pablo entendía
perfectamente esta batalla, tanto que recomendó utilizar la armadura espiritual y orar. La oración
y la Palabra de Dios son las armas ofensivas de nuestra armadura en la guerra espiritual. Las
oraciones débiles, frágiles o centradas en uno mismo no provocan nada en la batalla espiritual.
John Piper decía: “La oración es como la comunicación de un soldado por walkie talkie al cuartel
general para solicitar fuego aéreo sobre una posición enemiga”. Sin embargo muchas veces
vemos la oración como un sistema de intercomunicación en los cómodos estudios de nuestros
hogares.
La oración de guerra declara la verdad de Dios para dejar en evidencia las mentiras del
enemigo
El diablo citó la Palabra de Dios cuando tentó a Jesús. Una de las estrategias favoritas de Satanás
es decepcionarnos plantando en nuestra mente mentiras sobre lo que Dios dijo y sobre lo que está
escrito. Hay un gran poder en declarar las verdades de Dios en tiempos de intensa lucha
espiritual.

Algunas veces la oración espiritual ubica los poderes de las tinieblas


En algunos momentos es apropiado hablar a los poderes de las tinieblas en la batalla.
“Ordenamos ahora a todo espíritu vil e inmundo en este lugar que se vaya, que regrese al lugar
del que vino. Por la autoridad de Cristo, declaramos que ningún acto inmoral sucedido en este
lugar tendrá efecto en nosotros, lo declaramos limpio por la sangre de Cristo”. Este es un tipo de
oraciones que se hacen al viajar compartiendo la Palabra de Dios por diferentes lugares. La falta
de oración según el lugar o lo que haya sucedido antes puede generar pesadillas, mal humor o
hasta extrañas enfermedades.

Una palabra de precaución. No se trata de ir por las calles peleando contra los espíritus malignos.
Se trata de ir llevando el Reino de Dios, los espíritus irán saliendo ante la autoridad de Jesucristo.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. ¿En qué maneras específicas has llegado a sentir ataques del enemigo contra tu vida?
(Enfermedad, miedo, lujuria, desánimo, amargura, incredulidad, etc.)
2. Convierte Salmos 6:10; 23:5; 44:1-7; 1a Juan 4:4 y Romanos 8:37 en oraciones,
nombrando a tus enemigos y declarando las promesas de Dios para derrotarlos (da clic en
los pasajes para leerlos).
3. Ora en voz alta con fe y con intensidad.

Día 15: Orando la Biblia

Hay más oraciones en la Biblia de las que imaginas. El escritor Herbert Lockyer en su libro
Todas las Oraciones de la Biblia identificó más de 175 oraciones ¡sólo en el Nuevo Testamento!
Probablemente has orado el Salmo 23 o el Padre Nuestro, ¿alguna vez oraste este pasaje? ¡Dios
soberano! Tú has hecho los cielos y la tierra por tu gran poder. Nada es demasiado difícil para ti.
Tú eres amoroso y bondadoso con miles…

Eres un Dios grande y poderoso, el Señor Todopoderoso, tuya es toda la sabiduría y tú haces
grandes y poderosos milagros. Se encuentra en Jeremías. Hay oraciones como ésta por toda la
Biblia. Son fáciles de personalizar con simplemente orarlas en voz alta. La mayoría de los
Salmos son oraciones que originalmente se hicieron cantadas. Hay poder en hacer estas
oraciones tuyas.

Convirtiendo otras Escrituras en oraciones


Grandes historias de la Biblia, enseñanzas, amonestaciones, profecías y hasta proverbios pueden
ser transformadas en oraciones personales. Casi cada capítulo de la Biblia tiene algo “digno de
orarse”. Así es como funciona:
Escoge un capítulo, cualquier capítulo. Alguno de los de tu lectura diaria en tu devocional, por
ejemplo Tito 1. Léelo.

Busca cosas que puedan convertirse en oraciones de agradecimiento. Por ejemplo: He sido
enviado para traer fe a aquellos que Dios ha escogido y para enseñarles la verdad que les muestre
cómo vivir vidas santas (Versículo 1). “Gracias Señor porque enviaste personas que me
enseñaran el evangelio. Gracias por escogerme. Gracias por ayudarme a vivir una vida santa.
Gracias por el grande privilegio de hablarles a otros de ti”. Al usar las Escrituras para
personalizarlas en oración, se convierten en una oración del corazón.

Ahora, encuentra cosas que hablen del carácter y la bondad de Dios. Por ejemplo, Pablo llama a
Dios su Salvador (versículo 3), el Dios que le da gracia y paz (Versículo 4). Frescas y creativas
oraciones de adoración y amor para Dios comenzarán a fluir de lo que lees.

Puedes sentir la convicción del Espíritu Santo a través de lo que encuentras en las escrituras al
leer. Puedes ser confrontado y confesar tus pecados, tus errores y tu necesidad del poder del
Espíritu para hacer la voluntad de Dios.

Hay muchas maneras de comprometernos con Dios a través de las oraciones de sumisión en este
capítulo. Por ejemplo: Me ofrezco a ti hoy, Señor, como tu esclavo (Versículo 1). “Me
comprometo a vivir una vida devota y disciplinada” (Versículo 8)

Puedes formar al menos doce peticiones de oración de este capítulo. Puedes pedirle por ejemplo
que te ayude a desarrollar la lista de atributos de los siervos de Dios.

Ora estos mismos atributos para los pastores y líderes de tu congregación. Esto puede llevarte a
un tiempo de intercesión.

El pasaje que encuentres puede generar oraciones de confianza o de autoridad o cualquier otro
tipo de oraciones como las que hemos estudiado.

Hay una infinita cantidad de material para oración a lo largo de la Biblia. Nunca te cansarás
de las maneras en las que puedes orar con las escrituras. Martin Luther King dijo: Imagínate la
Biblia como un árbol fuerte y cada una de sus palabras como una pequeña rama. He sacudido
cada una de estas ramas porque quería saber qué eran y qué significaban. Imagina lo rica que
puede ser la Palabra de Dios si no sólo sacudes sino además oras cada pequeña rama. Tu vida de
oración será infinitamente rica cuando conviertas cada lectura de la Biblia en una oración
personal. Orarás con mayor autoridad y confianza. Tu oración nunca será aburrida o rutinaria.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Si estás leyendo una porción específica de la Biblia, haz los pasos del 1 al 5 en ese
capítulo.
2. Si no estás leyendo la Biblia a través de un programa, empieza con el primer capítulo de
Génesis, Salmos, Mateo o Juan. Ora utilizando los pasos desarrollados en este capítulo.

Día 16: Oraciones dignas de Repetirse


Hay muchas oraciones que vale la pena re-orar. Las más obvias y con mayor autoridad se
encuentran en la palabra de Dios. Existen también oraciones hechas por otras personas que han
vivido a lo largo de la historia. Hay poder y vida en varias de estas oraciones. Estas personas que
tuvieron vidas profundas de oración tienen maneras de orar de las cuales podemos aprender
mucho. También existen oraciones que salen de nuestro corazón que de pronto nos encontramos
a nosotros mismos repitiéndolas una y otra vez. Podemos grabarlas, y serán armas poderosas de
nuestro arsenal de oración.

Oraciones tomadas prestadas


Hay muchas oraciones en libros cristianos y en guías de devocional en las librerías cristianas que
puedes comprar y utilizar.

Oraciones Artesanales
Éstas son oraciones que nosotros creamos y repetimos. Pueden ser oraciones donde reforzamos
nuestra fe, nos recordamos principios, nos re-enfocamos, nos animamos a tomar decisiones o
incluso nos ayudan a restaurar nuestra paz y confianza. Estas oraciones son elaboradas por lo que
hemos vivido, lo que creemos y lo que anhelamos para ser oradas en repetidas ocasiones.

“Señor, gracias por el gran privilegio de:


a) Haber escuchado de ti.
b) Ser transformado por tu poder.
c) Ser un testigo de la realidad de quién eres y lo que puedes hacer en las vidas de las
personas.
d) Ser llamado compañero tuyo en la reconciliación de las personas contigo.

Te pido por favor:


a) Que ames a la gente en tu reino a través de mí.
b) Me llenes de compasión por los perdidos.
c) Que me des al menos una oportunidad el día de hoy de hablarle a alguien de tu bondad y
misericordia, y me des la habilidad de llevarlos a hacer la oración de salvación.

Por tu gracia yo escojo:


a) Evangelizar a otros.
b) Ser un testigo tuyo.
c) Compartir mi fe.
d) Sembrar las semillas del evangelio a todo lugar que vaya.”

Oraciones enfocadas en lo que Dios ha puesto en nuestro corazón nos ayudan a mantener el
camino y la dirección correcta. ¿Qué pasó con ser espontáneo?

¿Escribir y repetir oraciones escritas no me detiene de hace oraciones personales, del corazón y
sinceras? ¡En ninguna manera! Antes que nada, debemos personalizar todas las oraciones que
queramos repetir. Las oraciones que creamos nacen de la profundidad de nuestras almas.
Podemos encontrar poder, belleza y precisión en lo que expresamos en las oraciones que
hacemos. Es como escribir poesía de acuerdo a lo que sientes y experimentas en el momento de
hacerlo.

Además cuando repites estas oraciones, no necesariamente tienes que decir solamente lo que
escribiste, sino que son una guía sobre la cual puedes dirigir tus palabras, agradecimientos,
peticiones y pensamientos.

Puedes seguir estos pasos para elaborar tus propias oraciones:


 Identificar una necesidad de oración (amor, gozo, victoria, fe, sanidad, etc.)
 Buscar la mayor cantidad de versículos que hablen del tema.
 Meditar en estas verdades/promesas.
 Escribir una oración.
 Orarla por un tiempo.
 Hacerle los cambios que necesite sobre la marcha.
 Orar hasta que algo suceda.

La repetición de principios bíblicos tendrá grandes resultados e iniciarán un proceso de


transformación dentro de ti. ¡Inténtalo!

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Encuentra una oración que alguien más haya hecho. Órala varias veces como si fuera
tuya. ¿Cómo te sentiste?
2. Elabora tu propia oración. Trabaja en los pasos 1-4 mencionados. Hazle los ajustes
necesarios. Órala hoy y mañana.

Día 17: Orando en el Espíritu

Oraciones en el Espíritu
Orar en el Espíritu es también conocido como orar hablando en lenguas, en otras palabras, orar
en nuestro lenguaje espiritual con Dios sobre temas que muchas veces no entenderemos, pero Él
lo hará y nuestro espíritu se estará comunicando con Él durante nuestra oración. La palabra
griega usada para este tipo de oración es glossolalia, que se traduce hablando en lenguas.

El apóstol Pablo la listó como uno de los dones espirituales y en alguna ocasión hablando a la
iglesia de Corinto les explicó que no se podía abusar de esta oración en público sin dejar de
afirmar que era un tipo de oración “…todo el que habla en alguna lengua no habla a hombres
sino a Dios”, y que edificaba espiritualmente al que realizaba este tipo de oración.

Pablo incluso mencionó que él hablaba en lenguas mucho más que estas personas de Corinto,
pero que no usaba este don en público (excepto cuando lo que oraba era interpretado por alguien
más). Él lo usaba en su oración privada frecuentemente, incluso cantaba en el espíritu y deseaba
que todos pudieran hablar en lenguas. Alguien que experimenta este tipo de oración puede
sentirse temeroso de perder el control o de decir palabras místicas que incluso puedan ser
demoníacas (o al menos totalmente raras y extrañas). Hablar en lenguas no es un balbuceo
incontrolable, uno escoge cuando empezar y cuando terminar de hablar en lenguas. El Espíritu
Santo me hace capaz de comunicarme con Dios en esa manera porque escojo ejercitar el don que
Él me ha dado.

¿Qué estamos diciendo cuando oramos en lenguas?


Pablo dice que aquel que habla en lenguas emite misterios con su espíritu. Nadie sabe
exactamente qué es lo que está diciendo al hablar en lenguas excepto por alguno que al escuchar
la oración reciba la interpretación de parte del Espíritu Santo. Eso fue lo que sucedió el día de
Pentecostés. Ese día las 120 personas reunidas que recibieron el Espíritu Santo estaban haciendo
declaraciones de las maravillas de Dios. En otras palabras, estaban expresando lo que sus
espíritus sentían ante la belleza y majestad de Dios. Pablo escribió que él adoraba a Dios en su
espíritu y expresaba gratitud cuando oraba en lenguas.

¿Por qué arriesgar la rareza?


Algunas personas podrán decir que pueden orar bastante bien sin tener que usar este don e
incluso algunos podrán decir que ya no es para estos días. Nos guste o no, nuestra experiencia
afecta nuestra teología, lo que conocemos, entendemos y percibimos de Dios. Para los que
oramos en lenguas es fácil entender porque el apóstol Pablo dijo que le gustaría que todos
hablaran en lenguas. Hay un nivel de intimidad que se alcanza a través de nuestro lenguaje que
no entendemos que es diferente a lo que experimentamos al orar palabras que conocemos. De
alguna manera, la parte dentro de mí que se conecta con Dios (mi espíritu) es fortalecida y
afirmada. ¿Cómo pasa eso? Sé que muchas veces se siente algo absurdo hablarle a un Dios que
no puedo ver en un lenguaje que no puedo entender, pero sé que algo está sucediendo más allá de
mi intelecto, de lo que puedo concebir con la mente.

Tal vez te preguntes: ¿Son para todos las lenguas? ¿Son para mí? Si te pronto te das cuenta que
tus palabras no pueden expresar completamente lo que quieres comunicarle a Dios ¿Por qué no
buscar este don? ¡Busca los dones espirituales! ¡Experiméntalos antes de rechazarlos! Orar en
lenguas es, después de todo, una forma de oración que nos fortalece interiormente. No es algo
raro. No solamente el apóstol Pablo oró de esta manera, millones de cristianos alrededor del
mundo han encontrado vida en sus tiempos con Dios cuando han orado en lenguas.

Ideas para tu Oración de Hoy


1. Si oras en lenguas, invierte al menos 20 minutos orando en lenguas la siguiente vez que
ores. Analiza como te sientes espiritualmente. ¿Te sientes más cerca de Dios y fortalecido
interiormente? Si así es, sigue haciéndolo un par de semanas y ve lo que sucede.
2. Si esto es nuevo para ti, busca un libro sobre hablar en lenguas donde encuentres
instrucciones de cómo experimentar este poderoso don o acércate a un líder o pastor en tu
congregación.

Día 18: Una Hora con Dios

Una Hora llena de Vida gastada con Dios


Seamos muy prácticos, estás motivado para pasar una hora con Dios, enfocado en interactuar con
Él mañana en la mañana. Pones tu alarma suficientemente temprano para pasar tiempo con Él
olvidando todos los demás pendientes fuera de tu mente y de tu habitación, ya que estás ahí ¿qué
quieres hacer en esa hora?
1. Toma tu libreta y haz una “lista de agradecimientos” (como la del día 7). Anota lo que se
te venga a la mente que haya sucedido durante las últimas 24 horas y por lo cual estés
agradecido, bendiciones de Dios en tu vida, oraciones contestadas, etc. Ahora
conviértelas en una oración en voz alta.
2. Lee un par de capítulos de la Biblia. Puedes incluir un Salmo y al menos un capítulo del
Nuevo Testamento. Busca versículos en estos capítulos que puedas convertir en oraciones
de adoración y alabanza (como el Día 8). Escríbelos en tu diario de oración o
simplemente óralos en voz alta. Canta alguna de tus canciones de alabanza o adoración o
simplemente decla algunos de los nombres y atributos que te atraen más de Él.
3. ¿Te está trayendo alguna convicción el Espíritu Santo? (Día 9) ¿Te está hablando sobre
maneras en la que necesitas responder y actuar de acuerdo a lo que has leído?
Arrepiéntete y recibe el perdón si es necesario.
4. Haz oraciones de sumisión/rendimiento/compromiso (Día 10) de acuerdo a lo que acabas
de leer o de otros versículos que se te vengan a la mente. Entrégale tu planeación del día
al Señor junto con todo lo demás que creas necesario.
5. Exprésale al Señor los anhelos de tu corazón para ti y para otros. (Día 11). Haz una lista
en tu diario de oración y conviértela en oración.

¿Cuánto tiempo te tomarán estos pasos? He practicado esta disciplina diaria y rara vez termino
de hacerla en menos de una hora. No me tomo el tiempo ni me obligo a hacer todo tipo de
oraciones.
Simplemente me dejo llevar. Pero aún si dedicaras 7 minutos a cada tipo de oración más 10
minutos adicionales de una lectura bíblica, ¡estás invirtiendo 45 minutos! Puedes invertir los 15
minutos finales con algún otro de los tipos de oraciones que hemos visto: lamento, declaraciones
de verdad, guerra espiritual, oraciones de otros u orar en el Espíritu.

Trata esto al menos alguna vez y verás lo significativo que será para ti esta hora del día. Sentirás
más de la presencia de Dios en tu vida, disfrutarás mayor intimidad con Él, tendrás más alegría.
Las pruebas del día parecerán más sencillas, serás más amable.

Caminarás en el Espíritu más seguido, vivirás como realmente eres en Él. Tu fe crecerá y la
gente cercana a ti dirá “¿Qué te ha pasado?”. Lo más importante de todo: traerás gran gloria a
Dios a través del fruto de tu vida.

Otra cosa más que encontrarás es que la oración no será aburrida para ti. Tomar una hora o más
para orar de este modo cambiará el deber religioso en un estilo de vida. Encontrarás que nunca
habrá dos oraciones iguales. Es como una conversación con alguien muy cercano a ti, nunca es
algo prefabricado.

Hay una dinámica de dar y recibir, hablar y responder… y escuchar. La mayoría de los días de
uno u otro modo podrás experimentar la vida que hay en la Presencia de Dios. Encontrarme con
Él vale todo mi tiempo y esfuerzo!

Día 19: Oraciones No Agendadas


Existen diferentes tipos de oraciones no planeadas o agendadas, algunas son clamores
espontáneos por la ayuda de Dios cuando estamos en situaciones difíciles a lo largo del día.
Puede ser una entrevista de trabajo, una decisión bajo presión, o una llamada de alguien que
necesita nuestra ayuda.

Sentimos una necesidad desesperada de pedirle a Dios sabiduría, protección, dirección o un


milagro. Me he dado cuenta que Él atiende este tipo de clamores por ayuda.

Otro tipo de oraciones espontáneas son brotes de mi corazón en tiempos de oración de


intercesión por alguien que Dios me trae a la mente. Puede ser incluso al manejar o al estarme
bañando cuando me siento movido a orar por alguien que no haya pensado en él o ella por
semanas o años.

Cuando tengo un sueño sobre alguna persona en particular lo tomo como una señal, una llamada
a orar por esta persona. Algunas veces, una oración breve no detiene mi sensación o necesidad de
orar por esa persona. Es como si olas de compasión interrumpieran mi agenda. Hay veces que
tengo que orillarme al manejar o salirme de alguna junta y encontrar un lugar para orar.

He aprendido que debo responder a estas necesidades de oración.


Hay una creciente popularidad en la idea de la oración de escuchar (a Dios). Algunos me han
preguntado porque no aparece este tipo de oración en mi rutina diaria. El hecho es que Dios nos
da a cada uno impresiones, entendimiento y revelación mientras oramos. Él “habla” a través de
Su Palabra. Me gusta pensar que lo estoy escuchando la hora que paso buscándolo. Pero, mi
experiencia me ha enseñado que no puedo agendar cuando Él me va a hablar. Le pido dirección
muy seguido pero muy rara vez Él me dice “palabras” específicas cuando estoy sentado en mi
cuarto o caminando en la cochera.

Él habla en momentos espontáneos en muchas maneras diferentes. Larry Kreider, ha encontrado


las maneras en que Dios habla en su libro Escuchando a Dios: 30 maneras diferentes.
Recientemente fui a un retiro de oración con la idea que pondría toda mi atención en “orar sobre”
algunas decisiones muy importantes respecto a una nueva instalación que estaba buscando la
iglesia. Llevaba una hora en este retiro de 48 horas cuando empecé a recibir una dirección clara
sobre lo que debía predicar, una serie de sermones para ¡los siguientes seis meses! Eso no era lo
que estaba buscando en ese tiempo en particular, pero el tiempo era perfecto. Me encanta cuando
Dios hace eso. Las palabras de dirección para las instalaciones llegaron pero no directamente a
mí en ese retiro. Llegó en pequeñas piezas en las siguientes semanas a través de la interacción
con el equipo de trabajo y construcción.

Hay otro tipo de oración que lo llamo sentándose en el regazo de Dios en oración. Una vez más,
no podemos hacer que esto suceda. Pero le podemos pedir a Dios por fresca revelación de su
paternal, proactivo y personal amor por nosotros.

El Apóstol Pablo le pidió a Dios ayuda para entender lo alto, ancho, alto y profundo de Su amor
por nosotros, para que fuéramos sembrados y enraizados en su amor. Son momentos en los que
Dios nos convence y envuelve en su inmenso amor.
Ideas para tu Oración de Hoy
1. ¿Puedes recordar tiempos específicos en tu vida espiritual cuando Dios te mostró lo
mucho que te amaba? Compártelos con alguien.
2. Lee Romanos 5:5 y Efesios 3:16-19 y hazlos oraciones personales hacia Dios pidiéndole
que te muestre Su amor en una manera fresca.

Día 20: 15 Razones para Separar un Tiempo para Orar cada día

Te reto a tener una cita con Dios hoy mismo. La mayoría encontrará que el mejor tiempo es
encontrarse con Él en la mañana antes de que el día se llene de actividades, sin embargo
cualquier tiempo que te funcione es válido, hazlo con todo tu enfoque, tu intención, tus
capacidades, habilidades y anhelo por la presencia de Dios. Si haces que este tiempo con Dios se
convierta en parte de tu estilo de vida cada mañana y utilizas para comunicarte con Dios las
maneras aquí sugeridas, esto es lo que va a suceder contigo:

1. Crecerás fuerte en tu Espíritu.


Dejarás de ser controlado por tu naturaleza pecadora y tus emociones, y caminarás en el Espíritu.
Encontrarás más fácil decirle no a las cosas inmundas y a las pasiones de este mundo, y decirle sí
a la voluntad de Dios. Encontrarás más fácil vivir tu verdadera identidad en Cristo y morir a tu
antigua forma de vida. La oración nos lleva a la pureza.

2. Debido a tu oración, el resto del día será más productivo.


Cuando “sacrificas” otras actividades para poder orar, te das cuenta que el tiempo que pasas
orando no es un sacrificio. Al buscar primero el reino de Dios, todo lo demás que necesitas para
una vida productiva y llena de significado será provisto.

3. Experimentarás mayor paz en tu vida.


Encontrarás que es fácil entregarle a Dios el estrés de tu vida. No estarás ansioso por nada
porque habrás convertido tus preocupaciones en oraciones con peticiones específicas. Tus
amigos empezarán a notar lo mucho que ha bajado tu estrés desde que comenzaste a orar.

4. Dormirás mejor.
No sólo tendrás cargas más ligeras durante el día; sino que cuando sea tiempo de ir a dormir, no
estarás saturado por pensamientos ansiosos. Recostarás tu cabeza sobre tu almohada con una
mente limpia hacia Dios y hacia los demás. Cuando despiertes en medio de la noche, será mucho
más fácil volver a dormir tan sólo con orar. (Si el diablo es quien no te deja dormir, ¡aprenderá a
no volverte a despertar cuando vea que aprovechas para orar!)

5. Tus relaciones interpersonales con otros serán más ricas y con mayor significado porque
experimentarás más de la compasión de Dios por las personas cercanas a ti por las que has
estado orando.
Cuando le falles a los demás, lo detectarás más fácilmente por la convicción del Espíritu Santo.
Cuando los demás te fallen a ti, serás capaz de ser libre de tu ofensa entregándosela a Dios
porque habrás aprendido en tu propia experiencia a perdonar al haber experimentado muy
frecuentemente en oración el pedir perdón y ser perdonado por Dios.
6. Serás más sensible a las alertas, los codazos, y la guianza del Espíritu Santo durante tu
día.
Hay un himno antiguo que dice: “Enciende el radio y escucha la música en el aire…”. La oración
enciende nuestro corazón para tener una mejor recepción de la frecuencia de Dios, de Su voz.

7. Experimentarás más de la gracia de Dios en tu vida.


Dios resiste al soberbio, pero da gracia al humilde. La verdadera oración es un acto de humildad.
Cuando oramos estamos declarando nuestra dependencia completa y total de Dios. ¿Quién no
quiere más de la gracia de Dios en su vida?

8. Influenciarás otros en tu vida a querer orar más.


Tus compañeros de casa que aman a Jesús querrán seguir tu ejemplo. Si estás casado, y tu esposo
es cristiano, él o ella serán inspirados a ir por la oración. Si todavía no son creyentes, sentirán
convicción del Espíritu Santo. Si eres padre y tus hijos viven en casa, serás un modelo del mejor
comportamiento que alguna vez quieran imitar.

9. Conocerás mejor a Dios.


Cultivarás intimidad verdadera con la esencia de Dios mientras inviertes tiempo con Él en
oración. No será un conocimiento en tu mente, sino una certeza en tu corazón. Aprenderás sus
maneras, lo que lo agrada. Tendrás una revelación creciente de Su carácter, Su personalidad. Y
este conocimiento creciente de Él encenderá una mayor pasión en ti por conocerlo más.

10. Aprenderás cómo conocer mejor la condición de tu corazón.


Cuando aprendas a derramar tu corazón en Dios mediante la oración, estarás más consciente de ti
mismo. La oración verdadera es como un espejo de tu alma. Cuando te sinceras con Dios en tu
oración y en tu diario de oración, sin querer pretender o ganar una “posición”, encontrarás más
fácil el dejar que otros te conozcan (esto es útil especialmente para los hombres).

11. Discernirás mejor la diferencia entre las mentiras de condenación de nuestro acusador
Satanás, y la verdad que Dios quiere comunicarte.
Cada vez que declaras la verdad de lo que Dios dice sobre ti, crece tu habilidad de vivir la vida
que Cristo tiene para ti.

12. Cambiarás el mundo.


Tus oraciones afectarán las vidas por las que oras. Tus oraciones permiten que los propósitos de
Dios en la tierra avancen. Tus oraciones hacen que las tinieblas retrocedan. Tus oraciones te
transforman. El poder de Dios es demostrado más claramente a través de tus oraciones.

13. Amarás a Dios.


La oración es la manera más directa y tangible en la que podemos expresar nuestro amor a Dios.
Algo dentro de nosotros cobra vida cuando amamos a Dios de manera desenvuelta; fuimos
creados para amarlo. Aún más, podemos tocar su corazón a través de nuestras palabras de
adoración, agradecimiento y verdad.

14. Experimentarás más de Su amor personal por ti.


La oración es la oportunidad de experimentar el bondadoso, paternal, activo, incondicional y
transformador amor de Dios por ti. Él se deleita derramando su amor en tu corazón a través de
Su Espíritu Santo. Él lo hace cuando hacemos espacio en nuestra agenda a través de la oración
diaria.

15. Traerás grande gloria a Dios. Cuando oramos estamos declarando:


Que Él es incomparablemente digno. Honras y das reverencia a Dios cuando pasas tiempo
conociéndolo que podrías usarlo durmiendo, viendo televisión, escuchando música o leyendo el
periódico. Le damos gloria a través de cada tipo de oración, aún las oraciones en las cuales le
pedimos cosas.

¿Por qué es tan importante comenzar a orar todos los días?


Porque las acciones de mañana afectarán el resto de tu vida. “Siembra una acción y cosecharás
un hábito; siembra un hábito y cosecharás carácter; siembra carácter y cosecharás destino”.

Si el tiempo de oración de mañana es repetido el siguiente día, y el siguiente, eventualmente la


oración será un hábito.

Serás como Jesús que, como era su costumbre continuamente se alejaba a lugares solitarios y
oraba... y caminaba con paz en el corazón y con poder y autoridad!

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