Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Ministerio del Poder Popular para Relaciones interiores Justicia y Paz Universidad Nacional Experimental de la Seguridad Defender, Proteger y Servir a Nuestro Pueblo Cefo Distrito Capital-Catia
Instructor: Lic. Yony Tovar Dicentes:
Andres Correa.V-26.573.249 Rodrigo Barrios.V-26.210.526 Michelle Carrera.V-23.108.173 María José Bello.V-24.297.379 Yorgelis Sánchez. V-24.884.300 Alondra Pacheco. V- 25.327.763 Dimarco Castro. V-22.018.829 PNF: Criminalística Aula: #1 Ambiente 29 Tramo #1 Proceso II-2021 Distrito Capital, 28 de Enero 2022 La naturaleza de la función policial es compleja, variada y crítica porque la necesidad de su intervención no sólo se produce de manera reactiva después de un hecho anómalo, sino incluso antes de éste, para lo cual resulta necesaria la adopción de medidas preventivas. Estas tareas demandan una permanente capacitación y entrenamiento del efectivo policial para garantizar así una conducta ética en el marco de la Ley, que se constituya en un referente para la sociedad y cumpla con el fin último de la policía que es garantizar los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos. Entre las facultades de los funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley se encuentran el uso de fuerza y de armas de fuego, razón por la cual el comportamiento ético de los efectivos policiales resulta esencial para cumplir de manera adecuada con su función respetando los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad. En Venezuela, el uso de la fuerza – legítima o ilegítima– por parte de la policía, debido a la cantidad y la magnitud de los encuentros donde se usa la violencia innecesaria o excesiva por parte de funcionarios policiales hacia ciudadanas, ciudadanos o grupos de éstos, es motivo de preocupación social y mantiene en alerta tanto a las instituciones gubernamentales del Estado como a aquellas encargadas de velar por el respeto de los Derechos Humanos. Para el control y la regulación de este tipo de fuerza, se hace necesario definir una política de uso progresivo y diferenciado de la fuerza policial, con lineamientos específicos que determinen cuál debe ser la conducta del policía ante la ciudadanía al verse en la necesidad inevitable de utilizar la fuerza, para dar a ésta un trato digno, con respeto al ordenamiento jurídico y minimizando la discrecionalidad del funcionario policial. Todo ello, en concordancia con los artículos 84, 85, 86 de la Ley Orgánica del Servicio de Policía de Investigación el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística y el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses , donde se determina que: “El uso de la fuerza por parte de los cuerpos de policía estará orientado por el principio de afirmación de la vida como valor supremo constitucional y legal, la adopción de escalas progresivas para el uso de la fuerza en función del nivel de resistencia y oposición de la ciudadana o ciudadano, los procedimientos de seguimiento y supervisión de su uso, entrenamiento policial permanente y difusión de instructivos entre la comunidad, a fin de facilitar la contraloría social en esta materia. El traspaso en el uso de la fuerza mortal sólo estará justificado para la defensa de la vida de la funcionaria o funcionario policial o de un tercero La policía es el único organismo público que se encuentra facultado, en circunstancias excepcionales, para requerir coactivamente de los ciudadanos una determinada conducta, mediante la aplicación inmediata, si fuese necesario, de un amplio rango de fuerza que se extiende desde la mera presencial con la presión psicológica que ésta implica hasta la fuerza física propiamente en sus diversos grados, cuya cúspide se encuentra representada por la fuerza letal. Para el control y la regulación de este tipo de fuerza, se hace necesario definir una política de uso progresivo y diferenciado de la fuerza policial, con lineamientos específicos que determinen cual debe ser la conducta del policía ante la ciudadanía al verse en la necesidad inevitable de utilizar la fuerza, para dar a esta un trato digno, con respeto al ordenamiento jurídico y minimizando la discrecionalidad del funcionario policial. Dentro del equipamiento defensivo de las fuerzas y cuerpos de seguridad a nivel mundial se encuentran las armas no letales estas se han convertido en un elemento indispensable, estas armas se remontan a los primero años de la década de 1970. En aquella época, concretamente en el año 1972, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos NSF, emitió un informe público en el que daba a conocer a la sociedad un total de 34 tipos de armas no letales distintas. Aquel primer catalogo contenía armas químicas, municiones plásticas, pistolas eléctricas, aturdidores acústicos, aturdidores luminosos etc. todos con características común que era su escasa letalidad, la ventaja que se tiene al dotar a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley con este tipo de armas no letales es que tienen un abanico más amplio de opciones para poder controlar a un probable responsable ya que si sólo se le dota de su arma de fuego tiene dos caminos: agarrarse a golpes o disparar, situación de más peligrosa tanto para el agente policial como para el individuo que se resiste a la acción de la autoridad, dentro del marco histórico podemos encontrar: El bastón policial PR-24, Este dispositivo fue desarrollado a partir de la Tonfa japonesa (arma utilizada por los campesinos en el medievo), Lon Anderson inventó el bastón policial PR-24 (Protección y Restricción de 24 pulgadas y/o onzas) en 1972, la patente fue registrada en 1974 en los EE.UU.No mucho tiempo después de la adopción del aditamento por parte del departamento de policía de New Hampshire, el Departamento de Sheriff´s de Los Ángeles lo evaluó por cerca de 6 meses y lo adoptó como arma no letal. Agentes Químicos, Éstos son compuestos químicos que causan temporalmente incapacidad a través de irritación o inflamación (ojos, vía respiratoria, etc.) y tienen baja toxicidad en una corta exposición. La primera vez que fueron usados agentes químicos como armas ofensivas fue alrededor del año 2300 A.C. por los chinos, que vertían a sus enemigos chiles en aceite hirviendo. La Policía francesa entre los años 1910-1914 comienzo el uso de agentes químicos para el control de multitudes y desde entonces son usados alrededor del mundo para controlar manifestaciones o a un solo probable responsable. Dispositivos de Incapacitación Neuromuscular, Jack Cover, un investigador de la NASA, empieza a desarrollar este dispositivo en 1969. y para 1974, Cover completa el primer prototipo. Funciona disparando (con ayuda de nitrógeno bajo presión) dos pequeños dardos que se quedan conectados a la unidad por un par de cables muy delgados, dichos dardos son unos electrodos que generan una descarga eléctrica que crea una incapacitación neuromuscular, es decir interrumpe la capacidad del cerebro de controlar los músculos del probable responsable, sólo se puede disparar un par de dardos a la vez y hay que remplazar el cartucho para neutralizar otro objetivo. El alcance máximo de este dispositivo es de 10.6 metros para el modelo policial y de 4.5metros para el modelo de uso civil. Según estudios coordinados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el 99.75% de las veces los probables responsables no sufrieron lesiones insignificantes por el uso de estos dispositivos. Por otra parte la violencia mortal por parte del ciudadano significa la creación de una situación de riesgo mortal frente a el cual el funcionario o funcionaria policial aplicara el método del uso de la fuerza potencialmente mortal, bien sea con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal. La fuerza potencialmente mortal es el nivel de fuerza intrínsecamente probable de causar una gran lesión corporal o la muerte. Las armas de fuego, las armas blancas, explosivos e inclusive los vehículos están entre las armas cuyo uso se considera como fuerza potencialmente mortal la cual se dividen en 3 niveles estos son los niveles ordinarios estos niveles están representados por la presencia, de despliegue táctico policial en el dialogo, permitiendo en la mayoría de los encuentros policial controlar la resistencia del ciudadano o grupos de estos, sin necesidad del con tacto físico. Los niveles de transición contienen técnicas suaves y dura de control físico que al ser utilizadas podrían iniciar una escalada del conflicto o producir el efecto contrario, siendo este ultimo el objetico de su aplicación, una vez finalizada la resistencia debe bajarse a los niveles ordinarios de control del uso progresivo y diferenciado de la fuerza. Por último se encuentran los niveles extraordinarios, el uso de estos niveles solo se justifica cuando están dadas las condiciones de legítima defensa o estado de necesidad, especificados en el código penal venezolano, en tanto refiere al uso de armas intermedias y fuerza potencialmente mortal. Por otra parte la verbalización entra específicamente al momento de presentarse los niveles de transición o extraordinarios, estas son todas las órdenes impartidas a una ciudadana, ciudadano o grupos de estos para ser obedecidas en acciones, en este caso no existe el FEED BACK o retro alimentación de información. Concluyendo así mismo, que el desarrollo de la institución policial en materia de uso de la fuerza requiere la existencia de reglas claras y transparentes para la evaluación y control de la conducta funcionaria, no sólo para aquellos casos en que el uso de la fuerza aparezca injustificado o excesivo, sino para la revisión permanente de todas las situaciones que ameriten empleo de la fuerza, sobre todo aquellas vinculadas a la utilización de armas.