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Activación Conductual
Activación Conductual
Como toda buena idea, se basa en una premisa simple: sin importar cómo se
genere la depresión, una de sus características principales es la inacción, la falta
de actividad, que a su vez lleva a que el estado de ánimo y los pensamientos
empeoren (y a menudo añade culpa a la tristeza ya existente), lo cual a su vez
dificulta la acción. En lenguaje coloquial, esta es la principal característica que
identificamos al decir que una persona “está deprimida”: le cuesta cumplir con
sus obligaciones, pasa mucho tiempo encerrada, no parece disfrutar de ninguna
actividad,etc.
El modelo de Beck
En el caso que nos ocupa, TC es el estándar de tratamiento para depresión, un
modelo sólido y con mucha evidencia a favor de su eficacia. TC incluye varias
intervenciones, algunas cognitivas y algunas conductuales, es decir, incluye
varios “ingredientes”. Una discusión completa del modelo de Beck está más allá
del alcance de este artículo, pero basta con mencionar que el tratamiento de TC
para depresión postula que las personas adquieren determinados esquemas
cognitivos (también llamados creencias centrales), que son maneras estables de
ver el mundo, como resultado de sus experiencias tempranas. Estos esquemas
cognitivos predisponen a las personas a interpretar negativamente los eventos
vitales (las denominadas distorsiones cognitivas o pensamientos automáticos), y
esto a su vez, lleva a que la persona actúe de manera depresiva. En las
investigaciones y en la clínica, la TC demostró ser altamente efectiva para la
depresión, logrando buenos resultados con tratamientos relativamente breves, y
pronto se convirtió en el estándar de tratamiento para depresión, siendo hoy uno
de los abordajes más populares en la práctica clínica guiada por evidencia.
Sin embargo, no todo estaba dicho aún.
La investigación de Jacobson
Hacia mediados de los 90′ el equipo de Neil Jacobson realizó un análisis de
componente de la TCC para depresión[iv]. Un análisis de componente es un tipo
de investigación destinado a averiguar qué es efectivo en un tratamiento dado.
La mayor parte de las terapias psicológicas incluyen distintas intervenciones, y la
pregunta es cuál de esos “ingredientes” es el que mejor lleva al cambio y a la
mejoría. Por ejemplo, suele ser frecuente que durante el tratamiento psicológico
de un paciente deprimido se le recomiende hacer actividad física, quizá también
se le prescriba un antidepresivo, y todo esto a la vez que continúa con la
psicoterapia. Ahora bien, la pregunta es: si el paciente mejora luego de seis
meses, ¿lo atribuimos a la actividad física, a la psicoterapia, a la medicación, a la
combinación de todo eso o a algún factor externo a la terapia (por ejemplo, el
mero paso del tiempo o la resolución de un conflicto en la vida de la persona)?
Ese es el tipo de pregunta que un análisis de componente intenta contestar.
Comparando la eficacia de los componentes de tratamiento entre sí se puede
saber cuál es el elemento activo, o en qué grado lo es, en cada caso. Y saber
cuáles son los componentes activos y cuáles son innecesarios en un tratamiento
permite mejorarlo, haciéndolo más simple y más eficaz.
BATD
BATD es de particular interés en nuestro contexto latinoamericano, en el cual los
recursos económicos no suelen permitir tratamientos prolongados y complejos,
y el acceso a la formación de los terapeutas suele ser limitado, ya que se trata de
un protocolo breve, accesible a los terapeutas en su base teórica, y con buenas
referencias empíricas respecto a su eficacia[viii] ,[ix],[x],[xi].
Bibliografía:
[iii] Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (1979). Cognitive therapy
of depression. New York: The Guilford Press.
[iv] Jacobson, N., Dobson, K., Truax, P., Addis, M. E., & K. (1996). A component
analysis of cognitive-behavioral treatment for depression. Journal of Consulting
and Clinical Psychology, 64(2), 295–304.
[v] Gortner, E. T., Gollan, J. K., Dobson, K. S., & Jacobson, N. S. (1998).
Cognitive-behavioral treatment for depression: relapse prevention. Journal of
consulting and clinical psychology, 66(2), 377–84.
[vi] Dimidjian, S., Hollon, S. D., Dobson, K. S., Schmaling, K. B., Kohlenberg, R.
J., Addis, M. E., Gallop, R., et al. (2006). Randomized trial of behavioral
activation, cognitive therapy, and antidepressant medication in the acute
treatment of adults with major depression. Journal of consulting and clinical
psychology, 74(4), 658–70. doi:10.1037/0022-006X.74.4.658
[vii] Lejuez, C. W., Hopko, D. R., Acierno, R., Daughters, S. B., & Pagoto, S. L.
(2011). Ten year revision of the brief behavioral activation treatment for
depression: revised treatment manual. Behavior modification, 35(2), 111–61.
doi:10.1177/0145445510390929
[viii] Hopko, D. R., Sanchez, L., Hopko, S. D., Dvir, S., & Lejuez, C. W. (2003).
Behavioral activation and the prevention of suicidal behaviors in patients with
borderline personality disorder. Journal of personality disorders, 17(5), 460–78.
Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14632378
[ix] Hopko, D. R., Lejuez, C. W., Lepage, J. P., Hopko, S. D., & Mcneil, D. W.
(2003). A Brief Behavioral Activation Treatment for Depression: A Randomized
Pilot Trial within an Inpatient Psychiatric Hospital. Behavior Modification,
27(4), 458–469. doi:10.1177/0145445503255489
[x] Hopko, D. R., Lejuez, C. W., & Hopko, S. D. (2004). Behavioral Activation as
an Intervention for Coexistent Depressive and Anxiety Symptoms. Clinical Case
Studies, 3(1), 37–48. doi:10.1177/1534650103258969
[xi] Collado-Rodriguez, A., Castillo, S.D., Maero, F., Lejuez, C.W. &
MacPherson, L. Brief Behavioral Activation Treatment for Depression in Latinos
with Limited English Proficiency: Preliminary Efficacy and Acceptability.
Submitted manuscript.