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MIGUEL BARNET
CANCION
DE
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CANCION DE RACHEL
MIGUEL BARNET
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Nsrrruïo m-:L mano / LA nAn.uu, cum, 1969
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CANCION DE EACH FI I.
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/1 fos aja.: Je! recuerdo


qué pequerïo es el mundo

lhummuna

Clanifimliciún Biblioteca Nacional: C8ó3.ñ


CAPÍTULO I

Las confesiones de Rachel, su azarosa uicía durante los


rulilanles años de la belle époque cubana, las conver-
saciones en los cafés, en las calles. han hecho posible
este libro que refleja En atmósfera de frustración de la
vida republicana. Rachel fue un testigo .sui gérferís. Ella
representa su época. Es un poco la síntesis de todas
las coríslns que conoció el ya desaparecido Tezuro
Alìsarnbra, verdadero filtra del quehacer .social y polí-
Iico de! país. Otros personajes que aparecen en este
libro, complementando el monólogo central, son gene-
ralmente hombres de tenim, escritores, libretistae y los
ínevítabfes de Ia' Irumnyn. Canción de Rachel habla de
42110, de su vida, la! y como ella me la cdnló y tal como
ya luego se Ia conte' a ella.
Mxcun. Bmnfrr
Estn isla es algo muy grande. åqui han ocurrido las
cosas más extrañas y las más trágicos. Y siempre será
así. La tierra, como los seres humanos, tiene su destino.
Y el de Cuba es un destino misterioso. Yo no soy brujo,
ni gitana, ni cnrtomãntica, ni nada de eso; no sé leer
la mano como es debido, pero siempre me he dicho que
el que nuce en este pedazo de tierra trae su misión. para
bien o para mal. Aqui no pasa como en otros países que
nacen gentes pon toneladas y todos son iguales, se com-
portan igual, y viven y mueren en el anominato. No. El
que nace en Cuba tiene eu estrella asegurada, o su cruz,
porque también existe el que viene a diu-se cabezazos.
Ahora, lo que se llama el media' tinta, el que no ce
nì una cosa ni la otra, el tontuelo, ése aquí no se da.
Esta isla está predestinnda para que se cumplan en
olla los mandatos divinos. Por eso yo siempre la he
mirado con respeto. He tratado de vivir en elle lo
mejor posible, cuìdåndome de ella, y mantenìéndorne
yo como centro. Para eso lo mejor que hay es trabajar,
entretenerse en hacer algo y no darle mucha rienda
suelta al cerebro porque es peor. Cuba es mi patria.
Aqui nací jr me hice mujer y artista. Y aquí es :londi-
-juìero morirme, porque sì en algún lugar quisiera que
me sepultaran es en este rincón. He visto otros países
muy bellos, muy modernos, muy gentiles; pueblos de
gran cordialidad, pero como el calor de mi patria, nada.
Y eso que soy de origen europeo. Mi madre era hún-
garo y mi padre, alemán. Ella húngaro y él alemán.
Elle bajito y pccosa, muy jorimera. Una mujcroitn de
12 siiooai. animar canción ni: aliciaiar. 13
temple. Mi padre no sé. Lo vi, lo veía cada vez que esos años. Y el diablo son las cosas, porque vieja como
mamá me enseñaba la folografía. Parecía buen mozo. estoy, serena y madura, y no me la he podido quitar.
Al menos aquel retrato.
Mamá lo hizo todo por mí. Sacriíicó sii vida por
-Era alemán, niña -me decía mami-. Tú has hacerme una carrera decente y lo logró.
sacado de él esa cabecita dura.
Mi madre me iiiculcó una buena educación. Y sobre
todo mucho amor al prójimo. Ella tenia esa genuina
tendencia a convencer, y convencía. Mamá amaba a la
humanidad. Hablaba bien de todo el mundo para que
la respeta;-an. Y no se comprometía con nadie. Ni con
los maridos. Al contrario, rchusalia el matrimonio. Para Yo vivo en el callejón. Lo que sé de Rachel es lo que
ella yo era su razón, el prjiiiar y único objeto de hubo entre ella y yo, Y BBQ G5 Pefsfiflfil-
Mejor entramos otro dia en ese terreno. Hoy 110,
su vida.
ella está enferma ahora con la grlpfl. 50101112» ÍUU11 ya
A casa subían los amigos de mamá y yo «buenas eso nada más. Ella murió con el teatro, se quedó atras.
qué lab y más nada, porque en cuanto llegaba uno, la y de lo actual no tiene nada que decir.
niña para el cuarto, a jugar, y cuidadito sì sacaba un Déjenla que siga en su åiarnaso, si Ia sacan de ahi.
entonces si que iio hay Rae el.
filo de nariz.
Mañana yo le adelanto algo de todas maneras. Vamos
Mami sabia ser una mujer recta y dulce a la vez. a ver qué me responde. Ella a mi me hace caso. Fuimos
No había Dios que la desobcdcciera. La misma criada marido jr mujer y ahora toca la casualidad de que vivo
le tenía miedo. Una criada ifuu iniia que una criada era a dos pasos de su casa. _
una amiga, una compaiinra, y sin embargo todo era: Después de treinta y cinco años sin verla. ¡La vida
«liga señora, señora por favor, con el permiso de la es asii _
señora, si ia señora lo desem, y asi, de modo que yo Hay personas que venimos ya eoii ese magnetismo al
mundo. Yo creo que lo que el destino le depara a uno
que era aii hija, sangre suya, tenía que vivir aterrada a siempre se cumple.
'pesar de que mamá cra mi único amor, lo único que yo Eso le decía yo a ella el otro dia: ¢Mirohaclia,_que
tenía en el mundo. tú y yo estamos como dice la canción: en una misma
A veces yo soñaba que mamá venía con una colcha celda, prisioneros»
y me abrigaba y nos dormíamos las dos. Me sentía feliz
-en ese sueño. Otras veces mamá se hiiichaba en la cama. 1
y yo me caía 'al suelo. ¡CalapIurn! y ahi me despertaba
y no pasaba nada porque yo dormía sola., solita. La
coaminbre de dormir siempre con una Iaoecìta viene de
caucióu oi: imcnai. 15
lo uicui-zi. sumar
måiica mucho menos. La palabra desgriwìlilll 70 11° me
Mamá no era lo que se llama una guaricandillu. una la aplico nunca. Yo soy una melancolica triste.
refiatolera.
El que hable asi está en un error. Mi madre tuvo su
vida, la vivió a su manera, hizo con su cuerpo lo que
le vino ganas; maroinas para sobrevivir y mucho
pecho. Ésa fue mi madre.
A decir verdad, yo quejas de ella no tengo. Parece
que mi luz natural me la hizo comprender en todos sus Oìgan eso. Qué se habrá creido esa mujer. Si la dejan»
pormenores. Ella sabía que yo, ya de jovencita, me lo si la dejan... U _ d _ , es d
olía todo, pero nunca me habló a las claras. Siempre Ella no nacio en iiinguiiiucuna e oro, ni ese" ` l
fue esciirridiza en ese aspecto. Se me iba por los con- camino. Bien pobre qlue se crio, (2011 fl1\l°h°§ "¡°"°¡l°“°”
de la madre y muc a hambre. L0 9€ Y? '¿l\“ìJ°°"°¡°°
tenes. Y yo como cra una bicba ya, me calluba. A quién
mejor que a mi madre le iba a guardar sus cosas, sus
secretos. Todo lo que yo pueda decir de mi madre es
poco. No porque esté debajo de la tierra y haya que
esa familia. Siempre llfl fild° “WY efigwfdfi'

cuna cima, va un trecho. _


u° Pasa
3- la ve emporifollada y lodo. PCYO fl@ al" 8 *JW 5°” de
_
Rachel nació en un barrio que mejor es no decir su
“l
hacerle devoción, no. Sino porque conmigo fue una nombre. Puñalsdas, deprsvación. robo-
Bastante pura salio. _ _
santa, vivió entregada a mis caprichos, a mis majada-
Nunca fue otra cosa que uuu riimbera. La “N00 que
rias. Yo pedía pajarito volando y ahí iba mi mndrv _v sabio era menearse. _ _
me traia pajarito volando. Estuvo meneándose toda su vula. Era ignorante, de
Hablar de ella me da tristeza pero me despeja. _ d fri ola.
Cuando uno quiere asi, es bueno hablar de esa persona geníi-lcdldlrdiijervirívola v nado más. No me gusta hablar
constanteinente porque el amor crece. de ella. 110-
A mi hay dias en que mc da por hablar de mi madre
y soy una cuerda sin iin.
Luego me paso dias siii recordarle. Por la noche
se cuando más pienso en ella. Por la noche, que Ofelia
se va y yo me tiro en la cama con esos almohadoncs
blancos. Lo más lindo que hay es mirar atrás con al°S1'¡4- V912”
Ofelia es una gran compañera, me cuida, me soporta
una como en una pelíwlfli df niña Í"B“¢¡°n¡› aenwhta
lo que nadie pero no es lo mismo que una madre. Para en una butaca, tecleando un piano... Eso me encanta._
mamá yo siempre era la ñoña, la distraído, la cosita.
Estoy sola, sí, sola. Pero no soy una mujer que se
ahoga en un vaso de agua. Tampoco soy histórica. Dra-
16 urouar. ¡mamar
cwcrón oa ascnar. 17
Fuírnos lo que se da en llamar clase media. Ni ricos
No me lo pude quitar. Di lata en todos los lugares
ni pobres.
por hacer algo de mi arte. Me pcñé ser una pri-
La Habana empezaba a tomar vuelo, a convertirse
meríaìma figura y con la ayuda de mi madre lo logré.
en una ciudad de adelantos que causaban verdadera ad-
Un tal Rolen fue el primero que me hizo subir a un
miración. El tranvía eléctrico fue uno de los grandes
escenario. Tendría yo unos trece años y había dejado la
sucesos. La gente se paraba en la calle, yo de niña, y
escuela porque el hambre se aproximaba y mamá ere
miraban con los ojos abiertos, se idiotizaban viéndolo
precavida. El tal Rolen me iba a buscar y me llevaba,
correr movido por la electricidad.
todo esto al lado de mi queridisiraa madre, a un tea-
Después de su miedito en montarse, al principio, ya
trico que había en el Cerro. Alli nos sentåbamos los
lo cogian todos los días y hasta por gusto.
tres. Rolen, mi vieja y yo. La función era como un
Lo_ que yo conozco bien es esa parte de San Isidro,
cirquito de mala muerte con dos o tres jovencitas que
el barrio de la Estación Terminal de Trenes, la muralla
bailaban haciéndoles gracias a los jóvenes de la pri-
de La Habana. Ésa es La Habana de mi niñez: muy bo-
mera fila. Un lenguaje muy decente, eso si, nada de
nito y muy alegre.
chusmería nì ealpafucras. Pero yo miraba como una
Vivimos en una casa de ìnquìljnato, en una habita- boba para el techo porque me daba pena. Los ojos se
ción un poco apretada pero con buena ventilación.
me iban para arriba y el tal Rolen me cogía la cabeza
Mamá no era amiga de mudarse como los gitanos. Ella
y me la bajaba, ohligåndome a mirar a las bailarinas.
prefería la permanencia en un lugar. Mudarse es carn-
Él era un hombre simpático que nos quería ayudar
biar de ambiente y eso significaba para ella un tras-
u las dos. Y parece que tenía accionw allí o mucha
torno, porque como éramos solas y ella era una ax-
influencia porque a las treo semanas estaba yo bailando
tranjera con todo y su cubanía...
en el Tivoli, en la tanda de la tarde, como corista.
Mi cuerpo se prestaba y oía bien la música. Nunca
me lui de tono cuando hice pininos en el canto. Nunca me
A los nueve años ya yo tccleaba algo de piano y
cui, nunca cometí un equivoco grande, ni se me olvidó
bailaba rumba. Eso nació con mi naturaleza.
un solo paso.
En la escuela me diatinguia siempre por encima de
El escenario aquel lo conocía u las pocas semanas
las otras. Me decian la estrella. Y yo me lo creí. En
como la palma de mi mano. Tan es así que despunté
todos los actos yo bailaba o tocaba mi numerito o rc-
enseguida. cogiéndole el gusto, claro, y fui la primera
citaba. Siempre lo hacia bien. Desde entonces gusté,
bailarina de la compañia. Con trece o catorce años pero
desde niña. Se me pegó la costumbre del mundillo de
con cuerpo de mujer. Las maestras de mi infancia me
los aplausos y (qué bien, qué mona, qué figuritas y
cuando vine a ver estaba inoculada con el virus fatal llamaban de vez en cuando para que yo hiciera mi pa-
del artista. pelito en la escuela y yo iba. Hacia de niña, de galle-
guíts, de operåtìca entonando arias. ¡E1 diablo y la vela!
18 Mrcuai. aunar canción es ascaar. 19
Un dia una de ellas, no sé por conducto de quién, Me hice un ropero más o menos con dignidad y muy
se enteró de que yo era profesional y fue a mi casa a coqueto.
darle un escándalo a mi madre. Se sentia en el deber ¡Qué miedo tenia la vieja que la niña fuera a
de hacerlo. Aquellas mujeres beatas de cuello` alto eran desembocar mal! Una vez cantando yo un cuplct, no
anticuadas. y mi madre no. Mamá tenis un sentido recuerdo cuál, me grita un joven: qTiratc, muñeoab
práctico, moderno, del vivir. Yo me quedo perplcja con el tíratc aquel. ¿A qué
Pues va la profesora y empieza con el dime que te se refería? Le hago una seña de negación. Y se tira
diré y el torna y vìra. Y lo único que recuerdo es que él y me agarra las piernas en medio del número. Lc
mi madre la sacó a caja deatemplade de aquel cuarto. di un soplamocos delante del público y cerraron las
Hizo bien porque yo estaba en mi juicio ›y todo lo que cortinas. Como todas las artistas cuentan su primer in-
hacía era por mi voluntad. Bailar de joven no es malo. cidente, éste fue el mio. Y ése fue mi primer enamorado.
Lo malo es servirse del baile para comerciar. Pero u
esa vieja no habia quien la hiciera comprender. Además,
ella no nos iba a pagar la luz, ni el alquiler. Ahora es y yo me asombro mirando atrás y lc-
De entonces acá yo he sentido siempre un ¿ran res- yendo las cartas, las cartas no, las alegrias, las noticias
peto por el artists que se las ha visto negras. Y no que me mandaba mi principe.
he sido de esas censoras del mal público que se visten Qué extraño sentimiento, cualquiera diria que yo
de pecado, esas damas católicas, esas... estoy loca; en ese baúl hay residuos de°'equellos años:
Jamas me ha gustado quitarle a nadie su ilusión. 1902, 1903, 1904, 1906... (Magoon. sì, era Magoon.J
Porque una ilusión cumplida vale cualquier cosa. Si
no, pregñntenmelo s mi, que he sido en la vida lo que Julio 14, 1906.
mi ilusión me pidió, desde niña. A lo que más te pareces es a una rosa. Vaya esto como
Antes de entrar en cl Tivoli yo fui una niña in- una declaración de amor.
genua, bitonga. Eusaaro
Luego alli me curé de muchas cosas. Abrí los
ojos al mundo.
Llegaba por la tardo y ensayaba mi poco, salía,
comia una fritura y a la función. Mamá detrás de mi
todo el tiempo. Yo creo que ella tenia miedo a que me
violaron o nie maltratarau.
Empecé a comprar ropa: lamé, sedes, vestidos de El Tivoli era un teatro de mala muerte que habian
guaraobera, de noche. levantado en Palatine. Año 1906, si mal no recuerdo.
Yo fui mucho. Los hombres de aquellos años teniamos
20 rncuar. amm-:'r caución na aacasr. 21

que entretenernos en eso. Y yo fui siempre muy dado -Si, cómo no, yo siempre soñé con ser soprano.
a las mujeres. Rachel empezó allí de corista, de co- pero ya ve.
rista mala. Bailaba, una niña todavía, durante los dias -¿Qué 6 era le gusta?
de feria, y luego en el tiempo muerto se iba a reposar de -Todas, lion Jacinto, todas. '
la manera más recatada, or su uesto. Recogió alguna -Pues, ííjese, yo me quedo con Andrea Chéníer.
plata allí y se lar ó. ¿åìmo ll, ó al Alhambra?, no ¿La ha escuchado, Rachel?
sé; una mujer podia llegar al lähambra por muchas -Si, ¿a la primera tijple, dice usted?
razones. Rachel llegó, eso si. Y despuntó, como se dice, Y así las cosas çjue e ocurrían a esta mujer de
que levantó cabeza y salió a flote. joven, porque luego e la viajó y se pulió bastante. Pero
Hacia las tandas al final de cada función. Las tandas volviendo a lo de hembra, yo, para ser sincero. pre-
queria decir menear el culo al cierre de la obra de fería a Luz.
cada noche. Tocaban un danzón muy elegante y uno
cruzaba las manos para escuchar en el más absoluto
silencio, daban la obra luego y cerraban con una rumba
de cajón que bailaba Rachel como única figura feme-
nina. Lo hacia de pareja con un tal Pepe.
La fama de esta corista creció como la espuma.
Todos los hombres la deseaban menos yo. A mi me
gustan las verdaderas mujeres cultivadas y lo de ella Eusebio me dio muchos dolores de cabeza. Estaba yo
era un barniz malo, de ocasión. muy jovencita para esos torbellinos. Pero él no escar-
Se cuenta, vox populi, que una noche el gran es- mentaba. Me seguía la pista constanteinente. Yo me
critor cspañol clásico de las letras en lengua his ana
y ortodoxo en su materia. Don Jacinto Benavente, llegó movía, él se movía; yo me sentaba. él se sentaba. Así
a una función del Teatro Alhambra y parece que al cra de meloso.
viejo le gustó porque entró en los camerinos y les mandó Me acostumbré a amar como una tonta. Mi madre
flores a las artistas principales. Unas margaritas del nos dio por incurables y nos dejó solos corriendo la
Japón para Rachel y muchos besos, como es costumbre gran aventura.
en las relaciones entre escritores y artistas.
Ella, haciéndose la dadìvosa _v que lo era, no era Así nació la única pasión pura de mi vida.
rual educada no. al contrario, vivía para los detalles... La familia de mi novio se negaba. Ellos tenian fá-
bien, le brinda al viejo un trago. él se lo toma y ahí bricas de zapatos, ingenios y un montón de cosas más.
empieza el diálogo que es de morirse. Yo no estaba viendo eso. Era él quien me interesaba.
-Usted es una mu'er muy atractiva.
-Y usted un caballero que mima a las damas. Pero ellos creían otra cosa. Y me hicieron, nos hi-
-Me gustaría que visitara la tierra de Castilla y cieron, la vida imposible: un collar de lágrimas fue
que fuera a Cataluña a actuar. aquella época para mí.
-Yo se l'o agradezco Don Jacinto pero adonde yo Eusebio no faltaba un solo dia a la función. Todo
quiero ir es a Europa. por verme, claro. Me traía regalos, me mimaba, era
El viejo se da cuenta y cambia la conversación.
-Rachel. ¿le gusta lá ópera? mi ilusión.
caución or: mrcarzr. 23
22 mount. Banner

Un día hubo un fuego en el teatro y por poco me


quemo hasta cl pelo.
Eusebio se puso furioso porque él ya venía con la
letanía de que yo me fuera de aquel lugar, y mc sacó
de allí unos dias, sin el consentimiento de mi madre. Lo mandaban al campo, a ehequeos de dinero y otros
Todo oculto. En vez de ir al teatro nos ibamos para asuntos. Me lo aislaban. No podia escribirle porque
las playas, el Chivo y otras, y alli haciamos de las no sabía a dónde. No tenía mensajeros ni terceras per-
nuestras, en la arena, en el mismo mar. sonas. Nada. Estaba en una desventaja total. En
Vivimos el verdadero libertinaje. Fuimos felices los un pozo.
dos solos. Pero mamá se entera y forma el gran ba- Se me quitaron los deseos de trabajar. Las cosas me
rullo. Entonces yo, por complacerla, volvi al teatrico. empezaron a salir al revés. El Tivoli no me llenaba.
Eusebio comprendió el problema y no por eso dejó Yo vivía presa en la emoción por ese hombre, aislado
de ir a verme. Al contrario, se volvió más loco por de mi. Me pasaba noche y día pensando en él. Y todos
mi todavía. Pero de matrimonio nada. Los padres de los pensamientos me los guardaba, eran cosa oficial
él negados hasta la pared de enfrente. mia. Nada de chismecitos a otras muchachas, ni menti-
rillas. Ese amor era mio y todo lo que tuviera que ver
con él yo me lo reservaba.
No me han gustado nunca las mujerm breteraa, las
ulardosas. Ese elemento no es de buenos sentimientos.
No quieren a nadie. Pregonau los amantes como una
mercancia y se cuentan unas a otras vida y milagro.
Noviembre 25. 1906. Ése, a mi sano entender, es el mayor pecado de una
Amor mio: mujer.
Eusebio... su historia, fue mia y de él. Ahí no tuvo
Los días sin tu presencia no tienen sentido para mi. i\o
te pido que me escribas porque sé que no me llegarán que ver más nadie. Al menos en los asuntos interiores,
las cartas. La distancia me une a ti. Dcsespero. porque como fue una historia fatal y pública la gente
Eusssro supo más de lo que debia, desgraciadamente, desgra-
ciadamente.

Los periódicos contaron hasta el más minimo detalle.


Fotos y entrevistas.
24 mcum. mamar canción oe ascuar. 25
A mi no me tocaron. Yo me reeogi en casa de al- Me preguntó si yo lo amaba. Y yo le dije que ei.
guien, no sé. Que lo queria. Entonces me entró a besos acalorados.
La ciudad toda se removìó con el suicidio y las fa- Me mordia, me abrazaba. Yo me extrañó pero no lo
milias pudientes, los Casanova, los marqueses de la quise enfriar y él siguió y siguió.
Real Proclamación, los Montalvo, se dìstanciaron de Todo muy bien hasta llegar a mi casa.
la casa de Eusebio, de su madre y su padre. Ésa es la Nos bajamos del automóvil y él me acompañó hasta
aristocracia. Adentro todo, pero cuando algo se descubre, la puerta.
a correr y tapar. Es una falsedad que no tiene nombre. Ya en la puerta me lo contó todo. La asturiana, 11110
No recuerdo la fecha en que Eusebio se suicidó. El tenia un cuarto en la azotea de mi casa, le había faci-
aïio sería el siete o principios del ocho. Lo que es dia litado el lugar para que él y yo nos quedårnmw Bm
y hora y detallitos no puedo. hasta las doce de la noche. Esa asturiana era algo muy
Yo me horroricé tanto que perdi la memoria y el serio, amiga de mamá y medio madrina mia. Pero yo
habla. Y nadie me compadeció. Al contrario, me creían no me hice la niña tonta, ni la desprevenida.
culpable. -Hasta mi propia madre, después que aguantó Subí porque estaba enamorada de mi novio y porque
la vela tanto tiempo, me lo echó todo en cara. otras veces nos habiamos pasado horas y horas enteras
¡lnconsecuencias de ella! juntos en un mismo lecho. Yo me acordé de todo. Esos
momentos en que a uno le pasa por la mente un historial
de cosas. Pero lo superé y dije para mis adentros: «Tú
Habíamos ido por la tarde a los baños. Las playas eres una mujer entera y estás enamorada, no temas@
de Carneado les llamaban. Unas pocetas calientes, deli- Eusebio no hacia más que repetirme: «La edad no
ciosas, adonde iba todo el que asi lo deseaba. Nosotros, importa, cariño, el amor no anda mirando eso. ¶\1Í¢1'°
con tal de escabullirnos, nos metiamos alli a cada rato. que hoy seas mía.›
Luego saliamos a tomar cerveza y a bailar. Me ablandó completamente. Yo me sentia distinta.
En las playas tocaban unas orquestas un poco chi- Ya no era cosa de juego. _
llonas pero divertidas. El deseo me enardecia.
Como yo era profesional de la danza, Eusebio se Fue la noche más feliz de mi vida porque me en-
cortaba y no bailaba como debia hacerlo un hombre tregué al amor.
que quisiera complacer a una muchacha. Él se ponia Eusebio me desfloró con sangre y todo- Í-1016 I
tìeso, rarísìrno, y miraba hacia todos lados. El típico lágrima suelta, me bañé y nos fuimos de alli, asuatadí-
bailador pacato. El timido. simos los dos.
Cuando el sol bajó, nos fuimos. Mi novio tenia un La asturiana nos esperó abajo. Yo me tapó la cars
Rolls Royce color obispo, descapotado. Le habia cos- con una toallita, por pena y porque la asturiana esa era
tado veinticuatro mil dólares en Paris. uno de los bichos más feos que han pisado la tierra.
26 stroum. aanm-:r canción oa nrcn 1-11. 2?

Tenia el pelo amarillo y unos vellos largos en la bar~ El declaró luego que Eusebio Ie habia dicho que
billa. Mamá, ni pizca del asunto. cometeria esa imprudencia si no le dejaban ver a su
A todas éstas, el Tivoli me robaba cada dia más mujer,'a mí.
tiempo. Una mujer de mi calibre era apetocida como Más nunca pasé por esa calle. Mi vida quedó hecha
oro. lrìzas. Mi nombre por el suelo y el prestigio de él,
Eusebio y yo seguimos. Carla dia más amor, más que era noble y remero del Yacht Club, igual. Fue una
besos, más... tragedia griega entre ambos.
Hasta una noche que empiezan a salirmc unas man- Lo único que quedó de todo fue una carta sellada
chas en la piel y mareos. Cuando le dije que estaba donde Eusebio de-cia:
en estado me apretó y me felicitó.
Y se lo fue a decir a su señora madre. La muy perra Racha: te quiero.
le puso una cara que ni el mismo diablo y el ruuchn-
cbito vino a mi sin consuelo. Mii fue donde comenzó
el drama. Que no y que no la vieja, y él que si y yo A Mariana Grajales la tengo pegada en el escapa-
que si. rate y le pido. Esa mujer fue la madre de Cuba. Una
Mamá, ignorante hasta donde yo, más o menos, verdadera santa. La Juana de Arco de América. ¦Ay,
pude.
Marianita, tenlo en la gloria y cuida mi_patria!
M cabo de dos o tres meses me llamaron a un mé-
Ahí se resume mi vida, que es muy triste.
dico. Áborté un varón de seis meses. La placenta se
me pegó y el doctor tuvo que sacãrmela en peclavm.
Fueron horas amargas de mi existencia.
Segui bailando. Ahora en la tanda de noche. Y él
se onelaustró, o lo enclaustraron. Esa madre que era
el demonio vestido de mujer. A los pocos días de mi
aborto apareció la foto en La Discusión. Eusebio se
había mudado para una casa que tenia su hermano, Ella quedó ronca por un problema sangriento que hubo
una casa para los amorios, y alli una tarde, frente a por medio. Ronquita, ronquita. El dueño no la pudo
obligar a que siguiera cantando. Por eso pcrfeccionó
un espejo, se degolló. Fue en la calle Estrada Palma, la parte de danza que ya conocia y pasó el temporal.
en el barrio de Jesús del Monte. Yo no hablaba nunca con las estrellas de alli. Un
En lugsrde matarse con un rifle, o una escopeta, taquillero no entraba en confianza con el personal ar-
seleccionó un cuchillo de cocina y con eso mismo. El tístico. Me gusta la individualidad. Rachel parecia
hermano tenia un saloncito de armas para la ristra de rlecentica. Todas alli eran rnuobachitas que se ganaban
pájaros, y las había escondido todas. la vida en el menea ese, pero eran buenas y amables.
citación ns sacan. 29
28 mou:-:L aaannr
manos en la cintura o con una mano por el pelo, como
La verdadera tanda estaba afuera, después del último
sbow. El Tivoli me trae malas pulgas. Estando alli acariciåndolo.
agarre la fiebre amarilla y me salvê de milagro. Ése es el juego de las manos, mas o menos, porque
los otros pormenores, el cuerpo entero, la voz, que tiene
que estar bi importada, la dicción, frases bien hechas
y con claridad, el entrecejo, la cara, eso va acompa-
ñado del mensaje, ya sea triste o alegre.
Para conocer y dominar esas regiones del arte dra-
mático no val maestros.
Las manos son el espejo del alma. Me enseñaron todo La experiencia con el público y las criticas bien
lo que una artista tenia que aprender. Unas manos que intencionadas son imprescindibles. Las criticas, no las
se administran bien, con gracia y soltura, hacen la obras de mala leche.
mitad del trabajo. Mis manos eran un encanto. Se iban
solas. Los maestros me miraban perplejos. ¢Ay, esa
niña. qué cantera, qué donair-e.›
Me fui de alli disgustada. es cierto. Tenía el co-
Yo no hacia más que lo que el cuerpo me pedia. razón partido, estaba falta de ánimo, jovencita pero
Me movía con naturalidad y más nada. Las manos había perdido al amor de mi vida.
recogidas, porque esas loquitaa que suben al proscenio Todavia boy escucbo la palabra Tivoli y me vienen
y empiezan a gesticular que parece que hacen muecas, a la cabeza un montón de cucarachas. ¡Qué horror!
esas muñequitas de cuerda no tienen nada que ver con Yo, pensándolo bien, me le be escapado al diablo.
el arte. Miro atrås y a pesar de todo lo malo, me río. Aprendí
Las manos son de carne no de madera y pertenecen a tomar las cosas con frivolidad.
al cuerpo, están regidas por el cerebro y por la vo- ¡Camp_anitas, campanitasl Me olvido fácil, no soy
luntad. rencorosa; eso lo aprendi del cubano. Somos olvida-
La mano de una mujer tiene que ser recogida. Muy dizos; nos dan un puntapié, nos embuten y al otro dia
pegada al costillar y a la cintura, no en el aire como estamos sacándolea fiestas a la gente. Eso será bueno
remolinos. o será un defecto, no sé. Mamá nunca olvidó a mi
Una mano que se mueve y otra descansando, y padre. Ella hacia de su vida una feria pero ahi estaba
cuando se usan las dos, ya sea para cantar o para mi padre, para bien o para mal. .
bailar, bay que hacerlo con mucha discreción. Sin que hablara de él ya yo sabía cuando lo tenía
Lo picaresco se hace con la mano, un flanco de la en mente. En los buenos restaurantes, cuando pasei-
mano pegada a la boca; lo triste, con las manos to- bamos en bote, en el buen vino, ahi estaba mi padre.
madas y cerca del ombligo; lo zalamero, con las dos Mamá nunca lo olvidó. Y él fue cruel, la dejó en un
C
1

30 mom-:L aamvrzr caución na aacnrr. 31


pais que no era el suyo, sin documentos, sin dinero, clases de baile. El teatro no lo iba a dejar por nada
nada. Todavia yo guardo en el cchiforrovers una leon- del mtmdo. Aquello fue un ¢impás› de unos tres o
tina alemana, que era de mi padre. ' cuatro meses. Yo tenia mi gallinita echada; unos qui-
Y lo oigo. Ofelia, que me conoce bien, dice que nientos pesos, y con ese pude navegar. Enamorados
son voces que me hago oir yo misma. Pero yo juro y iban y venian. Y a todos les daba calabazas. El ánimo
perjuro que no. Lo oigo clarito, sin narcóticos, ni bru- mio no reviviô hasta mucho después de la muerte de
jcrias. Debe ser que le falta una misa... Y no es una mi marido.
cosa enferrniza, no. Si hay una mujer sana en el mundo, El que sabía la historia me miraba con cierta des-
ésa soy yo. confianza. No habia quien dejara de creer que el mu-
chacho se habia suicidado por mi culpa. Asi es la
vida. Pero yo, carnpante y sonante, con muchas ganas
-Te pasas la vida hablando fruslerias. ¡Qué tonta de salir airosa y demostrar mi tesón.
eres! No quise entrar en grandes compañias, ni tampoco
-Tú me perdonas pero cada cual habla de lo en la zarzuela. Me ofrecieron villas y castillas, pero
suyo. yo negada. Tuve paciencia. Mi oportunidad grande
-Pues sigue asi, boba, que te van a sacar de aqui no habia llegado. Eso que esperan todas las artistas.
como bola por tronera y por idiota, por idiota. el aplauso, las luces, las flores, un pretendiente con
-Que me saquen, total, ya yo he hecho bastante. garra, estaba a mil millas de mi por esos"años. Pero fui
Y al purgatorio voy de lo que no hay remedio. ¡Que serena a pesar de mi temperamento.
me acaban de sacar es lo que yo quiero, coño! Estudió, me tranquilicé, supe recoger la pita como
el pescador. _
Mi casa se alumbró de pronto. Llegaron las lluvias
Pero nada. No me sacaron. Me fui yo por mis pro- de oro. no sé de dónde salió tanta plata. El caso es
pios pies. Ni a mamá le dije nada. Lo decidi y luego que mamá y yo decidimos ir a Europa por unos meses.
se enteró La Habana. Estoy hablando del año ocho. Y fuimos.
Tenia yo veinte años cumplidos. Acababa de salir postulado el candidato del Par-
tido Liberal, .losé Miguel Gómez. Un hombre muy tran-
quilo y muy contemporizador. Derrotó a Menocal, que
Sin trabajo, sin marido, sin apoyo social. no era más que un vive bien. Habia que verlo figurín
Corri la capital casi descalza, y no exagero. Mis con chivito y bastón. El tipico hombre de negocios.
buenas relaciones y mi trato limpio me hicieron acree- Dueño del central Chaparra y de muchas ,cosas más.
dora de la confianza y el cariño de mucha gente. Gra- Por eso nos alegramos todos del triunfo de Gómez.
cias a eso, en medio de aquel ciclón, segui tomando Un triunfo sonado y merecido.
30 msnm. nsam:-r caución ne rutcuar. 31
pais que no era el suyo, sin documentos, sin dinero, clases de baile. El teatro no lo iba a dejar por nada
nada. Todavía yo guardo en el schiforroverr una leon- del mundo. Aquello fue un rimpåss de mios tres o
tina alemana, que era de mi padre. ' cuatro meses. Yo tenia mi galliuita echada; unos qui-
Y lo oigo. Ofelia, que me conoce bien, dice que nientos pesos, y con eso pude navegar. Enamorados
son voces que me hago oir yo misma. Pero yo juro y iban y venian. Y a todos les daba calabazas. El animo
perjuro que no. Lo oigo clarito, sin narcóticos, ni bru- ' mio no revivió hasta mucho después de la muerte de
jerias. Debe ser que le falta una misa... Y no es una ' mi marido.
cosa enfermiza, no. Si hay una mujer sana en el mundo, El que sabía la historia me miraba con cierta des-
ésa soy yo. confianza. No habia quien dejara de creer que el mu-
chacho se había suicidado por mi culpa. Asi es la
vida. Pero yo, campante y sonante, con muchas ganas
-Te pasas la vida hablando fruslerias. ¡Qué tonta de salir airosa y demostrar mi tesón.
eres! No quise entrar en grandes compañias, ni tampoco
-Tú me perdonas pero cada cual habla de lo en la zarzuela. Me ofrecieron villas y castillas, pero
suyo. yo negada. Tuve paciencia. Mi oportunidad grande
-Pues sigue asi, boba, que te van a sacar de aqui no habia llegado. Eso que esperan todas las artistas,
como bola por tronera y por idiota, por idiota. el aplauso, las luces, las flores, un pretendìente con
-Que me saquen, total, ya yo he hecho bastante. garra, estaba a mil millas de mi por esos' años. Pero fui
Y al purgatorio voy de lo que no hay remedio. ¡Que serena a pesar de mi temperamento.
me acah de sacar es lo que yo quiero, coño! Estudió, me tranquilicé, supe recoger la pita como
vl pescador.
Mi casa se alumbró de pronto. Llegaron las lluvias
Pero nada. No me sacaron. Me fui yo por mis pro- de oro. no sé de dónde salió tanta plata. El caso es
pios pies. Ni a mamá le dije nada. Lo decidi y luego que marnå y yo decidimos ir a Europa por unos meses.
se enteró La Habana. Estoy hablando del año ocho. Y fuimos.
Tenia yo veinte años cumplidos. Acababa de salir postulado el candidato del Par-
tido Liberal, José Miguel Gómez. Un hombre muy tran-
quilo y muy contemporizador. Derrotó a Menocal, que
Sin trabajo, sin marido, sin apoyo social. no era más que un vive bien. Habia que verlo figurín
Corri la capital casi descalza, y no exagero. Mis ' con chivito y bastón. El tipico hombre de negocios.
buenas relaciones y mi trato limpio me hicieron acree- Dueño del central Chaparra y de muchas cosas más.
dora de la confianza y el cariño de mucha gente. Gra- Por eso nos alegramos todos del triunfo de Gómez.
cias a eso, en medio de aquel ciclón, segui tomando Un tritmfo sonado y merecido.
' canción na aacmzr. 33
32 mom'-:L aaamrr
El capitán me regaló una pulsera de plata de Vera-
Salimos del puerto de La Habana en el mas de fa. cruz con un ónix en forma de corazón. Yo lo acepté
brero de 1909. Era época de frío y el barco zarpó un porque era el capitán. Si no por nada del mundo. Hay
dia en que la temperatura bajó como nunca en esta isla. que saber aquilatar los obsequios. Yo los acepto cuan-
¡Qué emoción! Salir una de aventura es lo más cris- do llegan acompañados de la admiración, no cuando
pante que hay. Pasamos dias y noches enteran en ese vienen cargados de lujuria. Entonces no son obsequiok
barco. Bebieudo, conociendo hombres ricos, millona- son trampas, ganchos.
rios, jugando al póker, a la baraja española, a la m. En un barco se lcc mucho. Una joven como yo,
lata... una vida de princesa india. Yo me pellizcaba no acostumbrada a la lectura, se aburria. Yo me aburri
el muslo para cerciorarme. horrores.
Me rocê con lo mejor de La Habana. Nadie tenia La noche es preciosa en eslribor, pero muy fria. A
que saber quién era yo ni a qué me dedicaba. Por lo cada rato yo me acordaba dc Marti. Dicen que cuando
tanto jugué mi rol de gran señora, me entretuve, gocé él se fue de Cuba iba en la baranda del barco, llorando.
de lo lindo. Era dichosa después de todo. Si jugaba El diu que zarparnos yo sali y me recosté a la baranda
un número, salía. El trece o el siete, que son mis ca. igual y vi La Habana, el Morro, la Cabaña, el parque
ballos de batalla. de Luz y Caballero, toda la ciudad. Pensé en José Marti
Si me ponía un vestido más o menos ligerito todo y me dieron ganas de llorar. Es duro dejar su patria.
el barco tenia que hacer conmigo. La verdad es que Aunque yo sabia que tenía que regresar. Pero es duro,
aquel viaje me sacó a mi del pantano. durisimo. l
Llegué a olvidar las penas y sobrevivi. Llegamos a Francia y me corté el pelo. Lucía de lo
Una noche anunciaron que alli en la tripulación más bien con una melenita a lo garzôn.
había oficial que cantaba. El muy atrevido salió Francia es bellisima. Enorme. El puerto de El
a la pista y puso su uumerito. Cantó peor que un bi- Havre está siempre lleno de frutas y pescado. Parece
lletero. La orquesta no era mala, ¡qué val Un conjunto de utìlcria. Todo el mundo alli era patilludo. Hombres
¿G U°mP¢ìH!› timbales, piano... estaba bien. Yo hacia dc buena talla, y el vulgo. Unas patillas hermosas que
meses que no oía buena rumba. Y le pedi a los músicos morían en la mandíbula.
que se soltaran un poco. _-Eso que vcs allí es Paris --dijo mi madre.
T°°'“`°“ “M fllmblh muy mal tocada, pero yo baìlé Era el reflejo de Paris. Bajamos del tren con dos
en la pista. Sola, porque nadie se atrevió a salir. Fue maletas y una bolsa de cuero llena de música, por si
un escándalo. El .resto del viaje lo tuve que hacer me- acaso.
tida en el camarote, jugando al solitario y leyendo. Lo primero que vislumbré fueron los cafés al aire
'Nic tocaban a la puerta, me iusinuaban, me mandaban libre, las mesas.
noticias con mamá.
34 MIGUEL BARÑ ET canción na aacner. 35
Mamá preguntó por la Bastillu pero nadie le pudo Mar en misa y en procesión. El Sena, la iglesia de
dar razón. Nos hospedamos en un hotel de la calle Notre Dame. las castañas, la nieve de Luxemburgo, ésa
Cujas. Vivimos alli por espacio de una semana. Los «-« ln postal que me ha quedadó a mi de ese viaje a Paris.
dos primeros dias yo dormí con un frio terrible en un I.n Ciudad Luz. La Meca del Arte.
cuarto con dos camas. Luego dejé a mamá sola y me Lo importante, como digo yo, es que estuve en él,
mudó para el cuarto de al lado, con buena calefacción y lo vi todo y me quedó su encanto, el hálito que le sale
cama camera. Todo eso gracias a un italìanito que sc a los santos en la cabeza. Eso es mas grande que re-
llamaba Pietro y trabajaba en la carpeta. Un gran amigo «order como una idiota el nombre de las calles, la
de Cuba, de la música nuestra. iglesia tal o la cual...
Esperåbamos el dinero que debia mandar mi tía En menos de ocho días vi más que lo que uno
desde Viena. La calle Cajas es estrecha y empinaåfl- ns cn un año. Pietro me cogió por su cuenta y con él
Muchos bares y negros a montones. me paseó todos los museos importantes de Paris. A
Me fascinó Paris. A dos cuadras de mi hotel es- los italianos les encantan los museos y las reliquias.
taba el Jardin de Luxemburgo cubierto de nie". Y CH- Por eso fuimos al Louvre tres tardes seguidas. Cuando
minando por la avenida hacia abajo, el rio Senl. “Gili- _~aliamos de alli yo no podía casi caminar porque los
loso y romántico. En las orillas del Sena fue donde pies se me habian hinchada una barbaridad. Asi y todo
comí castañas calientes por primera vez. nos íbamos a pasar las noches a un cafe, cerca de la
¢Merci, pardon, je vous adora», 'am fueron las Ópera, donde se reunían los poetas y los músicos. Como
frases que me aprendi en los siete dias que disfruté ¡mr las noches habia frio, el café estaba cerrado con
París. cristales y la bumareda adentro y la bulla me volvían
El dinero llegó y mi madre fue a comprar el boleto loca. Ellos se leian alli sus poesías y sus músicas. Y
para ir desde Paris hasta Viena en tren. cantaban a todo lo que les daba la garganta. El italiano
En el barrio latino, cerca de la iglesia de Notre cogía una yerba que se llama chaschir y fumaba como
Dame, hay una fonda árabe. Lo más barato y lo mejor un demonio. Me decía que se sentía en alta mar y
de Paris. Es una casita de madera de puntal bajo. Está remaba y todo..., yo nunca me atreví a fnmarlo. Lo
frente al rio. Alli conocí a las muchachas del Follies que hacia era que lo olía un rato y ya con eso me em-
Bergèrc. Iban a comer cuzcuz. El dueño les tenía una bullaba yo también porque si no era el aburrimiento
mesa reservada. padre. Las piernas se me ablandaban y la cabeza me
Llegaron con unas carteras al hombro, muy estrcpi- daba vueltas por todo el salón. Esa yerba, spestosisima,
tosas, y se sentaron. ellos la cogian como nosotros hacemos con cl café; se
Eran bcllisimas. Muy bien formadas y muy aulén: rcían, lloraban con los ojos enormes, cantaban... era
dìvcrtidísimo pero al otro dia habia que tomar ácidos
ticas en su estilo. El Follies era carísimo y ni mama
ui yo pudimos ir. Además, en siete dias no se puede para curarse. A la vez que uno olia aquello y salia de l
36 MIGUEL aanNI~:'r caflcrón ni: naci-11-21. 37

allí, todo París apestaba igual. El olor se metia por questa y todo lo que Dios manda. Era el afán de exhi-
la nariz y no habia perfume que lo quitara. Un dia, al Irieìonismo. Ya los aviones existían pero quedaban los
salir de aquel café, se me ocurre cantar y cantó con ¡myasos en los globos de colores. Era un riesgo ir tan
una vocecita de soprano, afilada, como yo nunca la ollo y sin motor, ni frenos, ni timón. ¡A mi mc entraba
había tenido. Eso fue un milagro de oler aquello nada una cosquillal Hubiera dado la vida por volar treinta
más. Pietro se reía como un idiota porque a la noche minutos en uno de esos aparatos.
siguiente la voz no me salia ni haciendo un esfuerzo. Eso lo vi en Viena con un frio aterrador.
La noche que mamá y yo cogiamos el tren para Viena Mi tia vivia entregada al comercio. Hacia la ins-
me tomé unas copas con el italiano en al mismo bar pección de la bombonera todas las tardes. Las empleadas
de la estación. Fue la despedida nuestra. Pietro se le cogieron fobia. Cuando yo llegué, una de ellas me
paró junto si coche y yo desde dentro lo veia. Sentí preguntó si yo me quedaba a vivir allí. Mi madre se
una cosa extraña, como si fuera a llorar, me imagino dio cuenta y contestó que no, que nosotras estábamos
que por las copas que tenia. Lo que si sé es que a él de paso y que viviamos en Cuba.
no lo veia solo; tenia un montón de gentes detrás y se La muchacha se sonrió como sintiendo un gran ali-
parecian a los del café. Ahora, yo nunca supe si fue vio por mí. Pienso que de haberme quedado alli s
una ilusión óptica, si yo estaba borracha o si esa gente. trabajar mc hubiera convertido en la esclava número
en efecto, estaba alli. Nunca supe. uno de mi tía. Los húngaros son gitanos por naturaleza.
Paris me embobeció. Y cuando llegamos a Viena» Les gusta andar tratando. Mamá en Cuba. Mi tia
todo me parecia pequeñito, reducido a una mínima en Au-stria. Y otros tios y tias que tuve regados por
escala. el mundo.
Viena es la ciudad soñadora, triste pero soñadora. Aquel viaje fue un delirio. Recuerdo el campo de
El edificio de la Ópera tiene la lámpara más grande Austria. blanco y con vetas verdes. Las casitas de tejas,
del mundo. Después yo oi decir que Caruso la bamho- amapolas y macetas en las ventanas.
leaba con el agudo. No lo creo. Aquella lámpara ers Austria es fria. El aire helado se mete por los poros,
un primor. y las orejas y la nariz duelen nada más que de tocarlas.
Mi tia se portó muy bien con nosotros. Noa llevó Odio el clima frío. Me hace sentir inútil, tiesa y
al teatro varias veces. Nos vistió y nos calzó. Era una Ir-mblorosa. Mamá soportó mucho más que yo por
mujer rica, casada con el dueño de una bomhoncria su origen. Nunca le pregunté por qué diablos se le
muy reconocida en Austria. había ocurrido hacer cl viaje en pleno invierno. Fue
En aquella. época a la gente le habia dado por una prueba de campeona para mí.
volar en globos de tela. Austria, Viena más bien, es un lugar para el buen
Yo recuerdo un parque gigantesco y unos globos vivir. Alli no se veía miseria, pordioseros, vendedores
subir con una gran faniarria, multitud de gente, or- ambulantos... ¡qué val Aquello era un paraiso de lujos.
33 .ntcust asnnsr canción oa Baca:-:L 39

El pueblo vivía bien. a pesar de las épocas dc rcsïrìvå- Rachel en El Encanto era un espectáculo. Cuando
ción. Todos vestian de trajes. Y las mujeres con som- entraba por Galiano, la puerta principal, parecia como
.“ entrara una tropa a caballo.
breros de pana. La iglesia era muy concurrida. Los
Los muchachos se quedaban borìuiabiertos, porque
domingos eran días de recogìmiento, días para dar un f-lla sonsacaha sin malicia: cosas de as artistas.
rodeo por el parque, ir a la iglesia. Y PHSIIY el “SW Los amantes y el desperdicio moral son otra cosa.
descansando junto a la estufa. Luego vino la guerra y Ilf- oso yo no sé.
todo aquello se vino abajo, según dicen. No puedo hablar. Yo era empleada de alli y más
mula. city, prirnor, bús-came un tono que me sienten,
pagaba lo que fuera y se iba saludando: cñdìôs, niñas».
Ya debe estar muerta, o al borde de la muerte, por
vlcja.
Austria me maravilla. Es el país soñador por cx-
A no ser que se conserve en un Irasco de formol.
cclcncia, amante de la buena música y del arte.
Alli se estrenó La Viuda- Alegre.

No he sido -una mujer de hábitos, quiero decir, una


mctútlieu. Mc han cnloquecído las giras, andar tro-
Dicen que Dios le da barba al que no tiene quijada, 1.'
es verdad. iamdo, ver lugares hermosos, conocer personas de dì-
Ella misma, vieja y todo, arrugada y todo, veslia Íerenles caracteres... Pero cuando pasaron los meses
como la primera dama. Era la fama. no el prestlgto v aquel frio y aquella lengua que a mi no había ma-
sino la fuma. nera que sc me pegara, y mi madre ncuråatenica, me
Yo diria ue estaba obligada a esos manejos. .Para f-nlraron deseos de volver. Mi tia salía a menudo con
ella, entrar til Encanto vestida de un color y salir dt' .¬u marido y nosotras nos quedãhamos en la casa oyendo
ulro eran la misma.cose.
música, porque el frío nos indisponía.
El Encanto le gustaba por los perfumes franceses
y los sombreros. Esa noche, que ahora me viene a la monte, mamá
Gordìtu y bajìta, con aquellas pamelas de pfllfl iia; preparó un té bien caliente para cuando llegara mi tia.
liana ribeteadas con cintas lila y creyón sol. ¡Que Puso In mesa preciosa, con aquellos tapetes de hilo y
mujer tan...l .-tqucllas cucharitas de plata. Mi tía llegó y se sentó
Dicen, a mino me crean. que era una hija muy dc- 1-un su marido a tomar el té. Nosotras esperamos que
vota. Pero a la madre no la enseñaba mucho. nl menos
él subiera a acostarse. No sabíamos cómo decirle a
yo no la conocí.
¿U ancuar. msnm'

mi tía que estabamos locas por volver a Cuba. Mami


y ella hablaron en su lengua mucho rato. Yo estaba
tan nerviosa que se me olvidó tomar el té, ya helado.
Mi tía me arregló la bufanda y me tocó la nariz con
sus dcditos frios. Me dijo en un español que ni los
vhinos: ¢Frio, mi niña, mucho frio» Mamá me miró
y parece que lo comprendió todo al pie de la letra por-
que me dijo: «Mañana le estoy pidiendo a tu tía que
nos saque el boleto de vuelta». `
Yo no sé por qué la cabeza se me llenó de cosas.
Veia La llahana clarìta, las calles, los teatros, las CAPITULO II
playas. ¡Qué alegría me dio saber que iba a regresar!
Dejé a toda aquella gente sin pena alguna. Fueron a
despedimos y yo no lloré ni nada. Me senté en el tren
que nos llevaba hasta el puerto, bien cómoda, y vi a
mi tia, a su marido y a las muchachas de la homhonería
con los pañuelìtos, y ya como si no fuera conmigo. Mc
puse a comer caramelos para que el tiempo corriera.
Luego me dio pena portar-me asi con mis parientes.
Pero... ¿qué se va a hacer? Mi meta era llegar aquì,
a mi tierra, aunque lo que me esperaba todavía era un
infierno. El viaje en barco duró un siglo. ¡Un siglo!
llos. acontecimientos grandes ocurren a mi regreso a
Cuba. La gente horrorìzada con la aparición del cometa
Hnlley. Y la muerte de uno :lc los hombres más po-
pulares de La Habana: Yarìni.
El cometa Halley de para largo. Llegó ìncsperaåu-
mente. La Habana toda se conmovió. ,La gente lloraba
del Busto. Hubo quien murió del corazón, de infartos
y ahogo. No estábamos preparados. Un pueblo acua-
lumbrado a la retrata del maestro Roig, al vaìvén, al
pnrqnc. n la comarlrìta... No estábamos hechos para esc
znjelreo. Pero el hombre se apareció con su cola de
caballo !' a y dejó a todo el mundo paamaclc. Las
farmacia me harìålan abasto con las sales inglesas. Enor-
mes colas ch-m polos mañanas para comprar aedantee.
Nadie'--.pudo «_ ;,.:n eI_ clavo. El cometa ahi, pararlito.
111-trás de la Farola del Morro, amazando con dar un
raliazo.
Y las niñas en las azoteas con sus telescopios para
verlo de cerca. En mi casa no había telescopio y tu-
vimos que alquilar uno por diez centavos para poder
disfrutar del espectáculo.
Muchas mujeres embarazadas vieron pasar el co-
muna y dieron a luz unos niños únicos, con manchas
rojas, algunos con colita y todo, en las nalgas y en ln
espalda. Dicen que era el mismo cometa que se había
quedado reflejado. ¡Quién sabe!
:Parece melcocha, parece un majã, son un majá
rle candela», decía América, una negrita que vivia en
las bajos.
44 attcusr. asam-rr canción na ascnrr. 45
Nos acosttunhramos a tudo, nos consumos de todos los es-
'Yo he tenido siempre mucha razón. No he sido co- plcndorcs y nos habituarnos a los fenómenos más extraor-
barde. Pero como no sabia un pelo de astronomia, me dinarios; las más brillantes estrellas. los plan:-tan más her-
mosos, nos encantan todavia pero nn nos uorprcrtlien ya.
acoquiné un poco._ El cometa impresionó a Maria San-
Son de un ciclo que alumbra todos las noches, la
tísima. El mismo Gutiérrez Lanza, experto en cuestiones estrella Polar ya no es nino un loro suspendido. la estrella
siclerales, estuvo dias enteros en silencio, sin atreverse vespertino sólo un accesorio para canciones rle numrluli-
nistan la Osa Mayor v Menor únicamente protcxtos para
a poner un ojo en el telescopio. Dicen que porque tenia la erudición nocturna de la vida de castillo estival...
miedo a enlrentarse a la verdad. ¿De do vienes, a do vas?
Halley amenazó con tocar la tierra. El 18 de mayo, ¿Quién a viajar te condena sin tregua?
el dia señalado, la gente se reunió con sus familias, los ¿Qué misión lleva tu iúlgìdo lumìnor?
¿Vienea acaso a chocar con nuestro grano de arena?
novios con las novias, las madres con sus hijos, pero
nada. No tocó nada. Se fue sin chistsr. En 1935 vuelve La Discusión, 9 un uno un 1910.
a aparecer. No creo que lo pueda ver. Pero si llego
rne buscaré un buen telescopio porque como tånlas
cosas, los adelantos de la ciencia, la propia astronomia,
no hay que temerle a ningún astro.
Y menos a ese que ya se sabe que '-^ .r a hacer
estragos. [J
Yarini fue harina de otro costal. Su muerte conmovió
a la población porque fue un muchacho fino, elegante,
(I\
de muy buena familia. No un apache.
Yo tenemos ahi a Halley. fijo como un ojo, clavado en el Yo he oido muchos comentarios sobre él; gente
ciclo por las mañanas. mirando a todos tados como un ins- fatua que habla por hablar. La vida de un joven de
pector d_el infinito.
aquellos años no era como hoy. Habia otro proceder.
Few mundial, torero sin coletas.
La voz de los habitantes de la eslora de Halley tlcne Hoy lo que se llama un chulo es un triste imbécil, sin
que ser setenta cinco veces más uonora que la vos de percha, sin autoridad. El chulo madrileño es otra cosa.
nuestra gente: alli nos parecería a nosotros, si pudiéramos
oírlo. que so habla teniendo artillería en la boca. Mirando El chulo de Lavapiés. Pues más o menos asi era el
al cielo nos coge la muerte, nos envuelve en el torbellino nuestro por los años diez o quince. La palabra chulo
enorme de.la vida universal, y átomo v polvilln. nos io-
cor orantos al movimiento general, sin llegar nunca a saber es despreciativa, fea, muy fea.
nl lla que somos nl de dónde venimos, ni a dónde varnos. Yo diría que los chulos dc La l-lalntna no eran amigos
ni para qué vivimos y para qué morimos, ni que es nada
de esto o todo esto que nos rodea, pobres ciegos con ojos de buscar pleito. Ellos se entendían con las mujeres,
que no venl buenas hembras y cascos también, pero lo hacian todo
La tnseustórt, 1 ns atavo na 1910.
en cordialidad. El cubano ha sido bueno, muy gene-
roso jf complaciente.
46 Mlcm-:L sumar canción oa ascnat. 47
El chulo francés es muy distinto. Engreído, matôn, una cuchilla y que cuando peleaba con un hombre le
castigador, busoapleitos, explotador... daba un navajazo en una nalga. Todo eso es producto
Toda la famaque corre hoy en dia de Yarini es «le la imaginación del cubano.
mitad cierta y mitad invento del valgo. Criar fama en Él era exquisito.
un medio como el de nuestro país era muy sencillo. -Señorita, tenga la bondad; joven, por favor.
Cualquier don nadie de la noche a la mañana, ¡pum!
Ése era Yarinì, Alberto Yarini.
Yarini ahora es como un' santo o un guerrero. Algo
Por eso lo mataron en trio, como un cerdo.
famoso. Eso es debido a las pocas noticias reales, por-
que él de chulo no pasó. De chulo del barrio de San Es triste que un hombre muera asi, tan lleno de vida.
Isidro. Las mujeres que viven de su sexo, las prosti- Y macho más un hombre hermoso. Que el tenia
tutas, para hablar en plata, se enamoran. Son mujeres sus manejos oscuros, ¿y quién no? Que El era cómplice
de carne y hueso como las otras, lo que un poco más un la trata de blancas, bueno ¿y aqui quién no ha hecho
desenvueltas, sin tapujos. de las suyas? Pobrecito, pensar que se lo tragaron los
Yarini tuvo su harán. Mujeres loquitas por él. Se gusanos... con an ropa blanqaita siempre, su leontìna,
les caía la baba, se abrían de piernas. Yo comprendo su soxnbrerito de pajilla... pobrecito.
esa ilusión. Para' mi el amor a un hombre arrogante
es lo más grande que hay. De -los mojigatos nadie se
enamora. Pero de un tirano como ése, ya lo creo. Yo
misma sin haberle hablado nunca, sólo de haberlo visto
pasearse, ya estaba medio embelesada. Porque es que
él era algo imposible. Un tipo de varón que no se daba
fácil. Habia que rogarle. hacerle sus cuentos y sus El necrocomio de La Habana arecia un enjambre.
La gente se paraba en las barandaaa, se asomahan a las
guiños. ¡Qué época! Hoy no se ve eso. Hoy el amor ventanas, entraban... Yarini gozaba de una simpatía
es una vulgaridad. Firmar un papel, tener una porción grande en la ciudadania.
de niños, curieles, una suegra... ¡Horror! Antes las Todas las putas de La Habana se aglomeraron para
cosas no eran asi, tan en frio. Habia misterio, secreto ver salir el cadáver. Ni el Rey de Es aiia tuvo un pú-
en las relaciones. Poder decir yo vivo con Alberto Ya- blico más numeroso. Le llevaron fibras por tongas.-
Muriô a los veintisiete años, la buena edad de un hom-
rinì era muy dificil para cualquier mujer, para cual- bre para triunfar. Yo fui un amigo fiel de Yarini. Estuve
quiera. allí hasta el último momento. Le puse la corbata, lo
Uno se pone a oir las tonterias de la gente y le da afeité, lo peiné, le topé los ojos. Un muerto ue ha sido
risa. Hoy mismo, aqui en esta ciudad de La Habana, como un hermano para uno no causa asco. Él., sin exa-
gerar, fue el souteneur más codiciado de Cuba. Su leal-
el que no conoció el proceder de Yarini dice que a 'él
tad, su finura, lo llevaron a ese plano. Que yo sepa,
lo que le gustaba era rajarle las tetas a las mujeres con ella nunca lo vio ni lo trató.
48 zutcum. nutnnr - caución ns tmcnsr. 49

Las mujeres que nosotros teniamos eran calleje- Los revólveres no eran silenciosos como los de hoy.
ras. Rachel no. Rachel era pretenciosa, artista, en fin, El tiro de muerte le traspasó un órnulo, el derecho.
de otra pasta. _ Yarini se empìnó cuando sintió ell balazo; øcujorlflfit
De todos modos ella puede hablar de esos aiiol jabaor, me dijo; las putas salieron corriendo y yo me
porque es más vieja que andar a pie. Pero de Yarini, meti detrás de un muro porque iba desarrnado. No vi
de su vida intima,-nadie que lo conozca mejor que el cuando él tiró pero sé que fue cierto porque lo reco-
que viste y calza. gieron con una pistolita 38 en la mano. La única bala
El dia que murió. el dia del tiroteo, llovia a cán- que pudo soltar cogió a uno de los franceses, de Mar-
tsros. Y había frio. Un irio tipico de La Habana, con sella, por cierto, tucrto y pecoso, y lo desguavinó-
mucho viento y ráfagas. Nosotros estábamos cerca de Yo me di a la fuga; las putas igual. Luego me pre-
la Plaza esa que le llaman Caballerias, un muelle. senté en el necrocomio para atendarlo. L1 é llorando.
Habíamos ido a beber con dos puntos. Los puntos Un amigo es un amigo. Sobre todo cuariecll-il ha habido
no sospechaban lo que iba a ocurrir porque eran nue- procesos Y particularidades.
vecitas. Recién llegadas como digo yo, guajiritas del Estaba morado, la cara era un trozo de hielo, mo-
campo, todavia con olor a monte en el sohaco. Pero rado y flaco. ¡La muerte ue es una barbaridad! Me
guapas; gorditas, bien hechas, nalgnditas. dio lástima pero no asco. L familia no lo tocó. Era
Yarini me da un reloj de pulsera y me dice: una familia pudiente; padre dentista, madre de su casa.
-Jabao, te callas la boca. Una familia de La Habana, de Gsliano.
Efectivamente, cualquier cosa que se presentara, Enviaron un refrigerador para mcter a Yarini. Fue
cualquier negocio, yo lo arreglaba con él, con más lo único que hicieron. Él les salió la_oveja negra. Y
nadie. Pero parece que el ambiente estaba caldeado. eso no se perdona.
Y ya lo venian choqueanclo. Petite Bertha fue al entierro, encabezó la caravana
Los franceses son ralea mala, de la peor. jugåndose la vida.
Y Yarini se atrevió nada menos que a quitarle una Dicen que se había enamorado de él, lo cual es po-
perla al collar. sible, pero yo no lo creo. Ella fue para darle caritatc
Petite Bertha, la hembra más linda de San Isidro, a los franceses y que ellos vieran que no le temía a
propiedad de Lotot, pasó a trabajar con él. Lotot, que nada.
era un malsano, no se dejó arrebatar el dulce y fue a Todo el que en aquella época valia estuvo en el
buscar a Yarini, para matarlo, aquel dia, en aquella entierro de Yarini. Hasta el presidente de la República,
esquina. el señor José Miguel Gómez. l'-103' lb
¡Casuslidadcs de la vidal Me tocó a mi presenciarlo El cortejo salió de La Habana. La gente a pie detrás
todo, hasta vi la bala que se lo llevó. de las coronas. Los balcones repletos. Parecía un día
Hace casi sesenta años de eso y todavia me corre de luto nacional. Yo me quedé pasmado porque cuando
una cosquilla por las piernas cuando pienso en aquella sc trata de un hermano de uno, esas cosas duelen más.
balacera. . Llegando a la Calzada de Zapata los souleneurs
Yo me dejo cortar la cabeza si no fueron más de tra franceses empezaron a buscar rencillas. Se formaron
los que lc tiraron. Encaramados en las azoteas de la cn bandos, con pañales en los bolsillos. Qucrían ven-
calle San Isidro, en las casas, o en los balcones, pero garse de la muerte del marsellés matando a uno de no-
más de tres porque aquello sonó a guerra. sotros. Yo hubiera sido un blanco perfecto para ellos.
50 mcusr. sssmrr _ canción oe merma. 51
La olicía hizo un cordón, pero ni así. La reyerla bolsillo. Yo no ei: más nada. Ni quiero acordarme. Soy
fue viollimta de todos modos. Yo me escondi detråe del inocente.
coche fúnebre y gracias a eso estoy vivito 1 haciendo Además, dejen reposar al pobre muchacho, que bas-
el cuento. Pero a la Petite Bertha le hirieron un seno. umte tiene que estar penando, déjenlo reposar.
Así, sangrando, llegó sl cementerio. Eso es lo que
se llama una mujer.
_ Las coronas volaron, hechas aiìicos. La gente se
drspersó por las calles de tierra del Vedado, pero al
cabo de la media hora el tumulto estaba otra ver orga-
Iiìlfiåo- Había que enterrar al hombre por encima
de los tiros y las puñaladas. Y se hiso, con la ayuda
dc Dios. Esta ciudad envuelve. La cubana parece que camina
Los periódicos contaron los hechos como cuentan' vn el aire, no por el pavimmto. El cubano Somo!
siempre los periódicos, lo que lea parece bien. ser-es dotados para la ielicidad pasajera. Una muerte
Esa muerte se puede decir ue fue sentida. Luego no la esperamos, un accidente tampoco. Por eso la gente
vinieron Chihås, Rita Monta.ner,qHenny More, que tam- es lan sentimental y lloran y gritan y patalsan si ies
bién han tenido entierros muy concurridos. Pero como ocurre algo que no esté en el plan del día.
el de Ysrini, ninguno. Si no que lo diga la Bertha, que A mi este pueblo me maravilla. Es lo que se d en
vive todavia en la calle Condesa, más vieja que la
Cabaña, pero conservada. llamar un pueblo alegre, que vive en-un paraiso y se
olvida de la otra parte, del infierno. Bos pueblos así
son admirable-s. Hay pocos con ese don. Todos lle-
vamos una especie de optimismo fatuo; el pajarito que
canta en la tormenta. Aquí lo peor se-arregla con el
tambor y la cerveza.
Äyer y hoy. Ése es un destino. Un gran destino
B_ertha_ a secas. Mi apellido nunca lo pudieron pronun- porque si no mi pobre gente estaria desvsnecìda, sin fc.
ciar bien aquí. Ea largo y dificil: Chateaubriand. Pero Yo al llegar y encontrarme el floreo este, la calle bu-
yo hago que me digan Bertha solamente. llanguera, los parques llenos. los teatros de variedades,
Lo que quiero es rnorirmc. Que vengan a sacarme el mismo arnbìte de barrio, me volvi a entusiasma:
de_aqui. nda as: no la resisto. Es de perro. Yo
quiero morirme. y como la cosa se puso fea para la vieja, empecé a
bus-car trabajo.
Perdí la memoria para los detalles. No tengo fuer-
zas; ni levantarme de este sillón puedo ya. Estoy llena También porque a mí lo que me corría por las venas
de venas, soy un desperdicio. era música, como s Schubert.
Lo único que puedo declarar es que él dejó un luis, Una persona adicta al ritmo, con buen oido, con
un centén y cinco peace. Es todo lo que tenía en el figura y deseos de gustar, tenia ganada la mitad del
-'_f¡ |_;f_ LA lÍÉPUBLlC›'\
` 'II In ¡ H-_ .'.r¦'.`±Í_L ri-li-"'*"iGo
52 Micuar. asaasr citación ns iutcax-:L 53
camino. Luché como una fiera. Me tiré a,la calle. ¿I Un dia fuimos a un bailecìto de disiraces. Él se vistió
teatrico de Palatine no volvia ni por un tesoro. Yo asf- de holandesa, monisìmo que lucía, y yo de curro.
piraba a la representación. Bailar, cantar un poco 1' llicimos el gran papel de la noche. La casa se al-
sobre todas las' cosas, representar. Me busqué un ami. horotö. Me aprendí unos bocadillos y el curro me salió
guita que iba conmigo a los teatros por la noche. Re- pintado. Luego en el Alhambra hice el curro muchas
corríarnos La Habana entera: el Molino Rojo, cl Ál- veces, acordándome de aquella fiesta. El mismo Adol-
bizu, la Comedia, todos. El amiguito, con tal de -salir iìto me llevó de la mano hasta el estudio del Sevillano.
conniigo, me pagaba la entrada y las comidas. Luego un gran profesor de baile que hubo en La Habana. _
nos scnlåbamos en el Prado a contarnos nuestros asun- Alli fue donde por primera vez estudié con sistema,
tos. Yo casi muda, era él el que tenia la cabeza llena horas enteras agarrado a una barra, alsando las piernas.
de muaaraña, pero sabia, y yo estaba en el deber de Cuando terminaba dejaba un charco de sudor en el
escuchar. No se me iba un solo detalle. En algunas piso del lamaiio de un sartén.
cosas yo me atrevía a 'darle consejos. El Sevillano no tenia esperanza en mí. como corista
El pobre tenis un amor por medio que no bahía quiero decir. Él me decia que yo era una rumbera
cusjado; esos amores que ni son un verdadero romanos nata. Pero no bailarina. Yo no le prestå atención. Lt!
ni tampoco un entretenimiento porque una parte adora rpondí:
5' la otra se deja adorar. Pues mi amigo era muy ino- --Limitese a enseñarme la técnica, el resto lo pongo
cente. Se enarnoraba a primeva vista, sin tomar en o. '
cuenta la calidad de la gente, su origen, su proceder. Y Ésa, creo, era la respuesta adecuada de una artista.
Yo le decia que pensara bien las cosas pero como si A veces los maestros no ven el genio de sus alumnos y
fuera con la pared. Todos los dias era un llanto y una los desvian. Por eso yo me llevaba tan bien con el
comedia. Infeliz criatura. Esos ángeles se dan todavia. Adollin, porque él siempre me dijo:
.ådolfo me pintaba, me enseñó a sacarme las cejas, -Rachel, tú eres una actriz; tú no hagas otra cosa
a peinarme sola, a hablar inglés... Le llegué a tomar que eso.
afecto y él a mí, para decir verdad. Gracias a esa amis- Adolfo veia solamente un matiz de mi persona. Él
tad conoci a muchos bailarines, a coristas, a empresa- me quería como una trágica, o uns figura de carácter.
rios. Yo nunca me atrevi a entrar sola en un teatro. Yo siempre lo dejé en su idea. No quise deailusionarlo.
Adolfo me regalaba algo todos los meses. Pañuelos, pero lo que yo llevaba dentro no era eso; aunque el
creyones, medias. Él fue el que me hizo ver Io buena me conocía bien, ahi falló. Yo no era solamente una
hembra que yo era, lo atractiva. actriz. como decir, en ciernes, sino lo que fui y por
-Mírate bien, estás perdiendo el tiempo, tonta. lo que me recuerda mi pueblo: una vedette all around.
Pero tenia un defecto: celaha como un caballo.
Hombre que se me acercara, hombre que él repudiaba.
54 zmnnm. nmrmr

Para mi es una mujer sin edad. Y con mucha juventud


dentro.
Iovìal, una señora jovìal.
Aquí la llaman todos los dias por teléfono, jóvenes
y entrarlitoa ya en años.
San horas y horas pegada al aparato. Yu no sé
qué le dicen, sobre todo el que llama a las cuatro, pero CAPÍTULO III
ella le cuquetea 3-* se ríe. con él.
No lo deja entrar a Ia casa porque su marido actual
es muy celoso. -La cala con sus uclmnta años. Si es que
u eso se le puede llamar celos porque yo le diría más
bien enfermedad. Hombres a quienes se les debilita
la corteza cerebral y no prugtaan.
Yo una vez le pregunté:
-Señora, digame, sin compromiso, ¿qué edad usted
llene?
-La misma que lu madre cuando te parió a ti,
atrevida.
Yo no esperaba aa respuesta porque 'Ia señora mm
todo 'y su vida es una mujer muy comedìda.

\
Adolio conocia todas las tácticas y los trasfondos del
u|u_11do artistico.
El pobre, nunca llegó a nada, su aspiración se vio
lronchada.
Trahajaba en un café cuando lo que él soñaba era
-«er bailarín. Pero así es el destino. Todo lo hizo por
y para mi. Ya que él no llegaba, llegaría yo con su
ayuda.
Me puso todos los recursos que encontró. Pero
siempre dirigidos a convertirme en una actriz de ca-
rácter.
Ensayabamos juntos, improvisando una escalera con
un bosque detrás y unos bancos de mármol que hacía-
mos con cajones de bacalao. Adolfo entraba con una
túnica blanca y preguntaba por mí. Entonces yo, aga-
ehada detrás de una columna-deshollìnador, conteataba
<-omo una gotica celosa.
-Aqui estoy, querido.
Ése era el comienzo del primer acto del vodevil
Marco Antonio y Cleopatra. Cleopatra, claro está,
era yo.
No buscålxarnoa público porque éramos principian-
tes y Adolfìto, en el fondo, tenia miedo a que se bur-
Iaran de él.
Esos desahogos íntimos me ayudaron a desenvol-
vorme como actriz y a memorizar libretos largos. ¡La
memoria, una traìdora...l
58 sncuar. asansr I csttctón oa sacar-:L 59
Toda una rctahila de sketches, de obras oláaie tt-ndamos sin entrar en pormenores de ìncumbeacia
como Hamlet, de vodeviles, dos zarzuelas, eran el rm' personal. I
pcrtorio nuestro. -No, yo lo que quería decir era...
Luego nos agotábamos y pasaban días en 'I ue ni él . Y lo paarné. Estos empresarios que se creen que
ni yo nos veíamos. Las clases en Concordia 63 prof, pueden hacer de una un rnonìgote, lo que se merecen
siguieron. res una respuesta asi, contundente. Bueno, al mes, al
-Levanta las piernas, los brazos, baja los hombros; hombre me tenía en primer balcón. Yo me lo metí en
yer-gue la barbilla. un bolsillo con mi malicia y con mi gracia natural- LB
Yo creí que me volvia loca con tanto baja y sube. hice gastar todo el dinero que tenía en una carpa nueva.
A los pocos meses bailaba español como la mejor' La compró y le puso al circo el nombre que yo le habia
petenera, rumba como la negra más genuina y danzån' sugerido: Las Maravillas de .¿1ISl2l'ìfl› 011 1`°¢“¢1'¿0 '19'
v pollas, y hasta los ritmos suaves: valses, fox troba, aquel país que yo amo trmto.
boleros. Pero el valgo le decía al circo Maravillas, a secas,
Adolíin me llamó a contar. Nos fuimos al parque- y así con ese nombre reoorrirnos el país, desde el Gtllìü
cito de los Enamorados y me dio una dirección. de San Antonio hasta la punta dc Maisi, en carrico-
--Coge esto, y ve sin falta. rfhes, en automóviles, en trenes...
Yo, haciéndole caso, fui. Él no me quiso acompa- Preferia eso a tener que volver al Tivoli con aquella
ñar para que no pensaran que yo andaba con ese ele- peste a chivo encendido y aquellos molotea. Mamá no
mento, porque el niño tenía su cairecito de indepen- me acompañó a la gira porque se tuvo que quedar en
deneiaa, y eso se veia mal. sus quehaceres. Pero me envió una postal con un pe-
Llegué a casa de un señor muy decente que me aco- rrito blanco y una cadena iinisima con la Virgen de
modó en la sala y lo primero que me dijo fue: ¢Seño- Santa Lucía para que me cuidara yo de los malos ojos.
rita, ya be oido hablar de usted. Sé que hace de todo, La escribí dos o tres veces, mandåndole besos a
que es plástica y descnvuelta, pero lo único que me dis- Adolfo. El dueño no me dejaba recibir corresponden-
gusta es que venga recomendada por esa criatura que cia sellada, pero yo daba direcciones nuevas siempre
no añade nada en beneficio de su persona» porque cada pueblo que pisara era territorio mio ya.
Se referia a Adolfo, naturalmente. . mi se me cn- Donde quiera tenía yo una casa, una amiga, un amiguito-
uendió el bombillo y le contsté: Si en Coliseo en Coliseo, si en Tunas en Tunas. Llevê
-Mire, señor, yo soy una muchacha que sabe dis- cl personaje dc la mulata a escala nacional. Todas las
tinguir entre lo bueno, lo regular y lo malo. Adolfo otras muchachas me envidiaban el aplauso. Y yo decia
es un conocido mio con quien yo no tengo, como puede para mis adentros¦ «Por cada frase de bípocreoíflf 1111
usted suponer, intimidad alguna. Él me ha hablado beso gn 1,; mejillas. Con esa política anduve aaran-
muy bien de usted y del circo y yo espero que nos en- deándome en aquel cirquito, con aquellas fieras humanas.
60 mcum. ammzr cmcxóu un naci-ter. 61
El dueño tendría unos sesenta años mal vividoa._ lando como la vampiresa, la señorita recatada, la in-
Habia estado siempre en compañias de bufos, cn circos, sulsa; desfilando, que era como decir no hacer nada
con grupos de astracán, cómicos y coristas. Era un más que exhibirme en el escenario para llenar. Infla-
cabeza loca. Lo que se llama un bergante. ba globos, retozaba con pelotas de goma, me mecia en
Yo le gusté desde el dia que lo visité en su casa. un columpio volador, dándome unas cosquillas terri-
Pero de tonta que soy no me di cuenta y perdi mucho bles, tragaba... no. no llegué a tragar espadas, no pude;
tiempo angustiada, no porque yo estuviera enamorada había allí una peruana como de cuarenta años que lo
de él sino porque, ostándolo él de mí, todas las puertas. hacía maravillosamente, espadas y candela.
al menos las de aquel cirquito, se me abrían enseguida. Fui payasa tonta y payasa malévola; la pilla.
Y así fue. Decir Rachel era decir la niña milnada de Me diverti de lo lindo. Fue mi primer trabajo ex-
Don Anselmo. Empleé todas las jugarretas para tra- perimental. Lo primero mio.
bajar menos que nadie y destacarme más. Fingí ron-
Las Maravillas de Austria -pasó sus vicisitudes. Y
quera para no tener que entonar canciones de tesitura
yo con él. Pero por encima de los trastornos hubo aven-
atiplada. Hinchazón en las manos para no andar car-
tura y lujuria. Estábamos jóvenes todos en la com-
gando y poniendo en escena. A mí, me lo hacian todo
pañia. El único que portaba canas era el Don. Por eso
o nada. Lo que aprendi de mi madre y de Adolfo, darme
sufría tanto.
mi lugar siempre, lo cumplí. Fingía embarazo cuando
no tenia deseos de bailar la rumba final, que es lo más La primera salida la hicimos de la Terminal de
fatìgoso que bay. Fingía torticolis para nn hacer la Trenes, con un contrato seguro para actuar en Espe-
mulata zalamcra. Entonces esa tarde salia recta como ranza, Santa Clara, Cienfuegos y otros pueblitos de la
una estaca, decía dos o tres chistes y con la misma me. provincia de Las Villas. Dábamos la impresión de una
retiraba. Fingia estar acongojada para que el dueño tribu gitana, con limpieza y moral, por supuesto. Su-
me trajera mantecados. Fingir es muy sencillo. Nadie bimos al trcncito. Unos éramos conocidos ya, otros no.
se imagina lo sencillo que cs. Y mucho menos calcula. Pero una gira obliga al conocimiento profundo de la
Que calculen el resultado para que vean que sin un gente. Se les ve a todas horas del día y en todos los
poco de esos trucos, el artista más grande se hunde. menesteres. A la hora de levantarse, con legañas en los
Los empresarios, cuando saben ser empresarios. tienen ojos. en el almuerzo, en la siesta. en la comida. en el
que dejar mano izquierda en ao de los fingixuientos. inodoro, a la hora del sexo.
Si no lo hacen así, los artistas se les van decepcionados. Es terrible convivir con el ser humano. Se va todo
Don Anselmo en eso era muy condesceudiente. con a pique porque la gente no tiene control.
todos en el circo. no solamente con la que habla. Don Anselmo se enamoró de mi perdidamente. Daba
Por eso daré alli como dos años, haciendo maromas, lástima verlo a mis pies, babeando. Me traia agua: «Un
bailando, cantando criollas, guarachas, boleros. desfi- poquito, mi amors. A todas horas. .
(12 iuicuat. mamar caución* oa usen:-:L 63
No dejaba n nadie entrar en mi cuchìtril, porque Clavamos el circo en las afueras, al final de la calle
aquello no era camerino ni la cabeza de un gnanajo. San Cristóbal, cerca del Mercado. Los tarugos eran
¡Ay Diosl, ese viejo maldito, cascarrabias, quién me ágiles, buenos mozos casi todos.
iba a decir a mi, tan jovencita, que iba a tener que Al llegar se me ocurre comprar un traje de cubana
lidiar cadáveres. Pero asi es, asi es. A mi me gustü que habia visto en una vidriera. Me vestí con la ban-
en el fondo, vamos a dejarnos de hipocresias... La dife- dera cubana: la estrella en medio del pecho 3' las
rencia de edad ca un estimulante para el amor. Una franjas azules cayéndome por los brazos. El tipico traje
es la amada y cl vcjerc paga y aguanta, y si no aguanta nacional. Salimos en caravana anunciando: ¡Ahí va
se le :la un puntapié y ya. Me encanta eso. por mi la cubana!
orgullo de hembra. Pero a la vez me molesta. Sobre
todo en la hora cumbre, la bora de demostrar la pasión.-
No es lo mismo Im jovencito que un viejo. La ventaja
del viejo es que no exige nada y el jovencito, si es
abejón, la deja a una seca. El Don se acostó conmigo
varias veces, en mis momentos de debilidad. Y eso le 'LAS MARAVILLAS DE AUSTRIA l
costó caro.
El circo salió ganando porque yo me entusiasmé y Variedades Itúltllllus '
le saqué a mi madera de artista hasta la última astilla.
Organice los programas, yo como centro siempre, con-
Itlsas u lluvias con
tratá una parejo. de bnfos, un trio, dos payasos más, la antmlun esnulal ua
traj una mujer-goma, un cventrilocm, un baritono y
dos muchachas que cerraban conmigo las noches de tanda -ir Rachel es
especial. La carpa nueva llamaba al público por sus
colores. Y los pueblos esos del interior, tan enfermizoa, otros i
sin otro entretenimiento, llegaban en menudas y atea-
taban las gradas. Desde temprano venian las tongas de Pllllfillã e I¦llllE|lIllIllE$ Í
gentes con bocaditoa y botellas de agua, sacaban su en-
trada y se sentaban en las gradas a esperar, dormidos.
Tlllllå 0 BIIFIIS e Blilllllllllå
En Santa Clara fue donde cl programa cuajó mejor. - TIll|ilE$|'l|lllS l
La ciudad es de mucho trasiego: vendedores ambulantes, , entrmlo Í0 centavos ,
comerciantes, otras compañías.
Por alli pasa lodo. Es un pueblo lleno de polvureda, l IIIIOY EN SATA CILÁIIA U
sucio, perocon mucho movimiento.
64 mcusi. cansar
caución ns iucrmr. 65
Y yo de bandolera, con la cola blanca en la manot '
derecha y pavoneåndome. I El campo se viste de luto.
Así se anuncia una función. Santa Clara me cogiöì Y como la gente se pone s pensar, salen las gracias,
afecto. Yo era la única primera figura que paseaba sola los actos, de mala voluntad.
por el parque, a una hora en que ver a una mujer Yo cai por fanatismo. Fanatisrno de los compañeros
la calle era rarisimo. y compañeras del circo. Fanatisrno de odio. La carpa
Los parques del interior están divididos por un día se incendió por un costado jr la mujer del sereno
franja invisible, de un lado el blanco. del del circo me acusó a mi de ser la gestora.
claro, jr del otro el negro. En Santa Clara ha Es una historia de las vicisitudes de una artista de-
siempre asi. Mucho racismo. A1 circo iban pocos cente en un ambiente de envìdiss.
color. Y los que iban se encaramaban arriba, en Nadi ignoraba mis relaciones con el viejo, mis
gradas altas. Está bien que sea así. peleas, mia desdeños. Y cuando aquello ardiô, dijeron
«fue ella, no puede ser otra, lo hizo aclrede, para oder,
para que nos quedemos en la calle":-. Mo cayó toda la
tribu gitana. La maldición gitana. El único que no
creyó la calumnia fue el infeliz de Don Anselmo. Nos
llamó a contar Y cada uno dio su versión.
Yo en cuanto vi lo mal parada que habia quedado,
El tiempo muerto era la época negra. La zafra del
por envidia y por odio, me eché a llorar. Y el Don
azúcar es la que decide en lodo. La caña es la reina de paró la reunión y me calmô.
Cuba. Ella es la que ordena y manda. Cuando hay
-Mira niña, si tú lo has hecho, dime por qué.
tiempo muerto es cuando el guajiro no tiene nada en los
Nada, que él sospechaba como los otros. Pero yo
bolsillos.
digo que al que no lo cogen con las manos en la masa
La época negra del circo. Iban pocos y los que iban
es inocente.
eran casi siempre colados, niños en abundancia, gua-
jìros raquiticos. Un público que no despierta entusiasmo. La carpa quedó veteada de negro pero no se averiô.
Iban para ver a los payasos y a los maromeme Luego vinieron dos o tres chispazos más y nadie dijo
Yo lo más que hacia era cantar un poco, dialogar ni esta boca es mia. Total, el viejo me io tapaba todo
con los artistas... . con tal de hacerme cosquillas, porque así son los viejos.
Me entraba la sofocaciåu. ¡Quién va a bailar una Pero las setenta y dos horas en la estación de la Es-
rumba para- el público infantil! peranza no me las quitó nadie, porque ellos, en masa,
La isla de Cuba se entristece con el tiempo muerto. me acusaron.
Nadie hace nada. ' La primera noche la pasé tranquila, comi una bo-
beria y me fumé un cigarro.
64 mount. asausr
canción as nscnsr. 65
Y yo de bandolera, con la cola blanca en la mano-' I
derecha y pavoneándome. El campo se viste de luto.
Así se anuncia una función. Santa Clara me cogió. Y como la gente se pone a pensar, salen las gracias,
afecto. Yo era la única primera figura que paseaba sola los actos, de mala voluntad.
por el parque, a una hora en que ver a una mujer en Yo cai por fanatismo. Fanatìsmo de los compañeros
Ia calle era rarisìmo. y compañeras del circo. Fanatismo de odio. La carpa
Los parques del interior están divididos por una' un dia se incendió por un costado y la mujer del sereno
franja invisible, de tm lado el blanco, del preferencial' del circo me acusó a mi de ser la gestora.
claro, y del otro el negro. En Santa Clara ha sido Es una historia de las vicisitudes de una artista de-
siempre asi. Mucho racismo. Al circo iban pocos de- cente en un ambiente de envidias.
color. Y los que iban sc encararnaban arriba, en las Nadie ignoraba mis relaciones con el viejo, mis
gradas altas. Esté bien que sea asi. peleas, mis desdeiios. Y cuando aquello ardió, dijeron
-fue ella, no puede ser otra, lo hizo adrede, para oder,
para que nos quedemos en la calles. Me cayó toda la
tribu gitana. La maldición gitana. El único que no
creyó la calumnia fue el infeliz de Don Anselmo. Nos
llamó a contar y cada uno dio su versión.
Yo en cuanto vi lo mal parada que había quedado,
El tiempo muerto era la época negra. La zafra del por envidia y por odio, me eché a llorar. Y el Don
azúcar cs la que decide en todo. La caña es la reina de paró la reunión y me calmó.
Cuba. Ella es la que ordena y manda. Cuando hay
-Mira niña, si tú lo has hecho, dime por qué.
tiempo muerto es cuando el guajiro no tiene nada cn los
bolsillos.
Nada, que él sospechaba como los otros. Pero yo
digo que al que no lo cogen con las manos en la masa
La época negra del circo. Iban pocos y los que iban
es inocente.
eran casi siempre colados, niiios en abundancia, gua-
jiros raquiticos. Un público que no despierta entusiasmo. La carpa quedó veteada de negro pero no se averió.
Iban para ver a los payasos jr a los rnaromeros. Luego vinieron dos o tres chispazos más y nadie dijo
Yo lo rnås que hacía era cantar un poco, dialogar ni esta boca es mia. Total, el viejo me lo tapaba todo
con los artistas... - con tal de hacerme cosquillas, porque así son los viejos.
Me entraba la sofocación. ¡Quién va a bailar una Pero las setenta y dos horas en la atsción de la Es-
rumba para- el público iniantili peranza no me las quitó nadie, porque ellos, en masa,
me acusaron.
La isla de Cuba se entristece con el tiempo muerto.
Nadie hace nada. ' La primera noche la pasó tranquila, comi una bo-
bería y me fumé un cigarro.
66 srtcusr. ruuun-rr
canción ne nscuer. 67
Al otro dis amaneci con un dolor de cabeza espan-
toso. Me quejé y me trajeron un paquete de pastillas.
El oficial dc guardia era divino.
Me dijo que yo era muy seria, que no hablaba. En-
tonces yo le pregunté:
-Dime, chico, ¿en que mm tú naciste? Seguimos tratando. La compañia nuestra era como un
-Yo, en enero.
globo; se inflaha y después se volvía a desinflar... de-
-Entonces somos del mismo signo, acuarianos los
bido a que muchos tipejos y tipejas se uniaa en medio
dos. Tú ves, ahora si se me quitó el miedo. Puedo estar
de la gira, lo abandonahan todo o pasaban a otro circo.
aquí un año, que no le temo a nada.
o les daba por vivir en Tunas o en Ciego. Asi es la
Me lo meti ar un bolsillo. Luego me recomendó que
gente de teatro; aventurerismo, eflatuismoa, bulla...
no hablara ni me alterara el dia del juicio esc que iban
a celebrar. Y que si yo habia quemado la carpa, no lo Cada vez que salia uno, habia dies a quince candi-
confesara jamás. datos que llegaban con sus maleticaa, sus trapos, y se
Las putas dijeron que yo bahia preparado una es- ofrccian. Igual comían candela que tocaban el saxofón
topa amarrada a un palo y que se la habia dado a un que se acostaban sobre una cama de clavos.
negrito, que ellas me habian visto, que el negrito ademàs Era la necesidad del pan. Por esos años habia ham-
de la estepa habia recibido dinero y que yo era una bre- en Cuba. Y muchos torbellinos políticos.
traidora y una bandolera. El que más sufrió fue el
Don, por verme metida en esos jaleos. A la mujer del
sereno la sacaron de alli con marido y todo. Y yo me
quedé porque era el alma del circo. Esas son las cosas El viejo me convenció de que me quedara: «Yo te
que pasan cuando la gente quiere hacer daño. La ley lo aguanto todo niña, haz Io que tú quieras, mirame si
del más fuerte siempre triunfa, es lo que me consuela io deseas, pero tú eres mi vida.›
a mí. Oyendo eso a diario me ablandé por pena y segui
No digo yo con una estepa... con el Don a cuestas.
Él me agarraba en cualquier ligereza y lo más que
hacia era advertirme que no perdiera mi tiempo,
etc., etc.
¡Pobre Don! Como él quedan muchos por ahí desa-
huciados, tristes fantoches de la vida.
De que miente, miente. Pero son rnentìrìllas. A veces Las mujeres somos malas en el fondo. Abusamos de
con su cicuta, pero mentirillas, al fin y al cabo. los hombres. Yo lo confieso.
68 mover. nsamzr
canción oe aacnsr. 69
Todo se lo dimos, hasta los trajes del personal ar-
tístico: muselìnas, piqués, tafetanes... -
Ésa fue Ia guerrita de los negros, la bulla racista
de 1912. Por eso creo que al negro no se le puede dar
Yo me pasaba la vida diciéndole: ¢Tú_, tãpate ia ca- mucha ala. Aquí iban a imponerse sì no es por la
beza con un casco, muñeca, tápatela, porque cualquier cordura del gobierno.
día de Dios esta carpa se nos cae arriba, de vieja, da
podrida. Nos va s aplastar como si fuéramos cuca- Los negros son peligrosos con un machete en la mano,
rachas. TåpaIela.› muy peligrosos. El asunto, según yo lo recuerdo, em-
Ella, como todas eran iguales, y son, se me reía y pesó por Io de la Ley Moi-úa. Morúa fue un hombre-
me miraba de arriba abajo, como diciendo: «Ven que deconze del gobierno pero tenía la desgracia de ser
yo lo que quiero es que tú...› y de tanto reirse, la cojo, mu-lalo. Quiso hacerse famoso y lanzó una ley prohibien-
eso fue cuando el vìaìe s Santiago, y le doy un balón
de brazo que or oco se lo arranco. ¡Qèié muchachital do las sociedades de color. El, como negro, no debió-
Lástima que dle alli no salimos nunca. I vieijo la che- hacer eso. La ley le costó la enemistad de muchos de su
queaba con prismåticos. Asi y todo nos revo carnos en raza y Ia cosa llegó a la manigua.
la lona, en el aserrín... nos metíamos debajo de las-
tablas y luego salíamos averìados, pero contentos. El Los negros se alzaron cu toda la provincia de
viejo, ara mi que lo sabia, pero callaba. ¡Qué Oriente, en Las Villas, y no sé si en La Habana.
muchacbitai ' Fueron días de angustia y cerrazôn; pestillos, puertas,
Todo empezó y terminó allí, como la tanda, igual. ventanas, todo herméticamcnte cerrado en pueblos y
ciudades.
El pánico cundió porque los negros, al verse se-
cundados por toda la harnponería, cogieron vuelo:
¡Haití, esto sería Haití!
Los dirigentes Ealcnoz e Ivonet eran negros de
clase. Por oso tuvieron seguidores. Engsñaron a medio-
La candela nos agarró en Santiago de Cuba. Alli lle-
mundo prornctiendo villas y castillas.
garon a imponer el orden y atemorìzar al pueblo. Eran
fieras disirazaclas de hombre. Aqui iba a constituirse una república de charol. Los
Cuba no se merecia esa guerra, pero la tuvo y fue racistas aprovecharon las lomas de Oriente y subieron
entre hermanos. Negros contra blancos. con rifles, antorchas, trajes de generales y brigadieres...
Nos achicharraron el circo, nos humiliaron, nos ame- Nosotros nos escondimos en casa de los Villalba
nazaron, sobre todo al Don, de muerte a machete si hasta que el zambeque pasó. Toda la compañia se ds-
no los dåbamos alimentos. membró, unos para La Habana y otros ni se sabe el
puerto.
70 mount. asanlrr canción na nacnm. 71

El viejo temblaba porque nunca habia visto una subían las lomas para que los negros borrachìtos se
guerra entre blancos y negros. Yo le hacia rnanzanillas dieran por vencidos. El alcohol hacia maravillas.
y lo cslmaba 'para que no se me fuera a morir en Quemaron ingenios y plantaciones enteras pero no
medio de ese torbellino. ¿Qué haria yo sola en San- pudieron vencer. Eran la minoría y además estaban
tiago de Cuba sin plata, sin allegados? equivocados. En La Maya hubo un zaiarrancbo grande.
La negrscla de la capital de la provincia se es- Los racistas quemaron ochocientas casas, un pueblo en
condió. Uno salia a la calle y no veis a un negro ni llamas; la estación de trenes, cl paradero, la casa de
cn tres leguas a la redonda. Ellos también se acoqui- correos.
naron. Los cabildos y las sociedades de color cerraron. ¡La Maya quedó hecha cenizas! Luego salió un
Ni un tambor, ni una fiesta, nada. Y eso para ellos canto que decía ¢Alto Songo se quema La Mayas, y
cra el puro infierno. Los alcsmientos do Mto Songo no se qué más. Ése es mi pueblo; después de lo guerra,
1* la Maya fueron los mayores. Dicen que Estenos se la musiquits.
lució con un rifle americano y que lvonet era como el
general Moncada. Eso decian los suntiagueros. Yo Nfigfflfil Insgrosl: ¡qué dolor de cabeza dieron,
oyendo y rnurìéndome por dentro. Pobre gente, tuvieron madre mía!
que huir en manadas para los pueblos, a guareccrse en
los cuarteles o en casa de los familiares. Eran peregri-
El colmo de todo aquel zambeque fué lo que hicieron
naciones sin alimento, sin ropa, sin armas.
Dcjaban los muebles en las casas de empeño y salian con nuestra enseña patria. Quitaron la estrella lumi-
huyendo. Las tropas de Estenoz invadieron muchos pue- nosa de la bandera que se le apareció en sueños a Nar-
blscitos y las de lvonet igualmente. ciso López y, en su lugar, piutaron un potro negro como
Sólo que lvonet no tenis la prestancìa de un general el carbón. Ahi se resume esa guerra: el potro contra
y el otro sí, porque era un mulato soquetón, engreído. la estrella.
Esa guerra se hizo a base de mucho ron. Los jefes Los blancos se metieron a curiosear y les salió ca-
eran todos borrachos y viciosas. La prueba mayor la risìmo. Un grupo de isleños sin patria se coló en las
dio el general Monteagudo, que salió retratado en la tropas de los dos gcneralitos, del Estenoz y del lvonet,
prensa con dos negros alzados y varias botellas de ron y a todos los liquìdaron. Trsnsportaron s más de un
de caña. Monteagudo fue enviado por el presidente isleño en yeguas para los cementerios, para las cochi-
Gómez para limpiar el terreno. Desde luego que le costó queras, para las íurnìas...
trabajo, pero lo logró. Mendieta es otro de los oficiales
La rabia del gobierno fue tan grande que bay que
que participaron y del cual todo el pueblo tiene un
reconocer que se cometieron algunas imprudencìss. Por
gratisirno recuerdo. Ellos sabian que, a los negros, con
cjemplo, yo recuerdo que en Santiago, dicen que en
ron se les dcrrotaba. Y según yo oi decir, las botellas
72 - -srrcuer.. Banner canción oa sacan. _ '73

'Regla ocurrió igual, cada ver que un blanco veía a un Eso fue lo que lìquidó aquì la guerrita del doce.
negro en la calle, le tiraba. Y asi cayeron muchos que Que digan que los oficiales cubanos hicieron su papel..
a lo mejor no sabian ni quién era Estenoz ni quién era bien, allá quien lo diga; yo pongo las manos en la can-
Ívonet. Las guerras son así. Pagan siempre justos por dela aì no fueron los americanos los únicos salvadores.
pecadores. E1 24 de junio de 1912 mataron a Evaristo Estonoa.
En La Habana los muchachos de la Ac,-:ra del Louvre Era el día de San Juan, por esc lo recuerdo tan claro.
fee tiraron a la calle, por Prado, por Zulueta, hasta La muerte del cabecilla acabó con la insurrección..
Malecón. .M negro que veian medio crelambìdos se la Yo volvi a La Habana con el viejo cuando reanudarom
-cortahan. Ahora, hablando la verdad, ellos tuvieron la el ferrocarril. Compré el periódico y vi un chiste que
culpa. Arnenazaron que esta isla seria territorio negro, da la clave para comprender el zambeque ese. Era an.
que Estenoz iba a ser Presidente y otras barbaridades la Politico Cómics.
mås, por eso los muchachos se anblevaron. Dos guajìroa de guayabera y sombrero de jipi decían:
En el Anón del Prado se sentaba un viejo de la aris-
tocracia, finiaimo él, que había sido dc los aublevados. Cubo es una noción próspera y feliz,
Él me hacia la historia de cómo los negrìtos se esca- hasta ¿oa bollos se acaban repartiendo maíz.
bullían cada vez que lo veian, bajaban la cabeza o
cruzaban a la acera contraria. Él se les paró bonito. Y se veia en un rincón a un general'de campaña, con
una bolsa en Ia mano y una espada en la otra, dándole
maíz a una bandada de tolíea. ¿Quién sabe si es verdad
La agitación conmovió a toda Ia isla. No se ha- que los negros recibieron dinero? Nadie. Eso quedó
blaba más que de la bulla racista. Pero como todo es así. Y loa que se sacrificaron fueron los que siguieron.
como es, y no hay mal que dure cien años, la situación a los líderes, a Estenoz y a Ivonet.
se calmó cuando llegaron loa americanos. A ellos si
los respetaban. Parsron un buque en la bahia y el tem- Aquí tienen o Ivonet,
-poral cesó. Anunciaron también que llegarían creo que zríguerïo cuåo-ƒroncés
-unos quinientos cowboys ex-pcrtos en la captura de y jeje rebelde que es,
-reses bravas, cowboya enlazadores. quien pone o Cubo en un brele. '
Si llegaron. no se dijo en la prensa, pero yo doy por Luce uniƒorme ¡milions
seguro que.ls mayor parte de los rebeldes fue captu- de su rongó y jerarquía
.tada por ellos. Un hombre con experiencia en tirarle y pienso ser cualquier dia
-el lazo'a nn potro podia enlazar cuatro c cinco negros rnoríscol oƒrocubono.
de un golpe.
74 mover. aunar canción or rulcnar. 75

Y Ia otra ooplita se la dedicaron a Evaristo. No partido por lograr beneficios ara los negros, que ss-
líamos de la guerra descalzos ylbarapìentos, con hambre,
se me olvida porque la canté mucho por diversión: como el propio Quintín Banderas, y que luego lo mataron
mientras sacaba agua del pozo en su casa? Que no
Este bravo general vengan con hahladurías. Que ahora si llegó e_l_ mo-
de color independierue mento de la justicia. Y ninguno de los que nos jugamos
se proclamó Presidente el ellejo en aquella guerrìta vernos a quedarnos con
la boca cerrada.
y Ernperador Tropical; Al menos, el que venga adonde estoy yo a decirme
al verlo mi que ai el racismo, que si los negros eran ssnguìnarìos,
con su uniforme bríllanrg lo voy a dar tm aoplamocoa que va a saber quién es
hay que decir al inelørate Esteban Montejo.
¡sí estaremos en Haití!

I-° flfifl 155@ YO. después de la guerra, Ia musiquita.


Desde luego que la sangre no hubo quien la re-
puaiera. f
Estrellas de oro, zapatos con eepuclas de plata, pan- Yo no sé lo que piensan los periodistas, los escritores
talones de dríl crudo... y los politicos de eso. Pero yo, como hombre, como
¡Qué va! Una guerra asi no había pueblo que la ciudadano y como revolucionario, creo e aquella
soportam.
lucha fue justa. Con sus egoismos y sus tlblllos, pero
necesaria. Los negros no tenían adonde agarrarse. no
Los negros quedaron aplastsdos, por ambiciosos y podian ni respirar y habian sido eneralea y hombres
racistas. de letras, como Juan Gualberto ãómez. A mi no me
interesa lo gue esa mujer diga; yo veo las cosas desde
otro punto e vista. E la. y yo la conocí, fue una vive
bien, uunca tuvo ideas sociales, ni se interesó por la po-
lítica del país. Hacía sus obritaa allí después se iba
de lo más campante para su casa. ¿Ubtedes creen que
eso puede ser aquilatado? Para mi lo que ella diga
con relación a Ia guerrìta de los negros es pura ton-
¿Y qué carajo _creíau ellos, :Era nosotros ibamos a en- terio. Una muer racista como ella, acomodaticia y...
trc_gurnos mansrtos, que les í amos a dar las armas y Mejor no loqurmos ese punto. Yo declaro mi admira-
bajamos los pantalones? De cad nada. Y se lo demos- ción por aquellos hombres que quisieron respirar
trarnos. Nos decían salvajes, negritas de cbnrol y mil abiertos. Y si ella dice que son fieras. o que lo fueron,
insultos más, pero, ¿cuándo en este país se elevó al a mi me tiene sin cuidado. La fiera fue ella que se
pueblo un programa más democrático que cl de Los aprovechó de esta República, que lo único que supo hacer'
adcpendientes de Color, cuando aquí se luchó u brazo fue acumular riqueza. Porque fama no tuvo y gloria nm-
76 mcum. aaansr
canción ne anexar. _??
-cho menos. Rachel es el mejor ejemplo de la prostitución
que reinó en este pais, del vicio y de la mentira en Llorando, le puse una muda de ropa en la maleta y
bandejas. Y esto lo digo yo y lo mantengo. Y quo yo lc vi irse derrotado. Yo lo siento. Aquel hombre era
sepa de negro no tengo ni una gota de sangre. Pero una baba y yo, jovcita y enamorada, no iba a echarme
veo las cosas como son, como tienen que ser. Óìganla, ese esperpanto para toda la vida. Él me ayudó pero
porque ella es simpática, jaranera. y sabe algunas co- _\-o le hice el circo y muchas otras cositas. Y con eso
sitas, pero no le agan mucho caso. Se lo digo yo
que llevo ¢rnacl1ucando› la vida hace un largo trecho ya. cumplí, digo yo, a mi sano entender.
El cuarto me quedó lindo porque Adolfo lo decoró
con unas cortinas de encaje azul pálido. Me vistió la
1-ams estilo imperio, con unas floreeìtas pálidas también,
que eran la admiración de todo el que visitaba. Pin-_
tadas a mano y patinadas. Tapizamos las paredes con
escenas austriacas: venados, cameros, casitas de campo...
Lo triste es que el circo se apagó. A buscar nuevos Al respaldar de la cama le pegué un raedallón do-
rumbos. Y cargando con el vejete a cuestas. rado precioso con la cara de Jano, que tiene un lado
Llegué a La Habana y lui a ver s mis dos amores: triste y el otro sonriendo a la vida. Es el símbolo del
mamá primer lugar y a mi querido Adolfo. teatro en el mundo entero.
Al fin logré un rincón para mí. Allí recibí muchos
A mamá la encontré alìcaida. Y a Adolfo en la
amigos, ¿por qué lo voy a negar? Ellos me ayudaron
misma nube de siempre: =Racl1cl, ahora si las cosas
a pagar mis gastos hasta que logré encauzarme.
parecen que me van s ir mejora
El viejo se me apareció a los dos o tres meses y
El muy idiota creia en la gente más interesada que me dijo:
ha habido en este planeta. -Eres una puta como tu señora madre.
La triste, la deaplomada, la tonta, tuvo que darle Yo le cerré la puerta en la cara, de un tirón, y no
inímo a dos criaturas que no tenian a más nadie en el le dije ni esta boca es mía.
mundo que a esta pobre diabla. Hice bien. muy bien.
El viejo me puso un cuarto para que yo viviera sola.
Y así fue; viví sola porque al cabo de dos o tres se-
manas le di calabazas, y cómo iba a dejar mi cuarto,
¿verdad?
-Que me suicido, que me tiro al mar.
Blanca. muy blanca. balla. muy bella y elegante, de ojos
-Tirste -le dije-, suicidate, pero a mi no me preciosos. rasgsdos y negros, de arrogante presencia, de
vengas a pedirme más nada. sonrisa urobadors y de pie pequeño como una almendra.
ar. -mareo aucas, saamco oa cosa, 1912.
CAPÍTULO IV
Olra ves en la calle y sin lìavín. Pero dispuesta a cn-
frcntarlo todo de a pecho.
Ahora ai, que a un circo como aquél no volvía. Ma-
taha las tardes caminando. Todo el Prado, la Plaza de
Marte, el Payret, ésa era mi zona de operaciones. Yo
era una mujer libre que podia hacer ele mi capa ¡ln
sayo. Exlrañaha el Íragor artistico, mi mundo, para lo
que yo nací, pero supe aplicar el control. Eeperã dos
años sin mover un brazo, viviendo de los Iauvenìrcan,
sin compromisos con nadie y libre de mamá. Mucha
aventura, mucha vida dc noche, alcohol, fiestas, pa-
seìtos. Pero del arte nada. Asieti a todos los teatros de
Ia época, como espectador. Yo me sentaba con un
amigo en una butaca, primera fila siempre, y veia la
obra. Eran los años de la Monterito, la Pastor, Ia Che-
lilo criolla... Yo las observaba cuidadosamente. No
para imitarles sino para recoger con malicia. Todas
tenian algún defecto. La que no era hìzce, era boba;
la que no, demasiado puta; la otra muy gorda o muy
fea, como la Chelito; la de más acá, pretcncioea; Ia de
måsjrllá, distraído.
Todas eran de cuerda menor. Por eno yo estaba ten
convencida de mi.
La mejor prueba de mi calidad eran las otras, el
espejo donde yo me miraba como en el cuento de Blanca
Nieves.
Llcgaba e cesa y me tiraba en Io cama e calcular.
Compré un espejo en la calle Dragones; un espejo de
32 mcuar. sumar canción os mcnax. B3
pie con dos columnas hcrrnosísìmas estilo griego Y la retórica, la que hablaba como una universitaria:
tíguo. Lo ooloqué frente a mi cama para verme a
l1-oras. Estudiaba yo sola todos los gatos y las Yo soy Concepción Buró
'ҡ'"-5 '-'IW debe conocer una artista. Hacia estudio IilosoĒo
PU! fiflllfllïr 1' luego reirme a carcajadas. Lloraba y .soy en Jesús Moria
una Magdalena, firmaba a lo apache, me dejaba lo ¿lo-oe del corazón
Bflllfififlbe y luego miraba monólogos que le 1,,,¡,¡¿ No sé lo que es una rumbo
ouchado a la Becerrra en los buluífís de Pous, que ni una congo m' un donzón
unas compañias de bufoa ambulantes.- Repgría 10,10 1°-1 Cristiano soy devoto por religión
que habia hecho en el Tivoli y en el circo. Eso era al y si de guoso .re :roto
diario. Yo sola me supsré. ocloro que esto mulata
A Adolfo tengo que agradecerle mucho, 4;; ¢j,,¡-to no engaño con polisón _
Pero aún sin él yo hubiera sido quien lui. ,
Entre los dos compramos un fonôgraio y h¢¢ígm|;¡
La gracia está ahi, saber representar los dos polos.
La mulata congo es aquella sin barniz, la primitiva;
nugålffifi Ufflflfl-B» 1000? de alegria. Yo bailaba hasta caer
una mujer con bozal y argollas. Es chancletera, vende-
'““"ï"fl“ Y 01 ml! Bflgllla el paso, dcsfallecìdo. dora do bollos o jardinera, pero la retórica no, la retó-
¿Qui Va la negrita congo: rica usa faldas más bien anchas, habla bajito, pronun-
eianclo las eses, usa espejuclos, se plancha la pasa todos
Yo soy la negro Tomaso los días y lee, cosa rara entre las negras.
lo flor de Jesús Meri@
No quiero poreƒe:-ía
Me veo metida en aquellos solares, haciéndome le
Hi que me vengan con guoso trabajadora social, o la ìnspectora de escuela. De tú
"lnšúfl äflflpo se propuso a tú con loa negros más hampones, todo para registrar
Pflffjue yo también soy guapa en detzflles las costumbres de los baìos fondos, la ma-
S07' ¿retro de bueno copa nera de hablar de las negras, de moverse, de bailar.
3' 0! 914€ IM quiero probar Me convertí en una esponjìta. Por eso la mulata que yo
le digo con piem-¿¡¢ llevé al teatro cubano hizo época. Me la quisieron
ni le mojo; ni gg empapm imitar pero iracasarou todas.
La guerra fue mortal para mi. la la vea que una
figura logra caracterizar un personaje, triunfa.
34 ancora mamar caución no aacaaf.. 85
1 Las mediocres son las que no saben haga; ni 1; Rachel es una mosquito muerta. Hace la solitaria
para que la mimen. Ha vivido siempre para elogiarse,
at' m la dflm 111 ll Pfilfiflflv ésas son luego las
aunque se haya cerrado como una monja desde los
h“°'*'f* “b°faJ°5 Y SIG!-D las uñas. Las voy a Ireinta y nueve o cuarenta, desde que dejó el teatro A1-
un cj-la d° "ws °°n “nm Y M58, aunque estén debajo hamhra. Se cerró con su perra y su criada y la mami;
la ï_1°1'1”8› porque me hicieron la vida imposible. 1 una vieja húngaro que era algo muy serio. Dicen ge
postblel fue la que introdujo la cmamancias en San Isidro. a
Llegaban a los camerinos a insultarme, me emi”, una vieja oasquìvana que se pasaba la vida hablando
de los triunfos de la hija: «Mi niña es, mi niña fue,
hill' dfll demonio. Me rompían los libretos, me qug. mi niña para acá, mi niña para allá@
mah@ la TOPE, me indisponian con los jefes, con Ing Yo sé, lo he visto en cuadros que ella tiene en su
mu°h“h°3 d" la lmm°?**› wo los escenógrafos. Me lhi. casa, que la Rachel fue una gran hembra. De su arte,
Cififüfl lfl ïifiü Í.tnp03flJIe¦ bueno... un poco de levadura como todo; ahora, de lo
_ «La Rachel es una bandolera. de hembra, ni hablar. Tetona y de nalgas grandes y
redondas. Si yo fuera novelista escrìbìría una samblanaa
»La Rachel es puta. de esta mujer, a lo Zola, a lo Flaubert, pero me he
*LE Rachel está ronca. quedado en lo polilla asquerosa con el casco y la mala
idea y creo que una novela no me sale ni con ganas.
›Es canilluda, tortillera; såquenla de aquí po;-que
Bueno, la cara no era una maravilla: nariz de coto-
dfimefilfi *I ïefiïfflï Pãngsnla en el coro, ti;-enla 9 uu rrita judía y ojos saltones, muy expresivos, neïros Y
furnìa a ver si desaparecer de cejas largas. De pelo negro como el_azabac e y...
Las voy a nombrar una a una con sus defectos y ' De balcón a balcón o por teléfono, porque nunca
me ha dejado tocarle un dedo, nada; es una mujer de
hlfião veremos quién tiene la razón. Veremos. ocultismos.
Una noche, de casualidad, me em até con la criada
v ella me hizo subir a la casa, por la lujuria, y subí.
Vi la sala y tm cuarto cerrado con una lucecìta. Ofelia,
nerviosa, me señaló:
-Ahí duerme la señora, cãllate.
Tomamos cognac Ofelia y vo. Una botella de malla
Lo nuestro ha sido todo de balcón a balcón. Rachel ge dorada que sabia a gloria, calientico y espeso.
fãclmaba PF 1'” lfifdfifi Y YO también y hablábamos ton- Rachel, la pobre, era un poco borracha, por eso no
nas de ojos; aenas, gestos más bien. ' se dejaba ver, por el aliento culpable.
ludålšåfìlhìlaäiåa gente con mucha curiosidad y nn 5;. Dice, bueno, dicen, que iba a la iglesia, al confo-
sionarìo a confesar sus pecados, boberias de mujerm,
_Rfl¢l1B1› ¿cómo le va hoy? y que ponia a Ofelia a hablar como si fuera ella.
. en" d” Pl°ad¡_5lemP¡'e1 lfiïfifll. me abria la manu | Ofelia le daba la cara al padre y contestaba y re-
m`Í“1°"¿¢ 1' 39° ¡U-ïfiflfl dfiflì-1' requetebiên. zaba nombre de Rachel.
35 - sucur-:L nannrrr
mación ns mcmn. B?
Se sabía vida y milagros de la señ ,
prestaba a la farsa. Total, que no me ïšliddruï _v sensuales, pelo descuidado aparentemente pero con
¢°flf1fl}°fl ¿E olla porque los curas ya a estas mucho brillo, uñas impecables, eso si, largas y rosados,
beben como deinonios y tienen el ¡Iienm má; de un rosa gris, toreo al aire con un collar finisimo de
sado que Baco.
madreperla de Venecia y vestido flchatrésr ajustado en
la cintura y muy desplegado abajo. Nunca me gustó
llevar carteras a las iiestss, aunque estaban de moda.
Los manos deben tener su propia independencia: las
carteras y los trastos: anillos, pulsos y demás, son un
obstáculo; en lugar de contribuir, perjudican.
Una noche ådolfo se me aparece venido ¡ia Los Pårrsga eran dueños de un central y muy uña
Casi me tumba la puerta. _v carne del Presidente. Habían levantado un easerôn
en la calle Línea, que por entonces era como decir un
“v¡m°9- VÍSÍBÍB. que ahora si estamos en las
meandro de rio. La casa era lujosa pero fea. Tenia
-PRO. ¿qui pasa, muchacho?-
._Rachel, vamos a casa de los Pårraga, te conviene. aspecto de sapo: un frontil redondo, abultsdo, muobas
columnas y una escalera lateral que daba a la terraaa
Cuando me dijo te conviene vi una estrella brillar
norte. Allí llegué luego de un paseo en automóvil. La
eu el firmamento. Esos meses del verano de 1914 no
los he podido olvidar nunca. Mi amigo, un abogada iìesta empezó a las siete y treinta. El tumultoera ho-
rrible. Los años habian cambiado. Ya -entraba más
°°fl Glïflfiïfi. se me había muerto hacía unas semanas'
dinero en el pais. Eran los inicios de la llamada Dann
Pm' una epidemia de peste bubñnics que hubo en Cuba.
de los Millones, los Vacas Gordas, por darle otro nombre.
M° liuflìé PÍÚÍUHÚO el agua por señas. Si no es por Los Pårraga no me conocían a mí, pero Adolfo se
Ad°H° Y PUT flflflfillfl IIUCÍIG, mi vida hubiera tomado las agcnció para hablar con ls matrona de la casa y ella,
un rumbo fatal. -
que lo calaha bien, dijo que si: «Que venga y baile y
cante 1 haga lo que quiera-. Ésta es una casa democrá-
tica. Nosotros somos amantes del arte. Tråela y veremos
. Me vesti de gala. Yo digo de gala por no decir de.
si gusta.›
reina. Representabs unos veinte años, no más. Veinte
Los -ricos son engreidos, eaprichosos, abusan del ar-
anos autenticos. Porque hay mujeres que con veinte
tista. Eso lo digo sin rencor. A mi ninguno me cogió
anos, caminan jr se adornan para lucir de veinte, y asa
la bajo, pero si me hicieron tragar bilis algunas veces.
es error. A los veinte nada de excesos, nada de bisu-
Lo más triste para un artists es cantar o bailar en una
liml- É” “I )'°- Labios tocados muy ligeramente; oa- iiests privada. La gente, en su lujuria, no pone aten-
chetes matizados de rosa escándalo, ojos muy bien
delinesdos en el párpado a la manera china, rasgados ción; beben y beben y de una ni se percatan. Digo que
no nie cogieron la baja nunca pero si me hicieron

-.
33 mcusr. mamar caución os retener. 89
sufrir. Alli mismo no hice más que llegar y . -¿Tu agente?
gmda todos los ojos devorãndome, s ver cómo s
-Sí, el que me orienta y me estimula.
sacaba la mejorlasca al jamón,
-¡Ah!
Y° hice ¡Q 'Pm fflflífl que hacer. Csnté dos o
sflsrsflhu. bola Y ¿selena un msnsiogs se m. -Rachel, quiero verte el sábado por la mañana
que me sabia de memoria. llegaron champán y li; en mi oficina. Yo soy presario
de un teatro impor-
tante. ¿Qué te parece?
fmncaffs bfllšflfifi- «Ni me oyeron. ni se han 1
rado. ni siquiera saben cómo me llamo» Las manos se me pegaron como si tuvieran imán
_.No, muchacha, descuida, ya verás que sí, y no pude decirle gracias ni darle un saludo porque
El muy pícaro sabia más que nm- ¡1¡ma¡'m_ ¿I I hasta la lengua se me endoreció. Pero el otro, que
¡$0 S@ moracerca un hombre de patilla cerrada, estaba nada más que a lo que se caia, corrió y eutabló
ti o`_ de dril cien y con olor a limpio, alto y un largo ccnversatorio con Federico, el empresario.
metrculoso. Nosotras las estrellas sabemos ser indiferentes y
._..Señorita, ¿me concede una pieza?
hasta la timidez la transionnsmos en soslsyos. Segura-
"SÍ, cómo no. mente ãl creyó que yo era una desdeiiosa y que nada
Bailamos un buen trecho del salón. Bebimos, me importaba el nombre o la posición. Pero se equi-
'= ms °1\'iflfi sus ro vous acompañada es Adoifs. l vocó porque alli, temblando, sudorosa, ariscs, estaba
El hombre me sacó al balcón y me llenó de belagos..
vimdo el cielo claro, más claro que nunca; lo que
Acostumbrada y traqueteada, ni le hice el menor caso.-.
sucede es que una mujer con tino debe saber con-
ll: mis que logró fue cogerme la mano y reeirm-mg
trolar sus emociones Y cuando no sepa qué decir, debe
“S P095139 911318 que traía en un 1;; 't (1 callar con discreción. Lo digo y lo repito, «mucha-
de china. Más nada. no mm 0 e Papa
cbitas, no sean desparramadas, aprendan la lección de
l-'“°E° 13 fïmfl SÍEUÑ5 Y yo le pedí a Adolfo que
saliéramos al jardín a refrescarnos. Los Párraga esta vieja que ha hecho de su vida lo que su ilusión lo
porseguían, la vieja insistiendo: «Que ¿ml-¡gc! qu, bag, pidió, por astuta y por tenszs.
de nuevo. Nina, no te pongas asi, ameniza, que la vida Pero nada, no oyen ni al pipisigallo, son brutos.
es corta...› ¡Al suelo todas, como las gallinitas, al suelo y
Me PU” 11 Parir. De cantar ni pizca. Una vieja hechas tìefia! ¡Así las estoy viendo!
de esas era una matraquilla. Y si no me creen, miren hacia esa juventud, esa
Entnmc” Él “lá” Y ahi está él, pegado al cristal televisión, esos programas de radio: cotorras enjauladss,
d° la P135111, eeperândome. _ voces de rana toro v cuerpo de grillo malojero. Y como
_¿Q11Í¿lI es ese joven? si todo esto fuera poco, sin donaire, salidas del estiércol,
--Mi agente. ¡ésas son las artistas de bogrl
90 MIGUEL BARNE1'
cmcxón oa menea. 91
no es em facil. Rachel. hs? °†f=_= v°= “='*¿ì°- “*°'“°”'
y yo quiero que tú pises terreno firme. dí h
¡Cómo no me 1o ìba.s creer! Él no :le pršsts baaceå
El Rostro de Rachel era bellísimo. como ya hemos cuentos de camino ni pmterme turbone s. _ 8 ã
atu-:quo más justo sería decir que era bellísimo,
en reposo. más curado de espanto que el_m1sn-1o demonio ic: a
Cuando permanecía inmóvil ee descubrio de que no fuera al pin Pin Y al “U” "mo me wn" `
no poca eorgoresa, que le nariz ers excesivamente
afilada. la ce nn tanto cansada 1 puerìl, y los por ¿go le dije que si, que fuera por mi esse cuando
demasiado faltos de expresión. en nome: ans mujer lo descaro, preferiblemente en horas del dm 11011211112
acabar dc desbastar. trnnspiantada de los circo; de
y absolutamente inca az de establecer la menor 0; la noche yo salia a despejsrrne, con Adolfo, con
entre las exigencias die su arto. sus spetitoe, son cr lla mnchaclm de los lJ&Í°9› W" Carmen' wn la gallega'
y la rutina de su vivir cotidiano.
Cada una de estas cosas era un mundo en si mismo 1 Reposé ¡nq¡_¡¡¦g¡, un yn horas: -dias y hastadïrïnenaši
In incita entre ellas pronto habria reducido s la ldlotïfl
o a le frivolidad a'|.u1 rostro menos resistente. No salia mucho porquelos nervios no me .
La llama del me Ia 'atraía sobradamente, no olrstnnln sol., el calor, la aoiooacron, todo... la espflrtl-' d los
la del amor la atraía mis a menudo, por lo menos se salto
que hasta los empresarios 7 los senadores de la República Me entrené con monólogos nuevos.. Peine to os i
le enviaron perlas de cultivo 7 esmeraldas colombianos; teatros de la capìlfllv bum 1'” msu"°s de la pau'
csinca asoman no resumo». adoquìnm mal colocados y ones plataformas que es-
taban casi en el suelo, ¿UB em" 1°” °”°""1m de aque'
na, 1,311”-'mas que yo veía 11 me dolio el corazòn, pel?.
nar, Dios mio, pensar que yo tuviera que dar marc o
Heposé hores y horas. La cama se me volvió un vicio. 11 int' fm-
No solia a lo calle ni para chìstar. El ansia me vencio,
la urgencia por trabajar en lo mio y la espera. Espe-
¢¡dn vez que la puerta de la calle chirilìalìn, o la ers.
ñgban 0 llegaba el ñdolhto con sus none? H!-
raha la visita de ese hombre. ¡Maldito!
__Ten calma. mujer. Ten calm!-
El sábado, mercado con un redondel de tinta china
-Me canso. Ya mg “WY ¢5flfa"d° ¿G espemš' Él
en el almsnaque. habia pasado ya; ei hombre me había
-Yo te digo que viene el dia menos pen-'48 0-
entrevistado, pero antes de ponerme a prueba, lo más
dificil de mi vida, a prueba en un gran teatro, a pruebo, le recuerde.
que era como decir saltar de Ia popa a la proa, me
_¿_Qué te si siete?
_Qu¢ tú eres de temple.
había advertido:
-Una visits a tu casa, para hablar más entre no- -De temple, pero no de 111181110- _
sotros. Tendría que explicarte las condiciones, todo -Cállate, no seas niña. De IGIIIPIB Quiere def” que
puedes dar de ti lo mejor y que èl te tiene conƒnmze.
92 mount. Banner canción or: aacner. 93

_'¿N0 será aquello nada måe...? Llené hojas y hojas y no me dio por quemarlas, no
-¿Qué? sé si porque yo soy tan orgullosa, que en el fondo me
f-¿'¶11¢1¡0..l1Íl sabes, no seas zorro. parece que todo lo que hago está bien hecho por muy
_-'Nm Rachel, Federico tiene su mujer y un pobre que sea... El caso es que las tengo guardadas
presario, no un chulo, todavia con unos peines de carey y una miniatura de
-¡Ar! Matisse Gfflislss. te to suplico. ¡Que porcelana que me regaló mi tía cuando el viajen Viena.
yo entrar a trabajar en este teatro! ¡Marìar1íta, te Ésos son mis recuerdos y yo los guardo porque siento
ruego! _ alivio y melancolía cuando los toco o los veo.
Son esas cosas que una guarda y que están ani-
madas, que la han acompañado a una y que, por qué
no coniesarlo, son una misma.
Me da pena hablar tanto de mi, de mis intirnìdades.
Mucha pena, lo juro.
Esos dias de angustia me obligaron, no sé, me dijeron,
WE@ ¡U1 PHPGÍ Y Im låpis y escribe. No es que yo qui.. VERSOS AL RECUERDO
nera ser escritora o poetisa. ¡Qué val, lejos estaba yo
Para mi amigo-.gr iiel compañero
¿ff “°› P\'=1'° ¢°E'¡ “11 °af¡fiP&t=ï0 de papeles y me dio-
por escribir unas páginas que luego se me quedaron Adolfo Estiró.
grabadas de tanto decirmelas yo, para mí, porque ni a
Recuerdo que allá en otros ceinƒes
Adolfo le recìté un noi@ va;-go,
Yo escribia y eacrihih como una loca y luego guar- me anunciaba un ruiseñor la oído.
daba las hojas debajo de la mesita de noche, ni si- Recuerdo ntoriposaa en susurro'
quiera en la gaveta, no fuera a ser que alguien, algún dormir bajo mia .tienes agotados
día, las llegara a descubrir. ' y recuerdo eljirutanre de dolor y olvido
_ ¿Que qué siento yo escribiendo? Qué sentia, porque en que tus menor se acercaron o los mios
mas nunca he cogido un lápiz. pero decirme adiós, hasta io visto, amor
_ Pu sentía yo que el mundo era maravilloso y te- primero que fuiste, tormento y oleaje
¡"b¡°› fl'-"¦_fiSU1ba sola y que tenía deseos de decir cosas tempesttr-oso que arranco-rte de tu -garganta
ben” Y "'5t°*› mi Nlfiåådv mi amor. mi arte; todo lo un oiorido, para derpedirte solo de este
que po soñaba en Ia vida, y el papel, el pobre, rea»
mando feroz y deforme o la deriva.
P°fld1å siempre, el papel no me defraudó, por eso yo
¡Adiós amor! ¡Adiós vida!
escnhiuf Pi-78 llenar un vacio, como cuando ennayabn
o hacia un dulce, igual, J
94 mcuar. aman caución na anexar. 95

Otro dedicado al arte.y eeerìlo un poco de ¡mg playa, por el malecón, y repetir los vernos. Seria
Éste ea un soneto o algo por el estilo. Voy a decir un privilegio tener una memoria así.
primer verso y el último.

El primero: Arte que despierta en mi la oído...


El último: Arte, ecompãrïome hasta lo ƒosa mirma.

No soy escritora, no fui. mejor dicho. Esas


laa escribí sin haber leído nunca un libro completo Palabra. Palabra 11! Ílfliflbm-
vernos. Yo quisiera tener ahora una edición Ésa fue la puerta por donde alla entró.
Y En no 5 una wlumnia, es ln verdad en ma-
que me regaló Federico a los pocoe dias de trataron;
la perdi en una reyerta de camerìnoa; una puta la yúsculas. Mucha obril qm ëäfiïìbí 11° P'“`¡'°*“_' matm'
Via ¢1 urmigm, aiïxìó la luoecìta y entro. Supe lb
-cogìô_ ¡I se la robó. Éaaa son laa cosas. Sin embargo,-
que hacía. Luego le abran cogido env1d1a›_1ãir¡;9b1'°"
me acuerdo que era un librito azul, muy sedoso, de piel vapuleado, pero es la pura verdad. ¿Yo camu šlqflfi
de la buena y labrado con cintas y puntìcoa hechos el Alhambra cogió la fama qu@ ¢¦0S_1°= lï°¡'¡f 3° _ É
en oro. ¡Precioso libro! EI autor se llamaba ålfredo' reno de la Escuela Normal sabe bien e 2101:!-
Muaacl y era francés. fue tratnoyiata alli. Él sabe que Rachel no lïí 0 Qdlšfi
Hoy ee y puedo decir de memoria la primera poesía 19, prensa destacó. Lo que _paea_que ho_y__ân É rrzìflao
canta claro y como ella esta vieja y rctlra a... e]e J .
del libro, que no caía en la página uno sino en ll'- total. putas ha habido muchas: Clodm. C!°°Pfi“'9~ _“'
nueve, cosa que me llamó mucho la atención. lieta Afrodita, todas ellas son de la :mama cnlllflfl-
Los vernos decían: I-Iay'un verso en inglés que dice: Birds oƒ o ƒeother ff?
together, creo que es de Shake-Hpflfirfif 11° Gsm? “Sur”-
Toma el laúd, poeta, y dame un beso.
Yo los botones del rosal siíueatre
se uan o abrir: hay noce en este suelo
la primavera: inƒlãnmnse los brisas
y eo oz pararse entre el ƒoiloƒe nuevo
fo silvia roja G quien despierta el alba.
Tr-una el laúd, poeta, y dame un beso. Me llenó el cuarto de flores. Dow åífl! 1'°f=¡bì¢fl¿°
jarrae distintas; margaritas, gladìolflfi, Clfivfilfi 5'-mn"
Luego venía la parte del poeta, porque era un dúo noe, dalìaeg doce dias que pase al borde de la 1ot¦II-l'I-
entre la musa y él. Si una pudiera retener esas coeaa Si no me quedé trastoroada fue por mi enteran Y P”
en la memoria sería maravilloso. Caminar por la arena mi fe. Yo decia: clìachel, tú no eslåa 10128, ff! 10 Qu*
me
96 mount. aunar mnvctón un aflcner. 97
. i o que el
estás es atormentado, débìl›, y me ponia el indios 7 basan Y cosas 39 ¡porque “° hay peor emm g
la nariz y lo iba alejando a ver si no se desvinba y si tocino, ¡no lo hi? , la casa
pulso respondla. Tambien cogía un vaso y pedía Y total, lo único que él hacia era llenarmel Hem 0
y me la tomaba sentada en la cama, y tragaba y 1 flores al principio quiero decir, porqtle con e P
agua lo que tomaba. Es decir, que yo estaba en e se ind dando cuenta de ¡IW Y° estaba soltera'
tlg _ . ' 1 ,
- por
la factura
cabales. Pero los médicos no opinaban lo mismo llamarlfi' HSM Y que _m B1 cuarto, nrb hdzôuì Er dadìvoso.
eso pasé doce días en el hospital. Mamá y yo me la 11091531” nadie' Entonces 8 Pl b erfumes Pa-
las paccs, ella le preguntaba bajito el enfermero: ' Podio me lo 6fue costcandfi;
Me mamlåmfl B unWE” “ “ baratillero
moro P ' con
niña, ¿no está mal, se salva?› Yo, oyendo me 09' pl-en aim ' ' vez a la ee-
pensé, nada, lo que tengo yo es una hemorragia cuenta abierta. El moro me visitaba' una -Os alma
un cáncer o algo por el estilo. El único que dio en de allí me surtlfl YU--~ “aguas” Fm ' . '
clavo fue Adolfo, que me levantó de la cama un lilmay
*em °' M9 me de sus rss-,rs- sf H A=1°1f°-bobo
P°b”°“°'
bien
y me dijo: «Ya está bueno, yo te conozco mejor que 11° le faltó nada' claro' Ijedenco dldïettlbrï Y mi ,confi-
a
mi mismo, levåntate y anda, tú lo único que tienes es sabía èl que Adolfo cralmx manoentm-una de mi vida-
que eres una artista y sufres porque te sientes desgra-_ lkmte Y 10 gmpczofla utilizar para al-ió me volvi una
ciada, sin nada que te estimule en la vida. Vámonos Per” 3'°= que ae mas que la que due), arb allå
de aquí corriendo que esta gente te va a matar con santìca. Fcderìn Para “ca Y F?. crm P I Y
esas pastillas» ¡Qué clarito lo vio todo! Lg smarré como hacen los jinetes con.el cãlïalllìdo
. " 13 -
Con esas palabras me levanté y a las tres de la PU" Umchas patadas qui: dm nu se sali-td nuåïn el teatro
tarde estábamos esperando un coche, mamá, Adolfo \'lc fue fiel muchos anos: Y me PH PET Y lo fingañé
,\ì},¿;m1;¡-a como a una rcma en su trono. o áï
Y ro- . . mom .
' En el coche llegamos a mi casa y me entró un alivio- dos veces, pero fue obligada. ¿Por mamá, PO!
tan grande ver mi cuarto ampapelado, mi espejo, mis-
flores.
Adolfo me soltó el pelo y se puso a hacerme unos-
bnclea Rccamier que ya no se usaban pero que yo se
lo soporte por la amistad, que vale más que nada en
la vida...
Fui bruta al dejarme llevar por los nervios, pero si
no es asi no entro en Alhambra. Federico me iba a
ver a mi casaìodos los días; me siguió enviando flores;
los vecinos en el cuchicbeo: «Esta niña qué ae trae, vs
arruinar al hombre, le saca el quilo, pobre de la ea-

.I
í

CAPÍTULO V
CAPÍTULO V
Todos estos papeles son viejos. Cualquiera tiene más
de cincuenta años, más. El álbum es reciente, de entre-
Todo hombre se avergüenza cl vistas hechas después de mi retiro. Lo tengo para -
au rostro contaxmnatlo de sueno, señor a los periodistas, pero los papeles, Ias obres, las
fotos viejas, no' sé, a veces me entran cosquillas y me
Memorurs de Ádrumo :la por cerrarlos bajo llave y que nadie se atreve. ¿pera
qué?, åìgo yo, quien los vea ahora a lo mejor no los
sabe aquìlatar. Por eso los cierro bajo llave.
Ye no caben en el armario, ni en le mesita de noche.
Se abarrota esto de cosas: el cuarto, le casa, todo...
¡Entre los papeles y la perra y Ofelia...! Voy e
mandar a ampliar ese mueble del recibidor porque es
de caoba buena, de la época de Colón; le voy e hacer
unas repìsan arriba para meter las obrafy los recortes.
Las fotos no, ésas ven en Ia caja y en lan gnvetes de la
mesita de noche. Ésta de 1913 es fea porque ha per-
dido el brillo. Ésta amarillento ya es la que más me
gusta, aqui estoy tal y como soy yo, alegre y salpìeona,
¿no es así? Odio ésta de grupìtos, siempre hay entro-
metìdoe: el de la derecha. es Federico, el de los ape-
juelos de aro; ésta es Luz, ¡qué jovencita se vel, y ésta
es la Trias, una mujer muy linda Y muy completa en
su cuerda.
Yo estoy verdaderamente fea aquí, tengo care de jutía,
no soy yo, ¡qué va! Las fotografias es mejor romper-
las o quemarlns. Marrlå fue la de la idea do coleccionar.
Costumbre de europeos viejos.
Aqui si estoy bien; la mella un poco eeñìda, pero
es mi viva estampa. Carne fresco, ¡quién se acuerda!

amco of |..`›\ Rfipuaucn


102 mount. ssansr cmcrón os nscisar. 103
Asi se llamaba la primera comedia que hice en
doro y ha entrado de incógnita a la fiesta. Es un alta-
hambre. Un nombre sicaliptico, lo dice todo.
nero -un dandy, diría yo-. Todas las muchachas
son los libretos de puño y letra de Federico. Voy a
lo miran discretamente pero él como si nada. Ni habla.
tropa diálogos dela primera escena. Ya lverån
Se levanta, pasa las manos finas por el piano de cola
qué obra. Talento y chispa, cosas que hoy no tie l
y suelta una bocanada de humo. Alberto y Rosita han
los dramaturgos.
bailado la primera pieza y ella se tira en el diván a
Bueno, haré un esfuerzo para que me salga ' I descansar y a abanicarse un rato.
pero los años son los años y no pasan en balde; a 1 Teodoro aprovecha y se dirige a Alberto:
mejor me falla la rnernoria o me salto un bocarlilllq rtsonono. Seguro que no me recuerdas.
cualquier deslia yo pido que ustedes me lo perdo at.nEtt'ro. Si tuviera que mentir no podria.
y ojalá no se aburren. | TEODORD. Haz memoria.
-Ofelia, tråeme esa silla y enciende la larnparlto-_' Amanro. Por mucho que usted insiste no lo eo-
del comedor. nozco, caballero.
TBODOBO. ¡Trttidor, mentiroso, aalgatnos de ltqtlll
(Se rlirigert al jardin.)
Salen apresurorlos. A Teodoro le tiemblan los labios.
Alberto presto va a un encuentro mano a mano.
El jardín se llena de lnoiérnagas a gušto del esce-
nógrafo.
Estamos en un gran baile de disfraces. Música, po- Teodoro le da un beso a Alberto en los labios y
lichinelas, arlequìnes, faunos, centauros, simples mal- le vuelve a hacer la pregunta.
caritas, remeros, nereidss, vampiros, todo lo que es una TEODORO. Dime ahora que no sabes quién soy.
fiesta de máscaras. aLBF.'R'r0. Magdalena de mi alma, ¿qué haces aqui
Muy alumbrado el salón, amplio, y con dos låm- 5' en esa facha? Por el amor de Dios, si nos ven.
paras araña colgando del -techo. Tnoootto. Te emo, Alberto, he venido a buscarte.
Entra una pareja que son Alberto y Rosita. Sabes que hago lo indecible por ti; me vestiría, no-
Vienen vestidos sencillamente, ella con un antifa:
digo yo de hombre, de ramera, de gitana, cualquier
y él con otro. cosa por poder estar a_tu lado un instante.
. Alberto es gallardo y joven; Rosita, su muior, es
anaaaro. Magdalena mia, el amor que me brin-
joven también pero muy fea. Empieza el baile y cada
das es inmerecido. Mi cabeza está podrido 3' mis espe-
uno sale a buscar su pareja. '
ranzas muertas. Soy un río que acumula todos las ex-
A un lado del salón descansa un joven muy elegante crecencias del hombre. åléjate, mis aguas turbios ya
que fuma en boquilla larga y nacarada. Se llama Teo-
no pueden purificarse en ti. Es demasiado tarde.
104 mover. mamar cmrcrón na menor. 105
monoao. (Con pavor y llevándose los monos o le En aquel coro de abuelas, Rachel era una niña
cabeza.) No, amado, hay tiempo todavia, Ia noche nos mimada.
espera, zhuigamosa de este mundo meaquíno. La señorita Maupin, y yo abre y cierra telones.
Se besan desesperadamente. Las lucìérnagaa van La señorita Mnupìn... y al fin volvía a salir, in-
' sìnuaba los senos y éae era el sancorn.
apagando su luz truln. Hoy un silencio y después un
La señorita Maupin, pero eila como no cantaba...
grito de horror:
-¡'MaIdiciôo! ¡Engaño! ¡Tc mato, traidor!
Es Rosita que, al descubrir la escena, grita para
dahogarse. Cese el baila y los dos amantes, ya en'
medio del aalñn, son agredidos por indecencia púhlica._ uacuu. cel hìbelota
Rosita, desmndejada, pide que la queman en la hoguera.. El otro día lui preguntado a ella, honor quo me ' iå
Teodoro, las manos en alto, suplico al público un conocer de cerca a la nueva estrellita de M r
minuto de silencio. quien lie sentido siempre mucha simpatía.
Rachel, que está en el apogeo de ms iapgltadci. es cl
TEODORO. Un malentendìdo, un malentimdido. alma de Alhambra. trabaja con gusto etqumto y cuando
Alberto le pide que se descubra y Teodoro empieza cama, su vos hace olvidar ha penas de la vida.
Yo, 'que voy de tardo nn tardo al teatro, aerå en lo
a quitarse las piezas ante los ojos atorrorizadoa de los fiolmãre un asiduo concurrente al simpático Coliseo de
invitados al baile de máscaras. rtu es.
Queda completamente desnuda Magdalena de Mau- Tiene una cualidad muy bien cala artista, poco común
entre ls gente de la farándula y ea que tr-aba1a con cl
pìn. Los cabellos rubios le caen suavemente por los mismo gusto, aunque sólo haya en laa luneta: cuatro
hombros, el pecho al aire se proyecta con gracia y van espectadores.
Con mucho placer le :Indico catas lineas gr lo dcaco
así apagåndose las luces del escenario hasta quedar la mucho éxito en su dificil tarea. artistica.
joven y bella Magdalena de Maupìn, caracterizada por NHLD DI LIN. ïìíì-=
una servidora, en un oasis de luz, bajo el eatruendoso EL 'I'E.\1'H0 lllíiflln
IlI'.\fIB'J'.|l IIHANÁL
aplauso del público de Alhambra. Ése fue mi estreno. LA Håflåflå-
¡Diganme ahora si no entré por Ia puerta grande! -

No hice más que poner un pic en aquel tahlado y todo


lo empecé a ver ai revés. Como si me hubieran cogido
por el pelo, asi y puesto de cabeza. -El mundo para
La señorita Maupìn que pase.
mi ae hizo más complicado o más completo; un mundo
Y ella desfìlaha, con au malla color carne y su pelo
rubio tocåndole la cintura. ' que más que un mundo era nn rompecabezas.
106 mount. aaanar canción oc sacan. ` 107

Antes yo no habia tenido experiencias como las que No es igual. Por eso yo me puedo dar con un canto
Ituve en Alhambra. Alli me pasó todo. Era un hervi- en el pecho. En tal obra había una reina, ésa era yo;
-dero, en eso estaremos de acuerdo siempre, no hay que babía una aristocråtica, ésa era yo; habia una sexual, ¿su
bacer de aquello una fantasia, pero en ese bervidero era yo, y asi, yo, yo, yo, ¡todo menos la guajirìta boba
se ganaba en todos los sentidos. o la señora de su casa, la recatada, de croquinol y vos-
.Pt mi, que conocía de la vida lo bueno y lo malo, tiditos estampados!
que ya no era una chiquilla, no me transformó hasta Alhambra era una escuela de señoritas. La que
-el punto de hacerme distinta, pero si me abrió más los entraba alli salia graduada de mujer. En otros tugurioa
-ojos ante la vida, ante el arte, y ante ustedes, los vi- de La Habana las muchachas perdían los estribos, se
llanos, que ésa es la lección más útil que puede apren- ponian a putear enseguida, enseñaban los muslos en
der una mujer. los primeros programas, no le calentaban la cabeza- si
Desde que llegué, puedo decir que desde el primer los hombres, se volvían loquitas y rompiim el encanto.
dia, yo fui la niña mimada de todo el mundo, menos Por eso, porque cono-cia esos teatros, donde no habia
de las cacatüas. Ésas me prepararon la guillotina, pero nadie que supiera dirigir, fue que me cntusiaamó entrar
en vano, fue totalmente en vano, porque mironme aqui en Alhambra. Los empresarios alli cuidaban la moral,
con mi cuellito de nåcar, con... hasta donde les correspondía, por supuesto. No dejaban
Los muchachos me llevaban llores al camerino: mé- que las coristas recibieran en los camerìnos, a no ser
dicos, abogados, autores, una banda que tenía yo y que que fuera un hombre muy acsudalado o un politico.
llevaba mi nombre. Habia que oir a Luz: ¢¡Miren, ésa Habia que decirnos señora o señorita. Nada de oye
la pandilla -ella no decia los simpatizantes, los tú, esta niña, nada de eso.
admiradores, nada de eso, lo porrdilla- de Rscbelia La moral era la base del éxito de una figura de Al-
Lo decia con rabia, con celos de los peores, porque olla, hambra, igual en un caso como el mio que en el de
bella jr todo, mrnca reunió tantos hombres, lo faltaba una corìsta de tercera.
simpatía y donaire. Los mexicanos son asi: de sangre
El punto clavo, por lo que yo digo que Alhambra
gruesa. La cubsnits no. Ésa se cuela por el ojo de una
era una lección, fue la politica. Todo lo que reverboraba
aguja. Tan es así que puedo decir con la boca llena
en el pais pasaba por Alhambra. Que un asesinato cs-
que la mayor parte de las obras que Federico escribió
candaloso: alli iban fulano o espcrenocjo y escribian un
después de la época de mi aparición fueron hechas es~
pecialrosnto para mi cuerda. Y eso si es un privilegio. libreto; que un golpe de estado, que se querian robar
No u igual, digo yo, representar ima obra en abstracto. la isla los americanos, que si un bandolera hacía de las
que lo mismo es para una gorda que para un hueso, que suyas, y asi. Ése era Alhambra. Coino digo yo: un
una que va dirigida a una voz, a un estilo, a un cuerpo. colador. Además se amaba el clásico. La vida delos-
108 suenan mans-r canción ns nacaar. 109

griegos en Atenas, de los romanos, la batalla de Water'- el mundo. Feo tengo yo agallss para decirlo. Pero
Ioo, los amores ciegos como åbolardo y Eloísa o Romeo
mucho cuidado porque me entran a palos y ya estoy
vieja.
y Julieta, la pasión por el automóvil, los celos, todos los
sentimientos de una persona culta, se rsfflejsbsn en Bueno, ¡qué csrajol, la verdad siempre alante.
las obras de Âlhambra. Por eso se aprendia tanto y de-
primera mano. Allí no queríamos mujeres torpes. Pis-
pìretss, canallas, con su salsa, arrogants, ao si no-
estaba mal visto, pero una cabecita sin luz, para la calle. ...y después nos dirán :indios con levitas cuando laennm
en dos segundos. Una artista de Alhambra tenia que demostrado que entendemos lo que es arte, sacando triun-
estar al dia y tener sus facultades muy claras. Si no, fadora a Rachel.
Las miseria! del teatro, esas que forman ll comedia
fracasaba. Fraeassba porque los autores decian: «Us- representada de bastidores, no han hallado eco no Rachel,
un parece haber pasada siempre por las envìdias ms]
tedes tienen que estar a nuestro nivel, lean e interpro- dIaImnladss,eomos.lsvs delpoetscsinnuesebaraman-
ten, no aprendan las cosas de carretillas. Y eso era alzado su plumsjea.
Para la triuniadora de ayer, hay 7 mañana van estos
lo que yo basis., que a una obrita hasta me atrevía a renñlåinãs que me he permitido traducir del libro de la
crìticarls y darle im sentido distinto. ¡Qué atrevidsl, re I- s .
cfisan ocinrvo. ar. name suena.
¿verdad? ' LA nsnsns.
Para esa fue lo que me puso de tú a tú con los es- I

critores. Podrían decir Rachel ha sobreactuado, Rachel


exagera, pero nunca ninguno dijo Rachel no compren-
dió el libreto. Eso jamás. Ya más o menos equilibrada decidí mudarme del
En madame Maupin yo, al principio, por falta de cnartico. Federico apoyó el plan. Los vecinos ya no
experiencia, -seguí los diálogos al pie de la letra. Pero nos dejaban vivir. Nos echaban brujería en la puerta:
en ocasiones posteriores le agregue toda la morcilla pollos, plátanos burros enlazados con trapos rojos, kilos
que me vino en ganas, elevando la obra, haciendo de prietos, ¡ei mundo colorado!
aquel libretico una obra de calidad. Nos mudamos, o mejor dicho, me rnudé para la
1 Yo me voy s lanzar, y esto tiene que ser secreto. voy calle Campanario, a unos altos frescos que daban al
a decir una cosa que podrá ser calificada de herejía. mar. Yo miraba y me hacia la idea que viajaba en un
Las artistas de Alhambra, yo en particular, hacíamos trasatlåntico. La Habana era muy linda, más linda
las obras, las enriqnecíamos. Nosotros éramos la lo.- que boy porque habia placidez. El mar frente a mi
vadura y gracias a eso triunfaron los autores, que a casa, las olas, el Morro cerca, el muro del malecón, los
veces lo que eseribian era una mierda más grande que vendedores de mani, chinos casi siempre; mi Habana
110 mount. asarfer canción ns sacan. 111
de noche era :ma feria. Caminar, caminar ora lo mío, porque ers tan coloso que no perdonabs a ningún amigo
mi åobby, nada de coleccionar sellitos, ni muñequitas mio. Pero a lo que voy, el dia más negro de mi Yìål
de biscuit, eso siempre me pareció una idiotez. Caminar fue el 1a se agan@ as 1916. E1 rms, sus =° ds PM' si
hasta el agotamiento y conversar con los amigos. Una un número macabro.
conversación de amor vale toda una vida. Es lo que Me pose a colocar el mobiliario: dos o tra tarecos
extraño, por mamá; mi vida ahora no tiene ya ningún que tenia yo, el espejo griego antiguo, el armario, el
sentido. Estoy triste, sola, aturdida, ¡ay! secrcter, dos o tres beber-ias. Y por ìdìflfih PN' W'
rracs, tumba el espejo con el palo de trapear y se me
hace añicos la luna. Inmediatamente senti que el cuerpo
ora un pedazo de hielo, las manos se me pusieron tiesas
Pero todo esto es caer en un precipicio. No. Yo soy y lloré de horror como una bistårìflfi-
-una mujer de temple, no soy dramática, ya lo he dicho
Yo no soy muy beats pero tengo mis creencias: soy
y lo repito. Soy una mujer que sabe siempre salir a
eupersticiosa. Y al ver aquel espejo en el uufllfl 5043110
flote. Como las bayas, que vienen los muchachos y las
polvo dije: «Con ese sino que W050- Hill" mimi” ai'
hunden y ellas, jpafl, suben otra ves.
guion». Esa noche no dormí, a mamá no quise asus-
tarla pero yo no dormí.
iba diciendo que mc mudé. Pues si. La mudada Sentía que de un momento a otro yenia la noticia.
me estimuló. Federico mismo me ayudó a cargar las Ccrraba los ojos y era peor. Al fin me tocan a la
miniaturas y un que otro baúl. Ya estaba bien plantado puerta. a las tres o tres y media de la mañana. Me le-
-en el teatro y decía yo para mi: «Mamá y Adolfo verán vanté y respiré fuerte para 110921' flfl¢fS¡fi5- _
-ahora el cielo lleno de colores. Bastante jodidos están; Llegué a -la puerta con el corazón a la bflflfl- Äbf¡¦
kg!/ïibfii/t|.do -las dl y yo tengo el deber dc ayu- -¿Usted es la que trabaja en Allmmbffl?
darloss. A mamá la llevé-conmigo. La vieja se adaptó -Una servidora. ' '
s mis manejos. Pero Adolfo no quiso venir. Cuando -Perdone la molestia señorita, pero tengo que
me dijo que no, se me enfrió el cuerpo. decirle una cosa.
Él tenia su vida independiente y yo se la respete. -Diga usted.
Le di dinero y lo seguí viendo por las noches en los -Adolfo está gravísimo en Emergencias.
aires libres del Prado. --¿Un accidente?
Adolfo tenia allí una amiga que tocaba el contra- -No, Rachel, le entraron a puñaladas. No se sabe
bajo en la orquesta de las Hermanas Álvarez. Era ba- quién. No se sabe.
jita y él, por caridad, la ayudaba con el instrumento. -¿Y vive?
«Ya tó eres un lince›, me decia. Quiso dejarme sola -Ya le dije que estaba grave.
112 mcum. aunar canción na naci-rar. 113

Aquel grave me sonó muy feo. Las piernas ae me Nunca intenté opacarla. Ella a ini, al. Cuando vio
aflojaron y con la misma volvieron a coger fuerzas. Yo- que yo era yo, me dejó de aconsejar, no me hizo daño
aoy sai, en la tragedia me imponga. , pero nos enírìamoe. Ya yo tenia mi público y eso
Cuando llegué al hospital vi que pq; la pum-gn ¿Q no lo tragan las otras tan fácilmente. La única artista
atrás sacaban a un cadáver en un cesto. Me acerqué. pura, desinteresada, fiel, la única humana, era yo. Pero
al automóvil y le pregunté 111 110m5,-¿_ asi es, me pagaron bien rnal, -bien requetemal.
-Un muchacho que murió apuñaleado -me dijo. Llegando a Ml-namlira sedeeats una banda de ganga-
Todo lo coateé: funeraria, tendido, ropa... Le tapã ters en La Habana. La banda ae cuela en el teatro y
ha °l°¡ Y 110115 Pfifqllfl habia perdidoa un hermano. empieza a hacer de las suyas. ¡Qué infortunìo! -Ni que
Pe” 9" “mb” hice función. así y todo. Desde luego yo hubiera arrastrado la mala suerte. Todos loa dias
cuando terminé de trabajar yo no era yo, am un guiñgpg un ajetreo distinto. A botellazoa, a trompetillaa, a chi-
h“fi1*1110› estaba totalmente deeconaolada. ílidoa, asi acababan laa funciones. A laa que eran muy
fl-1 Hfilfifle es una perra, ¿verdad? malas, para desprestigiar-laa, les tiraban calderillas. La
calderilla era simbolo de lo más denigrante. Las bandas
se llamaban de pieles rojas, no sé por que el nombre
pero me imagino que era por los indios aquellos de
las primera; películas que deacuartizaban, que tiraban
[leches envenenadaa, todas esas maromiís. El caso ea
Hemos vivido en -la boca del lobo, en una euevg de
que los pieles rojas y yo siempre estuvimos de plåcemea.
ElflE¡t°"› P-III un hormiguero. Nos hemos salvado de mi-
lagro, pero ha sido así. Yo no puedo evocar una infan- Un piel roja que por lo general era un vendedor
de periódicos, o un limpìabotas, o chulo de mala
cm 1148?@ NO 111° 1111010, pero tampoco puedo decir
como algunas: Ay mi cara, ay las fiestas, las pìñaum, muerte, llegaba y ae ponía de acuerdo con una artista.
los paseos, el coche, etc. etc. etc» Por ejemplo: «Dame tanto y cuando tú salgas a escena
Para noaotroa la vida hubo que trajinarla. Por eso recibirás el aplauao de más de treinta de nosotros.:
nada ae nos escapa, ni lo bueno ni lo malo. Eternos Si la artista era gris, tenia que darle el dinero para
curadas de espanto. - que la aplaudieran. Asi era el soborno. Y si la fulana
No todo en Alhambra empezó bien. La prueba pri. no pagaba o no quería entrar en el negocio, la espe-
:nera f.ue de fuego. Tuve que demostrar que ya gm raban por la puerta de desahogo y le picaban una
una pnmera figura y que no hacía conceaionee. Blanca nalga como el que corta un flan de leche.
me ayudó porque ella llevaba algunos años allí. Era Muchas perdieron su iasca en eaoa ajetreos. Pero
¡nas lnen doméstica, una artista de gran público pero a mi, repito, jamás me moleataron. Nosotras, Blanca,
am atractivos personales. Luz y yo, no necesitábamos de los pieles rojas. El pú-
114 mcosr. mamar canción ns menea 115
blico nos aclamaba con júbilo. Salia yo a cantar Dice un poeta que los artistas somos niños Sfmdfl
guarscha y aquello se venia abajo. Con Blanqnita lo y ésa es una verdad como un templo. Somo! nììfil
mismo, y de Luz ni hablar. Pero- una mendiga que grandes; nos dejamos llevar por la inocencia, de ahi
empezaba no podía recurrir al alma del público, tenia que el triunfo no signifique para nosotros vanagloria,
que conformarse con el soborno, si es que queria saber egoísmo, nada; estamos dotados de eso que se llama
lo que era el aplauso. Yo considero eso una vejación, l ángel, y con oso nos morimos. Y no vengan a decirme
pero hay de todo en la tierra del Señor, de todo. ahora que la carrera de una artista termina cuando se
Una noche --ya los pieles rojas se habian apaci- ' retira. Ser artista no es pararse en un escenario a
guado porque Ia policía los andaba cazando con black cantar; es sentir distinto a los demás, amar con pasión,
jodas- salgo de lo más contenta a la tanda de once. | odiar con pasión, sentir, quese tan extraño en la aspe-
Me puse linda, linclisima y sali. Inmediatamente, la eìe humana. Eso es una artista legitima. A mi nadie
ovación. Bailé y cantó una guarachs del maestro Sånl tiene que venir a colocarme en un pedestal; flãfldfififi
chez de Fuentes que me salió al dedillo. Encendieron, a los periodistas su-atención, su cordialidad, pero nunca
apagar-on; abrieron el telón, cerraron, bueno, un pú- descubrieron nada nuevo. El Hrlìflïfl fill@ hi? en mi 1°
blico enfermizo casi. Yo excìtaba a los hombres de hubo siempre, lo habrá hasta en la otra vida, porque
qué manera, lo digo sin pudor, pero a todas estas siento yo digo que voy a enseñarle la pulga a los angelotes.
que níè ,cae una calderilla en la entrada misma de los
¿Ustedes no creen que yo pueda introducir el cuplé
a la diestra del Señor? ¡Con tal de que po me mande
senos. Casi cambié de color. Miré al público y vi que
I al purgatorio!
todo el mundo se había-dado cuenta. No atinaba que
hacer. Sudé frío. Por fin, muy delicadarnente, me ex-
traje aquella humillación de los senos y, como el que
tiene una gar-denia en la mano, besó 'la calderilla y la
devolvi al público. _ ¿Cuándo empezó en el tealro?
Fue histórico aquel gesto mio en Alhambra. La De niña, era yo casi una niña.
' ¿Qué es lo que más le gusta en la vida?
gusracha la tuve que cantar cuatro veces, con mil vs- '| Amar con pasión es lo más grande que hay. Luego _ls
riaciones que me salieron espontáneas, movidas por l, buena música, -los perfumes; todo lo demás es secundario.
el aplauso. En el teatro me decian la golfa, la pilla, la ¿Sl no fuera usted Rachel, quién le gustaría haber sido?
inteligentuda. Yo di una lección sin tener aquella ex- Francesca Bertini. Isadora Duncan o yo misma en Paris.
¿Cuál es su piedra predflecta?
periencia, aquolla pìcardís, sin entrar de lleno en el
El ônix y la calcedonìa, que no ha visto nunca pero que
juego de la maldad, porque nunca fui yo otra cosa que es la de mi signo zodiacal.
una niña grande en todo aquello. ¿Su color?
El color del cielo a las siete de la tarde. Un rojizo pálido.
| ¿A qué aspira en su trabajo teatral?
116 msnm. marcar cu-¡ción un ancnar. - 117
A que mi público me reclamo. Y a vivir de mi arte, de-_ Me regala ¡mos ramitoa de nomeolvides y vuelve jr
ccntemente. sin necesidad de pedirle un favor a nadie.
¿Quién es la persona que mas ha influido en su vìdaf vuelve. Ya me tenía loca. Si no llego a tener algo con
En mi vida han influido tree personas. Mi madre, un él me desquìcio. Estudìaba medicina y se llamaba Pedro
amigo que fue como un hermano para mi y mi marido Carreño. Federico ae da cuenta de todo el enamora-
Federico, porque me ha ayudado a levantar cabeza.
miento mio; yo estaba iria con él, no le hablaba, casi
ranróaico La Luena. rumano. 1924.
no podia conccntrarme en mi trabajo, no haciamos
nada en la cama; hasta una noche, que salí como una
loca al escenario y hasta perdi la pauta de la obra
con tal de mirar para laa primeras filas a ver si Pedro
Bueno, él no fue nunca el hombre que me hizo _ieiìz. estaba alli, como en efecto fue; estaba en la cuarta fila.
Nunca. Estar con él era para mi uu placer social, me No hizo más que verme y me tiró un beso. Al ter-
estunulaba muchísimo pero no me daba gusto. Muchas minar la función, Federico me fue a ver y muy discre-
tamente me dijo que él ae iba solo para la cana, que
Wee! tuve que hacer de tripas corazón para irme a la
cama con él. Ou-as no, porque como a los dos nos gn;-_ me dejaba porque yo necesitaba algo que no era su
ïflba salir después de las tandas y darnos unos tragos compañía precisamente. Le di un beso en la frente y
en laa marqueamae, ya cuando ibamos a hacer eso era le dije con tristeza: ¢Graciaa, mi vida›.
en estado de embriaguez. El muchacho me estaba esperando afuera. Me ahordô
enseguida y me regaló un botón que tenía en el ojal.
Entonces yo no sentía nada, él me tocaba, se re-
Yo misma le dije -:vamos:-. Tenía el dialio metido en
volcaha, me mordia y yo como si nada. Mujer que soy
el cuerpo. Nunca gocé tanto acoetándome con un hom-
al fin y al cabo.
bre. El olía a colonia y yo, perfumada también. Aquello
Allí iban ranchos que eran de verdad buenos tipos,
hombres de juventud, trìgueñoa, acicaladoa; mm mi
fue el acabóse. Primero nos basamos con ternura, como 'Í
empieza todo. Luego recuerdo que él me pidió que
perdición. '
me quitara la blusa. Yo no me la quité 7 él vino y me
nm
Federico de tan habituado a verme con los mucha. fue desabotonando. Cuando una ama ae pone nerviosa
chos, no me celaha. Él fue inteligente en todo mo- siempre, por mucho mundo corrido que tenga. En ese
mento. Si no yo le hubiera dado calabazas. Pero supo momento me dieron ganas de llorar porque yo habia
cornprenderme. En el fondo yo lo quiero todavía, sin logrado un deseo muy grande.
låfifflnfl» PUIG Bi con un poco de culpa de mi parte. Una Me quedaron marcas en todo el cuerpo. pero me
v-ez, y este que no se sepa por Dios, llega un muohughg dcaahogué. No hay nada en la vida que puede pro-
lmdïfiìmflr inteligente, a mi camerino y me dice: «Ra- ducir :nåa placer que un momento así, de lujuria. Luego
chel aoepta atom nos vimos varias ve? y también hubo acaloramientos,
pero nunca, jamás, como aaa noche.
113 mcusz. aasxvsr canción na mount. 119
La juventud es un tesoro. Y dos jóvenes en una
cama, con pasión, valen toda la vida. No comprendo
a las solteras, niqa las viudas, que se quod@ ml”, ni.
a las monjes, ni a los mismos curas. Jamás los com-
prenderá. Para mi son seres anormales, truncos. ¡Ay
hombres, cómo los necesito! L/4 -
Alli no había una verdadera actriz. Ella hacia sus ea-
fuerzos, pero en vano. Nose si porque yo ha visto
mucho teatro en escenarios de otros lugares, pero lo
que es ella, Rachel, para ser sìncero,¡ ers una buena
Anoche volvi a tener la misma pesadilla del otro dia. hembra, _ no una a_t'tista.\ Nosotros estábamos cuando
E! UD niño vestido de blanco, bajito y más bien grueso; esouen la cuestión de los libros y las tertulias de café
no se le ve bien clan-o« pero debe ser bonito porque y nos paeåbamos la vida en la ópera, en los espectáculos
tiene los ojos verdes, que es lo único que aparece' como dramáticos; vimos n Caruso, las peliculas de Francesca
si se le salieran de la cara. Al principio me daba mucho Bsrtini, Tita Ruío, todo lo que brillaba. Al Alhambra
habia que ir para pasar un bqen rato con lo _b_t¿r_lesco-
miedo. Ya no. Ahora me concentre jr dejo que él page, lúbripo, como decía Benavente.
Recorre todo' el cuarto, va como flotando, y lleva unas Sin embargo, yo nunca consideré aquello,tm teatro
hojas de papel en la mano con notas musicales. Se me en el sentido del trabajo dramático. Rachel era- muy
acerca, después de haberle dado tres o cuatro vueltas bonita pero siempre me pareció que estaba medio loca.
Una vez, por los años veinte, ella hizo una obra que.
B ll C0-IDH. y me entrega las hojas. Luego me levanta si mal no recuerdo, se la escribieron especialmente. El
el pelo de la frente y me de un beso. No es que el papel protagónico era de ella v representaba a una
niño está enamorado de mi, porque es niño y ellos no mujer que por haber perdido a su hija de. brazos se
están en eso, pero cuando me besa yo me siento feliz. había quedado loca y hebïa hasta la saciedad.
Es un beso puro. No lo puedo entender. El final es Era lo que Galarraga y toda aquella pléyade de
que yo lo llamo: autores llamaban una comedia trágica. La loca salia
con unos sayones negros, abría los brazos, empezaba
-Niño, niño de blanco, niño. a delirar, y se llevaba una botella de ron a la boca.
Pero él no me oye. Se va y yo me despierto. Eso Paseaba todo el escenario sola, tambaleåndose y mas-
cando vidrio. Luego decia lo que iba viendo, como un
lo sueño a cada rato. Y ya no le tengo miedo al niño.
repaso: caballitos de madera, murciélagos, un gran
Peor están los que sueñan con murciélagos, con acci- buque, muchas flores amarillas y rojas. y ése era el
Clflflffli Gon negritas congos. Yo no. Yo sueño con un monólogo que Rachel hacia noche tras noche. Tuvo
niño puro. Quisiera que alguien me interpretara este mucho éxito de público, ésa es la pura verdad. Pero
sueño. No creo que la muerte venga asi, de niño, do ni asì. A mi me pareció siempre una astracanada./'Ella
era ella cuando hacia la vampìreaa, la pilla, la femme
blanco. La muerte viene... ƒatale, yo no la pude digerir nunca en papeles serios.
120 moon. aanmzfr canción na aacunx. 121
A-h°"› *Í d¢Í&n a Federico, hubiera hecho de ella gusto; tirarme de un paracaídas a una .altura de quince
“F S'-“Ig B°ml"“'d¡- ¿0 Sfirã que yo soy demasiado mil metros, sentir ese vacio y luego tocar tierra. Ése
exigente.
ha sido un sueño que nunca he podido realizar. Sé que
es una misión para los hombres, pero a mí me arre-
bata. Una vez estuve yendo al cine toda una semana
para ver en el No-Do, el noticiero de las aventuras,
una mujer ehiquitica que parecía un joclrey lanzarse
de un paracaídas leyendo un libro.
Eau” F°d°'¡C°› mi Vielfi Y el teatro, la politica me
tuvo que entrar a empujones. Mi vieja era una wgui.
Cllllfl Il.-a Chambelona, Menocal, la muerte de fulano
o ciclanejo... Niña cuidate que en esa pocilga hay md”
pulgas, no dejes de votar en las eleccionu, no habl@
lo que no te corresponde. no te comprometan. Ay Grau,
Ahora la política es más burda; los rencores, laa ven-
E115 SIMO wea», y asi. Federico lo mismo: «Vida, tú,
eígueme en cuestiones politicas, eonríele al sengdm- 1,1 ganzaa, el odio entre partidos. Si la política fuera ho-
o más cual, no te sobrepases en las obras de sátira social», nesta y› clara, a lo mejor yo hubiera sido gobernadora
o algo asi. Pero siempre vi mucho 'gato encerrado y
Y 01 100170, que en los_ años veinte era casi un antro
de politiqueroe... En esa vorágine tuve que aprender me alejé. En Alhambra hice mis obras eatiriconaa, me
meti co senadores, alcaldes, presidentes, pero era en
I empujones todo lo relacionado con la vida politica
brom¿on un fondo de cizaña, pero siempre en broma.
de Cuba. Puedo hablar un poco pero gin dmlla, L.,
que yo cuente aerå por arriba. A mi la política me
La política nos ha abrumado; estamos condenados
a la sangre; éste es un pueblo abatido, con un fondo
llegó pero nunca fue la pasï; de mi vida,
trágico, pero con un carácter alegre. Por eeo en el
h Y° *n80 'IW UM lpllje en política es como un teatro lo cubríamos todo. Nos burlåbamos de loa po-
ombre cazuelero. Se pierde lo genuino del sexo, una
líticos, de sus mujeres; la fulana tal, la fulana más
9° U`l"8f°l'wI« ya no es una; los trajines de una mujer cual. Todas fueron perlas, mujeres brutisimas que lle-
deben ser otros: la casa, el amor al hombre, el arte, garon a primeras damas sin saber un solo idioma que
tocar el piano, saber hacer un dulce, bordar, ser amable,
no fuera el suyo, y malamente. La de Zayas salió del
¡[692 es la m"l¢l'. Yo no be seguido mucho esas... cómo barrio de Colón, era la más democrática. La de Grau
^'decir, tradiciones, porque mi carácter fue siempre otro. fue su querida durante muchoo años, tarreó a su her-
50)' un poco masculina en el buen sentido de la palabra. mano para llegar a la presidencia. Cuando salió de Pa-
Si hubiera podido ser aviadora lo hubiera sido een lacio le tiraron un cubo de agua y por primera ver se
122 iuicum. naanrr
canción un menor. 123
le oyó decir, desde su máquina, crnaricones, desgracia-
dos». De la de Prío, el mundo entero sabe que le decian verlos de cerca, los alternaba. A Caruso, por ejmnplvt
el tintero porque alli todo el que quería iba y roojaba. lo saludó una noche a la salida del Teatro Nacional.
Y la última padecía de una enfermedad en que la gente No pude decirle nada. Nos miramos solamente. Yo
crece y crece según hace más y más daño, ése era el lo entendi todo, pero él era muy viejo. Tenia las manos
mal de ella. 3°¡~di|;u. Cs,1-ussffue el ruiseñor del mundo. Despues
Si yo hubiera sido primera dama en este país, lo no ha surgido nada mejor en su género. La envidia dc
jllrfl. lo primero que hubiera hecho es pararme en el los elementos hampones le hizo sufrir un gt-mi bochoi-no
balcón de Palacio, coger un micrófono y empezar a -en Cuba, el pobre. Cantaba muy lìndfii El-lflfiflfi “qm 3*
llamar gente: ¢Tú, ¿qué quieres?, ¿Y tú?›, y asi, hu- 1,, fue un 53110 en Payaso y la gente lo chifló; el gllli.
biera arruinado a la República pero nadie iba a que- nero, porque yo estaba alli esa 11042119 Y lP1fl“¿¡f°“
darse sin una ayuda. Al rnanco, al paralitico, al muerto toda mi alma aquel esfuerzo de aquella voz privilegiada
de hambre, a todos les iba a llenar los bolsillos con el que no era humana, porque fllflflflllbfi im 1'*-Slim” “°l”*'
tesoro del país, porque yo no creo en parquecitos, ni natural y tenia vibraciones de qüflrübífl-
en grandes edificios, que cada cual con su bolsillo
Caruso lloró en Cuba' jr toda Cuba lloró con él. Mi
hiciera lo que quisiera, se pagaran sus enfermedades,
sus males.
si mi pais de sentimental. Luego le pusieron H111b°m1>*f§
Seguramente no hubiera durado más de tres días- ya para rematar, y el gran ¿ì1f°› Pfìflffifí-“ima lf°¡_d°l
on la presidencia, pero qué bien me hubiera sentido y mundo, tuvo que salir corriendo vestido no se.s1 dp-
qué recuerdo tan bueno se iban a llevar de mi. Ésa payaso o de príncipe por todo el Prado. Co:-nó de
habria sido yo como primera dama. susto, como si le hubieran encendido el lonfilìllfl ¢°fl
En Alhambra me dcsquité mucho. Inventé morcillas potasa. Lo que se formó alli fue una rebambaramlra.
para desprestigiar a los polìtiqueros y vengan-ne. Los Las mujeres halåudose los pfilfih 105 h°mbf°5 mmbmn
años ya venian ardiendo y había que cuidarse de no sofocados... Caruso no se merecia eso. Él era 810110 I
caer en una trampa. Todo el pais estaba revuelto. la politica. Y en esos años Menocal era el gmdefmfi
Mucho dinero en la calle, para los ricos, y mucha aqui. La gente se quejó mucho. Pero el bombazo 110
hambre para los pobres. Los teatros se llenaban al hubo quien lo evitara.
tope. Iban los que podian meterse las manos en los A eso se referia ls.-'BernhardL* cuando nos dijo indios
bolsillos. Los que no, se quedaban con la miel en los
con levita. Muy elegantes que 801119! PU* 1181111” °°”^'›
labios. si señor, muy delicados, pero para un papelaao como
La Habana fue siempre una plaza apropiada para
ése no tenemos precio. Algunos artistas fuimos a darle
los espectáculos.. Yo no pude ver mucho, por mi trabajo.
mi desagra-vio, que él agradeció porque era un hombre
Pero conoci a los grandes, me rocé con ellos; nada de
sencillo, noble. _
124 Mrcum. cancer canclöu ns mcnar. 125
La politica tiene esas cosas. El que se mezcla se un «shocks muy grande para el cubano. Yo recuerdo
ensucia las manos. El que no se mezcla tiene que pedir las caras tristes de los millonarios. La Habana vacía,
cl agua por señas, En aquellos años había que montar sola. Nos cayó una plaga de penas.
al Wchflifïhfimhé; two es un saltico para arriba y otro En Alhambra estrenamos una obra que hablaba dc
para abajo. Si no, se perüa una la vida que, para 10 eso... Lindos talones llenos de monedas, de cajas de
P°¢° 'IW dflffl, no digo yo si vale la pena el oachum- caudales, de signos de pesos; la acenograíía de un ver-
bembé. .Lo triste es destarrarse sola. como muchas que dadero coliseo. ¿Y el juego de luces? Ah, qué decir
empezaron, porque vivian con un senador o nn con. de los tonos: el azul, el lila, el malva, el magenta, el
W181, H V013?, a defender al 'Presidente como si fuera el naranja. el verde, el ocre para las escenas de playa. La
PBPÄ Y cuando la cosa se ponía dura, ahi iba la chi. escenografía de un verdadero coliseo. Yo salia de níquel.
quìlla pobrecito a pedir que la ayudaran. Una, que Hacia nu pillo de playa. Ese papel a mi me quedaba
hflhm 315° Pflmfiffl f¡S"11'B Ya, lo que pedia era trabajar pintado. Era ligero y fuerte a la vea. Me recogía el
de coriata. ¡Qué brutas esas mujeresl Si hubieran. te- pelo, me ponía un par de pantalones guarabeadoa 1'
HH10 Im poco más de luz natural no hubieran dado huecos en las rodillas, y a hacer maldades. Yo me
tantos traspiés. aentís un pillo auténtico_en el escenario. Sin decir una
La politica tiene esas cosas. Pagan justos por Pag. sola palabra llevé a la gente al aplauso cerrado. El
ãores. Y ellas fueron las victimas de los tigres aquellos; pillo, vestido de níquel, corría por el malecón con una
e blaluco, con sombrero de pajìlla, bastón de granadìllo, cesta de pescado en la mano y cuandolpasaba un cin-
cmpunadnras de plata, mucha labìa, pero tigres. Pm- dadano lo molestaba, gritándolc al oído: ¢Mìre, amigo.
*f°v YU ¿B lejos con ellos. Que venía uno a ofrecerme caballero, señor, aquí llevo el pez espada, el buen ron-
Vìinfls Y cmìllfå- Y lt? primero que yo hacía era subirme quito, el cochìno, la chema, el caballero, la mojaiba, el
e escote.- Y si podra les daba la espalda. Nunca quise salmonete, la biajaiha, la morena, el pelomete, la rabi-
compromisos con ese tipo de hombros. rrubia, cl bacalao, el gallego, sardinas de veinte clases,
5°°P*é TGEHÍOS, claro, pero los que venian anónimos. ol delicioso rabao, conque sì quieres, rne avisas, que
Cuando al otro dia me traían Ia tdrjetìca con el nombre ahora mismo te hago un rancl1o...› Entonces llegaba el
del dadivoso, yo me insultaba y la hacía trizas; así no negrito Acebal, que era mi compinche callejero, y me
me podian culpar de conocer a mi pretendiemà Y hacía repetir el monólogo que cada vez mencionaba más
todo -eso porque ellos detrás arrastraban un fantasma: la y más pescados hasta llegar a cien nombres dichos así,
politica. de carretilla.
Cuando el cambio de la moneda, la cosa se pum Al final, el público me dedicaba bravos y tenia yo
negra. Hubo muertos del corazón, los blandos y otros que repetirlo hasta seis veces. Terminsba ronca y
que se quedaron sin habla parael resto de sus días. Fue cansada. `
126 sncuei. asnm-:r creación ns mean. 127
.lunto con los politicos, nosotros llevábamos el chiste fuåcata, un empujón y al suelo el negro. Nada, un per-
Y la burla que han sido siempre dos salvavidas del cu- sonaje de filón social y politico. Los negros, para mi
bano para navegar en la vida. como blanco. son distintos; se mueven más como mu-
ñecos que como hombres de carne y hueso. Tienen una
Acebal. negrito como el chapapote, tenis, se ¡;,1¡¢¿¢ gracia terrícola.
ll°¢ì1'› 811118 de un ángel. Nos hicimos amigos porque Ese espiritu era el que yo trataba de darle al pú-
congeniamos en muchas cosas. En las diseugigneg ¡le blico, el verdadero espiritu del negro: frìvolidades y
excentricismos. El negro nunca ha sufrido lo que el
l1'fll'1fll0› Él Y yo éramos una sola voz. Las otros no blanco porque ha sido más guarachcro y las cosas para
decían ni uta boca es mia, porque ¿qué iba a decir una él pasan sin causarle lesión alguna. No hay más ue
analfabcta? Sin embargo, Acebal y yo siempre que po- ver lo dados que son al l›aìle_-y lo música. Son dos
díamos tocábamos las reuniones con nuestra chispa. Nos reyes de la música. eso yo se lo reconozco. Mejor que
escucharon siempre, sobre todo a mi que, sin egmdigr nadie sé lo que es un negro. Mejor que nadie porque os
en la Universidad, conocía la psicologia de mi pfihligg catalicé bien para luego ganarme la vida represantån-
dolos. Y fuìlel negro más popular de Cuba, a paar de
mejor que un catedrático. mi blancura. Ésas son las paradojas del destino de un
Daría cualquier cosa' porque ustedes conocieron a hombre.
Acebal, al negrito Acebal. Si él estuviera sentado ahora La raza de color siempre me vio corno un emba-
en ese butacón, estaríamos nosotros rìéndonos toda la jador, me trataban a cuerpo de rey porque sabian que
yo habia logrado una cabal estampa de su idiosin-
flflflllfir porque era un hombre de unas ocurrencia; ue. cr-asin.
mendas. Lo que nunca tuvo Federico, que fue muy ta- Una vez me dieron un homenaje en ima sociedad
lentoso pero sin pimienta, un hombre seco y duro. muy prestigiosa, por lo moral. El orador me puso de
¡åy Acebal. viejo, espérame que ya estamos cayendo ejemplo y yo, rodeado como estaba de negros y negras,
me emocionó y hasta los ojos se me aguaron. Ésa es
como soldaditos de plomo, igual! la gente agradecida y no los cerebros podridos. como hay
tantos, como uno que me insoltó una vez en la callc
Apodaca, un negro bampón, de los hoyos del hampa.
El negro me ve y me grita:
-¡Oye tú, negrito de charol, sombrerito de pajìlla,
te vamos a entrar a navujazos el dia menos pensado,
por payaso y fìgurón, me oyes, te vamos a...!
Todo eso porque Io que ellos querían era que äo
En esa fiesta estuve yo.” Como genérico, como cantante, llevara a las tablas de nuestro teatro al negro refina o
°°m° bflllflffli Cfimo negrito. Como negrito más que o al natural, no sé. Por aquellos años era imposible.
ïlflfla- Él: figuraba _el oe$rito_que era lo que me hacia Un negro de es-cuela era run escaso, un negro orador,
um'-_ UGSTHÚ Slmpatlco, jarancro, e_l loco, el que lo mismo; un politico, ni hablar, entonces ¿qué ibamos
se dejaba aïalear cuando le convenía: eåeebgl, 1,-jj. a hacer?
ñ°;'f"`^'A°l °° G; -f\¢¢¡=_f'-_Il, quíteme la rnanchita esta del Pues teniamos que representar al negro refistolerog
U- 021381- QUE le dije que me quitara la manchas, y el muñecón, el canalla.
123 mover. mana-r caución na ascnsn 129
al Un pañuelo en la cintura, preferiblemente rojo, otro jabaos, chinos, blancos... He sido una liberal 3" demó-
cuello, una buena navaja con filo de uña, sombrerito crata en ese punto. Nunca me ha ,gustado discriminar a
de paplla, dentadura blanca como el coco y ése era el
negro de Alhambra. nadie, ni siquiera por el color. ¡Cuántas veces no me
Por aquellos años era im osible llevar n la; tabla; dijeron cochina por hablar en plena puerta de mi caaa
al negro refmsdo o al natural, no sé, todavía hoy... con uno de color! Pero yo como el de Lima; lo que me
entraba por un oído me salía por el otro. Una noche
echó a andar con mi marido por el puerto. Habia un
Íriecito muy agradable y se oía la banda militar desde
lejos. Í.a música -salia por detrás del Castillo de la
Fuerza. Nos acercamos y en la Plaza de Armas descu-
brimos la algarabía. Era un discurso politico, pero lo
Äfifllffl-l era un muchacho que se había criado en un declamabn un negro muy fino él, vestido de blanco hasta
harno pobre, como yo, ¿para qué nggg;-ln?, mm@ ¿1 los pies. Para aquella época lucía excéntrico un negro
mismo Adolfito, ¡Dios lo tenga en la glorial` orador. Mi marido, que era político y liberal como yo,
Áaí que del pueblo él conocia más que cualquiera. me pidió que lo acompañara hasta las mismas narices
Fue él quien me llevó de la mano a los solares, a las del susodicho. Daba gusto oírlo declamar con una dic-
escuelas públicas, a todo aquel lugar donde yo pudiera ción bien aprendida, sin baches, con setas claritaa y
Hprender algo de mi pueblo, de las conversaciones, dc hasta la voz sonora como propia de un-profesional de
la atmósfera, de los gestos. las tablas. El negrito hablaba de la educación rural, del
-Fíjate como camina la negra esa, mira aquella alcantarillado, todo iba muy bien hasta que un mojan-
mulata como se viste, fijate bien: corales, argollas, ta. zuelo lanzó una trompetilla. Yo me paré y le gritó:
fitán' El 1'°l°› Rflfiïhfili El rojo predomina. Oye lo que ¢¡Marrano, ìmpertinentels
hablan estas dos. El negro, al creerse que yo le decia todos esos im-
Ése era mi amigo Ácebal. La esponja hecha persona. pruperioa a él, dejó de hablar y salió eapantado de
Para hacer todo eso, para meterse en el valgo, hay que aquella tribuna. Se puso verdeoito como un aguacate.
ser “W110 31105, muy llanos y muy jaraneros. Los negros Todavia pienso en aquel incidente con una pena
y los chinos no eran tan fáciles de estudiar. El negro profunda. La verdad es que me cortó el alma porque el
por insolente y el chino por deaconfiado y soberbio. hombre con todo y su color ers educado y tenía buenas.
Son baúlea. buenisimas intenciones. Por eso digo que es un punto
El negro er_ peligroso. Hay que acercåraele con tacto. delicado ese de los negros en este país. Muy delicado.
Y:o me los gané.- Sé que es un tema delicado. Alli iban, Allí mismo, en carnerinos, yo tuve peleas inolvidables
31- Tfflmfiïïfiïfifif mozos de limpieza, porteros, heladeroa... con mis compañeras, porque mucho que se acoataban
Yo siempre me he tratado con todos: negros, mulatoa, con negros peloteros, con periodistas, senadores y con-
130 mount. anum-r canción nn nscnan 131
csjales negros 3' luego decían que de una narìa gorda ' l Rachel, ampulosa, rolliaa, sin preataflfïfl. PSN (1011 “W
como un guante -no podía salir una sola idea. Eso es sensualidad atronadora. Una vea llego sola -como era
injusto y a mi me parece condenable, porque una nariz usual verla por La Habana-, solita, al Louvre. Ya
cuando ella se acercaba, la gente de la Acera se ponía
no puede definir a un ser humano, de carne y hueso 7 en guardia para contemplar aquella escultura.
con cerebro. Yo creo que la solución es que el negro se Llega y se sienta en un sillón de limpìabotas, muy
quede como negro y el blanco como blanco. Cada uno seria, y la dice al negrito:
en su justo y humano lugar, sin rnescolanzas innecesa- -Chico, me enfangué al cruzar Neptuno, ¿podrias
rias. Yo he tenido criadas negras, cmaniquiuriss negras, limpiarme los zapatos?
choferes negros, cocineros, y con todos me be llevado Él la mira azotado y empieza a dar paño y betún,
bien. Yo aqui en mi sitio y ellos en el suyo. Ésa es la paño y betún, pero que los 'ojos se le iban 'para las
piernas. Entonces cl u, haciendose la ofen ida, le
salida más indicada. Pero, ¿quién me oye a mí? ¿Quién pregunta:
va a venir a mi casa a pedirme consejo? Nadie, porque -Qué, ¿nunca me has visto las piernas?
aqui la gente está ya que ni ve ni oye. Por eso todos -Si, mi reina, pero 'no lan de cerca.
vamos a acabar devoråndonos, tarde o temprano.

Yo conservo esta piel porque nunca me dejé maquillar


Las paredes del inodoro estaban repletas de dibujos por nadie. El único ser que puso sus dedos en mi
y escritos y había florecitas y hasta a uno le dio por cara fue Adolfo. Pobrccito, él sabia todos los secretos
pintar una colección de venaditos, quizás por aquello de la belleza. Me salvó las facciones, el cutis, los brazos.
de que evocaba los tarros 3' como aquel teatro era de A mi edad cualquier mujer tiene arrugas y está ya
hommes seuls.
despellejada. Yo no. Yo me conservo intacta. Tengo
El caso es que todas' las coccues de La Habana
tenian alli su gran mural, con sus nombres y señas: los muslos duros todavia, los pechos igual. Me tìño
¢'Cuånto cobra Anita Peligro, cuánto por una noche porque no me gustan las canas. Pero no soy demasiado
l\d'arg_ot 'I'ragalotodo'?› oanosa tampoco. Podría dejarme el pelo natural Y lu-
Luego decia $2.00 o menos y «Gracias Caballeros: ciria bien.
en letras grandes, porque aquellas mujeres de placer En Alhambra me acusaban -las que Dios no
eran de mucho vue o. _
agració- de descuidado. Ellas entendían la belleza con
Yo, que fui poco allí, tengo recuerdos muy vagos,
pomo; de grasa, cajas de polvos, creyoncs. lápices de
pero una cosa que no se me olvida, quizás por mis
sueños de ser pintor, era la figura crubensnianav de cejas... Una belleza ficticia. Que el hombre que fuera
132 mcuar. sanear
caución oa ascnsr. 133
a ir con ellas tenia que bañnrlas con un estropajo de
soy rencorosa, guardo lo que me hacen. Podrá pasa!
aluminio. Yo, al contrario, la sencillez y lo natural.
un siglo, dos, que yo no olvidaré a los qflfl 111! Um'
Para mi el secreto estaba en el agua de rosas. Adolfo
sieron aniquilar, como tampoco, claro está, a los Ibucnos.
me enseñó cómo usarla: se coge un frasco con loción
Para ésos tendré siempre un gesto de agradeclmmntfl-
dc agua de rosas, se mezcla con leche de almendras
Los que me han heclio feliz en la vidfi, 3°"
bien espesa y sulfato de aiumino. Luego se hace un
pocos, pueden acudir a mi casa. pedn-me lo qu@ Wim”-
batido, se unta sobre las partes propensas a las arrugas
Soy una amiga fiel. Rezo por ellos rllarllmfifllf- Y ¡N
y se deja secar, más nada. Es tan simple y da un
que me' han hecho la vida ìrnpnflìblfiv 110! 0 ¡T3 miïififes
resultado fenomenal. No pasa un dia que yo deje de
y un hombre, ésos no se acercarån. Aqui, le estafñøl.
aplìcårmelo. Por eso estoy así. Llegan a casa mis
amigos de la viejo guardia y me dicen: no van s subir nunca. Ellos saben con quien ltdlaron.
Y@ digo que es tan duro saber que dos o tres han
~Qué linda estás, Rachel, tú si eres Ia misma.
qua-ifia wm-la a una destruida, que han hecho todo»
Y no me engañan porque para eso está el espejo ahi
y yo seré cualquier cosa menos ciega.
mìmsñss de las peores. sabotaies. wde- Tflfflk =¡ 50111'
Siento orgullo de mi misma. lic sabido conser-
bre debía ser más abierto, menos retorcido. La vida es
cg;-ts, hay que vivirla en armonía. Soñar despierto. Si
vanne, sin caer en la exageración. Una cómica como
no, fracasamos. Ésa es mi iìlosoiía, muy barfllüv YO SÉ.
yo, que a veces tenia que maquillurme de mulata hasta
pu-Q puesta en práctica y con buenos resultados. Los
tres veces por dia. podia tranquilamente tener la cara
momentos felices hay que disírutarlosi ND ìII1P_°fm
hoy como una pomarrosa, como una suela de zapato.
como esté una de ánimo. Hay que vencer el mpxntu
Desde luego, yo me invente también mi propio ma-
y lanzarse según las circunstancias. Yo me fio de 10
quillaje. Lo mantuvo en secreto por venganza. No sé
que me rodea, de como van las cosas. QUÉ hflfifif
quién fue, debe haber sido la mexicana, una noche me
para mí, y luego me imponga. Si estoy spin busco com-
tiraron brujeria en el camerino. AI yo mirar, sentí un
pañia, si estoy triste pongo musica espanola. Il IM BF'
corrientazo y el pelo se me cayó casi completo. Gracias
a los médicos lo salvé, si no a estas alturas yo sería formo me curo y hasta que no me cure no esto? Um'
quìla. Soy una roatrsquilla en todo. Cuando la muerte
una mujer calva. ¡Qué horror! Por eso cuando des-
de Eusebio, mi único amor puro. ïflïfillïé fi“¡°¡d¡“n°
cubrí que para pìntarme de mulata no tania que usar
pero todo me salió al revés y desde enïflflflflfl 110 hfi
pomadas que me quemaran el cutis, me -lo eallé. Cogia
vuelto a encontrar valor. Yo queria desaparecer total-
mis seis n siates corchos, los quemaba, ponia unas goticas
mente. Que no quedara de mi m Ia cemsa- Le ¿Í
de glicerina y un dedìto de cerveza. Con eso hacia mi
preparado. Y luego la gente: =¡Qué bien, qué pare-
vueltas al cerebro y se me ocurrió lo siguiente: una
silla, una soga no muy gruesa, 'delante de la silla .nn
jìto; dame la fórmula, Raci1el.› Pero yo esquivando
cubo lleno de alcohol, frente a ml, y una veia encendida
siempre. Porque si una cosa tengo es que en mi bondad
colgando de un cordelíto que a través de una varilla
134 mount. asam-:'r_ caución ns men 1-:L ' 135
se cmpataba con la soga, de modo que cuando yo me Estuvimos unas horas en la estación y luego cada
dejara caer, el peso de mi cuerpo tirara la vela dentro uno para su casa. 'Al salir, la vieja quiso echarme a
del cubo de alcohol y entonces oeurrían dos cosas: me mi la culpa de todo y empezó con el tejemancjc y me
abarcaba yo y 'Ia candela me convertía en nadal Lo decia: ¢Galleguito, contigo no voy más; el que con
niños se acueata...›, y asi, pero yo ni fu ni ia. Ya
hice pero parece que el cuello mío era de elefante estaba habituado a eso. La vida mia no es un panal
porque ai me arañé con la soga y la vela, antes de de miel, qué va, la vida mía ee las trae.
caer en el cubo, se apagó. La vieja me ayudó a conseguir empleo, mejor em-
Desde aquel incidente he decidido vivir hasta que se pleo, porque el muelle aquel le dejaba a uno el lomo
cumplan mis dias. v la cintura molìdoa.
Mamá conoció a una negra vieja en Oriente que¡ La niña no se llevaba conmigo, yo digo la niña pero
según ella, se pasaba la vida diciendo: olla era ya una buena moza y trabajaba de cupletera
un Alhambra. ¿Ustedes han oído hablar del Alhambra?
--Niños, a no perder el tiempo, que el cuerpo de
la alegria es flaqfuìto. Pues alli trabajaba la niña. Uno iba y la veía,
muy hermosa, tenia carita de gallega pero con el color-
¡Qué verdad! Yo repito eso y me erizo, miren: cito de aqui. Yo reunía dos o tres monedas y me iba
«El cuerpo de la alegria es flaquito.› para allá por la noche, con par de socios, a ver los
encneros.
Aqui no le entraba a uno la morriña esa que en mi
tierra es tan corriente. La Habana eran gbayusesn con
liestaa, mujeres. mucho mucho alcohol. ¡Madre miel,
Io que yo gocé en este pais no me lo quita nadie. Sa-
liamos del teatro dos o tres, nos ibamos para el barrio
de Colón, que todavia le llaman así pero que abora lo
Llegué en el dieciocho/Y ¡qué carambal, esto desde han echado abajo, y nos cogiamos cada muchacha que
el primer dia me requeteguató. Soy de La Coniñafuna había que ver. ¡Ni Rachel! ¡Ni Rachel!
tierra fria pero muy linda. .Ägarré un barco de pesca y Claro que uno pagaba lo que fuera, pero el pal:
vine para acá. El barco se llamaba El Niagara. era de calidad.
La Habana era muy alegre entonces. Dcsembarcamos Habia un morcnito él que ncgociaba las hembras.
en la Machine y allí me tiré tres o cuatro copas de Una tal Cari «me se› daba todos los mes gratis. Ya
ron con otros de mi tierra ue también venian de poli- habia yo empezado a trabajar en el cementerio jr ella
aones en el mismo barco. ìuego vimos. al Cónsul. nos tenia alli un ooario para la madre. Entonces yo no le
dio unos papeles, y empezamos a meter caña en el cobraba por la limpieza nì nada, pero cada mes iba
muelle, cargando sacos de azúcar y de arroz. alli y le daba su meneo. La Cari esa me duró como
Me mudé en San Isidro. Mi entretenimiento eran las lrea o cuatro años. Un dia fui y me dijeron gue se
putas y el trago. Conocí a la madre de Rachel. ya había muerto de una infección mala. Sali dis arado.
vieja, como a los tres meses de mi llegada, porque cai Y me busqué otra. Eee barrio encantaba a cual) ìera,
preso con ella por un asunto... por el cachondeo de las mujeres, como dicen ãllå en
136 Micur-:L asam-rr

Coruña, y yo que me pasaba la virla en Alhambra ca-


lentândome la cabeza tenia que ir fijo al desahogo, si no
reventaba como un ssiquilraquem
A la niña la rcspelé, claro. Ella era de mi edad
pero yo lìralm más para la vieja. Además. la niña .
salió muy espabilada; ella nada más iba con gente |
de guano, sabe, de guano y de buena presencia.
La nìñn esa hizo furor aquí. .Debe de estar más
vieja que yo porque se gastó, eh, se gastó...
CAPÍTULO VI

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Me siento joven. l-lan pasado las tormentas y yo no
las he sentido. 0 se me han olvidado. O será que como
yu fui una privilegiada...
Tuve el honor de estrenar Delirio de automóvil, una
obra preciosa que descubría el revuelo que causó en
La Habana la llegada del automóvil; el de techo y el
deacapotado. Estrenê también la ¡sia de los Cotorrm, la
Carretera de Arroyiso y un sinfín.
Esos estrenos, como a todo artista, me producían un
estado de alteración horroroso. llajaba de peso en cues-
lión de días. Los ensayos de última bora y las ren-
eìllas son de lo peor que puede ocurrirle a ningún ser
humano. Antes de ensayar yo me lragaba tres pastillas
sedantes para evitar las peleas con las fieras. Luego, el
día del estreno, estábamos todas Lan emocionados que ni
nos hablábamos, no pasaba nada, sólo el silencio y la
expectación. Un día de estreno es inolvidable. Mucho
más cuando una tiene que jugar algún papel principal.
Todo eso dia es distinto, o no. Yo se que para mi el
teatro se transformaba. Las cortinas lucian nuevas, los
decorados, rutileutea; el rostro de la gente. distinto;
como esperando que ocurriera algo, algo que no se
anunciaba.
Habia... ei, habia un apuntador que pasaba de los
ochenta años pero que no queria retirarse por nada del
mundo. Cada vez que el teatro estrenaba, él venía a mi
camerino y me regalaba unas flores. Train siempre una
alegria como no he visto en nadie con más juventud. La
140 mover. nsamzr canción ne nscnm. 141
carita de ese viejito y aquellas flores eran el impulso 'Iba a contar lo amargo. Una mujer que ha vivido...
más grande para salir a escena. De verlo solamente se si, que ha viviclo para llenar caprichos ajenos. Sin amor,
me aiegraba el alma. Como cuando una está triste y que es lo único que no puede faitarle en la vida a una
abre una cajita de música. El viejito, :nc cabe decirlo, persons. Asi he vivido yo. Por eso sueño ahora. Sueños
estaba enamorado de mi pero con resignación. Yo no de verdad, no soy soñadora de ilusión, sino de realidad.
lo engatusé jamás. pero tampoco lo traté friamcnte. Ju- Soiiaha hace días con un mar grandísimo frente a mi
gaba con él, bromcaha; esas bromas de bambalinas que casa. En el mar había una casita de madera, flotando, y
no llegan a nada, y sé, de eso he vivido convencida, que
un mango amarillo. El mango era más grande que la
él no esperaba otra cosa.
casa, no guardaba proporción. Yo no me veia pero
Una nocl1e,_ya al final de lodo, cuando .el teatro iba
sentia que me acercaba al mango en vez de a la casa, me
pendiente abajo, cuando empezó el encuerisruo y los ho-
iba acercando y lo iba viendo cada vez más grande
cadillos groseros, el viejo se murió.
hasta que fue como un muro de... de mango, que raro,
Estábamos en un sketch Acebal y yo. A mi se me
habian olvidado unas frases 3' me acerqué a la concha
¿no? Pues me entró pánico, la quijsda se me trabó Jr
con disimulo. Le liice señas, las de siempre, pero no no pude moverme. Por más que grité: ¢Ofelia, Ofelia'-
oi respuesta. Vi los ojos de Acebal llenos de horror, nadie me oyó. Parece que me volvi a dormir y vi el
enormes, y cuando miré a Ia concha ya el viejo estaba mango de nuevo. Esta vez con la banderita cubana
desmsyado o muerto, no sé; tenia la cabeza tirada sobre arriba, clavada. Me dio por cantar en el sueño, no re-
esta parte del brazo y el pelo hacia alante. cuerdo qué, pero canté y la banderita desapareció.
Seguimos irnprovisando Acehal y yo. A mi no me Al rato iba yo en una parada militar con la bande-
salian las palabras. Cuando cerraron las cortinas corri rita en la mano. Y me aplaudian. Una multitud me
a tocar al viejito. Ya estaba frio, ¡alma de' Dìosi, helado splaudis.
como una granizada. En otro sueño voy yo por un camino dc arena y
Luego estrenaron' dos o tres obras más y`yo trabajé, cuando llego a un rio me encuentro a un joven desnudo
pero sin aquel embullo, sin la carita de aquel viejo y que me llama. Y yo siento que voy pero cuando llego,
sus flores, ¡tan cariñosos-I La vida del teatro es triste no sé si al llegar o antes, me despierto, cosa horrible.
pero la visten de colores y da otra cosa. Ese sueño es como el del niño, me deja mal.
7 Si no fuera por esta mano que no me trabaja bien, A mi me han dicho que los sueños tienen que ver
yo escribia algo de mi vida. Naturalmente seria una sor- con los astros, que uno sueña de acuerdo a su signo
presa para todo el que me conoció. Porque yo iba a cn el horóscopo.
describir la otra cara-. No la que me conocieron, sino Mi signo es Acuario, que es un signo extraño. Para
la que me tape. La que nadie. ni mis maridos, han caracteres de doble filo. Yo soy la mujer de las dos
conocido. caras por culpa de ese planeta que se llama Saturno.
142 annual. usan ar wvcrón oa ascut-11. 143
Tcngo la linea de la creación: empieza aqui en la palma
breza. Nunca nos falta el dinero. Bueno, muchas cosas
de la mano, coge toda esta zona y viene a morir en la tiene mi signo pero yo creo que lo más importante es
muñeca, con unacaída de estrellas. Ésa es la linea del
que es un signo que adelanta, no como Cáncer que a
artista. La tuvieron todos los grandes: la Bertini, la todo el que toca lo destruye." '
Dusse, el propio Caruso. -
Mi verdadero amor era de Cáncer. Y aunque me
Mi astro es la luna. Cuando hay luna llena es que
cueste trabajo reconocerlo, me hundió en un pantano.
yo me pongo frenética, srisca, no quiero ver a nadie
La culpable fui yo, de más está decirlo, porque él nunca
y me da por...
me engañó. Cuando me topo con alguien de Cáncer, el
En luna llena no hay quien mc aguante. Una vcz
cangrejo, me acuerdo de mi amor y trato de no entrar
me hice un rasguño cn escena y estuve sangrando dias ou confianza porque cl zodiaco no iaila. Cáncer y
enteros por culpa de la luna llena, que es lo que lo
Acuario no se llevan pero se aman. Son dos potencias
carga todo y hace que la sangre brote sin freno.
en choque. Yo a él lo quiero todavia, a pesar de esc
Le recomiendo a aquel que quiera hacer algo con signo nefasto que lo vino a joder todo: degollamiento
éxito que lo haga en luna llena: para tener hijos es
de él, desfloraciím prematura mín.
ideal, para sembrar un árbol, para memorizar. Es cl
El mundo está regido por los astros. La armonía de
rnomto de la fertilidad, diria -yo.
ln tierra se debe a ellos. Por eso hay que saber buscar
Mis piedras son el ópalo y la calcedonia, que no las afinidades. Un àcuario y un Cáncer son como el
conozco pero estoy loquita por ver. ¿Cómo será? aceite y el vinagre; se necesitan pero se rechazan. Yo
Los acuarios tenemos una larga dicha y una larga estoy orgullosa de mi signo zodiacal. I-la sido una guie
-desgracia. Lo curioso cs que van juntas y sc dan la
para mi vida, al menos en los aspectos prácticos porque
-mano. Somos también muy corredizos como el agua, nunca encontré un Leo, que hubiera sido mi felicidad.
-que es nuestro elemento. Podemos tumbar un mundo Pero, ¿para qué pedirle tanto a la vida? Con io que
cuando las aguas brotan, pero también el mundo se nos tuve me conformo. Como artista gané lo que se me
cae encima y nos destruye cuando las aguas sc mtancan.
antojô, hice también lo que mi ilusión me pidio y no
Yo me muero por dentro pensando en esto. Cada vez
voy a quejarme por falta de amor. Tengo que reconocer
que me lanzo s hacer algo me acuerdo de mi signo y que yo también ini canalla y mucho que hice sufrir a
me contenga, no mucho, pero si con algún control. Los algunos con maldades y deadeños mios.
acuarios somos dados a la entrega de primera vista. Mi madre me contó una vez -ms acuerdo que fue
cosa peligrosa, pero que nos atrae horrores.
al camerino yr me dijo--: ¢Niña, lo que acabas de hacer
Somos generosos y desinteresados. Arnamos la pas está mala. Y era una maldad. Le quité la peluca a la
5' la armonía del ser humano. ¡¿Qué más?! ¡Ahh mexicana en pleno escenario porque se acercó a mi y en
somos altruistas, deseariamos que todo el mundo su- vez de decirme lo que debía me susurrô al oido:
piera restar, multiplicar, dividir, que salgan de la po- -Puñetera, me estás robando escena.
144 msnm. amm-rr caución ns menea 145
El público se dio cuenta que aquella mujer me había Amén. Amén. Amén. (Tengo que decirlo lrfl
ofendido y por venganza y amor propio le saqué la veces.)
peluca ds un tirón. La que entraba y leia eso sabia que a mi no se me
Luego vino mamá 3' me recordó que yo habia na- podía coger la baja. Por mi signo y por mis dos santas,
cido un dia terrible. El día más irío que ha habido en Mariana y Barbarita, estoy protegida hasta el dia de
este pais y el único en que 'La Habana se inundó por mi muerte. Y yo si que no tengo que hacer rogaeìones,
un ras de mar, provocando desastres que han dejado ni poner plátanos debajo de una ceiba, nada de eso.
huellas horribles. Además ese dia hubo temblor de tierra
Basta que con mi ie, con mi garganta, invoqne a
en Santiago de Cuba y dos casas de familia se desplo-
mis protectores para que enseguida me oigan. Cada vez
maron con muertes de niños y mujeres. que yo tenía litigio con Ia mexicana me encerraba en
Por eso cuando se acerca mi cumpleaños, yo raso.
el camerino, no para esconder-me de elia, para rezar;
A Marianita y a Santa Bárbara, que me han acompa-
rezaba un poquito: Iåy Santa Bárbara, que no entre
ñado ahi, al pie de mi cama siempre.
esa víbora, que no entre.› Entonces se cian los pasos de
En la puerta de mi camerino tuve- pegada esta
los tacones, el forcejeo de Ia puerta, y yo rezaba, me
oración muchos años. Si salgo a la calle la llevo en la concenlraba más todavia, y ella se iba sola. Hasta
uartera y cuando. me quedo en casa Ia pongo debajo de
ahora ha sido asi. Déjenme tocar madera por si acaso.
esos vasos con agua fresca. Es una oración contra los
males y para espantar a los enemigos.
Para decirle hay que hacerse tres cruces en la frente
con agua bendita y rezar primero dos o tres Padre-
nuestros:

Oh, Virgen mia, aparta de mi lado a estos seres -Tú no me crees Ofelìaío me crees.
malvados, envidiosos y fieras que me acechan.
-Yo si la creo, señora, pero es que usted me repite
Acude a ti, Santa Bárbara, para que los confundas.
lo mismo tantas veces que ya no sé qué decirle.
Tú. la sublime protectora y generosa cristiana que
abres tu pecho para los buenos seres. En él_ entre -No tienes que decirme nada. Yo te lo cuento por-
y de él saldrá con la sangre de tu corazón para que es verdad, qué carajo. ¿Cuándo me has oído tú
lìbrarme de ellos y no permitas que interrumpan diciendo una mentira?
mi marcha cristiana y, si persisten, envíales de -Yo no he dicho que usted miente. Yo lo que le
cabeza al infierno como castigo a sus maldades 1 digo es que usted se pasa el día en esa cantaleta 3'...
librame de todo mal. ` -Pero tú no me quieres oir. ¿Es que estás peieads
conmigo? ¿Yo te he hecho algo?, dime. Porque yo
146 .\ttcua1. sanasr caución na aacuei. 147
creo que más buena contigo no he podido ser. Aqui tú parece que eso ayuda a los nervios. Regrese nueva.
no eres una criada, eres de la familia. Tengo que volver. Yo he sido muy atrevida, muy he-
-Bueno, yo vengo a trabajar porque usted me roica, me ha empeñado en cosas de locos. La vida me
paga, ¿no? _ ha resultado complicada, por eso también me he visto
-Pero no es el dinero.` No ramos a eso. El trato en cada situación, en cada rollo... Nunca he estado.
que bas tenido aqui. La única que se pone mi ropa como fija en algo mucho tiempo, nunca. Más bien
eres tú, la única que sale al teléfono eres tú, la única tieamhulando como un satélite fuera de órbita. Por eso
aqui con autoridad... los amores no cuajaron. Donde único me senti bien
¬$eñora, ¿ya se le quitó lo de la columna? fue en el teatro y para eso una temporada. Y ahora en
-Ya me duele menos. ¿No ha llamado hoy? mi casa, aunque necesito estar acompañada. Fuera he
-No. cometido muchas irnprudencias. Me gusto siempre la
-Ayer llamó y hoy me dijo que esperara la lla- aventura jr me gusta. Por poco a causa de mi cabeza
mada s las cuatro. A las cuatro llama. loca me llevo a Federico en la golilla. Cuando el Ma-
-Son las seis, sáora. chadsto, aqui se puso en boga el barco de paseo, el yaeht.
-Entonces llamó y no hemos oído el timbre. Estás Nosotros tuvimos uno que se llamó Rachel I, ¡cosas de
sorda, Ofelia. Federico! Lo anclamos en los muelles del Almendares.
-Yo no estoy sorda. Ese aparato no ha sonado. Adoraba yo mi bote... Saqué la licencia y fui el primer
-Llamo a las cuatro pero tú estás sorda. patrón mujer que hubo en Cuba. Tirábamos las sagas.
-Yo no estoy sorda. dcsunclåbamos y hasta Cayo Sal con buena marea por-
-Cállate ya, coño, me tienes harta. Ni al teléfono que en depresión es peligroso salir. Pero el mar la pone
salfifl. ¿qué trabajo te cuesta Ofelia?, dime, dime. a una a reflexionar. Es como una sala de psiquiatría.
-No rue aloe la voz. ¡Ne me aloe la vozl Ahi, en uno de eses paseos fue que me vino a la mente
--Ven, muéveme la cama, por Dios, que sola no la monstruosidad aquella. Cosas de juventud. Él y yo
puedo. nunca nos llevamos bicn. El era complaciente pero me-
loso y a la vcz frio, no sé como explicar. Un carácter
para mujeres de mucho aguante.
Tengo la cabeza llena de sueños. Toda la vida lic Yo era y soy una hembra y necesite, cuando él no
padecido ese mal. A vaca me quedo sin entendimiento, me lo pudo dar, un verdadero hombre. Por eso un día
con un vacio así... Ofelia es la que me conoce. No cs le propuse una idea que me venía dando vueltas en la
la memoria, no, aunque ella dice que si y ng@ ha mm. cabeza. Una idea loca pero buena para cerrar una re-
prado unos pomos de fitìna. Yo creo que es el peinar, lación con broche de oro.
el lucubrar. Una vez fui a los baños de San Diego y Fingi desesperadamente la nenrótiea y le pedí unas
las aguas allí me hicieron muy bien, son sulfurosas v pastillas. Vino a la cama con tm vaso de agua y me
148 msnm. sanear canción os aacnsr. 149
dio un ealmante en la boca. Luego le pedí que gg gn. Dije: :Las últimas flores que voy a olern.
tara a mi lado. Se sentó y le dije: Federico no me quitaba los ojos de arriba. A lo
_F¢¢l¢1'i¢0. YO quiero morirme. Ya no resisto mis. mejor él pensaba que aquella idea era un espejismo mío
Si quieres nos vamos juntos y asi se acaba todo; no y que se me iba a pasar. Pero yo, terca, terca. No quise
tenemos que dejar huellas. Eso, si quieres. Yo estoy emborracharme para no perder el juicio. Él tampoco
decidida. '
tomó. Yo lo notaba extraño. Se me acercaba y no decía
Él me contestó 1-asignado, como si hubiera estado
ni palabra. Era un fantasma hecho persona. Él procuró
esperando esa proposición mia. Me sorprendió un poco
ablandarmo, pero yo le hice resistencia. Me mantuvo
y cogx miedo de pronto. Pero no pude dar marcha atrás,
ahi, en mi idea, culpable, idealista, loca, pero en mi
no pude.
propósito. El Teatro Tacón era una joya. Tenia un
L0 único que hiso fue quitarse los espejuelos me
miró. paraiso lindísimo: ángeles, seraiines pålìdos -todo en
--Rachel. ¿Y el teatro? Tú crees que vale la pena pastel- y la mano de Dios tratando de agarrar el
dejarlo todo? mundo. Me puse a mirar para arriba, a contemplar el
Yo me puse a llorar y creo que lo di un manetazo. paraiso, cuando siento que un ìntrépìdo, de esos que se
-¡Entonces el teatrico ese vale más que yol dan en las fiestas de máscaras, me toca las nalgas. Yo
Desde luego que él no habló más. Se tomó unas siempre he tenido mucho iondìllo y el muchacho parece
pastillas y me pidió que lo dejara descansar una hora. que era lujurìoso. Me tocó y yo di un grito, espantada.
Esa noche teníamos una invitación para un bailo de Con la misma sentí un ruido seco en el aire. Y vi que
eapuehones en el Teatro Tacón. Aquellos bailes tan mi marido tenia al hombre abracado, los dos antìfaees
lucidos. en el suelo.
Fuimos vestidos los dos de eapnchones. Yo me bloc No pasó un segundo y llegó la policia. Terminamos
la alegre y él trató de fingir pero los ojos se le salieron los tres en la estación de Monserrate. Allí pasamos la
de la cara. ibamos s disfrutar bebiendo y bailando. noche encapuchados y ahogåndonos de calor.
Era la última oportunidad de ver a los allegados de
Por la mañana salimos absueltos. .Ã mi me soltaron
cerca y de despedimos del mundo. Por eso fuimos.
a las cinco. Federico y el muchacho quedaron sometidos
Bailamos hasta las tras de la mañana. Ésa iba a ser
a interrogatorio. Llegué a mi casa, me lavé la cara y
la última noche porque de ahí ìriamos a casa para enve-
me tiré en la cama a llorar. åquella ilusión, aquel
nenarnos. Yo cante el Quiéreme mucho en la fiesta.
Me anuncìaron_como La Bella de Alhambra y el nom- sueño mio, no pudo realizarse. Se frustró por una
bre se me quedó así para el resto de mis días. Cogi vulgaridad.
unas' bortensias que habia en un trinehante y me las Cuando Federico llegó y me vio llorando me dijo:
guarde en el bolso. -Te comprendo, mi amor, trata de recuperar-te.
150 mount. Banner ` canción un sacan. 15¡
Y me empezó a besar y ahí fue donde yo sentí por, l
primers vez un asco terrible. hacer las cosas con Y “U l›'°°° :ll É” ã°"li':
yo por el propio Federico. Fue la deco encia p :$-
vìda. Por eso tuvo que de¡arl0 Y ¢mP°¡'“` 3 Ver °
Mamá no era amiga de litigios, ni le gustaba verme rizonte de nuevo. _ , _ I mb
sufrir. Ella era la vida y la alegría. Me acusaba de Mi fama no decayó pero a mi publico e 0
loca, de distraído. Yo no tenía nada de loca, quizás oírme satìriaar. Yo hacía la bandolera, ll \'BmPf1`°9°',
1,, mujer de gran filón social y esos anosdrpe pusieron
distraído sí he sido. Loca no. Pero mami, con ese
,«0¡-¿¡na, A mi y a todas las otras. Yo lo go am ca;
sentido práctico que lo veia todo, gue sabía hasta por
dónde le entraba el agua al coco y que no se dejaba en 1° polanco, como d===h°s° rwflfl- ff °"°°~ P
un-0 lado, pretendió enoerrarme. Me decia. l
convencer, fue la primera ui acoasejarme que me diera
_R¡¢}¡¢l, te voy a comprar un 918110 F3" 'lï' ¡E
a la libertad como el gorx-ión. Por ella dejé a Federic
dedìques al concierto. -Yo conocia algo. Tocaba vn
No lo dejé de aopetón. Fui cstirando las relaciones y
aflojândome por dentro. Yo misma me hice conciencia. son zo ao. lo wcfiow 4° ^›=°'=°"“'“'- S' "°¢°
a bgmm pero el concierto, ¡qué val Ya no tenia ca-
Él es bueno, pero ya está demasiado viejo y yo tengo
que vivir, me ayuda, sí, pero ya yo tengo mis ahorros, ben yo ¡lara la música de concierto. Y_t&mP0¢°_ 05:15"
y de esa manera, con una de cal y otra de arena, me enamorada. Quizás enamorada me hubiera dedica 0 I
decidi a no seguir en el tira y encoge. Quiso enamo- concertista. Pero al lado de ese hombr¢› Jim"-
rarme en esos meses, para olvidar, para tener una razón Seguí en Alhambra, que era mi vida-
y poder decirle con toda mi alma: «Mira viejo, tú lo El piano y el concierto fueron producto de los celos.
han sido todo para mi pero aquí está fulano y lo de más Él sentia que ya yo no lo quería. b
allá y lo de más acá›. Mami lo despidió dc casa una nocbfi» P*“"_P¡'° 1"
Y ¿I regresó como un conejito timido. Me dio tlnf-11
Pero no llegó a mi vida nadie con suficientes con-
diciones. Y tuve que hacerlo, como digo yo, frío. pena que le di rm c insultó avmx santa madre.
Luego, la pobre, no quiso meterse mas en mu asun os.
Alhambra me aburría ya. El machafiizo de
aquel teatro. como de todo este país, un infierno. Me con razón. Í
parecia estar metida en un hueco sin poder alzar la Ya era imposible. Yo no lo soportaba- ¡Q“° W'
cabeza. Era la sensación del terror, una caldera hir- rrible es eso. qué 0510€"
viendo. Ya aquello no era política. Era una guerra
entre hermanos.
A Alhambra le pasó lo que a la colorra cuando le Una tarde, en el 25, fll¡m°3 3 1” °“"'°'” de ca'
dan perejil. Y como no se podía una expleyar, era bello a ap08t8l'- Ufiâm' am Y° en un 9“°°°°' Me fo'
triste llegar a decir dos o tres chistecitos y no poder nocian los cronistas Y ¢¡19¢8“¡d“ 3 q"°mum° ha oil.”
con los flashes. Ese día con más ímpetu. Iba de tral°
_A
A. 4\|C.ld) lll.” `o 4 “_ l

susuolica LUå'^“C'Éf_'_`l_.
152 mcum. sense-r I csxcróu oe nscnn-:L 153
de sastre, de Sajonìa; una tela conocida como nido de
-Ofelia. tráeme esa cajita.
abejas, color cielo plomizo. Mi sombrero, precioso, de
ale al vuelo con flores de gasa alrededor de la copa y
abundancia de plumas de aves del paraíso. Era. sin
desdorar, la más llamativa. Las mujeres de las clases
altas nunca pudieron adelantarse. Yo estaba al dia a.\cnu. su er. u_u-óonoflfl
en la mode. ¿hi están todavía las revistas francesas jr
. . - ' letras el
las inglesas, que aquí no gustaban... La cubana es La que ven ahi. con ese diulnngmdo hombre de
muelle y la inglesa instítutriz estirada, la otra cars de
lo medalla.
gg; LP-=ffi"= f*z«:,'.:;:. ;:1a' 1?:.:°2r.§:“?S.° .'ì1L¿t2?=¿°ì='ï
_ ía mm y G I! _ - - _
los cuentos uzolfiä lll 1d°lu'i"'1 ¿lll °““m° Y al garmin
Pues llegamos al hìpôdromo solos. En todo el ca- de la vida- ¿ sz cle entusìssmnrse T ¿HP
mino no hablamos. En mi fuero interno yo aspiraba Amscolfazrrçlallaslnngfguddll nlúâlpls vo le sonríe desde *Il-W
2119:!ale mira s los o`os.' §o siento onto P'-'M 11-lm¡'1'“'ä* B'
e encontrarme a alguien que me conmovìers, ese tarde. celu de nuestra fardudula la dulce simlmlífi '-lc 1€* mu'
que N 1,1, gm- má; gentil de nuestro jardån ìntâåioåm de
AI hìpódrotuo iban los verdaderos caballeros, muchas
veces solos y. dije yo, bueno. a lo mejor... Rachel es. ademas, la estrella encanta ora
mi@ más sinceros y lslentosos runtgou- 1 cm

~ “°.f'=f °“;°.f,:.'1†f”;`i31.ì.“;22?¿2“««i“"i%2 f-¬fi›


› 5 un e -

A mi las carreras no me entusiaeman. Lo emocio-


nante está en las sputas. Mi marido tenis fama de E3; Éagäa pm-1¡-is mi pluma cells: adjetivos de
perdedor. Claro, llegaba allí, no hablaba con nadie,
se ponía zoquete... Tenía que perder por falta de ánimo.
bm-1-Y «=1=-.-› ›«- -1«.¬fi==-= W.
Ilua que ho? rffifl fl H-1I"'›*'l|'Pm° W;

Yo, sin embargo, llegué ese día con la cabeza llena de Y [mm hida zuma aestc_
Bienvenida Mmm!tnblodolock?
requm ' que H nuestro
Oriental Park. la mujer más atractlusddã Iãflfiflgåèäfšï
alegría, me propuse ganar. Un segundo antes de que la más bello que. como la remote em a B
saliera el caballo de mi marido, me paré y empecé a ¡img para mi un alruyenle nombre: IIISTIIIIO-
gritar. Yo sola gritando. .
muonlco -
er. nosrou (snómso). 1-'cuerno or. 1926.
-¡Suhe, vamos, såcale el polvo a la tierra, ahora,
maldito, empina ese pescuezo, agerra...!
Ésa era yo. Alboroté a los hombres. Mi marido,
como era medio idiota. no me dijo ni pio. Lo que sé
Salimos de allí con los bolsillos llenos. Fuimos s oe-
es que el caballo me oyó. porque llegó a la meta su-
lehrnr, a tomarnos el triunfo a un halle popular. Fe-
dando sangre. Cuando el hombre aquel anunció al
derico me preguntó:
triunfador, el público se viró hacia mí, aplaudiendo. __¿Qué vas a hacer con ese dinero? -
Yo les tiré un ho y me gané un pequeño trofeo que
YO le contesté que el dinero no BIB mm Y qu” na
tengo aqui a mi derecha.
pensaba hacer nada. Llegamos e. la GB-BB Y Y°› Pa"
154 mimai. Binner cn-'ción na ascui-zi. 155
evitar, me fui a dormir al cuarto de mamá. Ése fue el peseta nueva en el aire IW' la Adcmãìvïullï
final. Lo obligué a sacar la ropa que tenía en los es- ` y giran por unas manlguclns espec!! GS ¡IW
caparatfiã, los libros y una mesa dc trabajo que lucia que viven dentro.
feísima en el corredor. ___¿U¡¡,¿ ¢¡-B, qu., lleguen a toi-nr tierra?
Lloró como un niño abandonado. Pero tuvo que pam Qfelja, ¿sn qué mundo lú vives? Platillos
irse en el mismo camión de la mudado. Cerré la puerta ha hgbidn muchos en la tierra, to¢.=H11¿0, 4m°n”“'d°'
del balcón, bajé las persianas y me puse a tocar el
piano para no pensar, para no pensar.
1-aplurando ãfilfi'-5 3' f1°Í'm'ï° 111108 polvos que luego
se vuelven cenizas y huecos en Ia tierra. fàflmfichliläï
que negó, ¿ng te acuerdas?, al parque, de :nas tn-
yama; h gw 10 via Y luego él dejo un u
mando cubierto de cenizas en el suelo. .
äeñora, tómese la limonada.
_Y¢ tengo terror.
-La limonada me da acidez. Alcánzame los clio-
colatea. -Yo no Porque, total. esta vida dsierrieola no veis
-Más acidez le dan los chocolates. ton buena ni vale tanto la pena. Quisiera 10 1111@ el
nigmn en bandadas a buscarme me lêvaran en B
-Bueno, es igual. Ofelia, pon el radio a ver qué ¡1¡g¢;0 ¿gs para otro planeta del universo, R flfltlfli Miri 1
dicen del ciclón.
cualquiera, para poder vivir otras expert-111111112 Y 1'-“B”
-Yo por si acaso mandé a clavar las ventanas. jorar, porque la verdad cs que Ilufll YF- 11° 9* 9°” °fi°d':
-¿Para qué tantas precauciones? Un cicloncitn nada., la gente se devora, se odmn. 110_h3Y Paz* Efihíá
más, ¡qué boheríal Si te coge el del 26, ¿qué te hubieras Ayer oi a un imbécil, aver 111181110, ¿Bflf *IW “° aìn
hecho, Ofelia? vida en Marte. Están locos P°1'*l“° qlflemn “hu _
-Yo creo que me hubiera clavado a la pared. lil›1'0B› sin inveitìfiaf' Y" sé que ¡ui “wn °°m° “qm”
-No he conocido una mujer más cobarde en mi con un ojo en la frente y sin comer ni leer. No PBSITI
vida. Lo que te has perdido, muchacha. rrabaic. Todo es olegfífl. mucha fiesta, -¿fi¡Pf°°°“P“`
-Señora, ¿ost-mi ha 'oido hablar de los platillos ción Pfifleoa Daria todo 10 film "¦n5° P” vivir am'
voladores? por más que dicen que no hay vegetación y yc arno
-Mira con lo que sales. Claro que ha oído hablar las plantas.
de los platillos voladores. Los platillos voladores son -Señora, yo creo que es demasiado.
naves del espacio astral que se asoman a la tierra de _N¢. hija, es que tú no sales de tu cascsróu. Hay
vez en cuando y alnmbi-im todo el planeta con una luz que wfim-_ Que si esta vida es todo, Si S! 110853 ahí'
blanca muy luminosa, lo mismo que si uno tira una h¡¡¢¡¡¡ mini-da. Yo al menos no me conformo. Quien
156 mount. aman caución na nacam. 157

"Suit vivie"d° en Mami' W vfllllfl. donde sea ¡donde


seal, pero saber que no me voy a quedar pam ¿Um
tar gusanos. en'

Y ya Alhambra estaba invadido de cornején. Entre el


machadato y los encuerisrnos, el teatro se fue desmo-
ronando. Las obras habían perdido su gracia. El go-
A quello olla
' a frances,
› un olor de algo venido de allá bierno imponía un teatro amaatrado -la mordaza at
Todas olíamo ' L E '
olor exótico sllšblllel ft: dilemmll-galmïf gusto pcfã G” la boca--, cosa que alli no cabía. Las puertas se fueron
. ' . P y presumi a y caroomìendo, loa telonu se caían podridos, a los came-
çlsšuggaurçlgf em lu 'lllflnfios echaba los frascos do rinos les entraban plagas de cucarachas y ratones y,
Era un carácter li para acabar de rematar, la marquesina se vino abajo
. . å¢f0. que pegaba en el teatro. La ' llevándose un trozo de la fachada. Y hubo heridos.
unica verdadera /lapper de noaou-¡¡5_
Aunque ha ' -_ Por eso lo cerraron y más nunca volvió a abrirse.
qu; gta; qåiiåfåiì *LiÉ,“Í."'bÉl'É¢i' ,'L"I;'ìg'fI“Í,,Í`2",f;'
na a e ur el, francés puro a de Ar MIO. ' ' '
Yo no esperé a. que me cayeran las tablas en la
cabeza. Me fui antes. Unos meses antes del desplome.
Laa familias decentes eat b l
Llegaba yo alli, a trabajar, y no era lo mismo ya. Lle-
prãmerzìs filas: católicos, maÉorlTs,“dll:xsddInt?sll:Í, ïïåìåï
gaba desencantada. Federico quiso destruirme y' me
N 09. aluos h b d . `
dejó de dar los papeles que a mi me entraban en caja.
Poetas, Periodibtaïn res B [emm como habla mmm' 'H
Queria... si, el muy rencoroao quería que yo hiciera las
ancianas, las empleadas de plantel -unas mujeru de
cuello alto y tiranaa-, las galleguìtaa mofletudaa y laa
dramáticas. Pero como yo he sido siempre una mujer
alegre aquello me sacaba de quicio. El resultado fue
I
› que me decepcìoné del mundo. Y me largué.
Niìuììle
:le b duda,_el scnor
- .
Presxdente y gl Alcalà Volví sola varias veces porque yo quería ver el
coincï ra prestigiosa ciudad, no cabe duda, han teatro, la gente entrar y salir, las habladurias del pú-
1 ido en que este nuestro teatro es l
Sefllllcìôn viva del arte nacional L0 mg:-e1pr? blico... Ma paraba en la esquina de Virtudes, al lado
o

timo de la escena cubana La flor


0

'
cg _
de una casa de empeños que hubo allí,.y miraba. Ver
-
aenor. -
La flor y nata. Muchas gracias..y nata. M desde afuera es distinto. Una se lleva otra impresión.

A
153 rucucr. mamar cmclóm nc anunci. 159
E8 como si el teatro fuera una ilusión óptica P matrcna que se encargaba de recibir n' los hombres.
1*" *'”*°-conM1*El P°fli =1 fora de «=«11=. muy 1-ridad; Í2
público del -café de enfrente. La ¿eme
Eso me aseguró el futuro. Mi múido no se enteró
nunca de ae asunto. Era una cosa oficial mia, no pú-
blica, y yo preferí no decirle nada nunca. Él era un

r.,,o..,;P,zf“°
. .rn 3:2'W; cz; ï:““° “”:“'*:f*°ha-«=›
ÍB8¦I'0q:;:°YfiJ acmlfalï alli' que no era la mìamo El hombre bueno, tenia su neura, pero no me acorralaha.
Fui gorrión por primero vez. Libre en mi casa. El
sueño de mi vida. Libre para mis actos y sin compro-
U _51f. ver o ren para
AB'¡l'mfl10 graba-do en la memoria. Asi hice con el misos profesionales.
amb . _, Al cabo de los meses salió en la prensa el anuncio
ahora. ra Si no 1° hflblcra hecho estaria rnurrendome du la demolición de Alhambra. .âhí se iba mi vida.
Una noche decidi
' ' no rr
' mas,
D ni. ver al público ni más de yeinto años dedicados al teatro, mis mejores
n ada. M otro dia
' por la manana
- fue que lloré un poco,
* años.
pam IDE S0l)l'B'pl1!-0 Y ya, Luego empezaron a venir los periodistas a mi casa,
como vienen todavia, y me preguntan y yo les digo
que no hagan fantasia con aquello, pero ellos dale que
dale y entonces yc me pongoa contar, ¡qué remedio!
P - . . i ' -
_Hi l'1l1_¢1P_mba entonu-.s la epoca del cms en Cuba, Para mi el recuerdo es lo más grande que hay. Una
hotes mm por entrar pero eran tantas las ví. personas sin recuerdos es como un árbol sin hojas, lo
35 que o deje a la suerte. mismo. Y yo no olvido nada, no puedo. Por eso le dejé
"doYa conocia
' yota un fiscal
- de Matanzas, muy ¿¡¿¡,,,_-_ su cuarto intacto a mamá. Paso por alli y me parece es-
› que me venia :mintiendo: larla viendo acostado. Y no, está muerta, yo 0€, pero
-Deja el teatro _ E para mi, vive. Mamá fue mi faro. La que me enseñó el
nara ds mil quirisnllï pmte. ml B Pur una mew" ›
camino. Hizo de mi una artista con una carrera decente.
=-444_ Lo logró por su temple y eso hay que agradeccrlo. Para
I Esto va recibiendo
' ~ -
ese dinero . anos.
varios _ Mil qui.
mi, mamá vive en ese cuarto y en su bóveda del cemen-
mentos pesos, sm ' trabajar,
- en mi. casa, y con el re-
terio, como Adolfo. Ellos siguen conmigo aunque no ten-
cu o c un pubhco y nn fama. ¿Que mas le iba yo
gan materia yn.
a pedir a la vida? Hice lo que me vino en ganga Ahora
Yo ho hecho la prueba: ¢Marnå, mamás, y siento
era
amigìo so l ll, en ' mundo de hogar, con mama', Y m¡ una brisa iresquìta an la cabeza. Ésa es mi madre. Con
Adolfo lo mismo. Le digo: Irldolio, Adolfo, mi her-
lCompré usté"' casas de dos plantas cn La Habana manos, así, en susurro, y es la misma brisa. Entonces
Y as a l quilé
' . En una de ellas trabajaron
. alguna; 1,0. ¿cómo no voy a creer que están a mi lado? Lo creo
ll':tas recien
" llegadas del campo. Tema , un bar y mm y lo siento. n
r I

160 mount. sluovm-

Nunca he llorado por ellos. Como fue lo que más


quise no me sale el llanto. Voy casi todos los martes
al cementerio porque un martes murió mamá y otro
martes Adolfo. . Los llevo flores. Rezo unas cuantas
horas y me quedo tranquila alli, en la tumba de los
dos, porque están juntos. Adolfo abajo y mamá arriba. coLEcc1oN cocUYo
He tenido que comprar un toldo para que no me LITERATURA MUNDU1-
dé el sol de las doce. El toldo y unas tijeras de jar-
dinero para no coger las lluvias de repente. Cuando
Alexendr SoIzhenitsin_: Un dio de Iván Dent-$01-'Wi'
veo el cielo nublado -esas nubes cargadas-› abro las
¿klein Robbe-Grìllet: La eeiosío U
tijeras y corto la corriente. Entonces no llueve. Eso
Carson McCullers: Ref”-'ÍÚ3 'in un °¡° dorada
también lo aprendí de mi madre, pobrecito, que está
allá abajo esperåndome. Pero yo sé que me queda Boris Lavrenìev: El 41 _
James Joyu; Mgnálogo interior del ¢Ul¦.se.n
mucho que andar todavía.
Henry Iames: Otro vuelta do iflfifflfl
A veces digo: ¢Enviate, enviate tú mismp, pero
nada. La muerte no viene asi. Ella ea espontánea. Viene åmos Tutuola: El bebedor de vino de Pflimfl
Albert Camus: El e:\:trtm.Í"°
cuando le parece. Yo quisiera irme con música. Morir
alegre. Total, nunca fui dramática. Quisiera acostarrne William Styron: Lo loräfi """°h“ _
una noche, poner un vals y dormirme plåcidamente. Ramón I. Sender: Crónica ¿ei alba _
Italo Calvino: Los dos mitades dei orzcflndfi
Le he dicho a Ofelia que si muero asi me rnaquille
bien, me ponga linda y me coloque un espejo en el Marguerite Duras: Dio.: enteros en tos ramos
pecho. Un espejo para verme la cara. Ése es mi sueño. Robert Musil: Tres muƒtrfi-S
Ngu)-gn Dình Thi: Frente: ei cielo
Quisiera que mi público me reoordara tal y como fui.
Pero Ofelia no me hace coso. Ella se pasa la vida di-
ciéndome: ¢Señoro, usted se va a llevar e medio mundo CRITICA Y ENSAYO
por delanter. Y yo estoy por creerlo, porque me siento W. Somerset Maugham: Cuatro novelista.:
llena de vida todavia. Jean-Paul Sartre: ¿Qué es lo literatura? (2 t-l
¿Volver ol teatro? Eso no. Pero vivir, lo que se han Cgsgouz Cervantes: un hombre, una epïfluu
llama vivir, eso sí. W. Somerset Maugham: Otros cuatro nave H '
Yo no estoy preparada para la muerte. René Depeatre: Por io revolución, por Io poéflfl
1 1

LITERATURA DE CAMPAÑA

Máximo Gómez: El viejo Eduó


Manuel Piedra Martel: Memorias de un mombí

N UEYOS NOVELISTAS CUBANOS

Lisandro Otero: Pasión de Urbina


Humberto Arenal: Los mulvnotcs sagrados
Jaime Sarusky: Rebelión en io Octavo Caso
Noel Navarro; EZ plano ineiinoâo
Miguel Barnet: Canción de Rachel

N UEYOS ENSAYISTAS CUBANOS


. .. .
Edmundo Desnoes: Punto de oista dE:¦a2šgä;on_de c,uvc1óNEI:It›u IW¡ Lili! _ á¦;ã":i:
|

Jorge Ibarra: Ideología rnornbiso - "FEF ss eïsins “ss im-


Roberto Fernández Retamar: Ensayo de otro niuruio d°- qflìilåo aiii:if;-`1 es nos «sas se
wm Deciaivoe, en la Í-lflìdšd W-
Ambrosio Fornet¦ En blanco' y negro ¢M¡¡-in Reguera Gomes: del Instituto del
' Lìbm. -

_ EN PREPARACIÓN

Georges Perec: Los cosas


Boris Vian: La espuma de los dios
Varios: Relatos del Viet Nam heroico
Cesare Pavese: El oficio de poeta
Tihor Déry: Amor
Sernprún, Berger, Sartre: El porter de lo literature
Grover Flint: Con Gómez en lo mnníguo

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