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JESÚS QUIERE ESTAR EN EL CENTRO DE TU VIDA

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré
con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté
con mi Padre en su trono. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”. Ap 3, 20-22

Objetivo: aceptar recibir a Cristo en mi vida, siendo consciente de que esto implica esfuerzo y compromiso.
Jesús quiere pasar a tu casa. Lo que se pone en el centro de tu corazón es lo que dirige tu actuar. Tus pensamientos,
tus sentimientos, tus acciones, tus sueños y deseos; toda tu vida está dirigida hacia lo que se pone en el centro del
corazón.

Meditación de los “TRES BINARIOS” (San Ignacio de Loyola)

Tres clases de hombres (Tres disposiciones de la voluntad).

PRIMER BINARIO DICE: AHORA NO; PASO…

La primera clase de hombre (o primera clase de voluntad): para hallar en paz a Dios nuestro Señor y poderse
salvar, querría quitar el apego que tiene alguna cosa (cosa, animal, defecto, vicio, amistad mala, mal hábito); pero,
sin poner ningún medio ni acto eficaz, hasta el punto, quizás, de llegar la hora de la muerte sin haber decidido ni
elegido nada.

—Tipo de voluntad: la del “cobarde”.

Comportamiento: Deja todo para más tarde, no pone los medios eficaces. Quiere, pero… en general. Es una
voluntad nula, de pura apariencia. La persona vive en contradicción entre su conciencia, que ve claro lo que ha
de hacer porque se lo pide Dios, y la voluntad que no quiere realizarlo. Todo lo deja “para más adelante”. En el
fondo es un rechazo al llamado que le hace Dios. Todo queda en un “quisiera…” Pretende una especie de milagro:
conseguir el fin sin poner los medios adecuados. Usa sólo palabras huecas.

Aplicaciones: en esta disposición podemos estar cuando notamos que Dios nos pide cambiar algo que va mal en
nuestra vida (por ejemplo: oración, entrega a los demás, austeridad, humildad, responsabilidad…), y lo sentimos,
y querríamos remediarlo… pero nunca nos resolvemos a poner los medios eficaces para ello.

Ejemplos bíblicos: *Lc. 14, 15-24: excusas; *Lc. 7, 31-35: niños en la plaza. *El rico de la parábola de Lc. 12,
16-21. *Judas que no pidió perdón.

SEGUNDO BINARIO DICE: ASÍ NO, ESO NO: QUIERO NEGOCIAR….

Hay una contradicción en la misma voluntad: quiere y no quiere. Pone condiciones: ¡todo, menos… lo que yo
quiero! Busca salidas para escaparse de lo que Dios le pide. Coloca a sus gustos y preferencias por encima de
todo, incluso de lo que Dios le pudiera pedir.

—Tipo de voluntad: la del “tramposo astuto”. Voluntad hipócrita (quiere estar dispuesto a todo con tal que no se
le quite aquello a lo cual está apegado). Dice que quiere una voluntad libre, pero sabe que no es así.

Comportamiento: Voluntad débil, de limitada eficacia. Quiere, pero no renuncia a aquello a lo que está apegado.
Quiere a Dios y a lo que le destruye. Quiere tener las dos cosas a la vez, aunque sabe en lo más íntimo que son
irreconciliables y que eso no puede ser así. No quiere ir a la raíz. Es el hipócrita, tramposo. En la vida espiritual

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son perezosas; buscan la vida cómoda; son personas “instaladas”. Pretenden racionalizar todas las cosas
(encontrar razones de la clase que sea con tal de quedarse con aquello a lo que está apegado su afecto). Se refugian
en autodefensas.

Aplicaciones: En esta clase de voluntad estaría la persona que pretende conseguir algo sin poner ningún medio
concreto; oración sin mortificación, pobreza sin carecer de nada, castidad sin custodia de los sentidos, humildad
sin humillaciones, obediencia sin disponibilidad, servir a los demás sin sacrificio propio, etc. Creer que se es
disponible, pero… “a mi modo”.

Ejemplos bíblicos: *Pilato (Mt. 27, 24): se lavó las manos…; *El Joven Rico (Mc. 10, 17-22); *Los seguidores
a medias (Lc. 9, 57-62); *Los invitados a la cena (Lc. 14, 16-24); *Ananías y Zafira: se reservaron ocultamente
parte del dinero… (Hch. 5, 1-11); *Nicodemo en su visita nocturna a Jesús (Jn. 3, 1-2).

TERCER BINARIO DICE: A TODO, SÍ: ARRIESGO TODO

El tercero quiere algo según que Dios se lo haga sentir en su interior, y perciba en su interior que es para servicio
y alabanza de Dios, poniendo toda la fuerza de voluntad en no querer aquello, ni ninguna otra cosa, mientras no
le mueva sólo el servicio de Dios nuestro Señor; de manera que el deseo de poder servir mejor a Dios nuestro
Señor sea lo que le mueva a tomar la cosa o dejarla. Tiene «determinada determinación» (Sta. Teresa).

—Tipo de voluntad: la del “comprometido incondicional”.

Comportamiento: Se libera de todo apego desordenado (aunque lo siga sintiendo), pone a disposición de Dios
todo; su voluntad queda auténticamente libre. Libre de todo interiormente. Supera el afecto con otro afecto mayor,
único y definitivo: el afecto al Señor, a su Voluntad. Un amor menos se supera con un amor mayor.

Su voluntad está resuelta a desprenderse de todo para después elegir lo que Dios quiere y los medios que Dios
quiere que elija para sólo servirlo a Él. Quiere eficazmente lo que Dios quiere de él, y tanto que antes de saber
qué le pide Dios está dispuesto a darle todo, incluso lo más difícil en el caso de que se lo pida. Son las personas
comprometidas, tienen la voluntad en total disponibilidad a lo que el Señor les pida. Aunque sienten la atracción
de las cosas, están “desatadas” de todo. El alcanzar esto no es una utopía: muchos lo han logrado; tú mismo
algunas veces. Pero para esto hace falta esfuerzo: Mt. 11, 12 (“el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos
lo arrebatan”).

Aplicaciones: Pondrá todos los medios necesarios para cambiar lo que haya que cambiar. Elegirá oración con su
medio apropiado que es la abnegación; pobreza estando dispuesto a vivir sin nada, si fuera necesario; castidad
con decisión de sacrificar lo que sea; obediencia con total disponibilidad, etc.

Ejemplos bíblicos: *Abraham (Gen. 22, 1-18); *María: He aquí la esclava del Señor… (Lc. 1, 38); *Zaqueo (Lc.
19, 1-10); *Los apóstoles (Mt. 19, 27-29; Lc. 5, 11): Lo hemos dejado todo…; *María Magdalena (Mc. 14, 3):
unción en Betania; *El apóstol Tomás (Jn. 11, 16): “vayamos y muramos con Él”; *El apóstol Juan (Jn. 19, 26):
fue hasta los pies de la Cruz; *Nicodemo y José de Arimatea (Jn. 19, 38-39): valientemente se presentaron ante
Pilatos.

Después de considerados bien los tres ejemplos, reflexionar y examinar sinceramente: ¿en cuál de las tres clases
de voluntad está la mía? Y hablar con Dios en la oración. Todos los Tres Binarios se podrían concretar en esta
pregunta: En el fondo, fondo… ¿qué es aquello de lo cual no quiero desprenderme y, consciente o
inconscientemente, lo disimulo? Porque lo que importa es tener el corazón libre para elegir…

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