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13 de noviembre de 2021

MARÍA MADRE DE
MISERICORDIA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
DE LA PROFECÍA DE ZACARÍAS
ALÉGRATE Y GOZA HIJA DE SIÓN
2, 14 – 17

A
LÉGRATE y goza, hija de Sión,
que yo vengo a habitar dentro de ti
-oráculo del Señor-.
Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos,
y serán pueblo mío.
Habitaré en medio de ti,
y comprenderás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará posesión de Judá
sobre la tierra santa
y elegirá de nuevo a Jerusalén.
Calle toda carne ante el Señor,
cuando se levanta en su santa morada.
PALABRA DE DIOS.

SALMO RESPONSORIAL
LUCAS 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55 (R. 49)
R.- EL PODEROSO HA HECHO, OBRAS GRANDES EN MI
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava. R.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.

SEGUNDA LECTURA
DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS
DIOS, RICO EN MISERICORDIA
2, 4 – 10

H
ERMANOS: Dios, rico en misericordia, por el gran amor
con que nos amó, estando nosotros muertos por los
pecados, nos ha hecho revivir con Cristo -están salvados por
pura gracia-; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado
en el cielo con Él, para revelar en los tiempos venideros la
inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús.
En efecto, por gracia están salvados, mediante la fe. Y esto no
viene de ustedes: es don de Dios. Tampoco viene de las obras,
para que nadie pueda presumir.
Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús,
para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano
dispuso Él que practicásemos.
PALABRA DE DIOS.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO
Cf. Lc 1, 45

D
ICHOSA tú, Virgen María,
que has creído,
porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

EVANGELIO

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
EN CUANTO ISABEL OYÓ EL SALUDO DE MARÍA, SALTÓ LA CRIATURA EN SU VIENTRE
Lc 1, 39 – 47

P
OR aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a
la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María,
saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En
cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en
mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho
el Señor se cumplirá».
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra
mi espíritu en Dios, mi salvador».
PALABRA DEL SEÑOR.
3.
Oración de los Fieles
Introducción del celebrante:

C ONFIADOS en la misericordia divina, que por medio de


Santa María Virgen ha visitado y redimido a su pueblo,
oremos a Dios por las necesidades de los hombres:

A cada invocación responderemos cantando:


OH SEÑOR, ESCUCHA Y TEN PIEDAD

Peticiones por parte del diácono o bien otro ministro:

1. Por la Iglesia, -cuya santidad se prefigura en la perfección de la


Bienaventurada Virgen María-; para que llegue a ser vivo reflejo
de aquella santidad que resplandece en la Madre de Dios.
Roguemos al Señor.

2. Por el Sumo Pontífice el Papa FRANCISCO, nuestro


Arzobispo JOSÉ FRANCISCO CARDENAL, sus obispos
auxiliares, los presbíteros y los diáconos; para que a imitación
de los primeros evangelizadores que nos trajeron la fe
cristiana, sigan ofreciendo a nuestro mundo el alegre
testimonio de una vida santa. Roguemos al Señor.
3. Por nuestros gobernantes, y todos los responsables de los
destinos de nuestro pueblo; para que su labor tenaz y
desinteresada haga crecer el amor y la justicia en nuestra
sociedad, superando toda división y todo egoísmo.
Roguemos al Señor.
4. Por todos los miembros de la vida consagrada y por los laicos
comprometidos en la labor de la Nueva Evangelización, para
que den un claro testimonio de vida cristiana y una
colaboración eficaz a la prosperidad de nuestra Patria.
Roguemos al Señor.
5. Por los que viven solos, abandonados, descorazonados o
tristes; para que, por intercesión de nuestra Madre del Cielo,
el Señor fortalezca su esperanza y puedan encontrar en
nosotros una mano colaboradora que salga en su ayuda.
Roguemos al Señor.
6. Por nuestra Iglesia parroquial, fiel portadora de la vocación
maternal de nuestra Santa Patrona, para que, siguiendo
fielmente su ejemplo, continúe anunciando valerosamente la
Buena Nueva de Jesucristo en todos los ámbitos de nuestra
sociedad, roguemos al Señor.

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