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El año litúrgico

1. ¿Qué se celebra?
 Lo que se celebra es siempre el Misterio Pascual, centro mismo de la obra salvífica de Cristo.
 Este culto divino es obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios.
 La liturgia hace que, en los fieles bien dispuestos, todos los actos de la vida sean santificados
por la gracia divina que emana del Misterio Pascual.
 La razón de ser de la acción pastoral centrada en la liturgia es hacer que se traduzca en la
vida el Misterio Pascual, de modo que el Hijo de Dios encarnado pueda comunicar al mundo
la vida divina. Para que los hombres «ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y
resucitó por ellos » (2 Cor 5, 15).
 El año litúrgico es un signo salvífico por el que se actualizan y experimentan en toda su
perenne efectividad todos los afectos de la Pascua de Cristo: el central y el más estricto
(pasión-resurrección) y el más amplio (desde la encarnación hasta el Don del Espíritu
Santo).
 La Iglesia abre las riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor de tal manera
que se hacen presentes en todo tiempo para que los fieles puedan ponerse en contacto con
ellos y puedan llenarse de la gracia de la salvación (SC 102).

2. ¿Cuándo se celebra la Pascua de Cristo?


 Todo signo litúrgico es, al mismo tiempo, revelación, anamnesis y profecía.
 El domingo es la primera forma. La Iglesia celebra el Misterio Pascual cada ocho días, en el
mismo día de la resurrección, llamado con razón domingo o «día del Señor».
 El domingo es la fiesta primordial que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles,
de modo que sea también de alegría y de liberación del trabajo.
 Todo esto se manifiesta y se realiza en la Eucaristía; memorial de la Pascua, y por la que se
edifica a la Iglesia; su fuente, su cumbre, su raíz.
 El cristiano no puede existir sin los misterios del Señor. ¿Acaso ignoras que el cristiano está
ligado necesariamente a los misterios del Señor?
 Desde antiguo la Iglesia ha destacado un domingo entre todos, la resurrección anual de la
Pascua. La máxima fiesta, eje de todo el año litúrgico.
 Ya para fines del s. IV está constituida también la preparación a estas fiestas: la Cuaresma.
 También, al modo de la Pascua se les antepuso a las fiestas navideñas una etapa preparatoria
de cuarenta días e igualmente penitencial.
 La Iglesia nos presenta en la liturgia de adviento a tres modelos de la espera en Cristo: los
profetas (especialmente Isaías); a Juan el Bautista (precursor del Mesías) y sobre todo María
(la siempre fiel, que dijo sí al don de Dios).
 Entre el fin del tiempo de navidad y el inicio de la cuaresma, y entre el fin de la cincuentena
pascual y el inicio del nuevo año litúrgico transcurre el tiempo ordinario. En él se
conmemora el mismo misterio de Cristo en su plenitud, principalmente en los domingos.
 A lo largo de este caminar anual se celebran también otras fiestas de Cristo.
 Se celebra ante todo a Cristo, pero también a su Madre, implicada en los misterios de Cristo.
 Además, la Iglesia introdujo en el círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás
santos.
 En este ciclo anual, cada año vuelven las mismas celebraciones como las aspas de un
helicóptero que asciende o como un tornillo que, girando, profundiza.
Bryan Alejandro Ramírez Barba 2°Teo

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