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Derecho Penal
Fundamentos para un
sistema penal democrático
ISBN : 978-99924-21-14-7
Todos los derechos reservados conforme a la ley
© Paulo César Busato, 2009
© Sandro Montes Huapaya, 2009
© INEJ, 2009
Managua, Nicaragua
Impreso en Nicaragua,
por Servicios Gráficos
Prólogo .................................................................................................. 7
Prólogo a la segunda edición ................................................................. 9
CAPÍTULO I
Concepto de Derecho Penal y Ciencia Penal ......................................... 11
CAPÍTULO II
Misiones del Derecho Penal .................................................................. 39
CAPÍTULO III
Proteccion de los Bienes Jurídicos ........................................................ 57
CAPÍTULO IV
Derecho Penal y Control Social .............................................................. 83
SEGUNDA PARTE
DERECHO PENAL COMO SISTEMA NORMATIVO
CAPÍTULO V
La Norma ................................................................................................ 113
CAPÍTULO VI
Los límites del derecho penal ................................................................. 143
TERCERA PARTE
DE LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
CAPÍTULO VII
Teorías de las Penas ............................................................................... 193
CAPÍTULO VIII
Las medidas de seguridad ...................................................................... 237
CAPÍTULO IX
Semiimputabilidad, monismo y dualismo ............................................... 249
En el año 2003 estuve por primera vez en Nicaragua. Por aquél enton-
ces, no tenía la más mínima idea sobre lo cuanto las relaciones que yo empeza-
ba a establecer me llevarían a conocer y a gustar de este país. Es más, los
amigos que aquí he hecho, los alumnos muy interesados en la materia penal
que he tenido en las ya muchas clases que he impartido en este país, me hacen
augurar un futuro brillante para la dogmática jurídico-penal en este país.
Está claro que hay mucho por hacer, todavía, como por lo demás, en toda
la escena científica de Latinoamérica. Llevamos un evidente retraso con rela-
ción a la ciencia europea del Derecho penal que nos hizo, por mucho tiempo,
tratar de “importar” teorías jurídicas para aplicación en nuestras sociedades,
cuyos efectos dañinos de profundización de diferencias ya se hacen notar.
Estoy de acuerdo con mi maestro Muñoz Conde, cuando él refiere que el
sistema de imputación es igual que una gramática, es decir, se trata más bien
de un mecanismo con lo cual el Estado establece un proceso de comunicación
con el ciudadano, en donde lo que se busca, a mi sentir, no es más que el
control social de los ataques intolerables a bienes jurídicos.
Por otra parte, es también cierto que las distintas sociedades valoran dis-
tintamente los bienes jurídicos, bien así, tienen distintas concepciones respecto
de los niveles de intolerabilidad respecto de las conductas de los ciudadanos.
Por ello, siempre mantuve que el estudio del Derecho penal no debe de
empezar por la ley ni tampoco por la estructura dogmática del sistema de
imputación, sino mucho más allá. El más allá incluye conocer los principios
capaces de limitar la medida de la imputación, conocer las nociones respecto
del bien jurídico, conocer las relaciones entre las distintas formas científicas de
concebir el mismísimo Derecho penal, entre ellas, conocer criminológicamente
lo que él representa en términos de control social y, como no, saber exactamen-
te lo que es lo que se quiere con la norma y con la pena.
Esta pequeña obra trata exactamente de estos puntos. Es decir, lo que se
pretende es presentar las razones de existir del sistema de imputación para que
cada uno pueda elegir, criticar, incluso dibujar, su propio modelo de teoría del
delito.
Solamente es posible tener un Derecho penal justo en Nicaragua, en
Brasil o en cualquier otra parte, si la gente que lo elabora esté consciente de
que es lo que quiere con el modelo que adopta. Esta es la contribución que se
pretende dar con esta obra.
Hay que recordar, pues, que todo ello sólo es posible, porque un día, en
el año 2003, mi amigo, el Prof. Oscar Castillo, decano de la Escuela de Dere-
cho de la UPOLI, me presentó al Dr. Sergio Cuarezma Terán. El Dr. Cua-
rezma y yo hemos desarrollado desde entonces una estrecha amistad, alimen-
tada, por cierto, por un profundo deseo de desarrollar la ciencia en nuestros
países, bien así, por un impresionante compartir de ideas y de concepciones
para proyectar un futuro mejor para esta misma escena científica. Por sus ges-
tiones para que salga a la luz esta obra en Centroamérica, que es tan sólo el
primer paso de un largo proyecto de intenciones comunes a través del ICEP, a
él envío mi más profundo agradecimiento.
En el aeropuerto de Managua, en el 02 de octubre del 2005.
1.1. Concepto de Derecho penal; 1.2. Consideraciones sobre aspectos del co-
nocimiento penal; 1.2.1. La dogmática jurídico-penal; 1.2.2. La Criminología;
1.2.3. De la política criminal; 1.2.4. De la penología; 1.2.5. La Victimología
1.3. El modelo integrado de Ciencia penal.
1 FRAGOSO, Heleno Claudio, Liçoes de dereito penal, Parte general, 15ª edición Revista e
actualizada por Fernando Fragoso, Ed. Forense, Río de Janeiro 1994, p. 3.
2 Cfr. KANT, Emmanuel, Introducción a la teoría del derecho, Madrid 1954, pp. 78-80,
quien advierte los peligros de la confusión entre el derecho y la moral, por lo que delimitaba
estos campos al definir al derecho como coexistencia de los arbitrios según la ley general de
libertad. De allí que la moral no es ni debe ser condición del sistema jurídico.
12 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL
3 QUINTERO OLIVARES, Gonzalo; MORALES PRATS, Fermín; PRATS CANUT, Miguel, Curso
de derecho penal, Pare general, 1ª edición Ed. Cedecs, Barcelona, 1996, p. 1.
4 Ibídem, “… una convicción social tan vieja como el mundo según la cual el premio y el
castigo son instrumentos que los hombres pueden y deben emplear si es que quieren sobre-
vivir como grupo”.
5 Cfr. LAMPE, Ernst-Joachim, “Systemunrecht und Unrechtsystem”, en ZSTW, Núm.
106, 1996, p. 745, quien sostiene que “especialmente en el ámbito de la criminalidad de la
empresa y de la criminalidad de estado, existe en este momento un considerable déficit de
justicia penal”.
PAULO CÉSAR BUSATO 239
651 DIAS, Jorge De Figueiredo. Opus cit., p. 141: “La consciencia dogmática de la existen-
cia de una categoría de sanciones criminales como algo diferente de las penas sólo despun-
tó, efectivamente, con el Proyecto de CP suizo de Carl Stoos (1893) y el “Contra-Pro-
yecto” de v. Liszt y Kahls (1911); a pesar que no debe ser olvidado, con anterioridad, el
requisitorio de Ferri – y los de Despines y Lombroso – en favor de un sistema de medidas
de defensa social que sustituyese el sistema de penas tradicional. No significa esto que, en
ordenamientos penales anteriores, no existieran ya sanciones que, en términos dogmáticos
modernos, serían reconducidas a las medidas de seguridad; [...]”; También en, VIVES
ANTÓN, Tomás S., Loc. cit., p. 529: GRACIA MARTÍN, Luis (Coordinador), BOLDOVA
PASAMAR, Miguel Ángel y ALASTUEY DOBÓN, M. Carmen, Las consecuencias jurídi-
cas del delito en el nuevo Código Penal español, Tirant lo Blanch, Valencia, 1996, p. 356;
y MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCÍA ARÁN, Mercedes, Derecho penal. Parte general,
3ª edición, Ed. Tirant lo blanch, Valencia, 2000, p. 655: “[...] cuando Carl Stoos pro-
pone la previsión de medidas de seguridad en el Anteproyecto de Código penal suizo de
1893, éstas se configuran como algo totalmente distinto de las penas en su fundamento y
orientación, [...].”; PEÑA CABRERA, Raúl, Tratado de derecho penal. Estudio programá-
tico de la parte general, 3ª edición, Ed. Grijley, Lima, 1997, p. 657.
652 GRACIA MARTÍN, Luis (Coordinador), BOLDOVA PASAMAR, Miguel Ángel Y ALAS-
TUEY DOBÓN, M. Carmen, Las consecuencias jurídicas del delito…, op. cit., p. 14.
240 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL
653 VIVES ANTÓN, Tomás S., Comentarios al Código Penal de 1995, op. cit., p. 528-529:
“Desde un principio se pusieron de manifiesto los riesgos e incertidumbre que una reac-
ción penal asociada, exclusivamente, a la personalidad del delincuente, podía tener para
los principios básicos de un Estado de Derecho.”.
654 POLAINO NAVARRETE, Miguel; POLAINO-ORTS, Miguel, “¿Medidas de seguridad ino-
cuizadoras para delincuentes peligrosos?”, en Revista peruana de doctrina y jurispruden-
cia penales, del Instituto Peruano de ciencias penales, Edit. Grijley 2001, p. 485
655 DE LANDECHO, Carlos “Peligrosidad social y peligrosidad criminal”, en Peligrosidad
Social y Medidas de seguridad (La ley de peligrosidad y rehabilitación social de 4 de agosto
de 1970), Universidad de Valencia, 1974, pp. 248 y ss.
PAULO CÉSAR BUSATO 241
656 BARREIRO, Agustín Jorge, “El sistema de sanciones en el código penal español de 1995”,
en La reforma de la justicia penal (estudios homenaje al prof. Klaus Tiedemann), Coord.
Juan-Luis Gómez Colomer; José Luis González Cussac, Edit. Universitat Jaume I, Cas-
telló, págs. 77-135, pp. 104-105.
657 Cfr. MORILLAS CUEVA, Lorenzo, Curso de Derecho penal español. Parte general, dirigido
por Manuel Cobo del Rosal, Marcial Pons, Madrid, 1996, p. 36.
658 Cfr. POLAINO NAVARRETE, Miguel; POLAINO-ORTS, Miguel, “¿Medidas de seguridad
inocuizadoras para delincuentes peligrosos?”, op. cit., p. 487, agrega el autor que “eso
quiere decir que sólo puede sancionarse a un sujeto por lo que hace y no por lo que es,
osea, por sus acciones delictivas ya realizadas y no por meros pensamientos ni disposicio-
nes subjetivas a cometer un delito o un daño social, no materializados en acción”.
659 Vg., el art. 95 del nuevo Código penal español contempla como presupuesto el que: 1. El
sujeto se encuentre comprendido en uno de los supuestos de inimputabilidad –exentos de
responsabilidad criminal a los numerales 1º, 2º y 3º del art. 20: este artículo contiene los
supuestos de quienes al tiempo de cometer la infracción criminal no puedan comprender
la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión, “a causa de cualquier anoma-
lía o alteración psíquica” (No. 1), o por encontrarse “en estado de intoxicación plena por
el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxica, estupefacientes, sustancias psicotrópi-
cas u otras que produzcan efectos análogos (…) o bajo la influencia de un síntoma de
242 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL
abstinencia” (No. 2); o, a quienes, «por sufrir alteración en la percepción desde el naci-
miento o desde la infancia, tengan alterada gravemente la conciencia de la realidad» (No.
3), 2 También se aplican las medidas de seguridad en los supuestos de semiimputabilidad
(eximentes incompletas), en relación con los numerales 1º,2º y 3º del art. 20.
660 POLAINO NAVARRETE, Miguel; POLAINO-ORTS, Miguel, “¿Medidas de seguridad ino-
cuizadoras para delincuentes peligrosos?”, op. cit., p. 488.
661 Cfr. FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Derecho penal fundamental, V. II, Teoría general del
delito y punibilidad, 2ª ed., Edit. Temis, Bogotá, 1984, p. 9 y ss.: En palabras del autor,
“que el hecho punible (o, como dicen otros, “el hecho previsto en la ley como delito”) en
que de modo necesario ha de basarse legalmente la imposición de las medidas, se llame o
no delito, es tema de discusiones inacabables, por fortuna sin consecuencia de importan-
cia, al menos mientras las palabras no sean una trampa para la burla de las garantías
demoliberales. Se trata, de todas maneras, de un injusto típico, que es el núcleo de todo
delito, en el pleno y estricto sentido de la palabra, si bien la culpabilidad es incompleta y
la opinio doctoris la considera generalmente insubsistente”.
662 CEREZO MIR, José, Curso de Derecho penal español. Parte general, I, Introducción, 5ª ed.,
basada en el nuevo Código penal de 1995, Tecnos, Madrid, 1996, p. 38.
PAULO CÉSAR BUSATO 243
La referencia del hecho objetivo (injusto penal) debe servir única y exclu-
sivamente como referencia de la peligrosidad criminal del autor, pues ya como
lo hemos comentado, la sanción, cualquiera sea su naturaleza, que tenga como
único presupuesto el criterio de la peligrosidad resulta inconstitucional por
estar nuestro Derecho penal asentado sobre las garantías del Estado de dere-
cho y de las cuales se deducen un Derecho penal de hecho,665 en contraposi-
ción con las que impone un Derecho penal de autor.
8.5. Garantías que reviste la regulación de las medidas de
suguridad
Al igual que con las penas, las medidas de seguridad deben revestirse de
determinadas garantías los mismos que deben ser tenidos en cuenta en su
formulación jurídica, dentro de un Estado social, y democrático de derecho.
Garantías tales como la del principio de legalidad, principio de jurisdicciona-
lidad, garantía de ejecución, la peligrosidad criminal como fundamento de las
medidas de seguridad y el principio de proporcionalidad.666
8.5.1. Legalidad de las medidas de seguridad
El principio de legalidad de las medidas de seguridad prohibe que se
pueda imponer a un inimputable o semiimputable, una medida de seguridad
no prevista como tal en la ley penal. De cierto que el alcance del principio de
legalidad en materia de medida de seguridad debe ser interpretado amplia-
mente comprendiendo a todos los demás principios que se derivan del mismo:
a) La existencia de una ley que establezcan las medidas de seguridad, estable-
cidas mediante un procedimiento regular preestablecido; b) La existencia de
una ley previa (lex previa); de ello se deriva la prohibición de aplicación retro-
activa de las leyes penales en general; c) Las medidas de seguridad, en su
formulación, deben de expresarse de la manera más clara, inequívova y ex-
haustiva posible (lex certa); y d) La aplicación de la medida de seguridad por
el Juez no debe rebazar los marcos establecidos por ley (lex stricta). Este prin-
cipio prohibe la aplicación por analogía de las medidas de seguridad. Ello se
debe a que en la mayoría de las Constituciones políticas de nuestra cultura
665 La estructura sistémica del delito imperante en la actualidad parte de la acción del sujeto.
Sólo sus hechos, y no lo que es o piensa, constituyen el fundamento de la sanción: tanto
penas como medidas de seguridad.
666 BARREIRO, Agustín Jorge, “El sistema de sanciones en el código penal español de 1995”,
op. cit., pp. 104-105.
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667 V. Gr. El art. V del título preliminar del C.P peruano establece que “solo el juez compe-
tente puede imponer penas o medidas de seguridad; y no puede hacerlo sino en forma
establecida en la ley”.
246 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL
post delictual, la doctrina parece conciliar sus tesis a favor de esta última. Aun-
que algunas voces actuales persistan minimizar el presupuesto del hecho objetivo
(injusto) considerándolo como un “síntoma” más de la peligrosidad criminal.668
Sin embargo, las tesis discordantes se centran en la defensa de quienes por un
lado sostiene que las medidas de seguridad deben ser consecuentes con el prin-
cipio de proporcionalidad, por lo cual al imponerse una medida, esta no puede
resultar ni más gravosa ni de mayor duración de la pena que abstractamente
debe corresponder al echo delictivo en el caso de que el sujeto fuere imputa-
ble.669 Por otro lado, se encuentran las tesis que pregonan la proporcionalidad
de las medidas de seguridad con relación a la peligrosidad del sujeto.
Dentro de los defensores de la primera tesis (peligrosidad al hecho), con
algunas variantes terminológicas, Muñoz Conde670 se inclina por admitir pre-
ferentemente al principio de culpabilidad como límite a la imposición de una
medida de seguridad. En palabras del autor, “[...]me inclino porque el princi-
pio de culpabilidad, incluso paradójicamente, pueda servir de límite para la
imposición de una medida de seguridad, en la medida en que se entienda que
la idea de proporcionalidad, traducida en límites temporales fijados legalmen-
te, también es, en cierto modo, una idea inmanente a la idea de culpabilidad.”
El considerar a la culpabilidad como presupuesto de las medidas de segu-
ridad resulta comprensible ya que aproxima identidad entre las penas y las
medidas de seguridad. Consecuentemente, las medidas de seguridad no po-
drán ser ni más ni menos gravosas ni de mayor duración de la pena que corres-
pondería al autor en caso de ser imputable, con ello se vuelve nuevamente al
principio de culpabilidad, situación que se desdibuja, ya que por detrás de la
expresión “proporcionalidad”, lo que se pretende es una forma de limitación
del poder del Estado frente a los inimputables.671
668 Cfr. RODRÍGUEZ MOURULLO, Gonzalo, “Sub Art. 6”, en Gonzalo RODRIGUEZ MOURU-
LLO (Director)/ Agustín BARREIRO (Coordinador), Comentario al Código penal, Civi-
tas, Madrid, 1997, p. 40 y ss.
669 El art. 6.2, del Código penal español consagra el principio de proporcionalidad en las
medidas de seguridad: “Las medidas de seguridad no pueden resultar ni más gravosas ni
de mayor duración que la pena abstractamente aplicable al hecho cometido, ni exceder el
límite de lo necesario para prevenir la peligrosidad del autor”.
670 MUÑOZ CONDE, Francisco. “Hacia una construcción latinoamericana de la culpabili-
dad”, Plenario de 03.09.1999 del XI Congreso Latinoamericano y III Iberoamericano de
Derecho penal y Criminología, Montevideo, p. 13.
671 MUÑOZ CONDE, Francisco. “Hacia una construcción latinoamericana de la culpabili-
dad”, Op. cit., p. 12.
PAULO CÉSAR BUSATO 247
Sin embargo, autores como Figueredo Días,672 sostienen que las limita-
ciones a las medidas de seguridad deben darse en el sentido que otorga el
principio de proporcionalidad.
En efecto, es comprensible entender una cierta reserva en admitir a la
culpabilidad como límites de las medidas de seguridad, por dos razones: la
primera, conlleva el riesgo de identificar a la culpabilidad como categoría dog-
mática. En este sentido, se trata de un concepto meramente dogmático que se
emplea para atribuir responsabilidad. La segunda, implica que en la actuali-
dad se empieza a cuestionar la culpabilidad como categoría dogmática por
cuanto su empleo terminológico admite varios sentidos.
Bibliografia utilizada en este tópico: CEREZO MIR, José. Curso de
Derecho penal español, parte general, I. 5a ed., Madrid: Tecnos, 1996; DIAS,
Jorge de Figueiredo. Questões fundamentais do Direito penal revisitadas. Edi-
tora Revista dos Tribunais, São Paulo, 1999; FERNÁNDEZ CARRASQUILLA,
Juan. Derecho penal fundamental, V. II, Teoría general do delito e punibilidad.
2ª ed., Bogotá: Ed. Temis, 1984; GRACIA MARTÍN, Luis (Coordenador),
BOLDOVA PASAMAR, Miguel Ángel e ALASTUEY DOBÓN, M. Cármen. Las
consecuencias jurídicas do delito en el nuevo Código Penal español. Valencia:
Tirant lo Blanch, 1996; MORILLAS CUEVAS, Lorenzo. Curso de derecho pe-
nal español. Parte general, dirigido por Manuel Cobo do Rosal. Madrid:
Marcial Pons, 1996; MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho penal e control so-
cial. Jerez: Fundación Universitaria de Jerez, 1985; MUÑOZ CONDE, Francis-
co. “Hacia una construcción latinoamericana de la culpabilidad”, plenario de
03.09.1999 do XI Congreso Latinoamericano e III Iberoamericano de Dere-
cho Penal e Criminología. Montevideo: 1999; MUÑOZ CONDE, Francisco e
GARCÍA ARÁN, Mercedes. (2000, 4ª Ed.), Direito penal, parte general. 4a
672 DIAS, Jorge De Figueiredo, Opus cit., p. 158-159: “Las exigencias de defensa social
ante la criminalidad constituyen, también ellas, un postulado del Estado de Derecho y de
una política criminal eficiente y racional, por un lado. Por otro lado, [...] siendo la culpa-
bilidad la buena forma de limitación del poder sancionador del Estado, no es todavía la
única. Si lo fuera, el principio de culpabilidad [...] tendría que ser un principio jurídico-
constitucional de todo el ordenamiento jurídico sancionador (civil, administrativo, etc.), y
no lo es. Otras formas existen, en verdad, que no la de la exigencia de culpabilidad en
sentido jurídico-penal de limitación del poder del Estado, también ellas pudiendo y de-
biendo ser reconducidas a expresiones de la eminente dignidad de la persona”. Es lo que
sucede, nominadamente, con el principio de proporcionalidad [...] que preside, como se-
ñalé ya, a la aplicación de cualquier medida de seguridad.”
ed., Valencia: Tirant lo Blanch, 2000; POLAINO NAVARRETE, Miguel e PO-
LAINO-ORTS, Miguel. “¿Medidas de seguridad inocuizadoras para delincuentes
peligrosos?”, em Revista peruana de doctrina e jurisprudencia penales. n. 2,
Lima: Grijley, 2001; RADBRUCH, Gustav. Filosofia do Direito. Tradução de L.
Cabral de Moncada, 6a ed., Coimbra: Arménio Amado Editor,1979; RODRI-
GUEZ MOURULLO, Gonzalo (Diretor) e JORGE BARREIRO, Augustín (Coorde-
nador). Comentários al Código Penal. Madrid: Editorial Civitas S.A., 1997;
SIERRA LÓPEZ, María del Valle. Las medidas de seguridad e el nuevo código
penal. Valencia: Tirant lo Blanch, 1997; VIVES ANTÓN, Tomás Salvador. Co-
mentarios al Código Penal de 1995, vol. I. Valencia: Tirant lo Blanch, 1996.
CAPÍTULO IX
SEMIIMPUTABILIDAD, MONISMO
Y DUALISMO